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Ciencia y Evidencia en Psicología

2850 Publicaciones

Investigación, neurociencia, modelos teóricos y psicopatología

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Sesgos cognitivos y errores en el diagnóstico médico

  • 06/08/2013
  • Psynthesis
Diagnóstico

La medicina ha experimentado avances espectaculares en las últimas décadas. Sin embargo, muchas de las tecnologías y procedimientos que emplea dependen, en última instancia, del factor humano. Y no hay nada más humano que cometer errores. En particular, una fase del protocolo médico habitual, el diagnóstico, podría ser especialmente sensible a las equivocaciones, con consecuencias que se extienden al tratamiento subsecuente de la enfermedad.

Según reportan Phua y Tan (2013) en un artículo reciente de revisión sobre este tema, la tasa de errores diagnósticos se sitúa entre el 0.6% y el 12%, con algunas estimaciones que llegan al 15%; además, la tasa de efectos médicos indeseados cuando se cometen estos errores se situaría entre el 6.9% y el 17%. Para tratar de evitar, o al menos paliar, este problema parece necesario comprender con detalle cómo opera el profesional sanitario a la hora de emitir un diagnóstico, aspecto en el que la psicología cognitiva puede realizar una interesante aportación.

Basándose en algunos de los hallazgos de esta disciplina, Phua y Tan (2013) nos ofrecen una buena imagen de la toma de decisiones en la clínica. El proceso diagnóstico tiene, en esencia, un doble objetivo: determinar cuál es la enfermedad del paciente a partir del conjunto de síntomas que éste presenta y descartar posibles diagnósticos alternativos. Es un proceso ciertamente complejo que en gran medida se asemeja a una labor detectivesca. Y de hecho así suele ser en el caso de los profesionales menos experimentados, que utilizarían principalmente lo que se conoce como Sistema 2 de pensamiento.

La tasa de errores diagnósticos se sitúa entre el 0.6% y el 12%

Esta forma de procesar la información es reflexiva, analítica, racional, y supone la aplicación del método hipotético-deductivo a cada caso concreto… a partir de los indicios que el médico observa, genera hipótesis sobre los posibles diagnósticos alternativos que podrían encajar con los síntomas  y, a partir de ahí, mediante pruebas, tests y análisis de diversos tipos, va descartando la presencia de enfermedades y encaminándose a “descubrir” qué hay tras las dolencias del paciente. Es un procedimiento altamente sistemático, pero que tiene como contrapartida un alto consumo de recursos cognitivos… además de necesitar más tiempo. Los clínicos con una amplia experiencia parecen emplear más habitualmente, sin embargo, el Sistema 1 de procesamiento cognitivo, que es intuitivo, automático, y menos demandante en términos cognitivos, además de más rápido. Básicamente, este sistema recurre al uso de “heurísticos” o “atajos cognitivos”, y trata de ver en qué medida los síntomas del paciente se ajustan a los patrones, guiones y prototipos sobre enfermedades que el profesional tiene almacenados en su memoria. Obviamente, esta forma de proceder requiere haber atesorado previamente una amplia experiencia sobre casos y enfermedades, que dotaría al profesional –como se dice habitualmente- con un buen “ojo clínico”.

Sigue leyendo este internaste artículo en Psynthesis

Imagen: FoxNews

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

(Vìdeo) Thomas Insel: Hacia una nueva comprensión de las enfermedades mentales

  • 06/08/2013
  • David Aparicio

Hace unos meses atrás publicamos que el NIMH (Instituto Nacional de Salud Mental) se apartó del DSM y que dirigirían sus futuras investigaciones bajo el modelo biomédico. En este vídeo Thomas R. Insel, director de dicho instituto nos explica porque propone definir los trastorno como cerebrales en vez de trastornos conductuales o mentales:

«Hoy, gracias a una detección temprana más eficaz, las muertes por enfermedades del corazón han disminuido en un 63% respecto a hace una década. Thomas Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental, se pregunta: ¿Podríamos hacer lo mismo para la depresión y la esquizofrenia? El primer paso en este nuevo camino de investigación, dice, es un replanteamiento decisivo: para que dejemos de pensar en «trastornos mentales» y empecemos a considerarlos como «trastornos cerebrales».

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Valores importantes a fomentar en educación sexual

  • 06/08/2013
  • Laura Diaz

La sexualidad humana es uno de los modos más importantes de relacionarnos que existe para las personas, por lo cual, casi todos los valores humanos que fomentemos van a tener una importancia más o menos directa en el desarrollo psicosexual.

