El blog Familia y cole ha puesto a disposición un conjunto de materiales educativos que pueden ser utilizados por padres, educadores y profesionales para trabajar aspectos de aprendizaje infantil. Todo el material es gratuito y se puede descargar e imprimir.
Publicaciones por mes
agosto 2013
Por qué mantengo mi trastorno bipolar bajo secreto en mi trabajo

El pasado invierno fui rechazado por cinco compañías de seguro de salud. Tengo 26 años, hago mis exámenes preventivos como un reloj, y no tengo problemas físicos de salud. Cuando empecé a trabajar en una pequeña start up, hace unos meses atras, mi jefe me dijo que no tenía un plan de salud para sus empleados: “Eres joven y saludable, supongo que no tendrás problemas para encontrar un nuevo plan”, sonreí y débilmente respondí: “Por supuesto”.
Cinco aplicaciones y cuatro rechazos después, esperaba ansiosamente mi última y definitiva carta. El veredicto vino: Rechazado. Razón: Bipolar II/TDAH.
Así que ese es mi secreto: al igual que millones de otros estadounidenses, tengo una enfermedad mental.
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El estigma que rodea a la salud mental es sofocante.
Lo más frustrante no es el seguro, con Cobra puedo mantenerme en el plan de mi antiguo trabajo por 18 meses. Cuesta 675 dólares por mes, pero por lo menos tengo esa opción, lo que me hace más afortunado que muchos. La parte más frustrante de mi situación es que puedo contar con una mano el número de personas que sabe que tengo una enfermedad mental. El estigma que rodea a la salud mental es sofocante, y no me siento cómodo hablando de esto con la mayoría de mis amigos o familiares, y ciertamente tampoco con mi jefe ni con mis colegas.
Pero mi enfermedad representa una gran parte de mi vida diaria. El solo hecho de comprar la mezcla perfecta de medicaciones es un trabajo de tiempo completo, con efectos secundarios de los medicamentos de prueba y error que van desde lo meramente incómodo (mejillas sonrojadas) pasando por lo molesto (boca seca), hasta llegar a los incapacitantes (síntomas parecidos al resfriado, que duran semanas). Para mantener mi enfermedad secreta y controlada voy a terapia todas las semanas (durante un tiempo hice terapia por teléfono a las 6 a.m para así estar a tiempo en mi trabajo), mientras trabajo, me escabullo a la cocina o al baño para tomar mi medicación de mañana y tarde, y me aseguro de ir a ver a mi psiquiatra una vez por mes durante la hora de almuerzo; aunque a menudo tengo que reprogramar y aplazar una semana porque surge una reunión o conferencia.
Principalmente, solo quiero contarle a mis amigos. Me siento incómodo incluso cuando estoy con mis tres amigos cercanos que conocen mi situación. Permanecen en silencio y mueven la cabeza, tratando de entender y los amo por eso. Pero desde afuera no pueden comprenderme plenamente. Tengo 26 años, me gradué en la universidad de Duke, tengo un trabajo de tiempo completo en una excelente compañía, vengo de un agradable suburbio de Boston, llevo lo que parecer ser la vida típica de un veinteañero, ¿cómo no podría ser todo perfecto?
Existe un documental reciente llamado Of Two Minds (De Dos mentes). En el se presenta el perfil de varias personas de alrededor de Los Ángeles que viven con el trastorno bipolar, pero ninguno que fuera del mundo corporativo. En una review, el director mencionó que tenían a un banquero de Wall Street confirmado para la entrevista, pero él canceló a última hora porque tenía miedo de perder su trabajo. Es por eso que mantengo mi boca cerrada.
Me desempeñe en un intenso trabajo corporativo durante 4 años antes de unirme a la start-up donde estoy ahora. Estoy en una industria altamente codiciada, que es conocida porque si no te gusta tu trabajo de nivel inicial, puedes sentirte libre de irte, y habría una cola de gente afuera de la puerta, feliz de ser tu reemplazo. Pocas personas tienen la oportunidad de ascender. Después de trabajar duramente años, fui promovido como cabeza de la manada, y sentí que si mostraba la más mínima debilidad estaría eliminando mis chances de obtener una promoción. Nadie diría eso en voz alta, pero en cada oficina que he trabajado, nunca he escuchado a alguien mencionar abiertamente que esta luchando con un trastorno del estado de ánimo y, dado el tamaño de la compañía, estadísticamente se que no puedo ser el único.
Mis doctores sospecharon por mucho tiempo que era Bipolar II y he tenido el diagnóstico de Trastorno Depresivo Mayor y TDAH por años, pero el año pasado experimenté mi primer episodio hipomaníaco (el primero de muchos) sellando así el diagnóstico de bipolar II. al continuar trabajando 14 horas al día, cuando el episodio (que me hizo dormir menos y gastar demasiada energía) finalmente terminó, me encontré con que me había golpeado mucho más fuerte de lo habitual Mi prioridad número uno era que nadie viera diferencia en mi trabajo, y yo estaba agotado, pasé mis noches y fines de semana en la cama durmiendo o demasiado deprimido para levantarme.
