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Publicaciones por mes

enero 2018

48 Publicaciones
  • Recursos para Profesionales de la Psicología

(PDF) Descifrando la CIE-10 y Esperando la CIE-11

  • 09/01/2018
  • David Aparicio

Cada vez que un médico escribe en una historia clínica debe asignar un código a los diagnósticos que elabora al atender un paciente. Habitualmente esta asignación se hace sin conocer el propósito de esa codi- ficación.

En este artículo se presentan las clasificaciones internacionales, enfatizando en aquellas que permiten codificar las enfermedades. Se describe la lógica interna, utilización internacional, ventajas e implementación en Colombia de esas clasifi- caciones sobre enfermedades.

Por último, se presentan los mecanismos que se utilizan para actualizar la clasificación vigente y algunas novedades que se esperan para la próxima versión (CIE-11).

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Por: Alexander Gómez Rivadeneira

Fuente: Ministerio de Salud y Protección Social

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El nivel de cafeína en sangre podría ayudar al diagnóstico de Parkinson

  • 09/01/2018
  • Rita Arosemena P.

El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa por la cual las células responsables de producir dopamina mueren en el área de la sustancia negra del cerebro. La dopamina es esencial para el movimiento, ya que actúa como un transmisor de las señales del cerebro a otras partes del cuerpo.

De acuerdo con la web Parkinson News Today, aproximadamente un millón de personas en los Estados Unidos sufren de Parkinson, y alrededor de 50,000 casos nuevos son diagnosticados cada año. A pesar de estas cifras, en la actualidad no existe una prueba específica, como un test sanguíneo, para diagnosticar a una persona con Parkinson, tampoco existen métodos de escáner que puedan detectar la enfermedad, así que los doctores buscan cuatro síntomas clásicos antes de llegar al diagnóstico: temblores, rigidez en las articulaciones de la muñeca y codo, falta o lentitud de movimiento y una postura inestable.

Desde luego, la ausencia de una prueba de diagnóstico específica ralentiza bastante las cosas para los pacientes de Parkinson, que podrían comenzar a recibir tratamiento mucho antes. Es por eso que resulta tan alentadora la publicación hecha el pasado 3 de enero en la revista American Academy of Neurology, donde un estudio parece haber encontrado una importante relación entre los niveles de cafeína en la sangre y la predisposición al Parkinson.

De acuerdo con los investigadores, las personas con enfermedad de Parkinson presentan niveles significativamente bajos de cafeína en sangre en comparación con personas en condiciones de salud normales. Shinji Saiki, autor principal del estudio y doctor de la Escuela de Medicina de la Universidad Juntendo, en Tokyo, asegura que esto podría deberse a que la cafeína es «expulsada del cuerpo» en las primeras etapas de la enfermedad.

Niveles de cafeína en el organismo podrían relacionarse con enfermedad de Parkinson

Si estos resultados son acertados, significaría que puede utilizarse una prueba que mida los niveles de cafeína en sangre como un método para el diagnóstico temprano de Parkinson, incluso antes de que aparezcan los síntomas comunes que los médicos suelen buscar.

Los investigadores llevaron esto a la práctica en un estudio que involucró 108 pacientes de Parkinson y 31 personas de la misma edad que no tenían la enfermedad. Se realizaron pruebas de sangre para medir los niveles de cafeína y también se buscó rastros de mutaciones genéticas que pudieran afectar el proceso metabolizador del café.

Tanto los pacientes de Parkinson como las personas sanas del estudio consumían la misma cantidad de café al día (cerca de 2 tazas diarias), sin embargo, las personas con Parkinson presentaban niveles de cafeína en sangre mucho más bajos. Los científicos encontraron que, basándose en este principio de prevalencia de cafeína en el organismo, fue posible identificar correctamente el 0.98/1 de los casos de Parkinson, lo que equivale a un acierto del 98%.

Estos resultados son prometedores para las personas en riesgo de desarrollar Parkinson y sus familiares, sin embargo, algunas limitaciones del estudio son el hecho de que los medicamentos para el Parkinson podrían influir en el proceso de metabolización de la cafeína, de modo que investigaciones complementarias son necesarias antes de haber de nuevos métodos de diagnóstico.

Fuente: Science Daily; Neurology; Parkinson News Today

  • Salud Mental y Tratamientos

¿Qué es realmente la motivación?

  • 08/01/2018
  • Erick Rodriguez

Años atrás tomé un taller de análisis contingencial, en él un veterano interconductista, Eugenio Díaz Gonzalez, nos dijo —palabras más, palabras menos — casi como presentación: lo primero que se le tendría que enseñar a un aspirante a psicólogo es enseñarlo a hablar, porque los problemas que tienen que solucionar comienzan en el lenguaje, la gente refiere sus problemas de manera imprecisa y ustedes tienen que hacer la traducción a procesos psicológicos concretos.

