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Publicaciones por autor

Maria Fernanda Alonso

909 Publicaciones
Soy miembro fundador y editora de contenido en Psyciencia.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Haber experimentado adversidades influye en la compasión que sentimos hacia los demás, según estudio

  • Maria Fernanda Alonso
  • 26/09/2019

Muchos estudios han demostrado lo que se conoce como el «sesgo numérico» en la compasión: los sentimientos de compasión de las personas no tienden a aumentar en respuesta a un mayor número de personas en peligro. Esto «lleva a las personas a experimentar con frecuencia una cantidad desproporcionada de compasión hacia un solo individuo que sufre en relación con decenas de víctimas que son parte de una tragedia más grande», escriben Daniel Lim y David DeSteno, autores de un nuevo estudio. Sin embargo, ahora han descubierto que las personas que han experimentado adversidades en sus propias vidas son resistentes a este sesgo (Lim & DeSteno, 2019).

A través de una serie de cuatro experimentos, los investigadores reclutaron a casi 700 participantes, quienes informaron sus propios niveles de adversidades pasadas (enfermedades y lesiones, duelo, exposición a desastres, etc.). Para cada estudio, los investigadores descartaron el tercero de rango medio, dejando grupos de «alta adversidad» y «baja adversidad», que continuaron con los experimentos propiamente dichos.

En el primer estudio, los participantes leyeron un párrafo sobre el sufrimiento de los niños en Darfur y miraron fotos de un niño azotado por la guerra u ocho. Luego se les hicieron varias preguntas sobre sus sentimientos de compasión (por ejemplo, «¿qué tan comprensivo te sientes con los niños?»). El grupo de baja adversidad mostró consistentemente el sesgo numérico, pero el grupo de alta adversidad no: informaron significativamente más compasión por las víctimas múltiples que por una sola. Además, cuanto mayor era su propio nivel de sufrimiento pasado, mayor compasión en general informaron respecto de los niños y, como se reveló en un nuevo estudio, más estaban dispuestos a donar a UNICEF, lo que en teoría podría ayudar a esos niños.

Otros experimentos revelaron que los participantes de alta adversidad tenían una creencia más fuerte en su capacidad de realmente hacer una diferencia en otras personas que están sufriendo. Sospechando que esto apuntalaba el perfil de compasión de este grupo, Lim y DeStono intentaron una intervención simple diseñada para mejorar las creencias de los participantes de baja adversidad en su propia eficacia. Cuando se informó a un nuevo grupo de participantes de baja adversidad, en base a una prueba falsa, que habían puntuado alto en empatía y que las personas con alta empatía son buenas para cuidar a los demás y son más exitosas para aliviar su dolor, sus subsecuentes sentimientos de compasión hacia víctimas múltiples coincidió con los de los participantes de alta adversidad. El sesgo numérico había desaparecido.

«Sobrevivir a las adversidades pasadas hace que las personas crean que serán eficaces para ayudar a los demás, lo que les permite regular sus sentimientos de compasión frente a los eventos más exigentes», concluyen los investigadores.

Lim y DeSteno enfatizan que no están argumentando que la adversidad es algo bueno. Dicen que hay otras formas de enseñar a las personas que realmente pueden ayudar a otros que lo necesitan. «Por ejemplo, se puede esperar que las personas que se ofrecen como voluntarios para ayudar en el alivio de desastres o para trabajar con los enfermos terminales desarrollen la sensación de que sus esfuerzos hacen una diferencia para muchos otros,” concluyen los autores.

Referencia:

Lim, D., & DeSteno, D. (2019). Past adversity protects against the numeracy bias in compassion. Emotion . https://doi.org/10.1037/emo0000655

Fuente: British Psychological Society

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Estudio con IRMf muestra nuevas perspectivas respecto de la forma en que el trauma modifica el cerebro

  • Maria Fernanda Alonso
  • 26/09/2019

Un ensayo clínico de padres (Poppa et al., 2019; «Website», s. f.) incluyó un estudio que se utilizó imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf) para estudiar la actividad cerebral asociada con el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y los trastornos por abusos de sustancias. La investigación fue especialmente sensible a la situación de las mujeres que padecen estos trastornos y que “ingresan al tratamiento con comorbilidades médicas más complejas en comparación con los hombres, incluso debido a traumas interpersonales y sexuales,” explicó la autora Tasha Poppa, candidata doctoral en la Universidad del Sur de California.

Los investigadores analizaron la actividad cerebral de 43 mujeres que habían ingresado recientemente en un programa de abuso de sustancias. Catorce de estas mujeres habían recibido un diagnóstico de TEPT.

Durante la exploración del cerebro, las participantes alternaron entre dirigir su atención hacia la sensación de respiración y enfocar su atención en un objetivo externo. La atención fue de particular interés porque el programa de abuso de sustancias se basó en prácticas de meditación mindfulness.

