Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Salud Mental y Tratamientos

1163 Publicaciones

Incluye trastornos, psicopatología y terapias.

  • Salud Mental y Tratamientos

El problema de hablar de los problemas

  • 21/11/2012
  • Jorge Ayala Salinas

Valorando la tradición de un enfoque lineal, centrado en el problema, algunas fuentes de trabajo psicoterapéutico –que incluyen la psicología y la psiquiatría- se desarrollan explorando detalladamente la “naturaleza” de los síntomas, orientadas a prevenir que no se les escape ningún detalle que confirme las características de una etiqueta diagnóstica, sin analizar las consecuencias que esta práctica puede tener en relación –y resultados- con los clientes y, sobretodo, con la construcción social de la psicoterapia.

En La psicoterapia: gramática y sintaxis (1991), Luigi Cancrini advierte lo siguiente:

Una fase de la entrevista dedicada formalmente a la evalución diagnóstica suele traducirse, sobretodo en los pacientes considerados graves, en un procedimiento de invalidación, que puede volver bastante difícil el trabajo ulterior. 

En 1983, Carlos Sluzki, en Proceso de producción y pauta de mantenimiento de síntomas, advertía aún más señalando que un enfoque amplio de resolución de conflictos, del tipo “exploremos qué problemas tienen como familia y elaborémoslos”, contenía el germen de una profecía autocumplida. Como si al otorgarle a una persona una etiqueta diagnóstica estuviéramos asegurándole un futuro colmado de síntomas, un guión predeterminado –y prejuicioso- de vida. Una vez que las personas logran entender su vida y sus acciones en términos de déficit e incapacidad mental, son más sensibles al potencial problemático de sus todas sus actividades ya que las encuentran infectadas o disminuidas en relación con su contexto social.

Y si buscamos otros antecedentes, recordamos que mucho años antes (1967) Salvador Minuchin había resaltado el valor de abandonar el “discuro del déficit” para (con) centrarnos en los recursos: “Es especialmente importante escuchar todo lo que se refiera a los logros y a las área de fortaleza que quizás nunca hayan sido valoradas abiertamente”. Minuchin advertía la necesidad de los terapeutas de contar con un “tercer oído” que enfatice todos los aspectos positivos de las familias. Recordemos que Minuchin empezó su trabajo en contextos multiproblemáticos, con familias pobres y relatos de violencia y exclusión.

Es común que las personas lleguen a consulta–o no lo hagan motivadas precisamente por esta idea- decididas a contarnos una historia saturada de problemas que terminan apresándolas y dejan sin cabida ni lugar a los relatos de experiencias no problemáticas, como señalaron en algún momento Michael White y David Epston. Dejar sin cabida estos relatos de sus experiencias pueden privar a las personas de desarrollar las posibilidades que puedan desprenderse de ello, sobretodo la posibilidad de crear sentido, es decir, de que podamos orientar juntos eso que dicen de ellos que es muy bueno y llamamos excepciones.

El peligro de centrarnos en el problema es que las personas acaban dejando que sea el problema el que los defina a sí mismos, sus relaciones y su vida, ignorando y perdiendo elementos que podrían ser muy importantes en su recuperación y nuestro trabajo terapéutico, ya que perdemos elementos que pueden convertirse en valiosas competencias que ya se encuentran en su vida y pueden definirlas de otra forma, alentando expectativas.

Como señala Guy Ausloos en La competencia de las familias, “cuando un terapeuta se fija en el síntoma, contribuye a fijar el síntoma”.

Imagen: Pixabay

  • Salud Mental y Tratamientos

La voz de los clientes: 19 consejos prácticos para crear conversaciones dialógicas y relaciones colaborativas

  • 21/11/2012
  • Jorge Ayala Salinas
  1. Hay que prestar suficiente atención a la narración del cliente sin intentar mostrar que somos nosotros los que sabemos más que él.

  2. El saber, y con esto, las hipótesis y etiquetas, reducen nuestra comprensión del problema y la posibilidad de formular junto al cliente, un modo abarcativo y local de solución de los problemas.

  3. Hay que buscar siempre ser informados para aprender más del problema.

  4. Para formular una interpretación correcta del problema, será necesario analizarlo desde el diálogo con el cliente y su análisis contextual. La interpretación es siempre el resultado del diálogo entre el terapeuta y el cliente, y no solo resultado de la interpretación e hipótesis del terapeuta a partir de un conocimiento previo.

Abordar a un cliente desde una posición “profesional” y de realidad experta, reduce las posibilidades de éxito del cliente

  1. El diálogo permite siempre la posibilidad de mayor apertura por parte del cliente, y con esto una lectura más rica del relato por parte del terapeuta.
  2. No hay que formular evaluaciones previas ni preguntas cuyo propósito sean únicamente confirmar una teoría sobre el problema.

  3. No se trata de verificar las realidades del terapeuta, se trata de verificar las realidades del cliente.

  4. Abordar a un cliente desde una posición “profesional” y de realidad experta, reduce las posibilidades de éxito del cliente ya que destruye la posibilidad de un co-desarrollo terapéutico y de metas personales.

  5. El terapeuta no debe saber a priori lo que ocurre con el cliente. El resultado del significado de lo que le ocurre al cliente lo dirá únicamente el mismo cliente. Lo que para el terapeuta no tiene sentido, puede resultar contrario para el paciente.

  6. La confianza del cliente será lo más importante en el proceso terapéutico; el cliente deberá sentirse confiado en que lo que cuenta es correctamente recibido y esto se puede lograr con los recursos de la narración y la re-narración, para abrir espacios donde emergen nuevos significados y narrativas.

  7. Las preguntas conversacionales crearán un contexto distinto de honestidad sentida por el cliente, de una confianza que sostendrá una mayor libertad, permitiéndonos entrar en el desarrollo de su propia subjetividad.

  8. Para esto necesitamos confiar y creer; hacer preguntas conversacionales; escuchar y responder; mantener la sincronía y honrar la historia del cliente.