Asimismo, es válido mencionar:

Placer: es importante transmitir que el placer forma parte de una sexualidad saludable. Si no hay placer en el ejercicio de la sexualidad de las personas seguramente hay algo que revisar.

Intimidad: Tiene que ver con la reserva que elegimos las personas para realizar algunas acciones más que otras, con entender que existe la intimidad física y también la intimidad espiritual y que las personas tienden a sentirse más plenas y felices cuando pueden gozar de ambas.

Comunicación: Como en cualquier otro aspecto de las relaciones humanas, se vuelve importantísimo poder comunicar gustos, deseos, emociones, fantasías, preferencias, etc. Si se fomenta en las personas la habilidad para transmitir lo que sientan y pedir lo que necesiten de manera respetuosa es mucho más probable que se desarrollen conductas sexuales saludables y placenteras.

Respeto: Es fundamental transmitir que mi derecho termina cuando el del otro empieza y viceversa. No es posible relacionarnos sexualmente de manera saludable si no tenemos incorporado el respeto en nuestro modo de vincularnos.

Salud: Es importante informar sobre las enfermedades de transmisión sexual más propagadas así como los medios óptimos para reducir al máximo estos riesgos. Al mismo tiempo, tener en cuenta que existen modos saludables y no saludables de ejercer nuestra sexualidad. Si en este ejercicio hay malestar, sufrimiento, dolor físico o moral, hay que pedir ayuda sin miedos ni prejuicios.

Procreación responsable: Al educar sexualmente a otro ser humano habremos de tener en cuenta que la relación sexual tiene como una de sus posibles consecuencias la reproducción. Es importante, además de informar sobre los distintos métodos anticonceptivos, recordar que es responsabilidad de las personas que la reproducción se desarrolle junto a una madurez emocional suficiente y acompañada por el deseo de paternidad/maternidad que necesita un bebé para desarrollarse sanamente.

Diversidad: Las personas vivimos la sexualidad de manera diversa. Es saludable que así sea, así como también es saludable que aprendamos a respetar esta diversidad en los otros y en uno mismo.

Autor: Evelyn Pinto es terapeuta especializada en sexualidad. Puedes conocer más sobre ella y su trabajo en su sitio web Psicosexualidad.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

TDAH: Viviendo sin frenos

  • 02/08/2013
  • Asociación Educar
TDAH

La principal dificultad que tienen los niños con TDAH/ADHD es que no pueden inhibir el momento presente lo suficiente como para considerar el futuro.

No es que a Juan no le importe el futuro, sencillamente, para él pasado y futuro parecen no existir.

El “iceberg” del TDAH: Más problemas de los esperados

Hemos estado fallando en el punto:

“¡Juan es muy activo! Nunca deja de moverse. Se distrae ante el más mínimo ruido y tiene el período de atención de una pulga. A menudo actúa antes de pensar. Su hermana María con frecuencia vive en el medio de la niebla. A veces está tan perdida en el espacio que al llamarla le decimos: “Planeta Tierra comunicándose con María”.

Esta viñeta es como típicamente se considera a los niños con el trastorno (¡qué fea palabra!) de déficit (¡otra palabra feísima!) de atención e hiperactividad (TDAH o ADHD). Pero muchas veces esto es solamente la punta del iceberg. Ésta es otra probable descripción del cuadro completo de un niño con ADHD:

“Gritamos toda la mañana para poder salir de casa. Para hacer la tarea tarda horas y horas. Si uno no lo ayuda con su tarea, es tan desorganizado que nunca lo hará bien. Si uno lo ayuda, él me grita. Como nunca encuentra nada, todo el mundo piensa que no le importa nada. No importa cuánto le roguemos o castiguemos, él continúa haciendo las mismas cosas estúpidas una y otra vez. Nunca considera las consecuencias de sus acciones y parece no interesarle si estas acciones me lastiman. Es tan fácil para él sentirse agobiado. Él es tan inflexible y luego estalla por cualquier cosa”.

No es una coincidencia que los niños con TDAH a menudo manifiesten mucho más que la clásica triada de inatención, impulsividad e hiperactividad. Muchos problemas que experimentan estos niños y sus familias entran dentro del espectro de disfunciones ejecutivas (tales como un pobre autocontrol y previsión), enfermedades adicionales (que denomino la “mezcla de síndromes” ansiedad, depresión o trastornos de conducta) y estrés familiar.

Creo que el TDAH debería ser redefinido, incluyendo el amplio rango de disfunciones ejecutivas. Estas disfunciones nacen de una incapacidad de inhibir la conducta presente, de manera tal que se puedan cumplir las demandas del futuro.

