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Publicaciones por mes

julio 2013

43 Publicaciones
  • Recursos para Profesionales de la Psicología
  • Salud Mental y Tratamientos

(Vídeo) TOC: Terapia de exposición y prevención de respuesta

  • Sabrina Martini
  • 25/07/2013
man in brown polo shirt

Excelente video sobre el Tratamiento Cognitivo Conductual del TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo). En el se muestra cómo se lleva adelante la técnica de «Exposición y Prevención de la respuesta«.

Si conoces a alguien con TOC que esté en tratamiento y no esté pasando por esto, posiblemente significa que no está realizando el tratamiento adecuado. Acércale el vídeo para que pueda hablar sobre sus alternativas con su terapeuta o psiquiatra.

El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) se caracteriza por pensamientos intrusivos que generan ansiedad intensa y rituales compulsivos destinados a reducirla. La técnica de Exposición con Prevención de Respuesta (EPR) es el tratamiento de elección y combina dos pasos esenciales:

  1. Exposición a las obsesiones
    • Identifica las situaciones o pensamientos que disparan la ansiedad (por ejemplo, tocar superficies públicas, imaginar haber olvidado alguna tarea importante).
    • Jerarquiza cada estímulo según el nivel de malestar que provoque, de menor a mayor intensidad.
  2. Prevención de la respuesta compulsiva
    • Durante la exposición, el paciente se abstiene de realizar el ritual habitual (lavarse las manos, revisar cerraduras, repetir frases mentalmente).
    • Mantiene la exposición hasta que la ansiedad disminuya al menos un 50 % sin recurrir a la compulsión.

En la práctica, un terapeuta guía al paciente así: primero, sugiere tocar un pomo de puerta sucio y medir su nivel de ansiedad en una escala del 0 al 10. Luego, el paciente sostiene el pomo sin lavarse las manos durante 5 minutos, observa la caída gradual de la ansiedad y registra los resultados. En la siguiente sesión, se avanza a exponerlo a un pasamanos de transporte público, aumentando progresivamente el desafío.

Para que la EPR funcione, es clave:

  • Constancia: realizar ejercicios diarios de 20–30 min.
  • Registro: anotar cada exposición, nivel de ansiedad inicial y tiempo hasta la tolerancia.
  • Apoyo profesional: revisar avances y ajustar la jerarquía con el terapeuta.

Si conoces a alguien con TOC cuyos tratamientos no incluyen EPR, comparte este enfoque concreto. Invítalo a hablar con su terapeuta o psiquiatra sobre la inclusión de sesiones estructuradas de Exposición con Prevención de Respuesta para maximizar su recuperación.

Imagen: Wikipedia

Relacionados:

  • Psicofármacos para tratar el TOC: Lo que los psicoterapeutas necesitan saber
  • Registro de sesiones de exposición (PDF)
  • Cómo pueden ayudar los maestros a los niños con TOC
  • Pruebas para evaluar el trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
  • Las obsesiones de orientación sexual en el TOC

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  • Salud Mental y Tratamientos

¿Los optimistas pueden regular mejor el estrés?

  • David Aparicio
  • 24/07/2013
Optimistas

Una nueva investigación desarrollada por psicólogos de la Universidad de Concordia, ha profundizado en el entendimiento de cómo los optimistas y pesimistas manejan el estrés. Los resultados mostraron que el cortisol, la “hormona del estrés”, tiende a ser más estable en aquellos con personalidad positiva. Para algunos este descubrimiento no tiene nada de novedoso, pero la ciencia no había logrado vincular de forma fiable el optimismo con la respuesta al estrés biológico de los individuos.

El estudio, que fue recientemente publicado en la revista Health Psychology, siguió a 135 adultos mayores (más de 60 años de edad) durante 6 años. Para controlar los niveles de cortisol, se recolectaban muestras de saliva de los sujetos 5 veces al día. Se seleccionó a este grupo etario porque los adultos mayores a menudo enfrentan una serie de factores de estrés relacionados con la edad y se ha demostrado que los niveles de cortisol se mantienen casi invariables en ellos.

Los investigadores pidieron a los participantes que reportaran el nivel de estrés que percibían en su día a día y que se auto-identificaran en un continuo que iba desde optimistas a pesimistas. Se midió  el nivel de estrés de cada participante y cada participante lo auto-comparó con los niveles de estrés percibido. La comparación de los propios niveles de estrés permite obtener un panorama de la vida real de las personas y como ellas manejan el estrés.

Respecto a esto, la co-autora de la investigación Joelle Jobin explicó:

“Para algunas personas, ir al supermercado el sábado a la mañana puede ser especialmente estresante. Así que por eso le preguntamos a la gente con qué frecuencia se sintieron estresados o abrumados durante el día y se comparó a la gente con sus propias medidas. Luego se analizó sus respuestas examinando los niveles de estrés durante muchos días.”

Los investigadores también notaron que los pesimistas tienden a tener una línea base de estrés más alta que los optimistas, pero también tenían problemas para regular sus sistemas cuando pasaban por situaciones particularmente estresantes.

Jobin agregó:

“En los días en los   experimentaron mayor tensión, es cuando vimos que la respuesta de estrés de los pesimistas era mucho más elevada y tenían problemas para reducir sus niveles de cortisol. Los optimistas por el contrario, estuvieron protegidos en estas circunstancias.”

Este estudio confirmó la hipótesis general de los investigadores sobre la relación entre el optimismo y el estrés.

Un hallazgo sorprendente fue que los optimistas que generalmente tenían una vida más estresante, secretaban altos niveles de cortisol poco después de despertarse (el cortisol aumenta luego de despertarse y disminuye a través del día). Jobin dice que hay varias explicaciones posibles, pero agrega también que es difícil clasificar esta hormona como buena o mala.

“El problema con el cortisol al que llamamos hormona del estrés”, es que también nos permite levantarnos y hacer cosas, con “ lo cual se puede secretar si estamos concentrados en lo que está sucediendo”, concluyó Jobin.

Fuente: PsyPost
Imagen:  K.Muncie en Flickr

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  • Salud Mental y Tratamientos

La oración Gestalt: «Yo soy yo y tu eres tú…» Si, pero no

  • Clotilde Sarrió
  • 23/07/2013
Gestalt

Introducción a la polémica suscitada por la oración gestalt

Aunque la llamada oración gestalt fue formulada por Fritz Perls en un contexto sociocultural muy concreto como el de la sociedad americana de los años sesenta, sigue siendo para muchos una especie de verdad absoluta que siguen con adoctrinado fervor.  Sin embargo, y aun considerando que las interpretaciones que surgen de esta oración pudieran tener sentido en la década en cuestión, no ocurre así en un marco social como el actual que cuenta con unas expectativas distintas y distantes en lo que a demandas y prioridades respecta. Muy probablemente, la proximidad a la posguerra mundial de los sesenta invistió aquella época de unas singularidades que se vieron potenciadas por la incapacidad de los norteamericanos para desligarse de muchas adhesiones que les hacía funcionar mal como individuos y propiciaron el individualismo como una alternativa o remedio curativo.

