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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El uso ético de la inteligencia artificial en la escritura académica: Desafíos, principios y responsabilidades

  • 10/06/2025
  • David Aparicio

Puedes escuchar este artículo en versión en podcast producida por Google Notebook LM.

La aparición generalizada de herramientas de inteligencia artificial (IA) generativa, como el Chat Generative Pre-trained Transformer (ChatGPT) en 2022, ha transformado la manera en que los investigadores abordan sus tareas, ofreciendo una mayor eficiencia en el proceso académico. Estas herramientas, que son modelos de lenguaje grandes (LLM) basados en vastos catálogos de texto generados por humanos, están diseñadas para construir respuestas coherentes a preguntas complejas a partir de relaciones estadísticas en sus datos de entrenamiento. Aunque las versiones iniciales producían contenido de baja calidad, su mejora ha sido rápida y continúa, prometiendo cambios en la práctica de la investigación, de manera similar a cómo otras herramientas de software han influido en el proceso investigativo en décadas pasadas.

Sin embargo, a diferencia de las herramientas anteriores que simplemente asistían en la eficiencia, la IA generativa presenta un desafío a las nociones tradicionales de integridad académica al tener la capacidad de producir contenido escrito novedoso por sí misma. Esta capacidad ha generado preocupación sobre la utilidad, precisión e integridad de la IA cuando se utiliza para redactar manuscritos académicos.

Desafíos clave de la escritura asistida por IA

El uso de LLM-powered IA ha revelado varios problemas significativos que ponen en tela de juicio su fiabilidad:

  • Plagio: Las herramientas de IA generativa acceden a datos disponibles públicamente, lo que puede resultar en contenido que se asemeja mucho (o exactamente) a la fuente original. Esto plantea preocupaciones sobre plagio y posible infracción de derechos de autor si el contenido no es detectado y editado por los investigadores. La falta de experiencia en el contenido podría llevar a que los autores citen texto plagiado generado por IA sin saberlo, creando un «efecto bola de nieve».
  • Alucinación de la IA: Este fenómeno ocurre cuando la herramienta de IA genera contenido convincente pero completamente fabricado, sin sentido o factualmente inexacto en respuesta a las indicaciones del usuario. La IA no está diseñada para evaluar la precisión o autenticidad del contenido, y los modelos actuales no pueden diferenciar entre datos reales y ficticios, lo que lleva a la inclusión frecuente de declaraciones inexactas o contenido fabricado con fuentes falsas, especialmente en documentos médicos. Además, la IA puede reproducir o amplificar sesgos inherentes a los datos de origen, lo que podría propagar desinformación o amenazar la integridad del investigador.
  • Referencias inexactas o fabricadas: Las herramientas de IA son «notoriamente deficientes» en la referenciación de literatura médica. Estudios han demostrado que un porcentaje significativo de referencias generadas por ChatGPT son incorrectas, con DOI erróneos o fabricados, o artículos completamente inventados. Otros estudios encontraron que casi la mitad de las referencias generadas eran fabricadas, y una gran proporción de las auténticas eran inexactas en cuanto a título, autoría o PMID. Solo un 7% de las referencias generadas por ChatGPT fueron completamente auténticas y precisas, lo que indica un problema significativo de fiabilidad.

Debido a estos problemas, se desaconseja el uso exclusivo de la IA generativa basada en LLM para escribir contenido que se utilizará textualmente sin edición humana en resúmenes, artículos o propuestas de investigación médicas, o para generar referencias. Los investigadores son, en última instancia, plenamente responsables de la originalidad, precisión y relevancia de su manuscrito y de la referenciación adecuada.

Orientaciones de revistas y editores

Los editores y revistas académicas tienen un interés directo en garantizar la integridad de la investigación publicada. Principios clave sobre el uso de la IA generativa incluyen la transparencia sobre su uso y la no autoría de la IA. Las herramientas de IA no cumplen con los estándares de autoría académica, ya que no pueden responsabilizarse por la precisión del contenido, ni aprobar o respaldar investigaciones posteriores sobre las afirmaciones hechas en el trabajo. Por lo tanto, no deben ser acreditadas como autores. La forma más transparente de revelar su uso es en la sección de métodos del manuscrito, detallando cómo se utilizaron y cómo se manejó la salida generada por la IA.

