Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por mes

septiembre 2016

53 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El suicidio en el escritor

  • 30/09/2016
  • Rita Arosemena P.

Dentro de muy poco me suicidaré. Siento claramente que ha llegado el final. Me mordía los labios y no sabía qué hacer con las manos, yo misma me asustaba porque me veía a mí misma en mi piecita (habitación) desordenada.

 

Alejandra Pizarnik, escritora argentina

Extracto de su diario personal  


En 1884, el poeta francés Paul Verlaine escribió “Les Poètes maudits” (Los Poetas malditos), un libro de ensayos sobre la vida y obra de autores como Arthur Rimbaud y Tristán Corbière.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


En su obra, Verlaine introdujo el término “maldito” para hacer referencia a un tipo de escritor cuya vida se deformaba en un tormento continuo aparentemente ocasionado por su propio talento, por una cualidad sensitiva que le marginaba a la incomprensión de sus semejantes y a una tendencia al suicidio.  

El “malditismo” continúa siendo visto hoy como un perfil de poeta sombrío y estigmatizado dentro de los círculos literarios que, simbólicamente, el escritor Ernesto Sábato llamaba galerías de espejos.

No obstante, ser un “escritor maldito” sugiere también un conjunto de factores psicológicos, tanto modificables como inmodificables, que a su vez componen el autorretrato del escritor suicida, ese individuo que proyecta en su obra el sufrimiento de una fragilidad anómala, de una indefensión de la que su mundo se desentiende y se aparta.

Los vínculos entre el oficio del artista, la hipersensibilidad y la propensión a los trastornos mentales ha sido uno de los temas de discusión más fascinantes y controversiales de las últimas décadas.

Aun cuando el nexo entre la creatividad y desórdenes como la depresión y el trastorno bipolar ha sido tratado con precaución por la dificultad de establecer una correlación o una relación causal entre factores, estudios han demostrado que los pacientes diagnosticados con esquizofrenia y trastorno bipolar están sobrerrepresentados en las artes, y que los escritores son más propensos a cometer suicidio que la población promedio.  

Pero ¿qué hace al escritor más vulnerable? ¿Más sensible e indefenso ante escenarios que para el resto del mundo son comunes?

¿Qué lleva al escritor al suicidio?


Ella no era de este mundo, pero de una manera realmente alarmante. No se podía arreglar con la vida cotidiana, y entonces era como una especie de niña desamparada y había que estar prestándole auxilio o ayuda para las cosas que todo el mundo puede manejar (…) Cuando ya tienes más de 30 años y no te sabes hacer un par de huevos fritos, te vuelves como una especie de astilla en la superficie del mundo. La gente no entiende por qué estás tan desamparada.      

 

Ivonne Bordelois

Amiga de Alejandra Pizarnik


En su ensayo “The Writer and Depression” (El Escritor y la Depresión), la autora Elizabeth Moon analiza los factores de riesgo inherentes a la profesión del escritor que contribuyen a hacerle más propenso a desarrollar trastornos del estado de ánimo, como la depresión:

  • Aislamiento social
  • Introspección
  • Falta de actividad física
  • Ritmo de sueño irregular
  • Malos hábitos alimenticios
  • Falta de contacto con el mundo externo
  • Incertidumbre laboral y financiera

Estos elementos pueden conducir, a su vez, al abuso de drogas y alcohol, que se traduce en una mayor tendencia a la inestabilidad emocional y mayores probabilidades de cometer suicidio.


La motivación primaria del suicidio es la depresión, un desorden que se caracteriza por sentimientos de tristeza y desesperación que pueden presentarse de forma exagerada, fuera de las proporciones de la realidad. La persona que comete suicidio lo hace porque ve en esa acción una especie de solución a un severo dilema físico o psicológico.

Vernon J. Geberth, The Psychology of Suicide (1996)


La Guía Práctica Clínica de Prevención y Tratamiento de la Conducta Suicida publicada por el Sistema Nacional de Salud de España (SNS) distingue entre factores de riesgo suicida modificables e inmodificables.

Los factores modificables incluyen:

  • Trastornos afectivos
  • Esquizofrenia
  • Trastornos de ansiedad
  • Abuso de sustancias
  • Trastornos de personalidad
  • Salud física
  • Dimensiones psicológicas del individuo

Los factores inmodificables mencionan:

  • Heredabilidad
  • Sexo
  • Edad
  • Estado civil
  • Situación laboral y económica
  • Creencias religiosas
  • Apoyo social
  • Conducta suicida previa

Como factores de riesgo asociados de tipo familiar y contextual, se identifican:

  • Apoyo sociofamiliar
  • Nivel socioeconómico, educativo y la situación laboral
  • Etnia
  • Religión
  • Exposición o contacto con personas que presentan conducta suicida (efecto contagio)
  • Historia de maltrato físico o abuso sexual
  • Orientación sexual
  • Acoso o bullying
  • Fácil acceso a armas, medicamentos o sustancias tóxicas

La Guía Práctica del SNS también hace énfasis en variables psicológicas como la impulsividad, el pensamiento dicotómico, la rigidez cognitiva, la desesperanza, la dificultad de resolución de problemas, la sobregeneralización en el recuerdo autobiográfico y el perfeccionismo, características comunes en más de un escritor suicida, entre ellos, Sylvia Plath.


Nunca consigo leer todos los libros que quiero. Nunca consigo ser todas las personas que quiero ni vivir todas las vidas que quiero. Nunca consigo educarme a mí misma en todas las habilidades que quiero. ¿Y por qué lo quiero? Quiero vivir y sentir todas las sombras, tonalidades y variaciones de la experiencia física y mental… Y estoy horriblemente limitada.

Sylvia Plath, escritora estadounidense


Para el novelista Simon Brett, quien ha experimentado crisis de depresión a lo largo de su carrera literaria, el escritor es un sujeto que pasa largas horas sentado frente a sí mismo, cavando en lo profundo de su individualidad, y es imposible librarse de la auto-examinación y de la propia duda en tales circunstancias.

La soledad y la hipersensibilidad que el escritor comparte con otros artistas puede, en conjunto con factores de riesgo, convertir la tarea de la creación en un retraimiento peligroso donde el mundo real pierde visibilidad. La ficción y las emociones exacerbadas conforman, entonces, una dimensión distorsionada donde el escritor parece entregarse a una confrontación hostil e interminable con su propia naturaleza.


El departamento médico lo llama “episodio de depresión mayor”, pero a mí me han abatido una multitud de sentimientos, no solo depresión, también agitación, ansiedad, terror, pánico, dolor, desesperación, desesperanza y casi un deseo irresistible de estar muerta, y lo he tenido hace tanto tiempo. Todos los días durante seis meses he tenido que esforzarme para seguir viviendo.

Marian Keyes, escritora irlandesa en un comunicado dirigido a sus seguidores luego de sufrir un episodio de depresión


La lista de escritores emblemáticos que ha cometido suicidio a lo largo de la historia es extensa. Ernest Hemingway, Cesare Pavese, Sylvia Plath, Alejandra Pizarnik, Virginia Woolf… E incluso podría hablarse de “suicidio metafísico” en el caso de poetas malditos como Lautréamont, cuyos textos proyectaban un combate a muerte de índole espiritual consigo mismo, una tortuosidad auto dirigida.


