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Publicaciones por mes

octubre 2013

48 Publicaciones
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[Argentina] ¡Feliz día del Psicólogo!

  • David Aparicio
  • 13/10/2013

¡Feliz día del psicólogo! para todos nuestros colegas que eligieron esta difícil pero satisfactoria profesión. De parte de todo el equipo de Psyciencia.

Aquí un vídeo de Les Luthiers para reírnos y conmemorar nuestro día. ¡Que lo disfruten!

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

(Vídeo) Mensaje de tu hijo

  • Eugenia Bolognese
  • 11/10/2013

Los vídeos sobre vínculo madre-padre/hijo me resultan enriquecedores y en alguna ocasión los utilizo como una herramienta más de la entrevista a padres…me voy aggiornando a la época.

A veces propongo juegos con los mismos padres, a veces solo con la palabra no alcanza, a veces encuentro emociones que no saben cómo ser expresadas. Una sonrisa de esos padres, un asumir que están «sobrepasados», que no «saben como poner un límite», una lágrima que cuesta salir y se esconde por ahí. Todo esto denota una demanda (parafraseando a Jacques Lacan) que en el fondo es demanda de AMOR.

Amor que cada vez cuesta más demostrar, amor que a veces se transforma en golpes, en insultos, amor que a veces asfixia, amor que no conoce fronteras y amor que simplemente reúne las cosas más básicas (aunque a veces algunos papás consideran que demostrar amor tiene un precio y «se puede comprar»). Amor que queda plasmado en estos pocos minutos que dura el vídeo.

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  • Salud Mental y Tratamientos

6 cosas que aprendí para lidiar con una situación que no esperaba en una visita domiciliaria

  • Jorge Ayala Salinas
  • 11/10/2013

En el anterior post compartí 6 cosas que aprendí haciendo visitas a domicilio y hoy quiero compartir otras seis que aprendí cuando las cosas no salían tal como las había imaginado. Son situaciones que podrían paralizarnos y arruinar nuestra visita, así que me parece que podrían resultar útiles, sobretodo cuando no somos bien recibidos por esa persona para la que se ha solicitado la visita, y también en situaciones donde tenemos que realizar estas visitas como parte del servicio de protección al menor o de algún juzgado: visitas obligatorias. Veamos que te parecen:

1. Normalizar todo lo que persona pueda mostrar y sentir como negativo en este momento.

En ocasiones, llegamos a la visita y la persona no ha sido informada. La reunión ha sido pactada por algún familiar sin el menor consentimiento de la persona, que muestra su rechazo, en ocasiones hostilidad, y su apertura sólo como una manera de mostrar algo de cortesía o responder a la presión de la familia.

Seguro, nos gustaría que en cada visita nos recibieran de la mejor forma, en un ambiente diferente, pero esto no siempre sucede. El desacuerdo, que toma sus formas en la frustración y la amargura, puede estar presente. Y uno no tiene que defenderse, sólo escuchar con calma, atentamente, honrando la percepción de la persona y apreciando su punto de vista y las quejas que pueda tener, junto con todos los desacuerdos. El problema no es con nosotros, es con la forma cómo ha sido pactada esta visita.

2. Cuando la persona esté más calmada, comparte tu admiración por este deseo inicial de conservar su privacidad.

Si lo miramos desde esta perspectiva, podemos entender esta reacción inicial a la visita como un deseo de la persona por mantener su independencia y tomar sus propias decisiones. Si descubrimos esto: ¡que mejor que mostrar que estamos de acuerdo! ¿Cómo? Valorando la decisión de la persona, mostrando nuestra comprensión y compartiendo ese deseo de independencia y voluntad de tomar sus propias decisiones. Luego, podemos curiosear un momento sobre todo lo que involucre esta historia: ¿Qué otras acciones ha emprendido la persona donde haya vuelto a mostrar esta independencia? ¿Dónde aprendió a ser una persona independiente? ¿Cuándo empezó a tomar sus propias decisiones y a elegir lo que es mejor para ella?

Hasta aquí tan solo una aclaración útil: la mejor forma de decir algo sincero es creyéndolo. No finjas, no digas algo que no sientes.

