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Análisis

359 Publicaciones
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  • Ciencia y Evidencia en Psicología
  • Salud Mental y Tratamientos

El TDAH carece de biomarcadores clínicamente válidos

  • David Aparicio
  • 28/05/2024

Aunque se sabe que no hay biomarcadores precisos para el TDAH y que el diagnóstico es principalmente clínico y conductual, aún se invierten muchos recursos en la búsqueda de un biomarcador que ayude a detectar el TDAH. Una investigación reciente publicada en Expert Review of Molecular Diagnostics se propuso analizar diferentes tipos de biomarcadores, incluyendo factores genéticos, volumen y conectividad cerebral, y químicos cerebrales, para evaluar si había nueva evidencia que apoyara esta hipótesis. Sin embargo, no lograron identificar ningún indicador biológico que pudiera diferenciar de manera concluyente a una persona con TDAH de una sin TDAH.

Los investigadores encontraron estudios iniciales que parecían prometedores para cada tipo de biomarcador posible. Sin embargo, concluyeron que estos estudios no se han replicado consistentemente, no se han probado como biomarcadores, presentan problemas metodológicos significativos o no muestran sensibilidad y especificidad adecuadas. En la mayoría de los casos, las diferencias promedio entre personas con y sin TDAH son mínimas y se superponen ampliamente, lo que significa que estos biomarcadores no pueden distinguir efectivamente entre individuos con y sin TDAH.

Por ejemplo, el puntaje de riesgo poligénico (PGS), que evalúa el riesgo de TDAH basado en el genoma completo de una persona, solo explica hasta un 4% de la variabilidad en el diagnóstico de TDAH. Esto significa que el 96% del diagnóstico no se explica por la genética, incluso considerando todo el genoma.

¿Qué es un biomarcador?

Un biomarcador es una característica medible que indica un proceso biológico normal, una condición patológica o una respuesta a un tratamiento. Los biomarcadores pueden ser moléculas, genes, productos genéticos, proteínas o cambios en la estructura y función del cuerpo. Se utilizan en la investigación y en la práctica clínica para diagnosticar enfermedades, predecir su progresión, monitorear la respuesta a tratamientos y evaluar la susceptibilidad de un individuo a ciertas condiciones. Un biomarcador ideal debe ser específico, sensible y reproducible, proporcionando información precisa y confiable sobre el estado de salud o enfermedad de una persona.

Conclusiones generales

  • Biomarcadores genético y epigenéticos: En resumen, estos resultados son prometedores, pero los estudios aún están en sus primeras etapas; por lo tanto, los hallazgos necesitan ser confirmados en estudios más grandes y probados como posibles biomarcadores.
  • Marcadores bioquímicos: “En resumen, se han investigado varios posibles marcadores bioquímicos, que van desde marcadores de inflamación y estrés oxidativo hasta minerales y micro/micobiota intestinal. Aunque son prometedores, la capacidad predictiva de estos biomarcadores necesita ser confirmada.”
  • Biomarcadores de neuroimagen: “En resumen, aunque algunos hallazgos de neuroimagen parecen prometedores, no han sido replicados en muestras externas independientes. Además, la calidad del estudio puede ser limitada cuando el diseño no incluye cálculos de potencia robustos, información sobre la fuente de datos o ajustes para factores de confusión.”
  • Biomarcadores neurofisiológicos: “En general, aunque las medidas neurofisiológicas parecen prometedoras, los estudios no informaron de manera consistente sobre el cálculo de la potencia, el marco de muestreo y la tasa de participación, lo que puede afectar la calidad del estudio y las métricas necesarias para el uso de las métricas investigadas como biomarcadores.”
  • Biomarcadores neuropsicológicos: “En general, aunque las características neuropsicológicas parecen prometedoras en teoría, los estudios no informaron de manera consistente sobre métricas, como la sensibilidad y la especificidad, para respaldar su uso como biomarcadores. Además, la evaluación de la calidad de los datos basada en BIOCROSS destacó limitaciones, especialmente en términos de falta de información sobre el cálculo de la potencia, el marco de muestreo y la tasa de participación.”

¿Por qué es tan difícil encontrar un biomarcador para el TDAH?

Diversos autores sugieren que el diagnóstico del TDAH se solapa con otros diagnósticos del clínicos como el autismo y sugieren que cualquier biomarcador que se encuentre tendrá que ser transdiagnóstico. Sin embargo en una revisión reciente no se encontró evidencia de biomarcadores transdiagnósticos con la excepción problemas de memoria, el cual es un síntoma que comparte con otros problemas del neurodesarrollo como el autismo.

Otra limitación de los biomarcadores que el diagnóstico del TDAH es extremadamente amplio y existen más de 100,00 diferentes formas de cumplir con los criterios diagnósticos del DSM-5 . Por lo tanto dos personas con TDAH pueden tener indicadores extremadamente diferentes. Esto ha ocasionado que el constructor del TDAH sea fuertemente criticado por su falta de rigurosidad clínica.

¿Por qué se cataloga como un trastorno del neurodesarrollo?

Aunque no se hayan identificado biomarcadores específicos para el TDAH, su clasificación como trastorno del neurodesarrollo se basa en su manifestación temprana, síntomas relacionados con el desarrollo neurológico, evidencia de diferencias cerebrales y factores genéticos compartidos con otros trastornos del neurodesarrollo.

Uno de sus más fuertes críticos es el co director del DSM-IV, el psiquiatra estadounidense Allen Frances, que argumenta que la investigación está demostrado que “estamos convirtiendo la inmadurez en una enfermedad” y que ha criticado el impacto del abuso de psicofarmacos en el tratamiento de este diagnóstico.

Algunos investigadores argumentan que las medidas para diagnosticar el TDAH generan muchos falsos positivos, diagnosticando a personas que no cumplen con los amplios criterios del DSM-5. Señalan que la mayoría de estas medidas tienen menos del 10% de precisión. Además, estudios muestran que los niños más jóvenes en el aula tienen más probabilidades de ser diagnosticados con TDAH y medicados, ya que su capacidad para quedarse quietos es menor debido a su edad comparada con la de sus compañeros.

Hay evidencia de que el diagnóstico y tratamiento del TDAH pueden empeorar los resultados. Un estudio reciente encontró que los niños diagnosticados con TDAH tenían una peor calidad de vida y eran más propensos a autolesionarse que aquellos con los mismos síntomas que no fueron diagnosticados. Esto sugiere que los efectos negativos del estigma y otros factores asociados al diagnóstico podrían superar los beneficios del tratamiento.

El estudio MTA financiado por el NIMH mostró beneficios a corto plazo de los fármacos estimulantes, pero estos desaparecieron a los 22 meses, con efectos negativos como la supresión de la altura adulta. Otros estudios indican que los estimulantes no mejoran el rendimiento académico y pueden aumentar el riesgo de abandono escolar, depresión y experiencias psicóticas.

Referencia: Parlatini, V., Bellato, A., Gabellone, A., Margari, L., Marzulli, L., Matera, E., . . . & Cortese, S. (2024). A state-of-the-art overview of candidate diagnostic biomarkers for attention-deficit/hyperactivity disorder (ADHD). Expert Review of Molecular Diagnostics, 24(4), 259-271. DOI: 10.1080/14737159.2024.2333277.

¿Qué es el TDAH?

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neuropsiquiátrico que se caracteriza por síntomas persistentes de inatención, hiperactividad e impulsividad que interfieren con el funcionamiento o el desarrollo. A continuación se presenta una descripción clínica con indicadores específicos del TDAH:

Inatención

  • Falta de atención a los detalles: Comete errores por descuido en tareas escolares, laborales u otras actividades.
  • Dificultad para mantener la atención: Tiene problemas para mantener la atención en tareas o actividades recreativas.
  • No parece escuchar: A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
  • Dificultad para seguir instrucciones: No sigue instrucciones y no termina tareas escolares, deberes u obligaciones en el trabajo.
  • Organización deficiente: Tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
  • Evita o le desagradan tareas que requieren esfuerzo mental sostenido: Evita, le desagrada o es reacio a participar en tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
  • Pierde objetos necesarios para tareas o actividades: Pierde cosas necesarias para tareas o actividades, como libros, herramientas, llaves, documentos, etc.
  • Distracción fácil por estímulos externos: Se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
  • Olvidos en actividades diarias: Es olvidadizo en las actividades diarias.

Hiperactividad

  • Inquietud: Mueve en exceso las manos o los pies, o se retuerce en el asiento.
  • Abandona su asiento en situaciones en las que se espera que permanezca sentado: Se levanta de su asiento en el aula, oficina u otras situaciones en las que se espera que permanezca sentado.
  • Corre o trepa en situaciones inapropiadas: Corre o trepa en situaciones en las que es inapropiado (en adolescentes y adultos, esto puede manifestarse como inquietud).
  • Incapacidad para jugar o participar en actividades tranquilamente: Tiene dificultades para jugar o participar en actividades de ocio de manera tranquila.
  • Está «en movimiento» o «impulsado por un motor»: A menudo actúa como si estuviera «impulsado por un motor».
  • Habla en exceso: Habla en exceso.

Impulsividad

  • Responde antes de que se hayan completado las preguntas: Responde precipitadamente antes de que se hayan completado las preguntas.
  • Dificultad para esperar su turno: Tiene dificultades para esperar su turno.
  • Interrumpe o se entromete en conversaciones o juegos: Interrumpe o se entromete en conversaciones, juegos u otras actividades.

