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  • Psicología aplicada

Desarrollan una prueba fisiológica para detectar TEA

  • Maria Fernanda Alonso
  • 04/09/2020

¿Es posible diagnosticar el autismo por medio de una prueba fisiológica basada en un examen de sangre? Científicos del Instituto Politécnico de Rensselaer se propusieron este desafío, sin embargo, los trastornos del espectro autista (TEA) afectan a las personas de formas muy diversas. Este sería un obstáculo clave para el desarrollo de tal prueba.

Metodología: el diseño de la prueba fisiológica se basa en un algoritmo que analiza las mediciones de metabolitos en una muestra de sangre para predecir si una persona tiene un diagnóstico de TEA o no.

Para evaluar la solidez del algoritmo, el equipo de investigadores lo cotejó con datos recopilados de niños con TEA que también tienen una o más afecciones (llamadas afecciones coexistentes, como alergias o síntomas gastrointestinales).

Hallazgos: para las condiciones analizadas, la precisión de los resultados de la predicción solo se vio mínimamente afectada por la presencia de condiciones concurrentes (Vargason et al., 2020).

El modelo, según la investigación, pudo identificar con éxito a 124 de 131 niños con TEA (94,7%), independientemente de si el niño también tenía o no una afección concurrente.

Estos resultados se muestran prometedores para avanzar hacia una detección temprano de los trastornos del espectro autista y, consecuentemente, dar el acompañamiento y tratamiento adecuado a cada persona.

Referencia bibliográfica:

Vargason, T., Roth, E., Grivas, G., Ferina, J., Frye, R. E., & Hahn, J. (2020). Classification of autism spectrum disorder from blood metabolites: Robustness to the presence of co-occurring conditions. En Research in Autism Spectrum Disorders (p. 101644). https://doi.org/10.1016/j.rasd.2020.101644

Fuente: Science Daily

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  • Psicología aplicada

Antropólogos proponen una nueva forma de abordar ciertas enfermedades mentales

  • Maria Fernanda Alonso
  • 04/09/2020
Antropólogos biológicos proponen una nueva manera de concebir ciertas enfermedades mentales. Su punto de partida: la psicología moderna y en particular el uso de fármacos como los antidepresivos, no han logrado reducir en gran medida la prevalencia de los trastornos mentales; la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático podrían no ser trastornos para este nuevo enfoque que los considera parte de la evolución humana (Syme & Hagen, 2020). ¿Cuáles son los fundamentos de este enfoque? Los autores señalan que la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático pueden ser principalmente respuestas a la adversidad; por eso sostienen que tratar solamente el «dolor psíquico» de estos problemas con drogas no resolverá el problema subyacente. Sería como “medicar a alguien por un hueso roto sin endurecer el hueso en sí.” La depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático muchas veces implican una amenaza o exposición a la violencia. Estas situaciones son fuentes conocidas de enfermedades mentales. Con esta base, los autores sugieren que tales respuestas parecieran ser más bien fenómenos socioculturales, por lo tanto, la solución no sería necesariamente “corregir una disfunción en el cerebro de la persona,” sino ocuparse de las disfunciones en el mundo social. Las investigaciones en salud mental siguen aferradas a la clasificación por síntomas con la esperanza de revelar patrones subyacentes que podrían conducir a soluciones, pero es necesario integrar los conocimientos que surgen de investigaciones en genética, los biomarcadores y estudios realizados con imágenes para mejorar realmente la vida de las personas, señalan. ¿Dónde está el problema? Para estos investigadores, dentro de los asuntos más problemáticos se encuentra la teoría del «desequilibrio químico» de la depresión, que ha contribuido a crear un auge de los fármacos antidepresivos destinados a modular ciertas sustancias químicas del cerebro llamadas neurotransmisores. Un gran metanálisis centrado en ensayos con antidepresivos halló que los antidepresivos tenían casi el mismo efecto que un placebo y su uso generalizado no ha arrojado resultados medibles (Cipriani et al., 2018). Por ejemplo, solo en Australia, el uso de antidepresivos aumentó un 352% entre 1990 y 2002, sin embargo, no se ha observado una reducción en la prevalencia de trastornos del estado de ánimo, ansiedad o uso de sustancias en ningún país. También hubo aumentos sustanciales en el uso de terapias psicológicas. Sin embargo, no se observó una reducción en la prevalencia de trastornos del estado de ánimo, ansiedad o uso de sustancias en ningún país (Jorm et al., 2017). En lugar de abordar los problemas mentales por sus síntomas, Hagen y Syme proponen abordar la enfermedad mental por sus causas probables. Reconocen que algunos trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia son probablemente genéticos y, a menudo, hereditarios y otros, como el Alzheimer, parecen estar relacionados con el envejecimiento. Sin embargo, este equipo de antropólogos argumentan que algunas afecciones podrían ser un desajuste entre los entornos modernos y ancestrales, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Por otro lado, trastornos como la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático no son hereditarios, pueden ocurrir a cualquier edad y, a menudo, están vinculados a experiencias amenazadoras. En estos casos, los autores teorizan que pueden ser respuestas a la adversidad y servir como señales (al igual que lo hace el dolor físico) para que las personas tomen conciencia de la necesidad de ayuda. “El dolor no es la enfermedad, sino la función que nos avisa que hay un problema.” Referencia bibliográfica: Cipriani, A., Furukawa, T. A., Salanti, G., Chaimani, A., Atkinson, L. Z., Ogawa, Y., Leucht, S., Ruhe, H. G., Turner, E. H., Higgins, J. P. T., Egger, M., Takeshima, N., Hayasaka, Y., Imai, H., Shinohara, K., Tajika, A., Ioannidis, J. P. A., & Geddes, J. R. (2018). Comparative Efficacy and Acceptability of 21 Antidepressant Drugs for the Acute Treatment of Adults With Major Depressive Disorder: A Systematic Review and Network Meta-Analysis. Focus , 16(4), 420-429. https://doi.org/10.1176/appi.focus.16407 Jorm, A. F., Patten, S. B., Brugha, T. S., & Mojtabai, R. (2017). Has increased provision of treatment reduced the prevalence of common mental disorders? Review of the evidence from four countries. World Psychiatry: Official Journal of the World Psychiatric Association , 16(1), 90-99. https://doi.org/10.1002/wps.20388 Syme, K. L., & Hagen, E. H. (2020). Mental health is biological health: Why tackling «diseases of the mind» is an imperative for biological anthropology in the 21st century. American Journal of Physical Anthropology, 171 Suppl 70, 87-117. https://doi.org/10.1002/ajpa.23965 Fuente: Science Daily

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  • Psicología aplicada

¿Afrontar la soledad a través de la tecnología?

  • Alejandra Alonso
  • 04/09/2020
Soledad
Este año hemos vivido una pandemia a nivel mundial cuyas medidas de seguridad, si bien son importantes, han impactado en muchos aspectos de nuestra vida y estamos tratando de adaptarnos de la mejor manera que podemos. Confrontados de forma repentina con falta de interacciones sociales, muchos sienten soledad. Hace falta esa palmadita en los hombros o ese abrazo de consuelo, que muchas veces recibimos en tiempo de adversidad. Para afrontar esta situación hemos recurrido por ejemplo a videollamadas o a jugar o ver películas sincronizadamente con otros. ¿Cómo podríamos sacarle el mayor beneficio a estas formas de buscar contacto social?

La soledad

Cuando nos sentimos rechazados, se activan regiones cerebrales asociadas al estrés, la incertidumbre social y la rumiación (Cacioppo, Frum, Asp, Weiss, Lewis y Cacioppo, 2013). Algunos autores creen que tal vez se debe a un mecanismo para llevarnos a establecer y mantener relaciones sociales en pos de nuestra supervivencia.

Soledad y personalidad

No todos disfrutan la conexión social de la misma forma. Las personas con un tipo de personalidad extrovertida buscan y disfrutan más interacciones sociales, tienen acceso a redes sociales más extensas y reportan percibir menos soledad y más apoyo social (Buecker, Maes, Denissen y Luhmann, 2020). Algunos estudios también han encontrado que la amabilidad como rasgo de personalidad se correlaciona a mayor popularidad, simpatía y menos conflictos (Buecker, Maes, Denissen y Luhmann, 2020). Existen estudios sobre el neuroticismo y la soledad, que indican que el primero se relaciona con una mayor reactividad a estresores sociales. Los individuos que puntúan alto en neuroticismo son más sensibles a señales de rechazo social, que puede resultar en sentimientos de soledad. Este rasgo de personalidad se ha vinculado también con disfunción interpersonal que lleva a una menor satisfacción en las relaciones. En contraste, las personas que puntúan bajo en neuroticismo son descritas como más simpáticas por sus pares, lo que puede resultar en menos soledad (Buecker, Maes, Denissen y Luhmann, 2020).

Los riesgos de la soledad

La soledad puede ser una amenaza a la salud y se sabe que aumenta el riesgo de mortalidad (Luo, Hawkley, Waite y Cacioppo, 2012). Incluso se ha reportado que la soledad y el aislamiento social se asocian a un incremento de sufrir ictus o ataque del corazón. Algunos científicos opinan que tal vez se deba a que los amigos y amigas y familiares ejercen cierto control alentando y apoyando conductas saludables. Adicionalmente, se ha observado que los sentimientos de soledad se relacionan con un aumento en las probabilidades de presentar demencia y pueden tener un gran impacto en nuestras emociones.

¿Cómo afrontar la soledad?

Un metaanálisis sugiere que algunas de las intervenciones más exitosas encuentran formas de redirigir los pensamientos distorsionados que crean soledad. Al sentirte sola/o puedes tratar de identificar pensamientos automáticos (por ejemplo, asumir que otros no quieren saber de ti o que estás molestando) y replantearlos como hipótesis más que hechos (Masi, Chen, Hawkley y Cacioppo, 2010). Otra revisión de literatura encontró que trabajar en estrategias de afrontamiento también puede ser muy beneficioso, especialmente aquellas enfocadas a la resolución de problemas (Deckx, van den Akker, Buntinx y van Driel, 2017).

¿Puede ayudar la tecnología?

Aunque el uso de redes sociales muchas veces es criticado, es una de las únicas herramientas que nos ayudan a conectar con los demás en estos momentos. Sin embargo, tienen sus carencias: al no vernos cara a cara hay una falta de señales no verbales. Cuando esta información, que es importante para entender el contexto y tono de un encuentro social, no está disponible podemos percibir menos señales amistosas de otros (Sadikaj y Moskowits, 2018). Si bien las redes sociales pueden ayudar mucho en tiempos de aislamiento, algunos componentes faltan, pero existen formas de aumentar las recompensas de la comunicación social: un estudio que utilizó realidad aumentada descubrió que los participantes informaron una mayor sensación de presencia social y una experiencia más atractiva (de Souza Alemeida, Atsumi Oikawa, Polo Carres, Miyakazi, Kato y Billinghurst, 2012). Del mismo modo, la participación en actividades compartidas beneficia la formación de relaciones cercanas con los demás (Mesch y Talmud, 2005). Existen robots que están diseñados para interactuar socialmente con nosotros y se han llevado a cabo estudios para analizar dicha interacción y cómo podría influir en nuestra habilidad de sentirnos socialmente conectados a estas máquinas. Por ejemplo, un estudio reciente resalta cómo las personas conversan con un robot con forma humana de manera similar a como lo harían con una persona (Laban, Morrison y Cross, 2020). Aunque esto te parezca futurista, muchos robots ya han llegado a nuestras casas, hospitales y supermercados. Sin embargo, hasta que todos tengamos un robot sofisticado socialmente, lo mejor que tenemos es el uso de internet, enfocado especialmente en las actividades compartidas (como la participación en cultos virtuales de tu iglesia, los eventos por zoom, las películas compartidas, etc.). También recuerda que el contacto humano volverá a ser seguro en algún momento. Fuente: Psypost

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  • Psicología aplicada

¿Las personas con depresión necesitan 1 o 2 sesiones por semana?

  • Alejandra Alonso
  • 03/09/2020
Una investigación evaluó qué frecuencia es más efectiva en la terapia cognitivo conductual (TCC) y terapia interpersonal para la depresión, ya que este dato no era claro. Ambas terapias cuentan con evidencia sólida para tratar la depresión, según el listado de la APA.

Por qué es importante

De acuerdo con los autores, estudios aleatorios controlados indican que una dosis más intensa de tratamiento puede conducir a una respuesta más rápida, menos posibilidades de abandonar la terapia y resultados mejores o no inferiores, comparados con tratamientos menos intensos. Ellos también nombran un metaanálisis que concluye que el número de sesiones semanales (no el número total de sesiones) se correlaciona con los resultados. Sin embargo, no hay estudios aleatorios controlados que se enfoquen en la frecuencia de las sesiones vinculadas al tratamiento de la depresión.

Metodología

Los pacientes fueron asignados al azar a una de 4 condiciones:
  1. 16 sesiones de TCC, con dos sesiones semanales
  2. 16 sesiones de TCC, con una sesión semanal
  3. 16 sesiones de terapia interpersonal, con dos sesiones semanales
  4. 16 sesiones de terapia interpersonal, con una sesión semanal
En cada condición, la última sesión era seguida de sesiones cada dos semanas. Los datos presentados por los autores incluyen un seguimiento realizado hasta 6 meses después de comenzar el tratamiento. Ellos aclaran que habrán datos a largo plazo que se informarán en otro paper. Los 200 participantes fueron referidos de 9 centros de salud mental de Holanda y como criterio de inclusión debían tener un diagnóstico de depresión mayor, entre 18 y 65 años, conocimiento suficiente de holandés, un puntaje igual o mayor a 20 en la escala de depresión de Beck (BDI-II) y acceso a establecimientos con internet. No se incluyeron personas que habían comenzado a tomar antidepresivos en los últimos 3 meses, presentaban riesgo agudo de suicidio, tenían diagnóstico de trastorno por consumo de sustancias o alcohol, presencia de trastornos de personalidad de los grupos A o B y que habían recibido sesiones de TCC o terapia interpersonal en el año previo.

Resultados

Los científicos encontraron los siguientes resultados:
  • Solo una pequeña proporción de participantes mostró cambios clínicamente significativos, la mayoría de los pacientes seguía mostrando niveles moderados de depresión luego del tratamiento. Los autores notan que otros estudios sí han encontrado niveles mínimos de depresión luego del tratamiento y creen que la variedad de terapeutas y contextos a los que tuvieron que recurrir para conseguir los 200 pacientes, puede haber influido en este punto.
  • Hubo diferencias significativas entre las frecuencias de las sesiones en el ánimo actual, la felicidad general y la felicidad actual en el tiempo, a favor de la modalidad con 2 sesiones semanales.

Limitaciones

El grupo de investigadores nombra las siguientes limitaciones:
  1. Hubo pocos participantes que reportaron nivel educativo bajo y el número de pacientes con depresión recurrente era bajo. Ambos grupos deben considerarse subrepresentados.
  2. La evaluación más frecuente con el BDI-II en la condición con dos sesiones semanales podría haber contribuido a puntajes más bajos en dicha condición. Sin embargo, el efecto debería desaparecer luego de los 3 meses ya que las evaluaciones se realizaban cada dos semanas.
  3. El estudio no podía detectar efectos pequeños o diferencias entre las cuatro condiciones.
  4. Todas las medidas de resultado fueron autoinformadas y el estado clínico de los participantes después del tratamiento no se pudo confirmar.
  5. Todavía no se dispone de propiedades psicométricas para el IPT-AQS y, por lo tanto, las conclusiones sobre la calidad de la terapia interpersonal deben considerarse preliminares.
Referencia del estudio: Bruijniks, S. J. E., Lemmens, L. H. J. M., Hollon, S. D., Peeters, F. P. M. L., Cuijpers, P., Arntz, A., … Huibers, M. J. H. (2020). The effects of once- versus twice-weekly sessions on psychotherapy outcomes in depressed patients. The British Journal of Psychiatry, 1–9. doi:10.1192/bjp.2019.265

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  • Recomendados

Cómo evaluar y priorizar la semana

  • David Aparicio
  • 03/09/2020

Jorge Ayala para en el blog de Terapia Breve Centrada en Soluciones:

Llevo un diario del que me ocupo cada domingo únicamente. Es muy simple y funciona para mi, me ha permitido seguir adelante hasta ahora.

