Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por mes

abril 2022

40 Publicaciones
  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Guía para el manejo del dolor

  • David Aparicio
  • 25/04/2022
woman wearing black camisole

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

La guía, elaborada por María Rivas, Psicóloga Clínica de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de la Princesa y vocal del Comité de Atención al Dolor, ofrece una serie de recursos y recomendaciones orientados a mantener una cierta calidad de vida a las personas que padecen dolor crónico.

Descarga la guía completa en formato PDF.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro

Club de lectura: Diez Drogas: Sustancias que cambiaron nuestras vidas 

  • David Aparicio
  • 25/04/2022

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

«Una lectura absorbente», The New York Times Book Review 

Detrás de cada fármaco se esconde una historia. Puede ser la de un investigador excéntrico que resulto ser un genio, algún momento decisivo en la historia geopolítica, un nuevo avance tecnológico o un inesperado pero afortunado efecto secundario descubierto en un ensayo clínico. 

Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro.

Suscríbete a Psyciencia Pro por solo $6 al mes y accede a contenido exclusivo: artículos seleccionados directamente en tu correo, recursos clínicos, webinars y cursos de formación profesional pensados para psicólogos que quieren mantenerse actualizados y mejorar su práctica.

ÚNETE AHORA

¿Ya eres miembro? Inicia sesión

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

DSM-5-TR: de qué se tratan las actualizaciones recientes del DSM-5

  • Equipo de Redacción
  • 25/04/2022

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

En marzo de 2022 la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) publicó un texto revisado (TR) del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5.ª edición, DSM-5-TR, con el fin de aclarar ciertas condiciones de salud mental y criterios y códigos de diagnóstico

Los puntos destacados de la reciente actualización incluyen la adición del trastorno de duelo prolongado como condición, así como códigos de síntomas para el comportamiento suicida y las autolesiones no suicidas.

La APA también consultó a profesionales de la cultura y la equidad para reconocer el papel histórico de la discriminación racial en los diagnósticos clínicos. Se actualizó el lenguaje del DSM-5-TR para promover la inclusión de las personas de color y los grupos marginados.

Las actualizaciones del DSM-5-TR

El DSM-5-TR ha perfeccionado algunos de sus criterios y códigos de diagnóstico, lo que puede informar mejor cómo trabajan los profesionales de la salud mental con sus clientes y cómo presentan reclamos a las compañías de seguros.

Aunque el texto revisado no puede abordar completamente las experiencias y situaciones únicas de cada individuo, los criterios de diagnóstico mejorados pueden ayudar a los médicos a identificar los trastornos o condiciones de sus clientes con mayor precisión.

Trastorno de duelo prolongado

Una de las novedades es la inclusión del trastorno de duelo prolongado como condición, haciendo mención de los síntomas asociados en su lista de criterios diagnósticos. Ahora, los médicos pueden hacer un diagnóstico formal para aquellos que han enfrentado dificultades para sobrellevar la pérdida durante un período de tiempo prolongado.

Aún así, el proceso de duelo de cada persona es diferente, y existe cierta controversia entre los médicos cuando se trata de vincular las experiencias de pérdida de una persona con un trastorno de salud mental. Estudios han demostrado que 1 de cada 10 adultos puede experimentar un duelo prolongado, especialmente ahora, con esta pandemia que ha matado a tantas personas repentinamente (Prigerson et al., 2021), por lo que esta es una adición realmente importante.

Criterios de diagnóstico

Según el DSM-5-TR, los criterios diagnósticos para el duelo prolongado incluyen:

  • Una respuesta de duelo persistente durante más de 12 meses (6 meses para un niño)
  • Síntomas que interrumpen significativamente el funcionamiento diario de una persona
  • Experiencias que no pueden atribuirse a otra condición, como el trastorno depresivo mayor (TDM) o el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Trastorno del estado de ánimo no especificado

El DSM-5 eliminó el «trastorno del estado de ánimo no especificado» como diagnóstico en su actualización de 2013, lo que significaba que los médicos tenían que diagnosticar a sus clientes con un trastorno del estado de ánimo específico.

El DSM-5-TR ha vuelto al diagnóstico «no especificado» para incluir una gama de posibles trastornos del estado de ánimo, lo que puede ayudar a los médicos a evitar posibles diagnósticos erróneos. La idea de su restablecimiento es brindar un diagnóstico a alguien cuyos síntomas no se ajustan perfectamente a los trastornos bipolares o depresivos. Esto es importante pues distinguir entre el trastorno bipolar y los trastornos depresivos lleva tiempo. A menudo, los síntomas concurrentes con el trastorno bipolar no siempre se notan al inicio. Si se diagnostica erróneamente con depresión y se prescribe un ISRS a una persona que en realidad no la padece, esta medicación podría llevarle a un episodio maníaco.

Incluir nuevamente el trastorno del estado de ánimo no especificado permite a los profesionales contar con más tiempo para observar los síntomas de su paciente y proporcionar un diagnóstico más preciso y una prescripción posterior.

Autolesiones no suicidas

El DSM-5-TR ha añadido a su lista de diagnósticos las autolesiones sin presencia de tendencias suicidas.

Debido a que no todas las personas que se han autolesionado lo han hecho con la intención de terminar con su vida, agruparlas en tendencias suicidas podría desdibujar las evaluaciones realizadas por los profesionales tratantes.

Además, en las nuevas actualizaciones se han incluido códigos diagnósticos de conducta suicida sin presencia de otros trastornos de salud mental.

Foco en el lenguaje inclusivo de género

El texto revisado del DSM-5 incluye cambios en su lenguaje sobre el género y la identidad de género para ayudar a reducir el estigma al aclarar que estos aspectos de una persona no se seleccionan por elección.

Esto incluye los cambios más precisos e inclusivos de:

  • “Género deseado” a “género experimentado”
  • “Procedimiento médico de sexo cruzado” a “procedimiento médico de afirmación de género”
  • “Nacido varón/nacida mujer” a “individuo asignado varón/mujer al nacer”

Foco en la raza y la discriminación

Según los autores de la revisión, esta se llevó a cabo a través de una lente de equidad e inclusión y realizar los cambios acordes fue prioridad en los comités revisores.