3. Luego, preguntar de qué manera cree que podemos ayudar.

Podemos hacer preguntas como: ¿Aceptaría que yo viniese a colaborar contigo periódicamente? ¿Has considerado ya la mejor forma en que puedo ayudarte? ¿Has llegado a alguna conclusión en estos breves minutos? ¿Puedes intuir de qué manera podemos hacerlo? ¿Cómo puedo ayudarte sin que llegues a sentir que estoy invadiendo tu privacidad? ¿Cómo puedo ayudarte a mantener esta independencia?

4. Distanciate o desmárcate del blanco de la ira de esta persona.

Generalmente, cuando la persona no toma agradablemente nuestra visita es porque en el pasado ha vivido alguna experiencia amarga con un servicio psicológico u hospitalario. Así que, si tienes el privilegio de no trabajar en alguna de estas instituciones, desmárcate de ellas (y si trabajas en una de ellas y realmente estás en desacuerdo con alguna de estas formas de operar, compartir tu punto de vista con sinceridad puede ser bien valorado por la persona) y distánciate de estos protocolos. Si la persona siente que ha sufrido maltrato en alguna clínica o en algún hospital, en las formas más comunes del diagnóstico y el etiquetaje, ¡desmárcate de esta situación! En momentos como este, a mi me gusta compartir las experiencias que yo también he tenido con estas instituciones y con las que de ninguna manera he estado de acuerdo, y he sentido que violentaban mis intereses. Y he descubierto que cuando esto es genuino, la simpatía es inmediata, y se construye una suerte de complicidad -complicidad en la línea señalada fascinantemente por el antropólogo George Marcus- muy útil para nuestra relación. Muchas personas desean encontrar un profesional que piense no de la misma manera que ellas, pero con el que si puedan coincidir comúnmente, sobretodo en temas relacionados con la solidaridad y la justicia.

5. Que la persona tenga la oportunidad de elegir en qué espacio de la casa vamos a sostener las conversaciones.

También compartirle la libertad de salir de la habitación o movernos hacia otro espacio cuando considere necesario.

6. No te sientas comprometido a tener que usar cada uno de estos pasos si estás expuesto a violencia o algún tipo de agresión que no puedas controlar.

Tienes el derecho de retirarte.

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  • Salud Mental y Tratamientos

El estrés puede reducir la efectividad de la regulación cognitiva

  • Alejandra Alonso
  • 10/10/2013

En un estudio reciente, se investigó si la regulación cognitiva, una técnica muy utilizada para reducir el miedo o la ansiedad en la Terapia Cognitivo Conductual, seguiría siendo efectiva bajo situaciones de estrés. Sus hallazgos sugieren que la técnica investigada podría necesitar ajustes.

Algunos estudios (estudios 1 y 2) encontraron que justo cuando el autocontrol es crítico (por ejemplo, en situaciones aterradoras o traumáticas) el estrés incapacita a las partes del cerebro que son esenciales para mantenerse racional. Eso significa que algunas técnicas de la Terapia Cognitivo Conductual pueden fallar a los pacientes cuando más necesitan de estas habilidades de afrontamiento.

“El estudio es un llamado a la reflexión y una demostración sorprendentemente simple de posiblemente una limitación muy común y crucial en las técnicas de reestructuración cognitiva, como las que se aprenden en TCC”, dice Keith Laws, profesor de psicología de la Universidad de Hertfordshire en Inglaterra, quien no estaba asociado al estudio.

Metodología de la investigación

La investigación contó con 78 sujetos que gozaban de buena salud y no tenían historial de fobias o trastornos de ansiedad previos.

Los participantes se sometieron a un paradigma de condicionamiento por miedo, mediante la utilización de imágenes como estímulo condicionado y descargas eléctricas moderadas en la muñeca como estímulo incondicionado.

En el primer día una imagen era acompañada de una descarga eléctrica en un subconjunto de ensayos, pero en el otro no era seguido de nada (este último sirvió como medida de referencia de la excitación). Luego del condicionamiento por miedo, los participantes reportaron tres emociones que estaban asociadas con cada estímulo condicionado y calificaron la intensidad de las emociones en una escala que iba del 1 (menor intensidad) al 10 (mayor intensidad).

Algunas técnicas de la Terapia Cognitivo Conductual, pueden fallar a los pacientes cuando más necesitan. 

