Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Salud Mental y Tratamientos

1162 Publicaciones

Incluye trastornos, psicopatología y terapias.

  • Salud Mental y Tratamientos

Facebook y su relación con la imagen corporal

  • Alejandra Alonso
  • 04/12/2013

Facebook es una red social relativamente nueva que se ha instalado en la vida de millones de personas en todo el mundo, trayendo beneficios de diversos tipos a nivel personal y laboral. Por este motivo ha sido blanco de varios nuevos estudios, en uno de ellos investigadores de la Universidad Americana en Washington D.C. se interesaron por conocer el impacto de Facebook sobre la imagen corporal. Para averiguarlo le pidieron a 103 chicas que completaran una encuesta de 20 o 30 minutos en el curso de la semana. En la misma se les preguntó sobre el uso de Facebook y sobre su imagen corporal.

Encontraron que el tipo de información al que accedían las chicas en el sitio, en adición a la cantidad de tiempo que estaban en Facebook, tenía la mayor influencia sobre cómo se sentían sobre ellas mismas después.

En el estudio, que fue publicado (PDF completo) en la revista Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking (Ciberpsicología, Conducta y Redes Sociales), los científicos evaluaron cuán frecuentemente utilizaban funciones específicas de Facebook, tales como “crear un evento” o “fotos en las que apareces” pidiéndoles a las participantes que calificaran su uso habitual de cada función en una escala de 5 puntos donde 1 representaba la respuesta “casi nunca o nunca” y 5 “casi siempre accedo”.

Las jóvenes que le dedicaron la mayor parte del tiempo a actividades relacionadas con las fotos eran más propensas a internalizar un ideal de delgadez, sucumbir a la objetivización propia, estar insatisfechas con su peso o reportar tener una forma de volverse delgadas. Basados en los datos, los investigadores no fueron capaces de determinar si las adolescentes que ya tenían problemas con la apariencia personal eran  propensas a mirar posts relacionados con fotos en o si las imágenes influenciaban la imagen corporal de estas chicas.

Pero especulan que tales imágenes pueden tanto sembrar como exacerbar la forma en que las chicas aplican ideales sociales a ellas mismas. Los autores del estudio escriben: “La naturaleza de la función de compartir fotos de Facebook podría acelerar este proceso.”

Tal objetivización podría también contribuir a los Trastornos de la Alimentación, haciendo que la influencia de las fotos de Facebook  sea un tema que valga la pena estudiar como potencial contribuidor de dietas no saludables, dice en una declaración Brenda K. Wiederhold, editora en jefe de Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking. “Dada la conexión entre los Trastornos de la Alimentación y la distorsión e insatisfacción de la  imagen corporal, es importante identificar a los factores contribuyentes en este grupo particularmente vulnerable. Al identificar estos factores, podemos avanzar hacia el diseño de programas preventivos más eficaces.”

Fuente: Healthland
Imagen: Laura Lewis (Flickr)

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Salud Mental y Tratamientos

La terapia de juego podría promover una mejor recuperación en niños con enfermedades crónicas

  • David Aparicio
  • 04/12/2013

Durante años los terapeutas han utilizado la terapia de juego o ludoterapia para ayudar a los niños a expresar sus miedos y ansiedades. Esta técnica es especialmente útil en los niños que todavía no poseen suficientes habilidades de lenguaje para expresar sus sentimientos y pensamientos.

Sabiendo esto, un grupo de investigadores diseñó una versión modificada de la terapia de juego con temáticas médicas para ayudar a los niños con enfermedades crónicas y a sus hermanos a expresar sus temores y para fomentar la esperanza de su recuperación. Esta herramienta también puede promover una apertura de la comunicación entre los padres, los profesionales de la salud y los pacientes muy jóvenes.

La terapia de juego puede ayudar a los niños a expresar sus miedos y ansiedades

A los niños se les proveyó de juguetes médicos como estetoscopios, camas de hospital en miniatura, ambulancias, doctores, bolsas intravenosas y yesos para la cabeza y los brazos. Luego de esto, se les observó jugar en intervalos de 2 veces al mes.

Terminada la etapa de observación se encontró que los niños pudieron afrontar sus miedos a través del juego y esto los ayudó en su proceso de recuperación.

Entre los hallazgos se destacan los siguientes puntos:

  • No hubieron muertes en las dramatizaciones, pero en algunos casos los hermanos también querían estar enfermos para así poder recibir atención de sus padres. Esto puede interpretarse como un importante recordatorio a los padres de que no dejen de lado a sus hijos no enfermos.

  • Los niños tenían miedo a que les tomen muestras de sangre, ya que creían que la sangre era algo que no podían volver a producir.

  • Algunos niños dramatizan sus historias describiendo a los médicos como malos. Esto podría representar el miedo que pueden sentir a la figura del profesional de la salud.

  • Se encontró que los personajes “pacientes” en la dramatización de los juegos, a menudo pedían el apoyo de los padres, lo que indica que los niños estaban muy influenciados por sus padres a la hora de hacerle frente a la enfermedad.

Los hermanos también querían estar enfermos para así poder recibir atención de sus padres

Este proyecto fue publicado en el número de Septimbre de la revista Issues in Comprehensive Pediatric Nursing y resalta la importancia de implementar y apoyar intervenciones especialmente diseñadas que se adecuen a las necesidades de la población infantil dentro del ámbito médico. Ya que al mejorar su condición psicológica también mejoramos sus probabilidades de una pronta recuperación física.