  9. La historia del cliente viene muchas veces cargada de antecedentes de fracaso terapéutico por circunstancias que no debemos de repetir y que están relacionadas con la interacción y confianza con el terapeuta. Hay que confiar y sobretodo creer, sin juzgar ni culpar.

  10. El mismo proceso de escuchar-oir, puede convertirse en el diálogo y la relación, en una respuesta activa. Esto forma en el cliente una actitud de libertad y confianza para narrar lo que verdaderamente les preocupa.

  11. Escuchar es atender, interactuar, responder y tratar de aprender la historia del cliente. Oir es alcanzar una comprensión y esfuerzo para lograr un significado compartido.

Hay que confiar y sobretodo creer, sin juzgar ni culpar

  1. Debemos evitar aventurarnos en hacer preguntas antes de haber escuchado y oído lo suficiente. Lo mismo antes de hacer comentarios, suposiciones y dar sugerencias o consejos que interrumpan el curso del cliente. Si el cliente no se siente oído, el sentimiento de frustración emergente anulará cualquier posibilidad de ayuda.

  2. Para mantener la coherencia en el diálogo es necesario trabajar con su propio lenguaje, su vocabulario y metáforas para mantener coherencia en la conversación.

  3. Cada relato del cliente debe ser devuelto por nosotros con gestos o comentarios que honren; esto es, tomando en serio la vida e historia del cliente.

  4. Aprovechando la narración y la re-narración, podremos aprender más de la experiencia del cliente. Este proceso continuo de preguntas y respuestas ampliarán las posibilidades de comprensión, significado y cambio.

  • Salud Mental y Tratamientos

(PDF) Dinámica de grupos

  • 21/11/2012
  • Equipo de Redacción

Este material debe convertirse en la base de vuestros conocimientos sobre los grupos, los procesos que en éstos se ponen en juego, las dinámicas que en ellos se dan y las técnicas que posteriormente podéis aplicar en los diferentes ámbitos de la psicología. Al mismo tiempo os debe permitir avanzar hacia los siguientes objetivos específicos:

  1. Que alcancéis una comprensión suficiente de la importancia que revisten los fenómenos grupales en el ámbito de la vida cotidiana, tanto desde la perspectiva de la persona, de los grupos como de «lo» colectivo.
  2. Que conozcáis las principales características de los fenómenos y de los procesos grupales.
  3. Que conozcáis algunas de las principales técnicas de grupo que podéis usar
    en vuestros contextos psicológicos.

  4. Que conozcáis cuáles son las prácticas y las actividades más destacadas que
    pueden desarrollarse presencialmente y en línea.

Ver Publicación

  • Salud Mental y Tratamientos

El viaje de volver a amarme luego de ser víctima del abuso sexual

  • 21/11/2012
  • Maria Fernanda Alonso

Traducción de Maria Fernanda Alonso del texto original producido por Sam Thinks para PsychCentral

Históricamente cualquier artículo sobre «amor propio» ha generado en mí un sentimiento de enojo. Cada célula de mi cuerpo se ha estado pudriendo en el auto-odio y el desprecio por un largo, largo tiempo. Cualquier charla sobre el amor propio me hacia enojar y me tentaba a ventilar mi resentimiento y celos en frases tales como «¿qué clase de imbécil engañado escribe estos artículos?»

Como sea. Escribo para compartir algunas cosas que he aprendido en los últimos 10 años de terapia. Sólo espero que pueda ayudar a una persona. Si es que esto acorta su viaje en al menos un día largo, doloroso, deprimente y suicida, habrá valido la pena.

El primer paso para mí fue darme cuenta de que ¡no todo está como podría o debería estar encaminado! Esto puede ser evidente y dolorosamente obvio para ustedes, todo el día todos los días. Sientanse orgullosos de eso porque están realmente adelantados. Estaba practicando un montón de conductas imprudentes y poniendo en peligro mi vida y salud casi a diario, pero pensando que yo estaba «bien». Tomar conciencia de este tipo de comportamiento probablemente no fue producto de ningún tipo de preocupación o cuidado por mi bienestar, sino que fue el inicio de la identificación de mi pobre autoestima (eufemismo).

era auto-odio absoluto y desprecio

Tomó un poco de tiempo y terapia, pero esta comprensión creció y creció hasta que mi terapeuta y yo comenzamos a ver las profundidades de mis problemas. No era sólo una baja autoestima, era auto-odio absoluto y desprecio. Era crueldad y crítica, frío e implacabilidad, perversidad y violencia, y nada podía detener su paso. Esta voz operaba veinticuatro horas al día en máxima aceleración. Era una bestia rabiosa e interfirió con cada segundo de mis días y noches.

En esta etapa, algún trabajo había sido hecho para proveerme intelectualmente una infraestructura para otra forma de pensar. La teoría de que todas estas creencias sobre mí mismo eran incorrectas fueron presentadas a la bestia enfurecida. La bestia golpeó a través de este nuevo discurso y lo redujo a astillas cada vez que se planteó. La única manera que podría incluso intelectualmente entretener la idea de que yo no era innatamente malo, perverso, inmundo, genéticamente incorrecto y más horrible de lo que se puede comprender, literalmente era hablar de otra persona. Nunca jamás trataría a otra persona con esta crueldad. No importa lo que ninguno de mis amigos haya hecho en el pasado, nunca pensaría que fueran ni remotamente malos. Querría que se amen a sí mismos como yo los amaba. Ese fue un punto de partida para mí.

Si tu también tienes esta bestia furiosa en su cabeza, probablemente eres una de esas personas que se siente ligeramente irritada cuando le hacen un cumplido o lo ignora por considerarlo simplemente ridículo, casi irrelevante. Puedes tener un talento evidentemente obvio, sin tener conciencia de él o fe en él, o puedes creer que por aquella única parte positiva es superada por 600.000 partes negativas, horribles y malvadas.

