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Publicaciones por mes

noviembre 2019

91 Publicaciones
  • Salud Mental y Tratamientos

El NICE reconoce que los antidepresivos pueden causar síntomas graves de abstinencia

  • David Aparicio
  • 07/11/2019

Durante muchos años se ha argumentado que los síntomas generados poco después de dejar los antidepresivos eran muy leves y limitados para ser considerados como síntomas de abstinencia, y que a lo sumo se podrían catalogar como un síndrome de discontinuación o síndrome de cese de ISRS. Esta información forma parte de la mayoría de las guías de evaluación y tratamiento utilizadas en las clases de psicofarmacología y de formación psiquiátrica y, por lo tanto, era la información que los médicos compartían con sus pacientes.

Sin embargo, esta información no ha estado libre de críticas y controversias. Durante los últimos años diversos investigadores han publicado datos actualizados que cuestionan dicha información y que demuestran que los síntomas de abstinencia por medicación antidepresiva son mucho más extensos y severos de lo que se pensaba.

El ejemplo más reciente proviene de la controversia que inició en julio de 2017 cuando el NICE (Instituto Nacional de Excelencia Clínica del Reino Unido) decidió no incluir los datos actualizados sobre los síntomas de abstinencia por antidepresivos en el borrador de la nueva versión de la Guía de evaluación y tratamiento de la depresión en adultos.

Para dar un poco de contexto: el NICE es una de las instituciones de salud más prestigiosas del mundo y sus documentos son el modelo y fuente de otras organizaciones, protocolos de tratamiento y libros de texto que se usan en la formación psiquiátrica y psicológica.

Asociaciones británicas de psicología y salud mental que se unieron para exigir una revisión de la guía del NICE.

Al conocer que la guía no incluiría la información actualizada, un grupo de 35 asociaciones de psicólogos y especialistas de salud mental del Reino Unido presentó, en febrero de 2018, una carta formal a la junta directiva del NICE en donde argumentaban que el borrador presentaba serias fallas metodológicas, falta de transparencia e inconsistencia (puedes leer el documento completo aquí). Sumado a este reclamo, el 21 de mayo de 2019 un comité de médicos y expertos en salud publicó en la revista académica British Medical Journal, una carta que recopiló una serie de estudios con distintas metodologías que demostraban que muchos pacientes experimentan los síntomas de abstinencia por más de una semana (Davies et al., 2019). En síntesis estas investigaciones evidencian que:

  • 55% de los pacientes reportaron síntomas de abstinencia por más de 2 semanas (Perahia, Kajdasz, Desaiah, & Haddad, 2005).
  • 40% de los pacientes reportaron síntomas de abstinencia por más de 6 semanas (Zajecka et al., 1998).
  • 25% de las personas experimentaron síntomas de abstinência por 12 semanas (Royal College of Psychiatrists, 2012 ).
  • El metanálisis más reciente incluyó una revisión de 14 investigaciones y describe (Davies y Read, 2019):
    • Más de la mitad (56%) de las personas que intentan dejar los antidepresivos experimentan efectos de abstinencia.
    • Casi la mitad (46%) de las personas que experimentan efectos de abstinencia los describen como graves.
    • No es raro que los efectos de abstinencia duren varias semanas o meses.
    • Las directrices actuales de Reino Unido y EEUU subestiman la gravedad y duración de la abstinencia de antidepresivos, con importantes implicaciones clínicas.
    • El término síndrome de discontinuación utilizado para referirse a los síntomas descritos va en contra de la evidencia presentada y no debería utilizarse.
Análisis publicado en Addictive Behaviors sobre la incidencia, severidad y duración de los síntomas de abstinencia a los antidepresivos. Haz click en la imagen para leerlo completo.

Finalmente la junta directiva aprobó una segunda y tercera ronda para revisar la guía y, en octubre de 2019, se incluyó una aclaración en la sección detener o reducir los antidepresivos (1.9.2) con datos sobre la severidad y duración de los síntomas de abstinencia.En Psyciencia hemos traducido la sección actualizada. Puedes leerla completa en el siguiente cuadro:

Detener o reducir los antidepresivos

Efectos al dejar de utilizar los antidepresivos (Guía de evaluación y tratamiento de la depresión en adultos del NICE):

  1. Aconseje a las personas que toman medicamentos antidepresivos que, antes de suspenderlos, hablen sobre esto con su médico.
  2. Indique a las personas que si dejan de tomar medicamentos antidepresivos abruptamente, omiten dosis o no toman una dosis completa, pueden tener síntomas de interrupción tales como:
    • Inquietud
    • Problemas para dormir
    • Inestabilidad
    • Transpiración
    • Síntomas abdominales
    • Sensaciones alteradas (por ejemplo, sensaciones de descargas eléctricas en la cabeza)
    • Sentimientos alterados (por ejemplo, irritabilidad, ansiedad o confusión).
  3. Explique que, si bien los síntomas de abstinencia que surgen al suspender o reducir los antidepresivos pueden ser leves y autolimitados, existe una variación sustancial en la experiencia de las personas, con síntomas que duran mucho más (a veces meses o más) y son más graves para algunos pacientes.
  4. Al suspender un antidepresivo, reduzca gradualmente la dosis, normalmente durante un período de 4 semanas, aunque algunas personas pueden requerir períodos más largos, particularmente con medicamentos con una vida media más corta (como paroxetina y venlafaxina). Esto no se requiere con fluoxetina debido a su larga vida media.
  5. Informe a la persona que debe buscar el consejo de su médico si experimenta síntomas de interrupción significativos. Si se producen síntomas de interrupción:
    • Vigilar los síntomas y tranquilizar a la persona si los síntomas son leves
    • Considere reintroducir el antidepresivo original a la dosis que fue efectiva (u otro antidepresivo con una vida media más larga de la misma clase) si los síntomas son severos, y reduzca la dosis gradualmente mientras controla los síntomas.

Implicaciones

De haber ignorado los datos actualizados, la guía del NICE habría perpetuado una información incompleta y anticuada que se replicaría a nivel mundial, y abriría el camino para que los psiquiatras interpretaran erróneamente los síntomas de abstinencia como la reaparición de los síntomas de depresión, y que diagnosticaran a los pacientes con una posible recaída o “falta de respuesta al tratamiento,” lo que provocaría que incrementaran innecesariamente la dosis o que probaran con otro antidepresivo cuando en realidad el paciente presentaba síntomas ya reportados por investigadores.