“El suicida es un homicida tímido”, escribió Cesare Pavese. Un homicida de sus propios arquetipos indeseados.   

En la pared de mi cuarto, ¿qué sombra dibuja, con una fuerza incomparable, la fantasmagórica proyección de su silueta encogida?

Quienquiera que seas, defiéndete, pues voy a dirigir hacia ti la honda de una terrible acusación:

esos ojos no te pertenecen… ¿de dónde los has tomado?

Canto IV de Los Cantos de Maldoror

Lautréamont


La Enciclopedia de Filosofía de Stanford hace un recuento detallado de la visión histórica que se ha manejado del suicidio, desde Sócrates, Platón y los sofistas hasta la tradición cristiana.

Los elementos de observación obligatoria siguen siendo los mismos hoy que hace miles de años: de índole moral, religioso, contextual y psíquico, aspectos que, bajo ciertas condiciones, bastan para imprimir en torno al suicidio una sombra de estigmatización o de excepcionalidad subjetividad.

“El suicidio (en ocasiones) acarrea un contexto negativo de tal magnitud”, se describe, “que la mayoría de las personas tilda a Hitler de suicida, pero no a Sócrates ni a Jesús”.

En esto también influye la complejidad del concepto “conducta suicida” y que, para evitar confusiones, no debe limitarse a la simple ideación o búsqueda directa o indirecta de la propia muerte, como ocurre en la eutanasia o en la adicción a las drogas.

El suicidio como acto tangible se caracteriza, en cambio, por ser una relación no-accidental entre el comportamiento suicida y la muerte, una causa que nace de una clara intencionalidad, del compromiso que el suicida adopta con, lo que sabe, lo llevará a la muerte.

El patrón de intención suicida se manifiesta, entonces, de la siguiente forma:

  1. El comportamiento del sujeto A es suicida en relación con el factor B si:
  1. Es consciente o tiene la convicción de que el factor B o alguna consecuencia causal del factor B puede ocasionarle la muerte o hacerle más propenso a morir, y
  2. Si el sujeto A tiene la intención de morir mediante la participación del factor B.

Morir es un arte, como todo lo demás. Yo lo hago excepcionalmente bien. Lo hago de tal forma que se siente como el infierno. Lo hago de tal manera que se siente real. Supongo que podría decirse que tengo un don.  

Sylvia Plath


Según la Guía Práctica del SNS, los intentos previos de suicidio son el predictor más fuerte de riesgo suicida, en especial durante los primeros 6 meses, donde el riesgo aumenta entre un 20 y 30%.

¿Cuántos intentos previos de suicidio comete, entonces, el escritor, si se toma en cuenta el suicidio metafísico que acontece durante la proyección de su sufrimiento a través del arte?


“Escribo para que no suceda lo que temo.

Para reparar la herida fundamental, la desgarradura.”

Alejandra Pizarnik


Referencias:

Articles. (2016). Practicalhomicide.com. Disponible en http://www.practicalhomicide.com/articles/suicide.htm

Page, B. (2010). Writers ‘at greater risk of depression’, survey finds. the Guardian. Disponible en https://www.theguardian.com/books/2010/dec/13/writers-depression-top-10-risk

Cholbi, M. (2004). Suicide.Plato.stanford.edu. 

Elizabeth Moon: The Writer and Depression. (2016). 

Guía de Práctica Clínica de Prevención y Tratamiento de la Conducta Suicida. (2016).   

Sin categoría

¿Mis genes me hacen sentir solo? Un estudio encuentra que la soledad es modestamente heredable

  • 29/09/2016
  • Alejandra Alonso
Soledad

La soledad ha sido vinculada a una pobre salud física y mental, además de predecir la muerte temprana con más precisión que la obesidad. Para entender mejor quién está en riesgo, un grupo de investigadores condujeron el primer estudio de asociación de todo el genoma en relación a la soledad (como rasgo estable, no como estado temporal). Descubrieron que el riesgo de sentirse solo se debe parcialmente a la genética, pero el ambiente juega un rol más grande. El estudio contó con una muestra de 10760 sujetos y fue publicado el 15 de Septiembre en Neuropsychopharmacology. En la investigación también se observó que el riesgo genético para la soledad está asociado con el neuroticismo y los síntomas depresivos.

El estudio fue dirigido por el Dr. Abraham Palmer y su equipo, quienes explican que así como el dolor físico nos alerta de posible daño en los tejidos y nos motiva a encargarnos de nuestro cuerpo físico, la soledad (que surge por una discrepancia entre las preferencias sobre relaciones sociales y la realidad de éstas relaciones en la vida del sujeto) es parte de un sistema de aviso biológico que ha evolucionado para alertarnos sobre las amenazas y daño que sufre nuestro cuerpo social.

Pero no todos perciben la soledad de la misma manera.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


“Para dos personas con el mismo número de amigos cercanos y familia, uno puede ver su estructura social como adecuada y el otro no. Y a eso llamamos predisposición genética a la soledad – queremos saber por qué, genéticamente hablando, una persona es más propensa que otra a sentir soledad, incluso en la misma situación”, explica Palmer.

La heredabilidad de la soledad ha sido examinada antes, en gemelos y otros estudios realizados tanto en niños como en adultos (1,2,3,4,5,6). A partir de esos datos, los científicos estimaron que entre el 37% y el 55% de la soledad está determinado por la genética. Estudios previos también trataron de encontrar genes específicos que contribuyen a la soledad, enfocándose en genes relacionados con neurotransmisores, como la dopamina y la serotonina, u otros sistemas celulares asociados con el apego humano, como la oxitocina. Pero según el equipo, estas investigaciones se basaron en muestras pequeñas.

La soledad tiende a ser co-heredada con el neuroticismo y una escala de síntomas depresivos

Palmer y su equipo utilizaron una muestra más grande: examinaron información de salud y genética de 10,760 personas de 50 años o más. La información fue recolectada por el Health and Retirement Study, un estudio longitudinal de salud, jubilación y envejecimiento. Como parte del estudio antes mencionado, los sujetos debían responder tres preguntas que medían soledad. El cuestionario no utiliza la palabra “soledad” ya que muchas personas no quieren reportar sentirse así. En su lugar, las preguntas fueron:

  • ¿Cuán a menudo sientes falta de compañía?
  • ¿Cuán a menudo sientes que te dejan afuera?
  • ¿Cuán a menudo te sientes aislado de otros?

En el estudio se consideraron también el género, la edad y el estatus matrimonial, ya que las personas casadas tienden a sentirse menos solas.

El equipo de Palmer encontró que la soledad (como rasgo) es una característica modestamente heredable (14% a 27%, comparada con los estimados de 37% a 55%). Esta nueva estimación de la contribución genética a la soledad puede ser más baja debido a que el equipo se basó en un método que solo captura variaciones genéticas comunes y no considera las variaciones raras.

Los investigadores también determinaron que la soledad tiende a ser co-heredada con el neuroticismo y una escala de síntomas depresivos. Contrario a estudios previos, no se encontró asociación con genes candidatos como los que codifican la dopamina o la oxitocina.

De acuerdo con Palmer, los resultados pueden diferir con hallazgos previos sobre la soledad, en parte porque el equipo encuestó exclusivamente a adultos mayores de los Estados Unidos, mientras que otros estudios contaron con sujetos jóvenes de Europa.