Es probable que las iteraciones futuras del DSM-5 incorporen cambios adicionales, específicamente en torno a cómo se cruzan las causas de los trastornos sociales, socioculturales y genéticos, todo con el objetivo de permitir que los pacientes sean vistos dentro de un marco más holístico.

La raza y la discriminación históricamente han afectado la atención de la salud mental. Que esto sea reconocido en el DSM-5-TR es un paso adelante en la creación de entornos más seguros e inclusivos para las personas de color y los grupos marginados.

Pero todavía existen barreras para la atención de salud mental de calidad, como factores de costo, seguro médico y suficiente acceso a terapeutas culturalmente competentes.

Referencia bibliográfica: Prigerson, H. G., Kakarala, S., Gang, J., & Maciejewski, P. K. (2021). History and Status of Prolonged Grief Disorder as a Psychiatric Diagnosis. Annual Review of Clinical Psychology, 17, 109-126. https://doi.org/10.1146/annurev-clinpsy-081219-093600

Fuente: Psychcentral

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los problemas de salud mental tienen un costo adicional sobre la función cognitiva

  • Equipo de Redacción
  • 25/04/2022

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

Todos los trastornos mentales tienen un costo oculto en forma de disfunción cognitiva. Este costo incluye déficits en la memoria, atención, funciones ejecutivas y velocidad de procesamiento, según los hallazgos de un metanálisis reciente (Abramovitch et al., 2021).

Los autores han denominado a este fenómeno, este precio cognitivo, como “El Factor C», una abreviatura de disfunción cognitiva; y puede ser definido como rendimiento más bajo en las pruebas cognitivas o reducción en las capacidades cognitivas como la atención y la memoria. Este análisis sugiere que se puede encontrar en todos los trastornos y que constituye una parte integral de una salud mental deteriorada (Eaton et al., 2015).

Qué metodología usaron

El equipo de investigación analizó datos de todos los metanálisis y revisiones sistemáticas existentes sobre la función cognitiva en todos los trastornos reconocidos por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Se incluyeron 97 metanálisis que cubrían 29 trastornos. En general, el estudio incorporó datos de más de 200.000 personas.

Por qué es importante

La frecuencia de los trastornos mentales es creciente en el mundo entero, particularmente en adultos jóvenes y adolescentes. Incluso antes de la pandemia, 1 de cada 5 estadounidenses padecía un trastorno mental (Mental Health By the Numbers, s. f.).

El estudio más completo hasta la fecha que examina la prevalencia mundial de los trastornos mentales proyectó que el 55 % de los estadounidenses cumplirán los criterios de al menos un trastorno mental a lo largo de su vida (Kessler et al., 2007). En particular, ese estudio, que se realizó hace 15 años, examinó los trastornos diagnosticables. Pero, de hecho, la prevalencia de experiencia a lo largo de la vida de síntomas clínicamente significativos en la población general es mucho mayor. Por ejemplo, un estudio encontró que aunque solo alrededor del 20% de los estadounidenses cumplirán los criterios formales para el trastorno depresivo mayor en su vida, el 62% de los estadounidenses experimentarán síntomas significativos de depresión (Kessler & Bromet, 2013).

Los hallazgos del presente metanálisis demuestran que una salud mental más deficiente se asocia con al menos cierto grado de disfunción cognitiva, por lo que este tipo de deficiencia puede ser mucho más común de lo que se pensaba anteriormente.

Estos hallazgos son importantes porque algunos trastornos mentales pueden diagnosticarse erróneamente en función de la disfunción cognitiva. Por ejemplo, se debe esperar que un estudiante universitario que lucha contra el trastorno obsesivo-compulsivo tenga algunas dificultades en áreas como la concentración, la organización, el manejo del tiempo y la memoria. Sin embargo, en tal caso, estos desafíos cognitivos no provienen de condiciones como la dislexia o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, sino del TOC (Abramovitch et al., 2013). Esta posible confusión puede conducir a un diagnóstico erróneo.

De hecho, el TDAH, un trastorno caracterizado por déficits en las funciones ejecutivas, es uno de los trastornos más mal diagnosticados en todos los grupos de edad (Pre-Collegiate Global Health Review, 2021). Alrededor del 20% de los jóvenes diagnosticados con TDAH y que reciben medicamentos reciben un diagnóstico incorrecto (Elder, 2010). Además, existe evidencia de que los médicos prescriben con demasiada facilidad medicamentos estimulantes para los síntomas de falta de atención, incluso sin un diagnóstico completo o formal de TDAH (Epstein et al., 2014).

Por lo tanto, la falta de conocimiento sobre las disfunciones cognitivas asociadas con el TOC en el ejemplo anterior podría conducir a un tratamiento inadecuado. De hecho, la medicación estimulante puede aumentar la irritabilidad y la ansiedad y exacerbar la disfunción cognitiva en tales individuos (Stuckelman et al., 2017). Por lo tanto, es crucial que los profesionales de la salud mental obtengan una mejor comprensión del modo en que la salud mental y la disfunción cognitiva van de la mano, particularmente en el contexto de la mala interpretación de los síntomas cognitivos.

Lo que aún no sabemos

Del estudio surgen dos preguntas principales: primero, ¿por qué cualquier problema importante de salud mental tiene un costo en forma de disfunción cognitiva? Eso parece sorprendente dado que varios trastornos de salud mental difieren significativamente en términos de síntomas y tipo de intervenciones. 

En segundo lugar, ¿cuál es el mecanismo real que subyace a este fenómeno? Por ejemplo, si encontramos que el sufrimiento general es común a todos los trastornos mentales, ¿cuál es el mecanismo específico por el cual el sufrimiento dificulta el desempeño en las pruebas cognitivas? Se necesita más investigación para examinar estas preguntas.

