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Publicaciones por mes

octubre 2015

69 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Efecto placebo en el tratamiento de la depresión

  • Maria Fernanda Alonso
  • 30/10/2015

Las personas con depresión no responden de la misma manera a los diversos tratamientos e incluso, en ocasiones, pueden ser resistentes a algunos de ellos, siendo éste un gran problema tanto para los pacientes como para los profesionales que los atienden.

Según una nueva investigación, publicada en JAMA Psychiatry y realizada en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, la manera en que responde una persona en tratamiento por depresión a los placebos, podría determinar cómo responderá a la medicación real.

El estudio

El equipo de investigadores estudió la química del cerebro de 35 personas con depresión grave no tratada, quienes aceptaron probar lo que pensaron que era un nuevo fármaco para la depresión, que en realidad era un placebo, que posteriormente fue reemplazado por un medicamento real, ya aprobado para tratar el trastorno.

Los investigadores encontraron que los participantes que reportaron mejoras en los síntomas de depresión después de que se les administrara el placebo, también presentaron respuestas más fuertes del sistema mu-opioide (sistema “analgésico” natural del cerebro) en las regiones cerebrales involucradas en las emociones y la depresión. Además, estas personas presentaron mayores probabilidades de experimentar aún menos síntomas, una vez que recibieron los fármacos reales.

Éste estudio se realizó mediante el uso de Tomografías de Emisión de Positrones (TEP), escaneos, y una sustancia que se une a los receptores en las células cerebrales a las que se unen las moléculas mu-opioides.

Al principio, los participantes iniciaron el tratamiento sabiendo que no conocerían los detalles del estudio hasta el final. Durante dos semanas recibieron tratamiento con placebos, pero durante una de ellas, se les dijo que estaban tomando una sustancia que se creía que era capaz de activar los mecanismos internos y que podría tener propiedades antidepresivas. Al final de esa semana también se les realizó un escaneo cerebral y recibieron una inyección inofensiva de agua salada, de la que se les dijo que podría tener propiedades antidepresivas de acción rápida. Después de esas dos semanas y del escaneo, se les prescribió un antidepresivo real. Los participantes reportaron sus síntomas de depresión usando una escala de medición estándar a lo largo del estudio.

“Esta es la primera evidencia objetiva de que el propio sistema opioide del cerebro, involucrado en la respuesta tanto de los antidepresivos como de los placebos y en las variaciones de estas respuestas, está asociado con la variación en el alivio de los síntomas,” dijo la Dra. Marta Pecina, una de las autoras del trabajo, investigadora y profesora asistente en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Michigan, y miembro del Centro de Depresión de la misma Universidad.

El Dr. Jon-Kar Zubieta, autor principal del estudio, aporta un dato importante a tener en cuenta: él notó que el efecto placebo en este estudio no sólo provino de la creencia de los participantes de estar recibiendo el fármaco real, sino también del mero impacto de estar en un ambiente de tratamiento. Y sostiene que los resultados del estudio sugieren que hay personas que responden más a la intención de tratar su depresión, y en base a ello, además de la medicación, podrían verse más beneficiadas con la inclusión en tratamientos de psicoterapias o terapias cognitivas.

Los estudios que prueban los antidepresivos y los placebos sugieren que el 40% de la respuesta es debido al efecto placebo. Para los desarrolladores de los medicamentos, estas son tonterías; pero para los investigadores de placebos es muy llamativo, y quieren saber por qué sucede, y donde radica la diferencia con quienes no responden tan bien al efecto placebo.

Resultados

“Necesitamos descubrir cómo mejorar la resiliencia natural que algunas personas parecen tener,” dijo Jon-Kar Zubieta. Nuevos estudios deberían investigar cómo amplificar la respuesta natural del cerebro en nuevas formas, para mejorar el tratamiento de la depresión.

Los hallazgos también podrían ser de ayuda en el desarrollo y prueba de nuevos fármacos, al momento de corregir el efecto placebo que se mete en el camino de la medición del efecto real. “Podemos imaginar que al mejorar el efecto placebo, podríamos ser capaces de desarrollar mejores antidepresivos o de acción más rápida,” sostuvo la dra. Pecina.

Además, este estudio podría ayudar a identificar a los pacientes que podrían beneficiarse con estrategias no farmacológicas conocidas por ayudar a las personas que no obtienen alivio mediante los antidepresivos. Esto incluye la terapia electroconvulsiva, la estimulación cerebral profunda y la estimulación magnética transcraneal.

Fuente: Psypost

  • Salud Mental y Tratamientos

Definición de la semana: Insomnio

  • Alejandra Alonso
  • 30/10/2015

El insomnio es un trastorno del sueño que, según el DSM V (2013), se caracteriza por problemas con la calidad o cantidad del sueño acompañada de uno o más síntomas, tales como: dificultad para quedarse dormido (en niños esto puede darse no pudiendo quedarse dormido sin la ayuda de un cuidador); dificultad para mantener el sueño, es decir, despertarse frecuentemente o enfrentar problemas para volver a quedarse dormido (de nuevo, en los niños puede darse esta dificultad cuando no esta un cuidador para ayudarlo); despertarse temprano en la mañana sin poder volver a quedarse dormido.

El problema debe darse al menos 3 noches en la semana y durar por lo menos 3 meses. Causa además un gran malestar en varias áreas de la vida de la persona y ocurre aunque cuente con el contexto adecuado para quedarse dormido. Por último, los problemas para dormir no se deben a los efectos de ninguna droga (APA, 2013).

De todos los trastornos del sueño, el insomnio es el más prevalente. Se da en aproximadamente 10%-15% de los adultos (Myers, 2006).Es más común en mujeres y se suele dar luego de tener un hijo o cuando comienza la menopausia. Si bien puede ser un trastorno en si mismo o un síntoma de otro trastorno o enfermedad médica, generalmente no hay comorbilidad (APA, 2013).

Entre las consecuencias de sufrir de insomnio, podemos encontrar problemas de tipo social, interpersonal y ocupacional. Aumento de la irritabilidad durante el día, pobres atención y concentración, preocupación sobre el sueño, hay altas probabilidades de que le ocurran accidentes. También hay consecuencias a largo plazo, entre ellas un mayor riesgo de desarrollar depresión, hipertensión e infarto de miocardio, ausencias en el trabajo y baja productividad. De todo eso pueden derivarse una peor calidad de vida y un aumento en la carga económica (APA, 2013).

Una muy buena opción de tratamiento para este trastorno tan debilitante, es la Terapia Cognitivo Conductual, que además puede ayudarte a mejorar algunas enfermedades crónicas mentales o médicas, como la depresión, el alcoholismo, el TEPT, la fatiga en pacientes con cáncer de mama y el dolor crónico.

Fuentes: Myers, D. (2006), Psicología 7ma edición. Editorial Médica Panamericana:Madrid.
American Psychiatric Association, (2013), Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Washington, DC.
Imagen:Andrés Nieto Porras (Flickr)

  • Salud Mental y Tratamientos

Un test para detectar la demencia por cuerpo de Lewy en solo 3 minutos

  • Alejandra Alonso
  • 29/10/2015

Luego del Alzheimer, la Demencia por cuerpo de Lewy es la segunda forma más común de demencia, pero es muy difícil de diagnosticar. Sin embargo, ahora se puede realizar un diagnóstico con un test que dura tres minutos, gracias a un neurocientífico de la Universidad Florida Atlantic, pero además puede diagnosticar también la demencia asociada a la enfermedad de Parkinson. Sumado a esto, el test tiene una exactitud de cerca del 97% para distinguir entre Demencia por cuerpo de Lewy y Alzheimer.

