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Publicaciones por mes

julio 2016

54 Publicaciones
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Aprende Terapia Cognitivo Conductual con el curso online de CETECIC (20% de descuento)

  • Equipo de Redacción
  • 25/07/2016

El Centro de Terapia Cognitivo Conductual y Ciencias del Comportamiento (CETECIC), es una institución líder en el entrenamiento de la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) en modalidades presencial y online. Sus profesores cuentan con amplia experiencia en el ámbito clínico y en la enseñanza a distancia, lo que les permite ofrecer cursos personalizados, especialmente pensados para satisfacer las necesidades teórico académicas de los psicólogos que buscan formarse en la TCC, una de las corrientes de la psicología con más apoyo científico.

En esta ocasión presentan su nuevo curso online de la Teoría y Técnica de la Terapia Cognitivo Conductual. En este curso harás un recorrido exhaustivo y profundo sobre las bases teóricas, empíricas y técnicas del modelo cognitivo conductal. Así también tendrás clases teórico-prácticas, acompañadas de material audiovisual que te enseñaran cómo aplicar correctamente cada una de las técnicas de la TCC.

Ingresa aquí para conocer en detalle el programa analítico del curso.

También puedes acceder a una clase de prueba, para que conozcas la plataforma de aprendizaje online de CETECIC y sus contenidos. Ingresa aquí.

Vídeo de muestra

Fechas

Inicio: Lunes 8 de Agosto

Duración: 5 meses (16 clases + tiempo de repaso)

Certificación

Se entregan certificados de aprobación de 25 hs, emitidos por el CETECIC con el aval de la Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento.

Docentes

Lic. Carmela Rivadeneira:Psicólogo clínico especialista Terapia Cognitivo Conductual; Ex-Docente de «Análisis y Modificación de la Conducta» Universidad de Buenos Aires

Lic. José Dahab: Psicólogo clínico especialista Terapia Cognitivo Conductual; Docente Titular de «Análisis y Modificación de la Conducta» Universidad de Buenos Aires

Lic. Ariel Minici: Psicólogo clínico especialista Terapia Cognitivo Conductual

Inscripción

Los lectores de Psyciencia tienen un descuento promocional exclusivo del 20%. Para reclamarlo debes avisar antes de matricularte que conociste el curso a través de Psyciencia.

Argentina: 5 cuotas mensuales de $700 o Un solo pago al inicio de $3150 *precio sin el descuento de Psyciencia.

Latinoamérica y mundo: 5 cuotas mensuales de USD 80 o un solo pago al inicio de USD 360 *precio sin el descuento de Psyciencia.

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  • Salud Mental y Tratamientos

Mitos y verdades en modificación de conducta

  • Mauro Colombo
  • 25/07/2016

Se puede definir a la modificación de la conducta como aquel conjunto de conocimientos que involucran “la aplicación sistemática de los principios y las técnicas de aprendizaje para evaluar y mejorar los comportamientos encubiertos y manifiestos de las personas y facilitar así un funcionamiento saludable” (Martin y Pear, 2008). Con el término “encubierto”, no se habla de comportamientos que se realicen a solas  o a escondidas, sino de procesos que ocurren <<bajo la piel>> y que no son directamente observables. Es decir, para el conductismo (que es en definitiva de lo que hablamos) pensamientos y sentimientos son considerados formas de comportamiento, y por tanto sujetos a las mismas leyes de aprendizaje.

Dentro del conductismo encontramos principalmente dos vertientes: el condicionamiento clásico, que aparece de la mano de Ivan Pavlov a principios del XX; y el condicionamiento operante, cuyo mayor exponente fue Burrhus Skinner, ya a mediados del siglo pasado. A pesar de confundirse mucho estos dos tipos de condicionamiento, tanto en los ámbitos cotidianos como profesionales, lo cierto es que difieren entre sí, tanto a nivel teórico como en las aplicaciones e implicancias en diferentes ámbitos, como por ejemplo la educación o la clínica.

Dar explicaciones detalladas de ambos modelos extendería demasiado el artículo. Para aquel lector que no haya tenido la oportunidad de interiorizarse sobre este tema, o bien que desee releer sobre ambos tipos de aprendizaje, puede hacerlo para condicionamiento clásico aquí, y para operante en el siguiente enlace.

Los mitos

Todo aquel que trabaje con herramientas de modificación de conducta, seguramente ha oído (y ejercitado sus capacidades de relajación) frases como que los terapeutas conductuales no tienen en consideración a la persona y sus sentimientos, que sus terapias no son efectivas porque no tratan los problemas de raíz, que el conductismo solo sirve para adiestrar animales, y dichos similares. Muchas veces se parte de prejuicios o simplemente del desconocimiento sobre el tema, por lo que propongo aquí un breve resumen sobre lo que la evidencia muestra con respecto a estas ideas.

Mito N° 1: La modificación de conducta implica el uso de drogas, cirugía y terapia electro convulsiva

Cómo se definió al inicio del artículo, la modificación de conducta trabaja con los principios del aprendizaje. El terapeuta conductual basará entonces sus intervenciones en dichos principios. Algo que caracteriza a quienes adhieren a este enfoque, es el énfasis puesto en la corroboración científica de la eficacia de las técnicas y principios aplicados. Así, como se verá en los apartados posteriores, el terapeuta conductual no solo no utiliza drogas, cirugía o terapia electro convulsiva, sino que además está en condiciones de determinar cuanta eficacia poseen sus intervenciones en comparación con otros métodos de abordaje, y de poder recomendarla por ser tan o más eficaz que otros tratamientos, como sucede por ejemplo con los farmacológicos para muchos trastornos.