Criterios de Diagnóstico (DSM-5)

Para un diagnóstico de TDAH según el DSM-5, estos síntomas deben:

  • Estar presentes durante al menos seis meses.
  • Ser inapropiados para el nivel de desarrollo del individuo.
  • Interferir directamente con el funcionamiento social, académico o laboral.
  • Algunos síntomas deben haber estado presentes antes de los 12 años.
  • Los síntomas deben estar presentes en dos o más contextos (por ejemplo, en casa y en la escuela o el trabajo).
  • No ser mejor explicados por otro trastorno mental.

Tipos de TDAH

El TDAH se clasifica en tres tipos según el predominio de síntomas:

  1. Presentación combinada: Cuando están presentes síntomas de inatención e hiperactividad-impulsividad.
  2. Presentación predominantemente con falta de atención: Cuando predominan los síntomas de inatención.
  3. Presentación predominantemente hiperactiva-impulsiva: Cuando predominan los síntomas de hiperactividad-impulsividad.

Evaluación y Diagnóstico

El diagnóstico de TDAH se realiza a través de una evaluación clínica exhaustiva que incluye:

  • Entrevistas clínicas con el paciente y, si es posible, con familiares o cuidadores.
  • Cuestionarios y escalas de evaluación de TDAH.
  • Revisión del historial médico y escolar.
  • Evaluación de posibles trastornos comórbidos.

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  • Análisis

Vacaciones de las vacaciones, por favor y gracias: aliviando el síndrome postvacacional

  • Gretel Martinez
  • 27/05/2024

Saboreando todavía las caricias del sol, la tibieza de la arena, la frescura del agua, el aire mágico de montaña, los lindos momentos familiares, los imprevistos superados, desarmando bolsos y valijas, nuevamente ahí… el fiel cansancio: ¿Cómo es posible este suceso?!

Después de las vacaciones suele aparecer el cansancio, de otro tipo pero cansancio al fin que incluso puede estar con cierto matiz de tristeza, el síndrome postvacacional.

¿También te sientes con cansancio? (otra vez)

Según Byung-Chul Han (2019), filósofo, ensayista y profesor surcoreano, llama sociedad del cansancio al fenómeno contemporáneo de experimentar cansancio emocional y físico persistente ya sea por diversas presiones sociales, laborales, personales, tecnológicas de la vida diaria. Se destaca la saturación y constante demanda junto con ciertas características:

  • Conexión digital y soledad: la conexión digital comúnmente se traduce en una experiencia solitaria y emocionalmente agotadora. ¡Quién iba a pensar que el WiFi no era la panacea para la soledad!
  • Fatiga en lugar de represión: lejos de la imagen de un policía malhumorado, en este mundo somos nuestras propias autoridades, jefes exigentes. La fatiga, trend topic de los adultos.
  • Exceso de positividad: se destaca el intenso interés contemporáneo por la productividad y el rendimiento constante. ¡Hay que estar bien! (incluso estando mal), no hay tiempo que perder procesando emociones, experiencias, sensaciones o pensamientos que incomoden.
  • Imperativo de la transparencia: nuestra sociedad valora la transparencia y la visibilidad. Pero ¡cuidado! Este imperativo puede resultar en una sobrecarga de autovigilancia y ansiedad. ¡Más transparencia, más ansiedad! Algo así como un episodio de un reality show donde somos los protagonistas voluntarios – refiere a esto como autoexplotación -.
  • Individualismo y competencia: el nuevo contrato social donde a veces se confunde amor propio o autorrespeto con individualismo a ultranza, y la competencia, desenfrenada nos llevan a un agotamiento generalizado. ¿Te sentís como si estuvieras corriendo una maratón sin fin continuamente o sentís que tu pasto no es tan verde como el del vecino? ¡No estás solo!
  • Desaparición del otro: en un mundo donde todos somos estrellas de nuestro propio reality show, la empatía y la comprensión mutua pueden ser las víctimas colaterales.

En este contexto, las vacaciones toman lugar sumamente protagónico, un oasis a mitad de camino.

Agua salada, alma lavada

Una vez alcanzado ese impasse, conquistado ese tiempo libre, es posible que nos encontremos con menos problemas o que percibamos una disminución en el estrés por varias razones:

  • Cambio de entorno: otra ubicación, principalmente al aire libre y actividades diferentes pueden proporcionar un descanso necesario del entorno (Kaplan S., 1995) y de las rutinas habituales, reduciendo la exposición a factores estresantes cotidianos;
  • Desconexión: es más probable que nos desconectemos de las preocupaciones laborales y otras responsabilidades, lo que permite un descanso mental y emocional (Fritz et. al, 2011);
  • Tiempo libre: poder disponer del tiempo durante las vacaciones permite relajarse, dedicarse a actividades placenteras y disfrutar de momentos de ocio, lo que brinda una sensación general de bienestar (Zawadzki et. al, 2015);
  • Mayor contacto social: momentos con amistades y familiares, puede mejorar el estado de ánimo y dar apoyo social (Cohen, S., & Wills, T. A., 1985) disminuyendo así la sensación de soledad o aislamiento;
  • Menos presión y expectativas: las expectativas laborales y sociales frecuentemente se reducen en este período, lo que puede aliviar la presión y permitir una mayor flexibilidad en la planificación y realización de actividades. 

Es importante destacar que estas condiciones pueden variar según la persona y el tipo de vacaciones. Aunque las vacaciones ofrecen un respiro, es esencial abordar las fuentes de estrés en la vida diaria para mantener un bienestar sostenible.

Fin de fiesta… Síndrome postvacacional y cómo recuperarnos

Existe un fenómeno conocido como «depresión postvacacional» o «síndrome postvacacional» – término descriptivo, no atribuible a la nosografía establecida en el DSM V o explicable por alguna condición clínica-. Se refiere a los sentimientos de tristeza, ansiedad o estrés que algunas personas experimentan al regresar al trabajo o a la rutina diaria después de un período de vacaciones. Esta transición puede generar una sensación de desánimo al enfrentarse nuevamente a responsabilidades y demandas laborales.

Con el regreso al trabajo aumenta el riesgo de regresar a procesos cognitivos como la rumia, ese sobre pensar demasiado, uno de los factores estresantes agudos que puede convertirse en reacciones de carga crónicas y salud adversa. Se sugiere el desapego mental como una forma de interrumpir esta cadena. A pesar de la importancia de desconectarse mentalmente del trabajo durante el tiempo libre,  en el estudio de Smyth et al., 2020 se notó que para los trabajadores esto representaba una dificultad (experimentando la representación mental constante de los factores estresantes relacionados con el trabajo, independientemente de su ausencia). La investigación se centró en evaluar el uso de una aplicación de teléfonos inteligentes diseñada para el desarrollo de conductas de desapego mental del aspecto laboral con la intención de extender los efectos beneficiosos de las vacaciones de los trabajadores (donde participaban naturalmente en suficientes actividades de recuperación) en su vida laboral diaria ya que este comportamiento beneficioso no se sostenía espontáneamente.

Los factores que contribuyen al síndrome postvacacional incluyen la adaptación a la relajación de las vacaciones, el contraste entre el tiempo libre y las obligaciones laborales, y la nostalgia por la libertad de las vacaciones. Es importante destacar que estos sentimientos suelen ser temporales y tienden a disminuir con el tiempo a medida que uno se readapta a la rutina.

Para mitigar estos efectos, es útil e importante:

  1. Planificar un regreso gradual al trabajo (en la medida de lo posible);
  2. Mantener expectativas realistas;
  3. Buscar formas de integrar aspectos positivos de las vacaciones en la vida diaria;
  4. Recordar el rol del sueño fisiológico ya que la calidad del sueño puede mejorar el estado anímico para afrontar el siguiente día de trabajo, la recuperación del estrés laboral y la regulación emocional (Sonnentag, S. et. al, 2008).

La conciencia de estos sentimientos y la adopción de estrategias para gestionar el estrés pueden ayudar a facilitar la transición postvacacional de modo tal que se logren mantener algunas actividades o consolidar hábitos pequeños que favorezcan una jornada saludable o al menos, no tan agobiante hasta que llegue el próximo y tan anhelado período de descanso.

Referencias:

  • American Psychiatric Association – APA. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5 (5a. ed.). Madrid: Editorial Médica Panamericana
  • Byung-Chul Han. (2019). La sociedad del cansancio. Herder Editorial. Barcelona.
  • Cohen, S., & Wills, T. A. (1985). Stress, social support, and the buffering hypothesis. Psychological Bulletin, 98(2), 310-357.
  • Fritz, C., Lam, C. F., & Spreitzer, G. M. (2011). It’s the little things that matter: An examination of knowledge workers’ energy management. Academy of Management Perspectives, 25(3), 28-39.
  • Kaplan, S. (1995). The restorative benefits of nature: Toward an integrative framework. , 15(3), 169–182. doi:10.1016/0272-4944(95)90001-2.
  • Smyth A, de Bloom J, Syrek C, Domin M, Janneck M, Reins JA, Lehr D. Efficacy of a smartphone-based intervention – «Holidaily» – promoting recovery behaviour in workers after a vacation: study protocol for a randomised controlled trial. BMC Public Health. 2020 Aug 26;20(1):1286. doi: 10.1186/s12889-020-09354-5. PMID: 32843021; PMCID: PMC7448331.
  • Sonnentag, S., Binnewies, C., & Mojza, E. J. (2008). “Did you have a nice evening?” A day-level study on recovery experiences, sleep, and affect. Journal of Applied Psychology, 93(3), 674-684.

