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Salud Mental y Tratamientos

1162 Publicaciones

Incluye trastornos, psicopatología y terapias.

  • Salud Mental y Tratamientos

Los pensamientos intrusivos son mucho más comunes de lo que creías

  • David Aparicio
  • 11/04/2014

La investigación titulada “Puedes correr pero no esconderte: Pensamientos intrusivos en los seis contintentes” (You can run but you can’t hide: Intrusive thoughts on six continents) y publicada en el Journal of Obsessive-Compulsive and Related Disorders,  encontró que la mayoría de las personas podría haber experimentado pensamientos indeseados persistentes (93.6% de los participantes), imágenes mentales o síntomas del trastorno obsesivo compulsivo.

¿Desenchufé la plancha?

El estudio contó con la participación de 777 estudiantes de 13 países diferentes (Canadá, Argentina, Australia, Francia, Grecia, Hong Kong, Irán, Israel, Italia, Sierra Leona, España, Turquía y EEUU), a los cuales se les entrenó para distinguir entre las preocupaciones persistentes, rumiaciones sobre el pasado y los pensamientos intrusivos. Luego se les preguntó si habían experimentado por lo menos un pensamiento intrusivo durante los últimos tres meses.

Para el co-autor de la investigación, el Dr. Adam Radomsky, estos resultados muestran que no son los pensamientos indeseados los que generan problemas sino, más bien, lo que hacemos con ellos.

“Por ejemplo, la mayoría de las personas que tienen pensamientos intrusivos sobre saltar desde un balcón o desde una plataforma del subte, pensaría que es raro o tonto pensar así, en cambio, una persona diagnosticada con TOC se podría preocupar porque sus pensamientos son suicidas. Los pacientes con TOC experimentan estos pensamientos más a menudo y sienten mayor malestar a causa de los pensamientos, pero estos pensamientos parecen ser indistinguibles de aquellos que tiene la población general” explicó Radomsky.

¿Le puse llave a la puerta?

Esta investigación podría ayudar a las personas con el trastorno obsesivo compulsivo a no sentirse tan diferentes ya que, como vimos, estos tipos de pensamientos son extremadamente comunes. Y también puede ayudar a desarrollar tratamientos basados en la evidencia que permitan reconocer que es bastante común tener pensamientos intrusivos.

Fuente: Psypost
Imagen: HuffPost

 

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  • Salud Mental y Tratamientos

(Vídeo) «Yo soy igual a vos» el conmovedor vídeo en el día internacional del Síndrome de Down

  • David Aparicio
  • 21/03/2014

Hoy viernes se viernes se conmemora el Día Internacional del Síndrome de Down bajo el lema «Yo soy igual a vos» y las redes sociales se hicieron eco bajo el hash tag #DearMom con el que se viralizó un conmovedor vídeo.

En el mismo se muestra a una futura madre que recibe la noticia de que el hijo que tendrá tiene Síndrome de Down. Preocupada, envía una carta al la organización  CoorDown (Coordinadora Nacional de Asociaciones para Personas con Síndrome de Down en Italia) en busca de consuelo y ayuda.

¿La respuesta? Un emotivo vídeo de dos minutos y medio en el que 15 chicos y adolescentes diagnosticados con el síndrome de diferentes lugares del mundo le brindan su testimonio de vida.

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  • Salud Mental y Tratamientos

(Vídeo) Aspectos materiales de la entrevista psicológica

  • Aprende Viendo Terapia
  • 21/03/2014
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En este vídeo os mostramos cómo manejar los aspectos materiales en la entrevista psicológica y cómo influyen en la percepción que tiene el paciente de diversos temas.

Los aspectos materiales son los elementos físicos de la entrevista: la consulta, el mobiliario, la iluminación…

Como siempre, no emitimos un juicio sobre las distintas opciones, simplemente las mostramos y señalamos qué implican. Será cada terapeuta el que elija que es más congruente con su estilo de psicoterapia.

Síguenos en Youtube y en nuestro sitio web Aprende Viendo Terapia.

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  • Salud Mental y Tratamientos

6 consideraciones para desarrollar la pregunta del milagro

  • Jorge Ayala Salinas
  • 19/03/2014

La pregunta del milagro es una invitación para que las personas puedan pasar de un pensamiento y relato saturado del problema a imaginar cómo sería su vida cuando esta situación se encuentre resuelta: es, en definitiva, un salto de fe.

Pero su ejercicio no es sencillo para las personas. Requiere la colaboración del terapeuta para crear las condiciones necesarias y las personas se encuentren listas para empezar a imaginar un futuro a la medida de sus necesidades y sueños. Algunas personas necesitan más tiempo y asistencia que otras para responder a la pregunta, de manera que estas 6 consideraciones pueden resultar útiles si nos estamos iniciando o queremos mejorar este modo particular de estar en el lenguaje.