Mito N° 2: La modificación de la conducta solo suprime síntomas, pero no trata las causas subyacentes de los problemas, y por ende estos regresan

La idea de que todos los problemas provienen de causas ocultas, inaccesibles a la conciencia, está bastante arraigada en el ámbito “psi”. La hipótesis del desplazamiento de síntomas se deriva de esta idea general. Sostiene que si uno no llega a la raíz de los problemas y sólo elimina sus manifestaciones visibles, éstos problemas emergen retornando los síntomas o mudándose en otros nuevos. No obstante, la noción de desplazamiento en sí misma es ambigua, ya que no existe un criterio de demarcación que indique cuando dos (o más) problemas espaciados en el tiempo, por ejemplo un trastorno de ansiedad y una adicción al cigarrillo, pertenecen a la misma causa subyacente, y cuando no. ¿Transcurrido cuánto tiempo pueden considerarse dos problemas como independientes entre sí? Lo mismo para los distintos tipos de síntomas, ¿cuáles trastornos pertenecen a una misma fuente, y cuáles no? Estas cuestiones no son para nada menores, ya que tanto los clínicos como los pacientes, deberían estar al tanto acerca de si el abordaje que los trata sirve efectivamente para aquello por lo que concurren a terapia, y si en caso de no existir tal desplazamiento de síntomas, prolongan innecesariamente un tratamiento.

La idea de que todos los pro{blemas provienen de causas ocultas, inaccesibles a la conciencia, está bastante arraigada en el ámbito “psi”

Si nos remitimos a la evidencia, se han realizado diversos estudios con el fin de analizar puntualmente si existe el fenómeno de desplazamiento. Al respecto, Nurnberger y Hingtgen (1973), Fuchs (1980), Wille (1994), no han encontrado evidencia del desplazamiento o sustitución de síntomas, analizando desde tratamientos de desensibilización para fobias, a tratamientos de enuresis nocturna. Para ver un análisis más detallado sobre el tema, los remito a este artículo publicado con anterioridad. Además de la evidencia específica sobre el fenómeno de desplazamiento, se suelen realizar seguimientos de los tratamientos para evaluar la tasa de recaídas, no ya en otro tipo de síntomas, sino en los mismos que motivaron el inicio de la terapia. Citar artículos de cada trastorno sería una tarea interminable, por lo que solo mencionaré a Capafons (2001) y Velasco (2007) que analizan tratamientos eficaces para el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) y el Trastorno de Ansiedad Social (TAS) respectivamente.

Mito N° 3: La modificación de conducta sirve para problemas simples, no para problemas complejos como autoestima o depresión

Las terapias conductuales se han venido aplicando desde sus inicios a comportamientos de los más diversos. Desde problemas de aprendizaje en las escuelas, pasando por insomnio o malos hábitos, hasta problemas de mayor complejidad, como fobias, depresión, TDAH o TEA. Al mismo tiempo, en cada campo donde se han puesto a prueba, han resultado ser eficaces, siendo en ocasiones las que mejores resultados obtienen, como es el caso del autismo, uno de los trastornos neurobiológicos más complejos actualmente.

En el mes de junio, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, estableció a la terapia de conducta como tratamiento de primera línea para el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad. El anuncio se dio en el marco del creciente aumento del abordaje por medio de fármacos del TDAH. El organismo enfatiza el hecho de que la terapia conductual ha demostrado ser tan eficaz como los tratamientos farmacológicos, sin producir los efectos secundarios de estos últimos.

En cuanto a la depresión, un trastorno en el que los sentimientos y cogniciones negativas se apoderan de la persona, al extremo de en ocasiones no poder salir de la cama o abandonar las tareas que antes causaban gratificación y placer; la Asociación Americana de Psicología, agregó junto a los tratamientos psicológicos eficaces para el mencionado trastorno, a la Activación Conductual. Este tipo de abordaje, que se incluye dentro de las terapias de tercera ola, se encuentra ahora recomendada junto a tratamientos como la TCC convencional o la Terapia Interpersonal. Aquí pueden observar a los tratamientos eficaces para Depresión.

Como se puede apreciar, las terapias de conducta son eficaces para una amplia gama de problemas, incluyendo a los de mayor gravedad.

Mito N° 4: Los terapeutas conductuales son fríos y poco empáticos

La idea de que psicólogos de ciertas orientaciones posean características en común en contraposición con los de otras orientaciones, es una hipótesis lógica y digna de estudiar. Fernández- Álvarez (1998) plantea que el estilo personal del terapeuta -EPT- es “el conjunto de características que cada terapeuta pone en juego en cada acto de psicoterapia, modelando los atributos fundamentales de dicho acto”, y que está constituido por las condiciones singulares que conducen a un terapeuta a operar de un modo particular en su desempeño profesional. El EPT es un constructo teórico que posee cinco dimensiones distintas:

  • Función instruccional: flexibilidad – rigidez
  • Función expresiva: distancia – cercanía
  • Función de involucración: menor grado – mayor grado
  • Función atencional: amplio – focalizado
  • Función operativa: espontáneo – pautado

En un estudio que incluyó a 206 terapeutas, entre ellos 46 psicoanalistas, 44 cognitivo conductuales y 116 integrativos, con experiencia que iba de los 3 a los 23 años; se analizó si la orientación teórica y la experiencia influían en el EPT. Los resultados no arrojaron diferencias significativas en las funciones instruccional y de involucración. Respecto a las demás dimensiones, los psicoanalistas difieren de sus colegas en que son más distantes en lo expresivo, con atención más abierta en la atencional y más espontáneos en la operativa (Fernández-Álvarez y col., 2000).

La terapia conductual ha demostrado ser tan eficaz como los tratamientos farmacológicos

En cuanto a los años de experiencia, los psicoanalistas no difieren entre sí en su patrón de respuestas conforme pasa el tiempo, mientras que los terapeutas cognitivos noveles, más rígidos en lo instruccional y más distantes en lo expresivo, modifican este patrón cuando poseen mayor experiencia. Los integrativos por su parte, se muestran con mayor espontaneidad en lo operativo, atención más abierta y con una mayor involucración.

Si bien las diferencias halladas parecen corresponder a diferencias teóricas, no se relacionan con las que señalan que los terapeutas conductuales son menos empáticos que otros. En las terapias de modificación de conducta, el terapeuta mantiene un rol mucho más activo y directivo que en otras orientaciones, si bien este rol luego se traspasa al paciente. Cualquier terapia con esta orientación está destinada al fracaso si el terapeuta resulta ser poco empático con su paciente, teniendo en cuenta la importancia fundamental de la alianza terapéutica para el éxito del tratamiento (Corbella y otros, 2009).

