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Publicaciones por mes

agosto 2020

67 Publicaciones
  • Salud Mental y Tratamientos

¿Podemos volvernos adictos a la pornografía?

  • 12/08/2020
  • Matías Jensen

El tema desde un inicio es complejo, no tan solo por cuestiones metodológicas, sino también históricas y morales. Y es que después de la llamada revolución sexual, que buscaba dejar atrás un largo pasado judeocristiano que conceptualizaba el sexo como una cuestión tabú y limitado a su función reproductiva, la sexualidad se fue convirtiendo paulatinamente en un tema situado en el centro del debate. Era hora de liberar ataduras, mostrar la piel, hacer el amor y comenzar a hablar sobre lo que antes callábamos. La industria de la pornografía aparece como una respuesta en sintonía con esas ansias de liberación.

Sin embargo, la luz incandescente de una revolución y el fragor que ella genera, con frecuencia nos impide reparar en las sombras que la misma revolución puede generar. Y este no es un artículo antipornografía o antisexo, por el contrario, es un intento de aportar en la construcción de una sexualidad consciente, placentera e iluminada por la evidencia neurocientífica y clínica.

La psicología y la ciencia en general están divididas ante la pregunta sobre la adicción a la pornografía. En los extremos del espectro están por un lado quienes aseguran que el uso de la pornografía es siempre saludable, permitiendo la exploración y ampliación de la experiencia sexual, ya sea personal o de pareja, y por otro están quienes aseguran que la pérdida de control en el uso de pornografía es algo tan real como la adicción a la cocaína o la ludopatía.



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La grieta que se ha formado entre ambos grupos se ha ido agrandando con los años al punto que el sector defensor de la pornografía califica al otro de “pseudocientífico, sesgado y fanático religioso” mientras que el grupo aludido responde llamándolos “apologistas del porno” y los compara con aquellos doctores de los años 50 y 60 que defendían a la industria tabaquera asegurando que el cigarrillo era una sustancia inocua e incluso recomendaban su uso para la mejora del catarro común. La comparación en un comienzo puede parecer exagerada, pero después de todo, la industria de la pornografía, según la revista Forbes, genera la nada despreciable suma de $60.000 millones de dólares al año, lo que equivaldría a más o menos todo el PIB anual de Uruguay.

Algunos autores señalan que la clave para entender cómo es que la pornografía podría estar relacionada con conductas adictivas, radica en el concepto de super estímulo. Este concepto refiere a un estímulo, normalmente inexistente en el ambiente natural, que aprovecha las tendencias cognitivas preexistentes en un individuo para secuestrar su atención. Por ejemplo, un confundido escarabajo australiano siempre preferirá aparearse con una botella marrón de cerveza que con una hembra dispuesta a copular, esto porque la forma de la botella y la manera en que el sol se refleja en ella engañan al escarabajo haciéndole pensar que está en presencia de una especie de “super hembra” increíblemente atractiva.

En parte, sería este mismo proceso el que podría estar interviniendo en el desarrollo de conductas adictivas o compulsivas con relación al consumo de pornografía. El internet de alta velocidad ha permitido el acceso instantáneo a un sinnúmero de “potenciales parejas” virtuales siempre dispuestas a mantener un “contacto sexual”, generando un contexto de novedad permanente que para algunos individuos se vuelve más deseable que una relación o contacto físico sexual con una persona real.

Por ejemplo, un estudio liderado por Valerie Voon (2014) en la Universidad de Cambridge comparó la reactividad neuronal de individuos con diagnóstico de comportamiento sexual compulsivo (CSC) asociado al abuso de pornografía (n=19) e individuos sin dicho diagnóstico (n=19).

Al igual que en el caso de las adicciones a la cocaína o el alcohol, el grupo de individuos con CSC se asoció a una mayor reactividad neuronal de áreas cerebrales involucradas en los procesos de adicción al presentarles material sexual explícito. Estas áreas son el estrato ventral, involucrado en el procesamiento de la recompensa y la motivación, el cíngulo dorsal anterior, relacionado a la anticipación de las recompensas y el deseo de drogas, y la amígdala, implicada en el procesamiento emocional de los eventos.

Al respecto Voon señala que “hay claras diferencias en la actividad cerebral entre los pacientes que tienen un comportamiento sexual compulsivo y los voluntarios sanos. Estas diferencias reflejan las de los drogadictos”. Al mismo tiempo, advierte que mayor evidencia es necesaria para generar conclusiones definitivas.