Uso ético de la IA en la escritura: Un enfoque por niveles

Para guiar a los académicos, se han propuesto «niveles éticos» de uso de la IA, basados en la comprensión de cómo funcionan los LLM y si su uso afectaría negativamente el pensamiento crítico y el desarrollo académico humano:

  1. Nivel éticamente más aceptable: Incluye usos en los que la IA se utiliza principalmente para reestructurar texto o ideas preexistentes. Esto abarca la revisión de gramática y ortografía, la mejora de la legibilidad y el flujo, y la traducción de textos. Por ejemplo, ChatGPT puede reescribir contenido de manera gramaticalmente correcta y sin errores ortográficos, o ayudar a traducir un manuscrito a un idioma no nativo, aunque siempre se recomienda la revisión humana, especialmente por un hablante nativo para traducciones.
  2. Nivel éticamente contingente: Estas posibilidades dependen de las acciones del autor al trabajar con el contenido generado por IA. Incluyen el uso de ChatGPT para generar un esquema, resumir contenido, mejorar la claridad de un borrador o generar ideas para una «lluvia de ideas». En estos casos, la IA genera texto novedoso y tiene un mayor potencial para introducir sesgos, alucinaciones o plagio si se utiliza sin un juicio crítico. Es crucial que los autores se aseguren de que el producto final refleje con precisión sus propias ideas y que el contenido generado por IA no altere el significado clave.
  3. Nivel éticamente dudoso: Implica usos que son más problemáticos. Esto incluye redactar texto de novo sin proporcionar contenido original en la indicación, desarrollar nuevos conceptos para una sección específica del texto, la interpretación de datos, la revisión de literatura o la verificación de cumplimiento ético y plagio. Delegar estas tareas a la IA puede introducir sesgos y alucinaciones, y priva a los autores de la oportunidad de interactuar profundamente con el material de origen, lo cual es vital para desarrollar una comprensión integral de la pregunta de investigación. La IA también es notoriamente poco fiable en la citación de referencias, y su uso para evitar el plagio es cuestionable debido a posibles reproducciones de elementos de su conjunto de entrenamiento.

Lista de verificación para autores: Consideraciones clave

Para guiar el uso ético de la IA, se sugieren cuatro preguntas clave que los autores deben considerar:

  1. ¿He utilizado la IA generativa de manera que asegure que las ideas, percepciones, interpretaciones y análisis críticos principales son míos?
  2. ¿He utilizado la IA generativa de manera que garantice que los humanos mantendrán la competencia en las habilidades básicas de investigación y escritura?
  3. ¿He verificado exhaustivamente para asegurarme de que todo el contenido (y las referencias) en mi manuscrito es preciso, fiable y libre de sesgos?
  4. ¿He divulgado exactamente cómo se utilizaron las herramientas de IA generativa en la redacción del manuscrito y qué partes del manuscrito implicaron el uso de IA generativa?

Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es «no», se anima encarecidamente al autor a reflexionar sobre el proceso de escritura y reconsiderar los pasos para abordar directamente el problema ético. Incluso si las respuestas a las preguntas 1 a 3 sugieren un uso ético de la IA, la divulgación clara y explícita sigue siendo necesaria.

Conclusión

Si bien la IA generativa ofrece un tremendo potencial para mejorar la eficiencia en la escritura académica, es fundamental abordarla con precaución y una sólida comprensión de sus limitaciones. El objetivo principal es fomentar la capacidad de los investigadores para pensar profundamente y ofrecer soluciones coherentes basadas en la evidencia. Subcontratar tareas intelectuales a herramientas de IA conlleva el riesgo de que estas habilidades necesarias se pierdan con el tiempo. A medida que la tecnología evoluciona, también lo harán las recomendaciones para su uso ético. El diálogo continuo dentro de la comunidad de investigación es esencial para asegurar que la aplicación ética de las herramientas de IA generativa en la escritura académica sea coherente con el estado evolutivo de la tecnología.

Referencia: Cheng, A., Calhoun, A., & Reedy, G. (2025). Artificial intelligence-assisted academic writing: recommendations for ethical use. Advances in Simulation, 10, Artículo 22. https://doi.org/10.1186/s41077-025-00350-6

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Predictores del crecimiento postraumático en hombres y mujeres

  • 10/06/2025
  • David Aparicio

Esta investigación publicada en la revista Ansiedad y Estrés que explora los factores que predicen el crecimiento postraumático en personas que han experimentado eventos difíciles. Utilizando un modelo de ecuaciones estructurales, los autores analizan cómo la resiliencia, el sentido de vida y el optimismo influyen en la capacidad de las personas para encontrar cambios positivos después de un trauma. Los resultados sugieren que la fortaleza y la confianza en sí mismo son predictores clave para ambos sexos, aunque existen algunas diferencias en los modelos específicos para hombres y mujeres. En general, el estudio destaca la importancia de los recursos personales y sociales para fomentar una adaptación saludable ante las adversidades.

