Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por etiqueta

Conductismo

24 Publicaciones
  • Sponsor

La semilla: Las bases conceptuales del conductismo radial (curso online)

  • David Aparicio
  • 03/02/2025

Si te interesa el conductismo radical, la filosofía de la ciencia en psicología o simplemente quieres entender a Skinner más allá de los conceptos simplificados, este curso es para ti.

La semilla: las bases conceptuales del conductismo en el artículo del 45 es una formación online, sincrónica y en cuatro encuentros semanales, donde el psicólogo Fabián Maero guiará la lectura y el análisis del texto clave de B.F. Skinner: El análisis operacional de los términos psicológicos.

Inscríbete aquí

¿Por qué es importante este artículo? Porque en él aparece por primera vez el término conductismo radical y se delinean los principios fundamentales que estructurarían la psicología conductual en sus dimensiones filosófica, experimental y aplicada. Es el germen de un paradigma que impacta hasta hoy en la comprensión del lenguaje, los eventos privados y la conciencia.

Para facilitar el análisis, el curso se basará en una traducción crítica del artículo, disponible gratuitamente. Durante las clases, se abordará el texto párrafo a párrafo, contextualizando sus ideas en el panorama de la psicología de la época y en el desarrollo posterior del análisis de la conducta.

Formato del curso

  • Docente: Ps. Fabián Maero
  • Modalidad: Online en vivo por Zoom
  • Duración total: 5 horas (4 clases de 1h 15m)
  • Fechas: Lunes 03/02, 10/02, 17/02, y 24/02
  • Horario: 20:00 a 21:15 (hora Argentina)
  • Costo: 35 USD (o 35.000 ARS al cambio oficial)
  • Materiales incluidos: Handout para notas y acompañamiento de la lectura
  • Requisitos: Participación con cámara y micrófono obligatoria
  • Certificado de asistencia disponible
  • Grabaciones: Disponibles en la plataforma por 60 días (excepto la primera y última clase)
Inscríbete aquí

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis

El individualismo y la angustia ante la muerte

  • Fabián Maero
  • 22/01/2025

Quiero compartir un fragmento del que quizá sea el libro más polémico al que ha dado lugar el conductismo radical: Más allá de la libertad y la dignidad (Skinner, 1971). En él, Skinner arremete contra algunas de las vacas sagradas de la civilización occidental contemporánea: las nociones de libertad y dignidad. Más precisamente, lo que critica explícitamente son las posiciones liberales/libertarias individualistas que toman como punto de partida un individuo autodeterminado y libre de influencias externas (un sujeto desvinculado, en términos de Charles Taylor), un individuo vuelto sobre sí mismo, que sólo entra en relación con el resto de la sociedad y su cultura de manera instrumental, es decir, en tanto ello sea necesario para llevar a cabo su proyecto de vida individual (como aparece típicamente en las teorías de contrato social de los siglos XVII y XVIII).

Uno de los puntos centrales de Skinner es que la libertad completa es una ilusión perniciosa. Nunca podemos ser completamente libres, porque aun cuando podamos reducir el control aversivo sobre nuestra conducta –es decir el control por castigo y reforzamiento negativo– nuestros propios deseos no son libres sino que también son determinados por el ambiente sociocultural. Si entendemos a los deseos como una forma de conducta, y asumiendo que toda conducta es función del contexto, se sigue que los deseos son función del contexto, que en caso de los seres humanos es mayormente sociocultural.

Quizá podamos librarnos de la distopía por control aversivo de Orwell, pero no de la distopía por control apetitivo de Huxley. Siempre vamos a desear algo, vamos a poner nuestra vida al servicio de algo, y lo que ese “algo” sea va a estar controlado en gran medida por la historia de intercambios con la época en que toca vivir. Que el ideal moral de una persona sea poseer un automóvil lujoso o dedicarse a crear obras de arte, será resultado de un ambiente sociocultural particular que haya establecido a esas consecuencias como deseables. No hay deseos personales autónomos, independientes del contexto sociocultural. Creer lo contrario no es liberarse, sino meramente ocultar las cadenas.

Ahora bien, aunque es imposible suprimir completamente el impacto de la cultura sobre nuestros deseos, sí es posible de manera colectiva diseñar nuestras culturas de manera tal de propiciar diferentes tipos de ideales en sus integrantes. Una comunidad (las personas de un pueblo, una ciudad, una nación) puede decidir entre construir bibliotecas o shopping malls, entre facilitar el acceso a instrumentos musicales o armas, entre crear o destruir espacios comunes, y en cada caso se estarán fomentando distintos repertorios en sus integrantes.

