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Publicaciones por etiqueta

Coronavirus

102 Publicaciones
  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Medidas preventivas para terapeutas de análisis aplicado de conducta (ABA) frente al COVID-19

  • Equipo de Redacción
  • 23/03/2021

Descripción de la guía:

Este documento ha sido elaborado en colaboración con un grupo de expertos en análisis aplicado de conducta, epidemiología, salud pública y medicina preventiva. Las medidas recomendadas están ordenadas de forma secuencial teniendo en cuenta la distribución temporal de una sesión típica de trabajo ABA con estudiantes con diagnóstico de trastorno del espectro autista y/o discapacidad intelectual.

Las recomendaciones en cada sección están distribuidas en orden decreciente según el nivel de prioridad preventiva de la recomendación. Se incluyen únicamente recomendaciones identificadas como de prioridad neutra o superior. El grado de fiabilidad interjueces entre expertos de salud pública y prevención fue moderado.

Estas recomendaciones no han sido evaluadas empíricamente en los contextos relevantes y se apoyan únicamente en una valoración subjetiva informada por expertos, así como en la valoración de su potencial de implementación práctica por analistas de conducta durante la provisión de servicios ABA.

A continuación, se presentan definiciones sistemáticas utilizadas en las recomendaciones.

Descarga la guía completa en formato PDF.

Fuente: ABA España (2020). Medidas preventivas para terapeutas de servicios de análisis aplicado de conducta (ABA) frente al COVID-19. doi:10.26741/covid19

Artículo relacionado: Especial ABA en el tratamiento del autismo (PDF)

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  • Artículos Recomendados de la Web

La OMS cree que es “prematuro” predecir el fin de la COVID en 2022

  • David Aparicio
  • 02/03/2021
young multiethnic students in medical masks

Javier Tovar informa en EFE Salud, los principales puntos del último comunicado de Mike Ryan, director de emergencias sanitarias de la OMS:

“Sería prematuro y poco realista creer que acabaremos con el virus a finales de este año, pero sí podemos acabar con las hospitalizaciones y las muertes, terminar con la tragedia asociada con la pandemia”, aseguró Ryan en rueda de prensa.

“La principal meta ahora es mantener la transmisión del virus lo más bajo posible” para reducir esos casos graves y mortales, añadió.

Ryan también afirmó que algunos datos preliminares permiten ver que las vacunas ya empiezan a influir en el descenso de la transmisión del coronavirus en algunos países, algo “muy alentador”.

“Si las vacunas comienzan a impactar no sólo en menos muertes y hospitalizaciones, sino también en las dinámicas de transmisión, entonces creo que aceleraremos el control de la pandemia”, pronosticó Ryan, aunque admitió que “por ahora, es el virus el que tiene ese control”.

Mike Ryan advirtió de que las buenas noticias en relación con las vacunas vienen sin embargo acompañadas de nuevas cifras de ascenso de casos diarios globales, por lo que “aún afrontamos un fuerte reto”.

Lee el artículo completo en EFE Salud.

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  • Artículos Recomendados de la Web

Israel implanta el pase digital de acceso a gimnasios y espectáculos exclusivo para los vacunados

  • David Aparicio
  • 01/03/2021

Juan Carlos Sanz para El País:

“Sin el código QR no se puede entrar”, avisaba con seriedad el director del gimnasio Lazuz (moverse, en hebreo) a los antiguos clientes que retornaban a la sala de entrenamientos después de siete meses de clausura. “Si me pilla el Ministerio de Sanidad me cae una multa de 1.000 shequels por cabeza”. Ohad Yehuda, de 32 años, lleva desde entonces viviendo de la prestación por desempleo, al igual que los 18 empleados del centro. Gimnasios y piscinas han reabierto sus puertas, pero solo para quienes dispongan del llamado “pase verde”, un flamante certificado digital que se puede descargar en el móvil una semana después de haber recibido la segunda dosis de la vacuna de Pzifer y BioNTech, la única inoculada hasta el momento en Israel.

(…)

Con el “pase verde” se podrá asistir también a acontecimientos deportivos, como partidos de fútbol y baloncesto, o espectáculos culturales, como obras de teatro y conciertos musicales. El uso de mascarillas y el mantenimiento de la distancia de seguridad, no obstante, siguen vigentes de forma indefinida. Tras la previsible reapertura del aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv dentro de dos semanas —cuando está previsto que comience la tercera y última fase de la desescalada— el certificado de vacunación puede ser además uno de los requisitos para embarcar en un vuelo al exterior desde la terminal —la principal puerta de entrada al país— clausurada desde el 25 de enero. Lo defiende el médico especialista en salud pública Ronni Gamzu, anterior coordinador del programa nacional para la pandemia. “El pasaporte verde servirá para allanar el camino a la recuperación del turismo”, aseguró el jueves en una teleconferencia con la prensa extranjera en Israel.