Además, los resultados del estudio se ajustarían a los modelos de adicción que indican la existencia de mayores niveles de motivación por la droga, pero menores niveles de satisfacción ante su uso. Es decir, los sujetos del grupo con CSC mostraron un mayor deseo al ser presentados con material sexual pero menores niveles de satisfacción en su uso. Esto se condice con los reportes clínicos de varios estudios (Ward, 2013; Park et al, 2016; Sniewski & Farvid, 2020), en donde los sujetos reportan la búsqueda de géneros o escenas cada vez más explícitas, perfeccionadas, violentas o chocantes para poder alcanzar los niveles de excitación requeridos para el orgasmo. Además, en estos casos clínicos al igual que en el estudio de Voon, los sujetos con comportamiento sexual compulsivo asociado a la pornografía reportaron una mayor cantidad de problemas de disfunción eréctil y dificultad o imposibilidad para alcanzar el orgasmo con parejas sexuales reales, un fenómeno que muchos han comenzado a denominar disfunción eréctil inducida por pornografía (Bancroft & Janssen, 2007; Begovic, 2017).

Entre quienes se oponen a la idea de que el uso de porno pueda generar conductas adictivas y problemas relacionados a la salud sexual, se encuentra la ex investigadora de la Universidad de California (UCLA) Nicole Prause. En un estudio utilizando electroencefalograma (Steele, 2013), el equipo donde Prause participaba señaló no haber encontrado mayores niveles de activación neuronal ante fotografías que contenían material sexual en aquellos individuos que reportaban un excesivo uso de pornografía. Los autores agregan que la única correlación existente fue entre mayor reactividad neuronal y mayores niveles subjetivos de deseo sexual, sugiriendo que la conducta excesiva o hipersexual se debe simplemente a mayores niveles de líbido.

Sin embargo, múltiples son los autores que critican el estudio por sus errores metodológicos, como la falta de un grupo control, y señalan que los investigadores obtuvieron los resultados correctos pero las conclusiones erróneas, ya que en realidad el estudio sí encontró una mayor reactividad neuronal ante el estímulo pornográfico, lo cual sería lo esperable en cualquier tipo de conducta adictiva. No solo eso, además omiten una correlación impactante. Estos sujetos que declaraban uso excesivo de pornografía se correlacionaron con menores niveles de deseo hacia una pareja sexual real. En síntesis, encontraron los mismos resultados que el estudio de Voon en Cambridge, pero concluyeron exactamente lo opuesto.

Un segundo estudio de Prause (Prause et al, 2015) esta vez señala que se encontró una menor reactividad neuronal ante fotografías “soft porn” en individuos que tenían dificultad regulando su uso de pornografía, lo que según la autora, desestima la teoría de la adicción al porno. La crítica de varios de sus pares señala que en realidad lo que Prause encontró fue una desensibilización hacia material fotográfico estático y de menor intensidad, lo cual a su juicio debiera ser interpretado como evidencia que apoya el modelo de adicción (puedes leer las críticas al trabajo de Prause aquí)

Por ahora, el debate sigue abierto en torno a la pregunta de si las personas pueden desarrollar conductas adictivas por el uso de pornografía, sin embargo, no se deben tomar a la ligera sus potenciales consecuencias negativas en la salud sexual de las personas, sean estas generadas por una adicción u otro fenómeno distinto.

Lista de referencias:

  • Bancroft, J., & Janssen, E. (2000). The dual control model of male sexual response: A theoretical approach to centrally mediated erectile dysfunction. Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 24(5), 571–579. https://doi.org/10.1016/S0149-7634(00)00024-5
  • Begovic, H. (2019). Pornography Induced Erectile Dysfunction Among Young Men. Dignity: A Journal on Sexual Exploitation and Violence, 4(1). https://doi.org/10.23860/dignity.2019.04.01.05
  • Park, B. Y., Wilson, G., Berger, J., Christman, M., Reina, B., Bishop, F., … Doan, A. P. (2016). Is internet pornography causing sexual dysfunctions? A review with clinical reports. Behavioral Sciences, 6(3). https://doi.org/10.3390/bs6030017
  • Prause, N., Steele, V. R., Staley, C., Sabatinelli, D., & Hajcak, G. (2015). Modulation of late positive potentials by sexual images in problem users and controls inconsistent with «porn addiction». Biological psychology, 109, 192–199. https://doi.org/10.1016/j.biopsycho.2015.06.005
  • Steele, V. R., Staley, C., Fong, T., & Prause, N. (2013). Sexual desire, not hypersexuality, is related to neurophysiological responses elicited by sexual images. Socioaffective Neuroscience & Psychology, 3(1), 20770. https://doi.org/10.3402/snp.v3i0.20770
  • Voon, V., Mole, T. B., Banca, P., Porter, L., Morris, L., Mitchell, S., … Irvine, M. (2014). Neural correlates of sexual cue reactivity in individuals with and without compulsive sexual behaviours. PLoS ONE, 9(7). https://doi.org/10.1371/journal.pone.0102419
  • Ward, A. F. (2013). Supernormal: How the Internet Is Changing Our Memories and Our Minds. Psychological Inquiry, 24(4), 341–348. https://doi.org/10.1080/1047840X.2013.850148
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Coronavirus: posible aumento de trastornos de ansiedad y estado de ánimo postparto

