Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por etiqueta

Trastorno obsesivo compulsivo

16 Publicaciones
  • Sponsor

Aprende el tratamiento cognitivo conductual para el trastorno obsesivo compulsivo

  • 25/07/2022
  • David Aparicio

Puedo recomendar este curso con los ojos cerrados y no lo hago porque son sponsors. Realmente estoy muy satisfecho con el plan de estudios y la plataforma de aprendizaje online de CETECIC. Hace unos días tomé el curso para pulir algunas habilidades necesrias para el tratamiento del TOC y me encantó.

Más de cuatro décadas de investigación han demostrado que la terapia cognitivo conductual (TCC) es uno de los tratamientos más eficaces para el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), el cual es considerado uno de los trastornos de ansiedad de difícil tratamiento y uno de los mayor frecuencia en la consulta.

Con el fin de difundir tratamientos basados en las evidencias y que los psicólogos puedan ofrecer tratamientos eficaces, el reconocido centro de Terapia Cognitivo Conductual y Ciencias del Comportamiento (CETECIC) los invita a su nuevo curso online en el que aprenderán paso a paso la conceptualización, evaluación y tratamiento del TOC.

El curso dispone de videos prácticos en los que los terapeutas te demuestran como se aplican las técnicas TCC on los pacientes. También tendrás material de lectura para descargar y foros de consulta.

El Contenido del curso se resume de la siguiente manera:

  • Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC): conceptualización y diagnóstico.
  • Modelos cognitivos del TOC.
  • Evaluación del TOC: Topografía.
  • Evaluación del TOC: Análisis Funcional.
  • Tratamiento del TOC. Introducción. Técnicas predominantemente conductuales: primera parte.
  • Tratamiento del TOC. Introducción. Técnicas predominantemente conductuales: segunda parte.
  • Tratamiento del TOC. Técnicas predominantemente cognitivas: primera parte.
  • Tratamiento del TOC. Técnicas predominantemente cognitivas: segunda parte.

Descarga el plan completo en formato PDF.

¿A quién está dirigido?

El curso se encuentra dirigido a profesionales o estudiantes del área de la salud o educación, especialmente a psicólogos y psiquiatras que deseen mejorar sus habilidades terapéuticas con herramientas prácticas, efectivas y científicamente validadas.

Certificación

Se entregan certificados de aprobación de 25 hs. Emitidos por el CETECIC con el aval de la Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento.

Para obtener más información sobre el curso, precios, visita la página oficial de CETECIC.

Para inscribirte haz click aquí.

Agradecemos a CETECIC, nuestro sponsor de la semana.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La TCC online es eficaz para tratar los síntomas de TOC en niños y jóvenes

  • 08/12/2021
  • Maria Fernanda Alonso

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es una condición potencialmente grave que normalmente se presenta en la niñez. Sus síntomas incluyen pensamientos intrusivos que desencadenan ansiedad (obsesiones) y comportamientos repetitivos asociados (compulsiones), que son angustiantes y consumen mucho tiempo. Este trastorno ha sido asociado con un rendimiento académico deficiente y un peor estado de salud general en el futuro. De este modo, se resalta la importancia de contar con tratamientos y herramientas que garanticen la accesibilidad de la atención de salud mental en tiempo oportuno, ya que el diagnóstico y el tratamiento tempranos son esenciales para minimizar las consecuencias médicas y socioeconómicas a largo plazo, incluido el riesgo de suicidio. 

Un estudio reciente encontró que recibir terapia cognitivo conductual (TCC) a través de internet (incluso aquella de baja intensidad) puede ser tan eficaz como la TCC convencional (es decir, cara a cara con un terapeuta), a lo que se le suma reducción significativa de tiempo y costos (Aspvall et al., 2021). Investigaciones anteriores han demostrado que, si bien la TCC ayuda a la mayoría de los jóvenes que la reciben, pueden pasar varios años entre la aparición de los síntomas y la recepción del tratamiento, muchas veces debido a la imposibilidad de acceder a un tratamiento que requiere de profesionales especializados.

Qué metodología usaron

El equipo de Aspvall realizó este estudio en colaboración con los Servicios de Salud Mental para Niños y Adolescentes en las regiones de Estocolmo y Vastra Gotaland. Contaron con 152 participantes de entre ocho y 17 años, los cuales fueron asignados al azar a uno de dos grupos. Un grupo primero recibió TCC online guiada por un terapeuta y el otro (grupo control) recibió TCC estándar a través de sesiones semanales en persona con un terapeuta.

Cada grupo recibió tratamiento durante un período de 16 semanas, con el apoyo de sus terapeutas y padres. Luego, los investigadores hicieron un seguimiento de los participantes tres meses después del tratamiento para evaluar el efecto terapéutico sobre los síntomas del TOC, la función diaria y los síntomas depresivos. Después del seguimiento de 3 meses, los participantes de ambos grupos que se consideró que necesitaban apoyo adicional recibieron hasta 12 sesiones adicionales de TCC convencional hasta el seguimiento de 6 meses.

Qué encontraron

Los resultados mostraron que la TCC online escalonada redujo los síntomas del TOC de los participantes tanto como la TCC convencional. Aproximadamente el 70% de los participantes en ambos grupos respondieron al tratamiento en el seguimiento de 6 meses.

La ventaja del enfoque de atención escalonada es que nos facilita llegar a más niños y adolescentes con TOC que necesitan ayuda, explicó Aspvall.

Fundamentalmente, el grupo de atención escalonada requirió menos recursos: los terapeutas pasaron un promedio de 9 horas por participante en el grupo de tratamiento escalonado y 14 horas por participante en el grupo de control.

Este estudio demuestra el potencial de la tecnología cuando se trata de aumentar el acceso a la terapia basada en evidencia para los jóvenes con TOC, resaltaron. Al ofrecer una intervención digital de baja intensidad como primer paso del tratamiento, las clínicas pueden ahorrar recursos valiosos y dedicar su tiempo limitado a tratar a más pacientes o centrarse en casos más complejos.

La utilización de esta clase de herramientas adquiere aún más importancia en contextos como el actual, donde la situación de pandemia por COVID-19 nos demanda la adopción de medidas preventivas, distanciamiento o aislamiento.

Referencia: Aspvall, K., Andersson, E., Melin, K., Norlin, L., Eriksson, V., Vigerland, S., Jolstedt, M., Silverberg-Mörse, M., Wallin, L., Sampaio, F., Feldman, I., Bottai, M., Lenhard, F., Mataix-Cols, D., & Serlachius, E. (2021). Effect of an Internet-Delivered Stepped-Care Program vs In-Person Cognitive Behavioral Therapy on Obsessive-Compulsive Disorder Symptoms in Children and Adolescents: A Randomized Clinical Trial. JAMA: The Journal of the American Medical Association, 325(18), 1863-1873. https://doi.org/10.1001/jama.2021.3839

Fuente: Eurekalert

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Guía del TOC infantojuvenil para familiares y cuidadores

  • 20/10/2021
  • Equipo de Redacción

Traducimos y adaptamos la estupenda guía del Child Mind Institute ayudar a los familiares y cuidadores a entender los síntomas, características y tratamiento del TOC en niños y adolescentes. El recurso está pensando para que puedas utilizarlo en la consulta clínica.

Los niños con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) tienen pensamientos intrusivos y preocupaciones que los hacen extremadamente ansiosos, y desarrollan rituales que se sienten obligados a realizar para mantener a raya esas ansiedades. Esta guía explica los comportamientos, a menudo confusos, que pueden asociarse con el TOC en los niños, y los tratamientos efectivos para ayudar a los niños que lo desarrollan.

Tabla de contenido

  • Tipos de obsesiones y compulsiones
  • Señales del TOC
  • Cómo el TOC puede pasar desapercibido
  • Tratamiento para el TOC
    • Terapia cognitiva conductual
    • Trabajando con los padres
    • Tratamiento con medicamentos para el TOC
  • Trastornos relacionados
  • El espectro obsesivo compulsivo
  • Trabajando con la escuela

Los niños con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) tienen pensamientos intrusivos y preocupaciones que los hacen extremadamente ansiosos, y desarrollan rituales que se sienten obligados a realizar para mantener a raya esas ansiedades. Esta guía explica los comportamientos, a menudo confusos, que pueden asociarse con el TOC en los niños, y los tratamientos efectivos para ayudar a los niños que lo desarrollan.

Guía en formato PDF

Los miembros premium de Psyciencia obtienen la guía completa optimizada en PDF para imprimir y utilizar como recurso con padres y cuidadores. Con la membresía premium obtienes acceso a recursos exclusivos, artículos de análisis en tu correo, sin publicidad ni distracciones y descuentos en cursos de formación.

Descarga para miembros premium
Conviértete en miembro premium

Los niños con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) tienen pensamientos intrusivos y preocupaciones que los hacen extremadamente ansiosos, y desarrollan rituales que se sienten obligados a realizar para mantener a raya esas ansiedades. Esta guía explica los comportamientos, a menudo confusos, que pueden asociarse con el TOC en los niños, y los tratamientos efectivos para ayudar a los niños que lo desarrollan.

¿Qué es el TOC?

Los niños que tienen TOC luchan con obsesiones o compulsiones o con ambos. Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos no deseados e intrusivos. Las obsesiones hacen que los niños se sientan molestos y ansiosos. Las compulsiones son acciones o rituales que los niños deben realizar para deshacerse de la ansiedad.

Para entender cómo funciona el TOC, piense en una picadura de mosquito. Cuando le pica un mosquito, le pica, por lo que para sentirse mejor se rasca. Mientras se rasca la picadura se siente genial, pero desde que deja de rascarse, la picazón empeora. Así es como se desarrolla el TOC. Cuando un niño con TOC se siente ansioso hará algo para arreglarlo temporalmente, pero ese ritual empeora con el tiempo.