  1. Hablar pausada y amablemente: Con un tono de voz suave que pueda ofrecerle a las personas tranquilidad y confianza para pasar del problema a la solución.
  2. Marca el inicio del proceso de construir soluciones: Introduciendo la pregunta del milagro como una pregunta extraña e inusual pero tremendamente útil para la terapia, el proceso puede ser más claro.
  3. Hacer pausas: Para poder darle tiempo a la persona en comprender la pregunta y poder diseñar su respuesta desde su propia experiencia y oportunidades.
  4. Usar preguntas dirigidas al futuro: Ya que la pregunta busca una proyección hacia el futuro, a través de una imagen concreta, usa estas preguntas: “¿Qué sería diferente?” “¿Cuáles serían las primeras señales del milagro?” “¿Qué cambiaría?” “¿Qué estaría mejor?”
  5. Enfatizar esta frase: “Un milagro ha sucedido y el problema que te trajo aquí ha desaparecido, está resuelto…”. Porque de esta manera iniciamos la transición hacia una conversación libre del problema.
  6. Nuevamente: ¿qué sería diferente?: Cuando las personas, tras empezar a narrar lo que sucedería ante un milagro vuelven nuevamente a hablar y enfocarse en el problema, gentilmente podemos trasladar nuevamente su atención sobre lo que sería diferente en sus vida si el milagro ocurriese o ese problema estuviese resuelto, a través de la pregunta: “¿Y qué sería diferente?”

La pregunta del milagro es un movimiento de apertura hacia la construcción de soluciones y las conversaciones libre del problema. Cuando las personas inicialmente dan una respuesta que no se ajusta a las condiciones de un futuro perfecto o unos objetivos bien formados, la pregunta del milagro puede invitar a las personas a compartir su visión de una vida más satisfactoria, con descripciones que reflejan finalmente las características de unos objetivos bien formados.

Jorge Ayala es el autor del reconocido blog El Terapeuta Estupido , un espacio donde encontraras artículos y publicaciones para descargar de la terapia breve basada en las soluciones. 

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  • Salud Mental y Tratamientos

¿Para qué sirve cada psicoterapia y qué evidencia existe sobre esto?

  • Equipo de Redacción
  • 17/03/2014

Actualizado con la nueva revisión del 2018.

Le compartimos el siguiente gráfico que muestra una revisión de intervenciones psicológicas basadas en evidencia para el tratamiento de trastornos mentales, realizada por la Asociación Psicológica Australiana. El trabajo comprende todos los artículos publicados del 2004 hasta la actualidad, y sintetiza los niveles de evidencia alcanzados por diferentes tipos de psicoterapia aplicadas a un amplio rango de trastornos mentales (trastornos del estado de ánimo, de ansiedad, abuso de sustancia, trastornos de la alimentación, del sueño, somatomorfos, psicóticos, disociativos y del a infancia).

A continuación les dejo la lista de terapias que se evaluaron y los cuadros que sintetizan los resultados.

Terapias

  • Terapia cognitivo-conductual (CBT)
  • Terapia interpersonal (IPT)
  • Terapia narrativa
  • Terapia familiar
  • Terapia basada en mindfulnesss (MBCT).
  • Terapia de aceptación y compromiso (ACT)
  • Terapia breve enfocada en solución de problemas (SFBT)
  • Terapia comportamental dialéctica (DBT)
  • Terapia focalizada en esquemas
  • Terapia psicodinámica (derivada del psicoanálisis)
  • Terapia focalizada en emociones
  • Hipnoterapia
  • Autoayuda
  • Psicoeducación

Esta es la descripción de los distintos niveles de evidencia:

I: revisión sistemática de todos los ensayos clínicos aleatorizados y controlados.

II: al menos un ensayo aleatorizado y controlado diseñado adecuadamente.

III-1: ensayos controlados pseudo-aleatorizados bien diseñados.

III-2: Estudios comparativos con controles no aleatorizados (estudios de cohorte) o estudio de series temporales con grupo control interrumpidos.

III-3: Estudios comparativos con controles históricos, o de series temporales sin grupo control paralelo.

IV: Estudios de series de casos (post-test o pre-test/post-test).

IE: Evidencia insuficiente.

NS: No se encontraron estudios.

Intervenciones en niños y adolescentes

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Intervenciones en adultos

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Los invito a reflexionar sobre:

  1.  Cuáles son las intervenciones validadas para la mayor cantidad de trastornos y qué niveles de evidencia tienen
  2.  Qué representación tienen estas intervenciones en nuestra formación como psicólogos.

Puedes descargar la versión completa en formato PDF.

Este post fue publicado por Angel Tabullo en el grupo de Facebook Psicólogas y Psicólogos en Argentina y cedido para ser publicado en Psyciencia. 

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  • Salud Mental y Tratamientos

Eva Dreikurs – Figura emblemática del movimiento adleriano

  • Andrés Buschiazzo
  • 10/03/2014

En este artículo presentamos a una figura emblemática del movimiento adleriano mundial. Habla de las Escuelas de verano,  la hija del fundador. Personalmente tuve la oportunidad de participar en una de ellas en nombre del Centro de Estudios Adlerianos del Uruguay. Este mensaje está dirigido a quienes puedan estar interesados en participar desde cualquier país del mundo.  La  Dra. Eva Dreikurs es profesora titular, grado 5, de la Southern Illinois University Edwardsville.

