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Publicaciones por mes

julio 2020

75 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Madres y padres primerizos con pensamientos intrusivos: cómo afrontarlos

  • Alejandra Alonso
  • 10/07/2020

Muchas madres y padres pueden experimentar pensamientos intrusivos muy incómodos del tipo: “Y si el bebé deja de respirar”, “y si siente demasiado calor”, ”y si se cae por la ventana”.

Estos pensamientos intrusivos, que no son bienvenidos por la persona y pueden tomar la forma de pensamientos o imágenes, parecen venir de la nada y son muy perturbadores.

Se sabe que todos los experimentamos ocasionalmente. Por ejemplo, puedes estar pasando por un puente y experimentar un pensamiento sobre un accidente allí. La mayoría de las veces no les ponemos mucha atención, pero cuando estamos muy estresados y sentimos el peso de las responsabilidades, puede que sea más difícil ignorarlos.

Sumado a esto, la pandemia ha hecho que muchas mamás y papás se sientan como padres primerizos de nuevo.

Aunque estos pensamientos intrusivos pueden ser señal de un trastorno perinatal del estado de ánimo, un estudio conducido por Jonathan Abramowitz (2006), donde participaron 43 madres y 42 padres desde el segundo trimestre de embarazo hasta tres meses después del parto, encontró que el 91% de las madres y el 88% de los padres experimentaba pensamientos intrusivos sobre el recién nacido.

Abramowitz expresa que no son poco comunes los pensamientos de que el bebé se cae de las escaleras, se atraganta o se ahoga. Cualquier madre o padre quedaría desconcertada/o con estos pensamientos y confundidas/os sobre su habilidad para cuidar de sus hijas e hijos.

Si bien estos pensamientos pueden ser aterradores, el mayor problema reside en la interpretación que hacemos de ellos. Cuando los etiquetamos como negativos el cerebro les da mas peso y es por eso que muchas veces se tiene problemas para dejarlos ir.

Tanto Abramowitz como la Dra. Nichole Fairbrother coinciden en que estos pensamientos suelen tener una función adaptativa (si te preocupa que el bebé se caiga por las escaleras, es probable que seas mucho más cuidadoso al acercarte a una). Sin embargo, hay estrategias que pueden ser utilizadas para relacionarnos de forma diferente con ellos y reducir la ansiedad que provocan.

Tomar distancia de las emociones

El famoso psicólogo Stefan Hofmann explica que una forma de desarmar los pensamientos intrusivos es reconocer que no te definen, que no dictan quien eres. Cantar el pensamiento con un ritmo inventado o poniéndole la música de una canción que conozcas, o repetir el pensamiento una y otra vez puede ayudar a que esos pensamientos pierdan fuerza.

Se trata de una técnica conductual para separar el pensamiento de las emociones, ayudando a la mente a cambiar la dirección. Al no ver los pensamientos como amenazas, podemos darnos cuenta que son solo eso, pensamientos.

Nota el estrés y déjalo ser

Tratar de ignorar los pensamientos y sentimientos no es efectivo y puede incluso empeorar la situación. La técnica de mindfulness o conciencia plena tiene muchos ejercicios que pueden ayudarte a relacionarte con ellos de forma diferente.

La dra. Carla Naumburg recomienda un ejercicio llamado “notar”, que se refiere a prestar atención a nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos: “”Estoy pensando en….” o ”mira esa preocupación que apareció”. Te puede ayudar a transformar los pensamientos intrusivos en algo que te de curiosidad. También puedes aprender mindfulness con aplicaciones como Headspace.

Busca apoyo de familiares y pares

El contenido de los pensamientos intrusivos puede hacer que muchas madre y padres sientan vergüenza de compartirlos con alguien. Sin embargo, nuestros seres queridos pueden ayudar mostrando empatía.

Un estudio encontró que el apoyo positivo de pares puede reforzar la competencia parental y facilitar la transición (Esmaelzadeh Saeieh, et al., 2017). Los grupos de apoyo en línea, formados durante la pandemia también pueden ser fuente de alivio.

Busca ayuda profesional si afectan la crianza

Para algunas mamás, los pensamientos intrusivos son tan intensos que parecen impulsos incontrolables, llevando a conductas compulsivas que mantienen esos pensamientos por más tiempo y generan sufrimiento. Dichos comportamientos pueden ser signo de un trastorno obsesivo compulsivo posparto. Aunque las madres que sufren de depresión posparto o ansiedad posparto, también pueden experimentar pensamientos intrusivos, éstos suelen ser severos y persistentes en el TOC.

Por supuesto, la pandemia puede empeorar los miedos y hacer que muchas madres se enfoquen en la contaminación al punto de sentirse incapacitadas. Si los pensamientos interfieren con la habilidad de una madre para cuidarse a sí misma o a su bebé, es momento de buscar ayuda profesional, que suele consistir de psicoterapia, grupos de apoyo y, de ser necesario, medicación.