Referencias bibliográficas:

  • Abramovitch, A., Dar, R., Mittelman, A., Schweigerd, A. Don’t judge a book by its cover: ADHD-like symptoms in obsessive compulsive disorder. (2013). Journal of obsessive-compulsive and related disorders, 2(1), 53-61. https://doi.org/10.1016/j.jocrd.2012.09.001
  • Abramovitch, A., Short, T., & Schweiger, A. (2021). The C Factor: Cognitive dysfunction as a transdiagnostic dimension in psychopathology. En Clinical Psychology Review (Vol. 86, p. 102007). https://doi.org/10.1016/j.cpr.2021.102007
  • Eaton, N. R., Rodriguez-Seijas, C., Carragher, N., & Krueger, R. F. (2015). Transdiagnostic factors of psychopathology and substance use disorders: a review. Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology, 50(2), 171-182. https://doi.org/10.1007/s00127-014-1001-2
  • Elder, T. E. The importance of relative standards in ADHD diagnoses: Evidence based on exact birth dates. (2010). Journal of health economics, 29(5), 641-656. https://doi.org/10.1016/j.jhealeco.2010.06.003
  • Epstein, J. N., Kelleher, K. J., Baum, R., Brinkman, W. B., Peugh, J., Gardner, W., Lichtenstein, P., & Langberg, J. (2014). Variability in ADHD care in community-based pediatrics. Pediatrics, 134(6), 1136-1143. https://doi.org/10.1542/peds.2014-1500
  • Kessler, R. C., Angermeyer, M., Anthony, J. C., DE Graaf, R., Demyttenaere, K., Gasquet, I., DE Girolamo, G., Gluzman, S., Gureje, O., Haro, J. M., Kawakami, N., Karam, A., Levinson, D., Me, M. M., Ma, O. B., Posada-Villa, J., Stein, D. J., Ch, A. T., Aguilar-Gaxiola, S., … Ustün, T. B. (2007). Lifetime prevalence and age-of-onset distributions of mental disorders in the World Health Organization’s World Mental Health Survey Initiative. World psychiatry: official journal of the World Psychiatric Association , 6(3). https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18188442/
  • Kessler, R. C., & Bromet, E. J. (2013). The Epidemiology of Depression Across Cultures. En Annual Review of Public Health (Vol. 34, Número 1, pp. 119-138). https://doi.org/10.1146/annurev-publhealth-031912-114409
  • Mental Health By the Numbers. (s. f.). Recuperado 23 de abril de 2022, de https://www.nami.org/mhstats#
  • Pre-Collegiate Global Health Review. (2021, agosto 12). The Global Misdiagnosis of ADHD and the Devastating Long-Term Effects. PGHR. https://www.pghr.org/post/the-global-misdiagnosis-of-adhd-and-the-devastating-long-term-effects
  • Stuckelman, Z. D., Mulqueen, J. M., Ferracioli-Oda, E., Cohen, S. C., Coughlin, C. G., Leckman, J. F., & Bloch, M. H. (2017). Risk of Irritability With Psychostimulant Treatment in Children With ADHD: A Meta-Analysis. The Journal of Clinical Psychiatry, 78(6), e648-e655. https://doi.org/10.4088/JCP.15r10601

Fuente: The Conversation

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Webinars

Calendario de eventos (abril-mayo)

  • David Aparicio
  • 25/04/2022

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

En Psyciencia hemos organizado diferentes eventos para las próximas semanas y los hemos organizado en un artículo para que puedas organizarte para participar. Todas las actividades se desarrollan via Zoom y lo único que tienes que hacer es hacer clic en el enlace y agregar tus datos:

  • 26 de abril: Club de lectura: La Matrix – Manual del Usuario: Entrenando la Flexibilidad Psicológica en tres pasos por medio de la Terapia de Aceptación y Compromiso
  • 27 de abril: Como funciona una pasantía de psicoterapia online
  • 2 de mayo: Presentación del libro «Croquis, una guía clínica de terapia de aceptación y compromiso»
  • 9 de mayo: Psyciencia Labs: Autolesión no suicida, conceptualización y evaluación clínica en población hispanoparlante
  • 23 de mayo: Diez Drogas: Sustancias que cambiaron nuestras vidas

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Sponsor

Terapia cognitivo conductual para trastornos de personalidad (curso online)

  • David Aparicio
  • 25/04/2022

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

Inscríbete hoy con el 50% de descuento en el curso online de terapia cognitivo conductual para trastornos de personalidad.

Dentro de la categoría trastornos de personalidad encontramos una amplia variedad de condiciones como: trastorno de personalidad antisocial, trastorno límite, trastorno histriónico, obsesivo compulsivo y narcisista. Cada uno con sus propias características y desafíos. Lo que exige muchas horas de estudio y entrenamiento clínico.

Para ayudar a los psicólogos que desean formarse con los mejores tratamientos disponibles el grupo de expertos de CETECIC ha desarrollado un curso online que cubre las necesidades de los estudiantes, terapeutas noveles y experimentados y los provee con las habilidades necesarias para dar respuesta a los pedidos de sus pacientes con trastornos de personalidad.

El curso online de terapia cognitivo conductual para trastornos de personalidad tiene una duración de 4 meses, dividido en 12 clases más tiempo de repaso e incluye el siguiente temario:

  1. Personalidad: modelos, definiciones y trastornos.
  2. Trastornos de personalidad, definiciones, características y modelos.
  3. Evaluación y tratamiento del trastorno límite de personalidad (se le dedicarán 3 clases completas).
  4. Evaluación y tratamiento paranóide de la personalidad (2 clases).
  5. Evaluación y tratamiento de trastorno antisocial de la personalidad (2 clases).
  6. Tratamiento de las personas que conviven con una persona con trastorno antisocial de la personalidad.
  7. Evaluación y tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad (2 clases).

Profesores

Los docentes de CETECIC tienen una amplia experiencia clínica y académica:

  1. José Dahab: Psicólogo clínico especialista en Terapia Cognitivo Conductual – Docente Titular de «Análisis y Modificación de la Conducta» (Universidad de Buenos Aires).
  2. Carmela Rivadeneira: Psicólogo clínico especialista en Terapia Cognitivo Conductual Ex-Docente de «Análisis y Modificación de la Conducta» (Universidad de Buenos Aires).
  3. Ariel Minici: Psicólogo clínico especialista en Terapia Cognitivo Conductual.