A pesar de la presentación nada ortodoxa del taller (o quizá demasiado ortodoxa para un ejercicio de corte conductual donde la crítica siempre está presente), cabe un fallo a favor de la necesidad de claridad conceptual y de constructo como una de las tareas básicas de todo psicólogo dado que nuestra disciplina (soslayando que para algunos no se puede hablar de la psicología como disciplina dada la falta de confluencia que le caracteriza) tiene una larga tradición donde se viene adoptando el llamado “lenguaje natural” para abordar los hechos definidos como psicológicos; ejemplo de esto es el término motivación, el cual no es un tecnicismo sino una palabra del lenguaje común que requiere, en la medida de lo posible, traducirse a un proceso psicológico (extraer el fenómeno conductual) equivalente en funciones con lo que comúnmente se sostiene que es la motivación.

Uso común del término “motivación”

Lo que se sostiene respecto al término lo abordaré utilizando dos situaciones que seguramente todos habrán escuchado alguna vez:

  • Ejemplo 1: Si me acerco a conocer una persona lo haré porque estoy motivado. Si no me acerqué es porque “me hizo falta motivación”.
  • Ejemplo 2: En una situación más delicada, en cuadro depresivo; si no me levanto de la cama es porque no tengo la motivación suficiente.

Partiendo de los ejemplos se pueden extraer cuatro características compartidas:

  1. Es la causa: en ambos ejemplos se da un estatus causal a la motivación.
  2. Es un fenómeno interno: dicha “causa” no refiere a un fenómeno observable sino “algo” que ocurre dentro de mí.
  3. Precede a la acción: ese “algo” ocurre antes de la acción, se cree que antes de que se dé un comportamiento debe haber, al menos, una motivación.
  4. Se relaciona con lo psicológico: este es un punto digno de prestar atención, por ejemplo, cuando la persona se dispone a comer no se suele decir “estuviste motivado a comer”, esto porque las causas son más evidentes y son de orden fisiológico. Pero, como ya advirtió Skinner, cuando las causas de la conducta no son explícitas se suele recurrir a constructos mentalistas (Skinner, 1971).

LO PRIMERO QUE SE LE TENDRÍA QUE ENSEÑAR A UN ASPIRANTE A PSICÓLOGO ES ENSEÑARLO A HABLAR

Cabe aquí hacer una advertencia; no es peligroso que una persona no formada en psicología hable con jerga folclórica — incluso eso hace más eficiente la comunicación entre pares — pero en ciencia el lenguaje no es folclórico sino preciso. El psicólogo no debería dar el mismo trato que la gente común otorga a la motivación dado que, si lo hace, no sólo mostrará carencias teóricas y analíticas, sino que estará desarmado ante uno de los fenómenos que tendrá que enfrentar a diario de manera casi independiente a su área profesional; la motivación (atención a su uso como sustantivo) está presente en la práctica del psicólogo como imperativo, en el área educativa tienes que motivar a los estudiantes, en organizacional tienes que motivar a los empleados, en clínica tienes que motivar al usuario, cliente o paciente.

Definiendo la motivación

Tradicionalmente a la motivación se le ha dado un trato de causa teleológica de la conducta y, con ello, de lo psicológico cuando en realidad se trata de una inferencia que se hace de un proceso conductual; tomando este punto de partida también se adhiere la psicología cognitiva y las tradiciones biologicistas teniendo a la motivación como una inferencia y dando relevancia a ésta como factor explicativo de la conducta (Palmero, Carpi, Guerrero y Gómez, 2008). Siguiendo bajo la línea de la psicología ambientalista, presento un esquema que será útil para el análisis.

Fuente: Psicología del Aprendizaje (Ardila, 2007, p 82)

 

El concepto de motivación se entiende como una variable intermediaria, como lo son el concepto de aprendizaje o el concepto de inteligencia. Esos conceptos hipotéticos existen en todas las ciencias, no únicamente en la psicología. No observamos nunca la motivación, sino observamos el comportamiento motivado y de ahí inferimos la existencia de la motivación. (Ardila, 2007, p. 81).

Ahora bien, si la motivación es una variable intermediaria ¿cómo se puede inferir? Uno de los métodos es la curva de aprendizaje, dicho de manera simple: si la tarea A se hace de manera más rápida que B (también se puede utilizar una métrica no de rapidez sino de precisión) se dice que el sujeto estuvo más motivado para A que para B. Incluso esta es la lógica que se usa también a nivel del lenguaje común; sin embargo, para el especialista en psicología aquí comienza el problema porque él deberá responder la pregunta ¿por qué la ejecución en la tarea A fue más rápida que en la tarea B?, cuando sea capaz de responder satisfactoriamente (de manera objetiva) a ese por qué habrá identificado la(s) variable(s) que le permitirá manipular esa conducta en el sujeto observado. Justo así trabaja un psicólogo científico, el esquema general es: observa un fenómeno de manera objetiva, identifica las variables psicológicas presentes, establece las relaciones funcionales entre variables y las manipula para modificar el comportamiento.