En la casilla de “+” tomo nota de todo lo que funcionó para mi en la semana.

En la casilla de “-” lo que no salió tan bien.

En la casilla “→” lo que planeo hacer a continuación.

Lleno el cuadro considerando los eventos de la semana que pasó, en general y en la consulta, por lo que uso dos fichas distintas. Lo hago los domingos porque marca una transición entre lo viejo y lo nuevo, y me permite comenzar bien la semana. Todo lo que salió bien lo ubico en la primera columna, cualquier evento negativo o inacción lo ubico en la segunda columna y todos los planes para la nueva semana los ubico en la última columna. Así es como se ve uno de mis domingos en ambas fichas, la primera es una de mi trabajo en general y la segunda sobre mi trabajo en terapia

La simplicidad de esta propuesta es fascinante. Esta semana empezaré a probarlo.

El artículo incluye las imágenes con ejemplos de cómo Jorge utiliza el diario para reflexionar sobre su performance de cada semana. Léelo completo en Terapia Breve Centrada en Soluciones.

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  • Guías y recursos

Formato APA 7.ª edición: lenguaje libre de sesgos

  • Equipo de Redacción
  • 03/09/2020

La séptima versión de las normas APA trae un capítulo destinado exclusivamente a la redacción libre de sesgos. Esta sección reconoce la importancia de utilizar un lenguaje preciso e inclusivo que no siga propagando prejuicios y sesgos contra diferentes grupos de personas. En Psyciencia hemos traducido la sección completa, intentado mantener al mínimo las adaptaciones y modificaciones, para que así los investigadores, estudiantes y docentes puedan conocer de primera mano todas las recomendaciones que hace la APA. El artículo es extenso, tiene más de 13,000 palabras, pero es un texto sumamente importante que incrementará tu precisión, claridad y, lo más importante, que ayudará a reducir los prejuicios.

La traducción fue realizada por Alejandra Alonso y editado por María Fernanda Alonso y David Aparicio.

Si deseas conocer más sobre las normas APA y los cambios que trae la nueva versión, te invitamos a leer nuestra sección de Normas APA séptima edición.

***

La Asociación Americana de Psicología (APA) enfatiza la necesidad de hablar sobre todas las personas con inclusión y respeto. Los escritores que usan las normas APA deben esforzarse por usar un lenguaje libre de prejuicios y evitar perpetuar creencias perjudiciales o actitudes degradantes en sus escritos. Del mismo modo que aprendiste a verificar lo que escribes en cuanto a ortografía, gramática y palabras, practica leer tu trabajo buscando sesgos.

Las pautas para un lenguaje libre de prejuicios contienen normas generales para escribir sobre personas sin prejuicios en una variedad de temas y normas específicas que abordan las características individuales de edad, discapacidad, género, participación en la investigación, identidad racial y étnica, orientación sexual, nivel socioeconómico e interseccionalidad. Estas pautas y recomendaciones fueron elaboradas por paneles de expertos en los comités de idiomas libres de sesgos de APA.

No hemos incluido la lista de referencias de cada sección, pero si te interesa alguna puedes buscarla en la sección correspondiente dentro del apartado Bias-Free Language.

Principios generales para reducir el sesgo

Los siguientes son principios generales para escribir sobre todas las personas y sus características personales sin prejuicios.

Describa al nivel apropiado de especificidad

La precisión es esencial en la escritura académica; cuando te refieres a una persona o personas, elige palabras que sean precisas, claras y libres de prejuicios o connotaciones perjudiciales. El sesgo, como el lenguaje inexacto o poco claro, puede ser una forma de imprecisión. Por ejemplo, usar «hombre» para referirse a todos los seres humanos no es tan preciso o inclusivo como usar los términos «individuos», «personas» o «sujetos».

Centrarse en las características relevantes

Ten en cuenta describir solo las características relevantes. Aunque es posible describir la edad, la discapacidad, la identidad de género, la participación en la investigación, la identidad racial y étnica, la orientación sexual, el estado socioeconómico u otras características de una persona sin prejuicios, no siempre es necesario incluir toda esta información en tu informe. Para una discusión más detallada consulta los estándares de informes de artículos de revistas para estudios cuantitativos y estudios cualitativos. Por ejemplo, es poco probable que menciones la orientación sexual de los participantes en un estudio de cognición porque la orientación sexual no es relevante para la cognición; sin embargo, es probable que menciones el género de los participantes en un estudio sobre la amenaza de estereotipo, porque el género es relevante para este tema. Además, puede haber múltiples características relevantes para discutir; cuando este sea el caso, aborda las formas en que se cruzan las características, según corresponda.

Reconocer las diferencias relevantes que existen

La escritura sin prejuicios no solo es reconocer que las diferencias deben mencionarse únicamente cuando es relevante, sino también reconocer las diferencias relevantes cuando existen. Evalúa el significado de la palabra «diferencia» cuidadosamente en relación con la población objetivo, no con el grupo dominante. Por ejemplo, un investigador que quiera generalizar los resultados del estudio a la población general, o a los estudiantes en general, etc., debe evaluar e informar si la muestra estudiada es diferente de la población objetivo y, de ser así, describir cómo es diferente.

Sea apropiadamente específico

Una vez que haya determinado qué características describir, elija términos que sean apropiadamente específicos, que dependerán de la pregunta de investigación y del estado actual del conocimiento en el campo. Es decir que no se deben mencionar características por mencionar; sin embargo, en caso de duda, sea más específico en lugar de menos porque es más fácil agregar datos que desglosarlos. Considere el nivel apropiado de especificidad al inicio del proceso de investigación, como cuando se diseña el estudio, porque puede que no sea posible reunir más datos una vez que el estudio esté en marcha o finalizado. El uso de términos específicos mejora la capacidad de los lectores para comprender la generalización de tus hallazgos y la capacidad de otros investigadores para utilizar tus datos en un metanálisis o replicación.

Ejemplos de especificidad por tema

A continuación, presentamos ejemplos de lenguaje específico para los temas cubiertos en estas pautas de lenguaje sin prejuicios. Una vez más, la elección adecuada dependerá de la situación y estos ejemplos representan solo algunas de las opciones posibles.

  • Al escribir sobre la edad, las edades exactas o los rangos de edad (por ejemplo, 15-18 años, 65-80 años) son más específicos que las categorías generales (por ejemplo, menores de 18 años, mayores de 65 años). Incluya la media y la mediana, además del rango de edades, para aumentar la especificidad del informe.
  • Al escribir sobre discapacidad, los nombres de las afecciones (por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer) son más específicos que las categorías de afecciones (por ejemplo, los tipos de demencia) o referencias generales como «personas con discapacidad».
  • Al escribir sobre la identidad de género, los descriptores con modificadores (por ejemplo, mujeres cisgénero, mujeres transgénero) son más específicos que los descriptores sin modificadores (por ejemplo, mujeres) o términos generales sin género (como ser personas, individuos).
  • Al escribir sobre las personas que participaron en la investigación, los términos que indican el contexto de la investigación (por ejemplo, pacientes, participantes, clientes) son más específicos que términos generales (como personas, niños, mujeres).
  • Cuando se escribe sobre grupos raciales y/o étnicos, la nación o región de origen (por ejemplo, chinoestadounidense, mexicano estadounidense) es más específico que un origen generalizado (p. ej., asiáticoamericano, latinoamericanos).
  • Al escribir sobre orientación sexual, los nombres de las orientaciones de las personas (por ejemplo, lesbianas, hombres homosexuales, personas bisexuales, personas heterosexuales) son más específicos que las etiquetas de grupo amplio (como homosexuales).
  • Cuando se escribe sobre el estatus socioeconómico, los rangos de ingresos o las designaciones específicas (por ejemplo, por debajo del umbral federal de pobreza para una familia de cuatro) son más específicos que las etiquetas generales (por ejemplo, bajos ingresos).

Se sensible a las etiquetas

Respeta el lenguaje que las personas usan para describirse a sí mismas; es decir, llama a las personas como éstas se llaman a sí mismas. Acepta que el lenguaje cambia con el tiempo y que las personas dentro de los grupos a veces no están de acuerdo con las designaciones que se usan. Haz un esfuerzo para determinar lo que es apropiado para tu estudio o trabajo, particularmente cuando estas designaciones se debaten dentro de los grupos. Es posible que debas preguntar a tus participantes qué designaciones usan y/o consultar a grupos de autodefensa que representan a estas comunidades para investigar el problema, si no estás trabajando directamente con los participantes. Sin embargo, ten en cuenta que algunas personas pueden usar insultos o lenguaje estigmatizante para referirse a sí mismos; los investigadores deben tener extrema precaución antes de repetir este lenguaje porque hacerlo puede propagar ese estigma (consulta las secciones de lenguaje sin prejuicios sobre la edad y la discapacidad para obtener más información).

Reconoce la humanidad de las personas

Elija etiquetas con sensibilidad, asegurando que se respete la individualidad y la humanidad de las personas. Evite usar adjetivos como sustantivos para etiquetar a las personas (por ejemplo, «los gays», «los pobres») o etiquetas que equiparen a las personas con su condición (por ejemplo, «amnésicos», «esquizofrénicos», «discapacitados en el aprendizaje», «usuarios de drogas» ). En cambio, use formas adjetivas (por ejemplo, hombres gay, adultos mayores) o sustantivos con frases descriptivas (por ejemplo, personas que viven en la pobreza, personas con discapacidades de aprendizaje, personas que usan drogas). Algunos grupos han optado por usar una etiqueta en mayúscula para identificar y promover un sentido de unidad y comunidad (Solomon, 2012); use la etiqueta que utiliza la comunidad, incluso cuando esa etiqueta sea adjetiva. En particular, el uso de etiquetas en lo que respecta a la discapacidad está evolucionando y las personas pueden estar en desacuerdo sobre el enfoque preferido. Al escribir sobre discapacidad, el lenguaje donde se ubica a la persona primero (por ejemplo, «una persona con paraplejia» en lugar de «parapléjico»), el lenguaje donde se ubica la identidad primero (por ejemplo, «una persona autista» en lugar de «una persona con autismo»), o ambos puede ser aceptable dependiendo del grupo sobre el que está escribiendo.

Proporcione definiciones operacionales y etiquetas

Si proporciona definiciones operativas de grupos al principio de su trabajo (por ejemplo, «los participantes que obtuvieron un mínimo de X en la escala Y constituyeron el grupo verbal alto, y los que obtuvieron un puntaje inferior a X constituyeron el grupo verbal bajo»), la mejor práctica es describir a partir de entonces a los participantes en términos de las medidas utilizadas para clasificarlos (por ejemplo, «el contraste para el grupo verbal alto fue estadísticamente significativo»), siempre que los términos no sean inapropiados. Una etiqueta peyorativa no debe usarse de ninguna forma. Las abreviaturas o las etiquetas de serie para grupos generalmente sacrifican la claridad y pueden ser problemáticas: «DA» o «grupo DA» para describir a personas con dificultades de aprendizaje específicos es problemático. Es difícil descifrar «ACV» para el «grupo de alta capacidad verbal». El «grupo A» no es problemático, pero tampoco es descriptivo. En su lugar, asegúrese de que las etiquetas operativas del grupo sean claras y apropiadas (por ejemplo, «grupo con disgrafía»).

Evita las jerarquías falsas

Compare grupos con cuidado. El sesgo ocurre cuando los autores usan un grupo (a menudo su propio grupo) como el estándar contra el cual otros son juzgados (como el uso de ciudadanos de los Estados Unidos como el estándar sin especificar por qué se eligió ese grupo). Por ejemplo, el uso de «normal» puede hacer que los lectores hagan la comparación con «anormal», estigmatizando así a las personas con diferencias. Del mismo modo, contrastar a las lesbianas con «el público en general» o «mujeres normales» retrata a las lesbianas como marginales a la sociedad. Los grupos de comparación más apropiados para las lesbianas pueden ser personas heterosexuales, mujeres heterosexuales u hombres homosexuales. Use designaciones paralelas para grupos, especialmente cuando presente información de identidad racial y étnica.

Tenga en cuenta que el orden de presentación del grupo social puede implicar que el primer grupo mencionado es la norma o estándar y que los grupos mencionados más adelante son anormales o desviados. Por lo tanto, las frases «hombres y mujeres» y «estadounidenses blancos y minorías raciales» reflejan sutilmente el dominio percibido de hombres y personas blancas sobre otros grupos (además, es preferible enumerar grupos minoritarios raciales específicos que escribir sobre minorías raciales en general) cuando se habla sobre identidad racial y étnica. De manera similar, cuando se presentan datos grupales, colocar grupos socialmente dominantes como hombres y personas blancas en el lado izquierdo de un gráfico o en la parte superior de una tabla también puede implicar que estos grupos son el estándar universal (Hegarty y Buechel, 2006). Al referirte a múltiples grupos, considera cuidadosamente el orden en el cual presentarlos. No pongas los grupos en orden de dominio social por defecto; en su lugar, considera opciones como el orden alfabético o el orden del tamaño de la muestra. Para facilitar la comprensión, enumera los grupos en el mismo orden de manera consistente a lo largo de un artículo.

Edad

Cuando escribe, debe seguir los principios generales para asegurarse de que su idioma esté libre de sesgos. Aquí proporcionamos pautas para hablar sobre la edad con inclusión y respeto.

La edad se debe informar como parte de la descripción de los participantes en la sección metodología del documento. Sea específico al proporcionar rangos de edad, medias y medianas. Evite definiciones abiertas como «menores de 18 años» o «mayores de 65 años», a menos que se refiera, por ejemplo, a criterios amplios de elegibilidad para estudios de investigación.

Términos para diferentes grupos de edad

Se usan diferentes términos para individuos de diferentes edades, y estos términos a menudo son de género. Utiliza los términos que usan los individuos para autodescribirse, ya sea que se trate de categorías binarias de género de niña-niño u hombre-mujer o categorías descriptivas y posiblemente no binarias de transgénero, género queer, género no binario o género fluido.

  • Para un individuo de cualquier edad, los términos apropiados son «persona», «individuo», etc. En general, evita usar «masculino» y «femenino” como sustantivos; en su lugar, usa «hombres» y «mujeres» u otras palabras apropiadas para su edad y género. «Varones» y «mujeres» son apropiados cuando los grupos incluyen individuos con un amplio rango de edad (por ejemplo, «varones» para describir un grupo que incluye tanto niños como hombres).
  • Para un individuo de 12 años o menos, los términos apropiados son «niños», «niño», «niña «, “ niña transgénero «, » niño transgénero «,» niño de género fluido» y así sucesivamente.
  • Para un individuo de 13 a 17 años, los términos apropiados son «adolescente», «joven” , «mujer joven», «hombre joven», «adolescente de género no binario», y así sucesivamente.
  • Para individuos de 18 años y mayores, los términos apropiados son «adulto», «mujer», «hombre», «hombre transgénero», «hombre trans», «mujer transgénero», «mujer trans», «adulto de género queer«, «adulto cisgénero» y así.

Términos para adultos mayores

Los adultos mayores son un subgrupo de adultos, y los grupos de edad de los adultos mayores pueden describirse con adjetivos. En la primera referencia a un grupo de personas mayores, sea lo más específico posible al incluir el rango de edad, la edad promedio y la mediana de edad, cuando estén disponibles. Se prefieren términos como «personas mayores», «adultos mayores», «pacientes mayores», «personas mayores de 65 años» y «la población mayor». Evite el uso de términos como «ancianos», «viejos» “dependientes mayores” y similares, porque connotan un estereotipo y sugieren que los miembros del grupo no son parte de la sociedad sino más bien un grupo aparte (ver Lundebjerg et al., 2017; Sweetland et al., 2017). No use estos términos estigmatizantes en su investigación, incluso si sus participantes los usan para referirse a sí mismos (también vea la sección sobre discapacidad). Del mismo modo, evite las actitudes negativistas y fatalistas hacia el envejecimiento, como mostrar la edad como un obstáculo a superar (Lindland et al., 2015). No use «senil», es un término obsoleto sin significado acordado. Use «demencia» en lugar de «senilidad»; especifique el tipo de demencia cuando se conoce (por ejemplo, demencia debido a la enfermedad de Alzheimer). Asegúrese de que su lenguaje transmita que el envejecimiento es una parte normal de la experiencia humana y está separado de la enfermedad y el trastorno.

