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Publicaciones por mes

febrero 2021

45 Publicaciones
  • Análisis

¿Podemos cambiar el mundo leyendo libros?

  • 19/02/2021
  • Maria Fernanda Alonso

La ambulancia llega a una clínica privada de la ciudad con una persona que requiere asistencia médica urgente, luego de recorrer distintos efectores de salud sin encontrar quién brinde la atención correspondiente. Como primera respuesta, la clínica declara que no hay camas disponibles, que se realizarán las pruebas necesarias en la guardia pero, de precisar internación, no garantizan que la persona pueda quedarse allí. Mientras se llevan a cabo estas pruebas corroboran que el paciente cuenta con seguro médico, dinero para pagar la internación y los estudios, y además pertenece a una “familia importante” de la ciudad. Seguidamente informan que, ahora sí, hay cama para tal persona. ¿Qué hubiera pasado si se trataba de alguien sin los recursos económicos o las conexiones sociales necesarias para ser considerada merecedora de cuidado médico en ese lugar?

Si una situación de estas características llegara a tu esfera de conocimiento, ¿tomarías alguna acción?

No resulta novedoso el hecho de que hayan personas, grupos y colectividades que cuentan con menos herramientas (tanto simbólicas como económicas), con menos recursos, y con escasas posibilidades de reclamar equidad y ejercer los derechos que, en teoría, tienen. Pues, convengamos, el mero reconocimiento de un derecho por parte de las naciones del mundo no es suficiente ni efectivo si no está acompañado de la oportunidad de ejercerlo.



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Según los instrumentos internacionales de Derechos Humanos, es responsabilidad de los Estados respetar y hacer respetar los derechos en ellos contenidos. Se entiende por Estado no sólo a sus representantes y autoridades sino también a la sociedad que lo compone. En otras palabras, es tu responsabilidad y la mía respetar y hacer respetar los derechos: esto incluye los tuyos, los míos y los del muchacho que ha aprendido que el fin justifica los medios y por tanto roba para poder tener lo que necesita cotidianamente.

¿Se puede promover la acción colectiva ante situaciones de injusticia y desigualdad a través de la lectura? Un equipo de investigadores encontró que leer determinados libros, como la saga de Los juegos del hambre, puede ayudar a fomentar y mover a las personas a tomar acción para conseguir una sociedad más igualitaria (Vezzali et al., 2020).

¿Por qué Los juegos del hambre?

La amplia distribución de estas obras y su atractivo motivaron a los investigadores para utilizarlas con propósitos educativos importantes, que puedan tener un objetivo útil en la sociedad. De hecho, con anterioridad este mismo equipo encontró que leer los libros de Harry Potter tiene un efecto reductor de prejuicios, y que el género fantasía puede ser un gran instrumento con fines de educación social.

Los libros pueden ayudarnos a reflexionar sobre la realidad que nos rodea, otorgarnos nuevos lentes para interpretar la realidad social y, en última instancia, pueden ayudar a moldear el comportamiento, señalan los autores, quienes consideran que las personas tendemos a luchar contra las desigualdades sociales, pero primero tenemos que poder verlas. En palabras de J. K. Rowling, la imaginación es “el poder que nos permite empatizar con los seres humanos cuyas experiencias nunca hemos compartido”.

¿Qué metodología usaron?

La muestra se conformó con 162 adultos blancos en los Estados Unidos y el Reino Unido, quienes completaron un cuestionario online en el que informaron la cantidad de libros de Los juegos del hambre que habían leído y la cantidad de películas de la misma saga que habían visto.

Luego, los participantes completaron una evaluación de orientación del dominio social: una medida del respaldo a la jerarquía y la desigualdad social. Además, informaron sobre sus respuestas emocionales a las desigualdades sociales y sus intenciones de participar en acciones colectivas para ayudar a los grupos desfavorecidos.

¿Qué encontraron?

Después de controlar el número de películas de Los juegos del hambre que vieron los participantes, el equipo de investigadores descubrió que leer más libros de la saga se asociaba con niveles más altos de ira contra las desigualdades sociales, lo que a su vez se asociaba positivamente con la acción colectiva. Pero esto solo fue cierto para aquellos con una orientación baja de dominio social.

Sin embargo, la naturaleza correlacional de la encuesta impidió cualquier inferencia sobre la causalidad. Es posible que estos libros aumenten el enojo por las desigualdades, pero también podría ser que las personas que están molestas por las desigualdades tiendan a sentirse atraídas por libros como Los juegos del hambre.

¿Cómo cotejaron estos resultados?

En un estudio posterior, los investigadores reclutaron a 89 estudiantes de secundaria italianos y los dividieron al azar en dos grupos. Un grupo leyó los libros de Los juegos del hambre durante el año escolar como parte de su plan de estudios y tuvo reuniones para discutir pasajes clave. El segundo grupo sirvió como control: los niños no recibieron instrucciones de leer los libros y no asistieron a tales reuniones.

En este experimento, Vezzali y sus colegas descubrieron que quienes leían Los juegos del hambre tendían a enfadarse más por la desigualdad social y a estar más dispuestos a tomar medidas contra ella en comparación con los que no habían leído los libros, especialmente entre los que tenían una mayor orientación al dominio social.