Poppa y sus colegas observaron una conectividad reducida en una red cerebral relacionada con la atención en mujeres con TEPT en comparación con aquellas sin TEPT. En particular, las mujeres con TEPT mostraron una conectividad funcional reducida entre la corteza orbitofrontal y el precúneo, la ínsula media posterior, la corteza prefrontal lateral y la circunvolución angular.

Independientemente de los diagnósticos de TEPT, la exposición a la violencia sexual también se asoció independientemente con reducciones similares en la conectividad en esta red cerebral.

Los resultados indican que las mujeres con TEPT y trastornos por abuso de sustancias “pueden tener más dificultades para recurrir a los recursos interoceptivos y de atención que pueden apoyar la regulación emocional en el contexto de las prácticas de atención plena,” dijeron los investigadores (Poppa et al., 2019).

“Estos hallazgos se suman a un conjunto de evidencia que el trauma cambia de manera duradera cómo funcionan nuestros cerebros. Además, dada la alta concurrencia de traumas y trastornos por abuso de sustancias, comprender estos cambios cerebrales puede tener un papel en la mejora de los resultados del tratamiento,” dijo Poppa.

Limitaciones del estudio

Esta investigación contó con una muestra bastante limitada. Y dado que este es el primer estudio que analiza la cuestión de la comorbilidad del TEPT en una población femenina con trastornos por abuso de sustancias, es importante replicar los hallazgos en estudios más amplios.

“Una advertencia relacionada con la reproducibilidad es que los hallazgos surgen en el contexto de una tarea conductual particular en la que se pide a los participantes que atiendan las sensaciones corporales asociadas con la respiración, por lo que no está claro si estos patrones cerebrales surgirían en otra tarea o en contextos ‘libres de tareas’,” señaló Poppa.

Referencias:

Poppa, T., Droutman, V., Amaro, H., Black, D., Arnaudova, I., & Monterosso, J. (2019). Sexual trauma history is associated with reduced orbitofrontal network strength in substance-dependent women. NeuroImage. Clinical, 24, 101973. https://doi.org/10.1016/j.nicl.2019.101973

Website. (s. f.). Recuperado 26 de septiembre de 2019, de https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0005796719301238

Fuente: PsyPost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Practicar meditación mejora la cognición social, según nuevo estudio

  • Maria Fernanda Alonso
  • 26/09/2019

Los meditadores experimentados y las personas que son más conscientes del momento presente tienden a obtener una puntuación más alta en varias medidas de cognición social, como el reconocimiento emocional (Campos et al., 2019).

Para examinar este tema, los investigadores administraron evaluaciones psicológicas a 30 meditadores españoles y 30 personas sanas que no practicaban meditación, que coincidían en cuanto a sexo, edad y origen étnico. Los participantes en el grupo de meditadores tuvieron al menos 1 año de experiencia en meditación.

Los meditadores tendieron a puntuar más alto en las medidas de empatía. También tendían a ser mejores para reconocer las emociones basadas en expresiones faciales e inferir la verdadera intención detrás de las expresiones indirectas del habla. Los meditadores también tenían más probabilidades de mostrar un sesgo de hostilidad reducido, lo que significa que tendían a ver las acciones negativas de alguien como accidentales en lugar de intencionales.

Los investigadores descubrieron que los meditadores también tenían niveles significativamente más altos de atención disposicional, un rasgo de personalidad que describe la conciencia y la atención de alguien a lo que está pensando y sintiendo en el momento. El mindfulness disposicional estaba, a su vez, relacionado con varios resultados de cognición social.

«Desde una perspectiva pedagógica, nuestros hallazgos sugieren que el entrenamiento específico en mindfulness centrado en la observación de experiencias internas y externas, así como la falta de reactividad a dicha experiencia interna, puede resultar en la mejora de dominios específicos de cognición social,» dijeron los investigadores.

Limitaciones del estudio

Los investigadores sólo examinaron datos de encuestas transversales, lo que impide cualquier determinación de causa y efecto.

«Por ejemplo, tal vez las personas que eligen involucrarse en la mindfulness simplemente tienen niveles más altos de cognición social desde un principio, y las razones para practicar la meditación mindfulness podrían, por lo tanto, estar relacionadas con sus resultados,» explicaron los investigadores. Investigaciones futuras también podrían beneficiarse de muestras de participantes más grandes y diversas.

Pero los resultados se ven reforzados por un estudio aleatorizado y controlado anterior, que encontró que un programa de meditación basado en la compasión de 8 semanas podría mejorar significativamente la capacidad de una persona para leer las expresiones faciales de los demás (Mascaro, Rilling, Tenzin Negi, & Raison, 2013).

Del mismo modo, otro estudio encontró que practicar meditación mindfulness por 5 minutos mejoró la capacidad de inferir y comprender los estados mentales de otros (Tan, Lo, & Neil Macrae, 2014).