Los gerontólogos pueden usar términos combinados para los grupos de mayor edad (por ejemplo, «adulto mayor joven», «persona mayor», » adultos mayores longevos»); proporciona las edades específicas de estos grupos cuando los presentes en tu trabajo y usa los nombres de los grupos solo como adjetivos, no como sustantivos (es decir, refiérase a «individuos jóvenes», no a «los jóvenes»). Al comparar adultos mayores con adultos de otras edades, describa específicamente ese otro grupo de edad (por ejemplo, adultos jóvenes versus adultos mayores, adultos de mediana edad versus adultos mayores). Puedes usar descriptores específicos de la década si lo deseas (por ejemplo, octogenario, centenario). Los descriptores generacionales como «baby boomers», «Gen X», «millennials», «centennials», «Gen Z», etc., deben usarse sólo cuando se discuten estudios relacionados con el tema de las generaciones.

Ejemplos de lenguaje libre de prejuicios⁠

Los siguientes son ejemplos de lenguaje libre de prejuicios para la edad. Ambos ejemplos problemáticos y preferidos se presentan con comentarios explicativos.

1. Términos para adultos mayores

Problemático:

  • Ancianos
  • La ancianidad
  • Personas de edad avanzada
  • Viejos
  • La vejez
  • Dependientes mayores
  • Antiguos ciudadanos

Preferidos:

  • Adultos mayores
  • Personas mayores
  • Personas mayores de 65 años
  • La población mayor

Comentario: los términos problemáticos perpetúan estereotipos. La palabra «ancianos» no determina grupos de edad uniformemente reconocidos. Sea específico sobre los grupos de edad cuando sea posible.

2. Especificación de edades para adultos mayores

Problemático:

  • Hombres viejos

Preferidos:

  • Hombres mayores
  • Hombres entre las edades de 65 y 75
  • Octogenarios

Comentario: utilice un lenguaje preciso, brinde información sobre el rango de edad, la media y la mediana. Esto reconoce que los adultos mayores son diversos y no un grupo monolítico.

3. Discusión de la demencia

Problemático:

  • Senilidad
  • Senil

Preferidos:

  • Demencia
  • Persona con demencia
  • Persona con demencia debido a la enfermedad de Alzheimer

Comentario: no uses un lenguaje que implique que todos los adultos mayores están experimentando un deterioro perceptivo o cognitivo o que tienen problemas de salud, o que todos los adultos mayores son frágiles. Recuerda que «senil» es un término desactualizado sin significado acordado.

Discapacidad

Cuando escribes, debes seguir los principios generales para asegurarte de que tu lenguaje esté libre de sesgos. Aquí proporcionamos pautas para hablar sobre discapacidad con inclusión y respeto.

Discapacidad es un término amplio que se define de manera legal y científica y abarca los impedimentos físicos, psicológicos, intelectuales y socioemocionales (Organización Mundial de la Salud, 2001, 2011). Los miembros de algunos grupos de personas con discapacidad, efectivamente subculturas dentro de la cultura más amplia de la discapacidad, tienen formas particulares de referirse a sí mismos que preferirían que otros adoptaran. Cuando utilices las opciones de idioma de discapacidad realizadas por grupos de personas con discapacidad, respeta sus preferencias. Por ejemplo, algunas personas sordas culturalmente prefieren ser llamadas «Sordas» (en mayúsculas) en lugar de «personas con pérdida auditiva» o «personas que son sordas» (Dunn y Andrews, 2015). Del mismo modo, use el término «dificultades de audición» en lugar de «impedimentos de audición». Honrar la preferencia del grupo no es solo un signo de conciencia profesional y respeto por cualquier grupo de discapacitados, sino también una forma de ofrecer solidaridad.

El lenguaje a utilizar en lo que respecta a la discapacidad está evolucionando. El principio general para usar el lenguaje de la discapacidad es mantener la integridad (valor y dignidad) de todas las personas como seres humanos. Se alienta a los autores que escriben sobre discapacidad a usar términos y descripciones que honren y expliquen las perspectivas de la persona primero y la identidad primero. El lenguaje debe seleccionarse con el entendimiento de que la preferencia expresada de las personas con discapacidad reemplaza las cuestiones de estilo.

Lenguaje donde se enfatiza a la persona primero

En el lenguaje de la persona primero, se enfatiza a la persona, no a la discapacidad o la condición crónica del individuo (por ejemplo, use «una persona con paraplejia» y «un joven con epilepsia» en lugar de «un parapléjico» o «un epiléptico»). Este principio se aplica también a grupos de personas (por ejemplo, escribe «personas con trastornos por consumo de sustancias» o «personas con discapacidad intelectual» en lugar de «abusadores de sustancias» o «retrasados ​​mentales»; Universidad de Kansas, Centro de Investigación y Capacitación Independiente Vivir, 2013).

Lenguaje donde se enfatiza la identidad primero

En el lenguaje de la identidad primero, la discapacidad se convierte en el foco, lo que permite al individuo reclamar la discapacidad y elegir su identidad en lugar de que otros (por ejemplo, autores, educadores, investigadores) la nombren o seleccionen términos con implicaciones negativas (Brown, 2011/nd; Brueggemann, 2013; Dunn & Andrews, 2015). El lenguaje de identidad primero se usa a menudo como una expresión de orgullo cultural y un reclamo de una discapacidad que una vez confirió una identidad negativa. Este tipo de lenguaje permite construcciones como «persona ciega», «persona autista» y «amputado», mientras que en lenguaje de persona primero, las construcciones serían «persona con ceguera», «persona con autismo» y » persona con una amputación «, respectivamente.

Elegir entre el lenguaje donde se enfatiza primero a la persona y a la identidad

Los enfoques del lenguaje, tanto para la persona como para la identidad, están diseñados para respetar a las personas con discapacidad; ambos son buenas opciones en general. Es permisible usar cualquiera de los enfoques o mezclar el lenguaje de la persona primero y el de la identidad primero a menos que o hasta que sepa que un grupo claramente prefiere un enfoque, en cuyo caso, debe usar el enfoque preferido (Dunn & Andrews, s. f.). Mezclar este lenguaje puede ayudarlo a evitar la engorrosa repetición de «persona con…». Y también es un medio para cambiar la forma en que los autores y lectores consideran la discapacidad y las personas dentro de comunidades de discapacidad particulares. De hecho, el nivel de integración de la identidad de la discapacidad puede ser una forma efectiva de descifrar el lenguaje preferido por las personas sobre las que está escribiendo. Aquellos que abrazan su discapacidad como parte de su identidad cultural y/o personal tienen más probabilidades de preferir el lenguaje de identidad primero (Dunn y Andrews, 2015). Si no está seguro de qué enfoque utilizar, busque orientación en grupos de autodefensa o partes interesadas específicas para un grupo de personas (véase, por ejemplo, Brown, 2011 / s.f.). Si está trabajando directamente con los participantes, use el lenguaje que ellos utilizan para describirse a sí mismos.

Relevancia de mencionar una discapacidad

La naturaleza de una discapacidad debe indicarse cuando sea relevante. Por ejemplo, si una muestra incluía personas con lesiones de la médula espinal y personas con autismo – dos grupos diferentes con discapacidades – entonces tiene sentido mencionar la presencia de discapacidades particulares. Dentro de cada grupo, puede haber una heterogeneidad adicional que, en algunas circunstancias, debería articularse (por ejemplo, diferentes niveles de lesión de la médula espinal, diferentes severidades de los síntomas del trastorno del espectro autista).

Terminología negativa y condescendiente

Evite el lenguaje que use metáforas pictóricas o términos negativos que impliquen restricción (por ejemplo, «atado a una silla de ruedas» o «confinado a una silla de ruedas»; utiliza el término «usuario de silla de ruedas» en su lugar) y que use etiquetas excesivas y negativas (por ejemplo, «víctima del SIDA» o “daño cerebral «; en su lugar use los términos» persona con SIDA” o “persona con una lesión cerebral traumática»). Evite términos que puedan considerarse insultos (por ejemplo, «lisiado», «inválido», «loco», «alcohólico», «adicto a la metanfetamina»); use términos como «persona con una discapacidad física», «persona con una enfermedad mental», «persona con trastorno por consumo de alcohol» o «persona con trastorno por consumo de sustancias», o sea más específico (por ejemplo, «persona con esquizofrenia»). Las etiquetas como «alto funcionamiento» o «bajo funcionamiento» son problemáticas e ineficaces para describir los matices de la experiencia de un individuo con una discapacidad del desarrollo y/o intelectual; en su lugar, especifique las fortalezas y debilidades del individuo. Al igual que con otros grupos diversos, los iniciados en la cultura de la discapacidad pueden usar términos negativos y condescendientes entre sí. No es apropiado que un extraño (persona no discapacitada) use estos términos.

Evite los eufemismos que son condescendientes al describir a personas con discapacidades (por ejemplo, «necesidades especiales», «físicamente impedido”, «personas con habilidades diferentes»). Muchas personas con discapacidad consideran estos términos condescendientes e inapropiados. Al escribir sobre poblaciones o participantes con discapacidades, enfatice las capacidades y las preocupaciones para evitar reducirlas a un «conjunto de deficiencias» (Rappaport, 1977). Se refiere a las personas con discapacidad como «pacientes» (o «clientes») en el contexto de un entorno de atención médica.

Ejemplos de lenguaje libre de prejuicios

⁠Los siguientes son ejemplos de lenguaje libre de prejuicios para la discapacidad. Ambos ejemplos problemáticos y preferidos se presentan con comentarios explicativos.

1. Uso del lenguaje de la primera persona y la identidad primero en lugar de términos condescendientes

Problemático:

  • Necesidades especiales
  • Físicamente impedido
  • Mentalmente impedido, mentalmente retrasado, mentalmente enfermo
  • Habilidades diferentes

Preferidos:

  • Persona con discapacidad funcional, persona en situación de discapacidad
  • Persona con trastorno mental
  • Personas con discapacidad intelectual
  • Niño con una discapacidad congénita
  • Niño con un impedimento de nacimiento
  • Persona con discapacidad física, persona físicamente discapacitada

2. Descripción de Sordos o personas con dificultades de audición

Problemático:

  • Persona con sordera, persona que es sorda
  • Persona con discapacidad auditiva
  • Persona con pérdida auditiva
  • Persona con sordera y ceguera

Preferidos:

  • Persona sorda
  • Persona con discapacidad de origen auditivo

Comentario: la mayoría de las personas sordas o sordas y ciegas culturalmente prefieren ser llamadas Sordas o Sordociegas (en mayúsculas) en lugar de «personas con discapacidad auditiva», «personas con pérdida auditiva», etc.

3. Descripción de personas ciegas o personas con discapacidad visual

Problemático:

  • Afectado visual
  • Invidente
  • No vidente
  • Corto de vista
  • Cieguito
  • Persona con ceguera

Preferidos:

  • Persona ciega
  • Persona con discapacidad visual.
  • Persona en situación de discapacidad de origen visual
  • Persona con baja visión

4. Uso de metáforas pictóricas, términos negativos y difamaciones

Problemático:

  • Persona atada a una silla de ruedas
  • Víctima del sida
  • Daño cerebral
  • Lisiado, inválido, defectuoso, loco
  • Alcohólico, adicto a la metanfetamina

Preferidos:

  • Usuario de silla de ruedas, persona en silla de ruedas
  • Persona con SIDA
  • Persona con una lesión cerebral traumática
  • Persona con una discapacidad física, persona con una enfermedad mental
  • Persona con trastorno por consumo de alcohol, persona con trastorno por uso de sustancias

Comentario: evita el lenguaje que usa metáforas pictóricas, términos negativos que implican restricción e insultos o menosprecian a un grupo en particular. Al igual que con otros grupos diversos, los iniciados en la cultura de la discapacidad pueden usar estos términos entre ellos; no es apropiado que un extraño (persona no discapacitada) use estos términos.

Género

El género ofrece una capa adicional de especificidad al interpretar patrones o fenómenos del comportamiento humano. Sin embargo, los términos relacionados con género y sexo a menudo se combinan, lo que hace que la precisión sea esencial para escribir sobre género y/o sexo sin prejuicios. El lenguaje relacionado con la identidad de género y la orientación sexual también ha evolucionado rápidamente, y es importante usar los términos que las personas usan para describirse a sí mismas (Singh, 2017).

Género versus sexo

El género se refiere a las actitudes, sentimientos y comportamientos que una determinada cultura asocia con el sexo biológico de una persona (APA, 2012). El género es una construcción social y una identidad social. Use el término «género» cuando se refiera a las personas como grupos sociales. Por ejemplo, al informar sobre los géneros de los participantes en la sección metodología, escriba similar a esto: «Aproximadamente el 60% de los participantes se identificaron como mujeres cisgénero, el 35% como hombres cisgénero, el 3% como mujeres transgénero, el 1% como hombres transgénero y 1 % como no binario ”. Sexo se refiere a la asignación biológica de sexo; use el término «sexo» cuando predomina la distinción biológica de la asignación de sexo (por ejemplo, sexo asignado al nacer). El uso de «género» en lugar de «sexo» también evita la ambigüedad sobre si «sexo» significa «comportamiento sexual». En algunos casos, puede que no haya una distinción clara entre factores biológicos y de aculturación, por lo que una discusión sobre el sexo y el género sería apropiada. Por ejemplo, en el estudio de la orientación sexual, los investigadores continúan examinando hasta qué punto la sexualidad u orientación sexual —la atracción hacia el sexo, el género o alguna combinación de ambos— es un fenómeno biológico y/o aculturativo.

Identidad de género

La identidad de género es un componente del género que describe el sentido psicológico de una persona sobre su género. Muchas personas describen la identidad de género como un sentido profundo e inherente de ser un niño, un hombre o un masculino; una niña, una mujer o una femenina; o un género no binario (por ejemplo, género queer, género no conforme, género neutral, género fluido) que puede corresponder o no al sexo asignado al nacer de una persona, presunto género basado en la asignación de sexo, o características sexuales primarias o secundarias (APA, 2015a). La identidad de género se aplica a todos los individuos y no es una característica exclusiva de las personas transgénero o no conformes con el género. La identidad de género es distinta de la orientación sexual; por lo tanto, los dos no deben combinarse (por ejemplo, un hombre transgénero gay tiene una identidad de género masculina y una orientación sexual gay, una mujer cisgénero heterosexual tiene una identidad de género femenina y una orientación sexual heterosexual).

Informe de género

Se recomienda fuertemente a los autores que designen explícitamente información sobre las identidades de género de los participantes que componen sus muestras (por ejemplo, si los participantes son transgénero, cisgénero u otras identidades de género) en lugar de asumir identidades cisgénero. Cisgénero se refiere a individuos cuyo sexo asignado al nacer se alinea con su identidad de género (APA, 2015). El cisgénero o cissexismo se refiere a la creencia de que ser cisgénero es normativo, como lo indica el supuesto de que los individuos son cisgénero a menos que se especifique lo contrario (ambos términos están en uso). El género se refiere a la creencia de que solo hay dos géneros y que el género se vincula automáticamente con el sexo de un individuo asignado al nacer (American Psychological Association of Graduate Students, 2015).

