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Publicaciones por autor

David Aparicio

3003 Publicaciones
Editor general y cofundador de Psyciencia.com. Me especializo en la atención clínica de adultos con problemas de depresión, ansiedad y desregulación emocional.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Ayahuasca y antidepresivos: riesgos reales, estudios limitados y un llamado a la cautela

  • 29/04/2025
  • David Aparicio

Con el auge de los retiros de ayahuasca en América Latina y otros rincones del mundo, también han aumentado los casos de emergencias médicas graves e incluso muertes. Aunque los detalles sobre las causas no siempre están claros, estas situaciones han encendido alertas sobre los protocolos de seguridad y los riesgos de mezclar esta bebida psicodélica con ciertos medicamentos, especialmente antidepresivos.

El Dr. Charles Grob, psiquiatra e investigador con décadas de experiencia en psicodélicos, habló con The Microdose sobre lo que se sabe —y lo que aún no— sobre la ayahuasca.

¿Qué es la ayahuasca y cómo actúa?

La ayahuasca combina dos plantas: Psychotria viridis, que contiene DMT (un potente alucinógeno), y la liana Banisteriopsis caapi, rica en alcaloides que inhiben la monoaminooxidasa (IMAO). Esta combinación permite que el DMT sea absorbido por el cuerpo y ejerza su efecto psicodélico. Sin el IMAO, el DMT sería destruido antes de generar algún impacto.

Los primeros estudios de Grob

En 1993, Grob y su equipo realizaron estudios en Brasil con miembros de la iglesia União do Vegetal (UDV), que consumen ayahuasca de forma regular como parte de sus rituales religiosos. Los participantes, con más de diez años de uso continuo, fueron evaluados médicamente, incluyendo pruebas neuropsicológicas y de personalidad. En general, mostraban una buena salud física y mental, y un dato llamativo: tenían una mayor densidad de receptores de serotonina, lo opuesto a lo que se observa en personas con depresión o adicciones.

Un segundo estudio con menores de edad que participaban en ceremonias familiares mostró también resultados positivos. Los niños, incluso algunos expuestos en el útero o desde bebés, eran funcionales y saludables, sin diferencias negativas en comparación con un grupo de control.

El gran riesgo: mezclar con antidepresivos

Grob advierte de forma clara: combinar ayahuasca con antidepresivos, especialmente ISRS como fluoxetina o sertralina, puede ser extremadamente peligroso. En un artículo publicado en 1998 junto con James Callaway, describió tres casos de personas que presentaron síntomas severos tras tomar ayahuasca mientras estaban en tratamiento con ISRS: confusión, agitación, fiebre, sudoración excesiva, rigidez muscular. Todo indica que se trató de síndrome serotoninérgico, una condición potencialmente mortal por exceso de serotonina en el sistema nervioso central.

El problema surge porque los ISRS aumentan los niveles de serotonina al bloquear su recaptación, mientras que los IMAOs de la ayahuasca impiden su degradación. Esta combinación puede llevar a una sobrecarga tóxica.

¿Qué hacer si alguien quiere participar en una ceremonia?

Grob no recomienda suspender la medicación sin supervisión médica, pero subraya que si alguien está considerando tomar ayahuasca, debe dejar los ISRS con semanas de anticipación y bajo control profesional. Los efectos residuales pueden durar hasta cinco semanas. También señala que quienes tienen problemas cardíacos o toman medicación para la presión arterial corren riesgos adicionales, y no existe suficiente investigación para saber qué interacciones podrían ocurrir.

Lo que la ciencia aún no sabe

Grob se muestra crítico con la falta de avances en los estudios clínicos con ayahuasca. A pesar de su popularidad, no existen estudios en EE.UU. donde se haya administrado ayahuasca en entornos clínicos controlados. En Brasil sí hay algunos, pero con limitaciones metodológicas.