El siguiente paso significativo fue la adición de otros tipos de terapia, abrirse y revelar este secreto oscuro, la bestia furiosa. Tuve que sentirlo y expresarlo. He utilizado la terapia primal, trabajo infantil interior y terapia del arte, tanto para exponer la bestia y para empezar a permitir que mis partes más vulnerables y amables tengan una voz. Este fue un proceso bastante largo, pero creo que fue probablemente mucho más rápido que hablar de ello porque la bestia no escucha a nadie. No fue hasta que sentí los sentimientos que «la entendí».

Por ejemplo, alguien me dijo que porque yo era sólo un niño, el haber sido víctima de abuso sexual no fue mi culpa y que yo no era sucio o malo por ello. Usando el proceso hasta el momento como un ejemplo pasé de la negación («si como sea, por supuesto que no es culpa del niño, yo no creo que sea sucio y no me importa así que cállate») en «Si pensara que la víctima fue un amigo/hermano/niño de la calle, absolutamente nunca podría ser culpa de ellos haber sido abusados y esto nunca debería sucederle a nadie y nadie nunca debería tener que llevar esa carga» de sentir la humillación, la impotencia, la degradación, la vergüenza y el dolor físico del abuso sexual. Este paso permitió a la bestia empezar a dejar entrar el más pequeño, momentáneo y por lo general temporal rayo de compasión.

Durante y a lo largo de esto, varios períodos fueron de crisis, ya sea de depresión o fantasías suicidas y autodaño activo

El otro aspecto importante de esto fue la sola exposición de la bestia, tirada en el suelo y diciéndole a un testigo benevolente (terapeuta) todo lo que esa voz estaba diciendo. Después de 10 minutos de vaciar la última diatriba despectiva que se repetía en mi mente, parecía que la bestia iba perdiendo gran parte de su poder. Esto parece casi infantil mientras que 10 minutos antes yo era un esclavo de su dominio y observada sabiduría.

Durante y a lo largo de esto, varios períodos fueron de crisis, ya sea de depresión mortal (en la cama, mirando fijamente a la pared en estado de coma, sin ganas de hacer nada) o fantasías suicidas y auto-daño activo. El manejo de la crisis se convirtió en algo muy importante. Inicialmente no había manejo porque gobernaba la bestia. No compartía mis decisiones con alguien más maduro, compasivo, cariñoso o incluso sensible. Era lo que la bestia (todos los procesos de pensamiento negativos y voces crueles y críticas) mandaba. No podía ser de otra manera.

Ahora tengo la crisis bajo control y ya no las siento como un peligro para mí mismo

Así que el primer paso fue darme cuenta de que siempre hay algo más para hacer, que no eran más que sentimientos y que no sólo estaba hecho de mis sentimientos negativos. Al principio pasé mucho tiempo estancado. Si me sintiera tentado de cortarme o quemarme, en lugar de hacerlo me dibujaría los cortes y las quemaduras, o llamaría a un amigo, o reservaría una sesión con mi terapeuta, o tomaría una copa o me daría  una ducha. A menudo, en el calor del momento piensas que el sentimiento es eterno y tan doloroso y horrible que nunca podrá ser detenido. A menudo, sin embargo, se puede reducir en un corto período de tiempo con una distracción o expresando esos sentimientos a través del arte o de una sesión sentida o simplemente moviendo el cuerpo y la energía hacia algún otro lugar o hacia alguien más.

Ahora tengo las crisis más bajo control y ya no las siento como un peligro para mí mismo. Estoy construyendo en esta cosa del amor propio. Si buscas “amor” en Google, encontrarás numerosas definiciones. Me gusta especialmente la de Wikipedia: «El amor es una emoción de gran afecto y apego personal. El amor también es una virtud que representa toda la bondad humana, la compasión y el afecto – «la preocupación desinteresada y la preocupación benevolente por el bien de otro. El amor puede describir acciones hacia los demás o hacia uno mismo basadas en la compasión y el afecto.”

Esa es una definición con la que puedo empezar a relacionarme.

Sintiendo mi sufrimiento como un niño cuando era intelectual y físicamente incapaz de defenderme ha dado lugar a la compasión por mí mismo y a un afecto a ciertos caminos salvajes con los que traté de hacer frente a ese dolor y al coraje que demostré cuando atravesé punto muerto que parecía tan imposible.

A quien esté ahogándose en el dolor, la depresión, la desesperación suicida, el miedo y el asco: aguanta allí. Prueba alguna terapia de sentimiento y expresiva, utiliza cualquier truco que puedas para aliviar el auto-odio. Sé que no me creerás pero ¡tu mereces lo mejor y esto es realmente posible! ¡Aguanta ahí!

  • Salud Mental y Tratamientos

La mente (manual del usuario) – tercera parte

  • 19/11/2012
  • Fabián Maero

Este post pertenece a una serie sobre algunas características de nuestra mente y cómo lidiar con ellas, basada en principios básicos de Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Para ver la primera parte de esta serie, click aquí, para ver la segunda parte, click aquí

 

Preocupación

La preocupación forma parte de nuestro panorama cotidiano. Escuchamos todos los días frases como “me preocupa qué puede pasar si sucede X” o “estoy tan preocupado por Y que no puedo dormir”. Y no necesariamente lo asociamos a algo negativo: por ejemplo, la frase “me preocupo por mis hijos”, tiene una connotación positiva, que nos lleva a considerar la preocupación como un proceso útil.

Salvo que no siempre lo es…

La preocupación tiene algunas características distintivas:

1. Se trata de un proceso verbal o de pensamiento.

Más allá de la inquietud o ansiedad que pueda acompañarla- o no, el proceso de la preocupación es principalmente verbal: se trata de palabras, pensamientos, que a veces parecen sucederse en una sucesión vertiginosa.

2. Se refiere a eventos a futuro –ya sea un futuro muy probable o sólo hipotético.

No hay preocupación sobre el momento presente, pero sí sobre las posibles consecuencias del momento presente; la preocupación se refiere siempre a un futuro, un futuro construido con palabras, un futuro que tiene el espesor de nuestros pensamientos. La preocupación responde a la pregunta “¿qué pasaría si…?”: “qué pasaría si me despiden?”, “qué va a pasar si mi pareja me abandona”, “qué pasaría si mi mascota se muriese mañana?”.
Si estoy perdido en la selva, quizá esté preocupado por la posibilidad que aparezca algún animal peligroso, quizá esté nervioso, sobresaltado, y mi mente ejercite todas sus habilidades para sacarme de esa situación. Pero si me está persiguiendo un león rugiendo enfurecido, es poco probable que en ese momento esté preocupado.  Posiblemente esté asustado, aterrorizado, pero seguramente no preocupado.

