Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por mes

febrero 2022

50 Publicaciones
  • Artículos Recomendados de la Web

Un hombre se cortó el pene en un brote de psicosis inducido por el cannabis

  • David Aparicio
  • 02/02/2022
close up photo of kush on glass container

Ed Cara describe en Gizmodo un caso médico causado por una psicosis inducida por cannabis:

Una tarde fumando de un hombre en Tailandia salió desastrosamente mal, según sus médicos. En un nuevo informe de caso médico, lo describen cómo que “se amputó por completo el pene” con unas tijeras, aparentemente debido a un raro episodio de psicosis inducida por el cannabis. Aunque los síntomas delirantes del hombre desaparecieron después de ser admitido en el hospital y sus heridas fueron tratadas, los médicos no pudieron volver a colocar el pene perdido.

La extraña lesión se detalló en un artículo publicado en el Journal of Medical Case Reports por médicos de la Universidad de Chiang Mai en Tailandia.

Según el informe, el hombre de 23 años había sido un consumidor habitual de cannabis durante los últimos dos años, pero había dejado de hacerlo durante los tres meses anteriores. Después volvió a su hábito fumando el equivalente a dos gramos de cannabis, explica el artículo. Dos horas más tarde, comenzó a experimentar una erección no deseada, junto con un dolor agudo severo y persistente en su pene; también informó que su glande (la punta del pene) le parecía “distorsionado”. En un intento por detener el dolor, decidió tomar unas tijeras y “recortar la piel del pene varias veces”. Eventualmente, cortó su pene por completo, dejando un muñón de unos 2,5 centímetros de largo.

Lee el artículo completo en Gizmodo.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

¿Qué puedo hacer si estoy teniendo una crisis?

  • David Aparicio
  • 02/02/2022

Las habilidades TIP forman parte del repertorio de recursos de la terapia dialéctica conductual (DBT) para ayudar a las personas a tolerar las crisis sin empeorar la situación. En el entrenamiento de habilidades o en la terapia individual, los consultantes aprenden a utilizar estos recursos, pero en los momentos difíciles es fácil de olvidar qué hay que hacer. Así que les comparto este maravillo recurso preparado por el psicólogo Eden Medina y diseñado por la ilustradora Lau Creativa.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El uso problemático de TikTok podría empeorar síntomas de depresión, ansiedad y angustia

  • Maria Fernanda Alonso
  • 02/02/2022

Un estudio reciente encontró que los adolescentes que usaban y mostraban tendencias adictivas hacia la plataforma TikTok, presentaron una capacidad de memoria de trabajo reducida que en parte se debía al aumento de la depresión y la ansiedad. Los hallazgos sugieren que el uso problemático de los teléfonos inteligentes puede debilitar la memoria de trabajo (Sha & Dong, 2021).

Muchos estudios han sugerido que la depresión y la ansiedad pueden afectar la capacidad de la memoria de trabajo. Con esta base, el equipo de investigación quiso averiguar si tal déficit podría estar relacionado al aumento de las tasas de depresión y ansiedad entre los usuarios de las redes sociales.

Qué metodología usaron

Los investigadores centraron su estudio en el uso problemático de TikTok, un sitio de redes sociales de propiedad china que tiene 1500 millones de usuarios en todo el mundo. TikTok permite a los usuarios compartir y ver videos cortos en sus teléfonos inteligentes. La mayoría de los usuarios son adolescentes.

El equipo distribuyó un cuestionario entre 3.036 estudiantes de secundaria en China que dijeron que usan regularmente TikTok. Los estudiantes completaron una versión adaptada de la Escala de Adicción a Teléfonos Inteligentes, versión corta que reemplazó la palabra «teléfono inteligente» con «TikTok». Esto se usó como una medida del trastorno por uso de TikTok y abordó factores como la interferencia con la vida diaria y la abstinencia. Los estudiantes también completaron medidas de depresión, ansiedad y estrés.

Posteriormente completaron pruebas de extensión de dígitos hacia adelante y hacia atrás para evaluar la memoria de trabajo verbal. Estas herramientas midieron la capacidad de los estudiantes para recordar secuencias numéricas que se les presentaron en una pantalla y repetirlas en el mismo orden o en orden inverso.

Qué encontraron

En toda la muestra, los estudiantes con puntajes más altos para el trastorno por uso de TikTok se desempeñaron peor en las pruebas de extensión de dígitos hacia adelante y hacia atrás, lo que sugiere una capacidad de memoria de trabajo reducida entre aquellos con tendencias adictivas hacia TikTok. Estos estudiantes también tenían puntuaciones más altas en depresión, ansiedad y estrés.

Como supusieron los investigadores, la depresión, la ansiedad y el estrés parecían explicar, al menos en parte, por qué el uso problemático de TikTok estaba relacionado con una memoria de trabajo más pobre. La depresión y la ansiedad mediaron parcialmente el efecto entre el trastorno por uso de TikTok y la capacidad de memoria de extensión de dígitos hacia adelante. La depresión, la ansiedad y el estrés mediaron parcialmente el efecto entre el trastorno por uso de TikTok y la capacidad de memoria de extensión de dígitos hacia atrás.

Cuando los investigadores analizaron los resultados por separado para hombres y mujeres, surgieron diferencias de género. Solo entre los estudiantes varones, el estrés no se asoció significativamente con las puntuaciones en la prueba de extensión de dígitos hacia atrás. Luego, aunque las estudiantes femeninas tenían puntajes más altos para el trastorno por uso de TikTok, los estudiantes masculinos tenían puntajes más altos de depresión, ansiedad y estrés y menor capacidad de memoria de trabajo. Los autores del estudio dicen que no está claro si la capacidad de memoria reducida observada entre los estudiantes varones se debió a sus niveles más altos de angustia mental.

