Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Salud Mental y Tratamientos

1162 Publicaciones

Incluye trastornos, psicopatología y terapias.

  • Salud Mental y Tratamientos

Hablar con los hijos sobre ansiedad

  • Alejandra Alonso
  • 23/03/2022
boy in gray sweater sitting on the floor

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

Tirantez en el pecho, preocupación constante, una sensación en el estómago, respiración entrecortada, dificultad para dormir debido a que no puedes dejar de pensar, una sensación de miedo o inquietud (y a veces no sabemos por qué). La experimentación de varias de las sensaciones antes mencionadas es lo que comúnmente llamamos ansiedad. 

Aunque los niños y niñas experimentan ansiedad, no necesariamente saben qué es eso.

¿Qué puede hacer un adulto para enseñarles qué es, cómo se siente y dónde pedir ayuda?

Definiendo ansiedad

Es una emoción que se caracteriza por sentimientos de tensión, pensamientos de preocupación y cambios a nivel físico.

Si tienes un trastorno de ansiedad es posible que experimentes preocupaciones o pensamientos intrusivos frecuentes, los cuales son difíciles de manejar. Esos pensamientos generalmente no se van y suelen empeorar con el tiempo.


Este artículo es posible gracias a los miembros de PSYCIENCIA PRO. Si disfrutas nuestro trabajo, por favor considera unirte. Gracias.

Únete a Psyciencia Pro

Las personas con ansiedad dedican mucho tiempo a sus preocupaciones y se les dificulta concentrarse en otras cosas, lo que puede afectar la vida cotidiana. Tal vez comiencen incluso a evitar actividades o cosas que solían hacer o disfrutar.

Como dijimos, también hay manifestaciones físicas, como: Inquietud, tensión muscular, molestias estomacales u otros dolores, mareo, ritmo cardíaco rápido, problemas para dormir, temblores, sudor o dolores de cabeza.

Los problemas con la ansiedad son unos de los más frecuentes en salud mental y pueden ocurrir al mismo tiempo que otras condiciones (generalmente depresión y TDAH).

Sin embargo, es una condición manejable y mientras más la entiendas, más fácil será desarrollar herramientas que te ayuden.

Cómo hablar con niñas y niños sobre ansiedad

Dado que es una problemática común, es probable que tus hijos o hijas conozcan a alguien con ansiedad o incluso que ellos mismos estén lidiando con ella.

Sin embargo, no es necesario conocer a alguien con esa dificultad o experimentarla para tener preguntas sobre el tema, debido a que probablemente también lo hayan visto en la televisión o hayan escuchado a celebridades hablar de eso.

Pero esto es algo bueno: Mientras más hable la gente sobre salud mental, más entenderán las personas y más probable será que pidan ayuda.

Paso 1: Explorar

El primer paso es entonces, explorar con curiosidad qué es lo que ya saben tus niños y niñas. De ese primer acercamiento puedes notar qué información está errada y planear cómo podrías volver a tocar el tema.

Paso 2: Explicar

Para niñas y niños más pequeños puedes utilizar una explicación similar a la siguiente: “La ansiedad sucede cuando nuestro cerebro comienza a trabajar demasiado duro y se pone protector, como una abeja obrera a quien se le encomienda mantener a la reina a salvo. Zumba y zumba hasta que termina agotada”

En el caso de las niñas y niños más grandes, puedes hablar sobre cómo eso luego tiene un impacto en la mente y el cuerpo y nombrar algunos de los síntomas que las personas experimentan con la ansiedad. Puedes también explicar que la gente puede sentir ansiedad por diferentes situaciones como la escuela o los exámenes.

Paso 3: Cómo lidiar con la ansiedad

Es importante hablarles sobre el manejo de la ansiedad y lo útil que puede ser compartir su sentimientos para obtener apoyo.

Para comenzar, pueden practicar técnicas de respiración juntos (una muy comúnmente utilizada con niños y niñas es la de ponerse la manito en la panza e imaginar que es un globo que se infla y desinfla; también está la de oler flores y luego soplar una vela). Estas prácticas le ayudarán a sentir relajación y calma.

De todos modos, dependiendo del nivel de severidad que sienta el niño o la niña, también es bueno hablarles sobre recibir ayuda de un profesional de la salud mental, normalizando los tratamientos psicológicos y farmacológicos.

En el caso de los niños y niñas más jóvenes, puedes decir algo así: “Algunas veces las preocupaciones y los miedos se hacen tan grandes que es muy difícil lidiar con ellos solita/o. Tu ansiedad ha hecho que sea muy duro para ti dejar la casa (o ir al médico, o a la escuela o jugar con amigas/os, etc.). Una terapeuta puede ayudarte a ti y a mami y a papi a aprender cómo hacer que tus preocupaciones sean más pequeñas y menos terroríficas.”

Preguntas frecuentes de los niños y niñas 

Independientemente de la edad, las niñas y los niños podrían tener dudas relacionadas a la ansiedad. Algunas de las más comunes son:

  1. ¿Y si mi cerebro no está mal? 

La preocupación que siente el niño o la niña es muy real, no debes minimizarla diciendo cosas como que eso no sucederá o que su cerebro está exagerando.

En su lugar, la idea que debes transmitir es que sus miedos y preocupaciones derivan de lugares reales y que son válidos. La cuestión es que se dedica mucho tiempo a pensar en esos miedos y preocupaciones y allí es donde el cerebro lucha.

Algo que puede ayudarles mucho es hablar de esos miedos y buscar posibles soluciones o formas de resolverlos. El miedo en sí no es inválido, pero la cantidad de energía cerebral que se usa en eso no es útil.

  1. ¿Me pasa algo malo?

Esta duda también acarrea problemas con el autoconcepto y la seguridad. Debemos recordarles que no hay nada malo en ellos/as o en otras personas que tienen ansiedad. No son defectuosos, no están dañados. Simplemente, algunos eventos adversos de la vida pueden desencadenar condiciones de salud mental. Tener ansiedad no es culpa de ellos/as y, todavía más importante, hay profesionales que les pueden ayudar.

  1. ¿En qué consiste el tratamiento?

Y conectado con el final del punto anterior, las niñas y niños pueden querer saber cómo es el tratamiento. Podrías explicar que lo que haga en terapia dependerá de lo que el profesional crea que será de más ayuda, sin embargo pueden haber juegos, conversaciones o ejercicios para aprender nuevas habilidades. Aunque puede durar un tiempo largo, no es algo que vaya a tener que hacer toda la vida, tú lo esperarás afuera o, a veces, incluso entrarás con él o ella.

  1. ¿Siempre me voy a sentir así?

Dada la cantidad de tiempo que una niña o niño con ansiedad pasa pensando en sus miedos y preocupaciones, pueden tener esta duda alguna vez.

Este es el momento perfecto para recordarles que la terapia podría ser muy efectiva para ayudarles con su ansiedad.

Es de ayuda comentarles que muchas personas reciben tratamiento por condiciones de salud mental y, si tu lo has hecho, también puedes comentarlo.

Recursos en español

Alguno recursos en español que se utilizan para explicarles a los niños y niñas sobre la ansiedad son:

  • Margarita la temerosa
  • El planeta de los Psimon
  • Serie “Qué puedo hacer…”

Último paso

Si tu hija/o está hablando sobre ansiedad es porque ella o alguien que conoce están lidiando con eso. Es una buena oportunidad de modelar cómo buscar ayuda. 

Es importante que tanto tú como tu hijo/a sepan que no tienen porqué pasar por eso solos. Hay tratamientos y pueden ayudar mucho.

La sección siguiente es para leersela a los niños y niñas:

¿Qué es la ansiedad?

¿Alguna vez te has ido a acostar en la noche y has cerrado los ojos pero sin poder dormir?

Tal vez tu cuerpo se sentía tirante o nervioso o parecía que había un elefante sentado en tu pecho. Tu mente tal vez te pase imágenes tras imágenes y tu sientas que no puedes detenerla: imágenes de cosas que dan miedo, como monstruos bajo la cama o algo malo pasándole a tu familia.

Probablemente eso te dio mucho miedo.

Pero, ¿sabes qué? Le pasa a muchas personas. Eso tiene un nombre: ansiedad.

Ansiedad es lo que sucede cuando no puedes “apagar” tu cerebro y te preocupan muchas cosas diferentes o, tal vez, solo una cosa.

Puede hacer que te duela la cabeza y la panza. A veces comienza porque algo malo te ha pasado y no puedes dejar de pensar en eso. Otras veces es solo la forma en que trabaja tu cerebro. Es tu mente trabajando demasiado para mantenerte a salvo.

De cualquier forma, la ansiedad se puede sentir muy mal. No solo en tu cerebro, si no también en tu cuerpo.

Las personas que sienten ansiedad no tienen porque sentirse así para siempre.  Simplemente hablar de eso puede hacernos sentir mejor. Y hay muchas formas de ayudar a que la ansiedad no se haga muy grande.

De hecho, una de las cosas más fáciles que puedes intentar es respirar. Incluso en momentos donde no sientes ansiedad, puedes practicarlo. Respira profundamente 3 veces. Luego, pretende que estás oliendo flores y, seguidamente, soplando velas.

Parece tonto ¿verdad?, pero muchas veces ayuda.

Así que si llegas a sentir ansiedad, déjales saber a tus seres queridos. ¡Tal vez te digan cómo se sienten también!

Fuente: PsychCentral

  • Salud Mental y Tratamientos

Cuando la motivación es ansiedad y no fe

  • Equipo de Redacción
  • 22/03/2022
woman in white sweater and blue denim jeans praying on bed

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

En las familias con creencias religiosas, que un niño que exprese fe y fuertes principios morales es, por lo general, un desarrollo bienvenido. Pero a veces, la fe de un niño puede convertirse en una obsesión y, en lugar de consuelo, el niño experimenta ansiedad extrema al pensar que él está violando las normas religiosas y siente desesperación por corregir lo que cree que son sus errores. Esto es lo que sucede cuando los niños desarrollan un trastorno obsesivo-compulsivo o TOC y se manifiesta en su religión.

No todas las personas con TOC desarrollarán obsesiones o compulsiones religiosas, pero es un tema bastante común. Otros temas comunes incluyen obsesión por la limpieza, la simetría y los “malos pensamientos”, incluidas las obsesiones sexuales.

A veces puede parecer que la fe de una persona está causando sus síntomas, pero la religión es más como un transeúnte desafortunado a lo largo del viaje. Si piensa en una persona con TOC que se preocupa por los gérmenes y se lava las manos compulsivamente, está claro que los gérmenes no están causando su comportamiento, es el TOC el responsable de ello. El TOC religioso funciona de la misma manera.

“Puede pasar en cualquier religión, pero no se trata de la religión, se trata del trastorno obsesivo-compulsivo, explica Jerry Bubrick, PhD,psicólogo clínico en el Child Mind Institute. “No tratamos a personas con TOC religioso como si fueran fanáticos religiosos, tratamos la afección”.

¿Qué es el trastorno obsesivo-compulsivo religioso?

El TOC religioso (obsesión religiosa) a veces también se denomina “escrupulosidad”. Ya no usamos la palabra escrúpulo, pero significa un temor moral o una punzada de conciencia. La palabra de la que proviene en latín significa literalmente una roca afilada o gravilla, y Cicerón la usó figurativamente para describir una sensación incómoda o ansiosa, como lo que sentiría una persona si tuviera una piedrecita en su zapato.


Este artículo es posible gracias a los miembros de PSYCIENCIA PRO. Si disfrutas nuestro trabajo, por favor considera unirte. Gracias.