Mito N° 5: La modificación de conducta es algo viejo y obsoleto

Esta creencia suele producirse por un doble error. El primero es considerar al conductismo únicamente como un paradigma de estímulo – respuesta, “que solo sirve para condicionar sujetos como si fueran robots”, ignorando los aportes del condicionamiento clásico a muchos trastornos. El segundo parte de la ignorancia del condicionamiento operante, que amplía enormemente el abanico de intervenciones posibles, no solo en terapia psicológica, sino en una multiplicidad de conductas que se deseen cambiar.

A su vez, los principios del aprendizaje están presentes de forma constante en nuestra vida, y somos “víctimas” de ellos aunque no sepamos como funcionan. Así por ejemplo, cuando un padre cede ante el berrinche de su hijo y le compra caramelos en el kiosko, está reforzando sin darse cuenta el comportamiento de berrinche, aumentando las probabilidades de aparecer una conducta similar la próxima vez que desee golosinas. Por el contrario, si espera a que el niño se calme y solo cuando éste pide bien, le compra aquello que quiere, el adulto habrá sin saber aplicado dos principios conductuales: el de extinción y un reforzamiento diferencial de conducta incompatible. Le enseña a su hijo una forma socialmente aceptable de pedir, mientras modifica su comportamiento.

“solo sirve para condicionar sujetos como si fueran robots”

En la práctica clínica, que terapias de conducta sean hoy consideradas tratamientos de primera línea para trastornos complejos, habla de lo erróneo del mito. El resurgimiento de los aspectos <<contextuales>> en los tratamientos, en contraposición a una visión preponderantemente cognitiva (correspondiente a la segunda ola), los nuevos desarrollos en análisis funcional de la conducta, la Teoría del Marco Relacional, la Terapia de Aceptación y Compromiso, Mindfulness y Activación Conductual; todo este movimiento que dentro de las TCC se considera como tercera ola (Pérez- Álvarez, 2006), evidencia que lejos de hablarse de un paradigma obsoleto, hay un fuerte resurgimiento de las terapias conductuales.

A lo largo del artículo cuestioné algunas creencias erróneas que suelen circular por ámbitos profesionales y académicos, trasladándose luego a la población en general. La lista no fue exhaustiva, a la vez que cada creencia podría ocupar su propia nota para analizarla. No obstante, se dieron algunas pautas como para poner en tela de juicio discursos que en ocasiones no se ajustan a la realidad.

Imagen: Istock

Editado por Fabián Maero.

Bibliografía

Baeza Velasco, C. (2007). Tratamientos eficaces para el Trastorno de Ansiedad Social. Cuadernos de Neuropsicología. 1 (2) 127- 138.

Capafons, A. (2001). Tratamientos Psicológicos eficaces para la Ansiedad Generalizada. Psicothema. 13 (3) 442- 446.

Corbella, S., Fernández- Álvarez, H., Saúl Gutiérrez, L., García, F., Botella, l. (2008). Estilo Personal del Terapeuta y dirección de intereses. Apuntes de Psicología. 26 (2) 281- 289.

Corbella, S., Balmaña, N., Fernández- Álvarez, H., Saúl, S., Botella, L., García, F. (2009). Estilo Personal del Terapeuta y Teoría de la Mente. Revista Argentina de Clínica Psicológica. XVIII (2) 125- 133.

Fernández- Álvarez, H. (1998). El estilo personal del psicoterapeuta. En Oblitas Guadalupe, L. A. Quince enfoques terapéuticos contemporáneos. México: El Manual Moderno.

García, F., Fernández- Álvarez, H. (2007). Investigación empírica sobre el Estilo Personal del Terapeuta: Una actualización. Revista Argentina de Clínica Psicológica. XVI (2) 121- 128.

Martin, G., Pear, J. (2008). Modificación de Conducta. Que es y como aplicarla. Pearson Educación S.A.

Pérez- Álvarez, M. (2006). La Terapia de Conducta de Tercera Generación. EduPsykhé. 5 (2) 159- 172.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El cerebro y la envidia

  • Asociación Educar
  • 22/07/2016

La envidia es un sentimiento de deseo de algo que no se posee; también expresa una tristeza o pesar del bien ajeno. Cuando se generaliza, a una persona que tiene envidia se la suele llamar envidiosa.

Lamentablemente es muy común observarla, sobretodo, en quienes creen no ser capaces de obtener lo que desean en sus vidas o cuando alguien desea algo que otro posee y en lugar de alegrarse lamenta no tenerlo. Es un sentimiento que surge de las comparaciones, de sentirse y creerse menos que los demás, de desear algo y de creer no saber cómo obtenerlo o de experimentar sensaciones muy negativas que afectan intensamente.

la envidia puede producir placer
debido a que el hipotálamo
libera, en ese momento,
oxitocina y dopamina

La envidia, como sentimiento de desear algo de otra persona, puede ser una reacción natural del ser humano, y no tiene por qué ser negativa si no provoca algunas reacciones como frustración, ansiedad o deseo del mal ajeno. No obstante, como fenómeno psicológico común, hace padecer tanto a los envidiosos como a sus víctimas. El sentimiento puede ser leve o intenso, simple o complejo, consciente o inconsciente, explícito o involucrado en algunos síntomas neuróticos.

Es difícil hablar de envidia «sana», ya que es siempre un doloroso sentimiento de frustración por alguna carencia que, siendo de uno, parece que los demás no tienen, por lo que se sufre contra ellos, consciente o inconscientemente, una gran hostilidad.

Un grupo de investigadores del Departamento de Neuroimagen Molecular del Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas de Japón, liderados por Hidehiko Takahash, dieron a conocer los resultados de un estudio en donde hallaron que la envidia puede producir placer debido a que el hipotálamo libera, en ese momento, oxitocina y dopamina. En este trabajo, publicado en la revista Science, los científicos encontraron que el cerebro libera dopamina cuando a una persona a la que se le tiene envidia le va mal, del mismo modo que ocurre cuando siente placer.

Para comprobar esto, registraron sus resultados mediante resonancias magnéticas funcionales y determinaron que tanto la envidia como la satisfacción tienen áreas cerebrales específicas. De hecho, cuando una persona intuye o lee sobre el triunfo de alguien por el que siente envidia activa la corteza anterior cingulada en los nódulos cerebrales dorsales; mientras que si lo que observa es el fracaso de ese individuo envidiado, lo que se estimula es el núcleo estriado ventral.