Además, la mayoría de investigaciones excluyen a personas mayores, hipertensas o con enfermedades crónicas, lo que deja fuera a un grupo creciente de usuarios reales. Grob está trabajando en un estudio con pacientes en cuidados paliativos, levantando estas restricciones para estudiar los efectos reales en una población más vulnerable.

¿Y el rol del “underground”?

Uno de los mayores problemas, según Grob, es que muchas ceremonias fuera de contextos religiosos formales son organizadas por grupos informales sin preparación médica. En esos espacios, no se hacen evaluaciones médicas previas ni hay personal capacitado para responder ante una emergencia.

Grob recuerda el caso de un hombre de 74 años que murió tras tomar psilocibina con un terapeuta subterráneo. Nunca había consumido psicodélicos, no reportó problemas de salud, pero sufrió un paro cardíaco. El caso ilustra un punto clave: sin un sistema de salud que respalde y sin protocolos rigurosos, los riesgos aumentan.

La ayahuasca tiene un potencial terapéutico que aún no ha sido explorado a fondo en estudios controlados. Sin embargo, también puede tener efectos adversos graves, especialmente cuando se combina con ciertos medicamentos. Hasta que la ciencia avance y se establezcan protocolos más claros, la recomendación es actuar con extrema cautela, buscar información de fuentes confiables y no subestimar los riesgos. La experiencia espiritual o transformadora no justifica poner en peligro la vida.



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Ketamina para la depresión resistente al tratamiento y el TEPT: revisión crítica de la evidencia

  • 29/04/2025
  • David Aparicio

Un informe publicado por CADTH (Canadian Agency for Drugs and Technologies in Health) en 2017 evaluó la efectividad clínica, seguridad y directrices existentes sobre el uso off-label de ketamina para el tratamiento de la depresión resistente (TRD) y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). La revisión incluyó tres revisiones sistemáticas, cinco estudios primarios y dos guías de práctica clínica.

Fundamento clínico

La TRD representa un subgrupo clínicamente complejo del trastorno depresivo mayor (TDM), caracterizado por la falta de respuesta a al menos dos tratamientos antidepresivos adecuados. En este contexto, se ha propuesto la ketamina, un antagonista no competitivo del receptor NMDA, como una alternativa terapéutica con inicio de acción rápido. Aunque originalmente aprobada como anestésico, múltiples estudios han reportado efectos antidepresivos significativos tras su administración intravenosa a dosis subanestésicas (usualmente 0.5 mg/kg).

Efectividad clínica

Los resultados de las revisiones sistemáticas y estudios primarios muestran que la ketamina:

  • Reduce significativamente la severidad de los síntomas depresivos (evaluada con MADRS y HAM-D) en pacientes con TRD, con efectos observables desde los 40 minutos postinfusión y sostenidos hasta por dos semanas.
  • Presenta tasas de respuesta y remisión superiores a las observadas con placebo y comparables o superiores a otras estrategias farmacológicas y somáticas como el TEC.
  • Disminuye ideación suicida en el corto plazo, medida a través de escalas como el BDI, MADRS y SSI.
  • En pacientes con TEPT, se reportaron mejoras clínicas en la sintomatología postraumática (CAPS, IES-R) tras la administración de una única dosis de ketamina intravenosa.

Perfil de seguridad

En términos de seguridad, los eventos adversos fueron mayormente leves y transitorios, incluyendo disociación, náuseas, cefaleas, visión borrosa y fatiga. Algunos estudios reportaron efectos cardiovasculares como hipotensión y bradicardia, aunque no se observaron deterioros neurocognitivos significativos tras la intervención. No se documentaron eventos adversos graves consistentes.

Guías clínicas

Las dos guías revisadas (VA/DoD y CANMAT, ambas publicadas en 2016) no recomiendan el uso clínico rutinario de ketamina fuera de protocolos de investigación. Esto se fundamenta en la limitada evidencia sobre su seguridad a largo plazo, duración del efecto terapéutico y ausencia de estudios con administración repetida.