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  • Análisis

El mejor regalo para un psicóloga/o 

  • Gretel Martinez
  • 20/05/2024

Si tienes un psicólogo de confianza, o si lo es tu pareja, un familiar, compañero de trabajo, amigo, vecino o conocido, y deseas celebrar con ellos de la mejor manera, este artículo ofrece algunas propuestas que podrían convertirse en un regalo excepcional.

Evita decirle…

Los psicólogos podemos encontrar incómodas ciertas frases, especialmente si reflejan malentendidos comunes sobre la psicología o la terapia:

1. ¿Puedes leer mi mente?: Los psicólogos no pueden leer mentes y no son adivinos. El trabajo psicoterapéutico implica comprender y ayudar a las personas a explorar sus pensamientos y sentimientos, pero no pueden conocer tus pensamientos sin que se los comuniques.

2. ¿Me estás analizando en este momento?: Aunque los psicólogos están entrenados para comprender el comportamiento humano, no están constantemente «analizando» a las personas en su vida personal. Su capacidad de comprensión se utiliza principalmente en el contexto laboral.

3. «Tengo un amigo que…»: A veces, las personas pueden comenzar a hablar sobre los problemas de un amigo o familiar en lugar de abordar sus propias preocupaciones. En terapia, el enfoque principal debe ser el paciente y sus necesidades.

4. «Solo necesito tu consejo»: Los psicólogos no suelen dar consejos directos. En lugar de eso, ayudan a las personas a explorar sus pensamientos y sentimientos, a comprenderse a sí mismas y a tomar decisiones informadas. Ver artículo 5 razones para no ir al psicólogo en busca de tips.

5. «No necesito terapia, no estoy loco»: La terapia no está reservada exclusivamente para personas con enfermedades mentales graves. Es una herramienta valiosa para abordar una amplia gama de problemas emocionales, relaciones y desarrollo personal.

6. «La terapia es para los débiles»: Esta frase refleja un estigma negativo asociado a la búsqueda de ayuda emocional. En realidad, buscar terapia es un acto de fortaleza y valentía, ya que implica enfrentar y abordar los desafíos personales.

7. «¿Por qué debería pagarte para escucharme?»: Los psicólogos no solo escuchan, sino que también proporcionan apoyo, orientación y estrategias basadas en conocimiento científico para abordar los problemas. La terapia es un servicio profesional que implica tiempo, formación y experiencia.

8. «Puedo resolver mis problemas por mi cuenta»: Aunque algunas personas pueden resolver problemas por sí mismas, la terapia ofrece un ambiente de apoyo y herramientas adicionales que pueden ser beneficiosas.

Es importante recordar que la terapia es un espacio seguro y confidencial en el que los psicólogos trabajan con sus pacientes para abordar sus preocupaciones y ayudarles a alcanzar sus objetivos personales. Evitar malentendidos comunes y estereotipos sobre la terapia puede mejorar la efectividad de la relación terapéutica. Tu psicólogo o al que conozcas, te lo va a agradecer.

Recuerda que…

Los psicólogos, somos seres humanos, con necesidades y deseos similares a los de cualquier otra persona. Algunas de las necesidades humanas que un psicólogo puede tener incluyen:

  • Necesidades emocionales: Los psicólogos también experimentan emociones y pueden tener sus propios desafíos emocionales. Pueden necesitar apoyo emocional de amigos, familiares o colegas para manejar el estrés y las demandas de su trabajo.
  • Necesidades profesionales: Los psicólogos pueden tener necesidades relacionadas con su carrera, como la búsqueda de oportunidades de desarrollo profesional, la actualización constante de sus conocimientos y habilidades, y la satisfacción en su trabajo.
  • Necesidades personales: Al igual que cualquier persona, los psicólogos pueden tener necesidades personales relacionadas con sus relaciones, su tiempo libre, sus finanzas, su salud física y su bienestar en general.
  • Necesidades de cuidado personal: Los psicólogos deben cuidar de sí mismos para ser efectivos en su trabajo. Esto incluye el autocuidado, la gestión del estrés y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
  • Necesidades de conexión interpersonal: Los psicólogos pueden necesitar relaciones interpersonales satisfactorias fuera de su práctica profesional. El apoyo social y la conexión con otros son importantes para su bienestar emocional.

A saludar a lxs psicologxs en su día, y recordá que durante todo el año pequeños gestos pueden ser muy gratificantes, (especialmente en esta época que tiene ciertas similitudes con un apocalipsis zombie): si sos paciente, avisale cuando notes un cambio positivo relacionado al tratamiento, y si sos allegado, no dudes en abrazar a un/a psicólogo/a estresado. 

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  • Análisis
  • Salud Mental y Tratamientos

Porque no se puede maquillar el corazón: 8 intervenciones para mejorar la imagen corporal

  • Gretel Martinez
  • 15/05/2024

Como en el espejo precioso

forma y reflejo se contemplan

tú no eres el reflejo

pero el reflejo es tú.

~ Hokyo Zanmai. 

La imagen corporal es uno de los componentes de la identidad personal, es la noción que se tiene sobre las medidas antropométricas, contornos y forma del cuerpo; y también los sentimientos correlacionados con estos factores que inciden en la satisfacción con el cuerpo o partes específicas (Silva et. al., 2019). Representa cómo pensamos, sentimos, percibimos y nos comportamos con respecto a nuestro cuerpo.

Se ubica en un continuo que va desde percepciones corporales saludables hasta percepciones corporales que no lo son. En efecto, las preocupaciones sobre el trastorno dismórfico corporal pueden estar en un espectro con preocupaciones sobre la apariencia normal, contrastando sólo cuantitativamente. Las preocupaciones por la apariencia son cada vez más comunes así como el interés creciente por especialistas y procedimientos cosméticos para mejorar la apariencia física (Lambrou et. al., 2012).

Es un concepto multidimensional, se aplican a personas con percepciones saludables y no saludables de sus cuerpos e incluyen los aspectos:

  • Cognitivo: pensamientos y creencias sobre el cuerpo.
  • Perceptivo: cómo las personas perciben el tamaño y la forma de su cuerpo.
  • Afectivo: sentimientos sobre el cuerpo.
  • Comportamental: las acciones que las personas realizan para controlar, cuidar, alterar u ocultar su cuerpo (Yamamotova et. al., 2017).

Errores en la matrix

La percepción del propio cuerpo se debe a la percepción y combinación de las diferentes informaciones sensoriales. Si este procesamiento se encuentra sesgado, esta información puede contribuir a la percepción errónea del tamaño y la forma del cuerpo. Se descubrió que los diferentes tipos de sesgos cognitivos (de memoria, de atención y de interpretación) son en parte responsables de la imagen corporal distorsionada en personas con trastornos alimentarios (Gaudio et al., 2014)

  • Los sesgos de la memoria: se refieren a la codificación y el recuerdo facilitados/deteriorados de información destacada del trastorno, como palabras u oraciones relacionadas con el peso y la forma, en comparación con información neutral.
  • Los sesgos de atención se componen de:
    • Captura atencional facilitada: la información saliente del trastorno se detecta más rápido que la información no saliente.
    • Dificultad para desconectarse: la información destacada del trastorno es más difícil de desconectar, por ejemplo, una mayor atención hacia las partes poco atractivas del propio cuerpo en comparación con las partes atractivas.
    • Evitación atencional: mantener la atención alejada de la información destacada del desorden.
  • Los sesgos de interpretación: se refieren al procesamiento sesgado de la información y la tendencia a analizar inapropiadamente información ambigua, por ejemplo, escenarios cotidianos, de acuerdo con esquemas cognitivos específicos del trastorno (Lewer et. al, 2017).

Cómo se va desarrollando

La socialización primaria tiene lugar a una edad temprana y se supone que se desarrolla un sentido de auto reconocimiento a los 2 años. Los niños en la primera infancia toman conciencia de su género, descubren normas sociales, como la competitividad y los estándares de belleza: para los hombres (piernas fuertes, músculos, brazos grandes) y la hermosura o la pequeñez para las mujeres (cabello brillante, piel perfecta, cintura pequeña, sin caderas). Cuando los niños toman conciencia de su apariencia corporal, desean recibir admiración y aprobación de sus ma/padres que crece al iniciar la escuela, exhibiendo una necesidad de aceptación social. Se entiende entonces a la imagen corporal como un comportamiento aprendido (Cash & Smolak, 2011). Smolak propone que los niños se centran principalmente en la apariencia de sus juguetes. A medida que crecen y socializan, comienzan a compararse con otros niños, especialmente en lo que respecta a la apariencia (por ejemplo, los niños pequeños desean ser más grandes). A los 6 años, la forma del cuerpo se vuelve cada vez más importante (especialmente los músculos y el peso). Entre los escolares de 6 a 12 años, entre el 40% y el 50% demostraron insatisfacción con alguna parte del tamaño o la forma de su cuerpo (King, 2018).

Por su parte, los padres envían mensajes socioculturales o críticos y mensajes sobre los ideales de apariencia corporal a sus hijos. Cuando los individuos se sienten seguros con respecto a sus relaciones, están más satisfechos con su cuerpo y es menos probable que piensen de manera que tengan que adherirse a ideales de apariencia para recibir la aceptación de los demás. Las investigaciones demostraron que los adolescentes con mejores relaciones entre padres y adolescentes tienen menos probabilidades de experimentar insatisfacción corporal (Bearman et. al, 2006). 