En definitiva, la oxitocina, llamada la hormona del amor, es la «culpable» de desatar envidia por alguien, y, a la vez, sentir satisfacción por el mal ajeno guarda relación directa con la dopamina, sustancia con enorme importancia en la conducta social.

Cuando una persona tiene una emoción positiva hacia otra, la oxitocina la potencia, pero si la empatía va en sentido contrario promueves emociones negativas y esa es la razón que avala que la oxitocina, a veces, se comporte como un potenciador de los sentimientos sociales como la agresividad, generosidad, empatía, confianza, y, también, de la envidia.

El envidioso es un insatisfecho que, con frecuencia, no sabe que lo es. Siente secretamente mucho rencor contra las personas que poseen algo (belleza; dinero; sexo; éxito; poder; libertad; amor; personalidad; experiencia; felicidad; etc.) que él también desea pero no puede o no quiere desarrollar. El envidioso en lugar de aceptar sus carencias o realizar sus deseos, simplemente rechaza y desea «destruir» a aquel que, como un espejo, le recuerda su privación.

De este modo, la envidia es la rabia reparadora de quien en vez de luchar por sus anhelos prefiere eliminar la competencia; eso, la convierte en la defensa típica del débil.

El envidioso es un insatisfecho que, con frecuencia, no sabe que lo es

Por eso, es importante no confundir la envidia con los celos, porque son muy distintos. La envidiadesearía destruir al envidiado, mientras que los celos conservan el afecto del otro.

No obstante, ambos pueden ir juntos y por eso muchas veces se tiende a confundirlos. Según el filósofo John Rawls, la base de la diferencia radica entre la posesión y el deseo de poseer, mientras que se envidia un objeto deseado, los celos implican un fervoroso deseo de conservar lo que uno ya tiene.

Las causas de los celos y las envidias también son diferentes y particulares; cuando una persona envidia se entiende que la mayoría de las veces el problema no es el objeto de deseo en sí, sino un sentimiento de baja autoestima o de vacío interior. Otra teoría, considera a la envidia como un mecanismo de defensa que uno mismo arma para mantenerse seguro del mundo exterior. Paradójico, ¿no? Pues la envidia es considerada uno de los sentimientos más contaminantes y destructivos. Los celos, en cambio, son más comunes y están vinculados a sentimientos de ansiedad o pensamientos negativos. Son una especie de obsesión hacia un tema en particular, muchas veces ligado al amor y, si son excesivos, culminan en relaciones improductivas con pobreza comunicacional.

Desde el punto de vista biológico, los celos son una reacción de alerta mediada neurológicamente por una serie de neurotransmisores que si bien actúan sobre algunas partes del cerebro, en realidad afectan a todos los órganos del cuerpo.

Estas zonas del cerebro, responsables de las reacciones celotípicas, se encuentran por debajo de la corteza cerebral, lo que explica, de entrada, por qué muchas veces son irracionales. Cuando la corteza prefrontal se deja gobernar por el sistema límbico, empieza el problema; es decir, el sistema nervioso se activa todo el tiempo y basta con un estímulo mínimo para que reaccione de manera exagerada e irracional.

Desde el punto de vista biológico, los celos son una reacción de alerta mediada neurológicamente

El problema es que en el celoso este estímulo de irracionalidad puede entrar por cualquiera de los sentidos: con un olor; una imagen; una sensación; un sonido o, incluso, con los recuerdos; los pensamientos y las creencias que existen en la mente. Invadido por el sentimiento de envidia se pueden cometer actos que hacen sentir mal al envidiado, manchar su reputación con mentiras y agravios, desearle el fracaso, etc. De ahí que el acoso, la discriminación y el racismo tienen raíces en la envidia.

Los celosos, generan discusiones y conflictos donde no los hay, tienden a distorsionar la realidad con pensamientos ilusorios y entorpecen todo tipo de relación sana al tratar de manejar situaciones bajo un instinto controlador cuyo resultado siempre es negativo.

Para discutir con un envidioso o con una persona celosa existe una fórmula que no debe subestimarse: «la envidia es una cosa entre dos, sin embargo, para que existan los celos es necesario que, siempre, existan tres».

Sobre el autor: Dr. Luis M. Labath: Médico Especialista en Medicina Interna. Ex Director Médico del Hospital José M. Cullen. Miembro de Honor de la Asociación Médica Argentina.

Artículo publicado previamente en Asociación Educar, la plataforma online y presencial de entrenamiento en Neurociencias más importante de la región. 

Bibliografía:

  • Takahashi H, Kato M, Matsuura M, Mobbs D, Suhara T, Okubo Y. When your gain is my pain and your pain is my gain: neural correlates of envy and schadenfreude. Science. 2009 Feb 13;323(5916):937-9. doi: 10.1126/science.1165604.
  • Jankowski KF, Takahashi H. Cognitive neuroscience of social emotions and implications for psychopathology: examining embarrassment, guilt, envy, and schadenfreude. Psychiatry Clin Neurosci. 2014 May;68(5):319-36. doi: 10.1111/pcn.12182.
  • Shamay-Tsoory SG, Fischer M, Dvash J, Harari H, Perach-Bloom N, Levkovitz Y. Intranasal administration of oxytocin increases envy and schadenfreude (gloating). Biol Psychiatry. 2009 Nov 1;66(9):864-70. doi: 10.1016/j.biopsych.2009.06.009. Epub 2009 Jul 29.

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  • Artículos Recomendados de la Web

Risoterapia: las divertidas sesiones con las que muchos intentan sobrellevar la crisis en Venezuela – BBC

  • David Aparicio
  • 22/07/2016

Daniel Pardo, corresponsal para la BBC, participó en una sesión de Risoterapia realizada en Venezuela y que capacita a las personas a usar esta técnica terapéutica como recurso para afrontar la difícil situación por la que atraviesan:

«La escasez de alimentos, de medicinas, de repuestos, la inseguridad, todo genera demasiado estrés y hay que buscar formas de descargar esa energía y ver los problemas con un ojo distinto», explica Pernalete.

Y es que la organización internacional católica Fe y Alegría está organizando conversatorios basados en el humor donde le dan a la gente herramientas para sobrellevar los problemas generados por la crisis en la que está inmerso el país.