Referencias bibliográficas:
Abramowitz JS, Khandker M, Nelson CA, Deacon BJ, Rygwall R. The role of cognitive factors in the pathogenesis of obsessive-compulsive symptoms: a prospective study. Behav Res Ther. 2006;44(9):1361-1374. doi:10.1016/j.brat.2005.09.011

Esmaelzadeh Saeieh, S., PhD, Rahimzadeh, M., PhD, Yazdkhasti, M., PhD, & Torkashvand, S., Ms. (2017). Perceived Social Support and Maternal Competence in Primipara Women during Pregnancy and After Childbirth. International Journal of Community Based Nursing and Midwifery, 5(4), 408-416. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29043286

Fuente:New York Times

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  • Apps para psicólogos

Cómo guardar artículos de la web para leer después

  • David Aparicio
  • 10/07/2020

Leer en internet puede ser un poco abrumador. Todos los días se publican miles de artículos interesantes, pero no tenemos tiempo para leerlos; muchas veces encontramos artículos que realmente queremos leer pero están llenos de publicidad intrusiva que no nos deja pasar del primer párrafo; o la página tiene un diseño poco atractivo con letras muy pequeñas y colores molestos.

Una manera fácil de resolver esto es con una aplicación para guardar artículos y leer después. Existen muchas alternativas y en el pasado comenté los beneficios de una de ellas. Pero en esta ocasión quiero recomendar Pocket, la mejor app del momento en esta categoría.

Pocket es una aplicación que permite almacenar cualquier artículo que encuentres en la web para leerlo después sin necesidad de una conexión a internet. Pocket limpia el artículo, elimina los anuncios intrusivos, ajusta el tipo de letra y fondo y modifica todo lo necesario para que tengas la mejor experiencia de lectura web.

Funciones principales de Pocket:

  1. Configuración de apariencia: Puedes seleccionar el tipo y tamaño de letra, color de fondo y hasta puedes habilitar el modo nocturno para leer mas cómodamente en la noche.
  2. Resaltado: Puedes resaltar cualquier línea de texto que se almacenan como notas independientes, puedes compartirlas en las redes sociales o copiarlas para usarlas en otras aplicaciones.
  3. Escucha tus artículos: Con esta opción puedes escuchar los artículos que almacenas, y te permite elegir entre una voz masculina o femenina. Esta es una de las opciones que más me gustan y la utilizo mucho cuando voy en el auto o cuando hago una rutina de ejercicios.
  4. Añadir etiquetas: con las etiquetas puedes organizar los artículos en distintas categorías. Por ejemplo: recetas, psicología, deportes, o el tema que se te ocurra.
  5. Descubrir nuevos artículos: Pocket tiene una estupenda opción para encontrar artículos relacionados con temáticas específicas como: tecnología, finanzas, salud, viajes, etc.

Las funciones que acabo de describir son gratuitas. Pero Pocket también ofrece una suscripción anual o mensual con algunos agregados importantes para los ávidos lectores.

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Para usar Pocket, solo tienes que descargar la aplicación para móviles o la extensión para el navegador y listo. Cada vez que encuentres un artículo que quieras guardar haces click en el botón de Pocket (en la computadora puedes hacer click derecho) y automáticamente lo almacenará. Es muy muy fácil y viene bien en estos momentos donde necesitamos sentir un poco de orden, control y tranquilidad. Aunque solo sea en lo que queremos leer.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las relaciones sociales protegerían contra las consecuencias negativas en salud mental asociadas a la discriminación racial

  • Maria Fernanda Alonso
  • 10/07/2020

Se ha relacionado la exposición a la discriminación racial con resultados adversos para la salud, incluida la obesidad, el asma, la mala salud mental y la mortalidad. Al investigar este vínculo, un nuevo estudio halló que entre las personas que informaron haber experimentado discriminación racial, el contacto social más frecuente se asoció con una menor probabilidad de sufrir problemas de salud mental, disminuyendo de este modo las probabilidades de que la persona padezca las consecuencias de salud (Bergeron et al., 2020). Estos hallazgos son relevantes a nivel de intervenciones en salud pública, sostiene el equipo de investigación liderado por Bergeron.

Los investigadores analizaron los datos de la encuesta Determinantes Sociales de la Salud (DSS) del año 2017, del Departamento de Salud e Higiene Mental (SDH) de la Ciudad de Nueva York. El estudio entrevistó a 2335 adultos que viven en la ciudad de Nueva York que fueron categorizados como blancos, negros, latinos, asiáticos / isleños del Pacífico u otros/multirraza. Se preguntó a los participantes si habían experimentado discriminación interpersonal debido a su raza, origen étnico o color en:

  • el trabajo 
  • la escuela
  • un lugar público
  • la corte o por la policía 
  • cuando se les atendía en una tienda/restaurante
  • al solicitar un trabajo 
  • al acceder a una vivienda
  • al acceder a la atención médica
  • al recibir servicios financieros

Además, se les pidió que calificaran si su salud general era «muy buena,» «buena,» «regular» o «mala.» Luego indicaron el número de días dentro de los últimos 30 cuando: su salud mental era «no buena,» cuando su salud física era «no buena», y cuando su salud física o mental había interferido con sus actividades regulares. El contacto social de los sujetos se evaluó preguntándoles con qué frecuencia en los últimos 30 días se habían reunido con al menos un familiar o amigo. Algunas veces al mes o menos se consideró contacto social de baja frecuencia y una vez a la semana o más se consideró contacto social de alta frecuencia.