Los científicos trabajan ahora para encontrar un predictor genético, es decir, una variación genética que permitiría a los investigadores comprender mejor los mecanismos moleculares que influyen sobre la soledad.

Fuente: UC San Diego

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La oxitocina estaría relacionada con el incremento de la espiritualidad en hombres

  • 28/09/2016
  • Alejandra Alonso
Espiritualidad

Muchas personas consideran a la espiritualidad como una parte esencial de sus vidas. Una nueva investigación de la Universidad de Duke sugiere que la oxitocina, también conocida como la “hormona del amor” está involucrada en el desarrollo de la espiritualidad.

En el estudio, los hombres reportaron un mayor sentido de espiritualidad poco tiempo después de tomar oxitocina y una semana después. Los participantes que tomaron oxitocina también experimentaron más emociones positivas durante la meditación, según comenta la autora principal, Patty Van Cappellen, psicóloga social en Duke.

Van Cappellen explica que ya se ha vinculado a la meditación y espiritualidad con la salud y el bienestar. Su estudio apuntaba más bien a entender los factores biológicos que intervienen en las experiencias espirituales, encontrando que la oxitocina pareciera ser un componente de nuestros cuerpos relacionado a las creencias religiosas.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


La muestra estuvo compuesta solo por hombres, con lo cual los resultados solo aplican a hombres. Van Cappellen explica que la oxitocina suele actuar diferente en hombres y mujeres, por lo tanto queda por investigar los efectos de la oxitocina en la espiritualidad de las mujeres.

La oxitocina es producida naturalmente por el hipotálamo, actúa como hormona y como neurotransmisor, afectando a muchas regiones cerebrales. Es estimulada durante el sexo, el amamantamiento y el momento de dar a luz. Estudios recientes han resaltado el rol de la oxitocina en la promoción de la empatía, el vínculo sociaI, la confianza, la moral y el altruismo.

Queda por investigar los efectos de la oxitocina en la espiritualidad de las mujeres

Para evaluar cómo la oxitocina influiría sobre la espiritualidad, los científicos administraron la hormona a un grupo y un placebo al otro. Aquellos que recibieron oxitocina eran más propensos a decir luego que la espiritualidad era importante en sus vidas y que la vida tiene propósito y sentido. Los autores destacan que tomaron en cuenta si los participantes reportaron pertenecer a una organización religiosa o no.

Los sujetos que recibieron oxitocina también tendían a verse interconectados con otras personas y seres vivientes.

Los sujetos de estudio también participaron en una meditación guiada. Aquellos que recibieron oxitocina reportaron experimentar más emociones positivas durante la meditación, como ser: admiración, esperanza, gratitud, interés, serenidad, amor e inspiración.

En la investigación se enfatiza también que la oxitocina no afectó a todos los participantes por igual, sino que sus efectos eran más fuertes en personas con una variación particular del gen CD38 (el cual regula la secreción de oxitocina por parte de las neuronas hipotalámicas).

La autora principal advierte que no deben sobregeneralizarse los resultados, después de todo, nota ella, hay muchas definiciones de espiritualidad. Es un constructo complejo, con muchos factores. Sin embargo, la oxitocina si parece afectar lo que creemos y la forma en que percibimos el mundo.

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

‘Conducta verbal’ para psicólogos cognitivos

  • 28/09/2016
  • Javi Jímenez

‘Conducta verbal’ es una etiqueta escogida, fundamentalmente, porque era virgen. Skinner estaba estudiando el lenguaje desde un punto de vista innovador e intentaba buscar un término que a) sugiriera el estudio del hablante individual y b) no estuviera viciada de antemano. Dediquemos un segundo a explicar esto.

Si pensamos en los términos que usualmente se usan para hablar de estos temas veremos que encontrar un término referido «al hablante individual» no es sencillo. El término ‘lengua’ se refiere a las prácticas de la comunidad linguística. ‘Habla’ se asocia o a lo vocal o a prácticas específicas dentro de una comunidad liguística grande (ej. el habla andaluza). El problema de ‘lenguaje’, que es el término que suele usar la psicología cognitiva, es que trae adheridas muchas deudas filosóficas que habríamos de podar antes de ponernos a trabajar. Por otro lado, podía haberse usado términos como ‘conducta simbólica’ (Mead, otro insigne pensador pragmatista como Skinner, lo había adoptado para su sistema), ‘conducta relacional’ o, qué se yo, ‘conducta social’. Pero la verdad es que conducta verbal era buen candidato porque sencillamente no se usaba.

El problema de ‘lenguaje’, que es el término que suele usar la psicología cognitiva, es que trae adheridas muchas deudas filosóficas

Es importante entender, querido psicólogo cognitivo, que la popular distinción entre ‘comunicación verbal’ y ‘no verbal’, aunque empieza a gestarse con el grupo de Kendon, Scheflen y Birdwhistell en 1955 no despega hasta la segunda mitad de los 60s. “Conducta Verbal” de Skinner se publica en el 57 tras veintitrés años de trabajo.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


En realidad (como el mismo Skinner reconoce) no existe ninguna razón para hablar de ‘conducta verbal’ más que la propia tradición del análisis de conducta y yo mismo en algún momento he propuesto abordar el cambio terminológico. Pero entiendo que la gente sea reacia a cambiar 80 años de investigación porque Tim Roth hizo una serie.

Está bien, ya entiendo por qué se usa ‘verbal’ pero ¿qué significa?

Como era esperable, Skinner decidió explicar el “lenguaje” (la conducta verbal) como mejor se le daba, controlándolo. Es decir, la tarea era primero describir ese tipo de conductas y después poder responder a una sencilla pregunta “¿Por qué puñetas Fulano de Copas dice algo cuando dice algo?”

Pero empecemos por el principio: Desde este punto de vista, una ‘conducta verbal’ es una conducta que es reforzada por la mediación de otras personas. Así de simple y así de complejo.

Por poner un ejemplo clásico, cuando una persona con sed le da a la manivela, esa conducta queda reforzada por el hecho de que sale agua del grifo (y la puede beber). En cambio, cuando una persona sedienta pide agua, esa conducta queda reforzada por el hecho de que alguien le de agua. La segunda sería una conducta verbal y la primera, no.

Según el conductismo radical ese es el corazón de la alcachofa.

una ‘conducta verbal’ es una conducta que es reforzada por la mediación de otras personas. Así de simple y así de complejo

Dos cosas rápidas: a) esta forma de ver el lenguaje (desde una perspectiva no-representacional, psicológica y centrada en el sujeto individual) encaja con la definición cognitiva clásica de «sistema de símbolos y reglas que nos permiten la comunicación» (Elosúa, 2006): es decir, no es un fenómeno distinto del que comúnmente y en sentido lato llamamos lenguaje. Y b) por lo demás, es compatible con las distintas perspectivas evolucionistas (siempre y cuando obviemos el ‘mentalismo’ de estas últimas) que están en un nivel explicativo diferente. No hay que olvidar que la famosa frase de Watson sobre la ‘tábula rasa total’ es un hombre de paja.