Ahora bien, desde el análisis experimental de la conducta más que hablarse de la motivación como cosa (sustantivo) se habla de condiciones motivadoras siendo éstas un factor que se manipula por medio de la privación (Ardila, 2007, p. 81-105; Skinner, 1971, p. 150), no sin tomar en cuenta que el concepto se encuentra sumamente desprestigiado y su uso suele evitarse al estar envuelto en la ambigüedad y, también, porque se sabe que el aprendizaje no es función directa del grado de privación (Reynolds, 1973, p. 178-183); por ejemplo, si se tiene a dos sujetos bajo las mismas condiciones de privación y a uno se le somete a un programa de reforzamiento IV y a otro a un RF, el primero mostrará una curva de aprendizaje más pronunciada y su conducta será más resistente durante la extinción. Por ello la motivación viene a ser un aspecto del que algunos suelen prescindir.

Identificar el potencial explicativo y práctico del conductismo cuando éste es llevado a la aplicación trae bondades, incluso ahí (en la aplicación concreta) es el sitio donde se ponen a prueba las teorías. Veamos cómo se adapta este constructo (condiciones motivadoras) a una aplicación específica.

La economía de fichas como sistema motivacional

La economía de fichas (token economy) fue puesta marcha en un principio en estudios realizados por A. Staats, fundador del conductismo social (Staats, 1979), pero adquirió popularidad en la aplicación que un par de analistas de conducta hicieron en un pabellón de un hospital psiquiátrico estadounidense en la década de los sesentas (Ayllon y Azrin, 1974).

Se trata de una tecnología conductual que parte del principio del refuerzo y refiere a una forma de administrar contingencias de manera sistemática, de ahí que se le conozca como un arreglo de un ambiente donde se controlan las condiciones motivadoras (Sistema Motivacional). En la economía de fichas se utilizan reforzadores simbólicos (token) que posteriormente son intercambiados por cosas relevantes para el paciente (se utiliza la palabra paciente como sinónimo de cliente o usuario), esas cosas pueden ser de naturaleza variada (periodos de tiempo libre, platillos que sean del agrado del usuario, tipos específicos de contacto social, visitas al cine).

El psicólogo no debería dar el mismo trato que la gente común otorga a la motivación dado que, si lo hace, mostrará carencias teóricas y analíticas

La regla general es que el paciente autoadministre sus reforzadores (de ahí el termino economy) haciendo uso de los parámetros del sistema motivacional, las fichas pueden ser acumulativas y se intercambian por un “premio” (reforzador) cuando el paciente lo solicite, cada “premio” requiere un número específico de fichas, los reforzadores mayores requieren más fichas que los reforzadores menores.

La economía de fichas es una técnica de corte ambientalista que trabaja con las condiciones motivadoras, condiciones que se establecen a manera de sistema y donde no se arguyen causas internas sino, en dado caso, la conducta dirigida a logros específicos, el goce de tiempo libre, un tipo de comida, un tipo específico de contacto social. Teniendo con esto que la motivación es un concepto hipotético que en último caso se relaciona con el refuerzo.

Ante esto se puede concluir que la economía de fichas no trabaja con la motivación como si ésta fuera una cosa específica, y tampoco se define las condiciones motivadoras como algo independiente de las condiciones ambientales. Como ya se dijo, la motivación es una inferencia de un proceso conductual (Ardila, 2007, p. 81), una variable intermediaria entre la privación y el refuerzo, entendiendo de manera llana la privación como la carencia de algo que es requerido por el sujeto (Skinner, 1971, p. 150).

Regresando a los ejemplos

Una vez hecho el esfuerzo por quitar los velos que rodean a la motivación, faltaría expresar cuál sería el análisis de un conductista típico en los dos ejemplos dados al principio de este ensayo.

  • Ejemplo 1: Si me acerco a conocer una persona lo haré porque estoy motivado.

En realidad no lo haré por motivación, sino por la experiencia previa en situaciones semejantes; esto es: si en el pasado tuve éxito (fui reforzado) en los acercamientos, es más probable que repita dicha conducta. En cambio, si fui castigado seguramente evitaré el contacto.

Un aspecto complementario, si cuando tuve éxito en los acercamientos previos usaba cierto tipo de loción y vestuario, es muy probable que eso (la loción y el vestuario) forme parte de la morfología de la cadena de respuesta.

  • Ejemplo 2: Si no me levanto de la cama es porque no tengo la motivación suficiente.

Este ejemplo es muy representativo dado que casi todos estarán de acuerdo que en la depresión hay conducta encubierta (léase si se quiere, cogniciones). Sin embargo, lo que se sabe es que si no me levanto de la cama en una circunstancia depresiva es porque no hay los reforzamientos necesarios para hacerlo.

A la vez que en la depresión el propio sujeto reduce sus fuentes de reforzamiento al reducir su contacto con el medio ambiente; por ejemplo, no salir de casa, tener poca actividad física, no tener trato con personas, pasar muchas horas durmiendo, entre otros comportamientos típicos en la depresión.

No hace falta recurrir a causas internas para abordar la motivación, las causas internas casi siempre lo que generan es imprimir ambigüedad a lo psicológico

El rubro de la falta de motivación en estados de depresión es típicamente abordado desde la Activación Conductual no como un fenómeno intrínseco  que emerge desde dentro del individuo, sino como un fenómeno propio de sus formas de comportamiento y las consecuencias que de él desembocan (Kanter, Busch, Rusch, 2011).