Personas transgénero y no conformes con el género

Transgénero se usa como un adjetivo para referirse a personas cuya identidad, expresión y/o rol de género no se ajusta a lo que está culturalmente asociado con su sexo asignado al nacer. Algunas personas transgénero tienen un género binario, como el hombre o la mujer, pero otras tienen un género fuera de este binario, como el género fluido o no binario. Las personas cuyo género varía de presunciones basadas en su sexo asignado al nacer pueden usar términos distintos de «transgénero» para describir su género, incluyendo «género no conforme», «género queer» o «género no binario», por nombrar algunos. El prejuicio y la transnegatividad denotan actitudes discriminatorias hacia las personas transgénero. Diversos términos de identidad son utilizados por personas transgénero y no conformes con el género (TGNC), y «TGNC» es un término paraguas aceptado por la mayoría. Estos términos se usan generalmente en formato de identidad primero (por ejemplo, «personas transgénero», «personas TGNC»). Sin embargo, hay alguna variación en el campo; por ejemplo, los médicos a menudo se refieren a las personas de acuerdo con su identidad (autoidentificada) o describen la variación de género, la expansión de género o la diversidad de género en lugar de la no conformidad de género o el género no binario. Asegúrate de usar etiquetas de identidad que estén de acuerdo con las identidades declaradas de las personas que estás describiendo, y define claramente cómo estás usando dichas etiquetas de identidad en tu escritura.

Asignación de sexo

Los estudiosos de la investigación psicológica TGNC consideran despectivos los términos «sexo al nacer», «sexo natal», «transexual» y «travesti»; por muchos individuos que se identifican como transgénero, no conformes con el género o no binarios; y por personas que exhiben diversidad de género. Por lo tanto, estos términos despectivos deben evitarse. Además, «sexo al nacer» y «sexo natal» implican que el sexo es una característica inmutable sin influencia sociocultural. Es más apropiado usar «sexo asignado» o «sexo asignado al nacer», ya que esto describe funcionalmente la asignación de un término sexual (frecuentemente binario masculino o femenino; sin embargo, la intersexualidad es una asignación precisa para algunos) basada en la observación de genitales y/o determinación de cromosomas y estructuras anatómicas del cuerpo al nacer, que necesariamente se interpreta dentro de un contexto sociocultural. El término «transexual» está desactualizado, pero algunas personas se identifican con él; este término debe usarse sólo para un individuo que lo reclama específicamente.

Género y uso de sustantivos

Refiérete a todas las personas, incluidas las personas transgénero, por el nombre que usan para referirse a sí mismas, que pueden ser diferentes de su nombre legal o el nombre en su certificado de nacimiento, teniendo en cuenta las disposiciones para respetar la confidencialidad. Del mismo modo, para reducir la posibilidad de sesgos estereotípicos y evitar la ambigüedad, utiliza sustantivos específicos para identificar personas o grupos de personas (por ejemplo, mujeres, hombres, hombres transgénero, hombres trans, mujeres transgénero, mujeres trans, mujeres cisgénero, hombres cisgénero, persona con género fluido). Usa «masculino» y «femenino» como adjetivos (por ejemplo, un participante masculino, un experimentador femenino) cuando sea apropiado y relevante. Usa «hombre» y «mujer» como sustantivos sólo cuando el rango de edad es amplio o ambiguo o para identificar la asignación de sexo de una persona transgénero al nacer (por ejemplo, «persona asignada mujer al nacer» es correcta, pero no «persona asignada niña al nacer» ). De lo contrario, evita usar «masculino» y «femenino» como sustantivos y, en su lugar, usa los sustantivos específicos para personas de diferentes edades (por ejemplo, mujeres).

Para referirte a todos los seres humanos, usa términos como «individuos», «personas» o «sujetos», en lugar de «hombre» para ser exactos e inclusivos. Utiliza un término sin género si es posible. Si usas fuentes que incluyen el genérico «hombre», genérico «él» o títulos ocupacionales antiguos, aclara el contexto histórico en el que se utilizaron estos términos.

Género y uso de pronombres

El uso del pronombre requiere especificidad y cuidado por parte del autor. No te refieras a los pronombres que las personas transgénero y no conformes con el género usan como «pronombres preferidos» porque esto implica una elección sobre el género de uno. Utiliza los términos como «pronombres identificados», «pronombres autoidentificados» o «pronombres» en su lugar. Al escribir sobre un individuo conocido, usa los pronombres identificados de esa persona. Algunas personas usan pronombres alternativos como «elles», “elle”, “nosotres», «lxs», y “les”, entre otros. Algunos individuos pueden alternar entre «él» y «ella» o entre «él y/o ella», mientras que otros no usan pronombres y usan su nombre en lugar de pronombres. Refiérete a una persona transgénero que usa un lenguaje apropiado para el género de la persona, independientemente del sexo asignado al nacer; por ejemplo, usa los pronombres «él», «ellos” “suyos” en referencia a un hombre transgénero que indica el uso de estos pronombres.

El sesgo sexista puede ocurrir cuando los pronombres se usan descuidadamente, como cuando el pronombre «él» se usa para referirse a todas las personas, cuando un pronombre de género se usa exclusivamente para definir roles por sexo (por ejemplo, «la enfermera … ella»), o cuando «él» y «ella» se alternan como si estos términos fueran genéricos. Se ha encontrado que los pronombres asociados con un género específico inducen a los lectores a pensar en individuos de ese género incluso cuando el uso del pronombre pretende ser genérico (Gastil, 1990; Moulton et al., 1978). Además, la exposición al lenguaje específico de género en un contexto profesional se ha relacionado con un menor sentido de pertenencia, una motivación reducida y una desidentificación profesional para las personas que no se identifican con ese género (Stout y Dasgupta, 2011).

Evite usar combinaciones como «él o ella», «ella o él» y «él / ella» porque tales construcciones implican una naturaleza exclusivamente binaria de género y excluyen individuos que no usan estos pronombres. Estas formas también pueden resultar incómodas y molestas, especialmente con la repetición. Sin embargo, las combinaciones «él o ella» o «ella o él» (pero no las combinaciones con barras o paréntesis) se pueden usar con moderación si todas las personas a las que se refieren los pronombres usan estos términos.

Términos que implican binarios

Evite referirse a un sexo o género como el «sexo opuesto» o «género opuesto»; la redacción apropiada puede ser «otro sexo» u «otro género». La palabra «opuesto» implica fuertes diferencias entre dos sexos o géneros; sin embargo, hay más similitudes que diferencias entre personas de diferentes géneros o sexos (ver, por ejemplo, Zell et al., 2015). Como se señaló anteriormente, algunas personas no se identifican con el género binario, y estas frases ignoran la existencia de personas que tienen trastornos o diferencias en el desarrollo sexual o que son intersexuales (para más información, ver Accord Alliance, sd; APA, 2015; Blackless et al., 2000; Intersex Society of North America, sf). Para describir a los miembros de una relación (por ejemplo, parejas románticas, personas en relaciones poliamorosas), use las frases «género mixto» o «sexo mixto» cuando las parejas tengan géneros o sexos diferentes, en lugar de «género opuesto» o «sexo opuesto»; use las frases «mismo género» o «mismo sexo» cuando las parejas tengan el mismo género o sexo.

Ejemplos de lenguaje libre de prejuicios

⁠Los siguientes son ejemplos de lenguaje libre de prejuicios para el género. Ambos ejemplos, problemáticos y preferidos, se presentan con comentarios explicativos.

1. Diferenciación de género de sexo

Problemático:

  • Fue el sexo de los participantes (ya fueran mujeres, hombres o no binarios), no su orientación sexual, lo que afectó el número de amistades

Preferidos:

  • Fue el género de los participantes (ya fueran mujeres, hombres o no binarios), no su orientación sexual, lo que afectó el número de amistades

Comentario: Evite confundir el sexo con el género.

2. Discusión de los humanos en general

Problemático:

  • Hombres,
  • Interfaz hombre-máquina
  • La búsqueda de conocimiento del hombre

Preferidos:

  • Personas, humanidad, seres humanos, especie humana
  • Interfaz usuario-sistema, interfaz persona-sistema, interfaz humano-computadora
  • La búsqueda del conocimiento

Comentario: no use «hombre» para referirse a todos los seres humanos. Use términos más inclusivos en su lugar.

3. Uso de «masculino» y «femenino» como sustantivos

Problemático:

  • Masculinos, femeninos

Preferidos:

  • Hombres, mujeres, niños, niñas
  • Hombres cisgénero, hombres cis, mujeres cisgénero, mujeres cis, personas cis, aliados cis
  • Hombres transgénero, hombres trans, mujeres transgénero, mujeres trans, personas transgénero, personas trans
  • Personas fluidas de género, personas no conformes de género, personas de género expansivo, personas de género creativo, personas sin género, personas de género queer, personas bigénero
  • Hombres, mujeres, niños, niñas
  • Hombres cisgénero, hombres cis, mujeres cisgénero, mujeres cis, personas cis, aliados cis
  • Hombres transgénero, hombres trans, mujeres transgénero, mujeres trans, personas transgénero, personas trans
  • Personas fluidas de género, personas no conformes de género, personas de género expansivo, personas de género creativo, personas sin género, personas de género queer, personas bigénero
  • Individuos, adultos, niños, adolescentes, personas, humanos, gente

Comentario: los sustantivos específicos reducen la posibilidad de sesgo estereotípico y a menudo aclaran la discusión. Use «masculino» y «femenino» como adjetivos cuando sea apropiado y relevante. «Hombre» y «mujer» pueden ser apropiados como sustantivos cuando el rango de edad es bastante amplio o ambiguo y todos en el grupo se identifican como hombres o mujeres o cuando se usan para identificar a una persona transgénero (por ejemplo, «asignada mujer al nacer» es correcta , no «asignada niña al nacer»). De lo contrario, para referirse a todas los participantes, use términos como «personas» o «humanos». Evite el uso sin paralelo, como «10 hombres y 16 chicas». Evite colocar automáticamente a los grupos socialmente dominantes primero (por ejemplo, hombres y luego mujeres).

4. Respeto por los pronombres

Problemático:

  • Pronombres preferidos

Preferidos:

  • Pronombres identificados
  • Pronombres autoidentificados
  • Pronombres

5. Especificar género cuando no es relevante

Problemático:

  • Presidente mujer

Preferidos:

  • Presidente

Comentario: especifique el género solo si es una variable o necesaria para la discusión (por ejemplo, «13 presidentes eran mujeres y 22 eran hombres»).

6. Uso de terminología de género.

Problemático:

  • Cuidado maternal
  • Los padres

Preferidos:

  • Crianza, cuidado parental
  • Cuidadores

Comentario: no impliques que solo las madres cuiden a los niños. Usa una terminología de género neutral cuando esté disponible y sea apropiado.

Problemático:

  • Los científicos de investigación a menudo descuidan a sus esposas e hijos

Preferidos:

  • Los científicos de investigación a menudo descuidan a sus familias
  • Los científicos de investigación a menudo descuidan a sus cónyuges

Comentario: las personas de cualquier género u orientación sexual pueden ser investigadores científicos.

7. Uso de títulos ocupacionales según género.

Problemático:

  • Director
  • Azafata
  • Enfermera
  • Trabajadoras y trabajadores
  • Experto

Preferidos:

  • Persona a cargo de la dirección
  • Auxiliar de vuelo
  • Personal de enfermería
  • Las personas trabajadoras
  • La persona experta

Comentario: evitar títulos ocupacionales de género; en su lugar, use un término de género neutral para evitar implicar que todas las personas en ese rol son de un género en particular.

Problemático:

  • Coordinador (de un departamento en una institución)

Preferidos:

  • La persona a cargo de coordinar
  • La persona que coordina

Comentario: «jefe de departamento» puede ser apropiado; sin embargo, el término no es sinónimo de «coordinador» en todas las instituciones. Utilice «coordinador» solo si se sabe que la institución ha establecido ese formulario como título oficial.

8. Uso de adjetivos en un contexto de género.

Problemático:

  • Hombres cautos y mujeres tímidas

Preferidos:

  • Hombres y mujeres cautelosos, personas cautelosas
  • Hombres y mujeres tímidos, personas tímidas

Comentario: algunos adjetivos, dependiendo de si la persona descrita es una mujer o un hombre, denotan sesgo. Los ejemplos ilustran algunos usos comunes que pueden no siempre transmitir un significado exacto, especialmente cuando se combinan. «Mujeres» y «hombres» solo deben usarse si estos son los géneros conocidos de las personas.

9. Descripción paralela de los participantes.

Problemático:

  • Chicas y hombres

Preferidos:

  • Mujeres y hombres

Comentario: use términos paralelos; «niñas» es correcta si la población identificada que se describe pertenece a adolescentes o jóvenes autoidentificadas mujeres.

10. Comparación de sexos y géneros o descripciones de parejas.

Problemático:

  • Sexo opuesto
  • Parejas de género opuesto

Preferidos:

  • Otro sexo
  • Parejas mixtas

Comentario: el uso de «sexo opuesto» y «género opuesto» implica un binario sexual y enfatiza demasiado las diferencias.

Participación en investigación

Las personas participan en investigaciones en una variedad de entornos, incluidos laboratorios, hogares, escuelas, negocios, clínicas y hospitales. Se usan términos específicos en ciertos contextos. Al escribir sobre personas que participan en investigaciones, se aceptan términos descriptivos como «estudiantes universitarios», «niños» o «encuestados», así como términos más generales, por ejemplo «participantes». «Sujetos» y «muestra» también son habituales cuando se discuten los términos estadísticos establecidos y los diseños experimentales (por ejemplo, «diseño entre sujetos», «criterio de información bayesiano ajustado al tamaño de la muestra», » estimación de la varianza entre muestras»).

Use el término «paciente» para describir a una persona diagnosticada con una enfermedad, trastorno o problema de salud mental, salud conductual y/o médica que recibe servicios de un proveedor de atención en salud (por ejemplo, psicología, medicina, enfermería u otro proveedor). Este lenguaje es consistente con el lenguaje utilizado en el sistema de atención médica y promueve que la psicología sea percibida como parte de la cultura de la atención médica interprofesional e integrada, y que se la integren consistentemente. Sin embargo, en entornos académicos, comerciales, escolares u otros, el término «cliente» (o algún otro término 1También puedes usar el término «consultante») podría preferirse en lugar de «paciente». En todos los contextos, respete las preferencias individuales y/o culturales expresadas por los receptores de servicios de psicología y sus familias ( APA, 2018).

También es importante reconocer la diferencia entre un caso, que es una ocurrencia de un trastorno o enfermedad, y una persona afectada por el trastorno o enfermedad y que recibe atención de un profesional de la salud. Por ejemplo, «los casos maníaco-depresivos fueron tratados» es problemático; se debe revisar la oración para que diga «las personas con trastorno bipolar fueron tratadas» ya que diferencia a las personas del trastorno. Asimismo, en el contexto médico, evite los términos «manejo del paciente» y «colocación del paciente»; en la mayoría de los casos, el tratamiento, no el paciente, se maneja; algunas alternativas son «coordinación de la atención», «servicios de apoyo» y «asistencia».

Los términos clínicos generales como «límite» y «en riesgo» deben explicarse adecuadamente cuando se usan. Evita utilizar estos términos en un sentido amplio (por ejemplo, «el diagnóstico estaba en el límite», «estudiantes en riesgo») porque dicho uso oculta el significado clínico o psicométrico específico de los términos. Por ejemplo, «el diagnóstico fue límite» en un contexto de neuropsicología y pruebas psicométricas puede aclararse para especificar una puntuación en una prueba o instrumento específico (por ejemplo, «las puntuaciones estándar entre 70 y 80 se consideran límite psicométricamente, o entre el promedio bajo y rangos levemente deteriorados, lo que indica un riesgo para un diagnóstico de X «), mientras que en un contexto de diagnóstico, «el diagnóstico era límite» puede aclararse para especificar un diagnóstico (por ejemplo, trastorno límite de la personalidad). Cuando use el término “en riesgo”, especifique quién está en riesgo y la naturaleza de ese riesgo (por ejemplo, “los adolescentes que usan sustancias están en riesgo de abandonar la escuela temprano”).

En todos los contextos, escriba sobre las personas que participaron en su trabajo de una manera que reconozca sus contribuciones. La estructura de las oraciones juega un papel clave en este reconocimiento, al igual que el uso del lenguaje profesional. Use la voz activa para describir sus acciones y las acciones de los participantes; la voz pasiva sugiere que se actúa sobre las personas en lugar de ser actores (por ejemplo, «los sujetos completaron la prueba» y «recopilamos datos de los participantes» son preferibles a «la prueba fue completada por los sujetos» y «los participantes fueron evaluados»). Evite el término «fallar», como en la siguiente oración: «ocho participantes fallaron en completar la prueba de Rorschach«; dicho término puede implicar una deficiencia personal en lugar de un resultado de investigación; «no se completó» es una opción más neutral (Knatterud, 1991). Estas opciones ayudarán a garantizar que transmita respeto por las personas sobre las que está escribiendo.