Sin embargo, no deberíamos olvidar que, desde su nacimiento como una revisión de la teoría psicoanalítica freudiana, la Terapia Gestalt aportó la innovación –entonces revolucionaria– de una transición del pensamiento individualista a un pensamiento postmodernista, lo que, en principio, se opondría al individualismo que destila la oración  gestalt objeto de este artículo, una contradicción que de momento dejaremos en suspenso a la espera de analizarla en el momento oportuno…

Hagamos algo de historia

A fin de ubicar al lector, podría resultar didáctico acudir a los orígenes y recordar que la Terapia Gestalt nació en Nueva York en 1951 cuando el matrimonio Perls, junto a un grupo de intelectuales, entre los que cabe destacar a Paul Goodman y a Isadore From, mantuvieron incontables y fructíferas reuniones en las que las ideas de Perls fueron tomando forma hasta adquirir la entidad suficiente para que Goodman –dotado de una gran facilidad en el arte de escribir, al menos mucho mas que Fritz Perls– las transcribiera convirtiéndolas en texto. Fue así como, en 1951, se publicó una obra titulada Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana en la que aparecieron como coautores Fritz Perls, Ralf Hefferline y Paul Goodman, obra que es conocida como PHG,abreviatura formada con la primera letra de los apellidos de cada uno de ellos. Esta obra supuso un hito ya que se erigía como el texto fundacional que sentó las bases teóricas de esta escuela de psicoterapia y por primera vez se denominaba Terapia Gestalt a esta nueva corriente.

Habría que incidir en que la principal revolución de la Terapia Gestalt fue la transición de un modelo de pensamiento individualista a un modelo de campo, en el que ya no era la unidad cuerpo-mente quien sentaba las bases del concepto del holismo al incluirse también el entorno. Así, el objeto de la  psicología y de la psicoterapia dejaban de ser la psique o el sujeto y pasaba a ser “la experiencia” de la persona que tiene lugar en el campo que constituye un organismo y su entorno.

Perls evoluciona en sus postulados

En la transición de la década de los cincuenta a los sesenta, Fritz Perls experimentó un profundo cambio en su posicionamiento, tanto fue así que renunció a los orígenes y fundamentos de la corriente gestáltica por él creada cuando se trasladó a California para enseñar la Terapia Gestalt mas como forma de vida que como un modelo de terapia.

Fritz Perls dejó el Instituto de Nueva York bajo la dirección de su esposa, Laura Perls, migró a la costa Oeste de los Estados Unidos y en 1964 se incorporó al Instituto Esalen  de California, un centro especializado en la educación alternativa de corte humanista que posibilitaba la realización de estudios interdisciplinarios que generalmente no eran atendidos (o eran abiertamente rechazados) por el establishment académico tradicional. Este punto de inflexión marcaría la escisión o cisma de lo que, a partir de entonces, serían las dos corrientes de la Terapia Gestalt que aun hoy dividen a esta disciplina: la Gestalt Teórica de Costa Este y la Gestalt Ateórica de Costa Oeste.

Gestalt teórica versus Gestalt ateórica

Fritz Perls, PHG, Claudio Naranjo

En la historia de la Gestalt norteamericana encontramos pues dos corrientes contrapuestas en su modo de conceptualizar la Terapia Gestalt: de un lado tenemos la llamada Gestalt de la Costa Este (New York, Cleveland) interesada en la sistematización teórica y  fundamentalmente en la Teoría del Self contemplada en el PHG o texto fundacional. De otro lado, que no sería descabellado considerar opuesto, encontramos la Gestalt de la Costa Oeste (Esalen, California) a la que Claudio Naranjo denomina “experiencialismo ateórico” y cuyas características –según este autor– son un “intuicionismo que se reconoce como tal” y que no contempla como base teórica la Teoría del Self.

Maticemos algunos aspectos que diferencian y oponen a ambas vertientes:

  1. La Terapia Gestalt vertiente teórica de la Costa Este (en lo sucesivo la llamaremos Gestalt de la Costa Este), está constituida por un amplio grupo de pensadores, representantes del marco de esta corriente terapéutica, filosófica y humanista que carece de un líder o cabeza visible y adalid de la misma. Por el contrario, La Terapia Gestalt vertiente ateórica de la Costa Oeste (en lo sucesivo la llamaremos Gestalt de la Costa Oeste) considera a Fritz Perls como un mito o una suerte de gurú de quien su discípulo, el psiquiatra Claudio Naranjo, sería una especie de profeta.

  2. Tras su traslado a California y la incorporación al Instituto Esalen (1964), Perls dió un golpe de timón a la Terapia Gestalt al entrar en un una dinámica que aun muchos identifican con el movimiento hippy, y unas prácticas de terapias alternativas que se distanciaron del marco teórico fundacional contemplado en el PHG. Mientras tanto, su esposa Laura, en Nueva York, se mantenía fiel a los orígenes de la Terapia Gestalt y a su marco teórico.

  3. En cierto modo, la Gestalt de la Costa Este se caracterizaría por la intelectualización  y el respeto al marco teórico y la metodología en el modo de abordar la relación terapéutica, mientras que la Gestalt de California devendría en visceral, intuitiva, teatral y catártica.

La Oración Gestalt

<

p style=»text-align: center;»>“Yo soy yo y tu eres tu

<

p style=»text-align: center;»>Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas y,

Tu no estas en este mundo para cumplir las mías.

Tu eres tu y yo soy yo.

Si en algún momento o en algún punto nos encontramos,

y coincidimos, es hermoso.

Sino, pocas cosas tenemos que hacer juntos.

Tu eres tu y yo soy yo” (Fritz Perls)

Una vez leída con detenimiento, la Oración Gestalt creada por Perls, a la que muchos consideran un mantra capaz de ayudar en mil conflictos o una llave que les abra las puertas a un pleno conocimiento, es fácil concluir que, en su contenido, dicha oración no encaja con los planteamientos gestálticos.

Habida cuenta de cual fue la evolución de Perls y su trayectoria vital-biográfica-existencial, es muy probable que cuando formuló la famosa oración, lo hiciera en un momento puntual y sólo como una herramienta pedagógica que le ayudara a difundir su modelo, sin tener en cuenta la difusión que alcanzaría, los efectos a que daría lugar, la polémica que generaría y las consecuencias negativas que tendría para una disciplina seria y ajustada a un marco teórico y metodológico como es la Terapia Gestalt de la vertiente teórica y ortodoxa, es decir, la de la Costa Este.

Consideremos que en nuestro actual contexto social y cultural, esta “oración” lleva implícita una invitación al egotismo, entendiendo como tal la concesión de una de excesiva importancia a sí mismo y a las propias experiencias vitales que podríamos resumir en la tendencia a hablar o escribir de modo excesivo sobre si.

Hay un egotismo patológico que supone la interrupción del proceso de contacto. Se trata de una forma vivir en constantemente aislamiento y con una gran dificultad para el intercambio con el entorno. Es una actitud rígida que, como forma de vida, puede dar lugar a una personalidad narcisista.

Hay también un egotismo sano que supone el cierre de la frontera-contacto y constituye, no la imterrupción sino la retirada del entorno. Podríamos explicarlo simplificando que, cuando ya se ha satisfecho la necesidad y ha finalizado el intercambio con el entorno, surge un período de retirada, de relajación, en el que es posible la asimilación de la experiencia.

Soy consciente de la complejidad que estos conceptos le puedan suponer al profano por tener que enfrentarse y asimilar en unas cuantas líneas algo que requiere años de formación, pero así como ha sido preciso dejar constancia del egotismo, lo es igualmente dar unas pinceladas a lo que la Terapia Gestalt entiende por contacto. Dicho del modo mas sencillo e inteligible, el contacto es la operación que tiene lugar entre el “Yo” y el“No-Yo”, es decir, entre el organismo y su entorno. Hay que tener en cuenta que ningún ser vivo puede sobrevivir sin entorno y que la función fundamental del contacto es la supervivencia (respirar, comer, protegerse) de tal modo que el “Yo” (organismo) irá al encuentro –en el entorno– de aquello que es “No-Yo” y que constituye una novedad.