Lee el artículo completo en El País.

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  • Artículos Recomendados de la Web

Los gráficos que muestran la caída global de casos y muertes por Coronavirus

  • David Aparicio
  • 27/02/2021

Ernesto Benavides nos cuenta una muy buena noticia en la BBC:

Es, sin duda, la noticia más esperada de todas: después de un año en que el SARS-CoV-2 mantuvo al mundo en vilo, el número global de casos bajó por sexta semana consecutiva y el número de muertes va en su tercera semana de descenso. De 836.463 casos de covid-19 el 10 de enero, a 314.816 el 22 de febrero. Y de 16.667 muertes el 28 de enero, a 7.658 el 22 de febrero, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.

De acuerdo a un informe de la OMS del 23 de febrero, un total de cuatro de las seis regiones reportadas por la OMS mostró una reducción del número de casos, Américas, Europa, África, Pacífico Occidental (que incluye entre otros países a China, Australia, Nueva Zelanda y Japón), mientras que solo dos, Sudeste asiático y el Mediterráneo Oriental (que incluye entre otros a Afganistán, Egipto, Líbano, EUA e Irán), mostraron un leve aumento del 2% y el 7% respectivamente).

Las cifras, por supuesto, reflejan el número de casos reportados, que no necesariamente coinciden con el número de casos reales. Las Américas, entre tanto, continúa siendo la región con el descenso más marcado en el número absoluto de casos. La OMS destacó que, basándonos en estas cifras, el descenso de casos y muertes en los últimos dos meses es tangible.

Lee el artículo completo en la BBC.

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  • Artículos Recomendados de la Web

La destrucción de la naturaleza provocada por los humanos multiplica nuevas enfermedades como la COVID-19

  • David Aparicio
  • 19/02/2021
brown open field

Raúl Rejón para El Diario.es:

El 75% de las nuevas enfermedades humanas surgidas en los últimos 40 años tienen su origen en animales, calcula la Organización Mundial de la Salud (OMS). El virus SARS-CoV-2 es uno de ellos. De hecho, dos tercios de todos los tipos de patógenos que infectan personas son zoonóticos, es decir, saltan de un animal a un ser humano. «Esta crisis sanitaria está muy relacionada con la destrucción de la naturaleza. La pérdida de naturaleza facilita la proliferación de los patógenos», resume el director de Conservación de WWF, Luis Suárez.

El investigador del Instituto Cary de Estudios Ecosistémicos, Richard Ostfelt, lo ha explicado así: «La pérdida sin precedentes de biodiversidad debido a causas antropogénicas tiene impactos profundos en la salud humana». Una de las principales amenazas es «la exacerbación del riesgo e incidencia de enfermedades infecciosas».

Este análisis, una labor conjunta de 500 científicos, calculaba que un 75% de la superficie terrestre se ha visto ya alterada por las actividades humanas. También el 66% de los océanos. Hasta un 85% de los humedales han desaparecido. Además, el ritmo de deforestación planetaria, aunque se ha ralentizado algo, fue de 26 millones de hectáreas en 2018, según el informe de la Declaración de Nueva York (cuyo objetivo es limitar a 10 millones de hectáreas la pérdida de bosques en el mundo para 2020). Toda esa alteración ha derivado en la devastación de la biodiversidad en forma de evaporación de variedades de plantas y animales.

La eliminación de hábitats favorece la zoonosis, es decir, el salto de agentes infecciosos de una especie animal a otra (incluida la especie humana). Algunas de las epidemias más graves de los últimos años han llegado así. La gripe A de 2009, el MERS de 2012 o el SARS de 2002.

Estamos pagando caro el daño que le hemos hecho al ecosistema.

Lee el artículo completo en El Diario.es.

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  • Análisis

COVID-19 rara vez se propaga a través de superficies. Entonces, ¿por qué seguimos haciendo una limpieza profunda?