La prevalencia de la discriminación racial fue alta, con un 47% de los encuestados que informaron haber experimentado discriminación racial en al menos uno de los nueve dominios. Como era de esperar, el origen étnico tuvo un impacto en la probabilidad de sufrir discriminación racial. El 65% de los negros, el 52% de los isleños de Asia/Pacífico, el 52% de los latinos y el 29% de los blancos reportaron sufrir discriminación racial.

No hubo una asociación significativa entre la exposición a la discriminación racial y la salud general autoinformada de los participantes. Sin embargo, en comparación con aquellos que no informaron discriminación racial, los que experimentaron discriminación racial en tres o más dominios informaron 1.4 días más (dentro de los últimos 30 días) en que su salud física no era buena y 1.6 días más en que su salud mental no era. bueno. También informaron 1.7 días más en que sus actividades regulares se vieron afectadas por su salud mental o física.

El equipo de investigación descubrió un vínculo entre el contacto social y la probabilidad de experimentar salud mental deficiente entre quienes sufren discriminación racial.

«Entre los expuestos a la discriminación racial, la probabilidad de experimentar problemas de salud mental fue menor entre aquellos que tuvieron contacto con familiares o amigos fuera de su hogar al menos una vez por semana, en comparación con aquellos que tuvieron contacto social con menos frecuencia (p = 0.009),” informaron.

Entre las limitaciones, Bergeron y sus colegas expresan que su estudio no puede explicar las diferencias en la forma en que las personas perciben y denuncian la discriminación racial. Podría ser que algunos minimicen sus experiencias, mientras que otros son más observadores. Además, no se sabe si los informes de discriminación racial de los blancos se pueden comparar con la discriminación racial denunciada por grupos minoritarios.

Referencia bibliográfica:

Bergeron, G., Lundy De La Cruz, N., Gould, L. H., Liu, S. Y., & Levanon Seligson, A. (2020). Association between racial discrimination and health-related quality of life and the impact of social relationships. Quality of Life Research: An International Journal of Quality of Life Aspects of Treatment, Care and Rehabilitation. https://doi.org/10.1007/s11136-020-02525-2

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Subestimamos la destructividad del perfeccionismo?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 10/07/2020

Desconexión social y estrés son generados por el perfeccionismo y esto, posteriormente, puede conducir a síntomas depresivos, según los hallazgos de un nuevo estudio (Smith et al., 2020). 

Martin M. Smith, autor de la investigación, declara que mal entendemos y subestimamos la destructividad del perfeccionismo, una epidemia actual. “El perfeccionismo no es saludable, positivo, adaptativo o funcional. Más bien es un problema grave que puede causar un profundo daño psicológico. Como tal, si un lector está luchando con el perfeccionismo, lo aliento a hablar con un profesional de la salud mental,” dijo Smith. “No hay una píldora que pueda tratar el perfeccionismo. Dicho esto, hay pruebas convincentes de que el perfeccionismo es tratable, especialmente en el contexto de las psicoterapias a largo plazo.”

¿Qué relación tiene el perfeccionismo con los síntomas depresivos? 

Para encontrar una respuesta, su equipo partió por denominar “preocupaciones perfeccionistas” a la percepción de que otros nos exigen perfección, y “esfuerzos perfeccionistas” a la demanda propia de perfección. Luego, realizaron un metanálisis de 18 estudios longitudinales, que incluyeron a 5.568 participantes en total. 

Smith y sus colegas descubrieron que mayores preocupaciones perfeccionistas y esfuerzos perfeccionistas predijeron aumentos futuros en los síntomas depresivos.

Los investigadores también encontraron evidencia de que el estrés y la desconexión social explicaban parcialmente el vínculo entre el perfeccionismo y la depresión. Las mayores preocupaciones perfeccionistas se asociaron con mayor estrés y desconexión social, mientras que los mayores esfuerzos perfeccionistas se asociaron con mayor desconexión social, pero no con el estrés.

“Las personas con altas preocupaciones perfeccionistas parecen pensar, sentir y comportarse de manera que aumenta la probabilidad de experimentar y provocar eventos estresantes, dejándolos vulnerables a los síntomas depresivos,» explicaron los investigadores.

Además, “establecer conexiones significativas con los demás a menudo es difícil para las personas con preocupaciones perfeccionistas, ya que la aprobación, la aceptación y el amor de los otros solo se consideran cercanos si logran resultados perfectos. Del mismo modo, las personas con un alto nivel de esfuerzos perfeccionistas con frecuencia persiguen objetivos milenarios, a expensas de objetivos colectivos, que especulamos hace que pierdan o ignoren las posibilidades de participar en relaciones significativas, lo que, a su vez, conduce a síntomas depresivos.”

Al trabajar con un profesional de la salud mental, la autocompasión sería el eje fundamental del tratamiento para abordar el perfeccionismo y su vínculo con los síntomas depresivos. Para saber más sobre esto, te invito a que leas el artículo Armándonos de autocompasión para tratar el perfeccionismo.

Referencia bibliográfica:

Smith, M. M., Sherry, S. B., Vidovic, V., Hewitt, P. L., & Flett, G. L. (2020). Why does perfectionism confer risk for depressive symptoms? A meta-analytic test of the mediating role of stress and social disconnection. En Journal of Research in Personality (Vol. 86, p. 103954). https://doi.org/10.1016/j.jrp.2020.103954

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La impulsividad y la angustia psicológica serían predictores del uso problemático de éxtasis

  • Maria Fernanda Alonso
  • 09/07/2020

Altos niveles de angustia psicológica y la mayor impulsividad se relacionan con una fuerte tendencia a utilizar éxtasis para abordarlas, lo cual desemboca en mayor riesgo de consumo problemático de éxtasis, según los hallazgos una nueva investigación (Meikle et al., 2020). 

