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Publicaciones por etiqueta

Estrés

49 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cambios negativos en la alimentación asociados al estrés durante la pandemia por COVID-19

  • 31/05/2021
  • Maria Fernanda Alonso

La evidencia nos muestra que, en general, el estrés puede desequilibrar los hábitos alimenticios así como la motivación para hacer ejercicios o mantener una alimentación saludable. En el contexto actual donde el mundo entero está viviendo gran estrés debido a la pandemia por COVID-19, las medidas de confinamiento, cierres y restricciones, investigadores encontraron que cuanto mayor estrés sufren las personas, más cambios no saludables en la alimentación se asocian a tal situación (Khubchandani et al., 2020).

Por su parte, la Asociación Americana de Psicología informó que el 61% de los adultos encuestados en Estados Unidos reportó cambios no deseados en el peso durante la pandemia: el 42% de los encuestados aumentó un promedio de 13 kilos, y casi el 10% de estas personas ganaron más de 22 kilos. Por otro lado, casi el 18% de los estadounidenses afirmó haber experimentado una pérdida de peso no deseada de 12 kilos en promedio.

Por qué es importante

Comprender por qué y cómo las personas cambian sus comportamientos, y qué estados mentales impulsan o son impulsados ​​por estos cambios, ayudará a las personas a adaptarse mejor y mantener hábitos más saludables, tanto en lo que respecta al estrés como a la alimentación, en el futuro.

Qué metodología usaron

Khubchandani y sus colegas condujeron un estudio transversal online en el que participaron 838 adultos estadounidenses. La investigación incluyó un cuestionario de 30 ítems relacionado con el estrés percibido y las prácticas alimentarias durante la pandemia de COVID-19.

Qué encontraron

A nivel general, los investigadores hallaron que los puntajes de estrés eran significativamente más altos para las personas multirraciales, los hispanos, los empleados a tiempo parcial (a diferencia de los empleados a tiempo completo), las personas solteras, los que vivían en el Medio Oeste, los que eran obesos (antes de COVID-19) y personas menores de 35 años.

En cuanto a los hábitos alimenticios: el ayuno (16%), la alimentación restringida (20%), saltarse comidas (25%) y comer en exceso (39%) aumentaron en comparación con lo que sucedía antes de la pandemia. Lo que resulta interesante es que el 32% de las personas reportó haber mejorado su dieta durante la pandemia (un porcentaje aproximadamente igual al de personas cuyas dietas cambiaron de forma negativa). El estudio no indagó sobre los cambios de estilo de vida que pudieron haber acompañado los cambios en las dietas de los participantes.

Por otra parte, las personas que indicaron los niveles más altos de estrés también fueron los que informaron una peor dieta. Más estrés se asoció con niveles más altos de ayuno, alimentación restringida, saltarse comidas y comer en exceso, lo que significa que básicamente cualquier cambio en la dieta podría correlacionarse con mayores niveles de estrés.

Un próximo paso importante será comprender qué consecuencias psicológicas y conductuales específicas del COVID-19 median la relación entre el estrés relacionado con la pandemia y la mala alimentación. Claramente, una parte significativa de las personas realmente mejoró su dieta en este contexto; los mismos individuos también tenían menos probabilidades de experimentar mayor estrés.

Referencia bibliográfica: Khubchandani, J., Kandiah, J., & Saiki, D. (2020). The COVID-19 Pandemic, Stress, and Eating Practices in the United States. En European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education (Vol. 10, Número 4, pp. 950-956). https://doi.org/10.3390/ejihpe10040067

Fuente: Psypost



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Pueden la religión y la espiritualidad alterar nuestra forma de pensar?

  • 25/05/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Muchos estudios del campo de la medicina y la psicología han encontrado que las personas religiosas tienden a presentar tasas más bajas de enfermedades cardíacas, mejores resultados después de procedimientos quirúrgicos y, en general, viven más tiempo. Estos hallazgos son lo suficientemente interesantes como para preguntarse si la motivación religiosa contribuye a tales beneficios. 

El Dr. Crystal Park, de la Universidad de Connecticut, postula una teoría: la religión realza el significado de la vida, y tal significado ayuda a las personas a lidiar con el estrés. Partiendo de esta postura, un equipo de investigadores hipotetizó que, si esto es correcto, entonces la religión debería alterar los procesos mentales subyacentes que contribuyen al significado percibido. Para averiguarlo, llevaron a cabo una investigación en la que encontraron que ciertas formas específicas de motivación religiosa están asociadas con patrones de pensamiento elevado. Esto a su vez podría explicar los fundamentos cognitivos de la relación entre la religión y el significado en la vida (Michaels et al., 2021).

Qué metodología usaron

Participaron del estudio 630 adultos de 48 países. Los sujetos completaron una evaluación cognitiva en la que se les pidió que eligieran una frase que describiera mejor un comportamiento determinado. Para ello, tenían la opción de elegir una descripción elevada (que se enfocaba en por qué se realizó la acción) o una descripción básica (que se enfocaba en los aspectos mecánicos de la acción). Por ejemplo, un ítem preguntó si «leer» era mejor descrito como «adquirir conocimientos» o «seguir líneas impresas».

Los participantes también proporcionaron información demográfica y completaron encuestas sobre sus motivaciones religiosas y creencias espirituales. Aproximadamente el 62% de los participantes informaron seguir alguna forma de religión, siendo el cristianismo la más común.