Tipos de obsesiones y compulsiones

Las obsesiones del TOC se dividen en una variedad de categorías, incluida la siguiente lista:

  • Contaminación: los niños con esta obsesión a veces se llaman “germófobos”. Estos son los niños que se preocupan cuando otras personas estornudan y tosen, por tocar cosas que pueden estar sucias, revisan las fechas de vencimiento o tienen temor a enfermarse. Esta es la obsesión más común en los niños.
  • Pensamiento mágico: esta es una especie de superstición, como “pisar una grieta en la acera significa romper la espalda de tu madre”. Por ejemplo, los niños podrían preocuparse de que sus pensamientos puedan hacer que alguien se lastime o se enferme. Un niño podría pensar: “A menos que mis cosas estén alineadas de cierta manera, mamá tendrá un accidente automovilístico”. Escrupulosidad: esto es cuando los niños tienen preocupaciones obsesivas sobre ofender a Dios o ser blasfemo de alguna manera.
  • Obsesiones agresivas: los niños pueden estar plagados de muchos tipos diferentes de pensamientos sobre cosas malas que podrían hacer. ¿Y si lastimo a alguien? ¿Qué pasa si apuñalo a alguien? ¿Y si mato a alguien?
  • El sentimiento “correcto”: algunos niños sienten que necesitan seguir haciendo algo hasta que obtienen el sentimiento “correcto”, aunque pueden no saber por qué se siente bien. Entonces podrían pensar: “Voy a alinear estas cosas hasta que se sientan bien, y luego me detendré”.

Las compulsiones pueden ser cosas que los niños hacen activamente, como alinear objetos o lavarse las manos, o cosas que se hacen mentalmente, como contar en la cabeza. Una compulsión también podría ser evitar algo, como un niño que evita tocar los cuchillos, incluso los de plástico, porque tiene miedo de lastimar a alguien. Debido a que las compulsiones son cosas que los padres pueden notar, es común que los padres sean más conscientes de ellas que de las obsesiones.

  • Los tipos de compulsiones del TOC incluyen (pero no se limitan a): Compulsiones de limpieza, incluyendo lavado y limpieza excesiva o ritualizada
  • Compulsiones de verificación, incluidas las cerraduras, verificar que no se haya cometido un error y verificar que las cosas estén seguras
  • Rituales de repetición, incluyendo releer, reescribir y repetir acciones como entrar y salir por una puerta
  • Compulsiones de conteo, incluyendo contar ciertos objetos, números y palabras
  • Compulsiones de organización, incluyendo ordenar cosas para que estén simétricas, uniformes o alineadas en base a un patrón específico Compulsiones de guardar, incluyendo el acaparamiento y la dificultad de tirar cosas a la basura
  • Comportamientos supersticiosos, como tocar cosas para evitar que algo malo suceda o evitar ciertas cosas
  • Rituales que involucran a otras personas, incluyendo hacerle la misma pregunta a una persona repetidamente o pedirle a un padre que realice un ritual particular a la hora de comer

Señales del TOC

El TOC a menudo se desarrolla alrededor de los seis a nueve años. El trastorno puede manifestarse tan pronto como a las cinco. Los niños pequeños experimentan el trastorno de manera diferente que los adolescentes y los adultos. Es posible que un niño pequeño no reconozca que sus pensamientos y temores son exagerados o poco realistas, y puede no ser plenamente consciente de por qué se ve obligado a realizar un ritual; él solo sabe que le da un sentimiento “correcto”, al menos momentáneamente. Con el tiempo, en el rango de 9-12, evoluciona a un pensamiento mágico y se vuelve de naturaleza más supersticioso.

En cualquier caso, un niño con TOC responderá a su ansiedad de una manera muy rígida y sujeta a reglas y esto interfiere con el funcionamiento normal. Los padres pueden notar señales como:

  • Lavado de manos repetitivo, cerrar y volver a cerrar puertas o tocar cosas en un cierto orden
  • Temores extremos o exagerados de contaminación, de que miembros de la familia sean lastimados o que ellos mismos le hagan daño
  • Uso del pensamiento mágico, como “si toco todo en la habitación, mamá no morirá en un accidente automovilístico”
  • Pedir garantías sobre el futuro repetidamente
  • Intolerancia a ciertas palabras o sonidos
  • Confesar repetidamente “malos pensamientos” como pensamientos crueles (pensar que un amigo de la familia es feo), pensamientos sexuales (imaginar a un compañero desnudo) o violentos (pensar en matar a alguien)

Cómo el TOC puede pasar desapercibido

Las señales de TOC pueden no ser siempre obvias. Las compulsiones pueden ser muy sutiles, por lo que los padres y otros cuidadores pueden no darse cuenta cuando un niño las está haciendo, o puede que no entiendan que un comportamiento en particular es una compulsión. Otras señales pueden ser invisibles para los padres, como cuando un niño cuenta compulsivamente hasta cierto número en su cabeza.

A medida que los niños crecen y se dan cuenta de que algunos de sus miedos no tienen sentido, o de que sus comportamientos son inusuales, también podrían hacer mayores esfuerzos para ocultar sus síntomas de TOC a los padres, maestros y amigos. Los niños con TOC a veces pueden suprimir sus síntomas en ciertas situaciones, como en la escuela, solo para explotar en casa debido al tremendo esfuerzo.

El TOC también puede confundirse con un trastorno diferente. Muchos niños con TOC están distraídos por sus obsesiones y compulsiones, y esto puede interferir con su capacidad de prestar atención en la escuela. Un maestro puede notar que un niño tiene dificultades para concentrarse y asumir que tiene TDAH, ya que su TOC no es evidente. También podría confundirse con un trastorno de ansiedad. Y se puede pasar por alto cuando un niño con TOC también desarrolla depresión, a la cual los niños con TOC están en riesgo, especialmente sin tratamiento.

Tratamiento para el TOC

Tratamientos con mayor evidencia científica para el TOC

Terapia cognitiva conductual

El primer paso en el tratamiento es ayudar a los niños a comprender cómo funciona el TOC. A menudo ayuda poner el TOC en un contexto que los niños puedan entender. Por ejemplo, un médico podría explicar que el TOC funciona como un acosador. Si un acosador le pide su dinero para el almuerzo y usted cede porque tiene miedo, entonces el acosador estará feliz y se irá. Pero al día siguiente, el acosador volverá por más porque sabe que tienes miedo. Cuanto más cedas ante un acosador, más pedirá. El TOC funciona de la misma manera. El objetivo del tratamiento es ayudar al niño a aprender a enfrentarse a su acosador.

El tratamiento estándar de oro para el TOC es un tipo de terapia cognitivo-conductual llamada prevención de exposición y respuesta, o ERP. ERP funciona ayudando a los niños a enfrentar las cosas que desencadenan su ansiedad en pasos estructurados e incrementales, y en un ambiente seguro. Esto permite a los niños experimentar ansiedad y angustia sin recurrir a compulsiones, con el apoyo del terapeuta. Al enfrentar sus desencadenantes, los niños aprenden a tolerar su ansiedad y, con el tiempo, descubren que su ansiedad en realidad ha disminuido.

Por ejemplo, un niño con miedo a los gérmenes y la contaminación crearía una “jerarquía de miedo” con su terapeuta. Trabajarían juntos para identificar todas las situaciones de contaminación que teme, calificarlas en una escala de 0-10 y luego abordarlas una por una hasta que su miedo disminuya. El niño comenzaría con un desencadenante de bajo nivel, como tocar toallas limpias, y luego avanzaría a desencadenantes más difíciles, como agarrar algo de la basura.

Debido a que los niños a menudo tienen síntomas específicos de entornos fuera de la oficina clínica, en el hogar o en restaurantes, por ejemplo, es importante que el tratamiento salga de la oficina según sea necesario. Su médico debe proporcionar ERP en lugares del mundo real donde su hijo experimente ansiedad, y asegurarse de que los médicos sepan también cómo reforzar las habilidades de ERP fuera del tratamiento.

Para la mayoría de los casos de TOC leve a moderado, el tratamiento una vez a la semana durante 12-15 semanas suele ser suficiente para obtener buenos resultados.

Trabajando con los padres

Los padres pasan la mayor parte del tiempo con sus hijos, por lo que es esencial que la familia participe en el tratamiento. Debe esperar que el médico de su hijo trabaje estrechamente con usted, que le explique cómo funciona el tratamiento y que le asigne a usted y a su hijo tareas para practicar las habilidades que su hijo está aprendiendo en la terapia.

Debido a que los niños a menudo acuden a los padres en busca de consuelo o para ayudarlos con una obsesión o compulsión, también es importante que los padres aprendan la mejor manera de responder a sus hijos sin reforzar su TOC. Cuando un padre le da consuelo, hace que el niño se sienta mejor en el momento, pero ese alivio es fugaz y en realidad puede reforzar la ansiedad del niño a largo plazo. Tampoco le ayuda a aprender habilidades de afrontamiento para ayudarse a sí mismo, sólo aprende que preguntarle a mamá o papá será útil.

Del mismo modo, si su hijo tiene aversión a una palabra determinada, su familia podría haber aprendido a evitar decir esa palabra y pedir disculpas si alguien la usa accidentalmente. Sin embargo, sin darse cuenta, esto también refuerza el TOC porque no le da al niño la oportunidad de superar su ansiedad. El médico de su hijo debe trabajar con usted para encontrar formas de responder a las solicitudes de consuelo y cómo darle apoyo sin reforzar los síntomas del TOC.

Tratamiento con medicamentos para el TOC

Si bien el tratamiento primario para el TOC es la terapia cognitivo conductual, los niños con casos más graves a menudo son tratados con una combinación de TCC y medicamentos. Se puede usar una clase de medicamentos antidepresivos llamados ISRS, o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, para ayudar a reducir la ansiedad del niño, lo que a su vez permite que el niño responda mejor a la terapia. Los medicamentos se pueden disminuir o interrumpir a medida que el niño aprende habilidades para ayudarlo a superar su ansiedad por sí mismo. A veces, se pueden recetar otros tipos de medicamentos para controlar la irritabilidad excesiva o la ira que pueden estar complicando el tratamiento.

Trastornos relacionados

No es raro que los niños con TOC tengan dificultades con más de un trastorno. La depresión, los trastornos alimentarios y el trastorno de pánico pueden ocurrir con frecuencia junto con el TOC. Si su hijo es diagnosticado con múltiples trastornos de salud mental, es importante que reciba un tratamiento especializado para cada trastorno. La terapia cognitiva conductual para el TOC, por ejemplo, ayudará al niño con su TOC pero no le ayudará con su depresión.

Durante el diagnóstico se debe tener cuidado al determinar si el niño solo tiene un trastorno obsesivo compulsivo, o si el niño tiene TOC y otro trastorno, o tal vez un trastorno similar al TOC pero que en realidad es un trastorno separado como el TOC de inicio agudo o un trastorno en el “espectro obsesivo compulsivo”.

