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Publicaciones por autor

Maria Fernanda Alonso

909 Publicaciones
Soy miembro fundador y editora de contenido en Psyciencia.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El peligro de automedicarse contra el COVID-19

  • Maria Fernanda Alonso
  • 20/07/2020

Automedicarse es un comportamiento inherentemente riesgoso. Desaconsejamos el uso de cualquier tipo de droga sin consultar previamente a su médico de cabecera.

La Dra. Marine Ambar Akkaoui del Departamento de Psiquiatría del Hospital Bichat, en París, Francia dirigió un informe en el que se reportó el primer episodio psicótico sufrido por una persona sin antecedentes previos de psicosis, que se automedicó con cloroquina después de que su hijo empezara a presentar síntomas consistentes con una infección por COVID-19 (Akkaoui et al., 2020).

La cloroquina (CQ) y su derivado hidroxicloroquina (HCQ), son comúnmente empleadas en el tratamiento y prevención de la malaria. Sin embargo, la evidencia científica sobre la seguridad y efectividad de estos medicamentos en el tratamiento del COVID-19 ha sido ampliamente incierta. 

La paciente de 57 años comenzó a autoadministrarse tal droga con la esperanza de no contraer el vírus. Al séptimo día de automedicación con CQ acudió al hospital mientras vivía su primer episodio psicótico.

“Después de 2 días la paciente presentó agitación y agresividad. La mañana del séptimo día, salió de la casa gritando y cerrando la puerta, y fue encontrada unas horas más tarde en la calle en un estado de gran agitación psicomotora,» describe el equipo de la Dra. Akkaoui.

La mujer, que nunca había sido hospitalizada por problemas psiquiátricos ni había experimentado un episodio de este tipo antes, fue llevada al hospital mostrando agitación continua, así como «ilusión mística y alucinaciones visuales, asociadas con ansiedad severa.» A su llegada, la mujer fue sedada con loxapina y clonazepam.

Los análisis de sangre y escáneres del cerebro de la paciente volvieron a la normalidad. Los médicos aplicaron el algoritmo Naranjo, un cuestionario diseñado para evaluar la probabilidad de que una reacción a un medicamento se deba al medicamento en sí, en lugar de a otros factores. Se determinó «probable» que las reacciones adversas observadas se debieron de hecho a la cloroquina.

Los autores expresan que los trastornos del estado de ánimo y la psicosis son los efectos secundarios psiquiátricos más comunes de la cloroquina. Además abordan la posibilidad de que los efectos de la cloroquina puedan haberse amplificado debido a su reacción con otro medicamento.

Durante años, la paciente en cuestión había estado tomando 10 mg por día de escitalopram, según lo prescrito por su médico para tratar la ansiedad subclínica. Explicaron los autores que CQ es metabolizado por el citocromo 2D6 (CYP2D6), y su toxicidad pudo verse favorecida en este caso por el uso de escitalopram, que es un inhibidor de CYP2D6.

Los autores concluyen: “Este informe destaca los riesgos de la automedicación con CQ y la necesidad de una estrecha monitorización de los síntomas psiquiátricos. Se podría requerir especial atención con las co-prescripciones de inhibidores de CYP2D6”.

Referencia bibliográfica:

Akkaoui, M. A., Lejoyeux, M., & Geoffroy, P. A. (2020). Chloroquine-Induced First-Episode Psychosis in a Patient Self-medicated for COVID-19. En Biological Psychiatry. https://doi.org/10.1016/j.biopsych.2020.05.032

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Es efectiva la terapia cognitiva conductual basada en Internet para tratar la soledad a largo plazo?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 20/07/2020

Más allá de las medidas de distanciamiento social que respetamos actualmente, muchas personas se sienten solas o viven en soledad prolongada. Diversos estudios han relacionado esto con resultados perjudiciales para la salud física, así como con comportamiento suicida. La terapia cognitivo conductual (TCC) ha mostrado el mayor potencial para el tratamiento de la soledad, y recientemente, la TCC basada en internet ha sido utilizada como herramienta para tales intervenciones. Según un nuevo estudio, los adultos que participaron en un programa de terapia cognitivo conductual basada en Internet (TCCI) para tratar la soledad informaron una disminución significativa en la soledad que perduró dos años después (Käll et al., 2020).

Anton Käll y sus colegas realizaron el seguimiento de un estudio inicial (Käll et al., 2020) que demostró la efectividad de las intervenciones de TCCI diseñadas para abordar la soledad. En el estudio de seguimiento, los investigadores quisieron saber si la TCCI puede reducir efectivamente la soledad a largo plazo y si las técnicas aprendidas durante la intervención juegan un papel en su efectividad.

El estudio inicial incluyó a 73 adultos con puntajes superiores a 40 en la escala de soledad de la UCLA, que «informaron angustia subjetiva vinculada a una experiencia duradera de soledad.» Los participantes fueron asignados aleatoriamente a un tratamiento de TCCI de 8 semanas (36 sujetos) o a una condición de lista de espera (37 sujetos) donde recibirían tratamiento TCCI solo al finalizar el estudio.

