Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por mes

octubre 2021

41 Publicaciones
  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Podcast: Terapia cognitivo‐conductual para los trastornos de ansiedad en niños y jóvenes

  • David Aparicio
  • 21/10/2021
close up portrait of human eye

 El Grupo Cochrane de Trastornos mentales comunes ha producido muchas revisiones sobre los efectos de intervenciones para trastornos como la ansiedad y la depresión. A este repositorio añadieron en noviembre de 2020 una versión actualizada de su revisión sobre el uso de terapia cognitivo-conductual para niños y adolescentes.

Este podcast ha sido traducido por Andrea Cervera del Centro Cochrane Iberoamericano y en él una de las autoras, María Ángela Soler Roibal, colaboradora de la Highfield Unit del Warneford Hospital de Oxford (Reino Unido), nos habla de la importancia de esta revisión y de lo que en ella se observó.

Puedes leer la revisión completa de terapia cognitivo‐conductual para los trastornos de ansiedad en niños y adolescentes.

Fuente: Cochrane

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Guía del TOC infantojuvenil para familiares y cuidadores

  • Equipo de Redacción
  • 20/10/2021

Traducimos y adaptamos la estupenda guía del Child Mind Institute ayudar a los familiares y cuidadores a entender los síntomas, características y tratamiento del TOC en niños y adolescentes. El recurso está pensando para que puedas utilizarlo en la consulta clínica.

Los niños con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) tienen pensamientos intrusivos y preocupaciones que los hacen extremadamente ansiosos, y desarrollan rituales que se sienten obligados a realizar para mantener a raya esas ansiedades. Esta guía explica los comportamientos, a menudo confusos, que pueden asociarse con el TOC en los niños, y los tratamientos efectivos para ayudar a los niños que lo desarrollan.

Tabla de contenido

  • Tipos de obsesiones y compulsiones
  • Señales del TOC
  • Cómo el TOC puede pasar desapercibido
  • Tratamiento para el TOC
    • Terapia cognitiva conductual
    • Trabajando con los padres
    • Tratamiento con medicamentos para el TOC
  • Trastornos relacionados
  • El espectro obsesivo compulsivo
  • Trabajando con la escuela

Los niños con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) tienen pensamientos intrusivos y preocupaciones que los hacen extremadamente ansiosos, y desarrollan rituales que se sienten obligados a realizar para mantener a raya esas ansiedades. Esta guía explica los comportamientos, a menudo confusos, que pueden asociarse con el TOC en los niños, y los tratamientos efectivos para ayudar a los niños que lo desarrollan.

Guía en formato PDF

Los miembros premium de Psyciencia obtienen la guía completa optimizada en PDF para imprimir y utilizar como recurso con padres y cuidadores. Con la membresía premium obtienes acceso a recursos exclusivos, artículos de análisis en tu correo, sin publicidad ni distracciones y descuentos en cursos de formación.

Descarga para miembros premium
Conviértete en miembro premium

Los niños con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) tienen pensamientos intrusivos y preocupaciones que los hacen extremadamente ansiosos, y desarrollan rituales que se sienten obligados a realizar para mantener a raya esas ansiedades. Esta guía explica los comportamientos, a menudo confusos, que pueden asociarse con el TOC en los niños, y los tratamientos efectivos para ayudar a los niños que lo desarrollan.

¿Qué es el TOC?

Los niños que tienen TOC luchan con obsesiones o compulsiones o con ambos. Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos no deseados e intrusivos. Las obsesiones hacen que los niños se sientan molestos y ansiosos. Las compulsiones son acciones o rituales que los niños deben realizar para deshacerse de la ansiedad.

Para entender cómo funciona el TOC, piense en una picadura de mosquito. Cuando le pica un mosquito, le pica, por lo que para sentirse mejor se rasca. Mientras se rasca la picadura se siente genial, pero desde que deja de rascarse, la picazón empeora. Así es como se desarrolla el TOC. Cuando un niño con TOC se siente ansioso hará algo para arreglarlo temporalmente, pero ese ritual empeora con el tiempo.

Tipos de obsesiones y compulsiones

Las obsesiones del TOC se dividen en una variedad de categorías, incluida la siguiente lista:

  • Contaminación: los niños con esta obsesión a veces se llaman “germófobos”. Estos son los niños que se preocupan cuando otras personas estornudan y tosen, por tocar cosas que pueden estar sucias, revisan las fechas de vencimiento o tienen temor a enfermarse. Esta es la obsesión más común en los niños.
  • Pensamiento mágico: esta es una especie de superstición, como “pisar una grieta en la acera significa romper la espalda de tu madre”. Por ejemplo, los niños podrían preocuparse de que sus pensamientos puedan hacer que alguien se lastime o se enferme. Un niño podría pensar: “A menos que mis cosas estén alineadas de cierta manera, mamá tendrá un accidente automovilístico”. Escrupulosidad: esto es cuando los niños tienen preocupaciones obsesivas sobre ofender a Dios o ser blasfemo de alguna manera.
  • Obsesiones agresivas: los niños pueden estar plagados de muchos tipos diferentes de pensamientos sobre cosas malas que podrían hacer. ¿Y si lastimo a alguien? ¿Qué pasa si apuñalo a alguien? ¿Y si mato a alguien?
  • El sentimiento “correcto”: algunos niños sienten que necesitan seguir haciendo algo hasta que obtienen el sentimiento “correcto”, aunque pueden no saber por qué se siente bien. Entonces podrían pensar: “Voy a alinear estas cosas hasta que se sientan bien, y luego me detendré”.

Las compulsiones pueden ser cosas que los niños hacen activamente, como alinear objetos o lavarse las manos, o cosas que se hacen mentalmente, como contar en la cabeza. Una compulsión también podría ser evitar algo, como un niño que evita tocar los cuchillos, incluso los de plástico, porque tiene miedo de lastimar a alguien. Debido a que las compulsiones son cosas que los padres pueden notar, es común que los padres sean más conscientes de ellas que de las obsesiones.

  • Los tipos de compulsiones del TOC incluyen (pero no se limitan a): Compulsiones de limpieza, incluyendo lavado y limpieza excesiva o ritualizada
  • Compulsiones de verificación, incluidas las cerraduras, verificar que no se haya cometido un error y verificar que las cosas estén seguras
  • Rituales de repetición, incluyendo releer, reescribir y repetir acciones como entrar y salir por una puerta
  • Compulsiones de conteo, incluyendo contar ciertos objetos, números y palabras
  • Compulsiones de organización, incluyendo ordenar cosas para que estén simétricas, uniformes o alineadas en base a un patrón específico Compulsiones de guardar, incluyendo el acaparamiento y la dificultad de tirar cosas a la basura
  • Comportamientos supersticiosos, como tocar cosas para evitar que algo malo suceda o evitar ciertas cosas
  • Rituales que involucran a otras personas, incluyendo hacerle la misma pregunta a una persona repetidamente o pedirle a un padre que realice un ritual particular a la hora de comer

Señales del TOC

El TOC a menudo se desarrolla alrededor de los seis a nueve años. El trastorno puede manifestarse tan pronto como a las cinco. Los niños pequeños experimentan el trastorno de manera diferente que los adolescentes y los adultos. Es posible que un niño pequeño no reconozca que sus pensamientos y temores son exagerados o poco realistas, y puede no ser plenamente consciente de por qué se ve obligado a realizar un ritual; él solo sabe que le da un sentimiento “correcto”, al menos momentáneamente. Con el tiempo, en el rango de 9-12, evoluciona a un pensamiento mágico y se vuelve de naturaleza más supersticioso.

En cualquier caso, un niño con TOC responderá a su ansiedad de una manera muy rígida y sujeta a reglas y esto interfiere con el funcionamiento normal. Los padres pueden notar señales como:

  • Lavado de manos repetitivo, cerrar y volver a cerrar puertas o tocar cosas en un cierto orden
  • Temores extremos o exagerados de contaminación, de que miembros de la familia sean lastimados o que ellos mismos le hagan daño
  • Uso del pensamiento mágico, como “si toco todo en la habitación, mamá no morirá en un accidente automovilístico”
  • Pedir garantías sobre el futuro repetidamente
  • Intolerancia a ciertas palabras o sonidos
  • Confesar repetidamente “malos pensamientos” como pensamientos crueles (pensar que un amigo de la familia es feo), pensamientos sexuales (imaginar a un compañero desnudo) o violentos (pensar en matar a alguien)

Cómo el TOC puede pasar desapercibido

Las señales de TOC pueden no ser siempre obvias. Las compulsiones pueden ser muy sutiles, por lo que los padres y otros cuidadores pueden no darse cuenta cuando un niño las está haciendo, o puede que no entiendan que un comportamiento en particular es una compulsión. Otras señales pueden ser invisibles para los padres, como cuando un niño cuenta compulsivamente hasta cierto número en su cabeza.

A medida que los niños crecen y se dan cuenta de que algunos de sus miedos no tienen sentido, o de que sus comportamientos son inusuales, también podrían hacer mayores esfuerzos para ocultar sus síntomas de TOC a los padres, maestros y amigos. Los niños con TOC a veces pueden suprimir sus síntomas en ciertas situaciones, como en la escuela, solo para explotar en casa debido al tremendo esfuerzo.