El uso o consumo frecuente de grandes cantidades de éxtasis no siempre se traduce en problemas de uso, señala Sally Meikle, autora del estudio. “Solo una pequeña proporción de personas que usan éxtasis desarrollan problemas asociados, como dificultades para controlar el uso de la droga.”

Su equipo de investigación encuestó a 483 personas de 34 países diferentes que habían usado éxtasis en al menos una ocasión. Aproximadamente el 10% de la muestra obtuvo un puntaje superior al límite de posible «dependencia» según un cuestionario de autoinforme. Estos participantes indicaron que pensaban que su consumo de éxtasis estaba fuera de control, les preocupaba su uso de éxtasis y deseaban poder parar.

Los investigadores también encontraron que este tipo de consumo problemático de éxtasis estaba asociado con dos factores psicológicos: experimentar angustia psicológica y ser más impulsivos se relacionó con un mayor riesgo de desarrollar problemas asociados con el uso de la droga.

«Lo que podemos sacar de estos resultados es que los intentos de frenar los problemas de consumo de éxtasis deberían reconocer la diversidad de usuarios y sus motivos de uso,» señala la autora.

Los investigadores controlaron variables como la edad, la educación y el nivel general de consumo de éxtasis. 

“Esta investigación es un paso inicial para comprender por qué algunos usuarios de éxtasis desarrollan problemas,” señalan los autores, que utilizaron una encuesta online para recopilar datos transversales de usuarios de éxtasis. Destacan que esta fue una limitación del estudio, por lo que se necesitan datos longitudinales para estar seguros de las relaciones de causa y efecto.

Referencia bibliográfica:

Meikle, S., Carter, O., & Bedi, G. (2020). Individual differences in distress, impulsivity, and coping motives for use as predictors of problematic ecstasy use. En Addictive Behaviors (Vol. 108, p. 106397). https://doi.org/10.1016/j.addbeh.2020.106397

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Por qué las neuronas formadoras de memoria son vulnerables al Alzheimer?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 09/07/2020

La neurodegeneración provocada por la enfermedad de Alzheimer es un proceso paulatino que varía de acuerdo a su gravedad. Los investigadores han identificado un grupo de “neuronas vulnerables” que son las primeras en sufrir la degradación que produce esta enfermedad. Dichas neuronas se ubican en la corteza entorrinal y son las responsables de trasladar las experiencias a los recuerdos (que son los primeros en irse).

Un nuevo estudio avanza sobre el funcionamiento interno de este subconjunto de neuronas y describe los factores moleculares que hacen que las células cerebrales entorrinales sean especialmente sensibles a la degeneración. El resultado es una breve lista de genes que podrían representar nuevos objetivos de tratamiento farmacológicos, sostienen los autores (Roussarie et al., s. f.).

El primer signo de Alzheimer es la acumulación de A péptidos, que forman placas en todo el cerebro. El segundo signo de la enfermedad es una mezcla de proteínas tau conocidas como ovillos neurofibrilares que se forman después de la acumulación de placas y obstruyen el interior de las neuronas. A diferencia de las placas amiloides, este último grupo de proteínas inicialmente se agrupa únicamente dentro de un grupo distinto de células de la corteza entorrinal. La gran previsibilidad del proceso lo convierte en un objetivo terapéutico atractivo.

Los investigadores se propusieron catalogar los factores genéticos que hacen que las neuronas entorrinales sean especialmente vulnerables a los ovillos neurofibrilares.

La mayor barrera para estudiar estas células cerebrales fue la ausencia de una forma fácil de distinguir las neuronas vulnerables de sus vecinas. Para el equipo de Jean-Pierre Roussarie, autor del estudio, BacTRAP proporcionó una respuesta. Esta tecnología desarrollada en Rockefeller por Greengard y Nathaniel Heintz, permite catalogar proteínas dentro de poblaciones específicas de neuronas en ratones.

«Necesitábamos algo así como una microdisección de estas neuronas del complejo y sofocante recipiente del cerebro,» dice Marc Flajolet, jefe interino del laboratorio y coautor del estudio.

Con BacTRAP los investigadores aislaron las neuronas vulnerables y analizaron cómo difieren, genéticamente, de las células cerebrales más resistentes. Un equipo de la Universidad de Princeton dirigido por Olga Troyanskaya diseñó algoritmos informáticos para ayudar al equipo de Roussarie a centrarse solo en las anomalías genéticas que probablemente sean más relevantes para la neurodegeneración.

«El objetivo era formar una vista panorámica, en lugar de una lista de genes,» dice Flajolet. «Solo a través de estos sofisticados marcos de análisis de datos se puede llegar al fondo de algo tan complicado como la cascada neurodegenerativa en la enfermedad de Alzheimer».

Los hallazgos destacan un conjunto de genes que probablemente están involucrados en hacer que las neuronas de la corteza entorrinal sean objetivos fáciles para la degeneración.