Referencias bibliográficas:

    • Davies, J., & Read, J. (2019). A systematic review into the incidence, severity and duration of antidepressant withdrawal effects: Are guidelines evidence-based? Addictive Behaviors, Vol. 97, pp. 111-121. https://doi.org/10.1016/j.addbeh.2018.08.027
    • Davies, J., Read, J., Hengartner, M. P., Cosci, F., Fava, G., Chouinard, G., … Guy, A. (2019). Clinical guidelines on antidepressant withdrawal urgently need updating. BMJ , 365, l2238. https://doi.org/10.1136/bmj.l2238
    • Perahia, D. G., Kajdasz, D. K., Desaiah, D., & Haddad, P. M. (2005). Symptoms following abrupt discontinuation of duloxetine treatment in patients with major depressive disorder. Journal of Affective Disorders, Vol. 89, pp. 207-212. https://doi.org/10.1016/j.jad.2005.09.003
    • Royal College of Psychiatrists. Coming off antidepressants. 2012. http://www.rcpsych.ac.uk/healthadvice/treatmentswellbeing/antidepressants/comingoffantidepressants.aspx. (Revisado Feb 2018.)
    • Zajecka, J., Fawcett, J., Amsterdam, J., Quitkin, F., Reimherr, F., Rosenbaum, J., … Beasley, C. (1998). Safety of Abrupt Discontinuation of Fluoxetine. Journal of Clinical Psychopharmacology, Vol. 18, pp. 193-197. https://doi.org/10.1097/00004714-199806000-00003

Fuentes: Infocop

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Caso único de resistencia al desarrollo temprano de la enfermedad de Alzheimer podría abrir nuevas puertas a los tratamientos

  • Maria Fernanda Alonso
  • 07/11/2019

En una gran familia colombiana que había sufrido durante mucho tiempo el terrible legado genético de la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano, una mujer en alto riesgo permaneció libre de demencia durante décadas más allá de las expectativas.

Un equipo de investigadores ha identificado una rara mutación genética del gen APOE, el principal gen de susceptibilidad a la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía, que puede haber protegido a la mujer contra la devastadora enfermedad neurológica. El estudio fue una colaboración de múltiples instituciones de EE. UU. y Colombia; sus hallazgos fueron publicados en la revista Nature Medicine y pueden proporcionar a los científicos un nuevo objetivo para la investigación y el tratamiento terapéutico del Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas (Arboleda-Velasquez, J.F., Lopera, F., O’Hare, M. et al., 2019).

«Este estudio subraya la importancia de APOE en el desarrollo, tratamiento y prevención de la enfermedad de Alzheimer, sin mencionar el profundo impacto que incluso un voluntario de investigación puede tener en la lucha contra esta terrible enfermedad», dijo el Dr. Eric M. Reiman, director ejecutivo del Banner Alzheimer’s Institute y coautor principal del estudio.

Estudiar a las personas con mutaciones que causan Alzheimer, que no muestran signos de la enfermedad hasta edades más avanzadas, podría ayudar a descubrir genes reductores de riesgo. Este informe de caso describe a uno de esos pacientes, una mujer que formó parte del estudio de 1.200 personas en Colombia que se encontraban en mayor riesgo genético para desarrollar la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano debido a una mutación en un gen llamado presenilina 1 (PSEN1).

Sin embargo, esta mujer no desarrolló un deterioro cognitivo leve hasta los 70 años, que fue unos 30 años más tarde que otros portadores genéticos en el estudio.

Investigadores dirigidos por el neurólogo colombiano Francisco Lopera, han seguido a esta familia durante años, recopilando una gran cantidad de datos con la esperanza de encontrar una clave para desbloquear los secretos de la enfermedad. Las pruebas de imagen en los EE. UU. Mostraron que la mujer tenía niveles inusualmente altos de depósitos de placa amiloide en el cerebro, que son marcadores reveladores de la enfermedad de Alzheimer, a pesar de no mostrar síntomas.

Se cree que las placas amiloides conducen a la acumulación de otra proteína deformada, llamada tau, junto con inflamación y la destrucción final de las neuronas. Pero la mujer no tenía los enredos característicos de la tau. Además, las regiones de su cerebro que se ven afectadas más comúnmente por la enfermedad de Alzheimer todavía parecían funcionar como lo harían en un adulto sano.

Cuando los investigadores realizaron una secuenciación completa del exoma, encontraron que, además de la mutación PSEN1 E280A, la mujer tenía dos copias de una variante rara del gen APOE3, llamada Christchurch (APOEch).

Tener dos copias de la mutación APOEch puede haber proporcionado resistencia a los efectos neurodegenerativos provocados por la mutación PSEN1 E280A. Según los autores, esto puede haberla protegido contra el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, a pesar de su alto riesgo familiar y la presencia de amiloide en su cerebro.

«Este hallazgo sugiere que la modulación artificial de la unión de APOE podría tener beneficios potenciales para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, incluso en el contexto de altos niveles de patología amiloide», dijo el Dr. Joseph F. Arboleda-Velasquez, coautor del estudio.

«Si bien es necesaria una investigación adicional, los resultados de este estudio de caso que identifican la protección contra el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer a través de la mutación del gen APOEch podrían usarse para desarrollar intervenciones para retrasar la progresión de la enfermedad de Alzheimer.»

«Este caso único abre una nueva puerta para los tratamientos de la enfermedad de Alzheimer, basado más en la resistencia a la patología de Alzheimer que en la causa de la enfermedad. En otras palabras, no necesariamente se centra en la reducción de la patología, como se ha hecho tradicionalmente en el campo, sino que promueve la resistencia incluso frente a una patología cerebral importante,» dijo el Dr. Yakeel T. Quiroz, autor principal del estudio, neuropsicólogo clínico e investigador de neuroimagen en el Mass General Hospital.

Referencia bibliográfica:

Arboleda-Velasquez, J.F., Lopera, F., O’Hare, M. et al. Resistance to autosomal dominant Alzheimer’s disease in an APOE3 Christchurch homozygote: a case report. Nat Med (2019) https://doi.org/10.1038/s41591-019-0611-3

Fuente: Psychcentral

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Pacientes con demencia de segunda generación son diagnosticados antes que los padres

  • Maria Fernanda Alonso
  • 07/11/2019

La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia: 50 millones de personas de todo el mundo viven con demencia desde 2018. Se estima que esta cifra aumentará más del triple hasta los 152 millones para el año 2050. Entre el 10% y el 15% de los hijos de pacientes con Alzheimer también desarrollan síntomas de la enfermedad. Las personas con demencia cuyos padres tuvieron demencia, tienden a desarrollar síntomas un promedio de seis años antes que estos últimos (Day et al., 2019).

Factores como la educación, la presión arterial y la variante genética APOE4, que aumenta el riesgo de demencia, representaron menos de un tercio de la variación en la edad de inicio; lo que significa que quedan más de dos tercios por explicar.

«Si podemos comprender mejor los factores que retrasan o aceleran la edad al comienzo, eventualmente podríamos llegar al punto en el que recopilemos esta información en una visita al médico, la pasamos por nuestra calculadora y determinemos la edad esperada de inicio de cualquier adulto hijo de una persona con demencia,» dijo el primer autor Gregory Day, MD, profesor asistente de neurología e investigador de la enfermedad de Alzheimer en el Centro de Investigación Charles F. y Joanne Knight (ADRC) en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis.

Pacientes de segunda generación

El equipo de investigación evaluó a pacientes con demencia que participaban en estudios en el Knight ADRC. Identificaron a 164 personas con demencia que tenían al menos un padre que había sido diagnosticado con demencia.

Utilizando registros médicos y entrevistas con participantes y amigos o miembros de la familia, los investigadores determinaron la edad de inicio de la demencia para cada participante y sus padres o padre.