¿Por qué se encontraron tales resultados entre aquellos con una baja orientación de dominio social en el primer estudio y una alta orientación de dominio social en el segundo? La naturaleza de la intervención en el segundo estudio, y el hecho de que se examinó a adolescentes en lugar de adultos, podría explicar los resultados divergentes. Para el primer estudio no se guió a los participantes en la lectura, ni se les orientó para enfocar su atención de forma específica en las injusticias de la estructura social jerarquizada, y en cómo lo descrito en los libros se refleja en la sociedad actual.

En el segundo estudio, por otro lado, “se invitó a los participantes a reflexionar y comentar colectivamente si la historia se vinculaba con las relaciones intergrupales reales, por ejemplo entre italianos e inmigrantes en Italia. Personas con alta orientación al dominio social (pero también con baja orientación al dominio social) fueron invitadas activamente a enfocarse en aspectos de la historia relacionados con el tema bajo investigación y su posible vínculo con la realidad.

Necesitamos intervenciones con el objetivo específico de fomentar la acción colectiva si queremos promover la igualdad social. Comprender no solo por qué y cuándo las personas se involucran en la acción colectiva, sino también procurar activamente su participación social, es un desafío que los psicólogos deben aceptar, sostienen los autores.

Las medidas para abordar la desigualdad y la discriminación serían mucho más efectivas para combatir las enfermedades mentales que el énfasis que se ha puesto sobre los medicamentos y la terapia en los últimos 30 años, señaló hace un tiempo el Dr. Dainius Pūras, vocero de la ONU. La austeridad, la desigualdad y la inseguridad laboral no sólo son perjudiciales para la salud mental, también la suscitan.

Para lograr un cambio social es preciso que reconozcas dónde estás ubicado, y desde qué lugar ves las cosas. ¿Sabés qué tan privilegidx sos? Para averiguarlo hacé clic en el link, que te conducirá a un gran artículo de Paula José Quintero, y preparate para darte cuenta.

Referencia bibliográfica: Vezzali, L, McKeown, S, MacCauley, P, et al. (2020). May the odds be ever in your favor: The Hunger Games and the fight for a more equal society. (Negative) Media vicarious contact and collective action. J Appl Soc Psychol. 00: 1– 17. https://doi.org/10.1111/jasp.12721

Fuente: Psypost

  • Artículos Recomendados de la Web

La destrucción de la naturaleza provocada por los humanos multiplica nuevas enfermedades como la COVID-19

  • 19/02/2021
  • David Aparicio
brown open field

Raúl Rejón para El Diario.es:

El 75% de las nuevas enfermedades humanas surgidas en los últimos 40 años tienen su origen en animales, calcula la Organización Mundial de la Salud (OMS). El virus SARS-CoV-2 es uno de ellos. De hecho, dos tercios de todos los tipos de patógenos que infectan personas son zoonóticos, es decir, saltan de un animal a un ser humano. «Esta crisis sanitaria está muy relacionada con la destrucción de la naturaleza. La pérdida de naturaleza facilita la proliferación de los patógenos», resume el director de Conservación de WWF, Luis Suárez.

El investigador del Instituto Cary de Estudios Ecosistémicos, Richard Ostfelt, lo ha explicado así: «La pérdida sin precedentes de biodiversidad debido a causas antropogénicas tiene impactos profundos en la salud humana». Una de las principales amenazas es «la exacerbación del riesgo e incidencia de enfermedades infecciosas».

Este análisis, una labor conjunta de 500 científicos, calculaba que un 75% de la superficie terrestre se ha visto ya alterada por las actividades humanas. También el 66% de los océanos. Hasta un 85% de los humedales han desaparecido. Además, el ritmo de deforestación planetaria, aunque se ha ralentizado algo, fue de 26 millones de hectáreas en 2018, según el informe de la Declaración de Nueva York (cuyo objetivo es limitar a 10 millones de hectáreas la pérdida de bosques en el mundo para 2020). Toda esa alteración ha derivado en la devastación de la biodiversidad en forma de evaporación de variedades de plantas y animales.

La eliminación de hábitats favorece la zoonosis, es decir, el salto de agentes infecciosos de una especie animal a otra (incluida la especie humana). Algunas de las epidemias más graves de los últimos años han llegado así. La gripe A de 2009, el MERS de 2012 o el SARS de 2002.

Estamos pagando caro el daño que le hemos hecho al ecosistema.



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Lee el artículo completo en El Diario.es.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Evaluación de reforzadores para personas con discapacidad grave ( RAISD)

  • 18/02/2021
  • Equipo de Redacción

ABA España presenta la versión en español de la escala RAISD, un instrumento desarrollado por el equipo del Dr. Wayne Fisher y diseñado para preseleccionar estímulos de alta preferencia dentro de varias categorías y modalidades sensoriales. La escala puede usarse en conjunción con métodos de evaluación de preferencias de estímulo y de reforzadores.

Descarga el instrumento en formato PDF.