Características del curso

  • El curso es totalmente online.
  • Se acomoda a tus horarios.
  • Puedes visualizar toda las clases durante el curso.
  • Accede a los videos, descargas y lecturas especializadas.
  • Obtendrás acceso a presentaciones teóricas y prácticas
  • Podrás ver las filmaciones de cada técnica.
  • Seguimiento en foro con los compañeros del curso.

Inscríbete aquí con el 50% de descuento.

Agradecemos a CETECIC, nuestro sponsor exclusivo de la semana.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Leer en dispositivos electrónicos reduce la comprensión lectora

  • Equipo de Redacción
  • 25/04/2022

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

Los teléfonos inteligentes, las tablets y notebooks se han convertido en herramientas de usos múltiples, más allá de la función primaria para la cual cada una fue pensada. De hecho (y sobre todo con la pandemia), leemos noticias, libros, y hasta estudiamos para exámenes desde nuestros dispositivos electrónicos. Y si bien podemos ver sus bondades en términos de practicidad, ahorro de espacio y ecología, estudios han encontrado que esta conducta causa fatiga visual, dolores de cabeza, promueve la hiperactividad en la corteza prefrontal, respiración profunda menos frecuentes y menor comprensión lectora (Honma et al., 2022).

Con el objetivo de averiguar por qué sucede esto, un equipo de investigadores realizó un estudio centrándose en dos factores que se sabe que están asociados con la función y el rendimiento cognitivos: el entorno visual y los patrones de respiración. Propusieron que el entorno visual de la lectura en una pantalla puede alterar la función respiratoria y la función cerebral, que pueden interactuar y afectar el rendimiento cognitivo. Investigaciones anteriores encontraron algo llamativo: suspirar, o respirar profundo cuando se lee, tiene una impresión negativa en la comunicación social, mientras que tiene un efecto positivo en la función cognitiva.

Qué metodología usaron

La muestra del presente estudio experimental estuvo compuesta por 34 estudiantes universitarios japoneses, que tenían al rededor de 20 años. Cada estudiante participó en dos pruebas de lectura, en las que leyeron un texto en un teléfono inteligente o leyeron un texto en papel. Los dos textos eran pasajes tomados de dos novelas del mismo autor, y se equilibraron las condiciones para que ningún estudiante leyera dos veces el mismo texto.

Mientras los estudiantes leían, usaban vinchas funcionales de espectroscopia infrarroja cercana que midieron la actividad en la corteza prefrontal, y máscaras alrededor de la boca y la nariz para medir los patrones de respiración. Luego de la lectura, los participantes completaron una prueba de comprensión lectora que incluía 10 preguntas relacionadas con el contenido de los pasajes.

Qué encontraron

Los resultados mostraron que los estudiantes se desempeñaron mejor en la prueba de lectura si habían leído el pasaje en papel en lugar de un teléfono inteligente, independientemente de la novela que leyeran. Este hallazgo es consistente con la literatura que sugiere que la lectura en dispositivos electrónicos interfiere con la comprensión.

Además, los investigadores encontraron diferencias en la actividad respiratoria de los estudiantes según el medio de lectura. Al leer en papel, los estudiantes provocaron una mayor cantidad de suspiros en comparación con la lectura en un teléfono inteligente. Un suspiro se definió como una respiración que era el doble de profunda que una respiración promedio durante una sesión.

Los hallazgos revelaron además que la actividad cerebral prefrontal de los estudiantes aumentó durante la lectura, en cualquier condición. Pero curiosamente, esta actividad cerebral fue mayor al leer en un teléfono inteligente en comparación con la lectura en papel. Además, el aumento de la actividad en la corteza prefrontal se asoció con una disminución de los suspiros y una menor comprensión de lectura.

Al interpretar estos hallazgos, los investigadores señalan que estudios previos han sugerido que las personas suspiran más cuando se enfrentan a tareas exigentes que aumentan la carga cognitiva. La actividad prefrontal elevada entre los estudiantes que leen en un teléfono inteligente puede sugerir una mayor carga cognitiva en comparación con la lectura en papel. Pero leer en un teléfono inteligente parecía inhibir los suspiros en comparación con leer en papel.

Los autores señalan que hay investigaciones anteriores que muestran que incluso la respiración profunda consciente tiene un efecto positivo en la función cognitiva, por lo que proponen que las personas que usan dispositivos electrónicos durante largos períodos de tiempo incluyan la respiración profunda en forma consciente mientras desarrollan sus actividades.

La interacción entre el aumento de la actividad cerebral y la disminución de los suspiros puede ser responsable de la disminución de la comprensión. La carga cognitiva moderada llevó a las personas que leyeron en papel a suspirar, lo que puede haber ayudado a restaurar una mayor variabilidad respiratoria y el control de la actividad cerebral prefrontal. Pero para aquellos que leyeron en un teléfono inteligente, la carga cognitiva más intensa impidió suspirar, lo que llevó a una actividad cerebral elevada.

Actualmente no está claro cómo la edad y la familiaridad con los dispositivos digitales podrían influir en los nuevos hallazgos. Los participantes del estudio eran jóvenes de alrededor de 20 años, es decir, la generación llamada “nativos digitales”, pero aun así, los autores suponen que comenzaron a usar dispositivos digitales cuando estaban en la escuela secundaria o preparatoria. En este sentido, si alguien ha crecido expuesto a un entorno digital desde la infancia, los resultados podrían ser más positivos para los teléfonos inteligentes, al contrario de lo encontrado en este estudio. Finalmente, cabe preguntarse hasta qué punto nuestro cerebro es un sistema que puede adaptarse al entorno digital.

Rereferencia bibliográfica: Honma, M., Masaoka, Y., Iizuka, N., Wada, S., Kamimura, S., Yoshikawa, A., Moriya, R., Kamijo, S., & Izumizaki, M. (2022). Reading on a smartphone affects sigh generation, brain activity, and comprehension. Scientific Reports, 12(1), 1589. https://doi.org/10.1038/s41598-022-05605-0

Fuente: Psypost

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis

¿Qué es la psicología forense? 

  • Laura Ruiz
  • 20/04/2022
man person people woman

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

La psicología es la rama de la ciencia que se encarga del estudio de la conducta humana en sus diversos ámbitos. Cuando nos referimos a lo concerniente al ámbito legal, estamos hablando entonces de la psicología forense. 