Brevísima clasificación de la conducta verbal

Por motivos de economía narrativa usaré la clasificación que usan en la FAP, que aunque es una simplificación es manejable y sirve para entendernos. La clasificación de conductas verbales dentro del conductismo se realiza de acuerdo con sus causas (análisis funcional). Pero no todas las causas, claro, sino las que pasan justo antes (estímulos discriminativos) y las que ocurren después (estímulos contingentes).

Tactos. Un tacto se define como una respuesta verbal que está bajo estricto control de un estímulo discriminativo y que es reforzada por reforzadores generalizados secundarios. O sea, es un comportamiento antecedido por algo concreto y reforzado como muchas cosas distintas. Te enseñan una manzana, te dicen ‘¿qué es eso?’ y respondes ‘una manzana’. Tu respuesta será reforzada por un ‘ajá’, un ‘muy bien’, un caramelo o cualquier otra cosa.

La palabra ‘tacto’ recuerda a ‘contacto’ (en el sentido de contactar con o tocar la realidad verbalmente) pero como veis es una forma muy original de reconstruir desde un punto de vista no representacional las ideas básicas de la lingüistica y la semiótica.

Mandos. Un mando es una conducta con las siguientes características: a) ocurre porque fue seguido por un reforzador particular, b) su fuerza depende del grado de privación o estimulación aversiva y c) aparece ante un rango muy amplio de estímulos discriminativos. Es decir, un comportamiento antecedido por muchas cosas distintas y reforzado por algo en particular. Percibes que es un buen momento para pedir agua, la pides y te la dan.

‘Mando’ recuerda a comando o a demanda, pero no sólo incluye los ‘ imperativos’, las interrogaciones y otras muchas conductas verbales son mandos también.

Intraverbales. En general son conductas que son elicitadas por otras conductas verbales y que no pueden ser definidas ni como tactos ni como mandos.

¿Ya está? ¿Sólo ésto?

Bueno, en realidad ésto es sólo el principio. Todo es bastante más complejo y rico. En los últimos años desarrollos como la Teoría de los Marcos Relacionales permiten explicar fenómenos que parecían muy inaccesibles al análisis de la conducta como por ejemplo el comportamiento moral desde una perspectiva conductual.

la división entre lo biológico y lo psicológico es sólo analítica

¿Pero es que la biología no es importante? ¿No sois en el fondo unos dualistas de tomo y lomo?

Al revés.

En general, la división entre lo biológico y lo psicológico es sólo analítica. Niveles de análisis distintos no quiere decir órdenes ontológicos distintos. Bajo mi punto de vista, Skinner tenía razón cuando dijo que “the experimental analysis of behavior is a rigorous, extensive, and rapidly advancing branch of biology” en el 74. Pero es que la biología tiene muchos niveles de análisis válidos y fructíferos.

Por cierto, Donahae y su equipo estudió el tema de como se da el salto de lo biológico (neurológico) a lo conductual. Artículos como éste sobre el reforzamiento resuelven el aparente dualismo y nos permiten elaborar puentes transdisciplinarios cuando lo vemos conveniente.

Addenda para conductistas: Este uso de ‘conducta verbal’ es minoritario.

Es importante tener en cuenta que para el grueso del mundo, señalar con el dedo es una conducta no verbal por lo que explicábamos en la primera pregunta. Esta simple idea puede evitaros muchas discusiones inútiles.

Artículo previamente publicado en el blog de Javi Jímenez donde analiza diversos temas relacionados con la ciencia.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Ayahuasca y pensamiento creativo: posibles beneficios de la tradición amazónica

  • 28/09/2016
  • Rita Arosemena P.

«Más que un recurso botánico para el tratamiento de complicaciones de salud, la ayahuasca ha sido y sigue siendo parte importante de la cosmovisión de muchos grupos étnicos dispersos en la selva amazónica y poco a poco se ha extendido su uso a comunidades rurales y urbanas de todo el mundo.»

ICEES

(Fundación Internacional para la Educación e Investigación Etnobotánica)



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


La ayahuasca o yagé es una mezcla de plantas medicinales utilizada hace miles de años por los chamanes e indígenas de la región amazónica como remedio natural para “sanar el cuerpo y el alma” de malestares físicos y presuntas enfermedades de origen espiritual.

Según la Fundación Internacional ICEERS para la Educación e Investigación Etnobotánica, el uso de la ayahuasca se realiza principalmente en tres ámbitos:

El religioso, como elemento importante dentro de las iglesias ayahuasqueras (que son una mezcla de corrientes como el cristianismo, el chamanismo y las prácticas afrobrasileñas).

El curativo, donde se utiliza en sesiones guiadas por curanderos y cuyo supuesto resultado es mejorar la apertura al autoconocimiento y el desarrollo personal.

El psicoterapéutico, como recurso de acompañamiento empleado por algunos terapeutas para el tratamiento de la depresión, llevar un proceso de duelo o superar una adicción.

Actualmente, la ayahuasca no está sometida a fiscalización internacional y no se considera una droga desde el enfoque jurídico. Las limitaciones en su uso dependen exclusivamente de las leyes vigentes en el territorio donde se efectúe su consumo.

Relación entre la ayahuasca y pensamiento divergente

«La ayahuasca se consume por vía oral en forma de té y su efecto se percibe en un lapso de 15 a 60 minutos. Los consumidores suelen referir un sabor intenso, por lo general desagradable, que “marca el inicio de un cambio físico” cuya duración es de 2 a 4 horas, aunque puede alargarse si se realizan más ingestas.»

ICEES

(Fundación Internacional para la Educación e Investigación Etnobotánica)

Durante cientos de años, los antropólogos, botánicos y consumidores de ayahuasca han sabido que su ingestión induce a estados alterados de conciencia donde es común tener visiones y recuerdos del pasado. No obstante, los efectos psicológicos de esta mezcla medicinal podrían ir más allá de lo evidente, siendo necesario hablar de un recurso terapéutico auxiliar que contribuye a sacar a la luz recuerdos reprimidos y afrontar experiencias emocionajles incómodas.

De acuerdo con un estudio publicado en el diario científico Psychopharmacology, los beneficios psicológicos de la ayahuasca se resumen en su capacidad para “reducir el pensamiento basado en el juicio y la reactividad interna, que son los objetivos que suele buscar la psicoterapia mindfulness”.

Según Kuypers, Riba y De La Fuente Revenga, autores de la investigación, la ayahuasca “potencia el pensamiento creativo divergente, una manera de pensar que mejora y fortalece la flexibilidad psicológica, ya que permite a los individuos generar nuevos esquemas cognitivos, emocionales y estrategias conductuales”.

Para la realización del estudio, los investigadores visitaron dos talleres espirituales de ayahuasca y pidieron a los participantes realizar pruebas de creatividad antes y después de entrar en acción los efectos de la ingesta.

Los resultados de las pruebas, que fueron presentadas por 26 individuos, demostraron variaciones significativas en el Test de Concepto de Imagen (PCT) que indican una influencia medible en el pensamiento creativo, una modificación del pensamiento convergente predominante previamente a la ingesta y una mayor tendencia al pensamiento divergente posterior al consumo.

Los criterios de exclusión del estudio incluyeron cualquier individuo diagnosticado con algún tipo de desorden psiquiátrico o adicto al consumo de alcohol y otras sustancias tóxicas.

