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Publicaciones por etiqueta

Aprendizaje

36 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

6 maneras de establecer una rutina productiva para hacer tareas

  • David Aparicio
  • 09/10/2019

La sola palabra tareas puede traerte horribles recuerdos. Estar sentado por muchas horas, estudiar algo que no te gusta o sentirte presionado porque no te alcanza el tiempo para abordar todo lo que necesitas aprender.

Para hacer de las tareas un proceso más efectivo y productivo la especialista en estrategias de aprendizaje de la Universidad de Syracuse, Janine L. Nieroda-Madden, escribió en The Conversation 6 principios para hacer de las tareas una actividad más manejable sin importar si estás en 5 grado de primaria o 3 año de la facultad.

1 Establecer prioridades

Establezca una lista de prioridades basada en el programa de clase o la lista de tareas. Esto puede ser útil para abordar tareas difíciles, crear motivación y activar su sentido de control e independencia cuando se trata de aprender. La lista de prioridades ayuda a mantener los objetivos y le brinda una sensación de satisfacción al tachar cosas de la lista a medida que se completan.

2 Aborde las tareas difíciles primero

Comience con sus tareas más difíciles primero para aprovechar al máximo su nivel de energía y para concentrarse al comienzo de una sesión de trabajo. Puede atender las tareas más fáciles o que requieren menos tiempo al final de una sesión de trabajo.

3 Divida las tareas en pasos más pequeños

Es posible que no sepa cómo comenzar una tarea importante, lo que podría provocar la dilación o sentimientos de fracaso. Para protegerse de esto, divida las tareas principales en tres o cuatro pasos más pequeños. Dentro de una sesión de tarea, puede sentir una mayor sensación de logro al completar cada pequeño paso hacia el todo más grande. En algunos casos, es posible que pueda distribuir estas tareas en el transcurso de una semana.

4 Crear evidencia de aprendizaje

Aprovecharás más del tiempo que pasas leyendo, revisando notas o “estudiando” si creas algo en el proceso. Por ejemplo, puedes crear tarjetas, un organizador gráfico, un cuadro o notas con viñetas puede ayudarlo a convertirse en un aprendiz activo en lugar de pasivo. Organice las herramientas que cree con la tarea asignada por fecha y tema para que pueda revisar esos elementos y prepararse para cuestionarios, pruebas o proyectos.

5 Construya una red de apoyo

Si no se pueden resolver ciertos problemas de tarea y estás atrapado en una rutina, describa lo que lo confunde y escriba o registre sus pensamientos. Anote las preguntas y sea lo más específico posible para buscar apoyo adicional de maestros o tutores. Cuanto más pueda identificar las fuentes de confusión, más podrá comunicarse de manera proactiva con su red de apoyo (maestros, tutores y otros) para obtener ayuda adicional.

6 Revisar objetivos y establecer nuevos

Al comienzo de cada sesión de tarea, establezca metas para completar sus tareas o tareas. Revise los objetivos al final de la sesión y reconozca una sensación de cumplimiento. Este proceso de establecimiento de objetivos genera confianza con el tiempo y le ayuda a darse cuenta de su potencial incluso cuando se enfrenta a dificultades. Una rutina de tarea productiva lo ayudará a darse cuenta de que el aprendizaje es un viaje continuo. El viaje puede ser difícil, pero organizarse lo hará lo más libre de estrés posible.

Fuente: The Conversation

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Pueden acelerarse el aprendizaje y los procesos de consolidación de memoria?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 12/09/2019

La nueva información se aprende más rápido si es compatible con el conocimiento existente, lo cual, de acuerdo con el modelo de esquema de consolidación de la memoria, se debe a que los procesos de consolidación pueden acelerarse cuando la nueva información se ajusta a un esquema o una abstracción del conocimiento previo almacenado en el neocórtex (King et al., 2019).

Para saber si nueva información motora puede aprenderse mejor cuando encaja con memorias anteriores, los participantes de un estudio realizaron una tarea de tiempo de reacción en serie (TTRS) en la que tenían que pulsar diferentes teclas en respuesta a diferentes estímulos (por ejemplo, cuadros de colores presentados en una pantalla).