Cómo participar de los cursos de verano de ICASSI: Una experiencia internacional única Adler –Dreikurs. Eva Dreikurs Ferguson Presidente de ICASSI y  profesora de Psicología

Los instructores son reconocidos por su habilidad como docentes y por su conocimiento en la teoría

Dr. Rudolf Dreikurs, joven colega de Alfred Adler, estableció las escuelas internacionales de verano de ICASSI y modeló los institutos de verano, después de haber sido establecidos muchos años antes por el propio Alfred Adler. El primer instituto de verano estuvo en Dinamarca en 1962, y después de la muerte de Dreikurs en 1972, estos cursos  se llevan a cabo  todos los años y en un país diferente. Durante la vida de Dreikurs él mismo financió los cursos mencionados, y luego de su desaparición, el Comité Internacional de Escuelas e Institutos Adlerianos de Verano (ICASSI) se convirtió en una organización educativa sin fines de lucro que siguió  la estructura y el propósito de los programas de la primera escuela de verano.

Los instructores son reconocidos por su habilidad como docentes y por su conocimiento en la teoría y  métodos de Adler – Dreikurs. Las escuelas de verano reúnen a personas de todo el mundo. En muchos países los profesionales de diversos orígenes quieren aprender la psicología de Adler, y en los institutos de ICASSI se aprende en un entorno comunitario y sin barreras en términos de raza, etnia, género, edad o cualquiera otra división.

El número de alumno por clase está pensado con criterios didácticos y proporcionan un aprendizaje en profundidad de una amplia gama de temas. Algunas clases, un máximo de ocho naciones podrían estar representadas, lo que permite un reparto internacional altamente inusual. En 2014, el instituto ICASSI se celebrará del 20 julio-2 agosto. La asistencia puede ser, ya sea para la primera o segunda semana o para ambas semanas.

Algunos ejemplos de temas del curso son los siguientes: orientación familiar,  análisis del estilo de vida,  resolución de problemas de forma cooperativa, Psicología Individual en el lugar de trabajo, aliento, terapia breve adleriana, sueños, adicciones, primeros recuerdos, arterapia, psicodrama, trabajo con las emociones, transiciones de la vida, asesoramiento para líderes, comprensión del dolor y la pérdida, parejas, dinámica de familia, estar solo, buena convivencia en el aula, estrés. En la web se dan los horarios y programas de todos los cursos:  ICASSI

Aprender y compartir en un ambiente de comunidad ofrece una oportunidad única

De especial importancia es el taller intensivo de 3 días sobre liderazgo, que se centra en ayudar a los líderes en todo tipo de organizaciones a mejorar sus habilidades y a comprender los procesos grupales de gestión. Este taller, al igual que con todos los cursos en ICASSI, está dirigido por un instructor altamente experimentado. Para este taller, el profesor es un consultor de gestión que ha trabajado con grandes corporaciones. Para otras clases, el docente es un experto en práctica clínica o asesoramiento en el trabajo con familias o escuelas, o es un experto en el campo de la drogadicción. Algunos docentes  fueron directamente formados por Dreikurs.

 Aprender y compartir en un ambiente de comunidad ofrece una oportunidad única para las personas de más de 20 naciones. Clases y conferencias durante el día son seguidas por actividades recreativas por las tardes. Este año el instituto se encuentra en una prestigiosa institución inglesa, la Universidad de Kent. Situada en Canterbury, contiene mucho de lo que es de interés histórico, así como lugares fascinantes y pintorescos, el instituto ICASSI también permite hacer turismo los fines de semana entre la primera y segunda semana de clases.

Los viajes estarán disponibles para los interesados, y otros participantes que quieran explorar por su cuenta.

Los participantes pueden optar por asistir sólo a la primera o la segunda semana, muchos asisten durante dos semanas debido a la riqueza de la oferta de cursos y la singularidad de la escuela de verano. La psicología de Adler ofrece métodos y teorías que permiten a las personas vivir y trabajar de forma cooperativa y eficaz, y los beneficios a largo plazo del instituto de verano permanecen. Mucho tiempo después de su regreso a casa, los participantes se benefician de sus nuevos conocimientos y mejoran sus habilidades en las relaciones humanas.

El instituto ofrece a las familias oportunidades inusuales para todas las edades. Existe un programa único para niños (edades de 4 a 11) y jóvenes (12 – 17). Mientras que los padres están en clases, los jóvenes también están en cursos diseñados para ellos, liderado por destacados instructores con  formación adleriana. Las comidas y alojamiento, así como actividades recreativas compartidas, permiten un amplio tiempo para la familia. Muchos jóvenes se vuelven expertos adlerianos y dan alegría y satisfacción a sus padres y abuelos.

Los profesores universitarios y estudiantes que asisten al instituto para adquirir conocimientos en ICASSI  no están disponibles en el entorno habitual del aula. Una vez que regresen a sus lugares, tienen una comprensión más profunda de las enseñanzas de Adler y Dreikurs  que lo que podrían haber obtenido en el ambiente de aprendizaje tradicional. ICASSI ofrece  una  “aplicación en el mundo real » de los principios y métodos de la psicología de Adler, al igual que Dreikurs, el psiquiatra de mente abierta hacia la comunidad, de manera visionaria previó.