Conclusiones

No hace falta recurrir a causas internas para abordar la motivación, las causas internas casi siempre lo que generan es imprimir ambigüedad a lo psicológico, presentar de forma compleja un proceso psicológico que podría explicarse e intervenirse de manera más sencilla y con resultados óptimos.

En la ciencia psicológica estudiar la motivación como fenómeno estático, como si fuera una cosa que se puede aislar de todo un proceso — y no como un fenómeno dinámico que es justo lo que hace el conductismo — sería tanto como si el físico estudiara la velocidad de manera independiente al movimiento de los objetos. Sería absurdo.

Ahora bien, no se puede pasar por alto que existe un área de investigación conocida como psicología motivacional y se ubica en la psicología científica, además, cuenta con larga data. Pero la constante de sus estudios es la dificultad para lograr acuerdos en la forma que definirán la motivación, recurriendo a la manifestación a nivel conductual del fenómeno (Palmero, Carpi, Guerrero y Gómez, 2008).

Por último, respecto a la literatura de motivación personal y la psicología positiva, que en términos laxos es pseudociencia dañina, no hay mucho por decir; entre los psicólogos serios hay acuerdo en ubicar ambas como literatura fraudulenta y productos milagro del merchanting (Pérez-Álvarez, 2012).

Ese tipo de libros se presentan como si fueran manuales y se imbuye al lector en correlaciones falsas, sistemas motivacionales idílicos y se aboga por los aspectos introspectivos (internos) haciendo creer que la motivación es algo que se encuentra en el pensamiento y emerge gracias a la reflexión. Incluso en ese tipo de literatura la conducta del sujeto no es relevante dado que lo importante se encuentra en lo que el sujeto piense, es decir, se aboga por dejar de tener contacto con la realidad.

La literatura de motivación personal y psicología positiva sirven para generar fantasías de naturaleza lingüística (todos pensamos utilizando un lenguaje, casi siempre pensamos en nuestra lengua natal). Históricamente la introspección, conócete a ti mismo conociendo tu interior, ha servido para alejar al sujeto de lo real, lo material, lo concreto.

Imagen: Unsplash

Referencias

Ardila, R. (2007). Psicología del aprendizaje. México: Siglo XXI.

Ayllon, T. y Azrin, N. (1974). Economía de fichas. Un sistema motivacional para la terapia y la rehabilitación. México: Trillas.

Kanter, J., Busch, A. y Rusch, L. (2011). Activación conductual. Refuerzos positivos ante la depresión. España: Alianza Editorial.

Palmero, F., Carpi, A., Guerrero, C. y Gómez, C. (2008). Perspectiva histórica de la psicología de la motivación. Avances en Psicología Latinoamericana, 26, 145-170.

Pérez-Álvarez, M. (2012). Psicología positiva: magia simpática. Papeles del Psicólogo, 33, 183-201.

Reynolds, G. S. (1973). Compendio de condicionamiento operante. México: Ciencia de la Conducta.

Skinner, B. F. (1971). Ciencia y conducta humana (2ed). Barcelona: Fontanella.

Staats, A. (1979). Conductismo social. México: Manual Moderno.

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La pseudociencia triufa porque nunca duda de sí misma

  • 07/01/2018
  • David Aparicio

Sergio Parra para Xakataciencia:

Contrarrestar a los gurús de salud es especialmente difícil cuando ofrecen el irresistible cóctel de lenguaje médico mezclado con una estética mucho más sugestiva que la medicina. El marketing aflora en un ámbito donde las condiciones de los pacientes son diagnosticadas con metáforas («fatiga suprarrenal») y tratadas con poesía (albahaca santa, caldo de hueso, sal marina del Himalaya).

¿Soluciones? Pocas. Acaso los médicos debería entablar con más frecuencia conversaciones públicas sobre la salud, incluso en las redes sociales. Si no lo hacen, la discusión estará dominada por los apasionadamente desinformados, que crean confianza solo para vender curas falsas. Y se debe escuchar a los pacientes, mostrando cuidado y comprensión. Se debe asumir el difícil desafío de inspirar y motivar con la verdad. A pesar de que las condiciones actuales tampoco lo faciliten.

La pseudoterapias se aprovechan de esas explicaciones seductivas que dan una “nueva luz”, una luz incuestionable, que sorprendentemente ningún estudio científico ha podido descifrar, que nunca falla y que si en algún caso excepcional no funciona, no por culpa del método, sino porque la persona no creyó lo suficiente o porque no siguió las indicaciones que le dió el “experto”. Los vendedores de humo siempre tendrán excusas creativas y nunca reconocerán que sus métodos o sus supuestos descubrimientos no funcionan y son pura palabrarería barata.

