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Publicaciones por mes

octubre 2016

57 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Vota por Clotilde Sarrió en los premios Bitácoras 2016 como mejor blog de salud

  • 25/10/2016
  • David Aparicio

Nuestra querida columnista Clotilde Sarrió con su blog Gestalt Terapia, ha sido nominada en los premios Bitácoras 2016 como mejor blog de salud. Para los que no conocen de que se trata, los premios Bitácoras son una referencia en la internet que distinguen a los mejores diarios online de habla hispana.

Clotilde ha venido haciendo un trabajo espectacular con sus publicaciones y sin dudas se merece el apoyo de sus lectores. Sólo tienes que hacer click aquí para votar.

¡Felicidades Clotilde!



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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

(PDF) Violencia parental: Principales características, factores de riesgo y claves para la intervención

  • 25/10/2016
  • David Aparicio
violencia parental

La violencia parental es un problema cada vez más evidente en los sistemas de protección social, sanitario y judicial que, sin embargo, sigue presentando lagunas respecto de sus principales características y las de sus implicados, factores predisponentes e intervenciones eficaces.

Sin embargo, sí existe consenso respecto de sus devastadoras consecuencias. Esta revisión bibliográfica se centra en analizar la problemática de la VP con el objeto de proporcionar datos que sirvan de herramienta para futuras investigaciones y propuestas de intervención.

En particular, en el artículo se define la VP y sus tipos, se ofrecen datos sobre prevalencia, así como sobre las principales características de hijos maltratadores y padres y madres maltratadas, se comentan los principales factores de riesgo individuales, familiares, escolares y comunitario



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Autoras: M. Luisa Martínez, Estefanía Estévez, Teresa I. Jiménez y Coral Velilla.

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Fuente: Papeles del Psicólogo

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Se aprobó la ley que protege a los chicos con dislexia en Argentina

  • 24/10/2016
  • Geraldine Panelli

En Argentina, para cubrir los derechos de los niños; existe el plan medico obligatorio (POM), el cual cubre un plan materno Infantil; que en conjunto con la Ley Nacional 24.901 garantiza el derecho a la igualdad a las personas con discapacidad; cubriendo por medio de prepagas, obras sociales, mutuales y asociaciones benéficas que presten servicios de salud; el tratamiento integral: prevención, promoción, asistencia y rehabilitación de la persona.

Además de la ley nacional de discapacidad, se han sancionado las leyes complementarias al POM para pacientes con hipoacusia y pacientes con epilepsia; y en la que nos centraremos hoy, dado a su reciente aprobación: la ley que protege a los chicos con dislexia.    

“Una estimación conservadora indica que uno de cada 10 alumnos tiene algún trastorno que le impide aprender lo que enseña el maestro o el profesor que cada día se para al frente del aula. Una de esas llamadas dificultades específicas del aprendizaje (DEA) es la dislexia, a la que se le atribuye el primer lugar en la lista de causas de fracaso escolar. Anteayer, el Congreso aprobó un proyecto de ley que garantiza el derecho de esos chicos y adolescentes a la educación y el acceso al diagnóstico y el tratamiento oportunos.”



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Una estimación conservadora indica que uno de cada 10 alumnos tiene algún trastorno que le impide aprender lo que enseña el maestro o el profesor que cada día se para al frente del aula

Podemos definir a la dislexia como una alteración en el área de la lecto-escritura; comprendido en el DSM V dentro de la categoría de los trastornos del neurodesarrollo; en la subcategoría de “Trastorno específico del aprendizaje”. Las características de dicho trastorno son: lectura lenta o imprecisa con mucha dificultad, disminución de la comprensión lectora, faltas de ortografía, dificultad en la expresión escrita, dificultad en la comprensión numérica y en el razonamiento matemático. Los chicos a los que se les diagnostica este trastorno pueden cumplir solo con alguna de las características mencionadas o pueden presentarse en infinidad de combinaciones. Es un requisito para el diagnóstico que alguna de estas características persista al menos durante seis meses (American Psychiatric Association,2014).

Gustavo Abichacra, presidente de la Asociación Dislexia y Familia Argentina (Disfam) explicó a La Nación:

«Cuando me preguntan qué es tener dislexia, les respondo que es como leer en portugués sin saber el idioma y escribir todo el tiempo con la mano izquierda cuando se es diestro. Entonces, cuando en la escuela le piden a un chico o un adolescente disléxico que se apure con alguna tarea, es muy agotador el esfuerzo para poder cumplir»

Aunque hoy existen muchas controversias con respecto a los diagnósticos tempranos en nuestro país, dado que ciertas corrientes psicodinámicas se oponen a los mismos argumentando que se patologiza la infancia; el diagnóstico correcto es necesario. Algunos chicos que padecen este trastorno del aprendizaje, han sido encasillados en otros tipos de diagnósticos para conseguir su certificado de discapacidad y así poder acceder al cien por ciento de su tratamiento; y han quedado por fuera de este beneficio muchos chicos que no se acercaban a poder incluirse en otras patologías.

es como leer en portugués sin saber el idioma y escribir todo el tiempo con la mano izquierda cuando se es diestro

Ahora gracias a esta ley cada chico que encuadre en el trastorno de aprendizaje, tiene el derecho prioritario a la educación, dar la igualdad de condiciones frente a este derecho. Se ha declarado de interés nacional el abordaje integral e interdisciplinario de esta patología, se incitará a la formación profesional adecuada para la detección temprana, diagnóstico y tratamiento; se realizará difusión y se dará acceso a las prestaciones.  

«A los padres se les hace sumamente difícil pagarlo y hasta el momento no era cubierto porque no se consideraba que perteneciera al área de la salud. Es más: a muchos padres de nivel socioeconómico más limitado les resulta imposible acceder al tratamiento, porque en los hospitales no hay servicio de tratamiento psicopedagógico para estas dificultades», indicó Rufina Pearson, doctora en Psicopedagogía, que defendió el proyecto ante los diputados.

A lo que agregó:

Las obras sociales «sólo aprueban el tratamiento por el Plan Médico Obligatorio (PMO) en los casos de discapacidad. Y estos chicos no tienen discapacidad».

Las DEA no diferencian entre niveles de ingresos o educación. Son un conjunto de trastornos que generan dificultades para leer, escribir o hablar, principalmente. Esto afecta el aprendizaje. «Es una dificultad genética con una base neurobiológica -aclaró Pearson-. Está comprobado por numerosos estudios por neuroimágenes que el cerebro procesa la información de distinta manera que alguien sin una DEA.»

En conclusión, es un avance en materia de salud mental interesarnos en los trastornos del neurodesarrollo, una atención temprana eficaz y de calidad hace la diferencia en el paso de los chicos por la escuela primaria y secundaria; brindando mejores oportunidades tanto intelectuales como interpersonales, disminuyendo las situaciones de estrés y de discriminación.

Fuente: La Nación

  • Salud Mental y Tratamientos

Razones poco razonables en nuestra manera de acercarnos o alejarnos a los nuevos desarrollos en Psicoterapia

  • 24/10/2016
  • Javier Mandil

Hace unos años la neuro-manía, inicialmente, nos sorprendió (como suelen sorprendernos, apenas en el fugaz transcurso de las primeras citas, algunas personas) al demostrarnos que muchas decisiones aparentemente racionales estaban fundadas en factores netamente subjetivos y emocionales (bah…¿nos sorprendió? Ya lo había dicho Zajonc en 1980: “las preferencias no necesitan inferencias”-todo lo mismo, ¿o no? jeje).