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  • Salud Mental y Tratamientos

Edad del padre relacionada con los trastornos psiquiátricos de sus hijos

  • David Aparicio
  • 07/03/2014

La investigación  titulada “Parental Age at Childbearing and Offspring Psychiatric and Academic Morbidity» y publicada a fines del mes pasado en la revista JAMA Psychiatry, encontró que ser padre a una edad avanzada podría aumentar el riesgo de que los hijos sufran de problemas psiquiátricos y académicos, riesgo que se pensaba reducido en los padres.

Demuestran efectos más grandes que los resultados anteriores

El estudio fue conducido por científicos de la Universidad de Indiana y del Instituto Karolinska en Estocolmo, quienes examinaron datos de todos los sujetos nacidos entre 1974 y 2001 y de niños que nacieron cuando el padre tenía 45 años de edad. Encontraron que los padres mayores tienen:

  • 3.5 más probabilidades de tener un hijo con autismo.

  • 13 veces más probabilidades de que su hijo sufra de TDAH.

  • 2 veces más probabilidades de que tenga algún trastorno psiquiátrico.

  • 25 veces más probabilidades de que sufra de trastorno bipolar.

  • 2.5 más de probabilidades de realizar conductas suicidas o abusos de sustancias.

Para la mayoría de los trastornos, se encontró que la probabilidad de sufrir de estos problemas se incrementa a medida que aumenta la edad del padre, lo que sugiere que no hay una edad paternal específica que sea problemática.

Estos resultados demuestran efectos más grandes que los resultados anteriores y de hecho, el estudio encontró que la edad avanzada paternal se asoció con mayores riesgos de sufrir de distintos problemas como TDAH, intentos de suicidio y abuso de sustancias, cuando las investigaciones tradicionales sugieren que una edad avanzada podría reducir la probabilidad de que estos problemas ocurrieran.

Fuente: ScienceDaily
Imagen: heymarchetti (Flickr)

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  • Salud Mental y Tratamientos

La relación terapéutica, el huevo y la gallina y el consentimiento informado

  • Fabián Maero
  • 06/03/2014

Es ampliamente aceptado a través de las diversas corrientes psicoterapéuticas que la relación terapéutica es uno de los factores fundamentales en toda psicoterapia. Desde el campo del psicoanálisis y las psicoterapias psicodinámicas:

Se nos preguntará ahora cuándo hemos de iniciar nuestras explicaciones al analizado, revelándole el oculto sentido de sus asociaciones e iniciándole en las hipótesis y los métodos técnicos del análisis. Nuestra respuesta será la siguiente: Nunca antes de haberse establecido en el paciente una transferencia aprovechable, un rapport en toda regla con nosotros. El primer fin del tratamiento es siempre ligar al paciente a la cura y a la persona del médico. Para ello no hay más que dejarle tiempo.Si le demostramos un serio interés, apartamos cuidadosamente las primeras resistencias y evitamos ciertas torpezas posibles, el paciente establece en seguida, espontáneamente, tal enlace y agrega al médico a una de las imágenes de aquellas personas de las que estaba habituado a ser bienvisto.

(Freud, 1913).

Pasando por las psicoterapias existenciales:

Es la relación lo que cura (…) No hay otra verdad más autoevidente en psicoterapia; cada terapeuta observa una y otra vez en su trabajo clínico que el encuentro en sí mismo es sanador para el paciente de una manera que trasciende la orientación teórica del terapeuta

(Yalom, 1980).

Hasta las terapias conductuales:

La relación terapéutica es en sí una fuerza poderosa que puede afectar el cambio de conducta a través de las reacciones contingentes que ocurren en sesión, en el aquí y ahora.

(Kohlenberg; Callahan, 2010)

Se trata, entonces, de un factor de cambio ampliamente reconocido y aceptado desde la teoría. También desde la investigación hay considerable evidencia de una correlación entre la alianza terapéutica y los resultados que se obtienen en la terapia (véase, por ejemplo Martin, 2000 ).

Ahora bien, sabemos que la correlación no implica causalidad, que porque dos cosas suceden juntas no significa que una sea la causa de la otra (en este caso, el vínculo y los resultados de la terapia), pero entonces ¿cuál es el papel que la relación terapéutica efectivamente juega respecto al cambio terapéutico? ¿Es sólo un requisito para las intervenciones, la arena en la cual tienen lugar los procedimientos terapéuticos, o bien es en sí misma, como sugiere la cita de Yalom, el principal factor curativo de la terapia?

La relación terapéutica y los factores no específicos

La relación terapéutica ha estado en el centro de la discusión encarnizada sobre los factores activos en la psicoterapia, y en la pregunta de si las diferencias de procedimiento entre las distintas psicoterapias son clínicamente significativas.

Si  lo activo fueran los factores no específicos, entonces todas las psicoterapias serían igualmente efectivas…

Para entender esto, debemos considerar lo siguiente: toda terapia tiene factores específicos, pertenecientes a ese modelo de terapia  en particular (por ejemplo ciertas técnicas o procedimientos tales como asociación libre, reencuadre, reestructuración cognitiva, exposición, etc.). Pero además, existen factores no específicos en la psicoterapia; esto es, características compartidas por todos los modelos psicoterapéuticos, tales como las expectativas de cambio, el ritual del tratamiento, el encuadre, etc. La relación terapéutica entra dentro de esta última categoría.