Según el Dr. James E. Galvin, muchos pacientes no son evaluados por un profesional habilidoso en el diagnóstico de este tipo de demencia, lo que resulta en retrasos o errores en el diagnóstico. Él opina que esta herramienta permitirá realizar diagnósticos más acertados en pacientes que no tienen acceso a un especialista. Lo que a su vez reducirá la carga de los pacientes y cuidadores.

La escala “Lewy Body Composite Risk Score” de Galvin, es una breve evaluación que puede ser completada por un doctor para evaluar síntomas que estén en línea con la Demencia por cuerpo de Lewy rápidamente. Si el paciente presenta postura rígida o inestable, temblor en reposo o una lentitud o debilidad en sus movimientos, el test de Galvin puede detectar la Demencia por Cuerpo de Lewy sin tener que medir el grado de severidad de la enfermedad, lo que hacía que los test previos fueran largos y poco exactos.

El test se administró en clínicas y a pacientes reales de diferentes géneros, niveles educacionales y una amplia gama de síntomas de progresión de la enfermedad. Es de suma relevancia ser capaces de diferenciar entre la demencia por Cuerpo de Lewy y el Alzheimer, ya que las dos condiciones se manifiestan en formas similares y pueden ser difíciles de detectar en estadios tempranos.

Permitirá realizar diagnósticos más acertados en pacientes que no tienen acceso a un especialista

La demencia por cuerpo de Lewy afecta a 1.4 millones de personas solo en Estados Unidos, y muchos médicos no están familiarizados con todos los síntomas característicos. Puede tomarles más de uno o dos años diagnosticar la enfermedad. Un diagnóstico temprano puede significar una gran diferencia ya que se extendería la calidad de vida y se retrasaría la dependencia total a un cuidador.

Similar al Alzheimer, la demencia por cuerpo de Lewy comienza a manifestar sus síntomas cuando la persona tiene entre 50 y 85 años de edad. De acuerdo con la Lewy Body Dementia Association (Asociación de Demencia de Cuerpos de Lewy), al principio estos pacientes responden bien a ciertas medicaciones para la demencia, pero luego la respuesta empieza a decaer y ellos terminan peor que las personas con Alzheimer y Parkinson. A veces sufren de efectos secundarios peligrosos e incluso permanentes.

Galvin espera que se mejore la detección temprana de este tipo de demencia y que sirva para hacer estudios preventivos e investigaciones sobre biomarcadores, entre otras cosas.

Fuente: MedicalDaily
Imagen: Frantzou Fleurine (Unsplash)

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Adolescencia y provocación

  • Clotilde Sarrió
  • 29/10/2015

No hace mucho, navegando por la red de redes, me topé con una fotografía —la misma que ilustra este artículo— que me conmocionó profundamente. Invito al lector a que antes de seguir leyendo, contemple la imagen durante unos segundos y compruebe si al mirar la expresión de la niña que sostiene un cigarrillo en la mano, percibe en su mirada el mismo desafío que a mí me hizo estremecer al imaginar cual sería su reacción si me atreviera a recriminarla por la improcedencia de adoptar una pose tan adulta a su corta edad.

¡Que complicada es la adolescencia!

«¿No sería mejor fingir que no me he dado cuenta y dejar que la niña fume el cigarrillo si es lo que quiere; al fin y a la postre no es mi hija ni tampoco algo de mi incumbencia», pensé con recelo para que pasara de largo una responsabilidad que no me apetecía asumir, no por falta de convicción sobre la improcedencia de que la adolescente fumara sino por miedo a su reacción si llegaba a amonestarla.

Sin embargo, aunque la situación no fuera real y sólo estuviera elucubrando ante una fotografía, me incomodaba que la adolescente me mirara de un modo tan turbador: fijamente a los ojos, provocativamente y aparentemente con ganas –o tal vez la necesidad– de que me acercara a ella para reprobar su actitud.

Mi experiencia en el manejo del comportamiento en la adolescencia, me ha enseñado que en esta etapa del desarrollo se manifiesta una gran habilidad para el desafío, la seducción y también para alardear de una fingida valentía mientras el/la adolescente disimula su miedo ante las críticas que pueda recibir de sus mayores, unos reproches ante los que simulará una provocativa indiferencia que en realidad interiorizará con una ansiedad encubierta con poses de adulto tan falsas como su apática desgana por todo.

Adolescencia: entre el reto, el tanteo y la seguridad

Cuando se producen estas situaciones de reto y de tanteo por parte del adolescente, lo que en realidad pretenden estos jóvenes inexpertos es analizar cada situación, cada gesto del otro, cada dato procedente del ambiente y prever la reacción del adulto, así como evaluar que límites deberá respetar y cuales no podrá traspasar sin que suponga un peligro para él o para ella. Tal vez en este caso, la niña del cigarrillo sólo esté experimentando o recreándose en la fantasía de ser –o sentirse– mujer por un instante mientras en un recoveco de su subconsciente, la niña que aun no ha dejado de ser querrásentir la seguridad que percibía cuando jugaba con sus muñecas.

Termina de leer el artículo completo en Gestalt Valencia, el blog especializado de Clotilde Sarrió. 

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La terapia para el insomnio ofrece beneficios en el tratamiento de otros trastornos

  • Maria Fernanda Alonso
  • 29/10/2015

Quienes sufren de insomnio presentan problemas consistentes ya sea en la calidad, duración o continuidad de sus patrones de sueño. Aun existiendo condiciones óptimas para dormir, tienen dificultades para conciliar el sueño o para mantenerlo. Y como si fuera poco, el insomnio puede ser un potenciador de otras enfermedades (desde un simple resfrío hasta una grave depresión), y a su vez puede verse potenciado por éstas.

Un estudio, publicado en JAMA Internal Medicine, sugiere que una terapia que mejore el sueño también reduce los síntomas de otras enfermedades que a menudo lo perturban.

Este estudio examinó el efecto de la Terapia Cognitivo Conductual para el Insomnio (TCC-I) en pacientes con serias enfermedades físicas y mentales. La TCC-I es el tratamiento no farmacológico más prominente para los trastornos del insomnio.  Debido a su gran desempeño en ensayos clínicos, la TCC-I es recomendada por la Academia Americana de la Medicina del Sueño como el tratamiento de primera línea para el insomnio.

La TCC-I trata el insomnio sin medicación, combinando buenas técnicas de higiene del sueño (ejercitarse regularmente, pero no muy cerca de la hora de dormir, y evitar el café y la ingesta de mucho alcohol al anochecer), con tiempos de vigilia más consistentes (establecer un horario regular para levantarse y atenerse a él, salir de la cama durante los periodos de vigilia, evitar comer, leer, mirar TV o actividades similares en la cama, y eliminar las siestas durante el día), técnicas de relajación y actitudes y pensamientos de sueño positivos. Varios ensayos clínicos (1, 2, 3) han mostrado que la TCC-I proporciona un buen o mejor alivio de los síntomas del insomnio, que las drogas prescriptas, con mejoras más durables en el sueño.

