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Ciencia y Evidencia en Psicología

2850 Publicaciones

Investigación, neurociencia, modelos teóricos y psicopatología

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Aún en casos leves, COVID afecta las funciones mentales y el tamaño del cerebro

  • 30/03/2022
  • Maria Fernanda Alonso

Llevamos poco más de dos años conviviendo con la pandemia por COVID-19. En este tiempo, las investigaciones en personas con cuadros de COVID grave y severo informaron que las células inflamatorias del exterior del cerebro pueden ingresar al tejido cerebral y propagar la inflamación (Yang et al., 2021); puede haber cambios en los vasos sanguíneos (Kelsch et al., 2021); las células cerebrales pueden incluso tener cambios similares a los que se observan en las personas con la enfermedad de Alzheimer (Frigerio et al., 2019). 

Recientemente fue publicado un estudio que se enfocó en investigar los efectos de la COVID leve en el cerebro (es decir, una infección que no requiere hospitalización). Sus hallazgos pueden explicar algunos de los cambios cerebrales que contribuyen a la “COVID prolongada” (Douaud et al., 2022).

¿Qué es COVID prolongado?

Muchas personas que han tenido COVID reportan experimentar “niebla mental”, fatiga y problemas de concentración y memoria mucho después de que se resuelven los síntomas iniciales. Estos problemas son denominados «COVID prolongado», y pueden durar meses incluso después de una infección leve.

La COVID prolongada es muy común y puede afectar a más de la mitad de las personas que contraen la COVID, incluso si tienen un caso leve (Taquet et al., 2021).

Qué metodología usaron

Douaud y sus colegas recopilaron datos existentes en el Biobanco del Reino Unido, y analizaron las imágenes de resonancia magnética (IRM) del cerebro y las pruebas de las funciones cerebrales de 785 voluntarios que fueron evaluados antes de la pandemia. Luego compararon esto con los mismos datos recopilados tres años después, cuando aproximadamente la mitad de esos participantes había tenido una infección leve por COVID y la otra mitad no había contraído tal enfermedad. Esto permitió a los científicos determinar los efectos específicos de la infección leve por COVID en la estructura y función del cerebro.

Qué encontraron

El grupo que tuvo COVID leve un promedio de cinco meses antes presentó un adelgazamiento del tejido cerebral en varias regiones del cerebro, que van desde el 0,2% hasta alrededor del 2% en comparación con su exploración anterior a la COVID. Esto equivale a entre uno y seis años de envejecimiento cerebral normal (Grieve et al., 2005). Las regiones cerebrales afectadas incluyeron la circunvolución parahipocampal (un área relacionada con la memoria (Aminoff et al., 2013)) y la corteza orbitofrontal, que se encuentra en la parte frontal del cerebro y es importante para el olfato y el gusto (Rolls, 2002).

El grupo post-COVID también mostró una reducción en el tamaño general del cerebro entre sus resonancias magnéticas que no se observó en el grupo sin COVID, y tenía conexiones alteradas entre diferentes regiones del cerebro en la corteza olfativa, un área relacionada con el olfato.

Además, se desempeñaron peor en una prueba de atención y flexibilidad mental, un hallazgo que se asoció con reducciones de volumen dentro de una parte del cerebelo.

¿Qué pasó cuando compararon estos resultados con otras enfermedades?

Para mostrar que estos cambios eran específicos de COVID y no solo relacionados con tener una enfermedad respiratoria, los científicos también observaron a un grupo de personas que tenían neumonía. No vieron los mismos cambios, lo que confirma que están relacionados con COVID.

Las disminuciones en el volumen cerebral son comunes a muchas enfermedades y trastornos cerebrales asociados con la degeneración, y se han encontrado en personas con deterioro cognitivo leve (Bennett et al., 2019), enfermedad de Alzheimer (Zhu et al., 2020), depresión (Yu et al., 2018) y lesión cerebral traumática (Chen et al., 2008), entre otros.

Los problemas de memoria y atención también son frecuentes en las personas con estas enfermedades y trastornos, lo que indica que una infección leve por COVID puede acelerar la degeneración cerebral. Estos cambios podrían explicar los síntomas informados de COVID prolongado, como la niebla mental.

El estudio no analizó los mecanismos de la COVID leve en el cerebro. Sin embargo, los autores sugieren que esto podría deberse a la inflamación, la degeneración que se propaga a través de las vías cerebrales asociadas con el olfato o la privación sensorial debido a la pérdida del olfato.

Limitaciones del estudio

En primer lugar, los autores señalan que sus hallazgos no significan que todas las personas que han tenido infecciones leves de COVID tendrán estos mismos cambios cerebrales y degeneración cerebral a largo plazo. Hay varias cosas importantes que todavía no sabemos, como por ejemplo, si estos cambios cerebrales empeorarán con el tiempo o si volverán a los niveles normales o anteriores de funcionamiento. Más investigación durante mucho tiempo nos ayudaría a comprender la trayectoria de los cambios cerebrales.

Por otro lado, el estudio solo incluyó a personas de 51 a 81 años, por lo que no sabemos si estos hallazgos son relevantes para personas más jóvenes o niños. Los cambios cerebrales encontrados en el estudio fueron más pronunciados en los participantes mayores, por lo que podría ser que las personas mayores sean más susceptibles. Se necesita otro estudio para determinar si las mismas alteraciones cerebrales ocurrirían en personas más jóvenes, o si estos hallazgos son comunes solo en personas mayores.

Hubo algunas diferencias entre los grupos antes de COVID, con volúmenes más pequeños de áreas profundas del cerebro. Sin embargo, estos se encontraban en áreas cerebrales diferentes a las afectadas después de la COVID.

Los científicos también encontraron puntajes ligeramente reducidos para las funciones cerebrales de pensar y recordar en el grupo que pasó a tener COVID. Este estudio no excluyó específicamente a las personas con enfermedades cerebrales degenerativas, como las enfermedades de Alzheimer o Parkinson, pero los científicos no creen que esto pueda explicar los cambios que encontraron.

Finalmente, los investigadores resaltan que se desconocen los efectos de las diferentes variantes y la vacunación. Debido a la naturaleza del estudio, no se disponía de información sobre la cepa de COVID con la que se infectaron las personas. Por lo tanto, no es posible suponer que los hallazgos serían los mismos para las personas con la cepa Omicron, ahora más frecuente. Tampoco es posible determinar el efecto que la vacunación puede tener en la disminución de los cambios cerebrales. Dado el momento del estudio, es probable que la mayoría de las personas en el grupo post-COVID se hayan infectado en 2020, por lo que es posible que no hayan estado vacunadas.

Este estudio proporciona la primera información importante sobre los cambios cerebrales en personas con infección leve por COVID. Hasta que tengamos toda la información, debemos estar alerta pero no alarmados por los hallazgos emergentes.

Referencias bibliográficas:

  • Aminoff, E. M., Kveraga, K., & Bar, M. (2013). The role of the parahippocampal cortex in cognition. En Trends in Cognitive Sciences (Vol. 17, Número 8, pp. 379-390). https://doi.org/10.1016/j.tics.2013.06.009
  • Bennett, I. J., Stark, S. M., & Stark, C. E. L. (2019). Recognition Memory Dysfunction Relates to Hippocampal Subfield Volume: A Study of Cognitively Normal and Mildly Impaired Older Adults. The Journals of Gerontology. Series B, Psychological Sciences and Social Sciences, 74(7), 1132. https://doi.org/10.1093/geronb/gbx181
  • Chen, J.-K., Johnston, K. M., Petrides, M., & Ptito, A. (2008). Neural Substrates of Symptoms of Depression Following Concussion in Male Athletes With Persisting Postconcussion Symptoms. Archives of general psychiatry, 65(1), 81-89. https://doi.org/10.1001/archgenpsychiatry.2007.8
  • Douaud, G., Lee, S., Alfaro-Almagro, F., Arthofer, C., Wang, C., McCarthy, P., Lange, F., Andersson, J. L. R., Griffanti, L., Duff, E., Jbabdi, S., Taschler, B., Keating, P., Winkler, A. M., Collins, R., Matthews, P. M., Allen, N., Miller, K. L., Nichols, T. E., & Smith, S. M. (2022). SARS-CoV-2 is associated with changes in brain structure in UK Biobank. Nature. https://doi.org/10.1038/s41586-022-04569-5
  • Frigerio, C. S., Wolfs, L., Fattorelli, N., Thrupp, N., Voytyuk, I., Schmidt, I., Mancuso, R., Chen, W.-T., Woodbury, M. E., Srivastava, G., Möller, T., Hudry, E., Das, S., Saido, T., Karran, E., Hyman, B., Hugh Perry, V., Fiers, M., & De Strooper, B. (2019). The Major Risk Factors for Alzheimer’s Disease: Age, Sex, and Genes Modulate the Microglia Response to Aβ Plaques. En Cell Reports (Vol. 27, Número 4, pp. 1293-1306.e6). https://doi.org/10.1016/j.celrep.2019.03.099
  • Grieve, S. M., Clark, C. R., Williams, L. M., Peduto, A. J., & Gordon, E. (2005). Preservation of limbic and paralimbic structures in aging. Human Brain Mapping, 25(4), 391-401. https://doi.org/10.1002/hbm.20115
  • Kelsch, R. D., Silbergleit, R., & Krishnan, A. (2021). Neuroimaging in the First 6 Weeks of the COVID-19 Pandemic in an 8-Hospital Campus: Observations and Patterns in the Brain, Head and Neck, and Spine. En Journal of Computer Assisted Tomography (Vol. 45, Número 4, pp. 592-599). https://doi.org/10.1097/rct.0000000000001179
  • Rolls, E. T. (2002). The Functions of the Orbitofrontal Cortex. En Principles of Frontal Lobe Function (pp. 354-375). https://doi.org/10.1093/acprof:oso/9780195134971.003.0023
  • Taquet, M., Dercon, Q., Luciano, S., Geddes, J. R., Husain, M., & Harrison, P. J. (2021). Incidence, co-occurrence, and evolution of long-COVID features: A 6-month retrospective cohort study of 273,618 survivors of COVID-19. PLoS Medicine, 18(9), e1003773. https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1003773
  • Yang, A. C., Kern, F., Losada, P. M., Agam, M. R., Maat, C. A., Schmartz, G. P., Fehlmann, T., Stein, J. A., Schaum, N., Lee, D. P., Calcuttawala, K., Vest, R. T., Berdnik, D., Lu, N., Hahn, O., Gate, D., McNerney, M. W., Channappa, D., Cobos, I., … Wyss-Coray, T. (2021). Dysregulation of brain and choroid plexus cell types in severe COVID-19. Nature, 595(7868), 565-571. https://doi.org/10.1038/s41586-021-03710-0
  • Yu, S., Shen, Z., Lai, R., Feng, F., Guo, B., Wang, Z., Yang, J., Hu, Y., & Gong, L. (2018). The Orbitofrontal Cortex Gray Matter Is Associated With the Interaction Between Insomnia and Depression. Frontiers in Psychiatry / Frontiers Research Foundation, 0. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2018.00651
  • Zhu, L., Wang, Z., Du, Z., Qi, X., Shu, H., Liu, D., Su, F., Ye, Q., Liu, X., Zhou, Z., Tang, Y., Song, R., Wang, X., Lin, L., Li, S., Han, Y., Wang, L., & Zhang, Z. (2020). Impaired Parahippocampal Gyrus-Orbitofrontal Cortex Circuit Associated with Visuospatial Memory Deficit as a Potential Biomarker and Interventional Approach for Alzheimer Disease. Neuroscience bulletin, 36(8). https://doi.org/10.1007/s12264-020-00498-3

Fuente: The Conversation

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Si del sueño se trata, importa más la calidad que la cantidad

  • 23/03/2022
  • Maria Fernanda Alonso

Descansar suficientemente es necesario para que el organismo ponga en marcha distintos procesos protectores y regenerativos que coadyuvan al funcionamiento óptimo de la persona. Pero no todos necesitamos ocho horas de sueño diarias. Los investigadores hablan del “sueño de élite” para referirse a aquellos que son capaces de experimentar un sueño eficiente con sólo cuatro o seis horas de descanso (sueño) por noche. La cantidad de sueño requerido difiere según la genética de cada individuo, y las personas con “sueño corto natural familiar” prefieren y tienen la capacidad de funcionar plenamente con cuatro a seis horas de sueño por noche (Dong et al., 2022).

Por qué es importante

Los autores explican que los problemas del sueño son comunes en todas las enfermedades del cerebro. Esto tiene sentido porque el sueño es una actividad compleja. Muchas partes del cerebro tienen que trabajar juntas para que te duermas y te despiertes. Cuando estas partes están dañadas, es más difícil dormir o tener un sueño de calidad. Los llamados “durmientes de élite” muestran resiliencia psicológica y resistencia a las condiciones neurodegenerativas que pueden señalar el camino para defenderse de las enfermedades neurológicas.

En su estudio, los investigadores demostraron que el “sueño corto natural familiar” se da en familias y, hasta ahora, han identificado cinco genes en el genoma que desempeñan un papel en permitir este sueño eficiente. En estos casos, el cerebro realiza sus tareas de sueño en menos tiempo, por lo que se descartaría la tesis que sostiene que la falta de sueño puede acelerar la neurodegeneración.

Qué metodología usaron

El equipo eligió observar modelos de ratones con la enfermedad de Alzheimer porque esa condición es muy frecuente. Criaron ratones que tenían tanto el gen del sueño corto como los genes que los predisponían a la enfermedad de Alzheimer y descubrieron que sus cerebros desarrollaban mucho menos los agregados característicos asociados con la demencia. Para confirmar sus hallazgos, repitieron el experimento usando ratones con un gen de sueño corto diferente y otro gen de demencia y vieron resultados similares.

Los autores consideran que investigaciones similares de otras condiciones cerebrales mostrarían que los genes del sueño eficiente confieren protecciones comparables. Mejorar el sueño de las personas podría retrasar la progresión de la enfermedad en todo un espectro de condiciones, dijeron.

La comprensión de los fundamentos biológicos de la regulación del sueño podría ayudar a identificar fármacos para la prevención de los trastornos del sueño. Además, mejorar el sueño en personas sanas puede mantener su bienestar y mejorar la calidad del tiempo que cada uno tiene. Pero perseguir los muchos genes involucrados es un juego largo que ellos comparan con armar un rompecabezas de mil piezas.

A pesar del largo camino por recorrer, ya hay promesas en algunos de los pocos genes que han identificado. Al menos uno de ellos puede ser objeto de medicamentos existentes que podrían reutilizarse. Su esperanza es que dentro de la próxima década, habrán ayudado a facilitar nuevos tratamientos que permitan a las personas con trastornos mentales descansar mejor por la noche, vivir de manera más saludable y por más tiempo a través de un sueño óptimo.

Referencia bibliográfica: Dong, Q., Gentry, N. W., McMahon, T., Yamazaki, M., Benitez-Rivera, L., Wang, T., Gan, L., Ptáček, L., & Fu, Y.-H. (2022). Familial natural short sleep mutations reduce Alzheimer pathology in mice. En iScience (p. 103964). https://doi.org/10.1016/j.isci.2022.103964

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Usar internet como escape podría aumentar los síntomas depresivos

  • 21/03/2022
  • Maria Fernanda Alonso

Con mayor frecuencia que antes, las personas dedican una porción importante de su tiempo al uso de internet. La falta de autocontrol sobre esta actividad puede desembocar en condiciones relacionadas al uso problemático de internet. Particularmente, un estudio reciente encontró que usar internet como un escape de las preocupaciones puede ser inofensivo a corto plazo, pero puede generar problemas emocionales en el futuro, ya que las personas con una mayor tendencia a usar internet como una distracción tenían niveles promedio más altos de uso problemático de internet y depresión (Hernández et al., 2022). 