¿Qué son las funciones ejecutivas?

Cuando uno, inadvertidamente, pisa una serpiente ella responde picando. La serpiente no tiene ningún plan alternativo. Dentro del cerebro de la serpiente no ocurre ninguna discusión verbal (“¿lo pico o no lo pico?”).

No existe un recuerdo si en el pasado picar funcionó adecuadamente. No hay pensamientos acerca de si esta acción de picar tendrá consecuencias en el futuro (como, por ejemplo, que el próximo ser humano sea más cruel con las serpientes). Afortunadamente, los seres humanos tenemos la opción de modular nuestras conductas.

Los lóbulos prefrontales actúan como nuestros CEO (jefes ejecutivos). Orquestando las funciones de lenguaje y memoria de otras áreas del cerebro, los prefrontales consideran de dónde venimos, adónde queremos ir y cuán flexiblemente controlarnos para ejecutar este plan. A estas habilidades se las denomina “funciones ejecutivas”:

lobulo-frontal

– Inhibición (frenando su conducta): Es la función ejecutiva clave. Para ejecutar con éxito un plan es fundamental que podamos frenar aquellas actividades que nos distraen. Estos frenos, cortesía de nuestros centros prefrontales inhibitorios, nos permiten el lujo de tener tiempo durante el cual podemos considerar nuestras opciones antes de reaccionar.

La falta de inhibición es un doble problema para los niños con TDAH. Primero, sin estos frenos, ellos serán vistos como incapaces de inhibir en forma adecuada las distracciones (inatentos), incapaces de inhibir las reacciones instantáneas (impulsivos) o incapaces de inhibir sus respuestas físicas ante estos estímulos (hiperactivos).

Segundo, los niños con ADHD no pueden inhibir su conducta el tiempo suficiente como para que otras funciones ejecutivas se puedan desarrollar en forma adecuada.

– Iniciación: Es la habilidad de comenzar. En algún momento uno debe dejar de sacarle punta al lápiz, debe dejar de ir al baño, y empezar con su tarea para el hogar. Postergar algo es una actividad natural.

Ponerse realmente a trabajar (y no tan sólo planear hacerlo) requiere de la habilidad de inhibir todas las otras actividades posibles y es una tarea difícil para los niños con TDAH.

– Diálogo interior: Es la capacidad de hablarnos a nosotros mismos.

Un mecanismo por el cual buscamos soluciones a nuestros problemas es utilizando palabras. Los niños con ADHD no inhiben sus reacciones el tiempo suficiente como para que esta capacidad se pueda desarrollar. Sin la capacidad de inhibir sus reacciones, o de utilizar el diálogo interior, no es una sorpresa que los niños con ADHD sean impulsivos (que significa actuar rápidamente y sin pensarlo).

– Memoria de trabajo: Se refiere a aquellas ideas que podemos mantener activas en nuestra mente en un momento dado. Por ejemplo, para aprender de los errores, debemos ser capaces no sólo de “hacer malabares” con la situación presente, sino también mantener en la mente los momentos del pasado cuando ciertas estrategias funcionaron o no. La memoria de trabajo también incluye mantener en mente los objetivos futuros.

La memoria de trabajo nos permite desarmar las piezas de un problema y mantenerlas en la mente mientras las reorganizamos en una nueva solución. Sin la capacidad de inhibir, los niños con ADHD no pueden desarrollar un adecuado funcionamiento de su memoria de trabajo. Por esto, las capacidades de planificación y resolución de problemas serán dañadas.

– Previsión: Predecir y planificar para el futuro. Esta función ejecutiva será deficiente cuando una memoria de trabajo deficiente se une a una pobre capacidad de inhibir las distracciones.

Los niños con ADHD no pueden mantener el futuro en sus mentes. Son prisioneros del presente. El futuro los toma por sorpresa con la guardia baja. Sorprendentemente, una pobre previsión es probablemente una de las mayores dificultades en sus vidas.

– Retrospección: Recordar las experiencias pasadas. Esta función es muy necesaria si debemos ganar sabiduría de nuestras experiencias pasadas. Cuando abordamos una decisión, es útil recordar qué estrategias funcionaron y cuáles no. Una falta de retrospección es una de las razones por las que los niños con ADHD tienen una tendencia a no poder aprender de sus errores.

– Sentido del tiempo: Es un función ejecutiva extremadamente pobre en los niños con TDAH. La estimación del tiempo en los niños con TDAH es notoriamente mala, es tanto demasiado corta como demasiado larga.

