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Maria Fernanda Alonso

909 Publicaciones
Soy miembro fundador y editora de contenido en Psyciencia.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El dialogo interno enfocado en el esfuerzo beneficiaría al rendimiento escolar

  • 26/12/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Hablarse a sí mismos con palabras alentadoras y favorables, enfocadas en el esfuerzo podría ser muy beneficioso para niños con bajos niveles de autoconfianza. Según un nuevo estudio, participar de este tipo de diálogo interno puede mejorar el rendimiento en matemáticas, y sería mejor que enfocarse en la capacidad propia para la resolución de las consignas (Thomaes, Tjaarda, Brummelman, & Sedikides, 2019).

“Descubrimos que los niños con baja confianza en sí mismos pueden mejorar su rendimiento a través de la conversación interna centrada en el esfuerzo, una estrategia de autorregulación que los niños pueden hacer solos todos los días,” dijo el Dr. Sander Thomaes, profesor de psicología en la Universidad de Utrecht, quien dirigió el estudio.

Los investigadores examinaron a 212 niños de los grados 4 a 6 (de 9 a 13 años de edad) de escuelas en comunidades de clase media en los Países Bajos. Eligieron esta edad porque en la infancia tardía, las percepciones negativas de competencia en las tareas escolares se vuelven cada vez más frecuentes. Se les tomó un examen de matemáticas porque el rendimiento matemático se ve comprometido por creencias negativas sobre la propia competencia.



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En el estudio, los niños primero informaron sus creencias sobre su competencia. Unos días más tarde, trabajaron en sus aulas en la primera mitad de un examen de matemáticas estandarizado.

Inmediatamente después de completar la primera mitad de la prueba, se les asignó aleatoriamente a participar en silencio en: diálogo interno enfocado en el esfuerzo (por ejemplo, «¡haré lo mejor que pueda!»); diálogo interno centrado en la capacidad («¡soy muy bueno en esto!»); o ningún diálogo interno. Luego, completaron la segunda mitad de la prueba de matemáticas.

Los niños que realizaron el diálogo interno enfocado en el esfuerzo mejoraron su desempeño en la prueba en comparación con los niños que no participaron en el diálogo interno enfocado en el esfuerzo.

Los beneficios del diálogo interno fueron especialmente pronunciados entre los niños que tenían creencias negativas sobre su competencia. Por el contrario, los niños que participaron en el diálogo interno centrados en la capacidad no mejoraron sus puntajes matemáticos, independientemente de sus creencias sobre su competencia.

Los autores señalan que sus hallazgos se aplican solo a niños de cuarto a sexto grado y pueden no ser aplicables a niños de otras edades. También señalan que el estudio se realizó en los Países Bajos y que la respuesta de los niños al diálogo interno puede diferir en otros países y culturas.

Referencia bibliográfica:

Thomaes, S., Tjaarda, I. C., Brummelman, E., & Sedikides, C. (2019). Effort Self‐Talk Benefits the Mathematics Performance of Children With Negative Competence Beliefs. Child Development. https://doi.org/10.1111/cdev.13347

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Abordaje mediante «señales de seguridad» para reducir la ansiedad

  • 26/12/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Un estudio reciente encontró que las “señales de seguridad” pueden ser de gran utilidad para quienes luchan con trastornos de ansiedad. Una pieza musical, una persona o un elemento (como un peluche) que representen la ausencia de amenaza, pueden ser utilizados como “señales de seguridad.” Lo importante es que nunca haya sido identificado con un evento negativo, explica la Dra. Paola Odriozola, coautora del estudio.

El abordaje de la «señal de seguridad» difiere de la terapia basada en la exposición, una forma de terapia cognitivo conductual (TCC) comúnmente utilizada para los miedos irracionales. «La terapia basada en la exposición se basa en la extinción del miedo, y aunque se forma una memoria de seguridad durante la terapia, siempre está compitiendo con la memoria de amenaza anterior,» explicó el profesor Dylan Gee, coautor del estudio. «Esta competencia hace que las terapias actuales estén sujetas a la recaída del miedo, pero nunca hay una memoria de amenaza asociada con las señales de seguridad.»

En esta investigación, los sujetos fueron condicionados para asociar una forma con un resultado amenazante y una forma diferente con un resultado no amenazante. (En ratones, se usaron tonos en el condicionamiento en lugar de formas).



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Al principio, la forma asociada con la amenaza sola se presentó a los sujetos, y luego, los sujetos vieron juntas las formas amenazantes y no amenazantes. Los investigadores descubrieron que agregar la segunda forma no amenazante, la señal de seguridad, suprimía el miedo de los sujetos en comparación con la respuesta a la forma relacionada con la amenaza presentada sola (Meyer et al., 2019).