Qué metodología usaron

Los investigadores realizaron un estudio longitudinal para explorar cómo interactúan con el tiempo el uso de Internet como distracción, el uso problemático de internet y la sintomatología depresiva. Para ello, pidieron a 163 personas de Chile que respondieran encuestas durante 35 días. Cada dos días les hacían preguntas relacionadas con el uso problemático de internet (“en los últimos dos días me costó controlar el tiempo que pasaba conectado a internet, videojuegos o redes sociales”) y el uso de internet como distracción (“en los últimos dos días usé Internet para desconectarme de mis preocupaciones”). La sintomatología depresiva se evaluó cada cinco días.

Es de destacar que los datos de los participantes se recopilaron durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19, entre abril y junio de 2020, un momento en que los niveles de estrés eran altos y el uso de internet era más alto de lo normal.

Qué encontraron

Los investigadores encontraron que las personas con una mayor tendencia promedio a usar Internet como una distracción de las preocupaciones también tenían niveles promedio más altos de depresión y niveles promedio más altos de uso problemático de internet. En particular, las fluctuaciones momentáneas en el uso de Internet como distracción no se asociaron con aumentos momentáneos de la depresión. Los autores dicen que esto sugiere que usar internet como un escape de las emociones no es una mala adaptación a corto plazo, pero a largo plazo, si los niveles promedio de uso son altos, puede volverse dañino para la salud mental, debido a que el uso crónico de Internet para desconectarse de las preocupaciones puede funcionar como un amortiguador emocional para mitigar la emocionalidad negativa a corto plazo, pero a costa de consolidar un uso problemático de la tecnología y síntomas depresivos si se convierte en un hábito.

Además, el análisis de mediación sugirió que el uso problemático de internet ayudó a explicar el vínculo entre el uso de Internet como distracción y la depresión. Los participantes con niveles más altos de distracción en Internet en promedio tendieron a mostrar mayor dificultad para controlar su uso a lo largo del tiempo, lo que a su vez se vinculó con niveles promedio más altos de síntomas depresivos. La vía inversa también fue significativa: los sujetos con niveles promedio más altos de depresión tendían a mostrar mayor dificultad para controlar su uso de internet, lo que a su vez estaba relacionado con una tendencia promedio más alta a usar Internet como una distracción de la preocupación.

Los autores dicen que sus hallazgos subrayan la importancia de considerar las intenciones de una persona de usar Internet al abordar problemas con el control del uso de Internet. Se deben realizar estudios futuros para ver si los resultados se replican fuera del contexto de COVID-19.

Referencia bibliográfica: Hernández, C., Cottin, M., Parada, F., Labbé, N., Núñez, C., Quevedo, Y., Davanzo, A., & Behn, A. (2022). Watching the world from my screen: A longitudinal evaluation of the influence of a problematic use of the internet on depressive symptomatology. En Computers in Human Behavior (Vol. 126, p. 106995). https://doi.org/10.1016/j.chb.2021.106995

Fuente:  Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Puede la psicopatía no ser un trastorno mental sino una adaptación evolutiva?

  • 18/03/2022
  • Maria Fernanda Alonso

La psicopatía se caracteriza por un “comportamiento antisocial, impulsivo, manipulador e insensible”. Muchas de sus características definitorias caen, actualmente, bajo los criterios diagnósticos del Trastorno Antisocial de la Personalidad en el DSM-5. A pesar de la creencia generalizada entre la comunidad científica de que la psicopatía es un trastorno mental, investigadores han propuesto una perspectiva alternativa, con mentalidad evolutiva: que la psicopatía es, en cambio, una estrategia de explotación social de la historia de la vida mantenida por una selección negativa dependiente de la frecuencia.

La visión evolutiva de la psicopatía postula que «el comportamiento arriesgado, oportunista e insensible» característico de los psicópatas habría aumentado el éxito reproductivo en entornos ancestrales. Estos rasgos habrían surgido cuando era necesario que promuevan la aptitud física. Por ejemplo, en condiciones de una alta proporción de cooperadores a psicópatas, los individuos psicópatas podrían explotar la confianza y la cooperación de otros para mejorar sus oportunidades reproductivas. Los rasgos psicopáticos en tales condiciones se habrían visto favorecidos por la selección.

Una hipótesis comprobable con respecto a este debate es hasta qué punto los individuos psicópatas (frente a los no psicópatas) muestran signos de perturbaciones del desarrollo neurológico. Una medida indirecta de tales perturbaciones es la lateralidad (zurdo/diestro/ambidiestro), ya que no ser diestro indica problemas de desarrollo neurológico. 

Un metanálisis reciente, en el que participaron más de 2 millones de personas, encontró que aproximadamente el 11 % de la población era zurda. Se cree que el sesgo por ser diestro proviene de presiones de selección a lo largo de nuestra historia evolutiva. Hay asimetrías tanto estructurales como funcionales en el cuerpo humano, y la lateralización del cerebro (es decir, las funciones neuronales son más dominantes en diferentes hemisferios del cerebro) es una de esas asimetrías. Dado que el hemisferio izquierdo del cerebro controla el lado derecho del cuerpo, el dominio de la mano derecha puede ser un subproducto de la asimetría funcional genéticamente determinada de la lateralización del cerebro para el procesamiento del lenguaje del hemisferio izquierdo y/o las habilidades motoras finas.

Para otro metanálisis, los investigadores se centraron en la lateralidad como indicador de las perturbaciones del desarrollo neurológico (Pullman et al., 2021). No ser diestro se ha asociado con bajo peso al nacer, complicaciones en el parto, estrés prenatal y exposición prenatal a hormonas, lo que sugiere que puede estar asociado con la interrupción del desarrollo cerebral pre y perinatal de estructuras cerebrales críticas. Por ejemplo, en comparación con los grupos de control sanos, es más probable que las personas con esquizofrenia y depresión sean zurdas.

Este metanálisis solo incluyó estudios que: se realizaron en inglés, incluyeron una muestra identificable de participantes en su mayoría adultos, tenían al menos 10 participantes en cada grupo, usaron una medida validada de psicopatía (pero no trastorno de personalidad antisocial), midieron la lateralidad y contenía suficiente información estadística para el cálculo del tamaño del efecto. Además, la no diestra se definió como zurda, mixta o ambidestreza, medida con preferencia de mano autoinformada, preferencia de mano al escribir o inventarios de mano validados”. El metanálisis incluyó 16 estudios de 25 informes individuales publicados entre 1985 y 2017, con un total general de 1818 participantes.

Qué encontraron

  • Pullman y sus colegas no encontraron apoyo para el modelo de trastorno mental de la psicopatía, y el metanálisis proporcionó apoyo parcial para el modelo de psicopatía de historia de vida adaptativa. 
  • No hubo diferencias en la tasa de personas que no eran diestras entre los participantes de la comunidad con una puntuación alta (vs. baja) en psicopatía. Y aunque no hubo diferencia en las tasas de no diestros entre los delincuentes psicópatas (vs. no psicópatas), hubo una tendencia a que aquellos con puntuaciones más altas en la dimensión interpersonal/afectiva de la psicopatía tuvieran tasas más bajas de no diestros, mientras que aquellos con puntajes más altos en la dimensión conductual tenían tasas más altas de no diestros. La dimensión conductual de la psicopatía puede ser conceptualmente más similar al trastorno de personalidad antisocial y la delincuencia persistente a lo largo de la vida. 
  • Por último, no hubo diferencias en las tasas de no diestros entre los pacientes de salud mental psicópatas (vs. no psicópatas).

Los autores señalan varias limitaciones. Hubo una pequeña cantidad de estudios primarios que examinaron la relación entre la psicopatía y la lateralidad; como tal, el bajo poder estadístico podría impedir el descubrimiento de cualquier diferencia de grupo que exista. Además, los autores no pudieron abordar la variable de confusión de la comorbilidad con la psicopatía; es posible que los individuos psicópatas tengan otras enfermedades mentales (no determinadas en este trabajo), lo que podría confundir los resultados. Curiosamente, la tasa de comorbilidad de la enfermedad mental con la psicopatía tiende a ser más baja que la de otros trastornos mentales, lo que es coherente con la perspectiva de la adaptación. Por último, las muestras incluidas estaban parcial o totalmente compuestas por mujeres; sin embargo, el modelo adaptativo de psicopatía pertenece a los hombres y puede no extenderse a las mujeres. Por lo tanto, el trabajo futuro debería examinar la relación entre la psicopatía y la lateralidad en los hombres específicamente.