Qué encontraron

Las personas religiosas con una motivación religiosa intrínseca más fuerte y una motivación religiosa extrínseco-personal más fuerte también tendían a reportar creencias espirituales más fuertes, lo que a su vez estaba asociado con el pensamiento elevado. Es decir, los participantes que estuvieron de acuerdo con afirmaciones como «a menudo he tenido una fuerte sensación de la presencia de Dios» (religiosidad intrínseca) y «la oración es por la paz y la felicidad» (religiosidad extrínseco-personal), fueron más propensos a describir la lectura como un comportamiento para «adquirir conocimiento”, y esta relación fue mediada por la fuerza de creencias espirituales, como la creencia de que Dios es omnipresente.

Pero la religiosidad extrínseco-social (“voy a la iglesia principalmente porque disfruto ver a gente que conozco allí”) no estaba relacionada con estos patrones de pensamiento. 

Entre los participantes no religiosos, no hubo un vínculo entre las motivaciones religiosas y los patrones de pensamiento elevado.

Los autores interpretan que las personas que integran completamente en sus vidas la motivación religiosa o espiritualidad, mientras creen que contribuye a lo que experimentan,  tienden a pensar de maneras más significativas. Este significado puede ayudar a ser una especie de ancla mental en momentos de angustia.

Dentro de las limitaciones del estudio se destaca que los investigadores utilizaron una metodología transversal, lo que evita que saquen conclusiones sólidas sobre la causalidad. Es decir que no se puede concluir que la religión y la espiritualidad hagan que la gente piense de una manera más significativa. Es simplemente una relación. Se necesitan trabajos futuros que utilicen técnicas experimentales para identificar si existe una relación causa-efecto.

Por otro lado, los participantes pertenecían a culturas occidentales, y por tanto, si las personas son religiosas, son principalmente judeocristianas. Se necesita más investigación sobre personas de otras religiones. Y destacan los autores que este es un gran obstáculo en el subcampo de la psicología de la religión.

Referencia bibliográfica: Michaels, J. L., Petrino, J., & Pitre‐Zampol, T. (2021). Individual Differences in Religious Motivation Influence How People Think. En Journal for the Scientific Study of Religion (Vol. 60, Número 1, pp. 64-82). https://doi.org/10.1111/jssr.12696

Fuente: Psypost



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El estrés laboral y sus consecuencias en trabajadores del derecho tienen una marcada diferencia según el género

  • 21/05/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Un nuevo estudio encontró que las abogadas reportan mayores niveles de estrés, consumo peligroso de alcohol y tendencia a abandonar el ejercicio de la profesión a causa de factores relacionados al trabajo, en comparación con sus colegas masculinos (Anker & Krill, 2021).

Informes a nivel nacional en EE.UU. dan cuenta de las tasas especialmente altas de depresión, ansiedad y abuso de sustancias entre abogados, así como altas tasas de deserción, particularmente entre las mujeres. Para obtener más información, investigadores condujeron un estudio sobre los factores relacionados con el trabajo que pueden predecir el estrés (debido a sus vínculos con la depresión y la ansiedad como causa y consecuencia), el consumo problemático de alcohol y el agotamiento entre los abogados.

Qué metodología usaron

Con ese objetivo enviaron una encuesta al azar a 80.000 personas matriculadas en la Asociación de Abogados de California y el Colegio de Abogados del D.C. Bar, sobre los factores relacionados con el trabajo que pueden predecir el estrés (debido a sus vínculos con la depresión y la ansiedad como causa y consecuencia), el consumo problemático de alcohol y el agotamiento entre los abogados. Un total de 2.863 hombres y mujeres que actualmente trabajan como abogados respondieron a la encuesta. Las mujeres representaron aproximadamente el 51% de la muestra final. 

Resultados

  • Hombres y mujeres difieren en general tanto en la prevalencia de estos problemas (estrés, abuso de sustancias y desgaste) como en el grado en que los factores del lugar de trabajo contribuyeron a los problemas.
  • El 67% de la muestra informó que trabajaba más de 40 horas a la semana, y casi el 25% informó que trabajaba más de 51 horas a la semana en promedio. 
  • Los abogados más jóvenes tenían entre 2 y 4 veces más probabilidades que sus colegas mayores de informar sobre estrés moderado o alto. 
  • El compromiso excesivo con el trabajo se asoció con el estrés tanto para hombres como para mujeres, pero esta relación fue más fuerte para las mujeres. 
  • El 30% de los encuestados dieron positivo para consumo de alcohol de alto riesgo (aunque solo el 2% informó haber sido diagnosticado con un trastorno por consumo de alcohol), y hubo una proporción significativamente mayor de mujeres en comparación con los hombres involucrados en el consumo de alcohol de riesgo (56% frente al 44%) y consumo de alcohol de alto riesgo/peligroso (34% frente a 25%). 
  • Finalmente, más mujeres que hombres (24% frente a 17%) contemplaron dejar la profesión debido a problemas de salud mental, agotamiento o estrés. Los predictores de esta respuesta diferían entre los sexos: las mujeres con un alto puntaje de conflicto entre el trabajo y la familia tenían 4,5 veces más probabilidades de irse o considerar dejar la profesión; los hombres que informaron un alto compromiso laboral tenían más del doble de probabilidades de considerar la posibilidad de irse. Curiosamente, los hombres que obtuvieron puntajes altos en la escala de probabilidad percibida de promoción tenían 2.5 veces menos probabilidades de considerar irse, pero no hubo asociación entre estos dos elementos para las mujeres.