Necesitaba un cambio rápido en mis medicamentos, pero esto diverge ligeramente de las recomendaciones del médico para asegurarse de que la retirada y los nuevos efectos secundarios no me dejarían demasiado enfermo como para poder presentarme al trabajo cada día. Consideré tomar una licencia médica, pero estaba preocupado sobre las repercusiones cuando le dijera a mi jefe el por qué. Simplemente seguí trabajando, sin duda en detrimento de mi salud mental, porque sentía que no tenía otra opción. Mi único objetivo era asegurarme de que nadie se enterara de lo que estaba pasando y eso significó que mi recuperación tomara mucho más tiempo.
Fuí capaz de seguir trabajando sin que nadie se enterara de que estaba enfermo. Fui y continué siendo tan confiable como el resto de los empleados de mi compañía. Trabajo duro, consigo constantes revisiones sobresalientes y casi nunca tomo un día libre. Siempre llego temprano y me voy más tarde que la mayoría, y estoy seguro de que a pesar del esfuerzo extra que se requiere, nunca dejé que mi salud mental afectara a mi trabajo.
Pero, todavía siento que no le puedo contar a nadie. En mi antiguo trabajo, todo el mundo murmuraba, con fingido horror, sobre el gerente, quien “tuvo una crisis nerviosa” y se fue por un tiempo como si tuviera una enfermedad contagiosa que nadie quería contraer. Y era un gerente. Yo estoy en las primeras etapas de mi carrera y no puedo darme el lujo de ser visto de esa manera.
Yo me quedé sentado en silencio, pensando sobre cuantas veces me he sentido al borde.
Cuando uno de nuestros más importantes clientes cometió suicidio el año pasado, mis compañeros pasaron días diciendo que no podían entender cómo él se podría haber sentido de esa manera. Era tan exitoso. Yo me quedé sentado en silencio, pensando sobre cuantas veces me he sentido al borde, y cuantas veces he escuchado comentarios describiendo a colegas como “loco”, “esquizofrénico” y “bipolar”. En un momento mencioné el TDAH, parte de mi diagnóstico, a una colega con la que era cercano, como tratando de tantear el terreno de la enfermedad mental, y su respuesta fue: “Como sea, sencillamente te gusta tomar Adderall”, que, irónicamente, es la droga que más odio tomar. Me di cuenta luego de la conversación que por lo pronto no le mencionaría a nadie que era bipolar.
Se que estoy siendo hipócrita, puedo sonar poético al hablar de borrar el estigma de la enfermedad mental, he cambiado mi nombre y los detalles de mi vida. Todavía tengo miedo de que la gente me trate de manera diferente y que mi jefe sienta que soy menos capaz de hacer mi trabajo. Quiero ser la persona que usa su nombre real y admite por lo que está pasando, ponerle la cara al estigma de la enfermedad mental en el lugar de trabajo, pero no puedo. Me aterra.
Mi doctor dice que tengo que ver esto como si tuviera diabetes, es una enfermedad crónica que tengo que manejar de por vida. En lugar de la insulina, son medicamentos diarios, terapia, asegurarme de dormir lo suficiente, evitar el alcohol, y cuidarme de las situaciones altamente estresantes. Ninguno de esos consejos son compatibles con un trabajo en un entorno corporativo inflexible donde no puedo ser abierto sobre esto.
Cuando estoy de viaje por trabajo, tengo que asegurarme de que los vuelos no sean ni muy tarde ni muy temprano.Cuando voy a cenas de trabajo, es difícil no participar de las botellas de vino caro que dan vueltas en la mesa y a menudo terminó bebiendo al menos un vaso, aun sabiendo que podría desencadenar una hipomanía o un episodio depresivo. La constante búsqueda de equilibrio entre manejar mi enfermedad y cuidar que las personas no sepan sobre ella crea estrés, lo que agrava aún más el problema.
Me encantaría ser capaz de sentarme con mi jefe y/o el jefe de recursos humanos y explicar cuál es mi enfermedad, las precauciones que debo tomar y cómo disminuir el estrés, eso me haría un mejor empleado. Pero no puedo hacer eso mientras sienta que podría poner en riesgo mi trabajo. Si las compañías realmente trataran a las enfermedades mentales como a la diabetes, eso podría hacer maravillas para que estas enfermedades fueran más manejables para las personas a las que les toca tratar con ellas.
Artículo originalmente publicado en The Atlantic y traducido por David Aparicio y Alejandra Alonso.
Imagen: versionz (Flickr)
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¿Pueden los desastres afectar el altruismo de los niños?

¿Los niños se vuelven más altruistas luego de un desastre o, por el contrario, esto hace que se centren más en la auto-preservación? Este problema dirigió el estudio desarrollado en China por investigadores Canadienses y Estadounidenses. Sus hallazgos mostraron que la respuesta de los niños depende de su edad.
La investigación
El estudio original fue diseñado para seguir las conductas de altruismo entre un grupo de 30 niños de 6 años y 30 niños de nueve años de orígenes empobrecidos en dos escuelas rurales de la provincia Sichuan. Cada estudiante se encontró personalmente con un investigador, quien les ofreció 100 stickers atractivos, de los cuales ellos podían elegir 10 para quedarselos. Luego se le ofrecía la opción de que donaran parte de sus stickers a un compañero anónimo que no había participado en el estudio. Los niños enviaban su donación en un sobre sellado en una casilla de correo mientras los investigadores tenían los ojos vendados para que los niños pensaran que su donación era anónima. Pero mientras desarrollaban esta investigación ocurrió el devastador terremoto de Mianyang que midió 8.0 en la escala de Ritcher y que acabó con la vida de 87.000 personas. Esta catástrofe les dió la oportunidad a los científicos de estudiar las posibles repercusiones del desastre o trauma sobre el altruismo de los niños.
