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Publicaciones por mes

mayo 2017

68 Publicaciones
  • Artículos de opinión (Op-ed)

El resentimiento en la Psicoterapia Gestalt

  • Buenaventura del Charco Olea
  • 26/05/2017

El resentimiento, según la RAE hace referencia al “sentimiento persistente de disgusto o enfado hacia alguien por considerarlo causante de cierta ofensa o daño sufridos y que se manifiesta en palabras o actos hostiles”. Pero, además, el resentimiento es el enfado que viene por el hecho de que ese daño provocado, viene de no atender una determinada exigencia, como a ser respetados, escuchados o valorados, por ejemplo.

El derecho que tiene cada ser humano a exigir a otro es un tema espinoso. El propio Perls planteó en su afamada “Oración gestáltica” que cada uno hace su parte en la vida y que no estamos aquí para cubrir las exigencias de otros sino las nuestras propias, que esa es la responsabilidad para obrar nuestra propia felicidad.

Sin embargo, en nuestra vida diaria, continuamente exigimos cosas a otros, ya que muchas de nuestras necesidades o cosas que queremos, sólo podemos satisfacerlas a través de los otros. El problema, probablemente, sea que expresamos las exigencias de forma muy deshonesta, en el sentido gestáltico del término (es decir, que no somos claros y directos cuando las realizamos, sino que las maquillamos y endulzamos para que sean menos amenazantes, de tal forma que no asumimos la responsabilidad de nuestra exigencia/petición de forma clara y sincera). Una exigencia, entendiéndola como una petición clara al otro, es una acción congruente, enérgica y responsabilizada: al plantearle de esta manera, el sujeto está asumiendo la responsabilidad de dicha petición y está evidenciando aquello que necesita o desea del otro, y de su postura al respecto.

Tal y como señala John Stevens, esto es algo que suele resultar muy amenazante, por lo que la mayoría de las veces no expresamos de forma asertiva nuestras exigencias en las relaciones interpersonales, ya que el miedo, a que el otro no quiera atenderlas (lo cual eslógicamente legítimo), que nos rechace o nos juzgue por pedirlas, que se evidencien nuestras fallas o debilidades (cuando exigimos cariño, o que no se nos digan determinadas cosas, por ejemplo, estamos mostrando nuestro lado más vulnerable) o que nos transmitan que esa exigencia es una responsabilidad propia, y que por tanto debemos satisfacer nosotros y no a través de otro, hace que normalmente no las expresemos de forma clara, sino que las disfracemos de acusaciones, requerimientos, lamentos, quejas o llamadas de atención más o menos directas. Esperamos que el otro detecte nuestras necesidades, sin tener que exigirlas ni plantearlas abiertamente.

No somos claros y directos cuando las realizamos, sino que las maquillamos y endulzamos para que sean menos amenazantes, de tal forma que no asumimos la responsabilidad de nuestra exigencia

Es por esto por lo que tendemos a disfrazarlas, pero ello conlleva que de tanto repetirlas en este formato disfrazado y deshonesto, llega un momento en el que ni siquiera nosotros mismos las entendemos. Nuestra exigencia se vuelve confusa por no ser expresada abiertamente, y al no ser satisfecha, algo que difícilmente ocurrirá aun si el otro tiene buena disposición debido a que no la planteamos de forma clara y enérgica, acaba generando en nosotros sensación de resentimiento hacia el otro. “Nunca me dejas hablar, siempre tengo que oír tus broncas” es un resentimiento que conlleva una exigencia detrás: Exijo que me escuches y me dejes expresar mi criterio. La exigencia, aun siendo brusca, permite una oportunidad de entendimiento y resolución, mientras que este tipo de resentimientos, rara vez generan algo más oportuno que conflicto y hacen que el paciente eluda su propia parte, quedándose anclado en la queja. Tal y como decía Fritz Perls en sueños y existencia: Detrás de toda queja existe un no asumir la propia responsabilidad. En este caso, en la queja del resentimiento existe la no asunción de la responsabilidad de plantear de forma clara y descubierta nuestra exigencia con el otro.