3. Ambigüedad o incertidumbre

Rara vez nos preocupamos por un evento que efectivamente va a suceder y cuyas consecuencias están completamente determinadas. En vez de esto, nos preocupamos por eventos posibles, eventos que podrían suceder. La incertidumbre o ambigüedad es uno de los principales motores para la preocupación: “si llegara a pasar esto…”. Tiene sentido, por supuesto: si vamos a entrar a un bosque en el cual podría o no haber un león, es normal que nos preocupemos ante la mera posibilidad, ante la incertidumbre. Y en nuestra vida cotidiana, si bien no nos topamos con leones muy a menudo (voy a arriesgarme y suponer que el lector no está viviendo en África en este momento), sí nos topamos con cientos de situaciones ambiguas y potencialmente amenazadoras en cierto grado: “qué pasaría si mi jefe se enoja conmigo?” “¿y si fallo en la presentación que debo dar?” “¿y si mi hija se enferma?”, “¿y si me mudo con mi pareja y las cosas no funcionan?”. Todas estas son preguntas esencialmente incontestables: podemos disminuir la incertidumbre hasta cierto punto, pero nunca podemos eliminarla completamente. Siempre corremos el riesgo de que las cosas no resulten como deseamos.

( Artículo relacionado:  Intolerancia a la incertidumbre)

4. Involucra un despliegue de nuestras habilidades de resolución de problemas.

La preocupación no es meramente pensar sobre el futuro, o sopesar ambiguedades, sino que una vez puesta en marcha, involucra cierto grado de resolución de problemas. No es meramente pensar en un león que podría aparecer sino también ensayar mentalmente qué podría hacer yo en caso de que apareciese. La preocupación nos anticipa las posibles variantes de una situación, ensaya soluciones, imagina escenarios posibles. Para las personas con sensibilidad hacia la ansiedad social, esto es sumamente familiar: en una situación social, identificamos el rechazo como peligroso, y comenzamos a sopesar alternativas: si digo esto, si no digo esto, si me miran así, si no me miran, si les caigo mal, si les caigo bien…

La resolución de problemas es una habilidad muy útil. Como especie, hemos podido resolver casi cualquier situación amenazadora que hemos encontrado. Hemos podido colonizar prácticamente todo el planeta – incluso el espacio. Si estás leyendo esto, probablemente tengas un techo y comida, y tu expectativa de vida es el doble de la que podrías esperar si hubieses vivido hace 300 años. Todo eso es gracias a nuestra habilidad de anticiparnos a los problemas, de pensar a futuro. Pero quizá te preguntes por qué dedicarle tiempo a la preocupación, si involucra resultados tan útiles, y eso vamos a discutir a continuación.

Funcionalidad y la meta del juego.

Si en este momento notaras un ruido extraño proveniente de las cañerías de tu casa, tu mente probablemente comenzaría a generar escenarios hipotéticos: “¿se habrá roto un caño? Si es así, tendré que llamar a un plomero, y hoy es domingo, de manera tal que no hay plomeros trabajando, salvo que llame a uno de urgencia, y en ese caso me va a cobrar más dinero. Y si además tiene que romper la pared para arreglar el caño, podría llevar un par de días.”

Y si…, y si…, y si…

El proceso es normal y completamente esperable. Pero, ¿qué pasa cuando aplicamos ese mismo proceso a nuestro malestar? ¿Qué pasa cuando todas nuestras habilidades de resolución de problemas se vuelcan a nuestro malestar? En el momento en que consideramos a nuestras experiencias internas como un problema, como una amenaza, empieza la lucha con ellas. Sean pensamientos, ansiedad, recuerdos, tristeza, pánico, taquicardia, falta de autoestima,  en el minuto en que comenzamos a considerarlos problemas a resolver, nuestra mente se pondrá a correr como un elefante ciego, con un único propósito: resolver el problema que le hemos presentado. Y al igual que un elefante ciego, no le importará qué embista.

Cuando empieza a resolver problemas, nuestra mente anticipa, compara, juzga, evalúa, busca soluciones. Y no importa qué esté pasando en el mundo. Podemos estar con la persona que amamos compartiendo un momento, y nuestra mente seguirá su curso, desconectándonos de la situación, desconectándonos de algo que es valioso para nosotros.

Una alternativa

A continuación vamos a tomar un pequeño ejercicio de Kelly Wilson, uno de los creadores de la Terapia de Aceptacion y Compromiso(ACT), adaptado de su libro Things Might Go Terribly, Horribly Wrong  , que nos permite jugar con una manera distinta de lidiar con la incertidumbre, la preocupación la ambiguedad y la anticipación. Si no entramos en el juego de la preocupacion, si en lugar de responder con nuestra maquina de resolver problemas cada vez que una pregunta incierta aparece, respondemos con apreciación, el juego cambia. Podemos apreciar el hecho de que somos seres humanos, que hay cosas que nos importan, que hay cosas que nos preocupan… pero rehusarnos a entrar en el juego de resolverlas, y en su lugar, jugar el juego de apreciarlas, de agradecer a nuestra mente por señalarnos peligros posibles, y decirle “gracias por notarlo, pero no voy a resolverlo”. En su lugar, podemos apreciarlo, apreciar el enorme esfuerzo que hace nuestra mente por ponernos a salvo -a salvo de todo,  y elegir permanecer en este momento, en el aquí y ahora, con la pregunta planteada, pero también con el abrazo de la persona que queremos, jugando con nuestros hijos, centrados en nuestro trabajo, o mirando la película que nos gusta.

