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Publicaciones por etiqueta

Alcohol

15 Publicaciones

Investigaciones sobre el consumo problemático de alcohol.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El impacto del alcohol en la salud intestinal y su conexión con la salud mental

  • 20/02/2025
  • David Aparicio

El consumo de alcohol no solo influye en nuestro sistema digestivo, sino que también tiene importantes repercusiones en el bienestar psicológico. Diversos estudios han puesto de relieve la estrecha relación entre la salud intestinal y la función cerebral —conocida como el eje intestino-cerebro—, lo que ayuda a explicar cómo los hábitos de consumo pueden alterar tanto el estado físico como el emocional. Reducir o eliminar el alcohol puede mejorar síntomas digestivos como el reflujo, la inflamación o la hinchazón, y a la vez favorecer un mejor estado de ánimo, sueño reparador y una mayor capacidad para gestionar el estrés. Esta comprensión integral invita a replantear el rol del alcohol en nuestra vida diaria, resaltando su impacto dual en el cuerpo y la mente.

A continuación resumo 6 efectos que tiene el consumo de alcohol en el sistema gastrointestinal que fueron descritos en un artículo reciente de The New York Times:

1. Reflujo gastroesofágico y malestar emocional: El reflujo y la acidez pueden afectar la calidad del sueño y el estado de ánimo, contribuyendo a la irritabilidad y la fatiga, factores clave en la regulación emocional.

2. Inflamación y cambios en la neuroquímica: La inflamación intestinal causada por el alcohol puede desencadenar respuestas inflamatorias en el cerebro, aumentando el riesgo de ansiedad y depresión.

3. Gases e hinchazón y su impacto en la autoestima: Las molestias digestivas crónicas pueden afectar la autopercepción y la motivación para participar en actividades sociales, incrementando la sensación de malestar psicológico.

4. Alteraciones en los hábitos intestinales y regulación emocional: Los desequilibrios en la microbiota intestinal pueden interferir con la producción de neurotransmisores como la serotonina, clave en la regulación del estado de ánimo y el bienestar emocional.

5. Intestino permeable y estrés crónico: Una barrera intestinal debilitada puede aumentar los niveles de inflamación y estrés oxidativo, lo que se ha relacionado con trastornos del estado de ánimo y dificultad para manejar el estrés.

6. Riesgo de cáncer y ansiedad anticipatoria: La conciencia sobre los riesgos a largo plazo del alcohol puede generar ansiedad en quienes consumen con regularidad, lo que, paradójicamente, puede reforzar su uso como estrategia de afrontamiento ineficaz.

El papel de la psicología en la reducción del consumo de alcohol

Comprender la relación entre el alcohol, el sistema digestivo y la salud mental puede motivar a muchas personas a modificar sus hábitos. Estrategias basadas en la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia de aceptación y compromiso (ACT) y la terapia dialéctico-conductual (DBT) pueden ayudar a regular emociones sin recurrir al alcohol.

Reducir el consumo no solo mejora la salud intestinal, sino que puede ser un paso importante en la mejora del bienestar psicológico y la calidad de vida.

Fuente: The New York Times

  • Artículos Recomendados de la Web

Dejó de beber hace cuatro años y todavía se enfrenta a la cultura de la bebida

  • 10/02/2025
  • David Aparicio

 Charles M. Blow describe en The New York Times las consecuencias sociales de dejar de beber alcohol:


Las personas que no beben son objeto de burlas rutinarias, ya sea porque se quejan mucho, porque les falta alegría, porque matan el ambiente o porque carecen del autocontrol necesario para participar adecuadamente en una parte normal de la socialización adulta. La gente a menudo parece pensar que seguramente algo trágico debió precipitar tu sobriedad, como un diagnóstico devastador o un suceso muy vergonzoso: no elegiste el banquillo, te expulsaron del partido. El problema eras tú, no el alcohol.

Es como si algunas personas necesitaran una historia traumática para darle sentido a tu decisión de dejar de beber; de lo contrario, tu repentina abstinencia echa una sombra sobre el propio consumo continuado de ellas e interpretan tu elección personal como una crítica a la suya.

Por esta razón, a quien deja de beber se le pregunta constantemente por qué; a mí me lo preguntan todo el tiempo. Algunas personas tienen una respuesta que satisface esta pregunta —si describen, por ejemplo, haber tocado fondo—, pero otras no. En cualquier caso, no es asunto de nadie.