Los autores señalan que su encuesta ocurrió durante la pandemia de COVID-19, y aunque hicieron esfuerzos para evaluar cómo esta enfermedad podría haber impactado a sus encuestados al responder la encuesta, así como en sus resultados en general, es probable que todavía haya efectos no contabilizados del presente pandémico. También notaron que su encuesta no preguntó sobre la búsqueda de ayuda en los encuestados; sin embargo, los resultados aún indican claramente que los problemas de salud mental, el abuso de alcohol y las disparidades de género son problemas importantes entre los profesionales del derecho.

Referencia bibliográfica: Anker, J., & Krill, P. R. (2021). Stress, drink, leave: An examination of gender-specific risk factors for mental health problems and attrition among licensed attorneys. PloS One, 16(5), e0250563.https://doi.org/10.1371/journal.pone.0250563

Fuente: Science Daily



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Estrés: ¿Cómo pueden ayudar las frutas y los vegetales?

  • 20/05/2021
  • Alejandra Alonso

Comer cierta cantidad de vegetales y frutas todos los días puede ayudarte a aliviar el estrés. Los resultados de una nueva investigación estrechan el vínculo entre una dieta rica en frutas y vegetales y el bienestar mental. Adicionalmente, es la primera vez que se ven estos resultados en una muestra de adultos de todas las edades.

¿Cómo se realizó el estudio?

Se examinó el vínculo entre el consumo de frutas y verduras y los niveles de estrés de 8689 personas que vivían en Australia, de entre 25 y 91 años, quienes participaban del estudio australiano sobre Obesidad, Diabetes y Estilo de Vida del Instituto Baker de Corazón y Diabetes. 

El consumo dietario fue evaluado utilizando el cuestionario sobre frecuencia de comida. El estrés se evaluó utilizando un cuestionario validado (cuestionario de estrés percibido, PSQ). También se midieron los carotenoides en una submuestra de 1187 personas. Para ello se utilizó cromatografía líquida.

¿Qué encontraron?

Observaron que las personas cuyo consumo de frutas y verduras era de al menos 470 gramos diarios, reportaron una reducción del 10% en sus niveles de estrés, comparados con aquellos que consumían menos de 230 gramos.

Las frutas y vegetales contienen nutrientes muy importantes como las vitaminas, minerales, flavonoides y carotenoides que pueden reducir la inflamación y el estrés oxidativo. Se sabe que estos dos últimos son factores que pueden contribuir a un incremento del estrés y la ansiedad y a un pobre estado de ánimo.

Los mecanismos a través de los cuales las frutas y verduras influyen en los niveles de estrés son todavía poco claros, pero resultados como estos animan a seguir investigando la relación entre la dieta (especialmente una rica en consumo de frutas y vegetales) y sus beneficios para la salud mental.

Referencia del estudio: Simone Radavelli-Bagatini, Lauren C. Blekkenhorst, Marc Sim, Richard L. Prince, Nicola P. Bondonno, Catherine P. Bondonno, Richard Woodman, Reindolf Anokye, James Dimmock, Ben Jackson, Leesa Costello, Amanda Devine, Mandy J. Stanley, Joanne M. Dickson, Dianna J. Magliano, Jonathan E. Shaw, Robin M. Daly, Jonathan M. Hodgson, Joshua R. Lewis. Fruit and vegetable intake is inversely associated with perceived stress across the adult lifespan. Clinical Nutrition, 2021; 40 (5): 2860 DOI: 10.1016/j.clnu.2021.03.043

Fuente: Science Daily



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  • Análisis

Cómo los medios de comunicación pueden estar empeorando la epidemia de salud mental por COVID-19

  • 17/02/2021
  • David Aparicio

Desde que comenzó la pandemia, las tasas de ansiedad en los Estados Unidos se han triplicado y la tasa de depresión se ha cuadruplicado. Ahora las investigaciones sugieren que los medios de comunicación son parte del problema. Ver y leer noticias constantemente sobre COVID-19 puede ser peligroso para su salud mental.

Somos profesores que estudiamos los efectos psicológicos en las personas atrapadas en crisis, violencia y desastres naturales. COVID-19 sin duda califica como una crisis, y nuestro estudio de más de 1.500 adultos estadounidenses mostró claramente que aquellos que experimentan más exposición mediática sobre la pandemia tenían más estrés y depresión.

Es comprensible. La información recurrente de muerte y sufrimiento, y las imágenes de hospitales abrumados y pacientes intubados pueden ser aterradoras. COVID-19 ha creado una epidemia de información; miembros del público están abrumados con más información de la que pueden manejar. Y gran parte de esa información, especialmente en línea, incluye rumores perturbadores, teorías conspirativas y declaraciones sin fundamento que confunden y asustan.

Estrés peor para algunos que otros

Un estudio de junio de 2020 de 5.412 adultos estadounidenses dice que el 40% de los encuestados reportaron problemas de salud mental o consumo de sustancias. Esta constatación no abordaba si los declarantes tenían COVID-19. Desde entonces, algunas personas que tenían COVID-19 ahora están reportando problemas de salud mental que aparecieron dentro de los 90 días después de que su enfermedad disminuyeron.

Cuidar de un familiar o amigo con el virus puede provocar problemas de salud mental, e incluso conocer a alguien con COVID-19 puede ser estresante. Y si un familiar o amigo muere por ello, la ansiedad y la depresión a menudo siguen al dolor. Esto es aún más probable si el individuo muere solo, o si su entierro no es posible debido a la pandemia.