La intervención TCCI incluyó 8 módulos que abordaron la soledad utilizando técnicas cognitivas y conductuales e incluyeron tareas para la casa. «El enfoque principal de la intervención fue identificar lo que podría constituir un contacto social valioso para el participante en cuestión, aumentar los comportamientos que podrían lograr este contacto y abordar los obstáculos que podrían dificultar esta realización (por ejemplo, pensamientos automáticos negativos, sensibilidad al rechazo),» describen los autores.

Los resultados del estudio inicial mostraron que el grupo de tratamiento TCCI mostró puntuaciones de soledad significativamente más bajas en comparación con el grupo de lista de espera.

Para determinar si estos efectos positivos se mentendrían a largo plazo, el estudio de seguimiento se realizó dos años después del período de tratamiento inicial. Cuarenta y cuatro de los sujetos originales participaron en el seguimiento y fueron reevaluados en cuanto a soledad, calidad de vida, ansiedad generalizada, depresión y ansiedad social. También se les preguntó sobre el uso de técnicas de tratamiento y el uso de psicoterapia adicional.

Los resultados del estudio de seguimiento revelaron una disminución de la soledad durante el período posterior al tratamiento hasta el seguimiento. Los participantes también mostraron un aumento significativo en la calidad de vida y una disminución significativa en la ansiedad social. Para casi el 60% de los participantes de seguimiento, los puntajes de soledad indicaron un cambio estadísticamente confiable de la evaluación previa al tratamiento.

«En comparación con el efecto a largo plazo de otras intervenciones TCCI resumidas por Andersson et al. (2018) los tamaños de los efectos en el presente estudio estaban en el rango inferior. En resumen, si bien los efectos del tratamiento se mantuvieron a lo largo del tiempo, parecen ser más bajos que el efecto promedio de intervenciones de internet comparables para otras afecciones,” dicen los autores.

Luego, los investigadores analizaron el uso, por parte de los sujetos, de las técnicas que habían aprendido durante el tratamiento. El uso de estas estrategias fue relativamente bajo, y los participantes informaron que usaron solo 2.84 técnicas en promedio durante el período de seguimiento. Además, ninguna técnica se asoció con un cambio confiable a lo largo del estudio. 

El uso poco frecuente de estrategias podría indicar que los sujetos no tuvieron la oportunidad de usar ciertas técnicas o que simplemente no las recordaron. Los investigadores dicen que «se justifica realizar más investigaciones para ayudar a aclarar si el ensayo y el uso de las técnicas realmente ayudan a lograr resultados duraderos en TCCI.»

Dentro de las limitaciones de la investigación se señala el tamaño pequeño de la muestra y una escasez de puntos de evaluación durante el período de seguimiento. Son necesarios más estudios para evaluar sus hallazgos. Aún así, estos resultados brindan apoyo para el tratamiento con TCCI en la reducción a largo plazo de la soledad.

Referencia bibliográfica:

Käll, A., Backlund, U., Shafran, R., & Andersson, G. (2020). Lonesome no more? A two-year follow-up of internet-administered cognitive behavioral therapy for loneliness. En Internet Interventions (Vol. 19, p. 100301). https://doi.org/10.1016/j.invent.2019.100301

Käll, A., Jägholm, S., Hesser, H., Andersson, F., Mathaldi, A., Norkvist, B. T., Shafran, R., & Andersson, G. (2020). Internet-Based Cognitive Behavior Therapy for Loneliness: A Pilot Randomized Controlled Trial. Behavior Therapy, 51(1), 54-68. https://doi.org/10.1016/j.beth.2019.05.001

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Las mujeres son mejores que los hombres para reconocer sus emociones?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 17/07/2020

Comúnmente, se cree que las mujeres son más conscientes emocionalmente y más expresivas que los hombres. Y de hecho, una investigación reciente encontró que las mujeres tienden a exhibir una mayor concordancia de respuesta emocional en comparación con sus pares masculinos (Rattel et al., 2020).

“Las diferencias de sexo podrían explicar los hallazgos divergentes entre los estudios, en particular con respecto a la concordancia emocional: la sincronización de los sistemas de respuesta experimental (autoinforme), fisiológica y conductual,» señaló Julina A. Rattel, autora del estudio y miembro del Clinical Stress y Emotion Lab en la Universidad de Salzburgo.

En el estudio, 44 ​​participantes vieron 15 videos cortos mientras los investigadores registraban sus respuestas de comportamiento muscular autónomas, respiratorias y faciales. Cada participante también informó sobre su experiencia emocional subjetiva inmediatamente después de cada clip.

El equipo de investigación descubrió que las mujeres tendían a mostrar concordancias más fuertes que los hombres. En otras palabras, las emociones subjetivas autoinformadas de las mujeres tienden a reflejar más estrechamente sus respuestas objetivamente medidas.

Los hallazgos «brindan un fuerte respaldo de que las emociones están compuestas de múltiples sistemas de respuesta (autoinforme, fisiología y comportamiento) que se cohesionan en múltiples situaciones,» dijo Rattel.

Estos resultados concuerdan con las investigaciones que muestran que las mujeres son mejores que los hombres para reconocer sus emociones, expresarlas más fácilmente, así como les prestan más atención y son más conscientes de ellas.

Además, la diferencia de sexo en la concordancia emocional no parecía ser el resultado de diferencias en la reactividad emocional.