Es por esto, por lo que el trabajo de clarificación de resentimientos con los pacientes, es particularmente importante en psicoterapia. Merece la pena invertir tiempo en sesión, en explorar los resentimientos que expresan los pacientes, y al oírlos no sólo validarlos y reflejarlos empáticamente, sino profundizar en ellos, “seguir su rastro” y recorrerlos “río arriba” para ver su origen, es importante que el paciente exprese y verbalice sus resentimientos y conforme lo hace profundice y toma conciencia de cómo se siente, y sobre todo, que mensaje enérgico necesita expresar para solucionar el problema de ese resentimiento, cual es la responsabilidad que existe detrás de la queja, qué tipo de exigencia asertiva debe realizar al otro.

Al verbalizarlas de manera clara, también, el paciente podrá tomar conciencia de cuales de sus exigencias son lógicas, y cuales, por el contrario, se trata de deseos de no asumir la responsabilidad de ciertas acciones o ciertas realidades que debe aceptar. También, realizando ejercicios como ser las partes (silla vacía, ejercicios de fenomenología siendo el otro…) podrá darse cuenta de cuáles de sus exigencias son inasumibles para el otro, lo que le ayudará a saber si tiene sentido seguir esperando algo de otro que no podrá nunca darlo.

Como siempre, el problema es que el mundo real nunca es igual que el mundo ideal que nos gustaría, esa zona de fantasía sobre “cómo deberían de ser las cosas” con la que realmente vivimos en lugar de aceptar el mundo real y hacer las acciones congruentes con dicha realidad. Vivimos más en contacto con esa zona de fantasía que con la propia realidad, de ahí que nos quedemos esperando y resentidos con los demás y nosotros mimos por protegernos del rechazo o el malestar que genera la exigencia clara y honesta.

Merece la pena invertir tiempo en sesión, en explorar los resentimientos que expresan los pacientes, y al oírlos no sólo validarlos y reflejarlos empáticamente, sino profundizar en ellos, “seguir su rastro” y recorrerlos “río arriba” para ver su origen

Hay que entender que la exigencia no implica la obligación del otro de satisfacerla, sino el acto de congruencia del sujeto consigo mismo de demandar aquello que necesita y que considera justo en su relación interpersonal del otro. Lo importante, no es el resultado de aquello que ocurra (en este caso que la exigencia sea satisfecha o no) sino que el paciente pueda entender su necesidad y emprender la acción de pedir aquello que necesita, si el otro no desea satisfacerla, porque no puede o no lo desea, el paciente deberá elegir una consecuencia, pero saldrá de ese estatus quo en el que se mantenía en el que no expresa su exigencia de manera clara por el miedo a las consecuencias pero, precisamente por eso, tampoco podía verla satisfecha, quedándose enganchada en el resentimiento.

Cuando nos negamos a expresar el resentimiento, como cualquier otra emoción, esta no desaparece, se trata de una conducta evitativa que nos ahorra el malestar del conflicto inmediato, pero que, a la larga, nos impide poder solucionar los problemas y cubrir nuestras necesidades, emponzoñando las relaciones y también creándonos confusión y haciéndonos sentir menos capaces de lo que realmente somos. Expresarlo de manera encubierta o adulterada, como queja, lamento o crítica, nos ayuda a “pasar de puntillas” por el mismo, y de tener la falsa sensación de satisfacerlo parcialmente al emprender una acción parecida, pero es algo que sólo garantiza que el resentimiento siga ahí intacto, esperando ser expresado, fijado como figura que no podrá pasar a ser fondo hasta que no sea satisfecho plenamente mediante la honesta exigencia, lo que hará que otras muchas necesidades y realidades de esa y otras relaciones, queden siempre como fondo, impidiendo conectar con ellas.