Referencia: Fisher, W. W., Piazza, C. C., Bowman, L. G., & Amari, A. (2021). Evaluación de Reforzadores para Personas con Discapacidad Grave, RAISD (J. Virues-Ortega, trad.). ABA España. https://doi.org/10.26741/2021.raisd



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Fuente: ABA España

  • Análisis

COVID-19 rara vez se propaga a través de superficies. Entonces, ¿por qué seguimos haciendo una limpieza profunda?

  • 18/02/2021
  • Equipo de Redacción

Hoy publicamos la noticia de la carta que enviaron 13 expertos en la que le solicitan al gobierno de Estados Unidos que actualice y mejoren las recomendaciones de prevención de contagio de COVID-19 y que se haga énfasis en que este virus se trasmite principalmente por la inhalación de aerosoles (cuando una persona estornuda o tose) y no por las superficies. Este cambio es importante porque las personas y gobiernos están usando muchos recursos para mantener excesivamente limpias los pomos de puertas, mesas y pisos, cuando sería mucho más eficaz usar esos recursos para comprar mascarillas de buena calidad, asegurarse de que todo el mundo utilice y mantener las áreas cerradas bien ventiladas o con aires acondicionados en buena condición que puedan filtrar el aire.

Aunque no es un tema psicológico, creemos necesario ofrecer a nuestros lectores un poco más de contexto para que puedan conocer de dónde surge el pedido de los expertos y cual es la evidencia que la fundamenta. Para ello hemos hemos traducido el artículo de la revista científica Nature, que explica muy bien por qué el riesgo de transmisión por superficies es muy bajo.


Cuando Emanuel Goldman fue a su supermercado local de Nueva Jersey en marzo pasado, no se arriesgó. Los informes de casos de COVID-19 estaban apareciendo en todo Estados Unidos, por lo que se puso guantes para evitar superficies contaminadas y usó una máscara para evitar que inhalara pequeñas gotas cargadas de virus de otros compradores. No se recomendaban guantes ni máscaras en ese momento.



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Luego, a fines de marzo, un estudio de laboratorio mostró que el coronavirus SARS-CoV-2 puede persistir en el plástico y el acero inoxidable durante días. Eso provocó titulares sorprendentes y una gran cantidad de consejos sobre cómo descontaminar todo, desde pomos de puertas hasta comestibles. También pareció confirmar la guía publicada en febrero por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que el virus que causa COVID-19 puede propagarse a través de superficies contaminadas, conocidas como fómites.

Para mayo, la OMS y los organismos de salud de todo el mundo estaban recomendando que las personas en entornos comunitarios ordinarios —casas, autobuses, iglesias, escuelas y tiendas— limpiaran y desinfectara las superficies, especialmente aquellas que se tocan con frecuencia. Las fábricas de desinfectantes trabajaron las 24 horas del día para mantenerse al día con la fuerte demanda.

Pero Goldman, microbiólogo de la Escuela de Medicina Rutgers de Nueva Jersey en Newark, decidió examinar más de cerca la evidencia en torno a los fómites. Lo que encontró fue que había poca evidencia que apoyara la idea de que el SARS-CoV-2 pasa de una persona a otra a través de superficies contaminadas. Escribió en julio un comentario incisivo para The Lancet Infectious Diseases, argumentando que las superficies presentaban relativamente poco riesgo de transmitir el virus. Su convicción solo se ha fortalecido desde entonces, y Goldman hace tiempo que abandonó los guantes.

Muchos otros llegaron a conclusiones similares. De hecho, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus inglés) aclaró su orientación sobre la transmisión de la superficie en mayo, declaró que “no se cree que sea la principal forma en que se propaga el virus”. Y ahora agrega: «no se cree que sea una forma común de propagación del COVID-19”.

A medida que la evidencia se ha acumulado en el transcurso de la pandemia, la comprensión científica sobre el virus ha cambiado. Los estudios e investigaciones de los brotes apuntan a que la mayoría de las transmisiones ocurren como resultado de personas infectadas que lanzan gotas grandes y pequeñas partículas llamadas aerosoles cuando tosen, hablan o respiran. Estos pueden ser inhalados directamente por personas cercanas. No se cree que la transmisión de superficie, aunque sea posible, sea un riesgo significativo.

Pero es más fácil limpiar las superficies que mejorar la ventilación, especialmente en invierno, y los consumidores han llegado a esperar protocolos de desinfección. Eso significa que los gobiernos, las empresas y los individuos continúan invirtiendo grandes cantidades de tiempo y dinero en esfuerzos de limpieza profunda. A finales de 2020, las ventas mundiales de desinfectante superficial totalizaron US$4.500 millones, un salto de más del 30% con respecto al año anterior. La Autoridad Metropolitana de Tránsito de Nueva York (MTA), que supervisa el metro y los autobuses y perdió miles de millones de dólares en ingresos de pasajeros en 2020, gastó $484 millones el año pasado en su respuesta al COVID-19, incluyendo una mayor limpieza y desinfección, según un portavoz.

Parte del problema es que los especialistas no pueden descartar la posibilidad de transmisión de fómites, y la orientación de muchas agencias de salud sobre cómo lidiar con las superficies no ha sido clara a medida que la ciencia ha cambiado. En noviembre, las autoridades chinas introdujeron directrices que exigían la desinfección de los paquetes de alimentos congelados importados. Y el CDC dirige a las personas a una lista completa de desinfectantes que matan a SARS-C0V-2 y dice: «La desinfección frecuente de superficies y objetos tocados por varias personas es importante».

