Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por mes

mayo 2024

31 Publicaciones
  • Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro

Exploración del estrés (hojas de trabajo)

  • Equipo de Redacción
  • 07/05/2024

El estrés es una sensación de tensión, abrumo, agotamiento o exhaustión. Una pequeña cantidad de estrés puede ser motivadora, pero demasiado estrés hace que incluso las tareas pequeñas parezcan abrumadoras. A veces, el estrés es la acumulación de muchas pequeñas molestias, mientras que otras veces es el resultado de cambios importantes en la vida o problemas a largo plazo.

La hoja de exploración del estrés ayudará a los clientes a aprender sobre sus factores estresantes y los factores que los protegen del estrés. Los factores estresantes incluyen las molestias diarias, los cambios importantes en la vida y las circunstancias de vida. Las cosas que protegen contra el estrés incluyen los momentos positivos diarios, las estrategias saludables de afrontamiento y los factores protectores.

Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro.

Suscríbete a Psyciencia Pro por solo $6 al mes y accede a contenido exclusivo: artículos seleccionados directamente en tu correo, recursos clínicos, webinars y cursos de formación profesional pensados para psicólogos que quieren mantenerse actualizados y mejorar su práctica.

ÚNETE AHORA

¿Ya eres miembro? Inicia sesión

  • Artículos Recomendados de la Web

Tres mitos persistentes en educación que hacen perder tiempo y dinero

  • David Aparicio
  • 06/05/2024

Lindo artículo en La Nación de tres mitos que están muy presentes en la educación:

La memoria no es como un músculo:

La memoria no es como un músculo, dice Ruiz. “Si quieres usar esa analogía, tendrías que pensar en ella más bien como si fueran miles de millones de músculos. Y cuando aprendes sobre algo, lo que haces es ejercitar solo el músculo relacionado con ese tema, con esa información”, detalla. La memoria es en realidad una red de significados, añade: “Y aprendemos conectando lo que ya sabemos con lo que estamos aprendiendo. De modo que todo aquello que podemos relacionar con nuestros conocimientos previos nos resulta más fácil de recordar y lo que no, no”.

El mito de la lateralidad cruzada:

Realizó un metaanálisis sobre los datos cuantitativos de todos los estudios que se habían publicado al respecto desde el año 1900. “El resultado fue que la lateralidad cruzada no tiene ningún impacto, ni en el rendimiento académico ni en la inteligencia”, sentencia.

La dislexia no es un problema visual:

En realidad, explica Ruiz, la dislexia es un problema de procesamiento de los sonidos del habla. “Nuestro sistema de escritura es alfabético. Se basa en asociar a unos símbolos escritos, las letras, a los sonidos más básicos del habla, los fonemas. Y lo que les pasa a las personas con dislexia es que les cuesta horrores identificar, aislar y manipular esos fonemas. Si te fijas, cuando hablamos lo hacemos todo seguido, e ir identificando cómo se separan las palabras es un reto contraintuitivo. Porque no es natural que necesitemos darnos cuenta de que la lengua oral está formada por un conjunto finito de sonidos que se van repitiendo y combinando, que son los que luego, para escribir, asociamos a las letras”, expresa.

Puedes leer el artículo completo en La Nación.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología
  • Salud Mental y Tratamientos

La felicidad es un mito

  • David Aparicio
  • 06/05/2024

La felicidad no está destinada a ser un estado permanente en el que existas, pero si no estamos destinados a sentirnos bien todo el tiempo, ¿cuál es el objetivo final de crear nuestra felicidad y cómo abordamos el dolor y el sufrimiento inevitable que todos enfrentamos en la vida?

En esta entrevista, Russ Harris, un reconocido terapeuta ACT, explora cómo podemos definir nuestros valores para vivir una vida más plena y significativa.

Recuerda que puedes activar la traducción automática.

  • Análisis
  • Salud Mental y Tratamientos

4 razones por las que los terapeutas se estancan

  • Equipo de Redacción
  • 06/05/2024

Por Steven Hayes

A veces no avanzas en absoluto con un consultante. Se presentan a la sesión, comprenden lo que estás tratando de enseñarles e incluso siguen los ejercicios… Sin embargo, cuando salen de la habitación, vuelven a su mundo y regresan a un entorno que subvierte todo lo saludable que están tratando de aprender. No practican las habilidades que les enseñaste, siguen atrapados en su historia y, como resultado, apenas progresan.

Peor aún, pueden empezar a sentirse desilusionados y dejar de presentarse por completo.