Los participantes con un padre con demencia desarrollaron síntomas un promedio de 6.1 años antes que su progenitor. Si ambos padres tenían demencia, la edad de inicio era 13 años antes que el promedio de las edades de los padres al momento del diagnóstico.

Aunque los cambios en las últimas décadas en los criterios de diagnóstico y las actitudes sociales hacia el deterioro cognitivo en la edad adulta explican en parte por qué los participantes fueron diagnosticados a edades más tempranas que sus padres, es probable que otros factores también estén en juego.

«Hoy en día hay menos tendencia a descartar la confusión y el olvido como signos de envejecer», dijo Day.

«Las personas que vieron a sus padres decaer con la enfermedad de Alzheimer son especialmente menos propensas a descartar tales preocupaciones. Lo más interesante, creo, es que las personas con dos padres con demencia desarrollaron la enfermedad mucho más jóvenes que las personas con un solo padre . Eso sugiere que más que solo cambios en los criterios de diagnóstico o en las actitudes sociales.»

«Las personas con dos padres con demencia pueden tener una dosis doble de factores genéticos u otros factores de riesgo que los empujan hacia una edad de inicio más temprana.»

Como parte de este estudio, los investigadores analizaron un gran conjunto de factores de riesgo conocidos para la enfermedad de Alzheimer. Estudiaron factores hereditarios como el origen étnico, la raza, las variantes genéticas y qué padre tenía la enfermedad.

También tuvieron en cuenta la educación, el índice de masa corporal, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la presión arterial, el nivel de colesterol en la sangre, la depresión, el consumo de tabaco, el consumo excesivo de alcohol y los antecedentes de lesiones cerebrales traumáticas.

Todos los factores juntos solo representaron el 29% de la variabilidad, lo que significa que la mayor parte de lo que influye en la edad de inicio de la demencia aún no se ha identificado.

Curiosamente, el equipo descubrió que las personas que fueron diagnosticadas con la enfermedad de Alzheimer a edades inesperadamente más jóvenes o mayores que sus padres tenían más probabilidades que las personas diagnosticadas a la edad esperada, de tener ciertas mutaciones en los genes de Alzheimer. Pero no esta claro qué efecto tienen estas mutaciones.

“Estas personas son realmente interesantes. No sabemos por qué sus síntomas comenzaron antes o después de lo esperado,» dijo Day. «No había otros factores de riesgo que pudiéramos identificar. Comenzamos este proyecto buscando factores a los que podríamos apuntar para darles a las personas más tiempo antes de que comiencen a experimentar demencia. Aunque todavía no estamos en el punto en que podamos modificar los genes de las personas, podemos comenzar a explorar cómo estos genes pueden acelerar o ralentizar la aparición de la demencia en estos individuos.»

Referencia bibliográfica:

Day, G. S., Cruchaga, C., Wingo, T., Schindler, S. E., Coble, D., & Morris, J. C. (2019). Association of Acquired and Heritable Factors With Intergenerational Differences in Age at Symptomatic Onset of Alzheimer Disease Between Offspring and Parents With Dementia. JAMA Network Open, 2(10), e1913491. https://doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2019.13491

Fuente: Psychcentral

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Entrenamiento de alta intensidad mejoraría la memoria de adultos mayores

  • Maria Fernanda Alonso
  • 06/11/2019

Poner el cuerpo en movimiento trae múltiples beneficios para la salud física y psíquica. Hace poco compartimos una investigación que encontró que la actividad física puede ayudar a proteger las regiones del cerebro que son sensibles a la neurodegeneración. Un nuevo estudio se enfocó en el entrenamiento de alta intensidad y halló que puede mejorar la memoria de adultos mayores (Kovacevic, Fenesi, Paolucci, & Heisz, 2019).

Los investigadores creen que el estudio tiene implicaciones generalizadas para prevenir la demencia, una enfermedad catastrófica que afecta a aproximadamente 50 millones de personas en todo el mundo y se espera que aumente drásticamente en la próxima década.

«Hay una necesidad urgente de intervenciones que reduzcan el riesgo de demencia en adultos mayores sanos,» dice la Dra. Jennifer Heisz, la autora principal y profesora asociada en el Departamento de Kinesiología de la Universidad McMaster en Ontario, Canadá. «Solo recientemente hemos empezado a apreciar el papel que desempeña el estilo de vida, y que el modificador más grande de factores de riesgo es la actividad física.»

«Este trabajo ayudará a informar al público sobre las prescripciones de ejercicios para la salud del cerebro para que sepan exactamente qué tipos de ejercicios aumentan la memoria y mantienen a raya la demencia.»

El estudio revela que la intensidad es clave. Específicamente, los adultos mayores que se ejercitaron con ráfagas cortas de actividad vieron una mejora de hasta un 30% en el rendimiento de la memoria, mientras que los participantes que hicieron ejercicio moderadamente no vieron una mejora, en promedio.

Para arribar a estas conclusiones, los investigadores reclutaron a docenas de adultos mayores sedentarios pero sanos de entre 60 y 88 años que fueron monitoreados durante un período de 12 semanas y participaron en tres sesiones por semana. Algunos participantes realizaron entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT) o entrenamiento continuo de intensidad moderada (MICT) mientras que un grupo de control separado solo se dedicaba al estiramiento.

El protocolo HIIT incluyó cuatro series de ejercicio de alta intensidad en una cinta de correr durante cuatro minutos, seguido de un período de recuperación. El protocolo MICT incluyó un conjunto de ejercicios aeróbicos de intensidad moderada durante casi 50 minutos.

Para capturar mejoras en la memoria relacionadas con el ejercicio, los investigadores utilizaron una prueba específica que aprovecha la función de las neuronas recién nacidas generadas por el ejercicio que son más activas que las maduras y son ideales para formar nuevas conexiones y crear nuevos recuerdos.

Descubrieron que los adultos mayores en el grupo HIIT tenían un aumento sustancial en la memoria de alta interferencia en comparación con el MICT o los grupos de control. Esta forma de memoria nos permite distinguir un automóvil de otro de la misma marca o modelo, por ejemplo.

Las mejoras en los niveles de condición física se correlacionan directamente con la mejora en el rendimiento de la memoria.

«Nunca es demasiado tarde para obtener los beneficios para la salud del cerebro de estar físicamente activo, pero si comienzas tarde y quieres ver resultados rápidamente, nuestra investigación sugiere que es posible que necesites aumentar la intensidad de tu ejercicio,» dijo Heisz.

Advierte que es importante adaptar el ejercicio a los niveles de condición física actuales, pero agregar intensidad puede ser tan simple como agregar colinas a una caminata diaria o aumentar el ritmo entre las farolas de luz de la calle.

“El ejercicio es una intervención prometedora para retrasar la aparición de la demencia. Sin embargo, no existen pautas para una prevención efectiva. Esperamos que esta investigación ayude a formar esas pautas,” finalizó la investigadora.