Lee el artículo completo en Xakataciencia.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

(Video) ACT como psicoterapia basada en procesos: una conversación con Matthieu Villatte

  • 05/01/2018
  • Fabián Maero

A finales de 2017, siguiendo con la costumbre, se llevó a cabo la IV Jornada de Terapias Cognitivo Conductuales basadas en Aceptación, Metacognición y Mindfulness (sí, lo sé, tenemos que acortar el nombre), en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (click aquí para ver los videos de la primera, segunda, y tercera edición). Cada Jornada ha tenido un eje temático distinto, y el de este año han sido las terapias de tercera ola como terapias basadas en procesos.

En esta ocasión no pude participar de manera presencial por haber metido la pata con la agenda por tener compromisos previos, de manera que, aprovechando la visita de Matthieu Villatte a Argentina, lo amenazamos a punta de pistola para filmar una conversación para la Jornada. Matt es entrenador ACT (lo hemos entrevistado aquí mismo) y coautor de un excelente libro sobre clínica, y respondió amablemente a todos mis desatinos en el video que aquí les compartimos.

Dado que el video fue filmado para la Jornada, tiene una deplorable introducción que pueden omitir yendo al minuto 5:55 (es lo que yo haría), para pasar directamente a la conversación con Matt.

Espero que les guste, nos leemos la próxima.

https://www.youtube.com/watch?v=Ra8u0LOjCCM

  • Encuentro con un terapeuta

Cambiando el mundo con la ciencia conductual: entrevista con Anthony Biglan

  • 03/01/2018
  • Fabián Maero

Habitualmente, el papel de la psicología suele asociarse a la clínica o a de procesos individuales o a lo sumo grupales; el psicólogo es a quien se llama cuando existe algún tipo de sufrimiento psicológico o problema organizacional, pero rara vez se lo vincula con un impacto directo sobre las comunidades ni con prácticas culturales, cambio climático o la sociedad en general.

Anthony Biglan es una perfecta refutación de esa creencia.

Es un psicólogo e investigador que hace un par de años publicó un libro que instantáneamente se ha convertido en un clásico: The Nurture Effect: How the Science of Human Behavior Can Improve Our Lives and Our World. El subtítulo del libro (“Cómo la ciencia de la conducta humana puede mejorar nuestras vidas y el mundo”) podría muy bien funcionar como el resumen del trabajo que ha estado llevando a cabo durante el último medio siglo.

Anthony ha trabajado intensamente en el desarrollo de aplicaciones de ciencia conductual en prevención e intervenciones comunitarias. Trabajando desde un marco teórico conductual, su carrera es un muestrario de lo que el conductismo (para decirlo más propiamente, la ciencia conductual), ha ofrecido a la comunidad, abarcando escritos e intervenciones en áreas como programas de parenting, prevención de tabaquismo, intervenciones para conductas sexuales de riesgo, soporte de conductas positivas en escuelas, intervenciones sobre bullying, conflictos familiares, desarrollo de conductas prosociales en barrios y comunidades, sustentabilidad, regulación del capitalismo, cambio de prácticas culturales, y un largo etcétera. Actualmente está liderando una investigación sobre estrategias comunitarias multidimensionales para prevenir consumo de alcohol en menores, y participando en otra en la cual investigan apoyo de pares y prosocialidad para reducir abuso de sustancias en alumnos de secundaria. Un espíritu amplio y activo.

Lo escuchamos personalmente por primera vez en Sevilla este año, en un panel en el congreso mundial de la ACBS. Anthony despliega un estilo enérgico y poco ortodoxo frente a su audiencia. Habitualmente el disertante habla y los asistentes escuchan; Biglan en cambio pasó la mayor parte del tiempo preguntando y escuchando lo que los asistentes tenían para decir respecto a los problemas y desafíos vinculados con ciencia conductual, prevención y comunidad en sus respectivos países. Esta entrevista surgió de ese panel, allí invitamos a Tony a llevarla a cabo, como una forma de poner nuestro grano de arena —haciendo lo que menos mal nos sale—  para construir una psicología más conectada con los desafíos actuales.

Read the English version here.


(Fabián Maero) Hola Tony, gracias por acceder a esta entrevista, es un honor poder hablar contigo. Para empezar, quisiéramos saber un poco más sobre tu contexto. ¿En dónde has crecido?

(Anthony Biglan) Nací en Brooklyn, Nueva York, el 6 de junio de 1944, el día en que los Aliados invadieron Normandía. Siempre pensé que era especial por eso. Cuando mi padre abandonó el FBI al final de la segunda guerra mundial nos volvimos al pueblo de mi madre, Scranton en Pennsylvania. Viví ahí hasta el segundo año de la escuela secundaria, cuando nos mudamos con mi madre y dos hermanas a Rochester, Nueva York, en donde mi madre pudo conseguir un mejor trabajo como enfermera.

Sabemos que comenzaste tu carrera siendo psicólogo social, ¿qué te llevó a elegir ese campo, y por qué trabajar en el área de prevención?

