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Publicaciones por mes

enero 2016

49 Publicaciones
  • Artículos Recomendados de la Web

La anorexia y la deshumanización que reina en el mundo del modelaje

  • David Aparicio
  • 31/01/2016

El modelaje es una de las profesiones más exclusivas, en la cual miles de jóvenes están dispuestos a hacer lo que sea para desfilar en la pasarela. Es un mundo en donde sólo importan la imagen, la estética y las prendas que se lucen.

Victoire Maçon Dauxerre es una joven de 23 años que llegó a ser una de las 20 modelos más importantes en Francia y que se atrevió a denunciar, en un libro, el maltrato, la deshumanización y la anorexia reinante en el mundo de la moda.

El diario La Nación de Argentina entrevistó a la Modelo y a continuación te dejamos algunos fragmentos que nos parecieron interesente:

-¿Y al firmar el contrato qué te dijeron?

-Que era muy hermosa, pero que necesitaba bajar de peso para entrar en un talle 0. Mis medidas de caderas eran de 92 cm, y me pedían que sean de 87. Tenía dos meses para perder peso y llegar bien a la Fashion Week de Nueva York. Y me convertí en anoréxica: comía sólo tres manzanas al día, bajé 10 kilos y llegué al talle pedido. Viajé y compartí un departamento con otras dos modelos, que no me hablaban porque estaban celosas de que yo era la más flaca. Cuanto más peso perdía, más éxito laboral tenía: me tomaron para 22 desfiles en Milán y París. Llegué a ser la top 20 de modelos del año.

-¿No te dabas cuenta de que tenías un desorden alimentario?

-Sí y no, lo negaba. La moda te convierte en un objeto, y sos sólo una percha a la que la ropa le tiene que sentar bien según los criterios de los diseñadores, las agencias y los fotógrafos. Tenés que ser flaquísima sí o sí; o no comés o tomás cocaína, cosa que no iba a hacer. Pero llegué a intentar suicidarme y fue como un grito de ayuda. Era habitual: las modelos que me rodeaban comían cuando aparecía una cámara en épocas de desfiles y después iban todas juntas a vomitar al baño. Y en los departamentos que compartís con otras modelos del mundo, la envidia y las traiciones son comunes: una amiga mía modelo tenía un casting y sus dos compañeras de cuarto -dos modelos rusas- le dieron golosinas a su perro para que se descomponga y tuviera que llevarlo de urgencia al veterinario y no pudiera llegar al casting.

-¿Cómo son los castings?

-En el casting de Vuitton nos pedían que desfilemos sólo con una tanga y tacos altos. Nos miraban como si fuésemos pedazos de carne. Y cuando hice el de Chanel, Karl Lagerfeld no me eligió porque dijo que «Chanel no fotografía a mujeres con pechos», y yo tenía pechos medianos. ¡Y todas las mujeres tenemos pechos! También era tomado con normalidad que durante una producción fotográfica, los asistentes les den almuerzo a todos menos a las modelos, porque «las modelos no comen».

El relato de Victoire Maçon Dauxerre es una clara y poderosa denuncia sobre lo que sucede tener el mundo de la pasarela. Su libro y sus experiencias no cayeron en oídos sordos, y el gobierno francés empezó a exigir que todas las modelos presenten un registro de salud antes de subir a la pasarela en el que se incluye su peso y masa muscular. Sin embargo, creo que también se deberían incluir evaluaciones psicológicas cómo se hacen en otras profesiones de alto riesgo y el modelaje es sin dudas una de ellas.

Lee la entrevista completa en La Nación.

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Sin categoría

La gente abierta tiene un cerebro más conectado

  • Marisa Fernandez
  • 29/01/2016

Algo tiene la ‘personalidad’ que nos fascina y llena miles de conversaciones. Nos definimos según unos determinados rasgos que marcan nuestra forma de ser y eso parece guardar relación con la manera en que está diseñado nuestro cerebro. Al menos ese es uno de los hallazgos de un reciente estudio realizado en Italia y publicado en la revista Neuroimage (2015).

El trabajo, realizado por L. Passamonti, pretendía analizar la relación entre la apertura, como rasgo de personalidad, y los circuitos de dopamina en el cerebro. Para ello contaron con la colaboración de un total de 46 participantes sanos en tres experimentos distintos en los que se utilizó resonancia magnética funcional. En un primer experimento, los participantes se sometieron a la prueba de imagen cerebral en una condición de reposo, sin hacer ninguna actividad. En el segundo experimento se tomaron las imágenes mientras realizaban una tarea en que se presentaban olores agradables y en el tercero mientras veían fotografías de comida. Para valorar la personalidad se utilizó una prueba tipo test muy utilizada en el ámbito de la Psicología. De forma particular, la apertura se define como la capacidad para verse influido por la experiencia sensorial, la búsqueda de novedad y la capacidad creativa.

Después de analizar los datos, los resultados mostraron que el rasgo de personalidad denominado apertura se asoció con la conectividad neural entre algunas áreas del cerebro. Concretamente, cuanto más altas eran las puntuaciones en apertura, más conectadas estaban la sustancia negra y la corteza prefrontal dorsolateral. Para que nos hagamos una idea, la sustancia negra es una estructura del cerebro fundamental en la segregación de dopamina. Por otro lado, la corteza prefrontal dorsolateral es un área relevante en tareas que ponen en marcha varios procesos de la memoria de trabajo.

Según explican los autores, esta conexión más intensa entre la sustancia negra y la corteza prefrontal dorsolateral podría explicar por qué las personas con una personalidad más abierta se muestran más ‘permeables mentalmente’ a los estímulos nuevos y absorben mejor la experiencia que les llega a través de los sentidos.

Una cuestión curiosa sería averiguar si entrenando el cerebro también puede cambiarse la personalidad… quizá en un futuro nuevos estudios nos iluminen sobre esta y otras preguntas relacionadas con la forma de ser de las personas.

Artículo previamente publicado en Uno Brain, una plataforma online de entrenamiento cognitivo en español. 