Limitaciones de la literatura

  • Tamaños muestrales pequeños y heterogeneidad metodológica.
  • Escaso seguimiento longitudinal.
  • Falta de estudios en entornos ambulatorios o comunitarios.
  • Riesgo de sesgo de publicación y conflictos de interés no siempre controlados.

Conclusión

La ketamina intravenosa muestra eficacia antidepresiva rápida y potencial terapéutico en pacientes con TRD y TEPT, con efectos sostenidos por hasta dos semanas. No obstante, debido a la limitada evidencia longitudinal y preocupaciones de seguridad, su uso debe restringirse al ámbito investigativo. Futuros ensayos clínicos deben incorporar diseños con mayor potencia estadística, seguimiento a largo plazo y evaluación de esquemas de dosificación repetida.

Fuente: National Library of Medicine



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Disforia sensible al rechazo: qué es y cómo manejarla

  • 19/04/2025
  • David Aparicio

En TikTok se ha popularizado el término “disforia sensible al rechazo”, que se refiere a una reacción emocional intensa ante el rechazo, la crítica o la percepción de haber fallado.

Por ejemplo, imagina a alguien que reacciona de forma desproporcionada cuando su pareja le pide cambiar los planes porque está agotado después de un día de trabajo. En lugar de aceptar el cambio como algo razonable, la persona se ve invadida por pensamientos como: “¿ya no le importo?”, “seguro prefiere estar solo que conmigo” o “¿por qué me cancela justo ahora?”. Esa interpretación puede desencadenar una respuesta emocional extrema: llanto, ira, distanciamiento o acusaciones.

El término fue popularizado por el Dr. Bill Dodson, psiquiatra estadounidense que ha trabajado extensamente con personas con TDAH. Si bien no acuñó el concepto, lo retomó de la literatura sobre la depresión atípica y lo adaptó para describir un fenómeno que observaba con frecuencia en sus pacientes.

Sin embargo, “disforia sensible al rechazo” no forma parte de los manuales diagnósticos ni de la literatura científica validada. Según Dodson, se diferencia de la sensibilidad al rechazo —presente en algunos trastornos del estado de ánimo y de la personalidad— porque no se trata solo de una sobre-reacción a la crítica, sino de un cambio abrupto en el estado de ánimo que puede ir de la tristeza profunda a la ira intensa. De ahí el uso del término “disforia”.

Aun así, la comunidad científica se mantiene escéptica. Aunque es cierto que muchas personas con TDAH presentan reacciones emocionales intensas o desregulación afectiva, no hay consenso en que este término describa un fenómeno clínico nuevo. Y yo tampoco lo veo así.

¿Qué puedo hacer si me siento identificado con este síntoma?

  • Reconoce tu sensibilidad: Recordarte a ti mismo que tiendes a reaccionar de forma intensa ante el rechazo percibido puede ayudarte a poner la situación en perspectiva. Esto puede permitirte ver que tu interpretación quizá no está basada en los hechos.
  • Considera la terapia de exposición: Si notas que evitas ciertas experiencias por miedo al rechazo, puedes trabajar con un terapeuta para exponerte de forma gradual a esas situaciones incómodas y, al mismo tiempo, fortalecer tu confianza.
  • Dale el beneficio de la duda a la otra persona: Quien está hablando contigo puede no tener malas intenciones. A veces, buscar claridad puede ser útil. “Sé que tengo la tendencia a asumir lo peor, pero siento que algo está fuera de lugar y me gustaría entender qué está pasando.”

Fuente: The New York Times



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  • Artículos de opinión (Op-ed)
  • Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro

A veces la redención está en el dolor

  • 19/04/2025
  • David Aparicio

El dolor, en sí mismo, no redime. No transforma. No corrige el pasado. Pero puede abrir un espacio. Un umbral. Puede sacarnos de la inercia y mostrarnos con crudeza lo que estábamos evitando ver.