También señalan que su estudio no fue representativo de todos los adolescentes chinos y que se necesitarán estudios futuros para generalizar los hallazgos. La investigación longitudinal arrojaría luz sobre la relación entre la salud mental, el trastorno por uso de TikTok  y la pérdida de memoria a lo largo del tiempo.

Referencia: Sha, P., & Dong, X. (2021). Research on Adolescents Regarding the Indirect Effect of Depression, Anxiety, and Stress between TikTok Use Disorder and Memory Loss. International Journal of Environmental Research and Public Health, 18(16). https://doi.org/10.3390/ijerph18168820

Fuente: Psypost

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Mucho más que Freud: Todas las escuelas de la psicología

  • David Aparicio
  • 02/02/2022

Solemos usar “psicología” y “psicoanálisis” como sinónimos, pero en realidad existen muchas escuelas y variantes, algunas de las cuales no dejan de ganar popularidad. ¿Qué es el conductismo? ¿Y la terapia cognitiva?

Un breve video para explicar que el psicoanálisis no es sinónimo de la psicología y que nuestra ciencia ha crecido y desarrollado diferentes modelos, alguno con más evidencia que otros, para explicar la conducta de las personas.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Biografías

Elizabeth Loftus: la psicóloga que demostró que la memoria puede ser distorsionada al momento de intentar recordar eventos traumáticos

  • Laura Ruiz
  • 02/02/2022

Los procesos mnémicos, es decir, la memoria, han sido el centro de las investigaciones de un gran número de científicos. Entre ellos destaca un nombre: Elizabeth Loftus, una destacada psicóloga que ha dedicado una importante parte de su vida al estudio y comprensión de la memoria, convirtiéndose en un referente en la materia. 

“La memoria funciona como una página de Wikipedia: puedes entrar allí y cambiarla, pero también otras personas pueden.”, Elizabeth Loftus.

Vida personal 

Nacida en Los Ángeles, California el 16 de octubre de 1944, Elizabeth Loftus nació del matrimonio entre Rebecca y Sidney Fishman. A una temprana edad vivió un evento traumático que despertaría su interés a la hora de tratar de comprender el funcionamiento de la memoria.

Cuando tenía tan solo 14 años, su madre murió ahogada. Un evento que marcaría su vida, no solo por la pérdida inesperada, sino por ser el impulso necesario para plantearse interrogantes que la llevaron a investigar cómo funciona el proceso de la memoria y que tan confiables pueden ser los recuerdos.  

Sus recuerdo acerca de la muerte de su madre eran muy pocos, parecía haberlo reprimido, hasta que en una fiesta familiar alguien le comentó que ella había sido la primera en ver el cadáver de su madre y es entonces cuando comenzaron a llegar recuerdos a su mente.

“En la vida real, así como en los experimentos, la gente puede llegar a creer cosas que nunca sucedieron.”, Elizabeth Loftus.

Sin embargo, esto fue desmentido por otro familiar, su tía, quien fue la primera en verla. Entonces Elizabeth Loftus se sintió muy contrariada al darse cuenta que la historia que ella creía recordar como real, no era cierta y se cuestionó si las personas recordaban realmente lo vivido.  

Estudios

En 1966, Loftus se licenció en psicología y en matemáticas en la Universidad de Los Ángeles, continuando sus estudios de doctorado en la Universidad de Stanford. En los años 80 comenzó su trabajo con la memoria, estudiando casos de menores víctimas de abuso.

Se enfocó en estudiar los recuerdos de situaciones traumáticas y como estos emergen al consciente luego de ser reprimidos. Un interesante estudio de la memoria a largo plazo. 

Elizabeth Loftus ha creado una base importante para el estudio de la memoria en testigos (Sampedro-Galera 2017), lo que ha ampliado el panorama acerca de la fiabilidad de los recuerdos de las personas acerca de determinados sucesos que aún hoy en día siguen teniendo gran relevancia. 

Investigaciones

Las investigaciones de Loftus han servido de base para estudiar las implicaciones mnémicas en muchos casos, no solo en lo relacionado con el ámbito legal, sino también, en procesos relacionados con la respuesta a traumas y su incidencia en trastornos mentales como la disociación y el trastorno por estrés postraumático (Cazabat, 2003).

Es preciso tener en cuenta que para el momento de la realización de sus estudios, la psicología cognitiva comenzaba apenas a comprender el funcionamiento del cerebro, siendo la memoria uno de los grandes enigmas. 

Pero esto no detuvo a Elizabeth Loftus. Con gran determinación se propuso comprender los procesos mnémicos, explicando que la memoria no es infalible, que los recuerdos se pueden distorsionar y que incluso es posible introducir falsos recuerdos y que la persona asegure haberlo vivido. 

Los estudios acerca de la memoria de los testigos, no se tratan de algo novedoso, pues antes de Loftus, investigadores como Catell (1895) realizaron experimentos a fin de demostrar que no todos los testigos son confiables en sus declaraciones. Esto debido a que la memoria no es algo infalible. 

Pero, gracias a su trabajo, se ha convertido en un referente del campo de la memoria y una experta en el área, sirviendo como perito de investigaciones forenses.

Su principal enfoque ha sido la comprensión del proceso de almacenamiento de la memoria a largo plazo, comprendiendo la semántica de la organización de los recuerdos, principalmente aquellos que han sido reprimidos por experiencias traumáticas.