Los estudios de imágenes cerebrales de sujetos humanos y de ratones mostraron que este enfoque activó una red neuronal diferente a la terapia de exposición, lo que sugiere que las señales de seguridad podrían ser un complemento efectivo para las terapias actuales. Gee enfatizó que la necesidad de alternativas para aquellos que sufren trastornos relacionados con la ansiedad es significativa. «Tanto la terapia cognitivo-conductual como los antidepresivos pueden ser altamente efectivos, pero una parte sustancial de la población no se beneficia lo suficiente, o los beneficios que experimentan no se mantienen a largo plazo,” explicó.

Referencia bibliográfica:

Meyer, H. C., Odriozola, P., Cohodes, E. M., Mandell, J. D., Li, A., Yang, R., … Gee, D. G. (2019). Ventral hippocampus interacts with prelimbic cortex during inhibition of threat response via learned safety in both mice and humans. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America. https://doi.org/10.1073/pnas.1910481116

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Analizar los datos de las personas en redes sociales: ¿herramienta para la salud mental o invasión de la privacidad?

  • 26/12/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Investigadores del Reino Unido evaluaron si el análisis del contenido de las redes sociales podría ser útil para detectar problemas de salud mental y luego dirigir automáticamente a una persona a los servicios de apoyo adecuados. Hallaron que analizar este contenido utilizando técnicas de aprendizaje automático puede ayudar a identificar a los usuarios con estados anímicos decaídos pero, al mismo tiempo descubrieron que, si bien los usuarios de las redes sociales podían ver los beneficios en principio, no creían que los beneficios superaran los riesgos de la invación a su privacidad (Ford, Curlewis, Wongkoblap, & Curcin, 2019).

En el estudio, más de 180 personas (de las cuales el 62% había experimentado previamente depresión) completaron un cuestionario sobre su contenido para la depresión.

Los encuestados estaban incómodos con el concepto y les preocupaba que el uso de las redes sociales de tal manera aumentara la estigmatización, las llevara a ser identificadas por tener depresión o como individuos que luchan por buscar ayuda en la vida real.



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Si bien la mayoría apoyó la idea de que el análisis del contenido de Facebook podría mejorar la focalización de los servicios caritativos de atención de salud mental, menos de la mitad daría su consentimiento para que se analice su propia red social, y aún menos se sentirían cómodos sin dar primero el consentimiento explícito.

Los investigadores encontraron sorprendente esta reticencia: el perfil demográfico de los usuarios de las redes sociales y cierto contenido es común y ocurre sin consentimiento explícito. Los datos se utilizan para orientar la publicidad en los canales de noticias y en los motores de búsqueda.

Los usuarios de las redes sociales estaban particularmente preocupados de que los datos recolectados pudieran venderse a compañías no confiables. Algunos encuestados estaban preocupados de que el software pudiera ser demasiado sensible o leer mal el humor de un afiche y por ese motivo los catalogara como personas que sufren de depresión.

Al comentar sobre el estudio, la doctora Elizabeth Ford, autora principal y profesora de investigación de atención primaria en Brighton and Sussex Medical School, dijo: “algunos encuestados consideraron que la publicidad en las redes sociales estaba dirigida a los usuarios de todos modos; perfilar el contenido de los usuarios para un propósito beneficioso, como mejorar el acceso a los servicios de salud mental, sería algo bueno. Sin embargo, otros usuarios sintieron que había demasiadas formas en que se podía abusar de la descripción de la salud mental de los usuarios, y pocas compañías de medios sociales confiables como Facebook eran transparentes y honestos sobre cómo se usaban sus datos.»

«Otro posible problema es que nuestros encuestados no sentían que sus publicaciones en redes sociales realmente reflejaban su estado de ánimo cuando estaban deprimidos, y muchos de ellos dijeron que publicaban con menos frecuencia cuando su estado de ánimo era bajo. Por lo tanto, las herramientas predictivas que intentan identificar la depresión pueden no ser muy precisas.»

Para los equipos que buscan desarrollar este tipo de tecnología, Ford tiene un consejo claro: «Nuestra opinión es que con todo el desarrollo tecnológico relacionado con la salud de las personas, los investigadores y desarrolladores deberían trabajar con los usuarios finales como partes interesadas clave, ayudándoles a diseñar y desarrollar la trayectoria de su proyecto. Como los resultados sugieren un bajo nivel de confianza en las plataformas de redes sociales, los desarrolladores deben consultar con los usuarios de redes sociales en todas las etapas de desarrollo antes de implementar este tipo de herramienta.»

Referencia bibliográfica:

Ford, E., Curlewis, K., Wongkoblap, A., & Curcin, V. (2019). Public Opinions on Using Social Media Content to Identify Users With Depression and Target Mental Health Care Advertising: Mixed Methods Survey. JMIR Mental Health, 6(11), e12942. https://doi.org/10.2196/12942

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Poner «cara de juego» podría aumentar el rendimiento

  • 26/12/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Algunos estudios han indagado sobre el efecto de la manipulación facial en el estado de ánimo y, en particular, un nuevo estudio se ha enfocado en el impacto que tiene sobre el rendimiento: los investigadores hallaron que poner cara seria en preparación para una competencia, o “cara de juego,” puede mejorar el rendimiento (Richesin, Oliver, Baldwin, & Wicks, 2019).