Los expertos dicen que tiene sentido recomendar el lavado de manos, pero algunos investigadores están empujando hacia atrás contra el enfoque en las superficies. En diciembre, el ingeniero Linsey Marr de Virginia Tech en Blacksburg co-escribió un artículo de opinión para The Washington Post implorando a la gente que se relajara en los esfuerzos de limpieza. “Ha quedado claro que la transmisión por inhalación de aerosoles ,las gotas microscópicas, es un modo de transmisión importante, si no dominante”, dice Marr, que estudia la transmisión de enfermedades en el aire. La atención excesiva en la limpieza excesiva ocupa un tiempo y recursos limitados que se gastarían mejor en ventilación o en la descontaminación del aire que respira la gente, agregó.

El ARN del virus puede inducir el error

El enfoque en las fómites —en lugar de aerosoles— surgió al principio del brote de coronavirus debido a lo que la gente sabía acerca de otras enfermedades infecciosas. En los hospitales, patógenos como staphylococcus aureus resistente a la meticilina, virus respiratorio sincitial y norovirus pueden aferrarse a los rieles de la cama o enganchar un viaje de una persona a la siguiente en el estetoscopio de un médico. Así que tan pronto como la gente comenzó a enfermarse por el coronavirus, los investigadores comenzaron a frotar habitaciones de hospitales e instalaciones de cuarentena para lugares donde el virus podría estar al acecho. Y parecía estar en todas partes.

En instalaciones médicas, artículos personales como vasos de lectura y botellas de agua dieron positivo en rastros de ARN viral, la principal manera en que los investigadores identifican la contaminación viral. También lo hicieron los rieles de cama y los conductos de ventilación. En los hogares en cuarentena, los lavabos y las duchas albergaban el ARN, y en los restaurantes, se encontró que los palillos de madera estaban contaminados. Y los primeros estudios sugirieron que la contaminación podría persistir durante semanas. Diecisiete días después de que el crucero Diamond Princess fuera desalojado, los científicos encontraron ARN virales en superficies en cabinas de los 712 pasajeros y miembros de la tripulación que dieron positivo para COVID-19.

Son las personas, no las superficies, las que deberían ser el principal motivo de preocupación

Pero la contaminación con ARN viral no es necesariamente motivo de alarma, dice Goldman. “El ARN viral es el equivalente al cadáver del virus”, dice. “No es contagioso.”

Para abordar esa parte de la ecuación, los investigadores comenzaron a probar si las muestras de coronavirus que quedaban durante días en varias superficies podían infectar las células cultivadas en laboratorio. Un estudio en abril encontró que el virus seguía siendo infeccioso en superficies duras como plástico y acero inoxidable durante 6 días; en los billetes de banco, duró 3 días; y en máscaras quirúrgicas, al menos 7 días. Un estudio posterior anunció que el virus viable estuvo presente en la piel durante un tiempo de hasta 4 días, pero en la ropa sobrevivió durante menos de 8 horas . Y otros encontraron virus infecciosos en libros de bibliotecas unidos en cuero natural y sintético después de 8 días.

Condiciones poco realistas

Aunque este tipo de experimentos demuestran que el coronavirus puede sobrevivir en superficies, esto no significa que la gente lo esté contagiando de superficies como los pomos de puertas. Goldman y otros advierten contra la lectura excesiva de los estudios de supervivencia de virus, porque la mayoría no los prueba en las condiciones que existen fuera del laboratorio. “Fueron experimentos que comenzaron con cantidades enormes de virus, nada que se pueda encontrar en el mundo real”, dice. Otras pruebas han utilizado saliva simulada y condiciones controladas como la humedad y la temperatura, todo lo cual amplía la brecha entre las condiciones experimentales y las del mundo real, dice Goldman.

Solo unos pocos estudios han buscado virus viables fuera del laboratorio. Tal Brosh-Nissimov, que dirige la unidad de enfermedades infecciosas del Hospital Universitario Assuta Ashdod en Israel, y sus colegas limpiaron artículos personales y muebles en las unidades de aislamiento del hospital y en las habitaciones de un hotel de cuarentena. La mitad de las muestras de dos hospitales y más de un tercio de las muestras del hotel de cuarentena dieron positivo para ARN viral. Pero ninguno de los materiales virales fue capaz de infectar células, informaron los investigadores.

De hecho, los investigadores han luchado por aislar virus viables de cualquier muestra ambiental, no solo de fómites. En el único estudio que tuvo éxito, los investigadores cultivaron partículas de virus a partir de muestras de aire de hospitales recolectadas al menos a 2 metros de una persona con COVID-19.

Sin embargo, los científicos advierten que no se deben sacar conclusiones absolutas. “El hecho de que no se pueda demostrar la viabilidad no significa que no hubo un virus contagioso allí en algún momento”, dice el epidemiólogo Ben Cowling de la Universidad de Hong Kong.