Distorsión de la imagen corporal 

La distorsión de la imagen corporal está presente en varias enfermedades graves, incluidos los trastornos alimentarios y el trastorno dismórfico corporal (Sadibolova et. al., 2019). La alteración de la imagen corporal puede manifestarse como una alteración de la percepción (es decir, distorsión) y del concepto (es decir, insatisfacción corporal). Se cree que las alteraciones de la imagen corporal también se manifiestan a nivel conductual, como la evitación del cuerpo, el control del cuerpo o las dietas.

“La imagen corporal es un fenómeno aprendido a partir de experiencias durante el desarrollo prenatal y posnatal en el que las conexiones corticales cruzadas y las neuronas espejo desempeñan papeles destacados. Las interacciones complejas entre factores neurofisiológicos, socioculturales y cognitivos contribuyen al desarrollo y mantenimiento de la imagen corporal. “ Ver artículo Cuando la belleza duele: 6 factores que afectan la imágen corporal y cómo se desarrolla.

Posibles abordajes terapéuticos

  1. Técnicas generales cognitivo-conductuales: la terapia cognitivo-conductual (TCC) es la intervención más utilizada y con mayor respaldo empírico para mejorar la imagen corporal. Tiene como objetivo apuntar a los procesos cognitivos y conductuales centrales ayudando a las personas a modificar sus pensamientos, sentimientos y comportamientos disfuncionales relacionados con su imagen corporal (Alleva et. al., 2015). Ejemplos de técnicas: discutir las cogniciones y el papel que desempeñan en la imagen corporal; enseñar el autocontrol y la reestructuración de las cogniciones; enseñar el autocontrol del comportamiento; cambiar el lenguaje corporal negativo; realizar imágenes guiadas; realizar ejercicios de exposición; escribir sobre el cuerpo; proporcionar estrategias de prevención de recaídas; proporcionar formación sobre el manejo del estrés.
  2. Técnicas para mejorar la aptitud física: las intervenciones de entrenamiento físico reúnen ejercicios aeróbicos o anaeróbicos para mejorar las capacidades físicas, como la fuerza muscular, y también para alentar a las personas a centrarse más en la funcionalidad y menos en la apariencia  (Alleva et. al., 2015). 
  3. Técnicas para proporcionar alfabetización mediática y promover la resistencia mediática: las intervenciones de alfabetización mediática tienen como objetivo enseñar a las personas a evaluar críticamente los ideales de apariencia que les transmiten los medios (Alleva et. al., 2015). Ejemplos de técnicas: discutir el ideal de belleza; proporcionar formación en alfabetización mediática.
  4. Técnicas para mejorar la autoestima: estas intervenciones para mejorar la autoestima (Alleva et. al., 2015) son beneficiosas, seguras y adecuadas para mejorar la imagen corporal. Ejemplos de técnicas: discutir alternativas para centrarse en la apariencia; discutir las relaciones interpersonales; discutir las diferencias individuales.
  5. Técnicas de psicoeducación relacionadas con la imagen corporal: la psicoeducación tiene como objetivo educar a las personas sobre el concepto de imagen corporal, la imagen corporal negativa y sus causas y consecuencias (Alleva et. al., 2015). Suele ser útil junto con otras intervenciones, como las de entrenamiento físico o mejora de la autoestima. Ejemplos de técnicas: discutir las causas de la imagen corporal negativa; discutir sus consecuencias; discutir el concepto de imagen corporal; discutir la expresión conductual de la imagen corporal negativa.
  6. Terapia de remediación cognitiva (TRC): la investigación sobre la imagen corporal comenzó a analizar los aspectos neuropsicológicos de cómo un individuo con una alteración de la imagen corporal procesa cognitivamente la información (Dahlgren y Stedal, 2017).. Esta terapia es un grupo de intervenciones diseñadas para mejorar las capacidades neurocognitivas de un individuo, como la flexibilidad y planificación cognitiva, la atención, la memoria de trabajo, el cambio de escenario y el funcionamiento ejecutivo.
  7. Farmacoterapia en el trastorno dismórfico corporal: las directrices clínicas actuales indican que la terapia cognitivo-conductual (TCC) más los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISR) son los tratamientos de primera línea para el trastorno dismórfico corporal. La farmacoterapia adecuada mejora los síntomas centrales del TDC, las tendencias suicidas y el funcionamiento psicosocial en la mayoría de los pacientes. Es necesario identificar la voluntad del paciente de aceptar y adherirse a la farmacoterapia, ya que muchos pacientes tienen poca percepción y pueden desear un tratamiento cosmético en lugar de farmacoterapia (Krebs, 2017).
  8. Otras intervenciones posibles: Varios estudios sugirieron programas educativos en las escuelas para mejorar la imagen corporal y ayudar a prevenir los trastornos alimentarios (O’Dea y Abraham, 2000). Estas intervenciones se centran en proporcionar información sobre los trastornos alimentarios y los problemas relacionados con la imagen corporal a estudiantes de secundaria en un aula estructurada tradicional. Los temas incluyen el desarrollo sociocultural de la imagen corporal y los ideales de imagen corporal, alimentación saludable, los riesgos potenciales de la restricción calórica y las expectativas sobre el cuerpo perfecto. 

Los padres también juegan un papel esencial en el desarrollo de la imagen corporal, la insatisfacción corporal y los problemas alimentarios; por lo tanto, parece relevante desarrollar programas de prevención para padres de niños en edad preescolar (Damiano et. al, 2015). 

No se puede maquillar el corazón, se puede encontrar y redescubrir la belleza con el que se tiene, con apoyo profesional y un entorno amable. 

Referencias:

  • Alleva JM, Sheeran P, Webb TL, Martijn C, Miles E. A Meta-Analytic Review of Stand-Alone Interventions to Improve Body Image. PLoS One. 2015;10(9):e0139177.
  • Bearman SK, Martinez E, Stice E, Presnell K. The Skinny on Body Dissatisfaction: A Longitudinal Study of Adolescent Girls and Boys. J Youth Adolesc. 2006 Apr;35(2):217-229.
  • Campillo, J. M. (2011). El secreto del zen los textos esenciales legados por los patriarcas del budismo Soto Zen: Hannya Shingyo, Shinjinmei, Shodoka, Sandokai, Hokyo Zanmai, Fukanzazenji. José J. de Olañeta.
  • Cash, T. F., & Smolak, L. (2011). Understanding body images: Historical and contemporary perspectives. In T. F. Cash & L. Smolak (Eds.), Body image: A handbook of science, practice, and prevention (pp. 3–11). The Guilford Press.
  • Dahlgren CL, Stedal K. Cognitive Remediation Therapy for Adolescents with Anorexia Nervosa-Treatment Satisfaction and the Perception of Change. Behav Sci (Basel). 2017 Apr 18;7(2).
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  • King ICC. Body image in pediatric burns: a review. Burns Trauma. 2018;6:12.
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  • Lambrou C, Veale D, Wilson G. Appearance concerns comparisons among persons with body dysmorphic disorder and nonclinical controls with and without aesthetic training. Body Image. 2012 Jan;9(1):86-92.
  • Lewer M, Bauer A, Hartmann AS, Vocks S. Different Facets of Body Image Disturbance in Binge Eating Disorder: A Review. Nutrients. 2017 Nov 28;9(12).
  • O’Dea JA, Abraham S. Improving the body image, eating attitudes, and behaviors of young male and female adolescents: a new educational approach that focuses on self-esteem. Int J Eat Disord. 2000 Jul;28(1):43-57.
  • Sadibolova R, Ferrè ER, Linkenauger SA, Longo MR. Distortions of perceived volume and length of body parts. Cortex. 2019 Feb;111:74-86.
  • Silva D, Ferriani L, Viana MC. Depression, anthropometric parameters, and body image in adults: a systematic review. Rev Assoc Med Bras (1992). 2019 Jun 03;65(5):731-738.
  • Yamamotova A, Bulant J, Bocek V, Papezova H. Dissatisfaction with own body makes patients with eating disorders more sensitive to pain. J Pain Res. 2017;10:1667-1675.

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  • Análisis
  • Recursos para Profesionales de la Psicología

La paradoja de acumular libros no leídos: ¿Por qué seguimos comprando sin leer?

  • David Aparicio
  • 09/05/2024

¿Por qué comprar libros y leer libros son dos pasatiempos diferentes? ¿Por qué tu lista de libros por leer solo sigue creciendo? ¿Y qué tiene que ver todo eso con las editoriales de libros destruyendo miles de libros cada año? En este video, Sabrina explora el mundo de Booktok, las librerías y la publicación para entender por qué seguimos comprando libros que no leemos.

Puedes activar la traducción automática.

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  • Análisis
  • Salud Mental y Tratamientos

4 razones por las que los terapeutas se estancan

  • Equipo de Redacción
  • 06/05/2024

Por Steven Hayes

A veces no avanzas en absoluto con un consultante. Se presentan a la sesión, comprenden lo que estás tratando de enseñarles e incluso siguen los ejercicios… Sin embargo, cuando salen de la habitación, vuelven a su mundo y regresan a un entorno que subvierte todo lo saludable que están tratando de aprender. No practican las habilidades que les enseñaste, siguen atrapados en su historia y, como resultado, apenas progresan.

Peor aún, pueden empezar a sentirse desilusionados y dejar de presentarse por completo.