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  • Artículos Recomendados de la Web

«El bullying te autodestruye: piensas para qué vivo, para qué estoy aquí» – ABC

  • David Aparicio
  • 29/01/2016

Nidia Represa es una joven de 22 años que durante la adolescencia sufrió de terribles episodios de Bullying que le dejaron serias secuelas: alopecia (pérdida del cabello), fuertes dolencias de estomago, afecciones de garganta y alergias alimentarias.

Pero que a pesar de todo, y con el apoyo incondicional de su familia, pudo salir adelante. Hoy Nidia estudia en el segundo año de psicología y ya escribió su primer libro: “Bajo mi piel”,En el que narra la odisea que vivió, las características del Bullying escolar y cómo puede destruir la salud e integridad de una persona:

Todas las víctimas de acoso escolar sufrimos un proceso de autodestrucción, porque el acoso deja tan baja la autoestima que al final crees todo lo que te están diciendo y terminas por autodestruirte. Piensas que no eres nada, que todo lo que haces y dices está mal. Es cuando te preguntas «¿para qué estoy aquí?, ¿por qué vivo?». Entonces te dices que a lo mejor no deberías estar aquí. Pero lo que más me dolió fue que los acosadores eran chicos que yo conocía desde muy pequeña y mis mejores amigos estaban detrás.

Me costó mucho superarlo. Primero porque yo no dije nada durante muchos años. No quería hacer daño a los demás. Fui año tras año a peor, las secuelas iban a más, me costaba más relacionarme, suspendía más… Y llegó un momento que colapsé. En segundo de bachiller ya no pude más. Cogía el Metro para ir a clase y me daban ataques de pánico pensando en los exámenes. Entonces me tracé un plan: no voy a clase, estudio por mi cuenta y haré los exámenes cuando lleguen. Además había empezado a hacer amigos pero me daba mucho miedo porque eso significaba que ellos me estaban conociendo más y yo me estaba volviendo más vulnerable. Intenté ocultarlo, pero mi madre lo descubrió. Lo peor es que yo no sentía, estaba hueca, vacía… Al llegar hasta el fondo me di cuenta de que me tenía que recomponer, y encontrarme a mí misma. Mi madre y mi psicóloga comenzaron a darme estrategias para ello. Poco a poco comencé a salir adelante.

El libro de Nidia es un buen recurso para los psicólogos y maestros que buscan literatura de primera persona que ayuden a los jóvenes y adultos a enterar de una vez por todas que el bullying es mucho más peligroso que una simple broma.

Lee el artículo completo en ABC.

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Sin categoría

Confesiones de un cómico depresivo (Vídeo)

  • David Aparicio
  • 28/01/2016

Kevein Breel luchaba en silencio con la depresión y las ideaciones suicidas, mientras el resto de las personas veían al chico sano, popular, que estaba en todas las fiestas, que era el capitán del equipo de baloncesto y estudiante sobresaliente en teatro e inglés.

Tal vez para los profesionales de la salud, la conferencia de Breel no ofrezca datos novedosos sobre la depresión, pero su riqueza se encuentra en la la sencillez con la que logra transportar sus ideas, sus propias vivencias y que seguro ayudará a otras personas que se sienten solos y que pasan por situaciones similares.

Fuente: TED

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Diálogo consciente: Una práctica compartida

  • Paula José Quintero
  • 28/01/2016

Empecemos por acá.

Elisha: Si estuvieras sentado frente a una persona que está experimentando un profundo sufrimiento emocional en su vida en este momento, ¿Qué consejo o sugerencia le darías?

Jack: Muy poco consejo para empezar. Creo que lo más importante que uno puede hacer es estar totalmente presente en ese estar frente a esa persona y no intentar dar consejos. Sentarse y estar presente, incluso sostener su mano o, si no está abierta a eso, sostenerla en mi corazón y permitir que mi propia experiencia resuene con la de ella. Estar presente yo mismo en la experiencia, con toda la compasión y cuidado, y toma de perspectiva y tanto amor como pueda ofrecer. Si comenzara a decir algo, empezaría por hacerlo cultivando curiosidad, preguntando de qué se trata su sufrimiento, de donde vienen esas lágrimas y esa angustia. Querría saber y no imponer ningún consejo, sin haber primero escuchado con claridad lo que ocurrió, en dónde estaba y qué es lo que está buscando. Y luego, quizá, a partir de esta capacidad compartida de estar presentes me gustaría comunicarle mi confianza profunda en que podemos estar abiertos a todo lo que está ocurriendo y estar juntos con esta experiencia de sufrimiento.

Elisha es Elisha Goldstein entrevistando a Jack Kornfield en el primer capítulo de su libro sobre diálogo conciente (1). Cuando leí ese fragmento por primera vez me conmovió. ¿Qué es lo que generó eso en mí? Posiblemente admiración frente a esa imagen de dos personas sentadas frente a frente abiertas a aceptarse con sus experiencias tal cual son. Puede sonar a algo fácil de hacer pero sabemos que no lo es, al menos para la mayoría de nosotros. Me conmovieron puntualmente dos cosas de esa imagen: la primera, que quien escuchaba lo hacía de una manera que nos suele ser ajena: sin los automatismos habituales, suspendiendo los intentos de “resolver el problema”, con curiosidad; la segunda, que el resultado de esa escucha con esa cualidad particular abría la posibilidad de una conexión real con el otro.Estos dos componentes, los encontramos en la práctica del diálogo conciente.

¿Qué es?

Como toda de práctica de mindfulness, implica la disposición a prestar atención al fluir de la experiencia en el momento presente sin juzgar (2) —en esta oportunidad no nos vamos a detener en los detalles más formales como definiciones más precisas y diferentes áreas de aplicación pero si querés saber más sobre mindfulness podes hacer click acá — Como toda práctica de mindfulness puede resultar incómoda, ya que supone una manera de experimentar los eventos diferente de la que estamos acostumbrados. El diálogo conciente puede considerarse una práctica de mindfulness interpersonal, en donde otro está involucrado junto con nosotros en la experiencia de estar despierto frente la realidad de ese intercambio tal cual es. Dialogar con conciencia plena implica hablar y escuchar de un modo particular a la otra persona.

¿Cómo se hace?