En este sentido, hablamos del conjunto de valoraciones, intervenciones, diagnósticos y tratamiento si así lo requiere, de personas en asuntos relacionados a hechos legales, en donde se hace un abordaje de lo sucedido, las secuelas y se proyecta a futuras consecuencias. 

Por ello, el psicólogo forense debe contar con una vasta experiencia en el ámbito clínico que le permita comprender la evolución de las psicopatologías y poder así determinar un pronóstico en relación a los involucrados en hechos de índole legal.

¿Fusión entre la psicología y el derecho?

Podríamos decir que la psicología forense es una ciencia a caballo entre la psicología y el derecho. 

Y así lo sugieren, en un artículo del 2009, Arch & Jarne, cuando hablan de que la psicología y el derecho encuentran su coincidencia en el hecho de que ambas disciplinas son ciencias humanas y sociales, y en que comparten el objeto de intervención: la conducta de las personas. 

Y en el artículo citan a otro autor, Munné (1987), quien dice lo siguiente: “son ciencias llamadas a entenderse como ciencias humanas del comportamiento y sociales”.

Actividad y presencia del psicólogo forense

Por su parte, según un artículo de Manzanero (2009), la psicología forense ha adquirido progresivamente cada vez mayor protagonismo en los tribunales de justicia. 

Y en palabras del propio autor, “su actividad se ha centrado en valorar daños, capacidades, competencias e imputabilidades, desde un punto de vista psicológico, en lo que se ha denominado como la psicología forense clínica”. Pero, ¿qué más sabemos de esta especialización?

¿Cuál es la función de la psicología forense?

La psicología forense no tiene un único campo de acción, por lo que su aplicación se encuentra en diversas áreas, entre las que se destacan:

Ámbito penal: el psicólogo forense puede dar testimonio, evaluar, diagnosticar y abordar casos en los que haya llevado a cabo actos delictivos, como por ejemplo, robos, violencia física, abusos sexuales, abuso y/o consumo de sustancias.

Pero su labor no se limita solo al abordaje del victimario, pues entre sus funciones también está la atención a las víctimas a través de la valoración psicológica y evaluación de los daños causados a nivel psicológico.  

También se encargan de valorar a los criminales para determinar su peligrosidad, así como de proyectar a futuro las posibilidades de recaer en hechos delictivos nuevamente. 

Ámbito civil: en estos casos el psicólogo forense es la persona encargada de realizar las entrevistas y evaluaciones pertinentes que puedan dar peso legal (para justificar o desmentir) asuntos como secuelas psicológicas de personas que han sido víctimas de crímenes. 

También se encargan de valorar a las personas con discapacidades legales, predecir la capacidad volitiva, evaluar casos de tutelas, así como de la impugnación de testamentos. 

Ámbito de lo familiar: las funciones de la psicología forense incluyen las valoraciones, abordajes y en algunos casos que así lo requieran, el tratamiento a las personas involucradas en procesos de adopción, patria potestad, guarda y custodia.

Además son los encargados de realizar los informes psicológicos que serán utilizados posteriormente para fines legales. Les corresponde evaluar las competencias parentales e intervención en casos de separaciones o divorcios. 

Ámbito laboral: dentro del área laboral el psicólogo forense se encarga de evaluar a las personas que han sido víctimas de accidentes en sus sitios de trabajo. También se encarga de evaluar para descartar o confirmar la simulación de síntomas.

El acoso laboral, también conocido como mobbing, es competencia del psicólogo forense, así como el acoso sexual y los casos en los que se presenta el Síndrome de Burnout.

Psicología forense, un área compleja

La psicología forense es un área bastante compleja de estudio, pues el perfil del profesional dedicado a esta rama debe ser muy completo. No se trata pues de solo hacer una especialización en esta área, sino que además debe contar con una amplia experiencia. 

El psicólogo forense debe saber de psicología clínica, conocer a profundidad las psicopatologías y cómo afectan están la conducta humana. 

Además debe estar calificado en predecir la evolución de muchas patologías, no solamente las mentales, pues también hay problemas de índole física que pueden llegar a alterar la conducta de los seres humanos. 

Aunado a esto, el psicólogo forense debe conocer muy bien el ámbito legal del país o región en el cual labora. Debe ser un conocedor de las leyes y saber cómo se realizan los procedimientos penales y los mecanismos legales que puedan ser aplicables en cada caso en particular.

El psicólogo forense jamás juzga

Es preciso destacar que la labor del psicólogo forense se basa en la valoración y descripción de los resultados obtenidos y observados en los casos para los cuales se solicite su apoyo. 

Debe ser completamente neutral en todos los procesos en los cuales se requiera su ayuda. En ningún caso puede actuar como fiscal de ninguna de las partes involucradas. Su trabajo se debe limitar a describir. 

Dentro de sus labores está la parte predictiva de lo que puede suceder más adelante, pero esto debe hacerse bajo la más estricta profesionalidad basándose en estudios que avalen sus informes, nunca desde una postura personal ni dando opiniones.

Una influencia relevante

La información dada por los psicólogos forenses en muchas ocasiones puede llegar a influenciar los veredictos en casos legales, por lo que resulta fundamental tener mucho cuidado al momento de realizar los informes o en los casos de ser requeridos como opinión de expertos, tener un cuidado máximo de las palabras. 

Si te interesa esta rama de la psicología recuerda siempre especializarte y ser neutral en tu labor; ¡prepárate para ser un excelente profesional!

Referencias:

  • Arch, M. & Jarne, A. (2009). Introducción a la Psicología Forense. https://hdl.handle.net/11537/27970
  • Manzanero, Antonio L. (2009) Psicología Forense: Definición y técnicas. In Teoría y práctica de la investigación criminal. IUGM, Madrid, 313-339. 