Referencia bibliográfica: Pullman, L. E., Refaie, N., Lalumière, M. L., & Krupp, D. B. (2021). Is Psychopathy a Mental Disorder or an Adaptation? Evidence From a Meta-Analysis of the Association Between Psychopathy and Handedness. En Evolutionary Psychology (Vol. 19, Número 4, p. 147470492110404). https://doi.org/10.1177/14747049211040447

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

1 de cada 3 nuevas madres tuvo depresión postparto en la primera etapa de la pandemia por COVID-19

  • 17/03/2022
  • Maria Fernanda Alonso

La depresión postparto, así como los trastornos de ansiedad y estado de ánimo perinatal, son causados por factores neurobiológicos y estresores ambientales. Antes de la pandemia por COVID, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estimaron que 1 de cada 8 mujeres experimentaba depresión postparto, y alrededor del 5-7% experimentaba síntomas depresivos importantes. Con la llegada del COVID-19, estas tasas aumentaron considerablemente: según un estudio reciente, 1 de cada 3 personas que dieron a luz durante las primeras etapas de la pandemia, dio positivo para depresión postparto (casi el triple de los niveles previos a la pandemia) y 1 de cada 5 tenía síntomas depresivos importantes (Shuman et al., 2022).

Los investigadores recopilaron datos de encuestas recabadas entre febrero y julio de 2020, con un total de 670 pacientes posparto de EEUU, que completaron la Escala de depresión posparto de Edimburgo en línea y proporcionaron información demográfica. Los datos provienen de un estudio más amplio llamado «COVID-19 MAMAS (Accesorio, estado de ánimo, capacidad y apoyo materno).

La investigación encontró que:

  • Las mamás que alimentaron a los bebés con fórmula tuvieron un 92% más de probabilidades de dar positivo en depresión posparto y un 73% más de probabilidades de dar positivo en los síntomas depresivos mayores, en comparación con las que amamantaron o dieron biberón con su propia leche humana.
  • Las madres con bebés en unidades de cuidados intensivos neonatales tenían un 74% más de probabilidades de dar positivo en la prueba, y cada semana extra en las semanas posparto aumentó las probabilidades de dar positivo en la prueba en un 4%.
  • Las mamás preocupadas por contraer COVID-19 tenían un 71% más de probabilidades de dar positivo en la prueba de depresión posparto.
  • Casi 1 de cada 5 participantes que dieron positivo en la prueba de depresión posparto informaron haber tenido pensamientos de autoflagelo. Esto es muy preocupante dado que desde antes de la pandemia la tasa de tendencias suicidas entre pacientes prenatales y pacientes posparto está aumentando en EEUU.

Este aumento destaca la necesidad de identificar los síntomas depresivos en pacientes posparto, pero la detección es solo un primer paso. Los estudios sugieren que la lactancia materna puede ayudar a proteger a las pacientes posparto de la depresión posparto, ayudando a minimizar la gravedad de los síntomas depresivos y mejorando el tiempo de recuperación.

Además, el tratamiento es fundamental para la recuperación. Los recursos y la educación sobre la depresión posparto deben difundirse e implementarse mejor. Estos recursos deben compartirse con el público en general para reducir el estigma y compartirse con quienes brindan apoyo social y emocional a las pacientes posparto, como parejas y familiares, destacaron los autores.

Es importante que las personas gestantes no demoren en buscar tratamiento psicológico. Es fácil descartar síntomas diciendo que es solo estrés, pero los síntomas de depresión y ansiedad vinculados a la COVID-19 no son menos importantes. Llama a tu ginecóloga o pediatra y pide una referencia.​​

Referencia bibliográfica: Shuman, C. J., Peahl, A. F., Pareddy, N., Morgan, M. E., Chiangong, J., Veliz, P. T., & Dalton, V. K. (2022). Postpartum depression and associated risk factors during the COVID-19 pandemic. BMC Research Notes, 15(1), 102. https://doi.org/10.1186/s13104-022-05991-8

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Educación tradicional vs. método Montessori: ¿hace diferencia en los niños?

  • 11/03/2022
  • Maria Fernanda Alonso

Acompañar a las infancias en estos tiempos de cambios significativos supone, como siempre, una gran responsabilidad y la toma de acciones dirigidas a promover su desarrollo respetuoso e integral. Sin embargo, la educación básica tradicional puede requerir ciertos ajustes para alcanzar tales fines. Al comparar enfoques relativamente opuestos, se revelan diferencias interesantes para una comprensión científica del desarrollo infantil, por eso, un equipo de investigadores estudió el desempeño de estudiantes de escuelas Montessori y encontró que el tipo de educación que recibe un niño parece influir en cómo representa el conocimiento en la memoria a largo plazo. Sus hallazgos indican que los estudiantes Montessori tienden a presentar una red de memorias semánticas más ricamente conectada (Denervaud et al., 2021).

Por qué es importante

Existe una necesidad urgente de profundizar nuestra comprensión del desarrollo infantil, utilizando estudios comparativos, para mejorar y proporcionar las mejores prácticas y entornos educativos posibles para los niños, señala Solange Dénervaud, autora principal del estudio.

Su equipo estaba particularmente interesado ​​en determinar los efectos a largo plazo de Montessori frente a la educación tradicional. Los niños en las aulas Montessori pueden elegir libremente entre una diversidad de actividades de aprendizaje en clases de varias edades. La educación tradicional, por el contrario, se centra en actividades de aprendizaje dirigidas por un docente.

Qué metodología usaron

Para el estudio, 67 niños suizos completaron una tarea de fluidez verbal en la que se les pidió que nombraran tantos animales como pudieran. Luego, los investigadores realizaron un análisis de red semántica de las respuestas de cada niño para evaluar cómo se organizaban los animales en la memoria. Los análisis de redes semánticas representan cada concepto (nombre) como un nodo y las relaciones entre ellos como bordes. Por lo tanto, cuanto menos relacionados estén los conceptos, más largos serán los bordes (p. ej., pera y aguacate frente a pera y manzana), pero también más lento será el participante para informar sobre su relación, explicaron los investigadores.

Los niños también completaron medidas de creatividad convergente y divergente. La creatividad convergente representa la capacidad de generar una única solución óptima a un problema, mientras que la creatividad divergente representa la capacidad de generar muchas soluciones a un problema con varias respuestas posibles. Las dos muestras de niños se emparejaron en factores socioeconómicos e inteligencia no verbal. 

Qué encontraron

Los niños que habían sido educados en escuelas Montessori tendían a presentar una estructura de red semántica más «flexible». En otras palabras, exhibían más conexiones y caminos más cortos entre los conceptos de animales en comparación con los niños que recibieron educación tradicional. A su vez, los niños educados con el método Montessori obtuvieron puntajes más altos en las pruebas de pensamiento creativo.

Lo que aprendemos de este estudio, y lo que es importante comprender, es que la calidad del aprendizaje es más fundamental que la cantidad. Cuantos más conceptos se memoricen con significado, con experiencia, con implicación, con placer y comprensión personal, más se organizarán en la memoria de forma flexible, diversificada y enriquecida, explicó la autora.

Esto influye en el pensamiento creativo del niño, quien por lo tanto utilizará su conocimiento de la misma manera (en lugar de hacerlo de manera rígida). Esto ocurre especialmente durante la etapa de desarrollo (entre los 6 y los 12 años de edad), cuando el niño asimila una inmensa cantidad de conceptos nuevos cada año.

En cuanto a las limitaciones del estudio, los autores señalan que son necesarios nuevos estudios que repliquen sus resultados y, además, que sigan a los niños a través del desarrollo para validar lo observado.