1) Cuando escuchamos, solamente escuchamos

Cada uno tiene su turno para hablar sin interrupciones. El desafío es estar atentos frente a lo que el otro dice y no a lo que nuestra mente nos dice mientras tanto, ni a las distracciones que pueden surgir (la lista del supermercado o recuerdos sobre las navidades pasadas pueden esperar). Por supuesto que nuestra mente se esforzará por imponerse, la práctica es simplemente observar estos intentos y volver a poner la atención en las palabras y gestos del otro cuando habla.

2) Cuando escuchamos, escuchamos con curiosidad

Cultivamos la curiosidad de quién no sabe y está genuinamente interesado, sin realizar juicios de valor. Todos tenemos ideas preconcebidas y prejuicios cuando entramos en una conversación y eso no lo podemos evitar. Permanecer curioso implica entonces dejar pasar esa historia que nos hacemos en nuestra mente respecto a lo que el otro dice y volver a focalizar en lo que en realidad dice. Permanecer curioso implica no aferrarse a las suposiciones.

3) Cuando escuchamos, escuchamos con comprensión

Escuchamos para intentar comprender el lugar del otro, lo que está diciendo y sintiendo, estando atentos a lo que el otro realmente está diciendo y ampliando la atención también a su lenguaje corporal y a su tono de voz.

4) Cuando escuchamos, escuchamos sin interrumpir

Permitimos que el otro se exprese totalmente sin interrumpir. Practicamos notar el impulso a interrumpir al otro mientras habla y no reaccionar a él. Cultivamos paciencia hacia el otro y también hacia nosotros mismos. Respiramos, notamos nuestras ganas de interrumpir, volvemos a poner la atención en las palabras del otro.

5) Cuando hablamos, también escuchamos

Escuchamos nuestras palabras, nuestra mente y nuestro corazón y observamos nuestras reacciones, las ganas de hablar enseguida, de hablar rápido y sin pausas, de justificarnos, de querer salir de la conversación o de insistir en continuarla a pesar del otro, etc.

6) Cuando hablamos, preguntamos más y aconsejamos menos

Pedir más información para lograr entender mejor es una parte importante del diálogo conciente: usamos más preguntas y damos menos consejos u opiniones.

7) Cuando hablamos, notamos cómo surgen nuestros patrones habituales

Puede tratarse de nuestra tendencia a juzgar, a sacar conclusiones apresuradas, a leer intenciones en el otro, a querer responder rápidamente aun cuando no sabemos bien qué decir, a pensar en qué es lo próximo que diremos aun cuando la otra persona aún no terminó de hablar. También muchas veces intentamos decir cosas para buscar aprobación, cariño o admiración por parte del otro o bien damos respuestas automáticas estandarizadas en situaciones en las cuales quizá sería mejor el silencio o dar lugar a que algo más genuino surja en nosotros para decirlo. Notamos estos patrones también cuando escuchamos al otro. Intentamos no reaccionar de manera automática a ellos.

8) Cuando hablamos, hablamos con la verdad

Decir la verdad tiene menos que ver con las palabras y más con la fuente de las palabras (3). La verdad de la que hablamos es una verdad subjetiva a la que accedemos cuando nuestra mente se encuentra aquietada. Las palabras que surgen cuando estamos muy emocionales quizá no sean las que diríamos un rato más tarde cuando la tormenta pasó. Hablar con la verdad implica primero pausar y aquietarse y decidir qué es lo que queremos decir y cómo queremos decirlo.

9) Cuando hablamos, hacemos una pausa

Uno de las actitudes distintivas del diálogo conciente es la capacidad para pausar. Notar las reacciones automáticas y volver al dialogo en el momento. Relajar y no “morder los anzuelos” son parte de la pausa. Cuando relajamos tomamos una respiración conciente y hacemos un escaneo corporal breve para notar las áreas de tensión y entonces las relajamos; realizamos de manera conciente los movimientos que el cuerpo necesita en ese momento. No morder los anzuelos implica no responder con defensividad. Durante la pausa, notamos los anzuelos y luego elegimos como queremos responder.

10) En el diálogo conciente respetamos los silencios

Notamos si frente al silencio surge incomodidad y hacemos lugar a esa incomodidad. No reaccionamos queriendo llenar ese espacio de palabras que no tienen mucho sentido para nosotros. Tomamos los silencios también como parte de la experiencia compartida con el otro y damos lugar a que del silencio pueda surgir algo más genuino.

¿Por dónde empezar?

Como sucede con todas las habilidades que queremos aumentar, el diálogo conciente requiere práctica. Podes comenzar a practicar hoy mismo con quien vos elijas, lo único que necesitas es tener a alguien cerca con quien conversar y disposición a intentarlo. Seguramente es difícil mantener una práctica sostenida por mucho tiempo, por eso quizá sea mejor que te propongas practicar por unos pocos minutos y los hagas con toda tu atención. Es mejor practicar primero durante conversaciones que no impliquen mucha tensión emocional. Cuando estamos en medio de discusiones acaloradas es un poco más difícil. Escuché decir a un sabio profesor: “cuando uno aprende a manejar no empieza por la autopista”. Pero si practicas lo suficiente, cuando llegue el momento de una discusión difícil vas a tener más a mano las cualidades del diálogo conciente.
De todas maneras, si tenés ganas de hacer una práctica menos informal, podés seguir el siguiente ejercicio (4) y notar los resultados en la comunicación:

1. Encontrá un momento en el que no estés apurado.
2. Invitá a alguien a practicar con vos.
3. Decidan quién va a hablar y quién va a escuchar primero.
4. Cada uno tendrá 5 minutos para hablar. Quién escucha puede comenzar con una pregunta o bien quien habla puede elegir el tema sobre el que quiere hablar.
5. Quien escucha permanece con conciencia plena, sin interrumpir ni responder a lo que está escuchando, observando sus propias experiencias internas sin reaccionar.
6. Una vez pasados los 5 minutos, quien escuchó tiene 3 minutos para reflejar lo escuchado sin agregar opiniones ni consejos (“si te entendí bien, lo que pasó fue… y vos te sentiste…”).
7. Luego quién habló tiene un minuto para compartir lo que sintió al ser escuchado.
8. Finalmente, se cambian los roles y se empieza de nuevo.