Los estudios de exposición humana a otros patógenos proporcionan pistas adicionales sobre la transmisión por fómites de virus respiratorios. En 1987, investigadores de la Universidad de Wisconsin — Madison colocaron a voluntarios sanos en una habitación para que jugaran a las cartas con personas infectadas con un rinovirus del resfriado común. Cuando a los voluntarios sanos se les sujetó los brazos para evitar que se tocaran la cara y evitar que transfirieran el virus de las superficies contaminadas, la mitad se infectó. Un número similar de voluntarios que no estaban sujetos también se infectaron. En un experimento separado, las cartas y fichas de póquer que habían sido manipuladas y tosidas por voluntarios enfermos se llevaron a una habitación separada, donde se les indicó a los voluntarios sanos que jugaran al póquer mientras se frotaban los ojos y la nariz. El único modo de transmisión posible era a través de tarjetas y chips contaminados; ninguno se infectó. La combinación de experimentos proporcionó una fuerte evidencia de que los rinovirus se propagan por el aire. Pero tales estudios se consideran poco éticos para el SARS-CoV-2, porque puede matar.

Aunque probablemente sea raro, dice Cowling, no se puede descartar la transmisión a través de superficies. «No parece que suceda tanto, por lo que sabemos».

Las estimaciones de transmisión basadas en los niveles de ARN viral que persisten en el medio ambiente parecen confirmarlo. De abril a junio, la ingeniera ambiental Amy Pickering, entonces en la Universidad de Tufts en Medford, Massachusetts, y sus colegas tomaron muestras semanales de superficies interiores y exteriores alrededor de una ciudad en Massachusetts. Sobre la base de los niveles de contaminación por ARN y la frecuencia con la que las personas tocaban superficies como pomos de puertas y botones en los pasos de peatones, el equipo estimó que el riesgo de infección al tocar una superficie contaminada es menos de 5 en 10,000, menor que las estimaciones para el SARS. Infección por CoV-2 a través de aerosoles, y un riesgo de transmisión de influenza o norovirus menor que el de la superficie.

“La transmisión de fómite es posible, pero parece ser poco común”, dice Pickering, quien ahora trabaja en la Universidad de California, Berkeley. «Muchas cosas tienen que encajar en su lugar para que suceda esa transmisión».

Eso podría explicar por qué una comparación global de las intervenciones gubernamentales para controlar la pandemia en sus primeros meses encontró que la limpieza y desinfección de superficies compartidas calificó como una de las menos efectivas para reducir la transmisión. El distanciamiento social y las restricciones de viaje, incluidos las cuarentenas, funcionaron mejor.

Datos desordenados

Eso deja a los investigadores revisando datos epidemiológicos desordenados sobre cómo se propaga el virus. Se han publicado cientos de estudios sobre la transmisión de COVID-19 desde que comenzó la pandemia, sin embargo, se cree que solo uno informa la transmisión a través de una superficie contaminada, por lo que se denominó la ruta moco-oral. Según el informe, una persona con COVID-19 en China se sonó la nariz con la mano y luego presionó un botón en el ascensor de su edificio de apartamentos. Un segundo residente en el edificio luego tocó el mismo botón y pasó hilo dental con un palillo inmediatamente después, transfiriendo así el virus del botón a la boca. Pero sin las secuencias del genoma de los virus que infectan a cada persona, no se puede descartar la transmisión a través de otra persona desconocida. En otro caso, se cree que ocho personas en China se infectaron después de pisar aguas residuales que contenían el virus en la calle y luego caminaron con la contaminación hasta sus hogares.

A pesar de la rareza de los ejemplos publicados de transmisión de fómites, las autoridades chinas exigen que los alimentos congelados importados se desinfecten. El cambio en las pautas siguió a un informe, que no se ha publicado en detalle, de que un trabajador de un negocio de alimentos congelados en la ciudad portuaria norteña de Tianjin se infectó después de manipular envases contaminados de carne de cerdo congelada importada de Alemania. Pero la OMS y otros expertos han cuestionado las afirmaciones de que las personas pueden infectarse a través de la cadena alimentaria de esta manera.

Cowling dice que se necesitan investigaciones más detalladas, rastreando cuidadosamente quién infecta a quién y qué superficies y espacios compartieron en el momento de la infección. “Lo que realmente valoramos son las investigaciones epidemiológicas de los patrones de transmisión, ya sea en hogares, lugares de trabajo o en otros lugares”, dice. «No creo que hayamos estado haciendo lo suficiente».

La mayor amenaza

Armados con datos de un año sobre casos de coronavirus, los investigadores dicen que un hecho es claro. Son las personas, no las superficies, las que deberían ser el principal motivo de preocupación. La evidencia de eventos de súper propagación, donde numerosas personas se infectan a la vez, generalmente en un espacio interior abarrotado, apunta claramente a la transmisión aérea, dice Marr. «Tienes que inventar algunos escenarios realmente complicados para explicar los eventos de superpropagación con superficies contaminadas», dice.

Lavarse las manos es fundamental, dice Marr, porque no se puede descartar la transmisión superficial. Pero es más importante mejorar los sistemas de ventilación o instalar purificadores de aire que esterilizar superficies, dice. «Si ya hemos prestado atención al aire y tenemos tiempo y recursos adicionales, entonces sí, limpiar esas superficies de alto contacto podría ser útil», dice.