Quien ha atravesado una pérdida, una culpa profunda, una ruptura significativa, sabe que el dolor no es solo ausencia o castigo. También puede tener algo de claridad. De estructura. De posibilidad. Porque una vez que ya no podemos sostener la historia como la veníamos contando, aparece la oportunidad de construir una nueva. No como consuelo artificial, sino como acto consciente.

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Debate sobre la masculinidad: ¿Las apps de citas crean incels? Los hombres solitarios son más peligrosos que nunca (video)

  • 18/04/2025
  • David Aparicio

Este episodio de The Diary of a CEO está especialmente potente. El debate se enciende tras el estreno de la polémica serie dramática de Netflix Adolescence, que pone sobre la mesa los riesgos y distorsiones de la masculinidad en nuestra cultura actual.

Steven invita a voces clave como Scott Galloway y Logan Ury para analizar el Lost Boys Report, un estudio que explora cómo muchos hombres jóvenes están creciendo sin modelos claros, sin comunidad y sin herramientas para construir relaciones sanas.

¿Estamos ignorando una crisis silenciosa en los varones? ¿Cómo impacta esto en las dinámicas de pareja, en la salud mental y en la sociedad en general? Este episodio no da respuestas fáciles, pero plantea preguntas urgentes que no podemos seguir ignorando.

Muy interesante.



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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

¿Estamos psiquiatrizando la adolescencia? Una mirada al malestar emocional y el rol de la salud mental

  • 18/04/2025
  • David Aparicio

Resumen del artículo:

La preocupación por el aparente aumento de los problemas de salud mental en adolescentes y jóvenes se ha intensificado considerablemente en los últimos años, siendo común en la actualidad referirse a una “crisis de salud mental” en este grupo de edad.

Los estudios epidemiológicos disponibles confirman un incremento en los comportamientos internalizados dentro de esta población. Este artículo propone que el proceso sociocultural de “psiquiatrización social” de la sociedad contemporánea es un factor contextual indispensable tanto para analizar la situación de salud mental de adolescentes y jóvenes como para comprender el alcance y significado de esta aparente crisis.

Se argumenta que un riesgo de no prestar suficiente atención a este contexto es la psicopatologización injustificada y iatrogénica del malestar adolescente, ignorando factores sociales relevantes tanto para comprender las causas del malestar como para desarrollar respuestas integrales a este.

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Fuente: Papeles del Psicólogo



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  • Análisis
  • Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro

¿Me están manipulando? Un análisis psicológico de la manipulación relacional estructurada

  • 16/04/2025
  • David Aparicio

En el teatro de la vida íntima, no todos los vínculos están fundados en el mutuo cuidado o en la búsqueda compartida de sentido. A veces, lo que parece una danza entre dos es, en realidad, una coreografía cuidadosamente diseñada por uno de los participantes. La manipulación relacional estructurada no es solo un recurso puntual de control emocional; es un sistema, una estrategia relacional sostenida en el tiempo que reconfigura la percepción, la autonomía y, a menudo, la identidad de la otra persona.

Pese a su ubicuidad en consultas clínicas y narrativas personales, este fenómeno ha sido abordado con más frecuencia desde el lenguaje coloquial que desde la lente rigurosa de la ciencia psicológica. No es simplemente “manipulación”, ese término tan elástico que puede abarcar desde una mentira piadosa hasta el chantaje afectivo. Es una estructura. Una arquitectura del vínculo.

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  • Neurociencias

Científicos lograron mapear un milímetro cúbico del cerebro: un avance histórico en neurociencia

  • 16/04/2025
  • David Aparicio

En 1979, el Nobel Francis Crick escribió una frase que parecía sellar el destino de la neurociencia: “Es inútil pedir lo imposible”. Se refería a la idea de comprender en su totalidad un milímetro cúbico del cerebro humano, un fragmento del tamaño de un grano de arena con cientos de miles de células y kilómetros de conexiones neuronales. Según él, su complejidad excedía para siempre nuestra capacidad de entendimiento.