Puedes leerlo en The New York Times.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Un nuevo estudio revela la conexión entre el trastorno de personalidad antisocial y los trastornos por uso de sustancias

  • 16/10/2024
  • David Aparicio

La relación entre el trastorno de personalidad antisocial (TPA) y los trastornos por uso de sustancias ha sido objeto de creciente interés en la investigación psiquiátrica. Un reciente estudio publicado en Translational Psychiatry revela que las personas con TPA son significativamente más propensas a enfrentar adicciones, especialmente al alcohol, cannabis y tabaco. Este estudio también destaca una fuerte asociación entre los rasgos antisociales y el uso peligroso de sustancias, lo que sugiere que estos individuos no solo tienen un mayor riesgo de desarrollar adicciones, sino que también tienden a experimentar una mayor gravedad en sus problemas de consumo. Estos hallazgos subrayan la importancia de comprender las interacciones entre el TPA y las adicciones para abordar de manera más efectiva el tratamiento y la prevención.

Contexto del trastorno

El trastorno de personalidad antisocial se caracteriza por rasgos como la manipulatividad, impulsividad, irritabilidad y falta de remordimiento. Aquellos que padecen este trastorno a menudo enfrentan una variedad de problemas de comportamiento, que incluyen trastornos por uso de sustancias, los cuales abarcan el uso problemático de sustancias como el alcohol, cannabis, tabaco, cocaína y opioides.

Investigación previa

Investigaciones anteriores han demostrado que las personas con trastornos por uso de sustancias tienen más probabilidades de padecer TPA, pero los detalles específicos de esta relación seguían siendo inciertos. Para abordar esta brecha, los investigadores examinaron si el TPA estaba relacionado con la gravedad de los diferentes trastornos por uso de sustancias y patrones específicos de comportamiento asociados con el abuso de sustancias.

El enfoque del estudio

El estudio, liderado por Renato Polimanti, profesor asociado de psiquiatría en la Universidad de Yale, analizó datos del cohorte Yale-Penn, que incluye una muestra extensa de individuos seleccionados para estudiar rasgos relacionados con la adicción. La muestra comprendía 1,660 participantes diagnosticados con TPA y 6,640 participantes de control sin el trastorno, emparejados según edad, sexo y raza/etnicidad.

Los investigadores se centraron en cinco trastornos específicos por uso de sustancias: alcohol, cannabis, cocaína, opioides y tabaco. Se analizaron tanto el diagnóstico (si un participante cumplía con los criterios del trastorno) como la gravedad (si el trastorno era leve, moderado o severo, según el número de criterios cumplidos).

Hallazgos clave

Los resultados mostraron que el TPA estaba relacionado tanto con el diagnóstico como con la gravedad de los trastornos por uso de alcohol, cannabis y tabaco. Los individuos con TPA eran casi el doble de propensos a ser diagnosticados con trastorno por uso de alcohol, más de dos veces más propensos a tener trastorno por uso de cannabis y una vez y media más propensos a padecer trastorno por uso de tabaco en comparación con el grupo de control.

Los investigadores también encontraron que la relación entre el TPA y los trastornos por uso de sustancias iba más allá del diagnóstico, abarcando comportamientos específicos asociados con estos trastornos. Un hallazgo notable fue que los individuos con TPA eran más propensos a participar en “uso peligroso” en todos los cinco trastornos por uso de sustancias analizados, lo que implica consumir sustancias en situaciones peligrosas, como conducir bajo la influencia o involucrarse en comportamientos de riesgo mientras están intoxicados.

Dificultades para dejar el uso de sustancias

Otro hallazgo interesante se relacionó con el criterio de “intentos de dejar”, particularmente en el trastorno por uso de cocaína. El estudio reveló que las personas con TPA eran menos propensas a reportar esfuerzos para dejar de usar cocaína, indicando que esta población podría enfrentar mayores dificultades en la motivación o capacidad para reducir o detener el consumo de cocaína. Este hallazgo fue específico para la cocaína y no se observó con otras sustancias estudiadas.

Diferencias de sexo

El estudio también destacó las diferencias de sexo en la relación entre el TPA y los trastornos por uso de sustancias. A pesar de que los investigadores emparejaron a los participantes por sexo, continuaron encontrando que el sexo desempeñaba un papel significativo en cómo el TPA se relacionaba con la gravedad de los trastornos por uso de sustancias y criterios específicos.