Imagen: drgeorgepc
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Un mes después del desastre, realizaron la misma prueba de compartir con otros 60 niños de la misma edad, de orígenes similares y de las mismas escuelas. Tres años después, otros 60 niños fueron evaluados y se compararon sus elección con los grupos anteriores.
Los hallazgos
Los resultados previos demostraron que los dos grupos de 6 y 9 años donaron cantidades similares de stickers: de uno a dos en promedio. El panorama fue totalmente diferente, pasado un mes del terremoto, cuando el 95% estaba sin hogar, cerca del 2% había perdido un familiar directo y el 8% tenía a un familiar herido, se encontró que los niños más jóvenes donaron en promedio medio sticker (muchos no donaron), mientras que los niños mayores donaron alrededor de 4, casi la mitad de lo que tenían. Sin embargo, tres años después se encontró que ambas cifras habían vuelto a sus niveles iniciales.
Jean Docety, reconocido investigador por sus trabajos sobre la empatía y co-autor de la investigación dijo:“Nuestro estudio demuestra que un desastre natural afecta las tendencias pro-sociales de los niños y diferentemente según su edad. Los más jóvenes tienden a responder más egoístamente y los más grandes tienden a ser más altruistas.”
Docety cree que la empatía es lo que marca la diferencia. “Existen diferencias en el desarrollo de la empatía,” agrega, y los niños más pequeños tal vez no sean capaces de regular sus emociones tan bien como los niños más grandes a causa de que la región prefrontal del cerebro, responsable de tal control es menos madura. Y frente a un estrés extremo, sus capacidades de autorregulación pueden retroceder aún más.
“Eventos adversos parecen causar que los niños de 6 años regresen a las conductas más egoístas que son típicas de la infancia temprana,” redactaron los autores. Incluso en situaciones con menos consecuencias trágicas, pero que son altamente estresantes como vivir con un divorcio o perderse en un lugar público, pueden provocar que muchos niños recurran a tendencias más inmaduras. Sin embargo, a la edad de nueve años, la mayoría de los niños tiene un cerebro lo suficientemente maduro para no solo reconocer los sentimientos de los otros, sino también para intentar mitigar los malos sentimientos.
¿Qué tan duraderos son los cambios en el altruismo a causa de un desastre?
Para entender que tan duraderos son los cambios en el altruismo causados por la tragedia, los investigadores desarrollaron tres años después del desastre natural, otro experimento en un grupo diferente compuesto por 251 estudiantes. En esta oportunidad, los investigadores presentaron fotografías de algunos daños que había dejado el terremoto o escenas neutrales a 123 niños provenientes del área afectada por el terremoto y 128 que no vivían en áreas afectadas, todos tenían entre 6 y 9 años (las imágenes fueron examinadas por los profesores de los niños y a los niños se les dijo que podían salir en cualquier momento y que tenían la oportunidad de hablar con un psicólogo para asegurarse de no no hubiera efectos negativos por ver las fotos).
Luego, se les presentó la misma evaluación de los stickers. Esta vez, los niños de seis años provenientes de las áreas afectadas y no afectadas no mostraron diferencias al compartir, sin importar si veian las imagenes del desastre o no. Pero los niños de nueve años, sin importar de la región de la que provenian, incrementaron sus conductas altruistas cuando vieron las imágenes del desastre.“ claramente demuestra que la empatía y el altruismo están naturalmente relacionados, y la conducta prosocial y la preocupación por los otros han evolucionado a partir de nuestra capacidad natural para compartir emociones y el cuidado por los demás”, agregó Docety.
Claramente el dolor puede incrementar la compasión, pero hay casos en los que puede tener el efecto contrario. De hecho, los hallazgos demuestran que si el sufrimiento se produce muy temprano en la vida del niño, cuando el cerebro está muy joven y no está preparado para procesar tal experiencia o si el dolor es muy abrumador, puede provocar que la persona sea menos sensitiva y esté más enfocada en la auto-preservación, como ocurre a menudo en los casos de abuso infantil y negligencia.
“Las experiencias dolorosas pueden incrementar la empatía y cuidado, siempre que se pueda regular la propia emoción”, explicó Docety.
Docety cree que estos hallazgos sugieren que nuestra estructura social y biológica pueden estar sesgados hacia la cooperación y la empatía hacia los demás y que sin esto no podríamos sobrevivir como especie.
La investigación fue dirigida por Kang Lee de la Universidad de Toronto y fue publicada el 10 de Julio en la revista Psychological Science.
Fuente: Healthland
Imagen: Worldvision
No todo es saber comunciarse para hacer feliz a tu pareja

Hemos escuchado muchas veces que la comunicación es una parte fundamental en toda relación, y según un nuevo estudio, es crucial para sentirse satisfecho con la misma. No obstante, según el mismo estudio, para estar feliz con tu pareja existen otros dos factores que podrían ser mucho más relevantes. Si querés conocer cuáles son, seguí leyendo.
En un estudio basado en internet, que involucró a 2201 participantes referidos por consejeros de parejas, los científicos decidieron probar siete “competencias” en materia de relaciones, que investigadores y terapeutas encontraron importantes para promover la felicidad en las relaciones románticas. La idea fue ordenar las habilidades en orden de importancia para comenzar a acumular datos sobre qué aspectos de las relaciones son más importantes para mantenerlas saludables.