Cuando esto sucede, es difícil no preguntarse si hiciste lo suficiente. La verdad es que esto ocurre con demasiada frecuencia, y hay principalmente cuatro razones por las que te quedas estancado:

Razón 1: No has construido una alianza sólida con tu cliente

Uno de los predictores más consistentemente encontrados para el éxito terapéutico es una sólida alianza entre el terapeuta y el paciente, independientemente del enfoque de tratamiento, los problemas del consultante u otros factores contextuales. Si tú y tus clientes no están trabajando bien juntos como equipo, se vuelve difícil facilitar un cambio significativo.

Razón 2: No has comprendido completamente los matices de la situación de tu cliente

La vida de tu consultante es una red compleja de factores interactivos, algunos de los cuales mantienen sus problemas y obstaculizan el progreso efectivo. Por ejemplo, ¿les cuesta concentrarse en el trabajo debido a preocupaciones frecuentes? ¿Es al revés? ¿O ambos factores son completamente independientes? ¡Es tu tarea averiguarlo! Si tus clientes no están progresando de manera significativa, es posible que aún no comprendas completamente los matices de su situación.

Lo cual nos lleva al siguiente punto…

Razón 3: No has involucrado adecuadamente a tu cliente para que practique las habilidades básicas

El cambio real solo ocurre cuando tus pacientes comienzan a hacer las cosas de manera diferente. Y la mejor manera de facilitar un nuevo comportamiento es a) alcanzarlos fuera de la sesión en la vida diaria y b) adaptar tus intervenciones a su contexto individual. Esto significa comprender las necesidades, deseos y expectativas de tu cliente (ver Razón #2) y luego personalizar tu enfoque en consecuencia.

Y finalmente…

Razón 4: No has aplicado técnicas o métodos terapéuticos con habilidad

Esta última quizás no te sorprenda: si deseas ayudar a otros a realizar cambios significativos, necesitas saber lo que estás haciendo. Debes estar entrenado en el enfoque que estás enseñando, saber cuándo aplicar ciertas intervenciones y ser capaz de adaptarlas a tus clientes individuales (recuerda la Razón #3). Solo cuando practicas las habilidades básicas tú mismo puedes enseñarlas adecuadamente a otros.

Artículo publicado en el newsletter de Steven Hayes y traducido para Psyciencia.

  • Análisis

Bajarle el volumen a las palabras

  • Fabián Maero
  • 03/05/2024

En su ensayo Bajar el volumen Fabio Morábito escribe que a menudo al estar en un café juega a presenciar conversaciones de otras mesas, de las que, sea por la distancia o por el ruido del ambiente, no llega a oír las palabras que se dicen. Ver sin oír a los interlocutores le permite apreciar “la expresión de sus rostros, sus miradas, la forma que tienen de asentir a lo que dice el otro o de negarlo, sus arrebatos y sus distensiones”. Llega incluso a agradecer no escuchar las palabras, ya que sospecha que entonces descubriría que esas conversaciones, tan ricas en gestos y expresiones, están pobladas “de frases trilladas, de razonamientos previsibles y de preguntas consabidas”.

Morábito confiesa realizar un ejercicio parecido al mirar televisión: “quito el volumen en cualquier serie o telenovela de pacotilla y quedo embelesado por la mímica facial y la intensidad de los ademanes de los actores; fluye entre ellos una comunicación plena y trato de adivinar qué dicen, pero subo el volumen y el soplo inspirador cesa con las primeras frases que oigo, imbuidas de un raciocinio cerril y estrecho”.  Y agrega algo que me parece vale la pena destacar:

¡Cuánto desperdicio de lenguaje y de vida! ¿No será ésta la función primordial de la poesía: bajar el volumen de las palabras, ponerlas en sordina o en entredicho para recobrar la efusividad del arrebato comunicativo, que es anterior a la transmisión de cualquier significado; para recobrar esa hermosa antesala del sentido que sin embargo es pletórica de sentido y que uno busca en las miradas y los gestos de la que no conoce?

Me parece interesante la sugerencia de que la poesía le baja el volumen al sentido convencional de las palabras, que habitualmente eclipsa a sus otros aspectos, como su timbre, su ritmo, su melodía. La poesía trae a primer plano la materialidad de las palabras en sí mismas; aunque usualmente no prescinde del sentido –aquello que dicen– lo atenúa y enfatiza así la música de las palabras.

Pienso que también la tarea clínica contextual involucra bajar el volumen de las palabras, ponerlas en sordina o en entredicho. No otra cosa hace la defusión. Nos recuerda que, antes de cualquier sentido convencional, toda palabra es una acción –la exploración de cuyo contexto nos brinda la posibilidad de encontrar otro tipo de sentido, más amplio, más experiencial, más particular. Nos invita a distanciarnos, descentrarnos, extrañarnos, al menos por unos momentos, de las ilusiones del lenguaje para que pase a primer plano todo lo que excede a lo puramente verbal: el gesto, el sentimiento, lo somático, la cualidad estética en cada momento.