El TOC también puede confundirse con un trastorno diferente. Muchos niños con TOC están distraídos por sus obsesiones y compulsiones, y esto puede interferir con su capacidad de prestar atención en la escuela. Un maestro puede notar que un niño tiene dificultades para concentrarse y asumir que tiene TDAH, ya que su TOC no es evidente. También podría confundirse con un trastorno de ansiedad. Y se puede pasar por alto cuando un niño con TOC también desarrolla depresión, a la cual los niños con TOC están en riesgo, especialmente sin tratamiento.

Tratamiento para el TOC

Tratamientos con mayor evidencia científica para el TOC

Terapia cognitiva conductual

El primer paso en el tratamiento es ayudar a los niños a comprender cómo funciona el TOC. A menudo ayuda poner el TOC en un contexto que los niños puedan entender. Por ejemplo, un médico podría explicar que el TOC funciona como un acosador. Si un acosador le pide su dinero para el almuerzo y usted cede porque tiene miedo, entonces el acosador estará feliz y se irá. Pero al día siguiente, el acosador volverá por más porque sabe que tienes miedo. Cuanto más cedas ante un acosador, más pedirá. El TOC funciona de la misma manera. El objetivo del tratamiento es ayudar al niño a aprender a enfrentarse a su acosador.

El tratamiento estándar de oro para el TOC es un tipo de terapia cognitivo-conductual llamada prevención de exposición y respuesta, o ERP. ERP funciona ayudando a los niños a enfrentar las cosas que desencadenan su ansiedad en pasos estructurados e incrementales, y en un ambiente seguro. Esto permite a los niños experimentar ansiedad y angustia sin recurrir a compulsiones, con el apoyo del terapeuta. Al enfrentar sus desencadenantes, los niños aprenden a tolerar su ansiedad y, con el tiempo, descubren que su ansiedad en realidad ha disminuido.

Por ejemplo, un niño con miedo a los gérmenes y la contaminación crearía una “jerarquía de miedo” con su terapeuta. Trabajarían juntos para identificar todas las situaciones de contaminación que teme, calificarlas en una escala de 0-10 y luego abordarlas una por una hasta que su miedo disminuya. El niño comenzaría con un desencadenante de bajo nivel, como tocar toallas limpias, y luego avanzaría a desencadenantes más difíciles, como agarrar algo de la basura.

Debido a que los niños a menudo tienen síntomas específicos de entornos fuera de la oficina clínica, en el hogar o en restaurantes, por ejemplo, es importante que el tratamiento salga de la oficina según sea necesario. Su médico debe proporcionar ERP en lugares del mundo real donde su hijo experimente ansiedad, y asegurarse de que los médicos sepan también cómo reforzar las habilidades de ERP fuera del tratamiento.

Para la mayoría de los casos de TOC leve a moderado, el tratamiento una vez a la semana durante 12-15 semanas suele ser suficiente para obtener buenos resultados.

Trabajando con los padres

Los padres pasan la mayor parte del tiempo con sus hijos, por lo que es esencial que la familia participe en el tratamiento. Debe esperar que el médico de su hijo trabaje estrechamente con usted, que le explique cómo funciona el tratamiento y que le asigne a usted y a su hijo tareas para practicar las habilidades que su hijo está aprendiendo en la terapia.

Debido a que los niños a menudo acuden a los padres en busca de consuelo o para ayudarlos con una obsesión o compulsión, también es importante que los padres aprendan la mejor manera de responder a sus hijos sin reforzar su TOC. Cuando un padre le da consuelo, hace que el niño se sienta mejor en el momento, pero ese alivio es fugaz y en realidad puede reforzar la ansiedad del niño a largo plazo. Tampoco le ayuda a aprender habilidades de afrontamiento para ayudarse a sí mismo, sólo aprende que preguntarle a mamá o papá será útil.

Del mismo modo, si su hijo tiene aversión a una palabra determinada, su familia podría haber aprendido a evitar decir esa palabra y pedir disculpas si alguien la usa accidentalmente. Sin embargo, sin darse cuenta, esto también refuerza el TOC porque no le da al niño la oportunidad de superar su ansiedad. El médico de su hijo debe trabajar con usted para encontrar formas de responder a las solicitudes de consuelo y cómo darle apoyo sin reforzar los síntomas del TOC.

Tratamiento con medicamentos para el TOC

Si bien el tratamiento primario para el TOC es la terapia cognitivo conductual, los niños con casos más graves a menudo son tratados con una combinación de TCC y medicamentos. Se puede usar una clase de medicamentos antidepresivos llamados ISRS, o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, para ayudar a reducir la ansiedad del niño, lo que a su vez permite que el niño responda mejor a la terapia. Los medicamentos se pueden disminuir o interrumpir a medida que el niño aprende habilidades para ayudarlo a superar su ansiedad por sí mismo. A veces, se pueden recetar otros tipos de medicamentos para controlar la irritabilidad excesiva o la ira que pueden estar complicando el tratamiento.

Trastornos relacionados

No es raro que los niños con TOC tengan dificultades con más de un trastorno. La depresión, los trastornos alimentarios y el trastorno de pánico pueden ocurrir con frecuencia junto con el TOC. Si su hijo es diagnosticado con múltiples trastornos de salud mental, es importante que reciba un tratamiento especializado para cada trastorno. La terapia cognitiva conductual para el TOC, por ejemplo, ayudará al niño con su TOC pero no le ayudará con su depresión.

Durante el diagnóstico se debe tener cuidado al determinar si el niño solo tiene un trastorno obsesivo compulsivo, o si el niño tiene TOC y otro trastorno, o tal vez un trastorno similar al TOC pero que en realidad es un trastorno separado como el TOC de inicio agudo o un trastorno en el “espectro obsesivo compulsivo”.

El espectro obsesivo compulsivo

Existe un espectro de trastornos que comparten algunas características con el TOC y se tratan de manera similar. Éstos incluyen:

  • Tricotilomanía
  • Síndrome de Tourette
  • Trastorno de Ansiedad por Enfermedad (o Trastorno de Síntomas Somáticos) Acaparamiento
  • Trastorno Dismórfico Corporal
  • Trastorno por excoriación (pellizcarse la piel)
  • Tics crónicos

Si bien estos trastornos tienen características clínicas similares, y algunos expertos creen que pueden tener las mismas causas neurobiológicas subyacentes que el TOC, difieren del TOC en ciertas formas y, por lo tanto, requieren un tratamiento especializado.

Una distinción que vale la pena hacer es entre el TOC y otros dos trastornos que involucran pensamientos obsesivos: Trastorno de Ansiedad por Enfermedad (cuando el niño está obsesionado con la idea de que tiene una enfermedad grave a pesar de no tener síntomas) y Trastorno Dismórfico Corporal (el niño se obsesiona con un defecto menor o imaginario en su apariencia). La diferencia radica en qué medida el niño cree sus pensamientos. Por ejemplo, una niña con TOC puede saber que sus obsesiones son irracionales y, sin embargo, tienen tanta ansiedad que siente la necesidad de realizar compulsiones para reducir la ansiedad de todos modos. Sin embargo, un niño con trastorno de ansiedad por enfermedad o trastorno dismórfico corporal puede creer que sus pensamientos se basan en la realidad.

Los niños con estos trastornos generalmente necesitan terapia cognitiva y estrategias para comprender la irracionalidad de sus obsesiones antes de que puedan comenzar la terapia de prevención de exposición y respuesta. Si reciben ERP antes de estar cognitivamente preparados para ello, su ansiedad puede empeorar con el tiempo.

El acaparamiento, el pellizcarse la piel, la tricotilomanía y los trastornos de tics, incluido el síndrome de Tourette, pueden tratarse mediante la exposición y la prevención de la respuesta y otras estrategias de comportamiento.

Trabajando con la escuela

Muchas veces los niños experimentarán síntomas de TOC en la escuela. Si este es el caso de su hijo, será útil que su escuela participe con tratamiento. A menudo, el primer paso es ayudar a los maestros y administradores de la escuela a comprender el TOC. Educar a la escuela es particularmente importante porque muchos comportamientos asociados con el TOC pueden confundirse con otra cosa, como comportamiento de oposición, problemas de aprendizaje u otro trastorno. Por ejemplo, los síntomas del TOC de un niño pueden distraerlo, lo que podría parecerse al TDAH, o hacer que se demore mucho en tareas y pruebas, lo que podría parecer un problema de aprendizaje. Un estallido emocional puede ser causado por otro estudiante que desencadena su TOC. Cuando los maestros comprendan cuáles son los desafíos particulares de un niño, y que no solo está siendo difícil, estarán en mejores condiciones para ayudarlo.

El médico de su hijo debe poder brindarle consejos específicos sobre la mejor manera de trabajar con la escuela, incluida la explicación de los desencadenantes del TOC de su hijo, establecer un plan sobre cómo el maestro puede ayudar a su hijo si siente que se presentan sus síntomas y minimizar cualquier problema o desafío de la conducta. Los médicos a veces van a la escuela para ayudar a capacitar a los maestros sobre cómo apoyar a un estudiante con TOC.

