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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Trastornos psicológicos: un punto de unión entre la TCC y la Neuropsicología

  • Julio Hernández
  • 21/03/2017

La terapia cognitivo conductual (TCC) es un modelo bien estructurado, y fundamentado, con bases científicas que han marcado la pauta para la práctica clínica de una gran cantidad de psicólogos clínicos en la actualidad. No forma parte de la gama de terapias más utilizada en la actualidad sólo por su difusión y proliferación sino también por su eficacia, economía y puntualidad (que es relativamente corta en tiempo) para los tratamientos.

Además la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) trata de involucrar al paciente en su tratamiento para que, más adelante, pueda intervenir él mismo en sus posibles dificultades psicológicas.

La TCC explica detalladamente al cliente, en su fase de psicoeducación, cuál es la posible génesis, desarrollo y mantenimiento de su problema y cómo se espera modificarlo o tratarlo. Resaltando así la importancia que tiene el sujeto en su tratamiento. Además un terapeuta cognitivo conductual, y la TCC en general, para diferenciarse de otras psicoterapias, se implican en una modalidad activa-directiva porque involucra al cliente en el tratamiento a través de su colaboración, promoviendo asimismo el debate en la sesión.

La TCC elige como objeto de  estudio el evento psicológico y, más que empeñarse en describirlo, trata de intervenir en él modificando las variables identificadas en su análisis funcional de la conducta. Tratando de aislar la conducta problema para su fácil estudio.

Esta terapia es actualmente una de las más utilizadas para la práctica clínica. Existen manuales muy completos, en lo que a implicaciones clínicas se refiere, para el tratamiento de gran cantidad de trastornos psicológicos, contando con métodos y técnicas específicas para una intervención eficaz en trastornos de ansiedad, sexuales, disociativos, somatomorfos, de control de impulsos, del estado de ánimo, etc. (véase Caballo, 2002 para revisión de los programas de tratamiento). Aún con la hegemonía actual de la TCC, esto no quiere decir que desde siempre haya sido así, ha tenido que abrirse paso entre las terapias de modificación conductual o terapias conductuales que las han ido acogiendo poco a poco. Algunos investigadores afirman que no es aceptada del todo.

Aseguran que: “(…) no están todavía claros los fundamentos teóricos que subyacen la aplicación de las técnicas cognitivo-conductuales, en contraste con los principios de la terapia de conducta clásica que proviene de la investigación básica sobre el aprendizaje humano” (Lega, Caballo y Ellis, 1998). Aunque no descartan la eficacia de las Terapias Cognitivo Conductuales porque, las pruebas empíricas han demostrado su aplicabilidad en una gran variedad de alteraciones psicológicas.

Por ésta razón es evidente que actualmente muchos profesionales de la salud se muestren interesados por ahondar cada vez más en las terapias cognitivo conductuales (TCCs). Por otra parte, las bases científicas en las cuales se fundamenta la TCC (o las TCCs) son las técnicas y métodos de la terapia de la conducta; el condicionamiento clásico o Pavloviano, el condicionamiento operante skinneriano que provienen directamente de la aplicación del método científico (observación, experimentación y comprobación), que es por excelencia el método más utilizado para recabar datos confiables, que nos ayuden a consolidar la base de una teoría.

La variable cognitiva resulta de alguna manera innegable para comprender la actividad mental en el ser humano

Estas investigaciones, que se llevan a cabo en el laboratorio con la denominación genérica “Análisis Experimental de la Conducta” para luego trascender a instituciones o grupos, pero ahora llamado genéricamente “Análisis Conductual Aplicado”, se llevaron a cabo, obviamente, con organismos no humanos para establecer los principios que rigen la conducta p. ej.: “Reforzamiento Positivo”, “Reforzamiento Negativo”, “Extinción”, “Moldeamiento”, “Modelamiento”, etc. (véase Holland y Skinner, 1990 para la revisión de los principios).

Aunque estos aspectos generan mucha reticencia por parte de teóricos e investigadores de otros paradigmas psicológicos, no fue un impedimento para someter a la comprobación las terapias cognitivo conductuales y se tuvo que recurrir al método o diseño cuasi-experimental donde no se tiene todo el control de las variables pero sí se manipulan la variable independiente (método y técnica) y la dependiente (emoción, por ejemplo), en los grupos control y experimental; que de alguna manera nos da las bases empíricas para que se continúe o desista de algunas técnicas en base a su eficacia o deficiencia, respectivamente.  

La variable cognitiva resulta de alguna manera innegable para comprender la actividad mental en el ser humano (o animal racional) porque precisamente es lo que nos separa del resto de los seres vivientes.

Este sistema de procesamiento de la información, producto de la actividad neuronal; ha sido, infinidad de veces, comparado con sistemas artificiales como el de una computadora por ejemplo. Que a su vez ha servido para darnos una idea de cómo es que se recibe, procesa y almacena la información. Pero tiene sus limitaciones porque, de alguna manera,  se dificulta explicar satisfactoriamente la atribución de significados propia del ser humano, que hace al respecto de algo.  Porque carece de propiedades materiales, físicas, a las que podamos observar directamente.

La TCC podemos definirla y entenderla como la aplicación clínica, y sistemática de los principios de la ciencia psicológica (Ruiz A., Díaz M. y Villalobos A., 2013).

Por su parte, la Terapia Conductual se adhiere fuertemente a la Teoría del Aprendizaje Social (Ruiz A., Díaz M. y Villalobos A., 2013 p. 32) para explicar la forma de aprendizaje en un sujeto. De la que se conocen tres maneras de aprender: Vicario (por observación), simbólico (por información) y contingente (por experiencia). Dando así una base firme para poder explicar el aprendizaje, sosteniendo que las conductas (adaptadas o desadaptadas, buenas o malas, sanas o enfermas, etc.) son aprendidas en función de las consecuencias, entonces podemos aprender formas más adaptativas de comportarnos mediante estos mismos principios.

La neuropsicología es una especialidad perteneciente al campo de las neurociencias, que se encarga de estudiar las relaciones existentes entre los procesos mentales y conductuales  y las estructuras cerebrales involucradas. Y constituye un punto de unión para con la psicología. Un neuropsicólogo se ocupa entonces del diagnóstico y el tratamiento de aquellos problemas cognitivos, conductuales y emocionales que pueden ser resultado de diferentes procesos que afecten el normal funcionamiento cerebral. Es el estudio de los trastornos de comportamiento, cognitivos y emocionales en relación con un mal funcionamiento cerebral.

Esta disciplina ocupa un lugar central entre los diferentes campos implicados en las neurociencias y su florecimiento se vio beneficiado por el desarrollo conjunto de la neurología comportamental y las neurociencias.  Desde un punto de vista clínico, la neuropsicología permite establecer correlaciones, llamadas correlaciones anatomo-clínicas, entre lesiones cerebrales y/o afecciones cerebrales y alteraciones de las funciones cognitivas. La neuropsicología clínica permitió así establecer una semiología de los trastornos cognitivos y emocionales asociados a una lesión cerebral o, más ampliamente, a una patología neurológica. 