Fuente: Psychcentral
Imagen: Christiaan Triebert (Flickr)

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Salud Mental y Tratamientos

Los problemas mentales causan mayor estigma en las familias que los problemas fisicos

  • David Aparicio
  • 28/11/2013

Un estudio realizado en España y en otros 27 países, encontró que las familias donde un miembro tiene una condición mental sufren más discriminación que las familias que tienen un miembro con una enfermedad física.

Otras investigaciones habían estudiado la vergüenza internalizada y el estigma sufrido por el individuo con un trastorno mental. Lo que aporta este nuevo estudio es una evaluación del grado en que un miembro de la familia puede sentirse avergonzado cuando un familiar cercano sufre de problemas de alcohol, drogas u otras condiciones mentales versus las enfermedades médicas generales.

Los resultados fueron presentados en la revista Psychological Medicine y muestran que ambas situaciones (físicas y mentales) agregan un peso extra a los miembros de la familia. “Sin embargo, lo más notable es que los familiares de los pacientes con problemas mentales sienten más estigma que aquellos con condiciones físicas”, sostiene Jordi Alonso, investigador español que formó parte de las evaluaciones.

(Artículo relacionado: Por qué mantengo mi trastorno bipolar bajo secreto en mi trabajo)

La OMS explica que las personas que sufren de condiciones mentales están expuestas a considerables violaciones de los derechos humanos en todo el mundo. Además, esta estigmatización pone en riesgo el tratamiento y aísla a los individuos que sufren.

“Las personas con enfermedades mentales tienen que afrontar diariamente la discriminación en la educación, el trabajo y la vivienda. En algunos países ellos sufren de distintos tipos de abusos como por ejemplo: la negación del derecho a votar, casarse o tener hijos.

¿Cómo podemos reducir o eliminar la discriminación respecto a la salud mental? La OMS propone las siguientes estrategias:

  • Incrementar la conciencia de la población;
  • Mejorar los derechos humanos en los servicios de salud mental;
  • Empoderar a los usuarios de los servicios de salud mental y sus familias;
  • Reemplazar las instituciones psiquiátricas por servicios de salud comunitarios;
  • Mejorar la inversión y adoptar políticas, leyes y servicios que promuevan los derechos humanos en esta población.

Los datos demuestran que todavía existe una tendencia internacional de estigma sobre las enfermedades mentales y nos recuerdan que debemos iniciar campañas anti-estigma que incluyan no sólo a los individuos sino también a la familia como foco de atención.

Fuente: Psypost
Imagen: BP

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Salud Mental y Tratamientos

Los programas de entrenamiento cognitivo no mejorarían la conducta de los niños con TDAH

  • David Aparicio
  • 27/11/2013

Últimamente se han popularizado mucho los programas computarizados de entrenamiento cognitivo que prometen reducir la hiperactividad y la atención de los niños con TDAH, mejorando así sus notas, conductas y relaciones con los pares. Estas promesas han ilusionado a los padres, quienes desesperados por ayuda están dispuestos a pagar grandes sumas de dinero, e incluso algunos matriculan a sus hijos en escuelas privadas que ofrecen estos programas. Pero, ¿qué nos dice la ciencia sobre estos programas? ¿realmente ayudan a los niños con esta dificultad?

No hay evidencia empírica que demuestre una notable mejoría

Para responder a esas preguntas, el psicólogo y profesor de la Universidad Central de Florida, Mark Rapport, organizó un equipo de investigadores con el fin de estudiar los datos provenientes de 25 diferentes estudios. Al concluir los análisis, el equipo encontraron que no hay evidencia empírica que demuestre una notable mejoría en las habilidades cognitivas y/o el desempeño escolar o conductual de los niños.

El equipo analizó estudios donde se les asignaba a un grupo de niños los entrenamientos cognitivos computarizados, mientras que el grupo control recibía un placebo.

Sorprendentemente, aunque la mayoría de los programas de entrenamiento cognitivo aseguraron que entrenan y mejoran la memoria de trabajo (uno de los principales déficits de los niños con TDAH), se encontró, gracias a una detallada revisión de estos entrenamientos, que en realidad entrenaban la memoria a corto plazo, un tipo de memoria que guarda la información por un periodo breve de tiempo, mientras que la memoria de trabajo utiliza la información almacenada para realizar una amplia gama de tareas cognitivas tales como la comprensión lectora, el cálculo mental y las actividades multitarea.

Estos hallazgos no significan que los programas basados en computadora no puedan ser beneficiosos para los niños con TDAH, sino que sugiere la necesidad de mejorarlos y diseñarlos específicamente para ejercitar la memoria de trabajo.

Los datos fueron serán publicados (y están disponibles online) en la edición de diciembre de la revista Clinical Psychology Review.

Fuente: Psypost
Imagen: Luis Vidal (Lois) (Flickr)

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Salud Mental y Tratamientos

La medicación antidepresiva no aumentaría el riesgo de tener un bebé con autismo

  • David Aparicio
  • 27/11/2013

La mayor preocupación de las mujeres embarazadas que toman antidepresivos reside en el hecho de que estos puedan afectar a su bebé. Esta preocupación se relaciona con resultados de estudios anteriores que han encontrado que el riesgo de tener un bebé con autismo es hasta 5 veces más alto en las mujeres embarazadas que consumen antidepresivos. Sin embargo, nuevos datos provistos por un estudio danés que contó con más de 600 mil niños, no pudo encontrar esta relación.