Los trabajadores esenciales, desde hospitales hasta supermercados, tienen un mayor riesgo de problemas de salud mental relacionados con COVID. Esto es particularmente cierto para los trabajadores de la salud que cuidan a los pacientes que finalmente murieron a causa del virus.

Los adultos negros e hispanos también reportan más problemas de salud mental, incluyendo el abuso de sustancias y pensamientos de suicidio. Tener acceso a menos recursos y experimentar el racismo sistémico que atraviesa gran parte de la atención médica de los Estados Unidos puede ser dos de los factores. La pandemia COVID-19 también se entrecruzó con episodios de violencia policial hacia los negros americanos. Esto por sí solo puede haber exacerbado los problemas de salud mental.

Los niños, los adultos jóvenes y los estudiantes universitarios también muestran reacciones de salud mental comparativamente peores. Esto podría deberse a la desconexión que sienten, provocada por el aislamiento de sus compañeros, la pérdida de apoyo de los maestros y la desaparición de la estructura diaria.

Establece límites necesarios

Mantenerse informado es crítico, por supuesto. Pero supervisa la cantidad de medios que está consumiendo y evalúa cómo te afecta. Si está constantemente preocupado, te sientes abrumado, o tienes dificultad para dormir, es probable que estés consumiendo demasiadas noticias sobre el COVID. Si esto te está sucediendo, toma un descanso de las noticias y haz otras actividades que sean importantes para ti.

Los padres deben revisar con frecuencia con los niños para ver cómo se ven afectados. Escuchar y validar sus preocupaciones, y luego proporcionar respuestas honestas a sus preguntas, puede ser enormemente útil. Si un niño tiene dificultades para hablar de ello, el adulto puede comenzar con preguntas abiertas («¿Cómo te sientes acerca de lo que está sucediendo?»). Asegura a los niños que se está haciendo todo lo posible para protegerlos y discutir maneras de mantenerse a salvo: Usa mascarillas, practica la distancia social y lávete las manos.

Por último, puede modelar y fomentar buenas habilidades de afrontamiento para sus hijos. Recuerdale a los jóvenes que las cosas buenas siguen sucediendo en el mundo. Trabajen juntos para enumerar formas saludables de lidiar con el estrés COVID-19. Estas actividades ayudarán a sus hijos a sobrellevar las dificultades, y también será bueno para ti.

Por: J. Brian Houston, profesor de comunicación y salud pública de la Universidad de Missouri-Columbia y Jennifer M. First, profesora de trabajo social en la Universidad de Tennessee.

Artículo publicado en The Conversation y cedido para su re-publicación en Psyciencia.



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Autoestima y burnout en enfermeras

  • 07/01/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Doce meses han pasado desde el inicio de la pandemia por coronavirus en Wuhan, China. Durante este periodo, las y los trabajadores de la salud han estado exigidos y sobreexigidos, desempeñando sus tareas en un contexto donde la amenaza de un virus potencialmente mortal añade aún más estrés al compromiso de hacer todo lo posible en favor de la salud de los pacientes.

El burnout, agotamiento o estrés laboral, implica pérdida de entusiasmo por el trabajo (agotamiento emocional), una sensación de pesimismo (despersonalización) y una menor sensación de realización personal. En el ámbito de la enfermería tiene una prevalencia que va desde el 10% hasta el 56% en diferentes países; en China la prevalencia reportada es del 37% (Kanai-Pak et al., 2008). A partir de estos datos, un equipo de investigadores quiso evaluar la relación entre la autoestima y el burnout así como la relación esfuerzo-recompensa versus favorabilidad al entorno laboral, entre enfermeras chinas (Kabakleh et al., 2020).

Métodología

Con este objetivo, realizaron un estudio transversal en tres hospitales con una muestra de 487 enfermeras (edad media: 38,8 ± 7,1 años). Utilizaron cuatro cuestionarios validados en la evaluación del agotamiento/burnout, la autoestima, la relación esfuerzo-recompensa y la preferencia del lugar de trabajo de enfermería: el Inventario de Burnout de Maslach (MBI), el cuestionario de autoestima de Rosenberg, el cuestionario de desequilibrio esfuerzo-recompensa (ERI) y las escalas de ambiente laboral (WES).

Hallazgos

  • Una mayor autoestima se asoció con un menor nivel de agotamiento emocional y un nivel más bajo de despersonalización.
  • La relación entre la autoestima y el logro personal no alcanzó significación estadística.
  • Una relación esfuerzo-recompensa más alta se asoció con una menor probabilidad de que las enfermeras consideraran favorable su entorno laboral.

Explican los autores q ue el estrés laboral podría ser el resultado de factores directos relacionados con el trabajo, como la sobrecarga de trabajo, los conflictos de roles, la falta de promociones y ascensos, las malas relaciones con los colegas y las dificultades financieras, entre otros. Estos factores podrían verse agravados por factores individuales como la baja autoestima y factores extraorganizacionales como problemas familiares y crisis de la vida.

La irritabilidad, la fatiga, el abandono del trabajo y el suicidio pueden ser consecuencias del estrés laboral (Kim et al., 2018). Otras investigaciones han encontrado que entre las muchas tensiones ocupacionales que afectan a la fuerza laboral de enfermería están las recompensas materiales e inmateriales deficientes, las condiciones laborales desfavorables y el burnout (Kocalevent et al., 2020).