Cuando esto sucede, es difícil no preguntarse si hiciste lo suficiente. La verdad es que esto ocurre con demasiada frecuencia, y hay principalmente cuatro razones por las que te quedas estancado:

Razón 1: No has construido una alianza sólida con tu cliente

Uno de los predictores más consistentemente encontrados para el éxito terapéutico es una sólida alianza entre el terapeuta y el paciente, independientemente del enfoque de tratamiento, los problemas del consultante u otros factores contextuales. Si tú y tus clientes no están trabajando bien juntos como equipo, se vuelve difícil facilitar un cambio significativo.

Razón 2: No has comprendido completamente los matices de la situación de tu cliente

La vida de tu consultante es una red compleja de factores interactivos, algunos de los cuales mantienen sus problemas y obstaculizan el progreso efectivo. Por ejemplo, ¿les cuesta concentrarse en el trabajo debido a preocupaciones frecuentes? ¿Es al revés? ¿O ambos factores son completamente independientes? ¡Es tu tarea averiguarlo! Si tus clientes no están progresando de manera significativa, es posible que aún no comprendas completamente los matices de su situación.

Lo cual nos lleva al siguiente punto…

Razón 3: No has involucrado adecuadamente a tu cliente para que practique las habilidades básicas

El cambio real solo ocurre cuando tus pacientes comienzan a hacer las cosas de manera diferente. Y la mejor manera de facilitar un nuevo comportamiento es a) alcanzarlos fuera de la sesión en la vida diaria y b) adaptar tus intervenciones a su contexto individual. Esto significa comprender las necesidades, deseos y expectativas de tu cliente (ver Razón #2) y luego personalizar tu enfoque en consecuencia.

Y finalmente…

Razón 4: No has aplicado técnicas o métodos terapéuticos con habilidad

Esta última quizás no te sorprenda: si deseas ayudar a otros a realizar cambios significativos, necesitas saber lo que estás haciendo. Debes estar entrenado en el enfoque que estás enseñando, saber cuándo aplicar ciertas intervenciones y ser capaz de adaptarlas a tus clientes individuales (recuerda la Razón #3). Solo cuando practicas las habilidades básicas tú mismo puedes enseñarlas adecuadamente a otros.

Artículo publicado en el newsletter de Steven Hayes y traducido para Psyciencia.

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  • Análisis

Bajarle el volumen a las palabras

  • Fabián Maero
  • 03/05/2024

En su ensayo Bajar el volumen Fabio Morábito escribe que a menudo al estar en un café juega a presenciar conversaciones de otras mesas, de las que, sea por la distancia o por el ruido del ambiente, no llega a oír las palabras que se dicen. Ver sin oír a los interlocutores le permite apreciar “la expresión de sus rostros, sus miradas, la forma que tienen de asentir a lo que dice el otro o de negarlo, sus arrebatos y sus distensiones”. Llega incluso a agradecer no escuchar las palabras, ya que sospecha que entonces descubriría que esas conversaciones, tan ricas en gestos y expresiones, están pobladas “de frases trilladas, de razonamientos previsibles y de preguntas consabidas”.

Morábito confiesa realizar un ejercicio parecido al mirar televisión: “quito el volumen en cualquier serie o telenovela de pacotilla y quedo embelesado por la mímica facial y la intensidad de los ademanes de los actores; fluye entre ellos una comunicación plena y trato de adivinar qué dicen, pero subo el volumen y el soplo inspirador cesa con las primeras frases que oigo, imbuidas de un raciocinio cerril y estrecho”.  Y agrega algo que me parece vale la pena destacar:

¡Cuánto desperdicio de lenguaje y de vida! ¿No será ésta la función primordial de la poesía: bajar el volumen de las palabras, ponerlas en sordina o en entredicho para recobrar la efusividad del arrebato comunicativo, que es anterior a la transmisión de cualquier significado; para recobrar esa hermosa antesala del sentido que sin embargo es pletórica de sentido y que uno busca en las miradas y los gestos de la que no conoce?

Me parece interesante la sugerencia de que la poesía le baja el volumen al sentido convencional de las palabras, que habitualmente eclipsa a sus otros aspectos, como su timbre, su ritmo, su melodía. La poesía trae a primer plano la materialidad de las palabras en sí mismas; aunque usualmente no prescinde del sentido –aquello que dicen– lo atenúa y enfatiza así la música de las palabras.

Pienso que también la tarea clínica contextual involucra bajar el volumen de las palabras, ponerlas en sordina o en entredicho. No otra cosa hace la defusión. Nos recuerda que, antes de cualquier sentido convencional, toda palabra es una acción –la exploración de cuyo contexto nos brinda la posibilidad de encontrar otro tipo de sentido, más amplio, más experiencial, más particular. Nos invita a distanciarnos, descentrarnos, extrañarnos, al menos por unos momentos, de las ilusiones del lenguaje para que pase a primer plano todo lo que excede a lo puramente verbal: el gesto, el sentimiento, lo somático, la cualidad estética en cada momento.

Siempre he creído que el trabajo con defusión se reconoce cuando lo atraviesa una veta humorística: una buena intervención de defusión suele provocar alguna sonrisa. Creo que un cierto aire poético es otro de sus rasgos distintivos: una buena intervención de defusión juega a bajar el volumen, a ponerle una sordina al raciocinio cerril y estrecho de las palabras.

Creo también que la defusión es, siquiera de un modo lejano, un ejercicio poético –o al menos, una inducción a la poesía.

Artículo publicado en Grupo ACT y cedido para su republicación en Psyciencia.

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  • Análisis

Los psicólogos lideran la lucha contra la adicción en la adolescencia

  • Gabriel Genise
  • 03/05/2024

Por Gabriel Genise y Thiago Batistuta – Adaptado de Zara Abrams

A pesar de años de promover la consigna de «simplemente decir no» a las drogas y al alcohol en las escuelas secundarias de todo el país, el programa de Educación sobre Resistencia al Abuso de Drogas (D.A.R.E.), comúnmente impartido por agentes de policía que promovían la abstinencia total, resultó ineficaz. Un metaanálisis encontró que este programa fue en gran parte inefectivo, y un estudio incluso demostró que los jóvenes que completaron D.A.R.E. tenían más probabilidades de consumir drogas que sus pares.

“Conocemos que la campaña de ‘Simplemente di no’ no funciona. Está basada en riesgos puros, y eso no resuena con los adolescentes», afirmó la psicóloga del desarrollo Bonnie Halpern-Felsher, PhD, profesora de pediatría y fundadora y directora ejecutiva de varios programas de prevención e intervención del uso de sustancias en la Universidad de Stanford. «Existen beneficios reales y percibidos en el uso de drogas, así como riesgos, como hacer frente al estrés o disfrutar de la ‘euforia’. Si solo hablamos de los aspectos negativos, perdemos nuestra credibilidad.»

Parcialmente debido a las lecciones aprendidas de D.A.R.E., muchas comunidades están adoptando un enfoque diferente para abordar el consumo de sustancias entre los jóvenes. También están respondiendo a cambios muy reales en el panorama de las drogas. Aparte del vapeo, el uso de sustancias ilícitas entre adolescentes ha disminuido sustancialmente en las últimas décadas, pero más adolescentes están experimentando sobredosis que nunca, en gran parte debido a la contaminación del suministro de drogas con fentanilo y la disponibilidad de sustancias más fuertes.

«Necesitamos que las drogas dejen de ser un tema tabú sobre el que los jóvenes ya no puedan preguntar», enfatizó Nina Christie, PhD, becaria de investigación posdoctoral en el Centro sobre Alcohol, Uso de Sustancias y Adicciones de la Universidad de Nuevo México. «Esa actitud solo conduce a que los jóvenes mueran, y no podemos permitir que eso continúe».

Cambios en el consumo de drogas

En 2022, aproximadamente 1 de cada 3 estudiantes de último año de secundaria, 1 de cada 5 estudiantes de segundo año y 1 de cada 10 estudiantes de octavo grado informaron haber consumido una sustancia ilícita en el último año, según la encuesta anual del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA). Estas cifras representan una disminución significativa con respecto a los niveles previos a la pandemia y esencialmente se encuentran en su punto más bajo en décadas. El consumo de sustancias durante la adolescencia es particularmente peligroso porque las sustancias psicoactivas, incluyendo la nicotina, el cannabis y el alcohol, pueden interferir con el desarrollo saludable del cerebro. Los jóvenes que consumen sustancias temprana y frecuentemente también enfrentan un mayor riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de sustancias en la adultez. Los niños que evitan el consumo regular de sustancias tienen más probabilidades de tener éxito en la escuela y de evitar problemas con el sistema de justicia juvenil.

“Cuanto más tiempo podamos lograr que los niños pasen sin consumir sustancias regularmente, mejores serán sus posibilidades de tener una trayectoria de vida óptima,” afirmó Aaron Weiner (PhD, ABPP, psicólogo clínico).

Las drogas que los jóvenes están utilizando—y la forma en que las están usando—han cambiado, y los psicólogos dicen que esto debe informar los esfuerzos educativos en torno al consumo de sustancias. El alcohol y la cocaína son menos populares de lo que eran en la década de 1990; el uso de cannabis y alucinógenos, que ahora son más destacados y más fáciles de obtener, alcanzaron niveles más altos que nunca entre los adultos jóvenes en 2021 (El uso de marihuana y alucinógenos entre adultos jóvenes alcanzó su punto máximo en 2021, NIDA).

“La Generación Z está consumiendo menos alcohol que las generaciones anteriores, pero parece estar cada vez más interesada en los psicodélicos y el cannabis,” comentó Christie. “Esas sustancias han reemplazado un poco al alcohol como la ‘cosa cool’ que hacer.”