¿Y que tiene esto que ver con la oración gestaltica? , se preguntarán muchos, sin duda con razón.

Teniendo en cuenta que la Terapia Gestalt mantiene la teoría de que nacemos con la potencialidad de relacionarnos igualitariamente, y que es a través del contacto (es decir en el encuentro con el otro) donde nos enriquecemos, la oracion formulada por Perls deja de ser gestálticamente coherente –si se me permite expresarlo de este modo–, tanto que para que cobre un verdadero sentido, se impondría reestructurarla, por ejemplo como hizo la reputada Psicóloga Clínica y Terapeuta Gestalt Carmen Vázquez quien, a modo de respuesta-reacción a la oración de Perls, la modificó dejándola como sigue:

“Yo hago mis cosas y tú haces las tuyas.

En muchas de las cosas que hago, tú tienes mucho que ver,

Y en muchas de tus cosas yo he contribuido.

Yo puedo ser yo contigo mientras tú puedas ser tú conmigo.

Yo seré yo mientras tú seas tú;

Y aunque por casualidad nos hayamos encontrado,

Continuemos juntos o separados,

Nuestra vida nunca volverá a ser la misma ya que

Nuestro encuentro nos habrá enriquecido” (C. Vázquez Bandín)

Personalmente, y si me encontrara en la tesitura de tener que escoger una de las dosoraciones, me decantaría por la versión ‘modificada’ de Carmen Vazquez, y lo haría con la contundencia y el respeto que igualmente les otorgo a quienes opten por escoger la primera, la ‘original’ y creada por Fritz Perls, muy a pesar de no comulgar con ella en algunos de sus planteamientos. Podría resumirse este personal planteamiento en una frase de Jean-Marie Robine extraída de su libro Manifestarse gracias al otro:

“Sin el otro, no se abre nada. Sin el otro, no existe nada. Sin el otro, el self no existe; sin el otro, la expresión no existe; sin el otro, no existe la palabra”

Clotilde Sarrió es una terapeuta especializada en Terapia Gestalt, puedes seguir leyendo sus artículos en su famoso blog Gestalt-Terapia.es

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(PDF) Kit de diagnóstico: Enfermedad de Alzheimer y otras demencias

  • Equipo de Redacción
  • 23/07/2013

El mejor diagnóstico de la demencia se basa en una cuidadosa historia clínica y una exploración física, neurológica y neuropsicológica realizadas por un neurólogo especializado en esta patología.Para estudiar un paciente con la sospecha de demencia se debe realizar un mínimo de estudios sistemáticos:

  • En primer lugar se trata de establecer un diagnóstico de demencia y su diagnóstico diferencial, es decir, confirmar si el paciente presenta demencia u otros trastorno.
  • En segundo lugar se trata de establecer el diagnóstico etiológico.

Descarga el PDF completo

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El síndrome del muerto viviente

  • Marisa Fernandez
  • 23/07/2013

En el verano de 2012, en una carta al editor del Journal of Neuropsychiatry & Clinical Neuroscience, Huber & Agorastos describían el caso de  ‘Mr. H’, un varón con esquizofrenia paranoide e historia previa de abuso de cannabis. ‘Mr H.’ fue ingresado en una unidad de psiquiatría tras haber agredido a varias personas. Pero lo más curioso fue su justificación de porqué lo hizo.  Según describieron los autores, el paciente afirmaba haber muerto ahogado en un lago años antes, aunque decía haber sido reanimado en forma de ‘zombi’ gracias a la radiación de los teléfonos móviles. Así, sentía que aún estaba muerto, que aún estaba bajo el agua y que todos los demás humanos habían pasado por la misma situación que él, con lo que todos eran ahora zombis. Al preguntarle por una explicación y justificación para su conducta violenta, el paciente argumentaba que por supuesto es moralmente incorrecto golpear a personas vivas, ¡pero no hay nada de malo en golpear a zombis! Además, y dentro de su delirio, no tenía miedo de ser perseguido por la ley pues ya estaba muerto y carecía de sentimientos.

‘Mr H.’ sufría lo que se ha denominado síndrome de Cotard en honor al neurólogo francés que lo describió más detalladamente, un cuadro clínico que se ha observado en casos de traumatismos, esclerosis múltiple, tumores cerebrales, tifus y esquizofrenia, entre otros.

Características clínicas

Garry Young (2012) cuenta en su publicación  en Philosophy, Psychiatry & Psychology (2012) cuáles son las características de este síndrome tan espectacular y que nos deja atónitos. Entre ellas destaca la creencia de que uno no existe o que está muerto (o en ocasiones alguna de sus partes del cuerpo). Se consideraba como  parte de un trastorno más complejo llamado ‘delirio de negación’ que incluía también ideas suicidas, melancolía ansiosa (depresión intensa), pensamientos de sufrir un daño grave o estar poseído, y también ilusiones de inmortalidad.

Creencia de que uno no existe o que está muerto

Como dato llamativo está el hecho de que puedan englobarse dos de esas manifestaciones, en principio opuestas, dentro el mismo cuadro clínico. Así, encontramos, por un lado, la negación de la propia existencia y vida del sujeto, y por otro, la idea de inmortalidad. Según describe Young, hay dos rasgos generales en el síndrome que agruparían sus características clínicas.  Por un lado, los pacientes presentan depresión intensa y esto se asociaría con la melancolía y las ideas suicidas, y por otro, los pacientes sufrirían lo que él ha descrito como un ‘cambio en la existencialidad’, que podría mostrarse como la sensación de no existir y/o la sensación de inmortalidad, según cada paciente. Young plantea que lo que sucede en el síndrome de Cotard es una alteración del estado de familiaridad con aquellos estímulos que percibe la persona, incluido ella misma.

En los intentos por explicar la fenomenología del síndrome de Cotard desde un punto de vista más próximo a la neurociencia, se ha demostrado que estos pacientes tienen, además, una falta de respuesta afectiva ante las caras familiares (medido con la respuesta de conductancia de la piel). Según Young y Leafhead (1996) el paciente con síndrome de Cotard intenta explicarse el hecho de no sentir emoción con un rostro conocido como consecuencia de un cambio en sí mismo (y lo relaciona con la depresión que sufren estos pacientes), llevándole a la conclusión de que debe estar muerto.

Otros autores como Ramachandran y Blakeslee (1998) proponen que estos sujetos tienen una alteración más global de las vías neurales que se proyectan al sistema límbico. Esto conllevaría un aplanamiento en todas las respuestas afectivas a cualquier estimulación sensorial (no solo las caras).

Tienen una falta de respuesta afectiva ante las caras familiares

Según Ratcliffe (2008) se habría perdido el sentimiento que todos tenemos de pertenencia o de participación como parte del mundo. Sería la pérdida del sentimiento de familiaridad con el mundo, así como el no sentirse dueño o poseedor de las propias experiencias.

Metabolismo cerebral diferente

Vanessa Charland-Verville y sus colaboradores han publicado recientemente en la revista Cortex (2013) el caso de un paciente que, tras intentar suicidarse por electrocución, estaba convencido de que su cerebro había muerto, a pesar de que su mente y cuerpo seguían activos. Se le realizó un estudio neuropsicológico en el que se evidenciaron alteraciones moderadas en la memoria inmediata y la atención. Además, este trabajo es el primero en utilizar la tomografía por emisión de positrones con fluorodesoxiglucosa para caracterizar el metabolismo cerebral en un paciente con síndrome de Cotard. Los resultados de la prueba mostraron:

  • Hipometabolismo (menor consumo de glucosa) en la red cortical fronto-parietal bilateral, implicando el precuneo y el cíngulo posterior adyacente, áreas fronto-mesiales y cíngulo anterior adyacente, ambos lóbulos parietales posteriores y frontales dorsolaterales, así como la unión temporoparietal derecha.