La memoria

Para Elizabeth Loftus la memoria es un proceso mental bastante complejo, que requiere de una comprensión y un estudio mucho más profundos de lo que algunos pueden pensar.

Al ser un tema de interés para ella, Loftus comenzó a estudiar de manera empírica los procesos de almacenamiento de memoria a largo plazo, tomando como fuente varios casos legales. Analizó los testimonios teniendo como premisa la información engañosa que se podía presentar.  

La memoria puede distorsionarse

Sus estudios evidenciaron que la memoria puede verse distorsionada al momento de intentar recordar eventos traumáticos, llegando a integrar falsos recuerdos que la persona puede llegar a creer reales. Este fenómeno se presenta especialmente en casos en los que se han presentado abusos sexuales. 

Según Elizabeth Loftus el sistema judicial debería tomar el mismo nivel de interés en preservar las evidencias mnémicas que las físicas. Para ella, los testigos no son 100% fiables, incluso los de las víctimas.

Los recuerdos pueden ser influenciados con preguntas sugerentes, afectando la confiabilidad de lo que se dice, independientemente de que la persona sea lo más honesta posible o no. Con esto ha dejado muy en claro que la memoria no funciona como un computador, sino que se trata de un sistema complejo. 

Conservar de manera intacta los recuerdos parece ser un imposible, pues son muchos los factores que pueden influir en la manera en la que se recuerdan las vivencias. Uno de los más llamativos es la cualidad del cerebro de completar los espacios vacíos.

De manera inconsciente, el cerebro busca crear  recuerdos falsos para llenar los espacios que no recuerda o que no tuvo la información completa. Esto, sin duda alguna, puede llegar a cambiar completamente el recuerdo de algún evento.  

“El hecho de que alguien crea que recuerda algo en detalle, con confianza y con emoción, no significa que realmente eso haya sucedido”., Elizabeth Loftus.

Experimentos

Para tratar de comprender la memoria, Elizabeth Loftus llevó a cabo varios experimentos. Entre los que se destacan:

El experimento de los coches. Junto con J. C. Palmer, en el año 1974, Loftus presentó un video de dos coches chocando a un grupo de 45 voluntarios para luego preguntarles que habían visto. 

En cada caso utilizaron una formulación distinta de la pregunta que les invitaba a recordar lo que acababan de ver. Al estudiar las respuestas, notaron que las palabras usadas en el enunciado influenciaron en el tipo de respuesta de los participantes. 

El experimento del centro comercial

En 1995 junto con Pickrell realizó un experimento en el que se les presentaban 4 recuerdos a los participantes. 3 de ellos eran reales (contados por sus familiares) y uno era un recuerdo falso de haberse perdido en un centro comercial. 

Al cabo de un par de días se les volvió a preguntar acerca de esos eventos  y 1 de cada 4 decían recordar detalles de cuando se perdieron en el centro comercial (algo que jamás les pasó).

Contribuciones a la psicología

La principal contribución de Loftus a la psicología ha sido la comprensión de la memoria, entendiendo su maleabilidad. Esto ha marcado un precedente para muchos investigadores de los procesos cognitivos.

Sus estudios han tenido incidencias en los procesos legales de testigos. Y gracias a su trabajo ha sido considerada como una de las mejores psicólogas del mundo.  

 “Para ser cauteloso, uno no debe tener una gran confianza como garantía absoluta de nada.”, Elizabeth Loftus.

Referencias:

  • Cattel, J. (1895). Measurement of the accuracy of recollection. Science (20), 761-776.
  • Cazabat, E. H. (2003). Del trastorno por estrés postraumático a la disociación. Un espectro de respuestas al trauma. Recuperado: Del trastorno por estrés postraumático a la disociación (psicotrauma.com.ar) 
  • Herscovici, P. (2014). Falsa memoria. De Familias y Terapias, 23(37).
  • Sampedro-Galera, I. M. (2017). Psicología Cognitiva y Memoria de Testigos. Recuperado: https://hdl.handle.net/10953.1/6097

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Déficits cognitivos en personas que se han recuperado de COVID-19

  • Maria Fernanda Alonso
  • 02/02/2022

Las personas que se han recuperado de COVID-19 tienden a obtener puntuaciones significativamente más bajas en una prueba de inteligencia en comparación con aquellas que no han contraído el virus, según una nueva investigación. Los hallazgos sugieren que el virus SARS-CoV-2 que causa el COVID-19 puede producir reducciones sustanciales en la capacidad cognitiva, especialmente entre aquellos con enfermedades más graves (Hampshire et al. 2021).

Qué metodología usaron

El equipo de investigación analizó datos de 81.337 participantes que completaron la prueba de inteligencia entre enero y diciembre de 2020. De toda la muestra, 12.689 personas informaron que habían experimentado COVID-19, con diversos grados de gravedad respiratoria.

“La prueba comprendía un conjunto de tareas diseñadas para medir diferentes dimensiones de la capacidad cognitiva que habían sido desarrolladas para su aplicación tanto en la ciencia ciudadana como en la investigación clínica. 

Qué encontraron

Después de controlar factores como la edad, el sexo, la mano dominante, el primer idioma, el nivel educativo y otras variables, los investigadores encontraron que aquellos que habían contraído COVID-19 tendían a tener un desempeño inferior en la prueba de inteligencia en comparación con aquellos que no habían contraído el virus. Los mayores déficits se observaron en tareas que requerían razonamiento, planificación y resolución de problemas, lo que está en línea con informes de COVID prolongado, donde son comunes la “niebla mental”, la dificultad para concentrarse y la dificultad para encontrar las palabras correctas, señalaron los investigadores.