Siempre he creído que el trabajo con defusión se reconoce cuando lo atraviesa una veta humorística: una buena intervención de defusión suele provocar alguna sonrisa. Creo que un cierto aire poético es otro de sus rasgos distintivos: una buena intervención de defusión juega a bajar el volumen, a ponerle una sordina al raciocinio cerril y estrecho de las palabras.

Creo también que la defusión es, siquiera de un modo lejano, un ejercicio poético –o al menos, una inducción a la poesía.

Artículo publicado en Grupo ACT y cedido para su republicación en Psyciencia.

  • Análisis

Los psicólogos lideran la lucha contra la adicción en la adolescencia

  • Gabriel Genise
  • 03/05/2024

Por Gabriel Genise y Thiago Batistuta – Adaptado de Zara Abrams

A pesar de años de promover la consigna de «simplemente decir no» a las drogas y al alcohol en las escuelas secundarias de todo el país, el programa de Educación sobre Resistencia al Abuso de Drogas (D.A.R.E.), comúnmente impartido por agentes de policía que promovían la abstinencia total, resultó ineficaz. Un metaanálisis encontró que este programa fue en gran parte inefectivo, y un estudio incluso demostró que los jóvenes que completaron D.A.R.E. tenían más probabilidades de consumir drogas que sus pares.

“Conocemos que la campaña de ‘Simplemente di no’ no funciona. Está basada en riesgos puros, y eso no resuena con los adolescentes», afirmó la psicóloga del desarrollo Bonnie Halpern-Felsher, PhD, profesora de pediatría y fundadora y directora ejecutiva de varios programas de prevención e intervención del uso de sustancias en la Universidad de Stanford. «Existen beneficios reales y percibidos en el uso de drogas, así como riesgos, como hacer frente al estrés o disfrutar de la ‘euforia’. Si solo hablamos de los aspectos negativos, perdemos nuestra credibilidad.»

Parcialmente debido a las lecciones aprendidas de D.A.R.E., muchas comunidades están adoptando un enfoque diferente para abordar el consumo de sustancias entre los jóvenes. También están respondiendo a cambios muy reales en el panorama de las drogas. Aparte del vapeo, el uso de sustancias ilícitas entre adolescentes ha disminuido sustancialmente en las últimas décadas, pero más adolescentes están experimentando sobredosis que nunca, en gran parte debido a la contaminación del suministro de drogas con fentanilo y la disponibilidad de sustancias más fuertes.

«Necesitamos que las drogas dejen de ser un tema tabú sobre el que los jóvenes ya no puedan preguntar», enfatizó Nina Christie, PhD, becaria de investigación posdoctoral en el Centro sobre Alcohol, Uso de Sustancias y Adicciones de la Universidad de Nuevo México. «Esa actitud solo conduce a que los jóvenes mueran, y no podemos permitir que eso continúe».

Cambios en el consumo de drogas

En 2022, aproximadamente 1 de cada 3 estudiantes de último año de secundaria, 1 de cada 5 estudiantes de segundo año y 1 de cada 10 estudiantes de octavo grado informaron haber consumido una sustancia ilícita en el último año, según la encuesta anual del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA). Estas cifras representan una disminución significativa con respecto a los niveles previos a la pandemia y esencialmente se encuentran en su punto más bajo en décadas. El consumo de sustancias durante la adolescencia es particularmente peligroso porque las sustancias psicoactivas, incluyendo la nicotina, el cannabis y el alcohol, pueden interferir con el desarrollo saludable del cerebro. Los jóvenes que consumen sustancias temprana y frecuentemente también enfrentan un mayor riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de sustancias en la adultez. Los niños que evitan el consumo regular de sustancias tienen más probabilidades de tener éxito en la escuela y de evitar problemas con el sistema de justicia juvenil.

“Cuanto más tiempo podamos lograr que los niños pasen sin consumir sustancias regularmente, mejores serán sus posibilidades de tener una trayectoria de vida óptima,” afirmó Aaron Weiner (PhD, ABPP, psicólogo clínico).

Las drogas que los jóvenes están utilizando—y la forma en que las están usando—han cambiado, y los psicólogos dicen que esto debe informar los esfuerzos educativos en torno al consumo de sustancias. El alcohol y la cocaína son menos populares de lo que eran en la década de 1990; el uso de cannabis y alucinógenos, que ahora son más destacados y más fáciles de obtener, alcanzaron niveles más altos que nunca entre los adultos jóvenes en 2021 (El uso de marihuana y alucinógenos entre adultos jóvenes alcanzó su punto máximo en 2021, NIDA).