  • Hipermetabolismo (mayor consumo de glucosa) en ambos tálamos, el cerebelo y el tallo cerebral.

Estas áreas son importantes en aspectos como la consciencia y la integración de información sobre uno mismo. Así, los autores proponen que en el síndrome de Cotard tendría lugar una alteración profunda de aquellas áreas que participan en la consciencia y en nuestro permanente sentido de nosotros mismos.

Marisa Fernandez es neuropsicóloga senior en UnoBrain, una plataforma online destinada a promover el cuidado de la salud cerebral de adultos y niños.

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  • Encuentro con un terapeuta

Encuentro con un terapeuta: Prof. Dr. Giuseppe Ferrigno (Italia)

  • Andrés Buschiazzo
  • 18/07/2013
Adler

El Prof. Dr. Giuseppe Ferrigno es analista didacta y profesor de la Sociedad Italiana de Psicología Individual (SIPI) su formación estuvo supervisada por el eximio terapeuta adleriano, recientemente desaparecido,  el Prof. Dr. Pier Luigi Pagani, y  reconocido por ser el continuador directo de las ideas clásicas de Alfred Adler.

Ex profesor de la Universidad Católica de Milán, autor y co-autor de numerosos artículos y publicaciones sobre diversos temas y disciplinas.

Han pasado 6 años del primer Congreso Internacional Adleriano: “Todo pude ser de otra manera” (2007) realizado en Uruguay. En aquella oportunidad el Dr. Ferrigno envió una carta de saludo para abrir la ceremonia que decía: “el Centro de Estudios Adlerianos es un verdadero crisol, un laboratorio de ideas y de fermento. Tengo la intención de colaborar en el futuro más estrechamente con todos ustedes, enviando artículos y estudios adlerianos significativos”. Un rasgo característico de los adlerianos es la responsabilidad, el respeto y la coherencia entre la teoría y la práctica (praxística), esta entrevista es una evidencia más de ello.

Para concluir la nota introductoria, es adecuado para aquellos que pretenden interpretar (de forma silvestre) la obra adleriana, citar un parágrafo del argentino Jaime Bernstein (en la Introducción a la obra “Práctica y Teoría de la Psicología del Individuo”):

“Digamos sólo que si nos atuviésemos a las clasificaciones de sus comentaristas, la Psicología Individual, sería, a un tiempo, ‘excesivamente individualista’,  ‘excesivamente social’, ‘excesivamente fisiologista’, ‘excesivamente animista’, excesivamente librearbitrista’, ‘excesivamente determinista, ‘excesivamente filosófica’, ‘excesivamente médica’… No puede menos que desconcertar tan singular disparidad en la apreciación de los técnicos acerca de una concepción que, conociéndola en su fuente, ofrece, por el contrario, un plan de pensamiento neto y decidido. Si siempre es aconsejable la fuente original, hay sobrados motivos para validar este consejo muy especial en el caso adleriano, tan grotescamente distorsionado por divulgadores y contradictores que –no queda otra explicación- conocen a Adler, sólo por haberlo saludado desde lejos”.

¿Qué principios epistemológicos caracterizan la Psicología Individual de Alfred Adler?

Después de 1911, Alfred Adler, mediante el reconocimiento del “sentimiento subjetivo de inferioridad” como principio de motivación de la vida psíquica marca la transición de un “modelo de pulsión libidinal con orientación biológica” a un “modelo relacional y fenomenológico”, que es el propulsor de una revolución copernicana dentro de la psicología profunda. No podemos olvidar que la concepción del mundo de todos los científicos del siglo XIX estuvo influida por la física newtoniana: el concepto freudiano de «pulsión libidinal» una vez más la dicotomía irreconciliable entre lo orgánico y lo psíquico, entre el cuerpo y la mente. Adler a través de la «sensación subjetiva de inferioridad» abre horizontes hacia una perspectiva “subjetiva, ficcional, teleológica, unitaria, relacional”. Mientras que Freud, a través de la búsqueda de razones objetivas, para toda su trayectoria teórica, desarrolla un enfoque arqueológico y reduccionista del hombre con el objetivo de crear una «psicología científica», Adler, liberándose gradualmente de cualquier forma de determinismo mecanicista, anticipa un espíritu verdaderamente pionero, «holístico» de la física contemporánea, que considera la materia y la energía como intercambiables.

Para comprender profundamente la piscología individual, anti-dogmática y creativamente moderna, basta reflexionar sobre esta cita de Alfred Adler en «Psicología del niño difícil»: «Daremos la bienvenida a cualquier comparación, porque somos tolerantes: Hay que estudiar otras teorías y otros puntos de vista, para poner todo en comparación con mucho cuidado y no ciegamente a una «autoridad «, ni a mí.»

La mente, para Adler, es un fenómeno dinámicamente temporal, un lugar de convergencia de pasado, presente y futuro, un continuo «movimiento» transformador de “bajo» hacia  «arriba», de  “minus a  plus”. Los individuos, cuya naturaleza es relacional, ya que la inferioridad tiene raíces profundas relacionales (en latín infěrior es una comparación que implica un segundo término, y el otro del mismo) están motivados por necesidades y valores, no por fuerzas mecánicas de origen instintivo-biológico.

Adler en la consideración del «sentimiento de inferioridad» como base y dinámica de la vida psíquica de conducción se coloca  en el subjetivismo fenomenológico de la ficción, la imaginación, la intencionalidad causal, el ser creativo, la pareja creativa todo “dentro de la configuración y el proceso de aliento empático como valiosa herramienta terapéutica”. Se puede considerar, el fundador del enlace socio-cultural de la psicología profunda, como objeto constante de sus estudios es la “relación/comunicación y los estados emocionales”.

Si la mente es considerada desde una perspectiva relacional, intersubjetiva, interindividual, intencional y prospectivamente orientada, entendemos la importancia de cultivar la suficiente atención en los intercambios con las necesidades primarias (Bedürfnis), que el niño, desde el primer llanto, muestra necesidad de recibir ternura (Zärt) y afecto. Si esto ocurre, el niño adquiere armoniosamente el lenguaje de la ternura, de la reciprocidad y  el sentimiento social. Para Adler es indiscutible la esencia dialógica de la naturaleza humana: el “individuus” es la indivisible red de relaciones, conversaciones e  intercambios interpersonales. En “Psicología del niño difícil”, escribe: «No existe un intelecto privado. Ello se ha desarrollado comprendiendo a los otros, acercándose a los semejantes, identificándose con ellos, viendo con sus ojos, oyendo con sus orejas, sintiendo con sus corazones». El trastorno mental es considerado una falta de sentimiento social en el cumplimiento de las tres tareas fundamentales del hombre: la amistad, el trabajo, la sexualidad.

¿Cómo es una psicoterapia adleriana?