El espectro obsesivo compulsivo

Existe un espectro de trastornos que comparten algunas características con el TOC y se tratan de manera similar. Éstos incluyen:

  • Tricotilomanía
  • Síndrome de Tourette
  • Trastorno de Ansiedad por Enfermedad (o Trastorno de Síntomas Somáticos) Acaparamiento
  • Trastorno Dismórfico Corporal
  • Trastorno por excoriación (pellizcarse la piel)
  • Tics crónicos

Si bien estos trastornos tienen características clínicas similares, y algunos expertos creen que pueden tener las mismas causas neurobiológicas subyacentes que el TOC, difieren del TOC en ciertas formas y, por lo tanto, requieren un tratamiento especializado.

Una distinción que vale la pena hacer es entre el TOC y otros dos trastornos que involucran pensamientos obsesivos: Trastorno de Ansiedad por Enfermedad (cuando el niño está obsesionado con la idea de que tiene una enfermedad grave a pesar de no tener síntomas) y Trastorno Dismórfico Corporal (el niño se obsesiona con un defecto menor o imaginario en su apariencia). La diferencia radica en qué medida el niño cree sus pensamientos. Por ejemplo, una niña con TOC puede saber que sus obsesiones son irracionales y, sin embargo, tienen tanta ansiedad que siente la necesidad de realizar compulsiones para reducir la ansiedad de todos modos. Sin embargo, un niño con trastorno de ansiedad por enfermedad o trastorno dismórfico corporal puede creer que sus pensamientos se basan en la realidad.

Los niños con estos trastornos generalmente necesitan terapia cognitiva y estrategias para comprender la irracionalidad de sus obsesiones antes de que puedan comenzar la terapia de prevención de exposición y respuesta. Si reciben ERP antes de estar cognitivamente preparados para ello, su ansiedad puede empeorar con el tiempo.

El acaparamiento, el pellizcarse la piel, la tricotilomanía y los trastornos de tics, incluido el síndrome de Tourette, pueden tratarse mediante la exposición y la prevención de la respuesta y otras estrategias de comportamiento.

Trabajando con la escuela

Muchas veces los niños experimentarán síntomas de TOC en la escuela. Si este es el caso de su hijo, será útil que su escuela participe con tratamiento. A menudo, el primer paso es ayudar a los maestros y administradores de la escuela a comprender el TOC. Educar a la escuela es particularmente importante porque muchos comportamientos asociados con el TOC pueden confundirse con otra cosa, como comportamiento de oposición, problemas de aprendizaje u otro trastorno. Por ejemplo, los síntomas del TOC de un niño pueden distraerlo, lo que podría parecerse al TDAH, o hacer que se demore mucho en tareas y pruebas, lo que podría parecer un problema de aprendizaje. Un estallido emocional puede ser causado por otro estudiante que desencadena su TOC. Cuando los maestros comprendan cuáles son los desafíos particulares de un niño, y que no solo está siendo difícil, estarán en mejores condiciones para ayudarlo.

El médico de su hijo debe poder brindarle consejos específicos sobre la mejor manera de trabajar con la escuela, incluida la explicación de los desencadenantes del TOC de su hijo, establecer un plan sobre cómo el maestro puede ayudar a su hijo si siente que se presentan sus síntomas y minimizar cualquier problema o desafío de la conducta. Los médicos a veces van a la escuela para ayudar a capacitar a los maestros sobre cómo apoyar a un estudiante con TOC.

El médico de su hijo también puede sugerir estrategias para ayudarlo a enfocarse en el aprendizaje, como asientos preferenciales y salas privadas de evaluación para minimizar la distracción, o tiempo extendido en pruebas y ensayos escritos, y el uso de una computadora portátil para minimizar las consecuencias negativas del perfeccionismo.

  • Salud Mental y Tratamientos

Terapia online para el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo en niños y adolescentes

  • 12/05/2021
  • David Aparicio

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) tiene un fuerte impacto en la salud, ajuste y desarrollo de niños y adolescentes.

Se sabe que la terapia cognitiva conductual (TCC) es el tratamiento de primera linea para este diagnóstico, pero en la mayoría de los países el acceso a este tratamiento es muy limitado (hay pocos terapeutas entrenados, la mayoría atiende en consultorio privado o no hay terapeutas en zonas alejadas de la ciudad. Esto genera dos problemas: (1) los niños y sus familias no reciben tratamiento y el diagnóstico empeora afectando la salud, desarrollo, aprendizaje y ajuste del menor, o (2) reciben tratamientos sin evidencia que llevan a los padres a gastar los recursos que tengan y empeoran el cuadro de TOC.

Desde hace varios años los investigadores son conscientes de los problemas de acceso a la TCC y han buscado maneras de adaptarla, pero lo cierto es que el ritmo de las investigaciones era bastante lento. Sim embargo, con la cuarentena por COVID-19 todo cambió. El ritmo de investigaciones de las terapias en modo online se aceleró y el ejemplo más reciente sobre el TOC viene desde Suecia.

La investigación

Los investigadores del Centro de Investigación de Psiquiatría en el Karolinska Institutet llevó a cabo un estudio aleatorio controlado con 152 niños que tenían entre 8 y 17 años y que fueron evaluados con el Children’s Yale-Brown Obsessive-Compulsive Scale (CY-BOCS), una escala con 10 ítems clasificados de 0 (sin síntomas) a 4 (síntomas extremos) y que arroja un rango de puntuación total de 0 a 40 donde las puntuaciones más altas indican mayor gravedad.

Los participantes fueron divididos en dos grupos de forma aleatoria. El grupo de investigación (n=74) recibió la versión de TCC para TOC vía online durante 16 semanas. El grupo control (n=78) recibió la TCC tradicional, cara a cara, con la misma duración. Los investigadores también hicieron un seguimiento de 3 y seis meses para revisar los efectos del tratamiento.

Los resultados

Los hallazgos demuestran que la TCC online para TOC en niños es igual de efectiva que la versión tradicional, cara a cara:

  1. El 99% de los participantes se mantuvo durante todo el tratamiento. Lo que indica un excelente nivel de compromiso y adherencia al tratamiento. Este resultado es muy valioso porque los terapeutas suelen creer que los adolescentes y niños no se “engancharán” con la terapia online, pero no fue así.
  2. Ambas modalidades fueron efectivas para reducir los síntomas del TOC y la diferencia entre los puntajes fue mínima. La media fue de 11.57 puntos en la Children’s Yale-Brown Obsessive-Compulsive Scale, para los niños que hicieron TCC online y 10.54 para los que hicieron TCC presencial.

Conclusión

Hacer terapia infantojuvenil es difícil. Exige no solo conocer con precisión los principios teóricos, sino también la capacidad de amoldar los procedimientos para la comprensión y adaptación de niños y adolescentes. Tiene mucho sentido que al principio los terapeutas piensen y sientan que el formato online es un obstáculo para un buen tratamiento, pero las investigaciones han demostrado una y otra vez — en este caso en TOC con niños — que sí se puede hacer, con buenos resultados y permite llevar el tratamiento a las personas que más lo necesitan.

Referencia bibliográfica: Aspvall K, Andersson E, Melin K, et al. Effect of an Internet-Delivered Stepped-Care Program vs In-Person Cognitive Behavioral Therapy on Obsessive-Compulsive Disorder Symptoms in Children and Adolescents: A Randomized Clinical Trial. JAMA. 2021;325(18):1863–1873. doi:10.1001/jama.2021.3839

Fuente: EurekaAlert

  • Salud Mental y Tratamientos

Conceptualización y tratamiento del TOC con ideación sexual

  • 19/11/2020
  • CETECIC

Artículo escrito por Carmela Rivadeneira, Ariel Minici y José Dahab.

Los psicólogos que trabajamos en clínica desde la terapia cognitivo conductual sabemos perfectamente qué es un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y cómo tratarlo, ya que abunda bibliografía al respecto y, hoy por hoy, nadie desconoce las implicancias de esta patología. Sabemos también que tiene una alta incidencia en nuestros consultorios y que existen variados subtipos de TOC dependiendo de la forma que adoptan las obsesiones y compulsiones que presenta el paciente.

Desde la aparición del DSM 5, el TOC como entidad diagnóstica ya no pertenece al grupo de los trastornos de ansiedad, sino que conforma una categoría aparte. En esta entidad los contenidos específicos de las obsesiones y las compulsiones varían entre los individuos, pero ciertas dimensiones de los síntomas son comunes, como los síntomas de limpieza (las obsesiones de contaminación y compulsiones de limpieza), la simetría (obsesiones de simetría y repetición, compulsiones de contar y de orden), los pensamientos prohibidos (de agresión, sexuales, y obsesiones y compulsiones relacionadas con la religión) y los de daño (el temor a hacerse daño a uno mismo o a otros y compulsiones de comprobación relacionadas).

Cabe aclarar que en este artículo hablaremos de TOC homosexual y no de identidad sexual, del mismo modo que hablaremos de  TOC de pedofilia y no de pedofilia o pederastia. No se puede equiparar pensamientos intrusivos sexuales con ser homosexual y, desde ya, no es lo mismo padecer ideaciones involuntarias que ser pedófilo o pederasta. Esta diferenciación conceptual la desarrollaremos pormenorizadamente al abordar cada uno de estos subtipos de TOC.

Dentro de los TOC con pensamientos prohibidos sexuales se encuentran entonces estos dos subtipos:

  1. TOC de pedofilia
  2. TOC homosexual

A pesar de que estos subtipos pueden constituirse como motivos iniciales de consulta, la verdad es que suelen aparecer luego de una fase avanzada del tratamiento, ya que el paciente siente mucha vergüenza de contarlo y teme que el terapeuta lo juzgue negativamente como “perverso” o “degenerado”. Muy probablemente, muchas personas que padecen estos subtipos de TOC ni siquiera lleguen a la consulta, conviviendo con estas ideas y seguramente realizando acciones para neutralizarlas sin gran éxito. Es por esta razón que, si bien existen estimaciones acerca de la incidencia de estas patologías, se sospecha que los datos epidemiológicos infravaloran la realidad del fenómeno. Su frecuencia en el consultorio también se ve seguramente sesgada por los prejuicios tanto del paciente como de algunos terapeutas poco familiarizados con las mencionadas formas del cuadro.