La TTRS estableció una secuencia de prensado específica, y los participantes fueron posteriormente evaluados en una tarea similar que requirió o bien una secuencia compatible (es decir, un emparejamiento del 75% respecto del orden de la TTRS inicial y el 50% de las mismas transiciones de movimiento) o una secuencia incompatible (es decir, sólo el 12% de igualación con el orden TTRS inicial y el 50% de las mismas transiciones de movimiento). Los participantes fueron más rápidos y más precisos para las diferentes transiciones cuando la nueva secuencia era compatible con la secuencia aprendida previamente, es decir, cuando la nueva información motora se ajustaba a la información motora previamente aprendida.

Este efecto se produjo incluso cuando el comienzo de la secuencia no fue similar a la anterior, sin importar el conocimiento explícito de secuencias. Sin embargo, el efecto se produjo sólo cuando la memoria motora para la secuencia anterior se consolidó durante la noche. Estos hallazgos apoyan la idea de un modelo de esquema de consolidación de la memoria que se puede aplicar a la memoria motora. De este modo, el aprendizaje motor podría acelerarse mediante la disponibilidad de una memoria motora preexistente compatible.

Referencia del estudio:

King, B. R., Dolfen, N., Gann, M. A., Renard, Z., Swinnen, S. P., & Albouy, G. (2019). Schema and Motor-Memory Consolidation. Psychological Science, 30(7), 963-978. https://doi.org/10.1177/0956797619847164

Fuente: Psychological Science

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Aprendizaje al aire libre: beneficios para alumnos y docentes

  • Alejandra Alonso
  • 16/06/2019
Aprendizaje

El bienestar y la salud de los niños repercute en sus logros académicos. El aprendizaje al aire libre es un enfoque utilizado para mejorar el compromiso con la escuela, enriquecer el aprendizaje y mejorar el bienestar y la salud de los chicos, explican los autores de un estudio reciente.

Los científicos notaron que dicho enfoque no es reconocido para el trabajo con niños de primaria y secundaria, solamente preescolar. El objetivo de su investigación fue explorar la perspectiva y experiencia de directores, maestros y alumnos de un programa de aprendizaje al aire libre.

Los alumnos tenían entre 9 y 11 años y eran de South Wales, Reino Unido.

Se realizaron entrevistas con directores (n=3) y maestros (n=10) y grupos de enfoque con alumnos de tres escuelas primarias (10), antes y después de implementar el curriculum basado en aprendizaje al aire libre.

Los científicos encontraron varios beneficios percibidos por alumnos y escuelas. Los pupilos y docentes notaron un mayor compromiso con el aprendizaje, la concentración y la conducta, además de un impacto positivo en el bienestar y la salud y la satisfacción laboral de los docentes.

Esta no es la primera vez que se investigan las bondades de la naturaleza. Sabemos que tiene beneficios para nuestra salud mental y física (1,2), nuestra memoria y atención, además de reducir conductas agresivas (1,2). Y estos resultados se han observado en muestras de todas las edades.

Limitaciones

Las siguientes son limitaciones nombradas por el grupo de investigadores:

  1. El porcentaje de niños que califican para recibir comidas gratis en la escuela se encuentra por debajo del promedio en las instituciones que participaron, es decir que se consideraría una escuela con menos necesidades.
  2. La muestra fue pequeña y se presentó homogeneidad en cuanto a la raza. Futuros estudios deben incluir muestras más grandes, que representen varios niveles socio-económicos, razas y culturas.
  3. Las escuelas que participaron contaban con áreas verdes o ambientes naturales cercanos. Sin embargo no se documentó la disponibilidad. Otros estudios podrían documentar las experiencias y procesos de implementación en escuelas con acceso limitado.

Referencias del estudio original: Emily Marchant, Charlotte Todd, Roxanne Cooksey, Samuel Dredge, Hope Jones, David Reynolds, Gareth Stratton, Russell Dwyer, Ronan Lyons, Sinead Brophy. Curriculum-based outdoor learning for children aged 9-11: A qualitative analysis of pupils’ and teachers’ views. PLOS ONE, 2019; 14 (5): e0212242 DOI: 10.1371/journal.pone.0212242

Fuente: Science Daily

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Pequeños descansos para aprender nuevas habilidades