«La cara del juego no solo puede mejorar el rendimiento en las tareas cognitivas, sino que también podría conducir a una mejor recuperación del estrés,» dijo Matthew Richesin, autor principal del estudio.

Los investigadores realizaron dos experimentos, cada uno con un enfoque distinto.



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Para ambos, a un grupo de participantes se les mostró imágenes de atletas y otras figuras públicas que exhibían una cara de juego. Luego se les indicó que mostraran «una mirada de determinación intensa» mientras realizaban tareas físicas y cognitivas por separado.

En el primer experimento, 62 participantes que completaron una tarea de presión en frío donde sumergieron sus manos dominantes en un recipiente lleno de agua helada (3° a 9° centígrados) durante hasta cinco minutos. A la mitad de los participantes se les dijo que demostraran una cara de juego, mientras que los participantes en el grupo de control no recibieron instrucciones específicas.

Si bien no hubo impacto en el rendimiento físico, los investigadores observaron que los participantes a los que no se les dijo específicamente cómo comportarse después de insertar sus manos en el agua también demostraron expresiones faciales similares.

«Sus reacciones fueron espontáneas,» dijo Richesin. «Las expresiones faciales fueron las mismas que las comúnmente asociadas con el esfuerzo, el dolor y la competencia.»

En el segundo experimento, los participantes tuvieron la tarea de completar la mayor cantidad posible de un rompecabezas de mandala en blanco y negro de 100 piezas en cinco minutos. En este caso, el grupo de cara de juego se desempeñó en promedio un 20% mejor, al tiempo que demostró una mejor recuperación del estrés en comparación con el grupo de control, según los hallazgos del estudio.

Richesin espera llevar a cabo futuras pruebas de investigación en otros entornos. «Si cara de juego tiene el potencial de mejorar el rendimiento, podemos encontrar que este concepto puede tener aplicación fuera del lugar tradicional de los deportes,” reflexionó.

Referencia bibliográfica:

Richesin, M. T., Oliver, M. D., Baldwin, D. R., & Wicks, L. A. M. (2019). Game Face Expressions and Performance on Competitive Tasks. Stress and Health: Journal of the International Society for the Investigation of Stress. https://doi.org/10.1002/smi.2899

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Esquiadores de larga distancia: menos depresión y riesgo de demencia vascular, pero no de Alzheimer

  • 26/12/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Investigadores suecos presentan sus hallazgos a partir del estudio de un gran grupo de personas muy activas físicamente, con un seguimiento de dos décadas: compararon cerca de 200.000 individuos que habían participado en una carrera de esquí de larga distancia entre 1989 y 2010 con un grupo de control similar de la población general.

Descubrieron que la mitad de los esquiadores habían sido diagnosticados con depresión, tenían una manifestación tardía de Parkinson, un riesgo reducido de desarrollar demencia vascular, pero no de Alzheimer (Svensson et al., 2019; Ahl et al., 2019; Hansson et al., 2019).

Los datos anteriores han demostrado que los esquiadores de Vasaloppet, una popular carrera de esquí en Suecia, tienen un riesgo reducido de sufrir ataques cardíacos, pero se desconoce si también tienen un riesgo reducido de enfermedades cerebrales.



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En el grupo de esquiadores de Vasaloppet (un total de 197,685 personas) hubo un 50% menos de personas afectadas por demencia vascular que en el grupo de control (un total de 197,684 personas).

Sin embargo, los investigadores descubrieron que el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer no se redujo, algo que contradice estudios previos en el campo que muestran que la actividad física tiene un impacto en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

Dos décadas después de que los esquiadores compitieran en la carrera de esquí de Vasaloppet, 233 desarrollaron demencia (incluyendo demencia vascular y Alzheimer), 40 de ellos habían sido diagnosticados con demencia vascular y 86 personas con enfermedad de Alzheimer.

En la población general, 319 habían desarrollado demencia, 72 habían desarrollado demencia vascular y 95 habían desarrollado demencia de Alzheimer.

«Los resultados indican que la actividad física no afecta los procesos moleculares que causan la enfermedad de Alzheimer, como la acumulación de la proteína amiloide. No obstante, la actividad física reduce el riesgo de daño vascular al cerebro, así como al resto del cuerpo «, dice el investigador de memoria Oskar Hansson, profesor de neurología en la Universidad de Lund.

Los investigadores vieron resultados similares cuando estudiaron 20.000 sujetos en el estudio de población llamado Malmö Diet and Cancer. Los participantes que eran más activos físicamente tenían un menor riesgo de desarrollar demencia vascular, similar a los hallazgos del estudio Vasaloppet.

Por otro lado, no hubo diferencias significativas en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer entre el grupo que era más activo físicamente y el grupo con actividad física más baja.

El equipo de investigación también analizó si los esquiadores de Vasaloppet tenían un riesgo reducido con el tiempo de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Dos décadas (21 años) después de haber participado en la carrera de esquí Vasaloppet, 119 personas habían sido diagnosticadas con Parkinson.