Dentro de las limitaciones del estudio, la autora señala que aunque encontraron fuertes asociaciones tanto entre las medidas experimentales y fisiológicas como entre las medidas experimentales y de comportamiento, no pueden sacar ninguna conclusión con respecto a la direccionalidad de esta relación. “En el estudio actual, las reacciones fisiológicas a las películas podrían haber desencadenado o mejorado los sentimientos subjetivos de excitación y valencia o viceversa,” dijo Rattel.

“Nuestro pensamiento actual favorece la visión de que la evolución provocó circuitos y vías del sistema nervioso central y periférico altamente interactivos que resultan en respuestas dinámicas, bi-direccionales y recursivas de experiencia, fisiológicas y conductuales, lo que dificulta la disección de las relaciones temporales; sin embargo, esta vista necesita más pruebas,» señaló finalmente.

Referencia bibliográfica:

Rattel, J. A., Mauss, I. B., Liedlgruber, M., & Wilhelm, F. H. (2020). Sex differences in emotional concordance. Biological Psychology, 151, 107845. https://doi.org/10.1016/j.biopsycho.2020.107845

Fuente:Psypost

  • Salud Mental y Tratamientos

¿Puede la actividad física disminuir las emociones negativas durante la pandemia?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 16/07/2020

¿Existen herramientas capaces de atenuar los efectos negativos de la pandemia y el aislamiento social, a nivel de salud mental? Parece que sí: aproximadamente 45 minutos de ejercicio vigoroso pueden reducir las emociones negativas durante la pandemia, según un nuevo estudio realizado en una muestra de estudiantes universitarios chinos (Zhang et al., 2020).

En un estudio longitudinal, Yao Zhang y sus colegas intentaron explorar la salud mental de los estudiantes universitarios en cuarentena durante el pico del coronavirus y considerar los posibles efectos atenuantes del ejercicio físico.

En el estudio participaron 66 estudiantes universitarios chinos que se quedaron en casa durante el brote para cumplir con las regulaciones de distanciamiento social. Los estudiantes completaron tres encuestas online en intervalos de dos semanas aproximadamente, en las siguientes fechas: 19 de febrero de 2020, 5 de marzo de 2020 y 20 de marzo de 2020. Durante este tiempo, la pandemia continuó aumentando en gravedad y alcanzó su punto máximo en China . Ninguno de los sujetos fue diagnosticado con COVID-19 durante el estudio.

Se les pidió a los estudiantes que indicaran cuántos días en las últimas dos semanas habían realizado actividad física ligera, actividad física moderada y actividad física vigorosa y cuántos minutos habían dedicado típicamente a cada tipo de ejercicio. Los sujetos también informaron su calidad del sueño y sus emociones negativas la semana anterior, utilizando la Escala de Depresión y Estrés de Ansiedad (EDEA). La agresividad se evaluó adicionalmente con un cuestionario que mide hostilidad, ira, agresión verbal y agresión física.

Los resultados mostraron que casi el 85% de la muestra informó preocupaciones sobre COVID-19 y el 42% mostró puntuaciones de sueño que indicaron una mala calidad del sueño. A medida que aumentó el número de muertes locales por COVID-19, la calidad del sueño de los participantes disminuyó, y la eficiencia del sueño mostró la relación más fuerte con el número de muertes por COVID-19. Curiosamente, aunque ni la emoción negativa ni la puntuación EDEA global se relacionaron con el número de muertes por COVID-19, la agresividad se correlacionó negativamente con el recuento de muertes. Los autores sugieren que esta caída en la agresividad refleja el hecho de que las personas han comenzado a «darse cuenta de la fragilidad de la vida» y están «apreciando cada momento.»

Cuando se trataba de actividad física, los investigadores usaron algo llamado valores MET para calcular el gasto de energía de cada sujeto, dependiendo de la intensidad de las actividades que informaron. En promedio, los participantes ejercieron 355 MET de actividad física vigorosa por semana.

La actividad física se relacionó con puntuaciones EDEA más bajas, emociones negativas más bajas y depresión reducida. 

Curiosamente, un análisis posterior señaló un punto óptimo cuando la actividad física produjo sus beneficios protectores. Los autores describen una «curva dosis-respuesta» entre la actividad física y las emociones negativas, lo que demuestra que tanto hacer mucho el ejercicio físico, o hacer muy poco ejercicio físico, empeoraron las emociones negativas. «Se produjo una cantidad adecuada para minimizar las emociones negativas cuando la actividad física semanal era de aproximadamente 2500 MET, lo que corresponde a 108 minutos de luz, 80 minutos de actividad física moderada o 45 minutos de actividad física vigorosa todos los días,» informaron los autores.

Esta cantidad recomendada de ejercicio es mayor que los estudios anteriores que han sugerido 60 minutos de actividad física moderada a vigorosa por día. Los autores sugieren que durante este momento difícil, las personas necesitan más actividad física de lo habitual «para compensar la carga psicológica y las emociones negativas» provocadas por la pandemia.

Referencia bibliográfica:

Zhang, Y., Zhang, H., Ma, X., & Di, Q. (2020). Mental Health Problems during the COVID-19 Pandemics and the Mitigation Effects of Exercise: A Longitudinal Study of College Students in China. International Journal of Environmental Research and Public Health, 17(10). https://doi.org/10.3390/ijerph17103722

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Mindfulness y comportamiento prosocial

  • Maria Fernanda Alonso
  • 16/07/2020

Una nueva investigación encontró que la meditación mindfulness aumenta los comportamientos prosociales, incluso cuando no incluye instrucciones explícitas basadas en la ética (Berry et al., 2020).

