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Publicaciones por mes

noviembre 2020

51 Publicaciones
  • Artículos de opinión (Op-ed)

Cómo sentarte de forma correcta frente de la computadora

  • David Aparicio
  • 30/11/2020

Ahora pasamos muchas más horas al frente de una pantalla. Ya no es necesario ni explicar las razones. El punto es que no basta con comprar un buen escritorio y una silla cómoda, también hay que saber cómo ajustarlos adecuadamente para que no te dolor de cuello, espalda o clásico dolor de muñecas.

Así que aquí les comparto un video que me ayudó a ajustar perfectamente mi escritorio y que explica muy bien cuál es el ángulo que deben tener nuestros brazos en relación con el teclado; la altura de la silla; la posición del monitor y otros principios ergonométricos que hay que tener en cuenta si queremos cuidar nuestra postura y salud.

Un tip que aprendí de nuestra editora Alejandra Alonso: Pon una recordatorio cada 45 minutos para hacer alguna actividad física breve. Ella salta la cuerda por 5 minutos creo. Yo empecé a hacer flexiones de pecho. Esto ayuda a levantarnos de la silla, descansar nuestros ojos y hasta tonificar un poco el cuerpo.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Recordando a Scott Lilienfeld

  • David Aparicio
  • 30/11/2020

El pasado 30 de septiembre murió Scott Lilienfeld, reconocido investigador, docente y autor de los artículos más interesantes y transformadores que he leído sobre la psicología científica. La causa fue un cáncer de páncreas y solo tenía 59 años.

Sentí mucha tristeza cuando me enteré de su muerte. No tuve el privilegio de conocerlo en persona. Lo más cerca que estuve fue en el año 2016 cuando organicé, desde Panamá, la logística para la entrevista que le harían Fabián Maero y Paula José Quintero, en el congreso de CLACIP en Buenos Aires.

Pero no es necesario conocer a una persona cara a cara para sentir admiración y tristeza por su pérdida. Gracias a sus escritos, Lilienfeld dejó una huella en miles de estudiantes, psicólogos y psiquiatras que pudieron evaluar y aprender de una psicología basada en la evidencia científica.

Hoy se cumplen dos meses de su muerte y probablemente he demorado demasiado en escribir esto. La verdad es que no sabía qué decir, ni cómo decirlo. Pero tampoco quería que pasara como si nada o hacer un simple post en Facebook. En Psyciencia le debemos mucho y la mejor forma que tengo para agradecerle es con un artículo que nos permita recordar su legado.

Video de su presentación en CLACIP 2017: La práctica basada en la evidencia y sus descontentos: Conceptos y confusiones – Scott Lilienfeld.

Sus inicios en la psicología y su amor por la docencia

Scott Lilienfeld nació el 23 de diciembre de 1960 en el estado de Nueva York. Desde muy temprano demostró su amor por la ciencia y seguramente se hubiera dedicado a la astronomía o a la arqueología, pero una clase de introducción a la psicología que tomó en la adolescencia encendió la llama de su curiosidad por los misterios de la mente humana y, después de tomar otras clases en la universidad, decidió que quería ser psicólogo. Obtuvo su título en psicología en la Universidad de Cornell y obtuvo su doctorado en 1990 bajo supervisión del reconocido investigador de la personalidad, David T. Lykken, en la Universidad de Minnesota.

Durante sus primeros años como investigador, Lilienfeld publicó valiosos estudios sobre la personalidad psicopática que le otorgaron rápidamente el reconocimiento de la comunidad académica y le abrieron las puertas a la docencia, primero como profesor asistente en la State University of New York (SUNY) y luego como catedrático en la Emory University, donde trabajó por 26 años y obtuvo el premio Samuel Candler Dobbs, un reconocimiento exclusivo a los docentes que se destacan por su producción académica y calidad educativa.

Un investigador poco convencional

En el ámbito académico los investigadores suelen elegir un área para especializarse. Lilienfeld, en cambio, se consideraba un generalista y se dedicó a estudiar una amplia variedad de áreas dentro de la psicología, entre las que resaltan: sesgos cognitivos, memoria, personalidad, trastornos de personalidad, evaluación científica de la psicología, problemas de la evaluación psicológica, microagresiones en el ámbito laboral, psicología y neurociencia forense.

Gracias a esa incesante curiosidad publicó más de 350 investigaciones científicas y más de una docena de libros dirigidos tanto a especialistas como al público general, que le han otorgado el reconocimiento de ser citado más de 37,000 veces.

Perfil de Scott Lilienfeld en Google Scholar.

Un escéptico ejemplar

Lilienfeld era un escéptico con todas las letras. Reconocía la importancia de la humildad intelectual y no cayó en el común error de usar el cinismo, burlas o epítetos en sus artículos, sino que proporcionó un cuerpo de argumentos muy bien documentados y cuidadosamente redactados que no buscaban convencer al lector, sino más bien generar la duda. Y sí que lo lograba.

Lilienfeld instó a los psicólogos a expresarse por medio de entrevistas y artículos, cuando los medios de comunicación propagan mitos psicológicos. Él creía firmemente que era posible un cambio basado en la evidencia, pero para lograrlo era necesario que los especialistas proveyeran información coherente que reemplace la información pseudocientífica.