Los trastornos como un aprendizaje erróneo, desde una propuesta de la TCC y su relación con la neuropsicología

El aprendizaje desde el PAS se puede definir como un cambio, permanente y relativamente duradero, en la conducta de una persona. En tanto que en la neuropsicología se puede definir como: “La capacidad del cerebro para cambiar su funcionamiento en respuesta a una experiencia” (Pinel, 2007).

Aunque la biopsicología se refiere a aprendizaje y memoria indistintamente, sólo hacen una pequeña aclaración: aprendizaje es el cambio en el cerebro que se da a causa de las experiencias vividas; por otro lado, la memoria es el almacenamiento de los cambios producidos por las experiencias, en nuestro cerebro.

Los mecanismos de plasticidad neuronal, en estructuras particulares del encéfalo humano (p. ej.: el hipocampo), que se piensa son las bases fundamentales del aprendizaje y la memoria, son en las que nos enfocamos cuando hablamos de los cambios que se dan, a nivel neuronal, por el impacto de las vivencias en cada persona. Se postula que la facilitación permanente de la transmisión sináptica es la base neural del aprendizaje y la memoria. Según Pinel (2007, p. 312), Bliss y Lomo, en 1973, “se facilita después de que se haya aplicado a las neuronas presinápticas estimulación de alta frecuencia”, y a este fenómeno se le denominó Potenciación a Largo Plazo (PLP). Ésta hipótesis se ha demostrado en muchas especies y en muchas partes del encéfalo pero con mayor frecuencia en el hipocampo de las Ratas.

El PLP tiene tres partes la inducción, mantenimiento y expresión, que son los procesos que hacen que se produzca éste fenómeno PLP (aprendizaje) los cambios responsables del almacenamiento (memoria) y los cambios que permiten que esto se exprese (recuerdo). La PLP se ha estudiado en las sinapsis en las que predominan los receptores NMDA (principal neurotransmisor excitador del encéfalo) que es un receptor del glutamato. El mantenimiento y la expresión tienen lugar tanto en la neurona presináptica como en la postsináptica.

La memoria es una función neurocognitiva que permite registrar, codificar, consolidar, retener, almacenar, recuperar y evocar la información previamente almacenada. Mientras que el aprendizaje es la capacidad para adquirir nueva información, la memoria es la capacidad para retener la información aprendida.

¿Cómo los recursos neurológicos, para hacernos seres funcionales, nos afectan?

Como ya se mencionó anteriormente, en este ensayo, hay diversas maneras de entender el aprendizaje pero también puede ser definido y entendido como: un producto, un proceso o una función en donde se refiere tanto al resultado de una experiencia o el cambio que acompaña a la práctica como al comportamiento que modifica, perfecciona o controla y también al cambio que se origina cuando el sujeto interacciona con la información.

Pero, ¿qué pasa cuando estos recursos de los que hemos sido dotados nos juegan en sentido opuesto? O sea que no sólo nos afectan sino que se exceden en el propósito y tal parece que nos dominan o insisten en dominarnos. Como es el caso del trastorno por angustia (o pánico) o el de Trastorno por Estrés Postraumático, por ejemplificar algunos.

El trastorno por pánico (TP) implica experiencias de periodos discretos de repentino e intenso temor o malestar (o sea pánico). Esta experiencia se caracteriza por un conjunto de síntomas físicos y cognitivos que ocurren de forma inesperada y recurrente  y se distingue por la activación ansiosa que crece repentinamente y de reacciones fóbicas a estímulos intrínsecos que a la postre desarrollan una forma de preocupación a ataques futuros o un cambio importante en la conducta  en respuesta a los ataques, como resultado de la experiencia previa (Asociación Americana de psiquiatría, 2014).

hay todo un cambio a nivel cerebral que es producido por un acontecimiento en la vida real o el mundo inmaterial

La mayoría de las personas sufren este tipo de estímulos intrínsecos (p. ej. Hiperventilación, taquicardias, mareos, etc.,) pero son percibidos como parte de algún movimiento inesperado o brusco y no pasa a mayores. Quienes han tenido este tipo de experiencias (inducción) y desarrollan la preocupación a ataques futuros (mantenimiento) y a su vez entran en un círculo vicioso de Miedo al miedo (expresión) desarrollan este aprendizaje defectuoso (fenómeno PLP) son diagnosticados con trastorno por pánico (Caballo, 2002).

En el caso de Trastorno por Estrés Postraumático (TEP), que describe un patrón de síntomas que desarrollan algunos individuos que han sufrido estímulos estresantes traumáticos, de igual manera el individuo en cuestión tiene que haber experimentado, haber sido testigo o haberse enfrentado a un acontecimiento (experiencia) que entrañen una amenaza de muerte, muerte real, lesión grave o una amenaza a la integridad física y la respuesta del individuo a la experiencia tiene que incluir un miedo intenso, indefensión o terror (Caballo, 2002).

Todo lo anterior supone que en el individuo hay todo un cambio a nivel cerebral que es producido por un acontecimiento en la vida real o el mundo inmaterial (el de las palabras, las cogniciones, imaginación, etc.) y a su vez esto es almacenado como catastrófico y terrible (insoportable) y es así como es llevado a los recuerdos. Esta perpetuación desde ambos puntos de vista es lo que se considera un trastorno, que técnicamente podríamos definirlo como una alteración fisiológica, emocional, cognitiva o del desarrollo clínicamente significativa que produce una disfuncionalidad en el ser humano.

Conclusión

A modo de conclusión diremos que los trastornos son el resultado de un aprendizaje erróneo; o sea experiencias, vivencias, que fueron percibidas, procesadas y almacenadas de una manera inadecuada. Y como tal son resultado tanto del aprendizaje como de la memoria. Ya que sin estos dos procesamientos no tendrían una razón de ser. Y tienen como base el fenómeno denominado Potenciación a Largo Plazo y sus partes de inducción, mantenimiento y expresión que son los procesos para que se pueda dar éste aprendizaje.

Las conductas inadaptadas son producto de un aprendizaje erróneo y lo aprendido se puede desaprender (Barraca, 2014). A través del mismo procedimiento se podría inducir a recuperarse de un trastorno, desaprendiendo lo que se aprendió de forma incorrecta y almacenar la información correcta. Y de esta manera tener un impacto positivo en la conducta del sujeto que padece algún tipo de trastorno.

Este ensayo es el punto de unión entre la neuropsicología y la TCC, tratando de dar una explicación del papel que juega el aprendizaje en los tratamientos empleados dentro de la psicoterapia clínica (específicamente de la TCC) y algunos procesos cerebrales implicados en la mejoría del cliente.

Imagen: Shutterstock

Bibliografía

Asociación Americana de Psiquiatría (2014), Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), 5ª  Ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana.