El ejemplo más obvio es observable a nivel de la economía cotidiana. Raras veces sopesamos pros y contras en manera absolutamente lógica al elegir un celular, una computadora o una marca de manteca. Poco importa el procesador de 300 núcleos del android de turno a mitad de precio. Algunos aun suspiramos por el éxtasis ante el contacto con el iPhone. Antes que alguien deseche el último párrafo con sonrisa socarrona, le pido que revise distintos aspectos de su vida. ¿Todos están libres de emocionalidad y de preferencias absolutamente idiosincrásicas al realizar sus compras? Vamos chicas, la carterita de Armaniiiiii….¿o si eres un poco más intelectualoide, la pollerita hindú cuidadosamente descuidada y “libre”?

La circunstancia más reconocida por su escandaloso aspecto paradojal es la tendencia a sentirnos atraídos, de manera automática, por la alternativa más cara expuesta en un escaparate, aunque no necesariamente sea la mejor.



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Pues bien, mi idea es que cuestiones similares, aunque sea parcialmente, orientan nuestra manera de percibir y acercarnos o alejarnos de algo, en relación a los nuevos desarrollos en psicoterapia. Pasare a destacar dos grandes categorías:

“Esto ya lo dijo Freud”: Coherencia esencial-epistémica de la mediana edad:

A medida que uno adquiere práctica clínica, las cosas le funcionan y se cansó de romperse las posaderas para ir a uno y otro workshop. Llega un momento en que la cantidad de información acopiada ha automatizado cómodamente ciertos procesos y, para suerte y desgracia, ciertas definiciones del sí mismo profesional. Y sí, la vida es compleja. Uno llega a un cargo docente alto consumo o a ser director de una institución y/o a ser padre de familia, velar por la economía personal y familiar…intentar auto definirse de manera constante implicaría un costo adicional y una potencia de proceso que en nuestro balance no siempre nos daría positivo.

A medida que uno adquiere práctica clínica, las cosas le funcionan y se cansó de romperse las posaderas para ir a uno y otro workshop

Pasa con muchas cosas, por ejemplo las elecciones amorosas. A quién no le gustaría, en parte, tener esa apertura de los 20 años para “enamorarse” de casi cualquier persona que nos resultase atractiva, hagan revisión compañeros/as: recuerden a Pirulo, el novio antisocial de la adolescencia “un poquito barra brava y nazi, pero de buen corazón” o a Pirula, la novia de la universidad, sexy como Winona Ryder, pero infinitamente más desequilibrada: aquella con la que era probable tener una intimidad volcánica pero que luego, en un ataque de ira impredecible, te rompía el plasma de 40 pulgadas. Para suerte o desgracia, uno hoy en día, experiencia mediante, tiene automatizados ciertos supuestos y actitudes y felizmente, cuando alguien en una primer cita nos cuenta algo así como: “a mí me gusta descubrir….no estar atado/a y dejarme llevar constantemente por mi búsqueda interna”, ya se nos enciende un signo de alarma.

Otros signos de alarma son menos funcionales: “Arturo es taaaaaan bueno pero no seee….Paquita es re bonita y re inteligente, pero….¿como decirte? ¡besa raro!” En fin, uno ya no está para escalar el Himalaya en Rollers o hacer turismo aventura nocturno en una peligrosa barriada periférica. Nuestros aprendizajes previos nos protegen, ahorran tiempo, energías, pero por supuesto también nos limitan.

Igualmente, esos artilugios orientados a buscar coherencia que constituyen las cogniciones y el lenguaje, en seguida nos van a brindar razones y justificaciones a la altura de las circunstancias: “No es que sea histérico. Es que yo necesito algo de picante en las mujeres”, “No es que me ponga obsesiva. Pero yo quiero un hombre que me lleve, no un niño a quien cuidar”, y así sucesivamente.

Antes de que piensen que tuve una crisis esquizofrénica y que me estoy disgregando, retornare al centro argumental. Tomemos como modelo explicativo, orientado a la comprensión conjunta, al del viejo y querido Piaget: cuando nos acercamos a cualquier información nueva, lo hacemos a partir de la dialéctica entre la asimilación y la acomodación. Hay una necesidad intrínseca a la comprensión de buscar comparaciones y parecidos y, a su vez, amoldar la información novedosa de acuerdo a nuestros preconceptos: ”pero…esto de marco relacional es muy parecido al concepto de esquema” o de descartar esa molestia novedosa que nos invita a volver a estudiar, magnificando los puntos vulnerables de alguna teoría o método: “¿Qué onda? ¿Un solo estudio controlado con 30 participantes? ¡¡¡ Que cara-duras!!!”.

“¿Que habrá pensado un veterano practicante de TREC formado por el propio Ellis cuando en 1979, Beck y colaboradores publicaron el afamado “Terapia Cognitiva para la Depresión”

Déjenmelo ilustrarlo con una anécdota más cercana a la academia: un terapeuta e investigador sencillamente brillante (les pido un acto de fe…hizo infinitas cosas geniales, pero como todo ser humano, en esta oportunidad, se dejó atrapar por las garras de la cómoda coherencia escencial-epistémica) que, durante muchos años pregonaba la importancia de estar abierto a todo nuevo desarrollo con base en la evidencia, a posteriori de ser padre de familia, miraba con desdeño mi flamante manual de “ACT: an experiential approach to behavior change”, mientras me cuestionaba: “¿Cuántos estudios hicieron estos tipos? ¿Es para tanto?” Un tiempo después, cuando los meta-análisis le empezaron a dar bastante bien a ACT y la cantidad de investigaciones creció en manera notable, le mostré los prometedores datos y me contesto: “Creo que tenemos demasiadas terapias basadas en la evidencia. Más que esforzarnos en buscar nuevos métodos y teorías, tendríamos que buscar dispositivos para diseminar en manera más práctica y mejor los tratamientos existentes, para favorecer su alcance a mayor cantidad de personas que sufren”. Algunos al ver este diálogo se identificaran con mi coherente interlocutor y otros pensaran “¡Que tipo cerrado! Se la pasa buscando justificaciones para desechar la novedad”. Ni lo uno ni lo otro. Doy fe de que, en otras áreas, que actualmente está investigando, demuestra una inquietud, apertura y apasionamiento pasmosas. Solo que, en relación al área de estudio al que ya no se estaba abocando, necesitaba ejercitar, por razones económicas, esos automatismos cognitivos orientados a mantener la coherencia esencial….o en otras palabras, la identidad. En suma, todos los sesgos y heurísticos necesarios para conservar nuestra preciada ilusión de estabilidad bajo la sombrilla protectora del “No hay nada nuevo bajo el sol”.

¡Momento! Antes de que golpeen su computadora y/o que escriban una enconada queja a la revista, tengo una pregunta incómoda para hacerles: “¿Que habrá pensado un veterano practicante de TREC formado por el propio Ellis cuando en 1979, Beck y colaboradores publicaron el afamado “Terapia Cognitiva para la Depresión” y los terapeutas abrazaban apasionadamente la metáfora de la mente-computadora?” jejeje. ¡Probablemente, que veían muchas similitudes entre ambos modelos! Sí, sí, y estoy hablando de ese libro nodal, edición Desclee, que aún conserva el lugar reservado para los iniciáticos en tu biblioteca. Ok. Para el profesional treintón o cuarentón y para arriba, experto en TREC a fines de los 70, probablemente se trataba de un genérico respecto al original marca Ellis (más organizado, específico y con base en la evidencia), es cierto….pero ese libro que estabas comprando, encargando o pasando quizás clandestinamente por la aduana….¿era “objetivamente” taaaan novedoso?

Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción. Mira que buenoo lo nuevoo: 

Antes de que piensen que los títulos están guiados por los prejuicios propiciados por una sesgada lectura generacional, aclaro: y si, son generalizaciones. Argumentaría, en pos de justificar su aproximación a la compleja realidad profesional, que estas dos perspectivas muchas veces coinciden con distintos momentos evolutivos de la carrera, pero también señalaría notables excepciones:

En ciertos contextos, por ejemplo, ser joven, revolucionario y “abierto a lo diferente” podría implicar una suerte de revisionismo hardcore pro-Skinner desde el aislamiento del laboratorio: “Ja! Acá esta la posta, la gilada no entiende que el divino-divino Burrhus Frederic ya lo dijo TODO en el 57, con el concepto de comportamientos gobernados por reglas”.

Otros, en el polo contrario podrían sucumbir al alzheimer epistémico por motivos simil-narcisisticos ya en sus tempranos 30: “Baaaah…los terapeutas y sus discusiones. Esto ya está, esto funciona, ahora hagamos investigación básica y basta de psicoterapias”.

todos los sesgos y heurísticos necesarios para conservar nuestra preciada ilusión de estabilidad bajo la sombrilla protectora del “No hay nada nuevo bajo el sol”

Por otra parte, a algunos maduritos nos agarró el ataque de pendeviejo-workshop-dependiente, en momentos más avanzados de nuestro recorrido biológico.

Señaladas estas excepciones notables, pasemos a definir la otra postura extrema, determinante de un consumo desaforado de “lo último y más actualizado” en desarrollos psicoterapéuticos:

En principio consistiría en una adicción al renovarse. Y no estaría nada mal si se desarrollase en manera flexible, creo yo. A veces, uno necesita pensar desde otros marcos la práctica terapéutica, para que no se produzca una especie de “efecto extinción” respecto al propio método y teoría, que pudiese afectar la flexibilidad al intervenir. Mirada nueva, energía nueva. Y  también los aportes concretos para dificultades y complejidades hasta entonces insuficientemente abordadas por modelos anteriores (¡Maldición! ¿qué hago con la señora septagenaria con depresión crónica? ¿Y el poli-traumatismo crónico con dolor idem?).  Y aun más ¿porqué no la ilusión (fundada o no) de que en alguna página del flamante Guilford Press o el recién hackeado PDF, vamos a encontrar la respuesta para sacar por fin adelante a Camila, nuestra querida consultante crónica, a quien acompañamos con escaso éxito hace casi una década?

Pero, en su versión exagerada, quizás contextualizada en etapas de nuestra vida vulnerables, o caso contrario por la motivación extra que nos dieron nuevas posibilidades laborales, nos podría afectar un picaflorismo teórico que amenazaría con reducir la más mínima consistencia epistémica a la textura del éter: y así saltaríamos de modelos eclécticos-sistemáticos promotores de la terapia taylorizada a fascinarnos por teorías del trauma con dudosa base neurobiológica y artilugios terapéuticos pseudo-hipnóticos (perdón por el exceso de ironía, EMDR acredito un grado de validación notable: probablemente eficaz para el PTSD, claro, pero déjenme tomarme esta licencia, recordando con cariño esa etapa de la historia en la que todos movíamos los deditos de izquierda a derecha o que toqueteábamos partes del cuero cabelludo, o que…en fin) hasta llegar a nuestro momento extremo oriente “soltaaa la teoría y la explicacióóón, entregate a la experienciaaa. ¿¿¿¿¿Sabes qué dijo el maestro?????  Desapegateeee”, para luego, frenético zapping mediante, llegar a una concepción radicalmente opuesta a lo que anteriormente habíamos sostenido de manera apasionada: ¡La mente no existe! ¡Volvamos a eliminar ese pus de la psicología moderna!

Más allá de la bizarría fenoménica que este zapping desenfrenado podría propiciar (una terapeuta inteligente, simpática y a la vez muy responsable, hablo de “El shopping de las terapias basadas en la evidencia” en algún incendiario post de Facebook), un extremismo semejante podría conllevar el peligro de descartar el trabajo inmenso de años previos de avance en la historia de nuestra disciplina o, en casos menos extremos, a sesgar inútilmente ciertos aportes que, de ser desempolvados periódicamente y recuperados de los anaqueles de la historia, también podrían aportarnos otra mirada flexible.

Y yo….les traigo la “verdad-verdadera”: síntesis dialéctica, síntesis dialéctica:

Jejeje, a los dioses Freud y Skinner gracias, el sentimiento de culpa me impide hacer bullying al mundo entero, sin incluirme, reírme y cuestionar aun mi propia mirada. A veces parezco un lorito repitiendo mi pseudo-Hegel-de-wikipedia. Pero sinceramente, en una lectura dialéctica de la evolución de nuestra disciplina, se basa mi perspectiva. No es que yo logre el equilibrio todo el tiempo y me considere un “superado”. A veces, de acuerdo al momento específico de mi vida, me dejo atrapar por el cómodo alzheimer teórico y otras veces me dejo atrapar por la necesidad adolescente del frenético shopping compulsivo (sí sí, probé cuantas terapias sistémicas habían, tratamientos TCC con niños que nunca pasaron de la fase experimental, EMDR, psicología positiva, tercera ola y ahora, POR MOMENTOS estoy CASI convencido que son solo conductas en función del contexto y ningún homúnculo psicológico lo que conduce a presionar las teclas de la PC mientras escribo). Pero, en la medida que puedo, trato de ejercitar cierta “epoche” de mis presupuestos y una “toma de perspectiva crítica” en mi manera de leer y disfrutar los avances de la psicoterapia.

A veces, uno necesita pensar desde otros marcos la práctica terapéutica, para que no se produzca una especie de “efecto extinción”

Me queda un poco más claro, a la manera de un antídoto a la demencia por coherencia fronto-temporal, que al ser testigo presencial de una época, difícilmente vea saltos paradigmáticos dignos de ranas mutantes, por parte de nuestra disciplina. Esos se ven después de un tiempo, en perspectiva y con el diario del lunes. Aprendí a volver a enamorarme de los pequeños pasos concretos que ofrece el contacto con el momento presente de la psicoterapia.

Un ejemplo personal: durante años, los terapeutas cognitivos infanto-juveniles, teníamos que recurrir a un híbrido cognitivo-sistémico para entender cómo demonios ese modelo de mente-pequeña-laptop, encarnada en el consultante joven, se conectaba mediante cables, interfaces y redes al colegio y al entorno familiar. La Teoría de los Enmarcados Relacionales, al prescindir de explicaciones intra-psíquicas y al conceptualizar a la cognición como una clase de conductas en función del contexto, me proveyó “OTRA” lente que, al día de la fecha, se me antoja un poco más coherente, flexible y precisa para conceptualizar y abordar ciertos fenómenos. Y mi lectura de las investigaciones que parecen ratificar su solidez, al día de  HOY, no deja de sorprenderme.