En el presente artículo, efectuamos una conceptualización de los mencionados subtipos de TOC, enfatizando los rasgos distintivos de su diagnóstico diferencial, lo cual nos conducirá a las especificidades de su tratamiento. Ergo, el tratamiento de estos dos subtipos de TOC (de pedofilia y homosexual) muestra algunas diferencias importantes respecto de los otros subtipos; de hecho, existe el riesgo de cometer errores, algunos muy serios.


Tabla de contenido

  • ¿Qué es el TOC?
  • La pedofilia y el TOC de pedofilia
    • La pedofilia es una parafilia
    • ¿Cómo se presenta el TOC de pedofilia?
    • Tratamiento del TOC de pedofilia
  • La homosexualidad y el TOC homosexual
    • ¿Qué es y cómo se presenta el TOC homosexual?
    • Tratamiento del TOC homosexual
  • Conclusiones

¿Qué es el TOC?

Ante todo, hagamos una somera recapitulación de qué es y cómo funciona el trastorno obsesivo compulsivo. Es una patología que implica un desorden en el pensamiento, de hecho, se trata del elemento más afectado y disfuncional del cuadro. El paciente con TOC carece de un mecanismo inhibitorio cerebral a nivel de la corteza orbitofrontal, de la corteza cingulada anterior y del cuerpo estriado.

Este hallazgo biológico, fruto de la investigación de los últimos años, fue en parte lo que llevó a remover al TOC del capítulo de los trastornos de ansiedad ya que, por más que la ansiedad constituye una parte del síndrome, en su topografía y funcionalidad no se comporta como el resto de los cuadros de ansiedad. Es por esta razón que el paciente con TOC no elige pensar de la manera en que lo hace y que la psicoeducación, si bien colabora para entender el trastorno, jamás alcanzará para modificarlo. Grosso modo, el paciente con TOC evalúa, analiza y juzga sus propios pensamientos. En ocasiones también lo hace con las sensaciones y emociones. Al pensar algo como “si agarro un cuchillo puedo clavarlo a mi hijo”, sentirá terror y evitará estar cerca de los cuchillos. Ahora bien, aquí estamos en la típica descripción de obsesiones (la idea) y compulsiones (la acción).

A partir de la investigación de las últimas décadas, algunos autores como Paul Sakolvskis aportaron una valiosa idea respecto de los pensamientos automáticos que se disparan como consecuencia de las obsesiones: son pensamientos de juicios de valor, los cuales, en lugar de orientarse a un hecho externo, lo hacen hacia el propio contenido mental, no cualquier contenido mental, sino las propias obsesiones.

Se trata de meta-pensamientos, vale decir, pensamientos que se refieren a otros pensamientos. Hoy se trabaja más con la modificación de tales metacogniciones que con las mismas obsesiones. Ejemplos de estos pensamientos automáticos son: “¿Por qué pienso en clavarle un cuchillo a mi hijo? ¿Qué clase de padre puede pensar algo así? ¿Soy un asesino reprimido? ¿Será que en mi inconsciente tengo un deseo reprimido de matar a mi hijo? ¿Amaré a mi hijo?”. Justamente es frente a estas metacogniciones que resulta más probable el disparo del sufrimiento y la aversión en la persona y, desde allí, directo a generar la compulsión que mitigue esas sensaciones.

Para ser más claros, la obsesión no dispara la compulsión, sino que los metapensamientos causan un malestar intenso y desde allí la compulsión aparece como una acción que intenta neutralizar esa emocionalidad aversiva.

Esquematizamos a continuación este modelo del TOC.

Entendiendo así la dinámica del pensamiento del sujeto con TOC, pasemos entonces a observar los dos subtipos de TOC sexuales.

La pedofilia y el TOC de pedofilia

Para comenzar, establezcamos una discriminación entre pedofilia y TOC de pedofilia.

El DSM 5 posee un capítulo denominado “trastornos parafílicos”, el cual describe un conjunto de desórdenes cuyo denominador común radica en la presencia de: “interés sexual intenso y persistente distinto del interés sexual por la estimulación genital o las caricias preliminares dentro de relaciones humanas consentidas y con parejas físicamente maduras y fenotípicamente normales”. El capítulo incluye desórdenes como el voyerismo, sadismo, fetichismo y exhibicionismo, entre otros.

Aunque como todo criterio psicopatológico pueda ser cuestionado y deje algunos casos sin resolver, nos brinda una idea general de lo que pretende demarcar; esto es, placer sexual que se obtiene de forma poco convencional y/o con personas que debido a su edad o condición no pueden consentirlo, pero en todos los casos se refiere a un placer sexual efectivamente obtenido o fuertemente deseado. Así, las parafilias conllevan la obtención de placer sexual; esto es, se trata de un impulso que conduce a la aproximación hacia los objetos que lo satisfacen. La forma en que está formulado el criterio general permite incluir tanto la satisfacción onanista acompañada de fantasías como las prácticas reales con (o contra) otras personas aunque, claro está, en su forma severa las parafilias, las más problemáticas y patológicas, son aquellas en las cuales el sujeto no puede refrenarse de consumar tales prácticas, exponiéndose así al repudio de su cultura y, la mayoría de las veces, a la condena por un acto criminal.

La pedofilia es una parafilia

Consiste en la excitación o el placer sexual que obtiene una persona adulta o un adolescente mayor al llevar a cabo actividades o al tener fantasías sexuales con niños menores de 13 años. Más allá del criterio formal, psicológicamente hablando, la pedofilia es un constructo multifactorial en la personalidad del que la padece, y se compone de aspectos mentales, de educación sexual, de violencia, de control de los impulsos, etc. En este sentido, se suelen distinguir dos tipos de pedofilia: una primaria o esencial, muy arraigada en el sujeto, y otra secundaria, que aparecería motivada por factores circunstanciales.

Las conductas pedófilas son muy heterogéneas: desde casos casi imperceptibles hasta aquellos en que alcanzan niveles que entran dentro de lo criminal. A la actividad sexual de un pedófilo con un menor de 13 años se la conoce con el nombre de abuso sexual infantil o pederastia. Sin entrar en detalles de esta categoría diagnóstica, no todos los pedófilos son abusadores, ya que muchos simplemente no pasan de tener fantasías sexuales con niños y de esta manera sienten placer. El pederasta, en cambio, necesita tener acciones sexuales con un menor y de esa manera alcanza el placer, cometiendo un acto delictivo.

¿Cómo se presenta el TOC de pedofilia?

En la mayoría de los casos, aparece en varones, adultos, que tienen y han tenido históricamente relaciones sexuales con otros adultos, y sus fantasías sexuales también se refieren a adultos. Así, gozan masturbándose mientras imaginan o miran pornografía de personas adultas. Pero estas personas temen que les gusten los niños, temen que al estar cerca de niños puedan cometer algún acto de abuso o agresión de tipo sexual, temen que en algún momento se les desarrolle un deseo irrefrenable por mantener relaciones sexuales con niños y, de ese modo, se conviertan en abusadores infantiles. Pero quien padece TOC de pedofilia no tiene ni tuvo relaciones sexuales con niños, ni fantasea o mira pornografía relacionada con menores; lo que sí tiene es terror de que tal cosa suceda, debido a lo cual lleva a cabo conductas de evitación y compulsiones. Por eso, padece TOC. Describamos entonces el problema en el lenguaje propio del cuadro.

Al paciente se le presenta la obsesión/pensamiento intrusivo de poder agredir sexualmente a un niño, lo cual le gatilla pensamientos automáticos/metacogniciones acerca de ser un abusador o pedófilo, ello conduce a un malestar emocional intenso que deriva en intentos de neutralización, vale decir, compulsiones y conductas de evitación. Así, en general, evita permanecer en lugares donde hay niños, como plazas, cercanías de escuelas, reuniones familiares donde hay menores.

Puesto esquemáticamente:

Al efectuar el diagnóstico diferencial, el TOC de pedofilia resulta frecuentemente confundido con la pedofilia, tal vez porque ambos tienen su alcance en la fantasía. No obstante, hay un elemento diferente y crucial al momento de compararlos: el placer. El pedófilo siente placer mirando fotos, fantaseando, imaginando acciones sexuales con niños, mientras que el sujeto con TOC siente asco, repulsión o sensaciones aversivas cuando aparecen en su mente imágenes de acciones sexuales con niños. Si logramos hacer esta mínima distinción, ya iremos entendiendo que no son cuadros ni siquiera parecidos y que, por lo tanto, la manera de abordarlos también será completamente diferente.

Tratamiento del TOC de pedofilia

Como estamos hablando de un subtipo de TOC, la técnica de primera elección en este trastorno es la exposición y prevención de la respuesta (EPR). Si bien el procedimiento ha mostrado alta efectividad, puede suceder que el terapeuta no sepa hacer un buen análisis funcional del caso y termine interviniendo con un protocolo de exposición inadecuado,  e incluso iatrogénico con algunos pacientes.

Aquí volvemos a recordar algunos axiomas respecto de a qué se expone al paciente cuando se hace exposición. Como hemos discutido en otro artículo, en ocasiones se expone a lo que el paciente teme, al objeto fobígeno o, puesto en lenguaje conductual, a los estímulos condicionados de ansiedad. No obstante, muy frecuentemente, lo más operativo y funcional es exponer a lo que el paciente evita o, en lenguaje conductual, a los estímulos discriminativos de las conductas de evitación y escape que se mantienen por reforzamiento negativo. Vale decir, lo que el paciente teme no siempre es lo que evita. Lo que teme y lo que evita pueden ser lo mismo o pueden ser algo diferente, pero siempre se encuentran funcionalmente relacionados. La elección del conjunto de estímulos hacia los cuales habremos de dirigir la exposición se guía más por lo que se evita que por lo que teme. En el caso del TOC este axioma adquiere especial importancia.

Ahora bien, ¿qué teme el paciente con TOC de pedofilia? En general, tiene miedo de hacerle algo sexual a un niño: tocarlo, abusarlo, verlo desnudo, violarlo. Por ende, al exponer al paciente a su temor, ¿deberíamos conducirlo, por ejemplo, a que toque niños desnudos? ¡Obviamente que no! Algunos terapeutas inexpertos podrían pensar en exponerlo a imágenes de niños desnudos, o peor aún, a películas de pedofilia, donde se abusa sexualmente de un niño, de modo tal que aprenda a tolerar dichas imágenes… ¿Sería correcto hacerlo? Tampoco, nada más lejos que esto.