Barraca, J. (2014). Técnicas de modificación de conducta: una guía para su puesta en práctica. España: Editorial Síntesis

Caballo, V. (Dir.) (2002). Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los   trastornos psicológicos. Vol. 1. (2ª. Ed.). Madrid: Siglo Veintiuno Editores.

Larousse (2007). Diccionario Manual de la Lengua Española. México: Larousse Editorial, S.L

Galasso, L. (2011). La nueva psicología breve y eficaz: Terapia cognitivo conductual (2ª ed.). Buenos Aires: Psicología Argentina.

Hayes, S., Strosahl, K. & Wilson K. G. (2014). Terapia de aceptación y compromiso. Proceso y práctica de cambio consciente (mindfulness) España: Desclée De Brouwer.

Holland, J. G. (1990). Análisis de la Conducta: Texto programado (2ª. Ed.). México: Trillas.

Lega, L., Caballo, V. & Ellis, A. (2009). Teoría y práctica de la terapia racional emotivo-conductual. España: Siglo Veintiuno Editores

Pinel, J. (2007). Biopsicología. 6th ed. Madrid: Pearson Educación S. A.

Portellano, J. (2005). Introducción a la neuropsicología. Madrid (España): McGraw-Hill.

Ruiz, F. A. Díaz, G. M. y Villalobos, C. A. (2013). Manual de técnicas de intervención cognitivo conductuales. Bilbao: Desclée De Brouwer.

  • Salud Mental y Tratamientos

Ejercicios y meditaciones guiadas (Audios)

  • Fabián Maero
  • 21/03/2017

Hace algunos años publicamos aquí mismo una serie de ejercicios grabados que compartimos desde Grupo ACT Argentina, algunos de Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y algunos de mindfulness, para usar como complemento en psicoterapia. Este año volvimos a la carga, esta vez con algunos ejercicios de espectro un poco más amplio que solo ACT. En total son unas tres horas de grabaciones, de descarga gratuita -aunque es posible realizar una donación cuando se descarga si es que le han encontrado alguna utilidad, donaciones que van para el mantenimiento del sitio web y el excepcional café. Pueden descargarlas haciendo click en «download» en el reproductor que está al pie, o bien siguiendo este link.

Son ejercicios que he grabado para trabajar con mis pacientes, y que comparto porque creo que pueden resultar de utilidad a otros terapeutas, pero en modo alguno reemplazan una terapia. No están sistematizados ni tienen una progresión lógica, es una colección de recursos que me han sido útiles en algún momento. Y dado que Psyciencia tiene lectores en varios países de habla hispana, dense por avisados de que aunque he tratado de mantenerlos neutros, el acento es argentino, así que prepárense para escuchar algunas conjugaciones irregulares.

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¿Quién es el psicólogo? (PDF)

  • David Aparicio
  • 21/03/2017

El Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, se ha caracterizado por su compromiso con los psicólogos, y la repercusión que su profesión tiene en nuestra sociedad.

Con este cuento, se pretende aportar una herramienta para conocer y normalizar la figura del psicólogo infantil y acercar esta profesión a los más pequeños, de una manera sencilla, así como reconocer la labor de muchos psicólogos.

Además del formato impreso, a través de la página web del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid se puede descargar este cuento para hacerlo más accesible a todas aquellas personas interesadas. Estamos seguros que va a ser de gran ayuda tanto para psicólogos, como para niños y sus familias.

Autor:Mercedes Bermejo Boixareu

Descarga el recurso completo en formato PDF.

Fuente: Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid

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Los cerebros de las personas con TDAH sufrirían de un retraso en el proceso de maduración

  • David Aparicio
  • 20/03/2017
cerebro de las personas con yeah

Nota del editor: Esta investigación cuenta con graves fallas metodológicas y éticas. Diversos investigadores han enviado correspondencia a The Lancet, la revista donde se publicó solicitando que se rectracte del estudio. Para mayor info ingresa aquí.

Cada vez que se publica un artículo sobre el TDAH en Facebook o en cualquier red social la gente comenta con excesiva pasión que este trastorno no existe, que es un invento de las farmacéuticas para lucrar a costas de los padres que no quieren educar bien a sus hijos y que los psicólogos y psiquiatras somos responsables de ese incremento, como si ganáramos una comisión por cada TDAH que diagnosticamos.

Muchos de esos comentarios no tienen sentido y están basados en información falsa, sesgada e incompleta sobre el TDAH, que se basan principalmente en algunos artículos de opinión que generalmente responsabilizan a los padres por los problemas de conducta de sus hijos. Por otro lado también hay criticas científicas serias, que cuestionan la evidencia en que se basan los criterios diagnósticos de esta condición, algunos explican que la prevalencia es mucho mejor de lo que se dice y otros se oponen totalmente a la entidad clínica del TDAH. Uno de ellos es el reconocido psicólogo Marino Pérez quien ha criticado abiertamente la inexistencia de biomarcadores cerebrales que justifiquen este trastorno.

 las personas con TDAH tenían menor volumen que los sujetos sin el diagnóstico

Sin embargo, cada día hay más evidencia que sugiere que las personas con TDAH tienen diferencias en ciertas estructuras de su cerebro. Hace poco se publicó en la conocida revista científica The Lancet una enorme investigación que analizó las imágenes del cerebro por resonancia magnética de 1713 pacientes con TDAH y 1529 personas sin el trastorno, que tenían desde 4 hasta 63 años de edad, y sus hallazgos parecen ser bastante contundentes.

En esta investigación se observó que las personas con TDAH tenían menor volumen que los sujetos sin el diagnóstico en las siguientes áreas: núcleo accumbens, el núcleo caudado, el putamen, el hipocampo, el globo pálido, el tálamo y la amígdala. Así también encontró que las personas con TDAH presentaban un retraso madurativo en comparación con aquellos sin el diagnóstico.

Imagen: The Lancet

Estudios previos también han encontrado dichas diferencias. Específicamente en la amígdala, la cual se relaciona con la dificultad del reconocimiento de los estímulos emocionales y la respuesta emocional en general. Por otro lado otros estudios han encontrado una reducción del volumen de la amígdala, el cual se relaciona con la hiperactividad característica del trastorno. Otros han reportado que el núcleo accumbens desempeñaría un rol importante en el procesamiento de las recompensas y en la respuesta emocional y motivaciones de las personas con TDAH.

Por el contrario, la evidencia en torno al rol del hipocampo no es tan robusta porque no se han encontrado datos que sustenten problemas de memoria a largo plazo en los sujetos con TDAH. Aun así los autores explican que hay algunos datos que reportan que el hipocampo también podría desempeñar un rol en el procesamiento de la motivación y emoción, las cuales se ven afectadas en el TDAH.