También es importante estudiar con más detalle qué aspectos de la pedagogía permiten a los estudiantes apropiarse de conceptos de manera flexible y enriquecida: ¿aprendizaje entre pares? ¿La ausencia de una calificación? ¿Aprendizaje activo? Aún no hay respuestas a estas preguntas.

Referencia bibliográfica: Denervaud, S., Christensen, A. P., Kenett, Y. N., & Beaty, R. E. (2021). Education shapes the structure of semantic memory and impacts creative thinking. NPJ Science of Learning, 6(1), 35. https://doi.org/10.1038/s41539-021-00113-8

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Criterios para el diagnóstico de uso problemático de sustancias

  • 09/03/2022
  • Maria Fernanda Alonso

Si sientes que usas con frecuencia una sustancia como el alcohol, el tabaco o los opioides de una manera que te afecta negativamente, a tí o a los demás, posiblemente te preocupe haber desarrollado un trastorno por uso de sustancias (TUS). Los síntomas de este trastorno varían ampliamente de una persona a otra y pueden incluir signos físicos, psicológicos o conductuales.

Más de 35 millones de personas en el mundo padecen esta compleja y desafiante condición, según el último reporte de Naciones Unidas sobre drogas y delitos. En este documento también se informó que el consumo mundial aumentó a pesar de que la pandemia por COVID-19 tuvo un gran impacto en los mercados mundiales de drogas.

Las personas con desventajas socioeconómicas corren un mayor riesgo de sufrir trastornos por el uso de drogas, ya que la pobreza, la educación limitada y la marginación social siguen siendo factores importantes que aumentan el riesgo de trastornos por el consumo de drogas. Los grupos marginados y en situación de vulnerabilidad también pueden enfrentar obstáculos para obtener servicios de tratamiento debido a la discriminación y el estigma (United Nations Office on Drugs and Crime, 2022).

Erróneamente puede creerse que los TUS son causados por el comportamiento de una persona o su falta de fuerza de voluntad, pero es importante tener en cuenta que eso no es cierto. Los factores biológicos fuera del control de la persona juegan un papel fundamental. La activación del centro de recompensas del cerebro es la razón principal de la mayoría de las adicciones. Ya sea que el TUS se deba al alcohol, los estimulantes o los opioides, la sensación gratificante que se obtiene con el uso, que implica una liberación anormalmente alta de dopamina, a menudo es abrumadora.

El uso continuado de la sustancia puede provocar cambios en la estructura y función del cerebro. Esto puede resultar en antojos intensos, síntomas de abstinencia, problemas de aprendizaje y memoria y cambios de personalidad.

Aprender a reconocer los signos y síntomas del trastorno por uso de sustancias puede ser el primer paso para buscar ayuda y recibir tratamiento.

Tipos de trastorno por consumo de sustancias

Las sustancias por las cuales un individuo puede desarrollar un trastorno por uso de sustancias incluyen:

  • alcohol,
  • cannabis,
  • alucinógenos, incluyendo LSD y fenciclidina,
  • inhalantes,
  • opioides, como heroína o medicamentos recetados
  • sedantes, hipnóticos (medicamentos que inducen el sueño) o ansiolíticos (medicamentos contra la ansiedad),
  • estimulantes como las anfetaminas o la cocaína,
  • Tabaco.

La dependencia de dos o más sustancias es común. Por ejemplo, la evidencia sugiere que entre las personas con trastorno por consumo de heroína (NIDA, 2021):

  • más del 66% también son dependientes de la nicotina,
  • casi el 25% tiene trastorno por consumo de alcohol,
  • más del 20% tienen trastorno por consumo de cocaína,

Del mismo modo, entre las personas con trastorno por consumo de cocaína:

  • casi el 60% tiene trastorno por consumo de alcohol,
  • alrededor del 48% son dependientes de la nicotina,
  • más del 21% tiene trastorno por consumo de cannabis.

Signos y síntomas del trastorno por consumo de sustancias

Los signos y síntomas del TUS varían mucho de una persona a otra y dependen de la sustancia, la duración y la gravedad del consumo y la personalidad de la persona. A continuación se presentan algunos de los síntomas generales del consumo de sustancias.

Signos físicos del trastorno por consumo de sustancias

  • Pérdida o aumento repentino de peso.
  • Pupilas que son más pequeñas o más grandes de lo normal.
  • Ojos inyectados en sangre.
  • Cambios en el apetito y los patrones de sueño.
  • Dificultad para hablar.
  • Alteración de la coordinación o temblores.
  • Deterioro de la apariencia física o cambios en las prácticas de aseo.
  • Nariz que moquea.
  • Olores inusuales en el aliento, el cuerpo o la ropa.

Signos psicológicos del trastorno por consumo de sustancias

  • Sentirse paranoico, ansioso o temeroso.
  • Cambio inexplicable en la personalidad.
  • Sentirse drogado o borracho (mareado, colocado).
  • Falta de motivación.
  • Sentirse excesivamente cansado.
  • Períodos de energía excesiva, inestabilidad mental o inquietud.
  • Cambios repentinos en el estado de ánimo.
  • Aumento de la agitación o la ira.

Signos conductuales del trastorno por consumo de sustancias

  • Comenzar a actuar de manera secreta o sospechosa.
  • Experimentar problemas en las relaciones debido a la condición
  • Usar más de lo previsto originalmente (no poder controlar el uso de la sustancia).
  • Descuidar la familia y las amistades, así como los deberes en el hogar, la escuela o el trabajo.
  • Meterse en problemas legales, incluyendo conducir bajo los efectos de la sustancia, peleas o accidentes.
  • Cambiar repentinamente de pasatiempos, amigos o actividades.
  • Usar la sustancia en condiciones que pueden no ser seguras, como sexo sin condón u otro método de barrera, o usar jeringas que no son estériles.
  • Experimentar problemas financieros repentinos e inexplicables, que pueden incluir pedir dinero o robar con frecuencia.
  • Tratar frecuentemente de evitar o aliviar los síntomas de abstinencia.
  • Experimentar mayor tolerancia a la sustancia, lo que puede llevar a usar cada vez más.
  • Darse cuenta de que la vida gira en torno al uso de sustancias y la recuperación del uso. Por ejemplo, pensar siempre en usar, o consumir pensando cómo obtener más.
  • Dejar de participar en actividades que antes disfrutaba, debido al uso de sustancias.
  • Seguir consumiendo a pesar de las consecuencias negativas para su salud.

¿Cómo se diagnostica el trastorno por consumo de sustancias?

Para averiguar el riesgo de TUS de una persona, un profesional de la salud puede comenzar con una breve evaluación. Esto puede ser seguido por una evaluación integral y una derivación a un consejero, psicólogo o psiquiatra autorizado sobre alcohol y drogas.

Una prueba breve y común para el uso de sustancias es el cuestionario UNCOPE.

Aunque originalmente se desarrolló sobre la base de la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-4), la investigación muestra que también puede ayudar a identificar TUS según la quinta edición (DSM-5).

La proyección de UNCOPE hace las siguientes preguntas:

  • ¿Ha continuado consumiendo alcohol o drogas por más tiempo del que había planeado originalmente?
  • ¿Alguna vez ha descuidado algunas de sus responsabilidades habituales debido a su consumo de sustancias?
  • ¿Alguna vez ha querido reducir o dejar de consumir la sustancia pero no pudo?
  • ¿Alguna vez un ser querido o alguien más le ha dicho que se opone a su consumo de alcohol o drogas?
  • ¿Alguna vez se ha sentido preocupado por la idea de consumir alcohol o drogas?
  • ¿Alguna vez ha consumido alcohol o drogas para aliviar el dolor emocional, como la tristeza, la ira o el aburrimiento?