El médico de su hijo también puede sugerir estrategias para ayudarlo a enfocarse en el aprendizaje, como asientos preferenciales y salas privadas de evaluación para minimizar la distracción, o tiempo extendido en pruebas y ensayos escritos, y el uso de una computadora portátil para minimizar las consecuencias negativas del perfeccionismo.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Artículos Recomendados de la Web

La desinformación antivacunas: el nuevo reto de la pandemia

  • David Aparicio
  • 19/10/2021

El Hilo, es estupendo podcast para entender el contexto de las noticias más importantes de Latinoamérica. Y este episodio es uno de esos que no te debes perder:

Descripción del episodio:

La vacunación contra la Covid-19 avanza de manera desigual en América Latina. Hay muchos factores que afectan el proceso, pero más allá del acceso a las vacunas, hay una amenaza que afecta a todos los países: la desinformación. Esta semana hablamos con tres expertos que han estado investigando qué hay detrás del escepticismo a las vacunas. Primero, el experto en datos Jorge Galindo nos habla sobre los retos que enfrenta el proceso de vacunación en toda la región y el rol que juega ese escepticismo. Luego, la periodista peruana Melina Ccoillo nos explica cómo operan los grupos que están detrás de la desinformación. Para cerrar, la científica puertorriqueña Mónica Feliú-Mójer nos cuenta qué podemos hacer para combatir esa desinformación y nos da recomendaciones para tratar el tema con nuestros amigos y familiares. 

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro
  • Recursos para Profesionales de la Psicología

«Los miedos del terapeuta», con Gabriel Genise – Watson, episodio 1

  • David Aparicio
  • 19/10/2021

En este primer episodio conversamos con el Dr. Gabriel Genise, codirector de TCM Cognitiva en Argentina, coautor de diferentes manuales de terapia infantojuvenil y columnista especializado en Psyciencia.

Me encanta conversar con mis compañeros y colegas sobre psicología y psicoterapia. Pero no solo la conversación académica, sino también la historia detrás de aquellas personas que se dedican a este complejo y apasionante mundo. En cada conversación intento preguntar sobre las dificultades que atraviesan, sus miedos, preocupaciones, experiencias y, por supuesto, los que más disfrutan de su trabajo. Son conversaciones en las que aprendo mucho y también le quitamos un poco la rigidez que suelen tener las conversaciones entre psicólogos.

Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro.

Suscríbete a Psyciencia Pro por solo $6 al mes y accede a contenido exclusivo: artículos seleccionados directamente en tu correo, recursos clínicos, webinars y cursos de formación profesional pensados para psicólogos que quieren mantenerse actualizados y mejorar su práctica.

ÚNETE AHORA

¿Ya eres miembro? Inicia sesión

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Webinars

Valores en la práctica clínica para incrementar la flexibilidad psicológica

  • David Aparicio
  • 19/10/2021

Los miembros premium de Psyciencia tienen el 50% de descuento en su inscripción.

Los valores son principios rectores que nos guían y motivan a lo largo de la vida. Son aquello que nos es significativo, que consideramos importante. Los valores son personales y cambian con el tiempo. Nos orientan sobre cómo queremos interactuar con el mundo, con la gente a nuestro alrededor y con nosotros mismos.

Parte del objetivo del terapeuta ACT (terapia de aceptación y compromiso) es ayudar al cliente a ser más consciente, amable y decidido en su búsqueda de valores.

Pero hacer clarificación de valores en la clínica puede ser un proceso complejo. Para ayudarte en tu trabajo con tus consultantes hemos invitado a Fabián Maero, especialista en la terapia de aceptación y compromiso, para que te ayude a pulir tus habilidades clínicas en el trabajo con valores.

Este taller es de nivel inicial/intermedio y está dirigido principalmente a profesionales de la salud psicológica que tuvieren un conocimiento básico en ACT y que estén dando sus primeros pasos aplicando elementos del modelo a su práctica clínica.

En este webinar aprenderás

  • Aspectos conceptuales de valores desde el modelo ACT
  • Distinciones y precisiones clínicamente relevantes
  • Aspectos clave del trabajo clínico con valores: mensajes terapéuticos clave, interacciones clínicas, metáforas, y ejercicios experienciales.
  • Dificultades frecuentes en el trabajo con valores y cómo abordarlas.

Docente

Fabián Maero (Argentina) especialista en terapia de aceptación y compromiso (ACT), docente universitario, coautor de importantes libros y guías del trabajo clínico contextual en español y es el codirector de Grupo ACT Argentina.

Fecha

Viernes 29 de octubre 2021 en el siguiente horario:

  • 8 a 11 en Panamá, México, Colombia y Perú
  • 9 a 12 en Puerto Rico y Miami
  • 10 a 13 horas en Argentina y Chile
  • 15 a 18 horas en España

Cómo se realizará el evento

El curso se llevará por medio de la plataforma Zoom. Una vez completada tu inscripción recibirás un correo con los datos para acceder al curso el día del evento.

Inscripción

Este entrenamiento cuesta 35 dólares y al inscribirte tendrás acceso a la clase en vivo en la que podrás interactuar con el docente y hacer todas las preguntas que necesites para mejorar tus habilidades clínicas. También recibirás material en PDF y un certificado de asistencia para que puedas añadir a tu currículum profesional.

¿No puedes acceder el día del evento? No te preocupes. Puedes inscribirte y te enviaremos un enlace para que puedas ver la clase grabada y todo el material para que descargues.

Completa tu inscripción:

Si estás en Argentina (🇦🇷) puedes pagar con pesos vía MercadoPago. Para inscribirte envía un email a [email protected] y te ayudaremos en todo el proceso de inscripción. 

Miembros premium: Los miembros premium de Psyciencia obtienen el 50% de descuento en todos nuestros cursos y webinars. Los miembros recibirán un correo con el código de descuento y también pueden acceder a él por medio del chat en nuestro foro exclusivo en Discord. Si todavía no eres miembro puedes comenzar tu membresía en https://www.psyciencia.com/membresia y también obtendrás el descuento. 

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Biografías

B.F. Skinner: El padre del conductismo operante

  • Laura Ruiz
  • 19/10/2021

Burrhus Frederic Skinner (1904-1990) fue un psicólogo estadounidense, considerado el principal divulgador del conductismo. Sin embargo, no fue pionero de esta corriente, ya que algunos autores relevantes ya habían iniciado sus estudios en este ámbito, como Iván Pavlov con su condicionamiento clásico en animales o John B. Watson con el mismo mecanismo aplicado a los humanos. Por otro lado, además de psicólogo, se le consideró también filósofo social e inventor.

Skinner, que se graduó en la Universidad de Harvard, centró su estudio en el aprendizaje y la conducta observable, que planteaba estudiar sin hacer suposiciones acerca de los procesos internos o inobservables, propios de los psicólogos mentalistas. Planteó un nuevo tipo de condicionamiento: el condicionamiento operante o instrumental. 

En este artículo repasamos brevemente la vida de Skinner, sobre todo a nivel académico y laboral, a través de los datos o hitos más relevantes de su biografía.

Origen y estudios

B.F. Skinner nació el 20 de marzo de 1904 en un pequeño pueblo situado en Pensilvania (EE.UU.), llamado Susquehanna, y falleció en Cambridge (EE.UU.), el 18 de agosto de 1990, a la edad de 86 años. Durante su juventud se planteó vivir de la creatividad, a través de la escritura. Sin embargo, acabó desistiendo al darse cuenta de que no tenía tantas facilidades para ello como en un principio creía.

Apostó entonces por estudiar psicología y empezó sus estudios en la Universidad de Harvard. Pero al llegar a la facultad, se encontró con una psicología que tampoco era lo que él pensaba: poco desarrollada, muy centrada en la experiencia mental interna, con ideas inconexas y teorías muy abstractas sobre la conciencia. Para él, todo esto tenía más que ver con la filosofía que con el estudio científico de la conducta humana.

La influencia de John B. Watson

B.F. Skinner buscaba en realidad llegar a conocer el comportamiento humano más observable y no tan “privado”. Así, se dejó influenciar por Watson, psicólogo conductista que apostaba por una psicología experimental, mucho más científica y alejada del psicoanálisis. 

Pero en aquella época, y en aquella universidad, el método científico no era tan habitual en Psicología.

La influencia de Fred S. Keller

Más adelante conoció al también psicólogo estadounidense Fred S. Keller. A finales de los años ‘20, Keller era una promesa de la psicología conductista en Harvard. Keller convenció a Skinner de que no era imposible hacer de la psicología una ciencia. Poco después, en 1931, ambos se doctoraron.

En ese momento, Skinner continuó sus investigaciones en Harvard como asistente de laboratorio de biología, junto al profesor Crozier y en 1936 empezó a trabajar como profesor en la Universidad de Minnesota. En esta segunda universidad estuvo nueve años.

Su visión de la psicología

Como hemos visto, Skinner, en su desarrollo como profesional, empezó a influenciarse por otras figuras. Una de ellas Watson y su teoría conductista, pero también Pavlov y su teoría de los reflejos condicionados.

A raíz de sus aprendizajes, Skinner empezó a creer en la posibilidad de explicar la conducta del ser humano como un conjunto de respuestas fisiológicas condicionadas por el entorno. Por ello, se entregó al estudio de las posibilidades que ofrecía el control científico de la conducta, a través de técnicas de reforzamiento en animales.