  • Equipo de Redacción
  • 18/02/2021

Hoy publicamos la noticia de la carta que enviaron 13 expertos en la que le solicitan al gobierno de Estados Unidos que actualice y mejoren las recomendaciones de prevención de contagio de COVID-19 y que se haga énfasis en que este virus se trasmite principalmente por la inhalación de aerosoles (cuando una persona estornuda o tose) y no por las superficies. Este cambio es importante porque las personas y gobiernos están usando muchos recursos para mantener excesivamente limpias los pomos de puertas, mesas y pisos, cuando sería mucho más eficaz usar esos recursos para comprar mascarillas de buena calidad, asegurarse de que todo el mundo utilice y mantener las áreas cerradas bien ventiladas o con aires acondicionados en buena condición que puedan filtrar el aire.

Aunque no es un tema psicológico, creemos necesario ofrecer a nuestros lectores un poco más de contexto para que puedan conocer de dónde surge el pedido de los expertos y cual es la evidencia que la fundamenta. Para ello hemos hemos traducido el artículo de la revista científica Nature, que explica muy bien por qué el riesgo de transmisión por superficies es muy bajo.


Cuando Emanuel Goldman fue a su supermercado local de Nueva Jersey en marzo pasado, no se arriesgó. Los informes de casos de COVID-19 estaban apareciendo en todo Estados Unidos, por lo que se puso guantes para evitar superficies contaminadas y usó una máscara para evitar que inhalara pequeñas gotas cargadas de virus de otros compradores. No se recomendaban guantes ni máscaras en ese momento.

Luego, a fines de marzo, un estudio de laboratorio mostró que el coronavirus SARS-CoV-2 puede persistir en el plástico y el acero inoxidable durante días. Eso provocó titulares sorprendentes y una gran cantidad de consejos sobre cómo descontaminar todo, desde pomos de puertas hasta comestibles. También pareció confirmar la guía publicada en febrero por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que el virus que causa COVID-19 puede propagarse a través de superficies contaminadas, conocidas como fómites.

Para mayo, la OMS y los organismos de salud de todo el mundo estaban recomendando que las personas en entornos comunitarios ordinarios —casas, autobuses, iglesias, escuelas y tiendas— limpiaran y desinfectara las superficies, especialmente aquellas que se tocan con frecuencia. Las fábricas de desinfectantes trabajaron las 24 horas del día para mantenerse al día con la fuerte demanda.

Pero Goldman, microbiólogo de la Escuela de Medicina Rutgers de Nueva Jersey en Newark, decidió examinar más de cerca la evidencia en torno a los fómites. Lo que encontró fue que había poca evidencia que apoyara la idea de que el SARS-CoV-2 pasa de una persona a otra a través de superficies contaminadas. Escribió en julio un comentario incisivo para The Lancet Infectious Diseases, argumentando que las superficies presentaban relativamente poco riesgo de transmitir el virus. Su convicción solo se ha fortalecido desde entonces, y Goldman hace tiempo que abandonó los guantes.

Muchos otros llegaron a conclusiones similares. De hecho, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus inglés) aclaró su orientación sobre la transmisión de la superficie en mayo, declaró que “no se cree que sea la principal forma en que se propaga el virus”. Y ahora agrega: «no se cree que sea una forma común de propagación del COVID-19”.

A medida que la evidencia se ha acumulado en el transcurso de la pandemia, la comprensión científica sobre el virus ha cambiado. Los estudios e investigaciones de los brotes apuntan a que la mayoría de las transmisiones ocurren como resultado de personas infectadas que lanzan gotas grandes y pequeñas partículas llamadas aerosoles cuando tosen, hablan o respiran. Estos pueden ser inhalados directamente por personas cercanas. No se cree que la transmisión de superficie, aunque sea posible, sea un riesgo significativo.

Pero es más fácil limpiar las superficies que mejorar la ventilación, especialmente en invierno, y los consumidores han llegado a esperar protocolos de desinfección. Eso significa que los gobiernos, las empresas y los individuos continúan invirtiendo grandes cantidades de tiempo y dinero en esfuerzos de limpieza profunda. A finales de 2020, las ventas mundiales de desinfectante superficial totalizaron US$4.500 millones, un salto de más del 30% con respecto al año anterior. La Autoridad Metropolitana de Tránsito de Nueva York (MTA), que supervisa el metro y los autobuses y perdió miles de millones de dólares en ingresos de pasajeros en 2020, gastó $484 millones el año pasado en su respuesta al COVID-19, incluyendo una mayor limpieza y desinfección, según un portavoz.