En este sentido, Skinner señala en el texto tres grandes fuentes de reforzamiento, que derivan en distintos tipos de valores vitales. En primer lugar, están los reforzadores individualistas que se traducen en metas vitales orientadas al bienestar personal, como por ejemplo acumular dinero y bienes personales o reducir el control aversivo. En segundo lugar están los reforzadores altruistas, orientados a promover el bienestar de otras personas, incluso a veces a expensas del bienestar individual, como por ejemplo el cuidado de la familia o acciones solidarias. En tercer lugar, están los reforzadores que podríamos llamar culturales, que son los relacionados con la supervivencia y reproducción de la propia cultura, como la creación artística, la participación en actividades tradicionales, o aportes científicos, entre otros. Cuál de esos tres grupos de valores predomine en la dirección vital de una persona dependerá de las prácticas culturales vigentes en un lugar y tiempo determinado:

Los tres niveles pueden detectarse en la planificación de una cultura en su conjunto. Si quien la planifica es un individualista, intentará diseñar un mundo en el que él tenga que soportar el mínimo de control aversivo y acepte sus propios bienes personales como los últimos y definitivos valores. Si ha quedado sometido a un adecuado ambiente social, llevará a cabo ese diseño en beneficio de otros, posiblemente a costa de sus bienes personales. Y si se preocupa primariamente por el valor de supervivencia, se las arreglará para diseñar una cultura con la atención puesta en su buen funcionamiento (Skinner, 1971, p.127).

Dicho de otro modo, podemos educar a niños y adultos para que aprendan a poner sobre todo sus intereses individuales, o para que contribuyan al bienestar de los demás, o para que se involucren activamente con la dirección de su propia cultura (las opciones no son excluyentes, claro está, pero su prioridad relativa puede variar). Skinner sostiene que el individualismo libertario, al desentenderse de todo horizonte compartido y priorizando exclusivamente el bienestar individual, deja las prácticas culturales a la deriva, o más bien, sujeta al arbitrio de la mano no tan invisible de los poderes de turno. Si no tomamos el timón de nuestra comunidad, alguien lo hará por nosotros, para su provecho.

El individualista no está libre sino que está solo

Sin embargo, hay otro aspecto del individualismo menos señalado, y sobre eso trata el fragmento que he querido compartir: su papel en el sentido de trascendencia y la angustia ante la muerte. Escribe Skinner:

Uno de los más graves problemas del individualismo, muy pocas veces reconocido como tal, es la muerte –el destino inevitable del individuo, el asalto final a la libertad y a la dignidad. La muerte es uno de esos eventos remotos que sólo pueden afectar a la conducta con la ayuda de prácticas culturales . Ciertas religiones han convertido la muerte en algo más importante ofreciendo una existencia futura en el infierno o el cielo, pero el individualista tiene una razón especial para temer la muerte, fabricada no por una religión sino por las literaturas de la libertad y la dignidad. Esa razón es la perspectiva de la aniquilación personal. El individualista no puede encontrar consuelo alguno reflexionando sobre cualquier contribución suya que pueda sobrevivirle. Ha rehusado actuar en bien de los demás y no queda, por tanto, reforzado por la supervivencia de aquellos a los que pudiera haber ayudado. Ha rehusado preocuparse por la supervivencia de su propia cultura y no queda reforzado por el hecho de que su cultura perdurará luego de su muerte. En la defensa de su propia libertad y dignidad ha negado las contribuciones del pasado y debe abandonar, por tanto, cualquier esperanza sobre el futuro (Skinner, 1971, p.170; la traducción es mía).

Por su propia naturaleza, el individualismo no puede aspirar a la trascendencia. En otras palabras, el individualista no está libre sino que está solo. Separado de su comunidad, separado de su cultura, se encuentra solo ante la muerte.

Lo que esto implica es que una forma de darle sentido a nuestras vidas, un sentido que se extienda más allá de nuestra propia desaparición, es incluir en nuestro repertorio acciones orientadas al bienestar de los demás y a la participación activa en la propia cultura, sea cual sea la forma particular que esas acciones adopten. Volvernos parte de algo más amplio y perdurable que nuestra existencia individual se nos ofrece entonces como una tenue pero válida forma de inmortalidad. Vivimos en la huella que dejamos en el mundo.

Referencias: Skinner, B. F. (1971). Más allá de la libertad y la dignidad. ABA España.

Artículo publicado en Grupo ACT y cedido para su republicación en Psyciencia.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis

Ser un agente de cambio: Lecciones de Karen Pryor

  • Paula José Quintero
  • 21/01/2025

Me encontré por primera vez con un libro de Karen Pryor al ingresar al equipo DBT (Terapia Dialéctico-Conductual) de Fundación Foro en Buenos Aires en 2010. Los/las terapeutas recién ingresadas teníamos una lista de libros de lectura obligatoria. En esa lista estaba Don’t Shoot the Dog (No lo mates, enséñale!). Era, aparentemente, un libro sobre perros escrito por una experta en etología y biología animal. A poco de empezar a leer pude darme cuenta de que era también, y sobre todo, un libro sobre humanos y fue de las lecturas más influyentes que tuve en mi vida.

Karen Pryor fue una pionera en desarrollar métodos de entrenamiento para animales libres de aversivos y del uso de la fuerza, introduciendo la importancia del uso del reforzamiento positivo, bajo el nombre de “clicker training” (entrenamiento con el clicker).

En 2010 escribió un breve artículo cuya traducción comparto a continuación. Su función es darnos ánimo a aquellos que seguimos intentando diseminar formas de relación con los animales no humanos libres de miedo y amenaza.