Resultados del estudio

Comparados con aquellos que no recibieron TCC-I, los pacientes que sí la recibieron incrementaron su tiempo de sueño en la cama en cerca de un 12%; se quedaron dormidos cerca de 25 minutos más rápido y disminuyeron la cantidad de tiempo despiertos durante la noche en alrededor de 45 minutos, según Jade Wu, autora principal del estudio y estudiante de doctorado en psicología de la Universidad de Boston.

El estudio también encontró que un poco más de uno de cada tres pacientes que recibieron TCC-I se recuperaron del insomnio, comparado con uno de cada seis en los grupos control que no recibieron TCC-I.

Al analizar datos de 2189 pacientes, recogidos de 37 ensayos clínicos al azar, los investigadores encontraron que la TCC-I también es útil para quienes padecen una enfermedad física o mental crónica: cuando el insomnio es tratado con TCC-I, los síntomas de otras enfermedades disminuyen también al menos un poco. Y así, por ejemplo, hallaron que este tratamiento redujo el uso de alcohol en alcohólicos, disminuyó síntomas de depresión, redujo la severidad de los síntomas del trastorno por estrés postraumático, alivió la fatiga en pacientes con cáncer de mamas y redujo el dolor crónico.

Los autores del estudio concluyeron que la TCC-I es eficaz para mejorar los síntomas del insomnio y los parámetros del sueño en pacientes con insomnio comórbido.

Fuente: New York Times

  • Artículos de opinión (Op-ed)

Apología de una vida con sentido

  • Rita Arosemena P.
  • 28/10/2015

En 2014, el expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica dio un discurso memorable en la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) acerca de la libertad que posee cada individuo de fijar el horizonte de su vida. En su monólogo, Mujica expresó:

“Puedes darle un contenido (a la vida) o enajenarla y que te la compre el mercado, entonces te la pasas comprando cacharros y pagando tarjetas, y después estás viejo como yo, lleno de reumatismo. ¿Y qué hiciste en este mundo?

Pero si tuviste un sueño y peleaste por una esperanza, e intentaste transmitirla a los que quedan, tal vez quede un pequeño aliento (de ti) rodando en las colinas, en los mares… un pálido recuerdo que vale más que un monumento, que un libro, que un himno, que una poesía. La esperanza humana que se va realizando en las nuevas generaciones”.

Estimado lector o lectora, usted y yo vamos a morir. El filósofo alemán Martin Heidegger lo hubiese dicho empleando eufemismos técnicos, como “la muerte es la posibilidad que habita todas las posibilidades” o “la muerte es la única verdad absoluta”, pero el hecho final, el punto concluyente, es que usted y yo, sin saber cómo ni cuándo ni dónde, vamos a morir, y que pese a la naturalidad de este evento y aun siendo conscientes de que puede ocurrir mañana mismo, es probable que todavía hoy nos empeñemos en dedicar nuestro efímero paso por el mundo a llevar una vida que no nos apasiona. Que no tiene alma.  

Pero, ¿qué es una vida con sentido? ¿De qué sirve definir un sentido o propósito cuando se puede, cómodamente, existir sin él? De la misma forma en que empleo el verbo existir porque creo ciegamente que vivir debe reservarse para la plenitud del acto y no para ensayos o malformaciones, defiendo la tesis de que abrazarse a una causa equivale a abrazarse a la fuente misma de la vida. Quien tiene un sentido tiene un por qué que lo salva del abismo de la desesperanza, la cual Viktor Frankl decía puede explicarse mediante la ecuación:

D = S – P

Desesperanza igual a sufrimiento menos propósito de vida. Desesperanza igual a vacío, a carencia de significado, a despojo inauténtico.

Tengo la convicción de que el concepto sentido o propósito no debe ser confundido con uno, tan superfluo y volátil como plan, y la razón es que nos pasamos toda una vida haciendo planes que responden a factores externos, como la aceptación social, el reconocimiento público o cuánto dinero hemos de ganar, paradójicamente, haciendo algo que ni siquiera nos gusta.

Los planes de vida parecen conducir invariablemente a paliativos que postergan la gran duda existencial. Así, nos refugiamos cómodamente en el silogismo moderno:

Yo tengo – Yo valgo – Yo soy

Sin saber que aquello es pender de un hilo amenazado por la inminencia de la pérdida, y cuando sucede que perdemos, pasamos inevitablemente de serlo todo a ser nada.

Pero si no somos nuestras posesiones y tampoco somos nuestros méritos, ¿qué somos? El filósofo francés Jean Paul Sartre dijo en una ocasión: “Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”. En el dolor de la pérdida, en la desesperación de lo insólito, en el terror a lo desconocido, una persona es lo que hace con lo que hicieron de ella, es el árbol que crece lenta y silenciosamente del brote de una semilla enterrada en una fisura de concreto.

Veo esta idea del árbol que crece como la analogía de un principio oriental llamado Wu-Wei, o Principio de inacción. Según la filosofía taoísta, la inacción es fácilmente observable en una flor durante su estado de floración, por el simple hecho de que la flor no hace absolutamente nada, salvo florecer. No le interesa de qué color o tamaño serán sus pétalos, tampoco le perturba si la flor de al lado será más bonita o si el árbol de enfrente le dará sombra; el propósito de la flor es florecer, así que florece y solo por eso es perfecta.  

 

 

Existe una larga lista de maestros espirituales que hablan con gran propiedad acerca de cómo hallar un sentido o propósito en la vida. Personalmente, estoy en contra de la aplicación innecesaria de procedimientos complejos, y por eso concuerdo con Wayne Dyer en que todo se resume a una serie de preguntas:

¿Qué te hace feliz?

¿Qué te inspira?

¿Qué te hace sentir vivo?

Contrario a lo que nuestra sociedad fundamentada en el consumo y el arraigo a la seguridad económica nos enseña, ninguna respuesta es estúpida, ninguna pasión auténtica es un absurdo. No en vano conviene recordar en todo momento que usted y yo vamos a morir, y si cuando eso suceda nadie lo hará por nosotros, es prudente impedir también que alguien viva por nosotros.

Las voces de la razón puede que se muestren reticentes ante mi argumento, porque “mucho New Age y mucha Psicología Transpersonal”. Me declaro doblemente culpable, pero en mi defensa diré que este artículo nace más del miedo que de la influencia temática, uno que considero debería ser colectivo: el miedo a no atrevernos a vivir hasta que ya estemos para morirnos.

Hay un poema, erróneamente atribuido a Borges, cuya autora original sería una escritora norteamericana llamada Nadine Stair. En su traducción fue titulado “Instantes”, y reza en algunos de sus fragmentos:

Si pudiera vivir nuevamente mi vida,

en la próxima trataría de cometer más errores.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente

cada minuto de su vida.

Claro que tuve momentos de alegría, pero si pudiese volver atrás,

trataría de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos.

No te pierdas el ahora.

Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera

y seguiría así hasta concluir el otoño.

Daría más vueltas en la calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños,

si tuviera otra vez vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.

Hemos construido un sistema de consumo perfecto en el que podemos salir a la calle y comprar cualquier cosa, salvo la única que constituye el tesoro más preciado de la vida humana: tiempo. El tiempo genera la ocasión de vivir, y es en ella en la que el individuo tiene dos opciones: mantenerse al margen de su propia libertad, convencido de que todo en la vida le ha sido impuesto y que su única alternativa es seguir las huellas trazadas, o hacer de su voluntad un navío indestructible que lo encause a una vida con propósito, a la felicidad absoluta que consiste en hallarse a uno mismo en el camino hacia aquello que lo inspira.