Referencias:

Campos, D., Modrego-Alarcón, M., López-Del-Hoyo, Y., González-Panzano, M., Van Gordon, W., Shonin, E., … García-Campayo, J. (2019). Exploring the Role of Meditation and Dispositional Mindfulness on Social Cognition Domains: A Controlled Study. Frontiers in Psychology, 10, 809. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2019.00809

Mascaro, J. S., Rilling, J. K., Tenzin Negi, L., & Raison, C. L. (2013). Compassion meditation enhances empathic accuracy and related neural activity. Social cognitive and affective neuroscience, 8(1), 48-55. https://doi.org/10.1093/scan/nss095

Tan, L. B. G., Lo, B. C. Y., & Neil Macrae, C. (2014). Brief Mindfulness Meditation Improves Mental State Attribution and Empathizing. PloS one, 9(10), e110510. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0110510

Fuente: PsyPost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Este video representa lo difícil que puede ser la transición de la infancia a la adolescencia

  • Maria Fernanda Alonso
  • 26/09/2019

Tener la oportunidad de crecer, y de transicionar por las distintas edades de la vida humana, es una experiencia intensa, llena de situaciones nuevas que afrontar (algunas de las cuales ocurrirán inevitablemente), y con una mezcla de sentimientos y emociones tan intensa como las experiencias mismas. Crecer puede sentirse como una tormenta arrebatadora.

Esta historia, protagonizada por Lili, es una representación de lo que significa crecer, de lo que enfrenta una niña, un niño, al darse cuenta que su infancia está acabando, que muchas cosas cambian (quizás más de lo que le gustaría). Por más que Lili pelea contra la tormenta, no puede aferrarse a su infancia, llena de peluches y juguetes. Ella se da cuenta de que crecer puede significar dejar atrás ciertas cosas, aunque hayan sido sinónimo de alegría y felicidad. Con un poco de melancolía, valorando y recordando su niñez, Lili avanza a una nueva etapa, desconocida, intrigante, desafiante.

https://vimeo.com/242934453

Este video es una herramienta que mueve a padres y educadores a reflexionar sobre los cambios que enfrentan las niñas y los niños cuando pasan de la niñez a la adolescencia. Destaca la importancia de acompañar esta transición y reconocer y validar las emociones que atraviesan los chicos al crecer. Ser capaces de empatizar con ellos es crucial para su desarrollo físico y emocional.

Los adultos, dice Vanessa Orrego, Psicóloga de Elige Educar, juegan un rol determinante pues ellos ya vivieron este periodo de vida y justo por eso, con el fin de vincularse con las emociones de quienes enfrentan esta etapa, deben pensar en sus propias experiencias. Esto permitirá al niño vivir la transición de una manera más natural y siendo consciente de que en realidad no está solo. Pero en este proceso, agrega la psicóloga, el adulto no debe imponerse, simplemente deber ser una especie de espejo en el cual el niño pueda reconocerse. Esto permitirá que viva su adolescencia a su manera, con sus propios aprendizajes y errores, tal como lo hizo Lili en esa solitaria aventura que empezó con la tormenta de arena y terminó con la adultez.

Fuente: Elige Educar

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Actividades al aire libre para prevenir y tratar trastornos de salud mental

  • Maria Fernanda Alonso
  • 26/09/2019

Investigadores de la Universidad de Utah en Salt Lake City informaron que se pueden obtener importantes beneficios para la salud mental al participar en actividades al aire libre. Su revisión sistemática de la literatura existente sobre los beneficios para la salud mental de la recreación basada en la naturaleza confirmó que pasar tiempo al aire libre, y especialmente participar en actividades al aire libre, puede conducir a una variedad de resultados positivos para la salud mental (Lackey et al., 2019).

Más del 80% de los trabajos de investigación relevantes revisados ​​para este estudio informaron al menos una asociación entre las actividades al aire libre y los resultados positivos de salud mental, mientras que ninguno informó un solo resultado negativo de salud mental. Los beneficios positivos más comunes observados fueron reducciones significativas en el estrés y la ansiedad después de pasar un tiempo en la naturaleza, así como un mayor afecto positivo o un estado de ánimo elevado. Los efectos positivos generales documentados en estos estudios a menudo se describieron utilizando términos como «curación psicológica,» «mayor sensación de bienestar» y «restaurativo». Aunque hubo muchos resultados alentadores, sin embargo, se encontraron menos asociaciones entre actividades basadas en la naturaleza y un mayor afecto positivo en estudios que examinaron los beneficios potenciales para las personas con diagnósticos de salud mental como depresión mayor y TEPT.

En general, los autores del estudio encontraron que la recreación basada en la naturaleza tiene un gran potencial para mejorar los resultados de salud mental en áreas de bienestar general, resiliencia, restauración y cognición, con cierto potencial para disminuir los síntomas de ansiedad, estrés y depresión. Al mismo tiempo, se necesitan más estudios sobre tipos específicos de actividades al aire libre para proporcionar la evidencia clínica que muchos profesionales de la salud mental necesitan para incluir recomendaciones más significativas sobre recreación basada en la naturaleza en sus programas de tratamiento.