¿Puede ser útil para los humanos? También, ya que nos ofrece una guía clara sobre cómo afrontar la resistencia al cambio en distintos ámbitos de la vida, ya sea en el trabajo, en la familia o en la sociedad en general. Nos enseña a ser persistentes, a entender la resistencia como parte natural del proceso y a reconocer que la adopción de nuevas ideas lleva tiempo y requiere estrategias efectivas de comunicación e influencia.

Sobre ser un creador/a de cambio

Te convertiste en un entrenador/a que prioriza el uso del reforzamiento positivo. Naturalmente estás muy entusiasmado/a. Deseas que otras personas dejen de usar métodos basados en el castigo y empiecen a usar el clicker. Entonces compartes este método en el club, en la escuela, o donde sea que lo utilices. Y adivina qué: la gente no sólo no cambia, sino que se enoja con vos.

Entonces ¿qué haces ahora? He aquí la mirada de una bióloga sobre el proceso de crear cambios.

Lo que hace la gente cuando empiezas a instituir un cambio (en orden cronológico):

1. Te ignoran

2. Pretenden estar de acuerdo pero, de hecho, no hacen nada

3. Resisten, postergan, obstruyen

4. Te atacan abiertamente (la fase peligrosa, pero también un signo de que el cambio está comenzando)

5. Absorben

6. Utilizan

7. Toman crédito

8. Diseminan

Lo que la gente dice en el proceso de aceptar el cambio:

1. “Eso puede funcionar para tu población pero no para la mía” (absorbiendo)

2. “Puedo usarlo pero no para las cosas importantes» (absorbiendo y utilizando)

3. “Mi gente puede usarlo si considera que lo necesita» (utilizando)

4. “Ah sí, vengo haciendo eso hace años, es bastante bueno” (utilizando y tomando crédito)

5. “Creamos un programa increíble, deberías probarlo» (tomando crédito y diseminando)

Cómo el creador/a de cambio puede responder de manera efectiva:

1. Cuando te ignoran, busca aliados y persiste.

2. No te dejes engañar por la palabrería. Busca aliados y persiste.

3. Enfrenta la resistencia con perseverancia. Muévete alrededor de la resistencia; prueba otras vías.

4. La etapa del ataque directo es un momento sensible. Pueden despedirte, por ejemplo. Mantén la cabeza baja, pero persiste. No tomes los ataques como algo personal, incluso si se trata de un ataque personal. El ataque es información; te dice que: 

  • Estás en camino: el cambio está sucediendo, causando agresión inducida por la extinción 
  • Tu atacante siente miedo. Empatiza.
  • Tu atacante aún cree en la eficacia de los aversivos.

5. Absorbiendo y utilizando: esta etapa puede durar un año o más. Mantén esquemas de reforzamiento generosos. 

6. ¿Están tomando crédito por tus ideas? Permítelo: tu meta es el cambio. El crédito es un reforzador de bajo costo y las personas que lo desean no se sacian. Regálalo en grandes cantidades.

7. ¿Están ellos ahora promoviendo el cambio? Muy bien. Si quieres cambiar algo más, ahora hazte nuevos aliados/as.

Gracias Karen Pryor por contribuir inmensamente a hacer un mundo mejor.

Link al artículo original.

Artículo recomendado: Más allá de los delfines y los perros: Karen Pryor y su impacto en el aprendizaje humano y animal

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Guía para la elaboración de un análisis funcional de la conducta (PDF)

  • Mauro Colombo
  • 17/01/2025

El análisis funcional es la herramienta básica de toda terapia psicológica. Por medio de este, se busca entender el porque del mantenimiento, aumento o reducción de la conducta y responder a la pregunta de qué es lo que hace que una persona se comporte de determinada manera.

Su importancia para la clínica reside en que relaciona funcionalmente la conducta con su ambiente, incluyendo los antecedentes y consecuentes, dando la posibilidad de comprender que aspectos contextuales son determinantes en ésta, y expandir el abanico de intervenciones.

Teniendo en cuenta la importancia de esta herramienta, un equipo de profesionales del Centro de Psicología Aplicada, perteneciente a la Universidad Autónoma de Madrid, ha desarrollado una guía para la elaboración de un análisis funcional de la conducta humana.

Realizar un análisis del comportamiento puede parecer a simple vista una tarea sencilla. Sin embargo, como queda de manifiesto en el protocolo que podrán descargar aquí, requiere de una serie de pasos y conocimientos previos, entre los cuales podemos mencionar:

  • Delimitar a que vamos a llamar conducta
  • Una diferenciación de los distintos tipos de aprendizaje
  • Los componentes que posee un análisis funcional del comportamiento
  • Variables moduladoras o facilitadores ambientales
  • Objetivos terapéuticos y técnicas de intervención.

Por último, los autores recomiendan bibliografía ampliatoria y presentan un caso ejemplificando lo desarrollado a lo largo de la guía.

Aquellos profesionales y estudiantes que deseen ampliar o realizar sus primeros acercamientos a este instrumento clínico.