Sumado a la comunicación y la resolución de conflictos, los investigadores también estudiaron el sexo o romance, el manejo del estrés, las habilidades para la vida, el conocimiento de la pareja y el autocontrol, para ver cuáles eran los mejores predictores de la satisfacción en las relaciones.
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Se les preguntaba a las parejas sobre cuestiones que probaban sus competencias en todas estas áreas y luego se inquirió sobre cuán satisfechos estaban con sus relaciones. Los investigadores correlacionaron las debilidades y fortalezas de cada persona en cada área con la satisfacción con respecto a la relación que cada persona había reportado percibir.
Encontraron que aquellos que reportaron comunicarse más efectivamente mostraron la mayor satisfacción con sus relaciones. Pero los siguientes dos factores (que también fueron los únicos que se vincularon fuertemente con la felicidad en la pareja) fueron el conocimiento de la otra persona (que incluye desde el sabor de helado que prefieren hasta sus esperanzas y sueños en la vida) y habilidades para la vida (ser capaz de mantener un trabajo, manejo de dinero, etc.).
(…)Se necesita comunicación, pero también una comprensión de que incluso las redes de comunicación más fuertes entre los miembros de la pareja, pueden vacilar cuando están bajo esta presión interna-externa(…)
Los consejeros de pareja, sin embargo, raramente abordan estas dos áreas, ya que el foco para fortalecer a las parejas se ha centrado en mejorar la comunicación para reducir las conductas destructivas y construir apoyo y consuelo para el otro. Tom Bradbury, un investigador de parejas veterano de UCLA, dice: “Durante los últimos 25 años, la actitud prevaleciente ha sido que las relaciones necesitan encontrarse con nuestras necesidades emocionales.”
Por otro lado, el encontró que, para ser exitosas, las relaciones necesitan funcionar de una manera más práctica y mundana. Y aprender más sobre tu pareja, dice el autor principal Robert Epstein, un profesor de psicología en la Universidad de South Pacific, podría ser relativamente fácil si la gente (especialmente los hombres, ya que puntuaron peor en esta área) se tomara el trabajo de averiguar, recordar y utilizar información relativamente simple como los nombres de los familiares de su pareja y las fechas de cumpleaños y aniversarios.
Epstein dice que es incluso más importante que esto, conocer cosas críticas como si tu pareja quiere tener hijos en un futuro. Aunque su estudio no separó conocimientos triviales de los más profundos, el dice que los dos están fuertemente vinculados.
Aunque otros investigadores de matrimonios han concordado en que olvidar cosas como cumpleaños y preferencias de comida puede ser molesto y perjudicial para una relación, ellos creen que la importancia de las habilidades para la vida reveladas en el estudio es fuerte.
“En realidad es una idea vieja. En 1900 una mujer u hombre pensarían, ‘mi pareja debe ser capaz de proveer.’ ‘Ella debe ser capaz de plantar y desenterrar los cultivos’”, dice Badbury. Si la pareja tenía esa base, deberían haberse considerado afortunados si también tenían sus necesidades emocionales cubiertas.
Para las parejas actuales, interesadas en mejorar su relación, dicen los autores del estudio, los terapeutas podrían considerar volver a lo básico e incorporar habilidades sociales más prácticas en su discusión. Y eso podría incluir referir a aquellos que les faltan habilidades a manejadores de dinero o entrenadores de profesión. “Las habilidades de comunicación son necesarias, pero no son suficientes cuando están bajo estrés”, dice Lisa Neff, investigadora de parejas de la Universidad de Texas.
Es importante para las parejas saber cómo el mundo externo (es decir, la posibilidad de conseguir trabajo, si sus hijos podrían jugar con seguridad afuera o ir a una buena escuela) afectará su relación incluso si tienen buenas habilidades para la vida y para comunicarse. Las relaciones sólidas, dice Bradbury, reconocen cómo las presiones de afuera de la casa y de la relación pueden influenciar, e incluso romper buenas habilidades de comunicación.
“Afuera hay un mundo real que nos afecta”, dice Bradbury. Para lidiar con esto se necesita comunicación, pero también una comprensión de que incluso las redes de comunicación más fuertes entre los miembros de la pareja, pueden vacilar cuando están bajo esta presión interna-externa. La estrategia que él sugiere para las parejas que lo consultan es unir fuerzas en vez de alejarse del otro. “No es uno contra el otro; son los dos contra el mundo», dice el.
Fuente: Healthland
Imagen: Gonzales-Alba (Flickr)
Aprendiendo valores a través del deporte

¿Sabías que el deporte puede ser un espacio donde se transmita y se eduque a nuestros hijos en valores de deportividad como el juego limpio, el respeto por el otro y las diferencias o la importancia de la cooperación para llegar a un bien común? La pregunta es: ¿cómo puede el deporte educar en valores a nuestros hijos si los estándares de rendimiento impuestos, las exigencias y presiones a las que están sometidos los deportistas son cada vez más altas?
A continuación te presentamos algunas herramientas básicas para pensar no sólo en el deporte como un espacio de transmisión y educación en valores sino también como una herramienta que contribuya al desarrollo social y al bienestar psicológico y emocional de los niños.