Estimado lector o lectora: si hay en usted la dicha de haber encontrado ya una pasión que encienda su espíritu, no la apague con las manos que han de mantenerla encendida ni permita que ahoguen su fuego.

Usted y yo vamos a morir, es un hecho. ¿Qué le parece si, mientras tanto, vivimos?

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Fabián Maero y Paula José, publican el libro Tratamiento Breve de Activación Conductual para la Depresión

  • David Aparicio
  • 28/10/2015

Hoy recibimos la gran noticia de que nuestros queridos columnistas Fabián Maero y Paula José Quintero, publicaron su primer libro sobre la Activación Conductual para la depresión.

Fabián y Paula son dos psicólogos que se han destacado en la publicación y difusión de terapias basadas en la evidencia que funcionen en los contextos latinoamericanos.

En Psyciencia hemos tenido el privilegio de publicar sus artículos desde hace un par de años. Personalmente he aprendido mucho de ellos y son colegas por los cuales siento gran admiración, porque han logrado motivar a los psicólogos y estudiantes a que busquen más allá de lo que se les da en la facultad y de las corrientes predominantes de nuestros países.

dos psicólogos que se han destacado en la publicación y difusión de terapias basadas en la evidencia

El libro de Paula y Fabián se llama Tratamiento Breve de Activación Conductual para la Depresión, y fue publicado por la editorial AKADIA de Argentina. Es el resultado de un gran esfuerzo para dar a conocer los beneficios de este reconocido tratamiento.

La activación conductual es uno de los tratamientos más eficaces para tratar la depresión, es de fácil aplicación y está indexado en los tratamientos con fuerte apoyo empírico por la Asociación Americana de Psicología (APA).

A pesar de contar con el apoyo científico, la Activación Conductual es prácticamente desconocida por los profesionales de salud mental de los países latinoamericanos, que siguen utilizando los tratamientos convencionales o que se apoyan fervientemente en el uso de antidepresivos.

A continuación compartimos el prefacio del libro:

La depresión es un problema de salud serio. No sólo puede ser devastadora para la persona que la padece y su entorno social más cercano, sino que también es un problema para la sociedad en la cual sucede: el trastorno depresivo mayor ocupa el tercer lugar en Latinoamérica y el onceavo a nivel mundial en términos de impacto sobre la sociedad (Murray et al., 2012), con los costos económicos y sociales que esto implica (gastos en salud, horas de trabajo perdidas, enfermedades físicas asociadas, entre otros).

Además del impacto social y económico, la depresión probablemente sea el fenómeno que más frecuentemente se observa en la clínica psicológica, ya sea como diagnóstico completo o como presentación subclínica (es decir, personas con sintomatología depresiva pero que no cumplen con todos los criterios diagnósticos). En la clínica, los síntomas depresivos son el pan nuestro de cada día, presentándose de manera aislada o bien “acompañando” a otros trastornos (frecuentemente trastornos de ansiedad, véase Brown, Campbell, Lehman, Grisham, & Mancill, 2001; Kessler et al., 1998). Es por esto que Seligman(1975) escribió: “la depresión es el resfriado de la psicología y ha tocado las vidas de todos nosotros”

Afortunadamente, no hay escasez de tratamientos para depresión. La división 12 de la American Psychological Association, que enumera los tratamientos con soporte empírico para distintos diagnósticos, lista 6 tratamientos psicológicos con soporte empírico fuerte y 7 con soporte empírico moderado, y eso sin contar los abordajes farmacológicos (Strunk, 2015). Ante esta pluralidad de opciones se impone la pregunta: ¿qué tratamiento elegir?

Ahora bien, al hablar de depresión la eficacia de un tratamiento es sólo un aspecto de la cuestión. Si estamos hablando del “resfriado” de la psicopatología, necesitamos el equivalente a la “aspirina” de la psicopatología: un tratamiento de primera línea que, además de eficaz, sea fácil de aprender y fácil de aplicar, que pueda ser utilizado en situaciones en las cuales aplicar tratamientos más complejos y costosos no sea una posibilidad. En contextos como Latinoamérica y países en vías de desarrollo, en donde los recursos en salud suelen ser escasos, esto se vuelve imperativo.

Es justamente en esos contextos en donde activación conductual resulta una herramienta en extremo valiosa. No sólo porque tiene una eficacia similar a la de otros tratamientos más complejos para depresión (Dimidjian et al., 2006; N. Jacobson & Dobson, 1996), sino que se trata de un modelo sencillo de aprender y de implementar. Dado que es un modelo que incluye pocos elementos centrales la formación de terapeutas se simplifica enormemente. Nuestros talleres de entrenamiento, por ejemplo, suelen durar entre 5 y 7 horas, tiempo que alcanza para formar tanto terapeutas experimentados como principiantes, terapeutas familiarizados con modelos conductuales o terapeutas provenientes de otras tradiciones psicoterapéuticas.

Un protocolo de activación conductual puede, con mínimas adaptaciones, aplicarse tanto en psicoterapia individual como en formatos grupales, en sesiones extensas o en sesiones breves, e incluso como intervención paralela a otros tipos de tratamiento: un consultante puede recibir terapia cognitiva en formato individual y asistir a la vez a un grupo de activación conductual. Finalmente, como los protocolos de activación conductual son relativamente breves, pueden utilizarse como una primera etapa de intervención y referir a los consultantes que no mejoren a tratamientos más adecuados a su caso en particular.

Podemos echar un vistazo a la historia y observar que algo similar pasó con la medicina: en los ámbitos hospitalarios las infecciones se redujeron dramáticamente no con el uso de antibióticos costosos, sino cuando en el siglo XIX los cirujanos comenzaron a desinfectarse las manos antes de operar. Ese procedimiento no elimina todas las infecciones pero sí la mayoría de ellas, y se trata de un procedimiento barato y fácil de implementar. Activación conductual está en una posición similar con respecto a la depresión: un procedimiento eficaz y accesible. Por esto, no estamos proponiendo a activación conductual como una panacea, sino como la mejor intervención de primera línea para depresión.

Las ideas básicas detrás de activación conductual han sido usadas como tratamiento psicológico desde la década del 70 basándose en principios de análisis y modificación de la conducta. Hoy existen varios formatos de activación conductual que comparten principios similares. En este libro ofreceremos el formato de tratamiento de BATD (por las siglas en inglés de Tratamiento de Activación Conductual para Depresión). Se trata de un protocolo de activación conductual de diez sesiones que ha sido testeado en ámbitos diversos y es el formato de activación conductual más accesible y fácil de transmitir.

Hemos estado entrenando terapeutas en este modelo durante varios años y creemos que no sólo se trata de un modelo útil, sino imprescindible en Latinoamérica y en países en desarrollo en todo el mundo. Este libro es un intento de poner estas herramientas en manos de las personas que mejor uso les pueden dar.

Hemos tratado de mantener el lenguaje técnico al mínimo, y de facilitar el uso clínico del libro tanto como sea posible. Dado que activación conductual se basa en principios de análisis de la conducta, dedicaremos la primera parte del libro a revisar las bases teóricas y empíricas de BATD. La segunda parte del libro contiene una descripción detallada de los procedimientos involucrados en cada sesión siguiendo el manual BATD revisado (Carl W. Lejuez, Hopko, Acierno, Daughters, & Pagoto, 2011). En la tercera parte del libro revisaremos dificultades frecuentes, aplicaciones especiales de BATD y su integración con otros modelos de trabajo.