Los jóvenes también están viendo y compartiendo contenido sobre el consumo de sustancias en las redes sociales, con un aumento en publicaciones e influencers que promocionan el vapeo en TikTok y otras plataformas. La investigación sugiere que los adolescentes y adultos jóvenes que ven contenido de tabaco o nicotina en las redes sociales tienen más probabilidades de comenzar a usarlo más tarde.

Una visión más holística

La preocupación por el bienestar de los jóvenes fue lo que impulsó la bienintencionada pero finalmente ineficaz «locura por la abstinencia», como la llama Robert Schwebel, PhD. Aunque ese enfoque no ha tenido éxito en muchos contextos, aún hay un gran número de comunidades que lo emplean, dijo Schwebel, un psicólogo clínico que creó el Programa de los Siete Desafíos para tratar el uso de sustancias en los jóvenes. Sin embargo, cada vez más, quienes trabajan para prevenir y tratar el uso de sustancias en los jóvenes están adoptando un enfoque diferente, uno que se alinea con los principios que Schwebel ayudó a popularizar a través de los Siete Desafíos.

Un principio clave de los programas modernos de prevención y tratamiento es capacitar a los jóvenes para que tomen sus propias decisiones sobre el uso de sustancias de manera apropiada para su desarrollo. Los adolescentes están explorando sus identidades (incluyendo cómo se relacionan personalmente con las drogas), aprendiendo a sopesar las consecuencias de sus acciones y preparándose para la adultez, lo que implica tomar decisiones sobre su futuro. El Programa de los Siete Desafíos, por ejemplo, utiliza ejercicios de escritura de diarios de apoyo, combinados con asesoramiento, para ayudar a los jóvenes a practicar la toma de decisiones informadas sobre el uso de sustancias teniendo en cuenta esos procesos. «Puedes insistir, pero eso no hará que la gente sea abstemia. En última instancia, tienen que tomar sus propias decisiones», dijo Schwebel.

Los esfuerzos de prevención de hoy en día también tienden a ser más holísticos que sus predecesores, teniendo en cuenta las formas en que el uso de drogas se relaciona con otros comportamientos adictivos, como los juegos de azar y las peleas, el drag racing y las relaciones sexuales sin protección. Los factores de riesgo para el uso de sustancias, que incluyen el trauma, las experiencias adversas en la infancia, el historial de consumo de sustancias de los padres y los factores de personalidad como la impulsividad y la búsqueda de sensaciones, se superponen con muchos de esos comportamientos, por lo que a menudo tiene sentido abordarlos de manera colectiva.

«Nos hemos vuelto más sofisticados en la comprensión de los determinantes biopsicosociales del consumo de alcohol y drogas y hemos avanzado más allá de la idea de que es una enfermedad y la única solución es la medicación», dijo James Murphy, PhD, profesor de psicología en la Universidad de Memphis que estudia los comportamientos adictivos y cómo intervenir.

Los programas de prevención modernos también reconocen que los jóvenes usan sustancias para cumplir un propósito, típicamente de naturaleza social o emocional, y si los adultos esperan que no lo hagan, deberían ayudar a los adolescentes a aprender a satisfacer esas necesidades de manera diferente, dijo Weiner.

«Los jóvenes generalmente usan sustancias para ganar amigos, evitar perderlos o para hacer frente a problemas emocionales que están teniendo,» dijo. «Los esfuerzos de prevención efectivos deben ofrecer alternativas saludables para alcanzar esos objetivos.»

Simplemente di «saber» (por el juego de palabra Just say “know”)

En ocasiones, los principios de la reducción de daños y la prevención del uso de sustancias parecen inherentemente desalineados. La reducción de daños, surgida como respuesta a la crisis del SIDA, prioriza la autonomía corporal y el encuentro con las personas donde están sin juzgar. Para algunos partidarios de la reducción de daños, animar activamente a los adolescentes a no usar drogas podría violar el principio de respetar la autonomía segun Weiner. Por otro lado, los defensores tradicionales de la prevención pueden sentir que enseñar a los adolescentes cómo usar tiras de prueba de fentanilo o alentarlos a no usar drogas solos socava la idea de que pueden elegir no usar sustancias. Pero Weiner dice que ambos enfoques pueden ser parte de la solución. «No tiene que ser ni prevención ni reducción de daños, y perdemos herramientas muy importantes cuando decimos que tiene que ser una u otra».

En adultos, los enfoques de reducción de daños salvan vidas, previenen la transmisión de enfermedades y ayudan a las personas a conectarse con el tratamiento del uso de sustancias (Reducción de Daños, NIDA, 2022). La evidencia inicial muestra que intervenciones similares pueden ayudar a los adolescentes a mejorar su conocimiento y toma de decisiones sobre el uso de drogas. Los adolescentes están entusiasmados con estos programas, que los expertos a menudo llaman «Simplemente Di Saber» para contrastarlos con el enfoque tradicional de «Simplemente Di No». En un estudio piloto, el 94% de los estudiantes dijo que un programa de «Simplemente Di Saber» proporcionaba información útil y el 92% dijo que podría influir en su enfoque sobre el uso de sustancias.

«Obviamente, es lo más saludable si eliminamos el uso de sustancias de la vida de los niños mientras sus cerebros se están desarrollando. Al mismo tiempo, mi preferencia es que hagamos algo que tenga un impacto positivo en la salud y el comportamiento de estos niños», dijo Nora Charles, PhD, profesora asociada y jefa del Laboratorio de Uso de Sustancias y Comportamientos de Riesgo Juvenil en la Universidad del Sur de Mississippi. «Si la forma de hacerlo es fomentar un compromiso más sensato y cuidadoso con sustancias ilícitas, eso sigue siendo mejor que no abordar el problema».

Una cosa que no se debe hacer es normalizar en exceso el uso de drogas o implicar que es generalizado, dijo Weiner. Los datos muestran que no es preciso decir que la mayoría de los adolescentes han usado drogas en el último año o que las drogas son «solo una parte de la vida en la escuela secundaria» . De hecho, los estudiantes tienden a sobreestimar cuántos de sus compañeros usan sustancias.

Una forma de incorporar tanto la reducción de daños como la prevención tradicional es personalizar soluciones según las necesidades de diversas comunidades. Por ejemplo, en 2022, cinco estudiantes de secundaria de Alabama sufrieron una sobredosis de una sustancia mezclada con fentanilo, lo que sugiere que las estrategias de reducción de daños podrían salvar vidas en esa comunidad. “Otras escuelas con menos uso de sustancias reportado podrían beneficiarse más de un programa estilo prevención primaria” según Weiner. En Stanford, el Laboratorio de Investigación y Educación para Empoderar a Adolescentes y Jóvenes Adultos para Elegir la Salud (REACH) ha desarrollado una serie de programas gratuitos y basados en evidencia a través de la investigación participativa basada en la comunidad que pueden ayudar a poblaciones con diferentes necesidades. El Laboratorio REACH ofrece programas de prevención, intervención y cesación basados en actividades para estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria, que incluyen planes de estudio sobre alcohol, vapeo, cannabis, fentanilo y otras drogas. También están trabajando en planes de estudio personalizados para grupos de alto riesgo, incluidas minorías sexuales y de género.

Los programas del Laboratorio REACH, incluido el completo plan de estudios de Safety First, incorporan discusiones honestas sobre los riesgos y beneficios del uso de sustancias. Por ejemplo, las drogas son una forma de hacer frente al estrés, pero el ejercicio, el sueño y una buena alimentación también pueden ayudar. Debido a que muchos jóvenes se preocupan por el medio ambiente, una lección explora cómo la producción de cannabis y tabaco causa daño ambiental. Los programas también desmitifican la idea de que muchos adolescentes usan sustancias y los ayudan a practicar habilidades, como aprender a rechazar una oferta para usar drogas de una manera que les resuene. “Aprenden sobre el cerebro en desarrollo de una manera positiva: mientras que durante mucho tiempo se les dijo a los adolescentes que no pueden tomar buenas decisiones, Safety First los capacita para elegir proteger sus cerebros y cuerpos tomando decisiones saludables en todos los aspectos” sugiere Weiner.

«Los adolescentes pueden tomar buenas decisiones», dijo Halpern-Felsher. «La ecuación es simplemente diferente porque se preocupan más por ciertas cosas, como los compañeros y las relaciones, en comparación con los adultos».

Motivar a los jóvenes

Debido a que el uso de sustancias y la salud mental están tan entrelazados, algunos programas pueden prevenir con éxito el consumo de sustancias con muy poco contenido centrado en las drogas. En uno de los talleres del Programa PreVenture para adolescentes, solo media página de un cuaderno de trabajo de 35 páginas menciona explícitamente las sustancias. «Lo fascinante sobre la base de evidencia para PreVenture», dijo la psicóloga clínica Patricia Conrod, PhD, profesora de psiquiatría en la Universidad de Montreal quien desarrolló el programa. «Puedes tener un efecto bastante dramático en el uso de sustancias de los jóvenes sin ni siquiera hablar de eso». PreVenture ofrece una serie de talleres de 90 minutos que aplican ideas cognitivo-conductuales de manera anticipada para ayudar a los jóvenes a explorar sus rasgos de personalidad y desarrollar estrategias de afrontamiento saludables para alcanzar sus metas a largo plazo, menciona Conrod. Los adolescentes con altos niveles de impulsividad, desesperanza, búsqueda de emociones o sensibilidad a la ansiedad enfrentan mayores riesgos de dificultades de salud mental y uso de sustancias, por lo que el material personalizado les ayuda a practicar un afrontamiento saludable basado en su tipo de personalidad, sugiere Conrod.