  • 12/08/2020
  • Alejandra Alonso

La depresión postparto y el amplio grupo de condiciones de salud mental materna, llamados trastornos de ansiedad y estado de ánimo perinatal, son causados por factores neurobiológicos y estresores ambientales. El embarazo y el período postparto de por sí son momentos de gran vulnerabilidad para las mujeres, debido en parte a fluctuaciones hormonales y privación de sueño. Actualmente, el miedo relacionado a la salud del bebé y las consecuencias de medidas preventivas, como el distanciamiento social o el riesgo de ir al supermercado a comprar las cosas del bebé, añaden más estrés a la situación.

Profesionales que trabajan con mujeres embarazadas o postparto han resaltado el aumento de preocupaciones, obsesiones, compulsiones, sentimientos de desesperanza e insomnio. Una ginecóloga escandinava resaltó que muchas mujeres embarazadas podrían pasar por estrés psicológico debido a la prolongación de la pandemia. Sumado a esto, un reporte de la universidad Zhejiang en China, detalla el caso de una mujer con un embarazo avanzado que contrajo covid-19 y desarrolló síntomas depresivos (que por cierto fue tratada con una intervención basada en DBT). También en Estados Unidos se ha descrito un incremento en pacientes con ansiedad.

Previamente a la pandemia, el 14% de las mujeres sufriría de ansiedad relacionada al embarazo, vinculada a miedos sobre la salud propia y del bebé durante el embarazo y el parto, y hasta el 20% de las mujeres experimentaba depresión postparto.



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El aumento en los niveles de estrés incrementa también el riesgo de desarrollar trastornos clínicos, como los ya nombrados. En un grupo maternal de apoyo durante esta pandemia, Pooja Lakshmin, psiquiatra especialista en cuidados de la mujer durante el embarazo y postparto, recogió los siguientes miedos que expresan las personas: dar a luz sin una persona que le apoye, estar dentro del 15% de mujeres embarazadas que es asintomática para covid-19 y enfrentar una posible separación del bebé y recuperarse en el período postparto sin la ayuda de familiares y amigos que brinden apoyo. Muchas experimentan un duelo por la pérdida de la ilusión de celebrar el acontecimiento con los seres queridos.

Asimismo hay ciertas decisiones para las cuales no existen guías claras: ¿qué hago si tengo otros niños en casa y los únicos que pueden cuidarlos son abuelos que están en riesgo?¿qué precauciones debo tomar si mi pareja trabaja en salud? ¿es seguro mandar a mi hija/o a la guardería?

Como parte de su investigación sobre embarazo durante la pandemia (todavía en curso), la Universidad de Calgary ha estado examinando síntomas de depresión, ansiedad general, ansiedad relacionada al embarazo, niveles de sueño y apoyo social en mujeres que viven en Canadá, utilizando cuestionarios de autoreporte. Los primeros resultados, que todavía no han sido publicados ni revisados por pares, indican niveles mayores que los habituales en síntomas de depresión y ansiedad clínicamente significativos en el embarazo. Los científicos que trabajan en dicho estudio resaltan que la preocupación no es solo por la madre, sino también porque los problemas de salud mental podrían tener un impacto en el bebé.

Otros investigadores de la Universidad de Manitoba, han comenzado un estudio sobre crianza durante la pandemia donde, entre otras cosas, examinan cómo les va a las madres que están embarazadas y tienen que criar otros niños de hasta 8 años. Algunos resultados tempranos, que tampoco han sido publicados ni revisados por pares aún, sugieren un incremento en autoreportes de síntomas de depresión y ansiedad, en madres con hijos e hijas de todos los grupos etarios.

Se sabe que el apoyo social puede ser un factor protector para la depresión postparto. También sabemos que el distanciamiento físico será más duro para aquellas personas que tengan un historial de ansiedad o depresión. Algunos expertos opinan que intervenciones en salud pública deben dar seguimiento a familias donde había preocupaciones previas a la pandemia relacionadas a salud mental, para ver cómo les está yendo.

Aunque solo estamos comenzando a conocer la magnitud del efecto de este virus en las mujeres embarazadas y las nuevas mamás, algunos profesionales creen que debemos asumir que las personas con situaciones preexistentes probablemente estén peor.