Únete a Psyciencia Pro

En el caso del TOC religioso, o escrupulosidad, en lugar de una piedrecita en el zapato, una persona tiene problemas religiosos, pero son igual de persistentes e inquietantes.

Por ejemplo, alguien con escrupulosidad podría preocuparse de que no haber hecho una oración correctamente, tal vez algunas de las palabras estaban fuera de orden, o no lo dijo con la debida reverencia. Puede temer algunas consecuencias religiosas de esto, por lo que vuelve a repetir la oración, y posiblemente una tercera y cuarta vez, como una corrección. Podría preocuparse de no hacer suficientes buenas obras o de solo hacer buenas obras por razones egoístas. Podría preocuparse por tener pensamientos blasfemos y ofender a Dios.

¿Hice eso para Dios o para el diablo?

El Dr. Bubrick describe haber tratado a un niño de 12 años llamado Matt que tenía TOC religioso. La familia de Matt era religiosa, pero no demasiado religiosa. La escrupulosidad de Matt era debilitante.

“Le preocupaba literalmente todo lo que hacía: ‘¿Hice eso porque Dios quería que lo hiciera o lo hice por el diablo?’. Abrir puertas, sentarse, ponerse de pie o hacer su tarea. Cada acción individual le preocupaba si era por la razón correcta o por la incorrecta”.

Agonizar por todo lo que hacía era agotador, por lo que Matt comenzó a evitar hacer las cosas porque, razonó, era más seguro. Una de las cosas que dejó de hacer fue comer y perdió tanto peso que tuvo que ser hospitalizado.

Matt también tenía compulsiones o cosas que hacía para tratar de aliviar su ansiedad. Tenía una oración particular que decía, llevaba una biblia con él durante el día, y por la noche, se acostaba con una biblia debajo de su almohada y una a cada lado de su cabeza. Les pedía a sus abuelos repetidamente que lo tranquilizaran cuando se sentía preocupado.

Buscar ayuda para la escrupulosidad

El tratamiento para el TOC siempre comienza con ayudar a los jóvenes y a sus familias a entender cómo sus síntomas son causados por el TOC. Las obsesiones y compulsiones que experimentan las personas son poderosas. En el caso de Matt, lo suficientemente poderosas como para llevarlo al hospital, pero entender cómo funciona el trastorno comienza a devolverle a la gente parte de ese poder.

Las personas con TOC realizan compulsiones para defenderse o neutralizar la ansiedad que sienten, que es causada por cosas como pensamientos, imágenes o impulsos no deseados. Estas son conocidas como obsesiones. Pero las personas con TOC no siempre se dan cuenta de que un trastorno de salud mental está detrás de estos pensamientos y comportamientos. En el caso de la escrupulosidad, podrían confundir la oración compulsiva como una respuesta apropiada a un pensamiento blasfemo. No se dan cuenta de que su TOC está detrás del pensamiento.

Ayudar a las personas a entender lo que viene del TOC y lo que viene de la religión es esencial. “Si quieres orar porque te trae paz y te sientes conectado, eso es maravilloso. Pero si estás orando porque temes que si no lo haces, entonces serás castigado, entonces tal vez eso sea más TOC”, explica el Dr. Bubrick.

Exposición y prevención de respuesta

El tratamiento para el TOC es algo llamado exposición y prevención de respuesta(EPR). Este tratamiento funciona al exponer a las personas a las cosas que les causan ansiedad gradualmente y en un entorno seguro.

El niño que hace la exposición aprende a tolerar la ansiedad que siente y, con el tiempo, descubre que su ansiedad realmente ha disminuido. Entonces, él está preparado para asumir exposiciones más desafiantes.

Para asegurarse de que las exposiciones no sean demasiado difíciles, el niño trabajará con su terrapeuta al inicio del tratamiento para clasificar las cosas que le causan ansiedad, desde un estrés menor hasta una gran preocupación. Luego abordarán juntos los síntomas, uno por uno.

En el caso de Matt, muchas de sus exposiciones involucraron su ansiedad sobre el diablo. “Hacíamos cosas como escuchar música que tenía la palabra ‘diablo’ porque desde que escuchaba la palabra diablo en una canción, la apagaba”, dice el Dr. Bubrick. También escucharon música con la palabra “infierno”, comieron pastelitos “devil dogs” (perros del diablo) e hicieron una camiseta para que Matt la usara con el número 666. Estos fueron grandes avances para un niño que había sido efectivamente inmovilizado por su ansiedad, pero los pasos fueron tomados gradualmente y con gran cuidado. “Estábamos rompiendo la asociación entre Dios y el miedo”, explica el Dr. Bubrick.

Reconsiderar la tranquilidad no consuelo

Otra parte muy importante del tratamiento es enseñar a otras personas en la vida del niño a cómo responder a su TOC. Una gran parte del trastorno es pedirle a otras personas que lo tranquilicen (les den consuelo). Esto se puede manifestar de diferentes formas, que incluyen:

  • Hacer preguntas, como “¿Acabo de cometer un pecado?” y sentir la necesidad de una respuesta definitiva
  • Querer que las personas participen en rituales, como la oración compulsiva
  • Exigir que otros eviten aquello que les provoca ansiedad, como no decir ciertas palabras o realizar ciertas actividades en su presencia

Recibir consuelo hace que el niño se sienta mejor en el momento, así que las familias lo proporcionan porque piensan que están ayudando. Pero la búsqueda de tranquilidad es solo otra compulsión, y cuando las personas proveen esa tranquilidad, están participando en la compulsión e, inadvertidamente, alimentando el TOC.

Eso se debe a que recibir consuelo una vez nunca es suficiente para una persona con TOC. Las solicitudes vendrán una y otra vez en un ciclo interminable que no aborda la raíz de la ansiedad de una persona, y realmente hace que la ansiedad sea más fuerte. También hace que las personas con TOC se sientan dependientes de quienes los rodean para sentirse (temporalmente) mejor. Los psicólogos llaman a este proceso de consuelo “adaptación”.

Como parte del tratamiento, los terapeutas explican a los miembros de la familia cómo reconocer los síntomas del TOC y cómo evitar la adaptación, y en vez de eso alentar a los niños a usar las habilidades que están aprendiendo en terapia para lidiar con sus sentimientos ansiosos de una manera más saludable y productiva.

Incluir a los líderes religiosos

En el caso de la escrupulosidad, a menudo tiene sentido que los líderes religiosos también conozcan el TOC. Esto se debe a que a menudo se les pide consuelo y, naturalmente, creen que es su función proporcionar orientación y responder preguntas.

El Dr. Bubrick da un ejemplo de haber tratado a un niño que estaba preocupado por ofender a Dios, por lo que buscaba mucho confort por parte de su pastor.

“Hablé con su pastor y le expliqué la diferencia entre el TOC y la escrupulosidad versus ser religioso. El pastor lo entendió muy fácilmente porque le había pedido consuelo miles de veces. Entonces lo enseñé a darle el mismo tipo de apoyo que le enseñaría a la familia”.

Eso incluye negarles a los niños las respuestas definitivas a las preguntas religiosas que a menudo buscan. Como dice el Dr. Bubrick, “No puedes responder todas las preguntas. En algún momento solo debes tener fe”.

Artículo publicado en la página del Child Mind Institute y adaptado para su publicación en Psyciencia.

  • Salud Mental y Tratamientos

¿Cómo puedo apoyar a un ser querido con trastorno por estrés postraumático?

  • Alejandra Alonso
  • 16/03/2022
a person touching a woman s eye with a bruise

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es una condición de salud mental que ocurre al experimentar, ver o escuchar sobre un evento traumático. Sin embargo, es importante considerar que lo que es traumático para una persona puede no serlo para otra. Cuando una persona experimenta los síntomas del TEPT, a veces puede ser difícil interactuar incluso con personas cercanas a ellas. Puede ser que diga cosas que en realidad no siente o que se siente incapaz de relajarse y actuar genuinamente. Por supuesto, esta forma de actuar frente a los otros tiene un efecto: las personas que le rodean podrían alejarse o volverse menos receptivas, creando un ciclo difícil de romper. Sin embargo, es posible convivir con síntomas de TEPT y, al mismo tiempo, mantener una buena conexión con las personas que nos importan al mejorar las habilidades sociales. Pero, como es una calle de dos vías, las personas a tu alrededor también pueden aprender qué significa vivir con TEPT y cómo pueden apoyarte de una manera que realmente sea de ayuda.

¿Qué aspectos de la vida pueden ser desafiantes con el TEPT?

Primero es importante que recuerdes que tener TEPT o que dicho trastorno impactara en tus relaciones interpersonales no fue decisión tuya. No obstante, los síntomas asociados pueden afectar la forma en que interactuamos con familiares, amistades e incluso en nuestras relaciones profesionales, aún si no somos conscientes de ello.

Algunas de las áreas en las que las personas con TEPT podrían presentar problemas son:

Intimidad

La intimidad implica cercanía con otras personas, que puede ser emocional o sexual (muchas veces es ambas). Incluye hablar sobre tus emociones y responder a las necesidades de la otra persona. Los síntomas del TEPT pueden causar: falta de interés en actividades de disfrute, una autoimagen negativa, sentimientos de desapego de otros o falta de conexión emocional. Puede ser que la persona quiera intimidad con una pareja pero que se le haga difícil porque sienten temor o simplemente no pueden establecer esa intimidad.

Interés sexual

Los efectos en este área pueden ser complejos: Si te afectará y la forma en que lo hará dependerá del tipo de trauma que disparó el TEPT. En casos de abuso sexual, el sexo probablemente este primero en tu lista de evitación. Es  posible que también aparezcan desafíos en el momento de confiar en la pareja y sentir seguridad en una situación íntima. Esta reacción es esperable. Una investigación sugirió que otro efecto en esta población puede ser el de la hipersexualización, es decir conductas sexuales difíciles de controlar. Adicionalmente, otros síntomas de TEPT que pueden tener un impacto en la vida sexual son:


Este artículo es posible gracias a los miembros de PSYCIENCIA PRO. Si disfrutas nuestro trabajo, por favor considera unirte. Gracias.

Únete a Psyciencia Pro

  • Autoimagen negativa
  • Falta de sueño
  • Bajo deseo sexual
  • Sentirse  desapegado/a
  • Hipervigilancia que dificulta la relajación
  • Pérdida de interés en experimentar actividades placenteras

Aunque la persona ame a su pareja, estas razones pueden dificultar la intimidad sexual.

Comunicación

La comunicación es clave en cualquier clase de relación interpersonal. Cuando se convierte en un desafío probablemente afecte tus vínculos. Dado que el TEPT puede involucrar irritabilidad y explosiones emocionales, las personas con esta condición podrían responder en formas que resultan difíciles de comprender para otros, que causen miedo o resentimiento. Incluso las discusiones más simples pueden llevar tu ansiedad al extremo y abrumarte, lo que a su vez es un obstáculo para una comunicación clara. Puede ser que haya momentos en que no quieras hablar y te apetezca estar sola/o. No expresar tus sentimientos y necesidades puede obstaculizar el establecimiento de relaciones.

Evitación

Es común que las personas con TEPT eviten disparadores, uno de los cuales puede involucrar escenarios sociales o ciertos temas en las conversaciones. Los disparadores son situaciones, actividades o personas que te recuerdan al evento traumático. Aunque es algo esperable, también puede crear confusión en las personas al no saber por qué no quieres hacer ciertas cosas o hablar de eso.