Estudios anteriores también han encontrado que una gran proporción de sobrevivientes de COVID-19 se ven afectados por complicaciones neuropsiquiátricas y cognitivas.

El nivel de bajo rendimiento cognitivo también se asoció con el nivel de gravedad de la enfermedad, y aquellos que fueron hospitalizados con un ventilador mostraron los mayores déficits. El déficit observado para los pacientes con COVID-19 a los que se les había puesto un ventilador equivalía a una caída de 7 puntos en el coeficiente intelectual. El déficit fue incluso mayor que los déficits observados en personas que habían sufrido previamente un accidente cerebrovascular y que reportaron problemas de aprendizaje.

Aunque un pequeño subconjunto de 275 participantes completó la prueba de inteligencia tanto antes como después de contraer COVID-19, el estudio empleó principalmente una metodología transversal, lo que limitó la capacidad de sacar conclusiones firmes sobre causa y efecto. Pero la muestra grande y socioeconómicamente diversa permitió a los investigadores controlar una amplia gama de variables potencialmente cofundadoras, incluidas las condiciones preexistentes.

Referencia bibliográfica: Hampshire, A., Trender, W., Chamberlain, S. R., Jolly, A. E., Grant, J. E., Patrick, F., Mazibuko, N., Williams, S. C. R., Barnby, J. M., Hellyer, P., Mehta, M. A. Cognitive deficits in people who have recovered from COVID-19 (2021). E Clinical Medicine. Research Paper Volume 39. The Lancet. DOI:https://doi.org/10.1016/j.eclinm.2021.101044

Fuente: Psypost

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis

Terapias de conversión: efectos dañinos y problemas éticos

  • David Aparicio
  • 01/02/2022

La homosexualidad no es un trastorno mental. De hecho, hace 50 años que la Asociación Americana de Psiquiatría decidió eliminarla de su manual diagnóstico, el DSM, porque no hay evidencia que demuestre que cumple con los requisitos para considerarse como un trastorno. Esto lo sabemos los psicólogos y lo repetimos de memoria cada vez que alguien nos pregunta si la homosexualidad es una enfermedad y si hay algún tratamiento para ayudar a las personas a reorientar su sexualidad a la «normalidad». Es una respuesta que puede ser útil en la mayoría de los casos, pero no es suficiente cuando tenemos que explicar qué han encontrado los estudios y cuáles son las razones científicas que desaconsejan su uso.

Para tener un panorama más completo y actualizado sobre los estudios de las terapias de conversión, decidí publicar esta síntesis de la revisión sistemática de Amy Przeworski, Emily Peterson y Alexandra Piedra en la revista Clinical Psychology Science and Practice, que analiza la evidencia disponible sobre estos procedimientos, sus fallas metodológicas y los riesgos que conllevan. Con toda esta información podrás ofrecer una respuesta mucho más rigurosa y concreta.

Todas las referencias están disponibles en el artículo original en formato PDF.

Qué son las terapias de conversión sexual o SOCE

Comúnmente se conocen como terapias de conversión sexual, pero en la literatura científica se utiliza el término SOCE (por sus siglas en inglés Sexual Change Orientation Efforts) para incluir cualquier tipo de práctica de “conversión”, “reparación” o de “reorientación” que intente eliminar la atracción por personas del mismo sexo. Estos procedimientos están basados en datos erroneos y obsoletos que consideran que la atracción sexual y la homosexualidad no son características biológicas, sino el resultado de las experiencias patológicas de tipo relacional o ambiental. Las personas que acuden a este tipo de servicios son presionadas por su entorno social, familiar o religioso para que se conformen con un estilo de vida heterosexual y pueden ser rechazadas si no aceptan cambiar de orientación.

Las terapias de conversión sexual utilizan diversos procedimientos psicológicos para “tratar” a las personas homosexuales. Algunos de los más utilizados son:

  • Psicoanálisis: Está basado en la idea de que una pobre relación parental puede afectar el desarrollo psicosexual de las personas, lo que provocaría la atracción entre personas del mismo sexo. Según esta teoría, el tratamiento debería enfocarse en hacer conscientes los conflictos inconscientes para ayudar a las personas a progresar a través de su desarrollo. Sin embargo, esta idea ha sido ampliamente desacreditada y no hay evidencia de que la disfunción familiar ni los traumas de la infancia sean responsables de la orientación sexual de las personas (Blanchard y Freund 1983, Peters y Cantrell 1991).
  • Terapia cognitiva conductual SOCE: este procedimiento se basa en la idea de que la orientación sexual puede ser alterada si se superan las barreras que afronta la persona con la heterosexualidad (Beckstead y Morrow 2004). Para ello utilizan el recondicionamiento masturbatorio y la terapia de aversión. Esta última consiste en condicionar una respuesta negativa a la atracción sexual por el mismo sexo. Para ello administran descargas eléctricas cada vez que presentan una imagen de personas del mismo sexo. Estas prácticas son consideradas inhumanas y antiéticas. Otro procedimiento utilizado es el entrenamiento en habilidades sociales para ayudar a las personas homosexuales a que puedan “interactuar” con personas heterosexuales, y la reestructuración cognitiva para “ayudar” a las personas a regular la ansiedad que experimentan cuando tienen relaciones heterosexuales. 
  • Otras formas de SOCE: abstinencia sexual, entrenamiento en roles de género tradicionales y también métodos biológicos como terapia electroconvulsiva, cirugía (castración, lobotomía, remoción de los ovarios, terapia hormonal), etc.   