El deporte como espacio de educación en valores
Tradicionalmente el deporte se ha considerado como un medio apropiado para aprehender valores y como un medio de desarrollo personal y social. A su vez, la concepción del deporte ha ido variando a través del tiempo, de modo que la jerarquización e interpretación de los valores deseables y que se transmiten a través de la práctica deportiva también se ha modificado.
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En la actualidad, el deporte y la actividad física infantil se han convertido en medios para un fin: la alta competencia; y los valores que promueve la sociedad actualmente son el sustento de este fin: exitismo, individualismo, fama, entre otros. Estos valores, en deporte infantil, se observan en la existencia de programas de especialización deportiva a edad temprana, la selección de talentos y la filosofía de ganar a cualquier precio; esto se traduce en la adaptación del mundo del niño a mundo del adulto a partir de adecuar el deporte infantil a las reglas de la competencia y no de la competencia al niño.
Además, estos valores y programas generan violencia en el deporte y en la escuela, altos niveles de estrés y presión para los niños, trabajo infantil, falta de compañerismo y respeto hacia el otro, incremento de las tasas de deserción en el deporte y por tanto aumento de personas sedentarias, abolición del Fair Play (juego limpio) como filosofía institucional, etc.
Desde esta perspectiva, entonces, el desafío más grande que enfrentan los profesionales de la salud, de la educación y de las Ciencias del deporte es pensar en acciones tendientes a contrarrestar estos derivados de la sociedad actual a fin de promover la salud, el bienestar y el fortalecimiento de valores como el juego limpio, la cooperación, respeto, responsabilidad, honestidad, compañerismo y sentido de pertenencia a un grupo.
Para ello, no sólo cabe pensar al deporte como promotor de salud y bienestar y generar acciones pertinentes al desarrollo y promoción de valores en los niños, sino también capacitar a los encargados de dichas tareas (entrenadores, preparadores físicos, comisión directiva, etc.) a fin de producir un cambio en la filosofía institucional.
Sigue leyendo en Proyecto Homine una organización dedicada a la promover la salud, el desarrollo personal y el bienestar en las personas.
Imagen: Dark Dwarf (Flickr)
¿Puede el yoga reducir los síntomas de los trastornos psicológicos?

Los hallazgos de un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Duke y publicado en Frontiers of Psychiatry, sugieren que practicar yoga tendría efectos positivos en la depresión moderada, los trastornos del sueño y además mejoraría los síntomas de trastornos como esquizofrenia y TDAH en pacientes que están utilizando medicación.
Para realizar la investigación se utilizaron los datos de 16 estudios previos que registraron los efectos de practicar yoga en trastornos que van desde la depresión, esquizofrenia, TDAH, problemas del sueño, trastornos alimenticios y problemas cognitivos.
Los resultados mostraron que el yoga tiene efectos positivos para todas las condiciones mentales examinadas en el estudio con excepción de los trastornos alimenticios y cognitivos, ya que esos estudios contaban con una muestra muy pequeña o produjeron resultados conflictivos para establecer conclusiones significativas.
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Algunos estudios incluidos en el análisis sugieren que el yoga, al igual que otras formas de ejercicio físico, puede incrementar los niveles de serotonina, produciendo un sentimiento de bienestar, reduce la inflamación, el estrés oxidativo y produce un balance más saludable de los lípidos y factores de crecimiento.
Utilizar el yoga como tratamiento complementario para los trastornos mentales no es nada nuevo. Muchos centros de veteranos y tropas del ejército de Estados Unidos están utilizando el yoga como una forma de tratamiento para el Estrés Post-Traumático. Un estudio publicado recientemente con 70 soldados en servicio, encontró que el yoga redujo la ansiedad y mejoró el sueño.
Aunque estos resultados son bastante prometedores, los investigadores aclaran que todavía se necesitan investigaciones más grandes que permitan concluir que el yoga puede utilizarse como primera línea de tratamiento. Esto significa que los pacientes no deben reemplazar su medicaciòn por el yoga.
Fuente: Healthland
Imagen: GO INTERACTIVE WELLNESS (Flickr)
Gustav Mahler y Sigmund Freud: Relato de un encuentro singular

Desde su más tierna infancia, la amenaza de la muerte marcó profundamente a Gustav Mahler y actuó como catalizadora de gran parte de sus vivencias y sentimientos ya que mucho antes de que llegara a la adolescencia fue testigo presencial de la muerte de seis de sus hermanos y el suicidio de otro de ellos.
No resulta descabellado afirmar que Mahler vivió las dos primeras décadas de su vida en medio de una sucesión de duelos interminables de entre los cuales el que más llegó a afectarle fue el que siguió a la muerte de su hermano Ernst, el más próximo a él en edad, un acontecimiento que le afectó profundamente y le inspiró en su labor de composición musical hasta el extremo de llegar a impregnar la temática de muchas de sus obras.
Como respuesta a la adversidad el pequeño Gustav optó por sumergirse en su propio mundo como mecanismo de evasión de la triste realidad que le rodeaba no solo ya por la impronta de la sempiterna muerte de sus seres queridos sino también por las consecuencias del carácter violento y dictatorial de su padre que con su comportamiento neurótico marcó de dolor la vida de su resignada esposa y de todos y cada uno de sus hijos.
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Prologómeno de la entrevista de Mahler y Freud
A comienzos del verano de 1907, cuando Mahler estaba a punto de cumplir cuarenta y siete años, el destino quiso que se enfrentara de nuevo con el fantasma de la muerte que siempre le acompañó y tanto le hizo sufrir.