Los hogares también pueden relajarse, dice Pickering. Poner en cuarentena los alimentos o desinfectar todas las superficies es ir demasiado lejos. «Eso es mucho trabajo y probablemente tampoco reduzca tanto su exposición», dice. En cambio, una higiene de manos razonable, así como el uso de una máscara y el distanciamiento social para reducir la exposición de contactos cercanos es un mejor lugar para concentrar los esfuerzos.

La OMS actualizó su guía el 20 de octubre, diciendo que el virus puede propagarse “después de que las personas infectadas estornuden, tosen o toquen superficies u objetos, como mesas, picaportes y pasamanos”. Un portavoz de la OMS dijo a Nature que “hay pruebas limitadas de transmisión a través de fómites. No obstante, la transmisión por fómites se considera un modo posible de transmisión, dado el hallazgo constante de contaminación ambiental, con identificación positiva del ARN del SARS-CoV-2 en las cercanías de personas infectadas con el SARS-CoV-2 ”. La OMS agrega que “las prácticas de desinfección son importantes para reducir el potencial de contaminación por virus COVID-19”.

El CDC no respondió a las preguntas de Nature sobre inconsistencias en sus declaraciones sobre los riesgos que plantean los fómites.

El enigma al que se enfrentan las autoridades sanitarias, dice Marr, es que es difícil descartar definitivamente la transmisión superficial. Las autoridades pueden mostrarse reacias a decirle a la gente que no sea cautelosa. “Nunca querrás decir ‘Oh, no hagas eso’ porque puede suceder. Y ya sabes, debemos seguir el principio de precaución ”, dice.

A pesar de la evidencia creciente, el público podría haber crecido para esperar niveles adicionales de desinfección después de los primeros meses de la pandemia. Cuando la MTA de Nueva York encuestó a los pasajeros a fines de septiembre y principios de octubre, las tres cuartas partes dijeron que limpiar y desinfectar los hacía sentir seguros al usar el transporte.

Goldman continúa usando una máscara de tela cuando sale de casa, pero cuando se trata de la posibilidad de contraer el coronavirus de una superficie contaminada, no toma ninguna precaución especial. “Una de las formas en que nos protegemos es lavándonos las manos”, dice, “y eso se aplica a pandemia o no pandemia”.

  • Artículos Recomendados de la Web
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

«Se sigue malgastando mucho tiempo y dinero en desinfectar superficies, cuando esto no sirve para nada o casi nada»

  • 18/02/2021
  • David Aparicio

Nora Bär explica en La Nación el contenido de la carta enviada por 13 expertos al gobierno de Estados Unidos:

Los especialistas afirman que la evidencia científica es clara: la inhalación de aerosoles es una de las principales formas de contagio y propagación del virus. Sin embargo, las pautas y recomendaciones oficiales, tanto en los Estados Unidos como en la mayoría de los países, están desactualizadas, ya que no lo reconocen claramente ni incluyen las medidas de control necesarias. Piden un uso generalizado de mascarillas, y que se apliquen medidas más estrictas para proteger a los trabajadores y al público en general.

“Todavía hay un mensaje confuso –subraya Jiménez–. En octubre los CDC ya dijeron que la forma principal de contagio es la inhalación. Pero la gente sigue sin entenderlo. Y varias medidas claves no se explican bien, ni se transmite lo importantes que son. Se sigue malgastando mucho tiempo y dinero en desinfectar superficies, cuando esto no sirve para nada o casi nada. Al día de hoy, todavía no hay ningún caso demostrado de contagio por superficies. La revista Nature se lo dijo la semana pasada en un editorial extraordinario a la OMS y la CDC: tienen que dejar en claro que el virus va por el aire, y que el contagio por superficies es poco probable”.

Según el experto, uno de los más destacados referentes mundiales en el estudio de los aerosoles, este es un tema importante para las escuelas, que son sitios por lo general cerrados donde muchas personas pasan mucho tiempo, compartiendo el aire, hablando, con poca distancia entre sí, y con barbijos de calidad y ajuste pobres en muchos casos. “Es fundamental comunicar con claridad que tenemos que pensar que sale como un humo invisible de todas las personas, que flota y se mezcla. Los espacios interiores lo atrapan. Hay que tener siempre abiertas las ventanas y la puerta (no necesariamente de par en par), de manera que los virus que alguien pueda exhalar allí vayan saliendo inmediatamente al exterior, y que entre aire exterior sin virus”, explica.

Limpiar constantemente las superficies nos da una sensación de control y que estamos participando activamente en la batalla contra el COVID-19. Es necesario limpiar y lavarnos las manos. Pero el mayor riesgo está en la inhalación del virus. Por eso tenemos que dedicar nuestros esfuerzos y recursos para comprar y usar buenas mascarillas, exigir que las personas con la que compartimos espacios las utilicen apropiadamente y asegurarnos de tener una buena ventilación en nuestros hogares, escuelas y áreas de trabajo.



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Lee el artículo completo en La Nación.

También puedes leer el artículo de Nature que explica por qué las superficies no son las principales áreas de contagio.