  • Maria Fernanda Alonso
  • 29/05/2019

“La práctica hace al maestro.” Esta popular frase puede albergar gran sabiduría, pero parece quedarse corta. Por definición, la experiencia es la clave del aprendizaje, pero tomar pequeños descansos entre prácticas podría ser tan importante como la actividad misma. El cerebro fortalece los recuerdos a través de la consolidación, definida como resistencia a la interferencia (estabilización) o mejoras en el rendimiento entre el final de una sesión de práctica y el comienzo de la siguiente (Robertson, Pascual-Leone, & Chris Miall, 2004)

Muchas investigaciones han demostrado que tomar descansos es una parte importante del aprendizaje. Descansar inmediatamente después de adquirir nueva información parece mejorar la memoria de esa información (Dewar, Alber, Butler, Cowan, & Della Sala, 2012), por ejemplo, y dormir es particularmente importante para consolidar lo que acabamos de aprender, no sólo después de haber realizado sesiones de aprendizaje sino también entre sesiones (Mazza et al., 2016).

Un nuevo estudio (Bönstrup et al., 2019) ha encontrado que la mayor parte del avance mientras se aprende una tarea motora simple no se produce realmente cuando se practica, sino durante los descansos entre las sesiones de práctica.¡Aún los descansos minúsculos, de apenas unos segundos, son vitales para aprender nuevas habilidades! Para observar los beneficios de las pausas breves durante el aprendizaje, Marlene Bönstrup y sus colegas reclutaron a 27 participantes que debieron aprender una secuencia corta de pulsaciones de teclas. A lo largo de 36 intentos, cada uno de 10 segundos de duración, los participantes repetidamente tocaron la secuencia 4-1-3-2-4 lo más rápido que podían, usando cuatro dedos de su mano izquierda. Un período de descanso de 10 segundos separó cada prueba.

Como era de esperar, la velocidad en que los voluntarios escribieron correctamente los números mejoró drásticamente durante las primeras pruebas y luego se estabilizó alrededor de la décimo primera ronda. Cuando la Dra. Bönstrup miró las ondas cerebrales de los voluntarios, observó algo interesante. «Noté que las ondas cerebrales de los participantes parecían cambiar mucho más durante los períodos de descanso que durante las sesiones de tipeo.” Esto le sirvió como puntapié para enfocarse con mayor detenimiento en el momento en que sucedía realmente el aprendizaje. “¿Fue durante la práctica o el descanso?,” se preguntó.

Los descansos desempeñaron un papel tan fundamental en el aprendizaje como la práctica misma

Al volver a analizar los datos, ella y sus colegas hicieron dos hallazgos clave. Primero, encontraron que el rendimiento de los voluntarios mejoró principalmente durante los descansos cortos, y no durante el tipeo. Las mejoras realizadas durante los períodos de descanso se sumaron a las avances generales que los voluntarios lograron ese día. Además, estos avances fueron mucho mayores que los observados después de que los voluntarios regresaron al día siguiente para intentarlo de nuevo, lo que sugiere que los descansos tempranos desempeñaron un papel tan fundamental en el aprendizaje como la práctica misma. En segundo lugar, al observar las ondas cerebrales, la Dra. Bönstrup encontró patrones de actividad que sugerían que los cerebros de los voluntarios estaban consolidando o solidificando los recuerdos durante los períodos de descanso.

Específicamente, encontraron que los cambios en el tamaño de las ondas cerebrales, llamados ritmos beta, se correlacionaban con las mejoras que los voluntarios hicieron durante los descansos. Un análisis adicional sugirió que los cambios en las oscilaciones beta ocurrieron principalmente en los hemisferios derechos de los cerebros de los voluntarios y en las redes neuronales que conectan los lóbulos frontal y parietal, los cuales ayudan a controlar la planificación de los movimientos. Estos cambios solo ocurrieron durante los descansos y fueron los únicos patrones de ondas cerebrales que se correlacionaron con el rendimiento.

Esto es consistente con los estudios anteriores que resaltan la importancia de los períodos de descanso en el aprendizaje, dicen los autores, aunque en una escala de tiempo mucho más corta. «Estos resultados apoyan la idea de que el cerebro consolida oportunamente los recuerdos anteriores cuando no está aprendiendo activamente», sostienen.

Las mejoras durante los descansos fueron más prominentes en las primeras pruebas de entrenamiento cuando la curva de aprendizaje era empinada y no hubo disminuciones en el rendimiento durante los períodos de práctica anteriores. El equipo también identificó una base neuronal para estos avances en los “recreos”. Mientras los participantes completaron la tarea, los investigadores midieron su actividad cerebral utilizando magnetoencefalografía (MEG).