Según los autores del estudio, esta es la encuesta más grande realizada a la fecha que busca una correlación entre la medicación antidepresiva durante el embarazo y el autismo.

“Sabemos por estudios previos que hay un incremento en el riesgo de sufrir de autismo si, entre otras cosas, los padres tienen un diagnóstico de trastorno mental, como por ejemplo, depresión. Pero nosotros no pudimos demostrar que el riesgo se incrementa si las madres están recibiendo medicación antidepresiva durante el embarazo. Al analizar los datos de los hermanos, pudimos ver que el riesgo de tener un bebé con autismo es en gran parte el mismo, independientemente de si la madre toma la medicación antidepresiva o no durante el embarazo.» explicó Jakob Christensen, coautor de la investigación.

Para realizar el estudio, el equipo de investigadores identificó a todos los niños nacidos vivos en Dinamarca (N = 668.468) entre 1996 y 2006 y consiguieron la información de las prescripciones médicas de las mujeres durante el embarazo a través del Registro de Prescripción Nacional Danés; por otro lado, los diagnósticos de los trastornos del espectro autista en los niños y los diagnósticos psiquiátricos de los padres fueron obtenidos del Registro Central Psiquiátrico.

Al analizar todo estos datos se encontró que los bebés expuestos prenatalmente a los antidepresivos tenían una razón de riesgo de 1.5 para los trastornos del espectro autista comparado con los bebés que no fueron expuestos. Al restringir el análisis a los bebés de las mujeres con un diagnóstico de trastorno afectivo se encontró una razón de riesgo de 1.2,  el riesgo se redujo aún más cuando los niños fueron comparados con sus hermanos no expuestos (1.1).

El coautor de la investigación Mogens Vestergaard, agrega que estos datos podrían ayudar a los médicos a tranquilizar a las madres preocupadas por las posibles consecuencias de tomar medicación antidepresiva durante el embarazo.

Los investigadores concluyen que pueden haber otros riesgos asociados con la toma de medicamentos antidepresivos durante el embarazo. Por lo que es muy importante contactarse con su médico si están bajo medicación y están pensando quedar embarazadas.

La investigación fue publicada en la revista Clinical Epidemiology y puedes descargar el pdf completo.

Fuente: ScienceDaily; Dovepress
Imagen: abarefoot (Flickr)

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Salud Mental y Tratamientos

Psicoterapia Analítica Funcional

  • Fabián Maero
  • 25/11/2013
black patient and psychologist discussing problem in office

Créase o no, estamos de vuelta con la serie de terapias de tercera ola.

Ya dimos un panorama general respecto a qué se denomina terapias de tercera ola y qué abordajes estarían incluidos (link), luego hablamos sobre terapias basadas en mindfulness (link), luego sobre terapia metacognitiva (link), entrevista motivacional (link), y activación conductual (link).

Hoy toca el turno a las terapias basadas en las relaciones, y nos detendremos en Psicoterapia Analítica Funcional (FAP, por las siglas en inglés).

Psicoterapia Funcional Analítica – Un abordaje conductual de la relación terapéutica

FAP es un modelo de terapia cuya herramienta principal y foco de trabajo está en la relación terapéutica. Sí, sí, ya sé lo que van a decir: todas las terapias trabajan con la relación terapéutica, gran noticia, y no sólo eso, sino que han corrido ríos de tinta sobre el rol de los factores no específicos en psicoterapia, es decir, aquellos aspectos de la psicoterapia que no pertenecen a un modelo en particular pero que están presentes en toda intervención: el encuadre, la educación, expectativas de mejoría, entre otros, pero la relación terapéutica es la gran vedette de los factores no específicos.

La particularidad de FAP, en este aspecto, es que deliberadamente enfoca la relación terapéutica, es decir, intenta transformar ese factor no específico en un factor específico.

Los desarrolladores de este abordaje son Robert Kohlenber y Mavis Tsai, que describen de esta manera los inicios del modelo:

Originalmente desarrollamos FAP  (Kohlenberg & Tsai, 1991), para explicar por qué algunos de nuestros pacientes que recibían Terapia Cognitivo Conductual (TCC) estándar mostraban transformaciones inesperadas y profundas en sus vidas, más allá de las expectativas usuales del tratamiento. Cada uno de estos notables casos involucró una relación terapeuta-paciente particularmente emotiva, intensa e involucrada. Buscamos explicar estas relaciones utilizando un análisis conductual radical del proceso psicoterapéutico (Skinner, 1945, 1953, 1957, 1974), que enfatizaba la historia única de cada individuo. A Guide to Functional Analytic Psychotherapy, Tsai & Kohlenberg, 2009

Para quien escribe, lo más notable de FAP desde el primer momentoen que se la considera es que se trata de un abordaje puramente conductual. Ahora bien, el conductismo no es precisamente conocido por su emocionalidad y ternura, pero el subtítulo del libro del cual acabamos de citar es “Conciencia, coraje, amor y conductismo”. Rara mixtura si las hay.

Sin embargo, la premisa es rigurosamente conductual, y probablemente FAP sea uno de los modelos más cercanos a los principios básicos del conductismo, y por eso, vamos a tomar un pequeño desvío por algunas ideas básicas del análisis de la conducta.

Un bosquejo del conductismo

Dicho en pocas  palabras, el análisis de la conducta que propone el conductismo radical postula que la conducta está controlada o influenciada por el contexto, es decir, por los estímulos ambientales que están presentes antes de la conducta (denominados “antecedentes”), y por los efectos que esa conducta tiene en el ambiente (denominados “consecuencias”).