Parte del problema es que los especialistas no pueden descartar la posibilidad de transmisión de fómites, y la orientación de muchas agencias de salud sobre cómo lidiar con las superficies no ha sido clara a medida que la ciencia ha cambiado. En noviembre, las autoridades chinas introdujeron directrices que exigían la desinfección de los paquetes de alimentos congelados importados. Y el CDC dirige a las personas a una lista completa de desinfectantes que matan a SARS-C0V-2 y dice: «La desinfección frecuente de superficies y objetos tocados por varias personas es importante».

Los expertos dicen que tiene sentido recomendar el lavado de manos, pero algunos investigadores están empujando hacia atrás contra el enfoque en las superficies. En diciembre, el ingeniero Linsey Marr de Virginia Tech en Blacksburg co-escribió un artículo de opinión para The Washington Post implorando a la gente que se relajara en los esfuerzos de limpieza. “Ha quedado claro que la transmisión por inhalación de aerosoles ,las gotas microscópicas, es un modo de transmisión importante, si no dominante”, dice Marr, que estudia la transmisión de enfermedades en el aire. La atención excesiva en la limpieza excesiva ocupa un tiempo y recursos limitados que se gastarían mejor en ventilación o en la descontaminación del aire que respira la gente, agregó.

El ARN del virus puede inducir el error

El enfoque en las fómites —en lugar de aerosoles— surgió al principio del brote de coronavirus debido a lo que la gente sabía acerca de otras enfermedades infecciosas. En los hospitales, patógenos como staphylococcus aureus resistente a la meticilina, virus respiratorio sincitial y norovirus pueden aferrarse a los rieles de la cama o enganchar un viaje de una persona a la siguiente en el estetoscopio de un médico. Así que tan pronto como la gente comenzó a enfermarse por el coronavirus, los investigadores comenzaron a frotar habitaciones de hospitales e instalaciones de cuarentena para lugares donde el virus podría estar al acecho. Y parecía estar en todas partes.

En instalaciones médicas, artículos personales como vasos de lectura y botellas de agua dieron positivo en rastros de ARN viral, la principal manera en que los investigadores identifican la contaminación viral. También lo hicieron los rieles de cama y los conductos de ventilación. En los hogares en cuarentena, los lavabos y las duchas albergaban el ARN, y en los restaurantes, se encontró que los palillos de madera estaban contaminados. Y los primeros estudios sugirieron que la contaminación podría persistir durante semanas. Diecisiete días después de que el crucero Diamond Princess fuera desalojado, los científicos encontraron ARN virales en superficies en cabinas de los 712 pasajeros y miembros de la tripulación que dieron positivo para COVID-19.

Son las personas, no las superficies, las que deberían ser el principal motivo de preocupación

Pero la contaminación con ARN viral no es necesariamente motivo de alarma, dice Goldman. “El ARN viral es el equivalente al cadáver del virus”, dice. “No es contagioso.”

Para abordar esa parte de la ecuación, los investigadores comenzaron a probar si las muestras de coronavirus que quedaban durante días en varias superficies podían infectar las células cultivadas en laboratorio. Un estudio en abril encontró que el virus seguía siendo infeccioso en superficies duras como plástico y acero inoxidable durante 6 días; en los billetes de banco, duró 3 días; y en máscaras quirúrgicas, al menos 7 días. Un estudio posterior anunció que el virus viable estuvo presente en la piel durante un tiempo de hasta 4 días, pero en la ropa sobrevivió durante menos de 8 horas . Y otros encontraron virus infecciosos en libros de bibliotecas unidos en cuero natural y sintético después de 8 días.

Condiciones poco realistas

Aunque este tipo de experimentos demuestran que el coronavirus puede sobrevivir en superficies, esto no significa que la gente lo esté contagiando de superficies como los pomos de puertas. Goldman y otros advierten contra la lectura excesiva de los estudios de supervivencia de virus, porque la mayoría no los prueba en las condiciones que existen fuera del laboratorio. “Fueron experimentos que comenzaron con cantidades enormes de virus, nada que se pueda encontrar en el mundo real”, dice. Otras pruebas han utilizado saliva simulada y condiciones controladas como la humedad y la temperatura, todo lo cual amplía la brecha entre las condiciones experimentales y las del mundo real, dice Goldman.

Solo unos pocos estudios han buscado virus viables fuera del laboratorio. Tal Brosh-Nissimov, que dirige la unidad de enfermedades infecciosas del Hospital Universitario Assuta Ashdod en Israel, y sus colegas limpiaron artículos personales y muebles en las unidades de aislamiento del hospital y en las habitaciones de un hotel de cuarentena. La mitad de las muestras de dos hospitales y más de un tercio de las muestras del hotel de cuarentena dieron positivo para ARN viral. Pero ninguno de los materiales virales fue capaz de infectar células, informaron los investigadores.