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis

El suicidio agresivo o moralista

  • Pablo Malo Ocejo
  • 19/04/2022
mad black woman shouting at sad female

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

Existe ahora mismo en todas las esferas de nuestra sociedad, tras la pandemia COVID, un renovado interés en el suicidio que ha llegado a instancias políticas y ha motivado que se están poniendo en marcha planes de prevención a nivel nacional. Pero, a mi modo de ver, se está manejando una concepción del suicidio bastante miope que lo limita al suicidio como consecuencia de un trastorno mental, principalmente la depresión. En este blog he hablado antes de otros tipos de suicidio como el suicidio impulsivo, el homicidio seguido de suicidio o el suicido con intención hostil. Precisamente sobre este último tipo de suicidio vuelvo en esta entrada, pero con otras fuentes y otro enfoque.

Como dice Soper, hay dos causas principales del suicidio: el dolor y el cerebro, es decir, un dolor insoportable sea físico o psíquico, unido al suficiente desarrollo cognitivo para darnos cuenta de que si nos matamos a nosotros mismos podemos acabar con ese sufrimiento. Por ello, no existe prácticamente el suicidio en animales o en los niños, porque todavía carecen de ese desarrollo cognitivo. Pero hay muchos tipos de dolor que nos pueden llevar a pensar que nuestra vida no merece la pena ser vivida y no sólo el dolor derivado de un trastorno mental o de una depresión. Muchos de esos dolores tiene que ver con problemas y conflictos en las relaciones interpersonales y con emociones que no son sólo la depresión. Emociones como la culpa, la vergüenza, la pérdida de nuestra reputación o nuestro estatus, la ira, la rabia o la venganza pueden llevarnos a una conducta suicida.

En esta entrada voy a resumir el artículo Aggressive Suicide, del sociólogo Jason Manning en el que trata de los casos en los que el suicidio se usa para hacer daño a los demás, aquellos en los que el suicidio es una especie de agresión interpersonal con la que se busca generar culpa o perjudicar de otras maneras a alguien. 

Primero, como siempre, algunas definiciones. Manning plantea que el suicidio, la autodestrucción, la auto-aplicación de una violencia letal, puede ser una técnica de control social.  Manning se ha formado bajo la influencia del sociólogo Donal Black y su teoría de la sociología pura, pero no necesitamos entrar en profundidades teóricas para entender lo que nos quiere decir Manning. Control social, según Black, es cualquier acción que define y responde a una conducta desviada. Es sinónimo con manejo de un conflicto y se refiere a cualquier forma de responder y manejar un agravio. Hay diversas maneras de control social como la evitación (alejarnos del conflicto, divorciarnos, etc.), la agresión, la negociación o tolerar y aguantar el conflicto. El suicidio puede ser una manera de expresar agravios. Solo una cosa más sobre el control social: muchas conductas que la sociedad considera delitos – como homicidios, robos, agresiones, etc. – pueden ser formas de castigar a la otra parte, es decir, de control social o de violencia moralista; pero no todos los homicidios o robos son control social, por ejemplo, algunos homicidios o robos son pura depredación y el móvil es el dinero. 

Segundo, he llamado suicido moralista a este suicidio agresivo porque la naturaleza del conflicto interpersonal o de la conducta que requiere una respuesta por nuestra parte es moral, es decir, alguien nos ha hecho algo malo moralmente a nosotros, o nosotros hemos hecho algo moralmente malo a alguien. Mucha conducta suicida es una forma de expresar y de responder a agravios u ofensas morales. El suicidio pertenecería a la misma familia sociológica que las huelgas, los boicots, el encarcelamiento, el cotilleo, la exclusión social, la ejecución o la venganza. De las diversas formas de control social que hemos descrito en el párrafo anterior, el suicidio combina dos: la evitación y la agresión. Por un lado, con el suicido cortamos todos los lazos con la persona que nos ha agraviado (como cuando nos enfadamos y dejamos de hablar con esa persona pero llevado al extremo, o como cuando nos divorciamos o nos alejamos de alguien que nos ha ofendido). Y también tiene un componente de agresión, de infligir un daño o de venganza muchas veces. Como ya he señalado, algunos suicidios ocurren cuando una persona ha hecho algo malo a los demás o con su conducta ha perjudicado a su familia y el resultado es que se siente culpable o avergonzado. Este suicidio también es moralista.

Manning comienza hablando del suicido agresivo en sociedades tradicionales donde es muy frecuente y en algunos casos está hasta ritualizado. Los Lusi de Nueva Guinea, por ejemplo, creen que el suicidio no es natural y que alguien o algo siempre es responsable de toda muerte incluido el suicidio. Según ellos, las personas se suicidan por una razón que tiene que ver con las acciones o actitudes de otra gente y tratan el suicidio como un tipo de homicidio “Le mataron con palabras”. Entre ellos es relativamente frecuente que mujeres maltratadas por sus maridos utilicen el suicidio como forma de venganza y castigo contra ellos y el suicidio tiene un procedimiento:

  1. La mujer debe avisar a otros de sus intenciones, por ejemplo destruyendo sus posesiones personales.
  2. Debe vestirse con sus mejores ropas.
  3. Debe suicidarse en presencia de otros o en un lugar donde sea fácilmente encontrada.
  4. Debe comunicar a otros la identidad de la persona responsable de su muerte: enviar una carta a esa persona, decir su nombre al beber el veneno, decir a amigos que le avisen de su muerte.

El resultado es que la otra persona y su familia están obligados a ofrecer una reparación, muchas veces económica o de otro tipo. De otra manera, la familia de la fallecida podría asesinarlos directa o indirectamente y Manning pone algún ejemplo en su artículo.

Según las creencias de muchas de estas sociedades tradicionales, el suicidio agresivo va a poner en marcha castigos por entidades sobrenaturales: “me suicidaré y los espíritus malignos te atormentarán”…pero, como acabamos de señalar, el castigo vendrá también de terceras partes que no tienen nada de sobrenatural, como familiares o vecinos.

Manning pasa después a hablar del suicidio agresivo en las sociedades modernas y utiliza para ello sobre todo un estudio propio en donde ha revisado 1.114 suicidios de una ciudad norteamericana y de los casos de suicidio agresivo que encontró. 

¿Un gradiente desde el suicidio al homicidio-suicidio?