Descarga la investigación completa en formato PDF.

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«La construcción de una carrera con sentido» con Tiare Tapia – Watson, episodio 21

  • 06/06/2025
  • David Aparicio

En este episodio, Tiare Tapia comparte su recorrido profesional, desde su decisión temprana de estudiar psicología hasta su especialización en el trabajo clínico con niños y adolescentes. Conversamos sobre su enfoque integrativo, la influencia de su formación en Chile y su paso por la docencia universitaria en Panamá. Tiare reflexiona sobre los retos de la educación actual, el valor de adaptarse profesionalmente, y cómo organiza su práctica clínica para cuidar su bienestar. También hablamos del crecimiento de la psicología en la región, la ética en la terapia online y, para cerrar, compartimos nuestras series favoritas del momento.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Primera impresión no siempre es verdad: cinco reglas respaldadas por la ciencia

  • 04/06/2025
  • David Aparicio

En cuestión de segundos, sin darnos cuenta, decidimos si alguien nos parece confiable, dominante o simplemente agradable. Durante años, la psicología ha estudiado este fenómeno con fascinación. Sin embargo, las investigaciones más recientes nos empujan a cuestionar lo que antes dábamos por hecho: que nuestras primeras impresiones dicen algo verdadero sobre el otro. A veces lo hacen. A menudo no.

Estas son cinco reglas recientes que complican, y enriquecen, nuestra comprensión del juicio instantáneo.

1. Lo que ves no es lo que hay

Alexander Todorov y su equipo en Princeton desmontaron una de las suposiciones más arraigadas: que los rostros comunican rasgos de personalidad de forma fiable. En vez de captar algo esencial del otro, lo que hacemos es proyectar nuestras propias ideas de lo que una “cara normal” debería ser. Mientras más se parece un rostro a ese patrón interno, más confiable o simpático nos parece.

Este sesgo hacia lo “típico” explica por qué muchas personas coinciden en cómo juzgan una cara, pero también por qué esas impresiones pueden estar equivocadas en masa. No estamos leyendo a la otra persona. Nos estamos leyendo a nosotros mismos. (Artículo original).

2. Alta autoestima, mejor percepción (pero no necesariamente más cariño)

Un estudio reciente liderado por Lauren Gazzard Kerr y Lauren Human, usando eventos de citas rápidas y sesiones de socialización entre extraños, mostró que las personas con mayor autoestima son juzgadas de forma más precisa. Su personalidad real coincide más con la percepción que otros tienen de ellos. Sin embargo, en los encuentros románticos, ser “acertadamente” leído cuando se tiene baja autoestima puede jugar en contra: quienes los perciben con claridad tienden a gustarles menos.

La conclusión es incómoda: si no te sientes bien contigo mismo, tal vez no conviene que te conozcan tan bien, al menos no al principio. Las primeras impresiones demasiado certeras pueden revelar más de lo que conviene. (Artículo original).

3. Las personas menos felices son un enigma

En un análisis de más de 4,700 encuentros individuales, los investigadores encontraron que las personas con mayor bienestar emocional son más fáciles de leer. No sólo sus gestos y palabras parecen más transparentes, sino que los demás aciertan más al describir su personalidad.

¿Y los que no están bien? Son más difíciles de descifrar. Algo en el malestar emocional parece oscurecer las señales que normalmente usamos para entender al otro. No se sabe aún si esto es un mecanismo de defensa, una distorsión en la comunicación, o ambas cosas. Pero lo que es claro es que las personas con bajo bienestar se vuelven menos legibles. (Artículo original).

4. Subestimamos cuánto gustamos

Otra capa de esta historia: tendemos a pensar que gustamos menos de lo que realmente gustamos. En adolescentes, esto se asoció con factores de personalidad como la extraversión, la autoestima y un bajo nivel de neuroticismo. Pero solo al principio.