Basados en estos hallazgos, los autores recomiendan la implementación de programas de intervención psicosocial y modificaciones en las políticas de enfermería para mejorar el desequilibrio esfuerzo-recompensa entre las enfermeras chinas.

Referencias bibliográficas:

  • Kabakleh, Y., Zhang, J.-P., Lv, M., Li, J., Yang, S., Swai, J., & Li, H.-Y. (2020). Burnout and associated occupational stresses among Chinese nurses: A cross-sectional study in three hospitals. PloS One, 15(9), e0238699. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0238699
  • Kanai-Pak, M., Aiken, L. H., Sloane, D. M., & Poghosyan, L. (2008). Poor work environments and nurse inexperience are associated with burnout, job dissatisfaction and quality deficits in Japanese hospitals. Journal of Clinical Nursing, 17(24), 3324-3329. https://doi.org/10.1111/j.1365-2702.2008.02639.x
  • Kim, S.-Y., Shin, D.-W., Oh, K.-S., Kim, E.-J., Park, Y.-R., Shin, Y.-C., & Lim, S.-W. (2018). Gender Differences of Occupational Stress Associated with Suicidal Ideation among South Korean Employees: The Kangbuk Samsung Health Study. Psychiatry Investigation, 15(2), 156-163. https://doi.org/10.30773/pi.2017.05.31.1
  • Kocalevent RD, Pinnschmidt H, Nehls S, Boczor S, Siegert S, Scherer M, et al. . Psychotherapie, Psychosomatik, medizinische Psychologie. 2020. Epub 2020/01/18. pmid:31952095.

Fuente: Plos ONE



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La fatiga mental puede impactar en el rendimiento físico, técnico y en la toma de decisiones cuando se practican deportes o actividad física

  • 05/01/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Las actividades que requieren de una alta vigilancia por parte de quien las realiza son estresantes y van acompañadas de un arduo trabajo mental (Warm et al., 2008). Esto puede producir fatiga mental que, a diferencia de la fatiga física, refiere a un estado psicobiológico en el que las personas manifiestan alteraciones subjetivas, conductuales y fisiológicas inducidas por tareas mentales prolongadas o excesivamente exigentes. Investigaciones anteriores encontraron que esta fatiga tiene efectos en la resistencia muscular, la fatiga física y la recuperación en ejercicios de abducción estática del hombro, así como en el rendimiento motor (fuerza) durante un ejercicio de agarre submáximo, y sobre el rendimiento físico (tiempo hasta el agotamiento) durante ejercicios de ciclismo de alta intensidad (Marcora et al., 2009; Mehta & Agnew, 2012; Mehta & Parasuraman, 2014).

Durante un partido de fútbol, los jugadores deben procesar de forma constante una gran variedad de información que cambia continuamente: la posición del balón, los oponentes y los compañeros de equipo. El rendimiento de la toma de decisiones de los jugadores resultantes está vinculado a la capacidad de ajustar el posicionamiento en función del conocimiento del entorno circundante. Por lo tanto, es necesario que los jugadores se concentren en la información más relevante antes de poner en práctica su respuesta. Esta condición aumenta las demandas mentales y físicas que implican una consecuencia negativa en el desempeño técnico y táctico del individuo. Teniendo esto presente, un equipo de investigadores quiso saber qué efectos tendría la fatiga mental en el rendimiento físico, técnico y en la toma de decisiones en partidos de fútbol 5 (5 contra 5) en espacios reducidos, con arqueros (Trecroci et al., 2020).

Metodología

En el estudio participaron diez jugadores de fútbol sub-élite (tres defensores, cuatro mediocampistas y tres delanteros) del mismo equipo U19 (de una academia de fútbol semiprofesional). Un jugador (mediocampista) se retiró al comienzo del período experimental por razones externas. Por lo tanto, completaron el estudio nueve jugadores (edad, 17,6 ± 0,5 años; altura, 1,81 ± 4,4 m; masa corporal, 68,5 ± 6,2 kg).

Los investigadores utilizaron los siguientes criterios de exclusión: haber sufrido lesiones en las extremidades inferiores en el último año, volumen de entrenamiento inadecuado en las ocho semanas anteriores (menos de cuatro sesiones de entrenamiento por semana y al menos un día de partido de fin de semana), antecedentes de enfermedad febril y consumo de medicamentos durante al menos seis meses antes del estudio. Todos los participantes estaban acostumbrados óptimamente a entrenamientos exigentes y partidos oficiales antes del estudio.

Para investigar los efectos de la fatiga mental en el rendimiento, dentro del contexto de un partido de tamaño y en lugar reducidos, los investigadores utilizaron un diseño de contrapezo cruzado y aleatorio. Los jugadores fueron emparejados por su posición de juego y luego asignados aleatoriamente a uno de dos grupos. El grupo uno realizó una tarea de fatiga mental en el primer día de prueba y una tarea de control en la segunda ocasión de prueba, mientras que el grupo dos se sometió a la tarea control en el primer día de prueba y a la tarea de fatiga mental en el segundo día de prueba. Además, dos arqueros participaron en esta investigación solo durante los juegos reducidos, pero no fueron evaluados.

Los jugadores participaron de dos juegos cortos en dos ocasiones. La actividad física, el rendimiento técnico y la toma de decisiones de los jugadores se obtuvieron durante los juegos reducidos mediante GPS y video scouting.