Puedes descargar la guía completa en formato PDF.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Anuncios
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Más allá de los delfines y los perros: Karen Pryor y su impacto en el aprendizaje humano y animal

  • David Aparicio
  • 13/01/2025

Hace unos días me encontré con una publicación en Facebook que anunciaba el fallecimiento de Karen Pryor, una autora excepcional cuyo legado ha dejado una huella imborrable en el campo del aprendizaje y la modificación del comportamiento. Su libro Don’t Shoot the Dog: The Art of Teaching and Training es, sin duda, uno de los más fascinantes y transformadores que he leído sobre los procesos de aprendizaje.

Esta obra, práctica y accesible, desglosa de manera brillante los principios del aprendizaje, especialmente el uso del refuerzo positivo. Aunque inicialmente está enfocada en el entrenamiento animal, sus enseñanzas trascienden ese ámbito y ofrecen herramientas aplicables a muchos aspectos de la vida cotidiana, como la crianza de los hijos, la enseñanza y las relaciones interpersonales.

Para mí, este libro marcó un antes y un después en mi manera de entender cómo aprendemos y cómo podemos enseñar de forma más efectiva y compasiva. El fallecimiento de Karen Pryor me entristeció profundamente, y quiero rendirle un homenaje compartiendo un fragmento de la publicación que encontré:

Fue una observadora de los detalles más pequeños (de niña estudió la anatomía de las mariposas), pero lo que hizo que el trabajo de su vida fuera excepcional fue su capacidad para también ver el panorama general. Habría sido suficiente que Karen fuera una de las primeras entrenadoras de mamíferos marinos en usar la ciencia de la conducta y el reforzamiento positivo, pero tomó esa experiencia y la transformó en una perspectiva que cambió la cultura sobre el comportamiento animal, la comunicación entre especies y la humanidad. Somos afortunados de que Karen fuera una escritora efectiva y cautivadora, lo que permitió que sus observaciones llegaran a lectores de todo el mundo.

Aprendió sobre la teoría conductual como una pionera entrenadora de delfines en la década de 1960. Pero, desde temprano, tuvo mentores de campos que rara vez se cruzaban, como el conductista B. F. Skinner y el etólogo Konrad Lorenz. Karen afirmó: "Considero que mi don como científica es la capacidad de sintetizar campos de pensamiento aparentemente opuestos y aplicar la teoría en el mundo real".

En el mundo real, utilizando su perspectiva, introdujo el entrenamiento con reforzamiento positivo (clicker training) en el ámbito de los perros y los zoológicos, dio confianza a cientos de miles de mujeres que amamantan, desarrolló técnicas para enseñar a personas con autismo y transformó la manera en que los cirujanos aprenden sus habilidades, lo que resultó en quirófanos menos estresantes y con menos errores.

El hilo conductor de todo su trabajo es cómo logró reducir la violencia gratuita de manera efectiva y crear una cultura productiva, pero llena de bondad.

Puedes leer el post completo aquí y también puedes leer un hermoso artículo acerca de su vida y trabajo que escribió el su hija para el Boston Globe en el 2023.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Debate entre un psicoanalista y un terapeuta conductual (video)

  • David Aparicio
  • 10/12/2024

No es común encontrar un debate entre un psicoanalista y un terapeuta conductual, ya que representan dos de las corrientes más predominantes y, a menudo, contrastantes en la psicología. Por eso, este de debate organizado por NeuroClass ofrece una oportunidad fascinante para observar cómo se posicionan y responden dos profesionales de estas escuelas de pensamiento frente a temas clave en la práctica psicológica.

Aunque el formato del debate es algo limitado, con un intercambio relativamente reducido entre los participantes, las ideas que exponen permiten conocer cómo entienden y abordan distintas situaciones.

Personalmente, encuentro que las explicaciones del psicoanalista tienden a ser bastante abstractas e indirectas, lo cual puede dificultar su comprensión para quienes buscan respuestas más concretas. Por otro lado, Fabián destaca por la claridad y precisión de sus respuestas, lo que resulta sumamente útil para entender cómo un terapeuta conductual aborda los problemas psicológicos de manera práctica y estructurada. Esta diferencia en estilos hace que su intervención sea particularmente valiosa para quienes buscan enfoques más directos y basados en evidencia.

Los lectores habituales de Psyciencia ya conocen a Fabián: ha contribuido con numerosos artículos. Personalmente, he aprendido mucho de él y he tenido la oportunidad de verlo dar clases en Panamá, una experiencia que valoro profundamente. Aunque reconozco que tengo una conexión especial con Fabián, estoy convencido de que mi comentario es bastante equilibrado.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Artículos Recomendados de la Web

El análisis operacional de los términos psicológicos – Una traducción de Fabián Maero

  • David Aparicio
  • 03/09/2024

Fabián Maero emprendió la titánica labor de traducir y anotar el artículo «El análisis operacional de los términos psicológicos», una obra fundamental en el legado de B.F. Skinner. Gracias a su esfuerzo, ahora podemos profundizar en nuestra comprensión del conductismo radical. Además de la traducción, Fabián ha preparado un artículo complementario que proporciona el contexto, la importancia y las características esenciales del texto original.