Para una evaluación más completa y para diagnosticar el trastorno por uso de sustancias, la mayoría de los médicos confían en los siguientes 11 criterios publicados en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5):

  • sensación de tener que consumir la sustancia con regularidad (diariamente o varias veces al día) y más de lo planeado originalmente;
  • pasar gran parte de su tiempo buscando, usando y/o recuperándose del consumo de la sustancia;
  • desear la sustancia;
  • necesitar más de la sustancia para obtener el mismo efecto;
  • experimentar abstinencia cuando deja de consumir la sustancia;
  • no poder cumplir con las obligaciones en el hogar, el trabajo o la escuela debido al uso de la sustancia;
  • pensamientos recurrentes de dejar de fumar pero no lograr dejar de fumar con éxito;
  • continuar consumiendo a pesar de los problemas que le causa en sus relaciones;
  • continuar consumiendo a pesar de los problemas de salud mental o física causados ​​o empeorados por ello;
  • abandonar o reducir las actividades sociales o recreativas debido al consumo de sustancias;
  • usar la sustancia en situaciones que pueden ser inseguras, como conducir bajo sus efectos o usar jeringas que no son estériles.

Un trastorno por consumo de sustancias puede considerarse leve, moderado o grave según la cantidad de síntomas que presente una persona en un período de 12 meses. De acuerdo con el DSM-5, una persona debe tener la siguiente cantidad de síntomas descritos anteriormente para que se le diagnostique TUS leve, moderado o grave:

  • Leve: 2-3 síntomas
  • Moderado: 4-5 síntomas
  • Grave: 6 o más síntomas

Diagnóstico dual

El diagnóstico también es más complejo para las personas con trastorno por uso de sustancias y una afección de salud mental, lo que se conoce como diagnóstico dual. Esto se debe a que a menudo es difícil desentrañar los síntomas superpuestos, como los de abstinencia y los de la enfermedad mental.

El alto índice de comorbilidad entre el trastorno por consumo de drogas y otras enfermedades mentales requiere una estrategia integral que identifique y evalúe ambos problemas. Por lo tanto, a las personas que buscan ayuda para el consumo o el uso indebido de drogas y la drogadicción o para una enfermedad mental se les deben evaluar ambos problemas y ofrecer el tratamiento apropiado (Baigent, 2012; Daley & Douaihy, 2019; Drake, 2004; Integrated Treatment for Mood and Substance Use Disorders, 2003; Ross & Peselow, 2012; Santucci, 2012; Schulden & Blanco, 2021).

Las personas con un diagnóstico dual a menudo tienen síntomas que son más graves, persistentes y resistentes al tratamiento que aquellos que tienen solo TUS. Varias terapias de comportamiento han dado resultados prometedores para tratar estados comórbidos. Estas estrategias pueden personalizarse para los pacientes según la edad, la droga específica que hayan usado y otros factores. Pueden usarse en forma independiente o se pueden combinar con medicamentos. Algunas de las terapias de comportamiento que se utilizan para tratar estos estados comórbidos incluyen:

  • La terapia cognitivo conductual, que ayuda a cambiar las creencias y comportamientos dañinos.
  • La terapia dialéctico conductual, diseñada específicamente para reducir los comportamientos autolesivos, entre ellos, cortarse, consumir drogas o tener intentos, pensamientos o impulsos suicidas.
  • El tratamiento asertivo comunitario, que enfatiza el acercamiento a la comunidad y las estrategias individualizadas de tratamiento.
  • Las comunidades terapéuticas, que son modalidades comunes de tratamiento residencial de largo plazo que se enfoca en la «resocialización” de la persona.
  • El control de contingencias, que proporciona cupones u otros premios a las personas que practican comportamientos saludables.

Puntos para recordar y empezar a actuar

Los signos y síntomas del trastorno por consumo de sustancias varían de una persona a otra. Los signos más notables incluyen:

  • desinterés en la escuela, el trabajo u otras actividades;
  • problemas de salud física como ojos inyectados en sangre, falta de energía o pérdida o aumento de peso;
  • falta de interés en arreglarse o mantenerse limpio;
  • cambios de comportamiento como actuar de manera reservada, aumento de la irritabilidad o cambios en el estado de ánimo, tener miedo o paranoia;
  • problemas financieros.

Reconocer estos signos y síntomas puede ser el primer paso hacia la recuperación. Si sospechas que tienes un trastorno por uso de sustancias, considera comunicarse con un profesional de la salud de confianza para una evaluación. Juntos, pueden desarrollar el plan de tratamiento adecuado.

Si aún no estás listo para ver a un profesional de la salud o estás buscando más información, puedes consultar distintas organizaciones que ofrecen recursos adicionales y grupos de apoyo, como Alcohólicos Anónimos, Narcóticos Anónimos (en Google encontrarás los grupos más cercanos a tu domicilio).

Referencias bibliográficas: 

  • Baigent, M. (2012). Managing patients with dual diagnosis in psychiatric practice. Current Opinion in Psychiatry, 25(3), 201-205. https://doi.org/10.1097/YCO.0b013e3283523d3d
  • Daley, D. C., & Douaihy, A. (2019). Treatment of Co-occurring Psychiatric Disorders. En Managing Substance Use Disorder (pp. 161-174). https://doi.org/10.1093/med-psych/9780190926717.003.0017
  • Drake, R. E. (2004). Integrated Treatment for Mood and Substance Use Disorders. En Psychiatric Services (Vol. 55, Número 5, pp. 595-595). https://doi.org/10.1176/appi.ps.55.5.595
  • Integrated Treatment for Mood and Substance Use Disorders. (2003). https://doi.org/10.1353/book.20641
  • NIDA. 2021, August 30. What are some approaches to diagnosis? Recuperado de https://nida.nih.gov/publications/research-reports/common-comorbidities-substance-use-disorders/what-are-some-approaches-to-diagnosis el 9 de marzo de 2022
  • Ross, S., & Peselow, E. (2012). Co-occurring psychotic and addictive disorders: neurobiology and diagnosis. Clinical Neuropharmacology, 35(5), 235-243. https://doi.org/10.1097/WNF.0b013e318261e193
  • Santucci, K. (2012). Psychiatric disease and drug abuse. En Current Opinion in Pediatrics (Vol. 24, Número 2, pp. 233-237). https://doi.org/10.1097/mop.0b013e3283504fbf
  • Schulden, J., & Blanco, C. (2021). Epidemiology of Co-Occurring Psychiatric and Substance Use Disorders. En The American Psychiatric Association Publishing Textbook of Substance Use Disorder Treatment. https://doi.org/10.1176/appi.books.9781615373970.kb43
  • United Nations Office on Drugs and Crime. (2022). World Drug Report 2021 (Set of 5 Booklets). United Nations. https://books.google.com/books/about/World_Drug_Report_2021_Set_of_5_Booklets.html?hl=&id=LMNdEAAAQBAJ

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

7 datos sobre el trastorno de estrés postraumático

  • 07/03/2022
  • Maria Fernanda Alonso

El trastorno de estrés postraumático es una problema de salud mental desencadenada por una situación aterradora, ya sea que la hayas experimentado o presenciado. Algunos ejemplos son los desastres naturales, accidentes graves, actos terroristas, una salida de combate durante la guerra, situaciones que amenazan la vida, violencia sexual, una lesión grave.

Si bien cualquier persona puede padecerlo, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría informa que las mujeres tienen el doble de probabilidades de ser diagnosticadas con TEPT que los hombres. Los latinos, los afroamericanos y los indígenas estadounidenses también tienen tasas de TEPT desproporcionadamente más altas.

Los síntomas pueden incluir reviviscencias, pesadillas y angustia grave, así como pensamientos incontrolables sobre la situación. Si los síntomas empeoran, duran meses e incluso años, e interfieren con tus actividades diarias, es posible que tengas trastorno de estrés postraumático.

Obtener un tratamiento efectivo puede ser esencial para reducir los síntomas y mejorar tu calidad de vida.

¿Cómo se manifiesta el TEPT?

El TEPT puede ser diferente para cada persona. Puedes sentir pánico, miedo o tener reacciones palpables en el momento presente a algo traumático de tu pasado.

Si bien muchas personas experimentan traumas, no todos desarrollan TEPT.

Los signos y síntomas del TEPT pueden ser frecuentes, intermitentes o raros, pero pueden sentirse tan fuertes ahora como durante el evento traumático.