A su vez, esas consecuencias pueden hacer que la conducta tenga mayores probabilidades de repetirse en un futuro, en cuyo caso las llamamos “refuerzos”, o que tenga menores probabilidades de repetirse, en cuyo caso las llamamos “castigo”.

Destaquemos que ninguna consecuencia es un refuerzo o castigo en sí, sino que las definimos de uno u otro modo según el efecto que tenga sobre la conducta.  Por ejemplo, un shock eléctrico no es un castigo per se, salvo que reduzca la probabilidad de ocurrencia de una determinada conducta en el futuro. Debido a esto, la perspectiva conductual es necesariamente histórica: debemos considerar no sólo la conducta que elegimos analizar, sino también sus antecedentes, sus consecuencias, y cómo afectan a la conducta futura. También se incluye en este análisis la historia de aprendizaje del individuo, es decir, la historia de la relación entre el individuo y su ambiente.

Hay dos vertientes al analizar una conducta: una es su topografía, es decir, en qué consiste exactamente esa conducta, y otra es su función, es decir, la relación que establece entre antecedentes y consecuencias. Dos conductas pueden ser topográficamente similares pero funcionalmente distintas (el gesto para llamar a un taxi es similar al saludo nazi, pero la función es claramente distinta), y también opera la inversa: varias conductas, topográficamente distintas, pueden tener la misma función (por ejemplo, hay varias maneras para intentar mantener el pánico bajo control, tales como respirar de cierto modo, tomar un clonazepam, evitar lugares con mucha gente, etc, conductas distintas entre sí, pero con una función similar)

Esta forma de analizar una conducta puede aplicarse a conductas simples, como por ejemplo, el movimiento de un dedo al encender la luz, pero también a conductas más complejas, como una conversación con un terapeuta.

Esta forma de analizar la conducta tiene un objetivo claro: predecir e influenciar. Una conducta puede tener múltiples consecuencias, y no todas ellas serán relevantes si queremos modificarla. El fin último es poder identificar los aspectos ambientales relevantes (y en principio manipulables), que influencian esa conducta en cuestión.

La palabra “influencia” (o la que se usaba anteriormente: “control”), tiende a provocar escalofríos en los terapeutas, pero en realidad se trata de algo que hacen todas las psicoterapias: un terapeuta interpretando un lapsus, dando una tarea, señalando una distorsión, está influenciando al paciente, aún sin proponérselo deliberadamente. Y es justamente asumir este hecho y llevarlo al campo de la terapia la tarea que guía a FAP.

Un panorama general de FAP

En base a los principios bosquejados en la sección anterior, FAP formula algunos principios y pautas de intervención basados en las interacciones terapéuticas

FAP emplea la función de la conducta para establecer un paralelo entre las conductas que suceden fuera de la sesión y las conductas que suceden dentro de la sesión. Como dijimos antes, dos conductas pueden ser funcionalmente similares aunque descriptivamente sean distintas. FAP plantea entonces que algunas conductas que suceden en sesión van a ser similares a algunas conductas significativas que ocurren fuera de la sesión (que es donde querríamos ver los cambios).

FAP utiliza el concepto de Conductas Clínicamente Relevantes (CCR), para guiar las intervenciones. CCR es toda conducta que sucede en sesión y que tiene alguna importancia para el tratamiento de acuerdo a los objetivos de trabajo. Se distingue entre CCR1, que son ocurrencias de la conducta problemática y CCR2, que son conductas que señalan mejorías (hay también CCR3, que pasaremos por alto en esta pequeña recorrida).

Kohlenberg y Tsai (2009), las definen así:

(Las CCR1 son) problemas del paciente que ocurren en sesión. Las CCR1 son ocurrencias en sesión de los repertorios del paciente que han sido especificados como problemas, de acuerdo a las metas para la terapia y la conceptualización de caso. Debe haber una correspondencia entre CCR1 específicas y problemas cotidianos particulares. Comprender las CCR1 requiere una apreciación de la conducta en términos de clases de respuesta que incluyen distintas topografías conductuales (…). Si FAP es exitosa, los CCR1 deberían disminuir en frecuencia a lo largo de la terapia.

Para dar un ejemplo un poco burdo (no se me pongan exquisitos), supongamos que tenemos un paciente cuyo motivo de consulta es la dificultad para generar relaciones sociales cercanas. En este contexto, una CCR1 podría ser, por ejemplo, que durante la sesión, ante una pregunta del terapeuta acerca de sus emociones el paciente cambie de tema.  Una CCR2, en cambio, podría ser que ante una pregunta de este tipo, el paciente hable sobre algo que le resulta doloroso, resultando en mayor intimidad en el vínculo terapéutico.

Ahora bien, como decíamos antes, una conducta aumenta sus probabilidades de repetirse según las consecuencias con las que se encuentre. Y dado que el terapeuta es el contexto del paciente, aquél intentará reforzar las CCR2, y extinguir (no reforzar), las CCR1, por medio de expresar y amplificar sus respuestas ante las conductas del paciente. En el ejemplo que acabamos de dar, un terapeuta podría reforzar esa CCR2 por medio de un comentario (“aprecio que compartieras conmigo que es valioso para vos, aún cuando sea doloroso), un gesto de cercanía, o simplemente prestando atención en silencio –lo que sea que funcione como refuerzo para esa conducta en particular.