Puedes adquirir el libro en las librerías de psicología y medicina de Buenos Aires. Estoy esperando una respuesta por parte de la Editorial para saber si hacen envíos al exterior e interior de Argentina. Ni bien la obtenga, les haré saber sobre el asunto por este medio.

Nuevamente, ¡felicidades Fabián y Paula! La publicación de este libro es un logro que no debe pasar por alto y es un signo de que hay un genuino interés en la comunidad de salud mental en tratamientos eficaces y de bajo costo.

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¿A qué nos referimos cuando hablamos de personalidad y sus trastornos?

  • Karemi Rodríguez Batista
  • 28/10/2015

Seguramente habrás escuchado frases similares a: “le han diagnosticado un trastorno x de la personalidad”, “me cae bien y tiene mucha personalidad”, y el que se lleva las palmas: “es que no tiene personalidad” (todos tenemos personalidad y además, es única e irrepetible, ya vale con estas frases). Sería imposible resumir en unas páginas el tema de la personalidad y sus trastornos, lo que sí que me gustaría es ayudarte a tener una perspectiva más amplia, científica y a la vez sencilla, sobre la personalidad; cuáles son los factores que la determinan, algunas teorías y modelos, sus trastornos y tratamientos actuales.

Personalidad

Como habrás visto en la introducción el término “personalidad”, en muchas ocasiones, se utiliza de una manera errónea. En psicología, cuando hablamos de personalidad nos referimos a un conjunto de pensamientos, sentimientos y comportamientos profundamente incorporados, que persisten en el tiempo y nos hacen únicos e irrepetibles. Las personas tendemos a responder de un modo similar al enfrentarnos a ciertas situaciones. Sin embargo, nuestro comportamiento no está determinado tan solo por la personalidad. El aprendizaje, el ambiente o los estados anímicos nos condicionan a la hora de actuar en ciertos momentos.

Si bien la personalidad puede, en cierta medida, predecir o determinar cómo nos comportaremos ante diferentes situaciones, no podemos pretender que la exactitud sea al cien por cien. La complejidad del ser humano y la inmensa cantidad de factores que intervienen en nuestra manera de actuar hacen imposible la identificación de un único predictor de comportamiento.

Factores determinantes de la personalidad

Existen varios factores que son determinantes en nuestra personalidad, como: la herencia, el afecto, la nutrición, la salud física, el desarrollo neuropsicológico, el ambiente y el aprendizaje.

Según Hans J. Eysenck , psicólogo inglés que dedicó su vida al estudio de la personalidad, la estructura de personalidad posee tres «dimensiones»: carácter, temperamento (que muchas veces se confunden) e inteligencia.

nos referimos a un conjunto de pensamientos, sentimientos y comportamientos profundamente incorporados

Cuando hablamos de carácter nos referimos  a aquellas características en las que tiene un mayor peso la influencia del ambiente, es decir, el aprendizaje. Es adquirido, ligado a factores educativos y culturales. Sin él nos sería imposible interiorizar las normas sociales y nuestro ajuste voluntario. Se le puede educar, claro está que con trabajo personal.

Respecto al temperamento, es la base biológica del carácter, nos viene dada, es nuestro comportamiento afectivo (en gran parte resultado de la suma de procesos químicos del cerebro). Recientes estudios  informan cuáles son los genes que influyen en nuestra personalidad.

Y, finalmente, la inteligencia, que hace referencia a nuestro comportamiento cognitivo, formada por algunas variables como la atención, la capacidad de observación, la memoria, el aprendizaje y las habilidades para socializarse.

Cuando hablamos del desarrollo de la personalidad debemos tener en consideración dos conceptos: genotipo y fenotipo. El primero se refiere a las potencialidades que tenemos debido a nuestra constitución biológica, es decir, lo que podríamos o deberíamos ser y está determinado por la herencia y el desarrollo neuropsicológico. El segundo hace referencia a la manifestación conductual de nuestra personalidad, es decir, lo que hacemos y cómo lo mostramos, y está determinado por el genotipo y por los procesos de aprendizaje a lo largo de nuestra vida. Ambos desempeñan un rol fundamental para el desarrollo de nuestra personalidad.

En conclusión, nacemos con ciertas características propias, que con el paso del tiempo y con un conjunto de factores como son el origen ambiental, la cultura, la familia, la educación recibida, etc., se van desarrollando y definiendo, estructurando y cambiando con el paso de los años. En este proceso intervienen de forma significativa ejerciendo una gran influencia las figuras de los padres, los amigos, profesores.

Rasgos y tipos

Como hemos visto, nuestro comportamiento se muestra, en cierta manera, consistente con el tiempo, con lo cual podríamos concebir los rasgos como agrupaciones de conductas específicas que se presentan habitualmente.

Un rasgo de personalidad contiene las características de estabilidad y durabilidad y en esto se diferencia de un estado, que es una situación puntual, con un inicio y fin. Por ejemplo, es muy distinto que estemos nerviosos porque mañana presentamos un examen, hayamos tomado mucho café o hayamos discutido, a que seamos nerviosos.

Es muy importante tener esto presente, ser específicos, de hecho muchas terapias trabajan en esa diferenciación. Cuántas veces habrás escuchado que te llamen apático, enojón, nervioso, antisocial, alma de la fiesta… en función de una situación específica. ¿A qué es molesto?

Las personas nos asemejamos o diferenciamos no en función de nuestros estados, sino dependiendo de nuestros rasgos. Hay una inmensa, pero inmensa cantidad (egocentrismo, impulsividad, ansioso, dominantes, emotivos…). Mira la investigación original donde en 1936, Allport y Odbert encontraron hasta 17953 rasgos.

Como comprenderás, el trabajo de los psicólogos sería imposible y es por ello que desde el punto de vista moderno de las teorías de la personalidad se establecen los tipos o dimensiones. Los rasgos no son independientes, en realidad se relacionan entre sí en mayor o menor medida y esta relación puede cuantificarse mediante un índice estadístico llamado correlación. Este tipo de relación entre los rasgos hace posible su agrupación en entidades superiores llamadas tipos o dimensiones. Así, por ejemplo, tenemos tipos como el de la extraversión, que englobaría rasgos de sociabilidad, vitalidad, actividad, dominancia, búsqueda de emociones, etc. Es importante no concebir estos tipos de manera dicotómica (extraversión-intraversión) sino en un continuo o grado, en función de la medida en que poseemos los distintos rasgos que constituyen ese tipo en concreto.

Antes de pasar a las teorías y modelos, me gustaría que echaras un vistazo a una recopilación de investigaciones recientes sobre el uso de nuestros datos (edad, intereses, likes, etc.) que ayudan a empresas importantes (concretamente facebook) a serlo, en gran parte gracias al perfil que se forman de nosotros y cómo influye en nuestra conducta. Es impresionante.