Apego

La conexión emocional es también muy importante en nuestra relación con otros. Lidiar con el TEPT puede involucrar sentir desapego de situaciones, personas e incluso de uno mismo. Esto lo podemos observar en el distanciamiento o en la dificultad para dar respuestas emocionales. El caso contrario también puede ser cierto, sentir la necesidad de que te cuiden o de proteger a otros, hasta el punto de hacerlos sentir abrumados.

El autocuidado de las personas cercanas

Como se dijo anteriormente, la forma en que alguien con TEPT se comporta tiene un efecto en las personas que le rodean. Esto es especialmente cierto cuando viven en el mismo lugar y se relacionan con frecuencia, ya que afecta el bienestar de ese individuo. Si ese es tu caso, el primer paso que debes tomar es entender la condición y sus síntomas, así sabrás qué esperar. Conocer cómo puede afectarte a ti y a tu relación es útil. A veces la conducta del ser amado es tan diferente que puede ser hiriente. La respuesta emocional que resulta de eso es totalmente esperable.

Puede ser que tú experimentes: 

  1. Miedo: Tal vez todo el dolor y frustración experimentado por la persona con TEPT se vuelque en ti. A veces puedes sentir que te ignoran o te pueden sorprender las explosiones de enojo. En última instancia, se puede sentir como que caminas sobre cáscaras de huevo. La persona con TEPT puede parecer impredecible lo que, a su vez, te pone a ti en guardia y crea tensión en el ambiente. Muchas veces se desarrolla ansiedad.
  2. Evitación: Si las reacciones de tu ser amado son impredecibles, tu puedes sentir preocupación por molestarle y empezar a evitarle o dejar de hablar de ciertos temas.
  3. Culpa y vergüenza: Algunas personas sienten que hay algo que podrían haber hecho para prevenir el trauma. Incluso su propia salud y felicidad pueden hacerles sentir culpables. En consecuencia, podrían aislarse para mostrar apoyo al ser amado que no está preparado para socializar (aunque esto desencadene en resentimiento, frustración y más culpa). Sentirse así es natural, pero no necesariamente esas emociones indican una verdad. Te mereces estar bien tanto como tu ser amado y, aunque no puedas cambiar lo que pasó, sí puedes usar tus recursos para cuidarle.
  4. Enojo: Quizás debido a una mayor carga de trabajo en la casa o más responsabilidades. O de repente te encuentras con una situación nueva, tener que cuidar a esa persona. Todo esto puede resultar abrumador y, a la vez, como que tus acciones son poco apreciadas. Además, las emociones explosivas o el desarrollo de problemas con abuso de sustancias también pueden desencadenar enojo.
  5. Negatividad: Todos esos cambios pueden dificultar el mantenimiento del mismo nivel de cuidado o apego que antes tenías por tu ser amado. A veces puedes sentir negatividad hacia tu ser querido porque ya no tiene los rasgos que tu admirabas. Por otro lado, ver a una persona amada sufriendo podría poner un filtro negativo en la forma que ves el mundo.
  6. Problemas de salud: El estrés derivado de la situación que vives con esa persona puede conducir a desafíos en la salud debido a cambios en la dieta o rutinas de ejercicio o el aumento de uso de sustancias como alcohol o cigarrillos. Adicionalmente, el estrés suele venir acompañado de dolores de cabeza y/o estómago, dolor muscular, etc.
  7. Problemas de sueño: Dichas dificultades pueden surgir como consecuencia del estrés crónico, por el insomnio de tu pareja, por sensaciones de desconexión al tener que dormir en camas separadas o por preocupaciones por tu ser amado. Si se mantienen en el tiempo se puede desarrollar una condición crónica.

Queremos destacar que cuidarte a ti misma/o es tan importante como dar apoyo a tu pareja o ser querido.

Cómo darle apoyo a una persona con TEPT

Para las condiciones de salud mental en general, y por ende también para el TEPT, las relaciones y redes de apoyo son clave en la  recuperación. Como hemos visto, esta condición puede venir acompañada de diversos desafíos así que lo primero que debes saber es que necesitarás paciencia. Aunque cada situación es particular y única, los siguientes consejos generales podrían ser útiles para ti:

  • Anímale a recibir ayuda profesional.
  • Aprende formas efectivas de manejar los flashbacks (recuerdos repentinos), por ejemplo técnicas de respiración y atención. Que ambos se preparen antes de que ocurran les ayudará.
  • Continúa con tus rutinas normales hasta donde sea posible.
  • Crea nuevas rutinas si fueran necesarias y agrega una estructura para que den una sensación de seguridad.
  • En vez de tomar todas las decisiones tú, deja que tu ser amado haga juicios basándose en su nivel de comodidad.
  • Sé consciente de tus niveles de estrés y toma pasos activos de autocuidado.
  • Consideren ver a un profesional de la salud mental juntos.
  • Si te cuenta algo difícil de escuchar, trata de mantener una reacción positiva o neutral.
  • Si tu ser amado lucha con pensamientos o una autoimagen negativa, podría ayudar recordarle con frecuencia cuánto le amas y lo importante que es para ti. Construye confianza en sí mismo/a utilizando reforzamiento positivo. Considera preguntarle qué necesita.
  • Recuerda: Todos reaccionamos a las cosas de forma diferente. Tu ser querido no tiene la culpa de haber desarrollado TEPT.
  • Mantén la calma si tu ser querido tiene una emoción explosiva, pero protégete.
  • Date espacio si sientes que una situación podría escalar. Prepara una lista de recursos que puedes usar y personas a las que acudir buscando apoyo.
  • Anímale a buscar orientación profesional sobre maneras más apropiadas de expresar enojo y frustración. Tú también podrías beneficiarte de dicha orientación para manejar con calma esas explosiones.
  • Evita minimizar o invalidar el evento traumático o lo que tu ser amado está sintiendo.
  • Aprende más sobre el TEPT.

Aunque se trata de una condición manejable con el tratamiento adecuado, no puedes forzar a nadie a buscar ayuda profesional. Sí puedes animarles a hacerlo y ofrecerles acompañamiento si así lo quieren. El apoyo profesional también podría ser de mucho beneficio para ti y tu familia. El amor que le tienes a esa persona no significa que tengas que aceptar conductas que pongan tu seguridad en riesgo. Así como tu ser querido no tiene la culpa de sus síntomas, tu tampoco.

Fuente: Psychcentral

  • Salud Mental y Tratamientos

Cómo se clasifican las alucinaciones

  • Laura Ruiz
  • 14/03/2022

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

¿Qué son las alucinaciones? ¿Qué tipos de alucinaciones existen? Este fenómeno forma parte de la psicopatología que estudia las alteraciones de la percepción y la imaginación.

¿Qué son las alucinaciones?

Las alucinaciones, en un primer momento de la historia de la psicopatología, fueron definidas como “percepciones sin objeto”. Pero hay matices en esa definición, como vemos en la definición de Amparo Belloch.

Belloch es catedrática de psicopatología en la Universitat de Valencia  y, junto a Sandín y Ramos, definen este fenómeno en el Manual de Psicopatología (2010): “experiencias anómalas que no se fundamentan sobre estímulos realmente existentes fuera del sujeto” o que “persisten cuando el estímulo que las originó ha desaparecido”.

Según los autores, otra característica de este fenómeno es que la persona que las manifiesta las experimenta como si fueran totalmente reales. Es decir, en su realidad existen y, además, suelen generar mucho malestar, ya que suceden sin que la persona pueda controlarlas.

Alucinaciones: trastornos donde aparecen 

Las alucinaciones aparecen típicamente en trastornos del espectro psicótico como la esquizofrenia o el trastorno psicótico breve (como parte de la sintomatología positiva de estos trastornos), según muestran los criterios diagnósticos del DSM-5 (2014) para estos trastornos.


Este artículo es posible gracias a los miembros de PSYCIENCIA PRO. Si disfrutas nuestro trabajo, por favor considera unirte. Gracias.

Únete a Psyciencia Pro

Pero también pueden aparecer, aunque en menor frecuencia, en episodios depresivos muy graves, especialmente en la depresión psicótica, y en episodios maníacos del trastorno bipolar.

Si hablamos de enfermedades orgánicas, las alucinaciones pueden aparecer en trastornos neurológicos, en demencias, en accidentes cerebrovasculares (ACV), tumores del encéfalo, con el consumo de ciertas sustancias (drogas o medicamentos) o en la epilepsia.

Finalmente, también surgen en situaciones no patológicas relacionadas con un exceso de ansiedad o estrés (aunque es mucho menos frecuente).

Diferencias con otros fenómenos

No debemos confundir las alucinaciones con otros fenómenos perceptivos como las ilusiones o los delirios. En el caso de la ilusión, hablamos de la percepción distorsionada de un estímulo o un objeto que en realidad sí existe (en la alucinación, este elemento es inexistente). 

Y en el caso del delirio, aquí no hablamos de una percepción, sino de una creencia que la persona vive con absoluta convicción (a pesar de que la evidencia demuestre lo contrario).

En algunas ocasiones, las alucinaciones se acompañan de delirios, ya que estos delirios son lo que utiliza la persona para “justificar” o “demostrar” sus alucinaciones.

Tipos de alucinaciones

Belloch et al. (2010) citan diferentes tipos de alucinaciones, atendiendo a diferentes parámetros a la hora de clasificarlas:

Según la modalidad sensorial

Si nos basamos en su modalidad sensorial, es decir, en la vía por la que la persona recibe la información de la alucinación, encontramos los siguientes tipos de alucinaciones:

Alucinaciones auditivas

Son las más frecuentes, sobre todo en la esquizofrenia. A su vez, dentro de estas alucinaciones encontramos dos grandes grupos:

  • Alucinaciones auditivas elementales: por ejemplo, escuchar tonos, murmullos, pasos, golpes.
  • Alucinaciones auditivas complejas: por ejemplo, escuchar el mensaje de alguien, o escuchar a dos personas hablando entre ellas.

Y por otro lado, las alucinaciones de tipo auditivo también pueden basarse en otros criterios a la hora de clasificarse, pudiendo ser estos criterios:

  • La claridad con la que la persona percibe la alucinación.
  • La intensidad o magnitud del estímulo percibido.
  • El contenido; así, podemos hablar de voces que piden cosas, que recriminan, que comentan las acciones que hacemos, etc.
  • La forma de dirigirse a la persona; es decir, el lenguaje utilizado y el tono.
  • La localización, es decir, la distancia desde la que se percibe la voz o el sonido en cuestión.

Finalmente, como curiosidad, encontramos un tipo particular de alucinación auditiva, que es la alucinación musical. Esta implica escuchar por ejemplo una canción, música religiosa o a alguien cantando.

Alucinaciones visuales

Las alucinaciones visuales son aquellas que la persona percibe a través del sentido de la vista. Estas pueden clasificarse según tres grandes criterios:

  • Su temática: dentro de ellas encontramos, por ejemplo, las zoopsias, que son alucinaciones relacionadas con insectos.
  • Su tamaño, que se subdividen a su vez en:
    •  Liliputienses (percibir los objetos más pequeños de lo que son)
    • Gulliverianas (percibirlos más grandes).
  • Su cualidad: las alucinaciones pueden ser más o menos borrosas o claras, de diferente color, pueden moverse o ser estáticas, y pueden ser congruentes o incongruentes con las ideas o delirios de la persona (si están).

Alucinaciones olfativas

Este tipo de alucinación conlleva que la persona huela olores que no se corresponden con la realidad objetiva. Suelen estar asociadas a la idea o el delirio de estar siendo envenenado. Un ejemplo de ellas es la putrefacción (oler a comida podrida). Pero también incluyen oler cosas agradables. 