Para los autores, esta investigación ofrece una serie de implicaciones importantes para el área clínica:

  1. Los datos de la investigación confirman que los pacientes con TDAH tienen un cerebro alterado y que el TDAH es un trastorno del cerebro. Esta explicación es sumamente importante para los autores porque según ellos ayudará a reducir el estigma relacionado con el TDAH en una sociedad que solo etiqueta a los niños como problemáticos y responsabiliza a los padres por estilo de crianza incompetente, cuando en realidad el problema es mucho más complejo que solo darle atención o utilizar estilos de crianza más estrictos.
  2. Los efectos encontrados en el cerebro de los sujetos con TDAH no se debieron a otro trastorno comorbido, a los efectos de la medicación o la severidad del TDAH y se debieron exclusivamente al TDAH.
  3. Los efectos más pronunciados demuestran un retraso en la maduración del volumen subcortial en el cerebro de los niños, lo que ofrece un modelo relevante para entender y tratar el TDAH.

¿Estos hallazgos confirman la naturaleza cerebral del TDAH?

Muchos medios han reproducido algunas partes de esta investigación con títulos como «Se confirma que el TDAH es de origen cerebral» o «El TDAH es un trastorno del cerebro». Pero tenemos que ser cuidadosos con la extensión e interpretación de los hallazgos. Si bien los autores escriben que sus datos confirman que el TDAH es un trastorno del cerebro, hay que recordar que los estudios neurocientíficos (en especial los estudios realizados a través de neuroimágenes) son de tipo correlacional y no pueden demostrar la causalidad de ninguna entidad o variable. Dicho de otra manera, los estudios correlacionales solo nos pueden decir hasta qué punto las variables se relacionan, pero no nos pude decir si una es causa de la otra. Metodológicamente hablando, los estudios de tipo experimental, aquellos que controlan o manipulan las variables directamente, son los únicos que pueden establecer una causalidad.

Ahora bien, también hay que considerar que no siempre se pueden realizar estudios experimentales por causas éticas o de manipulación de las variables. En este caso no podemos inyectarle una dosis de TDAH a las personas y observar qué cambios ocurren en su cerebro y luego hacer una evaluación conductual y clínica para evaluar si coinciden con los síntomas del TDAH. En este momento, los mejores instrumentos de exploración cerebral son de tipo correlacional y las investigaciones han llegado al consenso de que existen diferencias a nivel cerebral. Estas diferencias se relacionan con el diagnóstico del TDAH y no se debeN a otras variables extrañas como la comorbilidad de los trastornos, etc.

lo más sensato y responsable es hablar a partir de la mejor evidencia disponible

Pero hay algunos investigadores que no están de acuerdo. Marino Perez en una entrevista realizada en el 2014 para la web ABC también hace mención a los estudios que han encontrado dichas diferencias cerebrales:

Pudiera haber diferencias en el cerebro, como es distinto el cerebro de un músico al de otro que no lo es. Incluso el de un pianista a un violinista. Pero esa diferencia del cerebro no es la causa. El cerebro es plástico y puede variar su estructura y su funcionamiento dependiendo de las exigencias y condiciones de vida. Un ejemplo muy famoso es del hipocampo cerebral de los taxistas de Londres. Cuantos más años de profesionalidad, más alterada es esa estructura cerebral. ¿Por qué? Porque está relacionada con el recuerdo y la memoria espacial, como es requerido para ser taxista en una ciudad de 25.000 calles como Londres. Lo que se pueda observar diferencial en el cerebro de quien sea, en este caso de niños a los que se diagnostica TDAH, no explica que esa sea la causa del supuesto trastorno, si no que los niños sean más activos e inquietos. Pero algunos padres se agarran o podrían estar interesados en encontrar una diferencia cerebral en los niños que les justifique o exima de responsabilidad en lo que le pasa al niño. Insisto, no hay ningún clínico ni ninguna prueba de neuroimagen que pueda validar un diagnóstico, como no hay evidencia que demuestre que los niveles cerebrales de dopamina o noradrelina sean anormales en niños con este diagnóstico.

Las explicaciones de Marino Perez anteceden por dos años a los nuevos hallazgos presentados en The Lancet y habrá que esperar qué respuesta dará.

Por el momento creo que lo más sensato y responsable es hablar a partir de la mejor evidencia disponible. Podemos decirles a los padres, maestros y cuidadores que algunas de estas diferencias podrían explicar en cierta medida algunas de las conductas de los niños con este diagnóstico, sin embargo todavía no hay tratamientos a nivel cerebral disponibles y las mejores opciones terapéuticas son aquellas que incluyen terapias conductuales y trabajo en habilidades de crianza de los padres combinadas con la terapia psicofarmacológica cuando sea necesario. Explicar detalladamente esto a los padres y cuidadores favorecerá un mejor desarrollo y adaptación de los niños.

Fuente: Neurología
Imagen: Shutterstock

  • Artículos Recomendados de la Web

Cómo afrontar la consulta del oncólogo

  • David Aparicio
  • 20/03/2017

Excelente de artículo de Ana Soteras para EFE Salud:

(…) es necesario que el facultativo maneje la comunicación tanto verbal como gestual. “El paciente cuando mira a su oncólogo no solo escucha lo que dice, sino que está atento a cómo lo dice y busca más allá. Siempre existe la sombra de la sospecha de que algo le pueden estar ocultando”, manifiesta.

Es importante que el profesional sea capaz de detectar el ritmo de recepción de información de cada paciente: si está bloqueado, si lo ha entendido, si necesita aclarar algo…Y eso teniendo en cuenta variables como la edad, la formación, la capacidad de comprensión…, apunta la psicóloga.

Aconseja al paciente que acuda acompañado, “aunque hay quien prefiere ir solo para proteger a sus familiares”. Tanto si es para conocer el resultado de unas pruebas o para abordar un tratamiento es mejor ir con alguien a la consulta ya que “los niveles de ansiedad se disparan y la capacidad de comprensión baja mucho y como estamos angustiados, no nos atrevemos a preguntar al médico las dudas que tenemos”.

Llegar con las dudas apuntadas, plantearlas al inicio de la consulta para que el médico pueda organizar su tiempo y escribir las recomendaciones del médico son las recomendaciones que Patrizia Bressanello ofrece a los pacientes.

Lee el artículo completo en EFE Salud.

  • Salud Mental y Tratamientos

El alto costo de vivir con agorafobia

  • David Aparicio
  • 20/03/2017
agorafobia

Los trastornos de ataques de pánico y agorafobia son bastante frecuentes en la práctica clínica. En un estudio español del 2010, se observó que el 7% de la población de atención médica ha presentado problemas de ataque de pánico y el 3.4% problemas de agorafobia, siendo más frecuente en las mujeres que en los hombres.

Se dice que una persona tiene agorafobia cuando siente un miedo irracional y desproporcionado al salir de su casa, estar sola o ir a lugares donde hay mucha gente. El DSM V hace una lista de las situaciones que evitan:

  1. Uso del transporte público (auto, autobuses, trenes, barcos, aviones).
  2. Espacios abiertos (zonas de estacionamientos, supermercados, puentes)
  3. Sitios cerrados (tiendas, teatros, centros comerciales o cines).
  4. Hacer una cola o estar en medio de una multitud.