Los síntomas se dividen en cuatro categorías:

  • Intrusión: Los síntomas de intrusión pueden incluir flashbacks, pesadillas o recuerdos angustiosos de los eventos. Estos son síntomas no deseados e involuntarios que pueden provocar efectos físicos como latidos cardíacos rápidos o sudoración.
  • Evitación: puedes evitar lugares, personas y situaciones que puedan desencadenar pánico o recuerdos del evento traumático. También puedes mantenerte alejado de cualquier cosa relacionada que te recuerde el trauma, como ciertos tipos de películas.
  • Excitación y reactividad: los síntomas de excitación son constantes, en lugar de ser provocados por un desencadenante. Esto puede incluir estrés persistente o ira. La reactividad implica cambios en la forma en que reaccionas ante ciertas situaciones. Puede comenzar fácilmente o sentirse nervioso. Tanto la excitación como la reactividad pueden conducir a problemas de sueño y comportamientos de afrontamiento perjudiciales.
  • Cambios en los pensamientos y el estado de ánimo: esto podría manifestarse como problemas de confianza, autopercepciones nuevas y negativas, o sentirse continuamente «en guardia».

Escuché un nuevo término: TEPTC. ¿Cuál es la diferencia?

Los expertos han reconocido durante un tiempo que algunos tipos de trauma pueden presentarse con síntomas adicionales. El TEPT complejo es una forma más duradera de TEPT que generalmente se desarrolla a partir de un trauma continuo (como experimentar abuso infantil).

Hay algo de controversia sobre si es un subtipo formal de TEPT o si debe considerarse una condición completamente separada.

El CTEPT no se encuentra en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), basado en los Estados Unidos, pero figura en la Clasificación internacional de enfermedades, 11.ª revisión (ICD-11).

Si estás experimentando un TEPT complejo, es más probable que tengas lapsos de memoria o que te sientas separado de tu propio cuerpo (disociación), junto con los otros síntomas del TEPT.

Es más probable que desarrolle TEPT complejo si:

  • experimentaste un trauma a una edad temprana
  • el trauma duró mucho tiempo
  • el escape o el rescate eran poco probables o imposibles
  • has experimentado múltiples traumas
  • fuiste lastimado por alguien cercano a ti

¿Cómo se diagnostica el TEPT?

El TEPT se diagnostica utilizando criterios muy específicos porque a menudo se superpone o se diagnostica erróneamente por condiciones similares.

Para recibir un diagnóstico de TEPT, un profesional de la salud mental buscará al menos:

  • 1 síntoma recurrente
  • 1 síntoma de evitación
  • 2 síntomas de excitación y reactividad
  • 2 cognición y síntomas del estado de ánimo

Lo anterior debe estar presente durante al menos 1 mes y ser lo suficientemente grave como para interferir con las cosas de su vida, como las relaciones o el trabajo .

A lo largo de los años, la investigación ha comenzado a investigar los análisis de sangre para diagnosticar con mayor precisión el TEPT (Aspesi & Pinna, 2018).

¿Cuánto dura el TEPT?

R: Según el Instituto Nacional de Salud Mental, algunas personas se recuperan en 6 meses, mientras que otros tienen síntomas que duran mucho más.

Investigaciones anteriores afirman que la cantidad de tiempo que alguien tiene síntomas de TEPT puede depender de la proximidad al trauma, la duración e intensidad del trauma y la interpretación subjetiva de ese trauma (Grinage, 2003).

La investigación también sugiere que para las personas que reciben tratamiento regular, la duración promedio de los síntomas fue de alrededor de 3 años. En las personas que vivían sin diagnóstico o que no buscaban tratamiento activamente, los síntomas persistieron durante cerca de cinco años y medio.

¿Qué tienen estos eventos de vida o muerte que causan TEPT en algunos y no en otros?

De las personas que sobreviven al trauma, entre el 25 y el 30 % desarrollan TEPT (Grinage, 2003).

El TEPT puede ocurrir por varias razones, que incluyen:

  • Cambios en el cerebro: las áreas del cerebro involucradas en el TEPT son la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal. El TEPT puede causar cambios duraderos en estas áreas del cerebro.

En las personas con TEPT, el hipocampo parece más pequeño, lo que puede no dejar el espacio adecuado para que los flashbacks y las pesadillas se procesen por completo (Akiki et al., 2017). Los recuerdos no procesados ​​pueden significar que la ansiedad se mantiene fresca con el tiempo. Las personas con TEPT también pueden tener niveles elevados de cortisol (la hormona del estrés).

  • Mecanismo de supervivencia: los síntomas del TEPT pueden ser el resultado de un mecanismo de supervivencia innato que tiene como objetivo ayudarlo a sobrevivir a un posible trauma en el futuro.

Es posible que tu cerebro se fije en detalle en un evento traumático pasado, por lo que está mejor preparado si vuelve a ocurrir, o algo similar. Especialmente cuando se trata de síntomas de excitación, el nerviosismo es la forma en que el cuerpo crea preparación, lo que lo ayuda a reaccionar en otra crisis.

El mecanismo de supervivencia de tu cuerpo activa el sistema nervioso simpático. Es como una boca de incendios. Hace su trabajo para ayudar a apagar el fuego, pero necesita un bombero que proporcione las herramientas para apagarlo. Lo mismo puede decirse de la terapia y los tratamientos para el TEPT que ayudan a que su cuerpo haga la transición a su respuesta de relajación, activando el sistema nervioso parasimpático.

  • Ansiedad o depresión: si tuviste depresión o ansiedad en el pasado, es más probable que desarrolles TEPT después de un evento traumático. Según una investigación también puede haber un factor genético involucrado («Traumatic stress: effects on the brain», 2006). Si tu madre o padre tiene una afección de salud mental, esto puede aumentarus posibilidades de desarrollar TEPT.

¿Es útil para las personas con TEPT hablar sobre el trauma? ¿Debería ofrecerles una sesión de desahogo?

Las terapias de conversación son útiles para que las personas con TEPT hablen sobre el trauma, sus síntomas y lo superen, pero esto se hace con un profesional. No se recomienda que intentes sacar la historia de alguien que conoces o amas. Permite que se abran de la forma en que se sientan cómodos.

Puede haber ocasiones en que alguien que conoces te deje entrar en su experiencia vivida.

Tal vez estén explicando un comportamiento suyo aparentemente fuera de lugar recientemente. O tal vez están siendo transparentes sobre lo que tienen en mente cuando les preguntas en qué estaban pensando cuando parecían perdidos en sus pensamientos.

Solo recuerda: la insistencia no solicitada puede violar los límites de una persona, aumentar los síntomas de TEPT y echar a perder tus intenciones sinceras de apoyarla.

¿Cuál es el tratamiento para el TEPT?

Las terapias centradas en el trauma, que suelen durar entre 8 y 16 sesiones, incluyen:

  • terapia cognitiva conductual centrada en el trauma (TF-CBT)
  • desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR)
  • terapia de exposición prolongada
  • reestructuración cognitiva.

Tu médico también puede recomendarte antidepresivos para aliviar algunos de tus síntomas. Los tipos comunes incluyen:

  • Inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN)
  • inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)

Cualquiera puede desarrollar TEPT: comienza con un evento traumático único o continuo en el que alguien estuvo en peligro real, percibió una amenaza para su vida o fue testigo de peligro o violencia.

Las injusticias históricas, junto con las desigualdades económicas y de atención médica, pueden conducir a tasas más altas de TEPT en algunas personas. Las condiciones de salud mental preexistentes y los componentes genéticos también pueden desempeñar un papel en el desarrollo de esta condición.

Recibir un diagnóstico de TEPT es un primer paso para sanar. La psicoterapia, los medicamentos para tratar los síntomas relacionados y un sistema de apoyo pueden ayudarte a reducir la gravedad y la duración de tu afección.