Tal y como señala Stevens: “Sólo la plena aceptación y expresión de un sentimiento le permite completarse y dejar camino para algo más. (…) Toda reticencia a ser honestamente lo que soy y hacerle saber lo que siento y vivencio, pone distancia entre nosotros. La expresión embozada de mis sentimientos y acciones añade confusión adicional, resentimiento y dificultades a cualquier problema real que exista entre nosotros.”

Artículo publicado en Aprende Viendo Terapia, la plataforma online y presencial de entrenamiento en habilidades terapéuticas.

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  • Salud Mental y Tratamientos

Podcast: Describiendo las enfermedades psicosomáticas

  • David Aparicio
  • 25/05/2017
psicosomáticas

¿Pueden las preocupaciones pasarnos factura provocándonos molestias físicas o incluso alguna enfermedad?

Una interesante conversación entre dos expertos: Manuel Álvarez, médico internista, presidente de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y director del Centro Médico Psicosomático de Sevilla y de la unidad de Medicina psicosomática de la Clínica Universitaria de Navarra-Madrid; y Josep Maria Farré, psiquiatra y jefe del servicio de Psiquiatría, Psicología y Medicina psicosomática de los hospitales Quirón-Dexeus.

Escucha el podcast.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La Programación Neurolingüística (PNL), una pseudociencia que promete curarlo todo

  • Sergio Garcia Morilla
  • 25/05/2017

Es difícil definir exactamente qué es la PNL, sus seguidores no se ponen de acuerdo y no tiene una definición consensuada. Se suele  presentar como un «conjunto de técnicas» cuyo objetivo es «identificar y describir el modelo de funcionamiento de cualquier habilidad especial del ser humano, para que así pueda ser comunicada, comprendida y utilizada por cualquier persona que lo desee».

Mezcla conceptos de la comunicación, el desarrollo personal y la psicoterapia. Sus creadores, Richard Bandler y John Grinder  afirman que existe una clara conexión entre los procesos neurológicos (neuro), el lenguaje (lingüística) y los patrones de comportamiento aprendidos (programación), y que mediante sus técnicas pueden cambiarlos para lograr los objetivos que busques de forma sencilla y rápida. Defienden que gracias a la PNL cualquier persona puede aprender cualquier cosa incluida todo tipo de habilidades excepcionales. Su abanico de actuación lo abarca todo: trastornos del aprendizaje, liderazgo empresarial, habilidades de seducción e incluso el tratamiento de trastornos como la depresión, trastornos de personalidad, drogodependencia o cualquier tipo de fobia, tics, enfermedades psicosomáticas, alergias o miopía. Según sus defensores la mayoría de estos problemas se solucionan con una o dos sesiones de PNL.

La PNL afirma que todos los cerebros son iguales y lo que los diferencia unos de otros es el «software» o  «programación» que han aprendido. Esta programación es debida a nuestro lenguaje que define cómo nos relacionamos con nosotros mismos, los demás y el mundo. De esta forma, si cambiamos la programación (lenguaje) cambiamos nuestra realidad y conseguimos nuestros objetivos. Esto se conseguiría «recuperando información que permanece oculta para la persona ya que no se verbaliza en la comunicación» mediante preguntas y respuestas estandarizadas incluidas en su llamado «Metamodelo«. A su vez este pseudomodelo se encuentra vinculado directa o indirectamente al coaching, la psicología positiva, la hipnosis regresiva, el psicoanálisis y la bioneuroemoción

¿Qué no es la PNL?