Es interesante que vemos diferencias de grado en la agresividad o violencia que se emplea. Un tipo de agresión es la agresión verbal que se objetiva en las cartas o notas que dejan las personas que se suicidan. En un escalón superior estarían suicidios en los que persona que se suicida arregla las cosas para que quien la ha agraviado sea la que se encuentre el cadáver. Un hombre va al apartamento de su novia y se ahorca allí, otro se suicida manchando de sangre el salón y los objetos que sabe que a su pareja le gustan…

Un escalón superior sería lo que Manning llama “suicidio por confrontación” (confrontational suicide) refiriéndose con ello a suicidarse directamente delante de la persona que nos ha agraviado buscando claramente un impacto y una culpa mayor. Voy a poner un par de ejemplos de los que cita Manning:

“Esa mañana tuvieron una discusión porque ella asistió al funeral de su ex suegro. A pesar de las objeciones de él, ella asistió al funeral y luego regresó. A su regreso, hablaron durante unos 30 minutos en los que el difunto no parecía estar molesto o enfadado. Ella le preguntó qué quería para cenar y él murmuró algo que ella no pudo entender mientras salía por la puerta trasera. Ella le preguntó qué había dicho y él respondió: «Te lo enseñaré». Sacó una pistola del bolsillo, cargó una bala y se la puso en la cabeza. Ella le gritó que se detuviera, pero él apretó el gatillo (caso 209)”.

“El difunto acudió a la oficina de la Seguridad Social para entrevistarse con un encargado de reclamaciones. Había presentado una solicitud de invalidez, pero la oficina de Baltimore la había rechazado. Acudió a la oficina local y pidió al representante que reconsiderara su solicitud, afirmando que no podía trabajar y que su mujer tenía que trabajar y pagar sus facturas médicas. El encargado le dijo que podía tomar la información y entregarla a otra sucursal para que la tramitara y que esta sucursal le daría una cita para una entrevista. El difunto preguntó cuánto tiempo tardaría, y el representante dijo que entre 2 y 3 meses y el difunto dijo que eso sería demasiado tiempo. El representante dijo que no sabía qué más podía hacer y el fallecido dijo «sí», sacó una pistola del bolsillo de su pantalón y se disparó en la cabeza delante del representante, 58 empleados y otros tantos clientes (Caso nº 491).”

Si nos fijamos en estos dos casos podemos preguntarnos si existe un gradiente desde el suicidio al homicidio-suicidio. En ambos casos no resulta muy difícil imaginar que el individuo hubiera disparado contra las personas que eran la causa de su malestar, el primero contra su pareja y el segundo contra los empleados públicos. En muchos casos de homicidio de pareja o de homicidio múltiple, los sujetos comienzan disparando contra las personas que supuestamente les han agraviado y luego vuelven el arma hacia sí mismos. En algunos de los casos que Manning describe, el autor del suicidio habría contemplado el homicidio, pero al final no lo lleva a cabo:

“Por ejemplo, un hombre recientemente desempleado se suicidó y dejó una nota en la que revelaba que estaba enamorado de su compañera de piso y que le molestaba que ella no compartiera sus sentimientos: «Te quiero. Sé que nunca seremos una pareja y no deseo vivir un día más sin alguien que me corresponda… fuiste enviada para ser mi ángel y nunca te has detenido a escucharme». Incluso menciona haber tenido un breve impulso de «matarte y tomar y reemplazar tus píldoras del corazón cualquier cosa que se pareciera a las que vas a tomar». Sin embargo, unas líneas más adelante afirma: «A quienquiera que lea esto, NO es el responsable de mis acciones, yo, James Riley elegí mi propio destino, y yo, James Riley, elijo la muerte antes que vivir con el hecho de que nunca estaré con la persona que realmente amaba». (Caso #281)”.

“Katie, tal vez seas feliz ahora. He pensado en llevarte conmigo  pero no creo que merezca la pena porque no creo que Dios te deje vivir mucho tiempo. Para ti no hay nada bueno.  Cuida de esa muñeca no veo cómo podría volver a quererte. No puedo entender por qué te fuiste porque seguro que no había nadie más si lo hubiera no haría esto. Dile a esa muñeca que la quiero y que sea siempre buena. Quería hablar con ella, pero me hiciste enojar mucho y sabía que iba a llorar. Me he puesto aquí y he llorado durante una hora. Espero que seas feliz. No veo cómo puedes soportar vivir… Deberías enmarcar esto donde puedas leerlo wonse y un rato que no seas buena perra (Caso #493)”.

No podemos concluir, por supuesto, que exista ningún gradiente, pero la verdad es que con nuestros conocimientos actuales es imposible predecir si la persona cometerá un suicidio, solo un homicidio o un homicidio seguido de suicidio. Manning en la última parte del artículo intenta explicar por qué ocurre el suicido agresivo. Está claro que ocurre en respuesta a una ofensa, a un choque entre bien y mal, a un conflicto moral. Pero ¿por qué el conflicto se resuelve con un suicidio y no de otras formas como llamando a la policía o con un homicidio o con una paliza? Las explicaciones de Manning, a mi modo de ver, se quedan un poco cortas, lo más que llega a decir es que el suicidio agresivo es mucho más frecuente en relaciones íntimas como las relaciones de pareja, sobre todo, o las familiares, donde evidentemente hay tasas altas de conflictos. Pero, evidentemente, solo una minoría de los conflictos de pareja o familiares se resuelven con un suicidio así que nos falta mucho por conocer. Existen, por otra parte, suicidios agresivos que no ocurren en relaciones íntimas, como por ejemplo los casos de personas que se han suicidado quemándose a lo bonzo para protestar por una situación política – como un monje budista en Vietnam en 1963 – pero estos casos son muy raros.

En resumen, la visión más extendida del suicidio en la actualidad en nuestra sociedad sostiene que es resultado de un trastorno mental, fundamentalmente la depresión, y que la solución pasa por los profesionales de salud mental, psiquiatras y psicólogos. Esta visión es demasiado simple dejando fuera las causas sociales e interpersonales del suicidio. En este artículo hemos hablado del suicidio agresivo o moralista y es importante estudiar este y otros tipos de suicidio si queremos tener una comprensión más completa y global de la conducta suicida humana. 