Es interesante notar que, consistentemente con una perspectiva contextual-funcional las conductas clínicamente relevantes no se limitan a las conductas del paciente, sino que también se incluyen las conductas problemáticas y positivas del terapeuta (denominadas T1 y T2 respectivamente)

En base a esta definición de las CCR, FAP postula cinco reglas de intervención, que no deben ser entendidas como instrucciones rígidas, sino como guias generales y flexibles para guiar el trabajo terapéutico:

Regla 1) Prestar atención a las CCR.

Esencialmente esta regla es un recordatorio para el terapeuta de que las CCR van a ocurrir durante la hora de terapia. Un paciente que tiene problemas haciendo amigos puede alienar al terapeuta. Un paciente que es agresivo con otros puede ser hostil con el terapeuta (…)Es el trabajo del terapeuta FAP observar y notar estas conductas cuando ocurren.

Regla 2) Evocar las CCR.

Además de notar las CCR, la regla 2 sugiere estructurar la relación terapéutica para evocarlas (…), lo cual puede incluir utilizar técnicas de otros modelos terapéuticos con el propósito específico de evocar conductas clave del paciente.

Regla 3) Responder contingentemente a cualquier CCR que ocurra en sesión.

Esta es la regla esencial que define el mecanismo de acción en FAP. Los momentos claves en FAP son cuando una CCR2 (conductas de mejoría), ocurre y el terapeuta se ve naturalmente afectado por ella. El terapeuta expresa o amplifica su respuesta natural al paciente en un intento de reforzar la conducta de mejoría. El énfasis en FAP es en el refuerzo natural, de modo que los terapeutas FAP desarrollan relaciones genuinas y compasivas con los pacientes y permiten que sus reacciones naturales en el momento guíen sus respuestas antes las CCR.

Regla 4) Observar los efectos potencialmente reforzantes de la conducta del terapeuta en relación a las CCR del paciente.

Para comprender esta regla, debemos recordar que los conductistas definen el refuerzo funcionalmente, como cualquier evento que lleve a un incremento de la conducta, y no topográficamente según alguna forma específica de la conducta. Por esto, para que un terapeuta sepa si la regla 3 está efectivamente ocurriendo, la regla 4 alienta al terapeuta a observar los cambios conductuales del paciente a lo largo del tiempo.

Regla 5) Proveer interpretaciones funcionales de la conducta, como también alentar estrategias de generalización de la conducta, tales como tareas entre sesiones. Las interpretaciones funcionales se refieren a identificar antecedentes y consecuencias en sesión para una conducta dada, de manera de poder generalizar este análisis a la vida fuera de la sesión.

FAP en contexto

Dicho en pocas palabras, FAP provee una estrategia general para que la relación terapéutica pueda ser utilizada de manera que genere impactos duraderos fuera de las sesiones, empleando para esto las respuestas del terapeuta. Esto tiene algunas consecuencias respecto al estilo de las sesiones. En primer lugar, las sesiones de FAP están intensamente enfocadas en el momento presente, es decir, en los intercambios y respuestas que ocurren en ese momento en particular. Aún cuando se esté hablando de un tema externo a la sesión, el foco estará en lo que ese tema genera, aquí y ahora.

En segundo lugar, las sesiones FAP son intensas. No hay otra manera de decirlo. Se trata de una forma de terapia que busca evocar en la relación terapéutica aquellos aspectos más dolorosos de la vida del paciente, por lo cual la emocionalidad es alta. Consistentemente con esto, los entrenamientos para terapeutas de FAP suelen ser intensos, ya que la formación del terapeuta se realiza principalmente de manera experiencial.

Hablando desde otro lugar, FAP es un modelo que por naturaleza se presta para la integración, y de hecho tiene vínculos muy cercanos con otros modelos de tercera ola. En terapia dialéctico conductual (DBT), por ejemplo, en el libro de Linehan (1993),se incluyen principios de FAP para guiar la relación terapéutica, y en terapia de aceptación y compromiso(ACT) es común escuchar que “no se puede hacer ACT sin FAP”. Se trata de abordajes históricamente tan cercanos que el intercambio es fluido en ambas direcciones, incorporando desarrollos y avances.

En resumen, una rara avis en el conjunto de las terapias de tercera ola que, sin embargo, es completamente consistente con los principios generales de la misma.

(Gracias a Paula José Quintero por sus comentarios y sugerencias en este artículo)

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Salud Mental y Tratamientos

El mito del abusador abusado, ¿cómo se construye la subjetividad de un abusador?

  • Jorge Garaventa
  • 22/11/2013

Quienes hemos tenido alguna oportunidad de observar las conductas de los abusadores frente a la Justicia constatamos una doble estrategia, ya que por un lado se mantienen firmes aún después de la condena en no reconocer algo de su culpabilidad, y por el otro sus abogados defensores, cuando la causa se complejiza, suelen esgrimir la argumentación de que los abusadores han sido cuando niños abusados por algún adulto. Es ante esta estrategia, muchas veces exitosa, que me permito hablar del mito del abusador abusado. Mito que, ante nuestra sorpresa, habita también en los esquemas conceptuales de muchos colegas bien intencionados pero malformados que avalan desde lo especulativo aquello que no necesariamente tiene correspondencia comprobable tanto en la clínica como en lo pericial.