– Organización: Los niños con TDAH, casi por definición, no son buenos en esta capacidad. Cinco de los nueve criterios de la categoría de inatención de TDAH son puramente organizacionales y, según el DSM, se requieren sólo encontrar seis de los criterios para el diagnóstico de ADHD.

– Flexibilidad: Es la capacidad de modificar los planes a mitad de camino si cambian las circunstancias. El mundo es un lugar impredecible y los planes rara vez se comportan tal como los imaginamos. Suceden cosas a lo largo del camino. Requerimos de la flexibilidad para reajustar nuestras acciones en el medio del camino.

– Cambiando de la agenda A a la agenda B por orden de otra persona: Es una tarea difícil que requiere de una buena función ejecutiva, esfuerzo y autocontrol. Esta incapacidad de cambiar de agenda (por ejemplo, dejar de hacer lo que estás haciendo e ir a cenar) es una causa frecuente de “ataques” en los niños con TDAH.

– Separar las emociones de los hechos: Esta capacidad requiere tiempo para reflexionar. Neurológicamente hablando cada evento en nuestras vidas tiene una realidad objetiva y una etiqueta emocional límbica adicional que le adjuntamos.

Por ejemplo, podemos encontrar una multa en el parabrisas de nuestro auto. Nuestra reacción emocional será de indignación absoluta porque nos hicieron una multa. Sin embargo, el hecho objetivo es que la sanción es por sólo treinta pesos. Sin el don del tiempo nunca lograremos separar nuestro enorme sentimiento emocional de lo que en realidad es un pequeño problema. Pensamos que algo realmente malo nos ha sucedido cuando en realidad no es así. Esto nos lleva a una pobre capacidad de juzgar el significado de lo que está pasando.

– Agregarle emoción a los hechos: Es una parte importante de la motivación ya que es muy difícil estar motivado si no hay emociones unidas a la actividad que estamos desarrollando.

La memoria de trabajo recuerda no sólo la realidad objetiva de las experiencias pasadas sino también la etiqueta emocional que quedó unida a dicha experiencia.

Por ejemplo, cuando un niño con TDAH recuerda un castigo que recibió en el pasado tendrá problemas en recordar la desagradable sensación que acompañó dicha experiencia. Lo mismo le sucede cuando recuerda el momento en que se sacó una buena nota en la escuela: tendrá problemas en volver a experimentar la linda sensación que acompañó dicha nota.

De esta manera, cuando los niños con TDAH tienen una pobre memoria de trabajo pueden no recordar las emociones que deberían surgir con los hechos y se sienten frustrados, desconectados y desmotivados.

Continuaré desarrollando estos conceptos en un próximo artículo.

Autor: Dr. Roberto Rosler Médico Neurocirujano egresado con Diploma de Honor – Universidad de Buenos Aires.  Orador y tutor en Asociación Educar, una reconocida plataforma online dedicada a la neurosicoeducación.

Imagen:  David Salafia (Flickr)

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Una dieta maternal basada en comida chatarra podría afectar el cerebro del bebé

  • 02/08/2013
  • David Aparicio
Bebé

En la última reunión anual de la Sociedad para el Estudio de la Conducta Ingestiva (SSIB) se presentaron los hallazgos de una investigación animal sobre todos los aspectos de la conducta relacionados con el comer y el beber, que describen que mantener una dieta en la que se incluya comida chatarra durante el embarazo podría cambiar el desarrollo de los patrones opioides en el cerebro del bebé y podría alterar permanentemente la manera en la que opera este sistema luego de su nacimiento.

Los opioides son químicos que se liberan cuando comemos alimentos que son altos en grasa y azúcar y que son los responsables de liberar la dopamina, conocida también como el químico de “sentirse bien”.

Los investigadores encontraron que el gen que codifica uno de los endógenos clave, encefalina, se expresó en un nivel superior en los bebés de las madres que consumieron una dieta de comida chatarra que en los hijos de las madres que comieron para ratas estándar.

Esta investigación proporciona la primera evidencia de que la alimentación con comida chatarra hace que el receptor opioide sea menos eficaz en la reducción de la ingesta de grasa y azúcar en la cría de madres alimentadas con comida chatarra. Esto provoca que la señalización neuronal sea menos sensible a la comida chatarra expuesta.

Al ser menos sensible a los opioides, los individuos cuyas madres comen cantidades excesivas de comida chatarra durante el embarazo y lactancia, tendrán que comer comida chatarra para obtener la misma respuesta de “sentirse bien”, lo que a su vez podría significar que son más propensos a consumir alimentos ricos en grasa y azúcar.