Se cree que el más irresistible de ellos desempeña un papel importante en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer, determinando si las proteínas tau se agrupan en ovillos neurofibrilares en primer lugar. El gen produce una proteína llamada PTBP1, un llamado factor de empalme que dirige a las células a crear uno de los dos subtipos de proteína tau. Estudios anteriores han demostrado que los grupos proteicos característicos de la enfermedad de Alzheimer se producen específicamente cuando se altera la proporción de estos dos tipos de tau, y los nuevos hallazgos sugieren que la enfermedad podría ser impulsada por células cuyos niveles de variante de tau se alteran.

«Cuando apareció tau, hubo mucha emoción», dice Vicky Yao, profesor asistente de ciencias de la computación en la Universidad de Rice y coautor del informe Neuron. Los autores sostienen que al descubrir qué hace que las neuronas sean más vulnerables, eso puede conducir a múltiples vías para disminuir su vulnerabilidad. Prevenir y tratar la neurodegeneración probablemente involucrarán diversos enfoques, agrega Roussarie. 

Es posible que los medicamentos futuros necesiten enfocarse en la formulación de la placa, así como en los ovillos neurofibrilares, por ejemplo, y el primer paso para prevenir el último será comprender qué hace que algunas neuronas sean propensas a enredarse en primer lugar.

Referencia bibliográfica:

Roussarie, J.-P., Yao, V., Plautz, Z., Kasturia, S., Albornoz, C., Schmidt, E. F., Brichta, L., Barnea-Cramer, A., Heintz, N., Hof, P., Heiman, M., Flajolet, M., Troyanskaya, O., & Greengard, P. (s. f.). Selective neuronal vulnerability in Alzheimer’s disease: a network-based analysis. https://doi.org/10.1101/499897

Fuente: Science Daily

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El sentido del olfato tendría un papel fundamental en el proceso adictivo

  • Maria Fernanda Alonso
  • 09/07/2020

Según un nuevo estudio, las personas que toman café habitualmente son capaces de detectar su olor en umbrales más bajos y también son más rápidos para identificarlo (Stafford et al., 2020). Los hallazgos proporcionan una nueva visión de los cambios sensoriales que acompañan el consumo de drogas.

Muchas investigaciones en esta área se enfocan en los procesos visuales y cómo las señales asociadas a las drogas (como un paquete de cigarrillos o una botella de cerveza) condicionan a los consumidores. Pero incluso mucho tiempo después de que una persona adicta pase el periodo de abstinencia, al verse expuesta a tales señales puede recaer en las ansias por la droga y en su consumo. Explica el autor del estudio, Lorenzo Stafford, que esto puede verse explicado en el hecho de que la mayoría de nuestras experiencias de vida más ricas son multisensoriales, “por lo que parece probable que otros sentidos también desempeñen un papel en el proceso adictivo.»

Para saber qué tan precisas eran las personas que consumían café (en distintas cantidades) para detectar olores relacionados al café, los investigadores realizaron dos experimentos:

  • En el primero participaron 62 sujetos, y se haló que los que bebieron la mayor cantidad de café pudieron identificarlo en concentraciones más débiles y fueron más rápidos para identificar su olor. Además, aquellos que consumieron más cafeína tenían más probabilidades de indicar que tenían un deseo más fuerte de cafeína. De hecho,” un mayor deseo, específicamente el que midió la capacidad de la cafeína para revertir los síntomas de abstinencia como la fatiga, se relacionó con mayor sensibilidad en la prueba de detección de olores,» señaló Stafford.
  • El segundo experimento, que incluyó a otros 32 participantes, encontró que los consumidores de cafeína eran más sensibles al olor del café, pero no eran más sensibles a otros olores.

El autor concluye en base a estos hallazgos que «procesos bastante básicos en la detección olfativa están vinculados a comportamientos complejos como el consumo de drogas y la adicción.» Y por lo tanto, entiende que la capacidad para detectar el olor (del café en este caso) estaba relacionada con su consumo habitual y con los deseos de consumirlo, no sólo con el hecho de haber tenido mayor exposición a su olor.

“La investigación de otro laboratorio ha sugerido que crear una respuesta aversiva a un olor específico es relativamente rápido y fácil en humanos,” señala Stafford, y plantea que esto puede ofrecer un protocolo para el desarrollo de una terapia enfocada en el aspecto del deseo, y orientada a ayudar a las personas a dejar los hábitos no deseados del consumo de drogas.

Referencia bibliográfica:

Stafford, L. D., Damant, K., Ashurst, S., & Parker, M. O. (2020). Higher olfactory sensitivity to coffee odour in habitual caffeine users. Experimental and Clinical Psychopharmacology, 28(2), 245-250. https://doi.org/10.1037/pha0000293

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los psicólogos que salvaron a Coca-Cola

  • Ignacio Sandino
  • 09/07/2020

Es difícil creerlo, pero para el año 1911 la industria Coca-Cola estuvo en riesgo de descontinuar la producción y distribución de su producto insigne, o al menos obligada a eliminar uno de los ingredientes de su fórmula.

Sucede que bajo las investigaciones del Federal Pure Food and Drug Act, Coca-Cola fue acusada de agregar un producto químico peligroso a su bebida: la cafeína. Para ese entonces ya había indicios de que la cafeína tenía un alto índice adictivo (en ese momento fue un escándalo que Coca-Cola vendiera su producto a la niñez), además se mencionaba que sus propiedades estimulantes “encubrían” la necesidad que todos tenemos de descansar cuando estamos fatigados.