Con su refinado y contundente escepticismo, cuestionó la validez de instrumentos, terapias y constructos ampliamente utilizados en la psicología clínica que no tienen evidencia científica. Escribió sobre la pseudociencia de los recuerdos reprimidos, la controversia del trastorno de personalidad múltiple, cuestionó la supuesta superioridad de la terapia EMDR, del pobre estatus científico de las técnicas proyectivas, del mito de los estilos de aprendizaje, criticó el neurocentrismo y los 50 mitos de la psicología popular. En Psyciencia tradujimos y adaptamos varios de sus artículos más importantes:

  1. El estatus científico de las técnicas proyectivas
  2. ¿Puede hacer daño una psicoterapia?
  3. Los 10 mandamientos para ayudar a los estudiantes de psicología a distinguir la ciencia de la pseudociencia
  4. «Yo soy visual» – El mito de los estilos de aprendizaje
  5. Hablar bien no cuesta nada: Algunos términos psicológicos que deberíamos evitar
  6. ¿Por qué las psicoterapias inefectivas aparentan funcionar?
  7. El gran enemigo de la verdad: Los 10 mitos más populares de psicología

Un editor preocupado por mejorar el estatus de la ciencia psicológica

Lilienfeld también se desempeñó como editor de revistas de alto impacto como la revista Clinical Psychological Science y el Archives of Scientific Psychology. También fue miembro del comité para la investigación escéptica de la revista Skeptical Inquirer Magazine. Y por si fuera poco, también fue elegido como presidente de la Asociación para la Ciencia de la Psicología Clínica (la sección 3 de la División 12 de la APA).

Como editor, Lilienfeld estaba realmente interesado en ayudar a los investigadores a sacar su máximo potencial y cuando rechazaba alguna investigación, se tomaba el tiempo para explicar con mucha precisión, claridad y humildad cuales eran sus razones y a la vez alentaba a los investigadores a mejorar su trabajo bajo los más rigurosos estándares científicos.

Tan buenas eran sus devoluciones y comentarios que la revista Clinical Psychological Science, lo resalta en su obituario:

Es común que los autores respondan a cartas de decisión; es poco común que expresen un profundo aprecio y admiración cuando sus manuscritos han sido rechazados. Sin embargo, Scott recibió con frecuencia estas expresiones de gratitud. Muchos afirmaron que la carta de decisión que recibieron fue la mejor carta de rechazo que jamás habían recibido; incluso al dar malas noticias, Scott siempre fue constructivo, perspicaz y alentador. Para él, servir como editor era más que un simple control: también era un vehículo para que los colegas trabajaran juntos para mejorar el estado de nuestra ciencia.

Reconocimientos

Lilienfeld recibió muchos reconocimientos, entre los que destacan el James McKeen Cattell Award, por sus contribuciones a la ciencia psicológica aplicada y el premio David Shakow Award, de la Asociación Americana de Psicología por sus contribuciones distinguidas al campo de la psicología clínica.

Para continuar su legado la Association of Psychological Science, creó el Scott O. Lilienfeld Student Travel Award, un premio que reconoce los logros de investigación en psicología clínica y provee los fondos necesarios para que esos estudiantes puedan viajar a las convenciones anuales de la APS. La revista Clinical Psychological Science publicará un número especial, editado por sus amigos y colegas más cercanos, con artículos escritos por diversos expertos en investigaciones que mostrarán la importancia y alcance de sus investigaciones.

Adiós Scott Lilienfeld

Scott Lilienfeld murió joven, pero vivió una vida muy intensa y haciendo lo que más le apasionaba y divertía. En sus entrevistas no solo transmitía lo mucho que le divertía la investigación, sino que también lograba contagiarnos su amor por la ciencia de la psicología. Por eso y mucho más, gracias Lilienfeld.

Fuente: The New York Times; Clinical Psychological Science; Emory University News

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Ciberpsicología: adicción a los videojuegos en la adolescencia, debate actual

  • Federico Lande
  • 30/11/2020

La ciberpsicología es un área de estudio emergente dentro de la psicología que tiene como objetivo comprender y explicar cómo las personas interaccionan con la tecnología (Atrill y Fullwood, 2018). 

A raíz de la expansión que Internet y las nuevas tecnologías tienen en la vida cotidiana, es difícil pensar en un mundo sin ellas. En este contexto muchos investigadores comenzaron a cuestionar los efectos que la tecnología produce en los usuarios y qué es lo que sucede cuando no se hace un uso responsable de éstas. Según Atrill y Fullwood (2018) en algunos casos puede conllevar serios riesgos para la salud o malas prácticas como el ciberbullying, el sexting y el grooming o adicción generada por su uso excesivo.

Debido a que los adolescentes dedican gran parte de su tiempo libre a las tecnologías, una de las áreas de interés de la ciberpsicología es la del uso que hacen de los videojuegos. Para la mayoría de los adolescentes, que tienden a buscar sensaciones nuevas y son los que más se conectan a Internet (Carbonell, 2014), jugar videojuegos es una forma de entretenimiento agradable y a menudo social y hoy en día, desde la declaración de la pandemia en marzo de 2020 con la restricción de espacios abiertos y seguros donde se pueda jugar libremente, reforzó que se hayan concentrado en un lugar de entorno virtual y de entretenimiento online.  Con récords de jugadores, con las desarrolladoras regalando sus videojuegos y hasta con estudios de marketing realizando análisis de mercado que indican que saldrá favorecida una vez terminada esta crisis, la industria de los videojuegos supo tomar gran protagonismo en este contexto.