  • Análisis

Cómo los medios de comunicación pueden estar empeorando la epidemia de salud mental por COVID-19

  • 17/02/2021
  • David Aparicio

Desde que comenzó la pandemia, las tasas de ansiedad en los Estados Unidos se han triplicado y la tasa de depresión se ha cuadruplicado. Ahora las investigaciones sugieren que los medios de comunicación son parte del problema. Ver y leer noticias constantemente sobre COVID-19 puede ser peligroso para su salud mental.

Somos profesores que estudiamos los efectos psicológicos en las personas atrapadas en crisis, violencia y desastres naturales. COVID-19 sin duda califica como una crisis, y nuestro estudio de más de 1.500 adultos estadounidenses mostró claramente que aquellos que experimentan más exposición mediática sobre la pandemia tenían más estrés y depresión.

Es comprensible. La información recurrente de muerte y sufrimiento, y las imágenes de hospitales abrumados y pacientes intubados pueden ser aterradoras. COVID-19 ha creado una epidemia de información; miembros del público están abrumados con más información de la que pueden manejar. Y gran parte de esa información, especialmente en línea, incluye rumores perturbadores, teorías conspirativas y declaraciones sin fundamento que confunden y asustan.



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Estrés peor para algunos que otros

Un estudio de junio de 2020 de 5.412 adultos estadounidenses dice que el 40% de los encuestados reportaron problemas de salud mental o consumo de sustancias. Esta constatación no abordaba si los declarantes tenían COVID-19. Desde entonces, algunas personas que tenían COVID-19 ahora están reportando problemas de salud mental que aparecieron dentro de los 90 días después de que su enfermedad disminuyeron.

Cuidar de un familiar o amigo con el virus puede provocar problemas de salud mental, e incluso conocer a alguien con COVID-19 puede ser estresante. Y si un familiar o amigo muere por ello, la ansiedad y la depresión a menudo siguen al dolor. Esto es aún más probable si el individuo muere solo, o si su entierro no es posible debido a la pandemia.

Los trabajadores esenciales, desde hospitales hasta supermercados, tienen un mayor riesgo de problemas de salud mental relacionados con COVID. Esto es particularmente cierto para los trabajadores de la salud que cuidan a los pacientes que finalmente murieron a causa del virus.

Los adultos negros e hispanos también reportan más problemas de salud mental, incluyendo el abuso de sustancias y pensamientos de suicidio. Tener acceso a menos recursos y experimentar el racismo sistémico que atraviesa gran parte de la atención médica de los Estados Unidos puede ser dos de los factores. La pandemia COVID-19 también se entrecruzó con episodios de violencia policial hacia los negros americanos. Esto por sí solo puede haber exacerbado los problemas de salud mental.

Los niños, los adultos jóvenes y los estudiantes universitarios también muestran reacciones de salud mental comparativamente peores. Esto podría deberse a la desconexión que sienten, provocada por el aislamiento de sus compañeros, la pérdida de apoyo de los maestros y la desaparición de la estructura diaria.

Establece límites necesarios

Mantenerse informado es crítico, por supuesto. Pero supervisa la cantidad de medios que está consumiendo y evalúa cómo te afecta. Si está constantemente preocupado, te sientes abrumado, o tienes dificultad para dormir, es probable que estés consumiendo demasiadas noticias sobre el COVID. Si esto te está sucediendo, toma un descanso de las noticias y haz otras actividades que sean importantes para ti.

Los padres deben revisar con frecuencia con los niños para ver cómo se ven afectados. Escuchar y validar sus preocupaciones, y luego proporcionar respuestas honestas a sus preguntas, puede ser enormemente útil. Si un niño tiene dificultades para hablar de ello, el adulto puede comenzar con preguntas abiertas («¿Cómo te sientes acerca de lo que está sucediendo?»). Asegura a los niños que se está haciendo todo lo posible para protegerlos y discutir maneras de mantenerse a salvo: Usa mascarillas, practica la distancia social y lávete las manos.

Por último, puede modelar y fomentar buenas habilidades de afrontamiento para sus hijos. Recuerdale a los jóvenes que las cosas buenas siguen sucediendo en el mundo. Trabajen juntos para enumerar formas saludables de lidiar con el estrés COVID-19. Estas actividades ayudarán a sus hijos a sobrellevar las dificultades, y también será bueno para ti.

Por: J. Brian Houston, profesor de comunicación y salud pública de la Universidad de Missouri-Columbia y Jennifer M. First, profesora de trabajo social en la Universidad de Tennessee.

Artículo publicado en The Conversation y cedido para su re-publicación en Psyciencia.

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Cómo la autocompasión y no la autoestima es la clave del éxito

  • 16/02/2021
  • David Aparicio
photo of people reaching each other s hands

David Robson para la BBC:

Si se piensa en la última vez que se falló o se cometió un error importante. ¿Todavía se sonroja y se regaña por haber sido tan tonto o egoísta? ¿Se tiende a sentirse solo en ese fracaso, como si fuera la única persona que se equivocó? ¿O se acepta que el error es parte del ser humano y se trata de hablarse a sí mismo con cuidado y ternura? Para muchas personas, el ser crítico con uno mismo es lo más natural.