Al controlar por trastornos de internalización, los investigadores pudieron explicar algunas de las diferencias de sexo observadas. Por ejemplo, al incluir estos trastornos en sus modelos de regresión, encontraron que el papel del sexo en la relación entre el TPA y los trastornos por uso de sustancias se atenuó. Esto sugiere que parte de las diferencias de sexo observadas en la relación entre el TPA y los trastornos por uso de sustancias podrían atribuirse a condiciones de internalización, que tienden a diferir entre hombres y mujeres.

Limitaciones y futuro de la investigación

El estudio añade a la creciente evidencia que sugiere que el TPA y los trastornos por uso de sustancias están estrechamente entrelazados. Sin embargo, hay limitaciones a considerar. Una de ellas es que la muestra del estudio fue seleccionada específicamente para incluir individuos con trastornos por uso de sustancias y rasgos relacionados, lo que significa que los hallazgos pueden no ser representativos de la población general.

Polimanti advirtió que “nuestro estudio se basa en un cohorte enriquecido de participantes con diagnósticos de trastornos por uso de sustancias a lo largo de la vida”. “Por ejemplo, el 64% y el 39% de nuestros participantes tienen diagnósticos de uso de cocaína y opioides, respectivamente. En los Estados Unidos, la prevalencia de estos trastornos es menos del 5%, por lo que los resultados observados en nuestro estudio pueden no ser generalizables a grupos poblacionales con características diferentes”.

Este estudio es parte de una investigación más amplia en la que se están investigando las trayectorias de comorbilidad entre los trastornos por uso de sustancias utilizando información longitudinal. Además, los investigadores evaluarán cómo los factores genéticos y epigenéticos contribuyen a las comorbilidades psiquiátricas entre los trastornos por uso de sustancias.

Referencias: Low, A., Stiltner, B., Nunez, Y.Z. et al. Association patterns of antisocial personality disorder across substance use disorders. Transl Psychiatry 14, 346 (2024). https://doi.org/10.1038/s41398-024-03054-z

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El estatus social bajo aumenta el riesgo de problemas de salud relacionados con el alcohol

  • 22/03/2024
  • David Aparicio
close up of man holding coins in hand

Los hombres y mujeres con ingresos más bajos o niveles de educación son más propensos a desarrollar condiciones médicas relacionadas con el abuso de alcohol en comparación con individuos similares con un estatus socioeconómico más alto. Alexis Edwards de la Universidad de Virginia Commonwealth, EE. UU., y colegas informan sobre estos hallazgos en un nuevo estudio publicado el 19 de marzo en la revista de acceso abierto PLOS Medicine.

La Organización Mundial de la Salud estima que el consumo nocivo de alcohol representa el 5.1% de la carga mundial de enfermedades y lesiones en todo el mundo, y resulta en tres millones de muertes cada año.

El consumo excesivo de alcohol también puede tener un costo económico.

Estudios previos han identificado vínculos entre el estatus socioeconómico de una persona y el consumo de alcohol, pero actualmente no está claro cómo la clase social de un individuo impacta su riesgo futuro de adquirir condiciones médicas relacionadas con el alcohol, como la enfermedad hepática alcohólica.

La investigación

En el nuevo estudio, los investigadores utilizaron un modelo que sigue a las personas a lo largo del tiempo para estimar su riesgo de desarrollar condiciones médicas a causa del abuso de alcohol utilizando dos indicadores para el estatus socioeconómico: el ingreso y el nivel de educación.

Los investigadores analizaron datos de más de 2.3 millones de individuos en una base de datos sueca para mostrar que tanto hombres como mujeres con un ingreso o nivel educativo más bajo tenían más probabilidades de desarrollar estas condiciones.

Las asociaciones se mantuvieron ciertas, incluso cuando los investigadores controlaron otros factores relevantes, como el estado civil, antecedentes de enfermedad psiquiátrica y tener una predisposición genética al abuso de alcohol.

Los nuevos hallazgos son importantes para comprender qué poblaciones son más propensas a sufrir condiciones médicas como resultado del abuso de alcohol, y contribuyen a un cuerpo creciente de literatura sobre disparidades en salud que se derivan de factores socioeconómicos.

Los investigadores recomiendan que las personas con ingresos o niveles de educación más bajos podrían requerir una evaluación adicional por parte de los médicos para evaluar su consumo de alcohol e identificar condiciones relacionadas.