Aunque los videojuegos pueden reforzar las habilidades de atención y mejorar la agudeza visual y la percepción espacial presentando grandes desafíos cognitivos (Goleman 2013), el uso excesivo también se asocia a un gran número de problemas (Jiménez-Murcia, 2015). 

En este artículo se intentará abordar el debate acerca de cuándo el uso de los videojuegos deja de ser un juego para convertirse en un problema, y comprender las diferencias entre estos dos comportamientos.

Características actuales de los videojuegos

Los videojuegos del siglo XXI son una versión moderna de los videojuegos donde ya no solamente se trata de desafiar a la computadora, sino que también se puede competir con otros usuarios. Específicamente, en lo que se refiere a un tipo de juego, los MMORPG o Massive Multiplayer Online Role Playing Game, son plataformas con elementos de juego de rol que, a través de internet, permiten también interactuar con otros usuarios de forma simultánea. Desde su aparición, la industria ha intentado abarcar cada vez más jugadores, incluyendo más variables (enriqueciendo el gameplay y la experiencia de juego), y procurando extender en lo posible su vida útil. Su accesibilidad (365 días/24 horas), ampliada por la conexión inalámbrica libre (wifi) y el bajo costo de las tarifas, y junto con el anonimato, permite reconocer claramente sus actuaciones, cuestionarlas y/o criticarlas sin control adulto. Los factores de motivación de los adolescentes para el uso de videojuegos entre otros son la posibilidad de generar nuevas amistades, la ambición por ganar y liderar, y evadirse de los problemas de la vida real en un mundo ficticio al que pertenece el avatar (Jiménez-Murcia 2015).  

Diferentes usos de los videojuegos

Un debate actual desde la aparición de las últimas ediciones del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) en el año 2013 y de la actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades en el 2018 (IDC, por sus siglas en inglés), es que el primero no incluye las adicciones a internet como trastorno, pero propone que la adicción a los videojuegos (Internet Gaming Disorder) podría ser considerada como un trastorno adictivo no relacionado con sustancias, aunque requiere de mayor estudio y profundización (Cia, 2013). En parte para solventar este problema, la OMS puso en marcha un proceso de consulta de cuatro años de duración a fin de analizar las repercusiones de los videojuegos para la salud pública y terminó por definir claramente el «trastorno por uso de videojuegos».  

Éste se caracteriza por un «comportamiento de juego persistente o recurrente que se realiza principalmente por Internet”. Según la IDC-11, se puede diagnosticar el trastorno por uso de videojuegos cuando, durante un período de al menos 12 meses, se muestra un comportamiento caracterizado por la pérdida del control sobre el tiempo que se pasa jugando, la mayor prioridad que adquiere el juego frente a otros intereses y actividades y la continuación de esta conducta a pesar de sus consecuencias negativas (Cia, 2013). 

En Marzo de este año, paradójicamente, Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendó, entre otras cosas, jugar juegos para cuidar la salud mental. Desde la cuenta de twitter de la entidad reforzaron las recomendaciones y sumaron a los videojuegos generando un debate sobre esta recomendación, lo cual produjo cierto enojo y gran cantidad de memes en la comunidad de jugadores, dado lo que la entidad había reconocido como un “trastorno” y un “problema mental”.

Para Echeburúa (2012), cualquier actividad normal percibida como placentera es susceptible de convertirse en una conducta adictiva. La persona es incapaz de dejar el juego a pesar de las consecuencias negativas que genera, causando una dependencia cada vez más grande a esa conducta. De esta manera, el comportamiento está desencadenado por una emoción que puede variar entre un deseo intenso hasta una obsesión y es capaz de generar un síndrome de abstinencia si se deja de usar. 

Carbonell  (2014) señala que cuando el consumo no es continuado, la persona es capaz de interrumpir el juego en cualquier momento para dedicar su tiempo libre a otra actividad, sin ningún problema; no obstante cuando el consumo es desadaptativo dedica todo el tiempo posible a los videojuegos, y es probable que se dejen otras actividades para dedicarse exclusivamente a los mismos; por último, cuando el consumo es reiterado, los usuarios adaptan sus necesidades a los dispositivos ignorando necesidades básicas como comer o dormir.

Los principales factores de riesgo de esta adicción para los jóvenes son la vulnerabilidad psicológica, el estrés, las familias disfuncionales y la presión social. A su vez, los factores de protección están estrechamente relacionados con las habilidades de afrontamiento, el entorno social sano y el apoyo familiar. Un elevado tiempo de exposición a los videojuegos por parte de los adolescentes se asocia a conductas sedentarias, obesidad y problemas en el dormir entre otras relacionadas con un bajo rendimiento académico y otros trastornos conductuales (Cia, 2013). 

Vale aclarar que este avance no deja conforme a todos. 

La industria de los videojuegos y algunos investigadores y profesionales de la salud mental opinan que esto podría dar lugar a un sobrediagnóstico y a la estigmatización de los jugadores (Entertainment Software Association, 2015) ya que creen que posibilitan muchos beneficios. Goleman (2013) destaca las potencialidades de los videojuegos para facilitar el aprendizaje en una variedad de campos y el desarrollo de habilidades. Destaca las posibilidades del videojuego como recurso educativo para el desarrollo de la imaginación, de acceder a “otros mundos”, de desarrollar múltiples habilidades simultáneamente y de aumentar la capacidad de atención y de autocontrol. 