Posteriormente se entrenó a los participantes para utilizar una estrategia de regulación cognitiva que incluyó elementos de reevaluación y estaba basado en uno de los principios de la TCC. Esta regulación ha demostrado en trabajos previos que puede atenuar persistentemente el miedo condicionado comparado con el miedo prolongado visto en los participantes que estaban en las pruebas de control.

Luego del entrenamiento, los participantes volvieron a calificar la intensidad de las emociones que habían reportado y se les pidió que volvieran al día siguiente para realizar la misma tarea de condicionamiento de miedo utilizando las técnicas de regulación recientemente adquiridas.

Las estrategias de afrontamiento ayudaron a los participantes a reconocer cómo sus pensamientos influían sobre sus sentimientos y se les ayudó a replantear la experiencia temida para reducir el impacto de los pensamientos negativos. Así, por ejemplo, en vez de anticipar el dolor de las descargas y preocuparse sobre cuánto durarían, se los instruyó para que se distrajeran y vieran la experiencia como una molestia y no como una experiencia penosa. “La idea es que la forma en que elegís ver la situación puede alterar tu respuesta,” dice la coautora del estudio, Elizabeth Phelps, profesora de psicología en la Universidad de New York.

Esa es la forma en que se supone que trabaja la TCC y cientos de estudios han documentado que enseñarles a las personas cómo aprovechar estas habilidades puede ayudarles a luchar contra trastornos de ansiedad y depresión.

Pero algunas técnicas utilizadas por la TCC no funcionan para todas las personas en cualquier situación y Phelps puede haber encontrado una buena razón de por qué. Ella trajo a los pacientes de vuelta al laboratorio luego de su entrenamiento TCC para ver si las técnicas que habían aprendido funcionarían. Para provocar estrés, hizo que la mitad del grupo sumergiera su brazo en agua congelada por 3 minutos (lo que aumentó los niveles de cortisol, la hormona del estrés). El resto de los participantes mantuvo su mano en agua a temperatura ambiente por la misma cantidad de tiempo.

Diez minutos después, todos fueron confrontados con las imágenes que ellos sabían que precedían a las descargas, pero solo el grupo no estresado mostró menos miedo del que sintieron en el experimento inicial.

Conclusiones

Los autores concluyen que: “sólo el grupo no estresado fue capaz de utilizar exitosamente estas técnicas de regulación para disminuir la excitación del miedo posteriormente en el test. En contraste, las respuestas del miedo en el grupo estresado eran comparable a aquellas dadas durante la primer adquisición de miedo, antes del entrenamiento de regulación.”

“Lo que pensamos que está pasando es que, incluso el estrés leve, puede llevar a déficits sutiles en la corteza prefrontal (CPF)”, dice Phelps, refiriéndose al área cerebral responsable del control de las emociones.

El hecho de que el estrés puede abrumar a las áreas cerebrales cognitivas y racionales, no es nuevo (a corto plazo, las hormonas del estrés pueden incapacitar funciones y con exposiciones repetidas, puede incluso matar células cerebrales). “La CPF es una región cerebral muy sensitiva al estrés y muy maleable,” dice Bruce McEwen, profesor de neurociencias en la Universidad Rockefeller, quien editó el estudio para el Proceedings of the National Academy of Science.

La novedad del estudio reside en que la TCC, la cual los investigadores pensaban que podría contrarrestar este efecto, no siempre hace el trabajo. Esto puede deberse a que los científicos no han apreciado plenamente los efectos combinados del miedo y el estrés en el cerebro. En la investigación, el miedo por sí solo no disparaba la respuesta de estrés. Los participantes no mostraron elevaciones en las hormonas del estrés durante la primera parte del experimento, incluso aunque temían las descargas antes de ser entrenados con técnicas de la TCC.

“Sólo el grupo no estresado fue capaz de utilizar exitosamente estas técnicas de regulación.»

Phelps no sugiere que la TCC pueda no ser útil, sino que piensa que su investigación sugiere  que podría requerir práctica para dar resultados exitosos. Bajo estrés, el cerebro de las personas trabaja en modo de piloto automático y reacciones preestablecidas se convierten en la prioridad, mientras que el tipo de pensamiento abstracto, lógico y razonado (el tipo que es fomentado por esta terapia) es reducido. Puede tomar varios ensayos para comprometer activamente a las habilidades TCC y sobreponerse a la respuesta instintiva del estrés ante las crisis. “Una vez que algo se vuelve más automático, depende menos de la CPF. Si practicas realmente y se convierte en segunda naturaleza,` no debería importar mucho”, dice Phels.