Un extracto del post de Fabián:

(…) En ese breve artículo (unas seis páginas a dos columnas) Skinner adelantó ideas clave que desarrollaría de manera más extensa en su producción posterior. Si se prendiese fuego toda la literatura conductual y pudiese salvar tan solo un texto, sería este, porque creo que desde allí se puede reconstruir todo lo demás. Whitehead dijo que la filosofía occidental era un conjunto de notas al pie a los diálogos platónicos; creo que algo similar puede decirse de la relación entre el corpus del conductismo radical y este texto.

El texto original no tiene ninguna nota, así que me tomé el atrevimiento de suplementarlo con un aparato de notas al pie, a veces proponiendo posibles interpretaciones o ejemplos de lo que Skinner escribe, o proporcionando información complementaria que arroje un poco de luz sobre algunos pasajes particularmente oscuros. Las notas no deben tomarse demasiado en serio. Son principalmente intromisiones cuya principal intención, a fin de cuentas, es llamar la atención sobre algo que me parece particularmente notable. Quizá en el futuro escriba algo en donde más sistemáticamente exponga lo que creo que son los puntos centrales del artículo del 45, pero eso dependerá del tiempo que tenga disponible. Sin embargo, como creo que a algunas personas pueden resultarles más una distracción que una ayuda, he creado una versión del documento sin notas, solo el texto original.

Mi intención ha sido facilitar el estudio y difusión de lo que creo es un texto fundacional, así que siéntanse libres de usar y compartir la traducción como quieran. No necesitan pedir permiso para ello – a lo sumo les pediría que no borren o distorsionen la atribución del trabajo.

No sé tanto de conductismo como Fabián, pero su descripción me dejó con mucha curiosidad de leer el artículo. Así que voy preparando la primera taza de café.

Pueden leerlo y descárgalo en PDF desde Grupo ACT.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis

El tiempo en el conductismo

  • Fabián Maero
  • 23/11/2023

Suelo sostener en congresos y fiestas de egresados que el conductismo, en tanto adherente a la cosmovisión pragmática, probablemente sea el paradigma psicológico que más seriamente se ocupa de la cuestión del tiempo.

Con esto no me refiero meramente a ocuparse del tiempo como tema de ensayo –lo cual, después de todo, está al alcance de toda teoría– sino a que la dimensión temporal es crucial para el funcionamiento de todos los conceptos conductuales o pragmáticos en general, la clave de bóveda sin la cual el edificio conductual/pragmático se desmoronaría. Comprender su papel, creo, permite entender mejor cómo operan el conductismo y el análisis de la conducta, y especialmente, entender algunas de las incompatibilidades que tiene con el resto de la psicología.

Sin otro prolegómeno, vayamos texto adelante, que el tiempo es corto.

El tiempo en el análisis de la conducta

Si se entretiene la conjetura de que el tiempo juega un papel central en el mundo conductual, es inevitable comenzar a notar la profusión de alusiones al mismo en la literatura conductual.

Consideremos por ejemplo, la unidad básica de análisis conductual, la contingencia de tres términos. Se trata ni más ni menos que de una unidad temporal: es la sucesión de antecedentes, conducta, consecuencias –es decir, los eventos pasados y futuros respecto a un evento conductual determinado. Fijado el presente en un evento, las preguntas claves del análisis son: ¿qué pasaba antes y qué pasó después? La dimensión temporal es crucial para identificar la función de cualquier evento conductual: un reforzador, por ejemplo, debe suceder luego de la conducta blanco, nunca antes. Modificar el orden de los eventos es modificar inmediatamente su función –aquí, el orden de los factores sí altera el producto.

De hecho, podría sostenerse que la definición de “ambiente”, a pesar de lo que el término parece sugerir, es más temporal que espacial: no es lo que está fuera del organismo, ya que también incluye estímulos sucediendo dentro del mismo (la piel no es una barrera importante, decía Skinner), sino lo que está antes y después de la conducta –por ello, un estímulo interno puede ser parte del ambiente, en tanto suceda antes de la conducta.

El contexto de la conducta es el tiempo en torno a ella.

El tiempo en los supuestos filosóficos

Similarmente, podemos encontrar a la dimensión temporal ocupando un lugar central en el criterio de verdad pragmático/conductual.

Más allá de la interpretación particular que adoptemos del mismo (y hay mucha tela para cortar al respecto), el criterio instrumental de funcionamiento exitoso involucra que un enunciado sólo puede ser considerado verdadero en tanto inserto en una dimensión temporal.

La verdad no es estática, sino que mira al futuro. Un enunciado promete, por así decir, una determinada experiencia y sólo termina de verificarse como verdadero cuando esa experiencia sucede. La verdad pragmática no habla de cómo es el mundo (de aquí lo que a veces se denomina como posición a-ontológica), sino cómo será si se actúa de cierta manera. Si se lo considera sólo en el momento presente en que es emitido, no es posible determinar a ciencia cierta si un enunciado es verdadero o no. Se requiere la verificación, operación que vincula un evento presente y un evento futuro (el enunciado y su verificación), para que el criterio de verdad pragmático funcione. Eso hace que la verdad pragmática siempre sea provisoria, relativa, falible, ya que por más que la verificación haya sido positiva mil veces, nada garantiza que lo será también la próxima vez.