Conclusión: ni buenos, ni malos

Según Marc Prensky (2001) existe un conflicto entre aquellos a los que ha denominado inmigrantes digitales, o sea, adultos que han tenido que ir adaptándose a las nuevas tecnologías para conocer su funcionamiento y los nativos digitales, niños y jóvenes que han normalizado su uso y que por tanto han nacido con esta nueva realidad (Prensky, 2001).  Tal vez, años atrás era casi imposible pensar que un videojuego pudiera derivar en un trastorno psicológico pero esto ha traído consigo un debate entre investigadores, padres, docentes, niños y jóvenes. 

En lo que refiere a las familias, muchas se quejan del tiempo que sus hijos pasan jugando con videojuegos, pero las mismas, en muchas ocasiones no les ofrecen compartir otras actividades de mayor interés. Los videojuegos transmiten una serie de conocimientos, que no son supervisados por adultos y son los mismos adolescentes los que regulan el tipo de juego y el tiempo de uso dedicado a los mismos. Además, se considera que la posibilidad de conectarse a Internet, desde la propia habitación, por ejemplo, pone en peligro el rol de la familia y la escuela como principales fuentes de conocimiento. Son muchas las familias que desconocen y se preguntan sobre los efectos de los videojuegos, por eso es necesario ofrecer charlas y asesoramiento a todo el entorno de los adolescentes. 

En fin, los videojuegos en sí, no son buenos ni malos, sino que depende del uso que se hace de los mismos, qué relación se establece con ellos, el tiempo que se pasa jugando, la intencionalidad, y cómo es la experiencia del jugador. 

Creemos que la adicción a videojuegos es un desafío especialmente interesante para los clínicos que trabajan con niños y adolescentes, porque es necesario responder a los retos sobre la gravedad de la presentación clínica del paciente, la comorbilidad y el contexto familiar.  También es importante tener en cuenta la influencia y la presión social de la industria, los medios de comunicación y la de los propios jugadores, que van a dificultar o a contribuir en llegar a un consenso sobre su diagnóstico y tratamiento. 

El debate ya está planteado.

Referencias bibliográficas:

  • American Psychiatric Association. (2014) Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales. 5ª ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
  • Atrill, A.; Fullwood, Ch. (2018). Applied Cybersychology. Palgrave: MacMillan. (Capítulo 6)
  • Carbonell X. (2014) La adicción a los videojuegos en el DSM-5. Adicciones; 26(2):91–5.
  • Cia, A. H. (2013). Las adicciones no relacionadas a sustancias (DSM, APA, 2013): un primer paso hacia la inclusión de las adicciones conductuales en las clasificaciones categoriales vigentes. Revista Neuropsicología, 76(4), 210-217. 
  • Echeburúa Odriozola, E. (2012). Factores de riesgo y factores de protección en la adicción a las nuevas tecnologías y redes sociales en jóvenes y adolescentes”. Revista Española de Drogadependencias, 37(4), 435-447.
  • Entertainment Software Association. (2015). Essential Facts About the Computer and Video Game Industry. Recuperado de http://www.theesa.com/wp-content/uploads/2015/04/ESA-Essential-Facts-2015.pdf    
  • Goleman, D. (2013). Focus, Barcelona: Kairós
  • Jimenez-Murcia, S.; Farré Martí, J, M. (2015). Adicción a las nuevas tecnologías. ¿La epidemia del S. XXI? Siglatana: Barcelona. (Capítulo 5).
  • Prensky, M. (2001). Digital natives, digital immigrants, part 1. On the horizon, 9(5), 1-6).
  • Organización Mundial de la Salud . (2018). Mortality and Morbidity Statistics (CIE-11). Ginebra: Autor. Recuperado de https://icd.who.int/icd11refguide/en/index.html

 

 

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Diferencias de sexo en la demencia: el nivel de educación y las experiencias de angustia psicológica podrían tener efectos mediadores

  • Maria Fernanda Alonso
  • 30/11/2020

A los 65 años de edad, se prevé que 1 de cada 7 hombres desarrollará Alzheimer durante el resto de su vida, lo que genera un riesgo de por vida de aproximadamente el 14%; por su parte, la estimación correspondiente para las mujeres es del 20% (Nebel et al., 2018; S. Seshadri et al., 1997; Sudha Seshadri & Wolf, 2007). Un gran cuerpo de evidencia sugiere que las mujeres tienen mayor riesgo de desarrollar cualquier demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer. El número de personas que viven con demencia actualmente está aumentando, y se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública a nivel global. Se estima que la enfermedad de Alzheimer representa el 50-70% de todos los casos, y la mayoría de las personas que viven con demencia tienen multimorbilidad que implica cambios relacionados con el Alzheimer en combinación con otras patologías, particularmente cambios cerebrovasculares.

Científicos han determinado que el mayor riesgo de demencia de por vida entre las mujeres generalmente es atribuible a su mayor esperanza de vida. Sin embargo, es probable que el impacto del sexo y la consiguiente inequidad de género tenga otras facetas que contribuyen de igual forma al desarrollo de demencia: sobre todo por las desigualdades históricas en el acceso a la educación entre los sexos y los gradientes socioeconómicos y de género en factores de riesgo como el estrés, la depresión y el aislamiento social.