Cuarenta y seis años después, un grupo internacional de más de 100 científicos demostró que Crick podría haberse equivocado. Utilizando tecnología de vanguardia, el equipo logró cartografiar ese milímetro cúbico en el cerebro de un ratón, registrando su estructura y actividad neuronal con un nivel de detalle sin precedentes. El resultado: 1,6 petabytes de datos, el equivalente a ver 22 años de video en alta definición, sin pausas.

El proyecto MICrONS (acrónimo en inglés de “Inteligencia Artificial a partir de Redes Corticales”) fue financiado por el gobierno de Estados Unidos con 100 millones de dólares, y liderado por instituciones como el Instituto Allen, la Universidad de Princeton y el Baylor College of Medicine. Su objetivo: entender cómo el cerebro procesa la información visual, a partir del análisis de la región que traduce lo que un ratón ve.

El trabajo fue monumental. Primero, los científicos expusieron a un ratón a distintos videos y registraron cómo respondían sus neuronas. Luego, cortaron el tejido cerebral en 28.000 láminas microscópicas y las fotografiaron una por una. A partir de esas imágenes, un sistema computacional reconstruyó una versión tridimensional del tejido. El resultado: más de 200.000 células, entre ellas neuronas y células gliales, y 523 millones de conexiones.

¿Por qué esto importa? Porque por primera vez es posible ver no solo qué células se activan, sino cómo están conectadas. Es como pasar de tener grabaciones de todas las conversaciones en una fiesta, a saber exactamente quién habla con quién. Esta doble dimensión permite entender mejor los circuitos que dan origen al pensamiento, a la memoria y, en última instancia, al comportamiento.

Entre los hallazgos, los investigadores identificaron patrones de conexión que habían pasado desapercibidos. Por ejemplo, descubrieron que ciertas neuronas inhibidoras, como las llamadas células de Martinotti, se conectan solo con tipos específicos de células. Este tipo de precisión podría tener implicaciones directas en el desarrollo de medicamentos para tratar trastornos como la depresión o la esquizofrenia. En lugar de usar “bombas químicas” que afectan todo el cerebro, podríamos intervenir con la precisión de un bisturí molecular.

Para llegar aquí, la ciencia ha recorrido un largo camino desde las primeras observaciones de Santiago Ramón y Cajal, quien en el siglo XIX dibujó a mano las formas ramificadas de las neuronas. Luego vino el mapa del sistema nervioso del gusano C. elegans (1986), con 302 neuronas. Más tarde, el de la mosca (Drosophila) con 140.000. Pero el cerebro del ratón es otra escala: tiene más de 70 millones de neuronas.

Y aún así, este logro representa menos del 1% del volumen total de su cerebro.

Los científicos del proyecto MICrONS ahora tienen una meta más ambiciosa: cartografiar un cerebro de ratón entero. Pero este volumen es 500 veces mayor que el estudiado hasta ahora. A este ritmo, podrían pasar siglos. Por eso, se están desarrollando nuevas formas de cortar tejido, procesar datos y automatizar el análisis. Forrest Collman, uno de los investigadores, lo resume así: “Algunas de estas barreras están empezando a caer”.

Sin embargo, el cerebro humano —mil veces más grande que el de un ratón— sigue siendo inalcanzable. “No vamos a llegar allí en breve”, admite Collman. Y aun así, los avances actuales permiten soñar con tratamientos más precisos y menos invasivos para el sistema nervioso. Según Sebastian Seung, neurocientífico de Princeton, este tipo de mapeo podría conducirnos a una nueva generación de medicamentos “afinados”, capaces de actuar solo sobre los circuitos que fallan.

El desafío, ahora, no es solo técnico. El proyecto MICrONS fue financiado por la iniciativa BRAIN, de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU., pero sus recursos están en riesgo. El Congreso redujo su presupuesto en un 40%, y el gobierno lo recortó otro 20% adicional. Para Davi Bock, investigador de la Universidad de Vermont, este es un problema estructural: “Necesitamos coherencia y previsibilidad en la financiación de la ciencia para poder alcanzar estos objetivos a largo plazo”.