En la población general, 164 personas habían recibido el diagnóstico. Sin embargo, la diferencia entre aquellos que son físicamente activos (los esquiadores de Vasaloppet) y la población en general parece disminuir con el tiempo.

Los investigadores creen que si una persona entrena mucho, es posible que mantenga la movilidad durante más tiempo, a pesar de los cambios patológicos en el cerebro.

Cuando los investigadores estudiaron cuántos esquiadores de Vasaloppet padecían depresión en comparación con la población general, descubrieron que el riesgo se redujo a la mitad en aquellos que habían participado en Vasaloppet.

Después de dos décadas de seguimiento, un total de 3.075 personas habían sido diagnosticadas con depresión, de las cuales 1.030 eran esquiadores de Vasaloppet y 2.045 eran de la población general.

Con respecto a las diferencias de género, el riesgo de depresión se redujo aún más en los hombres que formaban parte del grupo con los tiempos de finalización más rápidos. Sin embargo, esto no se aplicaba a las esquiadoras más rápidas.

«Sin embargo, las mujeres más rápidas aún tenían un menor riesgo de sufrir depresión que aquellas que no eran activas en la población general,» dijo Martina Svensson, coautora de los estudios.

Referencias bibliográficas:

Ahl, M., Avdic, U., Strandberg, M. C., Chugh, D., Andersson, E., Hållmarker, U., … Ekdahl, C. T. (2019). Physical Activity Reduces Epilepsy Incidence: a Retrospective Cohort Study in Swedish Cross-Country Skiers and an Experimental Study in Seizure-Prone Synapsin II Knockout Mice. Sports Medicine – Open, 5(1), 52. https://doi.org/10.1186/s40798-019-0226-8

Hansson, O., Svensson, M., Gustavsson, A.-M., Andersson, E., Yang, Y., Nägga, K., … Deierborg, T. (2019). Midlife physical activity is associated with lower incidence of vascular dementia but not Alzheimer’s disease. Alzheimer’s Research & Therapy, Vol. 11. https://doi.org/10.1186/s13195-019-0538-4

Svensson, M., Brundin, L., Erhardt, S., Madaj, Z., Hållmarker, U., James, S., & Deierborg, T. (2019). Long distance ski racing is associated with lower long-term incidence of depression in a population based, large-scale study. Psychiatry Research, Vol. 281, p. 112546. https://doi.org/10.1016/j.psychres.2019.112546

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La tolerancia a las trampas en la escuela se trasladaría a la tolerancia ante conductas poco éticas en el lugar de trabajo

  • 26/12/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Según un nuevo estudio, los estudiantes más tolerantes a hacer trampa en el aula de clases luego tienen más probabilidades de tolerar el comportamiento poco ético en el lugar de trabajo (Brodowsky, Tarr, Ho, & Sciglimpaglia, 2019).

El estudio abordó dos preguntas: si los estudiantes toleran las trampas en el aula, ¿tolerarán también el comportamiento poco ético en sus carreras? ¿Y qué está formando estas actitudes?

Los investigadores también querían dar a los educadores una idea de lo que está sucediendo en sus aulas para que puedan desafiar, y posiblemente cambiar, las creencias de los estudiantes sobre las trampas.



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Para llevar a cabo el estudio, encuestaron a cerca de 250 estudiantes universitarios de marketing de Cal State San Marcos y San Francisco State. Se les pidió que respondieran a declaraciones sobre trampas y ética como «es trampa preguntarle a otro estudiante qué se tomó en el examen» y «dentro de una empresa comercial, los fines justifican los medios.» Se les pidió elegir una respuesta en una escala que iba desde muy de acuerdo a muy en desacuerdo.

La encuesta encontró que los estudiantes que eran más tolerantes a hacer trampa en un salón de clases también demostraron una apertura al comportamiento poco ético en el trabajo.

Un estudio previo sobre la toma de decisiones éticas identificó dos rasgos, el individualismo y el colectivismo, como los factores culturales más importantes para determinar cómo las personas resuelven los conflictos de una manera que sea mutuamente beneficiosa. Eso llevó a los investigadores a medir si ser individualista o colectivista llevó a los estudiantes a ser más o menos tolerantes a las trampas.

Los resultados revelaron que los estudiantes orientados al grupo, o colectivistas, tenían una actitud más laissez-faire (dejar hacer, dejar pasar) hacia las trampas que sus compañeros de clase más individualistas. Según Brodowsky, coautor del estudio, los colectivistas quieren mantener la cohesión grupal, por lo que es más probable que estén de acuerdo con comportamientos poco éticos. Pero Ho y Brodosky también señalan que el simple hecho de ser de una cultura colectivista o individualista no define quién es un estudiante.

Su encuesta midió las actitudes individuales formadas en parte por la cultura, una distinción importante, dicen los autores. Comprender las fuerzas culturales en el trabajo podría ayudar a los profesores a desarrollar formas culturalmente sensibles para minimizar estos comportamientos poco éticos en sus aulas.