Con esto, encontraron que la mejora en el rendimiento entre los ensayos estaba relacionada con la amplitud de las ondas beta (ondas cerebrales de entre 16 y 22Hz): las ondas beta de menor amplitud en la parte frontal del cerebro durante las pausas se asociaron con mayores mejoras en el rendimiento. La actividad de las ondas beta se reduce mientras las personas preparan y ejecutan movimientos, por lo que los autores sugieren que este patrón de actividad podría indicar algún tipo de reactivación y consolidación de la memoria relacionada con la tarea.

El estudio sólo observó el rendimiento cuando las personas aprendieron una tarea motora muy simple, y queda por ver si los descansos cortos son igual de importantes cuando se adquieren habilidades más complicadas. Pero incluso saber cómo potenciar los avances en funciones motoras básicas podría ser útil en situaciones como la medicina de rehabilitación.

El grupo de investigación espera que estos hallazgos puedan ayudar a pacientes en recuperación de los efectos paralizantes causados ​​por accidentes cerebrovasculares y otras lesiones neurológicas, pues podrían usarse para optimizar el tiempo y la configuración de los intervalos de descanso al implementar tratamientos de rehabilitación para ‘reaprender’ las habilidades perdidas. También sería interesante su implementación cuando una persona quiera, por ejemplo, aprender a tocar el piano.

Fuente: Research Digest

Referencias bibliográficas: Bönstrup, M., Iturrate, I., Thompson, R., Cruciani, G., Censor, N., & Cohen, L. G. (2019). A Rapid Form of Offline Consolidation in Skill Learning. Current Biology: CB, 29(8), 1346-1351.e4. https://doi.org/10.1016/j.cub.2019.02.049

Dewar, M., Alber, J., Butler, C., Cowan, N., & Della Sala, S. (2012). Brief wakeful resting boosts new memories over the long term. Psychological Science, 23(9), 955-960. https://doi.org/10.1177/0956797612441220

Mazza, S., Gerbier, E., Gustin, M.-P., Kasikci, Z., Koenig, O., Toppino, T. C., & Magnin, M. (2016). Relearn Faster and Retain Longer. Psychological Science, 27(10), 1321-1330. https://doi.org/10.1177/0956797616659930

Robertson, E. M., Pascual-Leone, A., & Chris Miall, R. (2004). Current concepts in procedural consolidation. Nature Reviews Neuroscience, Vol. 5, pp. 576-582. https://doi.org/10.1038/nrn1426

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Cómo afectan a la cognición la obesidad y la resistencia a la insulina? Nuevos hallazgos

  • Maria Fernanda Alonso
  • 27/05/2019

Científicos informan que la obesidad puede romper nuestra barrera protectora hematoencefálica y causar problemas con el aprendizaje y la memoria (Yamamoto, Guo, Hernandez, & Stranahan, 2019).

Las personas que tienen obesidad y diabetes tienen tasas más altas de deterioro cognitivo a medida que envejecen y la mayoría de los cambios estructurales relacionados se encuentran en el hipocampo, un centro de aprendizaje y memoria. La grasa es una fuente de inflamación y existe evidencia de que reducir la inflamación crónica en el cerebro ayuda a prevenir la pérdida de memoria relacionada con la obesidad.

«Sabemos que la obesidad y la resistencia a la insulina rompen la barrera hematoencefálica en modelos humanos y animales, pero exactamente cómo sigue siendo un misterio», dice la Dra. Alexis M. Stranahan, neurocientífica del Departamento de Neurociencia y Medicina Regenerativa de la Facultad de Medicina de Georgia en la Universidad de Augusta, y autora del estudio.

¿Qué se sabía?

En el cerebro, la adenosina es un neurotransmisor que nos ayuda a dormir y a regular nuestra presión arterial; en el cuerpo también es un componente del combustible celular trifosfato de adenosina, o ATP. La adenosina también activa los receptores Adora1a y Adora2a en las células endoteliales, que normalmente apoyan relaciones saludables entre la actividad cerebral y el flujo sanguíneo.

Los problemas surgen con la activación crónica, particularmente en el cerebro, que es lo que sucede con la obesidad, dice Stranahan. Sabían que la activación crónica del receptor Adora2a en las células endoteliales que bordean esta importante barrera en nuestro cerebro puede permitir que distintos agentes de la sangre ingresen al cerebro y afecten la función de las neuronas.