En las últimas décadas, kilómetros de texto se ha dedicado a sostener una de dos posturas: (a) Los resultados terapéuticos son generados mayormente por los factores no específicos (y la relación terapéutica es el principal), o (b) los resultados terapéuticos son generados mayormente por los factores específicos (los procedimientos propios de cada terapia).

El lector se preguntará, ¿por qué tanto revuelo con esto?

Es porque las implicaciones son claras: si lo activo en la psicoterapia fueran los factores específicos, entonces no es lo mismo aplicar una u otra terapia, no todos los procedimientos serán igual de eficaces. Si, por el contrario, lo activo son los factores no específicos, entonces todas las psicoterapias serían igualmente efectivas… y los proveedores de salud mental (es decir, quienes financian los tratamientos), deberían solventar todo tipo de tratamientos psicoterapéuticos (actualmente, la tendencia es a solventar sólo los tratamientos que demuestran soporte empírico para un determinado diagnóstico).

Volviendo a la cuestión inicial: ¿es lo específico de cada terapia lo activo, o es la relación terapéutica lo que actúa principalmente? ¿vale la pena ocuparse de lo específico de cada terapia o debería el terapeuta ocuparse del vínculo?

Una terapia funciona bastante mejor si el paciente y el terapeuta no se agarran a martillazos en la cabeza

Sabemos con bastante certeza que la relación terapéutica correlaciona positivamente con los resultados terapéuticos, y todos los modelos de psicoterapia coinciden en esto: una buena relación terapéutica es indispensable para toda terapia. Esto, por supuesto, tiene sentido: una terapia funciona bastante mejor si el paciente y el terapeuta no se agarran a martillazos en la cabeza, sin duda. Pero cómo se relacionan ambas cosas es harina de otro costal.

DeRubeis, el huevo y la gallina

DeRubeis (2005), propone una perspectiva poco usual sobre esta cuestión. Reinterpretando la definición tradicional de Bordin, considera que la alianza terapéutica no es un constructo único, sino que consiste principalmente en dos factores, que resulta útil considerar por separado (recuérdenlos porque vamos a volver a ellos en breve):

La alianza terapéutica, en esta definición, incluye:

1) El acuerdo entre el paciente y el terapeuta sobre los objetivos del tratamiento y respecto a cómo alcanzar esas metas.

2) El desarrollo de un vínculo afectivo entre paciente y terapeuta.

Y esto es lo interesante: en una serie de estudios (Glass, 1984; DeRubeis & Feeley, 1990; Feeley et al., 1999), encontraron que el vínculo afectivo (el segundo factor de la alianza terapéutica) no es en sí mismo un predictor de los resultados terapéuticos. Correlaciona, pero no hay evidencia de que los cause (por poner un ejemplo burdo, que las flores broten en primavera es una correlación, que las flores causen la primavera sería suponer una causalidad).

El vínculo afectivo no es en sí mismo un predictor de los resultados terapéuticos

Esto no significa que vínculo y resultados no están asociados sino que, si uno observa sólo la calidad del vínculo terapéutico, resulta imposible predecir si el tratamiento será exitoso o no, lo cual nos lleva a sospechar que quizá no exista una relación causal. Esto es consistente con nuestra experiencia cotidiana en la clínica: puede haber un excelente vínculo terapéutico y aun así no obtenerse ningún resultado terapéutico.

Sin embargo, en los estudios, el resultado terapéutico sí funcionó como predictor de la alianza terapéutica. Es decir, sí es posible predecir, basándose en los resultados que arroja la terapia, qué pacientes tendrán un buen vínculo con su terapeuta.

Dicho de modo más simple, un buen vínculo afectivo entre paciente y terapeuta no predice buenos resultados, pero buenos resultados terapéuticos sí predicen un buen vínculo. Y nuevamente esto viene avalado por la experiencia: observamos con frecuencia buenos vínculos terapeuta-paciente sin resultados terapéuticos, pero rara vez observamos buenos resultados terapéuticos sin un buen vínculo.

El resultado terapéutico sí funcionó como predictor de la alianza terapéutica

Para agregar algunos puntos importantes a la cuestión, DeRubeis  señala que en algunos estudios la alianza terapéutica sí predijo mejores resultados, pero al  analizar los datos en detalle, separando los componentes de la alianza, fue el primer factor y no el segundo el que predijo los resultados. Es decir, no es el vínculo afectivo, sino el acuerdo en los objetivos de la terapia y en cómo lograr esos objetivos lo que predijo un tratamiento exitoso y un vínculo afectivo más sólido.

Como cierre

Hay algunas implicaciones de los hallazgos de DeRubeis que tienen relevancia en la clínica cotidiana.

Se ha insistido repetidamente en la literatura que el vínculo – y todos los factores no específicos- es algo que no se puede entrenar en un terapeuta. Lo que estas investigaciones nos dicen es que quizá no sea necesario empeñarnos en entrenar lo “inentrenable”.