Identidad racial y étnica

Los términos utilizados para referirse a grupos raciales y étnicos continúan cambiando con el tiempo. Una razón que explica esto es simplemente la preferencia personal, las designaciones preferidas son tan variadas como las personas que nombran. Otra razón es que las designaciones pueden volverse obsoletas con el tiempo y pueden tener connotaciones negativas. Cuando describa grupos raciales y étnicos, sea apropiadamente específico y sensible a los problemas de etiquetado, como se describe en los principios generales para reducir el sesgo.

La raza se refiere a las diferencias físicas que los grupos y las culturas consideran socialmente significativas. Por ejemplo, las personas pueden identificar a su raza como aborígenes, afroestadounidenses o negros, asiáticos, europeos estadounidenses o blancos, nativos americanos, nativos hawaianos o isleños del Pacífico, maoríes o alguna otra raza. La etnicidad se refiere a características culturales compartidas, como el idioma, la ascendencia, las prácticas y las creencias. Por ejemplo, las personas pueden identificarse como latinas u otras etnias. Se claro sobre si te refieres a un grupo racial o a un grupo étnico. La raza es una construcción social que no es universal, por lo que hay que tener cuidado de no imponer etiquetas raciales a los grupos étnicos. Siempre que sea posible, use los términos raciales y/o étnicos que usan sus propios participantes. Asegúrese de que las categorías raciales y étnicas que utilice sean lo más claras y específicas posible. Por ejemplo, en lugar de clasificar a los participantes como asiáticoamericanos o hispanoamericanos, puede usar etiquetas más específicas que identifiquen su nación o región de origen, como japonés estadounidense o cubano estadounidense. Utiliza designaciones comúnmente aceptadas (por ejemplo, categorías censales) al tiempo que eres sensible a la designación preferida de los participantes.

Ortografía de términos raciales y étnicos

No use guiones en los nombres de varias palabras, incluso si los nombres actúan como modificadores de la unidad (por ejemplo, escriba «participantes afroestadounidenses», no «participantes afro-estadounidenses»).

Términos para grupos específicos

Las designaciones para grupos étnicos y raciales específicos se describen a continuación. Estos grupos con frecuencia se incluyen en estudios publicados en revistas APA; los ejemplos proporcionados están lejos de ser exhaustivos, pero ilustran algunas de las complejidades del etiquetado.

Personas de origen africano

Al escribir sobre personas de ascendencia africana, varios factores informan los términos apropiados para usar. Las personas de ascendencia africana tienen antecedentes culturales, historias familiares y experiencias familiares muy variadas. Algunos serán de islas del Caribe, América Latina, varias regiones de los Estados Unidos, países de África u otros lugares. Algunos estadounidenses de ascendencia africana prefieren «negro», y otros prefieren «afroamericano»; ambos términos son aceptables. Sin embargo, «afroamericano» no debe usarse como un término general para las personas de ascendencia africana en todo el mundo porque oculta otras etnias u orígenes nacionales, como nigeriano, keniano, jamaicano o bahameño; en estos casos use «negro”.

Personas de origen asiático

Al escribir sobre personas de ascendencia asiática que son de Asia, el término «asiático» es apropiado; para las personas de ascendencia asiática que son de los Estados Unidos o Canadá u otro país, el término apropiado es «asiático estadounidense» o «asiático canadiense,» respectivamente. Es problemático agrupar «asiático» y «asiático estadounidense» como si fueran sinónimos. Este uso refuerza la idea de que los asiáticos estadounidenses son extranjeros perpetuos. «Asiático» se refiere a los asiáticos en Asia, no en los Estados Unidos, y no debe usarse para referirse a los asiáticos estadounidenses. El antiguo término «oriental» se usa principalmente para referirse a objetos culturales como alfombras y es peyorativo cuando se usa para referirse a personas. Para proporcionar más especificidad, el «origen asiático» puede dividirse regionalmente, por ejemplo, en el sur de Asia (incluida la mayoría de la India y países como Afganistán, Pakistán, Bangladesh y Nepal), el sudeste asiático (incluidas las partes orientales de la India y los países como Vietnam, Camboya, Tailandia, Indonesia y Filipinas) y Asia Oriental (incluidos países como China, Vietnam, Japón, Corea del Sur y Corea del Norte y Taiwán). Se pueden usar los términos correspondientes (por ejemplo, Asia oriental); sin embargo, consulte la nación o región de origen específica cuando sea posible.

Personas de origen europeo

Al escribir sobre personas de ascendencia europea, los términos «blanco» y «europeoamericano» son aceptables. Ajuste el último término según sea necesario para la ubicación, por ejemplo, «europeo», «europeo estadounidense» y «europeo australiano» para las personas de ascendencia europea que viven en Europa, los Estados Unidos o Australia, respectivamente. Se desaconseja el uso del término «caucásico» como alternativa a «blanco» o «europeo» porque se originó como una forma de clasificar a los blancos como una raza para ser comparados favorablemente con otras razas. Al igual que con todas las discusiones sobre raza y etnia, es preferible ser más específico sobre el origen regional (por ejemplo, del sur de Europa, escandinavo) o nacional (por ejemplo, italiano, irlandés, sueco, francés, polaco) cuando sea posible.

Pueblos indígenas alrededor del mundo

Al escribir sobre pueblos indígenas, use los nombres con los que estas personas se llaman a sí mismas. En general, se refieren a un grupo indígena como «pueblo» o «nación» en lugar de como «tribu».

  • En América del Norte, los términos colectivos «nativo americano» y «nativo norteamericano» son aceptables (y pueden preferirse a «indio americano»). «Indio» generalmente se refiere a personas de la India. Especifique la nación o las personas si es posible (por ejemplo, Cherokee, Navajo, Sioux).
  • Los nativos de Hawái pueden identificarse como «nativos americanos», «nativos de Hawái», «pueblos indígenas de las islas hawaianas» y/o «isleños del Pacífico».
  • En Canadá, refiérase a los Pueblos Indígenas colectivamente como «Pueblos indígenas» o «Pueblos aborígenes» (Revista Internacional de Salud Indígena, s.f.); especifique la nación o las personas, si es posible (por ejemplo, gente de las Primeras Naciones de Canadá, gente de las Primeras Naciones o pueblos originarios, Métis, Inuit).
  • En Alaska, los pueblos indígenas pueden identificarse como «Nativos de Alaska». Los Pueblos Indígenas en Alaska, Canadá, Siberia y Groenlandia pueden identificarse como una nación específica (por ejemplo, Inuit, Iñupiat). Evite el término «esquimal» porque puede considerarse peyorativo.
  • En América Latina y el Caribe, refiérase a los pueblos indígenas colectivamente como «Pueblos indígenas» y por su nombre si es posible (por ejemplo, Quechua, Aymara, Taíno, Náhuatl).
  • En Australia, los pueblos indígenas pueden identificarse como «pueblos aborígenes» o «australianos aborígenes» e «isleños del estrecho de Torres» o «australianos de la isla del estrecho de Torres». Refiérase a grupos específicos cuando las personas usan estos términos para referirse a sí mismos (por ejemplo, Anangu Pitjantjatjara, Arrernte).
  • En Nueva Zelanda, los pueblos indígenas pueden identificarse como «māoríes» o » personas māoríes» (la ortografía adecuada incluye el macrón diacrítico sobre la «a»).

Para obtener información sobre cómo citar los conocimientos tradicionales o las tradiciones orales de los pueblos indígenas consulte la sección “Citando conocimiento tradicional o tradiciones orales de personas indígenas”.

Personas de origen del Medio Oriente

Al escribir sobre personas de ascendencia del Medio Oriente y África del Norte (MOAN), indique la nación de origen (por ejemplo, Irán, Irak, Egipto, Líbano, Israel) cuando sea posible. En algunos casos, las personas de ascendencia MOAN que afirman tener ascendencia árabe y residen en los Estados Unidos pueden denominarse «árabes estadounidenses». En todos los casos, es mejor permitir que las personas se autoidentifiquen.

Personas de origen hispano o latino

Al escribir sobre personas que se identifican como hispanas, latinas (o latinx, etc.), u otra designación relacionada, los autores deben consultar con sus participantes para determinar la elección adecuada. Tenga en cuenta que «hispano» no es necesariamente un término que lo abarque todo, y las etiquetas «hispano» y «latino» tienen diferentes connotaciones. El término «latino» (y sus formas relacionadas) puede ser preferido por los originarios de América Latina, incluido Brasil. Algunos usan la palabra «hispano» para referirse a aquellos que hablan español; sin embargo, no todos los grupos en América Latina hablan español (por ejemplo, en Brasil, el idioma oficial es el portugués). La palabra «latino» es de género (es decir, «latino» es masculino y «latina» es femenino); el uso de la palabra «Latin@» para significar tanto latino como latina es ahora ampliamente aceptado. «Latinx» también se puede utilizar como un término neutral o no binario de género que incluye a todos los géneros. Existen razones convincentes para usar cualquiera de los términos «latino», «latina», «latino/a», «latin@» y / o «latinx» (ver de Onís, 2017), y varios grupos abogan por el uso de diferentes formas. Use los términos que usan sus participantes o población. Si no está trabajando directamente con esta población pero es un foco de su investigación, puede ser útil explicar por qué eligió el término que utilizó o elegir un término más inclusivo como «Latinx». En general, se prefiere nombrar una nación o región de origen (por ejemplo, boliviano, salvadoreño o costarricense es más específico que latino, latinx, latinoamericano o hispano).

Comparaciones paralelas entre grupos

Las designaciones no paralelas (por ejemplo, «afroamericanos y blancos», «asiático estadounidenses y afroestadounidense») deben evitarse porque un grupo se describe por color, mientras que el otro no. En cambio, use «persona negra y blanca» o «afroamericanos y europeos americanos» para el primer ejemplo y «asiáticos y afroamericanos» para el último ejemplo. No utilice la frase «estadounidenses blancos y minorías raciales»; la rica diversidad dentro de las minorías raciales se minimiza cuando se compara con el término «estadounidenses blancos».

Evitar el esencialismo

El lenguaje que esencializa la raza está fuertemente desaconsejado y generalmente se considera inapropiado. Por ejemplo, frases como «la raza negra» y «la raza blanca» son de naturaleza esencialista, retratan grupos humanos monolíticamente y a menudo perpetúan los estereotipos.

Escribiendo sobre “minorías”

Para referirse colectivamente a grupos raciales y étnicos no blancos, use términos como «personas de color» o «grupos subrepresentados» en lugar de «minorías». El uso de «minoría» puede considerarse peyorativamente porque generalmente se equipara con ser menos que, oprimidos o deficientes en comparación con la mayoría (es decir, los blancos). Más bien, un grupo minoritario es un subgrupo de población con características étnicas, raciales, sociales, religiosas u otras características diferentes de las de la mayoría de la población, aunque la relevancia de este término está cambiando a medida que cambia la demografía de la población (APA, 2015 ) Si se necesita una distinción entre el grupo racial dominante y los grupos raciales no dominantes, use un modificador (por ejemplo, «étnico», «racial») cuando use la palabra «minoría» (por ejemplo, minoría étnica, minoría racial, minoría racial-étnica). Cuando sea posible, use el nombre específico del grupo o grupos a los que se refiere.

No asuma que los miembros de grupos minoritarios son desfavorecidos. Desfavorecidos significa tener menos dinero, educación, recursos, etc., que las otras personas en una sociedad y puede referirse a individuos o subgrupos en cualquier grupo racial o étnico. También se pueden usar términos como «económicamente marginados» y «económicamente explotados» en lugar de «desfavorecidos». Siempre que sea posible, usa términos más específicos (por ejemplo, escuelas con poblaciones mayoritariamente negras que no cuentan con fondos suficientes) o refiérete a la discriminación u opresión sistemática como un todo.

Ejemplos de lenguaje libre de prejuicios

Los siguientes son ejemplos de lenguaje libre de prejuicios para la identidad racial y étnica.

1. Descripción de afroestadounidense o negros

Problemático:

  • Entrevistamos a 25 personas afroamericanas que viven en zonas rurales de Louisiana

Preferidos:

  • Entrevistamos a 25 personas negras que viven en zonas rurales de Louisiana
  • Entrevistamos a 25 afroestadounidenses que viven en zonas rurales de Louisiana

Comentario: el término “afroamericano” es anticuado y su uso generalmente es inapropiado. Especifique la región o nación de origen cuando sea posible para evitar la impresión de que todas las personas de ascendencia africana tienen los mismos antecedentes culturales, antecedentes familiares o experiencias familiares. Tenga en cuenta que «negro» es apropiado en lugar de «afroamericano» para describir a las personas de ascendencia africana de diversos orígenes nacionales (por ejemplo, haitianos, nigerianos).

2. Descripción de las personas asiáticas o asiáticas estadounidenses

Problemático:

  • Los participantes fueron 300 orientales

Preferidos:

  • Hubo 300 participantes asiáticos, entre estos, 100 eran del sur de Asia (India, Nepal, Bangladesh), 100 eran del sudeste asiático (Tailandia, Laos y Vietnam) y 100 eran de Asia oriental (China, Corea del Sur, Japón)

Comentario: el uso del término «orientales» es considerado peyorativo; utiliza «asiático» para personas de Asia, «asiático estadounidense» para personas de ascendencia asiática en Estados Unidos, o se más específico al proporcionar la nación y la región de origen (japonés, chino, vietnamita, etc.).

3. Descripción de los europeos estadounidenses o blancos

Problemático:

  • Todos los participantes eran caucásicos

Preferidos:

  • Todos los participantes eran europeos estadounidenses
  • Todos los participantes eran blancos

Comentario: el término «caucásico» se considera ofensivo para algunas culturas; utiliza «blanco» o «europeo estadounidense» en su lugar para las personas de ascendencia europea que viven en América del Norte, o se más específico al proporcionar la nación de origen

4. Descripción de los pueblos indígenas

Problemático:

  • Los 50 indios representados …

Preferidos:

  • Los 50 nativos americanos (25 Choctaw, 15 Hopi y 10 Seminole) representaron …
  • Los 50 pueblos indígenas (23 Primeras Naciones, 17 Inuit, 10 Métis) representaron …

Comentario: cuando sea apropiado, los autores deben identificar grupos indígenas por grupo específico o nación; cuando la designación más amplia es apropiada, ten en cuenta que se puede preferir «nativo» a «indio». «Indio» se refiere a personas de la India. En general, se refieren a un grupo como «pueblo» o «nación» en lugar de como «tribu».

Problemático:

  • Estudiamos esquimales

Preferidos:

  • Estudiamos Inuit de Canadá y Aleuts
  • Los 50 pueblos indígenas (23 primeras naciones y 27 inuit) representaron…

Comentario: los pueblos nativos del norte de Canadá, Alaska, el este de Siberia y Groenlandia pueden preferir «inuk» («inuit» para plural) a «esquimal». Los nativos de Alaska incluyen muchos grupos además de los esquimales. Los “pueblos indígenas” pueden usarse cuando la designación más amplia es apropiada.

5. Descripción de personas latinas o hispanas

Problemático:

  • Los participantes fueron 200 hispanos/latinos

Preferidos:

  • Los participantes eran de América Central (150 de Guatemala, 50 de Honduras y 50 de Belice)

Comentario: «hispano» y «latinx» (o latino, etc.) tienen diferentes significados; pida a los participantes que se identifiquen con un término y que usen una nacionalidad precisa si es posible.

6. Comparaciones raciales y étnicas

Problemático:

  • La raza de los participantes se clasificó como blanca o no blanca

Preferidos:

  • La raza de los participantes se clasificó como europea americano, afroamericano, asiática americano o latinoamericana

Comentario: use términos paralelos, especialmente en las etiquetas de tabla. «No blanco» implica un estándar de comparación y es impreciso.