Como consecuencia de una difteria complicada y tras una desesperada traqueotomía de urgencia, la pequeña María (a quien todos llamaban Putzi), hija de Gustav Mahler y Alma Schindler, falleció cuando estaba a punto de cumplir sus primeros cinco años.de vida. Así fue como dio comienzo el principio del fin de la vida de un hombre cuya salud mental, y hasta física (cuarenta y ocho horas después de la muerte de Putzi un médico reconoció a Mahler y le diagnosticó una grave cardiopatia que pocos años después acabaría con su vida), entraron en un franco y extenuante declive.
Alma Mahler con sus hijas Ana y María
De nuevo la muerte de los niños (primero sus hermanos y ahora su propia hija) se erigía como hito y referencia psicobiográfica en la vida de un hombre que entre 1901 y 1904 se había dedicado a ponerle música a una colección de poemas de Friedrich Rükert que hoy conocemos como el ciclo de canciones Kindertotenlieder(Las canciones de los niños muertos).
Alma Schindler siempre le censuró a su marido que compusiera esos tristes lieder (en alemán, canciones):
“… en vida de las niñas me costaba tolerar y entender el interés de Gustav por esos lieder. Mientras nuestras dos hijas correteaban por el jardín y gritaban de alegría a mi me embargaba una sensación de horror al ver como su padre era capaz de cantar a la muerte de los niños”
Alma siempre estuvo convencida de que con los Kindertotenlieder Mahler había tentado a la muerte permitiéndole que entrara en su casa. En cierto modo consideraba a su marido culpable de la muerte de la pequeña Putzi.
Desde hacía años. el matrimonio Mahler atravesaba una seria crisis de convivencia que se vio sensiblemente agravada con la muerte de su hija.
Tal y como aprendió a hacer en su infancia, el compositor se refugió en su propio mundo y se centró por completo a la composición. Aquel verano Mahler trabajaba en su octava sinfonía, una obra que había inciado el verano anterior.
A la tragedia de la muerte de la niña siguieron una serie de acontecimientos que se cebaron tanto en el compositor como en su esposa con lacerante e inoportuna crueldad.
Al diagnóstico de la enfermedad cardiaca de Mahler a la que antes hacíamos mención, siguió un aborto de Alma (quien se encontraba en estado de gestación cuando perdieron a Putzi).
En el terreno profesional, Mahler sufrió también un duro golpe ya que, como consecuencia del furibundo antisemitismo que imperaba en la sociedad vienesa, se vio forzado a dimitir como director de la Ópera de Viena.
También la frágil e inestable convivencia entre Alma y Gustav se vio afectada por un inesperado acontecimiento que hizo tambalear los cimientos de un matrimonio ya de por si bastante deteriorado a priori. Gustav Mahler descubrió una carta en la que el joven arquitecto Walter Gropius (el mismo que años después fundaría Bauhaus) detallaba con todo lujo de detalles los momentos de intimidad vividos en la relación sentimental que sin duda mantenía con Alma Schindler. Se trataba de una carta que por error llevaba como destinatario al señor Mahler en lugar de la señora Mahler, tal vez un desliz freudiano de Gropius que el compositor interpretó como una petición de mano de su esposa que le lanzaba el arquitecto.
A partir de este infortunado descubrimiento Mahler se sintió aterrado ante la posibilidad de que su esposa pudiera abandonarlo.
La melancolía marcó inexorablemente cada uno de los días de la vida del compositor y fue entonces cuando su amigo y discípulo Bruno Walter le sugirió la idea de que consultara profesionalmente con un afamado psicoanalista vienés de orígen judío (como Mahler) llamado Sigmund Freud.
Gustav Mahler pidió cita al eminente neurólogo a través de un telegrama al que siguió otro en el que le manifestaba un cambio de opinión y cancelaba la consulta. Lo mismo ocurrió en un segundo intento (nueva cita, nueva cancelación) hasta que, cuando corría el mes de agosto de 1910, y mientras el psicoanalista disfrutaba de unas vacaciones en el Mar del Norte, recibió un tercer telegrama (esta vez con carácter urgente) en el que el compositor y director de orquesta le pedía desesperadamente su ayuda.
Aunque Sigmund Freud era sumamente reacio a interrumpir sus vacaciones, se sintió incapaz de rechazar la angustiosa petición de ayuda reflejada en aquel último telegrama (años después declararía que le resultó imposible decir que no a la posibilidad de psicoanalizar a un hombre tan importante) y respondió al compositor citándolo en un hotel de la ciudad holandesa de Leiden el día 26 de agosto.
No deja de resultar llamativo el detalle (para muchos biógrafos no casual) que el psicoanalista escogiera para el encuentro una ciudad con un nombre que traducido al alemán significa sufrimiento.
Una sesión singular psicoanálitica
Freud manifestaría a posteriori que nunca había encontrado a un paciente que asimilara tan rápidamente la esencia del psicoanálisis.
En una carta dirigida a Theodor Reik (discípulo de Freud y ferviente mahleriano) el psicoanalista declararía varios años después:
“… si doy crédito a las noticias que tengo, conseguí hacer mucho por él en aquel momento. E interesantes expediciones por la historia de su vida descubrimos sus condiciones personales para el amor … tuve muchas oportunidades de admirar la capacidad psicológica de aquel hombre genial ”
Como consecuencia de aquella maratoniana y nada ortodoxa sesión psicoanalítica Mahler llegó a la conclusión de que siempre había buscado en su esposa Alma una mujer que se pareciera a su madre.