Las personas con agorafobia evitan dichas situaciones porque tienen la idea de que escapar de ahí o conseguir ayuda sería muy difícil si aparecen los síntomas de pánico u otro síntoma incapacitante o vergonzoso (incontinencia, miedo a caerse, etc). La evitación ante las situaciones es activa y por lo general requieren de la ayuda de una persona que los acompañe en dichas situaciones.

Sin embargo, mucha gente no buscan la ayuda necesaria o no reciben los tratamientos recomendados, ocasionando que se aíslen, pierdan el contacto con sus amigos y familiares y dejen de hacer sus actividades, ya que están constantemente preocupados por los sentimientos de miedo.

El alto precio de no tratar la agorafobia

Viviendo en constante miedo

Las personas con agorafobia viven en un miedo constante y visceral que corroe su calidad de vida haciéndolas inseguras e incapaces de dar el mínimo paso fuera de las puertas de su casa.

Soledad

Quien padece dicho trastorno siente a menudo una terrible soledad, sin poder compartir con sus amigos y seres queridos de las actividades que antes les hacían feliz. Una simple salida al cine, a caminar al centro comercial, etc. se convierten en actividades muy difíciles y ansiógenas, solo hacen que la persona con agorafobia quiera regresar a la seguridad de su hogar.

Vergüenza

El miedo a perder el control y las reacciones físicas de la ansiedad y ataques de pánico en un autobus o en el cine, pueden generar mucha vergüenza al ser observados y juzgados por otras personas. Todos evitamos la vergüenza y las situaciones potencialmente peligrosas, pero la agorafobia puede llevarlo al extremo de evitar cualquier tipo de actividad por miedo a la vergüenza.

Inhabilidad para trabajar

El trabajo nos ofrece la oportunidad de sentirnos valiosos y desenvolernos en actividades profesionales con nuestros pares, fomentando así una sana autoestima y contribuyendo al desarrollo de otras personas y de nuestra propia carrera. Pero para las personas con agorafobia sin tratamiento, la rutina de trabajo puede ser especialmente difícil porque su interacción con sus compañeros y la capacidad de resolver problemas se ve deteriorada por la ansiedad y miedo constantes que sienten al dejar su casa, viajar hasta su trabajo y mantenerse así.

¿Qué hacer?

Busca tratamiento para la agorafobia:

I- Lo primero que debes hacer es buscar información. Aquí hay una buena guía para pacientes con agorafobia que les explicará los conceptos básicos del trastorno, el mantenimiento de los síntomas y las opciones de tratamiento.

II- La terapia cognitivo conductual y la terapia de exposición han demostrado ser tratamientos efectivos para el tratamiento de la agorafobia.

III- También es importante que la familia y seres queridos tomen parte activa y se involucren en ayudar a romper el círculo vicioso de la evitación en las personas con agorafobia.

Fuente: Psychcentral
Imagen: Shutterstock

  • Salud Mental y Tratamientos

Cómo familiares y amigos pueden ayudar a acelerar el diagnóstico de un niño con autismo

  • Alejandra Alonso
  • 20/03/2017

Mientras más temprano pueda realizarse el diagnóstico de los Trastornos del Espectro Autista (TEA), antes comenzaran las intervenciones y el niño obtendrá mejores resultados en su desarrollo. Con respecto a esto, una novedosa investigación encontró que los niños que tienen hermanos mayores o que interactúan frecuentemente con sus abuelos suelen ser diagnosticados a una edad más temprana.

El estudio fue llevado a cabo en The Seaver Autism Center for Research and Treatment ubicado en Mount Sinai. Este es el primer estudio que se interesó por pedir las observaciones no solo de los padres, sino también de amigos y otros miembros de la familia.

Las abuelas maternas y maestras fueron las dos categorías que primero plantearon inquietudes

Los resultados muestran que aproximadamente el 50% de los amigos y familiares reportaron sospechar que el niño observado tenía una condición, antes de saber conocer las preocupaciones de los padres. Las abuelas maternas y maestras fueron las dos categorías que primero plantearon inquietudes.

“Cerca de la mitad de los familiares y amigos que reportaron estar preocupados por el niño eran reacios a compartir sus inquietudes. Nuestro trabajo muestra el importante rol de los miembros de la familia y los amigos en el diagnostico temprano de autismo. Y ya que la detección temprana del autismo es clave para un tratamiento efectivo, esperamos que el estudio sirva como un llamado a la acción para motivar a los familiares y amigos a compartir sus preocupaciones”, comenta el Dr. Joseph D. Buxbaum, coautor del paper.

Los científicos administraron una encuesta online a 477 padres de niños autismo. Adicionalmente, encuestaron e hicieron un seguimiento a 196 familiares y amigos, referidos por los padres. Sus hallazgos indicaron que la estructura familiar y la frecuencia de las interacciones entre miembros de la familia tiene un efecto significativo en la edad de diagnóstico. Específicamente, se encontró que las interacciones frecuentes con las abuelas redujeron 5.18 meses la edad de diagnóstico del autismo. Por otro lado, la interacción frecuente con los abuelos la redujo a 3.78 meses.

Las interacciones frecuentes con las abuelas redujeron 5.18 meses la edad de diagnóstico de TEA

“Muchos padres evitan buscar ayuda para encontrar un diagnóstico, incluso aunque saben que algo podría estar mal. A veces ignoran las señales de un problema grande y miran para otro lado, esto hace que el rol de los familiares cercanos y amigos sea vital para acelerar el diagnóstico y ayudar con la condición de un niño”, agrega el Dr. Nachum Sicherman, coautor del estudio.

La investigación encontró además que los niños que no tenían hermanos eran diagnosticados de 6 a 8 meses más temprano que aquellos que tenían hermanos. Por otro lado, los niños que tenían hermanos mayores, eran diagnosticados aproximadamente 10 meses más temprano que aquellos que no tenían hermanos mayores. Esto sugiere que los hermanos mayores pueden servir como punto de referencia, ayudando a los padres a comparar el desarrollo de los niños.

Si bien el estudio necesita ser replicado, ha revelado resultados muy importantes en cuanto al importante papel que pueden cumplir los familiares, en especial las abuelas, para que se de un diagnóstico temprano de TEA. Y esto repercute a su vez en un tratamiento más efectivo.

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Francia acepta legalmente el uso de las nalgadas como método correctivo

  • David Aparicio
  • 19/03/2017

Hace dos semanas el Consejo Constitucional de Francia declaró como inconstitucional el artículo que prohibe el uso del castigo físico sobre los niños. Según ellos, dicha prohibición supone una intromisión en la privacidad de las familias y en los métodos de crianza empleados por las mismas. Paradójicamente las investigaciones han demostrado durante los últimos 50 años que el castigo físico no sirve para mejorar la conducta de los niños y que además genera repercusiones a corto y largo plazo sobre su salud. Nosotros publicamos un análisis de la evidencia sobre el castigo físico y puedes leerla aquí.