Más aun, si seguimos el análisis de Pepper(1942), podríamos sostener que la dimensión temporal está incrustada en el corazón mismo del pragmatismo (al que denomina contextualismo). Pepper identificó como “metáfora raíz” a una intuición tomada de la experiencia cotidiana que contiene en germen las categorías que le darán su cariz particular, sensibilidades y contradicciones, a un determinado sistema filosófico. En otras palabras, la metáfora raíz es la piedra fundacional sobre la que se construye un edificio filosófico.

En el caso del contextualismo la metáfora raíz es el acto en contexto. O al menos, así es como se la suele conocer, ya que en rigor de verdad esa fue solo una de varias formas en que Pepper se refirió a esa intuición fundante.

La primera denominación que Pepper empleó en su texto para la metáfora raíz del contextualismo señala a las claras que estamos lidiando con algo que involucra el tiempo: “el evento histórico”. Pepper lo explicó así: “no significa el evento pasado, uno que, por así decir, está muerto y tiene que ser exhumado. Significa el evento vivo en su presente (…) El evento histórico real, el evento en su actualidad, es cuando está sucediendo ahora, el evento activo dinámico y dramático. Podemos llamarlo un ‘acto’, si así preferimos, en tanto tengamos cuidado con nuestro uso del término. Pero no es un acto aislado ni abstraído, es un acto en un con su entorno, un acto en su contexto” (p.232, el subrayado es mío). Esto señala a las claras que no se trata de una filosofía basada en sustancias (por ejemplo, átomos o elementos primordiales), sino en eventos desarrollándose en el tiempo.

Tengo para mí la persistente sospecha de que el lugar central que la dimensión temporal ocupa en él explica en parte la potente aversión que el conductismo tiene hacia posiciones como el biologicismo y neurocentrismo. Se trata de un rechazo categorialmente determinado, una suerte de alergia o disonancia categorial hacia todo lo que involucre explicaciones basadas en substancias estáticas, que de ser adoptadas congelarían la dinámica y un poco caótica plasticidad del mundo conductual.

Esta alergia categorial impregna no sólo los razonamientos, sino incluso las sensibilidades y modos expresivos de quienes adoptan esta cosmovisión. Veamos eso a continuación.

El tiempo en los recursos expresivos

La mayoría de las teorías en psicología emplean términos y representaciones que enfatizan las dimensiones espaciales de los conceptos. Mientras que el grueso de la psicología se comunica en términos de sustancias y engranajes, cuya dimensión principal es espacial (lo importante es dónde está un engranaje en relación al resto), el conductismo se comunica en términos de procesos, cuya dimensión principal es temporal (lo importante es cuándo sucede un evento en relación al resto). Es la diferencia entre pensar en términos de cosas y pensar en términos de procesos.

Por ejemplo, el psicoanálisis de Freud utiliza mayormente analogías espaciales para ilustrar sus conceptos y teorías, como se puede notar en su primera y segunda tópica (recordemos que “tópica” viene del griego topos, lugar), o en la analogía recurrente del inconciente como la parte sumergida de un iceberg, entre otras. Lo mismo sucede con las teorías cognitivas o neurocientíficas: basta abrir cualquier libro de texto para encontrarse con mapas, módulos, diagramas, etc., que describen dónde se ubica cada elemento en relación a los demás.

En contraste, los recursos expresivos conductuales suelen más bien enfatizar aspectos temporales, aludiendo a procesos, al flujo temporal de los eventos. Un ejemplo claro son los registros acumulativos o los análisis funcionales de la conducta, que no son mapas sino sucesiones temporales. Digamos: casi siempre hay un eje temporal en los gráficos conductuales.

Otro recurso expresivo que el conductismo emplea hasta el hartazgo tiene que ver con el uso de verbos y el énfasis en “verbalizar” sustantivos, a contramano de las tendencias inherentes en los lenguajes naturales. Por ejemplo, si bien en Teoría de Marco Relacional se suele hablar de “marcos relacionales”, la denominación correcta sería “enmarcar relacionalmente”: no una cosa espacial, sino una acción desenvolviéndose en el tiempo.

No es casualidad que uno de los peores pecados que un conductista pueda cometer (y que la comunidad académica se encargará de señalar rápidamente) sea el de reificarconceptos, convertirlos en cosas; por ejemplo hablar de recuerdos en lugar de recordar, percepción en lugar de percibir, pensamientos en lugar de pensar, etcétera. Este rechazo puede entenderse si se considera que reificar un concepto lo congela, lo vuelve estático, le quita su presencia temporal; un “recuerdo” funciona como un objeto, algo que está, que se guarda, que se pierde; nada de eso es posible con recordar, que es una actividad que sucede en el tiempo. Creo que esta particularidad del conductismo puede entenderse mejor si se la considera como una expresión de su dimensión básica temporal, en lugar de un simple capricho estilístico.