“La Generación Z está consumiendo menos alcohol que las generaciones anteriores, pero parece estar cada vez más interesada en los psicodélicos y el cannabis,” comentó Christie. “Esas sustancias han reemplazado un poco al alcohol como la ‘cosa cool’ que hacer.”

Los jóvenes también están viendo y compartiendo contenido sobre el consumo de sustancias en las redes sociales, con un aumento en publicaciones e influencers que promocionan el vapeo en TikTok y otras plataformas. La investigación sugiere que los adolescentes y adultos jóvenes que ven contenido de tabaco o nicotina en las redes sociales tienen más probabilidades de comenzar a usarlo más tarde.

Una visión más holística

La preocupación por el bienestar de los jóvenes fue lo que impulsó la bienintencionada pero finalmente ineficaz «locura por la abstinencia», como la llama Robert Schwebel, PhD. Aunque ese enfoque no ha tenido éxito en muchos contextos, aún hay un gran número de comunidades que lo emplean, dijo Schwebel, un psicólogo clínico que creó el Programa de los Siete Desafíos para tratar el uso de sustancias en los jóvenes. Sin embargo, cada vez más, quienes trabajan para prevenir y tratar el uso de sustancias en los jóvenes están adoptando un enfoque diferente, uno que se alinea con los principios que Schwebel ayudó a popularizar a través de los Siete Desafíos.

Un principio clave de los programas modernos de prevención y tratamiento es capacitar a los jóvenes para que tomen sus propias decisiones sobre el uso de sustancias de manera apropiada para su desarrollo. Los adolescentes están explorando sus identidades (incluyendo cómo se relacionan personalmente con las drogas), aprendiendo a sopesar las consecuencias de sus acciones y preparándose para la adultez, lo que implica tomar decisiones sobre su futuro. El Programa de los Siete Desafíos, por ejemplo, utiliza ejercicios de escritura de diarios de apoyo, combinados con asesoramiento, para ayudar a los jóvenes a practicar la toma de decisiones informadas sobre el uso de sustancias teniendo en cuenta esos procesos. «Puedes insistir, pero eso no hará que la gente sea abstemia. En última instancia, tienen que tomar sus propias decisiones», dijo Schwebel.

Los esfuerzos de prevención de hoy en día también tienden a ser más holísticos que sus predecesores, teniendo en cuenta las formas en que el uso de drogas se relaciona con otros comportamientos adictivos, como los juegos de azar y las peleas, el drag racing y las relaciones sexuales sin protección. Los factores de riesgo para el uso de sustancias, que incluyen el trauma, las experiencias adversas en la infancia, el historial de consumo de sustancias de los padres y los factores de personalidad como la impulsividad y la búsqueda de sensaciones, se superponen con muchos de esos comportamientos, por lo que a menudo tiene sentido abordarlos de manera colectiva.

«Nos hemos vuelto más sofisticados en la comprensión de los determinantes biopsicosociales del consumo de alcohol y drogas y hemos avanzado más allá de la idea de que es una enfermedad y la única solución es la medicación», dijo James Murphy, PhD, profesor de psicología en la Universidad de Memphis que estudia los comportamientos adictivos y cómo intervenir.

Los programas de prevención modernos también reconocen que los jóvenes usan sustancias para cumplir un propósito, típicamente de naturaleza social o emocional, y si los adultos esperan que no lo hagan, deberían ayudar a los adolescentes a aprender a satisfacer esas necesidades de manera diferente, dijo Weiner.

«Los jóvenes generalmente usan sustancias para ganar amigos, evitar perderlos o para hacer frente a problemas emocionales que están teniendo,» dijo. «Los esfuerzos de prevención efectivos deben ofrecer alternativas saludables para alcanzar esos objetivos.»

Simplemente di «saber» (por el juego de palabra Just say “know”)

En ocasiones, los principios de la reducción de daños y la prevención del uso de sustancias parecen inherentemente desalineados. La reducción de daños, surgida como respuesta a la crisis del SIDA, prioriza la autonomía corporal y el encuentro con las personas donde están sin juzgar. Para algunos partidarios de la reducción de daños, animar activamente a los adolescentes a no usar drogas podría violar el principio de respetar la autonomía segun Weiner. Por otro lado, los defensores tradicionales de la prevención pueden sentir que enseñar a los adolescentes cómo usar tiras de prueba de fentanilo o alentarlos a no usar drogas solos socava la idea de que pueden elegir no usar sustancias. Pero Weiner dice que ambos enfoques pueden ser parte de la solución. «No tiene que ser ni prevención ni reducción de daños, y perdemos herramientas muy importantes cuando decimos que tiene que ser una u otra».