En estos casos, habremos de ser muy cautelosos ante todo, entender bien la patología, sus implicancias y las de nuestra intervención. Así, conducir la exposición de manera adecuada requiere un análisis funcional preciso y acorde a lo que el paciente hace y no a la descripción neta de lo que teme, ya que en muchas ocasiones lo que teme es universalmente aceptado; en efecto, en lo que hace a la sexualidad infantil, todos tenemos miedo de lo mismo, en menor o mayor escala. Toda persona que se precie de ubicarse dentro de la salud mental y que no padezca de pedofilia sentiría aversión de ver fotos, películas o cualquier material donde se abusa de menores. En este sentido, nuestro paciente con TOC no difiere para nada de la norma, por el contrario, está muy apegado a ella y por eso sufre al juzgar su pensamiento como algo perverso y que puede llevarlo a una acción severamente antiética y contracultural. Resulta imposible efectuar conductas que dan asco y repulsión, al menos voluntariamente. En virtud de esto, a la hora de planificar la exposición, precisamos más enfocarnos en lo que evita el paciente y no tanto en lo que teme.

Los pacientes con TOC de pedofilia esencialmente evitan a los niños, por ende, no van o ni se acercan a plazas, escuelas o reuniones en las cuales haya niños; si por algún motivo se ven imposibilitados de escapar, entonces procuran mantener distancia de los niños o no permanecer con ellos a solas. De acuerdo con lo expuesto, los estímulos seleccionados para la exposición incluirán entonces los espacios donde haya niños. Así, por ejemplo, en una efectiva exposición en vivo, instruimos al paciente para que permanezca sentado en una plaza, sabiendo y observando que hay niños alrededor, aun cuando se le crucen ideas pedófilas sabemos que no hará ninguna de las acciones temidas (atacar sexualmente a un niño). Dicho simple y llano, la exposición será a contextos con niños, contacto con niños; hablarles, preguntarles algo, permanecer y jugar con niños de su familia, tan solo sentados simplemente en el mismo lugar.

Caso clínico de tratamiento del TOC de pedofilia

Traemos a colación un caso de un papá primerizo, quien comenzó con este tipo de ideas al poco tiempo de nacer su hijo, motivo por el cual se negaba a cambiar los pañales de su hijo, bañarlo o simplemente alzarlo por el temor de llevar a la acción las ideas pedófilas que lo atormentaban. La terapia de exposición consistió en que paulatinamente se aproximara a su hijo en situaciones supuestamente cada vez más peligrosas para él; así empezó alzándolo, luego cambiándole el pañal y finalmente bañándolo. Esto se lleva adelante más allá de que las ideas intrusivas pedófilas aparezcan en la consciencia, y tal vez justamente con esos pensamientos mucho mejor, pues la terapia de exposición se orienta a combatir la creencia de que “por tener esas ideas, soy un pedófilo y voy a abusar”. El paciente comprueba que los pensamientos intrusivos pedófilos son eso, únicamente pensamientos, los cuales pueden incluso persistir pero que no conducen a actos. A diferencia de lo que sucede con la evitación, que les otorga centralidad y saliencia, las ideas intrusivas van progresivamente perdiendo valencia con el paso del tiempo a medida que progresa la exposición.

La homosexualidad y el TOC homosexual

De manera análoga, efectuemos una distinción entre la homosexualidad y el TOC homosexual. Afortunadamente, ya no tenemos criterios para la homosexualidad en el DSM 5 ni en ningún otro manual diagnóstico que se pretenda científico, dado que, desde hace unas cuantas décadas, no se la considera una patología.

Dicho de manera simple, ser homosexual implica la experiencia de excitación y placer sexual con personas del propio sexo. Tal experiencia puede adoptar la forma de prácticas sexuales con otros seres humanos pero también incluye a la fantasía y a la visualización de imágenes, algo hoy muy común dada la proliferación de la pornografía a través de internet.

Por supuesto, la definición anterior admite muchas discusiones y está lejos de ser una que resuelva el problema de cómo categorizar a la homosexualidad. En realidad, lo que resulta muy difícil es formular una clasificación que logre captar la diversidad y flexibilidad de la sexualidad humana. De todos modos, este no es el tema de nuestro artículo y, a los efectos de lo que acá precisamos, basta el concepto de homosexualidad presentado arriba. De ella se deriva fácilmente que la persona homosexual disfruta, experimenta placer en el intercambio erótico con otra persona de su propio sexo; vale decir, la homosexualidad se halla predominantemente definida por una búsqueda de placer sexual. Otra vez, nos encontramos frente a un impulso, una tendencia a la acción que nos aproxima al objeto que lo satisface.

¿Qué es y cómo se presenta el TOC homosexual?

En primer lugar, nos encontramos frente a una persona heterosexual, que frecuentemente tiene y/o ha tenido históricamente parejas heterosexuales; asimismo, el contenido típico de sus fantasías eróticas se refiere a personas del sexo opuesto. Segundo, el individuo experimenta desagrado ante la idea de contacto sexual con una persona de su propio sexo; si alguna vez ha intentado relacionarse sexualmente con una pareja homosexual, ha sido con el objetivo de “probarse”, lo cual resultó en una experiencia subjetiva desagradable. Tercero, la persona teme ser homosexual, más precisamente, se le entrometen en su consciencia pensamientos acerca de la posibilidad de ser homosexual, lo cual le genera mucho malestar y por lo tanto se esfuerza por evitarlos. En otras palabras, y en el lenguaje descriptivo del TOC, la persona tiene obsesiones y/o pensamientos intrusivos signados por el contenido de sentirse atraído por personas de su propio sexo, lo cual la conduce al pensamiento automático “¿y si soy homosexual?” y ello genera el malestar emocional que conduce a los intentos de neutralización, es decir, compulsiones de verificación de su propia orientación sexual o conductas de evitación.

Esquemáticamente:

Vamos con una aclaración necesaria en esta discusión. No debería tildarse de homofóbica a la persona que experimenta una reacción aversiva ante la idea de mantener relaciones sexuales con alguien de su propio sexo, tampoco a quien sienta desagrado ante imágenes de personas homosexuales de su propio sexo manteniendo contacto sexual, como le sucede típicamente a los varones heterosexuales ante la visualización de videos pornográficos gays. Este tipo de respuesta aversiva emocional se produce de manera involuntaria, ante algo que simplemente no gusta. La homofobia, contrariamente, consiste en adoptar una discriminación injusta hacia personas homosexuales en áreas variadas de la sociedad, desde las laborales hasta las amistosas casuales. Ser homofóbico tampoco tiene que ver con la propia orientación sexual; en otras palabras, se puede por ejemplo, ser gay y homofóbico al mismo tiempo, algo bastante más común de lo que a simple vista parecería.

Afortunadamente, nuestro mundo ha claramente evolucionado en la dirección de la aceptación hacia las minorías; un avance humanístico grandioso cuyas consecuencias favorables tan solo se empiezan a vislumbrar. Así como hace tan solo 40 años se consideraba una enfermedad mental a la homosexualidad, hoy el criterio de desadaptación apunta más a quienes no aceptan que otras personas experimentan el placer sexual de forma diversa. Sin embargo, ello no debe confundirnos respecto de lo que los seres humanos vivenciamos de acuerdo a nuestra identidad subjetiva: una reacción desagradable ante la idea de mantener relaciones sexuales con alguien que no constituye el objeto de nuestro deseo. Un varón heterosexual siente rechazo ante la idea de tener sexo con otro hombre, de modo similar a como un varón homosexual siente rechazo ante la idea de mantener relaciones sexuales con una mujer. Esto no es homofobia sino una reacción normal ante algo que nos desagrada.

El TOC homosexual también debe distinguirse de diagnóstico de “homofobia internalizada”, comúnmente efectuado en personas pertenecientes a la comunidad LGTB. Algunos individuos de este grupo no se sienten a gusto con su orientación sexual, tanto por lo que de suyo representa pero más comúnmente porque conlleva el desvanecimiento de algunas fantasías culturalmente validadas, como un matrimonio tradicional o la formación de la “familia tipo”. El conflicto puede conducir a niveles de angustia y depresión importantes y ha de ser resuelto en el terreno de la aceptación y reformulación creativa del propio plan de vida. Pero no se trata en ningún caso de la problemática discutida en el presente artículo acerca del TOC homosexual, pues la persona no se obsesiona con ser homosexual, sino que efectivamente lo es y no lo acepta.

Retomemos ahora el eje principal de discusión del presente trabajo. A la hora de efectuar un diagnóstico diferencial entre un TOC homosexual y una persona que elige tener sexo con otra persona de su mismo sexo, habremos de observar un factor emocional distintivo crítico: el placer. Nuevamente, este será un elemento a tener en cuenta a la hora de evaluar a nuestro paciente. La persona homosexual fantasea, piensa y goza con otra persona de su mismo sexo y es el placer y su búsqueda el motor principal de su accionar. Por el contrario, el sujeto con TOC homosexual suele ser un sujeto heterosexual que tiene temor, asco, terror o alguna emoción aversiva respecto a la idea de poder estar con alguien de su mismo sexo. Es justamente lo opuesto a lo que siente un homosexual, que no tiene ni asco ni dudas de lo que desea para su satisfacción sexual.

No está de más mencionar que en las terapias de orientación psicoanalítica resulta muy frecuente la interpretación de las obsesiones de pedofilia y/o las de homosexualidad, como señales inconscientes de un deseo que puja por ser cumplido. En un castellano simple y llano, el psicoanalista suele afirmar a sus pacientes con TOC homosexual frases tales como: “tus pensamientos pueden mostrar algo del orden de tu homosexualidad reprimida”; o al paciente con TOC de pedofilia: “¿señala esto acaso algo del deseo de dañar a un niño?”. Resulta sumamente inadecuado pensar que un sujeto que muestra sensaciones aversivas ante la idea de mantener relaciones homosexuales, es en realidad homosexual pero lo niega; así como que el sujeto que teme violar niños, en realidad desea violarlos pero lo niega. Aunque parezca mentira, existen aún algunas terapias que aportan este tipo de interpretaciones, enfoques psicodinámicos que hablan de un deseo inconsciente, aun cuando la investigación científica cada vez más se ha alejado de esta clase de explicaciones complicadas y sin ningún apoyo empírico. Muy lastimosamente, al ser estas “explicaciones” (que no son tales, sino conjeturas) ofrecidas por un profesional de la salud mental, no sólo no generan ningún cambio favorable sino que, contrariamente, más bien logran que el paciente empeore o abandone el tratamiento más confundido que antes.