Freud dijo al respecto:
“… con una madre tan agobiada por inquietudes como por un gran dolor, usted desea que su esposa sea igual a ella ”
Según conclusiones de Freud, Alma Mahler mantenía una fijación complementaria a la de su marido:
“… ella ama a su padre hasta el extremo de que solo fue capaz de elegir y amar a un hombre como usted ”
Gustav Mahler era casi veinte años mayor que Alma y ella siempre mostró tendencia a mantener relaciones sentimentales con hombres que la aventajaban considerablemente en edad.
A lo largo de las cuatro horas de sesión, Mahler reconoció sin tapujos sodos sus complejos y todos sus miedos (sobre todo su miedo a la muerte), así como también su compresión ante el hecho de que su esposa hubiera buscado en otro hombre algo que él, por sus episodios de impotencia, rara vez podía ofrecerle.
Sigmund Freud declararía pasado el tiempo que ningún compositor había llegado a expresar de un modo tan conmovedor como Gustav Mahler la lucha entre el Eros y el Tanatos.
Freud especuló acerca de que ciertas experiencias infantiles vividas por Mahler tuvieran una significativa importancia en la génesis de su neurosis y en la inspiración de sus composiciones.
Reseñemos una de estas experiencias
Cuando el pequeño Gustav contaba poco más de diez años fue testigo presencial de una violenta discusión entre sus padres en la que su progenitor actuóde un modo especialmente cruel y hostigador con su esposa.
Incapaz de soportar el drama, el niño Mahler escapó corriendo hacia la calle y justo cuando salió del edificio escuchó el sonido de un organillo con el que un músico callejero interpretaba la popular tonadilla austríaca “Aus du lieber Augustin”.
La cancioncilla provocó en el pequeño Gustav una súbita reacción de desconcierto:
” ¿como puede sonar esta alegre melodía al mismo tiempo que en mi casa ocurre un drama tan horrible? ”
Durante la sesión psicoanalítica, el compositor interpretó esta experiencia como la razón de que en sus sinfonías se intercalaran ciertas melodías de apariencia banal e intrascendentes en medio de pasajes de rotunda y severa solemnidad.
A través de aquella música de organillo callejero, Mahler fijó una conjunción entre lo trágico y lo frívolo como dos elementos complementarios e inseparables.
Ciertamente, en toda la obra de Mahler encontramos múltiples ejemplos de contrastantes polifonías que emanan de lo que fue su permanente y fluctuante estado anímico alterado. Lo alegre y lo dramático. Lo banal y lo trascendente. La euforia y la depresión. Ciclos que indeflectiblemente se alternaban en la mente del compositor y que hoy, desde la perspectiva de la moderna psiquiatría, nos inducen al diagnóstico restrospectivo de un más que probable trastorno bipolar.
Tras su sesión con Freud, una sesión que para Mahler resultó francamente beneficiosa, el compositor fue capaz de reincorporarse a sus tareas como director y aceptar un contrato para llevar a cabo una extenuante gira por los Estados Unidos a pesar de su precario estado de salud.
Epilogo
Cuando aun no había transcurrido un año desde su sesión terapeutica con Freud, Gustav Mahler sufrió un empeoramiento de su enfermedad cardíaca mientras dirigía un concierto tras otro en tierras americanas, motivo por el que decidió interrumpir la gira y regresar de inmediato a Europa.
Durante su viaje en tren por el viejo continente, ya de camino a Viena, muchos admiradores del compositor acudieron a las estaciones donde el convoy tenía paradas previstas para rendierle muestras de aprecio y, en cierto modo, despedirse de él.
Gustav Mahler murió el 18 de mayo de 1911 y, dando claras muestras de hipocresía , aquellos quienes más le criticaron y presionaron para que abandonase la Ópera de Viena fueron quienes le rindieron el más pomposo y solemne homenaje póstumo.
Una curiosa anécdota como colofon
Apenas Sigmund Freud supo por la prensa que Mahler había fallecido, escribió a su viuda una breve carta en la que le reclamó los honorarios por la sesión mantenida en Leiden con su esposo.
Desde entonces, Alma Schlinder (que sobrevivió a su esposo más de cincuenta años) manifestó un despreciativo odio hacia el psicoanalista y siempre que hablaba de él lo hacía describiéndolo como “el idiota de Freud”.
Agradecimientos a Alberto Soler Montagud por ofrecerme esta maravillosa publicación.
Clotilde Sarrió es una terapeuta especializada en Terapia Gestalt, puedes seguir leyendo sus artículos en su famoso blog Gestalt-Terapia.es
Imagen: BostonHerald
¿Cual es la diferencia entre las personas dedicadas y los adictos al trabajo?

El término “workaholic”, “adicto al trabajo” o “ergomaníaco” fue acuñado por primera vez en 1968 por el psicólogo estadounidense Wayne Oates, quien también reconoció que sufría de esta adicción. Muchos creen que está incluida en los manuales psiquiátricos, pero en realidad es un diagnóstico que actualmente no está reconocido por la comunidad científica. Aún así, diversas investigaciones psicológicas han intentado distinguir a las personas que simplemente son dedicadas al trabajo de los verdaderos “adictos”. Estos son los descubrimientos:
Las personas que sufren de esta condición no solo trabajan compulsivamente, sino que también lo hacen con poco disfrute.