Si bien estos resultados fueron hallados en un modelo animal experimental, los investigadores creen que, eventualmente, nos permitirán informar mejor a las mujeres embarazadas de los efectos permanentes de su dieta sobre las preferencias alimentarias de toda la vida de sus hijos, y el riesgo de los efectos metabólicos negativos.

Fuente: SSIB
Imagen:  -bartimaeus- (Flickr)

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Nuestro cerebro es social antes de nacer

  • 31/07/2013
  • Asociación Educar

Las interacciones con los otros son la base de la cognición social: diversos trabajos demuestran que desde nuestro nacimiento el intercambio con los otros es fundamental para nuestra vida. Es por ello que cada día generan mayor interés las ciencias y disciplinas que  muestran cómo nuestro cerebro es altamente social.

Profesionales de las Universidades de Parma y Turín fueron más allá y, en un artículo  publicado en PloS ONE, expusieron una investigación en donde puede observarse cómo estás capacidades ya están presentes en la vida uterina.

Para llegar a esta conclusión los científicos examinaron mediante ecografía ultrasónica los  desplazamientos intrauterinos diarios de gemelos por espacios de 20 minutos. Sus observaciones les permitieron advertir que a partir de la semana 14 de gestación realizaban movimientos para “comunicarse” con su par y, partir de la 18, esos contactos duraban más tiempo y eran más precisos. Las oscilaciones de acercamiento consistían en rozar la cabeza o la espalda de su compañero.

A partir de la semana 14 de gestación realizaban movimientos para «comunicarse» con su par….

Para los investigadores, estos toques no fueron el resultado de la casualidad ni de compartir un mismo espacio, sino una muestra de comportamiento social.

Según expresa uno de sus principales autores, Vittorio Gallese, neurocientífico de la Universidad de Parma,  en otros estudios realizados por él y su equipo pudieron descubrir el desarrollo motriz que se produce en la vida uterina y, además, lograron observar cómo, debido a la interacción de los gemelos, el mismo se va desarrollando antes. Gallese es un profesional reconocido por haber participado junto a Giacomo Rizzolatti y Leonardo Fogassi del descubrimiento de las neuronas espejo.

Si bien se deben seguir realizando pruebas, es interesante destacar la importancia que tiene para nosotros, los homo sapiens sapiens, la conducta social y cómo en etapas muy tempranas nuestro cerebro ya presenta tendencia a la interacción.

Si nos ponemos a pensar cada uno de nosotros en nuestra vida social y en nuestras relaciones con los otros, podemos darnos cuenta de lo fundamental que es desarrollar nuestras habilidades sociales y la gestión de lo que llamamos en Neurosicoeducación interacciones emocionales complejas, ya que una muy buena parte de nuestra vida y bienestar depende de ellas.

El buen desarrollo de las habilidades sociales depende, en gran medida, del tiempo de vínculos sanos con los otros y espacios de reflexión compartida en donde el conocer a la UCCM (unidad cuerpo cerebro mente) nos ayuda a lograr tolerancia, toma de perspectiva y respeto hacia las demás personas.

El buen desarrollo de las habilidades sociales depende, en gran medida, del tiempo de vínculos sanos con los otros

Cada día, en los distintos lugares en donde actuamos, deberíamos hacernos la siguiente pregunta: “¿hubo espacios para relacionarme con los otros, sin estrés, sin exigencias y que nos permitieran conocernos y enriquecernos con nuestras diferencias, experiencias e historias de vida?

Debemos tener presente que los lugares para vincularnos con los otros son los ámbitos que hacen a nuestra vida: pareja, familia, amigos, trabajo y educación. Estos jamás son una pérdida de tiempo sino, por el contrario, una maravillosa oportunidad de alcanzar nuestra mejor expresión humana.

Fuente: PlosOne
Imagen: Blisstree

Autor: Nse. Marita Castro – Directora de  Asociación Educar, reconocida plataforma dedicada a la neurosicoeducación

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Por qué se cree en las teorías de conspiración?

  • 30/07/2013
  • Psynthesis
Conspiración

El asesinato de Kennedy. El accidente de la Princesa Diana. La supuesta muerte de Paul McCartney y su sustitución por un doble. La creencia de que un anciano Elvis estaría en realidad vivo en alguna parte.

La idea de que no conocemos toda la verdad sobre lo que ocurre en el mundo está bastante extendida.