Para llegar a estos resultados, los autores realizaron un metanálisis que combinó los datos de varios estudios mediante un procedimiento estadístico. Los científicos y académicos habían notado que las meditaciones mindfulness seculares no cuentan con una ética explícita, a diferencia de lo que sucede con las tradiciones contemplativas canónicas. Esto los llevó a preguntarse si es necesaria una instrucción ética explícita para promover resultados prosociales.

«Según la investigación experimental de nuestro laboratorio, creíamos que la capacitación en mindfulness promueve resultados interpersonales positivos a través de cambios cognitivos sociales que implican el modo en que prestamos atención a las necesidades de los demás en las interacciones sociales. La atención plena no necesita confiar en los llamamientos para actuar éticamente. Diseñamos este metanálisis para comprender si las intervenciones de atención plena que no incluyen instrucción en ética promueven conductas prosociales,” dijo Daniel R. Berry, autor del estudio.

Los investigadores buscaron estudios previos sobre mindfulness que no incluían lenguaje explícito basado en la ética, fueron aleatorizados, incluyeron al menos una condición de control y examinaron los resultados prosociales. Encontraron 29 estudios que se ajustaban a sus criterios.

Su metaanálisis posterior confirmó que el entrenamiento de la atención plena se asoció con aumentos en los resultados prosociales, especialmente aumentos en el comportamiento compasivo y reducciones en los comportamientos relacionados con prejuicios o represalias.

“Nuestro metanálisis describe la importancia de las intervenciones de control para aislar la atención plena. Sugerimos que los investigadores necesitan especificar cómo la intervención de control ayuda a aislar la atención plena y que los controles inactivos son necesarios en la mayoría de los estudios sobre el comportamiento prosocial,» explicó Berry.

“La mayoría de los estudios sobre mindfulness y comportamiento prosocial utilizan un diseño exclusivo posterior a la prueba. En estos diseños, se necesita un control inactivo junto con un control activo que aísla la atención plena; los controles inactivos ayudan a especificar que la atención plena aumenta el comportamiento prosocial y no es el control activo el que lo reduce.»

“Además, todavía creemos que las prácticas de atención plena en ética son una pregunta de investigación valiosa para estudiar. Sin embargo, reconocemos que en dicha investigación es un desafío descartar la posibilidad de que las instrucciones basadas en la ética sean una característica de la demanda. Dicho de otra manera, los participantes que reciben estas instrucciones pueden comportarse de manera más prosocial porque piensan que eso es lo que se espera de ellos,» señaló.

Advierten los investigadores que los “efectos prosociales” de la práctica de mindfulness sólo  fueron confiables cuando el comportamiento prosocial se midió inmediatamente después de que finalizó el entrenamiento. Y señalan que “los estudios futuros podrían centrarse en las consecuencias prosociales potencialmente duraderas del entrenamiento de atención plena a largo plazo en contextos ecológicamente válidos fuera del entorno del laboratorio.»

A la hora de interpretar el efecto de reducción de prejuicios de esta práctica, los investigadores señalan que hay que tener en cuenta que “la mayoría de los estudios sobre prejuicios en metanálisis no utilizaron el grupo social como referencia para examinar la brecha en el comportamiento prosocial entre los miembros del grupo social y del grupo externo. Por lo tanto, la atención plena puede aumentar el comportamiento prosocial hacia los demás en general, pero no cerrar la brecha en la ayuda que generalmente favorece a los miembros del grupo.”

Referencia bibliográfica:

Berry, D. R., Hoerr, J. P., Cesko, S., Alayoubi, A., Carpio, K., Zirzow, H., Walters, W., Scram, G., Rodriguez, K., & Beaver, V. (2020). Does Mindfulness Training Without Explicit Ethics-Based Instruction Promote Prosocial Behaviors? A Meta-Analysis. Personality & Social Psychology Bulletin, 46(8), 1247-1269. https://doi.org/10.1177/0146167219900418

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Aún cuando las mujeres se desempeñan mejor que sus pares hombres, persiste el sesgo de género

  • Maria Fernanda Alonso
  • 15/07/2020

Con el objetivo de aumentar la diversidad de género en las ciencias, se han hecho campañas y programas que insentivan a mujeres a seguir sus estudios en matemáticas y  física, por ejemplo, pero incluso cuando las mujeres de pregrado superan en número a los varones en los cursos de ciencias, las mujeres aún pueden estar experimentando prejuicios de género por partede sus pares (Bloodhart et al., 2020)

El equipo de CSU, combinando experiencia en psicología de género, intervención educativa y ciencias físicas, realizó un estudio basado en encuestas entre los cursos de pregrado de ciencias físicas y biológicas en CSU, preguntando a los estudiantes cómo percibían las habilidades de los demás en esos cursos. 