El tratamiento consiste, brevemente, en tres etapas o fases, que se producen repetidas veces, y no necesariamente en este orden, dentro de los ciclos de sesiones o dentro de la misma sesión:

  1. fase de evaluación exploratoria a través del análisis de la constelación familiar y los primeros recuerdos, se centra en los objetivos de ficción del plan de vida inconsciente y estilo de vida único e irrepetible con el que se persigue estos objetivos. Las primeras entrevistas (anamnesis) están dirigidas a la comprensión de la situación actual en relación con las tres tareas fundamentales. Junto al material consciente, proporcionado por el paciente, se analizan sueños, metáforas y símbolos, todo acompañado de la construcción de la relación terapéutica;

  2. fase de transformación, se caracteriza por el reconocimiento y el desmantelamiento de los mecanismos de compensación de las ficciones negativas y perjudiciales para el enfoque intensivo en la interpretación de la transferencia y la contratransferencia;

  3. fase prospectiva,  se prevé la apertura hacia nuevos proyectos existenciales acompañados por la revisión del “estilo de vida”.

La conclusión de la psicoterapia es la  dinámica de un proceso y, regularmente, el resultado de la redefinición de la relación terapéutica, la elaboración de la separación, una síntesis de los objetivos perseguidos y alcanzados, marcado por dos elementos dinámicos, siempre presentes dentro del “setting”: “comprensión/interpretación y aliento empático”.

¿En qué ámbitos se puede aplicar la psicología adleriana?

La Psicología Individual es un modelo teórico aplicable no sólo en la terapéutica: es una teoría del hombre en sentido  cósmico y ofrece una filosofía de la vida en «este» mundo basado en el “sentimiento de comunidad”, es la utopía ficticia de la convivencia interindividual y la colaboración entre los seres humanos, siendo el sentimiento social la columna vertebral. El modelo teórico y práctico, por lo tanto, es de aplicabilidad en el contexto de la psicoterapia y el análisis, la psiquiatría, la psicología, la psicoeducación, asesoramiento, terapia familiar y de pareja, la psicología laboral, compatible con las hipótesis científicas más actuales (por ejemplo, la «teoría de la mente», «neuronas espejo»). Nuestra psicología permite intervenciones específicas en muchas áreas, la apertura a las comparaciones e intercambios de colaboración interdisciplinaria y multidisciplinaria, como la sociología, la semiótica, la lingüística, la antropología, las neurociencias. Basta pensar en la teoría de Adler sobre los sueños o las últimas investigaciones sobre el proceso de aliento empático.

¿Qué es lo que distingue a un terapeuta adleriano  de otro psicoterapeuta? 

El terapeuta adleriano tiene una responsabilidad mayor que otros terapeutas pertenecientes a diferentes orientaciones: por el hecho de que representa para el paciente un generador/activador del sentimiento social, él mismo debe ser el portador del sentimiento social. La empatía y el aliento son sus principales herramientas.

No puede, un terapeuta adleriano hacerse cargo de las heridas del alma «enferma» exclusivamente con la farmacología, sin implicación emocional, sin piedad, sin diálogo incesante y sobre todo sin la voluntad inagotable de escuchar. Él, por estos motivos, no «puede sustraerse» a la aventura contratransferencia a menudo peligroso de entrar, por la identificación, la subjetividad, en la interioridad y en la intencionalidad del paciente.  Por  la nueva experiencia emocional que se desarrolla en el “aquí” y “ahora” del “setting”, la creación de la pareja paciente-terapeuta, se convierte en una pareja creativa teleológicamente orientada.

La empatía, la capacidad de “ver con sus ojos, escuchar con los oídos, para vibrar con el corazón del paciente”, es lo que caracteriza a una psicoterapia adleriana, que es siempre una síntesis de la interpretación que resulta del desenmascaramiento de las ficciones fortificadas de la experiencia emocional de reparación del paciente.

¿Es importante la dinámica de transferencia y contratransferencia en un enfoque adleriano?

En una psicoterapia adleriana, a diferencia de una freudiana, las emociones del paciente se entrelazan con las del terapeuta en una dinámica de flujo continuo y bidireccional de transferencia y contratransferencia. Durante el transcurso de la «pareja terapéutica», se invertirán los roles activamente distintos y, no sólo la de un padre o de la madre. El paciente puede sentir la necesidad de un abogado para defenderse o un fiscal que expone su punto de vista neurótico o un testigo de su sufrimiento o el espacio mental de la solidaridad dentro de los límites de los cuales la compañía tiene la oportunidad de expresar libremente su dolor o medio/herramienta, que puede ayudar a concientizar, pensando sus propios pensamientos, para expresar finalmente los sentimientos y las emociones siempre reprimidas por temor a ser juzgado.

El terapeuta adleriano puede, ser llamado un «sanador herido». Recuerdo el mito paradójico del centauro Quirón que, después de haber curado la misma herida incurable de la pierna, cuida a sus alumnos todos los días, Hércules, Aquiles, Asclepio, (el Padre de la Medicina). El mito nos invita a activar el «sanador interno» que sobrevive en todos nosotros, evitando separar el terapeuta en un maniqueo, un lado, sano e imperturbable, y el otro, acostado en una cama, pasivo, enfermo e imperfecto, la normalidad de una parte y  la locura,  de otra.

¿Son importantes la ética y la deontología en una terapia adleriana?

Vimos como en un contexto adleriano se desarrolla un flujo bidireccional de resonancia emocional, transferencia y contratransferencia, que genera una influencia mutua en la pareja terapéutica.

Las investigaciones sobre la comunicación interpersonal nos hacen pensar en la conducta ética y profesional de un terapeuta adleriano, ya que siempre se debe tener en cuenta los resultados de la acción implícita e impredecible, de pensar, de sentir al paciente acerca del terapeuta y viceversa.

Un adleriano novel  como el centauro Quirón, «debe»  conectarse a través de la empatía con la «persona» que sufre. En la construcción de la configuración tiene, una gran responsabilidad, que implica la deontología y la ética y la formación permanente. «Debe» vigilar constantemente lo intrapsíquico e intersubjetivo mediante la auto observación, de su estado de ánimo, su subjetividad, sus heridas, para ser capaz de reconocer las emociones, los sentimientos y las heridas del paciente:

  1. Aquí y ahora  de la configuración a través del control clínico directo de la dinámica en juego, lo que sólo es posible si el terapeuta ha llevado a cabo un análisis personal en profundidad;

• fuera del “setting”, en el curso de la supervisión;

• la formación de los terapeutas en general y la formación permanente de los formadores debe aumentar la capacidad de preguntarse acerca de las implicaciones éticas de nuestras acciones y de nuestro ser terapeuta. Un terapeuta adleriano debe hacer de la investigación en curso el objetivo principal.

¿Qué es la Sociedad Italiana de Psicología Individual (SIPI)?

El 29 de octubre 1969, un pequeño equipo de seis italianos, apasionados lectores de los libros de Adler, compuesta por Francesco Parenti, Pier Luigi Pagani, Mario Mantellini, Vittorio Pagano, Vincenzo Marino, Francesco Fiorenzola, se da el nombre de «Sociedad Italiana de Psicología individual». En 1970, la SIPI es aceptada como miembro oficial de International Association of Individual Psychology. La S.I.P.I. es una asociación libre, sin fines de lucro, regida por una Constitución y tiene el objetivo de difundir la psicología adleriana.

¿Qué es  el » Instituto Alfred Adler de Milan»?

El Instituto Alfred Adler de Milán, fundado en 1981 por Francesco Parenti y Pier Luigi Pagani, en 1982 se convirtió en parte de la «Asociación Internacional de Psicología Individual» (IAIP). El Instituto fue dirigido por Francesco Parenti desde su fundación hasta 1990. Los miembros del Instituto Alfred Adler de Milán son analistas didactas.