En adultos, los enfoques de reducción de daños salvan vidas, previenen la transmisión de enfermedades y ayudan a las personas a conectarse con el tratamiento del uso de sustancias (Reducción de Daños, NIDA, 2022). La evidencia inicial muestra que intervenciones similares pueden ayudar a los adolescentes a mejorar su conocimiento y toma de decisiones sobre el uso de drogas. Los adolescentes están entusiasmados con estos programas, que los expertos a menudo llaman «Simplemente Di Saber» para contrastarlos con el enfoque tradicional de «Simplemente Di No». En un estudio piloto, el 94% de los estudiantes dijo que un programa de «Simplemente Di Saber» proporcionaba información útil y el 92% dijo que podría influir en su enfoque sobre el uso de sustancias.

«Obviamente, es lo más saludable si eliminamos el uso de sustancias de la vida de los niños mientras sus cerebros se están desarrollando. Al mismo tiempo, mi preferencia es que hagamos algo que tenga un impacto positivo en la salud y el comportamiento de estos niños», dijo Nora Charles, PhD, profesora asociada y jefa del Laboratorio de Uso de Sustancias y Comportamientos de Riesgo Juvenil en la Universidad del Sur de Mississippi. «Si la forma de hacerlo es fomentar un compromiso más sensato y cuidadoso con sustancias ilícitas, eso sigue siendo mejor que no abordar el problema».

Una cosa que no se debe hacer es normalizar en exceso el uso de drogas o implicar que es generalizado, dijo Weiner. Los datos muestran que no es preciso decir que la mayoría de los adolescentes han usado drogas en el último año o que las drogas son «solo una parte de la vida en la escuela secundaria» . De hecho, los estudiantes tienden a sobreestimar cuántos de sus compañeros usan sustancias.

Una forma de incorporar tanto la reducción de daños como la prevención tradicional es personalizar soluciones según las necesidades de diversas comunidades. Por ejemplo, en 2022, cinco estudiantes de secundaria de Alabama sufrieron una sobredosis de una sustancia mezclada con fentanilo, lo que sugiere que las estrategias de reducción de daños podrían salvar vidas en esa comunidad. “Otras escuelas con menos uso de sustancias reportado podrían beneficiarse más de un programa estilo prevención primaria” según Weiner. En Stanford, el Laboratorio de Investigación y Educación para Empoderar a Adolescentes y Jóvenes Adultos para Elegir la Salud (REACH) ha desarrollado una serie de programas gratuitos y basados en evidencia a través de la investigación participativa basada en la comunidad que pueden ayudar a poblaciones con diferentes necesidades. El Laboratorio REACH ofrece programas de prevención, intervención y cesación basados en actividades para estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria, que incluyen planes de estudio sobre alcohol, vapeo, cannabis, fentanilo y otras drogas. También están trabajando en planes de estudio personalizados para grupos de alto riesgo, incluidas minorías sexuales y de género.

Los programas del Laboratorio REACH, incluido el completo plan de estudios de Safety First, incorporan discusiones honestas sobre los riesgos y beneficios del uso de sustancias. Por ejemplo, las drogas son una forma de hacer frente al estrés, pero el ejercicio, el sueño y una buena alimentación también pueden ayudar. Debido a que muchos jóvenes se preocupan por el medio ambiente, una lección explora cómo la producción de cannabis y tabaco causa daño ambiental. Los programas también desmitifican la idea de que muchos adolescentes usan sustancias y los ayudan a practicar habilidades, como aprender a rechazar una oferta para usar drogas de una manera que les resuene. “Aprenden sobre el cerebro en desarrollo de una manera positiva: mientras que durante mucho tiempo se les dijo a los adolescentes que no pueden tomar buenas decisiones, Safety First los capacita para elegir proteger sus cerebros y cuerpos tomando decisiones saludables en todos los aspectos” sugiere Weiner.

«Los adolescentes pueden tomar buenas decisiones», dijo Halpern-Felsher. «La ecuación es simplemente diferente porque se preocupan más por ciertas cosas, como los compañeros y las relaciones, en comparación con los adultos».

Motivar a los jóvenes

Debido a que el uso de sustancias y la salud mental están tan entrelazados, algunos programas pueden prevenir con éxito el consumo de sustancias con muy poco contenido centrado en las drogas. En uno de los talleres del Programa PreVenture para adolescentes, solo media página de un cuaderno de trabajo de 35 páginas menciona explícitamente las sustancias. «Lo fascinante sobre la base de evidencia para PreVenture», dijo la psicóloga clínica Patricia Conrod, PhD, profesora de psiquiatría en la Universidad de Montreal quien desarrolló el programa. «Puedes tener un efecto bastante dramático en el uso de sustancias de los jóvenes sin ni siquiera hablar de eso». PreVenture ofrece una serie de talleres de 90 minutos que aplican ideas cognitivo-conductuales de manera anticipada para ayudar a los jóvenes a explorar sus rasgos de personalidad y desarrollar estrategias de afrontamiento saludables para alcanzar sus metas a largo plazo, menciona Conrod. Los adolescentes con altos niveles de impulsividad, desesperanza, búsqueda de emociones o sensibilidad a la ansiedad enfrentan mayores riesgos de dificultades de salud mental y uso de sustancias, por lo que el material personalizado les ayuda a practicar un afrontamiento saludable basado en su tipo de personalidad, sugiere Conrod.