Referencias bibliográficas:

  • Akiki, T. J., Averill, C. L., Wrocklage, K. M., Schweinsburg, B., Scott, J. C., Martini, B., Averill, L. A., Southwick, S. M., Krystal, J. H., & Abdallah, C. G. (2017). The Association of PTSD Symptom Severity with Localized Hippocampus and Amygdala Abnormalities. Chronic Stress (Thousand Oaks, Calif.), 1. https://doi.org/10.1177/2470547017724069
  • Aspesi, D., & Pinna, G. (2018). Could a blood test for PTSD and depression be on the horizon? Expert Review of Proteomics, 15(12), 983-1006. https://doi.org/10.1080/14789450.2018.1544894
  • Grinage, B. D. (2003). Diagnosis and management of post-traumatic stress disorder. American Family Physician, 68(12), 2401-2408. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14705759
  • Traumatic stress: effects on the brain. (2006). En Dialogues in Clinical Neuroscience (Vol. 8, Número 4, pp. 445-461). https://doi.org/10.31887/dcns.2006.8.4/jbremner

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Entrenar la cognición espacial puede mejorar el aprendizaje de matemáticas en niños

  • 05/03/2022
  • Maria Fernanda Alonso

Trabajar en la memoria de trabajo visuoespacial y el razonamiento no verbal serían las vías más efectivas para mejorar el rendimiento matemático de niñas y niños ya que, según una investigación reciente, la habilidad espacial (esto es, la capacidad de comprender y recordar las relaciones dimensionales entre los objetos) afecta el aprendizaje matemático (Judd & Klingberg, 2021).

La importancia de estos hallazgos radica fundamentalmente en que las habilidades en matemáticas en la infancia predicen tanto el aprendizaje como el desempeño académico futuro en general. 

El razonamiento espacial implica la capacidad de crear una representación mental del espacio, mantenerla en la memoria y manipularla. Los autores de esta investigación estaban interesados en saber si la capacidad de mantener representaciones espaciales o la capacidad de manipular representaciones espaciales era relevante para el desempeño matemático.

Qué metodología usaron

Los investigadores analizaron los datos de 17.648 escolares suecos que completaron el entrenamiento cognitivo a través de una aplicación durante 20 o 33 minutos por día durante siete semanas (los educadores de cada escuela decidían la duración del entrenamiento por día). 

Los niños, que tenían entre seis y ocho años, recibieron ejercicios de entrenamiento idénticos durante los primeros cinco días. Luego, la aplicación aleatorizó automáticamente a cada niño en uno de los cinco planes diferentes de entrenamiento. En cada plan, los niños dedicaron aproximadamente la mitad de su tiempo a tareas de rectas numéricas. El tiempo restante se asignó a diferentes proporciones de tareas de entrenamiento cognitivo espacial en forma de tareas de rotación (rotación mental 2D y rompecabezas de tangram), tareas de memoria de trabajo visual o tareas de razonamiento no verbal.

  • En la tarea de la línea numérica, los niños identificaron la posición correcta de un número en una línea unida por un punto inicial y otro final. 
  • En las tareas de rotación, se les pidió que rotaran un objeto 2D para que se ajustara a varios ángulos. 
  • En la tarea de memoria de trabajo visual, los niños reprodujeron una secuencia de puntos en una cuadrícula. 
  • En la tarea de razonamiento no verbal, se pidió a los niños que eligieran la imagen correcta para llenar un espacio en blanco en base a secuencias anteriores. 

El entrenamiento fue adaptativo, lo que significa que la aplicación aumentó gradualmente la dificultad de las tareas.

Las pruebas matemáticas se autoadministraron a través de la aplicación y el desempeño de los niños fue evaluado en la primera, quinta y séptima semana.

Qué encontraron

Los investigadores encontraron que el rendimiento matemático de los cinco grupos mejoró con el tiempo. Pero los niños que se enfocaron en tareas de memoria de trabajo visual tendían a presentar mayores mejoras que aquellos que se enfocaban más en tareas de rotación. Los niños que se centraron en tareas de razonamiento no verbal también tendieron a ver mayores mejoras que aquellos que se centraron más en tareas de rotación. Según los autores, esto sugiere que, cuando se trata de transferir a las matemáticas, el aspecto crucial del entrenamiento espacial es mantener una representación espacial, en lugar de manipularla.

Los investigadores destacan que en este estudio sólo se aleatorizó una pequeña parte de las actividades de capacitación, ya que el 70 % del tiempo fue idéntico para todos los niños. Cambios leves en el contenido cognitivo el 30% de las veces, dieron como resultado una diferencia del 11,5% en el aprendizaje matemático, con algunas tareas dos o tres veces más efectivas que otras.

El estudio aporta evidencia estadística relevante de que los niños con un desarrollo típico que se entrenan en tareas de memoria de trabajo visuoespacial mejoran su aprendizaje matemático.

El procedimiento de aleatorización aseguró que las escuelas tuvieran porcentajes iguales de estudiantes en cada plan de formación, independientemente de los factores demográficos. Pero el estudio, como toda investigación, incluye algunas limitaciones: por razones éticas y prácticas, no hubo un grupo de control pasivo. Por lo tanto, solo fue posible cuantificar cuánto mejoraron los niños con el entrenamiento de la memoria de trabajo en relación con otro tipo de entrenamiento cognitivo. El resultado se midió con tres tareas matemáticas que no formaban parte del entrenamiento. Esto es bueno, pero sería beneficioso también realizar un seguimiento a largo plazo.

Referencia bibliográfica: Judd, N., & Klingberg, T. (2021). Training spatial cognition enhances mathematical learning in a randomized study of 17,000 children. Nature Human Behaviour, 5(11), 1548-1554. https://doi.org/10.1038/s41562-021-01118-4

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Sesgos sobre las emociones de las personas negras

  • 21/02/2022
  • Alejandra Alonso

La adultificación, es decir la percepción de un niño o niña como si fuera una persona con más edad y madurez, y el sesgo de enojo (percibir enojo donde no lo hay) son dos fenómenos que les suceden con mucha más frecuencia a las niñas y niños negros, en comparación con los blancos. 

Es por eso que un grupo de investigación quiso saber si percibir a una niña o niño negro como mayor aumentaba las probabilidades de percibir erradamente enojo en ese individuo.

¿Cómo realizaron el estudio?

Participaron 152 madres y padres de Estados Unidos, quienes vieron las expresiones en caras de niñas y niños que representaban tristeza, felicidad, asco, miedo o sorpresa. Las personas tenían que indicar que emoción veían en la cara del niño o niña. Ninguna de las caras era de enojo, pero los adultos podían indicar si creían que la emoción que veían en la cara reflejaba enojo. 

Adicionalmente, se les mostró a los adultos una imagen del niño o la niña con un rostro neutral y luego se les pidió que indicaran la edad de la niña o el niño.

¿Qué observaron? 

Mientras más edad creyeran que tenía el niño o niña negro, más propensos eran a juzgar incorrectamente que su rostro reflejaba enojo.

La raza no fue un factor significativo para juzgar la edad que podría tener el niño o la niña. Sin embargo, había una mayor probabilidad de juzgarle como “enojado/a” cuando era negro/a. Este último hallazgo replica el resultado que ya habían observado otros estudios. 

La interacción entre la raza y la edad que se le atribuía también fue un predictor del sesgo de enojo: Mientras mayor creyeran los participantes que era el niño o la niña, más propensión había a juzgar sus emociones (erróneamente) como enojo. Dicho aumento en el sesgo no se daba con niños y niñas blancas.

Aunque los participantes no percibieron que los niños y niñas negros como grupo fueran mayores que los blancos como grupo, si percibían enojo en ellos cuando juzgaban a un solo niño negro como más grande. Este sesgo puede ser un problema para las niñas y los niños negros que lucen mayores (pueden ser más propensos a ser parados por la policía, suspendidos de clase o percibidos como violentos o irascibles).

Futuros estudios podrían explorar la percepción que tienen otros grupos de adultos: policías, docentes, trabajadores sociales, etc. Los autores creen que identificar este tipo de datos, reconocerlos y comprender mejor la experiencia de las personas negras es un factor potente que ayudará a frenar el racismo.

Referencia del artículo: Alison N. Cooke & Amy G. Halberstadt (2021) Adultification, anger bias, and adults’ different perceptions of Black and White children, Cognition and Emotion, DOI: 10.1080/02699931.2021.1950127

Fuente: BPS

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