En 1909, los embarques con envíos de jarabe de coca fueron confiscados por agentes federales en Tennessee. Dos años más tarde, Coca-Cola se encontraba en la corte, defendiendo su producto.

Los psicólogos

Harry y Leta Hollingworth 

En 1911, Harry Hollingworth era un joven profesor de psicología en el Barnard College de Nueva York. Su esposa, Leta, también apuntaba a una carrera profesional como psicóloga. Se habían casado unos años antes y el plan de Leta era trabajar como docente en Nueva York, mientras Harry terminaba sus estudios de postgrado y comenzaba su carrera profesional. Hasta entonces Leta iría a la escuela de posgrado.

Desafortunadamente, al poco tiempo Leta descubrió una de las realidades de ser una mujer casada a principios del siglo XX en Nueva York: la junta escolar de la ciudad no permitía a las mujeres casadas entrar a programas de posgrado. Las dificultades financieras inmediatas afectaron a la joven pareja y, cuando la Compañía Coca-Cola ofreció dinero a Harry para investigar los efectos de la cafeína, la necesidad financiera lo llevó a estar de acuerdo con la propuesta. Para su crédito, Hollingworth insistió (y Coca-Cola estuvo de acuerdo) en que se le permitiera publicar sus resultados, fueran o no favorables a la empresa.

Harry y Leta colaboraron en el diseño de los estudios que finalmente completaron, una elaborada serie de experimentos que duraron más de un mes. Con dinero de Coca-Cola, alquilaron un gran apartamento en el que realizaron la investigación, con las sesiones diarias de recolección de datos bajo la supervisión de Leta. Cinco salas fueron establecidas como laboratorios separados, con estudiantes graduados sirviendo como experimentadores. Se utilizaron una variedad de pruebas mentales y físicas, que iban desde el tiempo de reacción hasta la coordinación motora. La muestra estuvo compuesta por 16 participantes.

Metodológicamente, los Hollingworth pusieron en práctica varios de los conceptos que se utilizan en la actualidad en el diseño y elaboración de investigaciones. Entre ellos:

  1. Balance de equilibrio. Con N=16 y un mes de investigación, podemos fácilmente inferir que cada tema fue probado muchas veces. Como con cualquier diseño de medidas repetidas, los efectos de pedido se controlaron a través de un contrapeso. Por ejemplo, en uno de los estudios, los participantes giraron entre cinco habitaciones diferentes en el apartamento, completando una serie de pruebas en cada habitación. El orden en el que fueron examinados en las habitaciones fue aleatorio, en esencia un contrabalanceo parcial.
  2. Control de placebo. Los participantes fueron examinados después de tomar píldoras que contenían cafeína o una sustancia de azúcar. Un grupo de estudio incluyó cuatro grupos, un control placebo, y tres grupos de cafeína, cada uno con una dosis diferente. Por lo tanto, los Hollingworth fueron capaces de examinar no sólo los efectos de la cafeína, sino también los efectos de la dosis.
  3. Doble ciego. Los participantes no sabían si estaban recibiendo cafeína o un placebo, y los experimentadores que hacían las pruebas en cada habitación no sabían si sus sujetos habían tomado cafeína o el placebo.

Caso pionero en la psicología aplicada

¿Y los resultados? Considerando el gran número de pruebas utilizadas, las diversas dosis empleadas, una buena variación individual en el desempeño y la ausencia de sofisticadas técnicas estadísticas inferenciales, los resultados fueron complejos.

En general, no se encontraron efectos adversos de la cafeína, excepto que las dosis mayores, si se tomaban cerca del final del día, causaban que algunos sujetos tuvieran dificultad con el sueño. Varios años después, en el libro de texto Applied Psychology (Hollingworth & Poffenberger, 1917), Harry escribió que el «consumo generalizado de bebidas cafeínicas… parece estar justificado por los resultados de estos experimentos» (p. 181). En cuanto al juicio, Harry testificó en nombre de la compañía, argumentando que no había bases científicas para prohibir la cafeína en Coca-Cola.

El caso contra Coca-Cola fue finalmente desestimado (por otros motivos ajenos a los efectos de la cafeína). Un resultado final del estudio fue que de hecho terminó pagando los estudios de posgrado de Leta (quién con el tiempo se convirtió en una pionera en el estudio y la educación de los niños superdotados). Además fue un modelo de diseño experimental sofisticado, propuso estándares para la investigación psicofarmacológica y dirigió a Harry hacia una carrera en psicología aplicada.

Referencias bibliográficas

Benjamin LT Jr, Rogers AM, Rosenbaum A. Coca-Cola, caffeine, and mental deficiency: Harry Hollingworth and the Chattanooga trial of 1911. J Hist Behav Sci. 1991;27(1):42-55. doi:10.1002/1520-6696(199101)27:1<42::aid-jhbs2300270105>3.0.co;2-1

Benjamin, L. T. J. (2009, February). Pop psychology: The man who saved Coca-Cola. Monitor on Psychology, 40(2). http://www.apa.org/monitor/2009/02/coca-cola

Goodwin, James, C. (2010). Research in Psychology: Methods and Design. Páginas 369-370. Editorial John Wiley & Sons, Inc.