Descansando en las preguntas importantes (Kelly Wilson)

La ambigüedad no se presenta como un problema sólo en el caso de las personas luchando con adicciones. Considera algunas cosas en tu propia vida en torno a las cuales te has sentido ansioso al tomar una decisión. Considera especialmente situaciones que tienen altas probabilidades de preocuparte: ¿deberías casarte, divorciarte, tener hijos, cambiar de carrera, empezar un nuevo negocio? Si tu experiencia particular con la ansiedad está menos ligada a resultados específicos, puedes jugar el juego de todos modos. Imagina una situación en la cual te hayas sentido ansioso. Quizá sentiste pánico al entrar en la autopista o al entrar al ascensor; quizá sentiste ansiedad cuando tuviste que tocar un picaporte o un pasamanos sucio. En estos casos, imagina dónde estabas justo antes de comenzar a sentir ansiedad. Visualiza el momento antes de tomar la calle que te lleva a la autopista, el tiempo durante el cual estuviste esperando el ascensor, el pasillo que te llevó al picaporte o a las escaleras con pasamanos que te preocuparon respecto a los gérmenes.

Considera una de estas situaciones o cualquier otra que parezca significativa para ti. Intenta hacer esto al mismo tiempo que, intencionalmente, no decides entre una u otra alternativa, ni tampoco evalúas ni llegas a ninguna conclusión.

¿Qué harás? ¿Entrarás en la situación respecto a la cual te sentís ansioso?
Sin decidir ni sacar conclusiones, permitite explorar qué vas a hacer. Si notas que estás decidiendo o sopesando los pros y los contras de una u otra alternativa, gentilmente deja ir ese proceso y vuelve a la pregunta. Repítete la pregunta gentilmente a ti mismo, escuchando con cuidado cada palabra. Si te hayas dándote una respuesta como “Bueno, no voy a hacer eso” o “Sí, parece una buena idea”, nota que estas sacando conclusiones acerca de un futuro desconocido. Tu conclusión quizá sea lo que más probablemente suceda, pero recuerda que a veces pasan cosas muy improbables. Tantas veces como notes que estás resolviendo o decidiendo, gentilmente vuelve a la pregunta y descansa en ella. Permítete vagar en ella por unos minutos. Nota también con qué rapidez estás listo para seguir al siguiente punto de tu lista de cosas por hacer.

El objetivo de este juego no es exposición, un abordaje muy popular en psicoterapia que se utiliza para reducir sentimientos de ansiedad -si bien el juego a veces se parece de cierta manera al trabajo en exposición. El objetivo es desarrollar sensibilidad respecto a la manera en que tu mente y tu cuerpo reaccionan frente a situaciones ambiguas y cultivar flexibilidad en la presencia de esa ambigüedad. ¿Qué te encuentras haciendo en esa situación? ¿Aceleras? ¿Huyes? ¿Discutes contigo mismo o te desconectas?  Aprender a sentarse junto a la ambigüedad puede ser un punto de partida muy importante para una vida liberada de la ansiedad –y la manera de hacerlo es resistir el impulso de perseguir respuestas a preguntas que bien podrían ser incontestables.

La apreciación puede liberarnos de la preocupación. Cuando elegimos apreciar la ambiguedad, apreciar la incertidumbre en los casos en que no tenemos control sobre las respuestas, cuando elegimos notar qué es lo que nos empuja a correr, correr más rapido que el «qué podría pasar si», y cuando elegimos detenernos en ello, la preocupación pierde su razón de ser, y si bien puede continuar su curso, pierde poder sobre nosotros, y ganamos un poco más de espacio en nuestra vida.

Para más informacion sobre el abordaje, visite: www.grupoact.com.ar

  • Salud Mental y Tratamientos

(PDF) Guía clínica para trastornos de conducta alimentaria

  • 19/11/2012
  • David Aparicio

Esta GPC ha sido adaptada de las guías existentes en la literatura especializada internacional que han sido elaboradas con el mayor rigor metodológico para la elección de las mejores recomendaciones terapéuticas. Este documento tiene la intención de orientar tanto a los clínicos, como a los administradores de los servicios de salud pública en el desarrollo de protocolos de atención clínica, tomando en cuenta nuestras propias características que como sociedad mexicana nos distinguen, para lograr la mejor calidad posible en el momento actual en el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), tomando en cuenta la experiencia acumulada en este campo en la Clínica de la Conducta Alimentaria del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la
Fuente Muñiz”.

Los TCA son un problema de salud mental pública, cuya importancia ha sido reconocida desde hace ya más de tres décadas en los países desarrollados. En los primeros años de la investigación acerca de TCA, se consideraba que estos eran un problema de mujeres jóvenes de clase alta, y casi exclusivo de los países altamente desarrollados (Brumberg, 2000). Ambas nociones han sido puestas en duda ante el reporte de un gran número de casos, y de porcentajes importantes de actitudes y conductas alimentarias de riesgo en diversas partes del mundo (Gordon, 2001). Actualmente los reportes en países desarrollados muestran frecuencias similares en distintos niveles sociales (Gardy Freeman, 1996). Es probable que la exclusividad de nivel socioeconómico se haya debido a un subregistro provocado por la dificultad al acceso a servicios de atención psiquiátrica. Hasta hace poco tiempo en México parecía existir el consenso no explícito de que los TCA eran un

  • Salud Mental y Tratamientos

(PDF) Aspectos funcionales de la psicoterapia analítico funcional

  • 18/11/2012
  • Equipo de Redacción

La Psicoterapia Analítico Funcional es un modelo de terapia basado en los principios del conductismo radical y el contextualismo funcional.

Se considera el contexto de la relación terapéutica como un escenario fundamental para intervenir sobre las conductas problemáticas del paciente dado que la interacción terapeuta – paciente no escapa a las leyes del aprendizaje.

Si el terapeuta logra discriminar con claridad cuales son las funciones de la conducta del paciente y de su propia conducta podrá potenciar el efecto de sus intervenciones. Sera central entonces estar atento a las conductas clinicamente relevantes, termino acuñado por los autores para clasificar aquellas conductas que aparecen allí, en vivo, durante la sesión.