El Instituto, como parte del programa de formación permanente de sus miembros, organiza cursos y seminarios informativos  sobre teoría y técnicas de la psicología individual, promueve estudios, investigaciones, publicaciones y eventos científicos, y establece relaciones con asociaciones internacionales similares como el Centro de Estudios Adlerianos del Uruguay.

La actividad científica del Instituto Milán se divide en varias áreas, desde la investigación a la formación, la actualización de la propagación de la Psicología Individual a través de cursos, seminarios y conferencias. El Instituto Alfred Adler de Milán también funciona como Escuela de Psicoterapia Adleriana, que fue reconocido por el Ministerio de la Universidad y la Investigación Científica y Tecnológica  el 16 de noviembre de 2000.

La Escuela Adleriana de Milán considera que el término «escuela» no sólo en el sentido de «hogar» en el que la cultura se transmite pasivamente, sino en el significado más profundo y característico de un privilegiado «lugar», laboratorio, que «produce» activamente «cultura», y promueve el sentimiento social para con toda la comunidad.

¿Cuáles son los requisitos para la formación de los analistas adlerianos?

Para ser inscritos en el registro de analistas adlerianos SIPI tenemos estos requisitos:

• Inclusión en la lista de los miembros de SIPI;

• Calificación  en el ejercicio de  psicoterapia;

• Análisis de formación que debe ser articulado en dos análisis sucesivos y complementarios con un total no menor de  300 horas:

  1. análisis personal con un entrenador o un analista oficial por un período no menor de 4 años con, por lo menos, una frecuencia semanal;

  2. análisis didáctico con un analista oficial (elegido de una lista de nombres recomendados por la Junta) por un período no menor de 2 años.

Al final del entrenamiento oficial  se atenderá personalmente la presentación del candidato y el examen final para comprobar la adquisición de los candidatos de los conocimientos teóricos, las medidas clínicas, técnicas y metodológicas para garantizar las competencias específicas de la figura profesional del ‘analista adleriano’ según los criterios establecidos por el Colegio de Analistas Didactas.

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  • Salud Mental y Tratamientos

¿Por qué existe el estrés?

  • Asociación Educar
  • 16/07/2013

Lamentablemente en el mundo de hoy el estrés se ha vuelto una moda; incluso es habitual que en el trabajo y en la vida diaria nos sintamos estresados: nos sorprende el hecho de no estarlo, y esta sensación debería ser totalmente opuesta.

Inicialmente debemos conocer por qué existe el estrés y cuál es su función:

El cerebro que tenemos hoy en día terminó de formarse evolutivamente hace unos 160 mil años, en la sabana africana. En aquel lugar remoto, el estrés tenía una función esencial: la de preparar a nuestro cuerpo para huir o para atacar ante una situación de peligro que atentara en contra de nuestra supervivencia. Este tipo de experiencias eran de corta duración: podía corrernos un león, aunque si éramos los suficientemente rápidos para subirnos a un árbol o para escondernos en nuestra cueva, nuestro predador se aburriría y seguiría su camino. De esa forma, nuestro cuerpo podía volver a una situación de normalidad dado que el episodio estaba finalizado.

Si bien pareciera que pasó mucho tiempo, 160 mil años en tiempos evolutivos es un lapso breve. De hecho, pudimos convertir el mundo y pasar de vivir en cuevas para hacerlo en rascacielos, pero nuestro cerebro sigue siendo anatómicamente y funcionalmente el mismo. Esto nos trae muchos problemas, porque las situaciones que pueden estresarnos son mucho más frecuentes y de larga duración. El enfrentarnos todos los días con el transito, lidiar con las presiones del trabajo, enfrentar problemas económicos, asistir a las reuniones de consorcio, el pago del colegio de los chicos, etc., genera que nuestro cuerpo active todos los mecanismos que desencadenan el estrés.

¿Qué sucede en nuestra UCCM (unidad cuerpo cerebro mente)?

Al detectarse una situación de peligro, comienzan a funcionar las neuronas del hipotálamo que activan la rama simpática del sistema neurovegetativo produciendo la liberación de adrenalina a nivel de la medula suprarrenal y, al mismo tiempo, estimulan a la parte anterior de la hipófisis a liberar corticotropina. Ésta, a su vez, impulsa a la corteza de las glándulas suprarrenales a secretar cortisol, indicándole a nuestro páncreas que desde los islotes de langerhans produzca insulina y la libere en sangre para que la glucosa ingrese en los músculos. De este modo, nuestro cuerpo está preparado y con energía extra para huir o atacar, mecanismos que podían ser muy útiles en la sabana africana, pero poco aplicables al mundo moderno.

¿Cuáles son las contraindicaciones?

Los escenarios que estimulan a la liberación de cortisol pueden durar horas o días y, en estas circunstancias, tener continuamente nuestro cuerpo preparado para la lucha o la huída puede ser muy peligroso para nuestra salud ya que puede llevar al estrés crónico. Por consiguiente, nuestro bienestar se deteriorará y caeremos en afecciones como: gastritis, migrañas, insomnio, diabetes, hipertensión, trombosis, entre otras situaciones que pueden poner en riesgo nuestra vida. Además de generaremos disfunciones emocionales que afectarán la vida de relación familiar, laboral y social.

¿Existe una solución?

Conocer nuestra biología es el punto clave para ser conscientes de por qué sucede esto y de lo nocivo que puede ser para nuestra salud física y emocional, para poder tomar decisiones de hacer cambios que estén a favor del bienestar de todas las personas. Sin embargo, más allá de los cambios, la realidad es que cada tanto vamos a ver a nuestro jefe como si fuera un mamut embravecido o a los demás conductores como leones que nos acechan; no obstante, con algunos tips, podemos bajar algunos «cambios» y volver a un estado de tranquilidad más rápidamente.

Consejos útiles

– Bajar el ritmo respiratorio; en situaciones de estrés la respiración se vuelve más alta y rápida.

– Escuchar música que lleve a nuestra UCCM a estados emocionales placenteros.

– Hacer ejercicio físico.

– Realizar actividades creativas.

– Dedicar tiempo a charlas con amigos.

– Masajes y caricias generan estados de relajación.

– En algunos momentos del día, levantarse de la silla y hacer movimientos para disminuir la tensión acumulada.

– Ver la foto de un ser querido.

– Estar en ambientes que nos contacten con luz natural.

– Sentirnos bien con nosotros mismos. Un modo de poder construir esta sensación es realizar una anotación todos los días con tres cosas positivas que hayamos realizado durante la jornada. Luego, ampliarla cada día y leerla varias veces en el día o cuando necesitemos darnos una inyección de ánimo.

– Hacer las anotaciones anteriores en momento de estrés también ayuda a llevar la atención a estímulos placenteros.

– Estar atentos cada día para generar espacios en donde la cordialidad sea una regla a cumplir.

Esperamos que esta información te ayude a vivir más feliz :)

Artículo de: Dr. Nse. Carlos A. Logatt Grabner.

Imagen:  Livin’ Spoonful en Flickr

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

(PDF) Neurogénesis en el cerebro adulto

  • David Aparicio
  • 14/07/2013

El descubrimiento de que nuevas neuronas continúan generándose en el cerebro adulto ha modificado el concepto de plasticidad cerebral y ha revelado nuevos mecanismos que garantizan la homeostasis del sistema nervioso.