Hallazgos

Los resultados mostraron que la distancia en aceleración cubierta por minuto, los pases negativos, la precisión de los pases y la precisión de los tiros tenían más probabilidades de verse menoscabados después de un protocolo de fatiga mental, en comparación con la tarea de control. El rendimiento en la toma de decisiones de los pases negativos, la precisión de los pases y la precisión del dribbling también tenían más probabilidades de verse disminuidos en comparación con la tarea de control.

Estos hallazgos demostraron que la fatiga mental tuvo un impacto en el rendimiento de la toma de decisiones técnicas, derivadas del GPS y específicas del fútbol durante el juego reducido.

Según los autores, sería aconsejable evitar las tareas cognitivamente exigentes antes de realizar actividades específicas de fútbol para preservar la actividad física, las habilidades técnicas y de toma de decisiones de los jugadores.

Referencias bibliográficas:

Marcora, S. M., Staiano, W., & Manning, V. (2009). Mental fatigue impairs physical performance in humans. Journal of Applied Physiology, 106(3), 857-864. https://doi.org/10.1152/japplphysiol.91324.2008

Mehta, R. K., & Agnew, M. J. (2012). Influence of mental workload on muscle endurance, fatigue, and recovery during intermittent static work. European Journal of Applied Physiology, 112(8), 2891-2902. https://doi.org/10.1007/s00421-011-2264-x

Mehta, R. K., & Parasuraman, R. (2014). Effects of mental fatigue on the development of physical fatigue: a neuroergonomic approach. Human Factors, 56(4), 645-656. https://doi.org/10.1177/0018720813507279

Trecroci, A., Boccolini, G., Duca, M., Formenti, D., & Alberti, G. (2020). Mental fatigue impairs physical activity, technical and decision-making performance during small-sided games. PloS One, 15(9), e0238461. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0238461

Warm, J. S., Parasuraman, R., & Matthews, G. (2008). Vigilance requires hard mental work and is stressful. Human Factors, 50(3), 433-441. https://doi.org/10.1518/001872008X312152

Fuente: Plos ONE



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Mindfulness: impacto positivo en la salud mental de docentes durante el brote de COVID-19 en Italia

  • 16/12/2020
  • Maria Fernanda Alonso

Un virus potencialmente mortal se disemina a lo largo y ancho del planeta. Las autoridades se ven obligadas a disponer medidas estrictas de aislamiento y distanciamiento social, cierre de ciertos sectores de la economía y suspensión de las actividades académicas presenciales, para controlar la velocidad de propagación según las recomendaciones de asesores especializados en salud pública. Los niveles de estrés, angustia y ansiedad aumentan en la población mundial, de modo imprevisto.

En un contexto donde lo aconsejable es el distanciamiento, las comunicaciones a través de dispositivos toman mayor protagonismo; así también el desarrollo de tareas laborales que pueden adaptarse a la modalidad de teletrabajo.

Cuando el virus comenzaba a esparcirse por el mundo, un equipo de investigadores se encontraba explorando el potencial de la atención plena (mindfulness) para mejorar el bienestar de docentes italianas y reducir el agotamiento. La irrupción de la pandemia les brindó la oportunidad de investigar la efectividad de una intervención basada en mindfulness en un contexto específico de emergencia de salud pública (Matiz et al., 2020).

Metodología

La muestra se compuso con 58 docentes de Italia, con una edad media de 50 años que participaron en un programa de formación de meditación orientada a la atención plena (MOM), con una duración de 8 semanas. Este programa incluyó enseñanzas sobre meditación, discusiones en grupo y 30 minutos de práctica diaria de meditación en el hogar. Las dos primeras lecciones se llevaron a cabo entre grupos presenciales, pero las medidas de distanciamiento social hicieron que las seis reuniones restantes fueran reemplazadas por lecciones en video de 30 minutos a las que los maestros accedían desde casa.

Las participantes completaron diversas evaluaciones psicológicas antes de comenzar el entrenamiento en mindfulness y fueron reevaluados al final del programa con el objeto de capturar cualquier cambio.

Hallazgos

Los investigadores encontraron que, en general, las docentes mostraron mejoras en la ansiedad, depresión, bienestar psicológico (medido por la autonomía, el dominio del entorno y las relaciones positivas con los demás), la empatía afectiva, la evitación de daños y el agotamiento. Además, las evaluaciones que realizaron las participantes sobre el curso indicaron que la práctica de meditación les ayudó «mucho» durante el período de aislamiento, y no tener estas prácticas habría hecho que este período de tiempo fuera «un poco peor».

Los altos niveles de adherencia de las docentes pueden haber sido el fundamento de tales resultados, señalan los autores, ya que la investigación sugiere que la efectividad de los programas MOM está relacionada con la cantidad de meditación practicada, y las personas que participaron en el estudio completaron aproximadamente el 88% de las prácticas en el hogar. La intervención también pudo haber sido particularmente efectiva ya que fue en parte preventiva, dado que la intervención comenzó antes del brote de COVID-19.

Los investigadores señalan que su estudio ofrece evidencia de que las intervenciones basadas en la atención plena no solo pueden mitigar potencialmente las consecuencias de una crisis de salud pública, sino que pueden hacerlo incluso cuando se llevan a cabo de forma remota, ya que las 6 semanas finales del programa fueron conducidas a través de videos en línea.