Recurso recomendado: Poniéndole límites al engaño: Un estudio jurídico mundial sobre la regulación legal de las mal llamadas “terapias de conversión”.

Una revisión de las terapias de conversión 

Se realizó una revisión sistemática que examinó los estudios empíricos publicados sobre la efectividad de las SOCE disponibles en PsycINFO, una base de datos científica ampliamente reconocida. En total encontraron 290 artículos publicados y, luego de aplicar los parámetros de exclusión (disertaciones, estudios no empíricos, investigaciones que no fueron publicadas en revistas revisadas por pares), se redujeron a 35 estudios aprobados. La investigación solo se enfocó en la población LGBQ, ya que al momento no hay estudios que examinen el efecto de las terapias de conversión en las personas transgénero.

Las investigaciones 

McConaghy et al. (1962), encontró que la mayoría de los participantes que fueron sometidos a la terapia de conversión con electroshocks e inducción de nausas, reportaron, una reducción de la exitación sexual, pero es muy probable que la disminución de la exitación no solo se manifieste ante las imágenes sexuales sino ante cualquier otro estimulo. 

Otra investigación desarrollada por Tanner (1974) halló una disminución de la excitación sexual después de 8 semanas de haberse completado el procedimiento. No obstante, la reducción de la exitación sexual no ocurrió en todos los participantes y no se encontraron diferencias significativas en la frecuencia de la actividad sexual entre las personas del mismo sexo. 

El estudio de Adams y Sturgis (1977) reportó que el 34% de los participantes que recibieron procedimientos de conversión, experimentaron una disminución de la excitación sexual y el 18% reportó un descenso de la conducta sexual. Sin embargo, solo el 26% reportó un incremento de la excitación hetersoexual y solo el 8% un incremento en la conducta sexual.

Otro estudio desarrollado por Fookes (1960) combinó la terapia de electroshock con la restricción calórica para crear un ambiente más aversivo durante la fase experimental. Luego combinó el alivio de la aversión con imágenes de mujeres para reducir la ansiedad. Según sus hallazgos el 60% de los participantes cambiaron su orientación sexual. Sin embargo, este estudio no definió en qué consistió ese cambio, cómo se evaluó ni por cuánto tiempo. 

En otro estudio MacCulloch y Feldman (1967) utilizaron la técnica de aprendizaje por evitación anticipatoria. Los participantes observaban imágenes de hombres y presionaban un botón cuando no se sentían atraídos, pero si demoraban más de 8 segundos recibían una descarga eléctrica. Según los autores el 58% de los sujetos reportó un cambio en dirección heterosexual en la escala de Kinsey, una escala que establece siete diferentes grados de comportamientos sexuales.

James (1978) examinó la eficacia de la desensibilización sistemática para reducir la ansiedad social relacionada con las experiencias heterosexuales. Por medio de la hipnosis les pidió que visualizaran diversas experiencias heterosexuales y las combinó con imágenes relajantes para reducir la ansiedad y aumentar la excitación sexual antes de progresar con escenarios más desafiantes. Luego comparó los resultados con los datos de la evitación anticipatoria descrita por MacCulloch y Feldman (1967) y sus hallazgos sugieren que la desensibilización sistemática es más eficaz para reducir las fantasías, la atracción y las conductas homosexuales que el aprendizaje por evitación. 

McConaghy et al. (1981) asignó a 20 sujetos para que recibieran choques eléctricos o sensibilización encubierta. Cerca del 50% de los participantes reportó una disminución del deseo sexual después de un año del tratamiento. Sin embargo, los autores concluyen que la reducción del deseo sexual no indica un cambio de orientación. 

La abstinencia no captura el matiz de la atracción por el mismo sexo o la identidad LGBQ y no equivale a un cambio en la orientación sexual

Por otro lado Birk et.al  (1971) informó que, si bien el condicionamiento aversivo condujo a una disminución del comportamiento homosexual en comparación con el condicionamiento asociativo, solo una octava parte de los participantes de la terapia de aversión habían disminuido la excitación a largo plazo entre personas del mismo sexo. 

Un estudio examinó la eficacia de la psicoterapia grupal diseñada para fomentar un comportamiento consistente con las normas tradicionalmente masculinas en hombres homosexuales. Los objetivos de este procedimiento incluían aumentar la asertividad y la identificación con el terapeuta masculino, así como producir “cambios heterosexuales” (Birk, 1974). Los “cambios” se definieron como una variación en la escala de Kinsey en la dirección heterosexual. Del 40% de los participantes que no abandonaron el estudio dentro de los 18 meses, la mayoría experimentó algún supuesto cambio hacia la heterosexualidad. Sin embargo, Birk no definió qué constituye un cambio heterosexual «parcial» o «completo».

En un estudio de personas que buscaron cualquier forma de SOCE, el 60,8% de los hombres y el 71,1% de las mujeres encuestadas informaron que sus esfuerzos fueron «exitosos» (Schaeffer, Nottebaum, Smith, Dech y Krawczyk, 1999). El éxito en este caso se definió conductualmente como la abstinencia del contacto homosexual por 1 año. Pero es importante señalar que la abstinencia no captura el matiz de la atracción por el mismo sexo o la identidad LGBQ y no equivale a un cambio en la orientación sexual.

Pattison y Pattison (1980) utilizaron una muestra de individuos que participaron en una Comunidad de la Iglesia Pentecostal, descrita como “terapia religiosa popular ”. De los 30 sujetos que participaron en el tratamiento, 11 informaron algún grado de cambio, 8 de los cuales informaron que ya no se identificaban a sí mismos como homosexuales y ya no participaban en «actos homosexuales». Tres hombres fueron descritos como «funcionalmente heterosexuales» pero aún experimentaban impulsos homosexuales.