Desarrollo

La neurogénesis, proceso que involucra la generación de nuevas neuronas, se ha demostrado en el hipocampo y en el bulbo olfatorio de mamíferos adultos, lo cual sugiere la persistencia de células troncales neuronales a lo largo de toda la vida. Los precursores primarios se han identificado en zonas especializadas denominadas nichos neurogénicos. De manera interesante, la célula que da origen a las nuevas neuronas en el cerebro adulto expresa marcadores de células gliales, un linaje celular lejano al de las neuronas. Trabajos realizados durante el desarrollo del cerebro han demostrado que la glía radial no sólo origina astrocitos, sino también neuronas, oligodendrocitos y células ependimales. Además, se sabe que la glía radial también es la precursora de las células troncales neuronales del cerebro adulto.

Conclusiones

En conjunto, estos datos soportan la idea de que las células troncales se desarrollan de un linaje neuroepitelial-glía radial-astrocítico. Así, la identificación de los precursores primarios, tanto en el cerebro en desarrollo como en el cerebro adulto, es fundamental para comprender el funcionamiento del sistema nervioso y, con esto, desarrollar estrategias de reemplazo neuronal en el cerebro adulto que lo requiera.

Fuente: Neurología

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  • Salud Mental y Tratamientos

¿Puede la creencia en Dios predecir cómo una persona va a responder al tratamiento de la salud mental?

  • David Aparicio
  • 12/07/2013
Tratamiento

Investigaciones anteriores han asociado la asistencia a la iglesia con una mayor esperanza de vida y las prácticas religiosas/espirituales con la reducción del riesgo de sufrir de depresión. Pero un reciente estudio publicado en The Journal of Affective Disorders  se diferenció de estas investigaciones, ya que no evaluó cuán seguido iban los participantes a la iglesia sino que evaluó la creencia en un poder superior y encontró que la creencia en Dios podría predecir si el tratamiento psicológico tendrá o no resultados positivos.

Para realizar el estudio los investigadores del hospital McLean en Belmont, Estados Unidos, liderados por el psicólogo David Rosmarin, pidieron a 159 hombres y mujeres que calificaran su espiritualidad respondiendo a la pregunta ¿Hasta qué punto cree usted  en Dios? Los participantes estaban diagnosticados en un 60% por depresión y 40% por trastorno bipolar, y estaban recibiendo tratamiento cognitivo conductual durante 10 días que incluyó terapia individual, terapia de grupos y en algunos caso fármacoterapia.

Los resultados revelaron que:

  1. La creencia en Dios fue significativamente mayor entre los que respondieron al tratamiento que entre los que no respondieron.
  2. Altos niveles de creencia fueron asociados con una mayor reducción de la depresión, autolesiones y mayores mejoras en el bienestar psicológico sobre el curso del tratamiento.
  3. Las creencias se mantuvieron correlacionadas con los cambios en la depresión y autolesiones luego de controlar las variables de edad y género.
  4. La percepción de la credibilidad o expectativas de tratamiento se relacionaron con la creencia en Dios y la reducción de la depresión, pero no con la regulación emocional o el apoyo social.
  5. La afiliación religiosa también se asoció con la credibilidad/expectativa de tratamiento pero no con los resultados de tratamiento.

Respecto a estos hallazgos el Dr. Rosmarin ofreció una posible explicación:“ Los pacientes que tienen más fe en Dios también tienen más fe en el tratamiento. Ellos fueron más propensos a creer que el tratamiento los ayudaría, y eran más propensos a verlo como creíble y real.”

Los pacientes que tienen más fe en Dios también tienen más fe en el tratamiento.

La Dra. Marilyn Baetz, una reconocida psiquiatra de la Universidad de Saskatchewan que ha estudiado los efectos de la religión y de la espiritualidad en la salud mental le dijo en una entrevista sobre estos resultados a The New York Times: “Este es uno de los primeros estudios que he leído que en realidad se ve como un mecanismo” de “por qué vemos cierta correlación entre el grado de compromiso religioso o la fuerza del compromiso espiritual y mejores resultados.”

La Dra. Batez en una previa investigación encontró que las personas con ataques de pánico que clasificaron a la religión como “muy importante” para ellos, respondieron mejor al tratamiento de la terapia cognitivo conductual, mostraron menos estrés y ansiedad que aquellos que clasificaron a la religión como “menos” importante.

Creed Torrey, profesor de psicología en la Universidad de Pennsylvania respecto a los resultados del estudio opinó: “Creo que es una manera científicamente sólida de medir las cosas que se relacionan con la experiencia espiritual de las personas. Pienso en esto como un estudio de los estilos cognitivos, donde hay un patrón de pensamiento que ayuda a las personas a mejorar con el tratamiento. Y los dos ejemplos de este patrón de pensamiento son ‘Creo en el tratamiento’ y ‘Creo en Dios’.”

El Dr. Rosmarin concluyó: “Hay una vulnerabilidad asociada con la fisicalidad. Creo que la gente, los pacientes psiquiátricos en particular, pueden reconocer su vulnerabilidad y reconocer las cosas con las que no pueden contar. A veces la medicación no funciona, y aveces la psicoterapia no funciona. Pero si alguien cree que algo que es metafísico, si alguien cree en algo espiritual, que aparentemente es eterno, permanentemente constante, omnipotente, entonces eso podría ser un recurso importante para ellos, sobre todo en los momentos de angustia emocional.»

Fuente: NYTIMES
Imagen:  final gather en Flickr

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  • Salud Mental y Tratamientos

¿Qué demonios son las terapias de tercera ola? cuarta parte: Entrevista motivacional

  • Fabián Maero
  • 12/07/2013

Parece mentira, pero llegamos a la cuarta entrega de la serie de terapias de tercera ola. Y sí, a nosotros nos sorprende tanto como a ustedes.

Para quienes recién se nos unen en esta recorrida, una actualización: hemos estado hablando acerca de las terapias denominadas de “tercera ola” o “tercera generación” en una serie de artículos: primero proporcionamos un panorama general en este artículo, luego nos detuvimos en las terapias basadas en mindfulness, para seguir con terapia metacognitiva.

 

Hoy vamos a seguir con un otro abordaje, aunque aún no estén seguros de si quieren leernos o no: hoy vamos a hablar de entrevista motivacional.

Entrevista motivacional

Entrevista motivacional (MI, por las siglas en inglés), es un modelo que inicialmente surgió en el ámbito del tratamiento de abuso de sustancias, y que se ha ido ampliando progresivamente para incluirse en cualquier tratamiento dirigido al cambio conductual.

Hay ciertos cambios que son difíciles de lograr: dejar de fumar (aquí el autor se da una palmadita en la espalda para reforzar el mes y medio sin tabaco que lleva), dejar tomar alcohol, mantener una rutina de ejercicios o dieta, dejar de leer Psyciencia, etc. Las dificultades en realizar estos cambios se suelen asociar a la motivación, y MI intenta aumentar la motivación para realizar esos cambios.

En términos de Arkowitz y Miller (2008)

Se puede considerar que MI es terapia centrada en la persona con una vuelta de tuerca. A diferencia de la terapia centrada en la persona, MI tiene metas específicas: reducir la ambivalencia e incrementar la motivación hacia el cambio. MI crea una atmósfera en la cual es el paciente antes que el terapeuta quien se vuelve el principal defensor y agente del cambio.

Definida por Miller y Rollnick (2002):

 MI es un abordaje directivo, centrado en el paciente, diseñado para incrementar la motivación intrínseca para el cambio a través de comprender y resolver la ambivalencia al mismo.

MI es “directiva” porque refuerza el cambio, y es “centrada en el paciente”, en tanto son las propias metas y valores del paciente lo que se considera más importante. La meta principal de MI es generar una conversación para el cambio, es decir, una conversación en la que el paciente mismo pueda verbalizar sus propias motivaciones para el cambio de conducta.