Referencia bibliográfica:

Kovacevic, A., Fenesi, B., Paolucci, E., & Heisz, J. J. (2019). The effects of aerobic exercise intensity on memory in older adults. Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism = Physiologie Appliquee, Nutrition et Metabolisme. https://doi.org/10.1139/apnm-2019-0495

Fuente: Psychcentral

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El vínculo materno sería fundamental para prevenir de relaciones abusivas a los adolescentes

  • Maria Fernanda Alonso
  • 06/11/2019

Un vínculo de amor con sus madres ayudaría a evitar que los adolescentes tengan una relación abusiva más adelante en la vida, incluso si la madre se encuentra en una relación de pareja polémica (Livingston, Lessard, Casey, Leonard, & Eiden, 2019).

Investigaciones anteriores han encontrado que los adolescentes que están expuestos a conflictos matrimoniales a una edad temprana tienen un mayor riesgo de sufrir abusos en sus relaciones románticas.

Sin embargo, el nuevo estudio descubrió que la relación del niño con su madre sirve como un amortiguador al promover potencialmente los sentimientos de autoestima del adolescente, explicó la Dra. Jennifer Livingston, investigadora principal del estudio.

«Los niños forman modelos de trabajo internos sobre sí mismos y los demás en función de la calidad de su relación con sus padres. Si el cuidador principal es abusivo o inconsistente, los niños aprenden a verse a sí mismos como no amables y a los demás como hostiles y no confiables. Pero los comportamientos parentales positivos caracterizados por la aceptación y la calidez ayudan a los niños a formar modelos de trabajo internos positivos de sí mismos como y dignas de respeto.»

El estudio encontró que los niños que experimentaron niveles superiores a la media de conductas parentales positivas por parte de sus madres en el octavo grado, tenían menos probabilidades de estar involucrados en la violencia de pareja cuando eran adolescentes, incluso cuando había altos niveles de conflicto en el matrimonio de sus padres.

Los niveles más bajos de calidez, capacidad de respuesta y apoyo de la madre no debilitaron los efectos nocivos del conflicto matrimonial en sus hijos.

Según los investigadores, los resultados podrían ayudar en el desarrollo de intervenciones que eviten que los adolescentes experimenten relaciones abusivas física, emocional o sexualmente.

El estudio encuestó a más de 140 adolescentes cuyos padres estaban casados ​​o convivían en el momento de su nacimiento. Las familias son parte de un estudio en curso sobre el desarrollo de hijos de padres alcohólicos. La mitad de los participantes tenía al menos un padre (con mayor frecuencia el padre) con un problema de alcohol. Los investigadores examinaron al grupo debido a la conexión entre el alcoholismo en los padres y la disfunción familiar, explicaron.

«Aunque el alcoholismo de los padres no se ha relacionado directamente con la violencia en el noviazgo adolescente, los niños que crecen en familias alcohólicas experimentan una mayor exposición al conflicto matrimonial y la crianza dura en comparación con los niños de familias no alcohólicas,» dijo Livingston.

“Claramente, no todos los niños de familias alcohólicas están involucrados en la violencia de pareja, lo que sugiere que también hay factores protectores en juego. Es necesario identificar estos factores protectores para avanzar en los esfuerzos de prevención.”

Los adolescentes completaron encuestas en octavo grado y durante su tercer o último año de secundaria, informando sobre su exposición al conflicto entre sus padres, la percepción de su relación con su madre y cualquier participación en la violencia de pareja.

«La influencia conjunta de los conflictos entre padres y las interacciones materno-infantiles sugiere la necesidad de un enfoque de intervención múltiple que promueva la comunicación y la resolución de conflictos en el matrimonio y un comportamiento positivo de crianza con los niños,» dijo Livingston.

“Los padres que están en mejores condiciones para comunicarse y resolver desacuerdos tendrán menos conflictos en el hogar y pueden modelar habilidades apropiadas de resolución de conflictos para sus hijos. La capacidad de resolver conflictos con éxito también debería reducir el estrés y permitir que los padres sean más receptivos a las necesidades de sus hijos,” concluyó.

Referencia del estudio:

Livingston, J. A., Lessard, J., Casey, M. L., Leonard, K. E., & Eiden, R. D. (2019). Teen Dating Violence in a High-Risk Sample: The Protective Role of Maternal Acceptance. Journal of Interpersonal Violence, p. 088626051988016. https://doi.org/10.1177/0886260519880165

Fuente: Psychcentral

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Parejas jóvenes: vivir juntos podría mejorar la salud emocional

  • Maria Fernanda Alonso
  • 06/11/2019

El matrimonio o la convivencia pueden mejorar la salud emocional de las parejas jóvenes, y de manera especial la de las mujeres. Investigadores encontraron que la angustia emocional disminuyó en mujeres jóvenes solteras cuando se mudaron con una pareja romántica o cuando se casaron por primera vez. Los hombres experimentaron una disminución de la angustia emocional solo cuando se casaron directamente, no así cuando se mudaron con una pareja romántica por primera vez. Y cuando los adultos jóvenes terminaron una primera relación, tanto hombres como mujeres recibieron estímulos emocionales similares al mudarse con su segunda pareja o al casarse con ellos (Mernitz & Dush, 2016).

Los hallazgos sugieren un papel evolutivo del matrimonio entre los jóvenes de hoy, dijo Sara Mernitz, coautora del estudio. A principios de la década de 1990, los jóvenes aún experimentaban beneficios en su salud emocional cuando pasaban de vivir juntos a casarse; ahora parece que los jóvenes, especialmente las mujeres, reciben el mismo impulso emocional al mudarse juntos que al casarse directamente, comentó. «No hay un impulso adicional al casarse».

Los hallazgos sugieren que el estigma de vivir juntos no tiene el mismo peso que en generaciones pasadas, dijo la Dra. Claire Kamp Dush, coautora del estudio y profesora asociada de ciencias humanas. Hoy en día, aproximadamente dos tercios de las parejas viven juntas antes del matrimonio.

«En un momento, el matrimonio puede haber sido visto como la única forma para que las parejas jóvenes obtengan el apoyo social y la compañía que es importante para la salud emocional,» dijo Kamp Dush.

Según la investigación, el matrimonio ya no es necesario para cosechar los beneficios de vivir juntos, al menos en lo que respecta a la salud emocional.

Otro hallazgo significativo fue que los beneficios emocionales de la convivencia o el matrimonio no se limitan a las primeras relaciones. El estudio encontró que los adultos jóvenes experimentaron una caída en la angustia emocional cuando pasaron de una primera relación a la cohabitación o al matrimonio con una segunda pareja.

Según Kamp Dush, los jóvenes que participaron del estudio pueden haber seleccionando mejores parejas para ellos mismos la segunda vez, lo que puede explicar la caída en la angustia emocional.

Los investigadores utilizaron datos de la Encuesta Nacional Longitudinal de Jóvenes 1997. Este estudio incluyó a 8700 personas que nacieron entre 1980 y 1984 y fueron entrevistadas cada dos años entre 2000 y 2010.

Además de preguntar sobre el estado de su relación en cada entrevista, a los participantes se les hicieron cinco preguntas para evaluar sus niveles de angustia emocional. Informaron en una escala de uno (todo el tiempo) a cuatro (nunca) con qué frecuencia en el último mes se habían sentido «desanimados y deprimidos y otros síntomas.