Durante los encuentros, lo que más influyó en su percepción de ser o no ser apreciados ya no fueron sus rasgos de personalidad, sino la forma en que la otra persona reaccionaba ante ellos. Es decir, empezamos con una hipótesis sobre cómo nos van a percibir, pero rápidamente nos ajustamos a lo que parece estar ocurriendo en la interacción.

Una señal positiva para quienes temen no caer bien: probablemente estás siendo mejor recibido de lo que crees. (Artículo original).

5. Las videollamadas no nos quitan humanidad

En la era postpandemia, muchos sospechan que conocer a alguien por Zoom no puede compararse con un encuentro cara a cara. Pero los datos no apoyan esa idea.

Marie-Catherine Mignault y su equipo en Cornell descubrieron que las personas logran percibir la personalidad del otro casi con la misma precisión, ya sea a través de una pantalla o en persona. Incluso el grado de simpatía generado en ambos contextos fue prácticamente igual.

Eso sí, algunos detalles sí importan: según otro estudio, tener plantas o libros como fondo en la videollamada aumenta la percepción de competencia y confiabilidad. Y, tal como en la vida real, sonreír ayuda. (Artículo original).

Conclusión

Las primeras impresiones nunca han sido simples. Lo nuevo es que ahora tenemos datos que matizan nuestra intuición. Nos recuerdan que, en muchos casos, ver no es comprender, y ser comprendido tampoco garantiza ser querido.

¿La lección? Tal vez convenga dejar de confiar tanto en ese primer juicio, y abrir espacio para que el otro se revele más allá de los primeros minutos. Porque en la psicología del encuentro, como en la vida, lo esencial casi nunca se capta de un vistazo.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Puede ChatGPT ser mejor terapeuta que un humano?

  • 04/06/2025
  • David Aparicio

En 1966, un programa llamado ELIZA imitó a un terapeuta rogeriano con un simple guion que repetía frases del usuario. A pesar de su simplicidad, muchas personas sintieron que ELIZA las “entendía”. Medio siglo después, los sistemas de inteligencia artificial han evolucionado radicalmente. Y ahora, no solo imitan a un terapeuta: en algunos contextos, superan a profesionales humanos.

Un estudio reciente, publicado en PLOS Mental Health, se propuso responder a una pregunta cada vez más urgente: ¿puede una inteligencia artificial como ChatGPT generar respuestas terapéuticas tan efectivas —o incluso más— que las de psicólogos y psiquiatras con formación clínica?

El experimento: IA vs. humanos

Un grupo de investigadores diseñó una competencia directa. Reclutaron a 13 expertos con formación en psicología clínica, terapia de pareja, consejería y psiquiatría. A cada uno se le pidió responder a una serie de viñetas clínicas simulando sesiones de terapia de pareja. Las mismas viñetas fueron presentadas a ChatGPT 4.0, con instrucciones detalladas para maximizar los llamados “factores comunes” de la terapia: empatía, alianza terapéutica, profesionalismo, competencia cultural y eficacia técnica.

Luego, más de 800 personas —diversas en edad, género, etnicidad y orientación sexual— evaluaron las respuestas sin saber si provenían de humanos o de una IA. Se les pidió adivinar el origen de cada respuesta y calificar qué tan “terapéutica” les parecía.

Los resultados: una IA que empatiza… ¿mejor?

Los hallazgos fueron claros:

  • Los participantes no supieron distinguir con precisión quién escribió cada respuesta. Acertaron solo un poco más que al azar (56% en el caso de respuestas humanas y 51% para las de la IA).
  • ChatGPT obtuvo mejores puntuaciones que los terapeutas humanos en aspectos como empatía, conexión emocional, competencia cultural y percepción de profesionalismo. La diferencia fue estadísticamente significativa y clínicamente relevante (d = 1.63).
  • El sesgo cognitivo sigue presente: cuando los participantes creían que una respuesta había sido escrita por un humano, tendían a evaluarla mejor. Pero incluso con ese sesgo, las respuestas de ChatGPT sobresalieron.
  • La IA usó un lenguaje más rico y elaborado. Sus respuestas fueron más largas, con más sustantivos, verbos y adjetivos, y con un tono emocional más positivo. Esto sugiere que, al menos a nivel lingüístico, ChatGPT ofrece respuestas más matizadas y cálidas.

¿Qué significa todo esto?