Puedes ver el vídeo completo en la BBC.

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  • Salud Mental y Tratamientos

Cómo el trauma infantil afecta la salud durante toda la vida (Vídeo)

  • David Aparicio
  • 22/07/2016

Puedes activar los subtítulos en español en el botón CC del reproductor de Youtube.

La pediatra canadiense Nadine Burke Harris nos explica cómo la exposición al trauma, abuso y negligencia durante la infancia puede afectar el desarrollo psicológico y cerebral a lo largo de la vida.

La conferencia de Burke Harris está basada en el impactante estudio realizado por dos investigadores del Centro de Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC) y denominada: ¨Estudio sobre las experiencias infantiles adversas¨.

En dicha investigación se evaluó a 17.500 adultos y sus historias de exposición a las experiencias adversas durante la infancia, que incluyeron: abuso físico o emocional, abandono físico o emocional, trastornos mentales, drogodependencia, encarcelamiento de los padres, separación o divorcio de los padres y violencia doméstica.

Sus resultados se pueden sintetizar en dos puntos principales:

  • El 67% de la población evaluada había sufrido al menos una situación adversa durante la infancia. Y el 12,6% de ellos había sufrido  4 o más situaciones adversas.
  • Se encontró también una importante relación entre la exposición adversa y los problemas de salud a lo largo de la vida. Las personas que habían sufrido de 4 o más situaciones adversas tenían en promedio 2,5 más probabilidades de sufrir enfermedades crónicas.

Burke Harris explica que la primera explicación ante estos resultados sería que los niños que tuvieron una infancia difícil son más propensos a desarrollar conductas de riesgo, como fumar o consumir alcohol, lo que explicaría los riesgos de enfermedades crónicas.

No obstante, ella explica que los efectos nocivos de la exposición a las situaciones difíciles pueden producir cambios no sólo conductuales sino a nivel celular. De esta manera quedaría afectado el desarrollo cerebral y en especial el núcleo acumbens, centro del placer y recompensa del cerebro y área fundamental en el proceso de aprendizaje.

Harris Burke es una apasionada investigadora que nos demuestra con datos el profundo efecto que tienen los padres y cuidadores en el desarrollo a corto y largo plazo de los niños.

Para mí, es un vídeo que todos debemos ver y compartir. Realmente es impactante.

Fuente: TED

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Cursos online: Terapia conductual y análisis de conducta y Psicología sanitaria y salud pública

  • Equipo de Redacción
  • 22/07/2016

La Asociación para el Avance de la Ciencia Psicológica (AACP),es una de las instituciones científicas que está revolucionando el campo de la investigación y la educación presencial y a distancia en latinoamérica. Sus propuestas educativas nutren de conocimiento a los psicólogos que están deseosos por aprender sobre los tratamientos psicológicos basados en la evidencia, que permitan ofrecer respuestas a las necesidades de los pacientes de hoy en día.

Su propuesta educativa es una de las más innovadoras de la región. Con sus cursos aprenderás sobre nuevas áreas de trabajo de la psicología y con el aval científico de siempre.

En esta ocasión te presentan dos cursos online especializados en Terapia de Conductual y análisis y modificación de la conducta y el curso de Psicología sanitaria y salud pública.

Los cursos inician el 22 de agosto y tienen un descuento del 40%. Todos son dictados por especialistas en cada área y en cada uno de ellos recibirás clases audiovisuales, material de lectura, participarás de foros de discusión y en ejercicios prácticos. Al finalizar el curso recibirás un certificado emitido por la propia institución.

Los cursos online:

Terapia Conductual: análisis y modificación de conducta

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Inicio
22 de agosto

Duración
2 meses (4 clases)

Docente

Lic. José Dahab, psicólogo clínico especialista en Terapia Cognitivo Conductual y profesor en la Universidad de Buenos Aires.

Clase 1
PARADIGMAS EN TERAPIA CONDUCTUAL Y MODIFICACIÓN DE CONDUCTA
■ Surgimiento.
■ Definición.
■ Guía de tratamientos eficaces.

Clase 2
PRINCIPIOS Y TÉCNICAS DEL CONDICIONAMIENTO CLÁSICO
■ Desensibilización.
■ Exposición.
■ Relajación y respiración.

Clase 3
PRINCIPIOS Y TÉCNICAS DEL CONDICIONAMIENTO OPERANTE
■ Aprendizaje estructurado.
■ Modelado. Ensayos.
■ Feedback.

Clase 4
MODIFICACIÓN DE PENSAMIENTOS E IMÁGENES MENTALES
■ Reatribución.
■ Terapia cognitiva.
■ Instrucciones verbales.

Certificación
Se entregan certificados de aprobación de 16 hs.
Emitidos por el Instituto de Ciencia Psicológica

40% OFF en este curso
Inscripción promocional por tiempo limitado

ARGENTINA
$ 1200 $ 720

LATINOAMÉRICA
USD 120 USD 72

Para mayor información sobre este curso haz click aquí.

Psicología sanitaria y salud publica

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Inicio
22 de agosto

Duración
2 meses (4 clases)

Docente

Dr. Enrique Saforcada, especialista con más de 50 años en la psicología de la salud.

Clase 1
CONCEPCIONES Y PRÁCTICAS DE SALUD EN OCCIDENTE
■ Paradigmas subyacentes a las concepciones y prácticas en salud.
■ Definiciones de salud.
■ El potencial de la salud positiva.

Clase 2
EL SURGIMIENTO DE LA SALUD PÚBLICA
■ Componentes de la salud colectiva y la salud comunitaria.
■ Mercado de la enfermedad.
■ Proceso de salud.

Clase 3
PARADIGMA EN SALUD PÚBLICA
■ El sistema total de salud.
■ Comprensión holística y sistémica.
■ Concepto de «enfermedad pública» vs. «salud pública».

Clase 4
IMPLICACIONES PRÁCTICAS DE LA PSICOLOGÍA SANITARIA
■ Campo de acción y formación básica.
■ Multidisciplina.
■ Factor humano para la planificación, ejecución y evaluación en salud.