Los investigadores explican que el estudio actual tiene ventajas sobre los estudios que simplemente comparan grupos de personas solteras, casadas y que conviven.

«Podemos observar a las personas durante un período de 10 años y ver qué les sucede individualmente a medida que realizan estas diversas transiciones en sus relaciones,» dijo Mernitz.

Se descubrieron algunas diferencias de género, al menos para las primeras uniones de matrimonio o convivencia. En cuanto a los que ingresaron a una primera unión, los hombres experimentaron una disminución en la angustia emocional solo si se casaban directamente. No hubo cambios en la angustia de los hombres que convivieron con una pareja femenina.

Esto puede deberse a que los hombres son más propensos que las mujeres a ver la cohabitación como una forma de probar una relación, lo cual se ha relacionado en otras investigaciones con problemas posteriores de relación.

Además, Kamp Dush señaló que este estudio evaluó solo la angustia emocional. Otra investigación sugiere que los indicadores conductuales de salud (como el consumo de alcohol o la violencia) pueden ser más precisos para los hombres que los indicadores emocionales.

En cualquier caso, las diferencias de género eran visibles solo para las primeras uniones. No hubo diferencias en los cambios de salud emocional para hombres y mujeres que ingresaron a su segunda unión, ya sea matrimonio o cohabitación.

El estudio también encontró que las personas que dieron a luz (o cuya pareja dio a luz) mostraron disminuciones significativas en la angustia emocional en comparación con las que no tuvieron un hijo. Eso puede parecer sorprendente, dado el estrés asociado con tener un hijo, dijo Kamp Dush. Pero señaló que este estudio solo examinó el sufrimiento emocional. Puede haber otras formas en que el estrés de criar a un hijo se manifiesta en estas parejas.

Referencia bibliográfica:

Mernitz, S. E., & Dush, C. K. (2016). Emotional health across the transition to first and second unions among emerging adults. Journal of Family Psychology: JFP: Journal of the Division of Family Psychology of the American Psychological Association , 30(2), 233-244. https://doi.org/10.1037/fam0000159

Fuente: Psychcentral

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Pueden producir daños psicológicos las detenciones intrusivas de la policía?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 06/11/2019

¿Qué pueden “hacer” los policías en el ejercicio de sus funciones? ¿Hasta dónde los autoriza la ley a invadir la esfera íntima de otras personas y en qué casos? ¿Cuál es su límite?

Definiendo a las detenciones intrusivas como cacheos, lenguaje áspero, búsquedas, requisas, insultos raciales, amenaza de fuerza y ​​uso de la fuerza, una nueva investigación encontró que los jóvenes que han sido sometidos a detenciones intrusivas por parte de la policía corren el riesgo de una angustia emocional mayor (Jackson, et al., 2019).

La investigación examinó las asociaciones entre las características de las intervenciones policiales y la angustia emocional de los jóvenes durante estas situaciones, el estigma social después de ello y el estrés postraumático posterior.

El equipo de investigadores descubrió que los jóvenes que eran detenidos más a menudo por agentes de policía tenían más probabilidades de reportar un trauma emocional. Sus hallazgos muestran que las percepciones de los jóvenes de sus encuentros negativos con los oficiales también podrían ser perjudiciales para su salud mental.

El estudio incluyó datos recopilados entre los años 2014 y 2017 del Fragile Families and Child Wellinging Study (FFCWS), una investigación sobre familias en riesgo y sus hijos nacidos entre 1998 y 2000. Los datos involucraron a 918 jóvenes que informaron haber sido detenidos por la policía durante su vida.

El 27% de esta muestra urbana de jóvenes en riesgo informó haber sido detenida por la policía a los 15 años. «Si bien no todos los encuentros fueron experimentados como hostiles o amenazantes, nuestros resultados sugieren que cuando las paradas se caracterizaron por un mayor número de conductas intrusivas de los oficiales, las percepciones de los jóvenes sobre el estigma social elevado y las experiencias de estrés postraumático fueron más propensas a presentarse,» explicaron los investigadores.

La angustia emocional se midió preguntando a los jóvenes si se sentían seguros, asustados o enojados durante el encuentro policial. Los participantes también informaron sentimientos de estigma después de la detención, por ejemplo, si evitaban a las personas por temor a que otros pensaran en ellos de manera negativa, si las personas usaban el incidente para burlarse de ellos y si ocultaban el hecho de que fueron detenidos a amigos y familiares.

Para medir el estrés postraumático después de la intervención policial, se preguntó a los participantes si la situación les volvía a producir sentimientos negativos de ser detenidos, si las imágenes de la parada policial a menudo aparecían en su cabeza y si sufrían o no reacciones físicas como sudoración, dificultad para respirar o tener palpitaciones anormales.

Detenciones en la escuela

Los investigadores descubrieron que los jóvenes que fueron detenidos por agentes de policía en la escuela informaron más angustia emocional y reacciones negativas que los que fueron detenidos en otros lugares. Esto fue especialmente cierto en el caso de jóvenes con poca o ninguna historia de delincuencia.

«Puede ser que ser detenido en el entorno escolar, que es conocido por su estructura y convencionalidad, sea más vergonzoso para estos jóvenes», explicaron los investigadores.

Concluyeron que los jóvenes pueden beneficiarse cuando los trabajadores sociales, los consejeros escolares y los proveedores de salud mental intervienen para ofrecer atención y servicios para ayudarlos a lidiar con sentimientos de vergüenza y trauma después de que la policía los detiene. Además, los esfuerzos para mejorar las relaciones entre la policía y la comunidad, especialmente las relaciones entre la policía y los jóvenes, pueden ayudar a reducir los resultados negativos para la salud de las intervenciones policiales.

Finalmente, señalan la necesidad de una capacitación integral de los miembros de la policía que los instruya sobre la mejor manera de realizar sus intervenciones garantizando la seguridad a la vez que se respeta integridad física y mental de la persona detenida.

Referencia bibliográfica:

Jackson, D. B., Testa, A., Vaughn M. G., 2019. Low self-control and the adolescent police stop: Intrusiveness, emotional response, and psychological well-being. Journal of Criminal Justice. https://doi.org/10.1016/j.jcrimjus.2019.101635

Fuente: Psychcentral

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  • Salud Mental y Tratamientos

El estatus científico de las técnicas proyectivas

  • Equipo de Redacción
  • 04/11/2019

Hace 19 años Scott Lilienfeld, James Wood y Howard N. Garb, publicaron en Psychological science in the public interest uno de los cuestionamientos más completos y extensos sobre la validez y fiabilidad de las técnicas proyectivas. Este importante análisis recopiló más de 370 revisiones e investigaciones científicas que demuestran los puntos más débiles y cuestionables de esta metodología ampliamente enseñada en las facultades de psicología y aceptada más por costumbre o tradición que por evidencia, como herramienta indispensable en el ámbito clínico y forense.