Un preludio al cambio

MI se basa en una adaptación del modelo transteórico del cambio de Prochaska y DiClemente, modelo que explica el cambio conductual como un proceso durante el cual se pasa por varias etapas:

1. Pre-contemplación: el paciente niega el problema y no considera aún el cambio.

cigarrillos
«Mi único problema con los cigarrillos es cuando no los encuentro»
Imagen: Sam Diephuis

2. Contemplación: el sujeto reconoce tener un problema, se muestra más receptivo a la información en cuanto a su problema y las posibles soluciones pero se muestra ambivalente respecto al cambio.

3. Preparación: la persona se halla lista para el cambio y tiene un plan para llevarlo a cabo

4. Acción: es la etapa en la cual se realiza el cambio conductual propiamente dicho.

5. Mantenimiento: la persona mantiene y sostiene el cambio realizado

MI utiliza estas etapas para comprender dónde está el paciente en ese momento y ayudarlo desde ese punto, prestando particular atención a las personas en las etapas de pre-contemplación y preparación.  En base a esto, el  tratamiento MI se divide en dos fases, con distintos objetivos según la situación del paciente:

Fase 1: el paciente está ambivalente respecto al cambio, y la motivación es insuficiente para cambiar. Las metas en esta fase son resolver la ambivalencia y construir una motivación intrínseca para el cambio.

Fase 2: se inicia cuando el paciente comienza a mostrar signos de disposición para el cambio (hablar más respecto al cambio, preguntas sobre el cambio, perspectivas a futuro, etc.) En esta fase el foco cambia a fortalecer el compromiso hacia el cambio y ayudar al paciente a desarrollar e implementar un plan de tratamiento.

En este sentido, MI es mejor comprendida como una intervención de preludio: no proporciona herramientas para el cambio (es decir, no incluye técnicas para dejar de fumar, por ejemplo), sino que prepara a las personas para llegar al cambio por sí mismas; dicho de otro modo, aumenta la disposición y la preparación para el cambio, para luego aplicar herramientas específicas al cambio que quiere lograr ese paciente en particular. Tampoco MI se reduce a una serie de técnicas o «trucos», sino que se trata de un estilo de intervención basado en principios que los terapeutas pueden seguir para facilitar un cambio conductual.

Esto último es importante, y vale la pena repetirlo: aunque MI sea directiva y piense en etapas de tratamiento, se trata de un abordaje guiado por principios, no por un manual ni un protocolo (de hecho, los autores de MI recomiendan explicitamente evitar la utilización de un manual para la aplicación de MI). Los principios que guían la práctica clínica de MI son:

Expresar empatía: un terapeuta empático intenta comprender la experiencia del  mundo que tiene el paciente, sin juicio ni crítica. Esto no implica pasar por alto las conductas, pero tampoco implica la crítica de las elecciones que se toman: implica que las conductas son más comprensibles cuando se ven desde la perspectiva del paciente.

Desarrollar discrepancia: MI piensa a la motivación como una función de la discrepancia entre las conductas y los valores del paciente, y propone que  tomar conciencia de esas discrepancias puede aumentar la motivación para el cambio. Por ejemplo,  una persona con dependencia a las drogas que valora fuertemente ser un buen padre experimentará malestar al percatarse de la discrepancia entre el uso de drogas y su compromiso a ser un buen padre, y este malestar puede aumentar la motivación para el cambio. Esto no significa que el terapeuta utilice los valores del paciente como un garrote, sino más bien que buscará que sea el paciente quien pueda notar la discrepancia.

Danzar con la resistencia: MI no considera a la resistencia como un obstáculo a superar, sino como una parte normal y esperable del proceso de cambio, y una valiosa fuente de información acerca de la experiencia del paciente. Se considera que la resistencia surge de la ambivalencia respecto al cambio (“quiero dejar de fumar, pero es algo que disfruto”), y se tratan con empatía y aceptación los argumentos en contra del cambio.

Apoyar la auto-eficacia: MI asume que la autoeficacia del paciente, es decir, la creencia de que el paciente puede llevar a cabo con éxito las acciones que son necesarias para el cambio; se asume que a menudo las personas tienen el conocimiento y los recursos para cambiar una vez que lo deciden. En los casos en que no sea así, el terapeuta guía al paciente para encontrar vías posibles de realizar el cambio.

Estos principios básicos se aplican a través de una serie de habilidades clínicas, o estrategias, varias de las cuales son derivadas directamente del abordaje centrado en la persona de Rogers, mientras que otras son específicas de MI. Estas estrategias incluyen:

  1. Trabajar con preguntas abiertas
  2. Escucha reflexiva
  3. Afirmaciones
  4. Resumir
  5. Fomentar charlas sobre el cambio

A su vez, cada una de estas estrategias clínicas incluye varios caminos para su aplicación (por ejemplo, la escucha reflexiva incluye repetir, refrasear, parafrasear, etc.)

Aplicaciones de MI

MI se ha investigado en diversas áreas vinculadas al cambio conductual: alcohol, abuso de alcohol, abuso de drogas, tabaquismo, juego compulsivo, salud pública, riesgo de HIV, adherencia al tratamiento,  dieta/ejercicio, con resultados generalmente favorables.  Como decíamos antes, MI puede ser utilizada como tratamiento en sí misma o como un abordaje auxiliar para mejorar la eficacia de otras psicoterapias.

En este último sentido, la aplicación de MI como preludio mejora notablemente los resultados de las psicoterapias: por ejemplo,  una única sesión de MI durante la admisión duplicó las tasas de asistencia y la abstinencia a tres meses en un programa de abuso de sustancias con pacientes ambulatorios  (Aubrey, 1998).

Citando a Arkowitz y Miller (2008)

Utilizar MI como un preludio, como han hecho Westra y Dozois (2006), utilizando MI con TCC (Terapia Cognitivo-Conductual), o bien realizar tratamientos ya establecidos tomando el “espíritu de MI”,  tiene el potencial de mejorar los resultados terapéuticos.

Como tratamiento en sí mismo (es decir, sin utilizar otras psicoterapias), hay resultados que sugieren que es tan eficaz como otros tratamientos para ciertos problemas: por ejemplo, en el proyecto MATCH (1997, 1998) sobre abuso de alcohol, los pacientes que recibieron 4 sesiones de MET (una adaptación de MI), tuvieron resultados similares, respecto a abstinencia y bebidas por día, que 12 sesiones de terapia cognitivo conductual o tratamientos de 12 pasos.

Además de ofrecer resultados similares  a los de otras intervenciones, MI es una terapia que requiere relativamente poco tiempo de aplicación: en las investigaciones el tiempo de intervención promedió los 100 minutos de interacción – es decir, aproximadamente dos sesiones (Lundahl y Burke, 2009).

Entrevista motivacional y la tercera ola

MI se incluye dentro de las terapias de tercera ola gracias a ciertas características que comparte con el resto de los modelos:

  • Énfasis en la aceptación y la empatía en el abordaje clínico.
  • Orientación al cambio conductual según los valores del paciente.
  • Pertenencia a una tradición de investigación, con particular énfasis en los procesos de cambio.
  • Aplicación según principios y estrategias generales (en lugar de manuales de tratamiento).

Lo que resulta particularmente atractivo de este modelo (en opinión del autor del artículo, claro), es su foco específico en trabajar con la resistencia y aumentar la motivación, convirtiéndolo en una herramienta que se puede agregar a la caja de herramientas del psicólogo para mejorar el resultado de otras intervenciones.

En breve vamos a publicar la quinta parte de la serie, sobre activación conductual. Los esperamos en unos días!

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