De hecho, los investigadores han luchado por aislar virus viables de cualquier muestra ambiental, no solo de fómites. En el único estudio que tuvo éxito, los investigadores cultivaron partículas de virus a partir de muestras de aire de hospitales recolectadas al menos a 2 metros de una persona con COVID-19.

Sin embargo, los científicos advierten que no se deben sacar conclusiones absolutas. “El hecho de que no se pueda demostrar la viabilidad no significa que no hubo un virus contagioso allí en algún momento”, dice el epidemiólogo Ben Cowling de la Universidad de Hong Kong.

Los estudios de exposición humana a otros patógenos proporcionan pistas adicionales sobre la transmisión por fómites de virus respiratorios. En 1987, investigadores de la Universidad de Wisconsin — Madison colocaron a voluntarios sanos en una habitación para que jugaran a las cartas con personas infectadas con un rinovirus del resfriado común. Cuando a los voluntarios sanos se les sujetó los brazos para evitar que se tocaran la cara y evitar que transfirieran el virus de las superficies contaminadas, la mitad se infectó. Un número similar de voluntarios que no estaban sujetos también se infectaron. En un experimento separado, las cartas y fichas de póquer que habían sido manipuladas y tosidas por voluntarios enfermos se llevaron a una habitación separada, donde se les indicó a los voluntarios sanos que jugaran al póquer mientras se frotaban los ojos y la nariz. El único modo de transmisión posible era a través de tarjetas y chips contaminados; ninguno se infectó. La combinación de experimentos proporcionó una fuerte evidencia de que los rinovirus se propagan por el aire. Pero tales estudios se consideran poco éticos para el SARS-CoV-2, porque puede matar.

Aunque probablemente sea raro, dice Cowling, no se puede descartar la transmisión a través de superficies. «No parece que suceda tanto, por lo que sabemos».

Las estimaciones de transmisión basadas en los niveles de ARN viral que persisten en el medio ambiente parecen confirmarlo. De abril a junio, la ingeniera ambiental Amy Pickering, entonces en la Universidad de Tufts en Medford, Massachusetts, y sus colegas tomaron muestras semanales de superficies interiores y exteriores alrededor de una ciudad en Massachusetts. Sobre la base de los niveles de contaminación por ARN y la frecuencia con la que las personas tocaban superficies como pomos de puertas y botones en los pasos de peatones, el equipo estimó que el riesgo de infección al tocar una superficie contaminada es menos de 5 en 10,000, menor que las estimaciones para el SARS. Infección por CoV-2 a través de aerosoles, y un riesgo de transmisión de influenza o norovirus menor que el de la superficie.

“La transmisión de fómite es posible, pero parece ser poco común”, dice Pickering, quien ahora trabaja en la Universidad de California, Berkeley. «Muchas cosas tienen que encajar en su lugar para que suceda esa transmisión».

Eso podría explicar por qué una comparación global de las intervenciones gubernamentales para controlar la pandemia en sus primeros meses encontró que la limpieza y desinfección de superficies compartidas calificó como una de las menos efectivas para reducir la transmisión. El distanciamiento social y las restricciones de viaje, incluidos las cuarentenas, funcionaron mejor.

Datos desordenados

Eso deja a los investigadores revisando datos epidemiológicos desordenados sobre cómo se propaga el virus. Se han publicado cientos de estudios sobre la transmisión de COVID-19 desde que comenzó la pandemia, sin embargo, se cree que solo uno informa la transmisión a través de una superficie contaminada, por lo que se denominó la ruta moco-oral. Según el informe, una persona con COVID-19 en China se sonó la nariz con la mano y luego presionó un botón en el ascensor de su edificio de apartamentos. Un segundo residente en el edificio luego tocó el mismo botón y pasó hilo dental con un palillo inmediatamente después, transfiriendo así el virus del botón a la boca. Pero sin las secuencias del genoma de los virus que infectan a cada persona, no se puede descartar la transmisión a través de otra persona desconocida. En otro caso, se cree que ocho personas en China se infectaron después de pisar aguas residuales que contenían el virus en la calle y luego caminaron con la contaminación hasta sus hogares.

A pesar de la rareza de los ejemplos publicados de transmisión de fómites, las autoridades chinas exigen que los alimentos congelados importados se desinfecten. El cambio en las pautas siguió a un informe, que no se ha publicado en detalle, de que un trabajador de un negocio de alimentos congelados en la ciudad portuaria norteña de Tianjin se infectó después de manipular envases contaminados de carne de cerdo congelada importada de Alemania. Pero la OMS y otros expertos han cuestionado las afirmaciones de que las personas pueden infectarse a través de la cadena alimentaria de esta manera.