Es importante que las mamás no demoren en buscar tratamiento psicológico. Es fácil descartar nuestros síntomas diciéndonos que es solo estrés, pero los síntomas de depresión y ansiedad vinculados al covid-19 no son menos importantes. Llama a tu ginecólogo/a o pediatra y pide una referencia.

Fuente: The New York Times

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Procrastinación y trastorno bipolar (PDF)

  • 11/08/2020
  • Equipo de Redacción
Postergación y TB

Las autoras, Tania Borda y Vanesa Aiello Rocha, describen la características y finalidad del trabajo de investigación sobre procrastinación y el trastorno bipolar:

El objetivo de este trabajo fue realizar una búsqueda bibliográfica referida a la procrastinación y al TB, que permitiera comprender el funcionamiento de la procrastinación en los distintos polos de la enfermedad: la manía y el de la depresión bipolar.

Descarga el artículo completo en formato PDF.



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Fuente: Cognición y Comportamiento, revista digital de la Asociación Latinoamericana de Análisis y Modificación del Comportamiento y Terapia Cognitiva Conductual

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cerca del 25% de variaciones en el rendimiento académico podrían explicarse por factores del sueño

  • 11/08/2020
  • Maria Fernanda Alonso
woman sitting on chair while leaning on laptop

Pasar la noche anterior a un examen en vela, quemando pestañas, puede ser más estresante y agotador que fructífero, esto lo sabemos (muchos por experiencia). Ahora, ¿es suficiente con descansar adecuadamente esa última noche antes del examen? Parece que no: un estudio encontró que la calidad y duración del sueño durante el mes y la semana previos a la mesa examinadora podrían explicar cerca del 25% de las variaciones en el rendimiento académico (Okano et al., 2019).

Metodología: esta investigación se realizó utilizando como herramienta objetiva de seguimiento y registro de la duración del sueño al dispositivo Fitbit. Se recolectaron datos cuantitativos del sueño de 88 estudiantes, en el transcurso de un semestre, con el fin de relacionar medidas objetivas de duración, calidad y consistencia del sueño con el rendimiento académico de examen a examen, y en general en el contexto de un campus universitario grande y real.

Todos los estudiantes (que tenían una edad promedio de 18 años) estaban inscritos en el mismo curso de introducción a la química en el MIT y usaron Fitbits durante todo el semestre.



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Según explican sus creadores, los dispositivos Fitbit utilizan una combinación de los patrones de movimiento y frecuencia cardíaca del usuario para estimar la duración y la calidad del sueño.

A lo largo del curso de química, los estudiantes tuvieron 9 pruebas, 3 exámenes parciales y un examen final. Al final del semestre, los investigadores calcularon el puntaje académico general de cada estudiante en función de la suma de sus desempeños en todas estas pruebas.

Resultados: Al comparar los datos del sueño de los estudiantes con sus puntajes académicos generales, los investigadores encontraron:

  • Aquellos que durmieron más durante el semestre y los que mostraron una mejor calidad de sueño obtuvieron puntajes académicos generales más altos. Por el contrario, los estudiantes con mayor inconsistencia en el sueño tuvieron puntajes académicos más bajos.
  • La calidad, la duración y la consistencia del sueño explicaron casi el 25% de la variación en el rendimiento general de los estudiantes.
  • Ni la duración del sueño de un estudiante ni la calidad del sueño la noche anterior a un examen parcial o una prueba, tuvieron un efecto en el rendimiento de un estudiante en esa prueba.
  • Las estudiantes mujeres mostraron mejor calidad y sueño más constante que los varones, y tuvieron puntajes académicos generales más altos que ellos. Sin embargo, cuando los investigadores controlaron la calidad del sueño, la ventaja académica de las mujeres desapareció, lo que sugiere que las diferencias de género en el rendimiento académico podrían explicarse por el comportamiento del sueño.
  • Al observar la calidad general y la duración del sueño de los estudiantes en el mes (y semana) previo a cada prueba, se encontró una correlación significativa entre las medidas del sueño y el rendimiento.

A partir de estos hallazgos, concluyen los autores que el sueño constante durante el tiempo en el que se está produciendo el aprendizaje (semana o mes anterior al examen) se relacionan con el rendimiento académico, no así la cantidad de sueño que se tuvo la noche anterior a la evaluación.

Limitaciones: advierten los investigadores que no pueden estar seguros de si otros factores mediadores como el estrés, la ansiedad o los rasgos de personalidad, podrían afectar simultáneamente el comportamiento del sueño como el rendimiento académico. Si bien existe amplia evidencia que sugiere que el sueño ayuda al rendimiento académico, las correlaciones no implican causalidad, se necesitaría un estudio controlado con manipulaciones experimentales para determinar la causalidad.