La PNL no es una ciencia. Es una pseudociencia, de manera simplista, algo que no es ciencia pero que se quiere hacer pasar por ella. La utilización del prefijo neuro- busca que se le asocie directamente con las neurociencias. Estas son un conjunto de disciplinas científicas que estudian la estructura, la función, el desarrollo, la bioquímica, la farmacología y la patología del sistema nervioso y de cómo sus diferentes elementos interactúan, dando lugar a las bases biológicas de la conducta. De hecho las neurociencias han demostrado que los fundamentos que defiende la PNL son falsos, se basan en creencias equivocadas y modelos de funcionamiento cerebral obsoletos.

este pseudomodelo se encuentra vinculado directa o indirectamente al coaching, la psicología positiva, la hipnosis regresiva, el psicoanálisis o la bioneuroemoción

No tiene fundamentos probados y algunos son directamente falsos. Por ejemplo, los seguidores de la PNL defienden que si alguien mira hacia arriba y a la derecha mientras nos habla quiere decir que está mintiendo o si lo hace mirando arriba a la izquierda está recordando sucesos reales que pasaron. Según esta hipótesis sería muy sencillo saber cuando alguien miente o dice la verdad. Existen estudios que niegan la hipótesis que relaciona la dirección de la mirada y la mentira así como que los movimientos oculares tienen relación directa con el procesamiento de la información.  Por otro lado, defienden que cada persona tiene una «representación interna» o concepción de la realidad distinta que depende de la modalidad sensorial (visual, auditiva, olfativa, kinestésica) que empleen preferentemente para interpretar y/0 relacionarse con el entorno y que esta se delata por el lenguaje. Si cambiamos el lenguaje o la conducta en relación a esta preferencia potenciamos todas las habilidades de la persona. No hay estudio científico que respalde esta afirmación, por muy atractiva que resulte.

La PNL no estudia ni analiza el comportamiento, emociones o pensamientos de los demás (al menos eficazmente). Lo que hace es relacionar conductas manifiestas u observables (cruzar las piernas o los brazos, mirar a la izquierda, tocarse la nariz) con estados internos (estados emocionales como la ansiedad, mentir, estar a la defensiva) de forma arbitraria o en ocasiones guiadas por lo que parece. Nunca por ningún estudio riguroso. Los encargados de estudiar el comportamiento son los psicólogos no los seguidores de la PNL, si no eres psicólogo/a estas incurriendo en un grave caso de intrusismo. Si eres psicólogo/a y estás practicando la PNL estás violando al menos los artículos 14 y 18 del código deontológico en Psicología .

La PNL es una pseudociencia que ha sido ampliamente refutada pero que por desgracia sigue ejerciendo cierto atractivo entre profesionales de la salud y el sector empresarial

La PNL no es un método eficaz para ningún problema. Tanto sus fundamentos como sus métodos son absolutamente ineficaces. Sus fundamentos (como por ejemplo los sistemas de representación sensorial) no presentan evidencia y la investigación afirma que se basan en concepciones del cerebro desfasadas. Esto se debe a que las concepciones neurológicas y de percepción que defiende la PNL son claramente erróneas.

Conclusión

La PNL es una pseudociencia que ha sido ampliamente refutada pero que por desgracia sigue ejerciendo cierto atractivo entre profesionales de la salud y el sector empresarial. Su éxito se debe a la confusión y la superficialidad. A la confusión que genera con la utilización de términos aparentemente científicos (neuro, programación, mirroring, rapport) que le atribuye una apariencia «científica» si no se profundiza en ella. Es superficial porque todos sus fundamentos en apariencia pueden resultar creíbles o intuitivamente correctos, sin embargo, la gran mayoría de ellos o no han sido comprobados o han sido refutados. Sería genial que pudiéramos caer mejor a las personas simplemente imitando su comportamiento no verbal o saber que lo que nos dice es verdad o mentira en función de donde mire pero esto no es tan sencillo. No dejes que te engañen simplificando la conducta humana en términos tan burdos y simplistas. Si de verdad quieres hacer un cambio en tu comportamiento, emociones o pensamientos acude a profesionales adecuadamente formados, no pierdas tu tiempo y dinero en esto.

Lecturas recomendadas

  • Asociación para proteger al enfermo de Terapias Pseudocientíficas. Un buen resumen de Ángelo Fasce.
  • Refutando la Programación Neurolingüística (PNL) 1ª Parte y 2ª Parte. Muy bien planteado y con enlaces interesantes a estudios. Por Vary Ingweion.
  • Skeptic Dictionary – Muy interesante.