Cowling dice que se necesitan investigaciones más detalladas, rastreando cuidadosamente quién infecta a quién y qué superficies y espacios compartieron en el momento de la infección. “Lo que realmente valoramos son las investigaciones epidemiológicas de los patrones de transmisión, ya sea en hogares, lugares de trabajo o en otros lugares”, dice. «No creo que hayamos estado haciendo lo suficiente».

La mayor amenaza

Armados con datos de un año sobre casos de coronavirus, los investigadores dicen que un hecho es claro. Son las personas, no las superficies, las que deberían ser el principal motivo de preocupación. La evidencia de eventos de súper propagación, donde numerosas personas se infectan a la vez, generalmente en un espacio interior abarrotado, apunta claramente a la transmisión aérea, dice Marr. «Tienes que inventar algunos escenarios realmente complicados para explicar los eventos de superpropagación con superficies contaminadas», dice.

Lavarse las manos es fundamental, dice Marr, porque no se puede descartar la transmisión superficial. Pero es más importante mejorar los sistemas de ventilación o instalar purificadores de aire que esterilizar superficies, dice. «Si ya hemos prestado atención al aire y tenemos tiempo y recursos adicionales, entonces sí, limpiar esas superficies de alto contacto podría ser útil», dice.

Los hogares también pueden relajarse, dice Pickering. Poner en cuarentena los alimentos o desinfectar todas las superficies es ir demasiado lejos. «Eso es mucho trabajo y probablemente tampoco reduzca tanto su exposición», dice. En cambio, una higiene de manos razonable, así como el uso de una máscara y el distanciamiento social para reducir la exposición de contactos cercanos es un mejor lugar para concentrar los esfuerzos.

La OMS actualizó su guía el 20 de octubre, diciendo que el virus puede propagarse “después de que las personas infectadas estornuden, tosen o toquen superficies u objetos, como mesas, picaportes y pasamanos”. Un portavoz de la OMS dijo a Nature que “hay pruebas limitadas de transmisión a través de fómites. No obstante, la transmisión por fómites se considera un modo posible de transmisión, dado el hallazgo constante de contaminación ambiental, con identificación positiva del ARN del SARS-CoV-2 en las cercanías de personas infectadas con el SARS-CoV-2 ”. La OMS agrega que “las prácticas de desinfección son importantes para reducir el potencial de contaminación por virus COVID-19”.

El CDC no respondió a las preguntas de Nature sobre inconsistencias en sus declaraciones sobre los riesgos que plantean los fómites.

El enigma al que se enfrentan las autoridades sanitarias, dice Marr, es que es difícil descartar definitivamente la transmisión superficial. Las autoridades pueden mostrarse reacias a decirle a la gente que no sea cautelosa. “Nunca querrás decir ‘Oh, no hagas eso’ porque puede suceder. Y ya sabes, debemos seguir el principio de precaución ”, dice.

A pesar de la evidencia creciente, el público podría haber crecido para esperar niveles adicionales de desinfección después de los primeros meses de la pandemia. Cuando la MTA de Nueva York encuestó a los pasajeros a fines de septiembre y principios de octubre, las tres cuartas partes dijeron que limpiar y desinfectar los hacía sentir seguros al usar el transporte.

Goldman continúa usando una máscara de tela cuando sale de casa, pero cuando se trata de la posibilidad de contraer el coronavirus de una superficie contaminada, no toma ninguna precaución especial. “Una de las formas en que nos protegemos es lavándonos las manos”, dice, “y eso se aplica a pandemia o no pandemia”.

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  • Artículos Recomendados de la Web
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

«Se sigue malgastando mucho tiempo y dinero en desinfectar superficies, cuando esto no sirve para nada o casi nada»

  • David Aparicio
  • 18/02/2021

Nora Bär explica en La Nación el contenido de la carta enviada por 13 expertos al gobierno de Estados Unidos:

Los especialistas afirman que la evidencia científica es clara: la inhalación de aerosoles es una de las principales formas de contagio y propagación del virus. Sin embargo, las pautas y recomendaciones oficiales, tanto en los Estados Unidos como en la mayoría de los países, están desactualizadas, ya que no lo reconocen claramente ni incluyen las medidas de control necesarias. Piden un uso generalizado de mascarillas, y que se apliquen medidas más estrictas para proteger a los trabajadores y al público en general.