Primero, lo evidente: una IA bien entrenada y con instrucciones éticas y clínicas claras puede producir respuestas terapéuticas de alta calidad. No es poco. En contextos donde el acceso a profesionales es limitado, esto abre posibilidades para intervenciones automatizadas, de bajo costo y amplio alcance.

Pero también hay límites. Estas respuestas se dieron en viñetas escritas, fuera del contexto de una relación terapéutica real. La IA no tiene memoria emocional, no puede leer lenguaje no verbal, ni sostener procesos a largo plazo. No hay alianza terapéutica sin relación continua. Tampoco hay contención del sufrimiento en situaciones de crisis.

Además, como advierten los autores, la percepción pública importa. Aunque la IA fue mejor evaluada en términos objetivos, cuando los participantes sabían que la respuesta era de una máquina, la calificaban más bajo. Hay un rechazo implícito —una tecnofobia— que puede limitar su aceptación clínica.

Riesgos, sesgos y el dilema ético

El estudio fue cuidadosamente diseñado para minimizar riesgos. Las respuestas fueron supervisadas, el prompt fue estructurado con base en códigos éticos (APA, AMA), y el contenido fue estrictamente terapéutico. Pero esto no siempre ocurre en el mundo real.

¿Qué pasará cuando un desarrollador con menos escrúpulos utilice IA para ofrecer “terapia” sin regulación? ¿Qué sucede si las respuestas carecen de evaluación de riesgo suicida o comprometen la confidencialidad? ¿O si una IA —entrenada con datos sesgados— reproduce microagresiones o malentendidos culturales?

Los investigadores advierten con claridad: el potencial de la IA es enorme, pero su aplicación terapéutica debe estar supervisada por clínicos éticamente responsables, con marcos teóricos claros y entrenamiento específico.

¿Un aliado, no un reemplazo?

Este estudio no sugiere que la IA deba reemplazar a los terapeutas. Pero sí plantea una posibilidad disruptiva: usar la IA como asistente clínico, como entrenador de respuestas empáticas, como herramienta para diseñar intervenciones personalizadas o incluso como plataforma para autoayuda guiada.

En contextos donde los recursos son escasos —como salud mental en zonas rurales, cárceles, sistemas públicos sobrecargados— la IA podría funcionar como una extensión del sistema de salud, siempre que se mantenga la supervisión y la evaluación ética.

Reflexión final

Lo más inquietante del estudio no es que la IA haya ganado en esta competencia. Lo inquietante es que lo haya hecho con tan poca dificultad. Con instrucciones claras, datos abiertos y acceso público, cualquier persona con algo de conocimiento clínico podría construir un “chatbot terapéutico” creíble.

Estamos en un punto de inflexión. Como advierte el artículo, no podemos seguir ignorando la presencia de la IA en el campo de la salud mental. La pregunta ya no es si va a entrar en el consultorio. La pregunta es cómo lo hará… y quién lo supervisará.

Referencia: Hatch SG, Goodman ZT, Vowels L, Hatch HD, Brown AL, Guttman S, et al. (2025) When ELIZA meets therapists: A Turing test for the heart and mind. PLOS Ment Health 2(2): e0000145. https://doi.org/10.1371/journal.pmen.0000145

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¿Quieres aprender un nuevo idioma con clases personalizadas y enfocadas en tus intereses?

  • 03/06/2025
  • David Aparicio

En Psyciencia lo hemos visto una y otra vez: el dominio del inglés puede marcar una diferencia enorme en la carrera de un profesional de la salud mental. Te permite acceder a literatura científica actualizada, tomar cursos de formación internacional, postular a becas y, si lo deseas, atender a pacientes en otros países o preparar una presentación para una conferencia.

Pero sabemos que no basta con memorizar vocabulario. Para que el aprendizaje sea real, necesitas práctica constante, contacto humano y un plan que se ajuste a tu ritmo. Por eso te recomendamos Preply, una plataforma con tutores profesionales que diseñan clases a tu medida.

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  • Análisis

Cómo establecer límites sin perder la conexión (usando DBT)

  • 02/06/2025
  • David Aparicio

Los límites no son castigos ni imposiciones. Son estructuras que nos ayudan a cuidarnos, a funcionar con claridad y a sentirnos seguros. Pero establecerlos no siempre es fácil. Muchas personas sienten culpa, miedo al rechazo o no saben cómo hacerlo de manera respetuosa.