Para los investigadores, los resultados confirman que los efectos de la ayahuasca podrían facilitar las intervenciones terapéuticas y servir de apoyo clínico, sin embargo, es necesario llevar a cabo estudios donde se utilice un placebo experimental controlado y mecanismos de medición de la creatividad adicionales antes de que los resultados puedan ser aplicados en un contexto general.

Referencias:

(2016). Información básica sobre Ayahuasca. Iceers.org. Disponible en http://www.iceers.org/docs/downloads/ICEERS-info-basica-ayahuasca.pdf

Kuypers, K.P.C., Riba, J., de la Fuente Revenga, M. et al. Psychopharmacology (2016). 233: 3395. doi:10.1007/s00213-016-4377-8

  • Salud Mental y Tratamientos

Estrés en padres de niños con autismo: una complicada relación

  • 28/09/2016
  • Mauro Colombo

El estrés es un fenómeno que afecta a todos los seres humanos. Constituye un elemento central y necesario en nuestras vidas, ya que nos prepara a nivel fisiológico, psicológico y conductual para adaptarnos a los cambios del ambiente . Es por esto una reacción adaptativa de gran importancia para nuestra supervivencia. Frente a una situación estresante, en el cuerpo se producen una serie de cambios físicos, como aumento de la frecuencia cardíaca, de la tensión arterial, muscular y aumento de la circulación sanguínea, entre otros; que lo preparan para una respuesta rápida. Cuando la situación estresante cesa, el organismo vuelve a la normalidad. Sin embargo, una reacción que puede ser adaptativa por un período breve de tiempo, comienza a producir distintos malestares y trastornos cuando se vuelve crónica. En el enlace a continuación, pueden leer sobre diez formas distintas en que el estrés puede afectar la salud.  

El TEA es uno de los trastornos del desarrollo más limitantes que existen en la actualidad

Existe un componente subjetivo en el estrés, es decir, que los eventos que pueden estresar a alguien, tal vez no produzcan lo mismo en otro individuo. O incluso una situación puede ser altamente estresante para alguien en un momento determinado, pero pasado un tiempo la misma situación pueda serle indiferente a ese sujeto. La respuesta que la persona dé al evento va a estar entonces determinada por:

  • la situación
  • la interpretación que se haga de esta situación
  • los recursos y habilidades que se posean para hacerle frente a la misma

Estrés y su relación con  el Trastorno del Espectro Autista

El TEA es uno de los trastornos del desarrollo más limitantes que existen en la actualidad. Quienes lo padecen se ven afectados en el área social, comunicativa y de lenguaje, presentando también fallas en la simbolización, lo que para quienes logran adquirir el lenguaje genera que muchas veces éste sea literal, sin manejo de metáforas, chistes e ironías. A su vez, gran cantidad de niños poseen alteraciones del sueño, sensoriales y de la alimentación, a la vez que un porcentaje importante presenta también problemas de conducta y distintos niveles de retraso mental.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


No cabe duda que ser padre de un niño con cualquier tipo de trastorno genera estrés. Sin embargo, las características propias del autismo producen que, en comparación con otros desórdenes, los padres de niños con TEA estén estresados en mayor medida que otro tipo de progenitores. Diversos investigadores se han puesto a indagar sobre esta relación, llegando a la conclusión que madres de niños con autismo poseen niveles más altos de estrés que madres de niños con síndrome de Down y retraso mental , hiperactividad y desarrollo normal , trastornos del aprendizaje y retraso mental y grupos control sin trastornos .

los padres de niños con TEA están estresados en mayor medida que otro tipo de progenitores.

Un estudio que buscaba hallar los factores asociados al estrés del cuidador primario de niños con TEA (cabe aclarar que en general estos cuidadores son los padres), encontró que el 72,5% de los cuidadores primarios, experimentan una sobrecarga intensa en su vida . Los investigadores señalan al respecto que son tanto la salud física como la psicológica las afectadas, remarcando que en la población estudiada se encontraron indicadores más bajos de salud en ambas. Con frecuencia, asociado a esta sobrecarga, aparecen también síntomas de ansiedad y depresión, como niveles más bajos de bienestar subjetivo . Una investigación realizada en Madrid, halló que un 87% de las madres estudiadas mostraban un grado de estrés superior al considerado clínicamente significativo .

Sabiendo que efectivamente madres y padres de niños con TEA poseen altos niveles de estrés, que la prevalencia de este fenómeno es muy alta, y que afecta de manera directa a su salud, los investigadores se han abocado a la tarea de averiguar si existen algunos factores que sean más estresantes que otros en el trastorno, o si esto es una consecuencia global del TEA.

Los diversos estudios realizados coinciden en que, de todas las variables puestas en juego dentro del trastorno, son los siguientes factores los que inciden principalmente en el aumento de estrés :

  • Problemas de conducta
  • Percepción del problema
  • Estrategias de afrontamiento
  • Apoyos

Los problemas de conducta mantienen una relación significativa y directa con el fenómeno estudiado, lo que significa que a mayores problemas de conducta, mayores niveles de estrés presentarán los padres y cuidadores de los niños. En contraposición, menores problemas de conducta y mejor autopercepción de como se manejan estos, disminuyen los niveles de estrés. Los problemas de conducta a su vez se relacionan con la percepción del problema por parte de los padres. A mayores comportamientos problemáticos, más negativa es la evaluación de los padres sobre el trastorno. Esto da cuenta de la importancia de que los padres estén familiarizados con los principios de conducta. No solo ayudarán a sus hijos, también lo harán consigo mismos.

Con respecto a la percepción del problema, aquellos padres que ven el trastorno de su hijo en términos de desafío y con una mirada más optimista frente al presente y al futuro, reportan tanto menores niveles de estrés, como de ansiedad y depresión. Esto es consistente con la definición misma de estrés, ya que si el mismo se da, entre otras cosas, a partir de la evaluación que se haga de la situación, tener una mirada pesimista y considerar al TEA como algo impredecible y fuera de control, incidirá de forma más negativa que valorar el trastorno en términos de oportunidades para aprender a relacionarse con sus hijos.

Los problemas de conducta mantienen una relación significativa y directa con el fenómeno estudiado, lo que significa que a mayores problemas de conducta, mayores niveles de estrés presentarán los padres y cuidadores de los niños.

Con respecto a las estrategias de afrontamiento, existe un efecto similar a lo que sucede con la percepción del problema. Estrategias de afrontamiento pasivas, como negar el problema o postergar la puesta en marcha de intervenciones, correlacionan con niveles más altos de estrés. Por el contrario, las estrategias positivas y centradas en el problema, se relacionan con mayores niveles de bienestar psicológico.

Por último, los apoyos juegan un papel fuerte en el aumento o disminución del estrés. Dentro de esta categoría podemos encontrar por un lado a los apoyos formales, compuestos por los servicios médicos, colegios, centros de día y terapeutas; y por el otro a los apoyos informales, que abarcan a familiares, amigos e incluso vecinos. Los apoyos informales han mostrado ser una variable protectora del estrés muy importante. Es fundamental para los padres darse apoyo mutuamente, a la vez que estén insertos en un medio social que los integre y no discrimine. En este sentido, las asociaciones de padres de niños con TEA o el simple hecho de conocer a otros sujetos que estén en situaciones similares, ayuda a formar robustas redes sociales.