La web de noticias Infobae publicó una nota sobre la medida francesa y añadió algunas opiniones imprecisas sobre el castigo físico que quiero comentar:

Diane de Bourghesdon, consultora de la revista Causeur:

«En el caso del chirlo, el progreso social esperado es la abolición de toda relación jerárquica entre padres e hijos, en una lógica igualitarista empujada hasta el absurdo, y ardientemente deseada por las instancias supranacionales (Convención Internacional por los Derechos del Niño, Convención de Naciones Unidas)»

La Convención Internacional por los Derechos del Niño tiene la responsabilidad de proteger a todos los niños, contra cualquier tipo de violencia. Los niños son personas, tienen derechos a un trato digno y respetuoso. No podemos establecer una jerarquía entre padres e hijos basados en la violencia porque la violencia genera más violencia y deteriora el vínculo familiar. La interpretación de Bourghesdon es extremadamente sesgada y no está acorde con ningún hallazgo científico.

«privar a los padres de esta posibilidad cuando ningún otro argumento es eficaz implica quitarles una herramienta educativa en momentos en que muchos ya se sienten desamparados, en el contexto de una sociedad que con demasiada frecuencia tolera el mal comportamiento».

El castigo físico no es una herramienta educativa, primero porque no funciona. Ya está más que demostrado que la conducta indeseada vuelve con más intensidad luego de que el niño recibe la nalgada, correazo, chirlo o como quieran llamarlo. Segundo, se corre el riesgo de que el padre, al no obtener respuesta deseada incremente la fuerza física para intentar controlar la conducta del niño y lo acabe maltratando fisicamente. Los métodos de crianza que han demostrado ser más efectivos son aquellos en los que se refuerza los comportamientos deseados y se le enseñan conductas contrarias a los comportamientos indeseados. Aumentar la atención de los padres sobre el mal comportamiento solo agrava más el problema.

Claudia Peiró, autora del artículo en Infobae:

También hacen referencia a los trastornos de personalidad y conducta que acarrean los castigos corporales, citando en apoyo estudios de diversas instituciones. Esto es indudable, pero no se hace diferencia en estos comentarios entre el maltrato y la violencia corporal crónicos y una eventual «corrección física ligera», como la que se cita más arriba y a la que, admiten, una inmensa mayoría de padres en Francia apela de tanto en tanto.

Las investigaciones si han hecho una distinción teórica precisa entre el castigo físico (golpes con mano abierta que no generan hematomas, cortes o huesos rotos) y los efectos nocivos son constantes en diferentes países y culturas y se mantienen hasta la vida adulta de los niños. Es peligroso que se escriba una nota en un medio popular como Infobae y no se investigue seriamente lo que dicen las investigaciones.

Suecos arrepentidos:

En Suecia, país pionero en considerar a los niños sujetos de derecho, está surgiendo un debate sobre los resultados de una crianza en la que el menor es rey y no hay autoridad que lo limite. «Los chicos suecos (…) deciden todo: qué hacer, cuándo acostarse, qué ver en la tele y hasta donde veraneará la familia. Interrumpen a los adultos en la mesa. Se niegan a cumplir las consignas de los maestros. En síntesis, son maleducados», señala un crítico de esta equiparación del estatus de los menores con el de los adultos.

Otro error: Hacer una generalización sobre toda la sociedad Sueca a partir de la declaración de un solo crítico–que no se nombra en el artículo de Infobae— de la prohibición del castigo físico y que responsabiliza a los padres de los problemas de conducta de sus hijos porque no usan la violencia para corregirlos. Esa es una idea bastante popular para cualquiera que no ha analizado lo que realmente dicen los datos y se basa solo en su experiencia para opinar sobre la tendencias conductuales de los niños.

Infobae perdió una excelente oportunidad para explicarle a su audiencia las razones que hacen necesarias las políticas de protección infantil contra cualquier uso de violencia y en vez de ello se concentró en opiniones y exageraciones que son popularmente aceptadas pero que no son congruentes con los datos científicos. Parece que es más importante hacer sentir a los lectores que tienen la razón en vez de aprovechar la oportunidad para explicarle la evidencia sobre un tema tan importante como este.

Imagen: The Star

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Actividad física para la salud: evolución, supervivencia y tecnología

  • Federico Lande
  • 17/03/2017

    «La gente con dolores de espalda suele acusar de su dolor a la evolución, a que no estamos preparados para estar erguidos y caminar en dos piernas. ¿Es correcto?» -le preguntó la periodista Claudia Dreyfus a David Lieberman, investigador en biología evolutiva de la Universidad de Harvard.

    -«Si fuera cierto, la selección natural hubiera jugado su parte y estaríamos extinguidos. Lo que es más probable es que mucha gente permanezca sentada en sillas todo el día, que no haga actividad física y eso provoque espaldas débiles.

    Lo que es seguro es que no evolucionamos para estar sentados las 24 horas del día».

    De Ambrosio & Ves Lozada, Por qué corremos.

    Ni a la actividad física la inventaron los científicos del siglo XXI para convencer a la población de los beneficios que tiene sobre la prevención y tratamiento de decenas de enfermedades, ni nuestros patrones de actividad física se establecieron en gimnasios, canchas de fútbol y laboratorios de fisiología; son el fruto de millones de años de evolución que se forjaron gracias a la interacción entre nuestros ancestros y el entorno que les tocó enfrentar. La evidencia científica sugiere que hace 2,8 millones de años atrás se han sucedido e intensificado cambios climáticos y geológicos orientados hacia la aridez que paulatinamente transformaron a la selva tropical originaria de África oriental, rica en frutas y vegetales, en una sabana (Andrews & Stringer, 1999). Las nuevas reglas de juego consistieron en escasez de agua y alimentos nutritivos y grandes superficies soleadas por recorrer para encontrarlos, reglamento natural que tuvimos que padecer en mayor o en menor medida durante 2 millones de años hasta el descubrimiento de la agricultura hace sólo 10 mil años (Farinola, 2006).

    Supervivencia a pie

    Dejamos un estilo de vida principalmente diseñado para la vida en los árboles y, como adaptación al bioma de sabana, fuimos capaces de caminar de modo bípedo y mantenernos erguidos. La bipedestación posibilitó que podamos optar voluntariamente por una gran variedad de patrones en la relación frecuencia respiratoria/frecuencia de paso. Más aún, en un medio cálido y con fuerte radiación ultravioleta e infrarroja algunas de las mejores soluciones adaptativas son la marcha bípeda y la progresiva reducción de la capa pilosa, lo que evita el excesivo recalentamiento del cuerpo. Para eso hemos desarrollado en la piel millones de glándulas sudoríparas para eliminar el agua a través del sudor. La cantidad de agua eliminada es directamente proporcional a la elevación de la temperatura. Al evaporarse el sudor absorbe grandes cantidades de calor, con lo que se enfría la piel y a través de ella todo el organismo. La sudoración se tornó tan importante que durante el ejercicio el 80% del calor producido es disipado por evaporación (Wilmore y Costill, 1999). Además, nuestro eficaz sistema de refrigeración nos permite cazar durante el día, cuando los otros grandes depredadores como los leones o los leopardos suelen estar descansando y normalmente cazan de noche para evitar el sobrecalentamiento.