Dado que no hubo un grupo de control, los autores no pueden confirmar que los cambios positivos observados se debieran al programa de mindfulness. A la luz de esto, los autores enfatizan lo notable de los hallazgos, diciendo que «no tenemos conocimiento de ningún estudio que informe un mejor bienestar psicológico al comparar a las personas durante el brote de Covid-19 con su condición anterior».

Referencia bibliográfica: Matiz, A., Fabbro, F., Paschetto, A., Cantone, D., Paolone, A. R., & Crescentini, C. (2020). Positive Impact of Mindfulness Meditation on Mental Health of Female Teachers during the COVID-19 Outbreak in Italy. International Journal of Environmental Research and Public Health, 17(18). https://doi.org/10.3390/ijerph17186450

Fuente: Psypost



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Las redes sociales te dan estrés? Es porque te hacen volver a ellas una y otra vez

  • 08/12/2020
  • The Conversation

Si alguna vez está deseando que lleguen las vacaciones porque podrá apagar su teléfono inteligente, entonces tal vez esté sufriendo de «tecnoestrés» en las redes sociales. El flujo constante de mensajes, actualizaciones y contenido que las aplicaciones de redes sociales envían directamente a nuestros bolsillos a veces puede parecer una sobrecarga social, invadiendo su espacio personal y obligándolo a responder para mantener amistades.

Pensaría que una respuesta obvia a este problema sería dejar de usar nuestros dispositivos o eliminar las aplicaciones. Pero hemos publicado recientemente una investigación que muestra que, cuando nos enfrentamos a esta presión, muchos de nosotros terminamos profundizando y usando nuestros teléfonos con más frecuencia, a menudo de forma compulsiva o incluso adictiva.

La sabiduría convencional implica que cuando las personas se enfrentan a una situación social estresante, por ejemplo, una discusión con alguien, afrontan el estrés distanciándose. Salen a caminar, salen a correr, juegan con sus hijos. Pero cuando las situaciones estresantes se derivan del uso de las redes sociales, encontramos que las personas tienden a adoptar una de dos estrategias de afrontamiento muy diferentes.

Encuestamos a 444 usuarios de Facebook de Alemania tres veces durante un año para averiguar cómo respondían al estrés técnico de las redes sociales. A veces, como podríamos haber esperado, se distraían o se distraían con actividades no relacionadas como pasatiempos. Pero en contra de la intuición, descubrimos que era más común que las personas se distraeran usando las redes sociales aún más.

Las aplicaciones de redes sociales y los sitios web son lo que llamamos tecnologías ricas en funciones, lo que significa que hay muchas formas de usarlas. En Facebook, puede jugar, leer las noticias, planificar unas vacaciones mirando publicaciones relacionadas con viajes o charlar con sus amigos. Cada una de estas acciones se realiza en un contexto diferente y lo lleva a un ámbito diferente dentro de la aplicación. Esto le permite ver una sola aplicación de diferentes formas.

Entonces, si, por ejemplo, experimentas estrés técnico en las redes sociales por la publicación de un amigo sobre la crueldad hacia los animales o por perder un juego, puedes «alejarte» de ese estrés al desviar tu atención hacia algo más agradable y relajante dentro de la aplicación.

Tales desviaciones parecen inofensivas al principio. Pero pueden arrastrarte a un bucle interminable de tecnoestrés en las redes sociales y desviación de las redes sociales que te mantiene atascado en la fuente de tu estrés. Esto incluso puede formar un síntoma de adicción, en el que constantemente busca una solución a corto plazo de lo que le está causando problemas a largo plazo. De manera alarmante, descubrimos que cuanto más use las redes sociales, más probabilidades tendrá de hacer esto.

La preocupación por los posibles efectos negativos de las redes sociales ha llevado a los gobiernos a comenzar a actuar para proteger a los ciudadanos. Por ejemplo, los legisladores estadounidenses han propuesto prohibir las funciones de las redes sociales que pueden tener propiedades adictivas, como la transmisión de contenido infinito y la reproducción automática de videos.

Sin embargo, aunque estas funciones pueden estar diseñadas para que las personas sigan utilizando las redes sociales durante más tiempo, también está claro que es la forma en que las personas usan sus aplicaciones y cómo reaccionan a las redes sociales lo que determina los efectos dañinos. Si las personas ven las redes sociales como un destructor de estrés y también como un generador de estrés, entonces es más probable que aumenten su uso en respuesta a la presión que generan.

El primer paso para abordar este tipo de reacción es la conciencia. Si podemos ser más conscientes de todas las diferentes formas en que nos comportamos en las redes sociales, será más probable que separemos los efectos dañinos de los más benignos y, por lo tanto, evitemos su uso de forma dañina.

Por lo tanto, la próxima vez que sienta el estrés técnico de las redes sociales, podría ser mejor dejar su teléfono en lugar de buscar refugio. De lo contrario, antes de que te des cuenta, es posible que hayas pasado minutos o incluso horas de tiempo “muerto” sin hacer otra cosa que pasar de una función a otra para divertirte.

Artículo publicado por Monideepa Tarafdar, Christian Maier, y Sven Laumer en The Conversation y cedido para republicación en Psyciencia.com.