El concepto de que la obesidad podría afectar la barrera hematoencefálica se detectó en las personas hace una docena de años, cuando investigadores suecos encontraron que los individuos obesos tenían niveles más altos del gran anticuerpo inmunoglobulina G en su líquido cefalorraquídeo, cuando debería haber estado en su sangre. Fue un hallazgo importante que sugirió que la obesidad y la diabetes podrían permitir que pasen de la sangre al cerebro cosas que no deberían, dice Stranahan. Los estudios en animales confirmaron que estaba sucediendo, pero, nuevamente, pocos estudios han analizado por qué, dice Stranahan.

Los vasos sanguíneos salen del cuerpo y se vuelven extremadamente pequeños y frágiles a medida que se sumergen en el cerebro. Mientras que los vasos sanguíneos que suministran áreas como nuestros brazos y corazón están destinados a ser más porosos para que puedan compartir mucha glucosa, oxígeno y células inmunitarias y otras cosas que el cuerpo necesita, se supone que la vasculatura en el cerebro es mucho más restrictiva, dejando que pocas cosas pasen comparativamente.

La autora señala que el cerebro es un gran consumidor, que absorbe entre el 70 y el 80 por ciento de nuestro oxígeno y glucosa, pero también es más frágil que otros tejidos, muy sensible incluso a nuestras propias células inmunitarias.

Nueva perspectiva

Este equipo de investigación ha demostrado que cuando bloquean Adora2a en un modelo de obesidad inducida por la dieta, se mantiene esta importante función de barrera.

En un modelo que imita lo que nos sucede a algunos de nosotros, ratones jóvenes alimentados con una dieta alta en grasas engordaron en dos semanas, y a las 16 semanas aumentaron la concentración de glucosa en ayunas e insulina, todo lo cual indica que la diabetes está en su futuro.

En la vasculatura del hipocampo, los investigadores vieron que la obesidad aumentaba primero la permeabilidad de la barrera hematoencefálica a moléculas pequeñas como el fluoróforo, la fluoresceína sódica o el NaF1. La resistencia a la insulina inducida por la dieta aumentó esa permeabilidad de modo que una molécula más grande, Evans Blue, que tiene una alta afinidad por la albúmina sérica, la proteína más abundante en la sangre, también pudo pasar.

Cuando miraron con microscopía electrónica, vieron un paisaje cambiado. La diabetes resultante promovió el encogimiento de las uniones generalmente apretadas entre las células endoteliales y los agujeros reales en esas células. También vieron células musculares llamadas pericitos que se envuelven alrededor del exterior de los vasos sanguíneos microscópicos en el cerebro para darles más fuerza y ​​ayudar a mover la sangre, comienzan a perder su agarre, por lo que los vasos sanguíneos comienzan a perder su tono y se vuelven disfuncionales e inflamados. Se sabe que los pericitos expresan niveles más altos de Adora2a que las células endoteliales, señala Stranahan. La dieta alta en grasas también promovió la hinchazón de las protuberancias en los astrocitos llamados pies terminales, que también forman parte de la barrera hematoencefálica. Los astrocitos son células del cerebro que normalmente nutren las neuronas, pero el estado patológico de la obesidad también alteró su forma y apoyo.

La angiogénesis, el intento natural del cuerpo de producir más vasos sanguíneos (aunque por lo general son disfuncionales y con fugas), se dio en respuesta al deterioro del flujo de sangre y oxígeno en el hipocampo a las 12 semanas, y luego de una inspección minuciosa, se detectó que los vasos sanguíneos estaban inflamados.

Cuando dieron un medicamento para bloquear temporalmente Adora2a, también se bloquearon los problemas con la permeabilidad de la barrera. Queda por verse si eso podría funcionar en humanos y a largo plazo como una forma de evitar el deterioro cognitivo en personas obesas, dice Stranahan.

Luego, desarrollaron un ratón al que podían eliminarle selectivamente Adora2a de las células endoteliales.

En este ratón transgénico, desactivaron Adora2a en las células endoteliales a las 12 semanas, y a las 16 semanas, cuando los ratones debían exhibir un deterioro cognitivo y una barrera hematoencefálica en la que se filtrara sangre, pero en cambio tenían funciones de cognición y barrera normales y no tenían inflamación.