Y así, poco a poco, Skinner se fue convirtiendo en psicólogo conductista, una disciplina aún muy reciente de la época, centrada en estudiar el comportamiento observable del ser humano. Y es que, para Skinner, el concepto de “mente”, o de “conciencia”, se alejaban de su objeto de interés, al resultarle conceptos muy abstractos. Él quería estudiar los mecanismos observables que modifican nuestra respuesta o conducta. Y así fue cuando introdujo el concepto de condicionamiento operante o instrumental que describiremos a continuación.

“Las propuestas e hipótesis de la psicología deben ser comprobadas exclusivamente a través de evidencias objetivas”. -B.F. Skinner.

Aportaciones a la psicología

Uno de los aportes más destacables de Skinner es el del condicionamiento operante o instrumental. Este consiste en un método de aprendizaje que implica la asociación de reforzadores y castigos con una determinada conducta. 

A través de este tipo de aprendizaje, la persona acaba asociando el comportamiento con sus consecuencias (reforzamiento o castigo) y, en función de las mismas, acaba aumentando o disminuyendo la frecuencia de dichas conductas.

Experimentos

Por otro lado, entre los experimentos más célebres de B.F. Skinner encontramos el del adiestramiento de palomas, utiliando la denominada caja de Skinner. 

De hecho, dicha caja aún sigue utilizándose en la actualidad para el condicionamiento de animales. Otro de sus experimentos fue el diseño de un entorno artificial específicamente pensado para los primeros años de vida de las personas.

El primer libro de Skinner

Este famoso psicólogo publicó su primer libro en 1938: El comportamiento de los organismos: Un análisis experimental (The Behavior of Organisms: An Experimental Analysis). Se publicó como un volumen de la colección Century Psychology Series del Copley Publishing Group. 

En este libro Skinner establece los parámetros para definir el análisis experimental del comportamiento y el análisis de la conducta. El libro fue revisado 1 año más tarde, en 1939, por Ernest R. Hilgard. 

Es importante también mencionar el hecho de que el conductismo de Skinner llegó a considerarse radical y que levantó abundante polémica en su país. Llegó a alcanzar una fama notable con la publicación de la novela Walden Dos, en 1948; en ella especulaba sobre una sociedad futura totalmente programada con técnicas de ingeniería de la conducta o de modificación de conducta.

Además, en su ensayo Más allá de la libertad y la dignidad (1971), Skinner defendió que tales conceptos (los de libertad y dignidad) resultaban en último término perniciosos para la sociedad. Agregó en dicho ensayo que la única manera de alcanzar una convivencia óptima era aplicando unas técnicas adecuadas en el diseño de la conducta de sus miembros.

El legado de Skinner

Conferencia de B.F Skinner en la convención anual de la apa (1990)

Skinner falleció el 18 de agosto de 1990, como consecuencia de una leucemia, a la edad de 86 años. Estuvo trabajando hasta la misma semana de su muerte. Su legado sigue aún hoy vigente, un legado que permitió a la psicología que hoy conocemos empezar a consolidarse como una verdadera disciplina científica. 

Podemos decir incluso que sus aportaciones han influido en la psicología cognitiva actual y en el surgimiento de las terapias cognitivo conductuales. Por otro lado, es importante remarcar que Skinner también arrojó información útil sobre procesos de aprendizaje basados en la asociación, a través de sus experimentos y de su postulado sobre el condicionamiento operante.

Aunque Skinner también generó polémica, se dice que era una persona minuciosa y dedicada a su trabajo, que buscaba sobre todo generar un conocimiento empírico y científico de la psicología. 

Su recuerdo sigue aún vigente y permanece en las influencias que tuvieron sus teorías e investigaciones en la psicología actual, donde el conductismo sigue teniendo un papel muy relevante dentro de las orientaciones terapéuticas.

Referencias:

  • Farré Martí J. (2005). Diccionario de Psicología. Barcelona: Editorial Océano.
  • Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografía de B. F. Skinner. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/skinner.htm el 15 de octubre de 2021.
  • Ferrater Mora J. (1979). Diccionario de Filosofía. Madrid: Alianza Editorial.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La forma en que los bebés inspeccionan objetos con la vista puede indicar un posterior diagnóstico de autismo

  • Maria Fernanda Alonso
  • 19/10/2021

Investigadores encontraron que inspeccionar con la vista de manera inusual los objetos a la edad de 9 meses (o más), es predictivo de un posterior diagnóstico de un trastorno del espectro autista (TEA) (Miller et al., 2021).

A nivel mundial, aproximadamente 1 de cada 160 niños tiene TEA (Elsabbagh et al., 2012). Y el riesgo de un diagnóstico de autismo es más elevado para los hermanos menores de niños con autismo, el cual presenta una tasa de aproximadamente uno de cada cinco.

Por qué es importante

El diagnóstico y tratamiento tempranos de los trastornos del espectro autista son fundamentales para acompañar con el desarrollo de las habilidades de lenguaje y sociales que necesitan mayor apoyo en estas condiciones. 

Los hallazgos del presente estudio respaldan las principales teorías del autismo que plantean la hipótesis de que la concentración excesiva de los bebés en los objetos podría ser a expensas de su interés en las personas. En última instancia, el estudio sugiere que la inspección visual inusual de los objetos puede preceder al desarrollo de los síntomas sociales característicos del TEA.

Qué metodología usaron

Fueron evaluados 89 bebés cuyos hermanos mayores tienen TEA (grupo de alto riesgo) y 58 bebés con hermanos con desarrollo típico (grupo de bajo riesgo). Los bebés completaron una tarea diseñada para medir una variedad de diferentes formas de jugar y usar objetos a los 9, 12, 15, 18, 24 y 36 meses de edad.

Los investigadores calificaron el comportamiento de participación social de cada bebé después de cada sesión de evaluación. Midieron la frecuencia del contacto visual del bebé, la frecuencia de sonreír a otras personas y la capacidad de respuesta social en general.

También contaron la cantidad de veces que el bebé participó en conductas inusuales de inspección visual, giro y rotación con los objetos. 

La inspección visual inusual fue definida por conductas como mirar por el rabillo de los ojos, sostener un objeto muy cerca de la cara, mirar algo con un ojo cerrado, o mirar un objeto de manera fija e ininterrumpida durante más de 10 segundos. Girar se definió como dejar caer, lanzar o manipular un objeto para hacerlo girar o tambalearse. El comportamiento de rotación indicaba rotar, voltear o dar vuelta el objeto al menos dos veces.

A los 36 meses, los bebés se clasificaron en uno de tres grupos: “de bajo riesgo, sin TEA” (58 niños), “de alto riesgo, sin TEA” (72 niños) y “diagnosticados con TEA” (17 niños).

Qué encontraron

El estudio encontró que las diferencias en la inspección visual inusual eran más prominentes, consistentes y se presentaban más temprano en la vida en los bebés que desarrollaron TEA. A los 9 meses, el grupo con TEA se involucró en este comportamiento con más frecuencia que los otros dos grupos y el comportamiento continuó a tasas más altas en todas las edades.

Las diferencias en las frecuencias de giro y rotación aparecieron más tarde, estuvieron más limitadas en el tiempo y se relacionaron con el riesgo familiar de TEA en lugar del diagnóstico de autismo del bebé.

Según los autores, un mayor enfoque en los objetos temprano en la vida puede tener efectos en cascada perjudiciales sobre el comportamiento social. Los hallazgos del estudio señalan que la exploración visual inusual de objetos puede ser una valiosa adición a las herramientas de diagnóstico y detección temprana para el TEA.

Referencias: 

  • Elsabbagh, M., Divan, G., Koh, Y. J., Kim, Y. S., Kauchali, S., Marcín, C., Montiel-Nava, C., Patel, V., Paula, C. S., Wang, C., Yasamy, M. T., & Fombonne, E. (2012). Global prevalence of autism and other pervasive developmental disorders. Autism research : official journal of the International Society for Autism Research, 5(3), 160–179. https://doi.org/10.1002/aur.239
  • Miller, M., Sun, S., Iosif, A. M., Young, G. S., Belding, A., Tubbs, A., Ozonoff S. Repetitive behavior with objects in infants developing autism predicts diagnosis and later social behavior as early as 9 months.. Journal of Abnormal Psychology, 2021; 130 (6): 665 DOI: 10.1037/abn0000692

Fuente: Science Daily

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Sponsor

ABA en casa: una completa propuesta de entrenamiento en análisis conductual aplicado

  • David Aparicio
  • 18/10/2021

¿Trabajas con niños en el espectro o te estás iniciando en análisis aplicado del comportamiento? ¿Te encontrás con pacientes a los que no sabes como ayudar? ¿Quieres continuar formándote pero no hay cursos en tu país? ¿Te gustaría certificarte como analista de conducta por la IBAO o el BACB pero no sabés cómo ni para que te sirve esta certificación? ¡ABA en casa te puede asesorar en todos estos temas y más!

¿Qué es ABA en casa?

ABA en casa es una plataforma creada por Eliana E. Pozzi MS, BCBA, LBA, IBA con el fin de hacer accesibles servicios de formación continua, como ser capacitaciones, asesorías y supervisiones, a profesionales hispanohablantes en todo el mundo.