Este tipo de alucinación en concreto aparece más típicamente en el contexto de un tumor cerebral, aunque también puede surgir como consecuencia de padecer un trastorno psicótico.

Alucinaciones gustativas

Las alucinaciones gustativas, es decir, sentir un gusto que en realidad no se está percibiendo (normalmente gustos desagradables) o directamente no sentir ningún gusto cuando la persona come.

Como en el caso anterior, la persona puede creer que ha sido envenenada y, a raíz de ello, desarrollar un delirio.  Suelen aparecer de forma conjunta a las olfativas y ser coherentes entre sí. Por ejemplo, la persona puede oler una comida y apreciar un mal sabor.

Alucinaciones táctiles

Finalmente, las alucinaciones táctiles son aquellas que provienen del tacto; pueden surgir por todo el cuerpo o por una zona específica del mismo.

La persona que las padece puede experimentar diferentes sensaciones, tales como hormigueos, quemaduras, pellizcos, tocamientos o corrientes eléctricas. En función de su contenido, se clasificarán como:

  • Alucinaciones hápticas: se trata de una sensación física, como cosquilleos u hormigueos.
  • Alucinaciones de contacto: también denominadas pasivas, implican que la persona sienta que alguien le toca.
  • Alucinaciones activas: es la propia persona la que tiene la sensación de estar tocando algo (o a alguien), aunque esto no suceda realmente.
  • Alucinaciones hídricas: conllevan una sensación de humedad.
  • Alucinaciones corporales: un ejemplo de las mismas es sentir que estamos huecos por dentro.
  • Alucinaciones cinestésicas: percibir que una parte del cuerpo se está moviendo.

Según el grado de complejidad

Si atendemos a su grado de complejidad o elaboración, las alucinaciones pueden ser de dos tipos:

  • Sencillas: ruidos, resplandores, destellos, etc.
  • Complejas: voces con mensajes, personas, escenas, situaciones diversas, etc.

Según el contenido

En función de su contenido, las alucinaciones pueden ser:

  • Relacionadas con las ideologías de la persona.
  • Relacionadas con sus necesidades, deseos, temores, recuerdos.
  • Relacionadas con su entorno y ambiente.
  • Relacionadas con su situación vital (por ejemplo, con preocupaciones).
  • Otras.

Otros tipos de alucinaciones

Finalmente, encontramos un grupo de alucinaciones fuera de las clasificaciones habituales, es decir, que no siguen los parámetros anteriores. Son los siguientes tipos de alucinaciones:

  • Autoscopia: 
    • Autoscopia interna: cuando la persona ve el interior de su cuerpo, como por ejemplo sus huesos, venas y víscera.
    • Autoscopia externa (también denominada autoscopia doble): en este caso, la persona ve su propia imagen frente a ella misma. 
    • Autoscopia negativa: la persona se mira en el espejo y no percibe su propio reflejo.
  • Alucinación extracampina: implica ver algo fuera del campo visual. Por ejemplo, ver algo en Roma estando en Sevilla.
  • Alucinación negativa: conlleva no ver cosas que sí están en la realidad.

Como hemos visto, existen muchos tipos de alucinaciones, aunque en el caso de los trastornos mentales, las más habituales son las alucinaciones auditivas.

Referencias bibliográficas:

  • American Psychiatric Association -APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid. Panamericana.
  • Belloch, A., Sandín, B. y Ramos, F. (2010). Manual de Psicopatología. Volumen II. Madrid: McGraw-Hill.
  • Salud Mental y Tratamientos

Cómo se siente la depresión en el trastorno bipolar

  • Maria Fernanda Alonso
  • 08/03/2022

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

Cuando estudiamos la caracterización del trastorno bipolar, aprendemos que:

  • Es una condición potencialmente incapacitante y de por vida; 
  • La persona que lo padece puede presentar episodios de manía (estado de ánimo anormalmente elevado o irritabilidad y síntomas relacionados con deterioro funcional grave o síntomas psicóticos durante 7 días o más);
  • También puede tener episodios de hipomanía (estado de ánimo anormalmente elevado o irritabilidad y síntomas relacionados con disminución o aumento de la función durante 4 días o más); y 
  • Episodios de estado de ánimo deprimido.

El trastorno bipolar suele ser comórbido con otros trastornos como los de ansiedad, el mal uso de sustancias, trastornos de personalidad y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) (National Institute for Health and Care Excellence (Great Britain), 2019).

Algunos de los síntomas asociados son la desesperación, la pérdida de interés y energía, dificultad para dormir, problemas para concentrarse, cambios de peso, pensamientos suicidas. Pero, ¿cómo se siente realmente una persona con trastorno bipolar y con episodios depresivos?

Colleen King, psicoterapeuta especializada en el tratamiento de personas con trastorno bipolar, depresión y ansiedad, comparte algunas cosas que aprendió sobre la forma en que sus pacientes con trastorno bipolar experimentan distintos episodios en sus vidas, con el objetivo de ofrecer una mejor comprensión de lo que puede estar experimentando alguien que vive con esta condición.

Cómo se siente un episodio depresivo

Las personas con trastorno bipolar pueden experimentar estados mixtos o manía disfórica. Esta puede vivirse como un estado de ánimo insoportablemente difícil que combina simultáneamente síntomas de manía y depresión, aunque los típicos sentimientos de euforia esten ausentes. También suelen experimentar agitación psicomotora, insomnio, ansiedad e inquietud. A veces experimentan irritabilidad o ira.


Este artículo es posible gracias a los miembros de PSYCIENCIA PRO. Si disfrutas nuestro trabajo, por favor considera unirte. Gracias.

Únete a Psyciencia Pro

Durante un episodio depresivo, los pacientes pueden sentirse destrozados o que ya no les importa nada; sin motivación ni pasión para nada excepto dormir. Pueden llorar todo el tiempo y sentirse frustrados e impotentes. Temen que nunca volverán a sentirse «normales».

“Para mí, la depresión se siente como si me hubieran robado mis habilidades cognitivas, emocionales y físicas”, dice King, quien también vive con trastorno bipolar. Ella lo describe como si estuviera caminando a través de un río de melaza hasta la cintura mientras la niebla la rodea. “Hay una visibilidad mínima y es un desafío moverse”. 

En esos momentos, prestar atención y comprender lo que otros dicen o lo que ella lee o escribe requiere de mucha energía cognitiva. A veces dice lo contrario de lo que ella piensa. A veces, no puede recordar las palabras de los objetos comunes y las tareas de varios pasos tardan días en completarse.

Los episodios depresivos la agotan físicamente. “Siento que me estoy moviendo contra todas las fuerzas de la naturaleza, luchando tan duro como puedo para seguir funcionando”, dice King.

Los episodios depresivos pueden ir más allá de los sentimientos de tristeza y llegar a la culpa, la vergüenza, la ansiedad y el miedo. Pueden destrozar la identidad propia de una persona. “La autoestima vibra como la cristalería en un terremoto, balanceándose con la tierra cambiante que es mi estado de ánimo”, explica King.

Por supuesto, cada persona es diferente y experimentará distintos síntomas durante sus episodios depresivos. Pero sean cuales sean los síntomas específicos, los episodios depresivos suelen tener una cosa en común: pueden ser abrumadores.

Debido a que la depresión puede presentarse después de un episodio maníaco o hipomaníaco, puede sentirse como un gran colapso, y resultar especialmente devastador.

Por ejemplo, durante un episodio maníaco o hipomaníaco, es posible que no necesites dormir mucho y te percibas como más productivo, pero cuando comienza un episodio depresivo, puedes sentir que deseas cancelar todos tus planes y necesitas 16 horas de sueño. Podrías sentir que no vales nada.

Cómo sanar

1. Conoce tus factores desencadenantes

El primer paso es tomar conciencia de lo que estás experimentando. Presta atención a tus propios desencadenantes y síntomas únicos. Escríbelos y pon prioridades. Por ejemplo:

  • ¿Qué significa “cansada” para ti?
  • ¿Cómo es la pérdida de energía para ti?
  • ¿Cuántas horas sueles dormir cuando empiezas a sentir que se avecina un episodio depresivo?
  • ¿Cuáles son los primeros signos de un episodio depresivo para ti?

Es importante priorizar un estilo de vida saludable para controlar los factores desencadenantes. De forma concisa, es fundamental prestar atención a cuatro factores: tratamiento, ejercicio, alimentación y sueño.

2. Crea una rutina

Construir una rutina y adaptarla cuando surgen nuevas situaciones es igualmente importante. Puedes tomar como ejemplo la situación de una paciente de la doctora Louisa Sylvia, directora asociada de psicología en la Clínica Bipolar y el Programa de Investigación del Hospital General de Massachusetts.

Su paciente  se convirtió en cuidadora de un amigo. Debido a que el amigo vivía a varias horas de distancia, su rutina se interrumpió por completo, lo que provocó estrés y sentimientos de agobio.

En respuesta, Sylvia y su paciente crearon nuevos hábitos matutinos y vespertinos. En lugar de levantarse y subirse directamente al auto, la paciente comenzó a despertarse más temprano. Desayunaba en casa y paseaba a su perro. Para que su viaje fuera más placentero, escuchaba audiolibros y su música favorita.

Encontró una actividad, la jardinería, que disfrutaba en la casa de su amigo. Sylvia también le ayudó a repensar sus viajes: como cuidadora, en realidad estaba haciendo un trabajo maravilloso.

(Sylvia es autora del libro «El libro de trabajo de bienestar para el trastorno bipolar» y coautora del libro «El libro de trabajo del trastorno bipolar II: manejo de la depresión, la hipomanía y la ansiedad recurrentes«. En ellos puedes encontrar más herramientas e información sobre el trastorno bipolar).

Cuando King experimenta un episodio depresivo, también tiene un plan, el cual incluye:

  • Asegurarse de que su psiquiatra y terapeuta sepan lo que está pasando;
  • Recurrir a sus seres queridos en busca de apoyo;
  • Regular sus horarios de sueño;
  • Consumir alimentos nutritivos;
  • Meditar;
  • Mover su cuerpo.

3. Acepta el poder y la protección de decir no

Tan fundamental como una rutina saludable es aprender a decir no, sostener tus límites y mantener tu bienestar mental. Por ejemplo, puedes:

  • Reducir las obligaciones siempre que sea posible;
  • Enfocarte en tus prioridades inmediatas;
  • Practicar actividades nutritivas, como estar en la naturaleza, crear arte y pasar tiempo con tus seres queridos.

King utiliza habilidades de afrontamiento que enseña a sus propios pacientes, incluidas la atención plena y las técnicas cognitivas conductuales. Socializa menos pero no te alejes por completo de los demás, y practica la autocompasión.

“Reconocer la enorme cantidad de energía que se necesita para manejar un episodio depresivo me ayuda a ser gentil y amable conmigo misma. Cuando las dudas sobre mí misma asaltan mi identidad y valor, repito mantras de autocompasión”, dice King.

En este artículo podrás encontrar 5 estrategias de afrontamiento para el trastorno bipolar.

Próximos pasos

Manejar el trastorno bipolar y superar un episodio depresivo puede tomar tiempo y paciencia, hasta descubrir qué funciona mejor en tu caso. Es muy probable que tengas que acordarte de comer algo nutritivo, dar un paseo, hablar con un amigo y llorar tus viejas expectativas. Recurrir a un equipo de apoyo, de seres queridos y profesionales, puede ser poderoso en estos tiempos.

La depresión nos engaña haciéndonos creer que va a durar para siempre. Y lo hace cuando estás en un episodio depresivo, dice King. Ella se recuerda a sí misma que ha experimentado episodios depresivos y ciclos antes y recuperó su salud y estabilidad.