Laws sugiere que los resultados también podrían indicar un papel importante de medicaciones tales como los beta bloqueadores, los cuales podrían ser más importantes en ciertos pacientes que no responden inicialmente a la TCC, dado que dichas drogas pueden reducir la respuesta al estrés. Otros investigadores están estudiando una medicación diferente que afecta a la CPF, ya que algunos trabajos indican que la forma en que la CPF es activada en la respuesta de estrés podría distinguir entre pacientes que responden a la TCC y aquellos que no lo harán.

La efectividad de la TCC podría también verse afianzada al introducir un poco de estrés cuando se aprende, para simular mejor un escenario del mundo real. Investigaciones sobre resiliencias conducidas en Navy Seals (marines estadounidenses), encontró que su entrenamiento altamente estresante es crítico para su habilidad de mantenerse racionales bajo coacción. Y se ha demostrado que el estrés moderado mejora el aprendizaje y aumenta la resiliencia. La clave, por supuesto, sería resolver cuánto estrés es suficiente (algo que varía de persona en persona, e incluso de sesión en sesión).

También sería importante considerar no correr a los medicamentos para ver si allí encontramos la solución, sino probar la efectividad de otros tipos de terapia en esta problemática.

Fuentes: Healthland; Proceedings of the National Academy of Science of the United States of America (PDF)
Imagen: Pulse72Plus

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  • Artículos de opinión (Op-ed)

La primera paciente que atendí

  • Patricio Leone
  • 09/10/2013

La primera paciente que atendí, recién, recién recibido, a la segunda sesión, me trajo un chocolate.

Hubiera preferido que me trajera una serpiente de cascabel con Gripe A.

Yo miraba el chocolate, la miraba a Ella, sentía como millares de textos giraban y giraban en mi cabeza, sin que ninguno me diera una respuesta.

Así pasaron interminables 10 segundos, hasta que agarré el chocolate, lo puse al costado del escritorio y le dije:

– Te escucho.

———————————————————————————————————————————————————

Un domingo a la tarde, a punto de raviolar con mi familia, suena mi celular (que no se apaga NUNCA).

– Hola, licenciado. Soy X. Quería despedirme de Usted. Quería decirle que fue muy bueno conmigo y que me llevo el mejor recuerdo suyo. Ahora estoy yendo para el paso a nivel (vías del tren) del que le hablé la otra vez. Gracias por todo.

Otra vez el carrousel de textos en mi cabeza. Mudos. Veloces, pero Mudos.

– Tenés 10 minutos, nada más que 10 minutos para mí? Es lo único que te pido. – le dije.

———————————————————————————————————————————————————

Aguas Verdes. Vacaciones.

Suena mi celular (¿les dije que no se apaga NUNCA?). Una voz femenina me dice:

– Hola, soy la esposa de X, su paciente. Quería felicitarlo porque hizo muy bien su trabajo y logró separarlo de mí. Ahora Usted va a ser el responsable de mi Muerte.

Yo, que ya sabía que el desfile de textos me iba a dejar más en pelotas que una galleta de arroz, apenas atiné a decirle, mientras la señal iba y venía, y la conversación se entrecortaba:

– Hola, X! No veía la hora de hablar con vos! Pero no tenía manera de ubicarte. Tengo muchas cosas para contarte.

———————————————————————————————————————————————————

Algunas anécdotas clínicas. más que viñetas, situaciones.

He cursado con excelentes profesores. excelentes.

Soy un tipo ávido y los libros me tiran.

Pero tengo que reconocerlo: NADA me enseñó tanto como la clínica.

Cuando me recibí, iba muy orondo arriba de mi Pony, creyendo que era la reencarnación de Freud, Marx, Hegel, Lacan y Capote De la Mata (ya que estamos).

Los Pacientes me agarraron, del cogote unos, de la solapa otros, de los huevos varios más, y me pegaron tantos sopapos, que finalmente aprendí.

¿Qué? No sé bien.