Wikipedia (s.f.).United States v. Forty Barrels and Twenty Kegs of Coca-Cola. https://en.wikipedia.org/wiki/United_States_v.Forty_Barrels%26_Twenty_Kegs_of_Coca-Cola

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  • David Aparicio
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El New York Times entrevistó a trabajadores de la salud de diferentes partes de Latinoamérica sobre su experiencia en esta pandemia por coronavirus. Sus respuestas te estremeceran.

Astrid Vázquez, Médica general, Reynosa, México:

Todos los días veo salir a mis compañeros con el corazón fruncido, conteniendo las lágrimas, con la quijada apretada. Todos los días veo a mis pacientes sufrir, sus ojos reflejan un miedo y ansiedad enormes. Todos los días veo a los familiares de mis pacientes enfrentándose a la muerte de una forma distinta, más inesperada que nunca, cruel.

Te enfrentas al dolor, a la frustración, al enojo, a la impotencia y no tienes tiempo para la recuperación.

Tan solo el encierro te pone ansioso, irritable; ha hecho que pienses que estás más solo que nunca. Que si existía algún asomo de ideación suicida, lo lleves a cabo. El encierro ha hecho que las mujeres y niños violentados tengan mayor exposición a sus agresores. El encierro ha hecho que nos olvidemos de quienes están afuera, de quienes no pueden quedarse en casa, de quienes viven al día, de quienes salieron de su país en busca de un poco de tranquilidad.

Lee el artículo completo en New York Times.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Reconocimiento de emociones a través de expresiones faciales en niños y adolescentes con TEA

  • Diego H. Gonzalez
  • 08/07/2020

El reconocimiento de emociones forma parte de lo que llamamos cognición social (Adolph, 2001). Borod et al. (2000) mencionan que se encuentra dentro de la comunicación social, debido a que el reconocimiento de las emociones implican la integración de señales no verbales y verbales, incluyendo expresiones faciales, gestos corporales, claves contextuales y prosodia verbal.

Desde la perspectiva del neurodesarrollo, los niños entre 4 y 7 meses son capaces de identificar emociones de alegría y tristeza, cerca de los 10 años alcanzarán un nivel de competencia equiparable al adulto y a partir de allí irá desarrollando el reconocimiento de emociones complejas.

La capacidad de inferir emociones a través de las expresiones faciales es crítica para interpretar señales sociales importantes durante la conversación. Se han encontrado diferencias en resultados en pruebas que miden estas capacidades en niños, adolescentes y adultos con TEA.

Reconocimiento de emociones en personas con TEA

Se revisaron 5 estudios sobre reconocimiento de emociones a través de expresiones faciales en personas con trastornos del espectro autista, publicados entre 2019 y 2020.

Shanok, Jones y Lucas (2019) examinaron las habilidades socioemocionales, utilizando una tarea de reconocimiento de emociones a través de expresiones faciales (FER) de personas familiares y desconocidas, en una muestra de niños con TEA, y las compararon con un grupo control. La muestra se compuso por 28 chicos de entre 4 y 8 años, de los cuales 12 pertenecían al grupo con diagnóstico de TEA y los 12 restantes fueron parte del grupo control.

Los resultados mostraron que los niños y niñas con desarrollo típico eran más competentes en el reconocimiento de emociones a través de expresiones faciales en general, mientras que los niños con TEA reconocían las expresiones familiares con mayor precisión que aquellas desconocidas. También hallaron que los chicos con TEA tenían un mejor rendimiento en el reconocimiento de emociones positivas que negativas, en comparación al grupo control.

He et al., (2019) tomaron como muestra 21 niños con TEA y 21 controles, con edades comprendidas entre los 46 y 86 meses (M = 61,10 meses, DE = 11,37 meses). Evaluaron el reconocimiento de emociones durante la observación de 20 escenas de película ecológicamente validadas, mediante el uso de la técnica de seguimiento ocular. Para la selección de ambos grupos se realizó una evaluación de desarrollo con una prueba estandarizada.

Este grupo de investigadores identificó que los participantes con TEA presentaban un patrón atípico de mirada en el reconocimiento de rostros, en comparación al grupo control. Se observó menos precisión en el reconocimiento de emociones de tristeza comparado con la alegría.

En términos de duración de tiempo de fijación en el rostro, el grupo con TEA exhibió menos tiempo en comparación con los controles.

También se observó que el grupo con TEA presentaba una tendencia a mirar menos la región del rostro, en comparación al grupo con desarrollo típico.

Las características observadas fueron correlacionadas con medidas de pruebas que indagaron el componente de desarrollo global, identificándose correlación con las interacciones sociales.

Griffiths et. al. (2019) investigaron el reconocimiento de seis expresiones faciales básicas en 8 niveles de intensidad en niños y adolescentes entre 6 y 16 años con TEA (n = 63) y controles (n = 64) a través de una plataforma de Internet. Identificaron que los participantes con TEA fueron menos precisos que los controles en el etiquetado de expresiones en niveles de alta intensidad, aunque ambos tuvieron resultados bajos en el etiquetado de expresiones en niveles de baja intensidad, debido al efecto piso de la prueba. También observaron que la precisión del reconocimiento no correlacionó con el funcionamiento social informado por los padres en ninguno de los grupos. Las emociones de miedo y ansiedad fueron las que menos se identificaron en el grupo experimental.