Servicios online de ABA en casa

En ABA en casa te ofrece una gama de servicios para profesionales con y sin conocimientos en análisis del comportamiento:

  • Talleres y cursos online en temáticas de introducción a ABA, conducta verbal, intervenciones para conductas inadecuadas, adquisición de habilidades, prevención de problemas de conducta, herramientas de evaluación y programación (VB-MAPP), diseño de programas conductuales, curso de formación para RBT e IBT, plan de intervención conductual, toma de datos y gráfico de resultados, entre otros. Nuestros talleres son sincrónicos y asincrónicos.
  • Asesorías y supervisiones para profesionales que se encuentren con pacientes o conductas que no saben como abordar o ante las cuales no han dado con la intervención correcta. Te proporcionan un plan de intervención por escrito para que puedas aplicarlo con tu paciente.
  • Supervisiones para aspirantes a certificaciones internacionales como ser BCBA, BCaBA, IBA, RBT e IBT. Contamos con un currículo de supervisión diseñado para ahondar en tus intereses como futuro analista de conducta y para que puedas obtener el máximo de horas de práctica que te propongas, con encuentros tanto de supervisión individual como grupal, y acceso a descuentos en nuestros cursos y talleres.
  • Tutorías de estudios para profesionales que estén cercanos a rendir su examen de certificación para BCBA, BCaBA, IBA, IBT o RBT
  • Materiales descargables para utilizar con tus pacientes, ayudas visuales, tableros de fichas, documentos de hojas de datos, paquetes de estímulos para la administración el VB-MAPP, historias sociales, ¡y más!
  • Orientación a padres: ofrecen capacitaciones personalizadas e individualizadas para los padres de los pacientes con los que estes trabajando desde un abordaje analítico conductual para que puedan aplicar en casa las mismas intervenciones que vos aplicas en la terapia.

Si quieres más información visita la sección de servicios profesionales de ABA en Casa, y solo durante el mes de OCTUBRE puedes acceder a un descuento exclusivo en cualquiera de sus servicios y materiales: ingresa el código PSYCIENCIA al momento de realizar el pago online y tendrás 20% off.

(Residentes de Argentina pueden escribir a [email protected] para obtener los datos de la cuenta bancaria en Argentina para realizar el pago en pesos argentinos y no incurrir en recargos por pago online al exterior)

¿Quién es la fundadora de ABA en casa?

Todos nuestros servicios son dictados por la fundadora de ABA en casa, quién se ha formado en Análisis del Comportamiento en Dubai, España y EE.UU., lugar donde se encuentra radicada en la actualidad y donde se ha certificado como analista del comportamiento (BCBA) tanto por el prestigioso board de analistas de conducta de EE.UU., el Behavior Analyst Certification Board (BACB) como por la Organización Internacional de Analistas del Comportamiento (IBAO). Eliana es también miembro del Board de Profesionales del IBAO representando a Latinoamérica y cuenta con años de experiencia trabajando con niños en el espectro autista de entre 2 y 12 años.

Si quieres leer más sobre la formación y experiencia de su fundadora puedes acceder a su curriculum vitae (versión abreviada) aquí.

Agradecemos a ABA en casa, nuestro sponsor exclusivo de la semana.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los dominios de la ciencia del análisis de conducta

  • Alejandra Alonso
  • 15/10/2021
photo of golden cogwheel on black background

Los autores de este libro definen al análisis de conducta aplicado como la ciencia en la que las tácticas derivadas de los principios de conducta se aplican de manera sistemática con el objetivo de mejorar conductas socialmente relevantes. Además se utiliza la experimentación para identificar las variables responsables del cambio en la conducta.

La definición puede dividirse en seis partes:

  1. Es una ciencia, es decir que sus valores y métodos se alinean con los de las investigaciones científicas.
  2. Todos los procedimientos utilizados se describen de manera tecnológica y sistemática.
  3. Se limita solo a tácticas que se deriven conceptualmente de los principios básicos de conducta.
  4. Se enfoca en comportamientos socialmente significativos.
  5. Sus objetivos más importantes son la comprensión (5) y la mejora (6).

Dominios interrelacionados

La ciencia del análisis de la conducta tiene cuatro dominios que están interrelacionados. Es común que un analista de conducta trabaje en múltiples dominios.

Aunque cada dominio puede ser definido y practicado por separado, ninguno es completamente independiente del desarrollo de los otros, ni puede estar desinformado con respecto a los otros.

Conductismo radical

Es el dominio filosófico del análisis de la conducta. Su función es ocuparse de cuestiones teóricas y conceptuales. Un ejemplo es la exploración del interjuego de la práctica conductual y cultural que realizó Glenn en 2004.

Análisis experimental de la conducta

Es la rama de investigación básica. Dichos estudios consisten en experimentar tanto con humanos como con animales, en laboratorios. Su objetivo es descubrir, extender y clarificar principios fundamentales de la conducta. Por ejemplo, el trabajo de Mazur y Fantino (2014) sobre tomar decisiones.

Análisis de Conducta Aplicado (ABA)

En este dominio se realizan experimentos para descubrir y clarificar relaciones funcionales entre conductas socialmente relevantes y las variables que las controlan. Con estos experimentos se contribuye a desarrollar tecnologías de cambio de conducta más humanas y efectivas. Como ejemplo, podemos nombrar la investigación de Romanowich y Lamb (2015) sobre los efectos de varios horarios de reforzamiento en la abstinencia de fumadores.

Analista conductual

La realización de servicios profesionales es el último dominio. Los analistas conductuales diseñan, implementan y evalúan los programas de cambio de conducta que consisten en tácticas de cambio de conducta que se derivan de los principios fundamentales del comportamiento descubiertos por investigaciones básicas y experimentales.

Una ciencia es constante desarrollo y con mucho potencial

El conocimiento con el que cuenta ABA sobre cómo funciona la conducta está incompleto. Incluso está incompleto en relación a los principio básicos y la tecnología derivada de ellos. Sin embargo, la investigación y práctica en análisis de conducta aplicado ha mejorado el desempeño humano y la calidad de vida de los participantes en una amplia gama de áreas.

Heward y Critchfield (2019) realizaron una lista con más de 230 temas diferentes donde se ha utilizado el análisis de conducta aplicado para mejorar distintas problemáticas. Algunos temas probablemente ya te los imagines (TEA, TDAH, trastornos del aprendizaje), mientras que otros pueden sorprender. A continuación te comparto algunos:

  1. Seguridad en aviación
  2. Basketball
  3. Rechazo de ir a la cama
  4. Bruxismo
  5. Prevención del cáncer
  6. Adicción a drogas
  7. Demencia
  8. Miedo a procedimientos dentales
  9. Dolores de cabeza
  10. Incontinencia
  11. Pérdida de peso
  12. Vandalismo

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis

Un abordaje contextual de la felicidad

  • Fabián Maero
  • 13/10/2021

En la enseñanza de la psicología el análisis de la conducta, o mejor digamos el conductismo en general, suele presentarse como un modelo cuya utilidad, en el mejor de los casos, está confinada a territorios bastante modestos, como si fuera apenas un poco más que un método para penetrar en la vida y obra de palomas y ratones, mientras que el examen de los fenómenos psicológicos más complejos e interesantes se reservaría para otras teorías y abordajes.

Esa actitud siempre me ha parecido un desperdicio. El abordaje conductual entraña ante todo una forma bastante única de observar los eventos psicológicos, diferente a la que ofrecen el resto de los abordajes en psicología. Tanto es así que el nombre por el cual comúnmente se lo conoce (conductismo), designa en rigor de verdad no a la ciencia de la conducta sino a la filosofía que subyace a esa ciencia. Esto es, no es mera experimentación ni aplicaciones, sino que se trata de una forma general de interrogar a las cosas.

El conductismo me resulta un andamio extremadamente eficaz para pensar. Esto se debe en parte a que desde su concepción se ocupó no solo de su objeto de estudio, sino de manera muy explícita de las herramientas conceptuales a usar para ese estudio: el lenguaje a usar, la función de los términos psicológicos, los objetivos del análisis, la actividad de quienes realizan la investigación, el papel del entorno social y cultural, y un interminable etcétera. El conductismo en sí no proporciona respuestas, sino que nos guía para formular buenas preguntas.

Por supuesto, un aparato conceptual tan sofisticado tienta a hacer mal uso de él. Y, dado que si hay algo que no puedo resistir es la tentación, eso es exactamente lo que haré hoy.

El conductismo en sí no proporciona respuestas, sino que nos guía para formular buenas preguntas

En particular, hoy querría pensar un poco sobre la felicidad, abordándola desprolijamente desde una perspectiva conductual. Ya saben, para mejor entender esta sensación constante de celebración con la que nos confronta la situación global actual (pandemia, desastre climático, desigualdad sin precedentes, tik-tok, etc.).

Hechas estas aclaraciones iniciales, intentemos una perspectiva contextual sobre la felicidad.

De términos y definiciones

Es necesaria una aclaración preliminar: no me interesa intentar una definición lingüística ni etimológica de la felicidad, no me interesa definir lo que la felicidad sea, sino más bien considerar cuándo es que hablamos de felicidad. No quiero intentar una definición de la felicidad al estilo “para mí la felicidad es X” (no estamos, después de todo, posteando frases motivacionales en redes sociales sino tratando de pensar, actividades bastante excluyentes por cierto).