Profundidad y duración

Algo que ilustra la diferencia de perspectiva entre el conductismo y la mayoría de las corrientes teóricas en psicología es que una crítica que éstas le suelen dirigir a aquel es la de ser poco profundo, de no ir al interior de las personas.

Esa crítica, basada en metáforas espaciales, revela más sobre quienes la formulan que sobre su destinatario. Postular que un análisis sea mejor que otro por ir metafóricamente más adentro de un organismo sólo tiene sentido en un mundo que ha sido ordenado espacialmente, en un mundo de sustancias y localizaciones, en la cual lo que está afuera/encima tiene un estatus diferente de lo que está adentro/debajo. En esas corrientes, lo que está adentro/debajo es lo que explica lo que está arriba/afuera.

Pero ese no es el mundo conductual. La metáfora espacial no tiene mucha relevancia en su cosmovisión: en un mundo ordenado temporalmente, como es el caso el mundo conductual/pragmático, hablar de la profundidad de un evento tiene tan poco sentido como hablar de la altura de las tres y cuarto de la tarde.

Dicho de otra manera, el conductismo pone a todos los eventos conductuales en un mismo plano. Una conducta públicamente observable, como aplaudir, y una privada, como una creencia, están en la misma esfera de eventos. Una no es más “profunda” que la otra, ni mucho menos sirve para explicar a la otra. Nuevamente, la afirmación skinneriana de “la piel no es una barrera importante”, señala que la ubicación espacial de un evento no es lo central para entenderlo.

Las explicaciones conductuales no se construyen llevando la mirada “más adentro” del organismo, sino más bien mirando afuera (en sentido temporal) de la conducta, detectando las regularidades en la relación entre conducta y ambiente a lo largo del tiempo. Una conducta o un mecanismo conductual se explica describiendo (o interpretando, cuando no es posible acceder a ella) la historia de antecedentes y consecuencias que involucra. Por eso los experimentos conductuales tienden al diseño de caso único, es decir, investigaciones realizadas con pocos individuos pero con una larguísima duración, analizando hasta cientos de horas de respuestas de un individuo para comprender algún proceso conductual de interés. Como ejemplo podemos citar el libro Schedules of Reinforcement, de Skinner y Ferster, en el cual se compilan experimentos sobre principios conductuales: en total los experimentos acumularon setenta mil horas de respuestas, pero cada uno fue realizado con entre dos y cinco palomas (Ferster & Skinner, 1957). Determinar la función de una conducta requiere siempre ampliar el marco temporal involucrado.

Cerrando

Hay una historia bastante popular cuyo responsable ignoro, de una persona que pasa caminando por la calle junto a tres albañiles trabajando. Le pregunta entonces al primero de ellos qué es lo que están haciendo, a lo cual éste le responde que están colocando ladrillos; insatisfecha con la respuesta, interroga al segundo, quien responde que están construyendo una pared; interrogado el tercero responde que están construyendo una catedral. Cada respuesta es más satisfactoria no porque sea más “profunda”, sino porque se amplía cada vez el marco temporal involucrado, la sucesión de eventos anteriores y posteriores a la actividad de los albañiles, permitiendo una mejor comprensión de la conducta. Esa es la dirección en la cual el conductismo trabaja. Baum(2013, p. 287), lo expresa de esta manera:

La conducta requiere tiempo. La conducta se extiende a través del tiempo; no puede ocurrir en un instante. (..) Una fotografía captura un instante. Si les muestro una fotografía de una persona sentada con un libro abierto frente a él, ¿qué podemos decir sobre su conducta? No está corriendo ni saltando la cuerda, desde luego, pero existen muchas posibilidades: puede estar leyendo, fingiendo leer, soñando despierto, buscando algo en el libro, etc. Nuestra incertidumbre es máxima en este momento, pero si podemos observarlo durante un período de tiempo, tendremos una mayor certeza de si estaba leyendo o haciendo otra cosa. (…) En un instante, podemos ver cómo luce una actividad (su topografía), pero tenemos máxima incertidumbre en cuanto al trabajo que realiza (su función). Si observamos durante un período de tiempo, ganamos certeza sobre la función de la actividad, pero perdemos certeza sobre su topografía o estructura. Un acto instantáneo (accionar un interruptor de luz) podría ser compatible con un gran número de funciones (leer, advertir a un ladrón, etc.). En el instante, vemos cómo la persona se sienta sosteniendo el libro, pero con el tiempo la vemos moverse, pasar páginas, rascarse la cabeza, levantar la vista de la página, etcétera; ganamos la certeza de que efectivamente está leyendo, pero perdemos certeza de cómo eso se ve exactamente. (…) Nuestra certeza sobre cuál es la actividad crece a medida que vemos más de ella con el tiempo.”

La conducta, como la música, sucede en el tiempo. Y, también como la música, sustraerla del tiempo, detenerla, equivale a aniquilarla.

Referencias

Baum, W. M. (2013). What counts as behavior? The molar multiscale view. Behavior Analyst, 36(2), 283–293. https://doi.org/10.1007/BF03392315

Ferster, C. B., & Skinner, B. F. (1957). Schedules of reinforcement. Prentice-Hall.