Pero aprendí.

Quiero seguir aprendiendo toda la vida.

De los pibes estudiantes y de los viejos colegas.

Pero, sobre todo, de los pacientes.

Hay que ser humildes.

No hay otra.

Publicado previamente en el grupo de Facebook: Psicólogas y Psicólogos de Argentina y cedido por el autor para su publicación en Psyciencia. 

Imagen:  Peter Köves (Flickr)

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  • Salud Mental y Tratamientos

¿Es inferior la calidad de sueño de los niños con autismo?

  • David Aparicio
  • 09/10/2013

Los niños con autismo se despiertan más seguido durante la noche y tienen menos horas de sueño, lo cual podría afectar su desarrollo neuronal. Este fue el descubrimiento de un reciente estudio longitudinal inglés, publicado en el número de Septiembre de la revista Archives of Disease in Childhood.

En la literatura científica se encuentran otras investigaciones que hallaron un vínculo entre el autismo y los problemas de sueño. Sin embargo, se les criticaba la poca cantidad de participantes, falta de definiciones consensuadas y pobre comparabilidad entre los participantes de los estudios.

Para resolver estas limitaciones, un grupo de investigadores de la Universidad de Bristol diseñó su estudio con una muestra longitudinal denominada Avon Longitudinal Study of Parents (ALSPAC ), que evaluó la salud y desarrollo de más de 14.000 niños nacidos en el suroeste inglés, entre los años 1991 y 1992.

En esta muestra se les preguntó a los padres sobre los patrones de sueño de sus hijos (hora en la que iban a dormir, hora en la que se despertaban y cuánto tiempo pasaban durmiendo durante el día), a las edades de 6, 8, 18, 30, 42, 81, 115 y 140 meses de edad. Los investigadores también tomaron en cuenta información clave que provenía de cuestionarios validados de Habilidades Sociales (SCDC) y de inteligencia (WISC-III).

 La pérdida de sueño podría repercutir en el desarrollo neuronal.

El estudio contó con los datos de 73 niños con TEA y 10.704 del grupo control a los 18 meses de edad, pero estos números, como se esperaba, disminuyeron con el tiempo a causa del desgaste de la cohorte. A los 140 meses de edad (11 años) se contó con 39 niños con TEA y 7.043 niños del grupo control.

Los análisis arrojaron los siguientes datos: antes de los 30 meses de edad, no había diferencias en los patrones del sueño entre los dos grupos. Pero desde los 30 meses en adelante, los niños con TEA tendían a dormir menos, con una gran discrepancia de 43 minutos que se mantuvo hasta los 140 meses de edad.  Aunque pasada esta edad la diferencia disminuyó, los niños con TEA seguían durmiendo cerca de 20 minutos menos por día que el grupo control.

Estas diferencias se mantuvieron incluso luego de tomar en cuenta factores que podrían influir en las horas de sueño, como por ejemplo: nacimiento prematuro, bajo peso al nacer, educación materna y clase social. Según los autores, los frecuentes despertares durante la noche podrían haber disminuido la duración total del sueño.

Desde la edad de 30 meses en adelante, los niños con TEA fueron significamente más propensos a despertarse tres o más veces durante la noche en comparación con sus pares del grupo control. Esta diferencia se hizo incluso más notable mientras los niños crecían. En el momento en que los niños tenían 81 meses de edad, más de 1 de cada 10 de los niños con TEA  se despertaron tres o más veces, comparados con sólo el 0.5% de sus pares.

¿Cual es la implicación de estos resultados?

Existe un cuerpo creciente de datos que sugieren que la producción de melatonina (hormona del sueño) puede estar afectada en algunos niños con TEA, siendo esta una posible explicación de los patrones de alteración durante el sueño. Otros autores sostienen que la pérdida de sueño podría repercutir en el desarrollo neuronal. Sin embargo estas son hipótesis sin confirmar.

Los autores creen que, si se logra confirmar que la reducción acumulativa de sueño provoca pérdida neuronal, entonces los niños con TEA podrían beneficiarse incluso de un pequeño incremento de sus horas de sueño. Y también enfatizan la importancia de evaluaciones tempranas del sueño en los niños con TEA, ya que esto permitiría ofrecer apoyo y guía anticipatoria a los padres.