Para el estudio, los investigadores se centraron en cursos con un componente de aprendizaje entre pares, como trabajo de laboratorio en grupo, trabajo en pareja o sesiones de trabajo durante las conferencias. Reclutaron instructores para administrar encuestas preguntando a los estudiantes cómo se percibían entre ellos, con preguntas que incluyeron: ¿Hay algún estudiante en su clase al que sea más probable que asista si necesita ayuda con la clase? Pensando en su curso, ¿algunos estudiantes se destacan particularmente por su conocimeinto? Pensando en su curso, ¿quiénes consideraría que son los mejor alumnos en la clase? En total, encuestaron a unos 1000 estudiantes.

¿Qué encontraron? En las clases de ciencias físicas, donde las mujeres están menos representadas tradicionalmente, las mujeres fueron superadas en número y tenían promedios de calificaciones promedio más altos, calificaciones estadísticamente más altas en los cursos y tenían 1.5 veces más probabilidades de obtener una A o A-, más que los varones. Sin embargo, los investigadores descubrieron que tanto varones como mujeres suponían que los hombres de la clase superaron a las mujeres. En estas clases, tanto las mujeres como los hombres tenían menos probabilidades de seleccionar a una mujer como alguien de quien buscarían ayuda, encontrarían conocimientos o percibirían como la mejor de la clase.

Vieron un efecto similar, aunque menor, en las clases de ciencias de la vida, donde, en contraste con las ciencias físicas, las mujeres tienden a superar en número a los hombres, particularmente en las clases de biología. En los resultados de su estudio, las mujeres superaron en número y superaron a los hombres en términos de calificaciones promedio y calificaciones estadísticamente más altas. En estos cursos, los hombres eran igualmente propensos a identificar a una mujer o un hombre en todas las categorías, como alguien de quien buscarían ayuda, o encontrarían conocimientos, o considerarían mejor en la clase, y las mujeres identificaron a mujeres y hombres por igual solo en la categoría de «mejor en la clase.»

Dentro de las limitaciones del estudio, los autores señalan que aunque las encuestas permitieron a los participantes autoidentificarse con sus propios géneros, cuando se referían a sus compañeros de clase, los investigadores solo registraron cómo los estudiantes percibían los géneros de sus compañeros de clase. También encontraron que las encuestas no eran representativas de la demografía general de los cursos; los estudiantes que optaron por responder a las encuestas tenían más probabilidades de ser estudiantes de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas; estudiantes blancos, estudiantes de ciencias físicas y estudiantes con calificaciones generales y promedios académicos más altos.

Además, si bien querían realizar análisis interseccionales para mujeres de color o minorías de género y cómo sus pares las percibían, no tenían una muestra lo suficientemente grande como para sacar conclusiones significativas de los datos.

Los investigadores se inspiraron para llevar a cabo el estudio después de que un estudio de 2016 realizado por investigadores de la Universidad de Washington descubriera un sesgo pro-masculino para calificar las habilidades de los estudiantes entre los estudiantes varones en cursos de biología de pregrado. El equipo de CSU quería ver si se podía encontrar el mismo efecto aquí, y su elección de metodología fue intencionalmente similar.

Aprendiendo de los resultados

Balgopal dijo que desde el punto de vista del diseño instruccional, sus resultados podrían revelar oportunidades para una atención más atenta a cosas como el trabajo en grupo y cómo los instructores guían el aprendizaje activo.

«Sería realmente interesante entender dónde se originan estos prejuicios», dijo Balgopal, coautora del estudio quien, junto con Aramati Casper.

Para la primera autora y psicóloga de género Brittany Bloodhart, el aspecto más llamativo del estudio fue que este sesgo ocurre aún cuando las mujeres superan constantemente a los hombres en estos campos, en lugar de verse negativamente afectadas en el rendimiento.

Entre las investigaciones que muestran que las niñas y las mujeres son mejores en ciencias, tencnología ingeniería y matemáticas, a menudo se observa de varias maneras: las niñas trabajan más duro, están más atentas en clase, estudian más, etc., lo que lleva a mejores calificaciones, dijo Bloodhart. Cuando las mujeres se desempeñan peor que los hombres en las pruebas estandarizadas, algunos afirman que esto refleja una diferencia en la capacidad natural porque consideran tales pruebas las medidas «reales» de la capacidad en esos campo. Sin embargo, muchos estudios respaldan la opinión de que las pruebas estandarizadas también están sesgadas y son un mal predictor de la capacidad real para dichas área.

Referencia bibliográfica:

Bloodhart, B., Balgopal, M. M., Casper, A. M. A., Sample McMeeking, L. B., & Fischer, E. V. (2020). Outperforming yet undervalued: Undergraduate women in STEM. PloS One, 15(6), e0234685. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0234685

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Hijos de académicos experimentarían mayor estrés por conseguir un título universitario

  • Maria Fernanda Alonso
  • 14/07/2020

Comenzar la universidad es desafiante y emocionante a la vez. Una experiencia que engloba muchas (muchísimas) posibilidades de crecimiento, más allá del aspecto académico. Un equipo de investigación suizo-alemán descubrió que las personas cuyas madres y padres tienen un título universitario, se sienten más presionados por obtener uno ellas también, y esto se ve reflejado de manera significativa en los niveles de estrés (Bertrams & Minkley, 2020). Los autores señalan que las estudiantes pueden estar estresadas ​​por el temor de poner en peligro el estatus social de sus familias si no obtienen sus títulos.