Conclusiones y comentarios finales

Las características propias del Trastorno del Espectro Autista provocan grandes niveles de estrés en los padres de quienes lo padecen. A su vez, esto puede derivar en otros trastornos, como ansiedad o depresión. De todos los factores que interactúan en el TEA, son algunos de ellos los que resultan más estresantes para los progenitores. Se hace necesario entonces tener en cuenta estas variables a la hora de tratar tanto a los niños como a sus padres, sin dejar de atender a las peculiaridades de cada familia y persona.

Padres que posean niveles más bajos de estrés, serán padres que puedan responder de manera más eficiente a las necesidades de sus hijos, a la vez que ellos mismos tendrán mayores niveles de bienestar.

Artículos recientes de Mauro Colombo: 

  • ABA en el tratamiento del autismo.
  • Tratamientos del Trastorno del Espectro Autista: ¿Son todos igual de eficaces?.
  • Mitos y verdades en la modificación de conducta.

Referencias

Robles Ortega, H., Peralta Ramírez, M. (2006). Programa para el control del estrés. Editorial Pirámide.

Pozo Cabanillas, P., Sarriá Sánchez, E., Méndez Zaballos, L. (2006). Estrés en madres de personas con trastornos del espectro autista. Psicothema 18 (3) 342- 347

Holdroyd, J. y McArthur, D. (1876). Mental retardation and stress on the parents: a contrast between Down´s syndrome and childhood autism. American Journal of Mental Deficiency, 80 431-436.

Oizumi, J. (1997). Assessing maternal funtioning in families of children with autism. Citado en Pozo Cabanillas, P., Sarriá Sánchez, E., Méndez Zaballos, L. (2006). Estrés en madres de personas con trastornos del espectro autista. Psicothema 18 (3) 342- 347.

Konstantareas, M. (1991). Effects of developmental disorder on parents: theoretical and applied considerations. Psychiatric Clinics of North America. 14 (1) 183- 198.  

Cuxart, F. (1995). Estrés y psicopatología en padres de niños autistas. Departament de Psicología de la Salut (tesis doctoral). Barcelona: Servei de Publicacions de la Universitat Autónoma de Barcelona.

Seguí, J., Ortiz- Tallo, M., De Diego, Y. (2008). Factores asociados al estrés del cuidador primario de niños con autismo: Sobrecarga, psicopatología y estado de salud. Anales de Psicología. 24 (1) 100- 105.

Bristol, M. (1984). Family resources and successful adaptation to autistic children. Citado en Seguí, J., Ortiz- Tallo, M., De Diego, Y. (2008). Factores asociados al estrés del cuidador primario de niños con autismo: Sobrecarga, psicopatología y estado de salud. Anales de Psicología. 24 (1) 100- 105.

Cabanillas, P., Sarriá Sánchez, E., Méndez Zaballos, L. (2010). Adaptación psicológica en madres y padres de personas con Trastornos del Espectro Autista: Un estudio multidimensional. Universidad Nacional de educación a distancia. Tesis Doctoral.

Ayuda- Pascual, R., Lorente- comí, M., Martos- Pérez, J., Rodríguiez- Bausá, L., Olmo- Remesal, L. (2012). Medidas de estrés e impacto familiar en padres de niños con trastornos del espectro autista antes y después de su participación en un programa de formación. Rev Neurología. 54 (1) 73- 80.

  • Artículos Recomendados de la Web
  • Salud Mental y Tratamientos

“Los fármacos psiquiátricos nos hacen más daño que bien” – El País

  • 28/09/2016
  • David Aparicio
woman holding half full glass and white medicine pill

Irving Kirsch y Robert Whitaker, son dos investigadores popularmente conocidos por sus cuestionamientos a la efectividad de los psicofármacos. Por un lado Kirsch con sus investigaciones ha demostrado que los efectos tan prometidos de los antidepresivos se deben en gran parte al efecto placebo y no tanto a los compuestos químicos que prometen regular el desbalance químico que causa la depresión. Whikater, por otro lado, argumenta que la psiquiatría ha vendido la idea de que los psicofarmacos resolverían los problemas psiquíatricos como lo hace la insulina para los diabéticos, pero la evidencia no apoya tales descripciones.

Kirsch y Whitaker no son los únicos. Hace unos días el diario español El País entrevistó a Peter Gøtzsche, investigador y profesor de Diseño y Análisis de Ensayos Clínicos en la Universidad de Copenhague, quien también cuestionó fuertemente el uso de psicofármacos.

Aquí una breve síntesis de su entrevista:



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


No es cierto que los psicofármacos redujeron la cantidad de enfermos internados en asilos:

Respuesta. En primer lugar, no es correcto decir que los antipsicóticos hayan reducido la presencia de personas en asilos. El vaciado de los asilos tiene que ver con consideraciones financieras. Era demasiado caro tener a tanta gente en estas instituciones por muchos años. Esa reducción no coincide con la introducción de fármacos antipsicóticos.

Los antipsicóticos son algunos de los medicamentos más tóxicos que existen, aparte de la quimioterapia para el cáncer. Producen daño cerebral permanente, algunas veces incluso después de un tiempo de uso relativamente breve, y hacen más difícil que la gente vuelva a vivir una vida plena. He llegado a la conclusión de que, muy probablemente, nos iría mucho mejor si no utilizásemos antipsicóticos en absoluto.

No soy la única persona que lo ve así. Hay psiquiatras que han estudiado la literatura de una forma tan cuidadosa como yo y que han llegado a la misma conclusión: que en realidad no necesitamos fármacos antipsicóticos, porque frente a lo que implica el nombre, antipsicótico, no curan las psicosis. Los antipsicóticos tranquilizan a la gente, pero también les arrebatan parte de sus emociones, parte de sus pensamientos normales. Puedes ver que algunos de ellos se convierten en zombies, que no pueden hacer nada.

La gran pregunta: ¿Si es los psicofármacos son tan dañinos por qué comenzaron a utilizarse en la psiquiatría?

En 1954, cuando la clorpromazina fue descubierta y llegó al mercado. se consideraba una mala droga, la comparaban con una lobotomía química. Sin embargo, un año después, de repente, era buena. Eso es muy extraño. Hubo un presidente de la Sociedad Americana de Psiquiatría Biológica que afirmó que ese fármaco era como la insulina para la diabetes. Es algo demencial, porque si tienes diabetes, te falta insulina, y cuando a ti te dan algo que te falta es un buen tratamiento. Pero cuando tienes una psicosis no te falta nada, así que la comparación es errónea. Sin embargo, desde que se lanzó aquella idea se ha hablado de un desequilibrio químico. No hay desequilibrio químico, nunca se ha podido demostrar que haya nada en los pacientes psicóticos o depresivos diferente de las personas sanas. El desequilibrio químico es una mentira.

El Instituto Nacional para la Salud Mental en América, llevó a cabo un ensayo con clorpromazina y fármacos similares y placebo y concluyeron justo lo contrario de lo que pasa cuando das estas drogas a la gente. Observaron que los pacientes eran menos apáticos, que se movían más y parecían mejorar. Estas drogas hacen justo lo contrario. Esto sucede porque los ensayos no están bien cegados.