Por ahora, lo que parecía imposible —comprender a fondo un milímetro cúbico del cerebro— ya no lo es. Puede que Francis Crick se haya equivocado, o tal vez solo se adelantó demasiado a su tiempo.

Fuente: The New York Times



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Lo que sí sabemos (y lo que aún no): Respuestas clínicas frente a la incertidumbre en psicofarmacología infantojuvenil

  • 15/04/2025
  • David Aparicio

La práctica clínica en salud mental infantojuvenil avanza con pasos firmes, pero no siempre sobre terreno firme. A pesar de las guías clínicas, la experiencia diaria nos obliga a tomar decisiones con evidencia limitada o indirecta. Justamente, ese es el valor del artículo publicado por Samuele Cortese y colegas en el Journal of Psychopharmacology: recopila las 27 preguntas más frecuentes hechas por clínicos durante el reconocido curso de psicofarmacología infantojuvenil de la BAP (British Association for Psychopharmacology), y ofrece respuestas basadas en la mejor evidencia disponible —combinada con experiencia clínica experta.

Puedes descargar la guía completa en inglés.

El documento no pretende ser dogmático. Por el contrario, muestra las ambigüedades, limitaciones y dilemas de la práctica psicofarmacológica actual, aportando claridad en la incertidumbre. Aquí analizo los ejes más relevantes para el quehacer clínico.

1. ADHD: más allá del manual

Uno de los focos del artículo es el tratamiento del TDAH. La discusión sobre el uso de dosis por encima de las recomendadas en formularios como el BNF refleja una realidad clínica: en algunos casos, sobre todo en adolescentes con sobrepeso o baja respuesta, puede justificarse aumentar la dosis de metilfenidato o lisdexanfetamina, siempre con monitoreo clínico riguroso. La decisión no es trivial: no hay estudios meta-analíticos sólidos que respalden estas prácticas, pero la experiencia acumulada sugiere que pueden ser necesarias.

También se aborda el dilema frente a la falta de respuesta a dos estimulantes: antes de abandonar los psicoestimulantes o añadir múltiples fármacos, se recomienda revisar con rigor la titulación, los síntomas diana, la presencia de tolerancia, y las condiciones contextuales y comórbidas. Esta mirada integradora evita la precipitación hacia la polifarmacia.

2. Depresión y ansiedad: qué hacer cuando los SSRI no alcanzan

La resistencia al tratamiento en jóvenes con depresión o ansiedad plantea enormes desafíos. Si no hay respuesta a dos ISRS y a TCC, se sugiere considerar opciones no aprobadas como mirtazapina, venlafaxina, litio o antipsicóticos atípicos, siempre con una evaluación detallada del diagnóstico y discusión de riesgos.

También se aborda el manejo del “switch afectivo inducido por antidepresivos”, diferenciándolo del síndrome de activación conductual. Una distinción clínica compleja, pero crucial, sobre todo para evitar diagnósticos erróneos de trastorno bipolar.

3. ASD y farmacología: límites y excepciones

En niños con autismo, el uso de ISRS para conductas repetitivas sigue sin respaldo meta-analítico, pero puede considerarse en casos resistentes a intervenciones conductuales. Para la agresión, risperidona y aripiprazol se destacan como opciones de primera línea, pero siempre bajo un enfoque multidisciplinario y con monitoreo cuidadoso.

Cuando estos tratamientos fallan, los autores abren la posibilidad a antipsicóticos como quetiapina u olanzapina, e incluso a combinaciones con benzodiazepinas, pero enfatizan que medicar nunca debe ser la respuesta a la falta de recursos conductuales o estructurales.

4. Trastornos de la conducta alimentaria: más allá del peso

Los riesgos cardíacos, la hipocalemia y la sensibilidad a efectos secundarios requieren una precaución extrema al prescribir psicofármacos en adolescentes con anorexia. La guía propone un uso puntual de antipsicóticos como olanzapina no para inducir aumento de peso, sino para reducir la activación durante las comidas.