Muchas veces, como terapeutas, le decimos a nuestros pacientes que “tienen que poner límites”, pero no les mostramos cómo hacerlo. Por eso preparé este material con habilidades de la Terapia Dialéctica Conductual (DBT), pensado para ofrecer una guía concreta que ayude a poner límites de forma firme y compasiva, sin romper vínculos que aún pueden nutrirse.

Puedes usarlo en consulta, practicar role plays con tus pacientes y prepararlos para tener conversaciones difíciles de manera más regulada y efectiva.

Ojalá te sea útil en tu trabajo clínico y también en tu vida personal.

Qué son los límites (y qué no son)

Los límites personales no se tratan de cambiar la conducta de los demás —eso no está bajo tu control—. Se trata de definir qué vas a hacer tú si alguien se comporta de cierta manera.

Por ejemplo:

“Si me hablas con gritos, me voy a retirar de la conversación y hablamos en otro momento.”

Los límites no son muros impenetrables, pero pueden volverse barreras si los usamos para evitar o castigar. Por eso, antes de establecer uno, conviene hacerte esta pregunta:

¿Puedo crecer si establezco este límite en la relación?

Y si la respuesta es no:

¿Estoy perdiendo la oportunidad de aprender algo sobre mí o sobre la otra persona?

Antes de hablar, prepárate

  1. Conversa con alguien de confianza. Un terapeuta, amigo, familiar o guía espiritual puede ayudarte a ver si también estás contribuyendo al conflicto.
  2. Regula tu estado emocional. No vayas a una conversación importante con hambre, agotamiento o rabia acumulada. Practica respiración pausada, camina, escucha música, haz algo que te conecte.
  3. Recuerda lo bueno. Haz una lista de por qué valoras esa relación. Eso te ayudará a hablar desde el cuidado y no desde la defensa.
  4. Reconoce tu esfuerzo. Estás por hacer algo difícil. Sé compasivo con vos mismo.

DEAR MAN: la habilidad DBT para pedir y poner límites

Una conversación de límites no puede depender solo del impulso. DBT enseña el formato DEAR MAN, ideal para hacer pedidos o establecer límites con claridad y firmeza.

DEAR:

  • Describe: los hechos concretos: “Las últimas veces que nos vimos, noté que usaste mucho el celular mientras hablábamos…”
  • Expresa: cómo te sientes: “…Me siento desconectado cuando eso pasa.”
  • Sé asertivo: expresa lo que necesitas: “Quisiera que dejemos los teléfonos de lado mientras conversamos.”
  • Refuerza: los beneficios para ambos: “Eso nos ayudaría a conectar más y disfrutar el tiempo juntos.”

MAN (cómo mantener la postura):

  • Sé mindful: enfócate, no te distraigas con críticas o desvíos
  • Aparenta confianza: habla con seguridad, aunque estés nervioso
  • Negocia: si es necesario, busca puntos medios sin renunciar a lo esencial

¿Y si la otra persona reacciona mal?

Poner un límite no garantiza que la otra persona lo acepte. Por eso es clave integrar otras habilidades DBT:

FAST – para cuidar tu autorrespeto

  • F (Fair): Sé justo contigo y con el otro. No te des la razón por completo, pero tampoco te desautorices.
  • A (Don´t Apologies): No te disculpes por tener necesidades o límites, a menos que realmente hayas hecho algo incorrecto.
  • S (Stick to your values): Mantenete fiel a tus valores, aunque la otra persona se moleste.
  • T (Truthful): Sé honesto. No exageres ni minimices para evitar el conflicto o manipular la situación.

Ejemplo:

“No me siento cómodo con ese tipo de bromas. Prefiero que no las hagamos más.”

STOP – para no actuar desde la impulsividad

Si la conversación se pone tensa, STOP te ayuda a frenar la reactividad y responder con conciencia:

  1. Stop: Detenete.
  2. Take a step back: Aléjate o pide una pausa.
  3. Observe: Qué está pasando (en vos y en la interacción).
  4. Proceed mindfully: Elige tu respuesta con calma, no desde el impulso.

Tips prácticos para la conversación

  • Acuerda una hora y un lugar tranquilos
  • Establece una duración aproximada (por ejemplo, una hora)
  • Toma turnos para hablar y pedí aclaraciones si algo no se entiende
  • Usa un tono conversacional, no acusatorio
  • Si te sientes sobrepasado, pedí una pausa:

“Necesito unos minutos para calmarme. ¿Podemos continuar después de una caminata o un té?”