Por supuesto, no estamos diciendo ni por un segundo que la calidez y una buena conexión emocional con el terapeuta no sea requisito indispensable ni que haya que descuidarlo. Usando una metáfora, podríamos decir que el vínculo terapéutico proporciona  el teatro en el cual tiene lugar la obra entre paciente y terapeuta… una obra no puede tener lugar sin un teatro (tenga la forma que tenga), pero ningún teatro en sí puede hacer que una obra sea eficaz.

Lo que sugieren estas investigaciones es que si queremos obtener buenos resultados terapéuticos debemos prestar especial atención a la otra parte de la alianza: el mutuo acuerdo en las metas y los medios de la terapia, como una forma de aumentar la eficacia de la misma. Eventualmente ese acuerdo (y la eficacia de la terapia en conseguir esos objetivos) va a resultar en un fortalecimiento del vínculo.

En palabras de DeRubeis

«Como terapeuta, ¿cuál es mi trabajo?¿ es mi trabajo vincularme con el paciente, tener una buena relación entre los dos? Por supuesto, uno quiere que eso suceda, no quiere trabajar en contra de eso, pero lo que realmente necesitas hacer es trabajar con ese paciente y establecer: «¿cuáles son las cosas comunes en las cuales podemos trabajar juntos? ¿Cuál es el trabajo que vamos a hacer?»

El corolario para los clínicos es: tómense su tiempo para acordar con el paciente los objetivos y medios para la terapia y asegúrense de que haya un real acuerdo en este punto. Como yapa, nos encontramos con que la ley de salud mental en Argentina (Nº 26.657) avala esto, ya que el consentimiento informado incluye, entre otras cosas, comunicar al paciente:

  • El propósito, el método, la duración probable y los beneficios que se espera obtener del tratamiento propuesto.

De modo que al realizar un buen consentimiento informado no sólo estamos protegiendo los derechos del paciente, sino que además muy probablemente estemos mejorando los resultados de la terapia. Dos pájaros de un tiro, ¿qué más se puede pedir?

Referencias

DeRubeis, L. & Andrusyna, T.(2005), The Factor Structure of The Working Alliance Inventory in Cognitive-Behavioral Therapy.
DeRubeis, Brotman & Gibbons (2001), A Conceptual and Methodological Analysis of the Nonspecifics Argument. 

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  • Salud Mental y Tratamientos

Psiquiatría o Psicoterapia

  • Clotilde Sarrió
  • 10/02/2014

I- El miedo a la locura y otros prejuicios

El miedo a locura –como también al cáncer o a la muerte– atormenta a un amplio sector de la población y propicia a que se manifiesten actitudes evitativas en la creencia de que silenciar u ocultar un problema lo hará desaparecer.

Desde tiempos inmemoriales la enfermedad mental fue menospreciada. Se la confinó al terreno de lo absurdo y lo irracional y se le otorgó un papel que, sorprendentemente en pleno siglo XXI, aún es interiorizado por muchas culturas –la nuestra sin ir más lejos– que consideran a estas patologías como un motivo de vergüenza que se intenta ocultar por miedo a la burla y al rechazo social, tanto si se sufre en primera persona como si afectan a algún allegado. Todo ello sin diferenciar si el problema en cuestión es una esquizofrenia grave o un trastorno de ansiedad leve y de buen pronóstico.

II- La antipsiquiatría

Además de estos prejuicios cuyo origen se remonta al pasado más remoto, hay otros que surgen a mediados del siglo pasado y se expresan a través de la antipsiquiatría, una disciplina que tuvo su máxima difusión en 1960 de la mano de Thomas Szasz y su libro “El mito de la enfermedad mental”, obra considerada como la piedra angular que sustenta a este movimiento.

En sus postulados, la antipsiquiatría peca de una excesiva intransigencia al generalizar críticas y propagar ideas como que los pacientes con un trastorno psiquiátrico son tratados en contra de su voluntad. Los seguidores de esta corriente censuran  también el daño a la dignidad que se inflige a los pacientes a través de las clasificaciones de las enfermedades mentales que aparecen en los manuales de diagnósticos DSM y CIE.

No lo suscribo en su totalidad por el radicalismo que lo impregna

Tal es su radicalidad que la antipsiquiatría llega a considerar a la psiquiatría como una pseudociencia. Craso error como sucede con todas las generalizaciones y las proclamas que se hacen desde la obstinación y la intolerancia y se difunden con ánimo proselitista sin atender a razones y, a veces, ni siquiera a la razón.

Quisiera dejar constancia de que comparto muchas de las tesis del ideario de la antipsiquiatría, pero no lo suscribo en su totalidad por el radicalismo que lo impregna y su tendencia a la generalización.

III- La moderna psiquiatría

La actual psiquiatría es una más de las especialidades médicas que se estudian y son impartidas en todas las facultades de medicina del mundo. La psiquiatría es ciencia y como tal se ajusta al método científico.

Es de justicia reseñar que, afortunadamente para millones de seres humanos, los avances en disciplinas como la neurología y las neurociencias en general, así como la gran ayuda que suponen los recientes estudios de imagen cerebral (TAC, RNM, PET, SPECT, fluoroscopia, angiografías…) así como los marcadores biológicos, las investigaciones neuroendocrinas y los progresos en la investigación farmacéutica con la síntesis de nuevas moléculas cada vez más eficaces y con menos efectos secundarios; no sólo han legitimado que la psiquiatría merezca todo el respeto de la comunidad científica sino también que muchos enfermos diagnosticados de enfermedades que antes eran invalidantes y los conducían a manicomios (por ejemplo la esquizofrenia o el trastorno bipolar antaño denominado psicosis maníaco depresiva), puedan hoy tener una integración socio-laboral y familiar plena y satisfactoria.