La gente que realiza esta práctica suele coincidir en que genera una experiencia de reciprocidad, aceptación y conexión con el otro más profunda que la que obtenemos de dialogar según nuestros patrones habituales. Definitivamente vale la pena intentarlo.

Referencias

(1) Goldstein, E. (2010). A Mindful Dialogue: A Path Toward Working with Stress, Pain and Difficult Emotions,. (G. G. (ED.), Ed.).
(2) Kabat-Zinn, J. (1994). Wherever you go, there you are: mindfulness meditation in everyday life. NewYork: Hyperion.
(3) Kramer, G. (2007). Insight Dialogue: The Interpersonal Path to Freedom. London & Boston: Shambhala Puclications.
(4) Day 18: The Mindful Dialogue (2016) in www.mindfulinmay.org

Si te quedaste con ganas de leer más:

Insight Dialogue: The Interpersonal Path to Freedom de Gregory Kramer

Instrucciones del Insight Dialogue de Kramer para descargar

A Mindful Dialogue: A Path Toward Working with Stress, Pain and Difficult Emotions de Elisha Goldstein

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  • Artículos Recomendados de la Web

Henry Marsh: «Sabemos más de la Luna que del cerebro» – El País

  • David Aparicio
  • 27/01/2016

«Hasta cierto punto, conocemos mejor la Luna que el cerebro», asegura Henry Marsh. «No hemos más que rasgado en la superficie, y creo que así seguiremos durante mucho mucho tiempo. A veces me acuerdo de lo que decía Newton: ‘He sido un niño pequeño que, jugando en la playa, encontraba de tarde en tarde un guijarro más fino o una concha más bonita de lo normal. Y el océano de la verdad se extendía, inexplorado, delante de mí’. Así me siento yo muchas veces ante el cerebro, cuando opero tumores, como si estuviera recogiendo guijarros».

Hace poco se publicó las memorias de Henry Marsh, uno de los neurólogos más respetados y experimentados del mundo. Tiene 30 años haciendo cirugías del cerebro y con toda su experiencia reconoce que recién apenas estamos conociendo superficie del órgano más complejo que existe. La honestidad de Marsh y su humildad científica nos llama a la mesura interpretativa de los estudios neurológicos que en estos tiempos se difunden como hechos irrefutables que explican en totalidad la conducta humana, lo cual es totalmente falso.

Lee el artículo completo en El País.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La psicología de la atracción

  • Karemi Rodríguez Batista
  • 27/01/2016

Seguramente te habrás planteado alguna vez cuántos amigos verdaderos tienes, a cuántas personas eres capaz de querer realmente, por qué hoy te gusta una persona y mañana hasta sientes que la odias. Te suena, ¿verdad? En el siguiente artículo hablaremos de esos factores que intervienen en primera instancia a la hora de sentirnos atraídos por los demás y que, seguramente, responderán a algunas de estas preguntas.

Introducción

Aunque el artículo se centra en aquellos factores que intervienen en la atracción interpersonal, nos gustaría hacer una reflexión sobre el vínculo, ya que tiene relación y da cuenta de la importancia de sentirnos queridos, aceptados y formando parte de “algo”. El siguiente vídeo, resultado de una investigación del Dr. Tronick, nos ilustra claramente la importancia de “la mirada del otro” en nuestra psique desde que somos tan pequeñitos.

¿Qué te ha parecido? Queda claro que somos seres emocionales y sociales y que necesitamos del otro. De aquí la importancia de adentrarnos en aquellos factores que son fundamentales a la hora de sentirnos atraídos por alguien, amigos o pareja. Así que sin más dilatación, veamos qué nos dicen los estudios sobre éstos factores.

Aspectos diferentes

La atracción es un fenómeno basado en la acción de traer hacia uno mismo a alguien que, debido a una serie de factores culturales, psicológicos y biológicos, resulta de su propio agrado. Los motivos del agrado varían en función de diferentes matices, e incluso los niveles de amor tienen sus variaciones. En la antigua Grecia, por ejemplo, al amor de amigos lo llamaban “phileos”, al amor sexual, “eros”, y al amor desinteresado, altruista o platónico, “ágape”.

Definir el amor o la atracción puede llegar a ser muy complicado, más aún si quisiéramos medir la cantidad de ese amor o atracción. La forma más precisa de hacerlo es preguntando directamente a la persona o personas implicadas. Desde la psicología social se ha intentado promulgar alguna teoría explicativa sobre la atracción entre las personas. Una de las teorías representativas es la que basa la atracción en las gratificaciones que una persona obtiene de otra, es decir, nos atraen las personas cuya conducta nos gratifica de alguna manera, o también aquellas personas que asociamos a los acontecimientos que son gratificantes para nosotros. Normalmente esta clase de gratificación suele conllevar una reprocidad equilibrada, que lo que recibimos en una relación sea directamente proporcional a lo que damos.

nos atraen las personas cuya conducta nos gratifica de alguna manera

Es muy importante que los miembros que intervienen en una relación de atracción o amor perciban que las contribuciones mutuas sean de esa manera, equilibradas, que los costes-beneficios estén compensados. Y para ello, es muy importante que desde el principio podamos expresar qué es lo que entendemos como demostración de cariño, qué nos disgusta, qué esperamos y, muy importante, saber lo mismo de la otra persona. Sólo así empezamos a establecer un lenguaje común dónde las “lecturas de mente e intenciones” sean mínimas.

Fíjate, en las relaciones que son de amistad, la equidad está presente continuamente: “Yo te invito a las cañas (chelitas) hoy,  y tú mañana”. Pero en las relaciones de pareja, normalmente, esta relación de equidad es más bien a largo plazo, puede haber periodos largos recibiendo poco y entregando mucho.