Otro estudio desarrollado por Spitzer (2003) reclutó a 200 participantes que informaron un cambio en su orientación sexual que había durado al menos 5 años después de alguna terapia de conversión. Estos métodos incluyeron: terapias y grupos de apoyo religiosos para ex-homosexuales. Muchos participantes informaron tener relaciones heterosexuales saludables, con pocos o ningún pensamiento de atracción por el mismo sexo. La mayoría de los participantes informaron algún cambio en su orientación sexual, aunque Spitzer reconoció que los informes de cambios completos eran poco comunes. En una reevaluación de su estudio en 2012, Spitzer admitió que la metodología del estudio no fue suficientemente robusta para concluir que la terapia de conversión produjo cambios en la orientación sexual y ofreció una disculpa a la comunidad LGBQ. Spitzer señaló que no había forma de concluir que había producido un cambio en la orientación sexual porque la medida de cambio, que él mismo había proporcionado, era demasiado subjetiva y estaba llena de prejuicios. Además, la muestra estaba intrínsecamente sesgada ya que Spitzer sólo reclutó a aquellos que informaron un cambio.

En la investigación de Shidlo y Schroeder (2002), el 87% de los 202 ex participantes de SOCE se vieron a sí mismos como fracasos de la terapia de conversión, en una amplia variedad de tipos informados de SOCE, incluida la terapia individual, la terapia cognitivo-conductual o conductual, el psicoanálisis, el condicionamiento aversivo, la terapia religiosa, la terapia de grupo, la hipnosis, la terapia de pareja y la terapia para pacientes hospitalizados. Mientras tanto, el 13% consideró que la terapia fue exitosa, el 4% informó algún nivel de cambio y el 9% restante utilizó técnicas cognitivas para simplemente manejar su atracción por el mismo sexo o aceptar el celibato. El número promedio de sesiones de terapia por participante fue 118. En otro estudio, de los 37 individuos que habían participado en cualquier forma de SOCE, ninguno informó una diferencia significativa en su orientación o identidad sexual desde el momento anterior a la intervención SOCE hasta la actualidad (Maccio, 2011).

En una encuesta de 2015 realizada a 1612 miembros actuales y anteriores de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (LDS) atraídos por el mismo sexo, el 73% de los hombres y el 43% de las mujeres participantes informaron que intentaron alguna forma de SOCE (Dehlin et al., 2015). De ellas solo el 3,1% de los participantes indicaron algún cambio en la atracción por personas del mismo sexo, la mitad de los cuales describió una disminución en la frecuencia de la atracción en lugar de la eliminación completa, mientras que muchos informaron solo una disminución en la conducta sexual. Ningún participante informó la eliminación completa de la atracción por personas del mismo sexo. Los métodos de cambio más comúnmente buscados fueron privados y religiosos, facilitados por miembros del clero en contraposición a terapeutas capacitados (Dehlin et al., 2015).

Se informó que estos métodos, incluidas prácticas como la oración, la asistencia al templo y la mejora de la relación con la iglesia, eran los menos efectivos y los más dañinos, ya que muchos participantes los asociaban con una disminución de la autoestima y un aumento de la vergüenza, la depresión y la ansiedad.

Para las personas que finalmente llegaron a abrazar su identidad LGBQ, se encontró que SOCE tenía las calificaciones más bajas de beneficio, en comparación con otros métodos de psicoterapia (Jones, Botsko y Gorman, 2003). En el estudio de Dehlin et al. (2015), los participantes calificaron a las SOCE dirigida por terapeutas como más eficaz y menos dañina psicológicamente que otras formas, incluidas las SOCE dirigida por el clero. Sin embargo, se señaló que “efectivo” no indica necesariamente que se haya producido un cambio de orientación sexual, sino que a menudo se refiere a otros resultados positivos, como la aceptación de la orientación LGBQ y mejoras en la salud mental o las relaciones familiares. De hecho, menos del 4% de la muestra informó algún cambio en la atracción por personas del mismo sexo, mientras que el 42% informó que su terapia no fue del todo efectiva en su objetivo previsto de reducir la atracción (Bradshaw, Dehlin, Crowell, Galliher y Bradshaw, 2015).

Las terapias de conversión se asocian con varios efectos negativos, incluidos: depresión, suicidio, autoestima baja y autoodio

Además, el 37% encontró que las terapias orientadas al cambio eran de moderada a severamente dañinas. Mientras tanto, las terapias que afirmaron la identidad LGBQ de un individuo a menudo se describieron como útiles para disminuir la depresión, aumentar la autoestima y mejorar las relaciones.

Limitaciones metodológicas en las investigaciones de las terapias de conversión

La mayoría de las investigaciones sobre las terapias de conversión están llenas de limitaciones metodológicas que hacen imposible extraer conclusiones causales sobre el cambio de orientación sexual. Por ejemplo, la mayoría de las investigaciones no cuentan con un grupo control, un requisito fundamental para conocer si el tratamiento realmente funciona o no. 