7. Discusión de las minorías raciales y étnicas

Problemático:

  • Minorías
  • Estudiantes minoritarios

Preferidos:

  • Minorías raciales, minorías étnicas, minorías raciales y étnicas
  • Estudiantes de minorías raciales, estudiantes de minorías étnicas, estudiantes de minorías raciales y étnicas
  • Gente de color
  • Personas subrepresentadas, grupos subrepresentados

Comentario: “minoría” generalmente se equipara con ser menor, oprimido y deficiente en comparación con la mayoría. Cuando sea necesario comparar un grupo racial dominante con un grupo racial no dominante, utilice un modificador como «racial», «étnico» o «racial-étnico». De lo contrario, se pueden preferir otros términos, como «personas de color». para referirse a grupos raciales y étnicos no blancos o «personas subrepresentadas».

8. Uso de adjetivos calificativos con identidad racial y étnica

Problemático:

  • El articulado profesor mexicano estadounidense

Preferidos:

  • El profesor mexicano estadounidense

Comentario: Los adjetivos calificativos pueden implicar que el profesor mexicano estadounidense «articulado» es una excepción a la norma (para los profesores mexicanos estadounidenses). Dependiendo del contexto de la oración, la identidad étnica puede no ser relevante y, por lo tanto, no debe mencionarse.

Orientación sexual

Aquí proporcionamos pautas para hablar sobre la orientación sexual con inclusión y respeto.

La orientación sexual es una parte de la identidad individual que incluye «la atracción sexual y emocional de una persona hacia otra persona y el comportamiento y/o afiliación social que puede resultar de esta atracción» (APA, 2015a, p. 862). Use el término «orientación sexual» en lugar de «preferencia sexual», «identidad sexual» o «identidad de orientación sexual». La orientación sexual en sí no es una elección.

La orientación sexual puede conceptualizarse primero por el grado en que una persona siente atracción sexual y emocional; algunos términos paralelos son «sexual», «demisexualidad» (o «asexuales grises» o «gris-A») y «asexualidad» (ver La red asexual de visibilidad y educación, s.f.). Una persona que se identifica como sexual siente atracción sexual y emocional hacia algunos o todos los tipos de personas, una persona que se identifica como demisexual se siente atraída sexualmente solo dentro del contexto de una fuerte conexión emocional con otra persona, y una persona que se identifica como asexual no experimenta atracción sexual o tiene poco interés en el comportamiento sexual (ver APA, 2015b).

Segundo, la orientación sexual puede ser conceptualizada como teniendo una dirección. Para las personas que se identifican como sexuales o demisexuales, su atracción puede dirigirse hacia personas que tienen un género similar, un género diferente, etc. Es decir, la orientación sexual indica la direccionalidad de atracción de género, incluso si esa direccionalidad es muy inclusiva (por ejemplo, no binaria). Por lo tanto, una persona puede sentirse atraída por los hombres, las mujeres, ambos, la masculinidad, la feminidad y/o las personas que tienen otras identidades de género, como la de género queer o andrógina, o una persona puede tener una atracción que no se basa en una percepción o identidad de género conocida.

Términos para la orientación sexual

Algunos ejemplos de orientación sexual son lesbiana, gay, heterosexual, asexual, bisexual, queer, polisexual y pansexual (también llamados multisexual y omnisexual). Por ejemplo, una persona que se identifica como lesbiana podría describirse como una mujer (identidad de género) que se siente atraída por las mujeres (orientación sexual); la etiqueta de orientación sexual de «lesbiana» se basa en una identidad de género percibida o conocida de la otra persona. Sin embargo, alguien que se identifica como pansexual podría describir su atracción hacia las personas como inclusiva de la identidad de género pero no determinada o delineada por la identidad de género. Tenga en cuenta que estas definiciones están evolucionando y que la autoidentificación es mejor cuando sea posible.

Utilice el término general «minorías sexuales y de género» para referirse a múltiples grupos de minorías sexuales y/o de género, o escriba sobre «orientación sexual y diversidad de género» (estos términos son utilizados por la Oficina de Orientación Sexual y Diversidad de Género en APA y la Oficina de Investigación de Minorías Sexuales y de Género en los Institutos Nacionales de Salud). Las abreviaturas como LGBTQ, LGBTQ +, LGBTQIA y LGBTQIA + también pueden usarse para referirse a múltiples grupos. El formulario «LGBT» se considera desactualizado, pero no hay consenso sobre qué abreviatura incluye LGBTQ o más allá de él. Si usas la abreviatura LGBTQ (o una relacionada), defínela y asegúrate de que sea representativo de los grupos sobre los que estás escribiendo. Se específico sobre los grupos a los que te refieres (por ejemplo, no use LGBTQ y abreviaturas relacionadas para escribir sobre la legislación que afecta principalmente a las personas transgénero; en su lugar, especifique el grupo afectado). Sin embargo, en caso de duda, utiliza uno de los términos generales en lugar de una abreviatura potencialmente inexacta.

Cuando use términos específicos para orientaciones, defínalos si hay ambigüedad. Por ejemplo, el adjetivo «gay» se puede interpretar de manera amplia, para incluir todos los géneros, o más estrictamente, para incluir solo hombres, así que define «gay» cuando lo uses en tu documento, o utiliza la frase «hombres gay» para aclarar el uso. Por convención, el término «lesbianas» es apropiado para usar indistintamente con «mujeres lesbianas», pero se deben usar «hombres homosexuales» o «personas homosexuales», no «homosexuales».

Términos inexactos o peyorativos

Evite los términos «homosexual» y «homosexualidad». En su lugar, use términos específicos de identidad para describir la orientación sexual de las personas (por ejemplo, personas bisexuales, personas gays). Estos términos específicos se refieren principalmente a identidades y a la cultura y las comunidades que se han desarrollado entre las personas que comparten esas identidades. Es incorrecto colapsar a estas comunidades en el término «homosexual». Además, el término «homosexualidad» ha estado y continúa estando asociado con estereotipos negativos, patología y la reducción de las identidades de las personas a su comportamiento sexual. Homoprejuicio, homofobia, bifobia, homonegatividad, etc., son términos utilizados para denotar actitudes perjudiciales y discriminatorias hacia las lesbianas, los hombres homosexuales, las personas bisexuales u otras minorías sexuales. El heterosexismo se refiere a la creencia de que la heterosexualidad es normativa, como se indica en el supuesto de que los individuos son heterosexuales a menos que se especifique lo contrario (American Psychological Association of Graduate Students, 2015). El término «heterosexual» es aceptable para referirse a personas que se sienten atraídas por personas de otro género.

Ejemplos de lenguaje libre de prejuicios

Los siguientes son ejemplos de lenguaje libre de prejuicios para la orientación sexual.

1. Uso de «homosexual»

Problemático:

  • La muestra consistió en 200 adolescentes homosexuales

Preferidos:

  • La muestra constaba de 200 adolescentes varones homosexuales
  • La muestra consistió en 100 adolescentes varones homosexuales y 100 adolescentes lesbianas
  • La muestra consistió en 80 adolescentes varones homosexuales, 95 adolescentes lesbianas y 25 pansexuales de género fluido

Comentario: Evita el uso de «homosexual». En su lugar, especifica el género de los participantes. Ten en cuenta que el término «gay» también puede usarse para describir a mujeres o niñas, especifica su uso. La terminología dependerá de la autoidentificación de los individuos que se describen.

2. Uso de «homosexualidad»

Problemático:

  • Se preguntó a los participantes sobre su homosexualidad

Preferidos:

  • Se les preguntó a los participantes sobre la experiencia de ser una mujer lesbiana o un hombre gay
  • Se preguntó a los participantes sobre su experiencia de su orientación sexual

Comentario: evite la etiqueta «homosexualidad», que ha estado y continúa estando asociada con estereotipos negativos, patología y la reducción de las identidades de las personas a su comportamiento sexual. Utilice descriptores específicos como «hombres gay», «lesbiana», etc., solo cuando se trate de identificaciones conocidas; la orientación sexual puede ser descrita por individuos que usan una multitud de etiquetas descriptivas de autoidentificación (lesbianas, gays, bisexuales, pansexuales, queer y muchas otras).

3. Diferenciación de la orientación sexual del comportamiento sexual

Problemático:

  • Las mujeres reportaron fantasías sexuales lésbicas

Preferidos:

  • Las mujeres informaron fantasías sexuales entre mujeres

Comentario: evite confundir la orientación lésbica con comportamientos sexuales específicos.

4. Descripción de la conducta sexual

Problemático:

  • Participantes que habían tenido relaciones sexuales

Preferidos:

  • Participantes que tuvieron relaciones sexuales vaginales
  • Participantes que tuvieron relaciones sexuales con otra persona

Comentario: el primer ejemplo preferido especifica el tipo de actividad sexual, si el coito pene-vaginal es lo que se entiende. El segundo ejemplo preferido evita la suposición de orientación heterosexual, si se entiende por experiencias sexuales con otros.

5. Descripción del estado civil

Problemático:

  • Diez participantes estaban casados ​​y cinco solteros

Preferidos:

  • Diez participantes estaban casados ​​y vivían juntos, cuatro no estaban casados ​​y vivían con parejas, y uno no estaba casado y vivía solo

Comentario: el ejemplo preferido aumenta la especificidad y reconoce que el matrimonio legal es solo una forma de relación comprometida. El estado civil a veces no es un indicador confiable de la convivencia (por ejemplo, las parejas casadas pueden estar separadas), la actividad sexual o la orientación sexual.

Estatus socioeconómico

El estatus socioeconómico (en adelante ESE) abarca no solo el ingreso sino también el nivel educativo, el prestigio ocupacional y las percepciones subjetivas del estatus social y la clase social. El ESE abarca los atributos y oportunidades de calidad de vida ofrecidos a las personas dentro de la sociedad y es un predictor constante de una amplia gama de resultados psicológicos. Por lo tanto, se debe informar como parte de la descripción de los participantes en la sección metodología. Debido a que el ESE es complejo, no se indexa de manera similar en todos los estudios; por lo tanto, una terminología precisa que describa adecuadamente un nivel de especificidad y sensibilidad es esencial para minimizar el sesgo en el lenguaje en torno este tópico (para una discusión, ver Diemer et al., 2013).

Reportando estatus socioeconómico

Al informar ESE, proporcione tanta información detallada como sea posible sobre los ingresos, la educación, las ocupaciones o las circunstancias laborales de las personas. Por ejemplo, al referirse a “participantes de bajos ingresos” o “participantes de altos ingresos”, clasifique si los ingresos informados tienen en cuenta el tamaño del hogar o brinde información sobre la relación entre los ingresos del hogar y las pautas federales de pobreza. Además, el ESE se puede describir proporcionando información relacionada con las condiciones contextuales y ambientales específicas, como el arreglo de vivienda de los participantes (por ejemplo, alquilar una casa, poseer una casa, residir en una vivienda subsidiada) y las características del vecindario, como el ingreso medio de la familia, el porcentaje de personas desempleadas, o proporción de estudiantes que califican para almuerzo gratis o precio reducido en las escuelas locales.

Términos peyorativos o estereotipados

Evite usar términos amplios, peyorativos y generalizadores para discutir ESE. Específicamente, las connotaciones negativas se asocian con términos como «las personas sin hogar», «el centro de la ciudad», «el gueto», “la villa”, «los proyectos», «afectados por la pobreza» y «dependientes del bienestar». En su lugar, utilice un lenguaje específico para la persona, como «madres que reciben beneficios de TANF» en lugar de «madres con asistencia social» («TANF» significa «Asistencia Temporal para Familias Necesitadas» y es el término apropiado para el programa de asistencia social actual en los Estados Unidos). Cuando hable sobre personas sin una residencia nocturna fija, regular o adecuada, use un lenguaje específico que aborde la calidad o la falta de vivienda o el tiempo sin vivienda, no si las personas consideran su residencia como un hogar. Es decir, use un lenguaje como, «personas sin hogar», «personas en refugios de emergencia» o «personas en viviendas de transición», en lugar de llamar a las personas «vagabundos».

Es importante tener en cuenta que los términos de ESE como «bajos ingresos» y «pobres» históricamente han servido como descriptores implícitos para las minorías raciales y/o étnicas. Por lo tanto, es crítico que los autores incluyan descriptores raciales y/o étnicos dentro de las categorías de ESE, por ejemplo, «esta muestra incluye a padres puertorriqueños de bajos y medianos ingresos». Los prejuicios implícitos en torno a la situación económica y ocupacional pueden generar un lenguaje basado en deficiencias que culpa a las personas por su situación ocupacional, educativa o económica (por ejemplo, «déficit económicos concomitantes») en lugar de reconocer un contexto social más amplio que influye en las circunstancias individuales. El lenguaje basado en el déficit también se centra en lo que le falta a la gente y no en lo que posee. En lugar de etiquetar a las personas como «desertores de la escuela secundaria», «estar pobremente educados» o «tener poca educación», proporcione descriptores más sensibles y específicos como «personas que no tienen un diploma de escuela secundaria o equivalente». Alternativamente, adoptando una perspectiva basada en las fortalezas, los autores pueden escribir sobre «personas que tienen una educación primaria». Del mismo modo, en lugar de escribir sobre una «brecha de rendimiento», escribir sobre una «brecha de oportunidad» para enfatizar cómo el contexto en el que viven las personas afecta su resultados u oportunidades.

Ejemplos de lenguaje libre de prejuicios

1. Descripción del estado legal

Problemático:

  • Los indocumentados
  • Extranjeros ilegales
  • Inmigrantes ilegales

Preferidos:

  • Individuos que están indocumentados, personas que están indocumentadas
  • Personas indocumentadas, niños indocumentados, adultos indocumentados
  • Búlgaros indocumentados
  • Trabajadores indocumentados
  • Personas que carecen de los documentos requeridos para la inmigración legal

Comentario: las personas indocumentadas provienen de una variedad de países y grupos étnicos. Aunque su estado puede ser ilegal, las personas mismas no lo son. Además, las familias tendrán una mezcla de personas documentadas e indocumentadas entre sus miembros. Sea específico sobre qué grupo se incluye.

2. Descripción de los ingresos.

Problemático:

  • Los pobres
  • Gente de clase baja
  • Gente pobre

Preferidos:

  • Personas cuyos ingresos están por debajo del umbral federal de pobreza
  • Personas cuyos ingresos autoinformados estaban en el rango de ingresos más bajo

Comentario: muchos consideran peyorativo los términos «clase baja» y «pobre». Utilice el lenguaje de la persona primero en su lugar. Defina niveles de ingresos si es posible.

3. Descripción del estado de la vivienda

Problemático:

  • Los vagabundos
  • Los proyectos, el gueto, la villa miseria

Preferidos:

  • Personas experimentando falta de hogar, jóvenes sin hogar
  • Personas sin hogar
  • Las personas que viven en un lugar no destinado a la vivienda humana, en refugios de emergencia o en viviendas de transición
  • Personas sin residencia nocturna fija, regular o adecuada
  • Viviendas de bajos ingresos, áreas de bajos ingresos de la ciudad

Comentario: utilice un lenguaje específico que aborde la calidad o la falta de vivienda o el tiempo sin vivienda en lugar de centrarse en si una persona considera la residencia como un hogar. Las personas pueden ser alojadas precariamente o experimentar la falta de vivienda crónica o transitoria. Evite combinar la clase social y la raza o el origen étnico mediante el uso de un lenguaje codificado como «villa» o «gueto». Especifique la raza o el origen étnico y las medidas de posición socioeconómica por separado.

4. Descripción de la asistencia del gobierno

Problemático:

  • Madres de asistencia social
  • Dependiente del bienestar social

Preferidos:

  • Madres que reciben beneficios de TANF
  • Personas que no pueden trabajar debido a una discapacidad
  • Familias cuyo ingreso principal proviene de los beneficios de TANF

Comentario: evite el lenguaje que se enfoca en culpar al individuo o en los déficits individuales. En cambio, concéntrese en contextualizar la ubicación del estado de las personas y en lo que los participantes tienen (no lo que les falta). TANF significa «Asistencia Temporal para Familias Necesitadas» y es el término apropiado para el programa de asistencia social actual en los Estados Unidos.