Se mantienen firmes aún después de la condena

Hablo intencionalmente de malformación y no de mal formación ya que intento mostrar que hay un déficit de predisposición a la comprobación científica heredado de un quiebre que proviene de lo institucional Las casas de estudio continúan aún sin brindar las necesarias herramientas para abordar estas problemáticas por lo cual una formación idónea ante una dramática cada vez más visible queda librada a la buena voluntad y conciencia de los profesionales intervinientes. Desde lo legal tanto el perito como el clínico están habilitados sencillamente con el título de grado. Que una afirmación como la que convoca nuestra atención en este momento se haya afirmado de manera tan generalizada se emparenta directamente con lo que acabo de señalar.

Durante la gestión de la Profesora María Elena Naddeo al frente del Consejo por los Derechos del niño, la niña y el adolescente se diseñó y ejecutó uno de los mas serios intentos de formación en abordaje de abuso sexual infantil y maltrato contra la niñez. Me refiero a los ya famosos “Cursos del Consejo” que a cargo de la Doctora Eva Giberti convocaron a los mas sólidos y prestigiosos especialistas, en un exitoso intento de formación gratuita y sistemática. Fue durante esos cursos que tomó forma definitiva mi convicción conceptual no sólo que no necesariamente un niño abusado deviene adulto abusador sino que la generalidad parece desembocar en lo opuesto.

Fue justamente en los pasillos de ese curso cuando en una charla informal con Eva Giberti le comuniqué mi hipótesis. No solo acordó conmigo sino que me contó que precisamente al día siguiente un medio masivo de comunicación publicaba un articulo de ella con conceptualizaciones similares. Es lo que yo llamo coincidencias en el campo del trabajo.

Esta hipótesis se desprende de la inapropiada generalización de teorías psicoanalíticas

Como decíamos al comienzo: se sostiene que quien ha sido abusado cuando niño necesariamente será un abusador cuando adulto. Esta hipótesis se desprende de la inapropiada generalización de teorías psicoanalíticas, como aquella que establece que se implementará en activo aquello que se ha sufrido pasivamente. Con sus matices Sigmund Freud y Melanie Klein redondearon dicha afirmación pero referida al universo de la niñez. La psicoanalista inglesa va mas lejos aún y sitúa este mecanismo en los estadíos pre verbales. Nada indica que los adultos respondan de manera similar sino que parece ameritar mas adecuadamente aquello de que lo no procesado desemboca en conductas repetitivas.

Las estadísticas que se conocen indican que en un porcentaje superior al noventa por ciento los abusadores de niños son hombres y que casi en la misma proporción la mayoría de las víctimas son niñas. Ya las estadísticas producen entonces la primera desmentida, en el sentido mas llano del término.

En la clínica, auxiliar inevitable pero claramente diferenciada de lo pericial, comprobamos que, lejos de devenir abusador, quien ha sido un niño abusado crece propenso a repetir en todas y cada una de las áreas de su vida el proceso de sumisión a que se ha visto expuesto. La circulación de la palabra sobre el hecho por parte de quien ha sido víctima abre el camino de la recuperación que suponemos posible y plena solamente atravesando un proceso terapéutico. De no ser así, el riesgo de trastornos severos de la personalidad es elevado.

Un abusador puede haber sido una víctima cuando niño pero este trauma no deviene factor suficiente. Aquí es necesario recordar nuestra concepción de que el abuso sexual infantil, al igual que las violaciones, no constituyen en si una patología sexual. El victimario no busca satisfacer su apetito sexual sino su ansia de sometimiento, humillación hacia el otro y hasta placer por la agonía. Consolidado en una personalidad psicopática percibe claramente el sometimiento sexual como una de las armas más poderosas al servicio de la humillación.

Quien abusa tenía las mismas posibilidades de satisfacer sus pulsiones o sublimarlas

La subjetividad abusadora si bien se cuece en un horno familiar, se habilita en el ideario patriarcal social. La groserización de la sexualidad, hoy amplificada pero no inventada por los medios masivos de comunicación, la naturalización de las violencias, domésticas y públicas, la legitimación social de la educación golpeadora en un continuum que va del chirlo a la paliza según el contexto, la glorificación del hombre macho, rudo e insensible, la cosificación de la mujer y una concepción sexista de la sociedad combinan con una personalidad propicia que termina de dibujar el esquema psíquico del abusador. En el medio, la posibilidad de una elección subjetiva que determina conciencia de sus actos. O sea, quien abusa tenía las mismas posibilidades de satisfacer sus pulsiones o sublimarlas. La decisión lo convierte en responsable.

Visita la web del autor Jorge Garaventa para obtener recursos sobre esta y otras temáticas. 

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Salud Mental y Tratamientos

El iPad como herramienta para desarrollar el lenguaje hablado en niños con autismo

  • Alejandra Alonso
  • 20/11/2013

El iPad, un dispositivo que ya se ha hecho bastante común en muchos hogares, donde se lo utiliza para diversas actividades que van desde leer las noticias hasta jugar al Fruit Ninja, también podría ser muy útil para ayudar a los niños en el espectro autista que no han desarrollado mucho el habla, a hacerlo.

Un nuevo estudio indica que los niños con autismo que no han desarrollado mucho el lenguaje verbal pueden aprender a hablar más tarde de lo que se pensaba, y los iPads están cumpliendo un rol cada vez más importante para hacer que eso suceda, de acuerdo con Ann Kaiser, una investigadora en el Vanderbilt Peabody College de educación y desarrollo humano.