Referencia:

Lackey, N. Q., Qwynne Lackey, N., Tysor, D. A., David McNay, G., Joyner, L., Baker, K. H., & Hodge, C. (2019). Mental health benefits of nature-based recreation: a systematic review. Annals of Leisure Research, pp. 1-15. https://doi.org/10.1080/11745398.2019.1655459

Fuente: Psychology Today

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El poder de la neuroplasticidad para reconfigurar el cerebro humano ante la carencia de un sentido

  • Maria Fernanda Alonso
  • 26/09/2019

¿Qué pasa en el cerebro cuando usamos los pies como manos? Este interrogante fue abordado por un estudio que te presentamos hace unos días, donde también compartimos un video maravilloso que muestra las habilidades motrices de Tom Yendell, un artista plástico que nació sin brazos (hacé clic en el link para verlo).

El estudio examinó cómo la neuroplasticidad reconfigura el cerebro en artistas que pintan con los pies y no tienen manos. Sorprendentemente, los dedos de los pies de los pintores se trazan como los de las manos en sus cerebros (Dempsey-Jones, Wesselink, Friedman, & Makin, 2019).

Al crear mapas cerebrales de artistas que nacieron sin brazos y usan sus pies y dedos de los pies para hacer arte, Dempsey-Jones y sus colegas demostraron por primera vez que el cerebro humano designa áreas en el cerebro que evolucionan para controlar el movimiento afinado de cada dedo del pie. Sin embargo, en la civilización moderna que usa zapatos, estas áreas del cerebro permanecen inactivas. Esta falta de uso provoca atrofia y podas posteriores para mantener el cerebro simplificado.

«Nuestros resultados tienen sentido desde una perspectiva de plasticidad cerebral: si no usás los dedos de los pies por separado en acción, tu cerebro no necesita representar cada dedo del pie por separado. Los resultados también tienen sentido dado que nuestros primos primates han organizado mapas de los dedos de los pies, en una posición y orientación cerebral similar a la de artistas,” explicó Dempsey-Jones.

Otro estudio reciente encontró que los adultos que nacen ciegos pueden reutilizar partes de la corteza cerebral que generalmente están designadas para la visión para realizar tareas de escucha (Loiotile, Cusack, & Bedny, 2019).

Las imágenes cerebrales muestran que cuando las personas con ceguera congénita escuchan el audio de una película o la narración de un libro en cinta, las regiones de la corteza cerebral que generalmente se consideran áreas cerebrales de «visión solamente» se iluminan en las imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf).

Ambos estudios ilustran cómo las circunstancias de la vida influyen en la forma en que el cerebro reestructura o reconecta su estructura y función para realizar tareas cotidianas o crear obras de arte.

Desde principios de 1800 y los días de la frenología, los neurocientíficos han buscado relacionar las funciones cerebrales con ubicaciones específicas en el cerebro y crear «mapas cerebrales» precisos. Pero el cerebro es plástico, se reforma y se vuelve a cablear cuando es necesario.

En esta misma línea, otro estudio encontró que si las regiones del hemisferio izquierdo que normalmente son responsables del lenguaje se dañan a una edad temprana, las regiones no utilizadas del hemisferio derecho pueden reutilizarse y «hacerse cargo» de las funciones del lenguaje (François et al., 2019). (Ver estudio muestra cerebro izquierdo: reconfiguración del cerebro derecho en acción)

Para su disertación en Johns Hopkins sobre «evidencia de flexibilidad cortical extrema,» Rita Loiotile examinó cuán flexible es la corteza visual al estudiar si esta región del cerebro puede ser reutilizada para llevar a cabo otras funciones como resultado de la ceguera congénita. Arribó a la conclusión de que las cortezas “visuales” de personas ciegas se reutilizan significativamente para funciones cognitivas superiores. Aunque las estructuras cerebrales pueden parecer particularmente adecuadas para implementar una función particular, tales mapeos de estructura-función no son evidencia de rigidez funcional. En contraste, la evidencia de la ceguera sugiere que la corteza humana es muy flexible al nacer.»

Finalizaremos este artículo con una poderosa cita:

«Yo, que soy ciega, puedo dar una pista a los que ven: usa tus ojos como si mañana estuvieras ciego. Y el mismo método se puede aplicar a los otros sentidos. Escucha la música de las voces, la canción de un pájaro, las poderosas melodías de una orquesta, como si estuvieras sordo mañana. Huele el perfume de las flores, prueba con gusto cada bocado, como si mañana nunca pudieras oler y probar de nuevo. Aprovecha al máximo cada sentido.» —Helen Keller (1880-1968).