5. Descripción del logro educativo

Problemático:

  • Los que abandonan la escuela secundaria
  • Brecha en el rendimiento

Preferidos:

  • Personas que han completado el décimo grado
  • Personas con una educación menor a secundaria
  • Brecha de oportunidad

Comentario: evite el lenguaje que se enfoca en culpar al individuo o en los déficits individuales; en cambio, concéntrese en lo que tiene la gente, no en lo que le falta. Al comparar grupos, use terminología paralela (por ejemplo, personas con un diploma de escuela secundaria versus sin un diploma de escuela secundaria o equivalente, no los que abandonan la escuela secundaria versus los graduados de la escuela secundaria).

Interseccionalidad

Cuando los autores escriben sobre características personales, deben ser sensibles a la interseccionalidad, es decir, a la manera en que los individuos se forman e identifican con una amplia gama de contextos culturales, estructurales, sociobiológicos, económicos y sociales (Howard y Renfrow, 2014 ) La interseccionalidad es un paradigma que aborda las múltiples dimensiones de la identidad y los sistemas sociales a medida que se cruzan entre sí y se relacionan con la desigualdad, como el racismo, el género, el heterosexismo, la discriminación por edad y el clasismo, entre otras variables (APA, 2017b). Por lo tanto, los individuos se ubican dentro de una gama de grupos sociales cuyas desigualdades estructurales pueden dar como resultado identidades marginadas.

Debido a que las personas son únicas, muchas identidades son posibles. Como un ejemplo de un grupo con una identidad interseccional, las mujeres lesbianas negras pueden tener similitudes y diferencias con otros grupos oprimidos en los significados asignados a sus múltiples posiciones. Las mujeres negras pueden identificarse con las experiencias opresivas y discriminatorias de las mujeres blancas, así como con las de los hombres negros. Al mismo tiempo, las experiencias de las mujeres lesbianas negras pueden no ser equivalentes a las de estos otros grupos. Pueden experimentar discriminación como respuesta a su raza, género u orientación sexual. Por lo tanto, su experiencia no refleja necesariamente la suma de las opresiones de racismo, sexismo y heteronormatividad (es decir, raza + sexo + heterosexismo), sino más bien sus identidades únicas y ubicaciones sociales como mujeres lesbianas negras que no están basadas en las perspectivas o no son impulsadas por las perspectivas de mujeres blancas o de hombres negros (Bowleg, 2008; Crenshaw, 1989). Es decir, por ejemplo, a pesar de que las mujeres negras y las mujeres blancas son ambas mujeres, y las mujeres negras y los hombres negros son negros, esto no significa que las perspectivas y experiencias de estos últimos grupos sean las mismas o relacionadas con las de las mujeres lesbianas negras.

Las identidades interseccionales también incluyen experiencias de contextos privilegiados que se cruzan con los oprimidos. Por ejemplo, una mujer inmigrante laosiana con discapacidad puede experimentar una sensación de seguridad y privilegio debido a su estatus migratorio legal en los Estados Unidos pero, a su vez, experimentar discriminación y falta de acceso a los recursos apropiados dentro y fuera de su familia y comunidad étnica, sobre la base de su estado de discapacidad. Un adolescente judío estadounidense puede experimentar privilegios como resultado de ser percibido como blanco, pero recibir insultos antisemitas en la escuela y en las redes sociales debido a sus creencias religiosas. Estos ejemplos ilustran cómo las perspectivas son moldeadas por la multiplicidad de identidades y contextos a los que pertenece un individuo, algunos oprimidos y otros privilegiados. Los aspectos de identidad como la raza, el género y la clase pueden ser oprimidos o privilegiados, de maneras que pueden diferir entre contextos y dar lugar a diferentes experiencias que interactúan dinámicamente para dar forma a las experiencias, ventajas y desventajas de un individuo a través del tiempo y el espacio. Las intersecciones de identidades múltiples transforman los aspectos oprimidos y privilegiados de las identidades en capas y entrelazadas de cada persona.

Para abordar la interseccionalidad en un documento, identifique las características relevantes de los individuos y la pertenencia a grupos (por ejemplo, capacidad y/o estado de discapacidad, edad, género, identidad de género, generación, experiencias históricas y continuas de marginación, estatus de inmigrante, idioma, origen nacional , raza y/o etnia, religión o espiritualidad, orientación sexual, clase social y nivel socioeconómico, entre otras variables), y describa cómo sus características y membresías grupales se cruzan de manera relevante para el estudio. Informe los datos de los participantes para cada grupo usando términos específicos como se describe en las páginas de lenguaje sin prejuicios sobre edad, discapacidad, género, participación en la investigación, identidad racial y étnica, orientación sexual y estado socioeconómico. Por ejemplo, cuando describa a los participantes en términos de su raza y género, podría redactar de la siguiente manera: “20 participantes eran mujeres afroamericanas, 15 participantes eran mujeres europeas estadounidenses, 23 participantes eran hombres afroestadounidenses y 18 participantes eran hombres europeos estadounidenses (todos los participantes eran cisgénero); en lugar de escribir «35 participantes eran mujeres y 41 eran hombres; 43 eran afroamericanos y 33 europeos americanos”. Informar las características de los participantes de esta manera ayuda a los lectores a comprender cuántos grupos hay que están compuestos por individuos con las mismas características. Del mismo modo, al informar e interpretar los resultados, tenga en cuenta el impacto de cualquier intersección en los resultados en lugar de suponer que una característica es responsable de lo que encontró.

Contexto histórico

Se alienta a los autores a evitar perpetuar actitudes degradantes y suposiciones sesgadas sobre las personas en sus escritos. Al mismo tiempo, los historiadores y académicos que escriben análisis de eventos o tiempos pasados o de figuras históricas deben tener cuidado de no tergiversar las ideas del pasado en un esfuerzo por evitar el sesgo del lenguaje. Los cambios en los sustantivos y pronombres pueden dar lugar a una tergiversación de las ideas del autor original y a una interpretación falsa de las creencias e intenciones de ese autor. En tal escritura, el mejor enfoque es retener el idioma original y comentarlo en la discusión. Las citas no se deben cambiar para acomodarse a las sensibilidades actuales.

Los autores contemporáneos pueden indicar el término original de un autor histórico seguido de un asterisco la primera vez que aparece en el texto de su artículo y al proporcionar el contexto histórico en la misma página que la cita en una nota al pie.

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  • Psicología aplicada

Últimos estudios revisados por pares en psicología

  • Maria Fernanda Alonso
  • 03/09/2020
Investigaciones en varios campos de la psicología y disciplinas relacionadas han sido publicadas y han pasado una revisión por pares. En este artículo veremos algunas de ellas. ¿Por qué se utiliza la revisión por pares en la investigación científica? Porque mediante este proceso otros científicos (los “pares”) evalúan la calidad del trabajo presentado. Su objetivos es garantizar que el trabajo sea riguroso, coherente, utilice la investigación pasada y aumente el conocimiento que ya teníamos. Para saber más sobre cómo funciona el proceso de revisión por pares, lee este artículo.

El impacto del COVID-19 en los niños

Aproximadamente uno de cada cinco niños en las ciudades chinas de Wuhan y Huangshi mostró signos de depresión y ansiedad mientras sus escuelas estaban cerradas y cumplían con restricciones ambulatorias en sus hogares debido a la pandemia de COVID-19 (Xie et al., 2020). Metodología: los investigadores encuestaron a 1784 estudiantes de segundo a sexto grado. Las escuelas en ambas ciudades se cerraron a fines de enero y los estudiantes fueron encuestados aproximadamente un mes después. Los investigadores encontraron que el 23% de los estudiantes informaron síntomas depresivos y el 19% informaron síntomas de ansiedad. Los estudiantes en Wuhan, el epicentro del brote, tenían más probabilidades de informar síntomas depresivos que los de Huangshi, a unos 100 km de distancia. Se necesitan más estudios para determinar si los efectos de la pandemia en la salud mental de los niños son temporales o persistirán a largo plazo, señalaron los investigadores.

Deterioro en la salud mental de los que están en la primera línea de respuesta

Los trabajadores de la salud enfrentan grandes niveles de estrés durante la pandemia de COVID-19. La depresión, la ansiedad y el insomnio son comunes entre ellos (Jianbo Lai, et al., 2020). Metodología: los investigadores encuestaron a 1297 trabajadores de la salud de 34 hospitales en China sobre su salud mental a fines de enero de 2020. La angustia fue ampliamente reportada (72%), seguida de depresión (50%), ansiedad (45%) e insomnio (34%). Las mujeres, los trabajadores de la salud de primera línea y los proveedores de atención médica en Wuhan informaron síntomas de salud mental más graves en todas las mediciones en comparación con los hombres, los trabajadores de la salud que no tratan directamente a los pacientes con COVID-19 y los que están fuera de Wuhan, respectivamente. Estos hallazgos sugieren que los trabajadores de la salud expuestos al coronavirus deberían recibir inmediatamente intervenciones para promover su salud mental, con especial atención a los grupos de mayor riesgo.

Cambios en espermatozoides debido al estrés

Los eventos que inducen estrés tienen la capacidad de provocar cambios en el esperma de un macho que podrían afectar a la futura descendencia (Chan et al., 2020). Metodología: los investigadores examinaron las vesículas extracelulares (estructuras que transportan moléculas entre las células) en tejido de ratón expuesto a la hormona del estrés corticosterona. Después del tratamiento de estrés, las vesículas mostraron cambios en el tamaño general, el contenido de proteínas y un pequeño contenido de ARN no codificante. Cuando los espermatozoides se incubaron con estas vesículas «estresadas» antes de la fertilización del óvulo, las crías de ratón resultantes mostraron cambios significativos en el desarrollo temprano del cerebro, y como adultos respondieron al estrés de manera diferente que los animales de control. Los investigadores también pidieron a 15 hombres, de entre 19 y 25 años, que donaran esperma cada mes durante seis meses y completaran cuestionarios sobre su estrés percibido. Como resultado, descubrieron que quienes habían experimentado previamente estrés elevado mostraban cambios en el pequeño contenido de ARN de su esperma, en patrones similares a los observados en los ratones.

Aumentaron las búsquedas online de remedios para el COVID-19 no probados

Las búsquedas en Internet de remedios no probados para el COVID-19 aumentaron después de que el presidente Trump y otras personas de alto perfil los promocionaran online y en la prensa (Liu et al., 2020). Metodología: investigadores analizaron los datos de Google Trends sobre búsquedas en Internet de cloroquina e hidroxicloroquina desde el 1 de febrero hasta el 29 de marzo de 2020, que incluye el período antes y después de que Trump y el empresario Elon Musk elogiaron los medicamentos no probados como posibles curas. Las búsquedas de medicamentos aumentaron un 442% para cloroquina y un 1.389% para hidroxicloroquina. Las búsquedas se mantuvieron elevadas inclusive después de que salieron los informes de noticias comunicando que los medicamentos podrían ser venenosos e incluso fatales si no se toman bajo la supervisión de un médico.

Actividad física para reducir la depresión y la hostilidad

En adultos sanos pero sedentarios de entre 20, 30 y 40 años, el ejercicio físico puede reducir los niveles de depresión y hostilidad (McIntyre et al., 2020). Metodología: los investigadores preguntaron a 119 hombres y mujeres sedentarios en los Estados Unidos, de entre 20 y 45 años, sobre sus niveles actuales de depresión, ansiedad, hostilidad e ira. Luego, la mitad de ellos fueron asignados al azar para que comenzaran a hacer ejercicio cuatro veces por semana durante tres meses (35 minutos al 75% de la frecuencia cardíaca máxima), y la otra mitad fue asignada como grupo de control. El grupo que hizo ejercicio durante tres meses tuvo una reducción de las puntuaciones en una escala de depresión de un 35%, mientras que las puntuaciones para el grupo de control se mantuvieron sin cambios. Los niveles de hostilidad también disminuyeron en el grupo de ejercicio físico, pero no se observaron cambios en la ansiedad y la ira. Los investigadores también encontraron que los beneficios de hacer ejercicio para el estado de ánimo pueden durar semanas después de que las personas dejan de hacer ejercicio.

Desigualdades estructurales

Los afroamericanos, los nativos americanos y los estadounidenses de bajos ingresos tienen más probabilidades de presentar factores de riesgo que aumentan las posibilidades de una enfermedad grave o la muerte debido al COVID-19 (Raifman & Raifman, 2020). Metodología: mediante el análisis de datos del estudio del Sistema de vigilancia de factores de riesgo conductual, representativo de la población de EEUU del año 2018, que reune información de unas 330.000 personas, el equipo de investigación descubrió que entre los menores de 65 años, el 33% de los negros y el 42% de los nativos americanos tenían al menos un factor de riesgo, como enfermedad cardíaca, diabetes o enfermedad pulmonar crónica, en comparación con el 27% de los encuestados blancos menores de 65 años. De las personas con 65 años o más, el 61% de los negros y el 69% de los nativos americanos tenían al menos un factor de riesgo además de la edad, en comparación con el 54% de los encuestados blancos. Los encuestados de menores ingresos también tenían un mayor riesgo: entre los menores de 65 años, tenían casi el doble de probabilidades de tener uno o más factores de riesgo en comparación con los encuestados de mayores ingresos.

Aislamiento e inflamación

El aislamiento social y la soledad pueden estar asociados con la inflamación en el cuerpo (Smith et al., 2020). Metodología: el equipo de investigación analizó 30 estudios anteriores, 16 centrados en el aislamiento social y 14 en la soledad. Como resultado, hallaron que el aislamiento social se asoció con niveles más altos de los marcadores de inflamación, proteína C reactiva y fibrinógeno. Algunos análisis también indicaron un vínculo entre la soledad y los niveles de interleucina-6. Los investigadores señalan que los estudios variaron en diseño y calidad, por lo que sostienen que es necesario la realizar más investigaciones para demostrar estas asociaciones y sus mecanismos subyacentes.

La inseguridad laboral podría producir cambios en la personalidad

Un equipo de investigadores utilizó los rasgos de personalidad de los Cinco Grandes y las respuestas a una encuesta realizada a 1046 trabajadores en Australia, como marco para averiguar los efectos de la inseguridad laboral en la personalidad. Hallazgos: encontraron que la inseguridad laboral que duró cuatro o cinco años se asoció con un pequeño aumento en el neuroticismo y pequeñas disminuciones en la amabilidad y la conciencia, pero no encontraron vínculos con cambios en la extraversión o la apertura. Los investigadores sugieren que la inseguridad laboral afecta los rasgos que reflejan la capacidad de lograr metas y mantener la estabilidad, pero no los rasgos que reflejan plasticidad y adaptabilidad (Wu et al., 2020).

El distanciamiento social funciona

Una de las principales medidas que han tomado los Estados a lo largo y ancho del mundo, son las medidas de distanciamiento físico. Un estudio encontró que estas fueron efectivas para detener la transmisión de COVID-19 en Wuhan y Shanghai, China (Zhang et al., 2020). Metodología: 636 personas en Wuhan y 557 personas en Shanghai fueron encuestadas sobre sus contactos diarios (conversaciones en persona o contactos físicos como apretones de manos) antes y después de que se implementaran estrictas medidas de distanciamiento físico a fines de enero de 2020. El número promedio de contactos diarios disminuyó de 14,6 a 2,0 en Wuhan y de 18,8 a 2,3 en Shanghai. Después de que se adoptaran las medidas de distanciamiento, la gran mayoría de los contactos fueron entre miembros del mismo hogar. Utilizando un modelo matemático, los investigadores concluyeron que las medidas de distanciamiento físico fueron suficientes para frenar la propagación del virus en esas ciudades. Según el modelo, el cierre de escuelas por sí solo redujo la incidencia máxima de infecciones entre un 40% y un 60%.