«Como profesores, necesitamos establecer el tono y decir: “esto es lo que no se recompensa en el aula» y capacitar a los estudiantes para que seguir un comportamiento ético que conduzca a mejores resultados,» dijo Brodowsky. «Entonces, cuando se gradúen y trabajen para empresas, estarán mejor equipados para evaluar esa situación.»

Referencia bibliográfica:

Brodowsky, G. H., Tarr, E., Ho, F. N., & Sciglimpaglia, D. (2019). Tolerance for Cheating From the Classroom to the Boardroom: A Study of Underlying Personal and Cultural Drivers. Journal of Marketing Education, p. 027347531987881. https://doi.org/10.1177/0273475319878810

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las pesadillas nos ayudarían a enfrentar miedos cuando estamos despiertos

  • 26/12/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Cuando tenemos una pesadilla solemos experimentar agitación y angustia, además de ver socavada la calidad del sueño. Sin embargo, al despertarnos de un mal sueño, las regiones del cerebro vinculadas al control emocional tienden a responder mejor a las situaciones que provocan miedo, según los hallazgos de un nuevo estudio (Sterpenich, Perogamvros, Tononi, & Schwartz, 2019).

Los autores encontraron un fuerte vínculo entre las emociones que sentimos tanto en el sueño como en la vigilia. También refuerzan una teoría neurocientífica sobre los sueños: simulamos situaciones aterradoras mientras soñamos para reaccionar mejor cuando estamos despiertos.

Para el estudio, investigadores de la Universidad de Ginebra (UNIGE) y los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG), Suiza, en colaboración con la Universidad de Wisconsin (EE. UU.) analizaron los sueños de varias personas e identificaron qué áreas del cerebro se activaron cuando experimentaron miedo en sus sueños.



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Descubrieron que una vez que los individuos se despertaban, las áreas del cerebro responsables de controlar las emociones respondían a las situaciones que inducían el miedo de manera mucho más efectiva.

Los científicos emplearon electroencefalografía de alta densidad (EEG), que utiliza varios electrodos colocados en el cráneo para medir la actividad cerebral. Recientemente descubrieron que ciertas regiones del cerebro son responsables de la formación de los sueños, y que ciertas otras regiones se activan dependiendo del contenido específico dentro de un sueño (como las percepciones, pensamientos y emociones).

Colocaron 256 electrodos EEG en 18 sujetos a quienes despertaron varias veces durante la noche. Cada vez que los participantes se despertaban, tenían que responder una serie de preguntas como: ¿soñaste? Y, si es así, ¿te sentiste asustado?

«Al analizar la actividad cerebral basada en las respuestas de los participantes, identificamos dos regiones cerebrales implicadas en la inducción del miedo experimentado durante el sueño: la ínsula y la corteza cingulada,» dijo el Dr. Perogamvros, autor principal del estudio.

La ínsula también está involucrada en la evaluación de las emociones cuando estamos despiertos, y se activa automáticamente cuando alguien siente miedo. La corteza cingulada juega un papel en la preparación de reacciones motoras y conductuales en caso de amenaza.

«Por primera vez, hemos identificado los correlatos neuronales del miedo cuando soñamos y hemos observado que regiones similares se activan al experimentar miedo tanto en el sueño como en los estados de vigilia,» dijo Perogamvros.

Luego, los investigadores exploraron un posible vínculo entre el miedo experimentado durante un sueño y las emociones experimentadas una vez despierto. Le dieron un diario de sueños a 89 participantes por una semana. Cada mañana al despertar, los participantes registraban si recordaban los sueños que habían tenido durante la noche e identificaban las emociones que sentían, incluido el miedo. Al final de la semana, los sujetos fueron colocados en una máquina de resonancia magnética (IRM).

“Mostramos a cada participante imágenes emocionalmente negativas, como agresiones o situaciones angustiosas, así como imágenes neutrales, para ver qué áreas del cerebro eran más activas para el miedo y si el área activada cambiaba según las emociones experimentadas en los sueños durante la semana anterior,» dijo Virginie Sterpenich, investigadora del Departamento de Neurociencias Básicas de UNIGE.

El equipo estaba particularmente interesado en las áreas del cerebro tradicionalmente involucradas en el manejo de las emociones, como la ínsula, la amígdala, la corteza prefrontal medial y la corteza cingulada.

«Descubrimos que cuanto más tiempo una persona había sentido miedo en sus sueños, menos se activaban la ínsula, el cíngulo y la amígdala cuando la misma persona miraba las imágenes negativas. Además, la actividad en la corteza prefrontal medial, que se sabe que inhibe la amígdala en caso de miedo, aumentó en proporción a la cantidad de sueños aterradores,» explicó la investigadora.

«Los sueños pueden considerarse como un entrenamiento real para nuestras reacciones futuras y pueden potencialmente prepararnos para enfrentar los peligros de la vida real,» sugiere Perogamvros.