IV- Psiquiatría o Psicoterapia

La salud mental debe ser contemplada como una práctica en la que –independientemente de que en muchas ocasiones se utilicen psicofármacos– no se debería conferir exclusividad a los medicamentos para conseguir el alivio y la curación del paciente.

Llegado el momento de diagnosticar y de tratar, ya no sólo enfermedades mentales sino también afrontar circunstancias no patológicas en las que el individuo adolezca de habilidades para afrontarlas y que interfieran en su capacidad para ser feliz, se hace imprescindible que el trabajo del profesional de la salud mental (sea médico o psicoterapeuta) se realice desde una perspectiva científica pero también desde una óptica humanista que dignifique la condición que, como ser humano, asiste al paciente.

Desde una perspectiva científica pero también desde una óptica humanista

Los profesionales de la psiquiatría deberían considerar el valor de la psicoterapia y contemplar la enfermedad mental como un desequilibrio (muchas veces afectivo) en el que el paciente necesita una ayuda (psicoterapéutica y/o farmacológica) que le haga sentirse entendido, respetado y le impulse a  avanzar en la dirección que más beneficie a su estado anímico, y le haga el futuro con esperanza y desde su autosuficiencia.

Pero, es un hecho que no todos los facultativos entienden así a la psiquiatría, y se muestran reacios a utilizar la psicoterapia como coadyuvante del tratamiento de la enfermedad mental, y mucho menos como una alternativa más eficaz e inocua –algo que con frecuencia se da en determinadas patologías y contextos– que el tratamiento farmacológico.

Por todo ello, se impone trabajar en el ámbito de la salud mental con un espíritu multidisciplinar y una articulación de estrategias que permita obtener la mejor sinergia en beneficio del paciente, más allá de antagonismos y fundamentalismos procedentes tanto de quienes rechazan la psiquiatría como de los psiquiatras que repudian la psicoterapia.

Suelo comparar a los fármacos con la cuerda que se le echa a quién se está ahogando para poder sacarlo del agua

En mi ejercicio profesional, he instaurado muchos tratamientos farmacológicos a instancias de los psicólogos y psicoterapeutas con quienes trabajo y me confían a sus pacientes. El objetivo en estos casos es hacer una evaluación y emitir un diagnóstico previo a la elección del medicamento que aliviará el sufrimiento del paciente e, igualmente,  le permitirá afrontar las sesiones de terapia con un mejor aprovechamiento. Suelo comparar a los fármacos con la cuerda que se le echa a quién se está ahogando para poder sacarlo del agua. Del mismo modo, comparo la psicoterapia con las clases de natación que ayuden al individuo a resolver por sí mismo situaciones similares en el futuro. Este sencillo ejemplo plasma con claridad la importancia que tiene un trabajo coordinado entre médico y psicoterapéutico.

V- Tres pilares básicos

Como colofón, quisiera plasmar en tres postulados los principios básicos que siempre he observado y llevado a la práctica en mi práctica profesional:

El objetivo del acto médico psiquiátrico no debe circunscribirse a la prescripción de un medicamento

1- El médico debe considerar al paciente psiquiátrico desde el respeto que merece como ser humano, y dispensarle los mismos cuidados que a un paciente de cualquier otra disciplina, e incluso mucho más. Un sencillo ejemplo justifica el trato especial que el enfermo mental necesita: para extirpar un cuerpo extraño de un ojo, la actitud del oftalmólogo y su empatía con el paciente no será tan trascendente para su curación como la que un enfermo con una depresión espera del psiquiatra o del psicoterapeuta a quien le está confiando lo más íntimo de su ser.

2- El objetivo del acto médico psiquiátrico no debe circunscribirse a la prescripción de un medicamento para la curación del paciente sin considerar las herramientas terapéuticas que aporta una psicoterapia seria, reglada, sometida a protocolos y fundamentada en un sustrato teórico y formativo propio de una disciplina de la salud.

3- Hay que ayudar al enfermo y al individuo en general para que desechen los tabúes, mitos y leyendas irracionales que atañen a la enfermedad mental. Tanto los postulados de la antipsiquiatría como cualquier otro radicalismo que fomente discrepancias sustentadas en la intransigencia, irán siempre en perjuicio de la salud mental del paciente. La educación sanitaria y la divulgación desde los medios de comunicación serios y no sesgados por intereses espurios, deben fomentar una sociedad libre de los prejuicios que estigmatizan y marginan a los enfermos mentales.

Artículo del Dr. Alberto Soler Montagud y fue cedido especialmente para Gestalt Terapia y Psyciencia.