Tratamiento del TOC homosexual

De acuerdo con lo desarrollado, será más fácil entender el abordaje de este subtipo de TOC pues comparte con el anterior muchas similitudes. Al igual que el otro TOC, aquí también aplicaremos el principio de exponer al paciente a lo que evita y no a lo que teme. El paciente con TOC homosexual teme esencialmente ser homosexual y terminar teniendo sexo con alguien de su mismo sexo.

Volvemos a hacer la pregunta anterior: ¿será correcto exponer al paciente a que mantenga relaciones sexuales con alguien de su propio sexo? Pues no, nada de esto; otra vez, pensemos tan sólo con sentido común. Exponer al paciente a una situación como la mencionada conlleva un grado muy intenso de compromiso con un resultado previsible, esto es, experimentaría intenso desagrado, ya que quien sufre TOC homosexual no presenta dudas acerca de qué le atrae sexualmente sino que duda de lo que piensa y siente.

Como dijimos anteriormente, el sesgo del TOC está puesto en el pensamiento y en sus sensaciones (juzga a las mismas y saca conclusiones erróneas). En verdad, si a una persona heterosexual se la expone a mantener relaciones sexuales con alguien de su propio sexo, seguramente no se sentirá para nada bien, más bien le resultará muy aversivo. Pensemos que nuestro paciente TOC es heterosexual con temor a ser homosexual. Volvemos a la pregunta entonces: ¿qué es lo que evita este paciente? Bien, muchas cosas, y de acuerdo con la configuración ideográfica se va a planificar la exposición.

Así, por ejemplo, el estar con un amigo de su mismo sexo a solas, desnudarse en el vestuario de pileta, estar en traje de baño con otros amigos de su mismo sexo o tomar un café con alguien de su mismo sexo y charlar (ahí a veces aparecen pensamientos de tipo fobia social, respecto a que la gente lo puede juzgar de homosexual si está tomando un café con alguien de su mismo sexo). En ocasiones, también se evitan estímulos propios de los ambientes LGBT, como permanecer cerca de alguien homosexual o mirar una película de temática gay. Justamente las situaciones evitadas serán los estímulos críticos de la terapia de exposición, por ende, tendrá que permanecer en la pileta, ducharse y cambiarse en un vestuario donde haya otras personas de su sexo. Al igual que en el anterior subtipo de TOC, estos comportamientos los llevará a cabo independientemente de que se le presenten pensamientos intrusivos de homosexualidad.

Eventualmente, le enseñaremos a discutir sus pensamientos automáticos que juzgan a su idea obsesiva, a fin de que comprenda que el juzgar sus ideas es el problema, no tanto las cogniciones intrusivas sobre la homosexualidad. Como siempre, la exposición se conduce gradualmente, con psicoeducación mediante. En los casos de TOC homosexual, sí pueden y suelen incluirse en la jerarquía de exposición estímulos como buscar proximidad con personas homosexuales o incluso mirar material gay, que no lo llevará a convertirse en uno. Así, por ejemplo, se le puede proponer al paciente que mire un video o fotografías de personas de su mismo sexo desnudas o que concurra a un bar de reunión de la comunidad LGBT. Si bien no suelen estas situaciones evitadas ser las que más preocupan al paciente, se lleva adelante esta clase de exposición como modo de potenciar el proceso de extinción a través de la variación de los contextos.

En el tratamiento en ambos casos, de TOC de pedofilia y de TOC homosexual, el paciente se considera “curado” cuando logra una vida normal y funcional de acuerdo con sus objetivos, realizando acciones que antes evitaba. En el caso de que algunas ideas persistan como sintomatología residual, el objetivo es que simplemente las contemple como ideas, ideas que no son peligrosas en sí mismas ni esconden nada perverso inconsciente.

Conclusiones

Conducir el tratamiento de pacientes con TOC implica un conocimiento minucioso tanto de la psicopatología del cuadro como de las técnicas a aplicar; tal vez en los casos de TOC homosexual y de pedofilia se requiera de algo más: sentido común, conocimiento de los hábitos y de las leyes de nuestra cultura. Los pensamientos indeseados que experimentan los sujetos con TOC aparecen en la población general; la diferencia radica en la manera en que los sujetos con TOC juzgan sus cogniciones con esquemas exagerados de responsabilidad y moral. Así, paradójicamente, una gran valoración de la infancia puede ser justamente el factor determinante en la eclosión del TOC de pedofilia.

La prepotencia del pensamiento basada en esquemas exagerados de moralidad facilita que los individuos con TOC se juzguen a sí mismos de modos categóricos, en términos absolutos de bien y mal, con poca observación de las evidencias reales y más autofocalizados en sus propios pensamientos. Así es que resultan ser personas muy complejas a la hora de juzgarse a sí mismas; inmersos en su propio teatro mental de pensamientos y desbordados por la angustia, terminan utilizando a la evitación como patrón de afrontamiento predominante; no obstante ello, apenas representa un alivio temporario. De ahí que la exposición sea la técnica más efectiva. Enfaticemos en que se lo expone entonces a un contexto, a una situación real evitada y no a sus pensamientos ni a sus temores.

Ahora bien, nuevamente, ¿qué es lo que queremos lograr con la exposición? No pretendemos que el paciente con TOC de pedofilia disfrute de la pornografía infantil, ni que el que padece TOC homosexual mantenga relaciones con alguien de su propio sexo. Por el contrario, buscamos que el primero pueda permanecer con niños de forma normal y natural, y que el segundo lleve una vida social adecuada sin rehuir de los contextos donde hay personas de su propio sexo. El error de muchos terapeutas radica en creer que lo que el paciente teme sea un deseo inconsciente que puja por surgir y, por ende, la persona quiere satisfacer. Será necesario revisar los propios axiomas y la teoría a la hora de hacer clínica.

Finalmente, en el terreno del TOC de pedofilia habremos de observar también las pautas culturales y legales. En la República Argentina, así como en muchos otros países, la ley prohíbe cualquier forma de tenencia, descarga y distribución de material pornográfico infantil, en cualquier formato. Así que si un terapeuta pretende buscar este tipo de contenidos para llevar adelante una exposición con su paciente, no solo comete un grave error técnico sino que también se expone a un problema legal serio.

Evitemos entonces problemas legales y simplemente hagamos las cosas bien, basándonos en las evidencias de tratamientos eficaces y, por supuesto, con sentido común. Nuestros pacientes nos lo van a agradecer.

  • Salud Mental y Tratamientos

(PDF) Guía clínica para psiquiatras: Trastorno obsesivo compulsivo en niños y adolescentes

  • 10/11/2020
  • David Aparicio

La presente guía clínica esta dirigida a psiquiatras, paidopsiquiatras, psicólogos, personal de enfermería y trabajo social que atienden a los niños y adolescentes con trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Su objetivo general es la elaboración de recomendaciones para el diagnostico y tratamiento de estos pacientes, apoyando al profesional en la toma de decisiones. En forma especifica se espera:

  • Agilizar el proceso diagnostico e inicio de tratamiento.
  • Establecer algoritmos de tratamiento costo-efectivos para los pacientes-
  • Desarrollar modelos de atención multidisciplinaria que describan la participación de los profesionales incluidos en cada uno de los niveles de atención.
  • Prevenir los efectos deletéreos del TOC en el desarrollo y funcionamiento global de los pacientes a través de la implementación de sistemas para su diagnostico y tratamiento oportuno.

La información incluida en esta guía fue seleccionada siguiendo los lineamientos de la medicina basada en la evidencia, considerando en primer lugar los resultados de estudios clínicos aleatorios, controlados y la información del meta-análisis.  También se tomaron en cuenta las opiniones y necesidades de los pacientes y sus padres respecto a la atención que reciben.

Descarga la guía completa en formato PDF.

Autores: Rosa Elena Ulloa Flores, José Manuel Avila Avilés, Fiacro Jiménez Ponce, Pablo Andrade Montemayor, Inés Nogales Imaca, Tizbé Sauer Vera y Astrid de Yta Martínez.

  • Salud Mental y Tratamientos

¿ Ahora todos tenemos TOC y somos adictos a la tecnología?

  • 18/06/2020
  • Equipo de Redacción

Una de las características del trastorno obsesivo compulsivo son los temores de contaminación y el lavado excesivo de manos. Hace años, un paciente con TOC grave vino a mi oficina con guantes y una máscara y se negó a sentarse en cualquiera de las sillas «contaminadas». Ahora, estos mismos comportamientos son aceptados e incluso alentados a mantener a todos saludables.

Esta nueva normalidad ante una pandemia mortal ha permeado nuestra cultura y continuará influyéndola. Muchas tiendas ahora publican reglas prominentes que exigen el uso de máscaras faciales y desinfectantes para manos, y limitan el número de clientes permitidos en el interior al mismo tiempo. Caminantes y corredores cruzan cortésmente la calle para evitar la proximidad entre ellos.

Hace solo unos meses, este tipo de comportamiento habría sido considerado excesivo, irracional, incluso patológico, y ciertamente no saludable.

Entonces, ¿dónde trazan los psicólogos y psiquiatras la línea divisoria entre la vigilancia para evitar infectarse con el coronavirus y el trastorno obsesivo compulsivo que puede ser dañino?

¿Adaptación o adicción a internet?

Desde el comienzo de la pandemia, se ha vuelto más difícil evaluar comportamientos que alguna vez se consideraron excesivos. Muchos comportamientos que antes se consideraban patológicos ahora se consideran esenciales para proteger la salud humana y son aplaudidos como adaptativos e ingeniosos.

Antes de COVID-19, las preocupaciones sobre el uso compulsivo de internet o la adicción a internet, caracterizadas por el uso excesivo y la dependencia excesiva de los dispositivos digitales, estaban creciendo.

Sin embargo, durante la pandemia, la sociedad ha adaptado rápidamente las oportunidades en línea. Siempre que sea posible, las personas trabajan desde casa, asisten a la escuela en línea y socializan a través de clubes de libros en línea. Incluso ciertas necesidades de atención médica se satisfacen cada vez más de forma remota a través de la telesalud y la telemedicina.

Durante la noche, las conexiones digitales se han convertido en algo común, y muchos de nosotros nos sentimos afortunados de tener este acceso. Al igual que los temores de contaminación, algunos comportamientos digitales que alguna vez fueron cuestionados se han convertido en comportamientos adaptativos que nos mantienen saludables, pero no todos.