Los investigadores ahora planean estudiar una nueva forma de terapia de sueño para tratar los trastornos de ansiedad. También están interesados ​​en las pesadillas porque, a diferencia de los malos sueños, en los que el nivel de miedo es moderado, las pesadillas se caracterizan por un nivel excesivo de miedo que interrumpe el sueño y tiene un impacto negativo en el individuo una vez despierto.

«Creemos que si se supera un cierto umbral de miedo en un sueño, pierde su papel beneficioso como regulador emocional», dijo finalmente Perogamvros.

Referencia bibliográfica:

Sterpenich, V., Perogamvros, L., Tononi, G., & Schwartz, S. (2019). Fear in dreams and in wakefulness: Evidence for day/night affective homeostasis. Human Brain Mapping. https://doi.org/10.1002/hbm.24843

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Cómo afrontan las parejas mayores casadas las enfermedades crónicas?

  • 26/12/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Con el pasar de los años, las personas podemos desarrollar múltiples afecciones crónicas, también conocidas como multimorbilidades. El estilo de vida y los hábitos revisten una importancia inigualable si pensamos en que la mayoría de las personas mayores tienen pareja, y en que los cambios en la salud afectarán inevitablemente la dinámica de la pareja. Es decir, nos encontramos en un escenario donde a la forma en que los individuos afrontan sus propios problemas de salud se le suma el modo en que estas mismas condiciones crónicas son afrontadas por la pareja, en conjunto. Al aumentar las demandas diarias propias y del cónyuge, pueden existir un costo mental, según una investigación de la Universidad de Michigan (Polenick, Birditt, Turkelson, Bugajski, & Kales, 2019).

El estudio encontró que los síntomas de depresión aumentaron con el tiempo entre las personas casadas que tenían dos o más afecciones crónicas que requerían diferentes tipos de autocuidado, como una dieta especial y medicamentos para enfermedades del corazón junto con una terapia para reducir el dolor para la artritis.

Cuando sucedía que tanto el esposo como la esposa tenían problemas de salud crónicos y necesitaban diferentes tipos de cuidado personal de parte de sus parejas, a los esposos les fue peor. Sus síntomas de depresión fueron significativamente mayores, pero este efecto no se encontró en las esposas.



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Para el estudio, los investigadores utilizaron datos de un estudio a largo plazo de más de 1110 parejas mayores casadas de sexos opuestos, de 2006 a 2014. Se centraron en afecciones que tienen objetivos de tratamiento similares centrados en reducir el riesgo cardiovascular: diabetes, enfermedades cardíacas, hipertensión y accidente cerebrovascular, y aquellos con objetivos y necesidades de tratamiento que son diferentes de cada una de las otras afecciones: cáncer, artritis y enfermedad pulmonar.

Si bien menos del 10% de las mujeres y menos del 7% de los hombres en el estudio tenían niveles de síntomas de depresión lo suficientemente graves como para sugerir la necesidad de tratamiento, la depresión de nivel inferior es importante para las personas mayores, los médicos, los cuidadores y los hijos adultos, dijo la Dra. Courtney Polenick, quien dirigió el estudio.

Tanto en los esposos como en las esposas, el aumento de los síntomas depresivos no comenzó hasta unos años después de la primera evaluación de su salud y bienestar.

«Nuestros resultados sugieren que hay una ventana en la que, si uno o ambos manejan condiciones complejas que no tienen objetivos de autogestión similares, es posible intervenir y prevenir el desarrollo o empeoramiento de la depresión,» dijo Polenick.

«Este podría ser el momento para que las parejas, y quienes los cuidan, enfaticen comportamientos de estilo de vida ampliamente beneficiosos que ayuden a mantener la salud mental y física».

Por ejemplo, una mujer que hace frente tanto a la hipertensión arterial como a la artritis necesita hacer cambios en su rutina de ejercicios, pero su esposo sin tales condiciones podría comprometerse a hacer esos cambios junto con ella. O una persona con diabetes que hace la mayor parte de la cocina y tiene un cónyuge con cáncer, podría adoptar un menú más saludable para ambos.

La autora resalta el hecho de que las esposas no experimentaron mayor aumento en la depresión cuando las necesidades de salud de sus esposos diferían de las propias. Mientras tanto, los esposos cuyas afecciones requerían cuidados personales diferentes a las de sus esposas, sí experimentaron un aumento adicional en los síntomas de depresión.

Según Polenick, entre los nacidos antes de 1965, las esposas pueden estar más acostumbradas a tomar la iniciativa en el cuidado de la salud y el bienestar emocional tanto propio como de sus esposos.

Pero cuando los esposos tienen esposas que están lidiando con diferentes demandas de salud que las suyas, los esposos pueden experimentar menos apoyo del habitual, lo que empeora su estrés y su salud mental.

«Este es un recordatorio para dar un paso atrás y ver lo que su pareja está enfrentando, para aprender sobre sus condiciones de salud, ser conscientes de ello a diario y que los hijos adultos y los médicos hagan lo mismo,» destacó. «Tener esa conciencia y ayudarse mutuamente a manejar los problemas de salud mientras se observan signos de depresión, puede ayudar a ambos miembros de una pareja con el tiempo.»