“Todavía hay un mensaje confuso –subraya Jiménez–. En octubre los CDC ya dijeron que la forma principal de contagio es la inhalación. Pero la gente sigue sin entenderlo. Y varias medidas claves no se explican bien, ni se transmite lo importantes que son. Se sigue malgastando mucho tiempo y dinero en desinfectar superficies, cuando esto no sirve para nada o casi nada. Al día de hoy, todavía no hay ningún caso demostrado de contagio por superficies. La revista Nature se lo dijo la semana pasada en un editorial extraordinario a la OMS y la CDC: tienen que dejar en claro que el virus va por el aire, y que el contagio por superficies es poco probable”.

Según el experto, uno de los más destacados referentes mundiales en el estudio de los aerosoles, este es un tema importante para las escuelas, que son sitios por lo general cerrados donde muchas personas pasan mucho tiempo, compartiendo el aire, hablando, con poca distancia entre sí, y con barbijos de calidad y ajuste pobres en muchos casos. “Es fundamental comunicar con claridad que tenemos que pensar que sale como un humo invisible de todas las personas, que flota y se mezcla. Los espacios interiores lo atrapan. Hay que tener siempre abiertas las ventanas y la puerta (no necesariamente de par en par), de manera que los virus que alguien pueda exhalar allí vayan saliendo inmediatamente al exterior, y que entre aire exterior sin virus”, explica.

Limpiar constantemente las superficies nos da una sensación de control y que estamos participando activamente en la batalla contra el COVID-19. Es necesario limpiar y lavarnos las manos. Pero el mayor riesgo está en la inhalación del virus. Por eso tenemos que dedicar nuestros esfuerzos y recursos para comprar y usar buenas mascarillas, exigir que las personas con la que compartimos espacios las utilicen apropiadamente y asegurarnos de tener una buena ventilación en nuestros hogares, escuelas y áreas de trabajo.

Lee el artículo completo en La Nación.

También puedes leer el artículo de Nature que explica por qué las superficies no son las principales áreas de contagio.

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  • Análisis

Cómo los medios de comunicación pueden estar empeorando la epidemia de salud mental por COVID-19

  • David Aparicio
  • 17/02/2021

Desde que comenzó la pandemia, las tasas de ansiedad en los Estados Unidos se han triplicado y la tasa de depresión se ha cuadruplicado. Ahora las investigaciones sugieren que los medios de comunicación son parte del problema. Ver y leer noticias constantemente sobre COVID-19 puede ser peligroso para su salud mental.

Somos profesores que estudiamos los efectos psicológicos en las personas atrapadas en crisis, violencia y desastres naturales. COVID-19 sin duda califica como una crisis, y nuestro estudio de más de 1.500 adultos estadounidenses mostró claramente que aquellos que experimentan más exposición mediática sobre la pandemia tenían más estrés y depresión.

Es comprensible. La información recurrente de muerte y sufrimiento, y las imágenes de hospitales abrumados y pacientes intubados pueden ser aterradoras. COVID-19 ha creado una epidemia de información; miembros del público están abrumados con más información de la que pueden manejar. Y gran parte de esa información, especialmente en línea, incluye rumores perturbadores, teorías conspirativas y declaraciones sin fundamento que confunden y asustan.

Estrés peor para algunos que otros

Un estudio de junio de 2020 de 5.412 adultos estadounidenses dice que el 40% de los encuestados reportaron problemas de salud mental o consumo de sustancias. Esta constatación no abordaba si los declarantes tenían COVID-19. Desde entonces, algunas personas que tenían COVID-19 ahora están reportando problemas de salud mental que aparecieron dentro de los 90 días después de que su enfermedad disminuyeron.

Cuidar de un familiar o amigo con el virus puede provocar problemas de salud mental, e incluso conocer a alguien con COVID-19 puede ser estresante. Y si un familiar o amigo muere por ello, la ansiedad y la depresión a menudo siguen al dolor. Esto es aún más probable si el individuo muere solo, o si su entierro no es posible debido a la pandemia.

Los trabajadores esenciales, desde hospitales hasta supermercados, tienen un mayor riesgo de problemas de salud mental relacionados con COVID. Esto es particularmente cierto para los trabajadores de la salud que cuidan a los pacientes que finalmente murieron a causa del virus.