Referencia bibliográfica:

Okano, K., Kaczmarzyk, J. R., Dave, N., Gabrieli, J. D. E., & Grossman, J. C. (2019). Sleep quality, duration, and consistency are associated with better academic performance in college students. NPJ Science of Learning, 4, 16. https://doi.org/10.1038/s41539-019-0055-z

Fuente: Psypost

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Evaluación y abordaje del trastorno de tics y síndrome de Tourette en niños y adolescentes

  • 10/08/2020
  • David Aparicio

El síndrome de Tourette es una afección del sistema nervioso (el cerebro y los nervios) que hace que las personas produzcan movimientos y sonidos repetidos (también conocidos como tics motores y vocales), que no pueden controlar. Los síntomas usualmente comienzan durante la niñez, pueden variar entre leves y graves, y pueden cambiar con el tiempo. El síndrome de Tourette puede causar problemas para el bienestar físico, mental y emocional de los niños.

Los participantes aprenderán:

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La necesidad de poder podría explicar los comportamientos agresivos de personas narcisistas

  • 10/08/2020
  • Maria Fernanda Alonso
Una autoimagen grandiosa e inflada es la definición psicológica habitual del narcisismo. Como patología, ha sido relacionada con trastornos de ansiedad, depresión, soledad, baja empatía y neuroticismo. A su vez, las investigaciones han encontrado que las personas narcisistas son más propensas que las no narcisistas, a presentar comportamientos antisociales. ¿Por qué sucede esto? La necesidad de poder sería clave en la relación entre el narcisismo y las conductas agresivas y hostiles, según los hallazgos de un nuevo estudio (Alexander et al., 2020).¿Por qué es importante? Comprender los móviles que llevan a comportamientos antisociales es fundamental para el tratamiento y la rehabilitación de personas con estas patologías. A alguien narcisista le gusta tener el control, no ser sumisas con los demás. Esto hace que algunos puedan llegar a extremos y por tanto que cometan comportamientos antisociales para tener el control.Metodología: el equipo de investigación determinó como comportamientos antisociales a aquellos que dañan o que carecen de consideración por el bienestar de los demás, incluyendo los delictivos y violentos. Realizaron dos encuestas en las que participaron 324 estudiantes de pregrado y 323 personas reclutadas en la plataforma Mechanical Turk de Amazon.Resultados: las personas que obtuvieron mayores puntajes en una evaluación de narcisismo también tuvieron tendencia a obtener puntajes más altos una medida de necesidad de poder, que a su vez estaba asociada con la participación en conductas antisociales. La resistencia a la subordinación, un subcomponente de la necesidad de poder, fue la principal responsable de la asociación entre narcisismo y conducta criminal. Concluyen los investigadores que, en pocas palabras, a estas personas les preocupa más no estar subordinados a nadie más que el hecho de tener un rol poderoso.Limitaciones: los autores advierten que los datos de esta investigación no provienen de poblaciones carcelarias o clínicas, sino de estudiantes y ciudadanos no clínicos. Incluir aquellas poblaciones en las muestras sería fundamental en investigaciones futuras para poder determinar similitudes y diferencias en las poblaciones. Por otro lado, no queda claro si el comportamiento antisocial a una edad temprana se internaliza o racionaliza para formar rasgos narcisistas, o si las diferencias individuales en el narcisismo se formulan primero. Son necesarias estrategias longitudinales para estudiar este aspecto. Además, señalan que la necesidad de poder no medió el vínculo entre narcisismo explorador y comportamiento criminal. Hipotetizan que esto pudo deberse a que habría un factor explicativo diferente entre el vínculo, tal vez condiciones hormonales en lugar de condiciones motivacionales. Nuevos estudios son necesarios para averiguarlo.Referencia bibliográfica:Alexander, M. B., Gore, J., & Estep, C. (2020). How Need for Power Explains Why Narcissists Are Antisocial. Psychological Reports, 33294120926668. https://doi.org/10.1177/0033294120926668Fuente: Psypost
  • Sponsor

Aprende ACT desde cero con el curso online “El mapa y el Territorio” de Grupo ACT

  • 10/08/2020
  • David Aparicio

El Mapa y el Territorio es un curso de introducción a las bases teóricas y prácticas de terapia de aceptación y compromiso (ACT), organizado por Grupo ACT y dirigido por Fabián Maero.