Para indagar este asunto, investigadores buscaron averiguar si las diferencias en el logro educativo (entendido como el nivel de educación alcanzado) y las experiencias de angustia psicológica general median la asociación entre el sexo femenino y la demencia.

Metodología

Los autores utilizaron datos obtenidos a través del Estudio de cohorte de nacimientos H70 de Gotemburgo y el Estudio de poblaciones prospectivas en mujeres (n = 892).  Los datos se analizaron mediante análisis factorial confirmatorio y modelado de ecuaciones estructurales con medias de mínimos cuadrados ponderados y estimación de varianza ajustada.

Por otra parte, la angustia psicológica general fue indicada por una variable latente y construida a partir de cinco elementos manifiestos (depresión previa, estrés, autoestima, soledad crónica y satisfacción con la situación social) que se midieron al inicio del estudio.

Resultados

  • Sólo el 11,9% de las mujeres de la muestra tenían educación secundaria o universitaria, mientras que el número correspondiente entre los hombres era del 26,9% (p <0,001).
  • Un mayor porcentaje de mujeres (32,3 frente a 20,0%) informaron que habían sufrido depresión anteriormente en la vida o que habían experimentado soledad crónica (13,7% frente a 6,8%). Se observó una diferencia de sexo similar para «período(s) de estrés prolongado», aunque esta asociación no alcanzó significación estadística.
  • Las calificaciones de las mujeres sobre su propia autoestima eran generalmente más bajas que las de los hombres, pero estaban algo más satisfechas con su situación social. Finalmente, durante los cinco períodos de tiempo especificados, una mayor proporción de mujeres (18,5%) que de hombres (9,1%) desarrolló demencia.

Si bien los resultados no pudieron corroborar que la educación medie directamente el efecto del sexo en la demencia, el nivel de angustia fue predicho tanto por la variable de sexo femenino (0.607, p <.001) y educación (- 0.166, p <.01) y, a su vez, demostró estar asociado significativamente con la demencia (0.167, p <.05), lo que se mantuvo después de controlar los factores de confusión. Cuando se incrementó el tiempo desde el inicio hasta el diagnóstico mediante la exclusión secuencial de los casos de demencia, el efecto de la angustia sobre la demencia dejó de ser significativo (Hasselgren et al., 2020).

Los investigadores concluyen que la desventaja social predice la angustia psicológica general, que por lo tanto constituye una vía potencial, y rara vez reconocida, entre el sexo femenino, la educación y la demencia.  Además, subrayan la importancia de prestar atención tanto a la educación como a la angustia como fenómenos «de género» al considerar la naturaleza de sus asociaciones con la demencia.

Sin embargo, señalan que se debe reconocer la posibilidad de sesgo de causalidad inversa y enfatizan la necesidad de estudios longitudinales con un seguimiento más prolongado.

Referencia bibliográfica:

  • Hasselgren, C., Ekbrand, H., Halleröd, B., Mellqvist Fässberg, M., Zettergren, A., Johansson, L., Skoog, I., & Dellve, L. (2020). Sex differences in dementia: on the potentially mediating effects of educational attainment and experiences of psychological distress. BMC Psychiatry, 20(1), 434. https://doi.org/10.1186/s12888-020-02820-9
  • Nebel, R. A., Aggarwal, N. T., Barnes, L. L., Gallagher, A., Goldstein, J. M., Kantarci, K., Mallampalli, M. P., Mormino, E. C., Scott, L., Yu, W. H., Maki, P. M., & Mielke, M. M. (2018). Understanding the impact of sex and gender in Alzheimer’s disease: A call to action. En Alzheimer’s & Dementia (Vol. 14, Número 9, pp. 1171-1183). https://doi.org/10.1016/j.jalz.2018.04.008
  • Seshadri, S., & Wolf, P. A. (2007). Lifetime risk of stroke and dementia: current concepts, and estimates from the Framingham Study. Lancet Neurology, 6(12), 1106-1114. https://doi.org/10.1016/S1474-4422(07)70291-0
  • Seshadri, S., Wolf, P. A., Beiser, A., Au, R., McNulty, K., White, R., & D’Agostino, R. B. (1997). Lifetime risk of dementia and Alzheimer’s disease. The impact of mortality on risk estimates in the Framingham Study. Neurology, 49(6), 1498-1504. https://doi.org/10.1212/wnl.49.6.1498

Fuente: BMC Psychiatry

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las personas narcisistas se involucran más que el resto en la actividad política

  • Maria Fernanda Alonso
  • 27/11/2020

¿Alguna vez creíste haber reconocido rasgos narcisistas en un líder político? Según un estudio reciente, puede que hayas acertado: los investigadores encontraron que ciertos tipos de personalidades narcisistas se relacionan positivamente con la participación y el compromiso con actividades políticas. Este hallazgo los hace pensar que pueden existir factores individuales profundamente arraigados jugando un papel importante en nuestra voluntad de participar en la política (Fazekas & Hatemi, 2020).

Metodología

Para explorar el vínculo entre el narcisismo y la participación política, el equipo de investigación condujo tres encuestas: una en Dinamarca, que contó con 2.450 participantes, y dos en los Estados Unidos, con 500 y 2.280 participantes respectivamente. En cada estudio, la participación en la política se midió a través de un cuestionario de ocho ítems, que dio una medida general de participación basada en la frecuencia con la que las personas tomaron parte en diversas actividades como firmar una petición, boicotear o comprar productos por razones políticas, participar en protestas, asistir a reuniones políticas, contactar políticos, donar dinero, contactar con los medios de comunicación y participar en foros políticos y grupos de discusión.