Esta bueno poder sorprenderse a cada tanto. A su vez, también me permito aceptar la escasez de estudios controlados en determinadas áreas, considerando que, el corto lapso que pasó respecto al desarrollo inicial del modelo y los aún insuficientes fondos otorgados para su verificación, hacen imposible que se compare su nivel de ratificación en relación a la evidencia registrada, respecto a conceptualizaciones más clásicas o mainstream.

Siempre me interesa bucear en modelos alternativos con evidencia incipiente para flexibilizar mi práctica y poder asistir a consultantes con diferentes idiosincrasias.

Más aún, me apasiona interiorizarme en relación a propuestas novedosas que aspiran a cubrir los huecos clínicos que modelos anteriores nos habían dejado.

En el otro polo, intento no dejarme llevar por declaraciones grandilocuentes, tan típicas del marketing escolástico en nuestra disciplina (el modelo que crea estar libre de este vicio, que arroje sus obras completas): “Les traemos una teoría revolucionaria con posibilidades de explicar la totalidad de la experiencia humana”. También estoy atento a cuando los pelos se me erizan ante la propuesta de una nueva panacea. O cuando siento los aún leves aromas pútridos de la tautología auto-confirmatoria y/o de la imposibilidad de verificación empírica.

Es un proceso siempre inacabado de aprendizaje constante a partir del cual, más que nada, no podemos dejar de evolucionar, en base a alternativos aciertos, promesas, decepciones y porrazos.

En fin, al que llegó al final del texto, espero no haberle hecho perder demasiado tiempo, haberle en cambio arrancado alguna sonrisa y quizás haberle contagiado algo de motivación para seguir ejercitando el estudio crítico de nuestra disciplina. Tengo que dejarlos, me acaba de llegar por Amazon un manual sobre Terapias Basadas en la Síntesis Rizomática, que cuenta con unos estudios realmente  prometedores ; )

  • Artículos de opinión (Op-ed)

Anatomía y ética de la psicología

  • 24/10/2016
  • Rita Arosemena P.

Si la finalidad de la ciencia psicológica es el estudio de los esquemas mentales y el comportamiento, es válido que las personas se pregunten: ¿la psicología para beneficio del hombre o el hombre para beneficio de la psicología? 

¿Qué estudia la psicología?

La noción popular que suele tenerse de la ciencia psicológica es la de una disciplina encargada del estudio de la conducta y los procesos mentales. Se asume, entonces, que la psicología tiene por objeto de estudio las estructuras cognitivas de los individuos y las consecuencias de su conformación, que se manifiestan a través del comportamiento y los patrones de conducta. 

Si bien esta perspectiva no es equívoca, sí resulta superficial cuando nos adentramos en las ramas de la ciencia psicológica, que van desde el estudio focalizado en el ciclo vital y el desarrollo humano (psicología del desarrollo) hasta una aplicación práctica de la ciencia enfocada a la resolución de problemas en el entorno laboral y la mejora de la productividad (psicología industrial y organizacional).



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Existe una multiplicidad de campos de estudio abordados por la psicología como disciplina general que, a su vez, se encaminan hacia la priorización de finalidades diversas: la experimentación, la neurociencia, la personalidad, los trastornos mentales, la sexualidad, la educación o la vejez. 

Pero si la psicología es una ciencia que se desglosa en más de una dirección, ¿cuál es el punto de unión o enlace relacional entre todas estas vías de recorrido? 

El primer punto en común entre todas las subdivisiones de la psicología general es que dirigen su atención hacia el estudio del individuo (unidad mínima y no divisible menor en un grupo), ya sea a pequeña o gran escala (psicología clínica o psicología social, por ejemplo).

Partiendo de esta base, todo ejercicio de estudio psicológico se propone abordar cinco aspectos:

  • La relación persona-situación
  • La relación naturaleza-crianza 
  • La relación estabilidad-cambio 
  • La relación diversidad-universalidad 
  • La relación mente-cuerpo

Cada uno de estos atributos comprende factores de influencia (como la cultura, el contexto social y la biología) que permiten establecer las causas de un sistema de creencias o un patrón de conducta determinado.  

Desde luego, el estudio funcional de cada uno de estos elementos ha atravesado, a su vez, un proceso evolutivo. El factor diversidad-universalidad, por ejemplo, no fue un aspecto equitativamente evaluado en las primeras etapas de desarrollo de la psicología. De hecho, la psicología era considerada «una profesión de hombres blancos con acento distintivamente estadounidense» (Strickland citado por Morris y Maisto, 2005), e incluso el psicólogo Robert Val Guthrie llegó a publicar una crítica en contra del estudio y praxis discriminatorio de la psicología titulada Even the Rat Was White! (Hasta la Rata Era Blanca). 

Pero puede que aún no se vislumbre con demasiada claridad el «punto cero» de la psicología, y puede — como bien suele ocurrir — que sea necesario mirar al pasado para dilucidar una mejor comprensión del presente.

Breve historia de la psicología

El surgimiento de la psicología como ciencia se da con la apertura del primer laboratorio de psicología experimental fundado en 1879 por Wilhelm Wundt.

A partir de entonces, algo interesante se observa en la continua reforma del enfoque de estudio de la psicología: una especie de desarrollo cíclico.

Del voluntarismo, el estructuralismo y el funcionalismo de Wundt, Titchener y William James, respectivamente, que proponía una ciencia psicológica dedicada al estudio de lo inmediato, es decir, de las experiencias, pasamos a una ciencia psicológica que retoma el “estudio de la mente» o psique griega, con el psicoanálisis de Sigmund Freud.

Posteriormente, vuelve a darse un giro rumbo a una concepción menos abstracta del fin de la psicología, cuando John B. Watson desestima todo intento de estudio de entes metafísicos y declara que el objeto de investigación de la psicología deben ser únicamente las conductas observables.  

Partiendo de las investigaciones de Pavlov en el condicionamiento clásico, Watson quería probar que todo comportamiento humano se resumía a una serie de estímulos condicionantes que daba como resultado respuestas condicionadas, una postura que fue desarrollada en años siguientes por B. F. Skinner.

En este momentum histórico, la psicología se había apartado de los procesos mentales abstractos que el conductismo consideraba no podían estudiarse científicamente para enfocarse en las manifestaciones físicas de la “naturaleza” humana, sin embargo, esta postura tampoco resultaba demasiado funcional en tanto alejaba por completo de la palestra el estudio necesario de facultades cognitivas que no son observables por sí mismas (percepción, aprendizaje, memoria). 

La psicología cognitiva vino a conciliar el conductismo con lo cognitivo (la conducta con los procesos mentales), de manera que la finalidad de estudio de la psicología se expandió para estudiar más a fondo las motivaciones y factores de influencia que impulsan el comportamiento individual. 

Llama la atención cómo, a lo largo de la historia de la psicología, se ha dado tanto esta disputa entre lo mental y lo conductual, sobre todo porque existe una relación directa con los albores de la psicología filosófica y la riña entre el idealismo y el materialismo. 

Tampoco puede omitirse el hecho de que en las últimas décadas se hayan adoptado enfoques centrados en la búsqueda de un sentido existencial o el desarrollo de rasgos individuales como la intimidad, el liderazgo, el altruismo y la sabiduría. «La psicología debería estar igual de interesada en construir fortalezas como lo está en reparar heridas», opina el psicólogo Martin Seligman, una postura que contrasta considerablemente con la prioridad esencial de la psicología experimental durante el siglo pasado. 