Otra limitación importante es que la mayoría de las investigaciones tenía un diseño retrospectivo en el que entrevistan a los participantes sobre su condición y les piden que comparen los resultados con el pasado. Esto tiene un problema importante: a medida que pasa el tiempo, las personas tienen la tendencia a recordar incorrectamente la frecuencia o intensidad de las experiencias pasadas. Por lo tanto, es difícil comparar los resultados con los reportes basados en recuerdos. Otro problema relacionado con los estudios retrospectivos, es la tendencia de los individuos a presentarse favorablemente cuando los investigadores esperan un cambio en la orientación sexual. Esto ocurre comúnmente en los estudios que reclutan a personas muy religiosas u homosexuales insatisfechos que son referidos por terapeutas de conversión, como pastores ex gays y organizaciones pro terapias de conversión. Consistente con esto la investigación de Schaeffer et al. (2000) encontró que los participantes que desean alterar su orientación sexual son más proclives a percibir como exitosa la terapia de conversión. Y, en contraste, aquellos que son menos religiosos siguen identificándose como LGBQ después del tratamiento. Por esta razón, varios estudios sobre la efectividad de las terapias de conversión no son generalizables. 

Por último, la mayoría de las investigaciones relacionadas con la terapia de conversión no tienen en cuenta la diversidad étnica y de género. Los estudios suelen realizarse con hombres blancos y los más recientes han reportado efectos negativos cuando incluyen a mujeres y participantes de diferentes etnias y razas. 

Problemas éticos y daños de la terapia de conversión 

Las terapias de conversión se asocian con varios efectos negativos, incluidos: depresión, suicidio, autoestima baja y autoodio. También se relaciona con una visión negativa de la homosexualidad (homonegatividad internalizada), disfunción sexual, problemas familiares y románticos y una reducción generalizada de la atracción sexual. Además, suelen experimentar mucho malestar y sentir que han fallado si no logran casarse y tener hijos (dos ideas que se han reforzado mucho en las terapias de conversión).

Otro efecto negativo que reportan los estudios es que las personas religiosamente motivadas a empezar la terapia de conversión suelen perder la fe, desconfian de Dios o sienten que Dios quiere que sufran. Por otro lado, algunos estudios han observado que las personas que recibieron terapia de conversión experimentan una reducción en la capacidad de intimidad y un incremento de la homonegatividad internalizada. Además, las personas que han recibido terapias de conversión reportan una reducción en la atracción sexual, sin importar el género de su pareja. Todo esto parece indicar que suelen experimentar un nivel de condicionamiento en el que la excitación sexual se percibe como un estímulo aversivo. 

Pero esto no es todo: La desinformación esparcida por las terapias de conversión incrementan la estigmatización de las personas LGBQ. Esto se debe a que algunos de estos métodos esparcen la idea de que la homosexualidad es una enfermedad mental, que las personas con esta “enfermedad” son inherentemente promiscuas y que se contagiarán de VIH o que los hombres homosexuales no pueden ser masculinos. Otras falsas creencias relacionadas con estas terapias sugieren que las personas LGBQ son abusadores de niños, personas con parafilias u otras conductas sexuales desviadas. 

Conclusión 

Como muestra la revisión, las terapias de conversión no cumplen los criterios para considerarlas como procedimientos recomendados, ni bien establecidos. En realidad la mayoría de los estudios enumeran con detalle los daños y efectos devastadores en la salud de las personas. Esto se debe, principalmente, a que estas “terapias”  están basadas en conceptos erróneos de la orientación sexual y propagan la idea de que la orientación sexual puede ser cambiada. 

Los estudios que han encontrado cierta efectividad, han sido mal diseñados, no han comparado los resultados con un grupo control, no utilizan muestras aleatorias o su población se basa principalmente en personas muy religiosas que esperan encontrar resultados positivos. 

No hay evidencia suficiente que pueda apoyar a las terapias de conversión, pero si hay mucha evidencia que la asocia con resultados negativos como la depresión, autolesiones, homonegatividad internalizada, disfunción sexual y daños en las relaciones. 

Referencias bibliográficas: Puedes descargar todas las referencias desde la investigación original aquí.

Editado por Alejandra Alonso.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Guía breve para jóvenes sobre la cocaína y sus efectos

  • Equipo de Redacción
  • 01/02/2022

La publicación, elaborada por la Asociación de Técnicos para el Desarrollo de Programas Sociales (ADES) con la financiación del Ministerio de Sanidad, reúne la información esencial que los jóvenes deberían tener sobre esta sustancia y los riesgos para la salud que implica su consumo.

De esta manera, la guía explica en qué consiste la cocaína, las razones para su consumo, los problemas que supone la mezcla de cocaína y alcohol, los efectos y consecuencias del consumo puntual, del consumo en altas dosis y del consumo habitual, animando a los jóvenes a tomar decisiones a favor de su salud, puesto que la mayoría de los adictos a la cocaína comenzaron a consumir esta sustancia cuando eran muy jóvenes y desconocían sus riesgos.

Descarga la guía completa en formato PDFDescarga

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El poder adictivo de la pornografía online: buscar más de lo que estamos satisfechos

  • Federico Lande
  • 01/02/2022

Fernando C., 29 años. Motivo de consulta: llega a masturbarse 12 veces al día mirando porno. Quiere frenar. 

Conoció las páginas web porno a los 13 años. Vergonzoso me comparte: “necesito dejar de ver pornografía, no puedo más”. Sufre. 

Unos meses atrás intentó tener relaciones sexuales con su pareja, pero no pudo tener una erección. No es la primera vez que le pasa, pero es la primera vez que lo cuenta. Triste, angustiado, reconoce que lo más importante, el verdadero problema, es que la adicción al porno lo alejó de su pareja, de su vida, de sus proyectos. Las adicciones, como la pornografía, matan al amor. 

Adicción a través de Internet

Para que una conducta que se realiza a través de Internet se considere una adicción, no debe confundirse con un mal hábito o afición. Si una persona pierde el control sobre una conducta que se transforma en la actividad más importante de su vida por encima de otras, generando consecuencias graves como perder el trabajo, ignorar responsabilidades familiares, perder amigos, etc., entonces esa persona se ha transformado en un adicto.