Los autores añaden: «Entre las personas con trastorno por consumo de alcohol, aquellos con niveles más bajos de educación o ingresos están en mayor riesgo de desarrollar una condición médica relacionada con el alcohol, como cirrosis o miocardiopatía alcohólica. Es posible que se justifiquen esfuerzos adicionales de detección y prevención para reducir las disparidades en salud».

Referencia: Alexis C. Edwards, Sara Larsson Lönn, Karen G. Chartier, Séverine Lannoy, Jan Sundquist, Kenneth S. Kendler, Kristina Sundquist. Socioeconomic position indicators and risk of alcohol-related medical conditions: A national cohort study from Sweden. PLOS Medicine, 2024; 21 (3): e1004359 DOI: 10.1371/journal.pmed.1004359

  • Análisis

¡No arriesgues tu salud mezclando medicamentos con alcohol!

  • 29/12/2022
  • David Aparicio

Una copa o dos de champán con el almuerzo de Navidad. Una cerveza fresca y crujiente en la playa. Algunos cócteles descarados con amigos para ver en el Año Nuevo. Parece que hay tantas ocasiones para relajarse con una bebida alcohólica este verano.

Pero tomar ciertos medicamentos mientras bebes alcohol, puede afectar tu cuerpo de varias maneras. Beber alcohol con algunos medicamentos puede afectar su funcionamiento y con otros corres el riesgo de una sobredosis potencialmente mortal. 

Esto es lo que necesitas saber si estás planeando tomar alcohol durante las fiestas.

¿Qué medicamentos no se mezclan bien con el alcohol?

Muchos medicamentos interactúan con el alcohol, independientemente de si los receta su médico o se compran sin receta, como los medicamentos a base de hierbas.

Medicamentos + alcohol = somnolencia, coma, muerte

Beber alcohol y tomar un medicamento que deprime el sistema nervioso central para reducir la excitación y la estimulación puede tener efectos aditivos. Juntos, estos pueden hacer que te sientas más somnoliento, ralentizar la respiración y el ritmo cardíaco y, en casos extremos, provocar el coma y la muerte. Estos efectos son más probables si usas más de un medicamento de este tipo.

Los medicamentos a tener en cuenta incluyen aquellos para la depresión, la ansiedad, la esquizofrenia, el dolor (excepto el paracetamol), los trastornos del sueño (como el insomnio), las alergias y los resfriados y la gripe. Es mejor no beber alcohol con estos medicamentos o mantener su consumo de alcohol al mínimo.

Medicamentos + alcohol = más efectos

Mezclar alcohol con algunos medicamentos aumenta el efecto de esos medicamentos.

Un ejemplo es la pastilla para dormir zolpidem, que no debe tomarse con alcohol. Los efectos secundarios raros, pero graves, son un comportamiento extraño mientras se duerme, como comer dormido, conducir dormido o caminar dormido, que son más probables con el alcohol.

Medicamentos + cerveza artesanal o casera = presión arterial alta

Algunos tipos de medicamentos solo interactúan con algunos tipos de alcohol.

Los ejemplos incluyen algunos medicamentos para la depresión, como la fenelzina, la tranilcipromina y la moclobemida, el antibiótico linezolid, el medicamento contra el Parkinson selegilina y el medicamento contra el cáncer procarbazina.

Estos llamados inhibidores de la monoaminooxidasa solo interactúan con algunos tipos de cervezas artesanales, cervezas con sedimento visible, cervezas belgas, coreanas, europeas y africanas, y cervezas y vinos caseros.

Estos tipos de alcohol contienen altos niveles de tiramina, una sustancia natural que normalmente el cuerpo descompone y que normalmente no causa ningún daño.

Sin embargo, los inhibidores de la monoaminooxidasa evitan que su cuerpo descomponga la tiramina. Esto aumenta los niveles en su cuerpo y puede hacer que la presión arterial se eleve a niveles peligrosos.

Medicamentos + alcohol = efectos incluso después de dejar de beber

Otros medicamentos interactúan porque afectan la forma en que su cuerpo descompone el alcohol.

Si bebes alcohol mientras usa estos medicamentos, puede sentir náuseas, vómitos, enrojecimiento de la cara y el cuello, dificultad para respirar o mareos, el corazón puede latir más rápido de lo normal o la presión arterial puede bajar.