Para dar a conocer cuales son las críticas y puntos más débiles de estos métodos decidimos hacer una traducción completa del análisis. La traducción tiene más de 100 páginas en el que se aborda exhaustivamente la validez, validez incremental y confiabilidad, de tres de las técnicas proyectivas más utilizadas: test de las manchas de Rorschach, el test de apercepción temática (TAT) y el test de la figura humana. Así también el análisis presenta una revisión de los metaanálisis de los resultados de las técnicas proyectivas utilizadas para evaluar el abuso sexual; y añade recomendaciones para mejorar la práctica forense, clínica y la educación universitaria.

Para facilitar la lectura añadimos una tabla de contenido con enlaces titulo y subtitulo del artículo, esto te permitirá viajar entre las secciones del análisis. Sino tienes mucho tiempo, te recomendamos leer las conclusiones en el apartado resumen y discusión de cada sección. Si deseas algo todavía más conciso puedes leer la lista de puntos clave que está al inicio, y para aquellos que desean profundizar y comprobar la información utilizada, añadimos los enlaces web a las revistas científicas y libros citados en las casi 370 referencias bibliográficas.

Por último, queremos agregar que este análisis no debe interpretarse como una critica a los colegas psicólogos que la utilizan. Nuestra intención es la de compartir información con evidencia que suele ser desconocida y que creemos es en extremo necesaria para generar una reflexión abierta sobre las herramientas que usamos.

Por lo tanto, si eres psicólogo clínico intenta analizar los datos presentados para que puedas sacar tus conclusiones. Si eres docente, esperamos que este artículo te sirva como material para preparar tus clases, y si eres estudiante te recomendamos que compartas este material con tus compañeros y profesores.

La traducción fue realizada por nuestra editora Alejandra Alonso y editada por María Fernanda Alonso y David Aparicio.

Tabla de contenido

  • Puntos clave
  • Introducción
  • Versión en PDF
  • Las técnicas proyectivas y su justificación
  • Prueba de manchas de tinta Rorschach
    • Adecuación de las normas CS
    • Generalización cultural de la CS
    • Fiabilidad de puntuación de la CS
    • Fiabilidad test-retest de la CS
    • La influencia de la frecuencia de respuesta (R) en las puntuaciones CS
    • La estructura factorial de las puntuaciones de Rorschach
    • Validez del Rorschach: metaanálisis globales
    • Validez del Rorschach: revisiones de literatura estrechamente enfocada y metaanálisis
    • Validez del Rorschach: relaciones con diagnósticos e instrumentos de autoinforme
    • Validez incremental
    • Resumen y discusión
  • Test de apercepción temática (TAT)
    • Descripción general de la investigación TAT: problemas y hallazgos
    • Validez incremental del TAT
    • Esquemas de puntuación de necesidad basados ​​en TAT
    • La evaluación de las relaciones objetales con el TAT
    • La evaluación de los mecanismos de defensa con el TAT
    • Resumen y discusión
  • Método de dibujo de la figura humana
    • Fiabilidad
    • Validez
    • Validez incremental
    • Resumen y discusión
  • Metaanálisis de técnicas proyectivas para detectar el abuso sexual infantil
  • Conclusiones relativas a los índices proyectivos apoyados empíricamente
  • Recomendaciones de investigación, práctica forense y clínica, y educación y formación
    • Recomendaciones para construir una técnica proyectiva válida
    • Recomendaciones sobre el uso forense y clínico de técnicas proyectivas
    • Recomendaciones para educación y capacitación
  • Referencias bibliográficas

Puntos clave

Aclaraciones

  • Las principales ventajas de la mayoría de las técnicas proyectivas en relación con las pruebas de personalidad estructuradas suelen ser su capacidad para (a) evitar o eludir las defensas conscientes de los respondedores y (b) permitir a los médicos obtener acceso privilegiado a información psicológica importante (ej., conflictos, impulsos) de los cuales los encuestados no son conscientes. Como consecuencia, los defensores de las técnicas proyectivas han sostenido que estas técnicas proporcionan una validez incremental en la evaluación de la personalidad y la psicopatología más allá de las medidas estructuradas.
  • Los autores eligieron centrarse en los dibujos de Rorschach, TAT y figura humana por dos razones principales. Primero, estos tres instrumentos, así como las versiones afines de ellos, se encuentran entre las técnicas proyectivas más utilizadas en la práctica clínica. En segundo lugar, estos tres instrumentos se encuentran entre las técnicas proyectivas más ampliamente investigadas y, por lo tanto, permiten la evaluación más completa en la actualidad.

Manchas de tinta de Rorschach

  • Los análisis factoriales es que varios puntajes de Rorschach generalmente no se correlacionan o “no se mantienen juntos” de una manera que sea consistente con las teorías sobre la prueba o la práctica clínica.
  • El test de Rorschach ha demostrado poca validez como herramienta de diagnóstico.
  • Pocas variables de Rorschach han demostrado una validez incremental consistente en la evaluación de los indicadores de construcción psicológicamente significativos por encima y más allá de otra información psicométrica más fácilmente adquirida.
  • Los metaanálisis de investigaciones publicadas sobre Rorschach sugieren que al menos algunos índices de Rorschach poseen una validez por encima de cero, aunque la utilidad clínica de estos índices queda por demostrar.
  • Las revisiones bibliográficas centradas en un enfoque limitado han identificado diversas variables de Rorschach que parecen tener validez en la identificación de la esquizofrenia, el TLP y quizás el trastorno esquizotípico de la personalidad y el trastorno bipolar.
  • Sin embargo, la gran mayoría de las variables de Rorschach no han demostrado relaciones consistentes con los trastornos psicológicos o los rasgos de personalidad. Quizás lo más importante es que pocas variables de Rorschach han demostrado una validez incremental consistente en la evaluación de los indicadores de construcción psicológicamente significativos por encima y más allá de otra información psicométrica más fácilmente adquirida.

Test de percepción temática (TAT)

  • Existe un apoyo modesto para la validez de constructo de varios esquemas de puntuación TAT, particularmente aquellos que evalúan la necesidad de logros y relaciones objetales.
  • El uso del TAT para evaluar los mecanismos de defensa ha recibido un apoyo limitado e inconsistente.
  • En los últimos años se han desarrollado otros esquemas de puntuación TAT potencialmente útiles. Por ejemplo, Ronan y sus colegas han derivado un índice de resolución de problemas personales del TAT que se correlaciona significativamente con una medida de desempeño que involucra la generación de medios y fines para soluciones a problemas, y eso distingue significativamente a los pacientes psiquiátricos de los normales.
  • Los pocos sistemas de puntuación TAT prometedores aún no son apropiados para el uso clínico de rutina no hay evidencia convincente de que los esquemas de puntuación TAT para relaciones de objeto o los mecanismos de defensa poseen una validez incremental más allá de los índices de autoinforme de estos constructos.

Figura humana

  • El estado científico de las puntuaciones derivadas de dibujos de figura humana puede describirse mejor como débil.
  • Aunque la fiabilidad test-retest y entre evaluadores a veces es alta, hay una marcada variación entre los estudios.
  • No hay relaciones bien replicadas entre signos de dibujo específicos y personalidad o psicopatología.
  • El papel de la calidad artística en los dibujos de figura humana no se ha resuelto satisfactoriamente, aunque hay razones para creer que la capacidad artística pobre a menudo puede dar lugar a clasificaciones de falsos positivos de psicopatología.