El curso El Mapa y Territorio, es una propuesta para los psicólogos y profesionales de salud mental que quieren familiarizarse con los conceptos básicos del modelo como así también los fundamentos de utilización clínica ACT desde cero.

https://www.youtube.com/watch?v=NoM4OWKpPZ8



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Algunos de los contenidos del curso son:

  • Los aspectos clínicamente atractivos de ACT como modelo psicoterapéutico.
  • Un vistazo a la evidencia empírica de ACT
  • La posición frente al dolor psicológico que el modelo asume.
  • Cómo el lenguaje y la cognición contribuyen al sufrimiento humano, y un bosquejo general de los aportes de la Teoría de Marco Relacional (RFT)
  • El modelo psicopatológico y de salud de ACT: el modelo de flexibilidad psicológica
  • Los procesos de rigidez psicológica
  • Cómo trabajar con ACT en la clínica: fundamentos de intervención clínica guiada por el hexaflex:
    • Los procesos de flexibilidad psicológica: definición, descripción, mensajes clínicos relevantes, interacciones y modelado en sesión
    • Ejercicios y recursos básicos para aplicar los procesos del hexaflex en sesión

Formato

  • El curso comprende siete horas de clase en video, como así también textos, materiales clínicos descargables y recursos audiovisuales para trabajar con pacientes.
  • El curso se puede comenzar a cursar en cualquier momento, no hay fecha de inicio dado que se trata de material grabado.
  • Una vez adquirido tendrán acceso al curso durante 30 días, lapso durante el cual podrán acceder las 24 horas a todos los contenidos del curso.
  • Una vez finalizado el curso se puede descargar un certificado de finalización.
  • El curso incluye una sección para formular dudas e inquietudes, que responderemos con una clase en vivo abierta el último viernes de cada mes.

Contenido de muestra

La primera lección del curso es abierta y gratuita, para que puedan ver si el curso se ajusta a lo que están buscando. Tan solo sigan el link del curso y accedan a la lección «Introducción General» sin necesidad de registro alguno.

Aranceles

El curso se puede adquirir y cursar directamente en nuestra página web en cualquier momento. Hay dos opciones para el pago del curso:

  • 4200 ARS para residentes en Argentina (costo aproximado, el precio final varía según el cambio oficial del día de la fecha, no se aplica recargo).
  • 60 U$D, pagando con PayPal, para el resto de los países

El curso está disponible en la página web de Grupo ACT y puedes acceder haciendo click en el siguiente botón:

Inscríbete aquí

Agradecemos a Grupo ACT, nuestro sponsor exclusivo de la semana.

  • Artículos de opinión (Op-ed)

Un relato sobre la pélicula Wonder – Extraordario

  • 09/08/2020
  • Geraldine Panelli

“Sé que no soy un niño de diez años común y corriente, digo, hago cosas comunes y corrientes: como helado, ando en bici, soy muy bueno en los deportes; bueno al menos en mi Xbox. Me encanta Minecraft, la ciencia, y disfrazarme para Halloween. Adoro jugar con el sable de luz con mi papá y ver películas de las guerras de las galaxias con él y molestar a mi hermana mayor. Y sueño con ir al espacio exterior, como cualquier otro niño. Solo que no me veo normal cuando hago esas cosas…”

“Se que nunca seré un niño común, los niños comunes no asustan a otros en los parques, a los niños comunes no los miran donde quieran que vayan, pero no importa si tu también quieres mirar.”

En este relato nos encontramos frente a un niño pequeño enseñándonos sobre cómo es ser distinto a lo que nos enseñan día a día que es común. Pero ¿qué será lo común? ¿Cómo tenemos que ser físicamente para agradar al resto? ¿De dónde salen los modelos de cómo es ser común?

Me puedo atrever a decir que para los que trabajamos en inclusión lo normal y lo común es lo diverso, lo distinto. Pero soy consciente que dentro del trabajo que hacemos aparecen muchas frustraciones.



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https://www.youtube.com/watch?v=S6AXHRx_0xk

Mirando esta película, me recordó cada paciente y cada familia que tuve la suerte de conocer y compartir espacios; trabajando en inclusión de personas con discapacidad y viviendo en contextos donde lo común es que todos somos diferentes; todo lo que acontece en la película parece cien por ciento real. Los miedos, los desencuentros, las prioridades, los fracasos, los aciertos, los aprendizajes.

¿Y cuáles son esas frustraciones?

Es que cada libro teórico que leemos nos habla de cómo fomentar espacios inclusivos, a nivel mundial tenemos normativas que garanticen la educación para niños y niñas sin excepción. Realmente a nivel económico las políticas de inclusión escolar y las estrategias para propiciarlas no requieren grandes inversiones. Se necesitan adultos comprometidos que realmente crean que vivir entendiendo la diversidad es la forma más natural de enseñar.

Relatado en primera persona por un niño tan chiquito, esta película sorprende, enternece y enseña. Pero esta historia puertas adentro de los consultorios se escucha muy seguido, más de lo que nos gustaría. No encontrar una escuela para niños o niñas que están por fuera de lo que se enseña como “común” es la regla, cuándo debería ser la excepción.