Vale la pena incursionar, realmente FAP cambia el modo de ver, hacer y sentir la psicoterapia, al menos esa es mi experiencia personal.

Agradecemos a Juan Pablo Coletti por proporcionarnos este valioso material.

Descarga el PDF: Aspectos-funcionales-de-la-psicoterapia-analitico-funcional

  • Salud Mental y Tratamientos

Reestructuración cognitiva: Ventajas de su integración con procedimientos conductuales

  • 15/11/2012
  • CETECIC

Algunos terapeutas que se autodenominan “cognitivos-puros” aplican la Discusión Cognitiva únicamente de manera verbal. De este modo, las sesiones se conforman predominantemente por pláticas espontáneas durante las cuales los terapeutas van implementando los pasos de la técnica mediante una conversación informal. Opuestamente, quienes hacemos Terapia Cognitivo Conductual solemos amalgamar la Discusión Cognitiva con procedimientos de raigambre conductual. Ello otorga más sistematicidad a las técnicas y redunda en un aumento de su efectividad.

La Reestructuración Cognitiva constituye sin duda uno de los pilares del trabajo del terapeuta cognitivo conductual

La Reestructuración Cognitiva constituye sin duda uno de los pilares del trabajo del terapeuta cognitivo conductual en la actualidad. Hace ya más de 30 años que los aportes realizados desde las Terapias Racionales, principalmente los modelos de Albert Ellis y Aaron Beck, se han integrado perfectamente bien con las tradiciones conductuales como la Terapia del Comportamiento o el Análisis Conductual Aplicado. Hoy el modelo puede llamarse sin lugar a dudas Cognitivo y Conductual, resaltando el aporte de ambas líneas de investigación y aplicación. Y este grado de integración no es sólo teórico sino también práctico a la hora de trabajar con los pacientes. En efecto, tanto por su contenido como por su forma, la Discusión Cognitiva constituye un claro ejemplo de cómo los procedimientos de origen cognitivo se entrelazan fuertemente con los conductuales. Particularmente, el comportamiento de escribir en autorregistros se destaca como un ejercicio bisagra entre ambas tradiciones.

La detección de las interpretaciones distorsionadas

Tal como sabemos, el primer paso de una Discusión Cognitiva bien llevada es la detección de los pensamientos automáticos. Por tal motivo, al iniciar con el procedimiento, le enseñamos a los pacientes las características de los pensamientos automáticos, buscamos ejemplos de su vida cotidiana y típicamente asignamos una tarea: pedimos al paciente que anoteejemplos de pensamientos automáticos que se producen en su ambiente cotidiano. A tal efecto, el terapeuta le da al paciente un registro con algunas columnas que como mínimo incluyen situación, pensamiento y emoción. El registrar en ese formulario, un autorregistro, es una conducta motora.

El acto de tomar nota en categorías prediseñadas ayuda a los paciente a formar de modo práctico las primeras nociones del modelo cognitivo, vale decir, les enseña que lo que piensan influye en las emociones que experimentan. Más allá de cuánto se vean influidos por las situaciones, el pensamiento casi siempre ejercerá un rol modulador sobre las emociones. Para llegar a esto, no sólo acudimos a la Psicoeducación, sino que nos apoyamos en una conducta, escribir el pensamiento. A su vez, la acción de escribir será la resultante de la autoobservación.

¿Y qué es la autoobservación? Pues se trata de otro comportamiento, es justamente una conducta que da cuenta de otras conductas. Como el terapeuta le da al paciente pautas acerca de cómo, cuándo y qué registrar, la autoobservación se transforma en sistemática, tanto así que muchas veces permite la comparación intrasujeto a largo plazo y sirve como una medida de la evolución del tratamiento.

El acto de registrar las cogniciones tiene por sí mismo efectos terapéuticos favorables

El acto de registrar las cogniciones tiene por sí mismo efectos terapéuticos favorables. Frecuentemente los pacientes afirman que el ver su propio pensamiento escrito les ayuda a darse cuenta de que el mismo no es correcto. Este fenómeno, denominado descentramiento, consiste en un proceso por el cual el paciente toma distancia de sus propias ideas, comienza a percibirlas como lo que son, posibles interpretaciones y no como realidades confirmadas.

La discusión de las interpretaciones distorsionadas

Una vez que el paciente se ha entrenado en la detección de sus pensamientos automáticos y ha comprendido la lógica del modelo cognitivo, el segundo gran paso es la discusión cognitiva propiamente dicha. La misma consiste típicamente en un cuestionamiento de base socrática orientado a que el paciente ponga en tela de juicio sus interpretaciones.

Al igual que en la fase anterior, esta etapa también contiene muchos aspectos conductuales de crítica importancia. En el ámbito del consultorio el terapeuta enseña las bases de la discusión utilizando lápiz y papel, típicamente va guiando al paciente para que anote sus pensamientos automáticos así como la discusión de los mismos y las respuestas racionales resultantes. Luego de este entrenamiento, el terapeuta usualmente le asigna al paciente la tarea de realizar estas discusiones por fuera del consultorio, en los ambientes naturales donde se presenten los pensamientos automáticos. Al igual que siempre, la tarea debe ser efectuada por escrito. El acto de anotar nuevamente va guiado por un formulario con categorías preestablecidas que responden a las necesidades del momento de la terapia y a la naturaleza del problema del paciente.

Así, lo que pedimos que anote por ejemplo, un paciente que padece Trastorno de Pánico suele tener diferencias con lo que le pedimos a un paciente que padece Trastorno Obsesivo Compulsivo. Si bien la técnica madre es la misma, ella admite variaciones de acuerdo al diagnóstico y al caso por caso. Al igual que antes, remarcamos que escribir es una conducta, la cual al ser efectuada de modo pautado ayuda en la generación del aprendizaje de la técnica y colabora con el resultado final de internalizar las respuestas racionales.