Imagen: NorthCoastJournal

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  • Salud Mental y Tratamientos

Estudio sobre el DSM-V muestra efectos en la prevalencia del diagnóstico de autismo

  • Alejandra Alonso
  • 03/02/2014

Ya anteriormente hemos hablado de los cambios que venían de la mano del nuevo DSM-V, entre ellos mencionamos que los trastornos autista, de Asperger, infantil desintegrativo y generalizado del desarrollo no especificado, pasarían a ser un solo diagnóstico. Esto generó preocupación ya que no se sabía cuántos niños quedarían excluidos del espectro con el nuevo diagnóstico, pero otro estudio aclaró que la mayoría seguiría recibiendo el mismo diagnóstico. Ahora, una nueva investigación descubre que la prevalencia estimada de autismo bajo el criterio del DSM-V disminuirían sólo por el hecho de que algunos niños recibirán el nuevo diagnóstico de Trastorno de la Comunicación Social (TCS).

El estudio, financiado en parte por una beca de investigación de Autism Speaks, la organización líder a nivel mundial en investigación y defensa del autismo, se encuentra online en el Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (Revista de la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente).

El 14% restante sería diagnosticado con TCS

En general, los investigadores encontraron que el 83% de los niños que recibieron el diagnóstico de autismo bajo el criterio del DSM-IV, podrían también recibir dicho diagnóstico según el DSM-V. El 14% restante sería diagnosticado con TCS. Estos resultados ayudan a responder preguntas que surgieron por un estudio del Centers for Disease Control and Prevention, publicado hace unas semanas, que concluyó de manera similar. Sin embargo, dicho estudio no tomó en cuenta al TCS, ni evaluó a los niños directamente para cada trastorno. Lo que se hizo fue intentar aplicar los nuevos criterios a archivos médicos y educativos de niños que fueron identificados con autismo en el año 2008.

El nuevo diagnóstico de TCS fue creado junto con los criterios revisados para autismo en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V). El Trastorno de la Comunicación Social describe a los individuos que tienen dificultades a nivel social y comunicacional sin presentar conductas repetitivas o intereses limitados. En adición a esto, el DSM-V combinó a los que antes eran diferentes subtipos de autismo en un solo diagnóstico de Trastornos del Espectro Autista.

Generó preocupación ya que todavía no hay guías de tratamiento para este nuevo trastorno

Ambos estudios apoyan a “estudios de campo” anteriores, que también sugerían que la nueva categoría de TCS sería aplicada a cerca del 10% de los niños que antes habían recibido un diagnóstico de autismo. Esto generó mucha preocupación entre familiares y defensores del autismo ya que todavía no hay guías de tratamiento para este nuevo trastorno. Autism Speaks da cuenta de estas preocupaciones ya que ellos han recibido reportes de niños que han perdido servicios para autistas luego de que su diagnóstico previo de TEA fuera cambiado a TCS.

“Autism Speaks se esta tomando estos reportes de pérdida de servicios muy seriamente. Defendemos a todos los que estén afectados por síntomas discapacitantes y que se beneficiarían con servicios y apoyo relacionados con el autismo”, dice Rob Ring, director científico de Autism Speaks.

Los nuevos hallazgos estuvieron basados en detalladas evaluaciones para TEA, hechas en persona para un estudio anterior de Autism Speaks, realizado por los mismos investigadores. Este contó con 55.266 niños cuyas edades estaban comprendidas entre los 7 y 12 años y que vivían en los suburbios de Corea del Sur. Utilizando los criterios del DSM-IV, se encontró una prevalencia del autismo equivalente a 1 de cada 38 niños (2.6%). Es relevante mencionar que el estudio incluyó a muchos chicos cuyo autismo no había sido detectado hasta ese momento. Esto significa que podrían haberse perdido en la estimación de prevalencia basada en los archivos de los servicios para autistas, que es como lo realiza el CDC.

En el nuevo estudio, los investigadores usaron los criterios del DSM-V para evaluar los síntomas de 292 niños diagnosticados con autismo en el estudio anterior. Esto disminuyó el estimado de la prevalencia del TEA a 2.2, o 1 de cada 45 niños. Pero la diferencia desaparecía cuando volvían a agregar a los niños diagnosticados ahora con TCS.

Es importante que se siga con los tratamientos hasta que surjan otros más apropiados

Los investigadores fueron más allá para poder determinar qué niños tenían mayor probabilidad de ser cambiados de un diagnóstico al otro. El viejo manual DSM-IV categoriza a los individuos con autismo en tres subtipos: Trastorno autista, Trastorno de Asperger y Trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

Mirando estos subtipos, la psiquiatra y epidemióloga de Yale, Young-Shin Kim y sus colegas, encontraron lo siguiente:

  • De los niños previamente diagnosticados con Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado, el 71% sería ahora diagnosticado con TEA, el 22% con TCS y el 7% con otro trastorno no autista.

  • En cuanto a los niños que recibieron el diagnóstico de Trastorno de Asperger, el 91% sería ahora diagnosticado con TEA, el 6% con TCS y el 3% con Trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

  • Por último, de aquellos diagnosticados con Trastorno Autista, el 99% recibiría ahora el diagnóstico de TEA y el 1% de TCS.

El Dr. Kim concluye que es muy importante que las personas cuyo diagnóstico va a cambiar, sigan con los mismos tratamientos hasta que surjan otros más apropiados para sus condiciones.

Fuente: Science Daily
Imagen: Wikimedia Commons

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