Certificación
Se entregan certificados de aprobación de 16 hs.
Emitidos por el Instituto de Ciencia Psicológica

40% OFF en este curso
Inscripción promocional por tiempo limitado

ARGENTINA
$ 1200 $ 720

LATINOAMÉRICA
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  • Salud Mental y Tratamientos

Autismo en la escuela ¿ya se puede hablar de inclusión? – La Nación

  • David Aparicio
  • 22/07/2016

Teresa Sofía Buscaglia escribió un extenso y completo artículo para el diario argentino La Nación, sobre las adversidades que atraviesan los niños con autismo y sus familias a la hora de encontrar una escuela que los acepte y que las aseguradoras se hagan responsables a la hora de proporcionar los tratamientos necesarios.

El artículo muestra la realidad que viven la Argentina, que tampoco es muy diferente a la realidad que viven las familias en los diferentes países latinoamericanos:

Las escuelas han empezado a abrir sus puertas a la inclusión, pero todo es muy incipiente y las familias sufren muchos rechazos hasta encontrar un lugar donde escolarizar a sus hijos. «Nuestro sistema educativo está muy poco preparado para esta inclusión y, ante el desconocimiento, niegan la vacante y expulsan a los niños, con argumentos poco académicos», explica Adriana Cucchetti, al frente de TGD Padres(…)

Discriminación:

(…) más del 50% de los casos encuestados denuncian problemas para recibir el diagnostico adecuado, se sienten discriminados y encuentran dificultades económicas para afrontar los tratamientos y acompañantes necesarios para la educación de los niños.

El artículo no se queda sólo en los puntos negativos. También nos demuestra que aquellos que reciben ayuda, tratamiento y aceptación, pueden lograr desarrollarse en la vida. Esta es la historia de Fausto:

Fausto Celave tiene 24 años y es el primer joven con condición autista que asiste a la universidad pública en Argentina. Hasta él, las posibilidades les eran negadas. Las razones son muchas, pero principalmente prevalecía el prejuicio de que no llegarían a lograr su grado académico. Fausto es hoy un técnico electrónico y estudia Diseño Multimedia en la Universidad de la Plata. Todo esto lo logra gracias a un equipo de profesionales que lo acompañan desde siempre y al incondicional apoyo familiar.

Lee el artículo en La Nación.

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  • Salud Mental y Tratamientos

Los perros pueden aliviar el estrés en familias con niños con autismo

  • Alejandra Alonso
  • 21/07/2016
autismo

Puedo asegurar con toda tranquilidad que el 100% del equipo de Psyciencia ama a los animales y no concibe un hogar en el cual no haya algún miembro de 4 patas. Nos ponen felices con su manera tan natural, honesta y divertida de mostrarnos su cariño, pero también nos enseñan sobre responsabilidad.

Hay todavía algo más que hacen estas increíbles criaturas con las que tenemos el privilegio de compartir el planeta: según los resultados de un nuevo estudio de la Universidad de Lincoln (Reino Unido), tener un perro en casa puede actuar como un reductor significativo del estrés en familias con niños con autismo.

Los descubrimientos muestran una reducción en el número de interacciones disfuncionales entre padres e hijo, y los beneficios anti-estrés parecen hacerse más fuertes con el tiempo.

Steven Feldman, Director Ejecutivo de la fundación de Iniciativa de Investigaciones sobre el Vínculo entre Humanos y Animales (HABRI), comenta: “Los padres de niños con autismo pueden experimentar mayores niveles de ansiedad y estrés y ahora tenemos evidencia científica fuerte para mostrar que las mascotas pueden tener efectos positivos en estas cuestiones de calidad de vida. Las familias con niños con autismo deberían considerar a las mascotas como una forma de mejorar la armonía familiar.”

El proyecto, enfocado específicamente en cómo los perros afectan a las familias con niños con TEA, es uno de los primeros de muchos proyectos de investigación financiados por HABRI, donde se busca investigar los efectos de la compañía animal en la salud humana.

Los beneficios son para toda la familia

El Dr. Daniel Mills, autor principal del estudio, comenta que esta es una de las primeras investigaciones donde se examina cómo los perros también pueden mejorar la vida de aquellas personas que se ven más afectadas por el autismo, ya que se ha pasado por alto el efecto positivo que pueden tener en familiares cercanos. Este estudio muestra que los beneficios son para toda la familia.

La investigación involucró a familias con niños con autismo que también estuvieron participando en un estudio anterior enfocado en los efectos a corto plazo de tener un perro. Los científicos siguieron a las familias por dos años y medio para poder determinar los beneficios a largo plazo.

Los resultados muestran que la reducción en las dificultades familiares duró años luego de haber adoptado al perro y que los niveles de estrés continuaron decreciendo. Reducción que no se pudo observar en las familias que no tenían un perro.

Un niño con autismo puede significar un desafío grande para los padres y familiares más cercanos, puede ser desgastante, extremadamente cansador y muy estresante, por eso eso es que este descubrimiento es tan importante: algo tan sencillo como adoptar un perro puede ser de gran ayuda.

Fuente: Psychcentral

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  • Salud Mental y Tratamientos

El “darse cuenta” o awareness en Terapia Gestalt

  • Clotilde Sarrió
  • 21/07/2016
"darse cuenta" en Terapia Gestalt

Para hablar del “darse cuenta” o “awareness” será necesario aclarar, en primer lugar, que el término awareness no tiene su equivalente en castellano y que su raíz se encuentra en las palabras anglosajonas –gewaer (conocimiento de una amenaza exterior), y a su vez –wary (prudencia, cautela).

Conceptualmente, el sentido del awareness lleva implícito un darse cuenta a nivel perceptivo y sensorial.

El darse cuenta en Perls y Goodman:

Perls y Goodman (1951) al tratar de cuál es el sujeto-objeto de la Psicología, introducen el término “awareness” –darse cuenta–concediendo especial relevancia al contacto, fundamentalmente a la experiencia que se produce en la frontera-contacto en la interacción entre el organismo y el entorno.