Esto quizá requiera alguna explicación. Para el conductismo radical definir un término no consiste en definir la cosa a la cual se refiere, sino en describir las circunstancias bajo las cuales el término es utilizado. Emitir un término es ante todo una actividad, una instancia de conducta verbal, que puede ser abordada como el resto de las conductas: señalando el contexto del cual esa conducta es función.

En otro artículo lo he abordado más extensamente, aquí bastará con repetir este fragmento del conocido artículo El análisis operacional de los términos psicológicos de Skinner:

Al lidiar con términos, conceptos, constructos y demás, se gana una ventaja considerable si se los aborda en la forma en que son observados –literalmente, como respuestas verbales. En ese caso no hay peligro en incluir en el concepto aquel aspecto o parte de la naturaleza que incluye. (…). El sentido, los contenidos y las referencias se encuentran entre los determinantes, y no entre las propiedades de la respuesta. La pregunta “¿qué es la longitud?” podría ser satisfactoriamente contestada por medio de listar las circunstancias bajo las cuales la respuesta “longitud” es emitida. (pp. 272).

Por lo tanto si quisiéramos definir a la ansiedad, por ejemplo, nuestra definición no consistirá en definir qué es, sino en señalar las circunstancias, históricas y actuales, en las cuales las personas dicen estar ansiosas.

De la misma manera, al preguntarnos sobre la felicidad no estaremos buscando una definición de lo que la felicidad sea (si existe o no como algo en el mundo será algo sobre lo cual nada podría decir), sino considerando las circunstancias en las cuales utilizamos ese término, es decir, los contextos en los que se emite esa conducta verbal específica, señalando las circunstancias, históricas y actuales, en las cuales se habla de felicidad.

Este giro aparentemente menor en la forma de abordar las definiciones es lo que posibilita el análisis de términos psicológicos complejos sin correr el riesgo de reificar el objeto de análisis. Formulemos la pregunta desde esa perspectiva entonces, y veremos por dónde nos lleva.

Felizmente conductual

Señalemos para empezar que “felicidad” es un concepto precientífico, un término que tiene cientos de años de historia y múltiples sentidos. No es un término técnico sino uno de uso común, y por tanto impreciso y equívoco, imponerle una definición sería tan fructífero como intentar embolsar el viento.

Como mencioné, no me interesa definir lo que la felicidad sea, sino examinar las circunstancias habituales en las que se usa el término en nuestros días. Una primera aproximación nos permite notar que en el lenguaje cotidiano solemos hablar de felicidad en tres sentidos. En primer lugar, se habla de felicidad como sinónimo de buena suerte o éxito en algún objetivo –es por este sentido que la pócima que proporciona buena suerte en las historias de Harry Potter se llama Félix Felicis. Este uso, que ya de por sí es infrecuente, es más bien un sinónimo de “éxito”, por lo cual podemos ignorarlo aquí. En segundo lugar, felicidad se utiliza para designar a una vida virtuosa o vivida de acuerdo a ciertos preceptos éticos y morales, un uso más cercano al ideal griego de eudaimonía. Este sentido, un poco más antiguo, también es bastante infrecuente hoy en el lenguaje cotidiano. En tercer lugar, se utiliza para designar un sentimiento placentero o de bienestar en alguna circunstancia favorable, como cuando decimos que nos sentimos felices de estar en cierta situación o con cierta persona. Este último sentido es probablemente el más habitual hoy en el lenguaje cotidiano.

Por supuesto la literatura conductual también se ha ocupado, aunque de manera algo lateral, de la felicidad. El uso más frecuente del término “felicidad” que podemos encontrar en la literatura conductual es más cercano a este tercer sentido, la felicidad como un sentimiento positivo o placentero. Por ejemplo Skinner, en Sobre el conductismo escribe que “La felicidad es un sentimiento, un subproducto del reforzamiento operante. Las cosas que nos hacen felices son las cosas que nos refuerzan”.

Es decir, la felicidad sería la experiencia emocional que acompaña a ciertas instancias de reforzamiento positivo. Sin embargo, este uso del término, que se repite con cierta frecuencia en la literatura, me resulta un tanto insatisfactorio desde una óptica puramente conductual y querría explicar por qué.

En primer lugar, esta definición, la felicidad como sentimiento, está más cercana a un abordaje topográfico que funcional de la conducta. En caso de que necesiten una aclaración, un análisis topográfico es el que describe la forma de una conducta, sus características, mientras que un análisis funcional es aquel que especifica su función, a través de describir las relaciones entre conducta y contexto y es el que nos permite atisbar las causas de dicha conducta. En un análisis topográfico de la acción de beber agua podríamos decir que la conducta consistió en ingerir medio litro de agua en veinte segundos, por ejemplo. Un análisis funcional, en cambio, señalaría las circunstancias sucedió, o mejor dicho el contexto de esa acción, sus antecedentes y consecuencias. Eso nos permitiría saber si, por ejemplo, el vaso de agua fue ingerido para apagar el fuego de un chile habanero, si se usó para lavar la boca antes de cambiar de vino en una cata, o para mejor ingerir una pastilla difícil de tragar. En líneas generales, nos suele interesar más la función que la forma de una conducta.

Ahora bien, la definición skinnereana sobre la felicidad es más bien pobre desde un punto de vista funcional, ya que se limita a señalarla como resultado del reforzamiento positivo de alguna conducta, pero es fácil señalar instancias de reforzamiento positivo en las cuales difícilmente hablaríamos de felicidad –que se encienda la luz de la habitación cuando presiono el interruptor no parece algo que habitualmente asociaríamos con felicidad, salvo en situaciones muy excepcionales. En Más allá de la libertad y la dignidad, Skinner amplía y señala que la felicidad se refiere a los reforzadores que tienen valor de supervivencia, pero esto no soluciona el problema que acabamos de señalar, por lo cual la aclaración nos sabe a poco. E incluso como aproximación topográfica la idea de la felicidad como sentimiento resulta insatisfactoria, ya que no se especifica claramente en qué consiste ese sentimiento, sus cualidades, ni cómo diferenciarlo de otros sentimientos.

Sin embargo, aunque no constituya una buena definición es un buen punto de partida, ya que efectivamente las personas suelen hablar de felicidad involucrando sentimientos placenteros en situaciones que involucran reforzamiento positivo. Lo que podemos hacer es intentar especificar un poco más la clase de contextos de los cuales esos sentimientos son función, para así diferenciarlos de otros contextos que ocasionan otros sentimientos placenteros que llamamos de otras maneras.

William Baum, en la tercera edición de Understanding Behaviorism mantiene la idea de la felicidad como un sentimiento, pero señala un par de aspectos muy interesantes. Baum señala dos aspectos del contexto que serían esenciales para hablar de felicidad: estar libre de consecuencias aversivas y tener la posibilidad de realizar elecciones que sean reforzadas positivamente.

Éste es un abordaje más prometedor del concepto, al menos desde un punto de vista conductual, ya que no solo se refiere a un sentimiento positivo, sino que también indica bajo qué condiciones contextuales hablamos de felicidad: involucra no estar bajo control aversivo (esto es, no estar bajo coerción ni amenaza), y disponer de libertad de llevar a cabo acciones reforzadas positivamente. Este abordaje es más compatible con una mirada funcional, así que podemos explorar un poco más lo que involucra.

La felicidad como contexto

Como observamos al principio, el término felicidad es más bien equívoco, pero creo que podemos destilar algunas características típicas de las circunstancias en las cuales hablamos de felicidad siguiendo lo propuesto por Baum.

La tesis central podría enunciarse así: hablar de felicidad involucra una situación en la cual no necesitamos ni deseamos que nada se modifique, que nada sea distinto de lo que es. Es una aproximación burda y poco pulida, pero nos puede servir para avanzar, refinándola un poco.

Antes de glosar esa primera aproximación quizá sirva realizar un par de precisiones conceptuales. Una forma de hablar útil con respecto a la conducta es distinguir el control aversivo y el apetitivo. Decimos que una conducta está bajo control aversivo cuando está orientada a eliminar o poner distancia con algún estímulo, lo que básicamente llamamos evitación y escape. Por otra parte, decimos que una conducta está bajo control apetitivo cuando está orientada a aproximarse o a producir algún estímulo. De los estímulos involucrados podemos decir entonces que tienen funciones aversivas o apetitivas, respectivamente. Y podemos hablar de grados en el control aversivo o apetitivo, pudiendo ser más o menos intenso: no es lo mismo remover una piedrita en el zapato que huir de una jauría de cobayos enfurecidos –si bien en ambos casos se trataría de conductas bajo control aversivo, ese control sería menos intenso en el primer caso que en el segundo.

Volvamos entonces: hablamos de felicidad refiriéndonos a una situación en la cual no necesitamos ni deseamos que nada se modifique. En primer lugar, esta definición implica una situación en la cual no haya nada que resolver, eliminar o de lo cual huir. Esto es, se refiere a un contexto en el cual las conductas están libres de control aversivo.

Esto es trivial si bien se mira: sería improbable hablar de felicidad refiriéndonos a una persona que está muriendo de sed en el desierto o recuperándose de una resaca (excepto algunas salvedades que haremos más adelante). En términos conductuales, acordaríamos entonces con Baum en que hablar de felicidad requiere ante todo no estar bajo control aversivo.