Cuando compararon los ratones transgénicos que estaban en una dieta alta o baja en grasa, encontraron evidencia de que el aumento de la permeabilidad de los vasos sanguíneos en el cerebro inicia el ciclo de inflamación y deterioro cognitivo.

Las pruebas cognitivas en ratones en el estudio incluyeron el reconocimiento de objetos y maniobrar en un laberinto de agua. Los científicos observaron otras funciones normales, como las funciones motoras simples, para ver si había otros efectos y, al menos en esos primeros momentos, no identificaron otros.

Hallazgos en humanos

Si bien es generalmente difícil pasar de los ratones a las personas, el hecho de que este tipo de trabajo en realidad haya comenzado con hallazgos humanos probablemente signifique que evitar la resistencia a la insulina podría potencialmente detener el aumento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica y la disminución en la función cognitiva, dice Stranahan.

«Si un individuo ya ha progresado a resistencia a la insulina, estos estudios subrayan la importancia de controlar los niveles de azúcar en la sangre y evitar el progreso hacia la deficiencia de insulina (diabetes), lo que abre aún más la barrera hematoencefálica.»

Los científicos informan que la accesibilidad relativa de los vasos sanguíneos en el cerebro también puede convertirlos en una buena opción para prevenir los efectos de la obesidad en el cerebro.

También apunta a la realidad de que una variedad de medicamentos administrados a pacientes obesos pueden impactar sus cerebros en un grado más alto, lo que podría ser algo que los pacientes y sus médicos deban considerar. Stranahan señala que, para los medicamentos destinados a actuar en el cerebro, como los de la enfermedad de Alzheimer, eso podría ser algo bueno, pero aún debe ser considerado. Algunas drogas recetadas comúnmente como la prednisona, por otro lado, ya son realmente buenas para el paso y potencialmente pueden ser malas para el cerebro, dice ella.

Los próximos pasos en su laboratorio incluyen descubrir dónde surge la señal que activa de forma crónica Adora2a en ratones gordos. Ella sospecha que en realidad es una cascada que incluye a las células endoteliales que se estresan, lo que aumenta su metabolismo, lo que significa que usan más ATP, que puede activar Adora2a y poner en marcha un círculo vicioso que eventualmente afecta la barrera hematoencefálica.

Referencia del estudio: Yamamoto, M., Guo, D.-H., Hernandez, C. M., & Stranahan, A. M. (2019). Endothelial Adora2a Activation Promotes Blood-Brain Barrier Breakdown and Cognitive Impairment in Mice with Diet-Induced Insulin Resistance. The Journal of Neuroscience: The Official Journal of the Society for Neuroscience, 39(21), 4179-4192. https://doi.org/10.1523/JNEUROSCI.2506-18.2019

Fuente: Science Daily

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

(PDF) Atención en clase: rol predictivo del comportamiento docente, valor de la tarea, autoeficacia, disfrute y vergüenza

  • Equipo de Redacción
  • 05/01/2017
Postergación y TB

La atención en clase es una forma específica de compromiso comportamental del estudiante, con capacidad de influir en los resultados educativos. Se evaluó el rol predictivo del comportamiento docente percibido, valor de la tarea, autoeficacia, disfrute y vergüenza en la atención en clase. Estudiantes de grado (N = 185, 85% mujeres) de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba completaron autoinformes que medían las variables en estudio. El modelo evaluado, mediante análisis de senderos, presentó buen ajuste a los datos, explicando el 37% de la varianza.

Se identificó una influencia positiva del comportamiento docente percibido sobre valor de la tarea (β = .42), autoeficacia académica (β = .19) y disfrute (β = .23); de valor de la tarea sobre disfrute (β = .52) y sobre atención en clase (β = .23); y de disfrute sobre atención en clase (β = .41).

La autoeficacia tuvo efecto en la reducción de la vergüenza (β = -.35), mientras que la vergüenza presentó un efecto positivo sobre atención en clase (β = .13). Las relaciones indirectas mostraron la utilidad de modificar el comportamiento docente y la motivación para afectar las emociones y mejorar el compromiso de los estudiantes.

Descarga el artículo completo en formato pdf.

Autores:Javier Sánchez-Rosas, Paula Belén Takaya, Alicia Verónica Molinari

Fuente: Psiencia: Revista Latinoamericana de Ciencia Psicológica

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