Las ventajas de escribir durante la aplicación de la reestructuración cognitiva

El escribir durante la reestructuración cognitiva debe ser visto como un paso ineludible por varios motivos. En primer lugar, porque ello aumenta la manipulación de la información en la memoria de trabajo, facilitando así su traspaso a la memoria de largo plazo y la consolidación final del aprendizaje. Se trata de una situación comparable al estudio de un texto. El realizar un resumen, un cuadro sinóptico, una lista de palabras clave constituyen en sí mismos instancias en el aprendizaje. El resumen del texto muchas veces no es para ser leído, sino que el mismo acto de sintetizar por escrito las ideas importantes es lo que ayuda a fijarlas.

Por otra parte, las mismas categorías contenidas en los autorregistros con los cuales conducimos la Discusión Cognitiva ejercen un efecto terapéutico. Cualquier aprendizaje va a acompañado de la generación de categorías nuevas que servirá para agrupar y ordenar la información que recabamos. En este caso, la información proviene en gran medida de los propios pensamientos del paciente, pero también de los ejemplos cotidianos de su vida que nos darán la materia prima para realizar las discusiones. Al realizar las discusiones por escrito, guiadas por autorregistros con categorías preestablecidas, el paciente no sólo organiza la información de otra forma sino que “recalibra” su función atencional.

En otras palabras, las categorías de los autorregistros son paulatinamente internalizadas a la par que el paciente aprende a tomar en cuenta los datos que contradicen sus interpretaciones automáticas patológicas y negativas. Está ampliamente documentado el hecho de que las personas con patologías psicológicas poseen fuertes sesgos cognitivos que preferencian la información negativa por sobre la positiva o neutral. Pues bien, el uso de autorregistros con categorías prediseñadas para la discusión ayuda a contradecir la operación de estos sesgos al pedir al paciente que oriente su atención justamente en sentido opuesto. Este objetivo es mucho más difícil de lograr si sólo efectuamos la discusión cognitiva de manera verbal, las categorías de análisis nuevas que pretendemos introducir nunca son tan claras como cuando se presentan por escrito.

El escribir muchas veces disminuye la rumiación

Otro motivo, no poco importante, para el uso de protocolos escritos en la reestructuración cognitiva es que el disponer de un papel entregado por el terapeuta actúa para el paciente como un estímulo discriminativo que aumenta la probabilidad de que haga las tareas asignadas. Dicho en términos más sencillos, el formulario entregado es un recordatorio que limita la postergación y aumenta el compromiso con los ejercicios propuestos por la terapia.

Finalmente, no podemos dejar de mencionar que el escribir muchas veces disminuye la rumiación, una de las aristas tan lastimosas de algunos desórdenes psicológicos. Al tratarse de una conducta motora, el escribir puede interferir con el circuito de retroalimentación y autoactivación que mantiene los pensamientos negativos en la consciencia del paciente. Tanto es así que existe una técnica parcialmente basada en este principio: el control del estímulo precedente de la preocupación, la cual se aplica especialmente en el T.A.G. No podemos desarrollarla en este trabajo pero el lector interesado puede consultar el artículo… en la presente revista.

El rol de los experimentos conductuales

Ahora bien, aparte de la conducta de escribir, la Reestructuración Cognitiva contiene otro elemento de tradición innegablemente conductual: los experimentos conductuales. Como ya sabemos, gran parte de la Discusión Cognitiva gira en torno a la búsqueda de evidencias a favor y en contra de las cogniciones del paciente. No obstante, frecuentemente nos encontramos frente al problema de que tales evidencias buscadas simplemente no existen, es decir, no hay datos que validen o invaliden las ideas del paciente. Muy habitualmente, esto sucede en los Trastornos de de Ansiedad debido al fuerte componente de evitación que presentan estos cuadros. Así, por ejemplo, un paciente con Fobia Social puede temer que si le pide a un mozo que le caliente un plato de comida, éste último reaccionará con enojo.

No hay datos que validen o invaliden las ideas del paciente

Ante la pregunta de cuál es la evidencia que sustenta tal creencia, el paciente responderá que no la hay pues simplemente nunca ha hecho la conducta mencionada. En este caso, deberíamos procurar generar la situación, el paciente debería ex profeso ir a un restaurante, pedir comida, esperar a que se enfríe para luego solicitar al mozo que se la caliente y así poder observar su respuesta. Lo que el mozo diga y haga constituirá una evidencia a favor o en contra de las interpretaciones del paciente. Es a este tipo de tareas sencillas que llamamos experimentos conductuales, un ingrediente infaltable en la mayoría de los casos donde se aplica Terapia Cognitiva. ¿Qué duda cabe que ellos son un procedimiento conductual integrado a los cognitivos? Esto no nos sorprende, al fin y al cabo, ¿cómo podríamos imaginar una discusión cognitiva basada en evidencias de la vida cotidiana del paciente sin que estas evidencias sean producto de algún comportamiento que el paciente ejecuta?

Conclusión

La Reestructuración Cognitiva es sin lugar a dudas uno de los procedimientos más ricos y efectivos que nos ha brindado la psicología aplicada a la clínica. Si bien su target principal se encuentra en las cogniciones que pretende modificar, esto no puede realizarse en un vacío situacional y conductual. No deberíamos caer en un mentalismo abstracto en el cual todo se “resuelve” en un juego de palabras, esto finalmente, no “resuelve” los problemas psicológicos. La cognición, la conducta y la emoción se entrelazan en un vínculo inseparable, el cual se encuentra a su vez influido por todo un conjunto de factores ambientales. No podemos desconocer este hecho a la hora de aplicar los procedimientos Cognitivo-Conductuales.

Por: Lic. Carmela Rivadeneira, Lic. José Dahab y Lic. Ariel Minici

  • Salud Mental y Tratamientos

ESDM, un modelo de intervención para niños con autismo que promete buenos resultados

  • 15/11/2012
  • David Aparicio

Hoy te contaremos sobre un nuevo programa de intervención para niños autistas que ha demostrado sorprendentes resultados. Se trata del ESDM (Early Start Denver Model) y, según una reciente investigación publicada en el Journal of the American Academy of Child & Adolecent Psychiatry, podría reducir los síntomas de este trastorno del desarrollo modificando por medio de algunas técnicas de aprendizaje, el cerebro de los niños diagnosticados con autismo.