Todos estos contactos en acción son el sujeto-objeto de la psicología. (Lo que se llama “consciencia” – consciousness– parece ser un tipo especial de consciencia inmediata –awareness–, una función de contacto cuando se producen dificultades y retrasos en el ajuste)

 Unas líneas más arriba de esta cita, los autores relacionan el awareness con el contacto:

El contacto es el awareness del campo o la respuesta motriz en el campo

Perls, Hefferline y Goodman

 El consciousness es la consciencia reflexiva que nos pone en contacto con una representación tanto del entorno como de nosotros mismos y no con la “realidad” –entendida siempre como una realidad fenomenológica subjetiva, (para mi, en este momento) y no como la realidad objetiva y total–. La consciencia reflexiva puede interrumpir el libre funcionamiento entre el organismo y el entorno. Es decir, el consciousness, se encuentra relacionado con el conocer.

El darse cuenta en Jean-Marie Robine

El awareness es el conocimiento inmediato e implícito del campo

Jean-Marie Robine

 El conocimiento inmediato e implícito en el campo –el “darse cuenta”– al que hace referencia Jean-Marie Robine, incluye la experiencia en el campo organismo/entorno. Es un proceso que consiste en estar en un estado atento y vigilante, que es a la vez motriz y sensorial, respecto a la experiencia nueva que está sucediendo y, permitiendo al mismo tiempo, la construcción de las relaciones figura/fondo.

  • El conocimiento inmediato hace referencia a todas aquellas sensaciones, percepciones, propiocepciones… que tienen lugar en el momento presente. En el “aquí y ahora”.
  • El conocimiento implícito es un conocimiento sin elaboración previa al que no se puede acceder de una forma explícita. Cuando este conocimiento —implícito— se verbaliza mediante la palabra, se convierte en explícito y por lo tanto en conciencia reflexiva –consciousness–.

El darse cuenta –awareness– se produce en la frontera-contacto. Tiene lugar en el presente, en el aquí y ahora, y capta la actualidad del contacto aunque se presenten elementos del pasado y del futuro. Se trata de una experiencia subjetiva e implica la formación de una figura saliendo del fondo en el proceso de contacto.

Lo que constituye la figura awareness es una percepción, una imagen, una intuición viva y clara  es la figura sobre un fondo

el conocimiento inmediato e implícito del campo necesita de una atención espontánea, un compromiso sensorial y motor en la situación

Jean-Marie Robine

 El darse cuenta –awareness– implica, en la relación terapéutica, ayudar al paciente a darse cuenta y que ponga palabras a sus sensaciones, percepciones… que estén produciéndose en el momento presente en la situación. El awareness también implica, con respecto al terapeuta, el darse cuenta de la experiencia que está sucediendo dentro del campo terapeuta-paciente en la relación.

Así como el consciousness se encuentra relacionado con el conocer, el darse cuenta–awareness– se encuentra relacionado con el comprender.

El darse cuenta es nuestra sensación de la situación, es el fondo sensible de nuestra experiencia en el momento presente.

No hay awareness sin contacto, pero puede haber algunos contactos sin awareness

Perls, Hefferline y Goodman

El darse cuenta en Perls: “Yo, Hambre y Agresión”

Perls en “Yo, Hambre y Agresión” (1942), contemplaba tres formas del darse cuenta:

  • El darse cuenta del sí mismo o de la zona interna. Comprende todas aquellas
sensaciones, emociones y sentimientos que suceden dentro de nosotros, en nuestro organismo. Nos permite 
ponernos en contacto con nosotros mismos.
  • El darse cuenta del mundo o de la zona externa. Nos permite ponernos en contacto con los objetos y acontecimientos del 
mundo que nos rodea, de todo aquello que está fuera y de lo que ocurre más allá
 de nuestra piel. Tiene relación con el contacto sensorial.
  • El darse cuenta de la fantasía o zona intermedia. Incluye toda la actividad 
mental que va más allá de lo que sucede en el presente (recuerdos, fantasías, pensamientos,…). Nos permite ponernos en
contacto con nuestras fantasías.

Para estas tres zonas, Perls sugería trabajar con el continuum de consciencia o continuum del darse cuenta.

El continuum del darse cuenta es un flujo permanente de sensaciones, sentimientos e ideas que constituye el fondo sobre el cual destacan las principales figuras emergente de nuestro interés en una situación. La consciencia progresa sin parar, se alimenta de lo que tiene alrededor, es continua, y por tanto es corriente de consciencia.

Perls introduce el término de “vacío fértil” como condición del darse cuenta –awareness–. Considera que estar vacío es un estar abierto a todas las posibilidades, permitiendo que el desarrollo de la gestalt emergente abarque todos los aspectos del campo. Para Perls, en el “vacío fértil” algo puede surgir, no existe más que el proceso en curso.

Esta forma en que Perls contempla el darse cuenta es una manera de disociar el cuerpo de las emociones, de las sensaciones… Mientras que en la obra posterior de 1951, Goodman insiste en la función integradora del darse cuenta –awareness–.

En definitiva, el “darse cuenta” es una forma de conocer un poco más a propósito de nosotros mismos, es saber qué sentimos, qué percibimos, teniendo en cuenta lo que nos sucede tanto a nivel corporal como a nivel mental. El darse cuenta es identificar qué nos gusta y qué nos desagrada, es poder conocer de nuestra particular forma de hacer las cosas, de nuestras habilidades…

Artículo previamente publicado en Gestalt Terapia, el blog especializado de Clotilde Sarrió y cedido para su publicación en Psyciencia.com

Bibliografía:

– Perls F. S. (2007) Yo, hambre y agresión. Los libros del C.T.P

– Perls F., Hefferline R. ,Goodman P. (1951) Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana. Los libros del C.T.P

– Robine, J-M. (1997) Contacto y relación en Psicoterapia. Santiago de Chile. Cuatro Vientos.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Qué es el razonamiento emocional?

  • Sergio Lotauro
  • 21/07/2016

En el día a día, las emociones forman parte de nuestro repertorio conductual, nos orientan en nuestra búsqueda permanente de satisfacción y bienestar, y nos ayudan a evitar el perjuicio y el malestar que pueden atentar contra nuestra salud física y psicológica. 

Sin embargo, tan importantes beneficios conllevan algunos efectos secundarios. Hay ocasiones en que las emociones nos juegan una mala pasada, aún si gozamos de plena salud mental.

Un ejemplo típico de esto último es lo que en el ámbito de la psicología se conoce como razonamiento emocional.

Hacer un razonamiento emocional implica, como su nombre lo indica, razonar en función de cómo uno se siente.