Esto puede ocurrir incluso después de suspender el tratamiento y luego beber alcohol. Por ejemplo, si está tomando metronidazol, debe evitar el alcohol tanto mientras usa el medicamento como durante al menos 24 horas después de dejar de tomarlo.

Un ejemplo de cómo el alcohol cambia la cantidad del medicamento o sustancias relacionadas en el cuerpo es la acitretina. Este medicamento se usa para tratar afecciones de la piel como la psoriasis grave y para prevenir el cáncer de piel en personas que han tenido un trasplante de órganos.

Cuando toma acitretina, se transforma en otra sustancia, etretinato, antes de que se elimine de su cuerpo. El alcohol aumenta la cantidad de etretinato en su cuerpo.

Esto es especialmente importante ya que el etretinato puede causar defectos de nacimiento. Para evitar esto, si es una mujer en edad fértil, debe evitar el alcohol mientras usa el medicamento y durante dos meses después de dejar de tomarlo.

Mitos sobre el alcohol y las medicinas

Alcohol y control de la natalidad

Uno de los mitos más comunes sobre los medicamentos y el alcohol es que no se puede beber mientras se usa la píldora anticonceptiva.

Por lo general, es seguro usar alcohol con la píldora, ya que no afecta directamente la eficacia del control de la natalidad.

Pero la píldora es más efectiva cuando se toma a la misma hora todos los días. Si está bebiendo mucho, es más probable que te olvides de hacerlo al día siguiente.

El alcohol también puede hacer que algunas personas sientan náuseas y vómitos. Si vomita dentro de las tres horas de haber tomado la píldora, no funcionará. Esto aumenta su riesgo de embarazo.

Las píldoras anticonceptivas también pueden afectar su respuesta al alcohol, ya que las hormonas que contienen pueden cambiar la forma en que su cuerpo elimina el alcohol. Esto significa que puede emborracharse más rápido y permanecer borracho por más tiempo de lo normal.

Alcohol y antibioticos

Luego está el mito de no mezclar alcohol con ningún antibiótico. Esto solo se aplica a metronidazol y linezolid.

De lo contrario, generalmente es seguro usar alcohol con antibióticos, ya que el alcohol no afecta su eficacia.

Pero si puede, es mejor evitar el alcohol mientras toma antibióticos. Los antibióticos y el alcohol tienen efectos secundarios similares, como malestar estomacal, mareos y somnolencia. Usar los dos juntos significa que es más probable que tenga estos efectos secundarios. El alcohol también puede reducir su energía y aumentar el tiempo que le toma recuperarse.

¿Dónde puedo acudir para recibir asesoramiento?

Si planea beber alcohol en estos días festivos y le preocupa cualquier interacción con sus medicamentos, no deje de tomarlos.

Su médico puede aconsejarle si es seguro para usted beber en función de los medicamentos que esté tomando y, en caso contrario, aconsejarle sobre alternativas.

Artículo publicado en The Conversation y cedido para su republicación en Psyciencia

  • Artículos Recomendados de la Web

Por qué la generación z es la más sobria

  • 08/11/2022
  • David Aparicio

Karelia Vázquez para El País:

“Gente que parece normal y luego no bebe”, ese era un chiste clásico en las redes sociales de 2010. Una década después, la generación siguiente, más informada y preocupada por su salud, se reta para disfrutar de la vida sin alcohol, hace alarde de sobriedad en las redes sociales y bebe mucha agua con gas y bebidas energéticas: la generación zeta (los nacidos entre finales de los años noventa y la década de los 2000) es la más sobria de la historia. Los datos de un estudio internacional de HBSC, auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), muestran que los adolescentes beben menos que nunca; solo el 8% toma alcohol cada semana, una tercera parte de los que tenían su edad en 2006. Además, el 76% cree que tomarse cinco o seis copas un fin de semana puede causar “bastantes problemas”.

Lee el artículo completo en El País.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

¿Por qué tomar mucho alcohol te deja con resaca?

  • 06/07/2022
  • David Aparicio
drunk guys chilling on sofa after celebration of st patricks day

La molécula responsable de la resaca es el etanol, al que coloquialmente nos referimos como alcohol. El etanol está presente en todas las bebidas alcohólicas y, en términos generales, cuanto más etanol, mayor es el potencial de resaca. Entonces, ¿cómo es exactamente que el alcohol causa resaca? ¿Hay alguna forma de prevenirla? Judy Grisel explora las formas sorprendentes en que el alcohol afecta el cuerpo.