Jiang et al. (2019) utilizaron el reconocimiento de emociones a través de expresiones faciales para indagar si existía un patrón característicos en la muestra de chicos con TEA. Se usó como instrumento la tarea de evaluación de reconocimiento de emociones dinámicas (DARE) que requiere que un individuo reconozca una de seis emociones (es decir, enojo, asco, miedo, felicidad, tristeza y sorpresa) mientras observa una transición lenta en video de la cara. Como resultado pudieron identificar que el patrón correlacionaba con los instrumentos diagnósticos de TEA usados convencionalmente, logrando una sensibilidad del 86%. Los investigadores expresan que este patrón atípico correlaciona con la afectación social característica de este cuadro clínico. Esta investigación plantea la posibilidad de una medida adicional para el diagnóstico de TEA, el cual requiere mayor profundización y correlación con otras pruebas.

Yeung, Lee y Chan (2019) buscaron conocer la especificidad del deterioro del reconocimiento de emociones en adolescentes con TEA, examinando expresiones faciales y habilidades de percepción facial en estas personas. Para ello seleccionaron 22 adolescentes con TEA y 22 con desarrollo típico, con edades comprendidas entre los 11 y 18 años. Se utilizó la prueba el Karolinska Directed Emotional Faces, con 70 estímulos. Como resultado encontraron que los adolescentes con TEA tenían dificultades para reconocer las expresiones faciales negativas, lo que se correlacionaba tanto con los dificultades de percepción facial como con las de interacción social.

Conclusión

Los estudios en los últimos dos años reflejan que existen diferencias estadísticamente significativas en personas con TEA en relación a la precisión con la que pueden identificar emociones (He et al., 2019; Griffiths et. al., 2019), puntos de fijación de la mirada (He et al., 2019), tiempos de respuestas (He et al., 2019) e identificación de emociones positivas vs negativas (Yeung, Lee y Chan, 2019; He et al., 2019; Griffiths et. al., 2019). También se logró conocer un patrón de seguimiento ocular que permite tener un perfil de desempeño y logra tener un 86% de sensibilidad para identificar características asociadas al autismo (Jiang et al., 2019).

Limitaciones

Una limitación de las pruebas reportadas por varios de los autores, especialmente Griffiths, fue el bajo interés de los participantes en continuar con la tarea. A diferencia de los otros autores, como se ha visto, este equipo de investigadores utilizaron la revisión de fotografías con expresiones faciales diferentes, mientras que otros utilizaron escenas de películas y videos (Jiang, 2019; He et al., 2019). Si bien el equipo de Yeung utilizó también fotografías a través de computadora, la cantidad de estímulos (70) fue significativamente menor que en el estudio de Griffinths (192).

Otra limitación que informan los autores es el tamaño de la muestra (con excepción de Griffiths, la mayoría de las investigaciones fue realizada con 14 a 25 personas con TEA).

Tomando los resultados de Shanok, Jones y Lucas (2019), se podría ahondar sobre la diferencia hallada en el reconocimiento de rostros familiares vs desconocidos en personas con TEA y si podría generalizarse al aumentar el tamaño de la muestra y de franja etaria. También investigar en más detalle los resultados obtenidos por Jiang et al. (2019) en relación a la sensibilidad y especificidad de los patrones de fijación, con el fin de identificar población con TEA con esta tecnología, sumando a los instrumentos convencionales de uso clínico.

Referencias bibliográficas

Adolphs, R. (2001). The neurobiology of social cognition. Current opinion in neurobiology, 11(2), 231-239.

Borod, J. C., Pick, L. H., Hall, S., Sliwinski, M., Madigan, N., Obler, L. K. & Morrison, C. (2000). Relationships among facial, prosodic, and lexical channels of emotional perceptual processing. Cognition & Emotion, 14(2), 193-211.

Griffiths, S., Jarrold, C., Penton-Voak, I. S., Woods, A. T., Skinner, A. L., & Munafò, M. R. (2019). Impaired recognition of basic emotions from facial expressions in young people with autism spectrum disorder: Assessing the importance of expression intensity. Journal of autism and developmental disorders, 49(7), 2768-2778.

He, Y., Su, Q., Wang, L., He, W., Tan, C., Zhang, H. & Yan, N. (2019). The characteristics of intelligence profile and eye gaze in facial emotion recognition in mild and moderate preschoolers with autism spectrum disorder. Frontiers in psychiatry, 10, 402.

Jiang, M., Francis, S. M., Srishyla, D., Conelea, C., Zhao, Q., & Jacob, S. (2019, July). Classifying Individuals with ASD Through Facial Emotion Recognition and Eye-Tracking. In 2019 41st Annual International Conference of the IEEE Engineering in Medicine and Biology Society (EMBC) (pp. 6063-6068). IEEE.

Shanok, N. A., Jones, N. A., & Lucas, N. N. (2019). The Nature of Facial Emotion Recognition Impairments in Children on the Autism Spectrum. Child Psychiatry & Human Development, 50(4), 661-667.

Yeung, M. K., Lee, T. L., & Chan, A. S. (2019). Impaired Recognition of Negative Facial Expressions is Partly Related to Facial Perception Deficits in Adolescents with High-Functioning Autism Spectrum Disorder. Journal of autism and developmental

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