Fuente: Bristol
Imagen: thejbird (Flickr)

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Límites y las palabras de los padres

  • David Aparicio
  • 08/10/2013

Quiero compartir con ustedes dos citas que me encontré en el libro de Fernando Osorio,  Bullying – Matón o Victima ¿Cual es tu hijo?, que explican la función de los límites y de la palabra de los padres como reguladora del descontrol de sus hijos. Espero que les guste tanto como a mí.

Poner límites es frenar el impulso de satisfacción inmediata que pretenden nuestros hijos. Y esto se hace desde que nacen. Si ante el primer llanto le damos siempre la teta o el chupete, nunca nos vamos a enterar qué necesita ese bebé. Lo que estamos haciendo es taponar su manifestación. Por un lado, no nos enteramos realmente qué le pasa o quiere; y por otro lado, frenamos a ese hijo en su intención de hacernos saber que le pasa. Entonces deja de expresarse o siempre vamos a intentarlo hacerlo callar, aunque no sepamos qué le pasa o necesita.

Los padres no les hablamos a nuestros hijos para que nos hagan caso, sino para que aprendan a registrar y a internalizar nuestra palabra y nuestras opiniones como una voz oculta que, llegando el momento justo, funcionará como regulador de sus propios descontroles. Si además en el camino de esta construcción nos hacen caso, mejor.

Imagen:  Evil Erin (Flickr)

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Incrementando la empatía mientras disfrutamos de la literatura de ficción

  • David Aparicio
  • 07/10/2013

Si eres un ávido lector de la literatura de ficción, este artículo te va a gustar.

Un grupo de investigadores ha encontrado un nuevo e importante beneficio de la lectura. Según los análisis de su ensayo publicado en la revista Science, leer novelas de ficción puede mejorar nuestra empatía y, por consiguiente, enriquecer nuestras habilidades sociales.

Invita a realizar inferencias sobre los personajes y a ser sensibles a la complejidad emocional de la historia

Específicamente, los datos revelan que los sujetos que leyeron literatura de ficción se desempeñaron mejor en los test que evalúan la empatía, percepción social e inteligencia emocional.

¿Cómo se explican estos resultados? Según los autores, la literatura de ficción a menudo deja más cosas a la imaginación del lector y los invita a realizar inferencias sobre los personajes y a ser sensibles a la complejidad emocional de la historia.

La idea de que lo que leemos puede influenciar nuestras habilidades sociales y emocionales no es nueva. Previos estudios han correlacionado varios tipos de lectura con la empatía y la sensibilidad. Recientemente en el campo llamado “teoría de la mente”, los científicos usaron tests de percepción de inteligencia emocional para estudiar, por ejemplo, a los niños con autismo. No obstante este es el primer estudio que logra encontrar un efecto directo cuantificable.

En una entrevista con el New York Times, Nicholas Humphrey psicólogo evolucionista que ha sido reconocido por sus aportes en el campo de la inteligencia humana, y quien no estuvo involucrado en la investigación, dijo: “Es un resultado muy importante. Que ellos tengan sujetos que leyeron durante tres a cinco minutos y que obtengan estos resultados, es sorprendente.”

Para realizar el ensayo, el grupo de investigadores de psicología social reclutó, por medio del servicio Amazon Mechanical Turk (servicio de suscripción que permite a las personas ganar dinero al realizar pequeñas tareas), a 114 participantes que tenían entre 18 y 75 años de edad. Posteriormente se dividió a los participantes en tres grupos: el primero recibió lecturas de ficción ganadoras del National Book Award (Premio Nacional del Libro), el segundo recibió un extracto de no-ficción de un bestseller de Amazon y el tercero no recibió ninguna lectura.

Estos hallazgos deberían ser considerados por los educadores

Luego de leer o, en su caso, de no hacerlo, los participantes tomaron un test computarizado que evaluó la habilidad de las personas para decodificar las emociones o predecir las expectativas o creencias de una persona en una situación en particular.  En una de las pruebas llamada “Leyendo la Mente en los Ojos,” los sujetos estudiaron 36 fotografías de pares de ojos y eligieron cuatro adjetivos que describieran mejor la emoción que mostraba cada una.