Referencia bibliográfica:

Polenick, C. A., Birditt, K. S., Turkelson, A., Bugajski, B. C., & Kales, H. C. (2019). Discordant Chronic Conditions and Depressive Symptoms: Longitudinal Associations Among Middle-Aged and Older Couples. The Journals of Gerontology. Series B, Psychological Sciences and Social Sciences. https://doi.org/10.1093/geronb/gbz137

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Nueva tecnología de resonancia magnética prueba anomalías cerebrales en la depresión

  • 23/12/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Uno de los trastornos mentales más debilitantes es el trastorno depresivo mayor. Sus síntomas incluyen sentimientos de desesperanza, disminución del interés en las actividades diarias y fatiga. La comprensión limitada de los cambios cerebrales asociados con este trastorno dificulta la efectividad de los tratamientos. Dos estudios recientes describen las nuevas técnicas de imagen por resonancia magnética (IRM) que pueden mejorar la detección y la atención de las anomalías cerebrales en las personas con depresión (Li, Liu, Zheng, Wu, et al., 2019) (Li, Liu, Zheng, Li, et al., 2019).

Con los tratamientos actuales hay una gran probabilidad de recaída o recurrencia, explica el coautor de los estudios, Dr. Kenneth T. Wengler, de la Universidad de Columbia en Nueva York. «Para desarrollar tratamientos nuevos y más efectivos, debemos mejorar nuestra comprensión del trastorno.»

Wengler y sus colegas estudiaron recientemente las conexiones entre el trastorno depresivo mayor y las interrupciones en la barrera hematoencefálica (BH), una red de vasos sanguíneos y tejidos que protege al cerebro de sustancias extrañas. Utilizando una nueva técnica de resonancia magnética, pudieron observar mejor la permeabilidad al agua de la BH, o el movimiento del agua fuera de los vasos sanguíneos y hacia el tejido cerebral.



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La comparación de los resultados en 14 individuos sanos y 14 pacientes con trastorno depresivo mayor reveló que menos agua se movió desde el interior de los vasos sanguíneos hacia el exterior en los pacientes con trastorno depresivo mayor, lo que representa integridad de la BH interrumpida. Esta diferencia fue particularmente grande en dos regiones del cerebro: la amígdala y el hipocampo.

«Observamos interrupción de la barrera hematoencefálica en regiones de materia gris que se sabe que están alteradas en el trastorno depresivo mayor,» dijo Wengler. «Este estudio ayuda a mejorar nuestra comprensión de la fisiopatología de la depresión y puede abrir nuevas vías de tratamiento para un trastorno que afecta a más de 100 millones de personas en todo el mundo.»

Un segundo estudio analizó anormalidades en la compleja red de conexiones en el cerebro conocida como el conectoma por su papel en la depresión. Investigaciones anteriores se han centrado en caracterizar las conexiones entre las diferentes regiones del cerebro, pero este estudio, de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte (UNC) en Chapel Hill, examinó más a fondo las regiones cerebrales individuales.

Los investigadores compararon 66 adultos con trastorno de depresivo mayor y 66 controles sanos emparejados durante el descanso de vigilia mediante resonancia magnética funcional (fMRI) y un modelo de inversión marco neuronal multiescala recientemente desarrollado que unía circuitos microscópico del cerebro con sus interacciones de mayor escala.

Como parte del estudio, los investigadores pudieron evaluar la influencia excitadora o inhibitoria entre los grupos de células neuronales. Un equilibrio adecuado entre la excitación y la inhibición es crucial para un cerebro que funcione bien.

Los pacientes con trastorno depresivo mayor tenían patrones anormales de excitación e inhibición en el lateral dorsal de la corteza prefrontal, un área del cerebro importante para las funciones de control cognitivo, incluyendo la regulación de la amígdala, región clave incrustada profundamente en el cerebro para la expresión de la emoción.

La nueva tecnología respalda la hipótesis de que el mal funcionamiento del control inhibitorio sobre la amígdala podría provocar síntomas depresivos.

«En nuestro estudio, encontramos que la excitación y la inhibición en las regiones del cerebro en el control de las funciones ejecutivas y la regulación emocional se redujeron en pacientes con trastorno depresivo mayor,” dijo el Dr. Guoshi Li, coautor de los estudios.

«Esto sugiere que las funciones de control en el trastorno depresivo mayor están deterioradas, lo que puede conducir a respuestas elevadas en la amígdala, lo que resulta en un aumento de la ansiedad y otros estados de ánimo negativos.»

Además, los investigadores encontraron que la excitación recurrente en el tálamo, un área del cerebro central que también es responsable de la regulación emocional, estaba anormalmente elevada en pacientes con trastorno depresivo mayor.

Li dijo que el nuevo enfoque podría abrir la puerta para una comprensión más profunda de los mecanismos detrás de la depresión.