Teorías y modelos de la personalidad

El estudio de la personalidad no se formalizó, como una rama de la psicología, hasta finales de la década de los 30. Y, entre los años treinta y setenta, se formularon las grandes teorías de la personalidad de tipo clínico , como las factoriales o multi-rasgo (Allport, Guilford, Cattell, Eysenck, Modelo de los Cinco Grandes), o las bio-tipológicas (Pavlov, Strelau, Gray), además de las basadas en los supuestos más conductuales (Skinner, Dollard y Miller), o en las aportaciones primeras del aprendizaje social (Rotter, Bandura, Mischel).

Si quieres profundizar más en estas teorías y sus autores, te recomiendo que visites la versión en línea del libro “Teorías de la Personalidad” de Raúl Gautier y George Boeree. Ahí encontrarás tanto la biografía exhaustiva de los principales autores, como sus aportaciones.

Desde finales del siglo XX y a lo largo de la primera década del XXI, cabe destacar el papel adquirido por las concepciones sociocognitivas, que nos presentan el entendimiento de la personalidad como un sistema complejo integrado por subsistemas relacionados entre sí de elementos cognitivos y afectivos, donde la persona es proactiva y no reactiva, habiendo elección y creación de situaciones así como intencionalidad en su camino hacia las metas y objetivos que se propone.

Bien, pues las distintas teorías formuladas para describir y explicar la personalidad pueden organizarse en torno a tres modelos teóricos: internalista, situacionista e interaccionista, que se diferencian en la respuesta que dan a la cuestión sobre los determinantes de la conducta individual.

El modelo internalista entiende que nuestra conducta está fundamentalmente determinada por factores personales. El modelo situacionista, entiende que nuestra conducta está principalmente determinada por las características del ambiente o situación en que ésta tiene lugar. El modelo interaccionista reúne las dos posiciones anteriores, señalando que nuestra conducta está determinada, en parte, por nuestras características personales, en parte, por parámetros situacionales, y fundamentalmente, por la interacción entre ambos conjuntos de determinantes.

Trastornos de la personalidad

El trastorno de la personalidad se considera diferente de un trastorno clínico debido a que persiste durante toda la vida adulta, mientras que el trastorno clínico tiene un inicio y una evolución en el tiempo.

Aunque es objeto de debate intenso, todas las clasificaciones actuales de los trastornos de la personalidad exigen: 1) que el comienzo del trastorno se ubique en la infancia o en la adolescencia (inicio precoz); 2) que haya una persistencia de la conducta en el tiempo y en casi todas las situaciones (estabilidad y consistencia); y 3) que cause sufrimiento personal, problemas en el trabajo o dificultades en las relaciones familiares o sociales.

Al igual que los problemas de salud mental, los trastornos de la personalidad son probablemente el resultado de la interacción de múltiples factores ambientales y genéticos. Existe cada vez más evidencia de que existe un componente genético. Hay estudios que indican la herencia de los caracteres de la personalidad y los trastornos de la personalidad, van del 30% al 50%. Y las experiencias familiares e infantiles son importantes, incluyendo el haber experimentado abuso (emocional, físico y sexual), abandono y acoso (puedes ver el artículo entero y sus referencias aquí).

El trastorno de la personalidad se considera diferente de un trastorno clínico debido a que persiste durante toda la vida adulta

En un artículo reciente de la revista “Actas Españolas de Psiquiatría,”  se  examinaron diversos estudios que analizan la influencia de los acontecimientos ambientales sobre los mecanismos de regulación génica, con particular atención a las consecuencias de esta interacción en la conformación del sistema nervioso, de rasgos de personalidad y de alteraciones en la personalidad. Te recomiendo que lo leas.

Con respecto a la actual clasificación, la quinta edición del DSM (DSM-V) publicada recientemente, no ha modificado la clasificación previa por categorías, aunque es una alternativa más compleja. Enfatiza los rasgos de personalidad y un concepto dimensional. La revista “Actas Españolas de Psiquiatría” estudia a profundidad la reformulación de los trastornos de la personalidad en el DSM-V en el siguiente artículo.

Hay que puntualizar que los rasgos que describen cada uno de los trastornos de la personalidad también pueden encontrarse en gente “sana”, por ejemplo, el hecho de que el trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad implique, entre otras características, una gran meticulosidad no quiere decir que todo aquél que posea este rasgo deba recibir el diagnóstico.

Se pueden distinguir 10 diagnósticos agrupables en tres categorías (clusters), que a continuación intentaré resumir.

Grupo A (trastornos raros o excéntricos)

Este grupo se caracteriza por un patrón penetrante de cognición (por ej. sospecha), expresión (por ej. lenguaje extraño) y relación con otros (por ej. aislamiento) anormales.

  • Paranoide

La persona tiene un patrón de desconfianza y recelos de los demás en forma prolongada. Son individuos suspicaces, resentidos y hostiles que responden airadamente ante cualquier situación próxima al ridículo. Ellos se perciben como inocentes, justos y nobles, por el contrario consideran a los demás maliciosos, malintencionados e interesados.

  • Esquizoide

La persona tiene un patrón vitalicio (de por vida) de indiferencia hacia los demás y de aislamiento social. Al contrario del esquizotípico, la ausencia de relaciones sociales no es debida a la ansiedad sino a un rechazo voluntario porque se autopercibe como suficiente y a los demás como intrusivos e indeseables.

  • Esquizotípico

Es una condición mental por la cual una persona tiene dificultad con las relaciones interpersonales y alteraciones en los patrones de pensamiento, apariencia y comportamiento. Es decir, se comportan de manera extraña, destacan por una apariencia muy peculiar, resulta difícil entender qué dicen tanto por el contenido como por la forma. Tienen escasa afectividad y se mantienen aislados socialmente debido a la gran ansiedad que les produce el contacto social, además de sostener creencias extravagantes.

Grupo B (trastornos dramáticos, emocionales o erráticos)

Estos trastornos se caracterizan por un patrón penetrante de violación de las normas sociales (por ej. comportamiento criminal), comportamiento impulsivo, emotividad excesiva y grandiosidad.

  • Antisocial

Es  una condición mental por la cual una persona tiene un patrón prolongado de manipulación, explotación o violación de los derechos de otros. Percibe a los demás como débiles y muestran deshonestidad, impulsividad, agresividad e irresponsabilidad en sus actos, así como una falta de remordimientos frente al daño causado a los demás

  • Límite

Es  una condición mental por la cual una persona tiene patrones prolongados de emociones turbulentas o inestables. Se define por la inestabilidad tanto de la autoimagen y de las relaciones interpersonales, como del humor. Por esto, es frecuente observar una alternancia entre la idealización y la devaluación de sus amistades, junto con un esfuerzo frenético por no ser abandonado. Estas alteraciones de humor les llevan en la mayoría de los casos a presentar autolesiones e intentos de suicidio.

La identificación y modificación de esos esquemas de conducta del pasado, desde nuestra experiencia presente, es la clave del tratamiento

  • Histriónico

Es  una condición mental por la cual las personas actúan de una manera muy emocional y dramática que atrae la atención hacia ellas. No soportan ser ignorados o rechazados. Utilizan su aspecto físico para llamar la atención, así como mostrarse exageradamente emotivos.

  • Narcisista

Es  una condición mental por la cual una persona tiene: sentido exagerado  de egocentrismo, una preocupación extrema por sí misma y falta de empatía con otras personas. Puesto que ellos son un caso especial, les parece lícito saltarse las normas y utilizar a los demás para su beneficio. En la mayoría de los casos son muy sensibles a la crítica y por tanto pueden presentar problemas relacionados con estados de ánimo.