Al menos, es llamativa la amplia lista de ámbitos y temas en torno a los cuales ha proliferado:

  1. Intrigas políticas
  2. Sociedades secretas
  3. Guerras promovidas por poderes ocultos
  4. Profecías apocalípticas
  5. Contactos con extraterrestres
  6. Experimentos genéticos con humanos
  7. Uso de tecnología para el control de la mente
  8. Creación de patógenos en laboratorios.
  9. La transición a la televisión digital no ha sido sino una artimaña para introducir subrepticiamente en cada casa cámaras y micrófonos. Convenientemente instalados en nuestros nuevos televisores y descodificadores por algún poder oculto.

Las llamadas “teorías de la conspiración” tratan de explicar las causas de acontecimientos que son socialmente perturbadores. Otra característica de estas teorías es que aluden a actores que –en secreto y de manera coordinada- trabajan para lograr objetivos ocultos, ilegales, malévolos o poco acordes con la ética. Pero, ¿por qué se llega a dar veracidad a algunas de estas creencias?

Alguien podría pensar que se trata de síntomas delirantes, tan sólo compartidos por personas que tienen alguna enfermedad mental con componentes de paranoia. Pero lo cierto es que –lejos de tratarse de un fenómeno individual- las “teorías de la conspiración” son un “fenómeno de masas”.

Sólo hay que echar un vistazo a Internet para convencerse de ello. De hecho, algunos autores se han referido a ellas con el término más técnico de “cognición social paranoide”.

Un estudio publicado en el European Journal of Social Psychology (2013), analiza algunos de los factores que podrían estar asociados con la creencia en las teorías de la conspiración. En concreto, los autores identifican dos variables que serían clave:

  1. La existencia de un contexto de incertidumbre
  2. Las dudas sobre la moralidad de los agentes supuestamente implicados.

Según plantean los investigadores, las teorías de la conspiración son una forma de “dar sentido” a acontecimientos que resultan estresantes para el ciudadano de a pie. Por ser incontrolables, aleatorios, confusos o difíciles de comprender con las categorías de pensamiento que habitualmente usamos.

Son hechos que se salen de lo común y que conllevan una cierta sensación de ser vulnerable ante lo desconocido, pues sus causas y la forma de hacerles frente son inciertas.

Sigue leyendo en Psynthesis
Imagen: TheVerge

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿La infidelidad en Facebook es menos dolorosa?

  • 29/07/2013
  • David Aparicio
Infidelidad

Especialistas en terapia de parejas investigaron las repercusiones de la infidelidad online, especialmente en Facebook. Lo que encontraron fue que esto provoca experiencias emocionales similares a la infidelidad fuera de internet. También se observó que cuenta con características de afrontamiento propias.

Jaclyn Craves coautoria del estudio, explicó que hoy en día existe una fuerte creencia de que si la infidelidad se limitó a la actividad online, no es tan dolorosa. Sin embargo, en su experiencia clínica este tipo de infidelidad también genera dolor y problemas.

Cravens desarrolló esta investigación porque se dió cuenta de que no existe literatura específica sobre el tema.

No tienen claramente establecido cuáles son las reglas sobre la conducta online

Para realizar la investigación, las autoras utilizaron datos que provenían de FacebookCheating. Luego de analizar estos datos se pudo determinar que el proceso de afrontamiento tiene características propias. A partir de esto se desarrolló un modelo de 5 etapas:

  1. Signos de alerta: la pareja que ha sido engañada se da cuenta por corazonadas a causa de comportamientos sospechosos de su pareja en internet. Por ejemplo, minimizar las ventanas, limpiar habitualmente el historial del navegador o agregar contraseñas.

  2. Descubriendo la infidelidad: La persona inicia por sí misma investigaciones sobre esos signos de alerta o descubre accidentalmente la infidelidad.

  3. Valoración de daños: la persona determina si los hechos descubiertos eran o no una violación a la relación.

  4. Actuar según la valoración: Si la persona determina que hubo una violación a la relación, entonces se determinará si confrontar o evitar a la pareja. Algunas veces los individuos deciden que la evidencia no es lo suficientemente concreta. Otros toman represalias como enviarles mensajes online a la persona con la que su pareja estaba siéndole infiel.

  5. Tomar una decisión en la relación: se basa en cómo el individuo decide actuar, ellos por lo general toman una decisión sobre la relación. Algunos deciden terminar la relación porque su confianza fue violada. Otros monitorean la conducta de su pareja para asegurarse que no vuelva a pasar. Otros no se deciden sobre el próximo paso a seguir.