Por ejemplo, el taller de PreVenture que se dirige a la sensibilidad a la ansiedad ayuda a los jóvenes a aprender a desafiar las distorsiones cognitivas que pueden causar estrés, y luego relaciona esa habilidad con sus propias metas dice Conrod. La intervención puede adaptarse a las necesidades de una comunidad determinada. En varios ensayos controlados aleatorios de PreVenture, los adolescentes que completaron el programa comenzaron a usar sustancias más tarde que los compañeros que no recibieron la intervención y enfrentaron menos daños relacionados con el alcohol. Segun Conrod el programa también ha demostrado reducir la probabilidad de que los adolescentes experimenten con sustancias ilícitas, lo que se relaciona con la actual crisis de sobredosis en América del Norte.

«A medida que los jóvenes abandonan la escuela secundaria y entran a la universidad o la vida adulta, alrededor del 30% hará binge drinking, el 8% participará en un uso intensivo de alcohol y el 20% usará drogas ilícitas» (Alcohol y Adultos Jóvenes de 18 a 24 Años, Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo, 2023; SAMHSA anuncia resultados de la encuesta nacional sobre uso de drogas y salud mental (NSDUH) que detallan niveles de enfermedad mental y uso de sustancias en 2021). Pero es muy poco probable que los jóvenes busquen ayuda, incluso si esas actividades les causan angustia, dijo Murphy. Por esa razón, las intervenciones breves que aprovechan la entrevista motivacional y pueden entregarse en un entorno escolar, laboral o médico pueden marcar una gran diferencia.

Un metaanálisis de intervenciones breves de alcohol muestra que pueden reducir la cantidad promedio que beben los participantes durante al menos 6 meses. Incluso una pequeña reducción en el consumo de alcohol puede cambiar la vida, dijo Murphy. La cuarta o quinta bebida en una salida nocturna, por ejemplo, podría ser la que conduzca a consecuencias negativas, por lo que reducir la ingesta a solo tres bebidas puede marcar una gran diferencia para los jóvenes.

Según Weiner, en última instancia, dar un paso atrás para mantener en foco los objetivos más grandes, así como mantenerse dedicado a enfoques de prevención e intervención respaldados por la ciencia, es lo que ayudará a mantener a los jóvenes saludables y seguros. «En lo que todos pueden estar de acuerdo es en que queremos que los niños tengan la mejor vida posible», dijo. «Si podemos comenzar desde ahí, ¿qué herramientas tenemos disponibles para ayudar?» menciona Weiner. 

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Ideas para practicar la desesperanza creativa

  • David Aparicio
  • 03/05/2024

Cada miércoles, José Olid explora temas relacionados con las terapias contextuales, y en esta ocasión, ofrece algunas ideas para abordar la desesperanza creativa.

  • Artículos Recomendados de la Web

¿Por qué la depresión hace que sea difícil bañarse?

  • David Aparicio
  • 01/05/2024

Anna Gibbs para The New York Times:

En parte, simplemente porque mantener la higiene —como lavarse los dientes y las manos— requiere energía, y un síntoma común de la depresión es la fatiga.

Por eso, aunque quieras ducharte, es posible que no tengas energía para hacerlo, explicó Christine Judd, psicoterapeuta y trabajadora social de salud mental en Australia.

Pero ducharse supone un reto especial. Según Patrick Bigaouette, psiquiatra de la Clínica Mayo, la depresión puede mermar la capacidad de resolver problemas, tomar decisiones y fijarse objetivos. Eso puede dificultar muchas tareas, pero sobre todo las que tienen varios pasos.

“Si lo desglosamos, en realidad son muchos los pasos que hay que dar para ducharse”, dijo Bigaouette. Una sola ducha puede incluir desvestirse, abrir el grifo, enjabonarse, lavarse el pelo, afeitarse, enjuagarse, secarse y elegir qué ponerse.

El artículo es excelente porque detalla cómo una conducta aparentemente «sencilla» puede resultar sumamente compleja y desafiante para alguien que enfrenta un episodio depresivo. Además, introduce los principios de la activación conductual para desglosar una conducta en pasos más pequeños y manejables, facilitando su ejecución.

Artículo completo en The New York Times 🎁.