Enfermeras y enfermeros tienen mayor riesgo de suicidio

Las enfermeras en los Estados Unidos tienen un mayor riesgo de suicidio que la población en general, según un estudio de Worldviews on Evidence-Based Nursing (Davidson et al., 2020). Metodología: fueron analizados los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Estados Unidos), de 1.824 enfermeras y 152.495 no enfermeras que se suicidaron entre 2005 y 2016. Los investigadores encontraron que las tasas de suicidio entre 2005 y 2016 fueron más altas en enfermeras (10 por cada 100.000 personas por año ) que en la población femenina en general (7 por 100.000 personas por año). Del mismo modo, las tasas de suicidio fueron más altas en los enfermeros (33 por 100.000 personas por año) que en la población general masculina (27 por 100.000 personas pro año) durante el mismo período de tiempo. También encontraron que las enfermeras que se suicidaron tenían más probabilidades de haber tenido problemas laborales y antecedentes de problemas de salud mental que las que no eran enfermeras y que se suicidaron. Referencias bibliográficas: Chan, J. C., Morgan, C. P., Adrian Leu, N., Shetty, A., Cisse, Y. M., Nugent, B. M., Morrison, K. E., Jašarević, E., Huang, W., Kanyuch, N., Rodgers, A. B., Bhanu, N. V., Berger, D. S., Garcia, B. A., Ament, S., Kane, M., Neill Epperson, C., & Bale, T. L. (2020). Reproductive tract extracellular vesicles are sufficient to transmit intergenerational stress and program neurodevelopment. Nature Communications, 11(1), 1499. https://doi.org/10.1038/s41467-020-15305-w Davidson, J. E., Proudfoot, J., Lee, K., Terterian, G., & Zisook, S. (2020). A Longitudinal Analysis of Nurse Suicide in the United States (2005-2016) With Recommendations for Action. Worldviews on Evidence-Based Nursing / Sigma Theta Tau International, Honor Society of Nursing, 17(1), 6-15. https://doi.org/10.1111/wvn.12419 Jianbo Lai, Simeng Ma, Ying Wang, Zhongxiang Cai, Jianbo Hu, Ning Wei, Jiang Wu, Hui Du, Tingting Chen, Ruiting Li, Huawei Tan, Lijun Kang, Lihua Yao, Manli Huang, Huafen Wang, Gaohua Wang, Zhongchun Liu, Shaohua Hu (2020). Factors Associated With Mental Health Outcomes Among Health Care Workers Exposed to Coronavirus Disease 2019. JAMA Network Open. Recuperado de https://jamanetwork.com/journals/jamanetworkopen/fullarticle/2763229 Doi:10.1001/jamanetworkopen.2020.3976 Liu, M., Caputi, T. L., Dredze, M., Kesselheim, A. S., & Ayers, J. W. (2020). Internet Searches for Unproven COVID-19 Therapies in the United States. JAMA Internal Medicine. https://doi.org/10.1001/jamainternmed.2020.1764 McIntyre, K. M., Puterman, E., Scodes, J. M., Choo, T.-H., Choi, C. J., Pavlicova, M., & Sloan, R. P. (2020). The effects of aerobic training on subclinical negative affect: A randomized controlled trial. Health Psychology: Official Journal of the Division of Health Psychology, American Psychological Association, 39(4), 255-264. https://doi.org/10.1037/hea0000836 Raifman, M. A., & Raifman, J. R. (2020). Disparities in the Population at Risk of Severe Illness From COVID-19 by Race/Ethnicity and Income. En American Journal of Preventive Medicine (Vol. 59, Número 1, pp. 137-139). https://doi.org/10.1016/j.amepre.2020.04.003 Smith, K. J., Gavey, S., RIddell, N. E., Kontari, P., & Victor, C. (2020). The association between loneliness, social isolation and inflammation: A systematic review and meta-analysis. Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 112, 519-541. https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2020.02.002 Wu, C.-H., Wang, Y., Parker, S. K., & Griffin, M. A. (2020). Effects of chronic job insecurity on Big Five personality change. The Journal of Applied Psychology. https://doi.org/10.1037/apl0000488 Xie, X., Xue, Q., Zhou, Y., Zhu, K., Liu, Q., Zhang, J., & Song, R. (2020). Mental Health Status Among Children in Home Confinement During the Coronavirus Disease 2019 Outbreak in Hubei Province, China. JAMA Pediatrics. https://doi.org/10.1001/jamapediatrics.2020.1619 Zhang, J., Litvinova, M., Liang, Y., Wang, Y., Wang, W., Zhao, S., Wu, Q., Merler, S., Viboud, C., Vespignani, A., Ajelli, M., & Yu, H. (2020). Changes in contact patterns shape the dynamics of the COVID-19 outbreak in China. Science, 368(6498), 1481-1486. https://doi.org/10.1126/science.abb8001 Fuente: American Psychological Association

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  • Psicología aplicada

COVID-19: empeora la calidad del sueño, especialmente en personas que trabajan desde sus casas

  • Maria Fernanda Alonso
  • 02/09/2020
Con la pandemia de COVID-19, el mundo entero tuvo que tomar medidas para adaptarse a una “nueva normalidad” en un esfuerzo mancomunado por preservar la salud de las personas. Una de las medidas principales fue el establecimiento de cuarentenas, más o menos estrictas, que por lo general apuntan a reducir la circulación de las personas al mínimo posible. Esto provocó una gran alteración en las rutinas diarias que motivó a un equipo de investigadores italianos a preguntarse si estos cambios podrían haber afectado los hábitos de sueño y el índice de masa corporal (IMC) de las personas. ¿Por qué es importante? El descanso que apareja el sueño contribuye significativamente a la capacidad de recuperación física (incluyendo la función inmune) y al bienestar psicológico (impacta, por ejemplo, en el estado de ánimo y la resistencia al estrés). Metodología: para averiguar su los hábitos de sueño y el IMC están siendo afectados, los investigadores llevaron adelante un estudio retrospectivo, en el que se analizaron los datos de 121 hombres y mujeres de entre 18 y 65 años de edad. La información fue recopilada en dos momentos: al inicio del estudio, antes de cualquier cuarentena y nuevamente 40 días después del inicio de la cuarentena. Se calculó el IMC de los participantes y se evaluó la calidad del sueño mediante el índice de calidad del sueño de Pittsburgh (PSQI). Hallazgos: los investigadores encontraron una reducción en la calidad del sueño desde el comienzo de la pandemia, caracterizada por cambios en la eficiencia del sueño, latencia del inicio del sueño, alteraciones del sueño y disfunción diurna (Barrea et al., s. f.). Lo más llamativo fue que tales cambios adversos fueron más pronunciados en aquellos que trabajaban a distancia, esto es, desde sus casas. Si bien este efecto se encontró para ambos sexos, el efecto fue más fuerte en los hombres. Los autores señalan que el uso de dispositivos inteligentes se ha relacionado fuertemente con la falta de sueño; y trabajar desde la casa puede aumentar el tiempo frente a las pantallas (computadoras, smartphones, televisión, etc.). El estudio también encontró que, en general, los participantes vieron un aumento en sus respectivos índices de masa corporal después de la cuarentena. Esto podría deberse a la suma de los paseos limitados con la mayor ingesta de alimentos procesados y menor ingesta de frutas y verduras frescas. Esta elección ha sido relacionada con un sueño más deficiente. Como era de esperar, los participantes también informaron una reducción de la actividad física durante la cuarentena. Un reporte similar ha sido presentado respecto de la población española, donde el 44,3% de las población aumentó de peso durante la cuarentena. ¿Qué interpretación hacen los investigadores? El equipo señala que el estrés relacionado con la pandemia probablemente afectó el sueño de los participantes, creando un ciclo destructivo: el estrés libera cortisol en el cuerpo y el hipercortisolismo se ha relacionado con la interrupción del sueño, menos horas de sueño y reducción del sueño de ondas lentas. A su vez, la falta de sueño puede exacerbar el hipercortisolismo, contribuyendo a un ciclo interminable. Limitaciones: este estudio no contó con un análisis de la dieta de los participantes. Recomendaciones: mantener hábitos alimenticios, de actividad física y rutinas que nos preparen mentalmente para conseguir las horas de sueño reparador que necesita el cuerpo, son las principales sugerencias. Los autores explican que consumir alimentos que contengan o promuevan la síntesis de serotonina y melatonina en la cena, como raíces, hojas, frutas y semillas como almendras, plátanos, cerezas y avena, puede ayudar a mitigar los trastornos del sueño durante la cuarentena. Referencia bibliográfica: Barrea, L., Pugliese, G., Framondi, L., Di Matteo, R., Laudisio, D., Savastano, S., Colao, A., & Muscogiuri, G. (s. f.). Does Sars-Cov-2 Threaten Our Dreams? Effect of Quarantine on Sleep Quality and Body Mass Index. https://doi.org/10.21203/rs.3.rs-33081/v1 Fuente: Psypost

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  • Psicología aplicada

TDAH persistente en la adultez

  • Alejandra Alonso
  • 01/09/2020
Dado que estudios previos sugerían que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) puede continuar en la adultez y tener efectos adversos para las personas, un grupo de científicos consideró importante identificar factores que diferencian características de persistencia y remisión en personas con TDAH. Por eso, se propusieron analizar diferencias en las funciones ejecutivas (cambio, memoria de trabajo, inhibición y planificación), síntomas asociados al trastorno (inatención, hiperactividad, labilidad emocional y autoconcepto) y deterioros funcionales en adultos con TDAH persistente, TDAH en remisión y sin TDAH. Porqué es importante: Porque según estudios previos, el trastorno tiende a continuar en la adultez y se hace crónico para muchas personas. Los autores del estudio nombran un metaanálisis reciente donde, aunque se encontraron pocos estudios estrictos sobre persistencia del TDAH, los que sí lo eran reportaban tasas de persistencia cercanas al 50%, que pueden subir hasta un 86.5% en presentación combinada. Los adultos con TDAH sufren deterioros funcionales que afectan una amplia variedad de actividades académicas y laborales, presentan conductas de riesgo, problemas financieros, dependencia a ayudas públicas y riesgo de pobreza. Metodología: Se trata de un estudio transversal descriptivo entre un grupo de adultos con TDAH (edades entre 18 y 24 años, el 95.1% eran hombres) y un grupo sin TDAH. Del estudio participaron 115 adultos, de ellos 61 tenían un diagnóstico de TDAH, (40 eran persistentes) y 54 tenían un desarrollo típico. Se recolectaron auto reportes sobre funciones ejecutivas y síntomas asociados con el TDAH y deterioro funcional. Los tres grupos tenían sexo, edad y CI estimado similares. Para evaluar síntomas de TDAH se utilizó la Escala Conners para adultos, usando las subescalas de hiperactividad/impulsividad e inatención del DSM IV, versión del observador y auto reporte. La persistencia encontrada en esta muestra fue del 65.6%. Para evaluar funciones ejecutivas se utilizó el Inventario de Evaluación Conductual de las Funciones Ejecutivas, versión adulta (BRIEF-A). Por último, el deterioro funcional se estimó utilizando la Escala Weiss de Deterioro Funcional auto reportado. Resultados:
  1. El grupo con TDAH persistente mostró diferencias en todas las funciones ejecutivas medidas.
  2. El grupo en remisión sólo obtuvo puntajes medios de funciones ejecutivas significativamente peores que el grupo sin TDAH en la escala planificar/organizar.
  3. No hubo diferencias significativas entre los adultos con TDAH persistente y TDAH en remisión con respecto a las funciones ejecutivas de inhibición, cambio o planificar/organizar, aunque al comparar los dos grupos, se encontró un peor nivel en estas funciones en el grupo con TDAH persistente.
  4. El deterioro de la memoria de trabajo no se observó al mismo nivel en los dos grupos con TDAH. De hecho, fue la única de las cuatro funciones ejecutivas en las que el grupo con TDAH persistente se desempeñó peor que el grupo con TDAH en remisión, lo que sugiere que podría ser un factor relevante en la persistencia del trastorno en la edad adulta. En cualquier caso, el deterioro de la memoria de trabajo no puede considerarse una característica específica del TDAH y constituye un déficit transversal que comparte con otros trastornos del neurodesarrollo, como los trastornos del espectro autista, trastornos del aprendizaje o trastornos específicos del lenguaje.
  5. Los individuos con TDAH persistente, en comparación con los individuos sin TDAH, también mostraron mayor severidad en los comportamientos de inatención, hiperactividad, labilidad emocional y problemas de autoconcepto. Además, la alteración de la regulación emocional, que se ha propuesto como un componente esencial del TDAH, también mostró diferencias entre los dos grupos con TDAH. Los participantes con TDAH persistente refirieron una mayor tendencia a sentirse frustrados ante pequeñas dificultades, expresar irritabilidad y perder fácilmente la paciencia, lo que puede llevar a expresiones inapropiadas para las normas sociales y poco adecuadas al contexto. Los autores opinan que la labilidad emocional también podría considerarse un marcador presente en la persistencia del TDAH.
Limitaciones: Los autores indican que (a) el tamaño de la muestra fue pequeño; (b) la muestra solo se compuso por individuos diagnosticados en la niñez a quienes se les dio seguimiento hasta la adultez, la mayor parte de los cuales eran hombres de entre 18 y 24 años, por lo cual los resultados no pueden generalizarse a personas mayores, mujeres o TDAH con características diferentes; ( c ) no se tomó en cuenta la presencia de discapacidad en el grupo con TDAH persistente; (d) solo se utilizaron auto reportes, lo que puede producir sesgos; (e) los resultados podrían haberse visto influidos por la superposición del contenido del BRIEF y el Conners; (f) por último, la contribución de las variables incluidas fue modesta, lo que podría indicar que hay otras variables interviniendo. Referencias del estudio: Roselló, B., Berenguer, C., Baixauli, I. et al. Empirical examination of executive functioning, ADHD associated behaviors, and functional impairments in adults with persistent ADHD, remittent ADHD, and without ADHD. BMC Psychiatry 20, 134 (2020). https://doi.org/10.1186/s12888-020-02542-y

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  • Webinars

Clase online: Evaluación y abordaje del insomnio

  • David Aparicio
  • 01/09/2020

Los psicólogos y especialistas en salud mental podemos ofrecer ayuda basada en la evidencia para ayudar a nuestros consultantes cuando sufren problemas de sueño. En esta oportunidad tenemos el privilegio de aprender a cómo evaluar los problemas relacionados con el insomnio y cómo tratarlo desde un abordaje cognitivo conductual. El webinar será dictado por Pablo López, referente argentino en el tratamiento del insomnio.

Descripción del webinar:

El insomnio es el problema de sueño más frecuente, tanto en la población general como en la clínica. En el contexto actual, es uno de los procesos que más se han visto impactados por la pandemia y las medidas de aislamiento.

A la fecha existen distintas intervenciones que han demostrado una elevada eficacia, de las más altas en el campo de la salud mental.

En este webinar trabajaremos en los siguientes ejes:

  • Criterios diagnósticos actuales del insomnio
  • Diagnóstico diferencial
  • Evaluación del insomnio
  • Pautas de higiene del sueño
  • Tratamiento cognitivo-conductual para el insomnio:
    • Psicoeducación
    • Estrategias para la modificación de cogniciones disfuncionales
    • Estrategias conductuales y de manejo de contingencias.

Disertante: Pablo López, Lic. en Psicología, PhD en Medicina, Director Académico de Fundación INECO y Director de la Carrera de Psicología de Universidad Favaloro.

Al inscribirte recibes acceso a:

  • Acceso a la clase en vivo donde podrás hacer consultas vía chat
  • Material en formato PDF

Formato de la clase: La clase grabada tiene una duración de 2:00 horas.

Respuestas a preguntas frecuentes:

  • El precio del curso está en dólares. Los pagos son procesados de manera segura vía PayPal.
  • Recibirás el certificado en tu cuenta de email 1 día después del evento. Te sugerimos añadir nuestra dirección (webinars@https://psyciencia.com/) a tu lista de contactos. De esta manera evitarás que el correo caiga por error en la carpeta de SPAM.
  • La clase grabada la recibirás 1 día después de evento. Necesitamos tiempo para editar y preparar el material. Hacemos todo lo posible por tenerlo listo lo más rápido posible, pero ten consideración, somos un equipo pequeño.

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