Sylvia también les recuerda a sus pacientes que estos episodios terminan. “No durará para siempre, y no durará en su punto más alto para siempre”.

King se dice a sí misma que recordará la alegría y se sentirá completa nuevamente, como antes. Y con tratamiento, tu también lo harás. No te rindas.

Referencia bibliográfica: National Institute for Health and Care Excellence (Great Britain). (2019). Bipolar Disorder: Assessment and Management. https://books.google.com/books/about/Bipolar_Disorder.html?hl=&id=r0VnzQEACAAJ

Fuente: Psychcentral

  • Salud Mental y Tratamientos

¿Qué causa trastorno de estrés postraumático?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 04/03/2022

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una condición que puede ocurrir después de un evento angustiante. En el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, 5.ª edición (DSM-5), este trastorno se incluye en la «familia de otros trastornos relacionados con el estrés y los traumas» para distinguirlo de otros trastornos de ansiedad.

Si vives con TEPT, tus síntomas pueden incluir pensamientos y sentimientos perturbadores relacionados con el trauma, así como pesadillas, hiperexcitación, escenas retrospectivas, ira y problemas de memoria.

Si esto te suena familiar, no estás solo. El TEPT es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes y afecta a más de 8 millones de adultos solo en EEUU. Al comprender los tipos de eventos que pueden desencadenar el TEPT y cómo se desarrolla en tu cerebro, estarás mejor equipado para tratar esta condición.

Causas comunes del TEPT

Varios eventos angustiantes y de diversa índole pueden desencadenar TEPT. En esencia, puede suceder si sientes:

  • horror intenso
  • impotencia
  • miedo a perder la vida

Puede ocurrir con más frecuencia de lo que crees. Por ejemplo, de los 50 millones de personas que sufren traumatismos relacionados con la carretera cada año, más del 22% desarrollan TEPT (Lin et al., 2018).


Este artículo es posible gracias a los miembros de PSYCIENCIA PRO. Si disfrutas nuestro trabajo, por favor considera unirte. Gracias.

Únete a Psyciencia Pro

Una investigación sugiere que aquellos que han experimentado delitos interpersonales, como violaciones o ser retenidos a punta de pistola, propenden a tener mayores tasas de TEPT que aquellos que han tenido traumas no interpersonales, como desastres naturales (Jaffe et al., 2019).

Las causas comunes del TEPT incluyen:

  • ser víctima de un crimen
  • experiencias de parto, como perder un bebé
  • abuso infantil o doméstico
  • homicidio de un ser querido
  • violencia masiva, como un tiroteo en un centro comercial
  • desastre natural
  • violencia física
  • eventos médicos graves, como estar en cuidados intensivos
  • accidentes severos
  • agresión sexual
  • tortura
  • guerra o combate.

TEPT entre los veteranos de guerra

La naturaleza de la guerra pone a muchas personas en riesgo de TEPT.

Según el Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU.:

  • Entre el 11% y el 20% de los veteranos de la Operación Libertad Iraquí y la Operación Libertad Duradera (Guerra Global contra el Terrorismo) desarrollaron TEPT en un año.
  • El 12 % de los veteranos de la Guerra del Golfo desarrollaron TEPT en el plazo de 1 año.
  • Se estima que el 30% de los veteranos de la Guerra de Vietnam han tenido TEPT a lo largo de su vida.

Otros factores pueden contribuir al TEPT y otras condiciones de salud mental en los veteranos incluyen:

  • donde se pelea la guerra
  • el tipo de enemigo con el que estás luchando
  • que hacen en la guerra
  • la política con respecto a la guerra

Investigadores encontraron que el 53% de los prisioneros de guerra (PG) cumplían con los criterios de TEPT de por vida. Aquellos que habían estado retenidos en campamentos brutales tenían tasas más altas de TEPT de por vida, rondando el 84% (Engdahl et al., 2006). Los 262 participantes habían sido prisioneros de guerra en la Segunda Guerra Mundial o en la Guerra de Corea y habían estado expuestos a múltiples formas de trauma, incluido el combate, la captura y el encarcelamiento.

Factores de riesgo para el TEPT

Personas de cualquier edad, género y origen pueden experimentar TEPT, aunque es más común en ciertos grupos. En los Estados Unidos, estudios sugieren que los negros, los latinos y los nativos americanos tienen tasas más altas de TEPT que los blancos no latinos. Las mujeres también tienen el doble de probabilidades que los hombres de desarrollar TEPT.

La evidencia muestra que las mujeres tienen más probabilidades de experimentar abuso sexual y agresión sexual en la niñez. Los hombres tienen más probabilidades de experimentar violencia física, accidentes, combates, desastres o ser testigos de muertes o lesiones. Otros factores de riesgo del TEPT incluyen:

  • ser un refugiado
  • genética
  • tener estrés adicional (además del trauma), como la pobreza, la falta de vivienda o el dolor
  • bajo nivel de apoyo de familiares o amigos
  • lesión física o dolor durante el evento traumático
  • depresión o ansiedad previa
  • trauma repetido
  • pasar tiempo en cuidado de crianza
  • trabajar en un trabajo de alto riesgo, como en el ejército o la policía

¿Por qué se desarrolla TEPT?

Estar expuesto a un evento traumático puede provocar cambios duraderos en las regiones del cerebro relacionadas con el estrés. Las regiones más afectadas son la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal.

Luchar, huir o congelarse

Cuando ocurre un evento traumático, tu cuerpo libera grandes cantidades de hormonas del estrés (cortisol), epinefrina (adrenalina) y norepinefrina (noradrenalina). Esto se conoce como estado de respuesta de «lucha o huida», y es la forma en que tu cuerpo te prepara para un ataque y, al mismo tiempo, adormece tus sentidos y cualquier dolor potencial. Los investigadores ahora saben que «congelarse» es otra respuesta posible.

Cómo “se atasca” el cuerpo

Para la mayoría de las personas, las reacciones de estrés severo son temporales. Pero para muchos, las situaciones traumáticas pueden provocar angustia y enfermedades mentales extremas, incluido el TEPT.

Se estima que entre el 50% y el 60% del público en general ha experimentado al menos un evento traumático, pero solo alrededor del 8% desarrolla TEPT. Para aquellos que viven con TEPT, el cuerpo se “atasca” en un modo de lucha, huida o congelación. Tu cuerpo continúa liberando grandes cantidades de hormonas del estrés, especialmente cuando te encuentras con nuevos factores estresantes.

Cambios fisiológicos

El cerebro con TEPT desarrolla una amígdala sobreestimulada (Ousdal et al., 2020), responsable de identificar amenazas e infundir recuerdos con emoción. Una amígdala hiperactiva ve amenazas en todas partes.

Por otra parte, el TEPT también puede tener como consecuencia un hipocampo más pequeño (Logue et al., 2018), la parte del cerebro que regula las hormonas del estrés y desempeña un papel importante en la memoria y el aprendizaje, así como en el aprendizaje y el condicionamiento del miedo.

Durante el TEPT, las células del hipocampo son destruidas por un aumento de glucocorticoides (hormonas del estrés) (Szeszko et al., 2018). Esto hace que el hipocampo sea menos efectivo en su trabajo de mantener bajo control los recuerdos aterradores. Consecuentemente, el cerebro sigue reproduciendo recuerdos aterradores en lugar de procesar que el evento traumático ha terminado. Este mecanismo basado en el miedo puede desempeñar un papel en la naturaleza continua de tus recuerdos y pesadillas.

¿La genética causa TEPT?

La genética parece desempeñar un papel importante en el TEPT. Un gran estudio que contó con la participación de 200.000 personas (y 30.000 personas que vivían con TEPT), los investigadores encontraron que la genética representa del 5% al ​​20% del riesgo de TEPT después de un evento traumático (Nievergelt et al., 2019).

Los investigadores también encontraron que, al igual que otros trastornos de salud mental, el TEPT es altamente poligénico. Esto significa que está asociado con miles de variantes genéticas, cada una de las cuales hace una pequeña contribución a la condición. Un total de seis regiones genéticas, conocidas como «loci», se relacionaron significativamente con el riesgo de TEPT. Tres de estos loci eran específicos de la herencia ancestral: dos eran europeos y uno africano.

Los 6 loci también sugieren que los mecanismos inflamatorios e inmunitarios pueden desempeñar un papel en el TEPT, de acuerdo con investigaciones previas. Los hallazgos sugieren que el TEPT tiene un componente genético tan fuerte como la depresión severa y otras afecciones de salud mental. Además, los investigadores encontraron una superposición genética significativa entre los síntomas de TEPT y otras afecciones, como la esquizofrenia, la depresión, el asma, el insomnio y las enfermedades cardíacas.

Concluyendo este artículo, es importante que sepas que si vives con TEPT no estás solo y hay ayuda disponible. El TEPT se puede controlar y los síntomas se alivian esencialmente con terapia y medicamentos. Independientemente de tu genética o «presentación clínica» (cómo se manifiesta el TEPT en tu vida), siempre hay esperanza.

La investigación ha recorrido un largo camino en la identificación de las causas del TEPT. Esta conciencia ha llevado al desarrollo de tratamientos centrados en el trauma muy efectivos. Las terapias con mayor apoyo en la evidencia para el TEPT incluyen:

  • terapia de exposición prolongada (PE)
  • terapia de procesamiento cognitivo (CPT)
  • Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR)

Puedes empezar por buscar un terapeuta que te acompañe en tu tratamiento. 

Referencias bibliográficas:

  • Engdahl, B., Dikel, T. N., Eberly, R., y Blank Jr., A. (2006). Posttraumatic Stress Disorder in a Community Group of Former Prisoners of War: A Normative Response to Severe Trauma. The American Journal of Psychiatry. https://doi.org/10.1176/ajp.154.11.1576
  • Jaffe, A. E., DiLillo, D., Gratz, K. L., & Messman-Moore, T. L. (2019). Risk for Revictimization Following Interpersonal and Noninterpersonal Trauma: Clarifying the Role of Posttraumatic Stress Symptoms and Trauma-Related Cognitions. Journal of Traumatic Stress, 32(1), 42-55. https://doi.org/10.1002/jts.22372
  • Lin, W., Gong, L., Xia, M., & Dai, W. (2018). Prevalence of posttraumatic stress disorder among road traffic accident survivors: A PRISMA-compliant meta-analysis. Medicine, 97(3), e9693. https://doi.org/10.1097/MD.0000000000009693
  • Logue, M. W., van Rooij, S. J. H., Dennis, E. L., Davis, S. L., Hayes, J. P., Stevens, J. S., Densmore, M., Haswell, C. C., Ipser, J., Koch, S. B. J., Korgaonkar, M., Lebois, L. A. M., Peverill, M., Baker, J. T., Boedhoe, P. S. W., Frijling, J. L., Gruber, S. A., Harpaz-Rotem, I., Jahanshad, N., … Morey, R. A. (2018). Smaller Hippocampal Volume in Posttraumatic Stress Disorder: A Multisite ENIGMA-PGC Study: Subcortical Volumetry Results From Posttraumatic Stress Disorder Consortia. Biological Psychiatry, 83(3), 244-253. https://doi.org/10.1016/j.biopsych.2017.09.006
  • Nievergelt, C. M., Domschke, K., & Koenen, K. C. (2019). International Meta-analysis of PTSD Genome-wide Association Studies Identifies Sex- and Ancestry-specific Genetic Risk Loci. https://books.google.com/books/about/International_Meta_analysis_of_PTSD_Geno.html?hl=&id=u3jezQEACAAJ
  • Ousdal, O. T., Milde, A. M., Hafstad, G. S., Hodneland, E., Dyb, G., Craven, A. R., Melinder, A., Endestad, T., & Hugdahl, K. (2020). The association of PTSD symptom severity with amygdala nuclei volumes in traumatized youths. Translational Psychiatry, 10(1), 288. https://doi.org/10.1038/s41398-020-00974-4
  • Szeszko, P. R., Lehrner, A., & Yehuda, R. (2018). Glucocorticoids and Hippocampal Structure and Function in PTSD. Harvard Review of Psychiatry, 26(3), 142-157. https://doi.org/10.1097/HRP.0000000000000188

Fuente: Psychcentral

  • Salud Mental y Tratamientos

5 estrategias de afrontamiento para el trastorno bipolar

  • Maria Fernanda Alonso
  • 03/03/2022

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

Los síntomas del trastorno bipolar pueden resultar desafiantes por momentos, sin embargo, es posible hacerles frente. El tratamiento que combina medicación y terapia ha demostrado ser eficaz y, al mismo tiempo, la persona que padece trastorno bipolar puede tomar un rol activo en su tratamiento incorporando estrategias de afrontamiento que mejoren aún más su calidad de vida.