  • Artículos Recomendados de la Web

Los programas de bienestar laboral tienen pocos beneficios, según un estudio

  • David Aparicio
  • 01/05/2024

Ellen Barry para The New York Times:

Los servicios de salud mental para empleados se han convertido en una industria millonaria. A los recién contratados, una vez que han encontrado dónde se ubican los baños y se han inscrito en los planes de ahorro para el retiro, se les presenta una panoplia de soluciones digitales de bienestar, seminarios de mindfulness, clases de masaje, talleres de resiliencia, sesiones de coaching y aplicaciones para dormir.

Estos programas son un motivo de orgullo para los departamentos de recursos humanos con visión de futuro, una prueba de que los empresarios se preocupan por sus trabajadores. Pero un investigador británico que analizó las respuestas de 46.336 trabajadores de empresas que ofrecían estos programas descubrió que las personas que participaban en ellos no estaban mejor que sus compañeros que no participaban.

(..)

En la amplia población del estudio, ninguna de las demás ofertas —aplicaciones, coaching, clases de relajación, cursos de gestión del tiempo o de salud financiera— tuvo ningún efecto positivo. De hecho, los cursos sobre resiliencia y gestión del estrés parecían tener un efecto negativo.

“Es un hallazgo bastante controvertido que estos programas tan populares no fueran eficaces”, dijo William Fleming, autor del estudio y miembro del Centro de Investigación en Bienestar de la Universidad de Oxford.

Básicamente la investigación encontró que si los empleadores están realmente interesados en mejorar la salud mental de sus colaboradores deben invertir su presupuesto en mejorar los horarios de trabajo, mejores remuneraciones y revisiones de rendimiento, en vez de gastar dinero en programas de coaching para que los colaboradores regulen su estrés.

Artículo completo en The New York Times 🎁.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La sensibilidad a la ansiedad está asociada con un deterioro en el bienestar sexual

  • David Aparicio
  • 01/05/2024

Un estudio reciente publicado en la revista Sexual and Relationship Therapy ha revelado que las personas con alta sensibilidad a la ansiedad —miedo a sensaciones corporales relacionadas con la excitación, como un latido cardíaco rápido— tienen más probabilidades de experimentar dolor sexual, disminución de la satisfacción sexual y aumento de la angustia sexual. Este hallazgo sugiere que la sensibilidad a la ansiedad, que ya se reconoce como un factor de riesgo en varios ámbitos psicológicos, también desempeña un papel significativo en el bienestar sexual.

La sensibilidad a la ansiedad se refiere al miedo a las sensaciones corporales relacionadas con la excitación que uno interpreta como dañinas o peligrosas. Esto incluye reacciones físicas como un latido cardíaco rápido, sudoración o mareos, que las personas con alta sensibilidad a la ansiedad podrían percibir como signos de un desastre inminente, como un ataque cardíaco o pérdida de control.

Este rasgo es distinto de la ansiedad general, ya que se enfoca en el miedo a los síntomas de la ansiedad en sí, en lugar de las causas situacionales de la ansiedad. Como tal, la sensibilidad a la ansiedad puede exacerbar o contribuir al desarrollo de varios trastornos de ansiedad e impactar las respuestas conductuales en diferentes contextos, incluidos aquellos relacionados con la salud física y el bienestar sexual.

Investigaciones previas se han centrado principalmente en la relación entre la sensibilidad a la ansiedad y trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, señalando su impacto en la salud física y el comportamiento. Sin embargo, la superposición entre las sensaciones físicas experimentadas durante la ansiedad y las durante la actividad sexual insinuaba que la sensibilidad a la ansiedad también podría influir en el bienestar sexual.

A pesar de algunos estudios anteriores que examinaron este vínculo, sus resultados fueron inconclusos, con limitaciones como herramientas de medición obsoletas y una falta de poblaciones de muestra diversas que obstaculizaban el progreso.

Reconociendo estas brechas, investigadores de la Universidad de New Brunswick se propusieron explorar la relación entre la sensibilidad a la ansiedad y varios aspectos del bienestar sexual utilizando una medida de sensibilidad a la ansiedad más confiable y una base de muestra más amplia y inclusiva. Este enfoque tenía como objetivo proporcionar una comprensión más clara y abordar las inconsistencias encontradas en investigaciones previas.

La investigación

El estudio reclutó una muestra comunitaria de 170 hombres, 305 mujeres y 9 individuos de género diverso con edades entre 19 y 60 años a través de redes sociales y plataformas en línea. Los participantes completaron una encuesta en línea que medía su sensibilidad a la ansiedad, bienestar sexual —que incluía función sexual, dolor, satisfacción, autoestima, angustia y comportamiento— y bienestar psicológico.