Las explicaciones de Gøtzsche son de las más extremas que he leído, lo cual me hace ser más precavido a la hora de interpretar sus argumentos. No podemos tomar una decisión definitiva solo con leer estas explicaciones. Hay que hacerse más preguntas e investigar sobre las investigaciones que comparan estos medicamentos con el efecto placebo con la efectividad de los psicofármacos y los beneficios a corto y largo plazo de los psicofármacos para la salud.

Así también considero que es bueno que la población general conozcan estos cuestionamientos  para que así también puedan exigir más información sobre cómo funcionan los medicamentos, cuales son sus efectos secundarios y también puedan evaluar las opciones de tratamiento que más se adecuen a sus necesidades.

Lee la entrevista completa en El País.

Nota del Editor:  si estás tomando algún psicofármaco, no los dejes ni modifiques sin consultar con tu clínico antes. Aún no hay datos definitivos sobre a qué personas pueden serle útiles o necesarios los antidepresivos, por lo cual toda decisión al respecto debe ser consultada con un psiquiatra. Existen varios tratamientos psicológicos con distintas perspectivas que han demostrado ser tan eficaces para depresión como los antidepresivos a corto y a largo plazo (hemos mencionado algunos aquí , y en este link hay una lista más detallada), por lo cual quizá también quieras considerar preguntar a tu psicólogo o psiquiatra sobre alguno de ellos, sobre qué tan eficaz es en tu caso y qué podrías esperar al respecto.

  • Salud Mental y Tratamientos

¿Qué necesita un buen terapeuta? Aspectos facilitadores del cambio

  • 27/09/2016
  • Aprende Viendo Terapia

Durante décadas las diversas corrientes dentro de la psicología se han peleado por demostrar la eficacia de sus técnicas por encima de las de sus competidores.

Estudiantes de psicología y psicoterapeutas hemos vivido inmersos en una guerra donde los académicos decidían que era y que no era lo importante, lo correcto y lo más adecuado para los pacientes. Sin embargo, esto parece que por fin está cambiando.

En los últimos años cada vez mas estudiosos y clínicos empiezan a darse cuenta de que hay ciertas cosas mucho más relevantes a la hora de facilitar el cambio terapéutico que las técnicas propiamente dichas.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Autores como Lambert (1992) y Norcross (2001) han llevado a cabo diversas investigaciones que demuestran como hay ciertas actitudes, características y habilidades de los terapeutas que parecen ser más relevantes a la hora de generar el cambio en el paciente que las técnicas específicas utilizadas.

Lambert (1992) habla de los factores comunes a todo proceso terapéutico y plantea que son este tipo de factores los que tienen mayor impacto en los resultados de la terapia, llegando a influir un 40% en comparación con el 15% de efecto que tienen las técnicas específicas de cada corriente psicológica.

Por todo esto, creo que es esencial que los terapeutas nos centremos en entrenar estas habilidades transversales que tan importantes son a la hora de determinar el éxito de nuestro trabajo. Hoy quiero centrarme en una de esas habilidades en concreto:

La aceptación incondicional: la validación de la experiencia del otro

Según Carl Rogers, esta actitud es una disposición intencional a validar la experiencia del otro. Consiste en una mirada a la persona llena de aprecio, aceptando al otro tal y como es con un respeto absoluto por su persona, sus actitudes y su comportamiento.

Considerar positivamente quiere decir confiar en la capacidad del otro para desarrollarse y crecer, para decidir libremente y hacerse responsable de sus propias decisiones. Tiene que ver con una aceptación sin condiciones del interior del otro.

Párate a pensar por un momento, desde pequeño has vivido en una cultura y una sociedad en las que se te ha dicho cómo y cuándo hacer las cosas, se te han marcado muy claramente los criterios específicos para saber que es lo que está bien y que es lo que está mal. Cuando te sales de eso, entonces ya no eres tan aceptado y querido por las personas que te rodean y muchas veces es probable que te hayas sentido poco valioso, incluso quizá hayas podido tener la experiencia de sentirte rechazado por hacer aquello que querías al darte cuenta de que eso no era lo que más le hubiese gustado a tu familia, a tu pareja, a tus amigos o a las personas de tu alrededor.

Considerar positivamente quiere decir confiar en la capacidad del otro para desarrollarse y crecer

Esa experiencia es algo que todas las personas vivimos hoy en día, y es una experiencia que hace mella en nuestra autoestima y nuestra capacidad para querernos y aceptarnos por quienes somos. Sin embargo, si lo analizamos con detenimiento, todos tenemos derecho a expresar nuestros deseos, gustos y manera de ser de una forma libre sin vivir con miedo a ser evaluados y rechazados por ello.

El amor no debería venir con CONDICIONES, el amor es algo que, en teoría, significa poder relacionarnos con el otro desde esa comprensión de que el otro no es uno mismo y aún así es querible precisamente por ser quien es, sin necesidad de cambiar para complacernos.

Eso es precisamente la ACEPTACIÓN INCONDICIONAL: ser capaz de querer al otro por quien es y no por lo que nos gustaría que fuese, no por lo que esperamos que consiga, ni por la esperanza de que cumpla nuestras expectativas. Simplemente porque ES, y por existir merece ese amor y esa aceptación que no viene con ningún PERO.

Mantener una actitud de aceptación incondicional implica todo eso: apreciar a las personas sin juzgarlas, sabiendo que poseen amplios recursos para autodirigirse y para promover su propio crecimiento. Esta consideración positiva hacia el otro conlleva, para el terapeuta, una intención de saber esperar, sin ansias de control, sin querer que el otro actúe como uno desearía que lo hiciera. Significa tener confianza en el otro, aprecio, e interés por la otra persona.

Sin embargo, es esencial comprender que esta aceptación no implica necesariamente aprobación o acuerdo, sin embargo el terapeuta admite que cada persona es única e irrepetible, con capacidad libre para orientarse hacia el camino que él quiera elegir. Se trata de mostrar respeto por las decisiones del otro con independencia de se si se está de acuerdo o no.

Esto no significa que el terapeuta se muestre totalmente neutro y no muestre emociones o exprese sentimientos. Al contrario, el terapeuta muestra sentimientos y emociones de una forma congruente y sincera, pero siempre desde esa idea de aceptar al otro por quien es y no por quien “debería ser” o por quien “se espera que sea”.

Esta actitud incluye también la comunicación de las impresiones que se tienen, mostrando un interés auténtico, habiendo renunciado previamente a las concepciones preestablecidas de la imagen de cada persona.

Mantener una actitud de aceptación incondicional implica todo eso: apreciar a las personas sin juzgarlas, sabiendo que poseen amplios recursos para autodirigirse y para promover su propio crecimiento

Si las personas perciben esta presencia afectiva del terapeuta experimentan, de manera gradual, un clima permisivo que incita al desenmascaramiento de barreras psicológicas y favorece la autoaceptación y la autoestima.

Esta aceptación incondicional empieza por uno mismo, por una confianza en las propias capacidades facilitadoras y en el potencial personal inherente que abarca todo el ser del terapeuta. Se trata, al final, de intentar ser más cálidos en nuestras relaciones y de querer transmitir auténticamente, con nuestra presencia, amor y afecto.

No es posible ayudar a otros a quererse y aceptarse incondicionalmente por quienes son si nosotros nos somos capaces de hacerlo con ellos durante el proceso… al fin y al cabo, es esencial predicar con el ejemplo.