El narcisismo se midió utilizando el Inventario de personalidad narcisista. Se pidió a los participantes que eligieran entre dos declaraciones opuestas (por ejemplo, «insisto en obtener el respeto que se me debe» versus «por lo general, obtengo el respeto que merezco»). A partir de estas preguntas se generó una puntuación global, así como puntuaciones para diferentes facetas de los narcisismos.

Resultados

Los autores hallaron correlaciones significativas y positivas entre el narcisismo y la participación política en los tres estudios, donde descubrieron que las personas más narcisistas participaban más en la política que las menos narcisistas. La magnitud de este efecto fue similar a la de otros importantes predictores de participación política como el nivel de educación.

Sin embargo, no hubo relación entre el narcisismo y la votación en las elecciones generales, aunque esto podría estar relacionado con una alta participación: en las elecciones generales de 2011 en Dinamarca, la participación fue un 88% impresionantemente alto. Y, por su parte, votar en las elecciones de mitad de período en Estados Unidos, que tienden a tener una participación más baja, estuvo vinculado al narcisismo.

Otros hallazgos interesantes del estudio fueron: los niveles más altos de búsqueda de autoridad, capacidad de liderazgo percibida y sentimientos de superioridad se asociaron constantemente con la participación en actividades políticas. Los autores señalan que esto tiene mucho sentido: si una persona cree que tiene las cualidades de un líder, participar en la actividad política podría ser una forma de ejercer ese sentido de superioridad moral.

Por otro lado, aspectos del narcisismo como el sentimiento de detentar prerrogativas especiales o mayores derechos, la explotación y la autosuficiencia se relacionaron negativamente con la participación: las personas que mostraban estos rasgos tenían menos probabilidades de involucrarse en la política.

Sin embargo, la dirección de la causalidad en la relación entre narcisismo y participación política no está clara. ¿Qué impacto tiene la participación política en el narcisismo? En otras palabras, ¿el compromiso frecuente con la política cambia la personalidad de las personas? Si estás rodeado de personas que comparten sus convicciones políticas, no es un gran salto creer que podrías terminar sintiéndose moralmente superior a los demás. Aquellos con rasgos narcisistas latentes también pueden encontrarlos saliendo a la luz cuando se involucran en política.

Referencia bibliográfica: Fazekas, Z., & Hatemi, P. K. (2020). Narcissism in Political Participation. Personality & Social Psychology Bulletin, 146167220919212. https://doi.org/10.1177/0146167220919212

Fuente: The British Psychological Society

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Balance cerebral entre emoción y razón

  • Alejandra Alonso
  • 26/11/2020

Tanto la razón como la emoción son importantes cuando navegamos nuestra vida y por eso es necesario llegar a un balance entre ambas. En este balance un área cerebral, llamada corteza cingulada anterior (área 32), cumple un rol clave ya que mantiene el equilibrio mediante la transmisión de información entre las regiones cerebrales cognitivas y emocionales, según explica un grupo de investigadores.

¿Por qué es importante?

El equilibrio emocional es importante para tener una adecuada flexibilidad conductual y autorregulación. En los trastornos del estado de ánimo (como la depresión), el desequilibrio entre emoción y razón lleva a experimentar emociones displacenteras descontroladamente y a la incapacidad para salir de la rumia. De hecho, las personas con depresión suelen tener un área 25 hiperactiva, una región involucrada en la expresión emocional.

La regulación emocional saludable requiere la comunicación entre regiones cognitivas, como la corteza prefrontal dorsolateral, y las regiones emocionales, como el área 25, también conocida como corteza subgenual. Pero debido a que estas dos áreas están débilmente conectadas, debe haber un intermediario involucrado.

Metodología y resultados

Se utilizaron trazadores de neuronas bidireccionales para visualizar las conexiones entre la corteza prefrontal dorsolateral, el área 25 y el área 32, un posible intermediario, en los monos rhesus.

La corteza prefrontal dorsolateral se conecta a las capas más profundas del área 32, donde residen las neuronas inhibidoras más fuertes. El área 32 se conecta a cada capa del área 25, posicionándola como un poderoso regulador de la actividad del área 25. En cerebros sanos, la corteza prefrontal dorsolateral envía señales al área 32 para equilibrar la actividad del área 25, lo que permite el balance emocional. Pero en la depresión, el silencio de la corteza prefrontal dorsolateral resulta en demasiada actividad del área 25 y un procesamiento emocional fuera de control.

Referencia del estudio: Mary Kate P. Joyce, Miguel Ángel García-Cabezas, Yohan J. John, Helen Barbas. Serial prefrontal pathways are positioned to balance cognition and emotion in primates. The Journal of Neuroscience, 2020; JN-RM-0860-20 DOI: 10.1523/JNEUROSCI.0860-20.2020

Fuente: Science Daily

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  • Webinars

Elementos de la terapia dialéctica conductual para el abordaje del riesgo suicida

  • David Aparicio
  • 26/11/2020

La terapia dialéctica conductual (DBT) es un tratamiento categorizado por la APA como un tratamiento con evidencia fuerte para el abordaje del riesgo suicida y trastorno límite de personalidad, el cual se caracteriza por una desregulación emocional, conductual, cognitiva, interpersonal y de la identidad que se da principios de la edad adulta y se muestra en diferentes contextos.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

1 de cada 4 adultos informó cambios en el consumo de alcohol después de las medidas de confinamiento por COVID-19

  • Maria Fernanda Alonso
  • 26/11/2020
La modificación de hábitos y actividades fueron (y son) una consecuencia forzosa de las medidas restrictivas adoptadas con el fin de aminorar la velocidad de propagación del coronavirus. Casi inmediatamente después de que se emitieran las órdenes de quedarse en casa, 1 de cada cuatro adultos informó un cambio en el consumo de alcohol. Estas personas también reportaron mayores niveles de estrés y ansiedad (Avery et al., 2020).