Grupo C (trastornos ansiosos o temerosos)

Este grupo se caracteriza por un patrón penetrante de temores anormales, incluyendo relaciones sociales, separación y necesidad de control.

  • Evitación

Es una condición mental por la cual una persona tiene un patrón vitalicio de sentirse muy tímida, inadecuada y sensible al rechazo, debido a que se percibe como muy vulnerable y socialmente incapaz. Ven a los demás como superiores y críticos, y evitan situaciones en las que puedan sentirse juzgadas o evaluadas.

  • Dependencia

Es una condición mental por la cual las personas dependen demasiado de otros para satisfacer sus necesidades emocionales y físicas. Tienden a idealizar a los demás, mostrándose desvalidos, incapaces de hacer nada por su propia cuenta y muy absorbentes en sus relaciones con los demás.

  • Obsesivo-compulsivo

Es una condición mental por la cual la persona está preocupada por las reglas, el orden y el control. Son personas sumamente perfeccionistas, detallistas y organizadas, con dificultad para delegar tareas, muy escrupulosas. Se consideran a ellos mismos como muy responsables y competentes, pero a los demás como lo contrario. Esto, evidentemente, les llega a resultar incapacitante.

Si quieres ver los criterios diagnósticos generales de cada trastorno (aunque en base al DSM-IV y CIE-¡O) pulsa aquí.

Tratamientos

Los problemas de personalidad se caracterizan porque ocupan gran parte de la vida de la persona en el momento presente y a lo largo del tiempo. En su tratamiento se pretende cambiar para ser capaz de solucionar los problemas actuales y luego identificar y modificar conductas aprendidas y eficaces en el pasado que continúan aplicándose en el presente, donde ya no son convenientes.

Las técnicas cognitivo conductuales han comenzado a dar alternativas eficaces a este tipo de problemas. Los recientes avances en la comprensión de los procesos de lenguaje han propiciado la aparición de una nueva generación de terapia cognitivo conductual: las terapias contextuales. Entre las distintas líneas de desarrollo que se están dando en este momento, destacan: la terapia de aceptación y compromiso, la terapia dialéctica conductual de Linehan, la Psicoterapia Analítica Funcional, de Koheleberg, la terapia conductual integrativa de pareja de Jacobson.

En el aprendizaje básico que realizamos para poder manejarnos en la vida, nuestras circunstancias vitales nos pueden haber llevado a resolver los problemas que se nos presentaban de una forma que tuvo su función y eficacia en aquellas situaciones y con los medios y conocimientos que teníamos. Sin embargo, estas formas de resolver los problemas se incorporan como esquemas automáticos y los empleamos en situaciones actuales en las que no son eficaces y en las que (ahora) seríamos capaces de actuar de otra manera. Estos esquemas son muy básicos y afectan a gran cantidad de situaciones y problemas.

La identificación y modificación de esos esquemas de conducta del pasado, desde nuestra experiencia presente, es la clave del tratamiento.

Si quieres profundizar de manera breve pero rigurosa en la génesis de los trastornos; manifestaciones y efectos para la persona, su entorno, y sobre todo en los tratamientos actuales para cada uno, descárgate la guía gratuita “La personalidad y sus trastornos”.

Referencias:

  • Allport, G. (1936). Traitnames. A psycho-lexical study. Psychological Review Publication; 47(1), 1-178 pp.
  • Aparicio, D. (2015). Facebook: Las investigaciones más relevantes sobre su efecto en nuestra conducta. Disponible en  https://www.psyciencia.com//2015/26/facebook-las-investigaciones-mas-relevantes-sobre-su-efecto-en-nuestra-conducta/
  • Bermúdez Moreno, J., Pérez García, A. M., Ruíz Caballero, J. A., SanJuan Juárez, P., y Rueda Laffond, B. (2011). Psicología de la personalidad. Madrid, España: UNED.
  • Esbec, B. y  Echeburúa, E. (2011). La reformulación de los trastornos de la personalidad en el DSM-V. Actas Españolas de Psiquiatría;  39(1), 1-11 pp.
  • García Higuera, J. A. (2013). Tratamiento de los trastornos de personalidad. Disponible en http://www.cop.es/colegiados/m-00451/Person.htm
  • Gask, L., Evans, M., y Kessler, D. (2013). Trastorno de la personalidad. Disponible en  http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=81626
  • Gautier, R., y Boeree, C.G. (2015). Teorías de la personalidad. Disponible en  http://www.psicologia-online.com/ebooks/personalidad/personalidad.htm
  • GoodTherapy.org. (2015). Hans Eysenck. Disponible en  http://www.goodtherapy.org/famous-psychologists/hans-eysenck.html
  • Lorea-Conde, I. y Molero, P. (2015). Implicaciones de los mecanismos epigenéticos en el desarrollo y tratamiento de los trastornos de la personalidad. Actas Españolas de Psiquiatría; 43(2), 42-50 pp.
  • Maero, F. (2013). ¿Qué demonios son las terapias de tercera ola? Disponible en  https://www.psyciencia.com//2013/26/que-demonios-son-las-terapias-de-tercera-ola
  • MedlinePlus. (2014). Trastornos de la personalidad. Disponible en  https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000939.htm
  • Nuestra personalidad, única e irrepetible. (2007). En Enciclopedia de la Psicología (Vol.  4, 53-95 pp.). España: Océano.
  • Psicomed.net. (2015). Criterios diagnósticos generales para un trastorno de la personalidad. Disponible en http://www.psicomed.net/dsmiv/dsmiv16.html
  • Psyciencia. (2012). Los genes que regulan la personalidad. Disponible en  https://www.psyciencia.com//2012/26/los-genes-que-regulan-la-personalidad/
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El hombre que veía a un extraño en el espejo

  • Alejandra Alonso
  • 28/10/2015

Una escena clásica de las películas de terror es la del espejo, desde el vampiro que no se refleja, hasta el fantasma o la figura que aparece rápidamente detrás del protagonista. En psicología no nos quedamos atrás, la revista Neurocase reportó el caso de un hombre de 78 años (al que llaman Sr. B para proteger su privacidad) quien durante 10 días, cuando se miraba al espejo, veía a otra persona: un extraño que se veía igual a él y sabía todo sobre él, pero que sin embargo seguía siendo un extraño. Eventualmente, esta figura “se hizo agresiva“ y probablemente fue esto lo que llevó al Sr. B a ser admitido en el hospital.

El Sr. B., quién no tenía historial de enfermedad psiquiátrica, fue diagnosticado con una forma del síndrome de Capgras. Este síndrome se caracteriza por la creencia de que una persona (generalmente cercana al paciente) ha sido reemplazada por un impostor y ha sido descrita en enfermedades de tipo psiquiátrico y neurológico (degenerativas y no degenerativas). Es más comúnmente asociado con enfermedades neurodegenerativas, específicamente con la enfermedad de los cuerpos de Lewy, donde siempre coexisten alucinaciones visuales. En ausencia de enfermedades neurodegenerativas, el inició de la enfermedad ocurre a una edad más temprana y puede estar asociado con enfermedades psiquiátricas, eventos cerebrovasculares y uso de drogas ilícitas.

Es probable que los delirios involucren algún grado de discapacidad en el procesamiento de rostros, específicamente en la habilidad de procesar la familiaridad de los rostros de otros: en el Capgras, lo familiar de alguna forma no lo es.