Me inscribí en el programa de graduado de psicología social en parte porque no pensé que podría ser aceptado en el programa de psicología clínica. Además, me gustaba psicología social porque lidiaba con temas sociales importantes. Sin embargo, mi estudio de grado en psicología social fue una decepción. La psicología social se había enfocado mucho en investigación que no lidiaba con los problemas importantes de ese momento. Mi doctorado era en psicología organizacional. Estudié la organización de los departamentos de las universidades, y en el proceso desarrollé un análisis de las características de las áreas académicas que aún se usa ampliamente. Lo pueden encontrar si buscan en google “modelo Biglan”.

Derek Reed, en una reseña de tu libro The Nurture Effect en el journal The Behavior Analyst, escribió “En muchos sentidos The Nurture Effect es una réplica a Más allá de la libertad y la dignidad, de Skinner, y Coercion and its Fallout, reseñando las vías por las cuales el conductismo humanista puede resolver los problemas actuales a través de un abordaje nutriente basado en consecuencias positivas” Pero en el libro, has escrito “Inicialmente, me opuse fervientemente al conductismo”. ¿A qué se debió esa oposición, y qué te hizo cambiar de idea?

Como la mayoría de las personas en ese momento, estaba convencido de que BF Skinner era una amenaza a la libertad humana. Su argumento de que la conducta humana está determinada parecía implicar que las personas no tienen ninguna autonomía. Como un ferviente libertario civil (yo era parte del consejo de la Unión de Libertades Civiles de Washington) me opuse fuertemente a cualquier cosa que pareciera amenazar la libertad humanas.

Sin embargo Bob Kohlenberg me hizo leer algo del trabajo de Skinner. Mi tesis doctoral sobre las características de las áreas académicas me había enseñado que las llamadas ciencias duras, tales como física, química, y biología, como también los campos aplicados vinculados como ingeniería, se agrupaban en un extremo de la dimensión que inicialmente llamé la dimensión Duro-Blando. Sin embargo, luego de leer La estructura de las revoluciones científicas, de Thomas Kuhn, me di cuenta de que la dimensión podía ser razonablemente llamada paradigmática-no paradigmática. La psicología estaba del lado no-paradigmático de la dimensión.

Esto me preparó para reconocer que lo que Skinner proponía era un paradigma para la psicología. Esto es, estaba sosteniendo que todos los aspectos de la conducta humana podían ser entendidos en términos de selección por consecuencias.

Ya que lo mencionamos, quisiera decir que, por mucho, The Nurture Effect es uno de los libros más fascinantes que he leído en los últimos años. Como Reed elegantemente escribió: “ofrece una cornucopia de lo que la ciencia conductual ha hecho; pero sobre todo, bosqueja qué más puede hacer la ciencia conductual por los problemas sociales emergentes”. ¿Qué te inspiró a escribir ese libro, y por qué ahora?

Siempre he estado interesado en la perspectiva más amplia —cómo cualquier línea dada de investigación encaja con el corpus más amplio de investigación en la conducta humana. Y dado que Skinner me convenció de que una ciencia completa de la conducta humana debería permitir la predicción e influencia de cualquier conducta, mi investigación y práctica ha cubierto un gran rango de tópicos, incluyendo intervenciones familiares, intervenciones escolares, e intervenciones comunitarias. Y las intervenciones han involucrado tanto tratamiento como prevención.

Una vez que adopté el marco de trabajo básico Skinneriano hacia 1971, me vi posibilitado de participar en una revolución en la aplicación de métodos científicos sobre todas las facetas del comportamiento humano. The Nurture Effect fue escrito originalmente como un relato de mis experiencias presenciando el desarrollo de esa ciencia.

Creo que muchos científicos conductuales, dado que se concentran en un conjunto reducido de temáticas, no siempre perciben cuántos progresos hemos hecho. En mi libro, trato de explicar ese progreso de una manera accesible

El público suele considerar que los campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, y matemáticas), como las disciplinas más importantes o relevantes para el desarrollo y crecimiento de una sociedad. Pero hace un par de años leí un artículo tuyo con un título intrigante: “La ciencia de la conducta quizá resulte ser nuestra ciencia más importante”, ¿podrías explicar por qué pensás eso?

Bueno, consideremos los problemas que más amenazan nuestro bienestar: control de armas nucleares; reducciones en guerras, crímenes, “trastornos mentales”, fracaso académico, abuso de drogas, y evitar más cambio climático. Todos esos son problemas de la conducta humana. Para resolverlos necesitamos la ciencia de la conducta humana. Consideremos también que varios de los problemas más significativos son resultado de las ciencias físicas —cambio climático, guerras que pueden acabar con la vida de millones, armas nucleares. Es la ciencia conductual lo que se necesita para controlar la conducta de las personas que pueden hacer mal uso de los resultados de otras ciencias. Esto, de paso, es básicamente lo que Skinner escribió en Ciencia y Conducta Humana, que escribió cuando la posibilidad de aniquilación nuclear estaba volviéndose cada vez más clara.

Si pudieras elegir cualquiera de las intervenciones conductuales descriptas en tu libro para decir “este es el motivo por el cual este trabajo es relevante, esto es lo que podemos hacer” a las personas a cargo de las políticas, ¿cuál elegirías?