Cravens agregó: “Para muchas personas, el paso 3 puede ser muy difícil porque las parejas no tienen claramente establecido cuáles son las reglas sobre la conducta online. No están totalmente seguros de si estas conductas pueden considerarse como un engaño.”

El impacto emocional no es menos grave que los actos cometidos en persona

En cualquier caso, el impacto emocional de la infidelidad online no es menos grave que los actos cometidos en persona.

“El terapueta debe ser capaz de encontrar qué fue violado en el contrato de pareja. Reconocer la experiencia emocional y procesar las emociones en las dos partes de la pareja”, remarca Cravens.

Los resultados de esta investigación pueden ser beneficiosos, especialmente para los terapeutas que tratan los problemas maritales con raíz en la infidelidad online. Además ofrece fundamentos para futuras investigaciones.

Fuente: ScienceDaily
Imagen: nortedigital

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los juegos musicales podrían cultivar la empatía en los niños

  • 25/07/2013
  • David Aparicio
Empatía

El investigador Tal-Chen Rabinowitch de la Universidad de Cambridge y sus colaboradores, acaban de publicar en la revista Psychology of Music, un estudio interesante. El mismo sugiere que participar en juegos musicales podría ayudar a cultivar el sentido de empatía en niños.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores diseñaron un programa musical que estaba compuesto por varios juegos musicales. Dichos juegos estaban basados en investigaciones anteriores que descubrieron elementos específicos que promueven el desarrollo de la empatía. El programa se implementó durante todo el año escolar y participaron niños de 8 a 11 años.

Se establecieron dos grupos control para evaluar la repercusión del programa musical de los niños. Un grupo participó en un programa similar de música, que incluyó varios juegos pero no la interacción musical. El segundo grupo de niños no participó en ningún programa.

También se midió la empatía emocional de los niños antes y después del estudio. Esto permitió observar un incremento sustancial en las puntuaciones de empatía luego de participar en el programa musical. Además, los niños en el programa musical tuvieron promedios más altos en comparación con los niños en el grupo control.

Rabinowitch explicó en una entrevista con PsyPost:

“Lo que es especial sobre la interacción musical es que se basa en una mezcla muy rica e intensa de habilidades sociales y emocionales que parecen ser también importantes para la empatía emocional (por ejemplo: imitación, entretenimiento, etc.). Creemos que esto no es una casualidad, sino que es el producto de la co-evolución de la música y de la estructura social. Habiendo dicho esto, por supuesto que hay otras formas de interacción que también pueden impactar positivamente en la empatía, pero la música parece sobresalir.”

Rabinowitch también reconoció que es realmente difícil controlar el sesgo del experimentador en este tipo de estudios.

Aunque la puntuación actual de empatía era totalmente computarizada, las sesiones de interacción con la música y el control fueron mediados por el y se podría argumentar que, en principio, podría haberse inducido de alguna manera la empatía al grupo en el programa de música.

Por otra parte, esto le permitió acceder directamente a las diversas dinámicas de grupo y también representar las intervenciones de música y un control más comparable. Ya que los niños de los dos grupos se reunieron con el mismo mediador. En cualquier caso, nuestro plan en el futuro es desarrollar un estudio a escala más grande que incluya mediadores especializados.

Este estudio confirma que la empatía es susceptible a intervención. Mejorando la empatía de los niños, tal vez podamos construir una sociedad más comprometida con el bienestar social.

Fuente:  PsyPost
Imagen:  Engage, Inc. en Flickr

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El síndrome del muerto viviente

  • 23/07/2013
  • Marisa Fernandez

En el verano de 2012, en una carta al editor del Journal of Neuropsychiatry & Clinical Neuroscience, Huber & Agorastos describían el caso de  ‘Mr. H’, un varón con esquizofrenia paranoide e historia previa de abuso de cannabis. ‘Mr H.’ fue ingresado en una unidad de psiquiatría tras haber agredido a varias personas. Pero lo más curioso fue su justificación de porqué lo hizo.  Según describieron los autores, el paciente afirmaba haber muerto ahogado en un lago años antes, aunque decía haber sido reanimado en forma de ‘zombi’ gracias a la radiación de los teléfonos móviles. Así, sentía que aún estaba muerto, que aún estaba bajo el agua y que todos los demás humanos habían pasado por la misma situación que él, con lo que todos eran ahora zombis. Al preguntarle por una explicación y justificación para su conducta violenta, el paciente argumentaba que por supuesto es moralmente incorrecto golpear a personas vivas, ¡pero no hay nada de malo en golpear a zombis! Además, y dentro de su delirio, no tenía miedo de ser perseguido por la ley pues ya estaba muerto y carecía de sentimientos.