Puedes activar los subtítulos en español

Fuente: TED

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Encuentran relación entre el abuso emocional sufrido en la infancia, el consumo problemático de alcohol y el insomnio

  • 27/04/2022
  • Equipo de Redacción

El abuso emocional es la forma más común de maltrato infantil y, aunque sea considerado uno de los tipos más leves de abuso, tiene consecuencia en la salud física y mental de quien es víctima. Recientemente, un estudio encontró que las personas que sufren abuso emocional durante la infancia experimentan más insomnio y, a su vez, más problemas relacionados con el alcohol durante la edad adulta. Abordar el trauma infantil puede ser una vía de tratamiento para el consumo desregulado de alcohol (Noudali et al., 2022).

La teoría de la hiperexcitación dice que las personas que sufren traumas a menudo experimentan trastornos del sueño debido a que el trauma activa la respuesta de lucha o huida del cuerpo, lo que enciende el eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal (HPA) y el sistema nervioso simpático e interfiere con la calidad del sueño.

A su vez, parece haber una conexión entre el insomnio y los problemas relacionados con el alcohol. Por ejemplo, existe alguna evidencia de que el insomnio hace que las personas sean más susceptibles a las repercusiones negativas del alcohol. 

Qué metodología usaron

Con el objeto de averiguar si el insomnio provocado por un trauma infantil podría contribuir a problemas con la bebida en la edad adulta, el equipo de investigadores realizó un estudio que contó con una muestra de 941 estudiantes universitarios, a quienes se les pidió que respondieran una serie de cuestionarios. Estas encuestas incluyeron una evaluación del trauma infantil que midió el abuso físico, sexual y emocional, y la negligencia física. La encuesta también evaluó la presencia de familiares que brindan apoyo emocional, el insomnio y los problemas con el alcohol.

Qué encontraron

Tras analizar los datos hallaron que los estudiantes con experiencias de abuso emocional durante la infancia tenían puntajes más altos de insomnio y control deficiente sobre el consumo de alcohol. A su vez, bebieron más alcohol en la edad adulta y experimentaron más problemas relacionados con el alcohol. Esto sugiere que el control deficiente podría ser un proceso que vincula el insomnio con problemas para regular la ingesta de alcohol.

Si bien se considera una de las formas más leves de abuso, la gente subestima el poder de las palabras y el abuso emocional. Las palabras pueden quedarse grabadas en la mente de alguien durante mucho tiempo. Es posible que esas palabras hirientes hagan que sea más difícil conciliar el sueño para algunas personas.

Ni el abuso físico ni la negligencia física se asociaron significativamente con el insomnio, aunque la negligencia física se vinculó con un control deficiente sobre el consumo de alcohol. Esto sugiere una conexión específica entre el abuso emocional y el insomnio. “La naturaleza más dirigida del abuso emocional puede inducir una respuesta de estrés que resulte en hiperexcitación”, escribieron los investigadores. “Posiblemente, las personas abusadas emocionalmente podrían reflexionar más sobre sus conversaciones desagradables mientras intentan relajarse y dormir”.

Acumular insomnio sobre el maltrato infantil produce una «tormenta perfecta de factores de riesgo» que allana el camino al abuso del alcohol. Abordar el abuso emocional en la terapia puede ser una forma de abordar el abuso del alcohol, sostuvieron los autores.

Los investigadores señalaron que la investigación futura debería incluir medidas de biomarcadores, como la activación del eje HPA o las concentraciones de hormonas, para ayudar a determinar si la hiperexcitación está impulsando el vínculo entre el trauma infantil y el insomnio. Por otro lado, la muestra se limitó a estudiantes universitarios, una población que tiende a tener niveles más bajos de abuso físico comparados con la población general.

Referencia bibliográfica: Noudali, S. N., Patock-Peckham, J. A., Berberian, S. L., Belton, D. A., Campbell, L. E., & Infurna, F. J. (2022). Does insomnia mediate the link between childhood trauma and impaired control over drinking, alcohol use, and related problems? Addictive Behaviors Reports, 15, 100402. https://doi.org/10.1016/j.abrep.2021.100402

Fuente: Psypost

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

DSM-5. Trastornos por consumo de sustancias. ¿Son problemáticos los nuevos cambios en el ámbito forense?