El problema real que tenemos en la inclusión escolar no es tan diferente de país a país; son pocos realmente los lugares en donde las escuelas están abiertas a las diferencias desde lo estructural y no desde el discurso.

Ver estas historias y vivirlas día a día en la lucha de encontrar escuelas adecuadas para las necesidades específicas de cada niño o niña es difícil. Atender las frustraciones de las familias de saber que las escuelas en donde hoy están sus hijos/as no son las adecuadas pero que tienen que conformarse, también lo es.

Pero lo más difícil con lo que me encuentro en la práctica profesional es escuchar a niños y niñas siendo víctimas en los espacios que deberían ser los más seguros. Como aparece en la película el acoso debe tener tolerancia cero en las instituciones escolares, cuando aparece un niño o una niña víctima de una situación de violencia los responsables somos todos, porque no estuvimos atentos. Y sobretodo porque como adultos y adultas seguimos replicando modelos de lo que es “común” desde los cuentos, los ejercicios y los relatos.

Una película que en una de sus frases finales deja una enseñanza maravillosa:

“Tal vez, la verdad es que no soy tan común, quizá si supiéramos lo que piensan los demás sabríamos que nadie es común y todos merecen una ovación de pie al menos una vez en la vida”

Todos y todas tenemos nuestras debilidades y nuestras fortalezas, tenemos algo de nosotros que queremos ocultarle al mundo y nos da muchísima vergüenza; y algo por lo que nos sentimos totalmente orgullosos. Si empezáramos a observar más, a escuchar más y a juzgar menos podríamos ver que batalla está lidiando cada persona, cómo podemos apoyarla y en donde necesitamos nosotros de apoyo.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El comportamiento no conforme al género podría ser la explicación de mayor riesgo de maltrato parental

  • 07/08/2020
  • Maria Fernanda Alonso

En un capítulo de la famosa serie Friends, Ben, el hijo de Ross aparece en escena con una muñeca Barbie en sus manos. Cuando Ross pregunta “qué está haciendo mi niño con una Barbie,” Sussan y Carol (las madres de Ben) comentan que el mismo niño había elegido ese juguete. Todo el capítulo se desarrolla mostrando los esfuerzos de Ross por cambiar la elección del pequeño por un juguete diferente… un juguete con el que “jugaría un niño.”

https://www.youtube.com/watch?v=KCTRYlIo7Uk

Según un estudio reciente, los adolescentes (pero no las niñas) que se identificaron como homosexuales o bisexuales tenían más probabilidades de haber sufrido maltrato parental en la infancia (Xu et al., 2020).



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¿Por qué es importante? De manera sistemática, las investigaciones han relacionado la no heterosexualidad con mayor historial de maltrato infantil, abandono, abuso emocional y abuso físico parental.

Surge entonces el siguiente interrogante: ¿podrían los comportamientos “no conformes al género” poner a las personas en mayor riesgo de sufrir maltrato por parte de sus padres y madres?

Metodología: para explorar esta hipótesis, el equipo de investigación analizó datos de una cohorte de nacimiento prospectiva británica. El objetivo fue averiguar si los comportamientos no conforme al género infantil podrían explicar la mayor prevalencia de maltrato entre niños y niñas no heterosexuales.

El Estudio longitudinal de padres e hijos de Avon recolectó datos de mujeres embarazadas que esperaban dar a luz entre 1991-1992 y realizó un seguimiento con las nuevas familias durante dos décadas.

Los investigadores analizaron datos de 5007 niños que proporcionaron su orientación sexual a los 15 años. Dado que los tamaños de muestra para homosexuales y bisexuales eran pequeños, el equipo de investigación agrupó a bisexuales y homosexuales en una sola categoría de no heterosexuales. La distribución de la muestra fue de 2290 niños heterosexuales, 59 niños no heterosexuales, 2,585 niñas heterosexuales y 73 niñas no heterosexuales.

El maltrato de los padres en la infancia se midió seis veces a lo largo de la primera infancia, desde los 8 meses de edad hasta los 6 años. El comportamiento no conforme con el género se midió tres veces entre las edades de 2 y 4 años, evaluando las preferencias de los niños con respecto a los juguetes, actividades e intereses utilizando el inventario de actividades de preescolar.

Resultados: se encontró mayor prevalencia de maltrato parental entre los jóvenes no heterosexuales. Sin embargo, los resultados solo fueron significativos para los niños:

  • 26% de los niños no heterosexuales experimentaron maltrato en la infancia,
  • 12% de los niños heterosexuales también lo sufrieron;
  • 12% de las niñas heterosexuales experimentaron maltrato infantil, y el 13% de las niñas no heterosexuales también lo sufrieron.