Artículo publicado en Evolución y Neurociencias, el blog de Pablo Malo Ocejo y cedido para su publicación en Psyciencia.

Referencias:

  • Manning J. Aggressive suicide, International Journal of Law, Crime and Justice, Volume 43, Issue 3, 2015, Pages 326-341 Enlace a Research Gate
  • Manning, J. (2012). Suicide as Social Control. Sociological Forum, 27(1), 207–227. http://www.jstor.org/stable/41330920enlace Research Gate
  • Manning J. The Social Structure of Homicide-Suicide. Homicide Studies. 2015;19(4):350-369. doi:10.1177/1088767914547819enlace Research Gate
  • Manning tiene un libro sobre las Causas Sociales del Suicidio que comencé en esta entrada: https://evolucionyneurociencias.blogspot.com/2020/09/causas-sociales-del-suicidio.html

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Artículos de opinión (Op-ed)

Lo que veo en consulta y no es psicoterapia

  • Buenaventura del Charco Olea
  • 19/04/2022
shouting woman with hands on head in dim red light

Suscríbete al newsletter gratuito de Psyciencia.

Cada vez atiendo más a personas que no tienen un diagnóstico reconocible, de los existentes en los manuales científicos, sino que vienen con problemas dispares y sobre todo, una sensación de insatisfacción, agotamiento vital fruto de una continua pelea entre una parte de si que se exige y pone metas y otra que no las alcanza y siente que ni quiere ni puede más. Además, cuando las consigue, no le llenan plenamente, con una exigencia imposible de ser saciada que tortura mucho cuando no alcanza algo, pero luego, rápidamente, pide otra meta y otra más.

Veo pacientes que han pasado por uno o dos profesionales (coach, psiquiatras, psicólogos…) y que, si bien han mejorado algunos aspectos mediante técnicas, siguen en términos generales con una sensación de desbordamiento y de malestar profundo, de un no entenderse a sí mismos y de no poder parar unas dinámicas de vida en las que se meten sin saber muy bien por qué coño lo hacen (enfados, querer controlar todo, desfase e impulsividad, postureo…).

Creo que todo esto señala el fracaso de una psicología muy centrada en el problema y poco en lo que le ocurre al individuo en su realidad más profunda: cuáles son sus grandes miedos, qué intentan conseguir o evitar con esas cosas disfuncionales que hacen (se exigen hasta la ansiedad por miedo a que si no funcionan no les querrán, se obligan a ser fuertes por el miedo a ser atacados o rechazados, no ponen límites o toman decisiones por el pánico al fracaso o porque se sienten débiles, etc).

Pero, sobre todo, considero que evidencia además que se tratan de forma excesivamente individual los problemas de la persona sin ver cómo afectan variables de la era que estamos viviendo: la continua comparativa y tener que aparentar éxito y felicidad inherentes a las redes sociales, que hace que la gente esté insatisfecha de cojones con su vida / competencias y habilidades/aspecto físico/pareja porque es imposible que si en 15 minutos de redes ves a 35 personas, tu vida sea mejor que la de todos esos en todos los aspectos.

También está el hecho de que vivimos en una sociedad que ha roto ideas y reglas que creíamos irrompibles y a las que nos negamos a renunciar (con bastante sentido común): el esfuerzo ya no parece tener las recompensas de mejora económica y estabilidad que tenía anteriormente (aunque sigo creyendo en la meritocracia, desde luego actualmente está escacharrada), la inestabilidad del mercado laboral, la vivienda o la pareja, con cambios continuos y requisitos cada vez más disparatados en los que construir proyectos a largo plazo parece imposible con nuestra vida actual.

Se ignora también, otro gran factor que a mí entender es clave: la vorágine del consumismo. Éste se basa en crearnos necesidades que no son reales pero que nos hace vivir en una continua insatisfacción por todo lo que “deseamos” en una lista que crece cebada por una publicidad brutal en la que se añaden cosas mucho más rápido que la que lo podemos conseguir y que además hace que cuando hacemos algo, en vez de disfrutarlo ya estemos pensando el próximo y frustrado por no tenerlo. Y esto no es lo peor, sino que nuestro tiempo, recursos y esfuerzos se vuelcan en esta lista en vez de en cosas más ambiguas pero más importantes como los principios y valores, la familia, el autocuidado, el pensamiento crítico, los seres queridos o lo comunitario.

La tecnología nos ha dado muchas ayudas, pero también ha creado un ecosistema y unas demandas a las que nuestro cerebro no está preparado ni adaptado, como que todo sea disponible todo el rato, el famoso “multitask” o el imperativo de la inmediatez, todo lo cual nos lleva a la ansiedad por no llegar a todo, la sensación de no poder desconectar o una impaciencia e intolerancia a la frustración mucho mayor que la de nuestros abuelos.

Finalmente, el cambio de paradigma social en la que los argumentos han sido sustituidos por los sentimientos, donde vivimos en la esquizofrenia de que se nos bombardee con una idea de “perfección” contÍnua pero a la vez se hable de la normatividad como el demonio o de pedir que sea siempre lo externo quien deba responsabilizarse de cómo me estoy sintiendo. Como si yo no tuviese nada que ver y todos los problemas fuesen únicamente sociales (lo que convive con un extremo individualismo en un discurso totalmente incongruente), o la información y política basada en el frentismo donde las ideas del otro me son tan ofensivas e intorolerables que sólo puedo censurarlo, indignarme, juzgarlo o exigir su cancelación.

Mucho social, espiritual, económico, filosófico, tecnológico que añadir a lo psicológico, por eso supongo, cada vez leo más sociología, filosofía o antropología que psicología.

Visita la página de Buenaventura del Charco Olea.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

Paginación de entradas

Anterior1234Próximo

Apoya a Psyciencia con tu membresía 💞.    

Únete a Psyciencia Pro
  • Inicia sesión
  • Tips para terapeutas
  • Podcast
  • Recursos
  • Webinars
  • Artículos
  • No todo es psicología (29): sigue adelante
  • A veces la redención está en el dolor
  • Tarjetas del efecto de la co-rumiación
  • Entender la anorexia (PDF)
  • Optimiza tu trabajo clínico con la Terapia Basada en Procesos
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.