Mantén la conexión abierta

Es posible que tu amigo o pareja reciba bien el límite, lo cuestione o lo rechace. Sea cual sea la reacción, tratá de escuchar sin abandonar tu posición. Si hay disposición, puedes decir:

“Gracias por escucharme. ¿Te parece que busquemos juntos formas de mejorar la relación?”

Incluso puedes proponer hacer algo agradable juntos más adelante. Eso reafirma que el límite no es el fin del vínculo, sino una oportunidad de cuidarlo.

Cierre

Poner límites saludables no es cortar relaciones, es intentar que sigan siendo sostenibles. DBT te da habilidades prácticas para hacerlo con claridad, regulación emocional y cuidado. Recuerda: un buen límite protege sin atacar y se sostiene sin violencia. A veces será incómodo, pero es uno de los actos más importantes de cuidado personal y relacional.

Referencia: Linehan, M. M. (2015). DBT® Skills Training Handouts and Worksheets (2nd ed.). The Guilford Press.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Probando la IA como guía: una invitación al matiz

  • 31/05/2025
  • David Aparicio

He notado una creciente resistencia hacia la inteligencia artificial dentro de nuestro gremio. Lo comprendo: es una herramienta disruptiva, y con razones legítimas para la cautela. Pero oponernos de forma categórica tampoco parece una respuesta sensata. La clave, creo, está en aprender a usarla con criterio. Por eso me pareció valioso este video de Ali Abdaal, donde explica con claridad cómo incorpora la IA en su vida. También comparte varios prompts que me han dejado con ganas de experimentar.

  • Análisis

Pobre gruñon

  • 30/05/2025
  • Buenaventura del Charco Olea

Si has clicado en este artículo, probablemente tú o una persona de tu entorno está todo el día gruñendo (eso o te lees todo lo que escribo… pero, ¿qué haces con tu tiempo? Sal y vive, no hay mejor aprendizaje que lo que vivimos y vemos de nosotros en esas vivencias). Y eso no es nada agradable, ni para el que está al lado de esa persona arisca y hostil, y, sobre todo, para el que está todo el día de mala leche.

A nadie le gusta estar todo el día rabioso. Tengo pacientes que sufren de este problema, que no pueden controlar sus enfados o que se enfadan muy fácilmente, y fliparías de ver cómo sufren. Aunque no lo parezca, ellos también son víctimas (aunque eso no les quita su responsabilidad) de su manera de funcionar, pagan un precio altísimo, que voy a tratar de enumerar:

Por un lado, acaban siendo siempre los malos de la película (en parte, se lo ganan claro), de forma que cuando se quejan por algo, aun llevando razón, nadie los escucha o toma en consideración, sus legítimas reclamaciones quedan descalificadas porque les pierden las formas o porque como está siempre enfadado han perdido “el derecho” a decir lo que les parece mal.

Por otro lado, con frecuencia, sus enfados los llevan a sentirse muy solos. No es muy agradable estar al lado de una persona que siempre está rabiosa. Poca gente parece escucharlos o sentir empatía o compasión por su dolor. Lo cual hace que se sientan aún más heridos, y por lo tanto más furiosos. La verdad es que pocos pacientes me han transmitido tanta soledad como aquellos que tienen problemas con la gestión de la rabia…

Además, no es una soledad estándar, es una soledad culposa. Se sienten mal porque están o se sienten solos, ya que es por su culpa, por perder el control, por estar enfadados todo el rato, por no saber manejar su rabia. En su soledad, recuerdan la última vez que “la liaron” perdiendo el control, diciendo aquello tan hiriente que en el fondo no querían decir, haciendo daño a sus seres queridos, alejando a la gente de ellos o “perdiendo la razón por las formas” en algo que sabían que tenían derecho a decir o reclamar.

Muchas veces (aunque esto no es tan frecuente, o yo al menos no lo veo sistemáticamente en la consulta con mis pacientes), no sólo están enfadados con los demás, también están enfadados con ellos mismos y esa agresividad que tienen con los demás, la tienen consigo mismos.

También es muy cansado, discutir y tener explosiones de rabia es realmente agotador. Después de una buena bronca o tangana uno suele quedarse exhausto, (más si le añadimos la culpa anteriormente descrita, que una buena paliza mental a uno mismo cansa como pocas cosas), lo que hace que tengan pocas cosas de nada o se sientan con el derecho a disfrutar de algo.