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Diferencias de sexo en la demencia: el nivel de educación y las experiencias de angustia psicológica podrían tener efectos mediadores

  • 30/11/2020
  • Maria Fernanda Alonso

A los 65 años de edad, se prevé que 1 de cada 7 hombres desarrollará Alzheimer durante el resto de su vida, lo que genera un riesgo de por vida de aproximadamente el 14%; por su parte, la estimación correspondiente para las mujeres es del 20% (Nebel et al., 2018; S. Seshadri et al., 1997; Sudha Seshadri & Wolf, 2007). Un gran cuerpo de evidencia sugiere que las mujeres tienen mayor riesgo de desarrollar cualquier demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer. El número de personas que viven con demencia actualmente está aumentando, y se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública a nivel global. Se estima que la enfermedad de Alzheimer representa el 50-70% de todos los casos, y la mayoría de las personas que viven con demencia tienen multimorbilidad que implica cambios relacionados con el Alzheimer en combinación con otras patologías, particularmente cambios cerebrovasculares.

Científicos han determinado que el mayor riesgo de demencia de por vida entre las mujeres generalmente es atribuible a su mayor esperanza de vida. Sin embargo, es probable que el impacto del sexo y la consiguiente inequidad de género tenga otras facetas que contribuyen de igual forma al desarrollo de demencia: sobre todo por las desigualdades históricas en el acceso a la educación entre los sexos y los gradientes socioeconómicos y de género en factores de riesgo como el estrés, la depresión y el aislamiento social.

Para indagar este asunto, investigadores buscaron averiguar si las diferencias en el logro educativo (entendido como el nivel de educación alcanzado) y las experiencias de angustia psicológica general median la asociación entre el sexo femenino y la demencia.

Metodología

Los autores utilizaron datos obtenidos a través del Estudio de cohorte de nacimientos H70 de Gotemburgo y el Estudio de poblaciones prospectivas en mujeres (n = 892).  Los datos se analizaron mediante análisis factorial confirmatorio y modelado de ecuaciones estructurales con medias de mínimos cuadrados ponderados y estimación de varianza ajustada.

Por otra parte, la angustia psicológica general fue indicada por una variable latente y construida a partir de cinco elementos manifiestos (depresión previa, estrés, autoestima, soledad crónica y satisfacción con la situación social) que se midieron al inicio del estudio.

Resultados

  • Sólo el 11,9% de las mujeres de la muestra tenían educación secundaria o universitaria, mientras que el número correspondiente entre los hombres era del 26,9% (p <0,001).
  • Un mayor porcentaje de mujeres (32,3 frente a 20,0%) informaron que habían sufrido depresión anteriormente en la vida o que habían experimentado soledad crónica (13,7% frente a 6,8%). Se observó una diferencia de sexo similar para «período(s) de estrés prolongado», aunque esta asociación no alcanzó significación estadística.
  • Las calificaciones de las mujeres sobre su propia autoestima eran generalmente más bajas que las de los hombres, pero estaban algo más satisfechas con su situación social. Finalmente, durante los cinco períodos de tiempo especificados, una mayor proporción de mujeres (18,5%) que de hombres (9,1%) desarrolló demencia.

Si bien los resultados no pudieron corroborar que la educación medie directamente el efecto del sexo en la demencia, el nivel de angustia fue predicho tanto por la variable de sexo femenino (0.607, p <.001) y educación (- 0.166, p <.01) y, a su vez, demostró estar asociado significativamente con la demencia (0.167, p <.05), lo que se mantuvo después de controlar los factores de confusión. Cuando se incrementó el tiempo desde el inicio hasta el diagnóstico mediante la exclusión secuencial de los casos de demencia, el efecto de la angustia sobre la demencia dejó de ser significativo (Hasselgren et al., 2020).

Los investigadores concluyen que la desventaja social predice la angustia psicológica general, que por lo tanto constituye una vía potencial, y rara vez reconocida, entre el sexo femenino, la educación y la demencia.  Además, subrayan la importancia de prestar atención tanto a la educación como a la angustia como fenómenos «de género» al considerar la naturaleza de sus asociaciones con la demencia.

Sin embargo, señalan que se debe reconocer la posibilidad de sesgo de causalidad inversa y enfatizan la necesidad de estudios longitudinales con un seguimiento más prolongado.

Referencia bibliográfica:

  • Hasselgren, C., Ekbrand, H., Halleröd, B., Mellqvist Fässberg, M., Zettergren, A., Johansson, L., Skoog, I., & Dellve, L. (2020). Sex differences in dementia: on the potentially mediating effects of educational attainment and experiences of psychological distress. BMC Psychiatry, 20(1), 434. https://doi.org/10.1186/s12888-020-02820-9
  • Nebel, R. A., Aggarwal, N. T., Barnes, L. L., Gallagher, A., Goldstein, J. M., Kantarci, K., Mallampalli, M. P., Mormino, E. C., Scott, L., Yu, W. H., Maki, P. M., & Mielke, M. M. (2018). Understanding the impact of sex and gender in Alzheimer’s disease: A call to action. En Alzheimer’s & Dementia (Vol. 14, Número 9, pp. 1171-1183). https://doi.org/10.1016/j.jalz.2018.04.008
  • Seshadri, S., & Wolf, P. A. (2007). Lifetime risk of stroke and dementia: current concepts, and estimates from the Framingham Study. Lancet Neurology, 6(12), 1106-1114. https://doi.org/10.1016/S1474-4422(07)70291-0
  • Seshadri, S., Wolf, P. A., Beiser, A., Au, R., McNulty, K., White, R., & D’Agostino, R. B. (1997). Lifetime risk of dementia and Alzheimer’s disease. The impact of mortality on risk estimates in the Framingham Study. Neurology, 49(6), 1498-1504. https://doi.org/10.1212/wnl.49.6.1498

Fuente: BMC Psychiatry



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