Pero esta definición involucra también que en la situación no haya tampoco nada que conseguir, nada hacia lo que dirigirse intensamente. Los momentos de felicidad son aquellos en los cuales nada más es sensiblemente necesario ni deseable más allá de lo inmediatamente disponible. Si en una situación deseamos fuertemente que algo ocurra, es menos probable que hablemos de felicidad, o al menos, hablaríamos de una forma incompleta o menor de felicidad. Diría que soy feliz leyendo un libro y escuchando música si no hay nada que agregaría a esa situación, pero probablemente usaría otros términos para describir mi estado emocional si en ese momento estoy esperando que suceda algo que deseo fuertemente, por ejemplo, esperando que llegue mi cita.

No pareciera tampoco adecuado hablar de felicidad en cualquier instancia en la cual la estemos pasando bien, por ejemplo refiriéndonos a la persona que está participando furiosamente de una orgía o a la adolescente que grita completamente fuera de sí mientras asiste a un recital de su banda de K-Pop favorita (ciertamente es difícil hablar de felicidad en relación con tales bandas). En esos casos tendemos a usar otros términos, generalmente positivos y reservamos el término felicidad para cuando las pasiones se han sosegado un poco.

Hablamos de felicidad refiriéndonos a una situación en la cual no necesitamos ni deseamos que nada se modifique

Si las delimitaciones que he ofrecido son aceptadas, entonces podríamos decirlo así: hablamos de felicidad en un contexto en el cual el control aversivo es nulo y el control apetitivo es débil, o también nulo–ya que un control apetitivo intenso parecería incompatible con el uso habitual del término. Insisto, no estoy diciendo que eso sea la felicidad, solo que parecen las circunstancias más típicas para hablar de ella.

Consideren cualquier instancia de felicidad en su vida y probablemente encuentren ambos factores: por un lado, estar libre de amenaza o daño directo del cual huir y, por otro lado, que en ese momento no haya otra cosa hacia la cual orientarse fuertemente –un contexto en el cual hay bajo o nulo control aversivo y apetitivo.

Solemos hablar de grados de intensidad de felicidad, lo cual pareciera correlacionar con la cercanía con las circunstancias descriptas: cuanto más se parece el contexto actual a ese contexto ideal más probablemente hablamos de felicidad.

Ficciones de la felicidad

Walhalla (1905), por Emil Doepler.

Podemos apreciar que los dos aspectos de esta interpretación están presentes en la mayoría de las representaciones de la felicidad absoluta que han sido tema favorito de las religiones. Cada vez que los seres humanos hemos imaginado la felicidad suprema la hemos representado bajo la forma de una situación en la cual no es necesario ni deseable que nada cambie, una situación en la cual no hay peligros de los que huir ni objetivos que alcanzar.

En el Valhalla nórdico, por ejemplo, los guerreros disfrutan de una eternidad en la cual están presentes sus actividades favoritas: el combate y el festín, sin que esas actividades tengan consecuencias negativas y sin que haya objetivos a alcanzar más que practicar la batalla y el festín: por las noches todas las heridas mágicamente se curan y el suministro de carne para el festín es mágicamente inagotable. Si, en cambio, nos detenemos en la mitología judeocristiana podemos notar una tendencia similar, el perdido Edén, el paraíso terrenal, es un territorio en el cual todas las necesidades están cubiertas y en el cual no es necesario modificar nada: construirse un chalecito en el Edén para una estadía celestial más cómoda sería tarea absurda por innecesaria (de hecho la Caída sucede cuando se introduce un estímulo a evitar, el fruto del Edén).

Además de lugares, las representaciones de la felicidad suelen tomar la forma de estados de existencia o espirituales. Por ejemplo, Santo Tomás, hablando de la vida después de la muerte, señala que los bienaventurados son perfectamente felices en la mera contemplación de la divinidad, un estado en el cual no hay nada que resolver ni nada que alcanzar. De manera similar, en el hinduismo y en el budismo la felicidad absoluta se suele identificar con el Nirvana, un estado en el cual la persona está libre de toda necesidad y todo deseo.

Contradicciones de la felicidad

Podemos notar inmediatamente algunas peculiaridades inherentes a esta idea de la felicidad. En primer lugar, la mayoría de las religiones y tradiciones coinciden en que la felicidad completa es imposible –al menos en este mundo o bajo condiciones normales, ya que la felicidad completa siempre requiere alguna alteración sobrenatural: es necesario estar en alguna suerte de lugar mágico (como en el Edén o Valhalla), o alcanzar algún estado espiritual trascendente (como en la beatitud o el nirvana).

La interpretación conductual que hemos arriesgado nos da una pista de a qué podría deberse esto: en este mundo es imposible concebir un organismo libre de control aversivo y apetitivo de manera sostenida. Por esto es necesario imaginar un mundo o situación de naturaleza radicalmente distinta a la actual para pensar en una felicidad sostenida. Digamos, podemos intuir cuál sería el contexto necesario para la felicidad definitiva, pero también podemos intuir que ese contexto no existe normalmente.

La felicidad así concebida tiene que ser irremediablemente estática: es el estado de un contexto que puede ser interrumpido por cualquier cambio o modificación. Más tarde o más temprano una situación así se ve alterada por alguna necesidad, por algún nuevo deseo, por alguna molestia, o incluso por mero hastío.

Una persona que está desesperada por ser feliz o que tiene terror a dejar de serlo, difícilmente lo sea

Este es uno de los problemas de la felicidad-sentimiento como objetivo de vida o de terapia. Todo contexto, incluyendo aquel al cual nos referimos al hablar de felicidad, es tan dinámico e inestable como la llama de un fósforo. No podríamos jamás asegurar que una persona que dice ser feliz seguirá siéndolo dentro de una hora, un día, un mes, un año. Por ello Montaigne, en sus Ensayos, glosa a Solón afirmando “‘cualquiera que sea la buena fortuna de los hombres, éstos no pueden llamarse dichosos hasta que hayan traspuesto el último día de su vida’, por la variedad e incertidumbre de las cosas humanas, que merced al accidente más ligero cambian del modo más radical”. Un contexto estático es una contradicción en los términos. Es la naturaleza de todo contexto el cambio. Es posible, en principio, alcanzar un estado de bajo control aversivo y apetitivo –lo imposible es sostenerlo indefinidamente.

Pero hay otro obstáculo bastante más serio que se deriva de esta forma de pensar a la felicidad y que podríamos bosquejar así: toda conducta orientada hacia la búsqueda de la felicidad está por definición bajo control apetitivo –pero aquí hemos tentativamente definido a la felicidad como un contexto de bajo o nulo control aversivo y apetitivo. Es decir, la felicidad es incompatible con su búsqueda. El contexto de buscar felicidad (al menos, si la búsqueda es intensa) y el contexto de felicidad son mutuamente excluyentes. Más aún, si la felicidad es un estado a alcanzar, todo aquello que la amenace será algo a evitar, es decir, introducirá un control aversivo que, nuevamente, es incompatible con el contexto que hemos postulado.

Entonces se da la paradoja de que tanto buscar fuertemente la felicidad como intentar retenerla cuando sucede son incompatibles con ella. En términos coloquiales: una persona que está desesperada por ser feliz o que tiene terror a dejar de serlo, difícilmente lo sea.

Este creo que es el problema central con la búsqueda de la felicidad. Es posible experimentar formas relativas de felicidad, pero en cuanto introducimos a la felicidad como objetivo a alcanzar, introducimos control apetitivo y aversivo, lo cual es por definición incompatible con ella. La felicidad no puede ser cabalmente producida, sino que sucede por sí misma.

RFT y la búsqueda de la felicidad

Para los seres humanos verbalmente competentes, la situación es aún más frágil. Traigamos a colación lo que establecen los desarrollos contemporáneos sobre conducta verbal, como por ejemplo los aportes de la teoría de marco relacional (RFT). Uno de sus corolarios es que nuestro repertorio verbal nos permite, a través de las funciones estimulares derivadas, tomar contacto psicológico con eventos que no están presentes y transformar las funciones de los eventos que experimentamos. Dicho en términos coloquiales, podemos imaginar, anticipar, comparar y evaluar.

Pero este repertorio es fatal para la felicidad. Incluso si alcanzáramos un estado temporal de felicidad tenemos la capacidad de preocuparnos por un desenlace negativo que podría suceder en el futuro o porque el estado de felicidad se termine, lo cual introduciría un control aversivo que terminaría con la situación. O podríamos imaginar una situación mejor, compararla con la situación actual e intentar alcanzarla, lo cual introduciría control apetitivo que llevaría al mismo desenlace. Esto arroja nueva luz sobre la expresión de Séneca “el espíritu a quien lo porvenir preocupa es siempre desdichado”.

Todo esto no ha desalentado jamás a las personas de buscar a la felicidad por distintos caminos, y puede resultar interesante examinar la búsqueda un poco más de cerca a la luz de la definición tentativa que he propuesto: un contexto de bajo o nulo control aversivo y apetitivo. La búsqueda de la felicidad es en última instancia la búsqueda de un contexto en el cual ya no estemos bajo control aversivo ni apetitivo, o al menos que ambos sean de baja intensidad.