Todas las intervenciones que reducen la coerción.

¿Cuál dirías que es el malentendido más frecuente que las personas tienen sobre la ciencia conductual en general y tu trabajo en particular?

Los ataques más estridentes hacia el conductismo están mayormente apagados. Creo que lo más notable que las personas que no son científicos conductuales pasan por alto es la importancia de las consecuencias. Es fácil ver cómo los antecedentes afectan la conducta, pero tuvimos que esperar hasta la segunda mitad del siglo XX para poder mostrar que la conducta humana es función de sus consecuencias.

En The Nurture Effect defendés la necesidad de reformar el capitalismo, de crear “una forma de capitalismo que sea más protectora y nutricia, una en la cual las personas puedan ser más prosociales y productivas y en la cual se dé un valor más grande al bienestar de cada miembro de la sociedad”. ¿Creés que el capitalismo es aún una opción viable hoy? Y si ese es el caso, ¿qué crees que es necesario para lograr esas metas?

¡Me alegra que preguntaras eso! Estoy escribiendo un libro sobre evolucionar hacia una forma más protectora y prosocial de capitalismo. El capitalismo es un sistema que crea consecuencias para la innovación y eficiencia. Entrega eso que promete. En mi libro bosquejo un marco de salud pública para regular el capitalismo en términos de las consecuencias de una práctica comercial dada. Si creás un producto que daña a las personas (cigarrillos, por ejemplo), necesitamos organizar contingencias de modo que esa práctica no sólo no genere ganancias, sino que tenga costos a través de multas o cargos criminales.

¿Te preocupan las posibles consecuencias no deseadas del uso de ciencia conductual?

¡Absolutamente! Cualquier ciencia puede ser usada para el bien de los demás o para propósitos egoístas o dañinos. Debemos aplicar los principios de la ciencia conductual a este problema, de manera que las contingencias favorezcan actuar en interés de las otras personas y en última instancia del planeta entero.

Leyendo tus artículos, es obvio que no temés pensar en grande. Usás títulos tales como “Quizá podemos prevenir el terrorismo”, “Cómo evolucionan las prácticas culturales orientadas al futuro y cómo podemos acelerar su evolución”, “Evolucionando una sociedad más protectora para prevenir experiencias infantiles adversas”, y así. ¿Qué pensás que nosotros —las personas trabajando en el campo de la psicología y la ciencia conductual— necesitamos hacer para tener un impacto más grande en la sociedad en general? ¿Qué cambios o nuevas direcciones?

Estoy refiriéndome a eso en mi nuevo libro. Si leés mi artículo con Dennis Embry, bosquejamos un marco de trabajo de salud pública que identifica las mayores amenazas al bienestar y esboza lo que la ciencia conductual tiene para ofrecer al respecto. Creo que la ciencia conductual necesita una gran coalición que abarque las varias organizaciones de ciencia conductual, y que aprendamos a hablar con una sola voz sobre lo que la ciencia conductual tiene para ofrecer.

Para tomar un ejemplo, ¿quién escribe las leyes? Creo que las profesiones dominantes en las legislaturas son las de abogacía y comercio. ¿Qué tan informados están sobre salud pública? ¿Qué tan comprometidos están a incrementar la prevalencia en la población general de personas viviendo vidas saludables y productivas en relaciones prosociales con otros?

Los científicos conductuales (en todas sus variantes), necesitan dar un paso adelante y comenzar a tomar parte en el liderazgo de las sociedades de manera que podamos evolucionar hacia sociedades más protectoras. Por ejemplo, las escuelas de leyes deberían requerir cursos en ciencia conductual.

¿Qué te gustaría ver en el campo dentro de cinco años?

La comunidad de ciencia conductual hablando con una misma voz sobre cómo podemos evolucionar familias, escuelas, vecindarios, lugares de trabajo, y comunidades, más protectoras y cuidadoras.

¿Querrías agregar algo más?

¡Me encantaron las preguntas!

Te queremos agradecer por tu tiempo.

¡Gracias a ustedes!

  • Salud Mental y Tratamientos

Uso problemático de alcohol se relaciona con hipocampo reducido

  • 03/01/2018
  • Rita Arosemena P.

El consumo problemático de alcohol, es decir, aquel que se acompaña de consecuencias desagradables, se asocia con un hipocampo más pequeño de acuerdo con una nueva investigación realizada por la Universidad de Minnesota.

El hipocampo, como bien sabemos, es la parte del cerebro involucrada en la memoria y el procesamiento del aprendizaje, lo que también influye en la regulación de las emociones y podría estar vinculada con diversas psicopatologías identificadas en estudios anteriores, como el deterioro en el estrés postraumático.

Para extraer estas conclusiones, los investigadores realizaron un metaanálisis de 23 aprendizajes representados en imágenes cerebrales, donde se encontró que el consumo problemático de alcohol está asociado con un compendio más pequeño del hipocampo y que este tamaño reducido se acentúa en las personas con un trastorno clínico por consumo de licor.