Lo que es más interesante sobre el caso es que el juicio delirante es aplicado a su propio rostro

Se asume que el síndrome de Capgras es un fenómeno raro, inicialmente reportado solo con enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia paranoide y el trastorno esquizoafectivo. Sin embargo, recientemente se ha descrito el síndrome en condiciones neurológicas como la epilepsia, enfermedades cerebrovasculares, luego de traumas en la cabeza, con tumores hipofisarios y especialmente en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la enfermedad de los cuerpos de Lewy.  

Lo que es más interesante sobre el caso es que el juicio delirante es aplicado a su propio rostro. Hay evidencia que sugiere que procesamos información sobre nuestra propia cara de forma especial, sugiriendo esto a su vez que esta experiencia particular refleja una discapacidad cerebral específica. Los autores del artículo sobre el Sr. B no dan muchos datos sobre los síntomas neurológicos del paciente, solo mencionan algunos indicadores proteínicos consistentes con la enfermedad de Alzheimer, y atrofia en las principales regiones cerebrales posteriores. También se esperaría que presentara daños en la corteza prefrontal dorsolateral, que es común en pacientes que experimentan tales alucinaciones. Este área está relacionada con la evaluación de creencias, interviniendo para cuestionar ideas extremas o incoherentes.

Al Sr. B se le administró medicación antidepresiva y antipsicótica en el hospital y, luego de tres meses, se había recuperado de sus alucinaciones. Menos mal, debe haber sido aterrador mirarse al espejo y que te pase lo que le pasó al Sr. B.

Si te interesa, puedes leer sobre otros síndromes o delirios raros aquí.

Fuente: Research Digest
Imagen: Andrés Nieto Porras (Flickr)

  • Salud Mental y Tratamientos

El genograma, una gran herramienta de trabajo en psicoterapia

  • Belén Garayoa Molpeceres
  • 27/10/2015

Artículo publicado previamente en Aprende Viendo Terapia, la mayor plataforma online en el entrenamiento en español de habilidades psicoterapéuticas. 

La utilización de genogramas en terapia sistémica es una herramienta muy últil y habitual. El valor mas importante del genograma es el impacto visual que tiene, ya que permite que de un solo vistazo podamos identificar los roles y patrones de interacción de un determinado sistema familiar que puede incluir varias generaciones. Otra ventaja muy importante es el hecho de ser una herramienta que podemos utilizar cuando trabajamos con niños o adolescentes reticentes a implicarse en la intervención, pudiéndose convertir en un facilitador para hablar de la familia, inicialmente de lo mas estructural para ir profundizando a un nivel mas relacional.

En muchas situaciones, empezar a hablar de quién es quién en la familia es más fácil que hablar de quién hace qué a quién y de cómo se sienten los distintos miembros de la familia cuando esto ocurre.

El genograma nos permite conocer a la familia mas a fondo

El genograma consiste en una representación gráfica, dónde se recoge la información de tres generaciones de la familia con la que se está trabajando. Se incluye información tanto demográfica como relacional.

El genograma nos permite conocer a la familia mas a fondo, tanto a los que acuden a terapia como a aquellos de los que se habla durante la misma, pero no se les conecta con el resto. Todo esto también nos permite realizar hipótesis acerca de la relación entre el problema y el contexto familiar, la evolución del problema a lo largo del tiempo, su relación con el ciclo vital de la familia etc.

El dibujo del genograma tiene en si mismo una función terapéutica y no consiste meramente en una prueba diagnóstica ni de recogida de información. Podemos entender el genograma como un  medio para llegar a compartir información con el resto de miembros de la familia, nos permite ayudar a los distintos pacientes. En algunos casos, incluso nos ayuda a que miembros de la familia que se mantienen mas al margen se impliquen y colaboren compartiendo información, viendo ésta como la vía mas segura para hablar de su familia y de ellos mismos. En algunos casos, solo el simple hecho de observar el genograma ya nos da una visión de aquellos patrones relacionales que se repiten de generación en generación, haciéndose conscientes y convirtiéndose en un primer paso para poder hacer cambios.

La representación del genograma se suele hacer durante las primeras sesiones, ya que permite que tengamos un marco mas claro a partir del cual empezar a intervenir y  realizar hipótesis de trabajo.

En cuanto al dibujo del genograma, la construcción del mismo se compone de tres fases sucesivas: trazado de la estructura familiar;  recogida de la información básica sobre la familia; y delineado de las relaciones familiares. La primera representación consiste en dibujar las figuras (p. ej. cuadrado, círculo) que simbolizan cada miembro de la familia y las líneas que los unen que determinan el tipo de relación que se establece entre ellos. Los miembros varones se representan con cuadrados y las mujeres con círculos. Además, se emplea una línea de puntos para indicar la convivencia de los diferentes miembros, incluyendo en un mismo círculo aquellas personas que conviven compartiendo casa.

Mas pormenorizado, este sería el proceso de creación del genograma:

En primer lugar, se traza la estructura del genograma: personas que componen la familia, vínculos de sangre y legales existentes entre ellos y fechas más importantes (nacimiento, muerte, matrimonio, separación, etc).

En segundo lugar se incorpora la información funcional más relevante: datos de funcionamiento psicológico, médico y general que sean importantes (enfermedades físicas o mentales, sucesos llamativos, éxitos o fracasos llamativos….)genograma 2

 

Se trazan las relaciones más significativas entre los miembros (alianzas, conflictos, corte emocional…). Señalando con diversos símbolos aquellas mas significativas (que sean mejores o peores).

conflictos genograma
Imagen: ElPsicoasesor.com

Por último, se señalan en una hoja aparte aquellos datos que no se pueden representar gráficamenteporque requieren de una mayor explicación (sucesos familiares importantes, Conflictos llamativos y motivos del mismo, etc.) y los datos de historia familiar que permiten contextualizar y entender a esa familia en concreto.

Se trazan las relaciones más significativas entre los miembros

Por último y a partir de la información que se ha registrado tanto en el gráfico como en las hojas de datos, se recogen las características familiares más significativas, los recursos o habilidades que tiene esa familia y las posibles dificultades que puede tener como familia o con respecto a algún miembro en particular.

A la hora de elaborar el genograma, tenemos la opción de lápiz y papel, dibujándolo junto a la familia o alguno de sus miembros y completándolo poco a poco según avancen las sesiones. Podría ser muy interesante reunir información de distintos familiares, ya que esto hará que aumente la confiabilidad y proporcionará la posibilidad de comparar perspectivas y observar interacciones en directo. Partimos de la base de que es posible que los miembros de una familia relaten las historias de los mismos sucesos de forma totalmente distinta.

Por otro lado, también podemos descargar Genopro gratis, que ofrece una solución práctica a la creación de árboles familiares y genogramas. El programa puede mostrar una representación gráfica completa de un árbol genealógico, facilitando el estudio de los individuos de una familia.

Personalmente, yo me inclino por realizar un genograma a mano alzada junto con los miembros de la familia y posteriormente hacerlo en el ordenador e ir incluyendo información si es necesario.

Un ejemplo de cómo quedaría un genograma con este GenoPro sería el siguiente:

ejemplo-genograma-completo

 

Bibliografía:

McGoldrick, M., Gerson, R. (1987). Genograma en la Evaluación Familiar. Buenos Aires, Gedisa

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