La mayoría de los experimentos llevados a cabo por John B. Watson incluyeron desde intervenciones quirúrgicas a ratas para dejarlas ciegas hasta el controversial experimento de condicionamiento de Albert B.

También está lejos de ser un secreto el experimento de obediencia a la autoridad de Milgram o el polémico experimento de Stanford. 

Muchas personas se cuestionan hoy en día el rol de los códigos éticos en las ciencias, y la psicología no está exenta de ser parte activa del debate.

De modo que si la finalidad de la ciencia psicológica es el estudio de los esquemas mentales y el comportamiento, es válido que el lector se pregunte: ¿la psicología para beneficio del hombre o el hombre para beneficio de la psicología?   

De la historia a la ética

El código de conducta y principios éticos de la APA (Asociación de Psicología Americana) publicado en 1992 estipulaba lo siguiente: «El engaño acerca de las metas de la investigación sólo podrá emplearse cuando sea absolutamente necesario para la integridad del estudio», un cierto relativismo moral que a más de una persona le resultaría preocupante. 

«La psicología debería estar igual de interesada en construir fortalezas como lo está en reparar HERIDAS», (Martin Seligman)

En la actualidad, las normas y principios de organizaciones internacionales y gobiernos dificultan que vuelvan a repetirse procedimientos experimentales de ética cuestionable como los que proliferaron hace algunas décadas durante la primera y segunda guerra mundial, no obstante: ¿cubre esto el asunto ético que compete a la praxis psicológica?

¿Son las legislaciones y leyes políticas el único «detalle moral» que compete a la psicología como disciplina y a los psicólogos como ejecutores?

Para el reconocido psicólogo e investigador Howard Gardner, autor de la Teoría de las Inteligencias Múltiples, una mala persona jamás llega a ser un buen profesional, lo que hace de la ética una variable directamente relacionada con la pertinencia de la práctica psicológica.

Según Gardner, las «(malas personas) tal vez tengan pericia técnica, pero no son excelentes. Los mejores profesionales son siempre ECE: excelentes, comprometidos y éticos». No debe escaparse de la psicología una responsabilidad indelegable con el cumplimiento de principios estrechamente vinculados con el bienestar físico y mental tanto a nivel individual como colectivo. 

Como ocurre con el resto de las ciencias, elaborar un planteamiento técnico eficiente de la anatomía de la psicología resulta mucho más sencillo que realizar un análisis desde la ética. Y es que no sólo las asociaciones de alcance internacional como la APA influyen en la calidad del ejercicio psicológico: el factor mercantil de la industria farmacológica ha propiciado la inflación diagnóstica a tal grado que miles de personas son recetadas cada día para lidiar con problemas con los que el ser humano ha podido lidiar naturalmente desde la Edad de Piedra.

Para el psicólogo Allen Frances, esto no es solo preocupante desde el punto de vista de la ética, también supone un peligro latente de alcance social. Frances considera relevante tener conocimiento de lo que el médico Hipócrates dijo hace más de 2.000 años:  «Es más importante conocer al paciente que tiene la enfermedad que la enfermedad que tiene el paciente”. O como dijo una vez el psicólogo Carl Jung: «Conozca todas las teorías, domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea, apenas, otra alma humana». 

Referencias: 

Morris y Maisto (2005). Introducción a la psicología. Editorial Pearson. México D.F.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

NiUnaMenos: el impacto de la violencia de género

  • 21/10/2016
  • Rita Arosemena P.

En junio de 2015, se realizó por primera vez la convocatoria nacional del colectivo “Ni Una Menos” en la República Argentina en respuesta al homicidio de Chiara Pérez, adolescente de 14 años cuyo cuerpo fue desenterrado del patio de su novio en la provincia de Santa Fe.

Desde entonces, la sociedad argentina convive a índices preocupantes con la violencia de género. Según datos de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, se registra un caso de femicidio en el país cada 30 horas; además, entre junio de 2015 y mayo de 2016 fueron reportadas 275 muertes violentas y más de una veintena de agresiones sexuales con desenlace fatal.

Recientemente, el movimiento conocido como Miércoles Negro volvió a tomarse las calles en protesta por el brutal asesinato de Lucía Pérez, una adolescente de 16 años que fue drogada, violada por dos hombres y empalada hasta morir de un paro cardíaco.



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En argentina se registra un caso de femicidio cada 30 horas

El historial de casos de violencia de género, violaciones y femicidio que azota el país no sólo deja a las familias de las víctimas y a la sociedad en general desorientada y horrorizada, ajena a la comprensión de las razones que motivan un evento semejante, también son factores de riesgo que pueden conllevar una oleada de intolerancia a escala social que agudice aún más los índices de violencia, como ya lo sugieren las frases pintadas con aerosol a las afueras del Cabildo de Buenos Aires en la última convocatoria del Miércoles Negro:Sin embargo, mientras un sector de la sociedad se manifestaba en contra de la naturaleza del suceso, una mujer de 42 años moría tras ser golpeada por su hermano y una joven de 25 años era internada luego de ser rociada con alcohol y quemada viva por su pareja.  

“Empalar machos”

“Mata a tu violador”

Femicidio: un intento por comprender lo incomprensible

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2013), el femicidio se define como un acto de violencia contra las mujeres que abarca desde el acoso verbal y otras formas de abuso emocional hasta el abuso físico o sexual, culminando en su extremo más distal en el homicidio de la víctima.

Los datos recopilados a nivel de América Latina en torno a casos de femicidio ha sido deficiente debido a deficiencias en el sistema penal de muchos países, donde no se documenta o se notifica la relación entre la víctima y el victimario o las motivaciones del acto.

No obstante, la información compilada por diversas organizaciones y a través de estudios internacionales ha arrojado conclusiones de peso, entre ellas (OMS, 2013):

  • Que el 35% de todos los femicidios a nivel mundial son cometidos por un compañero sentimental, en comparación con el 5% de los asesinatos de hombres que resultan ser cometidos por su pareja.
  • Que en el caso de homicidios perpetrados por mujeres, la principal motivación suele ser la defensa propia ante una violencia o intimidación persistente.
  • Que las mujeres presentan mayores probabilidades de asesinar a una pareja actual, mientras que los hombres presentan mayores probabilidades de asesinar a una pareja de la que ya se han separado, ya que la principal motivación suelen ser los celos.

Desde luego, las raíces de la violencia contra la mujer son mucho más profundas e interdisciplinarias de lo que podría abordarse en un simple argumento de carácter pasional.

La violencia de género es un fenómenos donde se conjugan factores individuales, familiares, comunitarios y sociopolíticos, siendo los de solución más requerida por diversas entidades y colectivos internacionales la inequidad de género y la discriminación producto de disparidades educativas y falta de compromiso gubernamental a favor de programas de concientización.

el 35% de todos los femicidios a nivel mundial son cometidos por un compañero sentimental

En la Asamblea General de las Naciones Unidas efectuada en 2006 se hizo mención del vínculo entre la baja posición percibida por y para las mujeres en la sociedad y la violencia de género. Adicionalmente, el informe sobre femicidio publicado en 2013 por la OMS recopila los principales factores de riesgo segmentados por categoría de la siguiente manera:

Factores de riesgo individual

  • Desempleo del victimario
  • Ser propietario de un arma de fuego (especialmente en los Estados unidos, pero también en países con altos niveles de violencia con armas de fuego, como Sudáfrica, y en situaciones de conflicto y posteriores a conflictos)
  • Amenazas de matar con un arma
  • Forzar a la pareja a tener relaciones sexuales
  • Consumo problemático del alcohol y uso de drogas ilícitas*
  • Problemas de salud mental (especialmente, la probabilidad de que el perpetrador masculino se suicide después de matar a su pareja femenina)*
  • Estar embarazada y ser víctima de abuso durante el embarazo (en algunos países, se ha vinculado la violencia infligida por la pareja con la mortalidad materna).