Metodología

Para el estudio fueron encuestados más de 900 pares de gemelos del Registro de gemelos del estado de Washington, entre el 26 de marzo y el 5 de abril de 2020, justo después de que se emitieran las órdenes de quedarse en casa en Washington, el 23 de marzo de 2020. La muestra estuvo compuesta con gemelos porque los investigadores quisieron ver si los cambios en el consumo de alcohol y la salud mental estaban mediados por factores ambientales, genéticos o compartidos, ya que los gemelos criados en la misma familia comparten muchas experiencias formativas. Además, los mellizos (gemelos fraternos) tienen una genética común y comparten aproximadamente la mitad de sus genes, mientras que los gemelos idénticos comparten todos sus genes.

Hallazgos

  • 14% de los encuestados dijeron que bebieron más alcohol que la semana anterior y reportaron niveles más altos de estrés y ansiedad que aquellos que no bebieron alcohol y aquellos cuyo consumo se mantuvo igual.
  • El 11% que disminuyó su consumo de alcohol también tuvo niveles más altos de estrés y ansiedad, lo que sugiere que cualquier cambio en el consumo de alcohol puede estar asociado con problemas de salud mental.
Los autores hipotetizan que las personas que disminuyeron el consumo de alcohol pueden haber sido bebedores sociales, y que al verse restringidas las reuniones sociales y encuentros después del horario de trabajo, redujeron su consumo habitual de alcohol. En este estudio, los investigadores encontraron que la asociación entre los cambios en el consumo de alcohol y el estrés y la ansiedad era relativamente pequeña y estaba confundida por factores interfamiliares y características demográficas. Aún así, el vínculo entre la pandemia, el consumo de alcohol y el estrés y la ansiedad es preocupante. Si bien los científicos esperaban que la gente cambie sus hábitos de consumo de alcohol en un futuro, estos resultados dan cuenta de la necesidad de extender más apoyo para la salud mental de la población general debido a que el impacto que tuvo en las personas fue inmediato.Referencia bibliográfica: Avery, A. R., Tsang, S., Seto, E. Y. W., & Duncan, G. E. (2020). Stress, Anxiety, and Change in Alcohol Use During the COVID-19 Pandemic: Findings Among Adult Twin Pairs. Frontiers in Psychiatry / Frontiers Research Foundation, 11, 571084. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2020.571084Fuente: Science Daily

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Investigadores identifican proceso para regenerar neuronas en el ojo y el cerebro

  • Maria Fernanda Alonso
  • 25/11/2020

Investigadores de las universidades de Notre Dame, Johns Hopkins, la Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Florida identificaron redes de genes que regulan el proceso responsable de determinar si las neuronas se regenerarán en ciertos animales, como el pez cebra (Hoang et al., 2020). Los autores señalan que este hallazgo, en principio, prueba que es posible regenerar las neuronas de la retina, y creen que el proceso de regeneración de neuronas en el cerebro puede ser similar.

¿Por qué es importante?

Las enfermedades neurodegenerativas son patologías en las que se produce un deterioro progresivo del sistema nervioso central. La muerte de las neuronas, ya sea en el cerebro o en el ojo, puede resultar en una serie de trastornos neurodegenerativos humanos, desde la ceguera hasta la enfermedad de Parkinson. Los tratamientos actuales para estos trastornos solo pueden retardar la progresión de la enfermedad, porque una vez que una neurona muere, no se puede reemplazar.

Metodología

Fueron mapeados los genes de animales que tienen la capacidad de regenerar neuronas de la retina. Por ejemplo, cuando se daña la retina de un pez cebra, las células llamadas glía de Müller pasan por un proceso conocido como reprogramación. Durante la reprogramación, las células de la glía de Müller cambiarán su expresión génica para convertirse en células progenitoras, o células que se utilizan durante el desarrollo temprano de un organismo. Por lo tanto, estas células ahora parecidas a progenitores pueden convertirse en cualquier célula necesaria para reparar la retina dañada. Al igual que el pez cebra, las personas también tienen células gliales de Müller. Sin embargo, cuando la retina humana está dañada, las células de la glía de Müller responden con gliosis, un proceso que no les permite reprogramarse.

Reprogramación y gliosis: ¿procesos similares?

Una vez que determinaron los diferentes procesos animales orientados a la recuperación del daño, los investigadores quisieron saber si el camino que recorre la glía de Müller era el mismo en animales que pasan por procesos de regeneración y no regeneración, ya que si se quiere utilizar éstas células para regenerar las neuronas de la retina en las personas, primero habría que determinar si se necesita redirigir la ruta actual de la glía de Müller o si se requiere un proceso completamente diferente.