Características más valoradas

Actualmente encontramos bastante bibliografía científica respecto a las variables implicadas, Sin embargo, quisiéramos resumirte los puntos más importantes encontrados en una investigación reciente y, sobre todo, muy completa. Esta investigación fue realizada por la Profesora Titular de la Universidad de Valencia, Gemma Pons-Salvador y la Licenciada en Psicología y Especialista en Sexología, Carolina Muñoz Martínez. En ella vemos cómo en un primer momento es el atractivo físico el que juega un papel fundamental, esto es porque se le relaciona con la idea de reproducirse con una persona saludable. La información principal la obtenemos a partir de la simetría del cuerpo y especialmente de la cara  (Guillén-Salazar y Pons-Salvador, 2002). Pero, este atractivo físico es modulado por la cultura, hay rasgos predominantes según el modelo de belleza social imperante. Basta que pensemos en lo que en nuestra sociedad es ese modelo. ¿A qué no es el mismo de los años 60, por ejemplo? Seguramente una chica delgada en aquellos momentos sería famélica y por tanto no atractiva físicamente, también podemos irnos a  Nigeria, donde las mujeres acuden a centros de obesidad para poder ganar kilos antes de casarse, ya que esto indica un elevado estatus social.

En términos generales, las características más valoradas según el anterior estudio fueron: un aspecto saludable, con valores socialmente aceptados, con personalidad adaptada a la vida en pareja y con un nivel cultural similar al suyo.  Eso sí, con ligeras variaciones. Los sujetos sin pareja estable dan más importancia al atractivo físico y a la belleza, y los sujetos que se perciben como muy atractivos valoran más el atractivo físico de los otros.

Factores biopsicosociales implicados

La atracción a un nivel más general, por otro lado, tiene más en cuenta factores como la proximidad, la semejanza, la reciprocidad, otras características socialmente valoradas, y aunque en menor grado, las características físicas,  que veremos a continuación con más detalle.

Características físicas

Las características físicas de las personas que percibimos son especialmente importantes en los primeros encuentros, o cuando el primer contacto es superficial. Cuando nos encontramos con desconocidos, el primer proceso que ocurre consiste en decidir si dicha persona tiene o no algún interés para nosotros. Si no lo tiene, será ignorada. Es el proceso de ignorancia cognitiva.

la proximidad, la semejanza, la reciprocidad son otras características importantes de la atracción a un nivel más general

Algunas explicaciones de porqué resulta atractivo un físico agradable son:

  1. a) Que tendemos a inferir que hay características o cualidades asociadas en la personalidad y con cierta consistencia, por ejemplo «Lo que es bello, es bueno».  Este fenómeno es explicado por Asch en su trabajo sobre las Teorías Implícitas de la Personalidad (TIP). A veces, lo atractivo va asociado a características negativas por ejemplo que las mujeres muy atractivas son vanidosas y materialistas.
  2. b) El Efecto Halo, nombre acuñado por el psicólogo estadounidense Edward Lee Thorndike, nos explica el sesgo cognitivo por el cual la percepción de un rasgo particular es influida por la percepción de rasgos anteriores en una secuencia de interpretaciones. Así, si nos gusta una persona tendemos a calificarle con características favorables aunque no contemos con mucha información sobre esa persona.
  3. b) Que cuando nos asociamos con una persona atractiva, nuestra imagen pública sale favorecida.

Proximidad

Esto nos suena mucho a  «ojos que no ven, corazón que no siente», o aquello de “dicen la distancia es el olvido…” Y es que tiene su lógica. Hay elementos que, de entrada, nos favorecen el encuentro con personas con las cuáles tengamos más afinidad, estos son los factores sociales e institucionales y las características personales que tengamos cada uno. Es decir, será muy probable que dos personas amantes de la pintura coincidamos en un museo.

Algunas de las formas en que influye esa proximidad física en la atracción son:

  1. a) En que generalmente son más accesibles las personas que tenemos más cerca físicamente
  2. b) En que tratar con extraños, según nos dicta nuestra sociedad, puede ser inadecuado, o incluso peligroso.
  3. c) En que la proximidad puede incrementar la familiaridad y, ésta a su vez, puede aumentar la atracción. Este efecto se conoce como “principio de familiaridad” en psicología social y fue denominado por Zajón como «efecto de la mera exposición«: La percepción de forma repetida de un estímulo que inicialmente es neutro o positivo (no negativo), lleva a una mayor atracción hacia el estímulo.

No siempre la proximidad influye positivamente en la atracción (el efecto de la mera exposición, no se da si el estímulo es negativo).

Semejanza

Es muy frecuente que a más semejanza con las personas, mayor atracción. Nos sentiremos más atraídos entre sí, si hay similitud en cuanto a procedencia étnica, geográfica, religión, nivel cultural, clase social y edad, tienden a sentirse atraídos entre sí.

La psicología social ha puesto mucho foco a dos de sus dimensiones: la semejanza actitudinal, y la semejanza de personalidad. En cuanto a la primera, Theodore Newcom mostró en uno de sus principales trabajos, el importante impacto que el hecho de tener actitudes semejantes tenía sobre la atracción. La teoría de consistencia cognitiva explica que ser semejantes a alguien y no sentirse atraído por esa persona es una relación de desequilibrio, teniendo en cuenta que solo hay equilibrio si alguien es semejante y nos gusta, o cuando es distinto y no nos gusta. Hay excepciones, por ejemplo, cuando otra persona es semejante pero tiene alguna característica negativa adicional o es de status inferior, o cuando la diferencia es más reforzante que la semejanza, como cuando nos relacionamos con personas de actitud diferente ya que tenemos en mente aprender cosas nuevas.

En cuanto a la segunda, los resultados son menos consistentes por el carácter poco visible de la característica de personalidad en cuestión. Sin embargo, por regla general, cuando la dimensión de personalidad se manifiesta con claridad, la semejanza produce mayor atracción que la diferencia, al menos en el caso de las siguientes características: la orientación o rol sexual, conducta tipo A, depresión, búsqueda de sensaciones y estilo cognitivo.

Reciprocidad

Para éste factor, la interacción es fundamental. El mero hecho de que se presente la reciprocidad será determinante para el desarrollo de las relaciones.