Aprende más sobre el trastorno bipolar

Si le acaban de diagnosticar trastorno bipolar, lo primero que puedes hacer es convertirte en experto en el tema. Aprender más sobre tu diagnóstico te proporcionará las herramientas para controlar tus síntomas y para defenderte. Busca información en sitios web confiables que brinden contenido preciso y basado en investigaciones, o grupos de defensa como Depression and Bipolar Support Alliance (DBSA). Al investigar, apunta datos importantes como:

  • Síntomas del trastorno bipolar. Esto te ayudará a reconocer sus síntomas y comprenderlos mejor. No experimentarás todos los síntomas posibles, pero tomar nota de ellos puede ser útil si desarrollas nuevos síntomas en el futuro.
  • Desencadenantes de los síntomas. ¿Qué tipo de cosas pueden desencadenar episodios o síntomas del estado de ánimo? Puedes comparar los desencadenantes que encuentres con los que has experimentado de primera mano.
  • Opciones de tratamiento disponibles. Conocer tus opciones te permite desempeñar un papel más activo en la elección del plan de tratamiento adecuado para tu caso. También significa que si es necesario ajustar tu tratamiento en algún momento, tendrás el conocimiento para analizarlo con tu equipo de atención médica. 

También puedes buscar los datos científicos más recientes sobre el tratamiento y las estrategias de afrontamiento de los síntomas del trastorno bipolar. Mantenerse actualizado puede generar nuevas oportunidades de tratamiento y ensayos clínicos para unirse. La información es empoderadora. Educarte en todo lo relacionado con el trastorno bipolar te ayudará a reconocer lo que puedes y no puedes controlar.

Mantenerse en el buen camino

Con el conocimiento tendrás el poder de desempeñar un papel activo en la toma de decisiones relacionadas con tu salud. Esto significa que puede hacer dos cosas importantes: reconocer tus desencadenantes y controlar tus estados de ánimo. Recuerda que las cosas cambian con el tiempo, incluso tus síntomas y desencadenantes. Hacer un seguimiento de tus síntomas te permitirá reconocer los cambios y medir tu progreso. Este es un proceso. Cuanto más aprendas, más herramientas podrás aplicar en el monitoreo de tu trastorno bipolar.

Reconocer tus factores desencadenantes y las primeras señales

El objetivo de aprender a reconocer tus factores desencadenantes es que puedas anticipar cómo te afectará una situación. De esta manera, también puedes reducir la posibilidad de tener un episodio de humor importante, como manía o depresión. Comienza pensando en los síntomas leves o tempranos que experimentó antes de un episodio de manía, hipomanía o depresión. Puedes hacerte las siguientes preguntas:


Este artículo es posible gracias a los miembros de PSYCIENCIA PRO. Si disfrutas nuestro trabajo, por favor considera unirte. Gracias.

Únete a Psyciencia Pro

  • ¿Qué me irritó unos días antes?
  • ¿Me sentí más cansado que de costumbre?
  • ¿Me costó concentrarme?
  • ¿Estaba durmiendo más o menos horas de lo habitual?

También pueden haber algunas situaciones que desencadenaron un episodio de humor en el pasado. Por ejemplo, una fecha límite del trabajo, cambios de estación, falta de sueño o conflictos interpersonales. No todo el mundo responde a los mismos desencadenantes de la misma manera. Es por eso que puede ser útil reconocer qué es lo que más te afecta personalmente.

Es posible que necesites apoyo adicional durante estos tiempos. Al reconocer el desencadenante, puedes pasar a la acción y prevenir una crisis o un episodio importante.

Monitorea cómo te sientes

Reconocer tus factores desencadenantes va de la mano con el control de tu estado de ánimo. Diariamente puedes chequear cómo te sientes, lo cual te ayudará a reconocer cualquier patrón o señal de alerta. Si, por ejemplo, sabes que la irritabilidad suele presentarse antes de un episodio de manía, puedes ser proactivo cuando comiences a sentirte irritable. Pero si normalmente no eres consciente de cómo te sientes, es posible que pierdas esta oportunidad.

Una gran herramienta es llevar un diario personal donde puedas registrar cómo te sientes, las horas de sueño, el estado de ánimo predominante del día, la ingesta de alimentos y bebidas, el clima, entre otras cosas. Existen muchas aplicaciones que sirven para estos fines y que te enviarán notificaciones para recordarte que registres estos datos. Dos ejemplos son eMoods (para el seguimiento de los síntomas) o CBT Thought Diary (para un diario de estado de ánimo basado en una aplicación).

Al principio, especialmente después de recibir el diagnóstico de trastorno bipolar, puede ser un desafío saber si un “estado de ánimo elevado” es realmente el comienzo de un episodio maníaco o si simplemente te sientes más seguro, creativo y socialmente cómodo. Sin embargo, cuanto más reconozcas y registres tus desencadenantes y estados de ánimo, más fácil será establecer un vínculo.

Puede ser tenso estar atento a los síntomas todo el tiempo, especialmente cuando estás aprendiendo por primera vez cómo el trastorno bipolar afecta tu vida. Conseguir un control sobre tu condición puede llevar algún tiempo, no será instantáneo. Pero con el tiempo, hacer un seguimiento de tu salud te ayudará a comprender mejor tu estado de ánimo. Esto, a su vez, puede conducir a que sientas más confianza y puedas gestionar de mejor manera tu tratamiento.

Haz crecer tu red de apoyo

Tener un sistema de apoyo efectivo vale el esfuerzo, por más trabajoso que parezca. Para mejorar en este aspecto, hay algunas cosas que puedes probar:

Educar a otros

El fortalecimiento de tu sistema de apoyo podría comenzar por educar a tu familia y amigos sobre el trastorno bipolar. Si un ser querido no tiene experiencia previa con el trastorno bipolar, es posible que no sepa qué es o cuál es la mejor manera de apoyarte.

Una vez que hayas realizado tu propia investigación, tus amigos y familiares pueden beneficiarse de tu conocimiento y comprensión. Educar a otros sobre el trastorno bipolar no solo puede acabar con el estigma, sino que también puede construir tu sistema de apoyo. Comprender los síntomas, los desencadenantes y las diferentes formas de sobrellevarlos puede darles una perspectiva sobre el trastornos y los ayudará a comprender cómo apoyarte.

Entabla nuevas relaciones

Hablar con la gente sobre cómo te sientes y las cosas por las que estás pasando puede ayudar a aliviar el estrés que sientes, incluso si esa persona no tiene la capacidad de hacer algo para cambiar cómo te sientes. Y, de hecho, las investigaciones han encontrado que la soledad y el aislamiento pueden empeorar los síntomas del trastorno bipolar (Greenberg et al., 2014).

Haz que conocer gente nueva sea un objetivo (ya sea en persona oa través de comunidades en línea). Otro objetivo puede ser fortalecer las relaciones que ya tienes en casa y en el trabajo. No necesitas estar buscando la mejor amistad de todos. Es posible que te resulte agradable tener a alguien con quien tomar una taza de café, ver películas, jugar videojuegos online juntos o cualquier otra cosa que disfrutes hacer. Considera tomar una clase, asistir a la iglesia, ser voluntario en algún lugar o asistir a eventos locales.

Únete a un grupo de apoyo

Si no conoces a nadie con trastorno bipolar, puedes solo y aislado. Pero no estás solo: según la Organización Mundial de la Salud, 45 millones de personas viven con trastorno bipolar en todo el mundo. 

Unirte a un grupo de apoyo puede brindarte un espacio seguro para hablar libremente sobre cómo te sientes, aprender de las experiencias de los demás y recibir valiosos consejos y recursos. Los siguientes recursos pueden ser un buen punto de partida para tu búsqueda:

  • Grupos de apoyo de NAMI
  • Grupos de apoyo en línea DBSA
  • Grupos de apoyo locales DBSA

Mantente conectado

Es posible que no siempre tengas ganas de estar rodeado de gente, y no tienes que estarlo si no quieres. Pero contar y confiar en los demás puede brindarte una sensación de seguridad. Hay muchas formas de mantenerse conectado con los demás:

  • Hazle saber a las personas cuándo quieres estar solo, pero comunícate con frecuencia para decir: «estoy bien».
  • Escríbele una carta a alguien a quien quizás no tengas la oportunidad de ver con frecuencia.
  • Habla sinceramente con un amigo cercano o un pariente sobre cómo te sientes.
  • Llama a amigos y familiares tan a menudo como puedas. No es necesario que tengas una conversación larga cada vez que lo haces.
  • Encuentra un amigo que quiera ser un compañero de entrenamiento. Pueden ir al gimnasio juntos, salir a caminar, tomar una clase o simplemente verificar semanalmente su progreso.
  • Programa una cita semanal o mensual con amigos o seres queridos.
  • Actualiza tus cuentas de redes sociales y responde a los comentarios.
  • Envía un mensaje de texto de buenos días y buenas noches a un amigo o familiar.
  • Pide a otros que te cuenten sobre su día y sus vidas.
  • Pídele a un familiar o amigo cercano que se comunique contigo de vez en cuando si no han tenido noticias tuyas por un tiempo.
  • Averigua si un consejero o miembro del equipo de apoyo puede hablar contigo en tu trabajo o escuela.

Comprometerse con una rutina

Las rutinas aportan estructura a nuestras vidas y pueden darnos una sensación de estabilidad. Pero lo más importante es que la rutina dependerá de tí: no hay presión para seguir una rutina que es inaccesible o demasiado difícil de manejar. Además, puedes cambiar tu rutina los días de semana y los fines de semana, o cada pocos meses si es necesario.

Para empezar a armar una rutina que te funcione, puedes tomar estas ideas:

  • Sueño de calidad. El sueño es esencial para el bienestar mental, así que asegúrate de dormir al menos 7 horas, pero no más de 9 horas todos los días (¡incluidas las siestas!). Creá también un buen ambiente para dormir, evitando las pantallas antes de acostarte y relajándote aproximadamente una hora antes de ir a dormir. Despierta y acuéstate a la misma hora todos los días si puedes.
  • Planea hacer ejercicio. Procura hacer al menos 30 minutos de actividad física todos los días. Cualquier cosa que te mantenga en movimiento funciona, desde nadar hasta bailar y los entrenamientos tradicionales de gimnasio. En los días en que te sientas deprimido, una caminata corta o estiramientos en casa pueden marcar la diferencia.
  • Haz un calendario. Trata de escribir y seguir una agenda o calendario diario si no puedes mantener demasiadas cosas iguales todos los días. Programá alarmas si eso te ayuda a mantenerte encaminado. Puede configurar recordatorios para cambiar de actividad, tomar descansos, comer algo o llamar a un amigo.
  • Haz tiempo para relajarte y para tí. La vida no es sólo trabajo o responsabilidades. Ahorre tiempo en su día para socializar y relajarse. Puede ser más fácil incluir esto cuando es una constante en tu rutina.