Por ejemplo, el taller de PreVenture que se dirige a la sensibilidad a la ansiedad ayuda a los jóvenes a aprender a desafiar las distorsiones cognitivas que pueden causar estrés, y luego relaciona esa habilidad con sus propias metas dice Conrod. La intervención puede adaptarse a las necesidades de una comunidad determinada. En varios ensayos controlados aleatorios de PreVenture, los adolescentes que completaron el programa comenzaron a usar sustancias más tarde que los compañeros que no recibieron la intervención y enfrentaron menos daños relacionados con el alcohol. Segun Conrod el programa también ha demostrado reducir la probabilidad de que los adolescentes experimenten con sustancias ilícitas, lo que se relaciona con la actual crisis de sobredosis en América del Norte.

«A medida que los jóvenes abandonan la escuela secundaria y entran a la universidad o la vida adulta, alrededor del 30% hará binge drinking, el 8% participará en un uso intensivo de alcohol y el 20% usará drogas ilícitas» (Alcohol y Adultos Jóvenes de 18 a 24 Años, Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo, 2023; SAMHSA anuncia resultados de la encuesta nacional sobre uso de drogas y salud mental (NSDUH) que detallan niveles de enfermedad mental y uso de sustancias en 2021). Pero es muy poco probable que los jóvenes busquen ayuda, incluso si esas actividades les causan angustia, dijo Murphy. Por esa razón, las intervenciones breves que aprovechan la entrevista motivacional y pueden entregarse en un entorno escolar, laboral o médico pueden marcar una gran diferencia.

Un metaanálisis de intervenciones breves de alcohol muestra que pueden reducir la cantidad promedio que beben los participantes durante al menos 6 meses. Incluso una pequeña reducción en el consumo de alcohol puede cambiar la vida, dijo Murphy. La cuarta o quinta bebida en una salida nocturna, por ejemplo, podría ser la que conduzca a consecuencias negativas, por lo que reducir la ingesta a solo tres bebidas puede marcar una gran diferencia para los jóvenes.

Según Weiner, en última instancia, dar un paso atrás para mantener en foco los objetivos más grandes, así como mantenerse dedicado a enfoques de prevención e intervención respaldados por la ciencia, es lo que ayudará a mantener a los jóvenes saludables y seguros. «En lo que todos pueden estar de acuerdo es en que queremos que los niños tengan la mejor vida posible», dijo. «Si podemos comenzar desde ahí, ¿qué herramientas tenemos disponibles para ayudar?» menciona Weiner. 

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  • Análisis

Sesgos en la Inteligencia Artificial: Un espejo de nuestra humanidad imperfecta

  • David Aparicio
  • 25/04/2024

¿Cómo es posible que un algoritmo pueda afectar negativamente las oportunidades laborales de un grupo específico sin una programación explícitamente discriminatoria? Este enigma destaca un problema crítico en la evolución de la inteligencia artificial: el impacto de los sesgos humanos. Explorar cómo estos prejuicios se infiltran en los sistemas de IA y sus profundas repercusiones éticas nos ofrece una ventana hacia los desafíos y oportunidades que enfrenta nuestra sociedad tecnológicamente avanzada.

Cómo los sesgos humanos moldean la IA

La creación de un algoritmo comienza con decisiones humanas, cada una impregnada de las perspectivas y preconcepciones de sus creadores. Al entrenar algoritmos de reconocimiento facial, por ejemplo, si la mayoría de las imágenes son de personas de piel clara, el sistema tendrá dificultades para reconocer correctamente a personas de piel oscura. Este no es un error menor; afecta todo desde el acceso a tecnologías hasta cómo se implementan sistemas de vigilancia y seguridad.

Los sistemas de contratación automatizados han demostrado preferencias por candidatos que se ajustan a un perfil específico, no porque el sistema tenga prejuicios explícitos, sino porque aprende de decisiones de contratación pasadas que pueden haber favorecido inadvertidamente a ciertos grupos. Esto puede llevar a un ciclo vicioso donde ciertos candidatos son sistemáticamente desfavorecidos, perpetuando la desigualdad.

El riesgo de datos contaminados

La calidad de los datos decide la calidad del resultado, y si esos datos reflejan históricamente prejuicios sociales o desigualdades, esos mismos problemas se verán reflejados en las decisiones del algoritmo.  Los sistemas judiciales que utilizan IA para evaluar la probabilidad de reincidencia han mostrado una tendencia a asignar riesgos más altos a individuos de ciertos grupos étnicos, basándose en datos históricos de arrestos y condenas, lo que plantea serias preocupaciones éticas y legales. 

Por ejemplo, un informe de CyberGhostVPN indica que los algoritmos de reconocimiento facial tienen tasas de error del 34% más altas en mujeres de piel oscura en comparación con hombres de piel clara, resaltando la crítica influencia de los datos sesgados en la precisión tecnológica.

El entrenamiento de asistentes de voz ilustra cómo la falta de diversidad en los datos de voz puede llevar a una pobre comprensión de acentos o dialectos no dominantes, lo que resulta en una experiencia frustrante para un usuario que simplemente no se ajusta al ‘molde’ previsto por los desarrolladores del sistema.

Implicaciones éticas y la necesidad de justicia algorítmica

Los ejemplos mencionados subrayan la dimensión ética de los sesgos en IA. Cada decisión tomada por un algoritmo tiene el potencial de afectar vidas humanas, especialmente en campos como la medicina, la ley y el empleo. La discriminación algorítmica no es solo una posibilidad teórica; es una realidad actual que puede excluir a las personas de servicios esenciales o oportunidades basadas en algoritmos que ni siquiera son conscientes de sus propios prejuicios.

La responsabilidad de las empresas y desarrolladores es enorme. Deben asegurarse de que sus creaciones IA no solo sean eficientes, sino también justas. Esto requiere una inversión en auditorías éticas, pruebas rigurosas para detectar sesgos y un compromiso con la mejora continua.

Fomentar una IA éticamente consciente implica educar a los desarrolladores en ética, diversificar los equipos que diseñan estos sistemas y comprometerse con la transparencia en todos los aspectos del desarrollo de la IA. La colaboración internacional para establecer normativas que regulen el desarrollo y la implementación de tecnologías de IA es crucial.

Para que la inteligencia artificial sirva verdaderamente a todos los sectores de la sociedad, debe diseñarse con un enfoque que anticipe y mitigue los sesgos. Este es el desafío que enfrentamos: asegurarnos de que nuestra tecnología refleje lo mejor de nosotros, no nuestras limitaciones históricas o actuales.

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  • Análisis
  • Salud Mental y Tratamientos

Cuando la belleza duele: 6 factores que afectan la imágen corporal

  • Gretel Martinez
  • 25/04/2024

Un filtro que me “haga” la cara más delgada o la nariz más pequeña y así, al menos por un momento, nos vemos de una forma que nos gustaría que nos vieran los demás. Entre la tecnología del disimulo y creencias de lo que “debería ser” se va generando una relación de (des) amor que a veces puede llegar a tener un costo demasiado alto. En el siguiente artículo se desarrolla la distorsión de la imagen corporal que suele provocar sufrimiento, influyendo así en la salud física y psicológica. (Hosseini y Padhy, 2023).

Imagen corporal negativa

La imagen corporal negativa demuestra insatisfacción con el cuerpo o sus partes, preocupación por la apariencia y comportamientos como mirarse frecuentemente al espejo, pesarse o evitar situaciones públicas. Comúnmente se mide como insatisfacción corporal que es atribuible a una diferencia entre la percepción de la imagen corporal y su imagen idealizada (Silva et. al., 2019).

La alteración de la imagen corporal puede manifestarse como una alteración de la percepción (es decir, distorsión) y del concepto (es decir, insatisfacción corporal). La alteración de la percepción implica la imposibilidad de evaluar con precisión el tamaño del cuerpo. La insatisfacción corporal incluye la percepción actitudinal o afectiva del propio cuerpo y los sentimientos y creencias negativas. Se cree que las alteraciones de la imagen corporal también se manifiestan a nivel conductual, como la evitación del cuerpo, el control del cuerpo o las dietas (Lewer et. al., 2017).

La imagen corporal es un fenómeno aprendido a partir de experiencias durante el desarrollo prenatal y posnatal en el que las conexiones corticales cruzadas y las neuronas espejo desempeñan papeles destacados (Price, 2006). Las interacciones complejas entre factores neurofisiológicos, socioculturales y cognitivos contribuyen al desarrollo y mantenimiento de la imagen corporal (Irvine et. al., 2019). Diferentes factores como el género, la moda, los grupos de pares, las influencias educativas y familiares, la socialización en evolución y las alteraciones físicas (crecimiento del cabello, acné, desarrollo de los senos, menstruación) colocan a los niños en un territorio desconocido con imágenes corporales vulnerables. Entre los escolares de 6 a 12 años, entre el 40% y el 50% demostraron insatisfacción con alguna parte del tamaño o la forma de su cuerpo (King, 2018).

La imagen corporal en los adolescentes está bajo la influencia de los padres. La relación padre – adolescente tiene un impacto significativo en el desarrollo de la insatisfacción corporal de los adolescentes. Los padres envían mensajes socioculturales o críticos y mensajes sobre los ideales de apariencia corporal a sus hijos (Bearman et. al., 2006). 