Silvana Savoini  (Psicóloga, especialista en Sexología Clínica y Educativa) autora del libro Adicción al Sexo (UNR, 2021) argumenta que para la adicción a la pornografía, rige el mismo criterio o parámetro como para cualquier otra adicción: la repetición sin control y compulsiva de una conducta que produce placer y que a medida que trascurre el tiempo, perturba severamente la vida de quien la realiza. 

Enganchados a píxeles: internet y disfunciones sexuales

Desde el 2006 en adelante cuando el acceso a Internet de alta velocidad se masificó, cada vez más varones jovenes -por lo demás sanos- empezaron a preocuparse porque su consumo de pornografía estaba fuera de control. Simplemente con un click. 

En consultas con médicos, psicólogos, sexólogos reconocían que en vez de ayudarlos a lograr más placer, la pornografía les provocaba síntomas inesperados en su desempeño sexual: podían tener erecciones viendo páginas porno pero no en la intimidad con personas reales, por más atractivas que le parezcan. Estaban enganchados a píxeles. 

Gary Wilson (uno de los referentes mundiales sobre la adicción a la pornografía, fallecido hace unos meses) propone un nuevo enfoque para el estudio y abordaje de las adicciones que tienen al sexo como eje. En varones de 40 años o menos cuando las explicaciones tradicionales no son útiles para resolver problemas sexuales, considera que la pornografía tiene un papel fundamental en condicionar el disfrute del sexo. Con el paso de los años la pornografía online, se ha convertido en un super estímulo sexual.  

Wilson considera a la pornografía como un estímulo supernormal, un término que los biólogos evolutivos usan para describir cualquier estímulo que provoca una respuesta más fuerte que el estímulo para el que evolucionó, incluso si es artificial. Una de las hipótesis que sostiene es la siguiente: hemos inventado la pornografía (estímulo supernormal por excelencia) que al encontrarse asociado al instinto de conservación de la especie, con el tiempo y el fácil acceso a Internet permite habituamos a respuestas sexuales rápidas y a la satisfacción inmediata. Jorge Gutierrez creador del sitio web www.daleunavuelta.org, dice: “la pornografía es la adicción perfecta. La novedad es muy adictiva y, en el tema del porno, es constante. Con un click, las posibilidades son infinitas. Cuando se junta el placer con esa búsqueda de constante novedad que nunca se sacia, se da una escalada adictiva perfecta”.

Si bien se piensa que las disfunciones sexuales que provoca la exposición a videos porno deberían ser tratadas por especialistas, Wilson propone que el abandono de la pornografía es esencial para que estos abordajes sean exitosos. Muchas personas que han decidido dejar de consumir pornografía informaron cambios sorprendentes desde la mejora de la concentración, del estado de ánimo y hasta una mayor capacidad para la intimidad en la vida real, con personas reales. En su charla TED (video que ya fue visto por 14 millones de personas), Gary explica todo esto muy claramente. 

Conclusión

Fernando me comentó al final de esa primera entrevista: “vi mucha pornografía antes de dar mi primer beso”. Sabemos, a través de trabajos científicos serios, que el consumo de pornografía durante la adolescencia temprana puede ser una variable clave para explicar disfunciones sexuales en la juventud. 

La actual generación de adolescentes puede asumir que la pornografía les enseña sobre sexo y que masturbarse es sinónimo de masturbarse con Internet. Para ellos, la pornografía es considerada como un entretenimiento aceptado y normalizado. Algunos estudios afirman que de cada 20 solo 1 considera que su consumo puede tener consecuencias negativas, como generar una conducta sexual adictiva. El placer sexual es muy fuerte. Uno de los mayores que se puede experimentar. Con la opción de la novedad constante, buscamos más de lo que estamos satisfechos. 

Con la fuerza irresistible de Internet nunca se vio tanta pornografía como hoy.  

Futuros investigadores deberán tener en cuenta las propiedades únicas que Internet tiene sobre la salud de sus consumidores y qué influencia llega a tener ésta en la sexualidad a lo largo del ciclo vital.

Por último, comparto la misma pregunta que le hice a mi paciente: ¿pensaste alguna vez si consumir pornografía podría llegar a influir negativamente en tus relaciones con personas reales? 

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cómo lidiar con tu insomnio

  • David Aparicio
  • 01/02/2022
woman sitting on white bed

¿Tiene problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido? El alcohol, las pastillas para dormir o las drogas como el cannabis pueden ayudarlo a corto plazo, pero son solo una solución rápida, dice el científico del sueño Matt Walker. Sin embargo, existe una forma comprobada de tratar su insomnio y ayudarlo a obtener los zzz que necesita.

Puedes activar los subtítulos en español.

Libro recomendado: Por qué dormirmos

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

Paginación de entradas

Anterior1…345

Apoya a Psyciencia con tu membresía 💞.    

Únete a Psyciencia Pro
  • Inicia sesión
  • Tips para terapeutas
  • Podcast
  • Recursos
  • Webinars
  • Artículos
  • Cómo incrementar la resiliencia y bienestar psicológico desde la psicología positiva
  • pexels-photo-360438.jpeg
    No todo es psicología (11): eliminé la aplicación de Instagram 
  • Cómo abordar los sueños y pesadillas en el proceso terapéutico desde el modelo conductual
  • Cuando sueñas y lo sabes: por qué algunos sueños se graban en tu mente
  • No todo es psicología (23): Este día nunca volverá
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.