También aborda el dilema de tratar comorbilidades como ansiedad u OCD: si bien muchas veces se resuelven al tratar el TCA, hay casos donde persisten y justifican intervención específica.

5. Esquizofrenia y consumo de sustancias: el dilema diagnóstico

Frente a adolescentes con síntomas psicóticos y consumo de cannabis, la recomendación es clara: si cumple criterios, se diagnostica esquizofrenia, con o sin uso de sustancias. Lo relevante es establecer un plan de tratamiento integrado y considerar antipsicóticos inyectables de acción prolongada si hay problemas de adherencia.

Clozapina también se menciona para esquizofrenia resistente, incluso en adolescentes, aunque con todas las precauciones habituales.

6. ¿Y los trastornos de personalidad? Psicoterapia, no fármacos

Una de las declaraciones más firmes del artículo: no hay evidencia de que ningún medicamento mejore los síntomas nucleares del trastorno límite de la personalidad (TLP) en adolescentes. La recomendación es centrarse en intervenciones basadas en evidencia como la DBT o la mentalisation-based therapy, integrando factores sociales relevantes.

Conclusión

Este artículo no entrega recetas fáciles. De hecho, su valor radica precisamente en aceptar la incertidumbre como parte del trabajo clínico, y ofrecer criterios sólidos para tomar decisiones individualizadas, prudentes y basadas en lo mejor que sabemos hasta ahora.

En contextos donde el acceso a especialistas, terapias estructuradas o seguimiento cercano es limitado, este tipo de guías intermedias, que se mueven entre la ciencia y la práctica, resultan esenciales para acompañar el juicio clínico sin reemplazarlo.



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Tiene el litio un lugar en la depresión unipolar? Un análisis crítico de la evidencia

  • 15/04/2025
  • David Aparicio

El litio es, sin dudas, uno de los tratamientos más estudiados para el trastorno bipolar. Su capacidad para estabilizar el ánimo y reducir el riesgo suicida está bien documentada. Pero, ¿qué ocurre cuando se traslada su uso a personas con depresión mayor unipolar? ¿Tiene sentido seguir prescribiéndolo fuera del espectro bipolar? La revisión sistemática conducida por Undurraga et al. (2019) se propuso responder esta pregunta con evidencia empírica, y sus hallazgos ameritan atención.

¿Qué investigaron?

El equipo revisó 39 ensayos clínicos aleatorizados y controlados (RCTs), distinguiendo entre tres contextos clave del uso de litio en la depresión unipolar:

  • Monoterapia para episodios agudos
  • Aumento de eficacia en combinación con antidepresivos
  • Tratamiento de mantenimiento a largo plazo

Importante: los estudios incluidos excluyeron, en su mayoría, a pacientes con diagnóstico de trastorno bipolar, aunque la posibilidad de diagnósticos ocultos o futuros episodios hipomaníacos no puede descartarse por completo.

Monoterapia: resultados inconclusos

En los seis estudios analizados sobre el uso del litio como tratamiento único para episodios agudos de depresión unipolar, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas frente a placebo ni frente a antidepresivos tradicionales (como los tricíclicos o ISRS). En otras palabras: no hay evidencia robusta que justifique el uso de litio como tratamiento de primera línea en estos casos.

Lo llamativo es que esta ausencia de eficacia podría deberse más a la escasez y debilidad metodológica de los estudios que a una verdadera falta de efecto. Solo dos estudios incluyeron comparaciones directas con placebo, y muchos mezclaron muestras con características poco claras.

Aumento del tratamiento: ahí sí hay efecto

Donde el litio sí muestra un beneficio claro es como tratamiento coadyuvante en depresiones resistentes a antidepresivos. En los 12 estudios analizados, la adición de litio a un antidepresivo resultó significativamente más eficaz que el placebo, con un OR (odds ratio) de 2.34.