El  ESDM, es un programa de intervención conductual que incluye un entrenamiento intensivo para niños diagnosticados con trastornos del espectro autista (TEA). Los terapeutas son especialmente entrenados para trabajar con niños dos veces por día en sesiones de dos horas, cinco veces a la semana. En el 2009, el grupo de investigadores liderados por Geraldine Dawson reportó que los niños con autismo que recibieron la intervención en ESDM desde los 18 meses de edad durante 2 años, mostraron un aumento  de 17.6 puntos en el CI y mejoraron dramáticamente sus conductas “normales”, como cepillarse los dientes o participar con los miembros de la familia durante las comidas.

Dawson y sus colegas, intigrados, se preguntaron ¿podrían las intervenciones del modelo de Denver ser la responsables de este cambio en el cerebro? Se sabe que el cerebro es extremadamente plástico en los primeros 6 años de vida, lo que significa que puede ser modelado dependiendo de las experiencias del niño mientras crece.

Para encontrar una respuesta a esta interrogante, Dawson evaluó a un grupo de 48 niños cuya edad oscilaba entre los 18 meses y los 3 años de edad; los mismos habían sido diagnosticados con TEA. Por medio del azar se asignó a la mitad de los sujetos a la intervención de Denver, mientras que la otra mitad fue asignada a los programas de intervención tradicional que incluyeron programas de educación especial. Luego de 2 años de investigación, el grupo de científicos tomó lecturas de la actividad eléctrica cerebral por medio del electroencefalograma (EEG) de todos los niños, mientras estos miraban fotos de rostros humanos o de juguetes y se compararon las lecturas con los niños de edad similar sin autismo.

Los niños que recibieron ESDM mejoraron dramáticamente sus conductas

Investigaciones previas han demostrado que las lecturas de EEG de niños de características similares diagnosticados con autismo muestran mayor activación cuando observan un objeto inanimado como un juguete y menos activación cuando observan el rostro humano. Pero en este estudio se observó que los niños que participaron en el programa de Denver mostraron el efecto contrario, su cerebro mostró mayor activación cuando observaron el rostro de una mujer que cuando miraban un juguete.

“Esencialmente hemos revertido el patrón, ahora los niños con autismo que recibieron la intervención de Denver, están mostrando mayor actividad cerebral normal al ver la cara de una mujer y menor actividad en la búsqueda de objetos. De hecho los patrones de actividad cerebral de niños con autismo que recibieron ESDM no diferían a los de los niños tipo de 4 años de edad cuando éstos vieron la cara de una mujer. En realidad eran indistinguibles”, explicó Dawson.

Aún con estos sorprendentes resultados, Dawson es muy clara y asegura que esta intervención no es la cura, pero estos cambios cerebrales pueden insinuar que algunas estimulaciones tempranas en los sujetos con TEA pueden ser redirigidos hacia un desarrollo más normal.

“Al proveer de una intervención temprana, podemos mitigar la severidad de los síntomas del autismo y quizás alterar la trayectoria de la enfermedad, tanto a nivel de la conducta como del cerebro”, dijo Dawson.

La clave reside en el programa de intervención ESDM. Los terapeutas interesados en aplicar esta terapia deben estar certificados. En la universidad de California ya hay 1000 personas inscriptas y a este momento hay 15 terapeutas capacitados para enseñar a los profesionales interesados. Al día de hoy la terapia ESDM está disponible en EEUU, Australia, Japón, India y Suecia. Esperamos que esta intervención pueda llegar pronto a nuestros países latinoamericanos.

Fuente: Healthland.time.com

  • Salud Mental y Tratamientos

(PDF) Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y la importancia de los valores personales en el contexto de la terapia psicológica

  • 13/11/2012
  • David Aparicio

El presente artículo expone la relevancia que tienen los valores personales como componente necesario del tratamiento psicológico y las ventajas que se derivan del abordaje de los valores de forma explícita a lo largo del proceso terapéutico. Se muestra la importancia de analizar los valores del cliente implicados en la práctica de la Psicología Clínica y se describe el lugar que dan a los valores las terapias más relevantes. Se discute además del rol de los valores del cliente, el papel de los valores del terapeuta y la necesidad de que éste aprenda a discriminar cuándo sus propios valores funcionan como barreras en el proceso clínico. En este contexto, se expone la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) como terapia centrada explícitamente en los valores personales del cliente.

Ver Publicación

Paginación de entradas

Anterior1…104105106107108…117Próximo
Regístrate al boletín semanal 💌
PSYCIENCIA PRO
  • Inicia sesión
  • Cuenta
  • Cierra sesión
  • Artículos
  • Recursos
  • Webinars
Recomendados
  • El estatus científico de las técnicas proyectivas
  • El diagnóstico del TDAH en adultos: características clínicas y evaluación
  • Cómo actuar cuando alguien expresa directa o indirectamente pensamientos de suicidio
Tips para terapeutas
  • Cómo terminar a tiempo las sesiones de psicoterapia
  • ¿Qué hacer cuando tu paciente no para de hacer juicios sobre si mismo?
  • Aprender a dejar ir: Cómo la defusión cognitiva puede ayudar a los pacientes a liberarse de la preocupación por su carrera profesional
Recursos
  • No puedo dejar de pensar: 20 ejercicios para ayudar a los pacientes para liberarse de los pensamientos obsesivos y rumia
  • Valores personales: círculos de influencia (hoja de trabajo)
  • «Valida», un recurso de 7 tarjetas para practicar la validación
Podcast
  • «Desafios y oportunidades» con José Morales – Watson, episodio 13
  • «Formación accesible para psicólogos» con Miguel Valenzuela – Watson, episodio 10
  • «Los miedos del terapeuta», con Gabriel Genise – Watson, episodio 1
Webinars
  • Entrenamiento a padres, madres y cuidadores como intervención de crianza efectiva
  • Abordaje transdiagnóstico de la depresión en adolescentes
  • Evaluación online del TDAH en adultos (webinar grabado)
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.