Los investigadores encontraron que una sensibilidad a la ansiedad elevada estaba relacionada con un bienestar sexual reducido. El hallazgo sugiere que la sensibilidad a la ansiedad no solo es un factor psicológico que afecta el estado de ánimo y el comportamiento, sino también un elemento crucial en la salud sexual.

«De particular importancia, al incluir un amplio rango de edades y tanto a hombres como a mujeres, este estudio demuestra que las asociaciones entre la sensibilidad a la ansiedad y el bienestar sexual se extienden a los hombres y a individuos de mayor edad, no solo a mujeres jóvenes (como en investigaciones anteriores)», explicaron los investigadores.

Las personas con alta sensibilidad a la ansiedad eran más propensas a informar haberse abstenido de actividades sexuales en el pasado o a participar en ellas con menos frecuencia, especialmente en actividades sexuales genitales en lugar de no genitales. Aquellos con alta sensibilidad a la ansiedad podrían evitar actividades sexuales que podrían desencadenar sensaciones fisiológicas de excitación temidas.

Curiosamente, los investigadores observaron diferencias de género en cómo la sensibilidad a la ansiedad afecta la satisfacción sexual. Mientras que tanto hombres como mujeres con una sensibilidad a la ansiedad más alta informaron más dolor y angustia sexual, el efecto en la satisfacción sexual fue significativamente pronunciado solo en mujeres. Esto sugiere que la sensibilidad a la ansiedad puede interferir con la satisfacción sexual de maneras específicas de género, posiblemente influenciadas por diferentes dinámicas psicológicas o sociales experimentadas por hombres y mujeres.

Para probar la solidez de sus hallazgos, los investigadores examinaron el papel de la sensibilidad a la ansiedad además del bienestar psicológico general de los participantes, que incluye síntomas de ansiedad y depresión. Incluso después de tener en cuenta estos factores, la sensibilidad a la ansiedad permaneció como un predictor único de dolor, insatisfacción y angustia sexual, confirmando su relación específica con el bienestar sexual.

Sin embargo, a pesar de sus hallazgos perspicaces, el diseño transversal del estudio no permite conclusiones sobre la causalidad, es decir, si la sensibilidad a la ansiedad causa un pobre bienestar sexual o viceversa. Además, la dependencia de datos autoinformados podría llevar a sesgos como la subdeclaración o sobredeclaración de información sensible.

La investigación futura debería considerar estudios longitudinales para comprender mejor la dirección de estas relaciones y diseños experimentales para probar intervenciones dirigidas a reducir la sensibilidad a la ansiedad. Además, ampliar el rango de comportamientos sexuales estudiados e incluir un conjunto más diverso de participantes en términos de orientación sexual y estado de relación podría mejorar la generalización de los hallazgos.

Este estudio demuestra que la sensibilidad a la ansiedad no solo es un problema en el ámbito psicológico, sino que también tiene un impacto directo en nuestra vida sexual. Descubrimos que aquellos con una alta sensibilidad a la ansiedad son más propensos a experimentar dolor durante el sexo, y las mujeres en particular pueden tener dificultades para encontrar satisfacción en sus relaciones íntimas debido a este factor. Esto significa que las preocupaciones por la ansiedad pueden afectar significativamente nuestra felicidad sexual.

Pero aquí está la buena noticia: existen intervenciones que pueden ayudar a reducir la sensibilidad a la ansiedad, lo que podría tener un gran impacto en mejorar nuestra vida sexual. Investigaciones anteriores, han demostrado que la terapia psicológica especializada en la ansiedad puede ayudar para afrontar este problema. Así que, si te encuentras luchando con la ansiedad y afecta tu vida sexual, estas intervenciones podrían ser el camino hacia una mejora significativa en tu bienestar íntimo.

Referencias: Olthuis, J. V., Connell, E. M., O’Sullivan, L. F., & Byers, E. S. (2023). Does anxiety sensitivity interfere with sexual well-being? Evidence from a community sample. Sexual and Relationship Therapy, 1–17. https://doi.org/10.1080/14681994.2023.2260990

Paginación de entradas

Anterior1234Próximo

Apoya a Psyciencia con tu membresía 💞.    

Únete a Psyciencia Pro
  • Inicia sesión
  • Tips para terapeutas
  • Podcast
  • Recursos
  • Webinars
  • Artículos
  • Empatía que impulsa acciones: cómo nuestros sentimientos predicen si ayudamos
  • «Efecto Flynn, pruebas psicológicas y la evolución de la psicología en Panamá» con Dimas Villarreal – Watson, episodio 15
  • No todo es psicología (36): Trata el fracaso como un científico
  • Entender el burnout (guía)
  • «Psicología y marketing» – Gecika Viana, Watson, episodio 19
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.