Hallazgos

Descubrieron que el proceso de regeneración solo requiere que el organismo «vuelva a encender» sus primeros procesos de desarrollo. Además, los investigadores pudieron demostrar que durante la regeneración del pez cebra, la glía de Müller también atraviesa la gliosis, lo que significa que los organismos que pueden regenerar las neuronas de la retina siguen un camino similar al de los animales que no pueden. Si bien la red de genes en el pez cebra fue capaz de mover las células de la glía de Müller de la gliosis al estado reprogramado, la red de genes en un modelo de ratón bloqueó la reprogramación de la glía de Müller. A partir de ahí, los investigadores pudieron modificar las células de la glía de Müller del pez cebra a un estado similar que bloqueó la reprogramación y al mismo tiempo lograron que un modelo de ratón regenerara algunas neuronas de la retina. Los autores continúan investigando con el objetivo de identificar la cantidad de redes reguladoras de genes responsables de la regeneración neuronal y exactamente qué genes dentro de la red son responsables de regular la regeneración.

Referencia bibliográfica: Hoang, T., Wang, J., Boyd, P., Wang, F., Santiago, C., Jiang, L., Yoo, S., Lahne, M., Todd, L. J., Jia, M., Saez, C., Keuthan, C., Palazzo, I., Squires, N., Campbell, W. A., Rajaii, F., Parayil, T., Trinh, V., Kim, D. W., … Blackshaw, S. (2020). Gene regulatory networks controlling vertebrate retinal regeneration. Science, 370(6519). https://doi.org/10.1126/science.abb8598

Fuente: Science Daily

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Telesalud y entrenamiento a padres y madres de niños con TEA

  • Alejandra Alonso
  • 24/11/2020

Un estudio, publicado en el prestigioso Journal of Applied Behavior Analysis, evaluó la utilización del entrenamiento virtual a padres y madres de niños y niñas con trastorno del espectro autista (TEA) como un enfoque efectivo y accesible utilizado durante la pandemia por COVID-19 (o en situaciones donde la instrucción en persona no es posible).

¿Por qué es importante?

El equipo de investigadores señala que las madres y los padres tienen un rol clave en el tratamiento de niños y niñas con trastorno del espectro autista. A través de la metodología de ABA se realiza un entrenamiento parental para reducir problemas de conducta e incrementar comportamientos adaptativos (como la comunicación y las habilidades sociales).

Es por eso que desarrollar entrenamientos efectivos, eficientes y accesibles que ellos puedan implementar en casa cobra tanta relevancia.

Las razones por las cuales las personas no tienen acceso a dichos entrenamientos son de tipo geográfico, económico, relacionadas con el tiempo o… la gran sorpresa de este año, debido a la pandemia.

Metodología

Se trató de un estudio aleatorio controlado (RCT) donde se reclutó a 25 personas (de las cuales 21 eran mujeres) que tenían un hijo o hija con un diagnóstico de trastorno del espectro autista y no tenían experiencia con intervenciones de ABA. Se asignó aleatoriamente a 13 personas al grupo que recibiría el tratamiento virtual en intervenciones conductuales intensivas tempranas (EIBI por sus siglas en inglés), mientras que el resto formó parte del grupo control (continuaban con el programa conductual que ya utilizaban).

El estudio evaluó qué tan bien los padres implementaron los procedimientos conductuales que aprendieron a través de la capacitación virtual y role-play con guión con un especialista. Antes y después del aprendizaje virtual, observadores entrenados observaron videos de cómo los padres y las madres de ambos grupos respondieron a los investigadores que usaron un guión para simular comportamientos apropiados, como iniciar una conversación, y comportamientos problemáticos, como la agresión.

Resultados

Los padres y las madres en el grupo de tratamiento mostraron mejoras grandes y estadísticamente significativas comparados con el grupo que no recibió la capacitación.

Al evaluar el entrenamiento virtual, le dieron 6.6 puntos en una escala del 1 al 7, indicando una metodología fácil de usar, abarcadora y efectiva.

Los hallazgos son prometedores ya que muestran que es posible el entrenamiento parental de forma virtual y que las personas lo encuentran posible y efectivo, ayudando a los niños y niñas con TEA a recibir entrenamiento en la vida diaria y a sus cuidadores a manejar conductas y ayudarles a comunicarse mejor y disfrutar de actividades como salir a cenar.

Limitaciones

  1. La muestra estaba compuesta mayormente por mujeres.
  2. Los padres y las madres completaron los módulos de enseñanza a su propio ritmo y algunos se tomaban muchísimo tiempo, lo que podría haber tenido un efecto en el programa conductual de su hijo o hija.
  3. No se midió el desempeño parental en cada habilidad que el entrenamiento virtual enseñaba, y por eso la influencia de cada módulo en el dominio mostrado por padres y madres se desconoce.
  4. Por último, no se evaluó el desempeño de cada madre y padre con su hijo o hija.

Referencia del estudio: Wayne W. Fisher, Kevin C. Luczynski, Andrew P. Blowers, Megan E. Vosters, Maegan D. Pisman, Andy R. Craig, Stephanie A. Hood, Mychal A. Machado, Aaron D. Lesser, Cathleen C. Piazza. A randomized clinical trial of a virtual‐training program for teaching applied‐behavior‐ analysis skills to parents of children with autism spectrum disorder. Journal of Applied Behavior Analysis, 2020; DOI: 10.1002/jaba.778

Fuente: Science Daily

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