Seguramente te habrá pasado, cuando una mujer (u hombre) te responde de manera positiva, tiendes a sentirse atraído hacia esa persona. (No es exclusivo de las relaciones románticas, también aparece en la amistas y en relaciones profesionales).

estos estudios nos proporcionan datos interesantes pero siempre habrá que contextualizarlos al individuo en particular

Otro ejemplo, puede ser cuando se nos informa que le “caemos bien o mal” a alguien, al momento de encontrarnos con ese alguien influirá lo que nos han dicho, seremos más afectuosos o distantes, según el caso. Entonces, nuestro comportamiento influiría y terminaríamos gustándole o no a ese extraño.

Esto se puede explicar, por mecanismos de refuerzo: el que alguien tenga una mala imagen de nosotros, no es recompensaste, o por las teorías de consistencia cognitiva: que yo le caiga bien a alguien y que ese alguien me caiga mal a mí, es una situación de desequilibrio.

Otras características personales socialmente valoradas

En un estudio realizado en 1968 a 100 estudiantes de universidad en el cual se tenía que valorar de 555 rasgos los 5 más valorados, Anderson encontró que los cinco rasgos más valorados eran ser sincero, honesto, comprensivo, leal y digno de confianza, y los menos eran el ser  falso, mezquino, cruel y deshonesto.

Otros estudios como el de Lydon y colaboradores en 1988 han mostrado que los rasgos más valorados en las personas se agrupan en dos conjuntos: a) afecto (p. e., afectuoso, amigable, feliz y considerado), señales no verbales (p. e., sonreír, mirar con atención, expresar emociones), disposiciones actitudinales (p. e., mostrar agrado por las personas), y  b) Competencia, que comprende habilidades sociales e inteligencia (p. e., tener una conversación interesante, etc.).

De nuevo, estos estudios nos proporcionan datos interesantes pero siempre habrá que contextualizarlos al individuo en particular. Incluso los factores relacionados con los aspectos más relativos a rasgos de personalidad deseados deberán de tener en cuenta, por ejemplo, la época, la cultura, los valores predominantes en la familia, el estilo de relación que hayamos vivido con nuestros padres, etc. Sin embargo, sí que nos dan una idea clara de por dónde ir, y el porqué es tan importante a la hora de elegir una pareja el tener intereses y actitudes semejantes, antecedentes educativos y culturas afines, actitudes similares respecto a la vida sexual, etc.

Esperamos que os haya resultado de interés. ¡Hasta la próxima!

Bibliografía:

Anderson, N. (1968). Likableness ratings of 555 personality-trait words. Journal of Personality and Social Psychology, 9(3), 272-279.

Cherry, K. (2014).  What is the halo effect?

Guillén-Salazar, F., y Pons-Salvador, G. (2002). El origen evolutivo del comportamiento sexual humano: Una aproximación desde el campo de la psicología evolucionista. Revista De Psicología General y Aplicada, 55(2), 187-202.

Muñoz Martínez, C. y Pons-Salvador, G. (2012). La percepción de la atracción interpersonal: Un estudio sobre las características personales que resultan más atractivas. Informació Psicològica, (103), 62-72.

Newcomb, T. M. (1961). The acquaintance process. New York: Holt, Rinehart and Winston.

Pablo Briñol, B. Sierra, C. Falces, A. Becerra y Froufe, M. (2000). La eficacia relativa del efecto de mera exposición y del condicionamiento clásico en la formación de preferencias. Psicothema, 12(4), 586-593.

Psicología Online. (2015). Factores que influyen en la atracción.

Lydon, J., Zanna, M.P., Ross, M. (1988). Bolstering Attitudes by Autobiographical Recall: Attitude Persistence and Selective Memory. Personality and Social Psychology Bulletin, 1, 78-87.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Una técnica para disfrutar más seguido de los sueños lúcidos

  • David Aparicio
  • 26/01/2016

Los sueños lúcidos se caracterizan por tener la persona plena consciencia y control de los eventos a medida que suceden. Es como si fueras el director de una película, y en este caso la película ocurre mientras duermes y sueñas.

Pueden ser muy divertidos  y seguramente lo has experimentado y te has quedado con las ganas de que ocurran con más frecuencia. Hoy te contaremos de un estudio que encontró una extraña acción que podría aumentar la frecuencia de  los sueños lúcidos.

La investigación en cuestión fue publicada en la revista Dreaming y encontró que las personas que usaban a diario la opción: “posponer” de la alarma despertadora (posponer alarma por 10 minutos o los que ponen la alarma cada x número de minutos para levantarse:  6, 6:10, 6:15, 6:20,: 6,25, 6:30… ) tenían significativamente más sueños lúcidos que las personas que nunca lo usaban esta función del despertador.  En promedio las personas que usaban el repetidor de la alarma tenían 3.04 sueños lúcidos en una escala de 7 comparados con el 2.76 de los que no usaban dicha función.

Esta correlación fue notablemente estable aun cuando se controlaron otros factores como: la tendencia de las personas a recordar sus sueños y la frecuencia de los despertares durante la noche.

¿Qué tiene que ver el repetidor de la alarma despertador con los sueños lúcidos?

Una explicación bastante factible, según los autores, es que la interrupción constante del sueño producida por el repetidor de la alarma, hace que volvamos a dormirnos en las primeras fases del sueño REM, y es ahí donde ocurren los sueños lúcidos. Pero también reconocen que pueden haber otras explicaciones más sencillas como por ejemplo, que las personas participantes propensas a los sueños lúcidos usan con más frecuencia el repetidor de la alarma.

Sabemos que la correlación no significa causa, pero sería interesante probar con esta técnica y ver si logras tener sueños lúcidos más seguido

Fuente: Research Digest

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

(PDF) La psicología de la delincuencia

  • David Aparicio
  • 26/01/2016

¿Cuáles son los principales aspectos a destacar en la investigación actual sobre la psicología de la delincuencia? ¿Cómo enfrentarnos a la prevención y tratamiento de la delincuencia? ¿Qué análisis deben realizarse para desarrollar intervenciones eficaces? ¿Sobre qué bases deben apoyarse los estudios en este campo? ¿Cómo actuar con menores delincuentes de diferente edad?

Estas cuestiones, de indudable relevancia para el campo de actuación con menores y adultos infractores, articulan el siguiente manual sobre Psicología de la Delincuencia.