La imagen corporal de las personas de 14 a 27 años se ve muy afectada por la de sus compañeros (King, 2018). Un evento crítico o una serie, como las burlas y el rechazo, pueden llevar a una percepción errónea de la imagen corporal. Los estudios han descubierto que cuanto más frecuentemente se burlan de ellos sobre el tamaño y el peso corporal durante el crecimiento, es más probable que se experimente distorsión de la imagen corporal e insatisfacción corporal durante la adultez (Grilo et. al, 1994).

La satisfacción corporal difiere en diferentes grupos de edad y género. Los estudios observan los niveles más altos de insatisfacción corporal en la adolescencia, la edad adulta temprana y las mujeres.

Factores que afectan la imagen corporal 

Algunos de los diversos factores que influyen en la imagen corporal (Jang et. al., 2018):

1. Índice de masa corporal (IMC): Es una variable continua que utiliza la fórmula estándar de kilogramos sobre altura al cuadrado. Como componente biológico,  es uno de los factores más importantes que influyen en la imagen corporal y al miedo a una evaluación negativa. La discordancia en la imagen corporal se asocia con la insatisfacción con la imagen corporal y tiene un impacto negativo en la salud mental, incluida la disminución de la autoestima y el aumento de la depresión (Jang et. al., 2018).

2. Familia: Las actitudes de la familia sobre el tamaño corporal y los patrones alimentarios de los niños es esencial ya que se forman en la primera infancia. La familia es una influencia destacada y continua a medida que los niños desarrollan la necesidad de la admiración y aprobación de los padres. Los padres pueden aumentar o disminuir el riesgo de que sus hijos desarrollen una imagen corporal y problemas alimentarios, directa o indirectamente. Los padres que prestan especial atención a las conductas de control de peso tienen influencias significativas en la satisfacción corporal de los niños (Damiano et. al., 2015).  Los comportamientos directos de los padres pueden incluir: comentarle a un niño sobre su peso o apariencia, burlarse de su peso, presionarlo para que pierda peso o alentarlo a hacer dieta; mientras que los indirectos son acciones o actitudes que no necesariamente están planificadas para influir en el niño tales como los comentarios negativos de los padres sobre sus cuerpos y la participación de los padres en ejercicio excesivo o dietas. Estas conductas pueden modelar la autocrítica e inspirar a los niños a juzgarse o a los demás según su apariencia y resaltar la importancia de adherirse a los ideales sociales y culturales de tamaño corporal. 

3. Presiones sociales: Aunque la imagen corporal es un concepto mental, es observable como un fenómeno social. La aceptación social es un componente crítico del ciclo vital y es fundamental para el bienestar, para aumentar la probabilidad de obtenerla mediante el proceso de aprendizaje social, los individuos observan, imitan y refuerzan su comportamiento. Esto es particularmente importante en los adolescentes para lograr la aceptación de pares (Shoraka et. al., 2016). El acoso relacionado con el peso durante la adolescencia contribuye significativamente al desarrollo de percepciones corporales negativas y de insatisfacción corporal. La presión para perder peso o ganar músculo que experimentan los adolescentes por parte de la sociedad se asocia con la insatisfacción corporal (Xu et. al., 2010).

4. Medios de comunicación: Las infancias y adolescentes se encuentran inmersos en una realidad colmada de diferentes tipos de medios: televisión, películas, vídeos, anuncios publicitarios, revistas, música, periódicos e internet. Varios estudios sugieren que existe relación entre el ideal del cuerpo masculino musculoso y el ideal de belleza femenina delgada representado en los medios con una variedad de condiciones psicológicas que incluyen percepción errónea de la imagen corporal, insatisfacción corporal y trastornos alimentarios. Este vínculo se ha explicado principalmente por procesos sociocognitivos como la comparación social (Kaewpradub et. al., 2017).

5. Medios de comunicación social: Los mensajes sobre ideales de apariencia se transmiten a través de las redes sociales con gran velocidad e impacto debido a que están continuamente al alcance de la mano (en smartphones y tablets por ejemplo). Varios estudios sugieren que la participación activa en las redes sociales puede influir negativamente en la imagen corporal y parece estar asociada con la insatisfacción corporal y los trastornos alimentarios. Los usuarios publican sus fotografías, ven fotos de otras personas donde la apariencia física es un factor importante en estas actividades, reciben mensajes y comentarios sobre sus cuerpos, mientras ven imágenes cuidadosamente editadas y seleccionadas de cuerpos delgados (thinspiration) o cuerpos delgados y musculosos (fitspiration). Los internautas pueden compararse frecuentemente con los ideales de apariencia que les transmiten a través de las redes sociales e internalizarlos como estándares para su propio cuerpo (Griffiths et. al., 2018) . Cuando su apariencia física no coincide, puede resultar en insatisfacción corporal (Myers y Crowther, 2009). Este concepto es particularmente importante en los adolescentes que pasan más tiempo y reciben más comentarios sobre su apariencia en las redes sociales (de Vries et. al., 2019).

6. Autoestima: La imagen corporal está muy relacionada con la autoestima y el autoconcepto de una persona. La autoestima puede ser un factor potencial que reduzca la asociación negativa entre el IMC, la imagen corporal y el miedo a una evaluación negativa. Una mayor autoestima puede servir como factor protector, disminuyendo la asociación negativa entre el IMC y los sentimientos de los individuos sobre su cuerpo, y también reduciendo el nivel de ansiedad causado por los juicios desfavorables de los demás. (Ahadzadeh et. al., 2018). Además, la insatisfacción corporal se asocia negativamente con la autoestima y es un fuerte predictor de reducción de la autoestima, particularmente en adolescentes. 

Otros factores causantes alternativas a las mencionadas son las enfermedades crónicas que pueden tener una influencia negativa en el autoconcepto (Bolton et. al., 2010) y las medidas de bloqueo asociadas con la pandemia de COVID-19 que fueron asociadas con un aumento de hábitos alimentarios desadaptativos e insatisfacción corporal, en particular, en ciertos grupos con un diagnóstico actual o pasado de trastornos alimentarios (Robertson et. al., 2021).

Diagnóstico diferencial en cuadros relacionados a la distorsión en la imágen corporal

Existen una serie de cuadros psicopatológicos en salud mental que tienen como denominador común la preocupación excesiva por la imagen corporal y las conductas desadaptativas relacionadas.

Tabla 1: Trastornos psicológicos y problemas asociados a la distorsión de la imágen corporal.

En conclusión, las representaciones corporales se relacionan con varios aspectos del bienestar psicológico. Entonces, si bien las distorsiones acerca de la imagen corporal o sus preocupaciones pueden presentarse en una vida saludable (Longo, 2022) , según su magnitud pueden representar un factor de riesgo para el desarrollo de problemas de salud.

Podemos hacer algo al respecto desde lo que transmitimos a las infancias y la información que damos (o no) a adolescentes, cómo nos tratamos y tratamos a los demás desde pequeños hasta la edad adulta, cada día, podemos hacer la diferencia.

  • Ahadzadeh AS, Rafik-Galea S, Alavi M, Amini M. Relationship between body mass index, body image, and fear of negative evaluation: Moderating role of self-esteem. Health Psychol Open. 2018 Jan-Jun;5(1):2055102918774251.
  • Bearman SK, Martinez E, Stice E, Presnell K. The Skinny on Body Dissatisfaction: A Longitudinal Study of Adolescent Girls and Boys. J Youth Adolesc. 2006 Apr;35(2):217-229.
  • Bolton MA, Lobben I, Stern TA. The impact of body image on patient care. Prim Care Companion J Clin Psychiatry. 2010;12(2) 
  • Damiano SR, Hart LM, Paxton SJ. Development and validation of parenting measures for body image and eating patterns in childhood. J Eat Disord. 2015;3:5.
  • de Vries DA, Vossen HGM, van der Kolk-van der Boom P. Social Media and Body Dissatisfaction: Investigating the Attenuating Role of Positive Parent-Adolescent Relationships. J Youth Adolesc. 2019 Mar;48(3):527-536.
  • Grilo CM, Wilfley DE, Brownell KD, Rodin J. Teasing, body image, and self-esteem in a clinical sample of obese women. Addict Behav. 1994 Jul-Aug;19(4):443-50.
  • Griffiths S, Murray SB, Krug I, McLean SA. The Contribution of Social Media to Body Dissatisfaction, Eating Disorder Symptoms, and Anabolic Steroid Use Among Sexual Minority Men. Cyberpsychol Behav Soc Netw. 2018 Mar;21(3):149-156.
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  • Irvine KR, McCarty K, McKenzie KJ, Pollet TV, Cornelissen KK, Tovée MJ, Cornelissen PL. Distorted body image influences body schema in individuals with negative bodily attitudes. Neuropsychologia. 2019 Jan;122:38-50.
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  • Kaewpradub N, Kiatrungrit K, Hongsanguansri S, Pavasuthipaisit C. Association Among Internet Usage, Body Image and Eating Behaviors of Secondary School Students. Shanghai Arch Psychiatry. 2017 Aug 25;29(4):208-217.
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  • Price EH. A critical review of congenital phantom limb cases and a developmental theory for the basis of body image. Conscious Cogn. 2006 Jun;15(2):310-22.
  • Robertson M, Duffy F, Newman E, Prieto Bravo C, Ates HH, Sharpe H. Exploring changes in body image, eating and exercise during the COVID-19 lockdown: A UK survey. Appetite. 2021 Apr 01;159:105062.
  • Shoraka H, Amirkafi A, Garrusi B. Review of Body Image and some of Contributing Factors in Iranian Population. Int J Prev Med. 2019;10:19.
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