En un estudio financiado por Autism Speaks, Kaiser encontró que los dispositivos generadores de discurso que se utilizan para estimular el habla en niños de entre 5 y 8 años pueden lograr un desarrollo de palabras habladas considerablemente mayor, comparados con otras intervenciones. Todos los niños en el estudio aprendieron nuevas palabras habladas y muchos aprendieron a producir frases cortas mientras avanzaban en el entrenamiento.

“Para algunos padres, esa fue la primera vez que fueron capaces de conversar con sus niños. Con la entrada de los iPads, esa clase de comunicación puede volverse posible para un número mayor de niños con autismo y sus familias”, dice Kaiser.

Todos los niños en el estudio aprendieron nuevas palabras habladas.

Los dispositivos alternativos para aumentar la comunicación verbal (que emplean símbolos, gestos y emisión de discurso) han sido utilizados por décadas por la gente que tiene dificultades para hablar. Ahora, con la disponibilidad de aplicaciones que emulan a dichos dispositivos, el iPad ofrece una manera accesible, barata y más amigable para ayudar a niños con autismo mínimamente verbales a comunicarse. Además, el iPad es mucho menos estigmatizante para las personas jóvenes con autismo que lo utilizan para comunicarse con otros estudiantes, maestros y amigos.

La razón por la cual los dispositivos generadores de discurso como el iPad son efectivos para promover el lenguaje es simple: “Cuando decimos una palabra suena un poco diferente siempre que la repetimos, y las palabras se combinan y toman características acústicas ligeramente diferentes en distintos contextos. Cada vez que el iPad dice una palabra, suena exactamente igual, lo cual es importante para los niños con autismo, quienes generalmente necesitan que las cosas sean tan consistentes como sea posible”, explica Kaiser.

Para el momento en que alcanzan la edad escolar, sólo un tercio de los niños con autismo han dominado algunas palabras. Previamente, los investigadores pensaban que si los niños con autismo no habían empezado a hablar a la edad de 5 o 6 años, era poco probable que adquirieran el lenguaje hablado. Pero a Kaiser la motivan los resultados del estudio y cree que sus estudios con el iPad podrían ayudar a cambiar esa noción.

Basada en los resultados de este estudio, Kaiser ha comenzado un nuevo estudio longitudinal (de 5 años) apoyado por el National Institutes of Health’s Autism Centers of Excellence con colegas de la UCLA, la Universidad de Rochester y Cornell Weill Medical School. Ella y un equipo de investigadores y terapeutas de los 4 lugares están utilizando iPads en dos intervenciones contrastantes (enseñanza directa y enseñanza naturalista) para evaluar la efectividad de las dos intervenciones comunicativas en niños que tienen autismo y utilizan mínimamente el lenguaje hablado.

En el enfoque de enseñanza directa, se les enseña a los niños habilidades de comunicación como prerequisito (tales como emparejar objetos e imitación motora y verbal) y habilidades básicas de comunicación (por ejemplo, pedir objetos) en una prueba masiva. Por ejemplo, un compañero adulto puede presentar de 5 a 10 oportunidades consecutivas para que el niño utilice el iPad con el fin de pedir un objeto de su preferencia. Durante dichas oportunidades el niño es estimulado para utilizar el iPad para hacer sus pedidos y puede recibir asistencia física si no es capaz de utilizar el iPad de forma independiente.

Para algunos padres, esa fue la primera vez que fueron capaces de conversar con sus niños. 

En el enfoque de enseñanza naturalista, el adulto modela el uso del iPad durante el juego y la conversación. También enseña a tomar turnos, utilizar gestos, jugar con objetos y prestar atención social al compañero durante los juegos. Se provee un número limitado de estimulaciones para utilizar el iPad para decidir, comentar o hacer pedidos.

En ambos enfoques, los niños tocan los símbolos en la pantalla y escuchan al dispositivo repetir las palabras y a veces dicen las palabras ellos mismos. Se los anima a utilizar tanto las palabras como el iPad para comunicarse, y el terapeuta adulto utiliza ambas modalidades de comunicación en las sesiones instructivas.

Los resultados del estudio de Autism Speaks estarán disponibles en la primavera del 2014; el estudio NIH continuará hasta la primavera del año 2017. Puedes encontrar más información en Kidtalk.org.

Cabe destacar que el iPad es una tablet y, como todos sabemos, no es la única que existe. Tal vez el estudio utilizó el iPad por su sencillez y porque hay mayor cantidad de aplicaciones disponibles para este dispositivo en particular, pero quizás en un futuro las aplicaciones puedan utilizarse en tablets que operen con otros sistemas diferentes a iOS.

Fuente: Vanderbilt
Imágen:  Rasmus Fritzon (Flickr)

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Salud Mental y Tratamientos

Depresión y terapia gestalt

  • Clotilde Sarrió
  • 20/11/2013

La experiencia depresiva

La persona deprimida tiene una visión constreñida de su realidad que le lleva a contactar de un modo inhibido e incluso a interrumpir el contacto con su entorno más inmediato como puedan ser las personas más significativas.

El ser humano se encuentra en transformación permanente en su contacto o interacción con el entorno. En este campo organismo-entorno es dónde se van a producir determinadas formas de la experiencia; una de ellas es la experiencia depresiva.