Artículo recomendado: La relación terapéutica, el huevo, la gallina y el consentimiento informado.

Por: Diana Tomaino de la Cruz

Artículo publicado en Aprende Viendo Terapia, la plataforma online y presencial de entrenamiento en habilidades terapéuticas para psicólogos. 

Bibliografía

  • Barceló, t. (2012). Las actitudes básicas rogerianas en la entrevista de relación de ayuda. Miscelánea comillas, 70 (136), 123-160.
  • Lambert, M.J. (1992). Psychotherapy outcome research: Implications for integrative and eclectic therapists. In J.C. Norcross & M.R. Goldfried (eds.) Handbook of Psychotherapy Integration (pp. 94-129). New York: Basic Books.
  • Norcross, J. C. (Ed.). (2002). Psychotherapy relationships that work: Therapist contributions and respon- siveness to patient needs. New York: Oxford University Press.
  • Norcross, J. C. (Ed.). (2001). Empirically supported therapy relationships: Summary report of the Division 29 Task Force. Psychotherapy, 38(4).
  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Psicopatia infanto-juvenil: evaluación y tratamiento (PDF)

  • 27/09/2016
  • Alejandra Alonso
Psicopatia

Resumen:

A lo largo de este artículo se pretende defender la presencia de rasgos psicopáticos en población infanto-juvenil. Desde la psicología hay dos aportaciones teóricas fundamentales para la comprensión de este trastorno en la infancia. Una de ellas se centra más en los aspectos del comportamiento antisocial (Lynam, 1997); y, la otra destaca la presencia de un rasgo fundamental en la identificación del trastorno que es la insensibilidad emocional (CU, callous unemotional, Frick, O’Brien, Wootton y McBurnett, 1994). También se presentan algunos de los instrumentos más utilizados para la evaluación de la psicopatía infanto-juvenil, así como algunos resultados encontrados en el tratamiento de esta patología.

Descarga el artículo completo en formato PDF.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Autores: Lucía Halty y María Prieto-Ursúa Universidad Pontificia Comillas

Fuente: Revista Papeles del Psicólogo

Sin categoría

El Alzheimer se manifestaría de manera diferente en la población hispana

  • 26/09/2016
  • Alejandra Alonso
Alzheimer

El pasado 21 de Septiembre se recordó el día Internacional del Alzheimer. En Psyciencia aprovechamos la ocasión para publicar varios artículos (1, 2, 3) con el objetivo de ofrecer más información sobre las características de esta enfermedad y la necesidad de seguir apoyando la investigación del tema. Recientemente, nos encontramos con un estudio, publicado en el Journal of Neuropsychiatry and Clinical Neuroscience (JNCN), que, para nuestra sorpresa, se enfocó en la población hispana.

En el paper se encontró que ciertos síntomas asociados con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer (como la depresión) afectan a la población hispana de manera más frecuente y severa.  Los descubrimientos sugieren que la enfermedad se manifiesta de manera diferente en la población hispana.

“Nuestro estudio muestra que la severidad y proporción de síntomas neuropsiquiátricos es significativamente mayor en un grupo hispano comparado con blancos no-hispanos. Esto podría tener un impacto significativo en el tratamiento y comprensión sobre cómo la enfermedad de Alzheimer progresa en hispanos”, comenta el autor principal, Dr. Ricardo Salazar.



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


En el Alzheimer puede haber tanto deterioro cognitivo como conductual. Las señales de deterioro cognitivo incluyen pérdida de memoria y problemas de orientación y funcionamiento físico. Por otro lado, los signos comportamentales o neuropsiquiátricos incluyen: depresión, ansiedad, delirios, apatía, alucinaciones y elación. Estos últimos han sido relacionados con mayores tasas de institucionalización y un progreso más veloz de la enfermedad.

Para conocer cómo se manifiestan los síntomas en la población hispana, el Dr. Salazar y su equipo reclutaron a 2189 individuos de la base de datos Texas Alzheimer’s Research and Care Consortium (TARCC). Los pacientes de dicha base de datos son mayormente personas blancas no-hispanas y méxico-americanos que han sido diagnosticados con Alzheimer, con discapacidades cognitivas moderadas (MCI) o que están saludables (grupo control). El equipo de investigadores se centró en el análisis del Neuropsychiatric Inventory Questionnaire (NPI-Q), un examen utilizado para evaluar la extensión de 12 síntomas neuropsiquiátricos.

La revisión de datos mostró que, durante la etapa de MCI, todas las etnias se veían afectadas de manera similar con respecto a los síntomas neuropsiquiátricos. Sin embargo, al desarrollarse la enfermedad de Alzheimer, la severidad de los síntomas antes mencionados en la población hispana aumentó significativamente.

Es esto lo que hace creer al Dr. Salazar que hay un proceso de enfermedad diferente en los hispanos:

“Cuando los pacientes tienen síntomas neuropsiquiátricos, eso significa un deterioro en diferentes áreas del cerebro. Yo creo que estudios con imágenes funcionales podrían mostrar diferencias en la ubicación del amiloide o la acumulación de placas en los cerebros de hispanos con la enfermedad de Alzheimer.”

El estudio también mostró que la depresión y la ansiedad eran más frecuentes en hispanos de 50 años o más. Lo que corroboraría hallazgos de estudios pasados que sugieren que la depresión podría ser uno de los primeros signos de Alzheimer y que además serían un signo temprano de la enfermedad en esta población. Los autores creen que el tratamiento de estos primeros síntomas podría retrasar la enfermedad.

El Dr. Salazar aclara también que el estudio tuvo limitaciones: la etnia fue autoreportada y hubo una menor cantidad de participantes hispanos con Alzheimer.

Claramente esto nos indica una necesidad de profundizar la investigación del tema, especialmente para nosotros los hispanos, ya que ayudaría a mejorar no solo el tratamiento si no también la prevención de esta agotadora enfermedad en nuestra población.

Fuente: Psypost

Paginación de entradas

123…6Próximo

💌 Recibe nuestros artículos en tu correo.  

Regístrate
PSYCIENCIA PRO
  • Inicia sesión
  • Cuenta
  • Cierra sesión
  • Artículos
  • Recursos
  • Webinars
Recomendados
  • El estatus científico de las técnicas proyectivas
  • El diagnóstico del TDAH en adultos: características clínicas y evaluación
  • Cómo actuar cuando alguien expresa directa o indirectamente pensamientos de suicidio
Tips para terapeutas
  • ¿Por dónde comenzar cuando los pacientes presentan múltiples problemas?
  • Cómo terminar a tiempo las sesiones de psicoterapia
  • Cómo evitar absorber el sufrimiento de un paciente
Recursos
  • Metáforas y ejercicios ACT (Vol. 1)
  • Ansiedad social: hojas de registro para consultantes
  • Cómo calmarte después de un ataque de pánico
Podcast
  • «Psicología y marketing» – Gecika Viana, Watson, episodio 19
  • «La vida del terapeuta», con Fabián Maero – Watson, episodio 5
  • «Lasagna y autismo», con Mauro Colombo – Watson, episodio 3
Webinars
  • Domina tu productividad con Todoist (Webinar)
  • Evaluación online del TDAH en adultos (webinar grabado)
  • Evaluación y abordaje del trastorno de tics y síndrome de Tourette en niños y adolescentes
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.