Los adultos negros e hispanos también reportan más problemas de salud mental, incluyendo el abuso de sustancias y pensamientos de suicidio. Tener acceso a menos recursos y experimentar el racismo sistémico que atraviesa gran parte de la atención médica de los Estados Unidos puede ser dos de los factores. La pandemia COVID-19 también se entrecruzó con episodios de violencia policial hacia los negros americanos. Esto por sí solo puede haber exacerbado los problemas de salud mental.

Los niños, los adultos jóvenes y los estudiantes universitarios también muestran reacciones de salud mental comparativamente peores. Esto podría deberse a la desconexión que sienten, provocada por el aislamiento de sus compañeros, la pérdida de apoyo de los maestros y la desaparición de la estructura diaria.

Establece límites necesarios

Mantenerse informado es crítico, por supuesto. Pero supervisa la cantidad de medios que está consumiendo y evalúa cómo te afecta. Si está constantemente preocupado, te sientes abrumado, o tienes dificultad para dormir, es probable que estés consumiendo demasiadas noticias sobre el COVID. Si esto te está sucediendo, toma un descanso de las noticias y haz otras actividades que sean importantes para ti.

Los padres deben revisar con frecuencia con los niños para ver cómo se ven afectados. Escuchar y validar sus preocupaciones, y luego proporcionar respuestas honestas a sus preguntas, puede ser enormemente útil. Si un niño tiene dificultades para hablar de ello, el adulto puede comenzar con preguntas abiertas («¿Cómo te sientes acerca de lo que está sucediendo?»). Asegura a los niños que se está haciendo todo lo posible para protegerlos y discutir maneras de mantenerse a salvo: Usa mascarillas, practica la distancia social y lávete las manos.

Por último, puede modelar y fomentar buenas habilidades de afrontamiento para sus hijos. Recuerdale a los jóvenes que las cosas buenas siguen sucediendo en el mundo. Trabajen juntos para enumerar formas saludables de lidiar con el estrés COVID-19. Estas actividades ayudarán a sus hijos a sobrellevar las dificultades, y también será bueno para ti.

Por: J. Brian Houston, profesor de comunicación y salud pública de la Universidad de Missouri-Columbia y Jennifer M. First, profesora de trabajo social en la Universidad de Tennessee.

Artículo publicado en The Conversation y cedido para su re-publicación en Psyciencia.

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  • Artículos Recomendados de la Web

“El cambio climático tendrá efectos mucho peores que la pandemia”

  • David Aparicio
  • 16/02/2021

Bill Gates es un hombre muy inteligente que se ha dedicado a estudiar con profundidad los principales problemas que aquejan a la humanidad y cómo resolverlos. En el 2015 predijo el problema que no no estaríamos preparados para la próxima pandemia y, por supuesto, nadie le hizo caso porque los humanos tenemos dificultades para prepararnos cuando los problemas son a largo plazo.

Al analizar la data Gates argumenta que el próximo problema podría ser el cambio climático y que para reducirlo se necesitará un esfuerzo mucho más grande del que se ha hecho para crear una vacuna en menos de un año. La entrevista es muy buena y te dará una perspectiva a largo plazo de lo que necesitamos hacer como especie para sobrevivir.

Puedes leer la entrevista completa en el diario El País.

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Los fumadores tienen un mayor riesgo de COVID-19 grave

  • David Aparicio
  • 15/02/2021
paramedic checking on a woman

Javier Tovar reporta para EFE Salud, las principales conclusiones del XI Jornada de la Sociedad Catalana de Atención y Tratamiento del Consumo de Tabaco (SCATT), que se realizó recientemente vía online y que enfatiza el riesgo que tienen los fumadores de sufrir síntomas graves de COVID-19:

La presidenta de la SCATT, Àngela Martínez Picó, explicó que, según los datos disponibles hasta ahora, “los fumadores tienen mayor riesgo de desarrollar síntomas graves, un pronóstico peor y más posibilidades de morir a causa de la nueva enfermedad”.

“Son necesarias medidas de control del tabaquismo basadas en campañas de sensibilización, con la finalidad de proteger a los fumadores pasivos en entornos familiares”, resaltó.

“También habría que incrementar la motivación para que los fumadores dejen el hábito del consumo de tabaco”, añadió.

El neumólogo Jacobo Sellarés aseguró que “hay una clara relación entre enfermedades respiratorias, tabaquismo e infección por SARS-CoV-2”.

“Se ha demostrado que los receptores ACE2 tienen un papel fundamental en la entrada del virus a las células. El tabaquismo aumenta la presencia de estos receptores”, precisó.

Estos datos pueden ser muy útiles para presentar los beneficios de dejar de fumar.

Lee el artículo completo en EFE Salud.

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