Este efecto fue más pronunciado en los casos de depresión resistente al tratamiento (TRD), donde la odds ratio alcanzó 3.09. Aunque solo 4 de los 12 estudios individuales mostraron beneficios significativos por sí solos, el meta-análisis general respalda el valor clínico del litio en este contexto.

La conclusión es clara: si un paciente no mejora con antidepresivos, considerar litio como potenciador puede ser una estrategia basada en evidencia.

Tratamiento de mantenimiento: una alternativa razonable

Otro hallazgo importante de la revisión fue que el litio demostró eficacia en la prevención de recaídas en MDD. En particular:

  • Fue superior al placebo en 7 ensayos de mantenimiento a largo plazo (OR=4.51).
  • Fue igual de eficaz que los antidepresivos en 5 ensayos (OR=2.21, no significativo).
  • Mostró beneficio adicional cuando se usó junto a antidepresivos (OR=2.38).

Esto sugiere que el litio no solo es útil para episodios agudos resistentes, sino también como estabilizador del ánimo en depresiones recurrentes.

¿Reduce el riesgo suicida?

Sí. El litio mostró una reducción significativa del riesgo de suicidio y de muertes por cualquier causa en personas con MDD. Un meta-análisis incluido en la revisión reportó una reducción del 88.5% en intentos suicidas y un 85% menos riesgo de suicidio completado en pacientes tratados con litio, comparado con quienes no lo recibieron.

Este efecto antisuicida se ha replicado en diversos estudios y representa uno de los argumentos más sólidos para considerar el litio en poblaciones de alto riesgo.

¿Entonces por qué se usa tan poco?

A pesar de su eficacia, el litio está subutilizado. El artículo identifica varias razones:

  1. Preocupaciones por su perfil de seguridad: Requiere monitoreo estrecho debido a su estrecho margen terapéutico y posibles efectos renales, tiroideos y metabólicos.
  2. Estigma: Aún hay asociaciones negativas entre el litio y los trastornos “graves”.
  3. Falta de interés comercial: Al ser un mineral no patentable, no hay incentivos para su promoción o investigación por parte de la industria farmacéutica.

Consideraciones críticas

  • Heterogeneidad de los estudios: Muchos ensayos presentaron diferencias metodológicas importantes y niveles altos de heterogeneidad estadística (I² > 60%), lo que reduce la solidez de algunas conclusiones.
  • Diagnósticos imprecisos: A pesar del esfuerzo por excluir casos bipolares, es probable que algunos pacientes incluidos estuvieran en fases depresivas del trastorno bipolar tipo II o dentro del espectro bipolar.
  • Falta de estudios modernos: Hay escasez de ensayos recientes que comparen litio con antidepresivos contemporáneos, lo cual limita la aplicabilidad actual de los hallazgos.

¿Qué debería hacer el clínico?

  • En casos de depresión resistente al tratamiento, considerar litio como potenciador puede ser una decisión basada en evidencia.
  • En pacientes con antecedentes de múltiples recaídas, el litio como mantenimiento puede ser una alternativa válida, incluso frente a un antidepresivo.
  • Si hay riesgo suicida significativo, el litio puede ofrecer protección adicional, un punto crítico para la toma de decisiones clínicas.

Conclusión

El litio, un fármaco clásico que a menudo se asocia exclusivamente con el trastorno bipolar, tiene un potencial no despreciable en la depresión unipolar. No es una panacea, y su uso debe ser cuidadoso, pero los datos sugieren que ignorarlo completamente sería un error clínico. En tiempos donde la depresión mayor sigue siendo una carga global, herramientas eficaces y subutilizadas como el litio merecen una reconsideración informada.

Referencia: Undurraga J, Sim K, Tondo L, et al. Lithium treatment for unipolar major depressive disorder: Systematic review. Journal of Psychopharmacology. 2019;33(2):167-176. doi:10.1177/0269881118822161



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