Manejar el estrés

Los eventos estresantes de la vida a veces son difíciles de evitar, pero contar con algunas estrategias para manejar el estrés puede ayudarte a sobrellevarlo. La investigación sugiere que el estrés continuo puede desencadenar episodios de humor en alguien con trastorno bipolar (Lex et al., 2017).

  • No tomes más responsabilidades de las que puedas manejar.  Pide ayuda si la necesitas, ya sea en el trabajo o en casa.
  • Haz tiempo para relajarte todos los días, incluso (y especialmente) cuando estés muy ocupado.
  • Haz algo que disfrutes todos los días. Puede ser leer un libro, escuchar tu música favorita, bañarte, jugar con tu mascota o cualquier otra cosa que te haga sonreír.
  • Aprende técnicas de relajación. Algunas técnicas efectivas incluyen yoga, tai chi, meditación, llevar un diario y hacer ejercicios de respiración.
  • Mímate. Haz una cita para recibir masajes, toma un baño, date el gusto de a la peluquería o manicuría, o de hacerte una mascarilla facial en casa. Piensa en todas las formas en que tu mente y tu cuerpo se sienten a gusto y trata de hacer tiempo para eso.

Otras estrategias de autocuidado para el trastorno bipolar

A medida que conozcas tus síntomas, cómo te afectan y qué tratamientos te funcionan mejor, descubrirás muchas estrategias efectivas de cuidado personal. Además de las estrategias mencionadas anteriormente, puedes tener en cuenta las siguientes:

  • Evita el alcohol y las drogas, especialmente si estás tomando medicamentos recetados. Pueden causar una interacción y efectos secundarios no deseados.
  • Limita ciertos alimentos, como la cafeína o los azúcares añadidos.
  • Evita estar en demasiada oscuridad. Abre tus ventanas y cortinas tan a menudo como puedas. Pasa algún tiempo al aire libre todos los días, si es posible.
  • Elije una o dos personas a las que acudir para los días difíciles. Hazles saber con anticipación para que puedan brindarte toda su atención y apoyo cuando se comuniquen.
  • Lleva al día tu programa de terapia y medicamentos. Informa a tu equipo de tratamiento sobre cualquier nuevo efecto secundario, síntoma o problema que tengas.
  • Pide ayuda cuando lo necesites.

Combinando medicamentos, terapia y estrategias de cuidado personal, puedes vivir bien con trastorno bipolar. Toma un rol activo y trabaja con tu equipo de tratamiento para encontrar las mejores opciones para tí.

Referencias bibliográficas:

  • Greenberg, S., Rosenblum, K. L., McInnis M.G., Muzik, M. The role of social relationships in bipolar disorder: A review. (2014). Psychiatry research, 219(2), 248-254. https://doi.org/10.1016/j.psychres.2014.05.047
  • Lex, C., Bäzner, E., & Meyer, T. D. (2017). Does stress play a significant role in bipolar disorder? A meta-analysis. Journal of Affective Disorders, 208, 298-308. https://doi.org/10.1016/j.jad.2016.08.057

Fuente: Psychcentral

  • Salud Mental y Tratamientos

Pruebas para evaluar ansiedad: listado y descripción

  • Laura Ruiz
  • 28/02/2022
stressed man touching his face

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

Uno de los trastornos mentales más comunes en el mundo entero son los relacionados con la ansiedad. Por esta razón, su evaluación se ha convertido en el objeto de estudio de muchos especialistas.

Y es que parece que a medida que avanza el tiempo también lo hace la ansiedad como parte de la dinámica de vida actual, lo que se ha traducido en diversos problemas de salud mental, llegando incluso a afectar la salud física. 

Existen actualmente diversas escalas e instrumentos para evaluar la presencia y los niveles de ansiedad en las personas.

Escala de ansiedad de Hamilton (HAS)

Uno de los instrumentos clínicos más utilizados para evaluar la ansiedad es sin lugar a dudas, la escala Hamilton, que consta de 14 ítems que se puntúan del 0 al 4 dependiendo de la intensidad con la que se experimentan los síntomas por parte del paciente. 

Pese a haber sido diseñada en 1959, sigue siendo hoy en día uno de los test más fiables para determinar los niveles de ansiedad y cómo se experimenta la misma. Para 1969, Hamilton realizó una mejora al test, al hacer una distinción con respecto a los síntomas somáticos de la ansiedad, dividiéndolos en sensoriales y somáticos.


Este artículo es posible gracias a los miembros de PSYCIENCIA PRO. Si disfrutas nuestro trabajo, por favor considera unirte. Gracias.

Únete a Psyciencia Pro

Para Hamilton era importante comprender cómo experimenta el paciente la ansiedad para poder así realizar un abordaje terapéutico asertivo para su tratamiento. Teniendo en cuenta siempre que las personas no experimentan la ansiedad de igual manera que los demás, sino que cada caso es particular. 

Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA)

Desarrollada en 1986 por Antonio Cano Vindel y Juan José Miguel Tobal, ambos profesores pertenecientes a la Universidad Complutense de Madrid, esta escala consta de diversas situaciones que pueden ser detonantes de niveles de ansiedad junto con respuestas relacionadas a la sintomatología experimentada.

Se evalúa la ansiedad tomando en cuenta los aspectos cognitivos (es decir los pensamientos), lo físico (síntomas relacionados a la ansiedad como taquicardias, sudoración, etc.) y lo conductual (y motor). Si bien es un test que se realizó para la población a partir de los 16 años, este test cuenta con adaptaciones para otras edades, y además, se encuentra disponible en más de 12 idiomas. 

Se trata de un test muy efectivo para la evaluación de la ansiedad que ha demostrado ser confiable para determinar la presencia de trastornos relacionados. Durante su aplicación se ha comprobado que los individuos con y sin problemas relacionados a la ansiedad obtienen puntajes diferentes, incluso aquellos con otras patologías de base.

Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI) 

Publicado en el año 2002 por R. L. Gorsuch, R. E. Lushene y Charles Spielberger, este cuestionario evalúa la ansiedad desde dos puntos de vista: como rasgo y como estado, a través de 40 ítems estratégicamente diseñados para este fin. 

Esta prueba tiene la ventaja de ofrecer información no solo acerca del nivel de ansiedad que se experimenta, sino también del tipo, comprendiendo que la ansiedad como estado se trata de algo transitorio que se experimenta durante un tiempo determinado, mientras que cuando se habla de rasgo se refiere a algo más estable y permanente. 

La prueba pasó por diversas revisiones y mejoras, hasta que para el año 2011 se llegó a una versión definitiva que ha demostrado ser muy eficiente para medir los niveles de ansiedad. Esto ha resultado en que STAI se convierta en uno de los test más confiables para los especialistas de la salud mental.  

Inventario de Ansiedad de Beck (BAI)

Desarrollado en el año 1988, este test fue creado por Aaron Beck y consta de 21 preguntas, formuladas con la finalidad de valorar los síntomas somáticos que se relacionan a la ansiedad que se encuentran presentes en la persona.

Está diseñado para evaluar a adultos y adolescentes y cada ítem consta de 4 opciones para su puntuación que van desde 0 para referirse a la ausencia completa del síntoma hasta el 3 que se refiere a un nivel de intensidad muy fuerte.

Evalúa 4 aspectos importantes para determinar no solo el nivel de ansiedad sino también la manera en la que se experimenta la misma, a través de una apreciación subjetiva, neurofisiológica, a nivel de sistema autónomo y los niveles de pánico.  

Inventario de Escala de Autoevaluación de la Ansiedad de Zung (EAA)

Creado en 1965 por William Zung su escala de autoevaluación de la ansiedad, se trata de un instrumento diseñado para estimar e identificar los niveles de ansiedad presentes en el evaluado, así como la intensidad con la que se experimentan los síntomas relacionados. 

Para el año 2001, Luis Astocondor hizo una adaptación del test para su aplicabilidad en adolescentes y adultos que se sigue utilizando con frecuencia hoy en día. Se trata de un test que cuenta con 20 premisas presentadas en forma de relatos o de informes en los que se encuentran situaciones y síntomas relacionados a la ansiedad.

Está realizada con un lenguaje muy sencillo y fácil de comprender para que el test sea accesible a todas las personas. Cada enunciado cuenta con 4 opciones para seleccionar que indican la frecuencia o intensidad con la que se identifica la persona con lo relatado en los ítems.

Aspectos a tener en cuenta

Es importante tener en cuenta que muchos de estos test (no todos) se encuentran disponibles en la web, por lo que cualquier persona puede tener acceso a ellos y aplicarlos con relativa facilidad y sin tener formación al respecto. Sin embargo, el diagnóstico de algún tipo de trastorno puede ser realizado única y exclusivamente por un profesional de la salud mental.

Los test de valoración sirven como una especie de guía para saber lo que sucede con el paciente, lo que siente y experimenta pero no constituyen de manera alguna un diagnóstico definitivo.

Se requiere de la valoración de un profesional capacitado (psicólogo o psiquiatra), para poder tener certeza de la presencia de algún tipo de trastorno. Si has experimentado altos niveles de ansiedad y este es un tema que te preocupa, por favor busca ayuda de personas facultadas en el tema.

Referencias bibliográficas:

  • Buela-Casal, G. y Sierra, J.C. (1997). Manual de evaluación psicológica. Ed. Siglo XXI. Madrid.
  • Cohen, R.J. & Swerdlik, M.E. (2002). Pruebas y evaluación psicológicas. McGraw-Hill: Madrid.
  • Salud Mental y Tratamientos

Qué es la psicosis y un brote psicótico

  • Laura Ruiz
  • 24/02/2022

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

Cuando existe una ruptura entre la consciencia y la realidad, se habla de psicosis. Este tipo de enfermedades mentales se encuentran entre las que se consideran de gravedad, y pueden llegar a afectar de manera muy seria la vida de quien las padece.

La aparición de brotes psicóticos se presenta en diversas patologías de la mente y puede ser debido a múltiples causas. Su aparición más frecuente suele darse en el momento en el que comienza la adultez, a los 25 años aproximadamente. Sin embargo, un brote psicótico puede aparecer a cualquier edad.

¿Qué es la psicosis?

Psicosis es el término que se emplea para referirse a los problemas de salud mental en los que el paciente pierde el contacto con la realidad. Esto implica serios problemas para poder comprender si lo que sucede alrededor es o no real. 

En este tipo de enfermedad los procesos de percepción y pensamientos se ven afectados, llegando incluso a imposibilitar a la persona para comprender lo que está pasando. Es frecuente tener alucinaciones, comprendiendo a estas como  una especie de «percepciones sin objeto» (Álvarez, 2013).

De acuerdo con Lacan (1958), se puede hablar de psicosis solamente al corroborar que en esta desconexión con la realidad existe una ausencia de todo déficit (motricidad, memoria, percepción, discurso y orientación) que pueda ser detectado a través de pruebas de capacidades.


Este artículo es posible gracias a los miembros de PSYCIENCIA PRO. Si disfrutas nuestro trabajo, por favor considera unirte. Gracias.

Únete a Psyciencia Pro

¿Qué es un brote psicótico?