¿Soy obsesivo-compulsivo o detallista?

Si bien los comportamientos en la era COVID-19 pueden parecer un TOC clínico, existen distinciones clave entre los comportamientos protectores ante un peligro claro y presente como una pandemia y un diagnóstico clínico de TOC.

Los pensamientos, las ideas y los comportamientos rituales y repetitivos que se observan en el TOC clínico requieren mucho tiempo para las personas que los tratan, e interfieren significativamente con varias áreas importantes de la vida de la persona, incluidas las interacciones laborales, escolares y sociales.

Algunas personas tienen rasgos obsesivo-compulsivos que son menos severos. Estos rasgos a menudo se observan en personas de alto rendimiento y no son clínicamente debilitantes. Tales comportamientos de “enfocados en los detalles” se reconocen en casi el 20% de la población. Un chef talentoso que está muy atento a los detalles puede ser denominado «obsesivo-compulsivo». Lo mismo puede hacer un ingeniero orientado a los detalles que construya un puente o un contador que haga impuestos al examinar los archivos desde muchos ángulos diferentes.

La diferencia crítica es que los pensamientos, ideas y comportamientos persistentes, repetitivos y rituales que se ven en aquellos que padecen TOC clínico a menudo se apoderan de la vida de la persona.

Cuando la mayoría de nosotros revisamos la puerta una o dos veces para asegurarnos de que esté cerrada o nos lavemos las manos o usemos desinfectante después de ir al supermercado o usar el baño, nuestros cerebros nos envían la señal de “es seguro” y nos dicen que es seguro para pasar a otras cosas.

Una persona con TOC nunca recibe la señal de “es seguro”. No es raro que una persona con TOC pase varias horas al día lavándose las manos hasta el punto de que su piel se agrieta y sangra. Algunas personas con TOC tienen rituales de control que les impiden salir de su hogar.

Los desencadenantes del TOC se han vuelto más difíciles de evitar

Los mismos principios que se aplican a los comportamientos compulsivos de lavado de manos también se aplican al uso compulsivo de Internet y dispositivos electrónicos. El uso excesivo puede interferir con el trabajo y la escuela y dañar el funcionamiento psicológico y social. Además de los problemas sociales y familiares, esos comportamientos pueden provocar problemas médicos, como dolor de espalda y cuello, obesidad y fatiga visual.

La Asociación Americana de Pediatría recomienda que los adolescentes no pasen más de dos horas por día usando Internet o dispositivos electrónicos. Algunos adolescentes con adicción a Internet pasan de 80 a 100 horas por semana en Internet, negándose a hacer cualquier otra cosa, incluyendo su trabajo escolar, actividades externas e interactuando con sus familias. El mundo digital se convierte en un agujero negro que es cada vez más difícil para ellos escapar.

Para aquellos que luchan con el uso compulsivo de Internet y las redes sociales, la nueva y creciente demanda de usar plataformas digitales para el trabajo, la escuela, las compras de comestibles y las actividades extracurriculares puede abrir aún más el agujero negro.

Las personas con miedo a la contaminación pre-pandémica, o que anteriormente no podían regular su uso de la tecnología, encuentran situaciones desencadenantes que antes eran evitables y ahora se han vuelto aún más ubicuas.

Mantener la respuesta a la amenaza bajo control

A medida que evolucionan las nuevas normas de comportamiento debido a las condiciones sociales cambiantes, también puede evolucionar la forma en que se identifican y describen ciertos comportamientos. Las expresiones como ser «tan TOC» o «adicto a Internet» pueden tener diferentes significados a medida que el lavado frecuente de manos y la comunicación en línea se vuelven comunes.

Para aquellos de nosotros que nos adaptamos a nuestra nueva normalidad, es importante reconocer que es saludable seguir nuevas pautas para el distanciamiento social, lavarse las manos y usar máscaras, y que está bien pasar más tiempo en Internet u otras redes sociales con Los nuevos límites en las interacciones personales. Sin embargo, si el uso de Internet o el lavado de manos se vuelve incontrolable o «compulsivo», o si los pensamientos intrusivos «obsesivos» sobre la limpieza y la infección se vuelven problemáticos, es hora de buscar ayuda de un profesional de la salud mental.

Autor: David Rosenberg, profesor de psiquiatría y neurociencias en Wayne State University

Artículo publicado en The Conversation y cedido para su republicación en Psyciencia.com

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Es posible manejar los pensamientos intrusivos negativos?

  • 14/09/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Los pensamientos intrusivos son ideas o imágenes no deseados, involuntarios, que llegan de manera espontánea a la mente pueden ser agradables (inocuos) o desagradables (atemorizantes, obsesivos o inquietantes). A nivel clínico, son considerados síntomas del trastorno por estrés postraumático (TEPT), trastorno bipolar, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), trastorno de ansiedad y ansiedad generalizada (TAG), depresión posparto, culpa excesiva, depresión, entre otros. De hecho, algunos de estos problemas de salud mental pueden desencadenarse por pensamientos intrusivos negativos. Este pensamiento o idea puede volverse una obsesión, ser angustiante o molesto, y puede sentirse difícil de manejar o eliminar. Quienes los experimentan temen que puedan cometer los actos que imaginan en su mente. También temen que estos pensamientos signifiquen algo terrible sobre ellos. Los pensamientos intrusivos no deseados pueden ser muy explícitos, y muchas personas se sienten avergonzadas y preocupadas por ellos, y por lo tanto los mantienen en secreto (Winston & Seif, 2017). Investigadores han encontrado que todas las personas podríamos haber experimentado pensamientos indeseados persistentes.

La forma en que lidiemos con intrusos mentales angustiantes determinará su control sobre nosotros. Muchos estudios han demostrado que, para lidiar con esta cuestión, la supresión de pensamientos no funciona. Sin embargo, se han planteados varios métodos enfocados a ayudar en la lucha contra pensamientos persistentes e indeseados.

Modo predeterminado del cerebro: Pensamiento Espontáneo

Los neurocientíficos afirman que más del 50% de nuestro pensamiento es espontáneo e independiente del estímulo: la mente errante, soñar despierto, pensamientos intrusivos y similares (Christoff, K. 2012). Las regiones cerebrales responsables del pensamiento espontáneo, llamadas red de modo predeterminado del cerebro, son bien conocidas por estudios de neuroimagen.

No podemos evitar tener pensamientos espontáneos. No podemos dirigir nuestro cerebro a pensar solo en cosas en las que queremos pensar. Nuestros cerebros siempre están generando pensamientos espontáneos. Éstos son útiles: nos ayudan a adaptarnos a nuestro entorno, y son importantes para la creatividad y la resolución de problemas. El pensamiento espontáneo también se ha relacionado con la salud mental positiva, o lo que se ha llamado “floreciente”. Y es probable que algunas personas tengan una tasa de pensamiento espontáneo mucho más alta que otras. Entonces, si tenés una mente salvaje e imaginativa, podés considerarla un don del cual sacar provecho.

El lado oscuro de los pensamientos intrusivos

No todo pensamiento espontáneo será positivo, útil o simplemente mundano. A veces pueden ser muy negativos, perturbadores, extraños o inquietantes. Ciertos tipos de intrusiones no deseadas son especialmente angustiantes: pensamientos sobre causar daño a usted u otros, haciendo algo moralmente repugnante; cometer un delito, o recordar un error o vergüenza del pasado, una experiencia de vergüenza o humillación, una amenaza a su seguridad personal, una pérdida personal o un trauma, etc. Prácticamente cualquier experiencia negativa o amenaza imaginada podría convertirse en un pensamiento intrusivo negativo.

Muchas cosas influyen en el pensamiento intrusivo. Es más probable que tengas intrusiones mentales negativas si estás bajo mucho estrés; deprimido, ansioso, enojado o si te sentís culpable, si sos una persona emocional con fluctuaciones en cómo te sentís, si sos propenso a pensar demasiado, si enfrentás pérdidas o amenazas significativas en tu vida, o si has experimentado un trauma, estás cansado o privado del sueño.

Qué hacer con las intrusiones negativas

Además del tratamiento psicológico requerido, podés considerar dos pasos para desarrollar una actitud diferente hacia las intrusiones negativas.

  1. Aceptá que el pensamiento intrusivo, ya sea positivo o negativo, es una forma normal y natural de pensar. No podés evitar tener pensamientos intrusivos. Así funcionan nuestros cerebros.

  2. Si tenés pensamientos intrusivos angustiantes frecuentes y persistentes, considerá si alguno de los factores enumerados anteriormente puede estar aumentándolos. Si algunos de estos factores son relevantes, podrás hacer los cambios necesarios en tu estilo de vida y/o buscar ayuda profesional.

Aprender una mejor manera de lidiar con la mente es una parte importante de la recuperación de la angustia emocional.

Referencias:

Christoff, K. (2012). “Undirected Thought: Neural Determinants and Correlates”. Brain Research 1428: 51-59. https://doi.org/10.1016/j.brainres.2011.09.060

Winston, S. M., & Seif, M. N. (2017). Overcoming Unwanted Intrusive Thoughts: A CBT-Based Guide to Getting Over Frightening, Obsessive, or Disturbing Thoughts. Recuperado de https://play.google.com/store/books/details?id=gu4hDgAAQBAJ

Fuente: Psychology Today

  • Salud Mental y Tratamientos

Terapia de Desequilibrio de Respuesta: nueva herramienta para un tratamiento rápido del Trastorno Obsesivo Compulsivo

  • 29/08/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Con una amplia variedad de síntomas, el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es uno de los trastornos de ansiedad más difíciles de tratar. Se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones. Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos persistentes y recurrentes que se experimentan como intrusivos y no queridos. Las compulsiones son conductas o actos mentales repetitivos que un individuo se siente llevado a realizar en respuesta a una obsesión o de acuerdo a reglas que deben ser aplicadas rígidamente (Dsm-V-Tr, 2013). En este artículo encontrarás 15 indicadores importantes de TOC.

Hace algunos meses comentamos sobre un tratamiento de 4 días para el TOC cuya brevedad llamó la atención del mundo científico pues el trastorno en cuestión es muy debilitante y a menudo la reducción de síntomas toma varios meses.