He intentado contestar a cada una de ellas, ofreciendo los fundamentos conceptuales de este área de estudio y de su estado actual en el panorama nacional e internacional, realizando un análisis de los componentes de las inter- venciones que resultan más prometedoras en el abordaje de esta problemática, informando sobre las estrategias que hay que tener en cuenta para llevar a cabo un programa de intervención eficaz con delincuentes, y ofreciendo pautas de prevención que permitan la adaptación personal y social de los menores en riesgo. No debemos olvidar que se trata de personas que por razones evolutivas o circunstancias ambientales presentan problemas que por sí mismos no pueden resolver de una manera adecuada.

Cada vez son más los autores que comparten la opinión de que la delincuencia, especialmente aquella de naturaleza grave o crónica, no es sino una manifestación más -si se quiere, la más perturbadora- de un estilo de vida incompetente. Estos sujetos, entonces, no sólo son delincuentes, sino que resultan fracasados sociales en términos de su ajuste personal, laboral y familiar.

Por otra parte, en el contexto de la conducta antisocial, las investigaciones ya no se centran exclusivamente en buscar la causa del problema. Esto refleja en parte el reconocimiento de los complejos factores que se combinan para producir la conducta delictiva, las muchas vías distintas que conducen a un mismo resul- tado. Para comprender los mecanismos en los que operan los factores de riesgo serían necesarios estudios que examinaran los factores múltiples y su desarrollo en el curso del crecimiento. Es probable que haya vías o secuencias múltiples que conduzcan al comportamiento delictivo y que éstas difieran en los jóvenes a distintas edades, de distinto sexo y de cultura diferente. Por ello, las teorías futuras necesitan adoptar un amplio rango de variables a estudiar (individuales, interpersonales y sociales), junto con procesos motivacionales, de inhibición conductual y toma de decisiones, que adopten una perspectiva de desarrollo que permita establecer secuencias evolutivas en la carrera delictiva.

El objetivo en el pasado fue comprobar la evidencia empírica sobre descu- brimientos ya existentes, el énfasis en el futuro debe ponerse en la predicción de nuevos resultados, en la planificación de programas donde las teorías y la evidencia avancen juntas y se enriquezcan mutuamente.

El estudio de los factores de riesgo ha revelado que no sólo existe continuidad de la conducta antisocial desde la niñez a la adolescencia y vida adulta, sino también a través de generaciones. La estabilidad y continuidad de esta proble- mática social significa que las intervenciones diseñadas para mejorar estas conductas son sumamente importantes. Pero no podemos obviar el hecho de que no todos los individuos bajo riesgo de conducta delictiva se convierten en sujetos delincuentes. La evidencia de estas personas resistentes o inmunes ha propiciado una vía de investigación muy prometedora, ya que, al menos a priori, parece más sencillo analizar qué protege a los menores ante el delito que el interrogarse qué es lo que les induce a delinquir, como tradicionalmente se venía haciendo. La cuestión más importante sigue siendo el mejorar la identifi- cación de estos grupos de sujetos. Lo que tenemos que hacer es intentar repro- ducir en esos chicos de riesgo los factores que pueden hacerles “inmunes” al primer delito, o bien que puedan evitar que sigan implicados en comportamientos delictivos.

En la actualidad, y tras años de investigación, podemos afirmar que para que un tratamiento con delincuentes sea eficaz, debe basarse en: (a) un conjunto de técnicas diferentes que pueda emplearse atendiendo a las necesidades especificas de cada sujeto; (b) estrategias para que el delincuente aprenda a relacionarse con los demás y con su entorno; y (c) un entrenamiento relacionado con la comu- nidad (escuela, servicios sociales, clubes, etcétera). Asimismo, debe contar con profesionales capaces y entusiastas, que sirvan de modelos positivos en su interacción con los jóvenes y en consonancia con el estilo de aprendizaje de los mismos. Todo ello con un mismo objetivo: lograr que el delincuente adopte un modo diferente de relacionarse con el mundo y de verse a él dentro de ese mundo. De hecho, podríamos resumir la tarea de socialización como un esfuerzo por ofrecer recursos y habilidades a estos jóvenes para que adquieran un mayor auto-control en el establecimiento de metas y actividades prosociales, que les permitan abandonar una incipiente o consolidada carrera delictiva y les haga sujetos adaptados a su entorno.

Aunque sabemos que es necesario potenciar los escenarios comunitarios para el tratamiento de los delincuentes, la institucionalización es una realidad. No podemos plantearnos si podemos o no educar a los delincuentes en institu- ciones. Estas existen, y seguirán existiendo. Por tanto, lo importante es aplicar en ellas programas efectivos, para lo cual sería claramente de ayuda un cambio, desde la perspectiva de la psicología organizacional, del diseño tradicional de funcionamiento. Al mismo tiempo, no descuidamos el campo de la prevención, el cual se ha visto enriquecido por la corriente cognitivista al ofrecer resultados prometedores en el trabajo con niños con comportamiento antisocial y jóvenes predelincuentes o en riesgo de serlo.

A continuación el lector encontrará nueve temas con un mismo objetivo: demostrar la necesidad de comprender y conocer, para prevenir e intervenir en el ámbito de la conducta delictiva.

El primero de ellos titulado “Definición de la conducta antisocial y delictiva” nos introduce en la definición e identificación de los menores con conducta antisocial y delictiva, diferenciándolos de aquellos con trastorno disocial, y ofre- ciendo el marco legal que sirve de referencia para la actuación con los menores infractores. Asimismo, hace un recorrido sobre los diferentes conocimientos que debe poseer el profesional que trabaja en este campo.

En el segundo tema “Predicción de la conducta delictiva: vulnerabilidad y resistencia”, realizado en colaboración con José Luis Alba, se señalan los factores de riesgo más importantes para el inicio y el mantenimiento de la conducta delictiva así como los factores protectores que pueden ayudar al sujeto a hacerse resistente ante influencias antisociales.

