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Durante miles de años la música ha funcionado como un instrumento de cohesión para las relaciones sociales y culturales. El mejor ejemplo lo podemos ver en los adolescentes, quienes establecen sus vínculos sociales en torno a sus preferencias musicales.
Las investigaciones también han encontrado notables beneficios que ofrece la música para la salud mental. Algunos de ellos: puede mejorar el estado de ánimo, el sentimiento de bienestar, reducción de la ansiedad, estrés, etc.
Pero hoy quiero presentarte una nueva investigación que nos ayuda a evaluar los efectos de la música triste sobre los pensamientos y estado de ánimo.
La investigación de Frontiers in Psychology, encuestó a casi 700 personas que tenían entre 16 y 74 años de edad, y encontró que el uso que le den las personas con depresión a la música dependerá de el estilo de afrontamiento que utilicen. Algunos utilizaran la música triste como un recurso para hacerle frente a la depresión (método que aprovecharían para reflexionar y redefinir sus experiencias negativas), mientras que otros la usarían para incrementar la rumiación de los sentimientos y pensamientos negativos.
Gracias al amplio grupo etario de la muestra, los investigadores pudieron detectar que los adolescentes fue el grupo más proclive de usar la música triste para incrementar la rumiación o la atención a las emociones negativas y en consecuencia aumentaba los síntomas de la depresivos.
Dichos efectos se hicieron evidentes sin importar si los adolescentes escuchan este tipo de música solos o con amigos. Lo cual también enciende un signo de alarma sobre los grupos sociales que tienen una preferencia por este género musical y que podrían compartir dichas rumiaciones que amplifican los síntomas depresivos.
En conclusión, la música no será un recurso de ayuda para las personas depresivas e incluso puede empeorar los síntomas –especialmente para los adolescentes– sino se cuentan con habilidades adaptativas de afrontamiento previas.
Fuente: Psychcentral
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2 comentarios
Muy de acuerdo contigo Adrián Díaz y quiero agregar lo siguiente, pienso que que el estudio solo ve la superficie del problema y no la transición cíclica que atraviesa el paciente, a veces la música es el único consuelo que tienen ellos, lo que hay que hacer es acompañarlos y poco a poco Enseñarles la luz o la iluminación, conozco artistas que plasman la realidad en canciones y hay que aceptar primero que la vida es turbia, que al final siempre hay un rio dorado.
He reflexionado al respecto y creo que la musica es irrelevante, en el sentido de que lo que marca la correlación es el estilo de afrontamiento. También hay efectos con respecto a la edad ya que los adolescentes aun no ha madurado cerebralmente (mielinizacion prefrontal)por lo que el desarrollo de estrategias por un yo siempre será mas pobre.
En fin, el articulo es bien interesante y merece un largo debate
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