Factores de riesgo familiar/relacional

  • Maltrato infligido anteriormente a la pareja, en especial el maltrato grave durante los 30 días precedentes y con frecuencia ascendente.
  • Presencia de un niño nacido de una relación anterior.
  • Distanciamiento de la mujer.
  • Abandono de una relación de maltrato.

Factores de riesgo social/estructural

  • Desigualdad por razón de género, incluido escaso número de mujeres entre los funcionarios gubernamentales.*
  • Reducciones de los gastos sociales del gobierno en áreas como la salud y la educación.

Impacto social de la violencia de género

Las consecuencias de la violencia de género trascienden el plano de la inmediatez.

Según la OMS, el femicidio no sólo es la consecuencia más extrema de la violencia infligida por la pareja, sino que también tiene repercusiones profundas y prolongadas en el entorno que rodea a las mujeres. Los hijos supervivientes de esas parejas sufren efectos duraderos porque pierden a su madre asesinada, su padre es encarcelado y ellos a menudo tienen que abandonar su hogar paterno y adaptarse a un ambiente donde quizá sean encasillados como hijos del asesino.

Sumado a esto, la crisis colectiva que fomenta la inseguridad y el sentir percibido de desprotección y riesgo constante por el solo hecho de ser mujer acrecienta la desigualdad y el resentimiento social, el odio, la frustración, la impotencia y el rechazo.

El panorama, en ausencia de políticas educativas y sociales igualitarias, no solo sugiere un escenario de miércoles negro para las mujeres, sino también para sus familias, seres cercanos e incluso miembros del sexo masculino no involucrados en prácticas violentas, pero alcanzados por la amenaza de un estigma latente.

Para el periodista y escritor Hernán Casciari, autor de un texto titulado #MeHagoCargo donde declara públicamente haber propiciado estereotipos machistas durante gran parte de su vida, el machismo es una conducta inherente al lenguaje cotidiano de muchos hombres tanto en Argentina como en América Latina, así no se consideren machistas.

“Entre los treinta y los cuarenta años escribí más de quinientos textos cortos en internet. Hay por lo menos veinte que tienen alguna frase machista o alguna idea retrógrada que hoy me avergüenza leer”, confiesa Casciari en una carta abierta publicada por Editorial Arsai.

“En la adolescencia alguna amigas señalaron en mí actitudes machistas que yo no podía reconocer o me negaba a aceptar”, añade. “Pasaba mucho en las sobremesas de los asados, mientras ellas levantaban los platos”

Según Casciari, el principal desafío a escala social trasciende incluso la implicación del Estado, ya que amerita primero la solidaridad absoluta de cada miembro de la comunidad, sea hombre o mujer.

“En la adolescencia alguna amigas señalaron en mí actitudes machistas que yo no podía reconocer o me negaba a aceptar”

“Los hombres no podemos quedarnos en la liviandad de decir que un piropo no es violencia ni en la indiferencia de decir que las que deben protestar contra la violencia son solo las mujeres. Con el cuestionamiento, con una mirada crítica de todos y con la llegada de nuevas generaciones, podemos lograr que el machismo deje de expresarse en el lenguaje que usamos en la vida cotidiana”, expresa Casciari, quien también enfatiza en la importancia de actuar sobre asuntos como la desigualdad salarial y los roles de género.

Fuentes: OMS | ONU Mujeres | El Mundo

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Interpretar la verdad

  • 21/10/2016
  • Asociación Educar

¿Qué es verdad? El concepto de verdad puede aludir tanto a la realidad como al conocimiento. Son dos sentidos diferentes.

El término verdad relativo a la realidad misma tiene interés en una fase de la investigación, ya que experimentar es conversar con la realidad. Por ello, cuando investigamos, observamos, miramos o vemos lo que más preocupa es que el interlocutor sea la realidad de verdad y no cualquier otro substituto.

Por ejemplo, un caso clásico está en la diferencia entre el ruido y la información. ¿Cómo separar uno del otro?



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la verdad de la realidad es plenamente cultural

Cuando un aparato de observación, o nuestros propios sentidos, proporcionan datos, la pregunta siempre es: ¿son de verdad? o ¿es un artificio? Difiere, además, de saber separar la realidad de una ilusión de la realidad y cómo distinguirlo, ya que el problema es profundo y afecta directamente a la percepción humana, un proceso complejísimo que empieza en el mundo físico de los objetos que emiten señales, continúa por el mundo fisiológico que las capta, sigue en el mundo cerebral que las interpreta y acaba ―si acaba― en un mundo psicológico y cultural que las distorsiona.

Otro aspecto de la verdad de la realidad es plenamente cultural. Es, por ejemplo, la verdad asociada a la realidad que presentan los museos. Muchos de estos centros engañan al visitante con la exposición de mezclas de piezas de verdad y otras de mentira. Hoy se pueden hacer copias y reproducciones indistinguibles y ¿por qué desilusionar al visitante con avisos? ¿Por qué renunciar a una buena copia del buen original que tiene otro buen museo?

El truco reside en sustituir la realidad ―o parte de ella― por conocimiento, es decir, por representaciones de la realidad (copias, simulaciones, imágenes).

Por su parte, mentir es faltar a la verdad a sabiendas de que lo que se está haciendo. Se trata de afirmaciones falsas que crean una idea o una imagen inexacta también. Las personas, cuando mienten, lo hacen porque consideran necesario ofrecer una imagen diferente de la realidad, con la que no están conformes.

La máscara que proporciona la mentira permite crear una imagen de nosotros mismos que se quiere trasmitir. Sin embargo, esta careta es inconsistente, ya que una mentira lleva a la elaboración de una larga cadena de ellas que permita sostener la certeza de la primera, lo cual produce miedo a perder la imagen falsa que se ha establecido y supone una tensión continua para el mentiroso en cuestión. Además, genera un importante desgaste de energías, ya que es necesario contar con una buena memoria para no contradecir las mentiras anteriores.

Durante el proceso de mentir se produce una carga cognitiva por la cual el cerebro humano activa mayor número de áreas que cuando se dice una verdad. A medida que se incrementa la actividad cerebral aumenta el flujo sanguíneo en el cerebro y, por tanto, aumenta el oxígeno en sangre.

Dada la complejidad de la conducta de mentir en el cerebro no existe un único centro de la mentira sino múltiples áreas implicadas que interactúan entre ellas.

Durante el proceso de mentir se produce una carga cognitiva por la cual el cerebro humano activa mayor número de áreas que cuando se dice una verdad

Cuando mentimos, en el cerebro se activan tres regiones diferentes: el lóbulo frontal, el lóbulo temporal y el sistema límbico, y lo hacen en mayor medida que cuando decimos la verdad.

Por lo tanto, el acto de mentir requiere de un esfuerzo cerebral extra, ya que cuando se hace se activan zonas del lóbulo frontal que desempeñan un papel en la atención y concentración, además de vigilar posibles errores para suprimir la verdad.

Asímismo, las redes cerebrales utilizadas para expresar una mentira espontánea son diferentes de las que se emplean para pronunciar una mentira memorizada.