Referencias:

Dempsey-Jones, H., Wesselink, D. B., Friedman, J., & Makin, T. R. (2019). Organized Toe Maps in Extreme Foot Users. Cell Reports, 28(11), 2748-2756.e4. https://doi.org/10.1016/j.celrep.2019.08.027

François, C., Ripollés, P., Ferreri, L., Muchart, J., Sierpowska, J., Fons, C., … Rodriguez-Fornells, A. (2019). Right Structural and Functional Reorganization in Four-Year-Old Children with Perinatal Arterial Ischemic Stroke Predict Language Production. eNeuro, 6(4). https://doi.org/10.1523/ENEURO.0447-18.2019

Loiotile, R., Cusack, R., & Bedny, M. (2019). Naturalistic auditory stories synchronize «visual» cortices across congenitally blind but not sighted individuals. The Journal of Neuroscience, pp. 0298-0219. https://doi.org/10.1523/jneurosci.0298-19.2019

Fuente: Psychology Today

  • Salud Mental y Tratamientos

Terapia centrada en la compasión

  • Maria Fernanda Alonso
  • 25/09/2019

La terapia centrada en la compasión (usaremos “CFT,” por sus siglas en inglés, y para evitar confundirla con la terapia cognitivo conductual) ayuda a aquellos que luchan con la vergüenza y la autocrítica que pueden resultar de experiencias tempranas de abuso o negligencia. CFT enseña a los pacientes a cultivar habilidades de compasión y autocompasión, lo que puede ayudar a regular el estado de ánimo y generar sentimientos de seguridad, autoaceptación y comodidad.

El psicólogo Paul Gilbert desarrolló esta terapia en la década del 2000 para abordar específicamente la vergüenza y la autocrítica, basándose en la psicología y la neurociencia evolutiva, social, del desarrollo y budista.

La técnica es similar a la terapia cognitiva basada en mindfulness, que también instruye a los pacientes sobre la ciencia detrás de la conexión mente-cuerpo y cómo practicar la conciencia de la mente y el cuerpo.

Tratamiento con terapia centrada en la compasión: ¿cuándo se usa?

Se ha demostrado que la CFT trata eficazmente los problemas emocionales a largo plazo, incluidos los trastornos de ansiedad, los trastornos del estado de ánimo, los trastornos de la personalidad, los trastornos alimentarios, el trastorno de acumulación y la psicosis al abordar los patrones de vergüenza y autocrítica, que pueden contribuir significativamente a los problemas de salud mental.

La investigación sugiere que los humanos tienen al menos tres sistemas diferentes de regulación de emociones: un sistema de amenaza y autoprotección, que genera enojo, asco o miedo para protegernos; un sistema de impulso y entusiasmo, que nos motiva a buscar recursos externos como compañeros, parejas, comida y estatus; y un sistema relajante y de seguridad social, que se activa cuando nos sentimos lo suficientemente pacíficos y contentos como para que ya no nos veamos obligados a buscar recursos externos.

La enfermedad mental puede resultar, en parte, de un desequilibrio entre estos tres sistemas. Es posible que las personas con alta vergüenza y autocrítica no hayan tenido suficiente estimulación de su sistema calmante temprano en la vida, y demasiada estimulación de su sistema de amenaza. Como resultado, pueden tener problemas para ser amables consigo mismos o para sentir la amabilidad de los demás. Pueden ser muy sensibles a las críticas o al rechazo, ya sean reales o percibidos, e internalizar esa desaprobación. El objetivo de CFT es corregir este desequilibrio en los sistemas de regulación de emociones.

Qué esperar de esta terapia

El tratamiento CFT se puede practicar en sesiones individuales o grupales, con el objetivo general de cultivar la compasión por uno mismo y por los demás. El terapeuta le enseñará al paciente sobre la evolución del cerebro, la construcción del yo y los sistemas que regulan las emociones.

También ayudará al paciente a desarrollar habilidades como la compasión, la autocompasión y la atención plena. Generalmente reciben tareas para practicar estas habilidades durante los días sin sesiones.

¿Cómo funciona?

La vergüenza y la autocrítica a menudo surgen del abuso, la negligencia y la intimidación. Las personas que experimentan un trauma temprano pueden llegar a sentir que sus mundos internos y externos están casi siempre al borde de la hostilidad. Según Gilbert, la autocrítica interna y el miedo al rechazo externo pueden volverse tan crónicos que pueden «acosar literalmente» a las personas hacia la depresión y la ansiedad.

CFT se superpone con terapias desarrolladas para tratar el trauma, que abordan los recuerdos tempranos, reconocen los pensamientos negativos y corrigen las percepciones erróneas. Pero para algunas personas que luchan con la vergüenza y la autocrítica, ser capaz de contrarrestar los pensamientos irracionales no es suficiente; sin autocompasión, la lógica no se traduce en sentirse mejor.

CFT reemplaza los sentimientos de hostilidad e inseguridad hacia uno mismo con compasión y comprensión, para que los pacientes puedan comenzar a calmarse, aceptar el alivio de los demás y generar sentimientos de satisfacción y seguridad (Chou et al., 2019; Cuppage, Baird, Gibson, Booth, & Hevey, 2018; Frostadottir & Dorjee, 2019; Gilbert, 2009).