Evidencia confirma relación, pero no causalidad

No obstante los resultados obtenidos, cabe destacar que la metodología aplicada al estudio no permite a los investigadores llegar a ninguna conclusión acerca de la relación causa y efecto entre el consumo de licor y el tamaño del hipocampo.

Si bien es cierto que existe evidencia de que el cerebro adicto al alcohol se ve y funciona de manera diferente debido a un efecto neurotóxico, también es posible que las personas tuvieran diferencias cerebrales incluso antes de comenzar a consumir alcohol, lo que podría incluso reflejar una vulnerabilidad hacia el desarrollo de un consumo problemático.

Sylvia Wilson, autora principal del estudio, explica que no es ético asignar al azar personas a grupos adictos o no adictos, y que diferenciar los efectos de la exposición relacionada con el alcohol en un cerebro con una vulnerabilidad preexistente requiere diseños de estudio que permitan una mayor «inferencia causal».

De acuerdo con el profesor Jon Currie, miembro del Consejo Nacional de Drogas de Australia (ANCD), es muy cierto que existen partes del cerebro que son especialmente sensibles al alcohol y que pueden verse afectadas por su consumo, sobre todo en los jóvenes, ya que hablamos de una fase cronológica en la que todo está a favor de la adaptabilidad, una cualidad que bien puede tanto favorecer como perjudicar.

https://www.youtube.com/watch?v=DL3C5pRIb3s

Por su parte, el NIH (Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos), informa que existen una multiplicidad de factores que influyen en cómo puede afectar el alcohol al cerebro, entre ellos:

  • Cuánto y con qué frecuencia bebe una persona
  • La edad en que él o ella comenzó a beber por primera vez
  • Cuánto tiempo ha estado bebiendo
  • La edad de la persona, el nivel de educación, el sexo, los antecedentes genéticos y los antecedentes familiares de alcoholismo
  • Si él o ella está en riesgo como resultado de la exposición prenatal al alcohol
  • Su estado de salud general.

Fuente: Psypost; Psychological Medicine

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Curso online: terapia cognitivo conductual para trastornos depresivos

  • 02/01/2018
  • David Aparicio

El Centro de Terapia Cognitivo Conductual y Ciencias del Comportamiento (CETECIC), es una institución líder en el entrenamiento de la terapia Cognitivo Conductual (TCC) en modalidades presencial y online. Sus profesores cuentan con amplia experiencia en el ámbito clínico y en la enseñanza a distancia, lo que les permite ofrecer cursos personalizados, especialmente pensados para satisfacer las necesidades teórico académicas de los psicólogos que buscan formarse en la TCC, una de las corrientes de la psicología con más apoyo científico.

En esta ocasión presentan su nuevo curso online avanzado de la terapia cognitivo conductual de los trastornos depresivos. En el que aprenderás las bases teóricas y técnicas del diagnóstico, intervención y planes de acción de la TCC para el trastorno depresivo mayor y distimia, ciclotimia, trastorno bipolar I y II y conocerás las diferencias entre el duelo normal y patológico. Y contarás también con material audiovisual que te enseñará con ejemplos, la implementación, paso a paso de la TCC. Ingresa aquí para conocer en detalle el programa analítico del curso.

Vídeo de prueba:

https://youtu.be/0UMhDIQW_z8

Contenidos del curso:

  • El diagnóstico de los Trastornos Depresivos. Epidemiología
  • Depresión: aspectos teóricos y conceptualización
  • Depresión: aspectos teóricos y conceptualización
  • Evaluación de la depresión
  • Tratamiento cognitivo de la depresión
  • Tratamiento conductual de la depresión
  • Distimia: Conceptualización y diagnóstico
  • Distimia: evaluación y tratamiento
  • Modelos teóricos y epidemiología del comportamiento suicida
  • Suicido: prevención y tratamiento del riesgo

Docentes del curso:

Lic. Carmela Rivadeneira:Psicólogo clínico especialista Terapia Cognitivo Conductual; Ex-Docente de “Análisis y Modificación de la Conducta” Universidad de Buenos Aires
Lic. José Dahab: Psicólogo clínico especialista Terapia Cognitivo Conductual; Docente Titular de “Análisis y Modificación de la Conducta” Universidad de Buenos Aires
Lic. Ariel Minici: Psicólogo clínico especialista Terapia Cognitivo Conductual

Inicio y duración

El curso inicia el lunes 8 de enero y tiene una duración de 3 meses (10 clases + tiempo de repaso).

El curso tiene una modalidad de verano en la que podrás pausar tus estudios por un lapso máximo de 8 semanas. De esta manera podrás vacacionar sin preocuparte por los plazos académicos.

Inscripción

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Argentina:3 cuotas mensuales de $1000 o Un solo pago al inicio de $2700 *precio sin el descuento de Psyciencia.

Latinoamérica y mundo: 3 cuotas mensuales de USD 100 o un solo pago al inicio de USD 270 *precio sin el descuento de Psyciencia.

Certificación

Se entregan certificados de aprobación de 25 hs.
Emitidos por el CETECIC con el aval de la Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento.

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