Los brotes psicóticos aparecen de manera temporal; implican una ruptura con la realidad. Eso sí, presentar un brote psicótico no implica necesariamente tener un diagnóstico de psicosis como trastorno mental. 

Síntomas de los brotes psicóticos

Las manifestaciones de los brotes psicóticos varían de persona en persona. Sin embargo, se hace evidente que existen cambios a nivel del estado anímico de quien los presenta. Algunos síntomas comunes son:

A nivel físico

  • Descuido de su apariencia física.
  • Falta de higiene personal.
  • Cambios en la manera de vestir.

A nivel mental/afectivo

  • Aparición de pensamientos confusos que pueden hacer difícil comprender lo que se habla. 
  • Bajo nivel de motivación para realizar actividades, incluso aquellas que resultan placenteras. 
  • Altos niveles de ansiedad.
  • Alucinaciones. 
  • Creencias falsas o delirios que generalmente carecen de coherencia y difieren de la realidad.
  • Sensación de sentirse extraño dentro de la realidad.
  • Cambios del estado de ánimo de forma brusca. 
  • Problemas para concentrarse en cualquier actividad.

A nivel conductual

  • Aislamiento social. Se evita asistir a las actividades diarias, como asistir a clases o al trabajo. 
  • Conducta desorganizada. 
  • Cambios en los hábitos de sueño.
  • Cambios conductuales sin explicación que pueden ir desde el letargo hasta una alta excitabilidad.

A nivel social

  • Evitación del contacto social con los demás. 
  • Problemas para interrelacionarse. 
  • Dificultades para comunicarse con las demás personas.

Causas de la psicosis

No existe una única causa para la aparición de los brotes psicóticos o la psicosis, pues esto responde a una gran variedad de factores. Se sabe que en muchos casos existe un componente genético importante.

Aunado a esto, es preciso tener en cuenta que el experimentar situaciones de trauma pueden llegar a desencadenar este tipo de problemas. Lo mismo sucede con el consumo de ciertas sustancias como el alcohol, las drogas e incluso debido a interacciones farmacológicas.  

Traumas físicos como accidentes, golpes, caídas, etc., pueden llegar a afectar el funcionamiento del cerebro, causando la aparición de delirios y alucinaciones, ambos síntomas relacionados a los brotes psicóticos.

¿Cómo se trata la psicosis?

El abordaje de la psicosis se debe llevar a cabo por profesionales de la salud mental, quienes serán los encargados de realizar primeramente un diagnóstico. El tratamiento de esta psicopatología incluye: 

Psicoterapia. Puede ser a nivel individual o grupal, e incluso ambas metodologías a la vez, que permitan comprender lo que sucede, ser conscientes del problema y los síntomas para tratar de llegar a la raíz del asunto.

Terapia farmacológica. Para el tratamiento de las psicosis, la farmacoterapia es fundamental, pues ayuda a conseguir un equilibrio  en la química cerebral y a aliviar e incluso suprimir por completo los síntomas asociados. Se debe ser en extremo cuidadoso con este tipo de tratamientos, y seguir al pie de la letra las indicaciones del médico tratante.

Apoyo familiar. Para las personas con psicosis es de gran importancia contar con apoyo familiar. Para esto es importante que los miembros de su círculo más cercano se eduquen al respecto y adquieran estrategias para poder hacer frente a los brotes psicóticos. 

¿Cómo actuar ante un brote psicótico?

Ante un brote psicótico puede llegar a ser muy difícil saber cuál es la manera indicada para actuar, en tanto no es posible saber lo que está sucediendo en la mente de quien presenta el brote.

Sin embargo, es importante dar contención, pero nunca de manera abrumadora, como intentar abrazar a la persona. Lo más recomendable es tratar de llevarlo a un lugar seguro y quitar los objetos con los que pueda llegar a hacerse daño a sí mismo o a terceros. 

No solamente se trata de alejar a la persona de cuchillos o armas, se trata de prever que pueda utilizar cualquier objeto cercano para defenderse o dañarse, en respuesta de las alucinaciones y/o delirios que pueda estar experimentando en ese momento. 

Si crees estar teniendo brotes psicóticos o sospechas que alguien pueda estar experimentándolos, no dudes en buscar ayuda profesional. Conversa acerca de los síntomas con tu médico o busca directamente ayuda terapéutica por parte de un psicólogo o un psiquiatra.

Los trastornos mentales son mucho más comunes de lo que la mayoría de las personas suelen pensar. Es importante contar con un diagnóstico adecuado y preciso para poder crear una estrategia de abordaje y recibir el tratamiento adecuado. 

Referencias bibliográficas:

  • Álvarez, J.M. (2013). Estudios sobre la psicosis. Pensódromo.
  • Lacan, J. (1958). De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis: 509-557.
  • Soler, C. (1992). Estudios sobre las psicosis . Ediciones Manantial.
  • Salud Mental y Tratamientos

Cómo meditar mientras te mueves

  • Maria Fernanda Alonso
  • 24/02/2022

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

La meditación activa es meditación en movimiento. Esencialmente, se trata de conectarse con el aquí y ahora mientras se realizan actividades diarias: prestar más atención a lo que sucede en tu cuerpo mientras realizas una tarea, te ayuda a conectarte más con el presente y a ser más consciente de tí mismo. Practicar la meditación activa puede beneficiar a aquellos que tienen dificultades para quedarse quietos en un entorno de meditación tradicional. 

Este tipo de meditación te ayuda a apreciar los momentos simples de tu vida cotidiana y a encontrar la paz interior simplemente eligiendo ser más consciente.

Ejemplos de meditación activa

La meditación activa se basa en encontrar momentos meditativos durante la vida cotidiana. Expertos en el tema sugieren los siguientes ejemplo:

  • Preparando comidas: mientras cortas verduras para la cena, puedes enfocarte en tus cinco sentidos, un sentido a la vez.Observa las sensaciones sin juzgar. Quizás el cuchillo se siente frío, suave y pesado en tu mano, escuchas el sonido del cuchillo balanceándose rítmicamente contra la tabla de cortar mientras cortas, al mismo tiempo el pimiento es de color verde brillante y el aroma de las cebollas ya cocinandose en la sartén impregna tus fosas nasales. Además, asegúrate de prestar atención a las emociones que sientes en el momento. Tal vez sientas calidez hacia tu familia al pensar en preparar esta comida para nutrirlos. Tal vez también sientas estrés cuando tu lista de tareas vuelve a entrar en tu cabeza. Tu mente divagará, y eso está bien, siempre puedes volver a concentrarte en tus sentidos y dejarte absorber por ellos. Con la práctica, simplemente observarás tus sentimientos en lugar de dejarte consumir por ellos.
  • Limpieza: el simple acto de lavar un plato puede ser consciente. Observa el agua que sale del grifo y siente su cálida temperatura cuando toca tu piel. Al barrer el piso, concéntrate en la forma en que se mueve tu cuerpo y, si te sientes valiente, encuentra un ritmo y comienza a bailar mientras realizas esta tarea doméstica. ¡Diviértete con eso!
  • Caminando: céntrate en la forma en que el pavimento presiona tus pies con cada paso, mientras das un paseo. Nota la sensación de estiramiento en cada pantorrilla cuando las levantas, la frescura de la brisa en tu cara, la suavidad de la bufanda que envuelve tu cuello. Recuerda, la forma más rápida de salir de tu cabeza es entrar en tu cuerpo.
  • Ducha: cierra los ojos y siente el agua acariciando tu piel. Huele el champú y el jabón. Escucha el relajante sonido del agua. Si quieres ir un paso más allá, imagina que tus preocupaciones desaparecen.

¿A quién beneficia?

La meditación activa puede beneficiar a aquellos que han tenido dificultades para mantener una práctica regular de meditación, ya sea debido a horarios ocupados o por factores mentales o físicos que hacen que la quietud sea incómoda, ya que integra la meditación con sus actividades diarias.

Esta técnica puede ser una forma de meditación más accesible para las personas con antecedentes de trauma que quizás encuentran que las prácticas de meditación basadas en la quietud provocan sentimientos de ansiedad. También puede ser una herramienta importante para desarrollar habilidades para calmarse uno mismo para aquellos que luchan con la regulación de las emociones o la tolerancia a la angustia.


Este artículo es posible gracias a los miembros de PSYCIENCIA PRO. Si disfrutas nuestro trabajo, por favor considera unirte. Gracias.

Únete a Psyciencia Pro

Además, este tipo de meditación es más práctica para las personas con tipos de dolor crónico que les dificultan sentarse por períodos prolongados. Y para aquellos que lidian con el insomnio, los beneficios combinados del movimiento y la meditación pueden mejorar el estado de ánimo.

Consejos para meditar

  • Sintoniza tus sentidos: ¿qué ves, hueles, oyes, saboreas y tocas? Mientras caminas desde el estacionamiento hacia el edificio de oficinas, observa los colores, las formas y las áreas de sombra y luz a tu alrededor. Abre los oídos a los sonidos de cerca y de lejos. Siente cada zancada y observa tu modo de andar natural mientras caminas. Si hay olores o sabores presentes, internalízalos. La mejor parte es que no necesitas apartar una hora en tu agenda para comenzar a cultivar las cualidades de presencia que te brinda la meditación activa. Pruébalo durante 5 o 10 minutos la próxima vez que vayas a tomar ese café con leche de la tarde, ¡y verás cómo te sientes!
  • Olvídate de movimientos específicos: la meditación activa es menos sobre el movimiento y más sobre la energía detrás del movimiento. Cuando hacemos ejercicio, tendemos a centrarnos en cómo nos movemos, la posición del cuerpo, etc. La meditación activa no se trata de esto. Se trata de enfocarse en la energía detrás del movimiento. Concéntrate en la energía que crean tus movimientos, el lugar donde la mente se encuentra con el cuerpo. Conéctate con la intención de moverte. Puedes hacer esto con movimientos notablemente simples. Por ejemplo, intenta girar lentamente la mano en círculos. Ahora enfócate en la energía detrás del movimiento, investiga cómo la mente crea este movimiento. Esto aumentará tu conexión mente-cuerpo, y solo necesitas hacerlo durante unos 5 a 10 minutos al día.
  • Próximos pasos: al iniciar tu práctica de meditación activa, comienza vinculando este nuevo hábito a un hábito existente. Esto aumentará tus posibilidades de éxito. ¿Te cepillas los dientes todas las mañanas? ¿Paseas al perro todas las noches? Puedes hacer que tu actividad rutinaria sea tu tiempo para la meditación activa. No solo está bien, sino que es preferible comenzar poco a poco. Tal vez durante la primera semana, desees intentar usar la meditación activa durante 2 minutos y luego realizar tu actividad normalmente. Tal vez la próxima semana quieras probar 5 minutos al día. Establecer metas pequeñas y alcanzables te dará el impulso que necesitas para seguir avanzando.

Fuente: Psychcentral

Paginación de entradas

Anterior1…1011121314…117Próximo

Apoya a Psyciencia con tu membresía 💞.    

Únete a Psyciencia Pro
  • Inicia sesión
  • Tips para terapeutas
  • Podcast
  • Recursos
  • Webinars
  • Artículos
  • Cuando sueñas y lo sabes: por qué algunos sueños se graban en tu mente
  • Club de lectura: Sumar al amor, habilidades para mejorar las relaciones en presencia de emociones intensas
  • Cómo conceptualizar la ansiedad social
  • Webinar: Evaluación remota del TDAH en adultos (7-5-2024)
  • No todo es psicología (7): Cascadas y un poco de investigación científica
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.