El terapeuta

Busque un profesional de salud mental con capacitación especializada y experiencia en terapia cognitiva conductual y mindfulness, así como capacitación adicional y experiencia supervisada en terapia centrada en la compasión. Además de estas credenciales, es importante encontrar un terapeuta con el que se sienta cómodo.

Referencias:

Chou, C.-Y., Tsoh, J. Y., Shumway, M., Smith, L. C., Chan, J., Delucchi, K., … Mathews, C. A. (2019). Treating hoarding disorder with compassion-focused therapy: A pilot study examining treatment feasibility, acceptability, and exploring treatment effects. The British Journal of Clinical Psychology / the British Psychological Society. https://doi.org/10.1111/bjc.12228

Cuppage, J., Baird, K., Gibson, J., Booth, R., & Hevey, D. (2018). Compassion focused therapy: Exploring the effectiveness with a transdiagnostic group and potential processes of change. The British Journal of Clinical Psychology / the British Psychological Society, 57(2), 240-254. https://doi.org/10.1111/bjc.12162

Frostadottir, A. D., & Dorjee, D. (2019). Effects of Mindfulness Based Cognitive Therapy (MBCT) and Compassion Focused Therapy (CFT) on Symptom Change, Mindfulness, Self-Compassion, and Rumination in Clients With Depression, Anxiety, and Stress. Frontiers in Psychology, 10, 1099. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2019.01099

Gilbert, P. (2009). Introducing compassion-focused therapy. Advances in Psychiatric Treatment, Vol. 15, pp. 199-208. https://doi.org/10.1192/apt.bp.107.005264

Fuentes: Psychology Today; Center for Compassion Focused Therapy

  • Salud Mental y Tratamientos

¿Desorden o trastorno de acumulación?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 25/09/2019

El trastorno de acumulación se caracteriza por una resistencia constante a descartar las pertenencias personales, incluso aquellas sin valor, como el correo basura, los periódicos viejos y los materiales que la mayoría de la gente consideraría basura. Los acumuladores también se aferran a las posesiones personales que ya no usan, ya sea porque se sienten emocionalmente apegados a estos artículos o porque creen que los necesitarán en el futuro.

Las personas con esta afección pueden ceder ante la necesidad de adquirir cantidades excesivas de objetos que llenen su espacio vital. La acumulación de desorden y la falta de orden y limpieza pueden causar riesgos de salud y seguridad dentro del hogar. De esta manera, el trastorno de acumulación puede crear problemas sociales, profesionales y funcionales que afectan no solo al individuo sino también a las personas que lo rodean.

Tres criterios deben estar presentes, al menos en un grado mínimo, para considerar la existencia de un trastorno de acumulación:

  1. Acumulación excesiva y falta de descarte proporcionalmente (cosas y/o animales).
  2. Las actividades de la vida cotidiana se ven afectadas por espacios que no se pueden utilizar para el propósito previsto.
  3. Angustia o impedimento en el funcionamiento de la persona que acumula u otros. Incluso si «otros» no saben sobre la acumulación, tendrían motivos para preocuparse.

La acumulación se encuentra en todas las culturas, en personas con los más variados niveles de ingresos económicos y de educación, y puede presentarse por diferentes razones. Las situaciones de acumulación continúan deteriorándose hasta que la salud y la seguridad del individuo y la comunidad se ponen en riesgo.

En una situación que cumplen con el estándar para el trastorno de acumulación, la única diferencia entre una acumulación excesiva de cosas percibidas como valiosas y cosas no valiosas es el precio de los artículos. El factor clave es la acumulación excesiva y la imposibilidad de resolver esa acumulación excesiva debido al riesgo que crea.

Tipos de acumulación

Acumulación estandarizada, con tres subtipos:

Acumulación indiscriminada: Cualquier cosa puede ser atesorada, desde artículos valiosos hasta el desperdicio humano. Los artículos son lo que la mayoría de la gente guarda. La percepción y la motivación fluctúan mucho. Por lo general, da lugar a pilas caóticas.

Acumulación discriminada: guarda una o más categorías específicas de artículos; por ejemplo, libros, figuritas, arte, papel, ropa. Los artículos tienen un alto valor de atracción para la persona y se les da gran importancia. Rara vez se muestran como «colecciones» para disfrutar con conocidos.

Acumulación combinada: generalmente ocurre cuando la acumulación discriminada excede la capacidad de la persona de manejar los elementos deseados del desorden diario en su entorno.

Síndrome de Diógenes:

A menudo se encuentra en adultos que van envejeciendo y se caracteriza por la auto-negligencia (falta de ropa, mala nutrición, atención médica y dental incluso cuando pueden pagarla), y la miseria doméstica, lo que hace que el hogar sea poco saludable e inseguro.

Acumulación de animales, en la medida en que:

  • No se proporcione una nutrición, saneamiento y atención veterinaria mínimos.
  • No se actúe ante el deterioro de las condiciones de los animales o del medio ambiente.
  • No se actúe o no se reconozca el impacto negativo de la acumulación en la propia salud y bienestar.

