Mohana Ravindranath comparte en The New York Times consejos de familias y expertos para afrontar esta difícil situación:
Aceptar que un familiar ya no puede pensar con claridad ni recordar cosas es uno de los mayores retos. A menudo, las familias intentan razonar o discutir con sus seres queridos porque es difícil aceptar hechos falsos y afirmaciones extravagantes, o pueden aferrarse a la falsa esperanza de que corregir a la persona le ayudará a recuperar sus capacidades cognitivas, dijo James Noble, especialista en demencia del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia y autor de Navigating Life with Dementia.
“No solo no funciona, sino que a menudo resulta contraproducente”, dijo Noble: discutir o frustrarse con un paciente con demencia puede hacer que se ponga ansioso o agitado, lo que puede acelerar el deterioro y dificultar los cuidados.
Duro, sí. Pero también es un artículo que puede ser muy útil para los familiares. Puedes leer el artículo completo en The New York Times.