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  • Salud Mental y Tratamientos

El cerebro del adicto – Curso online de la Universidad Emory

  • David Aparicio
  • 25/05/2017

La prestigiosa Universidad Emory de Estados Unidos, nos invita al curso online titulado: El cerebro del adicto. La propuesta tiene el objetivo de describir, de manera significativa, cuales son los procesos que ocurren en el cerebro cuando se crea una adicción, pero sin caer en los riesgos del neurocentrismo desmesurado.

En el curso también aprenderás cuales son los factores que incrementan la vulnerabilidad hacia las adicciones, y las políticas públicas que se pueden aplicar para prevenir y tratar a las personas con adicciones.

¿Quién lo dicta?

El curso es dictado por Michael Kuhar, Ph.D., profesor de farmacología y neurociencias de la Universidad Emory. Cada clase está compuesta por una serie de videos y lecturas que tratan con profundidad el tema de la adicción y el cerebro.

¿Cuando empieza?

Inicia el próximo 12 de junio a través de la reconocida plataforma online Coursera y tiene una duración de 7 semanas.

Inscribirse en el curso es gratis. Pero te recomiendo hacer la inversión de 49 dólares para que puedas recibir el certificado de aprobación que podrás añadir a tu currículum profesional, porque no todos los días se puede tener un certificado de la Universidad Emory.

Haz click aquí para inscribirte en el curso El cerebro del adicto y obtener información sobre cada clase.

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  • Artículos Recomendados de la Web

¿Por qué es tan difícil aceptar nuestros errores?

  • David Aparicio
  • 25/05/2017

Kristin Wong para The New York Times en español:

Los errores pueden ser difíciles de asimilar, por lo que a veces nos rehusamos a admitirlos, en vez de asumirlos. Nuestro sesgo de confirmación se impone y esto provoca que comencemos a buscar cómo probar nuestras creencias. El auto al que le bloqueaste el paso ya tenía una abolladura en la defensa, lo cual demuestra que fue culpa del otro conductor.

Los psicólogos denominan esto como disonancia cognitiva (el estrés que experimentamos cuando tenemos dos pensamientos, creencias, opiniones o actitudes contradictorias). Por ejemplo, es posible que pienses que eres una persona amable y razonable. Por lo tanto, al bloquearle el paso a alguien de forma abrupta, lo que experimentas es una disonancia y para poder sobrellevarla, niegas tu error e insistes en que el otro conductor debería haberte visto o que tenías el derecho de paso, aunque esto no haya sido así.

Cuando mantenemos nuestra postura:

Por otra parte, los estudios han demostrado que podemos sentirnos bien cuando mantenemos nuestra postura. En un estudio publicado en la revista European Journal of Social Psychology se descubrió que las personas que se rehusan a disculparse después de cometer un error tienen más autoestima y creen tener más control y poder, en comparación con las personas que asumen sus errores.

“En cierta forma, las disculpas les dan una sensación de poder a quienes las reciben”, menciona Tyler Okimoto, uno de los creadores de ese estudio. “Por ejemplo: al disculparme con mi esposa, asumo haber hecho algo mal, pero esa disculpa también le permite a ella elegir entre aminorar mi pena al perdonarme o intensificarla al guardarme rencor. Nuestro estudio ha descubierto que las personas experimentan un aumento a corto plazo en los sentimientos de poder y control personal después de rehusarse a pedir disculpas”.

Fantástica explicación de la disonancia cognitiva y los beneficios psicológicos que obtienen las personas cuando se niegan a aceptar sus errores.

Lee el artículo completo en The New York Times.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

5 beneficios psicológicos de decir groserías $%*¡!$

  • Rita Arosemena P.
  • 24/05/2017

Puede que decir groserías no esté precisamente dentro del top 10 de comportamientos socialmente aceptables, sin embargo, los beneficios psicológicos de dejar salir una palabrota de vez en cuando podrían situarlo en el top de prácticas eficaces para reducir el dolor o activar más nuestro metabolismo.