Las pruebas diagnósticas más recientes destacan que las personas adictas al trabajo también sufren de abstinencia al igual que las personas que sufren de adicción al juego o a la cocaína.
La adicción al trabajo puede tener efectos físicos y emocionales, entre los que se destacan: problemas de sueño, aumento de peso, elevada presión sanguínea, ansiedad y depresión.
Esta adicción también puede deteriorar la relación de pareja. Los cónyuges de los adictos al trabajo reportan mayor insatisfacción con sus matrimonios.
Tener un padre adicto al trabajo también tiene graves repercusiones en los hijos. Se encontró que los niños cuyos padres padecen esta adicción puntuaron 72% más alto en las escalas de depresión que los hijos de alcohólicos. También exhibieron niveles más graves de “parentificación”, un término que utilizan los terapeutas de familia para referirse a los hijos que “son los padres de sus propios padres y sacrifican sus propias necesidades para acomodar y atender las necesidades emocionales y actividades de los padres u otros miembros de la familia.”
Un reciente estudio estima que cerca del 10% de los adultos de EE.UU podría calificar para el diagnóstico de adicción al trabajo.
¿Cuales son las profesiones que más se relacionan con la adicción al trabajo? Datos recientes sugieren que es 23% más frecuente entre los abogados, doctores y psicólogos.
Uno de los pocos estudios económicos sobre esta temática encontró que las personas educadas y ricas eran mucho más propensas que los estadounidenses de bajos ingresos a posponer la jubilación, lo cual es una posible señal de adicción al trabajo.
Fuente: TheAtlantic
¿Querés sentirte más feliz? Tal vez deberías usar menos Facebook

Facebook ayuda a las personas a sentirse conectadas, pero no necesariamente las hace más felices, muestra un nuevo estudio titulado “El uso de Facebook predice la disminución del bienestar subjetivo en adultos jóvenes”. El mismo fue publicado en PLOS ONE. Cabe destacar que este es el primer estudio conocido que examina la influencia de dicha red social en la felicidad y la satisfacción.
“En la superficie, Facebook provee un recurso invalorable para llenar la necesidad humana básica de conexión social,” dice Ethan Kross, psicólogo social de la Universidad de Michigan, autor principal del artículo y asociado del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan. “Pero en vez de afianzar el bienestar, encontramos que el uso de Facebook predice el resultado contrario-lo socava.”
«Esto es un resultado de importancia crítica porque va hasta el mismo corazón de la influencia que las redes sociales pueden estar teniendo en la vida de las personas,” dice John Jonides, neurocientífico cognitivo de la Universidad de Michigan y coautor del estudio.
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Mientras más utilizaba Facebook, peor se sentían posteriormente
Para el estudio, los investigadores reclutaron a 82 adultos jóvenes, un núcleo demográfico de los usuario de Facebook. Todos tenían smartphones y cuentas en Facebook. Utilizaron muestreo de experiencia (una de las técnicas más confiables para medir cómo piensan, sienten y se comportan las personas momento a momento en su vida cotidiana) para evaluar su bienestar subjetivo mandandoles mensajes de texto en momentos seleccionados al azar, 5 veces al día por dos semanas.
Cada mensaje contenía un link a una encuesta online que constaba de 5 preguntas:
1. ¿Cómo te sientes ahora?
2. ¿Cuán preocupado estás ahora?
3. ¿Cuán solo te sientes ahora?
4. ¿Cuánto has utilizado Facebook desde la última vez que te preguntamos?
5. ¿Cuánto has interactuado con otras personas “directamente” desde la última vez que preguntamos?
Disminuían sus niveles de satisfacción
El estudio encontró que mientras más utilizaba Facebook durante un período de tiempo, peor se sentían posteriormente. Los autores también indagaron sobre sobre el nivel de satisfacción en la vida de los participantes, al principio y al final del estudio. Con respecto a esto, encontraron que mientras mayor tiempo le dedicaban los individuos a Facebook durante esas dos semanas, más disminuían sus niveles de satisfacción.
Es importante destacar que los investigadores no encontrar evidencia de que interactuar con personas directamente vía teléfono o cara a cara influenciara negativamente al bienestar. Al contrario, encontraron que las interacciones directas con otras personas llevaron a que las personas se sintieran mejor con el tiempo.
Así mismo, no encontraron evidencias para dos posibles explicaciones alternativas para el descubrimiento de que Facebook socava la felicidad. Las personas no eran más propensas a utilizar Facebook cuando se sentían mal. Por otro lado, aunque los individuos si tendían a utilizar más esta red social cuando se estaban solos, tanto la soledad y el uso de Facebook predecían de forma independiente cuán felices se sentían los participantes posteriormente.
“Esta es la ventaja de estudiar el uso de Facebook y el bienestar como un proceso dinámico que se despliega en el tiempo,” dice el investigador emocional Philippe Verduyn, otro coautor del artículo. “Nos permite extraer inferencias sobre la probable secuencia causal del uso de Facebook en el bienestar.»
Los investigadores esperan poder conducir estudios adicionales en una variedad de grupos etarios para examinar la generalizabilidad de estos resultados y los mecanismos psicológicos implicados.
Fuente: Universidad de Michigan
Fotografía: Gabriel Flores en Flickr