En ambos casos, el comportamiento no conforme al género se asoció con mayor probabilidad de maltrato. Es importante destacar que la regresión logística mostró que el vínculo entre el maltrato y la orientación sexual ya no era significativo cuando se tenía en cuenta el comportamiento no conforme al género.

Limitaciones: no fue posible controlar ciertos factores genéticos o ambientales adicionales que podrían afectar de manera simultánea el maltrato, la identidad sexual y los comportamientos no conformes al sexo. Se necesitan más estudios para explorar estas variables.

Referencia bibliográfica:

Xu, Y., Norton, S., & Rahman, Q. (2020). Childhood Maltreatment, Gender Nonconformity, and Adolescent Sexual Orientation: A Prospective Birth Cohort Study. Child Development, 91(4), e984-e994. https://doi.org/10.1111/cdev.13317

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Trastorno dismórfico corporal: vínculo con otros problemas de salud mental

  • 07/08/2020
  • Alejandra Alonso

Un estudio reciente examinó la prevalencia del trastorno dismórfico corporal (TDC) en una muestra de estudiantes universitarios y su asociación con correlatos de salud mental y física.

Por qué es importante: La persona con TDC se percibe con defectos y fallas en su apariencia, lo que le causa estrés significativo e incluso impedimentos. Sumado a esto, hay datos que sugieren que este trastorno se asocia a un riesgo elevado de intentos de suicidio. También se han reportado asociaciones con la depresión y la ansiedad en muestras no clínicas. Por último, se ha vinculado con peor autoestima y abuso de sustancias.

Este trastorno suele comenzar en la adolescencia y adultez temprana, por lo cual es importante conocer su impacto en esta población. Una mejor comprensión del impacto del TDC puede ayudar a identificar nuevas y mejores vías de tratamiento, así como el conocimiento de su relación con otras condiciones.



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Metodología: Se trata de un estudio transversal donde se eligieron al azar 10.000 estudiantes de una universidad pública en Estados Unidos, de ellos 9.449 recibieron exitosamente el e-mail, donde se les presentaba un consentimiento informado y luego una encuesta que indagaba sobre datos demográficos e incluía preguntas de instrumentos validados de monitoreo en salud mental. De dicha muestra, 3459 personas completaron toda la encuesta.

La encuesta constaba de 156 preguntas y tomaba aproximadamente 30 minutos. Las preguntas evaluaban conducta sexual y logros académicos autoreportados, salud mental, abuso de sustancias, impulsividad, compulsividad. Además todos debían completar el Cuestionario del Trastorno Dismórfico Corporal (BDD-Q).

Resultados: Los autores publicaron los siguientes resultados:

  • La prevalencia de TDC en esta muestra de estudiantes fue de 1.7%, similar a la observada en muestras comunitarias.
  • El trastorno se asoció significativamente con el género masculino.
  • Aquellos con TDC eran más propensos a identificarse como transgénero o queer.
  • Los estudiantes con TDC eran significativamente más propensos a informar uso problemático de sustancias.
  • Se encontró también una asociación significativa con TEPT, depresión, TDAH, ansiedad generalizada y conducta sexual compulsiva. El vínculo con la ansiedad fue particularmente fuerte. Según los autores, es la primera vez que se reportan tasas elevadas de conducta sexual compulsiva relacionada a este trastorno.
  • Había una tendencia a que estas personas fueran solteras, aunque los números de parejas sexuales eran similares a los del grupo control.
  • Tanto la impulsividad como la conducta compulsiva estaban significativamente asociados con el trastorno dismórfico corporal. Los autores creen que los puntajes elevados en impulsividad pueden explicar en parte las altas tasas de intentos de suicidio en personas con este trastorno.

La hipótesis del grupo de investigadores es que las conductas sexuales compulsivas podrían ser en respuesta al trastorno, permitiéndole al individuo enfocarse momentáneamente en algo más que la parte del cuerpo que odia, que llevaría a sentirse menos adecuado.

Limitaciones: Entre las limitaciones, los autores mencionan que: (a) Se utilizó un instrumentos que permite monitorear posibles casos de trastorno dismórfico corporal pero no diagnosticar; (b) el diseño transversal del estudio no permite determinar causalidad; (c) las evaluaciones en línea tienen ciertas limitaciones, son menos precisas que las evaluaciones en persona.

Referencia original: Grant, J. E., Lust, K., & Chamberlain, S. R. (2019). Body Dysmorphic Disorder and Its relationship to Sexuality, Impulsivity, and Addiction. Psychiatry Research. doi:10.1016/j.psychres.2019.01.036

Fuente: PsyPost

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