De acuerdo con el investigador Richard Stephens de la Universidad Keele y autor de un estudio relacionado con los beneficios psicológicos de decir groserías, los insultos o palabrotas tienen un efecto estimulante sobre el sistema nervioso simpático que puede traducirse en una disminución del dolor y un aumento de la fuerza, aunque no se ha podido definir con claridad cómo procede este mecanismo.

«Las groserías son a menudo inadecuadas, pero también puede ser una prueba de que alguien está diciendo su opinión más honesta» 

En términos generales, las ventajas que puede traer a nuestra salud mental el decir groserías en situaciones determinadas son:

Transmitir una imagen persuasiva respecto a nuestra sinceridad

Muchos expertos coinciden en que decir groserías de forma moderada al inicio o final de un discurso puede ayudar a establecer un vínculo sólido y perdurable con la audiencia, quizás porque las personas interpretan el calor del diálogo como una muestra de compromiso y autenticidad.

Por otro lado, el problema de abusar de las groserías podría generar el efecto contrario: la pérdida total de nuestra credibilidad y la puesta en duda de nuestro profesionalismo. Es por esto que las groserías deben ser utilizadas con moderación en este contexto, atendiendo a elementos puntuales y no de manera ofensiva.

Decir groserías es un indicio de que tenemos un buen vocabulario

La mayoría de las personas asume que las palabrotas solo pueden ser producto de una educación deficiente o un bagaje lingüístico pobre, no obstante, las investigaciones han registrado cómo, de hecho, el número de palabras groseras que una persona puede enlistar en poco tiempo guarda en realidad un vínculo muy estrecho con la fluidez verbal y la riqueza de vocabulario.

Las palabrotas son una forma de hacer amigos fácilmente, ya que nos muestra como personas relajadas

Una que otra grosería dicha de buena manera en el momento oportuno puede convertir un ambiente tenso en una atmósfera relajada y próspera para el intercambio social.

Las palabrotas activan nuestro cerebro y nos «energizan»

Debido al efecto que tiene en nuestro cerebro el decir groserías, ocurre una activación nerviosa que nos hace sentir un «subidón de energía» similar a lo que ocurre cuando se activa el mecanismo de lucha-huida en momentos de peligro.

Así que ahora sabes por qué los jugadores de fútbol se detienen de vez en cuando en el campo para gritar un par de groserías… Después de todo, hay muchas formas distintas de motivación.

Decir groserías es una señal de honestidad

Un estudio publicado en la revista Social Psychological and Personality Science nos explica cómo las personas que dicen groserías son vistas a menudo como individuos más honestos que quienes decoran demasiado su manera de hablar.

«La relación entre blasfemia y deshonestidad es complicada», explica David Stillwell, autor del estudio. «Las groserías son a menudo inadecuadas, pero también puede ser una prueba de que alguien está diciendo su opinión más honesta. 

Del mismo modo que no filtran su vocabulario para sonar más bonito, tampoco filtran sus puntos de vista».

Fuente: Psyblog

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las raíces genéticas de la inteligencia, según estudio

  • David Aparicio
  • 24/05/2017

La inteligencia es uno de los temas más fascinantes y complicados de la psicología. Las teorías más aceptadas, sostienen que la capacidad de resolver problemas es el producto de los factores genéticos y ambientales. Gracias a los estudios de heredabilidad sabemos que la inteligencia es hasta 45% heredable durante la infancia y 80% en los adultos. Pero a pesar de ello, los estudios no habían podido establecer con precisión con qué genes se relaciona la inteligencia.

Pero eso está por cambiar. La revista Nature Genetics publicó ayer lo que sería la primera evidencia directa sobre los mecanismos biológicos de la inteligencia.

La enorme investigación, un metaanálisis, de 78,308 personas habría identificado un grupo de genes que se expresan a través del tejido cerebral y que influenciarían el desarrollo de nuestra inteligencia.