Hoy les presentamos un nuevo tratamiento para el TOC que ofrece la posibilidad de que los síntomas se reduzcan o eliminen en ocho o menos sesiones semanales que duran aproximadamente 15 minutos cada una. (McFall, Allison, Viken, & Timberlake, 2019)

Terapia de Desequilibrio de Respuesta (RDx)

Los hallazgos preliminares del estudio de casos que involucró a 19 participantes con TOC sugieren que el nuevo tratamiento, llamado Terapia de Desequilibrio de Respuesta (RDx), puede ser una alternativa prometedora a los tratamientos tradicionales de TOC, produciendo resultados similares de manera más eficiente y con menos estrés para el paciente y el terapeuta.

A diferencia de algunos tratamientos de TOC, RDx no se enfoca en las causas de los síntomas del paciente u otros aspectos de su vida o sentimientos. En cambio, establece un vínculo controlado entre el comportamiento sintomático de la persona y una actividad diaria positiva. El acceso a la actividad positiva ahora debe ganarse disminuyendo el nivel de referencia del comportamiento negativo. Este vínculo, o restricción, pone los dos comportamientos en desequilibrio en relación con sus niveles de referencia. Los pacientes trabajarán para establecer un nuevo equilibrio al reducir o eliminar su comportamiento sintomático.

Para ilustrar este concepto de desequilibrio, considere un paciente con TOC que participa en 18 episodios de lavado excesivo de manos por día (sin contar las ocasiones normales, como después de usar el baño). El comportamiento positivo del cliente es mirar televisión unos 90 minutos por día. El tratamiento RDx vincula el acceso a ver televisión a una reducción programada en los episodios de lavado de manos. El objetivo en la primera semana es reducir el lavado de manos a la mitad, de 18 a 9 episodios por día. Cada disminución en los episodios diarios de lavado de manos genera 10 minutos de tiempo de televisión, que la persona deposita en una «chequera» metafórica. El paciente no puede ver televisión sin haberse ganado el tiempo; pero si se ha alcanzado el objetivo del tratamiento, no se verá privado de la cantidad normal de tiempo de televisión. Durante las semanas siguientes, el objetivo del tratamiento es continuar reduciendo el nivel de síntomas del paciente a la mitad hasta que se haya reducido o eliminado.

La exposición con prevención de respuesta (EPR), el tratamiento de elección actual para el TOC, requiere que los terapeutas expongan a los pacientes a los desencadenantes de sus síntomas, como estrechar la mano para alguien que se preocupa por la propagación de gérmenes. Los terapeutas brindan a los pacientes refuerzo tranquilizador y el ejercicio de exposición continúa hasta que sus niveles de excitación disminuyen significativamente, lo que puede llevar un tiempo considerable.

RDx pone a las personas a cargo de implementar su propio procedimiento de tratamiento fuera de la sesión de terapia en el mismo entorno que desencadena sus síntomas.

«En efecto, los pacientes aprenden nuevos comportamientos que reemplazan y controlan sus respuestas sintomáticas anteriores a situaciones angustiosas», explica McFall, autor del estudio.

Resultados del estudio

Para probar el tratamiento, los investigadores asignaron aleatoriamente a un grupo de 41 pacientes al tratamiento RDx o EPR. De los 34 clientes asignados a RDx, 15 recibieron intervenciones que se desviaron del protocolo y se reclasificaron en un grupo de tratamiento mixto/sin tratamiento.

Los 19 participantes con TOC que recibieron el tratamiento completo RDx y cumplieron con el procedimiento experimentaron resultados buenos a excelentes, informa el equipo de investigación. Tres de los pacientes con tratamiento mixto/sin tratamiento también mostraron reducciones de síntomas, aunque los investigadores advierten que no pueden atribuir las mejoras únicamente a RDx.

Es posible que RDx no funcione para todos los casos o todos los problemas, pero investigaciones futuras podrían confirmar que es una adición eficiente, rentable y valiosa a la caja de herramientas de los proveedores de atención de salud mental, señalan los autores.

El paper incluye resúmenes de casos individuales y un folleto que resume el procedimiento.

Referencia del estudio:

Dsm-V-Tr, A. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders. Text Revision ed. American Psychiatric Association Washington, DC:

McFall, R. M., Allison, J., Viken, R. J., & Timberlake, W. (2019). Response-Disequilibrium Therapy: Clinical Case Studies. Clinical psychological science, 2167702619856343. https://doi.org/10.1177/2167702619856343

Fuente: Psychological Science

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Estímulos eléctricos podrían ayudar a mejorar la atención de pacientes con enfermedades mentales graves

  • 20/08/2019
  • Maria Fernanda Alonso

Mantener la atención durante lapsos de tiempo prolongado no es una tarea sencilla, cognitivamente hablando. A algunos les toma más trabajo que a otros, pero si le sumamos a esto una enfermedad mental grave, encontraremos que aquello puede ser algo realmente desafiante.

Un nuevo estudio muestra que es posible saber cuándo una persona está enfocada mediante el uso de algoritmos específicos y firmas cerebrales, lo que indica quién podría beneficiarse de la estimulación eléctrica para ayudar a aumentar la atención. Estos hallazgos podrían ayudar a mejorar la capacidad de los paciente para manejar los déficits de atención asociados con una variedad de problemas de salud mental (Provenza et al., 2019).

Investigaciones anteriores demostraron que la aplicación de estimulación eléctrica en el momento justo ayuda al cerebro de un paciente con una enfermedad mental grave a superar tareas cognitivas difíciles. Sin embargo, fue realizada en un laboratorio, libre de las complejidades de las actividades cotidianas del mundo real.

En esta ocasión estudiaron a pacientes sometidos a cirugía por epilepsia grave, que ya tenían electrodos de medición en las áreas relevantes del cerebro.

El estudio también demuestra que no hay una región única del cerebro que pueda decir cuándo alguien está enfocado sin esfuerzo. Para detectar cuándo el paciente comenzó a centrarse en una tarea cognitiva, los investigadores tuvieron que analizar la información a nivel de red. Era esencial observar cómo la actividad de una región se coordinaba con la actividad de otra.

«Utilizando las mismas señales neuronales que podrían impulsar la estimulación cerebral adaptativa profunda, hemos demostrado que es posible detectar estados mentales que podrían ser susceptibles de control de circuito cerrado», dijo la autora principal Nicole Provenza, MS, candidata a doctorado, de la Universidad de Brown.

«Queremos adoptar un enfoque centrado en el paciente para tratar las enfermedades mentales», explicó el Dr. Widge, coautor del estudio. “El trabajo de un estimulador no es eliminar los síntomas; su trabajo es ayudar al paciente a controlar sus síntomas. Le devuelve el poder al individuo y solo le da un poco de ayuda adicional cuando lo necesita.»

Los autores señalan que se necesitarán más investigaciones para generalizar sus hallazgos en aplicaciones del mundo real, y esperan que la presente investigación contribuya en última instancia al desarrollo de terapias de estimulación cerebral más eficaces para las enfermedades mentales.

Otros estudios encontraron que la estimulación cerebral profunda tiene valor potencial para el tratamiento de trastornos psiquiátricos refractarios, como el Trastorno Obsesivo Compulsivo severo (Abelson et al., 2005); en pacientes con Alzheimer, la estimulación cerebral profunda impulsó la actividad neuronal en el circuito de memoria, incluidas las áreas entorrinales y del hipocampo, y activó la red del modo “default” del cerebro. Las exploraciones PET mostraron una reversión temprana y sorprendente de la utilización alterada de la glucosa en los lóbulos temporal y parietal que se mantuvo después de 12 meses de estimulación continua. La evaluación de la subescala cognitiva de la Escala de evaluación de la enfermedad de Alzheimer y el Mini examen del estado mental sugirieron posibles mejoras y/o desaceleración en la tasa de deterioro cognitivo a los 6 y 12 meses en algunos pacientes (Laxton et al., 2010). Por otra parte, una investigación encontró que la estimulación capsular reduce los síntomas centrales 21 meses después de la cirugía en pacientes con trastorno obsesivo compulsivo severo, de larga data y resistente al tratamiento. La estimulación provocó cambios en la actividad cerebral regional medida por resonancia magnética funcional y tomografía por emisión de positrones (Nuttin et al., 2003).

Es menester destacar que estos estudios, como todos, cuentan con limitaciones que deben tenerse presente: el tamaño reducido de la muestra y el hecho de que estos procedimientos pueden ser irreversibles.

Referencias:

Abelson, J. L., Curtis, G. C., Sagher, O., Albucher, R. C., Harrigan, M., Taylor, S. F., … Giordani, B. (2005). Deep brain stimulation for refractory obsessive-compulsive disorder. Biological Psychiatry, 57(5), 510-516. https://doi.org/10.1016/j.biopsych.2004.11.042

Laxton, A. W., Tang-Wai, D. F., McAndrews, M. P., Zumsteg, D., Wennberg, R., Keren, R., … Lozano, A. M. (2010). A phase I trial of deep brain stimulation of memory circuits in Alzheimer’s disease. Annals of Neurology, 68(4), 521-534. https://doi.org/10.1002/ana.22089

Nuttin, B. J., Gabriëls, L. A., Cosyns, P. R., Meyerson, B. A., Andréewitch, S., Sunaert, S. G., … Demeulemeester, H. G. (2003). Long-term electrical capsular stimulation in patients with obsessive-compulsive disorder. Neurosurgery, 52(6), 1263-1272; discussion 1272-1274. https://doi.org/10.1227/01.neu.0000064565.49299.9a

Provenza, N. R., Paulk, A. C., Peled, N., Restrepo, M. I., Cash, S. S., Dougherty, D. D., … Widge, A. S. (2019). Decoding task engagement from distributed network electrophysiology in humans. Journal of Neural Engineering, 16(5), 056015. https://doi.org/10.1088/1741-2552/ab2c58

Fuente: Neuroscience News

Paginación de entradas

12Próximo

Apoya a Psyciencia con tu membresía 💞.    

Únete a Psyciencia Pro
  • Inicia sesión
  • Tips para terapeutas
  • Podcast
  • Recursos
  • Webinars
  • Artículos
  • Entender la anorexia (PDF)
  • ¿Me están manipulando? Un análisis psicológico de la manipulación relacional estructurada
  • «No le tengo miedo al exilio» con Pablo Gagliesi – Watson, episodio 16
  • Cuando sueñas y lo sabes: por qué algunos sueños se graban en tu mente
  • Interrumpir a tus pacientes sin romper el vínculo
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.