Como ha sido mencionado anteriormente, quienes viven una experiencia depresiva (lo que generalmente se entiende como ‘sufrir una depresión’) como consecuencia de su imposibilidad para interactuar (contactar) con su entorno, se encierran en si mismos siendo incapaces de ver solución alguna a su inmenso y doloroso malestar. Estas personas, y en estas circunstancias, sienten como ajeno todo aquello que sucede a su alrededor, algo lejano e imposible de alcanzar. Surge así un aislamiento emocional e interpersonal y la soledad puede asociarse como un síntoma más en esta experiencia depresiva.

En la experiencia depresiva la persona se encuentra aislada

Cuando se instaura y asienta el proceso es frecuente que quien lo sufre se exprese con frases como: “no sé qué tengo, pero no estoy bien”; “si todo va bien aparentemente, ¿por qué me encuentro así?”; “nadie me comprende”; “soy un estorbo”; “¿cómo se puede convivir con una persona en mi estado?”; “me gustaría ser como los demás, que no sufren como yo”, y así un largo etcétera de lamentos y reproches hacia uno mismo cuando no dirigidos al entorno.

Conforme evoluciona la depresión, se entra en un círculo vicioso de malestar, tristeza, sentimiento de culpa, falta de apoyo y la sensación de un vacío que nada ni nadie puede llenar. Es un estatus metafóricamente comparable a la sensación de estar dentro de un pozo sin capacidad para salir por si mismo y ni siquiera saber por donde intentarlo. Llegado a esta situación tan dramática y extrema, el deprimido puede plantearse incluso el suicidio.

En la experiencia depresiva la persona se encuentra aislada –también encerrada en si misma– con la impotencia que supone querer pero no poder hacer nada por cambiar la situación que le atormenta. El deprimido es incapaz para apoyarse en sus propios recursos y realizar cambios que le permitan encontrar una solución creativa. Es muy probable que no se dé cuenta de cómo llegó a su penosa situación ni tampoco de las posibilidades que el entorno puede ofrecerle y, no sólo eso, en el caso de encontarlas difícilmente llegue a tomar una decisión que le permita hacer un cambio.

Depresión y Ajuste Creativo

El ser humano, en un momento y circunstancia de extrema dificultad en su vida como es la experiencia depresiva, tiende a construir una respuesta apropiada a dicha situación, una respuesta que incluirá ingredientes físicos, corporales, afectivos, emocionales, representacionales, motores, mentales, relacionales, etcétera, que crearán una forma adecuada al contexto en que surge, a fin de resolver la dificultad que se atraviesa del mejor modo posible y de acuerdo con la capacidad de que se dispone.

Ayudar al paciente a ampliar sus posibilidades, recursos y capacidades

Es por ello que, en términos de Terapia Gestalt, contemplo la experiencia depresiva como un ajuste creador, es decir, la respuesta más apropiada que la persona puede dar en un momento dado y unas circunstancias concretas de acuerdo con sus capacidades. Este ajuste creador es, en suma, una respuesta creativa dada por el individuo en su contacto con el entorno (su mundo), respuesta que no tiene por qué ser necesariamente la mejor pero, sin duda, será la más adecuada en ese momento dado.

Mediante el ajuste creador, el organismo (sujeto) crea el mundo (entorno) y lo transforma al mismo tiempo que, en base una acción simétrica y simultánea, es el entorno quien transforma al organismo. O como dice Jean-Marie Robine, citando a su vez a Perls y Goodman: “el ajuste creador es en un mismo acto, transformado y transformador”.

El trabajo terapéutico (la labor del terapeuta gestalt con un paciente) en una depresión o experiencia depresiva, no debe consistir en luchar contra el trastorno o limitarse a eliminar los síntomas, sino ayudar al paciente a ampliar sus posibilidades, recursos y capacidades para que no repita una vez tras otra unas formas rígidas aprendidas que quizás fueran útiles en momentos puntuales de su pasado, pero que son inadecuadas en el momento actual y tal vez sean las mismas que le han conducido a la situación que ahora padece.

Clotilde Sarrió es una terapeuta especializada en Terapia Gestalt, puedes seguir leyendo sus artículos en su famoso blog Gestalt-Terapia.es

Imagen: Anniebrieggs

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Salud Mental y Tratamientos

(Vídeo) Entrevista a Viktor Frankl: El sentido de la vida

  • David Aparicio
  • 19/11/2013

Viktor Frankl fue un reconocido neurólogo y psiquiatra austriaco que sobrevivió al holocausto. Él es el creador de la logoterapia, un enfoque terapéutico que se apoya en el análisis existencial y se centra en la «voluntad de sentido».

En esta entrevista Frankl resalta la responsabilidad y la libertad de las personas incluso en condiciones de severo estrés y sostiene que la vida tiene sentido bajo cualquier condición.

Puedes conocer más sobre la experiencia de Frankl en el holocausto y su propuesta terapéutica en el libro «El hombre en busca de sentido.»

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

Paginación de entradas

Anterior1…8990919293…117Próximo

Apoya a Psyciencia con tu membresía 💞.    

Únete a Psyciencia Pro
  • Inicia sesión
  • Tips para terapeutas
  • Podcast
  • Recursos
  • Webinars
  • Artículos
  • «Repensando la psicoterapia: infancia, neurodiversidad y el futuro de la intervención clínica» – Javier Mandil, Watson, episodio 18
  • Cuando sueñas y lo sabes: por qué algunos sueños se graban en tu mente
  • Relajación muscular progresiva: una guía para terapeutas
  • Webinar: Modelo conductual del trastorno límite de la personalidad
  • Me voy a arrepentir: cuando el miedo al arrepentimiento te paraliza para tomar decisiones
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.