    La actividad física aeróbica como arma

    Es sabido que muchos mamíferos superan al hombre en el sprint, que consiste en correr a su velocidad máxima durante un lapso breve. El guepardo es el animal más veloz, llega a los 120 kilómetros por hora. Los perros más rápidos alcanzan los 50 kilómetros por hora. En cambio, la velocidad máxima de un atleta de primer orden en la carrera de los 100 metros planos es de apenas 36 kilómetros por hora. Por otro lado, la velocidad del sprint se puede mantener por poco tiempo, porque el esfuerzo que requiere eleva la temperatura corporal por encima de los 40 ° C. Los animales con espesos pelajes tienen dificultades para disipar calor generado por el ejercicio, ellos no experimentan un aumento en la convección durante la carrera. La mayoría eliminan el calor jadeando, pero el jadeo interfiere con la respiración y le resta eficiencia. Si persisten, pueden morir (Farinola, 2006).

    La caza por persistencia, en efecto, consiste en perseguir a la presa hasta que ésta se agota y cae exhausta y se convierte en un botín más fácil para el ataque (Cordain, Gotshall, Eaton y otros, 1998). Es, para esta técnica de caza, que hemos desarrollamos durante millones de años un estilo de carrera: la carrera de resistencia (Carrier, 1984). Esta carrera es la que se realiza durante varios kilómetros por extensos períodos de tiempo utilizando preponderantemente el metabolismo aeróbico (Bramble & Lieberman, 2004). Por ejemplo, durante una caza por persistencia a un antílope (uno de los animales más consumidos por aquel entonces), no se le tira lanzas desde larga distancia, un cometido casi imposible dada la agilidad y rapidez de estos animales con grandes cornamentas que pueden dar saltos hasta de 2 metros de altura. Dependiendo de las condiciones específicas, el cazador perseguirá al elegido antílope durante 5 horas o más en un recorrido aproximado de unos 40 kilómetros hasta que el animal cae agotado. Este patrón de subsistencia implicó la consecución de ciclos de atracón-hambruna y actividad física-descanso que se operacionalizan de la siguiente manera:

    Gran nivel de actividad física durante el cual no hay provisión de comida hasta dar con el alimento, y gran ingesta de nutrientes mientras se descansa hasta iniciar nuevamente el ciclo

    (Chakravarth y Booth, 2004).

    Por lo visto, cuando nuestros antecesores se enfrentaron a períodos prolongados de escasez de alimentos, la selección natural nos dotó de la capacidad de cargar con una abundante reserva de combustible:

    El acceso a nuevos alimentos posibilitó la ingesta de más proteínas y lípidos siendo un factor esencial en la evolución hacia un cuerpo y un cerebro más grande.

    (Campillo Álvarez, 2004).

    Evolución tecnológica: la descendencia de Darwin

    Hoy los nutrientes se pueden conseguir llamando a un delivery, usando una app o yendo a un auto Mac, por lo que no existe vínculo obligatorio y equilibrado entre la energía que incorporamos y la que gastamos. Además, durante la mayoría de las conductas consideradas sedentarias como mirar televisión o usar la computadora, se suelen consumir alimentos de baja calidad que aumentan la probabilidad de ganar peso. Por ejemplo, las personas que ven televisión más de 4 horas por día tienen el doble de riesgo de padecer obesidad en relación a aquellos que miran menos de 1 hora. Esto sugiere que la prevalencia creciente de obesidad y trastornos asociados posiblemente no se deba solo a la baja actividad física habitual sino también a la alta cantidad de horas que pasamos sentados y al consumo extra de alimentos que se da cuando estamos sentados (Tucker y Bagwell, 2011). A este paso, la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Medicina del Deporte en su declaración sobre los beneficios de la actividad física para la salud advierten que:

    «Durante el presente siglo, la mecanización y automatización han disminuido radicalmente la actividad física humana. Esto se ha observado sobre todo en los países más desarrollados, donde el trabajo manual pesado ha desaparecido casi por completo y los electrodomésticos no sólo ahorran trabajo, sino que han reducido drásticamente el esfuerzo físico. El incremento del uso de automóviles particulares y el mayor tiempo que se dedica a diversiones sedentarias, cada vez menos participativas desde la acción, (televisión, internet, espectáculos masivos, etc.) han influido decisivamente en los estilos de vida inactivos. Estos se propagaron primero en los países industrializados, pero van en aumento también en los países periféricos. Evidentemente, esta disminución de la actividad física se está convirtiendo en un fenómeno mundial».

    Noticias de ayer, conclusiones de hoy

    El calendario cósmico es una escala en la que el periodo de vida del universo se extrapola a un calendario anual; esto es, el Big Bang tuvo lugar en el 1 de enero cósmico, exactamente a medianoche y el momento actual es la medianoche del 31 de diciembre. En este calendario, el sistema solar aparece recién el 9 de septiembre, la vida en la Tierra surge el 30 de ese mes, el primer dinosaurio aparece el 25 de diciembre y los primeros primates el 30.  Los más primitivos Homo sapiens aparecen 10 minutos antes de medianoche del último día del año, y toda la historia de la humanidad ocupa solo los últimos 21 segundos.  En esta escala de tiempo, la edad humana promedio dura unos 0,15 segundos. En esta escala, hay 438 años por segundo, 1 millón 580 mil años por hora, y 37 millones 800000 años por día.

    Carl Sagan, Los dragones del Edén.

    La porción de nuestro genoma que determina la anatomía y la fisiología básica ha permanecido relativamente inalterada durante los últimos 40 mil años:

    La relación entre la ingesta de energía y gasto de energía, junto con los requisitos de actividad física específicos para la especie, siguen siendo muy similares a los seleccionados originalmente para los hombres y mujeres del Paleolítico donde fuimos cazadores-recolectores y hasta el individuo más débil participaba diariamente en actividades de fuerza y resistencia (Cordian & otros, 2011).

    Los últimos 10 mil años de cuasi sedentarismo solamente significan el 0,5% de la existencia del género Homo. En ese tiempo aprendimos a controlar la naturaleza y producir alimentos (agricultura y ganadería). Por supuesto que no es un número menor para cualquier proceso evolutivo, pero no significan mucho al lado de los 2,8 millones de años de caminar, correr, escapar y luchar con depredadores para conseguir alimentos.

    Hace 250 años de la revolución industrial y 30 años de la aparición de la Internet. La tecnología ha reducido el esfuerzo físico y las actividades se han vuelto más sedentarias pero nuestro diseño genético aún demanda niveles de actividad física elevados, justamente porque son los valores naturales para nuestro organismo. En todo caso lo no natural sería tener valores bajos como los que se suelen encontrar en la población general.