La acumulación es más que un problema de salud mental

A partir de mayo de 2013, se convirtió en un trastorno dentro del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, 5a edición (DSM-5). Sin embargo, es más que un problema de salud mental, ya que puede convertirse en un problema de salud y seguridad personal y pública. Sin identificación y tratamiento, las personas que viven con el trastorno de acaparamiento corren un mayor riesgo de experimentar un más deterioro tanto de su estado de salud mental como de sus condiciones de vida. Sin intervenciones de apoyo pueden ponerse a sí mismos y a otros en riesgo (Timpano et al., 2011).

La acumulación es ampliamente reconocida como un comportamiento compulsivo, por lo que a medida que avanza, se pueden crear las siguientes condiciones:

  • Condiciones de vida poco saludables debido al deterioro, infestación o contaminación. Por ejemplo, se pueden crear condiciones de respiración comprometidas debido a la mala calidad del aire, polvo extremo, excremento de ratón o moho.
  • Condiciones de vida inseguras debido a incendios, inundaciones, tropiezos o derribos. Un ejemplo son los ratones que mastican cables eléctricos que podrían provocar un incendio. Una acumulación excesiva de cosas crea un mayor riesgo debido a la carga de combustible. Si por alguna razón los artículos se mojan, pueden poner una carga excesiva en la integridad estructural del edificio. Si el entorno es compartido, como un apartamento o vecindad o propiedad horizontal, los vecinos también están en riesgo.

¿Acumulación o desorden?

Aunque a menudo se utilizan estos términos indistintamente, hay dos diferencias:

  1. Los desordenadores son más propensos a descartar cosas más fácilmente.
  2. Su desorden no debilita sus vidas en el mismo grado.

Lo que no sabemos es si el desorden es realmente una etapa en el ciclo de vida del acumulador.

Tratamiento

Un tratamiento efectivo del trastorno de acumulación puede ayudar a mejorar la condición, así como la toma de decisiones, las habilidades de organización y la reducción del estrés. Los tratamientos principales utilizados para aliviar sus síntomas incluyen la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la medicación antidepresiva, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Se puede emplear uno u otro, o ambos. Los primeros ensayos clínicos sugieren que la terapia centrada en la compasión (similar a la terapia cognitiva basada en mindfulness) puede ser más efectiva que la TCC sola (Chou et al., 2019).

Referencia:

Chou, C.-Y., Tsoh, J. Y., Shumway, M., Smith, L. C., Chan, J., Delucchi, K., … Mathews, C. A. (2019). Treating hoarding disorder with compassion-focused therapy: A pilot study examining treatment feasibility, acceptability, and exploring treatment effects. The British Journal of Clinical Psychology / the British Psychological Society. https://doi.org/10.1111/bjc.12228

Timpano, K. R., Exner, C., Glaesmer, H., Rief, W., Keshaviah, A., Brähler, E., & Wilhelm, S. (2011). The epidemiology of the proposed DSM-5 hoarding disorder: exploration of the acquisition specifier, associated features, and distress. The Journal of Clinical Psychiatry, 72(6), 780-786; quiz 878-879. https://doi.org/10.4088/JCP.10m06380

Fuente: Psychology Today

  • Análisis

El «vínculo débil» o la falta de gratitud de un miembro de la pareja

  • Maria Fernanda Alonso
  • 25/09/2019

Ser agradecidos en general es beneficioso para nuestra salud (física y mental) así como para la salud de quienes nos rodean. Es que la gratitud tiene un papel de suma importancia en nuestras vidas. Incluso, una investigación encontró que la gratitud hacia la pareja media la relación entre evitar el apego y la satisfacción con la relación. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que la gratitud sólo es buena si ambos miembros de la relación son agradecidos (McNulty & Dugas, 2019).

Para llegar a esta conclusión, investigadores hicieron un seguimiento de 120 parejas de recién casados ​​durante tres años, y midieron los sentimientos y las expresiones de gratitud de cada uno al comienzo del estudio, después del primer año y luego nuevamente después del segundo año. También les preguntaron qué tan satisfechos estaban con su relación cada cuatro meses durante tres años.

Lo que encontraron fue que la gratitud era buena para la calidad de la relación, pero solo si ambos eran muy agradecidos. Al comienzo del estudio, cuanto más agradecidas estaban las personas, más satisfechas estaban con sus relaciones, pero solo si su pareja también estaba muy agradecida.

Lo mismo sucedió con el tiempo: las personas agradecidas que también tenían parejas agradecidas no experimentaron las mismas caídas de satisfacción en los tres años que el resto de las parejas en el estudio. De hecho, fueron el grupo más satisfecho al final del estudio. Por otro lado, las personas agradecidas que tenían parejas desagradecidas mostraron las mayores caídas en satisfacción durante los tres años, y terminaron siendo las más insatisfechas.