En el paper se detalla que estos genes se involucran directamente con la regulación del desarrollo celular y que juegan un rol importantísimo en el formación de las sinapsis, la guía de los axones y la diferenciación neuronal. Los genes también se correlacionaron con la atención educativa, y en menor medida con el volumen intercranial, la circunferencia del craneo durante la infancia, los trastornos del espectro autista y la altura.

Por el contrario los genes detectados no se correlacionaron con el Alzheimer, los síntomas depresivos, historia de tabaquismo, esquizofrenia, la circunferencia de la cintura y la masa muscular.

Gracias a estos descubrimientos ahora los científicos podrán seguir el camino que marcó esta investigación para conocer las diferencias genéticas que conllevan a la inteligencia.

A pesar de que los datos son bastante prometedores, no hay que olvidar que la genética por si sola no puede explicar la complejidad de una habilidad tan importante como lo es la inteligencia. El contexto donde nacemos y vivimos juega un rol importantísimo en el desarrollo de nuestras habilidades y es ahí donde la sociedad puede intervenir para maximizar las capacidades de las futuras generaciones.

Fuente: ScienceDaily

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  • Salud Mental y Tratamientos

El sedentarismo agravaría el desempeño cognitivo en la psicosis

  • Rita Arosemena P.
  • 24/05/2017

La psicosis puede definirse en términos breves como una alteración mental que ocasiona una desconexión con la realidad, y que puede presentarse como resultado de un trastorno mental existente, comúnmente la esquizofrenia, o bien a causa del uso de medicamentos o el consumo de drogas.

Ahora, una publicación realizada en el diario científico Schizophrenia Bulletin sugiere que los altos niveles de sedentarismo e inactividad física podrían estar relacionados con la experiencia de psicosis que viven las personas diagnosticadas con esquizofrenia al empeorar de forma significativa su desempeño cognitivo durante un episodio, al contrario de lo que ocurre con los sujetos diagnosticados que demuestran niveles muy bajos de sedentarismo.

A esta conclusión llegó un grupo de investigadores luego de analizar los distintos índices de sedentarismo de una población 199 pacientes diagnosticados con esquizofrenia e internados en un hospital de Taiwán, cuyo desempeño fue comparado con un grupo de control de 60 participantes.

Los resultados finales del estudio añaden evidencia importante acerca de los elementos relacionados con el funcionamiento cognitivo en la psicosis: el comportamiento sedentario se asocia con un tiempo de reacción motriz pobre y una peor velocidad de procesamiento.

la relación entre el sedentarismo y el bienestar mental es muy estrecha. La investigación ha demostrado que la actividad física está asociada con el diagnóstico de trastorno psicótico y síntomas de depresión en niños y adultos

No es la primera vez que se menciona la relación entre la salud mental y una vida físicamente activa. Diversas investigaciones sobre la actividad física y la cognición en la población general han demostrado que un mayor nivel de comportamiento sedentario se asocia con un peor desempeño cognitivo a lo largo de la vida. Además del vínculo existente entre el sedentarismo y el diagnóstico de desórdenes como la depresión, también se ha encontrado evidencia de que el ejercicio físico es de gran ayuda para mejorar los niveles de concentración de niños con TDAH.  

Por supuesto, existen grados y categorías distintas de inactividad física tanto como factores que pueden intervenir en el desempeño cognitivo inmediato, como las enfermedades comórbidas o el consumo de medicamentos antipsicóticos. Es importante saber diferenciar en este caso los efectos a corto o mediano plazo de un comportamiento sedentario permanente, el cual se presenta independientemente en el sujeto.