El tercer y cuarto tema (realizado en colaboración con Ana D’Ocon) ofrecen, respectivamente, los aspectos psicológicos y sociales del delincuente. En primer lugar, se presenta un análisis detallado de los factores cognitivos y emocionales relacionados con la delincuencia, y en segundo lugar, de los factores ambientales (en concreto, la familia, escuela y grupo de amigos) que en un gran número de ocasiones contribuyen al inicio, mantenimiento y desarrollo del comportamiento antisocial y delictivo.

El quinto tema “La integración: persona, conducta y ambiente”, realizado en colaboración con Vicente Garrido, presenta una serie de teorías integradoras que representan algunas de las explicaciones más novedosas en esta materia.

Del análisis de todas estas variables se desprenden una serie de derivaciones para la prevención que son desarrolladas en el tema seis “La prevención de la conducta delictiva”. Concretamente, este tema se centra en las medidas de prevención e intervención dirigidas al entorno familiar, situando la moderna perspectiva de la prevención en el marco de la competencia social. También se ocupa del papel de la escuela en la prevención e intervención de la conducta delictiva, reflexionando acerca del modo en que la escuela actúa en el presente como agente de prevención y haciendo un repaso sobre las principales estrategias de actuación para el desarrollo de la competencia social.

El tema siete “El tratamiento de la conducta delictiva” está dedicado, como su nombre indica, al tratamiento del delincuente juvenil y adulto. En primer lugar, aborda la respuesta de la justicia juvenil ante el menor infractor, resaltando dos conceptos clave: la responsabilidad y la competencia. En segundo lugar, analiza los objetivos de la intervención con delincuentes, diferenciando los principios que deben guiar una actuación eficaz de las características de los programas que han resultado prometedores en el tratamiento del delincuente. Y en tercer lugar, muestra algunos programas eficaces de intervención, incluyendo un proyecto para delincuentes juveniles de alto riesgo y con conductas violentas.

Precisamente sobre la delincuencia violenta trata el tema ocho donde a parte de ofrecer definiciones y conceptos, se centra en la identificación de las perso- nalidades con cierta propensión a las conductas violentas y en estrategias de prevención e intervención del comportamiento violento.

El profesor Vicente Garrido Genovés ha colaborado en este manual con el último tema, sin duda enriqueciendo este libro. El capítulo 9 “Psicopatía y delincuencia”, nos acerca a la figura del delincuente psicópata para que lo comprendamos mejor, sepamos diagnosticarlo, y en última instancia, podamos ofrecer limitadas pero útiles pautas de tratamiento a estos difíciles delincuentes.

Finalmente, estos nueve temas van acompañados de dos prácticas. La primera sobre la identificación de los factores de riesgo y de protección de un adolescente, que cubriría los primeros cinco temas, y la segunda, más centrada en los últimos cuatro capítulos, sobre el diagnóstico y valoración de la psicopatía en un delin- cuente.

Deseo que este material pueda ser un verdadero instrumento de ayuda para todos los estudiantes de esta asignatura, así como para los psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, criminólogos, maestros, educadores sociales, fuerzas de seguridad, sociólogos, juristas y personal de instituciones que estén interesados en conocer o desarrollar programas para la prevención y tratamiento de la desviación social, la delincuencia y la violencia en sus diferentes manifestaciones.

Asimismo, espero que sea de utilidad para los profesionales de los servicios psicopedagógicos que tienen como misión elaborar programas de ayuda para jóvenes con dificultades, así como a otros profesionales de los servicios sociales que trabajan con esta población o los responsables de desarrollar estrategias adaptadas a este tipo de adolescentes.

No obstante, mi principal pretensión es que a través de todos vosotros puedan beneficiarse especialmente los jóvenes con graves problemas personales y sociales, cuyos comportamientos les impiden experiencias socializadoras positivas que les hacen más susceptibles, si cabe, de desajustes en su etapa adulta.

María Jesús López Latorre.

Universidad de Salamanca, España.

Descarga el PDF completo: La psicología de la delincuencia

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  • Salud Mental y Tratamientos

Revista para descargar: ¿Qué demonios son las Terapias de Tercera Ola?

  • Fabián Maero
  • 25/01/2016

Este texto tiene un origen atípico. En el 2013, cuando ya hacía un tiempo que escribía para el blog de psicología Psyciencia me encontré con un artículo de revisión de la evidencia para las terapias de tercera ola que parecía prometedor (Hayes, Villatte, Levin, & Hildebrandt, 2010).

Nuestro primer instinto fue reseñarlo para el blog (otra forma de decir que quisimos plagiarlo), pero enseguida nos percatamos de que no había buenas descripciones de cada uno de los modelos. Claro está, el lector curioso podía revisar la bibliografía relevante a todos y cada uno de los modelos, pero no es tan fácil acceder a tanto material, sin mencionar que para esos temas el material en castellano escasea, por lo cual decidimos publicar una serie de artículos introductorios siguiendo la lista de ese artículo de revisión, serie que terminaría extendiéndose durante dos años.

Este texto que hoy les traemos es heredero directo de esa serie, adaptada para este formato. Algunos artículos han sufrido adaptaciones menores (remover algunos links, corregir referencias), y otros tienen secciones completamente nuevas. No pretendemos que cubra todos los aspectos de cada modelo, sino que incluya los elementos mínimos que ofrezcan para tener una idea general de las terapias de tercera ola (sospechamos lectores que, como nosotros, tienden a hacer el mínimo esfuerzo posible).

La serie se publicó de manera libre en la web, y es por eso que hemos hecho todo lo posible para que siga siendo de acceso libre en su formato digital.

Versión en PDF: ¿Qué Demonios son las Terapias de la Tercera Ola?

Qué demonios son las terapias de tercera ola

Pueden descargar esta revista en formato PDF haciendo click aquí. El enlace los dirigirá a la web de Grupo ACT donde podrán descargarlo en formato de revista digital para que lo puedan imprimir y compartir en clases o con colegas. Todo el trabajo es gratuito y de libre distribución,  pero los invitamos a realizar una donación económica que ayudarán a sostener los costos de edición y de servidores.

Por favor envíen un email a: [email protected], en caso de que encuentren algún error o problema con las versiones disponibles.

Click aquí para leer los artículos directamente en la web.

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