Mientras que el trabajo previo ha encontrado que las personas que se sienten más apreciadas llegan a ser más agradecidas, lo que sugiere que un compañero puede aumentar la gratitud y la calidad de la relación del otro compañero, estos hallazgos resaltan el otro lado de ese ciclo diádico: un compañero desagradecido puede ser capaz de atraer al otro a ese lugar con el tiempo, al menos en términos de su satisfacción con la relación. Los autores de este estudio no encontraron que la gratitud de un miembro de la pareja predijera la gratitud del otro.

Cualesquiera que sean las vías a través de las cuales las parejas desagradecidas se afectan entre sí, este estudio sugiere que, con el tiempo, que un miembro de la pareja sea menos agradecido puede ser suficiente para acelerar la inevitable disminución en la satisfacción de la relación, concluyen los autores recordando, de todos modos, que este es un estudio correlacional por lo que se necesita más evidencia que respalde estos hallazgos.

Referencia:

McNulty, J. K., & Dugas, A. (2019). A dyadic perspective on gratitude sheds light on both its benefits and its costs: Evidence that low gratitude acts as a «weak link». Journal of Family Psychology: JFP: Journal of the Division of Family Psychology of the American Psychological Association . https://doi.org/10.1037/fam0000533

Fuente: Psychology Today

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Podemos cambiar la personalidad?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 25/09/2019

Hasta cierto punto, todos poseemos un deseo inherente de cultivar rasgos de personalidad positivos (como ser extrovertidos, optimistas y carismáticos) y minimizar rasgos negativos (como el pesimismo y el neuroticismo).

Una nueva investigación descubrió que las personas que trabajan activa y constantemente para cambiar aspectos de su personalidad, en muchos casos, logran con éxito los resultados que desean (Hudson, Briley, Chopik, & Derringer, 2019).

Para llegar a esta conclusión, los investigadores reclutaron a 377 estudiantes universitarios en la Universidad de Illinois y la Universidad Estatal de Michigan que participaron en un estudio de 15 semanas. Primero se les pidió que completaran una prueba corta de personalidad que midió las cinco dimensiones centrales de la personalidad: extraversión, amabilidad, estabilidad emocional, conciencia y apertura a las experiencias. Después de completar la encuesta, se les pidió a los participantes que eligieran cuál de estas dimensiones les gustaría cambiar durante el período de prueba de 15 semanas.

Dependiendo de lo que eligieron, los participantes recibieron «desafíos» semanales, enviados por el equipo de investigación, que estaban destinados a impulsarlos fuera de sus zonas de confort en las dimensiones de personalidad que querían cambiar. Por ejemplo, alguien que quería ser más extrovertido podría verse desafiado a presentarse con alguien nuevo. O bien, se le puede pedir a una persona que quiera mejorar su estabilidad emocional que pase al menos una hora haciendo algo que disfrute.

Los investigadores solicitaron que los participantes volvieran a tomar la prueba de personalidad todas las semanas durante el período de prueba de 15 semanas. También enviaron nuevos desafíos cada semana, con diferentes niveles de dificultad. Por ejemplo, por el rasgo de la extraversión, un desafío fácil les pedía a los participantes ir a un lugar público donde las personas compartieran y se mezclan y saludar a alguien nuevo, mientras que un desafío difícil requería que los participantes «se presentaran con alguien nuevo y les preguntaran al menos dos preguntas sobre ellos.»

A través de este diseño, los investigadores probaron si los participantes podían cambiar sus personalidades al participar en los desafíos. Curiosamente, descubrieron que funcionaba. Los participantes que deseaban cambiar los rasgos de extraversión, conciencia, amabilidad y estabilidad emocional, todos mostraron una mejora en estas dimensiones de la personalidad durante el período de prueba de 15 semanas. La apertura a las experiencias fue la única dimensión de personalidad para la cual el ejercicio no funcionó (de hecho, las personas que intentaron ser más abiertas a las experiencias en realidad terminaron menos abiertas que cuando comenzaron).

Los investigadores también encontraron que el cambio de personalidad no tenía mucho que ver con la dificultad de los desafíos que las personas aceptaban. Lo que más importaba era completar constantemente los desafíos, independientemente de su nivel de dificultad.

Los investigadores concluyen que estos hallazgos proporcionan “evidencia de que hacer cambios de comportamiento activos que alineen los comportamientos de uno con los rasgos deseados es una estrategia viable para cambiar de forma volitiva la propia personalidad. Aunque esto parece ser un pronóstico prometedor para aquellos que podrían buscar programas diseñados para ayudarlos a cambiar sus rasgos, nuestros hallazgos enfatizan una advertencia importante: simplemente desear un cambio y formular planes no es suficiente; es necesario llevarlos a cabo.»

Referencia:

Hudson, N. W., Briley, D. A., Chopik, W. J., & Derringer, J. (2019). You have to follow through: Attaining behavioral change goals predicts volitional personality change. Journal of Personality and Social Psychology, 117(4), 839-857. https://doi.org/10.1037/pspp0000221

Fuente: Psychology Today

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