En situaciones estresantes, el cuerpo libera una mayor cantidad de la hormona cortisol, que también alcanza el crecimiento del cabello y se almacena allí si los niveles permanecen altos durante un período prolongado de tiempo. Al analizar el cabello de las estudiantes, los investigadores identificaron las fases en que una persona tenía más estrés.

Para saber si los niveles de estrés de los jóvenes de diferentes orígenes familiares difieren cuando comienzan la universidad, el equipo de investigación reclutó a un total de 71 personas de prueba. «El único criterio de inclusión fue que comenzaron su primer semestre y que tenían el pelo lo suficientemente largo», explica Nina Minkley, del grupo de investigación Biología del Comportamiento y Didáctica de la Biología en RUB. «Al final, esto significó que casi reclutamos solo a mujeres y decidimos no incluir a los pocos hombres elegibles para evitar falsificar los resultados».

Los participantes suministraron al equipo de investigación tres mechones delgados de cabello cada una, que fueron cortados cerca del cuero cabelludo. Dado que un cabello crece aproximadamente un centímetro por mes, los investigadores examinaron el último centímetro y medio que había crecido en las seis semanas desde el comienzo del semestre. Además, las participantes completaron cuestionarios en los que proporcionaron información sobre los antecedentes educativos de sus padres. También se les preguntó sobre el estrés que percibían subjetivamente.

Surgió que las estudiantes de primer año de hogares académicos donde al menos uno de los padres tenía un título universitario exhibían niveles de estrés más altos que las de hogares no académicos, a pesar de que no diferían en otros aspectos. Los niveles de estrés percibidos subjetivamente, por ejemplo, fueron los mismos.

El equipo de investigación interpreta este resultado como una indicación de que las alumnas de hogares académicos están bajo una mayor presión, porque el fracaso de su estudio resultaría en una pérdida de estatus para ellas y sus familias. Esto está en línea con los hallazgos en los estudios sociológicos, que han demostrado que los hijos de académicos tienden a ir a la universidad incluso si no se espera que su rendimiento académico sea exitoso, según sus calificaciones escolares. 

Referencia bibliográfica:

Bertrams, A., & Minkley, N. (2020). Preliminary Indications That First Semester Students From Academic Households Exhibit Higher Hair Cortisol Concentrations Than Their Peers From Nonacademic Households. En Frontiers in Psychiatry (Vol. 11). https://doi.org/10.3389/fpsyt.2020.00580

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Jugar con papá ayudaría a mejorar el autocontrol

  • Maria Fernanda Alonso
  • 13/07/2020

Los niños cuyos padres hacen tiempo para jugar con ellos desde una edad muy temprana podrían tener mayor facilidad para controlar su comportamiento y emociones a medida que crecen, según una nueva investigación (Amodia-Bidakowska et al., 2020).

La revisión de Cambridge utilizó datos de 78 estudios, realizados entre 1977 y 2017, la mayoría de ellos en Europa o América del Norte. Los investigadores analizaron la información combinada en busca de patrones sobre la frecuencia con la que padres y niños juegan juntos, la naturaleza de ese juego y cualquier posible vínculo con el desarrollo de los niños.

Aunque hay muchas similitudes entre padres y madres en general, los hallazgos sugieren que los padres participan en más juegos físicos, incluso con los niños más pequeños, optando por actividades como cosquillas, persecuciones y paseos a cuestas.

Esto parece ayudar a los niños a aprender a controlar sus emociones. También podría ayudarlos a regular su propio comportamiento más adelante, a medida que ingresan a entornos donde esas habilidades son importantes, especialmente en la escuela.

Se sabe que el juego entre padres e hijos en los primeros años de vida apoya las habilidades sociales, cognitivas y de comunicación esenciales, pero la mayoría de las investigaciones se centran en las madres y los bebés. Los estudios que investigan el juego padre-hijo a menudo son pequeños, o lo hacen de manera incidental. «Nuestra investigación reunió todo lo que pudimos encontrar sobre el tema, para ver si podíamos extraer alguna lección,» dijo Ramchandani.

En casi todos los estudios analizados, hubo una correlación constante entre el juego padre-hijo y la posterior capacidad de los niños para controlar sus sentimientos. Los niños que disfrutaban de un juego de alta calidad con sus padres tenían menos probabilidades de exhibir hiperactividad o problemas emocionales y de comportamiento. También parecían ser mejores para controlar su agresión y menos propensos a arremeter contra otros niños durante los desacuerdos en la escuela.

La razón de esto puede ser que el juego físico que prefieren los padres es particularmente adecuado para desarrollar las habilidades en cuestión.

«El juego físico crea situaciones divertidas y emocionantes en las que los niños tienen que aplicar la autorregulación,» dijo Ramchandani. «Es posible que tengas que controlar tu fuerza, aprender cuando las cosas han ido demasiado lejos, ¡o tal vez tu padre te pise accidentalmente y te sientas enojado!»

«Es un ambiente seguro en el que los niños pueden practicar cómo responder. Si reaccionan de la manera incorrecta, podrían ser regañados, pero no es el fin del mundo, y la próxima vez que recuerden comportarse de manera diferente».

El estudio también encontró alguna evidencia de que el juego padre-hijo aumenta gradualmente durante la primera infancia, y luego disminuye durante la ‘mediana infancia’ (de 6 a 12 años). Esto, nuevamente, puede deberse a que el juego físico es particularmente importante para ayudar a los niños más pequeños a negociar los desafíos que enfrentan cuando comienzan a explorar el mundo más allá de su propio hogar, en particular en la escuela.