Ahora bien, para la mayoría de los organismos, este control depende del ambiente: hay control aversivo cuando hay una amenaza, hay control apetitivo cuando hay algo que buscar. Por ello es que con frecuencia adjudicamos felicidad a los animales. Nos parece que un contexto así es posible para un animal: basta con observar nuestras mascotas que gozan, gracias a nosotros, de una relativa ausencia de amenazas y necesidades que saciar. Mi gata Matilda durmiendo al sol, sin nada de lo que protegerse ni nada que conseguir, representa para mí la imagen más acabada de la felicidad.

En cambio, para los seres humanos el control aversivo y el apetitivo no dependen solo de las propiedades directas de los estímulos, sino que están mediados además por el repertorio verbal. Un ser humano que esté en una situación que intrínsecamente está libre de aversivos puede aún estar bajo control aversivo verbalmente mediado. Puedo estar en mi casa, perfectamente cómodo y sin necesidades ni peligros inmediatos, y aun así preocuparme por algo que podría pasar o soñando con alguna meta. El control aversivo y apetitivo para los seres humanos depende mayormente de nuestro repertorio verbal.

De manera que aún cuando el ambiente físico inmediato sea perfectamente compatible con un contexto de felicidad, difícilmente pueda serlo para un ser humano verbalmente competente. He citado varias veces el siguiente pasaje de Wilson en Mindfulness for Two que ilustra bien esta idea: «Los seres humanos no solo sufren. El sufrimiento, para nosotros, es ubicuo -es algo de todo el día, todos los días, y en todos los lugares. Sufrimos haber sufrido en el pasado y sufrimos que podríamos sufrir en el futuro. Sin importar dónde estamos, hay otro lugar que es mejor. Hay un momento anterior al que desearíamos regresar o uno posterior al cual querríamos adelantarnos. Y, si ahora mismo es perfecto, nos preocupamos de que no durará».

Ser feliz, para un ser humano, parece tarea vana.

Los dos caminos

Lo que se acaba de señalar no ha sido obstáculo para que los seres humanos intentemos alcanzar la felicidad, sin embargo.

Podemos distinguir dos grandes vías en las que hemos intentado producir contextos de felicidad. La primera vía es el control del ambiente, la que podríamos llamar la vía ecológica de búsqueda de la felicidad, y que consiste en controlar nuestro ambiente inmediato para reducir el contacto con los estímulos intrínsecamente aversivos y aumentar el contacto con los apetitivos. Cambiar el mundo, digamos.

En esto hemos sido bastante exitosos como especie: en líneas generales nuestras condiciones de vida son bastante más amables que las de cualquier animal salvaje. Esta vía ha resultado bastante eficaz para liberarnos de estímulos que son intrínsecamente aversivos, tales como depredadores, la intemperie, el hambre, enfermedades, etc. Podemos añorar la simpleza de un estilo de vida paleolítico, pero lo cierto es que la mayoría de los seres humanos contemporáneos no tienen que preocuparse por ser devorados por una manada de hienas en su vida cotidiana.

La felicidad no se considera como un sentimiento, o al menos no solo un sentimiento, sino más bien un contexto en el cual el control aversivo es nulo o muy débil y lo mismo con respecto al control apetitivo

Pero aun así es imposible remover completamente el control aversivo. La vida siempre duele, más tarde o más temprano. Como escribe Lucrecio: “Ni al día siguió noche alguna ni a la noche aurora que no escucharan, mezclado con lastimeros vagidos, el llanto, compañero de la muerte y del luto funeral”. En la historia de la humanidad ningún día ha estado ausente de dolor.

Como mencionamos antes, esto es peor aún para los seres humanos y nuestro repertorio verbal, ya que estamos controlados no solo por estímulos que son intrínsecamente aversivos sino también por estímulos que son verbalmente aversivos. De la misma manera, no sólo estamos controlados por estímulos intrínsecamente apetitivos sino por estímulos verbalmente apetitivos. Huimos y buscamos estímulos por sus funciones verbales.

Aquí es donde se vuelve interesante la segunda gran vía, la que podríamos llamar la vía psicológica de la búsqueda de la felicidad: controlar lo aversivo y apetitivo que es establecido por mediación verbal.

Nuestros repertorios verbales son conductas, y en tanto tales son moldeables relativamente. Esto implica que es posible en principio reducir la influencia perniciosa que nuestro repertorio verbal ejerce sobre nosotros. Podemos aprender a reducir la tendencia a compararnos, a juzgar, a perseguir objetivos frívolos, etc. Por esto numerosas tradiciones culturales, filosóficas, y religiosas promueven como cuestión vital central el control de nuestras pasiones y deseos.

Podría decirlo de otra manera. Necesitar o desear algo tiene dos caras: aquello que es necesitado o deseado y la necesidad o deseo en sí como actividad humana. La primera vía que examinamos intenta acceder a la felicidad por medio de conseguir todo lo que necesitamos y deseamos. La segunda vía sugiere que para que ese control apetitivo se debilite, tiene que cesar el deseo. Dicho con un ejemplo: si deseo intensamente tener una nueva cafetera estoy introduciendo un control apetitivo intenso que es incompatible con un contexto de felicidad, por lo cual tengo dos vías para resolver esa tensión: conseguir la cafetera o no desearla en primer lugar. Satisfacer el deseo o abandonarlo.

La segunda vía sostiene que es posible reconocer el control aversivo y apetitivo de origen puramente verbal, y que por diversos caminos podemos aprender a reducir o eliminar su influencia. Este control del repertorio verbal ha aparecido en tradiciones y culturas muy diversas: los epicúreos hablaban de la ataraxia, los estoicos de la apatía, y varias religiones orientales, desde el jainismo al budismo, predican la importancia de alcanzar un estado de desapego con respecto al mundo y los deseos, del cual el nirvana sería el ejemplo más conocido.

La psicoterapia y la felicidad

Creo que llegado este punto podemos recapitular un poco lo expuesto. En lo que hemos visto la felicidad no se considera como un sentimiento, o al menos no solo un sentimiento, sino más bien un contexto en el cual el control aversivo es nulo o muy débil y lo mismo con respecto al control apetitivo. Los sentimientos placenteros serían más bien el resultado de un contexto así, pero no aquello que lo define.

Así descripta, dijimos que es problemático establecer a la felicidad como algo normativo, como algo que las personas deberían de poder alcanzar. Hay varias razones para esto. En primer lugar, por definición se trata de un estado temporario y por tanto fugaz, ya que todo contexto es dinámico por definición. En segundo lugar, es imposible remover definitivamente el control aversivo de la conducta. Por último, buscar con empeño ser feliz es garantía de no serlo, porque introduce un control apetitivo que es incompatible con el contexto que hemos planteado. Desde esta perspectiva, la felicidad es más bien algo a aprovechar cuando llega, pero no algo a lo cual aferrarse.

La felicidad, como estado sostenido y objeto de deseo, es mala idea. Pero desmenuzar el contexto de felicidad nos permite entrever algunos caminos por los cuales algunos de sus elementos pueden ayudarnos a vivir mejor. Creo que, en este sentido, una psicoterapia puede hacer algunos aportes que van por los caminos de las dos vías señaladas.

En primer lugar, puede ayudar a reducir el control aversivo que no es verbalmente mediado. Esto es, puede ayudar a que una persona lleve a cabo acciones que hagan que su vida sea un poco menos hostil, a través de distintas estrategias de resolución de problemas, habilidades interpersonales, activación conductual, etc. Si ayudamos a una persona a conseguir trabajo, a cuidar su salud, limpiar su casa, etc., estamos ayudando a reducir el control aversivo directo, más en la línea de la primera vía que vimos.

En segundo lugar, puede ayudar a reducir el control aversivo que es generado verbalmente. Esto es, por una parte puede ayudar a reducir la influencia de juicios, comparaciones, y creencias que establecen control aversivo y reducir el control aversivo que está relacionado con sentimientos y pensamientos difíciles por medio de aprender a sostenerlos sin defensa. Aceptación, contacto con el presente, self como contexto y defusión son así formas de reducir lo verbalmente aversivo del mundo.

Finalmente, puede ayudar estableciendo un control apetitivo más compatible con el contexto que señalamos, un control apetitivo que no requiera nada fuera de lo inmediatamente disponible. Esto es: orientarse por valores en lugar de metas. Los valores se refieren a las cualidades encarnadas en la acción en curso, por lo cual su satisfacción está siempre orientada al momento presente, a diferencia de las metas cuya satisfacción está necesariamente en el futuro o en el pasado –se trata de algo a lograr o algo ya logrado.

No podemos generar felicidad –pero sí podemos identificar y propiciar algunos elementos del contexto del que depende para mejor vivir.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

Paginación de entradas

Anterior12345Próximo

Apoya a Psyciencia con tu membresía 💞.    

Únete a Psyciencia Pro
  • Inicia sesión
  • Tips para terapeutas
  • Podcast
  • Recursos
  • Webinars
  • Artículos
  • PEDRA, un recurso de 7 tarjetas que te guiará para tener una conversación cuando alguien expresa pensamientos de suicidio
  • Los perros y los gatos pueden sufrir demencia
  • Vínculo fuerte entre TDAH y acumulación compulsiva
  • Comportamientos para una relación saludable (hoja de trabajo)
  • puzzled woman with pen studying in room
    Cómo reaccionar cuando un paciente busca la tranquilidad excesiva
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.