Fuente: Mad In America; Schizophrenia Bulletin

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  • Artículos Recomendados de la Web

Entrevista a las columnistas de Psyciencia sobre los efectos de las pseudociencias

  • David Aparicio
  • 24/05/2017

Mónica Lemos entrevistó a nuestras admiradas y queridas columnistas, Karemi Rodríguez Batista y Geraldine Panelli, para hablar sobre las pseudociencias y sus repercusiones en la salud mental en el blog Objetivo Tutti- Frutti. El artículo sintetiza y explica con facilidad qué son las pseudociencias, el falsacionismo de Popper y mucho más:

Geraldine:

“Cuando hablamos de pseudociencias nos referimos a todas las prácticas y disciplinas que realizan afirmaciones de las cuales no hay una comprobación científica correspondiente. Hoy por hoy encontramos en este haber disciplinas conocidas como  a la homeopatía, a las terapias de vidas pasadas, a la bioneurodecodificacion, al psicoanálisis entre otros. Es realmente importante  reconocer cuando hablamos de una disciplina científica, sobre todo en cuestiones de salud. Realizar un tratamiento no validado para una patología puede incrementar considerablemente los daños. En cuanto a los trastornos o afecciones mentales, un tratamiento inadecuado puede disminuir notablemente la calidad de vida del paciente y de su familia, perdiendo incluso la posibilidad de adquirir herramientas para una vida autónoma y socialmente adaptada.”

Karemi:

“(..) Nosotros, como psicólogos, tenemos la obligación de formarnos constantemente, de actualizarnos. Contamos con la división 12 de la APA (American Psychological Association), que aquí te adjunto, donde vienen indicadas las patologías y sus tratamientos con sus distintos niveles de evidencia, a tomar en cuenta de cara a la intervención con nuestros pacientes.

Sin embargo, seguimos encontrando, ahora mismo, muchos casos de personas que han abandonado un tratamiento psicológico, o peor aún, psiquiátrico en pos de una curación por imposición de manos, homeopatía, a manos de algún predicador sin escrúpulos, etc. Este es el peligro, no es tanto el dinero y tiempo que perdemos, no es el sentimiento de pérdida y frustración por haber fallado y seguir perdiendo nuestra salud (que ya esto de por si  es bastante) es el que podemos agravarnos y según sea el caso, no existiría una vuelta atrás.”

Lee el artículo completo en Objetivo Tutti- Frutti.

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  • Salud Mental y Tratamientos

Una enfermera italiana fingía vacunar a los niños pero en realidad tiraba los medicamentos a la basura

  • David Aparicio
  • 23/05/2017

Ángela Bernardo nos cuenta los detalles en Hipertextual:

La ciudad de Treviso, al noreste de Italia, ha vivido en las últimas semanas un auténtico escándalo de salud pública. Una enfermera fingió vacunar a cientos de niños de la región de Friuli, sin embargo, las autoridades han descubierto que un tercio de las dosis a bebés menores de un año y la mitad de las dosis en críos más mayores no fueron administradas correctamente. «Lo que está claro es que algunas vacunas fueron puestas de forma fingida», afirmó Pier Paolo Benetollo, director general de la Agencia para el Cuidado de la Salud 3 (AAS3, por sus siglas en italiano).

¿Cómo la descubrieron?

Los primeros en sospechar de su actuación irregular fueron sus propios compañeros, que en un primer momento dudaron de que ningún niño llorase en la sala de la enfermera cuando ella supuestamente les inmunizaba. Lo que inicialmente parecía ser un caso de buen trato con los más pequeños pasó a teñirse de dudas e incertidumbres cuando sus colegas descubrieron los viales inutilizados en la basura. Tras analizar los registros de más de 500 pacientes infantiles, la Fiscalía ha abierto una investigación sobre el caso.

El gobierno sospecha que al menos 500 niños quedaron sin recibir las vacunas necesarias para inmunizarlos contra el sarampión, la rubeola, la hepatitis B y otras terribles enfermedades. Ante esta terrible situación, el gobierno ha previsto una nueva aplicación de vacunas que incluirá a 7000 niños.

Este es un ejemplo del peligroso efecto que puede tener el movimiento antivacunas.

Lee el artículo completo en Hipertextual.

Artículo recomendado: ¿Existe relación entre las vacunas y el autismo?

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