De hecho, incluso se puede enorgullecerse de ser duros consigo mismo como señal de la ambición por mejorar. Pero una gran cantidad de investigaciones muestra que la autocrítica a menudo es contraproducente. Además de aumentar los niveles de infelicidad y estrés, puede aumentar la procrastinación y hace a la persona aún menos capaz de lograr sus metas en el futuro.

En lugar de castigarse sí mismo, se debe practicar la autocompasión: un mayor perdón de nuestros errores y un esfuerzo deliberado por cuidarnos a nosotros mismos en momentos de decepción o vergüenza.

Lee el artículo completo en la BBC.



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Nosotros también publicamos hace unos años un artículo buen artículo de Steven Hayes, cocreador que explica por qué la autocompasión es más importante que la autoestima.

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Recomendaciones para ayudar a los padres de niños que no quieren dormir solos

  • 16/02/2021
  • David Aparicio

Carolina Pinedo preparó para el diario El País un artículo que ayuda a los padres que no saben cómo ayudar a sus hijos a dormir en su propia cama:

La permisividad a la hora de compartir espacio de sueño con los más pequeños varía según las culturas. “En algunos países orientales, como Japón, los pequeños comparten espacio por la noche con sus padres hasta los 5 o 6 años y en España les mandamos a otra habitación cuando son lactantes. Hay una tendencia innata a dormir en compañía. Si a los adultos nos consuela el abrigo social, con más razón en el caso de un niño que es más vulnerable. Al fin y al cabo, es lógico que ellos nos busquen, sobre todo de noche”, comenta Iván Carabaño, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Universitario Rey Juan Carlos-Hospital general de Villalba.

El miedo a la oscuridad y la ausencia de los adultos, que suponen su fuente de protección, son causas habituales por las que un niño hasta los siete años de edad no quiera dormir solo. “Todavía está presente el pensamiento mágico y la existencia de monstruos y personajes fantásticos. También son frecuentes las pesadillas y el deseo de cercanía respecto de sus progenitores. Por ello, en esta etapa, es más habitual que los niños acudan a la cama de los padres. Ayudar a que afronten esos miedos es tarea de los adultos”, explica Carla Valverde, psicóloga clínica infanto-juvenil del Centro de Salud Mental de Majadahonda (Madrid).

“Los padres pueden abordar esta situación de una manera dialogada, y llegar a un consenso. Si la pareja estima que la migración de su hijo a su cama supone una interferencia importante para su felicidad, pueden intentar no ceder al requerimiento infantil o bien hacerlo de manera moderada. Una buena estrategia con los niños que necesiten más a sus padres por la noche es llegar a un acuerdo de mínimos para dejar que duerman junto a ellos, por ejemplo, un día a la semana”, aconseja el pediatra Iván Carabaño.

El artículo incluye 12 recomendaciones específicas. En este artículo incluiré solo una y añadiré el enlace del artículo original para que puedas conocerlas todas.



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6-Fomentar la autonomía del niño/a a lo largo del día. Resulta positivo ayudar a los niños a hacer actividades propias de su edad por sí mismos (vestirse, comer, ordenar su habitación) para que adquieran autonomía y confianza en sus propias capacidades. Aprender a convivir con momentos de soledad a lo largo del día, sin la supervisión y presencia de adultos, previene el exceso de dependencia en los pequeños, lo que aumenta su tolerancia a la hora de dormir solos.

Lee el artículo original en el diario El País.

También te invito a leer nuestra revisión de la evidencia sobre el colecho.

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“El cambio climático tendrá efectos mucho peores que la pandemia”

  • 16/02/2021
  • David Aparicio

Bill Gates es un hombre muy inteligente que se ha dedicado a estudiar con profundidad los principales problemas que aquejan a la humanidad y cómo resolverlos. En el 2015 predijo el problema que no no estaríamos preparados para la próxima pandemia y, por supuesto, nadie le hizo caso porque los humanos tenemos dificultades para prepararnos cuando los problemas son a largo plazo.

Al analizar la data Gates argumenta que el próximo problema podría ser el cambio climático y que para reducirlo se necesitará un esfuerzo mucho más grande del que se ha hecho para crear una vacuna en menos de un año. La entrevista es muy buena y te dará una perspectiva a largo plazo de lo que necesitamos hacer como especie para sobrevivir.

Puedes leer la entrevista completa en el diario El País.



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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Cómo vivir con la ansiedad y la preocupación en medio de una incertidumbre global

  • 16/02/2021
  • Equipo de Redacción

En estos momentos el mundo está cambiando rápidamente. Dados los eventos actuales y su cobertura en los medios de comunicación, es difícil no preocuparse sobre lo que esta situación puede significar para ti y para tus seres queridos. La preocupación y la ansiedad son problemas comunes aun en tiempos buenos, y cuando toman control pueden llegar a dominar tu vida.

En Psychology Tools han elaborado esta guía para ayudarte a manejar tu angustia y tu preocupación en en esta época de incertidumbre. Después de leerla, no dudes en poner en práctica los ejercicios si crees que pueden ayudarte. En tiempos de incertidumbre, es natural pasar por dificultades, así que recuerda ser compasivo contigo mismo y con los que te rodean.

Descarga la guía completa en formato PDF.



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