¿Esto quiere decir que los pequeños que viven con sus madres están en desventaja? No. Las investigaciones señalan la necesidad de variar los tipos de juegos a los que los niños tienen acceso. Parece aconsejable que las madres también se impliquen en juegos físicos.

«Los diferentes padres pueden tener inclinaciones ligeramente diferentes cuando se trata de jugar con niños, pero parte de ser padre es salir de su zona de confort. Es probable que los niños se beneficien más si se les dan diferentes formas de jugar e interactuar,» dijo finalmente Ramchandani.

¿Qué implicancia tienen estos hallazgos? Parece necesario que padres y madres cuenten con tiempo y espacio para jugar con sus hijos durante los primeros 3 o 4 años de vida que, según la investigación, resultan críticos.

Referencia bibliográfica:

Amodia-Bidakowska, A., Laverty, C., & Ramchandani, P. G. (2020). Father-child play: A systematic review of its frequency, characteristics and potential impact on children’s development. En Developmental Review (Vol. 57, p. 100924). https://doi.org/10.1016/j.dr.2020.100924

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El cerebro recupera recuerdos de manera selectiva, y sólo cuando es necesario

  • Maria Fernanda Alonso
  • 13/07/2020

¿Dónde dejé la billetera? ¿A qué restaurante pedimos comida? ¿Qué serie recomiendo? Tomamos decisiones basadas en los recuerdos todo el tiempo, pero ¿cómo funciona el proceso mental de recuperación de recuerdos? ¿Y cómo tomamos decisiones basados en la memoria?

Un equipo colaborativo de neurocientíficos de Caltech y el Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles identificó diferentes conjuntos de neuronas individuales responsables de la toma de decisiones basadas en la memoria, un sello distintivo de la flexibilidad del cerebro humano. 

«Un aspecto esencial de la flexibilidad cognitiva es nuestra capacidad de buscar selectivamente información en la memoria cuando la necesitamos,» explica el Dr. Ueli Rutishauser, autor principal del estudio. «Esta es la primera vez que se describen neuronas en el cerebro humano que indican decisiones basadas en la memoria. Además, nuestro estudio muestra cómo los recuerdos se transfieren al lóbulo frontal de forma selectiva y solo cuando es necesario.»

«La capacidad de involucrar y utilizar de manera flexible nuestros recuerdos para tomar decisiones depende de las interacciones entre los lóbulos frontales y temporales, el primero es el sitio de control ejecutivo y el segundo es donde se almacenan recuerdos de este tipo. Poco se sabía antes sobre cómo ocurren interacciones entre estas dos partes del cerebro,” explicó Rutishauser.

En el estudio, los investigadores monitorearon neuronas individuales tanto en el lóbulo temporal como en el lóbulo frontal de 13 sujetos. Los resultados revelaron neuronas que codifican recuerdos en el lóbulo temporal y «neuronas de elección de memoria» en el lóbulo frontal; estas neuronas no almacenan recuerdos, sino que ayudan a recuperarlos  (Minxha et al., 2020).

El estudio, que tiene implicaciones para el tratamiento de los problemas de memoria asociados con la enfermedad de Alzheimer, la epilepsia y la esquizofrenia, se realizó en pacientes que ya se estaban sometiendo a una cirugía cerebral para el tratamiento de sus convulsiones. Los voluntarios vieron imágenes en una pantalla y respondieron diferentes tipos de preguntas sobre las imágenes, mientras que los investigadores registraron la actividad de las neuronas individuales en sus cerebros utilizando electrodos implantados.

Por ejemplo, a un participante se le podía mostrar una imagen de alguien que nunca antes había visto y preguntarle: «¿Has visto esta cara antes?» o «¿Es esta una cara?» Las dos preguntas, respectivamente, ayudan a los investigadores a distinguir entre una decisión basada en la memoria y una decisión no basada en los recuerdos sino en categorías, como las caras.

“En este estudio, hicimos preguntas simples de sí o no diseñadas para hacer que un voluntario acceda a su memoria reciente o su conocimiento categórico,” señaló el Dr. Juri Minxha, autor principal de la investigación.

La codificación y recuperación de recuerdos ocurre en la porción media-baja del cerebro en una región llamada lóbulo temporal medial, que incluye el hipocampo. Los procesos de toma de decisiones involucran una región en la parte frontal del cerebro llamada corteza frontal medial.

«Tanto el lóbulo temporal medial como la corteza frontal medial se activan cuando la decisión requiere que el paciente recuerde algo. La interacción entre estas dos estructuras cerebrales permite la recuperación exitosa de la memoria», dice Minxha. «Entonces, si le preguntamos a un paciente si ha visto una cara antes, las neuronas de ambas regiones se activan. Pero si le mostramos la misma imagen y preguntamos:» ¿Es esta una cara?,” las neuronas de memoria permanecen en silencio. En cambio, vemos una segunda población distinta de neuronas en el lóbulo frontal, lo que respalda el objetivo actual del sujeto de categorizar la imagen.»