La mentira espontánea estimula una parte del lóbulo frontal relacionada con el funcionamiento de la memoria, mientras que la ensayada estimula una parte distinta en la corteza frontal derecha, vinculada con la memoria episódica.

Lo que vemos es lo que vemos, pero la interpretación de lo que observamos no es lo que percibimos.

La apreciación de esto último corresponde al cerebro, y los parámetros para hacerlo no son los mismos en cada uno, puesto que se basan en un complejo algoritmo surgido de millones de sinapsis neuronales, absolutamente individuales, que avala comprender científicamente que casi ningún concepto es absoluto, sino supeditado según a cómo lo interpretamos.

Así que existirían tantas verdades como individuos, y esto se relaciona directamente con el «aparato cerebral» debida cuenta de que la interpretación mental no se basa en lo que se ve sino en lo que el cerebro quiere ver.

en el cerebro no existe un único centro de la mentira

Solemos pensar que nuestra percepción del mundo es mucho más completa de lo que es en realidad.

Sentimos que registramos lo que pasa en nuestro entorno al igual que una cámara de vídeo. Sin embargo, lo que sucede es muy distinto, porque el cerebro engaña a través de mecanismos muy sofisticados que incluso construyen creencias que a fuerza de repetirse se convierten en verdades difíciles de refutar y que maltratan la existencia.

Todo por obra y gracia del cerebro ese órgano maravilloso que nos hace individuos únicos e irrepetibles, desplegando, incluso, una adaptación mágica de las debilidades que pone a nuestro servicio.

El bien, la verdad y la belleza tienen sus raíces en el mundo biológico y en la evolución, así como en la actividad neuronal, ya que lo que imaginamos que estamos oyendo o viendo puede cambiar realmente lo que percibimos.

Un estudio del Karolinska Institute de Suecia ha demostrado que nuestra imaginación puede afectar la manera en que experimentamos el mundo más de lo que hasta ahora se creía: aquello que imaginamos que estamos oyendo o viendo puede cambiar realmente lo que percibimos.

Por otro lado, los resultados obtenidos arrojan además nueva luz sobre una cuestión clásica de la psicología y de las neurociencias: cómo combina el cerebro la información que le llega de los diferentes sentidos.

A menudo pensamos en las cosas que imaginamos y percibimos como claramente disociable. Sin embargo, esta investigación ha demostrado que la imaginación de un sonido o de una forma cambia la manera en que percibimos el mundo que nos rodea, de la misma manera que lo hace escuchar realmente ese sonido o ver esa forma.

En concreto, descubrimos que lo que imaginamos oír puede cambiar lo que vemos realmente, y que lo que vemos con la imaginación puede cambiar lo que realmente escuchamos porque la imaginación transforma la percepción real y, según los investigadores, estos resultados pueden ser útiles para la comprensión de los mecanismos que hacen que el cerebro no distinga entre pensamiento y realidad, por ejemplo, en ciertos trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia.

Esta es una primera serie de experimentos con los que se pretende aclarar definitivamente si las señales sensoriales generadas por la imaginación son lo suficientemente fuertes como para cambiar nuestra percepción del mundo real y confirmar si lo que es y significa no es algo separado como si fuera uno físico y el otro mental.

No cabe duda de que la realidad es distinta de cómo la vemos y dos mentes inmersas en la realidad están separadas por la realidad misma. Esto significa que una mente, para comunicarse con otra, ha de atravesarla.

Es decir, el conocimiento creado por una mente, como representación de una complejidad presuntamente infinita, se ha de traducir en un trozo de realidad para que así pueda alcanzar otra mente de destino.

Es el caso de una pintura, una escultura, una ecuación matemática, un poema, un programa de ordenador, un gesto, un objeto… Por ello, un conocimiento está encuadrado en el espacio y el tiempo. Empieza y acaba. El conocimiento es finito.

Basta que la proposición aluda a la realidad de este mundo para que las cosas se compliquen muy rápidamente. El propio lenguaje cubre el concepto de verdad con una delicada capa de ambigüedad. En efecto, digamos, y es mucho decir, que el diccionario del idioma con más palabras no llega a cien mil palabras. Bien, pues resulta que el número de objetos y fenómenos distintos de este mundo son muchos más y esto significa que cualquier proposición escrita en el más rico de los idiomas es, si alude a la realidad de este mundo, forzosamente falsa.

La veracidad es un deber moral cuyo cumplimiento afecta a la dimensión social del hombre y facilita la convivencia humana

Sencillamente, no hay bastantes palabras para decir la realidad, por lo tanto, la proposición no puede tener sólo dos estados accesibles (verdadero y falso), sino infinitos valores entre un mínimo (falso) y un máximo (verdadero).

Por eso, antes de llegar, incluso, al conocimiento general de la realidad, el concepto de verdad pierde su carácter absoluto, porque la verdad tiene peso, la verdad tiene grados, la verdad tiene matices.

Entonces, ¿Qué es la verdad?

La verdad es una calidad del conocimiento, la que alude al grado de compatibilidad entre la simplicidad que representa y la complejidad que es representada, donde la cuestión fundamental es que en principio la primera es finita y la segunda es infinita.

En cualquiera de sus sentidos, el concepto de verdad está muy emparentado con el de fidelidad. El amor a la verdad se muestra también en la veracidad, es decir, en el hábito de conformar las acciones exteriores con lo que interiormente se piensa, en ser fieles al manifestar los pensamientos y en decir siempre lo que se entiende que es verdad y manifestarse a los demás como interiormente se es.

La veracidad es un deber moral cuyo cumplimiento afecta a la dimensión social del hombre y facilita la convivencia humana. («La verdad, norma del pensamiento y de la conducta»- F. Ponz, Universidad de Navarra, España). Proviene de una disposición permanente de la voluntad para manifestar fielmente el conocimiento personal de la verdad, que viene exigida por la dignidad de la persona humana y por el deber de lealtad y bienestar que el hombre debe guardar con todos los demás hombres, sean como sean. Finalmente, la veracidad ocupa un lugar muy importante en la vida moral del hombre.

Todo lo que sea manifestar la verdad y facilitar a los demás el acceso a la verdad, eleva al hombre. Y cuanto suponga inducir al error, faltar a la veracidad, dificulta el recto uso de la inteligencia, contradice el derecho natural que todo hombre tiene a conocer la verdad, a que se le diga la verdad; supone una ofensa y daño a la dignidad humana.

No puede haber justicia sin amor y sin veracidad. Y la falta de veracidad es, además, una manifiesta carencia de amor entre los hombres. Sin veracidad resulta imposible el orden moral en la vida social, porque ésta reclama la comunicación de ideas, sentimientos, noticias, etc., sobre la base de que todo ello responde a la verdad, al menos a lo que cada uno entiende honradamente que es verdadero.

  • Salud Mental y Tratamientos

Adolescentes con trastorno bipolar presentan mayor riesgo de abuso de sustancias en la adultez

  • 20/10/2016
  • Rita Arosemena P.

Un estudio efectuado por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) y publicado en el Journal of Clinical Psychiatry ha establecido una asociación importante entre el trastorno bipolar en la adolescencia y la incidencia en el consumo de tabaco y sustancias tóxicas.