‘Mr H.’ sufría lo que se ha denominado síndrome de Cotard en honor al neurólogo francés que lo describió más detalladamente, un cuadro clínico que se ha observado en casos de traumatismos, esclerosis múltiple, tumores cerebrales, tifus y esquizofrenia, entre otros.

Características clínicas

Garry Young (2012) cuenta en su publicación  en Philosophy, Psychiatry & Psychology (2012) cuáles son las características de este síndrome tan espectacular y que nos deja atónitos. Entre ellas destaca la creencia de que uno no existe o que está muerto (o en ocasiones alguna de sus partes del cuerpo). Se consideraba como  parte de un trastorno más complejo llamado ‘delirio de negación’ que incluía también ideas suicidas, melancolía ansiosa (depresión intensa), pensamientos de sufrir un daño grave o estar poseído, y también ilusiones de inmortalidad.

Creencia de que uno no existe o que está muerto

Como dato llamativo está el hecho de que puedan englobarse dos de esas manifestaciones, en principio opuestas, dentro el mismo cuadro clínico. Así, encontramos, por un lado, la negación de la propia existencia y vida del sujeto, y por otro, la idea de inmortalidad. Según describe Young, hay dos rasgos generales en el síndrome que agruparían sus características clínicas.  Por un lado, los pacientes presentan depresión intensa y esto se asociaría con la melancolía y las ideas suicidas, y por otro, los pacientes sufrirían lo que él ha descrito como un ‘cambio en la existencialidad’, que podría mostrarse como la sensación de no existir y/o la sensación de inmortalidad, según cada paciente. Young plantea que lo que sucede en el síndrome de Cotard es una alteración del estado de familiaridad con aquellos estímulos que percibe la persona, incluido ella misma.

En los intentos por explicar la fenomenología del síndrome de Cotard desde un punto de vista más próximo a la neurociencia, se ha demostrado que estos pacientes tienen, además, una falta de respuesta afectiva ante las caras familiares (medido con la respuesta de conductancia de la piel). Según Young y Leafhead (1996) el paciente con síndrome de Cotard intenta explicarse el hecho de no sentir emoción con un rostro conocido como consecuencia de un cambio en sí mismo (y lo relaciona con la depresión que sufren estos pacientes), llevándole a la conclusión de que debe estar muerto.

Otros autores como Ramachandran y Blakeslee (1998) proponen que estos sujetos tienen una alteración más global de las vías neurales que se proyectan al sistema límbico. Esto conllevaría un aplanamiento en todas las respuestas afectivas a cualquier estimulación sensorial (no solo las caras).

Tienen una falta de respuesta afectiva ante las caras familiares

Según Ratcliffe (2008) se habría perdido el sentimiento que todos tenemos de pertenencia o de participación como parte del mundo. Sería la pérdida del sentimiento de familiaridad con el mundo, así como el no sentirse dueño o poseedor de las propias experiencias.

Metabolismo cerebral diferente

Vanessa Charland-Verville y sus colaboradores han publicado recientemente en la revista Cortex (2013) el caso de un paciente que, tras intentar suicidarse por electrocución, estaba convencido de que su cerebro había muerto, a pesar de que su mente y cuerpo seguían activos. Se le realizó un estudio neuropsicológico en el que se evidenciaron alteraciones moderadas en la memoria inmediata y la atención. Además, este trabajo es el primero en utilizar la tomografía por emisión de positrones con fluorodesoxiglucosa para caracterizar el metabolismo cerebral en un paciente con síndrome de Cotard. Los resultados de la prueba mostraron:

  • Hipometabolismo (menor consumo de glucosa) en la red cortical fronto-parietal bilateral, implicando el precuneo y el cíngulo posterior adyacente, áreas fronto-mesiales y cíngulo anterior adyacente, ambos lóbulos parietales posteriores y frontales dorsolaterales, así como la unión temporoparietal derecha.

  • Hipermetabolismo (mayor consumo de glucosa) en ambos tálamos, el cerebelo y el tallo cerebral.

Estas áreas son importantes en aspectos como la consciencia y la integración de información sobre uno mismo. Así, los autores proponen que en el síndrome de Cotard tendría lugar una alteración profunda de aquellas áreas que participan en la consciencia y en nuestro permanente sentido de nosotros mismos.

Marisa Fernandez es neuropsicóloga senior en UnoBrain, una plataforma online destinada a promover el cuidado de la salud cerebral de adultos y niños.

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