Imaginemos que nos ha ido mal en un examen de matemáticas, o que hemos sido despedidos del trabajo. En tales circunstancias, es probable que “sintamos” que hemos fracasado, si eso es lo que “sentimos”, entonces tiene que ser porque efectivamente “somos” unos fracasados. Cuando caemos en la trampa del razonamiento emocional, llegamos a conclusiones aparentemente verdaderas pero sin seguir una secuencia de razonamiento lógico, sino poniendo atención únicamente a cómo nos sentimos.

Luego, se hace una generalización excesiva a partir de un hecho anecdótico o muy puntual. Que nos haya ido mal en un examen de matemáticas no indica, necesariamente, que hayamos fracasado en la vida. Y esto es algo en lo que incurrimos permanentemente; extraemos conclusiones apresuradas y, por lo general, tajantes, sin que exista alguna prueba válida y objetiva que las justifique.

En el mismo sentido, si nos sentimos solos, podemos llegar a pensar que nos lo merecemos, que no somos dignos de ser queridos, o que tenemos algún defecto que aleja a las personas. De allí, a creer que vamos a quedarnos solos para toda la vida, hay un paso.

El razonamiento emocional tiene otra vertiente enfocada hacia el exterior. También solemos juzgar las conductas o los estados emocionales de los demás de acuerdo a cómo nos sentimos nosotros en ese momento.

Si estamos enfadados porque un superior nos niega un aumento, es mucho más probable que le atribuyamos malicia al vecino de al lado que está escuchando rock a todo volumen, o que tomemos como un agravio personal las maniobras imprudentes al conductor del auto que va delante nuestro en la autopista.

Cuando nos sentimos iracundos vemos ira en los demás, y somos incapaces de darnos cuenta de que somos realmente nosotros los que estamos enfadados y proyectamos nuestras emociones en los demás.

Todo esto no debe llevarnos a pensar que las emociones en sí son dañinas para nosotros. Me gusta pensar en el conjunto de emociones humanas como un sistema primitivo de comunicación intra e interpersonal. Esto puede sonar excesivamente sofisticado, pero en realidad es bastante simple.

Vayamos por partes, veamos palabra por palabra.

Digo primitivo sistema porque las emociones, tal cual las conocemos, dentro del marco de la evolución de la especie humana, son muy anteriores al lenguaje. Cuando éramos apenas poco más que primates que vivían en la copa de los árboles saltando de rama en rama y completamente incapaces de articular cualquier sonido ni remotamente parecido a lo que hoy conocemos como la palabra humana, ya contábamos con la posibilidad, sin embargo, de expresar una gama amplia de emociones.

Y esto nos lleva al segundo concepto: sistema de comunicación. Cuando alguien nos sonríe y se le ilumina el rostro al vernos, nos está diciendo (antes de que articule cualquier palabra) que le regocija nuestra presencia. O bien que le agradamos en algún aspecto, o que no tenemos por qué temerle, ya que no guarda intenciones hostiles hacia nosotros. Estas interpretaciones son válidas, por supuesto, dependiendo del contexto.

Si, en el otro extremo, alguien nos clava la mirada, frunce la nariz levantando el labio superior, nos está haciendo saber, sin que lo exprese verbalmente, que nos desprecia, nos detesta, o por alguna razón se siente lo suficientemente motivado para hacernos daño. De hecho, nuestros compañeros de evolución, los simios, exhiben los colmillos como una forma de amenaza hacia otros. Ostentar el arsenal de ataque suele ser un elemento intimidatorio eficaz, o una forma de disuadir al otro de su intención de atacarnos.

Por eso es posible afirmar que la principal función de las emociones es comunicar estados, actitudes y predisposiciones conductuales, tanto a nosotros mismos como a los demás.

No hace falta que nuestra pareja nos diga si le gustó o no el regalo de aniversario que le compramos; antes de que emita alguna palabra ya lo sabemos por la expresión de su rostro. De la misma forma, sabemos si nuestro jefe nos va a dar un aumento o nos va a despedir cuando nos manda a llamar para hablar en privado e ingresamos en su oficina.

Cuando vemos a alguien con el rostro surcado por la tristeza, sin que lleguemos a preguntarle nada, tenemos la certeza de que está pasando por un mal momento, de que hay algo que lo está haciendo sufrir. Eso despierta nuestro interés, nuestra compasión… su emoción actúa como un facilitador que nos empuja a actuar, a hacer algo para ayudarlo.

La cooperación entre los seres humanos ante la adversidad, o en pos de la consecución de un objetivo común, es uno de los principales componentes que permitieron nuestra evolución y progreso como especie.

El carácter primitivo e interpersonal de las emociones no se da sólo en el plano filogenético (la evolución darwiniana de una especie a otra), sino también en el plano ontogenético, es decir, durante el desarrollo individual de la persona. Para ver esto solo hay que observar cómo se comporta un bebé antes del primer año de vida, antes de que pueda articular palabras sueltas.

Desde el mismo nacimiento, los diferentes llantos del bebé le comunican al adulto que tiene hambre, que está con cólicos, o molesto porque quiere que le cambien los pañales. Toda madre más o menos hábil para decodificar emociones aprende a reconocer los sutiles matices del lloriqueo de su hijo y lo que estos indican durante sus primeros meses de vida.

El razonamiento emocional es una estafa mental, un engaño, una ilusión creada por un mago demoníaco que aparece como resultado de cierta dificultad para interpretar y gestionar correctamente las propias emociones, y que oculto en el anonimato puede llegar a dirigir completamente la vida de la persona afectada, haciéndole creer cosas que no son ciertas, como por ejemplo que no vale nada como persona, que el mundo es un lugar peligroso, e incluso que no hay esperanza alguna de que pueda salir de ese estado.

Es decir, el razonamiento emocional genera ilusiones partiendo de la emoción.

Pero las emociones, en sí mismas, no son ni dañinas ni un error de la naturaleza. En líneas generales, todas ellas, las que resultan agradables y especialmente las desagradables, son muy beneficiosas para el ser humano, ya que desempeñan un rol fundamental para la supervivencia. Nos ayudan a entablar relaciones, estrechar vínculos, y a que nos alejemos de los peligros.

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