  • 22/02/2022
  • David Aparicio
woman in white robe holding white bubble maker

Este artículo se centra en el trastorno por consumo de sustancias. Uno de los principales cambios en relación a este trastorno es el enfoque dimensional. Las categorías de abuso y dependencia se incluyen dentro de un trastorno, y se aplica a cada una de las sustancias requiriendo dos o más de los once síntomas especificados. Se incluye el craving y han desaparecido los “problemas legales” porque han mostrado una pobre discriminación para el diagnóstico. La desaparición de las categorías del abuso y la dependencia puede causar cierta confusión entre los operadores judiciales. A partir de ahora, los peritos tendrán que hacer un esfuerzo para explicar a los tribunales las características específicas de acuerdo a los ítems aprobados en el DSM-5.

Autor: G. Portero Lazcano, Médico Forense y Psicólogo Clínico. Jefe de los Servicios Clínicos del Instituto Vasco de Medicina Legal del País Vasco. Subdirección Bi- zkaia. Bilbao.

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Fuente: Scielo

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El consumo riesgoso de alcohol se asocia con menor funcionamiento ejecutivo

  • 16/02/2022
  • Maria Fernanda Alonso

Sobrepasar los límites máximos recomendados para el consumo de alcohol podría tener consecuencias importantes en la salud. Recientemente, una investigación encontró que el consumo riesgoso de alcohol se asocia con un funcionamiento ejecutivo más bajo, que a su vez se asocia con el aumento de los problemas relacionados con el alcohol (Powell et al., 2021). 

Esto se manifiesta incluso si la persona no depende del alcohol pero incurre en comportamientos de consumo riesgoso. Y, a su vez, se ha asociado con cambios en la función neurocognitiva, lo que podría afectar el funcionamiento diario y dar como resultado un mayor consumo de alcohol o un menor control sobre la bebida durante un episodio de consumo de alcohol y durante la abstinencia.

Qué metodología usaron

Participaron del estudio 323 personas consideradas consumidoras no peligrosas de alcohol y 343 consumidores peligrosos. La categorización se basó en las puntuaciones de la prueba de identificación de trastornos por consumo de alcohol, una herramienta de detección desarrollada por la Organización Mundial de la Salud.

Los participantes completaron una evaluación de los problemas relacionados con el alcohol y una prueba de la función ejecutiva, que midió factores como la planificación estratégica, la capacidad organizativa, el control de los impulsos, la motivación y la empatía. Los problemas relacionados con el alcohol incluyeron impactos negativos en aspectos financieros, legales, físicos, sociales y psicológicos. Por ejemplo, se les preguntó si habían tenido problemas con la policía debido a la bebida o si habían perdido un día entero en el trabajo después de una sesión de bebida.

Qué encontraron

Los investigadores encontraron que los bebedores peligrosos tendían a un desempeño más bajo en las subescalas de planificación estratégica, capacidad organizativa y control de impulsos en la prueba de función ejecutiva. Estos hallazgos proporcionan evidencia de que el consumo peligroso de alcohol provoca un deterioro autoinformado de la memoria y la función ejecutiva.

 Los bebedores peligrosos también presentaron niveles más altos de problemas relacionados con el alcohol. Las deficiencias en la memoria y la función ejecutiva mediaron los efectos del alcohol en los problemas relacionados con el alcohol, lo que indica que, como se esperaba, la reducción de la función ejecutiva está relacionada con niveles más altos de problemas con el alcohol debido a niveles más bajos de control sobre la bebida.

Las limitaciones del estudio abarcan el hecho de estar basado en el autoinforme, por un lado, y en que se llevó a cabo en el Reino Unido durante el primer confinamiento por la pandemia de COVID-19, por lo que puede haber niveles más altos de consumo de alcohol, además de una menor sensación de control ejecutivo no necesariamente relacionado con los efectos del alcohol.

Este estudio se usó para informar qué funciones neurocognitivas podrían ser importantes para reducir los problemas relacionados con el alcohol en los bebedores peligrosos dependientes y no dependientes.

Referencia bibliográfica: Powell, A., Sumnall, H., Kullu, C., Owens, L., & Montgomery, C. (2021). Subjective executive function deficits in hazardous alcohol drinkers. Journal of Psychopharmacology , 35(11), 1375-1385. https://doi.org/10.1177/02698811211032605

Fuente: Psypost

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