El estudio también identificó un conjunto diferente de «neuronas contextuales» en el lóbulo frontal. Estas neuronas codifican información sobre las instrucciones dadas a un sujeto para una tarea determinada. Por ejemplo, se les dijo a los sujetos que presionaran un botón o usaran movimientos oculares paradar su respuesta a una pregunta; las neuronas contextuales señalaron cuál de estas dos acciones tomar, independientemente de cuál fuera la respuesta a la pregunta.

«La decisión estaba representada por las neuronas de elección de memoria de una manera abstracta, de modo que las mismas neuronas podrían señalar esta información en diferentes contextos. Esto probablemente explica gran parte de la flexibilidad que vemos en la toma de decisiones en humanos,» dice Ralph Adolphs, profesor de psicología, neurociencia y biología Bren de Caltech; director del Centro de imágenes cerebrales Caltech; y un miembro afiliado de la facultad del Instituto Tianqiao y Chrissy Chen de Neurociencia en Caltech.

La comunicación entre los lóbulos temporal y frontal también se observó al analizar las ondas theta, que son comunes en el lóbulo temporal. Los investigadores encontraron que las neuronas en el lóbulo frontal alinearon selectivamente su actividad con las ondas theta en el lóbulo temporal solo cuando los sujetos tomaron una decisión basada en la memoria. Los investigadores dicen que incluso podían decir si un sujeto iba a identificar correctamente una cara simplemente en función de cuán fuertemente las neuronas de elección de memoria en los lóbulos frontales coordinaron su actividad con las ondas theta en el lóbulo temporal.

«En conjunto, nuestro estudio revela varios bloques de construcción clave que hacen que la cognición humana sea tan flexible,» concluye Adolphs.

Referencia bibliográfica:

Minxha, J., Adolphs, R., Fusi, S., Mamelak, A. N., & Rutishauser, U. (2020). Flexible recruitment of memory-based choice representations by the human medial frontal cortex. Science, 368(6498). https://doi.org/10.1126/science.aba3313

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Optimismo, pesimismo o realismo para alcanzar la felicidad?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 10/07/2020

Investigadores estudiaron las expectativas financieras de las personas en la vida y las compararon con los resultados reales durante un período de 18 años. Descubrieron que, en lo que respecta a las apuestas de felicidad, sobrestimar los resultados se asociaba con un bienestar más bajo que establecer expectativas realistas (de Meza & Dawson, 2020).

Tomar decisiones basadas en evaluaciones precisas e imparciales sería entonces más beneficioso que el “poder del pensamiento positivo,” en el que se espera éxito y felicidad inmediatos. Tampoco los pesimistas (aquellos que tienen la idea de que las expectativas bajas limitan la decepción y por ello son una ruta hacia la satisfacción) tuvieron mejor resultado comparados con los realistas.

Estos hallazgos se basan en el análisis de la Encuesta del Panel de Hogares Británicos, una importante encuesta longitudinal del Reino Unido, que hizo un seguimiento a 1600 personas anualmente durante 18 años.

Para investigar si los optimistas, los pesimistas o los realistas tienen el mayor bienestar a largo plazo, los investigadores midieron la satisfacción con la vida y la angustia psicológica. Junto a esto, midieron las finanzas de los participantes y su tendencia a sobreestimarlas o subestimarlas.

El 80% de la población entra en la categoría de optimistas no realistas. Estas personas tienden a sobreestimar la probabilidad de que sucedan cosas buenas y subestiman la posibilidad de cosas malas. Las altas expectativas los prepararon para grandes dosis de decepción destructiva.

«Los planes basados ​​en creencias inexactas llevan a la toma de malas decisiones y están condenados a dar peores resultados que las creencias racionales y realistas, lo que lleva a un menor bienestar tanto para los optimistas como para los pesimistas, explica el Dr. Chris Dawson. Las decisiones sobre empleo, ahorro y cualquier opción que implique riesgo e incertidumbre son particularmente propensas a esta situación.

«Creo que para muchas personas, la investigación que muestra que no tiene que pasar sus días esforzándose por pensar positivamente podría ser un alivio. Vemos que ser realista sobre su futuro y tomar decisiones acertadas basadas en evidencia puede brindar una sensación de bienestar. -ser, sin tener que sumergirte en una implacable positividad «.

En el contexto de la crisis de Covid-19, los investigadores destacan que tanto los optimistas como los pesimistas toman decisiones basadas en expectativas sesgadas: esto no solo puede conducir a una mala toma de decisiones, sino también a la falta de tomar las precauciones adecuadas ante posibles amenazas.

«Los optimistas se verán menos susceptibles al riesgo de Covid-19 que otros y, por lo tanto, es menos probable que tomen las medidas de precaución apropiadas. Los pesimistas, por otro lado, pueden verse tentados a nunca abandonar sus casas o a no enviar a sus hijos a la escuela nuevamente. Ninguna de las estrategias parece una receta adecuada para el bienestar. Los realistas toman riesgos medidos en función de nuestra comprensión científica de la enfermedad,» dijo el profesor David de Meza, coautor del estudio.

Referencia bibliográfica: 

de Meza, D., & Dawson, C. (2020). Neither an Optimist Nor a Pessimist Be: Mistaken Expectations Lower Well-Being. Personality & Social Psychology Bulletin, 146167220934577. https://doi.org/10.1177/0146167220934577

Fuente: Science Daily

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