Pepper, S. C. (1942). World Hypotheses.

Artículo publicado en Grupo ACT y cedido para su republicación en Psyciencia.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Artículos de interacción verbal

  • Mauro Colombo
  • 21/01/2021

En la presente sección podrán acceder a diversas investigaciones realizadas en torno al estudio de la conducta verbal en el contexto de la interacción terapéutica, desde un marco teórico analítico conductual.

La investigación de los procesos responsables del cambio en un tratamiento psicológico muestra que los elementos responsables del mismo pueden agruparse, a grandes rasgos, en dos amplias categorías: por un lado, las técnicas y procedimientos específicos que aplican los psicólogos; y por el otro la propia interacción verbal entre terapeuta y consultante.

Del lado de estos últimos, existen diversas aproximaciones teóricas y creciente interés en el análisis de la conducta verbal del terapeuta en sesión, y la forma en que este genera las condiciones necesarias de cambio, a través de sus propias verbalizaciones y de la interacción con el consultante.

Tomando como marco teórico al análisis de la conducta, la conducta verbal (tanto del terapeuta como del consultante) puede ser analizada bajo los mismos principios del comportamiento que se tienen en cuenta para otro tipo de conductas. La investigación se centra desde este campo en como y a partir de que principios, lo que dice el terapeuta influye en lo que verbaliza el consultante en sesión (y posteriormente, fuera de ella), alcanzando los objetivos terapéuticos propuestos inicialmente por esta díada.

Se verá entonces que las comunicaciones que el psicólogo efectúa en terapia no son azarosas, sino que responden a principios específicos de conducta, buscando reforzar comportamientos objetivo y extinguir y/o castigar aquellos que lo alejen de los objetivos terapéuticos. A su vez, lo que realiza el terapeuta no se limita a esto, sino que además ciertas verbalizaciones de su parte tendrán la función de anticipar consecuencias y de motivar al cliente a conseguir los objetivos propuestos. Es decir, el terapeuta como un agente activo que establece las contingencias necesarias para el cambio buscado.

En tanto que la mirada del análisis conductual incluye a pensamientos y emociones dentro de la definición de conducta que ofrece, podrán leer también trabajos donde reconceptualizan, bajo este paradigma, estrategias con gran evidencia de su uso por parte de las terapias cognitivo conductuales tradicionales, como la reestructuración cognitiva. Podrán leer una explicación novedosa de la misma a partir de los procesos básicos y en el moldeamiento verbal, sin menoscabo del procedimiento tradicional.

La propuesta en esta sección será acercar al lector a una mirada funcional de la conducta verbal del terapeuta, comprendiendo los distintos efectos que tiene la misma a través de las distintas fases que atraviesa un proceso psicoterapéutico.

Lista de artículos de interacción verbal

  1. Análisis de reglas en el contexto clínico (PDF)
  2. El proceso terapéutico “momento a momento” desde una perspectiva analítico funcional
  3. ¿Por qué la gente cambia en terapia?
  4. Aproximación al estudio funcional de la interacción verbal entre terapeuta y cliente durante el proceso terapéutico
  5. Procesos de aprendizaje en las técnicas de reestructuración semántica (PDF)

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

El proceso terapéutico “momento a momento” desde una perspectiva analítico funcional

  • Mauro Colombo
  • 11/11/2020

Abstract de la investigación:

Este trabajo describe cómo se desarrolla el proceso terapéutico en un caso concreto mediante el estudio de las posibles funciones de la conducta verbal del terapeuta durante la interacción con su cliente. Para ello, se procedió a la observación de las grabaciones de las 10 sesiones que constituyeron la totalidad de la intervención terapéutica del caso estudiado.

La categorización del comportamiento verbal del psicólogo en sesión fue realizada mediante el software The Observer® XTyla aplicación del Sistema deCategorización de la Conducta Verbal del Terapeuta (SISC-CVT) desarrollado por las autoras y asociado a altos niveles de concordancia inter e intra observadores.

El análisis de los registros permitió una primera aproximación a la formulación de una “radiografía funcional” del proceso terapéutico que puede tener importantes implicaciones para el estudio y comprensión del fenómeno clínico así como para el diseño, entrenamiento y aplicación deformas más efectivas de intervención psicológica.

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Autoras: Montserrat Montaño-Fidalgo, María Xesús-Froján, Elena María Ruiz-Sancho y Francisco Javier Virués-Ortega.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

Paginación de entradas

123Próximo

Apoya a Psyciencia con tu membresía 💞.    

Únete a Psyciencia Pro
  • Inicia sesión
  • Tips para terapeutas
  • Podcast
  • Recursos
  • Webinars
  • Artículos
  • La pregunta que no debes hacer en terapia
  • «Los miedos del terapeuta», con Gabriel Genise – Watson, episodio 1
  • Estabilizadores del estado de ánimo en el trastorno bipolar: Lo que los terapeutas necesitan saber
  • (PDF) Cómo escribir un artículo científico: guía paso a paso para principiantes
  • No todo es psicología (9): Navidad, arena y playa
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.