Finalmente, muchas veces viven esos enfados como pérdida de ansiedad, lo que a muchas personas les genera una fuerte ansiedad, ya que la sensación de no tener el control sobre nuestras propias reacciones y saber que eres un polvorín a punto de explotar a la mínima llama, no es precisamente chilling o relajante. 

Pero, si a nadie le gusta estar todo el día enfadado y pagan un coste tan alto… Entonces, ¿por qué lo hacen?

Primero necesito explicar de forma muy breve cómo funcionan las emociones: hay una necesidad no cubierta, como defenderte ante un ataque o una injusticia, entonces se activa en ti (tú no lo controlas, simplemente pasa, aunque si puedes gestionarla) una emoción de rabia que “motiva” a una conducta (la de cabrearte) que es eficaz para cubrir esa necesidad (la de defenderte), una vez la realizas y te has defendido, no necesitas seguir estando enfadado, así que esa rabia desaparece porque ya ha cubierto su función.

Ese es el proceso de autorregulación emocional “sano”. Lo que Leeslie Greenberg, creador de un modelo de psicoterapia humanista (el tipo de psicoterapia que practico) llamado Terapia Focalizada en la Emoción (que tiene evidencia empírica demostrada) llama “emoción primaria adaptativa”. 

¿Entonces, qué diablos les pasa quienes están todo el día enfadados? Pues que están enganchadas en lo que el mismo Greenberg denomina una emoción secundaria desadaptativa. ¿En qué consiste toda esa palabrería? Pues básicamente, que, estas utilizando una emoción para evitar sentir otra emoción que te cuesta manejar o te resulta amenazante. En el caso que estamos hablando hoy de los eternos gruñones, suele ser la tristeza.

La gente que está todo el día enfadada, suele ser gente que está muy triste, (aunque a veces también es gente que se siente muy débil y vulnerable y compensa tapándolo con todo ese enfado). Se trata de personas que les da un profundo miedo su tristeza, les resulta muy amenazante, por ejemplo porque “llorar es de nenazas”, porque tienen miedo a ser débiles o porque han tenido familiares con depresiones gordas y ellos no quieren eso para sí o sus familiares. Así que tienen que “tapar” esa emoción, intentar no sentirla, y una buena dosis de rabia, es muy eficaz para eso.

Piénsalo: la rabia es lo contrario a la tristeza. La tristeza te mueve a estar de bajón, vivenciarte muy débil, a estar inactivo, intentando no sentir nada. La rabia es subidón, vivenciarte poderoso y lleno de energía.

Asi que probablemente, si estás siempre enfadado, lo que te pasa es que estás muy triste. Intenta mirar esa tristeza, escucharla y darle voz (por ejemplo puedes tratar de escribir sobre ello), y si empiezas a mirar la tristeza y a actuarla, ya no necesitas taparla con el enfado. Si conoces a una persona gruñona y quiere ayudarle, intenta conseguir hablar con ella de si está triste y por qué, no le des consejos y le regañes, simplemente haz lo que haría un perrito: escúchale y quédate a su lado.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

«Publicamos un estudio falso en una revista científica»

  • 30/05/2025
  • David Aparicio

¿Qué tan fácil es colar un estudio falso en una revista científica? ¿Qué pasa cuando el dinero se pone por encima del rigor académico?

En este reportaje, el presentador se convierte en el ficticio “Doctor Carles” y publica un artículo completamente inventado y absurdo —con dos jerbos como coautores— para poner a prueba el sistema de las predatory journals, esas revistas científicas fraudulentas que, a cambio de una tarifa, publican casi cualquier cosa sin revisión real.

Pero el experimento no se queda ahí. También se expone cómo ciertas organizaciones, como ICEERS, publican estudios financiados por empresas con intereses en el mercado de sustancias psicoactivas. Se revelan conexiones entre revistas científicas, fundaciones y empresas cannábicas que se retroalimentan en un ciclo que disfraza intereses comerciales como evidencia científica legítima.

El resultado es inquietante: la evidencia puede manipularse, la ciencia puede comprarse, y muchas veces, nadie dice nada. Este video no solo es una denuncia, es un llamado de atención sobre la fragilidad del sistema científico cuando se cruza con la lógica del mercado.

Si trabajas en investigación, salud o te interesa entender cómo se construye (y distorsiona) la verdad científica, este reportaje es imprescindible.

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