Conclusiones

  • Las técnicas proyectivas no son inherentemente poco confiables o inválidas. Debido a que algunos índices proyectivos pueden alcanzar propiedades psicométricas satisfactorias, es poco probable que las técnicas proyectivas per se posean deficiencias intrínsecas o ineluctables.
  • La escasa validez de la mayoría de las técnicas proyectivas para los fines previstos se deriva de su diseño y construcción subóptimos.
  • El desarrollo futuro de instrumentos proyectivos se beneficiaría de un enfoque iterativo y autocorregible para la construcción de pruebas.
  • Aunque la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia, existe una escasa justificación para el uso de técnicas proyectivas en el contexto del tratamiento, a menos que se pueda demostrar que estas técnicas contribuyen a la eficacia terapéutica.
  • No descubrimos evidencia de la utilidad del tratamiento de ninguna técnica proyectiva.
  • A los peritos no deben afirmar o implicar que las técnicas proyectivas son ampliamente aceptadas por la comunidad científica.
  • Los profesores deben enseñar a los estudiantes a distinguir entre índices proyectivos que tienen y no tienen apoyo empírico.
  • Los profesores deben discutir en detalle las implicaciones forenses y éticas de confiar en índices proyectivos que no están bien validados.

Introducción

La controversia no es extraña en el campo de la evaluación de la personalidad, y ningún asunto en este campo ha sido tan controversial como el estatus científico de las técnicas proyectivas. De hecho, el lector novato que intenta encontrar sentido en la desmadejada y desconcertantemente compleja literatura sobre técnicas proyectivas se confronta inmediatamente con una sorprendente paradoja.

Por un lado, durante las últimas cuatro décadas una letanía de investigadores de evaluación de personalidad (por ejemplo, Anastasi, 1982; Gittleman Klein, 1986; Dawes, 1994) han pasado a desacreditar la confiabilidad y validez de la mayoría de las técnicas proyectivas (ver Lilienfeld, 1999). La famosa cita de Jensen (1995), aunque tiene 35 años, todavía captura los sentimientos de muchos científicos contemporáneos hacia el test de Rorschach y muchas otras técnicas proyectivas: “…las tasas de progreso científico en psicología bien podrían medirse por la rapidez y exhaustividad con la que se olvida al Rorschach” (p. 238). Por otro lado, los clínicos en Estados Unidos y en menor medida aquellos en el extranjero, continúan utilizando técnicas productivas con mucha regularidad y muchos afirman que estas técnicas son virtualmente indispensables en su práctica diaria (Warkins, Campbell, Neiberding & Hallmark, 1995). La esencia de esta paradoja fue incisivamente resumida por Anastasia (1982) quien observó que “las técnicas proyectivas presentan curiosas discrepancias entre la investigación y la práctica. Al evaluarlos como psicométricos, la mayor parte hacen una pobre presentación. Sin embargo, su popularidad en el uso clínico continúa sin disminuir” (p. 564).

En efecto, a pesar de las sostenidas, y a menudo humillantes, críticas dirigidas a las técnicas proyectivas durante las últimas décadas (Dawes, 1994; Lowestein, 1987), numerosas encuestas demuestran que tales técnicas continúan disfrutando una amplia popularidad entre los clínicos. Durand, Blanchard y Mindell (1988) reportaron que el 49% de los directores de programas para graduados en psicología clínica y el 65% de los directores de internados en psicología clínica creían que el entrenamiento formal en técnicas proyectivas era importante. Watkins et al. (1995) encontró que 5 técnicas proyectivas, incluido el Rorschach y el test de apercepción temática (TAT), estaban entre los 10 instrumentos más frecuentemente utilizados por los psicólogos clínicos. Por ejemplo, el 82% de los psicólogos clínicos reportó que administraban el Rorschach al menos “ocasionalmente” en sus baterías de tests y el 43% reportó que lo administraba “frecuentemente” o “siempre”. Hay algunos indicadores, sin embargo, de que la popularidad de ciertas técnicas proyectivas podría estar menguando. En una encuesta reciente de clínicos practicantes, Piotrowski, Belter y Keller (1998) reportaron que muchas técnicas proyectivas, incluyendo al Rorschach y al TAT, habían sido abandonadas por una considerable minoridad de usuarios. Algunos autores (e.g., Piotrowski et al. 1998; Piotrowski & Belter, 1989) han atribuido la reciente disminución en la popularidad de las técnicas proyectivas a la llegada de la atención administrada, aunque al menos una parte de la disminución podría provenir del impacto acumulativo de las críticas apuntadas hacia estas técnicas en las últimas décadas. No obstante esta disminución, el Rorschach, el TAT y muchas otras técnicas proyectivas permanecen entre los dispositivos de evaluación más frecuentemente utilizados en la práctica clínica.

Nuestro objetivo en este análisis es examinar imparcialmente los mejores estudios disponibles concernientes al estatus científico de las técnicas proyectivas1Debido a limitaciones de espacio, hemos optado por centrarnos sólo en los temas más centrales pertinentes al estado científico de las técnicas proyectivas. Los lectores pueden obtener una versión más completa de este manuscrito del primer autor previa solicitud. Esta versión más completa también contiene secciones sobre la historia de las técnicas proyectivas, el examinador y las influencias situacionales sobre las técnicas proyectivas, la susceptibilidad de las técnicas proyectivas a los conjuntos de respuestas (por ejemplo, simulación, manejo de impresiones) y las razones de la continua popularidad de las técnicas proyectivas.. En contraste con otros autores (e.g., Karon, 1978), no creemos que la pregunta de si las técnicas proyectivas son válidas puede ser respondida de manera directa o significativa. Hemos evitado asiduamente enmarcar preguntas de esta clase por dos razones.

Primero, en base a la extensa literatura argumentaremos que el constructo de validez (Cronbach & Meehl, 1955) de ciertos índices proyectivos está más fuertemente afianzado que el de otros. Como consecuencia, las afirmaciones generales con respecto a la validez de constructo de todas las técnicas proyectivas parecen ser injustificadas. En segundo lugar, coincidimos con Messick (1995) en que la validez de constructo se puede ver como el grado en el que se pueden extraer inferencias útiles con respecto al desempeño de los individuos que no realizan pruebas en función de sus puntajes. Desde esta perspectiva, las técnicas proyectivas se consideran mejor no como válidas o inválidas, sino más bien como más o menos válidas para propósitos y contextos de evaluación específicos. Ciertos índices de dibujo de figura humana, por ejemplo, pueden ser indicadores moderadamente válidos de habilidad artística (Kahill, 1984) o inteligencia (Motta, Little y Tobin, 1993) pero son indicadores de psicopatología en gran parte o totalmente inválidos. Por lo tanto, la pregunta principal que planteamos en este análisis es: «¿Hasta qué punto son ciertas técnicas proyectivas — y los índices específicos derivados de ellas — válidas para los fines a los que los psicólogos suelen aplicarlas?»