Aunque los resultados de esta investigación son muy interesantes, todavía quedan preguntas por responder: ¿Cuánto tiempo pueden durar estos efectos?; tres meses de literatura de ficción ¿pueden tener un efecto mayor o por el contrario, no tener impacto?; estas diferencias, ¿pueden ser atribuidas al tipo de material que se lee?; los resultados, ¿se mantienen aún si la persona lee todo tipo de literatura?; ¿qué sucede si la lectura es particularmente difícil?

Solo nos queda esperar por una nueva investigación que logre ofrecernos respuestas a tan complicadas preguntas. Mientras tanto, podemos aprovechar y sentarnos en nuestro sillón favorito y disfrutar de una buena novela.

El equipo todavía está recolectando datos. Si quieres participar solo tienes que hacer click aquí.

Fuente: The New York Times
Imagen: Alexandre Dulaunoy (Flickr)

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[España] Curso especialista universitario en Terapia Narrativa y Trabajo Comunitario

  • Equipo de Redacción
  • 07/10/2013

Curso Semipresencial

Destinatarios

Diplomados, licenciados o grados del ámbito humanístico, social, científico y sanita-rio, alumnos de los últimos cursos de los mismos (con matrícula condicional según el punto 3 del artículo 13 de la Normativa Reguladora de Cursos de Formación Permanente de la Universidad de Extremadura). Preferencia alumnos ya graduados.

Selección por riguroso orden de inscripción hasta completar el número máximo de alumnos.

Forma de pago

El precio de la especialidad es de 795 €
Podrá abonarse en un solo ingreso o en los siguientes plazos.
Primer plazo: 350 € al formalizar la matrícula
Segundo plazo: 250 € del 3 al 21 de diciembre
Tercer plazo: 195 € del 1 al 15 de febrero 2014
Ingreso en la cuenta del Banco Santander: 0049-6744-44-2316155416

Matrícula del 1 al 18  de octubre de 2013

Documentación a remitir a la secretaría de
la Especialidad:
1. Fotocopia DNI (Documento Nacional de Identi-dad) o pasaporte
2. Fotocopia del Título Universitario o certificado
de encontrarse en el último curso
3. Impreso de matrícula
4. Resguardo del Impreso Bancario (presentar original el primer día del curso)

Remitir documentación vía email a  [email protected]

Descarga el PDF con la información completa aquí

Lugar de celebración:

Escuela Universitaria de Enfermería y Terapi
pacional.  Avda. de la Universidad s/n, 10071 Cáceres UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

(PDF) Intervención psicopedagógica en el trastorno por déficit de atención/hiperactividad

  • Equipo de Redacción
  • 07/10/2013

Los niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) presentan alteraciones en los mecanismos atencionales y en los procesos de control inhibitorio (impulsividad e hiperactividad), que afectan de distinta manera a su rendimiento académico, socioemocional y conductual, por lo que es fundamental la consideración de estrategias de intervención en el ámbito psicopedagógico que puedan incidir de forma favorable en el curso evolutivo de los afectados.

Objetivo

Revisar las bases psicopedagógicas en la intervención sobre el TDAH, considerando la relación de la anatomía funcional con la sintomatología clínica y los correspondientes programas de intervención.

Desarrollo

Se destacan los tres síndromes preferentes: orbitofrontal, dorsolateral y en el cíngulo a nivel medial. Las fases de la intervención psicopedagógica deben abarcar tanto al niño como a la familia y el colegio. El entrenamiento neurocognitivo se centra en el niño, basado en programas de entrenamiento de las funciones ejecutivas y en las actuaciones sobre el ámbito académico, conductual y socioafectivo. Los programas de modificación de conducta son complementarios y en muchas ocasiones mejoran el comportamiento comprometido en los niños con TDAH. Las orientaciones psicopedagógicas en la escuela deben considerarse necesarias para una intervención eficaz en el entorno académico.

Conclusiones

La intervención psicopedagógica de los niños con TDAH debe contemplar la individualización del tratamiento dentro de una metodología multidisciplinar, teniendo en cuenta todos los contextos en los que se desarrolla el niño, su rendimiento cognitivo y las intervenciones farmacológicas apropiadas en cada caso.

Descarga: PDF Intervención pedagógico en el trastorno por déficit de atención/hiperactividad

Imagen:  Blue Funnies (Flickr)

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