Según Timothy Wilens, médico encargado de la sección de Psiquiatría de la Niñez y la Adolescencia, los jóvenes diagnosticados con trastorno bipolar que continuaron exhibiendo síntomas durante un lapso de cinco años mostraron mayor riesgo de desarrollar trastorno de abuso de sustancias que quienes denotaron una reducción de los síntomas por remisión del trastorno bipolar o bien por efecto del tratamiento.

los participantes diagnosticados con trastorno bipolar presentan un índice de abuso de sustancias de 34%

El estudio original fue publicado en 2008 en la revista científica Drug and Alcohol Dependence, y se basó en un análisis extensivo de información que incluyó el historial familiar, datos recopilados por médicos de atención primaria, entrevistas realizadas a un aproximado de 105 adolescentes con edad promedio de 14 años diagnosticados con trastorno bipolar y un grupo de control de 98 adolescentes sin ningún trastorno del ánimo.



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Como resultado del análisis, se obtuvo que los participantes diagnosticados con trastorno bipolar presentan un índice de abuso de sustancias de 34%, mientras que los miembros del grupo de control presentan un estimado de 4%.

Durante los cinco años de seguimiento efectuados para el análisis de datos, se realizaron entrevistas a 68 de los participantes diagnosticados con trastorno bipolar — se perdió el seguimiento de 37 — y a 81 de los miembros del grupo de control.

Entre los diagnosticados con bipolaridad, 23 dejaron de cumplir con los criterios del trastorno, 36 continuaban experimentando los síntomas y 9 no cumplían todos los criterios. Las conclusiones arrojaron que, en el periodo de cinco años a partir del estudio original, más miembros del grupo diagnosticado con trastorno bipolar se vieron envueltos en casos de trastorno de abuso de sustancias que los integrantes del grupo de control, lo que deriva en una incidencia de 49% (bipolaridad) frente a un 26%.

Un punto a tomar en cuenta es que si bien el tratamiento de otro tipo de trastornos como el TDAH no influyó en la tasa de riesgo estimada en el estudio original, los nuevos análisis sugieren que controlar la presencia de desórdenes de conducta aumenta de las probabilidades de que el abuso de sustancias disminuya. Esto se debe a que la existencia de desórdenes de conducta adicionales juega un rol importante en el riesgo asociado con el desarrollo de trastorno bipolar.

Willens y su equipo de trabajo continúan analizando un subgrupo de participantes de los cuales se obtuvo una impresión detallada de la actividad cerebral para entender los circuitos involucrados en la interacción entre el desorden bipolar y el abuso de sustancias.

En el futuro, planean investigar los factores que influyen en la persistencia del trastorno bipolar y su impacto en el tratamiento de la incidencia de consumo de tabaco y otro tipo de abuso de sustancias.

Fuente: Psypost | Psychiatrist

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Simposio: multidisciplinario: “El entendimiento”. La actividad científica (Uruguay)

  • 20/10/2016
  • David Aparicio

El sábado 22 de octubre se llevará acabo el Simposio multidisciplinario: “El entendimiento”. La actividad científica es organizada por el Centro de Estudios Adlerianos – IAIP Uruguay en el Museo Pedagógico José Pedro Varela – Montevideo –

En esta edición se abordará el tópico el entendimiento desde diversas disciplinas quienes disertarán durante 10-20 minutos en la sala emblemática de esta ciudad -patrimonio cultural- aludiendo al reformador de la enseñanza el Señor José Pedro Varela. La sala conserva el estilo de la época con los mobiliarios, vitrales y cuadros en donde Varela dialogaba sobre temas de enseñanza y disciplinas conexas.

El evento ha sido declarado de interés Ministerial: Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Interés Educativo: Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y de Interés Municipal: Intendencia de Montevideo (IMM).



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Auspician: Ministerio de Salud Pública (MSP) y Universidad de la República (UDELAR)

Programa:

Mag. Natalia Echegoyemberry: “Género y ciudadanía” (Argentina)

Lic. Nicolás Iglesias Schneider: ¿Religiones para el conflicto o para el entendimiento?

Dra. Sonnia Romero Gorski: «Protección y bienestar desde lo cultural»

Mag. Delfina Terrado: “Educación positiva para el desarrollo de las potencialidades” (Argentina)

Dr. Raimundo Dinello: “Pedagogía de la Expresión”

Dra. Ana María Araújo: “El entendimiento hoy en la hipermodernidad”

Lic. Andrés Buschiazzo: “El entendimiento de las psicoterapias”

Fecha y lugar

Sábado 22 de octubre, 10:00 hs puntual y allí mismo se realiza la inscripción (se recomienda estar 15 min. antes para reservar lugar) / Finaliza antes de las 13:30 hs.

Museo Pedagógico – Plaza Cagancha 1175 / Entrada libre / Se otorgan certificados

Ingresa aquí para mayor información.

Sin categoría

Las medicaciones para la hipertensión se relacionan con el riesgo de sufrir depresión o trastorno bipolar

  • 19/10/2016
  • David Aparicio

El primer estudio sobre la medicación para la hipertensión y los trastornos del estado de ánimo encontró que cuatro de los medicamentos más comúnmente recetados para esta condición podrían incrementar el riego de admisión médica causada por alteraciones en el estado de animo relacionadas con la depresión y trastorno bipolar.

El estudio está disponible en Hypertension, y según sus datos dos de los medicamentos evaluados podrían incrementar el riesgo de los trastornos del estado de ánimo, uno se relacionó con la disminución del riego y el último restante no tuvo efectos considerables.

Se recabó información de más de 500 mil adultos de 40 a 80 años de edad participaron en este gran estudio. Luego seleccionaron a 144,066 pacientes hipertensos que recibían tratamiento con los inhibidores de los receptores de angiotensina , beta bloqueadores, bloqueadores de los canales de calcio y diuréticos tiazídico. El grupo control estuvo compuesto por 111,936 pacientes del mismo grupo etario que no consumía ninguno de esos medicamentos.



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Después de las pruebas se hizo un seguimiento de todos los participantes durante 5 años y durante ese tiempo registraron las hospitalizaciones que habían tenido los participantes y si sufrían de trastornos del estado de ánimo como la depresión y el trastorno bipolar.

En total se contabilizaron 299 hospitalizaciones causadas, mayormente, por los efectos de la depresión y estas internaciones se daban, con un promedio de 2.3 años después de haber iniciado el tratamiento con la medicación para la hipertensión.

También se encontró que los pacientes que consumían los beta bloqueadores y los bloqueadores de los canales de calcio tenían dos veces más riesgo de ser hospitalizados por algún trastorno del estado de ánimo en comparación con los sujetos que utilizaban los inhibidores de angiotensina, los cuales tenían el menor riesgo de hospitalización por trastornos del estado de ánimo en comparación con otros pacientes con otras medicaciones. Los pacientes que consumían thiazide diuréticos tenían el mismo riesgo de trastornos de estado de ánimo que las personas que no tomaban ninguna medicación para la hipertensión, en otras palabras no incrementó el riesgo.

Los datos de esta investigación se valieron de los casos más graves donde los pacientes son internados en los centros médicos. Ahora falta que se pueda evaluar si las medicaciones para la hipertensión también se relacionan con los cambios de humor moderados y que quizás no son tan fáciles de detectar.

Antes de concluir, es importante recordarles que estos son estudios preliminares y no son motivos para dejar la medicación prescrita por los médicos. Actualmente más de 1.000 millones de personas sufren de hipertensión arterial y la medida más eficaz para controlarla es a través de la medicación y un estilo de vida sano.

Fuente: Psypost

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