Es importante distinguir desde un principio la evidencia sobre validez de constructo de la evidencia sobre utilidad predictiva (ver también Levy, 1963). Sin embargo, un instrumento que exhibe validez de constructo como lo demuestran las diferencias significativas entre grupos patológicos y no patológicos puede ser prácticamente inútil para aplicaciones predictivas del mundo real. Esto se debe a que en muchos de los estudios realizados sobre instrumentos psicológicos, incluidas las técnicas proyectivas, los investigadores comienzan con grupos conocidos (por ejemplo, individuos con o sin antecedentes de abuso sexual infantil) de aproximadamente el mismo tamaño. Esta división 50-50 entre grupos es óptima para fines predictivos desde el punto de vista del teorema de Bayes (Meehl y Rosen, 1955). Sin embargo, los profesionales suelen estar interesados ​​en detectar fenómenos clínicos cuya prevalencia en la mayoría de los entornos del mundo real es considerablemente inferior al 50 por ciento (por ejemplo, antecedentes de abuso sexual infantil, un plan suicida inminente). Como resultado, las estimaciones de validez derivadas de las investigaciones de grupos patológicos conocidos, que se basan en el «condicionamiento de la consecuencia» (es decir, postdicción del estado del grupo a la presencia o ausencia de un indicador de prueba), casi siempre rendirán estimaciones de validez más altas que en entornos clínicos reales, donde el profesional debe «condicionar el antecedente» (es decir, predecir desde la presencia o ausencia de un indicador de prueba hasta el estado del grupo; ver Dawes, 1993). En otras palabras, debido a que los médicos están típicamente interesados ​​en detectar la presencia de fenómenos de baja tasa, la mayoría de los diseños de investigación utilizados con grupos patológicos conocidos sobreestiman la validez predictiva de los indicadores de prueba. Por lo tanto, un índice derivado de una técnica proyectiva puede poseer validez de constructo sin ser útil para fines predictivos en entornos del mundo real.

Además de la validez, examinamos el grado en que las técnicas proyectivas satisfacen otros criterios psicométricos importantes, en particular (a) confiabilidad, a saber, consistencia de la medición, que en sí abarca la confiabilidad test-retest, la confiabilidad entre evaluadores y la consistencia interna, (b) validez incremental, a saber, la medida en que un instrumento aporta información por encima y más allá de otra información (Meehl, 1959; Sechrest, 1963), y (c) utilidad de tratamiento, a saber, la medida en que un instrumento contribuye al resultado del tratamiento (Hayes, Nelson y Jarrett, 1987).

La confiabilidad es importante porque la validez está limitada por la raíz cuadrada de la validez (Meehl, 1986). Como consecuencia, la validez no puede ser alta cuando la confiabilidad es muy baja. La validez incremental es de considerable importancia pragmática en la evaluación de las técnicas proyectivas porque muchas de estas técnicas requieren un entrenamiento extenso y requieren mucho tiempo para administrar, calificar e interpretar. Si las técnicas proyectivas no aportan información psicológicamente útil más allá de los datos recopilados con mayor facilidad (por ejemplo, puntajes en instrumentos de autoinforme, información demográfica), su uso clínico de rutina es difícil de justificar. La cuestión de la validez incremental también es significativa por razones teóricas porque muchos defensores de las técnicas proyectivas afirman que estas técnicas pueden proporcionar información valiosa no evaluada por los índices de autoinforme (Dosajh, 1996; Riethmiller & Handler, 1997a; Spangler, 1992).

La validez incremental no es un número único, ya que se puede evaluar en relación con una variedad de formas de información (por ejemplo, puntajes de cuestionarios, datos demográficos) que el clínico puede tener a la mano. Finalmente, estamos de acuerdo con Hunsley y Bailey (1999) en que el criterio de utilidad del tratamiento es de suma importancia en la evaluación de todos los instrumentos psicológicos utilizados por los profesionales. En el contexto terapéutico, la evaluación es prácticamente siempre un medio para un fin, es decir, un mejor resultado del tratamiento. Si los instrumentos psicológicos no facilitan en última instancia el tratamiento de una manera medible, son de dudosa utilidad en el contexto clínico, aunque pueden ser útiles para ciertas investigaciones o propósitos predictivos.

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Experto Universitario en Comunicación no verbal y Personalidad

  • Equipo de Redacción
  • 04/11/2019

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El TEPT casi duplica el riesgo de infección

  • Maria Fernanda Alonso
  • 01/11/2019

Un nuevo estudio encuentra que las personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT) tienen 1.8 veces más probabilidades de tener alguna infección que aquellas sin TEPT.

Específicamente, existen: 1.3 veces más probabilidades de tener meningitis; 1.7 veces más probabilidades de tener gripe; 2.7 veces más probabilidades de tener hepatitis viral (Jiang et al., 2019). El estudio también encontró que el TEPT afecta los riesgos de infección para hombres y mujeres de manera diferente, teniendo, por ejemplo, un mayor efecto sobre el riesgo de infección de las vías urinarias y el riesgo de infección de la piel en los hombres.

El equipo de investigadores utilizó registros nacionales daneses para observar los historiales de salud de cada ciudadano danés nacido en Dinamarca que recibió un diagnóstico de TEPT desde 1995 hasta 2011, y comparó a cada persona con un grupo de comparación de daneses del mismo sexo y edad.

Luego, compararon las historias de atención hospitalaria de los participantes para 28 tipos diferentes de infecciones. Después de ajustar otros diagnósticos de salud física y mental y de matrimonio/pareja registrados, los resultados muestran que las personas con TEPT tenían 1.8 veces más probabilidades de tener alguna infección que aquellas sin TEPT, así como riesgo aumentado para cada uno de los 28 tipos de infección

Posteriormente, los investigadores compararon a hombres y mujeres con TEPT y descubrieron que tener TEPT tenía más efecto sobre el riesgo de varios tipos de infección en mujeres (especialmente la infección del tracto urinario) que en hombres. El caso inverso (mayor riesgo para hombres) se halló por ejemplo en los riesgos de padecer infecciones de la piel.

«Nuestro estudio se suma a la creciente evidencia que sugiere que el TEPT y el estrés crónico severo son perjudiciales para la salud física,» dijo Tammy Jiang, quien dirigió el estudio. Los hallazgos subrayan la importancia para la salud pública de las intervenciones de prevención y tratamiento del TEPT, concluyó.

Otras investigaciones han hallado, por ejemplo que quienes padecen TEPT en la juventud pueden tener un mayor riesgo de sufrir un ataque isquémico transitorio (AIT) o un accidente cerebrovascular importante en la mediana edad, lo que aumenta el riesgo tanto como otros factores de riesgo mejor conocidos para estas afecciones.

Referencia bibliográfica:

Jiang, T., Farkas, D. K., Ahern, T. P., Lash, T. L., Sørensen, H. T., & Gradus, J. L. (2019). Posttraumatic Stress Disorder and Incident Infections: A Nationwide Cohort Study. Epidemiology , 30(6), 911-917. https://doi.org/10.1097/EDE.0000000000001071

Fuente: Psychcentral

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