«Los métodos actuales de estudio del cerebro proporcionan una comprensión superficial de la conectividad,» sostuvo. «Este método nos permite identificar la conectividad deteriorada dentro de cada región del cerebro, lo que la convierte en una herramienta potencialmente más poderosa para estudiar el neuromecanismo de los trastornos cerebrales y desarrollar diagnósticos y tratamientos más efectivos.»

Referencias bibliográficas:

Li, G., Liu, Y., Zheng, Y., Li, D., Liang, X., Chen, Y., … Shen, D. (2019). Large‐scale dynamic causal modeling of major depressive disorder based on resting‐state functional magnetic resonance imaging. Human Brain Mapping. https://doi.org/10.1002/hbm.24845

Li, G., Liu, Y., Zheng, Y., Wu, Y., Yap, P.-T., Qiu, S., … Shen, D. (2019). Identification of Abnormal Circuit Dynamics in Major Depressive Disorder via Multiscale Neural Modeling of Resting-State fMRI. Lecture Notes in Computer Science, pp. 682-690. https://doi.org/10.1007/978-3-030-32248-9_76

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El abuso de sustancias se extendería a los medicamentos no opioides

  • 23/12/2019
  • Maria Fernanda Alonso

El uso de medicamentos comunes no opioides estaría asociado también con el riesgo de abuso de sustancias, según los hallazgos de un nuevo estudio que encontró aumentos «preocupantes» en los intentos de suicidio relacionados a la gabapentina y el baclofeno, y los ingresos hospitalarios en adultos estadounidenses desde 2013, coincidiendo con una disminución en las recetas de opioides (Reynolds et al., 2019).

Los investigadores explican que las campañas activas para advertir sobre los riesgos asociados con el uso de opioides han resultado en una disminución dramática en las recetas en los Estados Unidos después de un pico en 2010-2012. Sin embargo, con millones de adultos que aún viven con dolor crónico, los medicamentos no opioides se consideran ampliamente como alternativas más seguras para su tratamiento. Informan los investigadores que las recetas de gabapentina han aumentado un 64%: de 39 millones en 2012 a 64 millones en 2016 (cuando era el décimo medicamento recetado más comúnmente en los EEUU).

Para este estudio se observaron más de 90000 casos de exposición a los medicamentos. Se hallaron grandes aumentos en el uso indebido y la toxicidad, con casos de abuso aislado del uso de gabapentina (de 2013 a 2017) aumentando en un 119.9%, y baclofeno (2014-2017) 31.7 %.



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Tras una revisión de los datos en el sistema nacional de datos de envenenamiento, los investigadores descubrieron que todos los estados de EE. UU. Han visto aumentos en la exposición a la gabapentina. La mayoría de los estados también vieron aumentos en la exposición al baclofeno, el uso/abuso de gabapentina y el uso/abuso del baclofeno. Los resultados específicos incluyen:

  • Durante el período de cinco años (2013-2017), hubo 74,175 exposiciones a gabapentina.
    • La exposición total a gabapentina aumentó en un 72,3%;
    • Las exposiciones aisladas aumentaron en un 67.1% y el abuso/mal uso aislado aumentó en un 119.9%.
  • Durante el período de cuatro años (2014 a 2017), hubo 15.937 exposiciones a baclofeno.
    • Las exposiciones totales a baclofeno aumentaron en un 36,2%;
    • Las exposiciones aisladas de baclofeno aumentaron en un 35% y el mal uso/abuso aislado aumentó en un 31,7%.

Los investigadores también descubrieron que se requerían ingresos a un centro de atención médica en el 16,7% de las exposiciones aisladas a gabapentina y el 52,1% de las exposiciones aisladas a baclofeno.

Los casos de sospecha de intentos de suicidio intencional aumentaron en un 80.3% para exposiciones aisladas a gabapentina durante un período de cinco años y 43% para baclofeno durante un período de cuatro años. El consumo conjunto de sedantes y opioides fue común para ambos medicamentos.

La autora principal, Dra. Kimberly Reynolds, declaró que «es necesario desarrollar una mejor comprensión de los riesgos que conllevan estos medicamentos no opioides para que los proveedores y los pacientes puedan tomar decisiones mejor informadas sobre su papel en el manejo del dolor, y también podrían conducir a la introducción de nuevas medidas de salud pública.»

Como resultado de sus hallazgos, los autores del estudio recomiendan que los pacientes a los que se recetan estos medicamentos se sometan a pruebas de detección de trastornos por uso de sustancias, trastornos del estado de ánimo e ideas suicidas, utilizando herramientas de detección validadas. Además, las recetas de los medicamentos deben colocarse en la base de datos electrónica que rastrea las recetas de sustancias controladas en un estado (programa de monitoreo de medicamentos recetados).

Referencia bibliográfica:

Reynolds, K., Kaufman, R., Korenoski, A., Fennimore, L., Shulman, J., & Lynch, M. (2019). Trends in gabapentin and baclofen exposures reported to U.S. poison centers. Clinical Toxicology, pp. 1-10. https://doi.org/10.1080/15563650.2019.1687902

Fuente: Psychcentral

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