    Actualmente existe un desfasaje entre nuestros genes y nuestros estilos de vida y este desfasaje genético-cultural precipita la aparición de enfermedades como diabetes tipo II, cardiovasculopatías, depresión, lumbalgias y osteoporosis, entre otras.

    En este momento más de la mitad de los argentinos tiene sobrepeso y es sedentario por lo que sólo desarrollan un patrón de subsistencia evolutivo: atracón-descanso.

    Bibliografía.

    • Airasca, D. (2012). La cultura escolar ¿Una aproximación a la cultura sedentaria? Buenos Aires Teseo; Universidad Abierta Interamericana.
    • Airasca, D. (2000). Actividad Física y Salud. PubliCE Standard
    • Andrews, P. y Stringer, C. (1999). El progreso de los primates. En S. J. Gould, El libro de la vida (pp. 232-68). Barcelona: Crítica.
    • Bramble, D. M. y Lieberman, D. E. (2004). Endurance running and the evolution of Homo. Nature (432), 345-52.
    • Campillo Álvarez, J. E. (2004). El Mono Obeso. Barcelona: Crí tica.
    • Carrier, D. R. (1984). The Energetic Paradox of Human Running and Hominid Evolution. Curr Anthropol (25), 483-95.
    • Devís Devís, J. y Peiró Velert, C. (2000). Actividad física, deporte y salud, Barcelona, Inde Publicaciones.
    • Cordain, L.; Gotshall, R. W.; Eaton, S. B. y Eaton III, S. B. (1998). Physical Activity, Energy Expenditure and Fitness: An Evolutionary Perspective. Int J Sports Med (19), 328-35.
    • DeMenocal, P. B. (1995). Plio-Pleistocene african climate. Science (270), 53-9.
    • Eaton, S. B.; Cordain, L. y Lindeberg, S. (2002a). Evolutionary Health Promotion: A Consideration of Common Counterarguments. Prev Med (34), 119-23.
    • Eaton, S. B. y Konner, M. (1985). Paleolithic Nutrition: A consideration of its nature and current implications. N Engl J Med (312), 283-9.
    • Eaton, S. B.; Konner, M. y Shostak, M. (1988). Stone Agers in the Fast Lane: Chronic Degenerative Diseases in Evolutionary Perspective. Am J Med (84), 739-49.
    • Farinola, M.G. (2006). Explicación de un modelo integrador sobre la relación de causalidad entre la actividad física, la salud y el riesgo de muerte prematura. Educación física y Deporte, (15-27).
    • Farinola, M. G. (2010). Técnicas de valoración de la actividad física. Calidad de Vida UFLO. Universidad de Flores. Año II, Número 5, VI, pp. 45-56. 1850-6216
    • Farinola, M. G. (2004). Relación entre Actividad Física, Aptitud Fí sica, Salud y Riesgo de Muerte. Medicina del Ejercicio (2), 5-16.
    • OMS. (2002). Internet http://www.who.int/world-healthday/pyr.es.shtml, Día Mundial de la Salud Por tu salud, muévete.
    • Tucker, L. y Bagwell, M. (2011). Television Viewing and Obesity in Adult Females. Am J Public Health; 81:908-11.
    • Artículos Recomendados de la Web

    La increíble transformación de Fiona Chrystal: de la anorexia a la luchadora de artes marciales mixtas

    • David Aparicio
    • 16/03/2017

    Scott Harris nos presenta en CNN la impactante historia de Fiona Chrystal, una joven que luchó durante muchos años con la anorexia y encontró el apoyo y ayuda que necesitaba en las artes marciales para transformar su vida:

    «Caí en la lucha por accidente», asegura. «Tomé una clase mientras iba a la universidad y sentí que esto era para mí».

    Aunque Chrystall reconoce que su batalla con la anorexia probablemente nunca acabe, el entrenamiento para luchar se ha convertido en la terapia saludable que ella asegura que necesitaba para una actitud natural «súper competitiva» de «todo o nada».

    «Ahora me enfoco en ser fuerte, estar en forma y saludable, en lugar de parecer un esqueleto», asevera. «Todavía tengo estos pensamientos, pero en un lugar donde puedo lógicamente luchar contra ellos».

    Final, Things I wish id known about recovery #day7: There is no such thing as a lost cause. ———————— Right be kind! Ive never shown anyone the photo on the left apart from my family and close friends ???? And I know its not pretty but be kind and bear with me! At 18 me and my wee maw were told i was a lost cause, Id had it so long and was so far gone that I would probably always be a chronic anorexic. At the time I was happy as anything, I had no desire to get better. But i know girls that have been told the same who are trying their best. At no point does recovery become unacheivable. It is possible and it is wonderful. Keep fighting little warriors. Www.b-eat.co.uk ——————- #edaw2017 #anorexia #bullimia #anarecovery #miarecovery #recovery #edrecovery #edwarriors #mentalhealthawareness #fitness #stringisthenewskinny #wmma #secretlifeoffeedor #backtofightystuffnow

    Una publicación compartida de Fee Feedor Chrystall (@feechrystall) el 5 de Mar de 2017 a la(s) 7:49 PST

    Los médicos no le daban buen pronóstico:

    «A las 18 a mí y a mi madre nos dijeron que yo era una causa perdida», escribió junto a esa publicación. «La había tenido tanto tiempo y estaba tan avanzada que probablemente sería siempre una anoréxica crónica. En ese momento me contentaba con cualquier cosa, no tenía ganas de mejorar. Pero sé que a las niñas a las que se les ha dicho lo mismo tratan de hacer hasta lo imposible. En ningún momento la recuperación es irrealizable. Es posible y es maravillosa».

    Tras años de negarse a seguir seriamente un tratamiento o incluso a reconocer el problema, Chrystall finalmente comprendió la complejidad del problema cuando tenía 18 años. Esa decisión desembocó en un largo proceso de recuperación.

    El cambio de Fiona:

    «De repente me dije: ‘No puedo hacerme esto a mí o a mi familia’. Fue un proceso muy lento con muchos altibajos. Nunca quise mejorar. Hay toda una mezcla de circunstancias mentales físicas y emocionales envueltas en esto. De por sí comer no te va a mejorar. Esto es muy difícil de entender para quien no lo ha sufrido».

    Laura Moretti, especialista en nutrición clínica y experta en trastornos alimenticios de la División de Medicina del Deporte del Hospital Infantil de Boston, asegura lo siguiente acerca de la psicología subyacente de los trastornos alimenticios: «Te pones presión para alcanzar tus propios objetivos. La forma en que lo enfrentas te hace querer ir más allá».

     

    Last weekend vs this weekend. ???????? #themanyfacesoffee #wmma #mma #bjj #muaythai #ukmma #adambrightphoto #feedor

    Una publicación compartida de Fee Feedor Chrystall (@feechrystall) el 5 de Dic de 2016 a la(s) 1:26 PST

    Lee la historia completa en CNN.

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