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Publicaciones por mes

abril 2021

59 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Resultados neurológicos y psiquiátricos a los 6 meses en más de 236.000 sobrevivientes de COVID-19

  • Maria Fernanda Alonso
  • 08/04/2021

Ante el comienzo de la pandemia de COVID-19 surgió una gran preocupación respecto de los riesgos y comorbilidades que podrían sufrir los sobrevivientes de esta enfermedad. Tal preocupación se orienta principalmente al padecimiento de trastornos neurológicos, basada en hallazgos de otros coronavirus, el surgimiento de series de casos, evidencia emergente de afectación del sistema nervioso central por el COVID-19, y la identificación de los mecanismos por los cuales esto podría ocurrir. Se han planteado preocupaciones similares con respecto a las secuelas psiquiátricas de COVID-19, con evidencia que muestra que los sobrevivientes tienen mayor riesgo de experimentar trastornos del estado de ánimo y ansiedad en los 3 meses posteriores a la infección. 

¿Por qué es importante?

El estudio que analizaremos a continuación fue publicado el 6 de abril de 2021 en The Lancet, y proporciona las primeras estimaciones significativas de los riesgos de las principales afecciones neurológicas y psiquiátricas en los 6 meses posteriores al diagnóstico de COVID-19, utilizando los registros médicos electrónicos de más de 236.000 pacientes con COVID-19. Su incidencia y cocientes de riesgo son informados en comparación con los pacientes que habían tenido influenza u otras infecciones del tracto respiratorio. Tras el análisis de sus resultados queda demostrado que tanto la incidencia como los índices de riesgo fueron mayores en los pacientes que requirieron hospitalización o ingreso en la unidad de terapia intensiva (UTI) y en los que presentaron encefalopatía (delirio y otros estados mentales alterados) durante la enfermedad en comparación con los que no lo hicieron (Taquet et al., 2021).

Esta información podría ayudar en la planificación del servicio y la identificación de las prioridades de investigación. 

¿Qué metodología utilizaron?

Los investigadores realizaron un estudio de cohorte retrospectivo y utilizaron datos obtenidos de la red de historias clínicas electrónicas TriNetX (con más de 81 millones de pacientes). La cohorte primaria estuvo compuesta por: 236.379 pacientes que tenían un diagnóstico de COVID-19; una cohorte de control emparejada incluyó 105.579 pacientes diagnosticados con influenza, y otra cohorte de control emparejada incluyó 236.038 pacientes diagnosticados con cualquier infección del tracto respiratorio, incluida la influenza, en el mismo período. 

Los pacientes con un diagnóstico de COVID-19 o una prueba positiva para SARS-CoV-2 fueron excluidos de las cohortes de control. Todas las cohortes incluyeron pacientes mayores de 10 años que tuvieron un evento índice el 20 de enero de 2020 o después, y que aún estaban vivos el 13 de diciembre de 2020. 

La cohorte COVID-19 se dividió en subgrupos de pacientes:

  1. Que no fueron hospitalizados (190.077 pacientes)
  2. Que fueron hospitalizados dentro de una ventana de tiempo desde 4 días antes de su diagnóstico de COVID-19 (estimado como el tiempo que podría tomar entre la presentación clínica y la confirmación) hasta 2 semanas después (46.302 pacientes)
  3. Que requirieron ingreso a la UTI durante ese período (8945 pacientes)
  4. Que recibieron un diagnóstico de encefalopatía (diagnóstico de delirio u otras formas de alteración del estado mental durante esa ventana; 6.229 pacientes).

La encefalopatía fue definida como la presencia de cualquiera de los siguientes códigos de diagnóstico entre 4 días antes y 2 semanas después del diagnóstico de COVID-19:

  • Otras encefalopatías y las no especificadas
  • Delirio
  • Otros trastornos mentales debidos a una afección fisiológica conocida
  • Trastornos de la personalidad y del comportamiento debidos a una condición fisiológica conocida
  • Desorientación
  • Somnolencia
  • Estupor

La combinación de estos códigos de diagnóstico tenía como objetivo capturar varias presentaciones clínicas de encefalopatía que pueden representar un cambio con respecto al estado cognitivo inicial. La elección del término «encefalopatía» para caracterizar esta cohorte refleja tanto el hecho de que otros códigos son manifestaciones clínicas de encefalopatía, y el hecho de que la encefalopatía fue el código más prevalente utilizado en esta cohorte (presente en el 66,0% de los pacientes con COVID-19).

El equipo de investigación estimó la incidencia de 14 resultados neurológicos y psiquiátricos en los 6 meses posteriores a un diagnóstico confirmado de COVID-19: 

  • Hemorragia intracraneal
  • Accidente cerebrovascular isquémico
  • Parkinsonismo
  • Síndrome de Guillain-Barré 
  • Trastornos de nervios, raíces nerviosas y plexos
  • Unión mioneural y enfermedad muscular
  • Encefalitis
  • Demencia
  • Trastornos psicóticos, del estado de ánimo y de ansiedad (agrupados y separados)
  • Trastorno por uso de sustancias
  • Insomnio

Utilizando un modelo de Cox, los investigadores compararon las incidencias con las de las cohortes de pacientes con influenza u otras infecciones del tracto respiratorio emparejadas por puntajes de propensión. Investigamos cómo estas estimaciones se vieron afectadas por la gravedad de COVID-19, representada por la hospitalización, la admisión a la unidad de terapia intensiva (UTI) y la encefalopatía (delirio y trastornos relacionados). Evaluaron la solidez de las diferencias en los resultados entre cohortes repitiendo el análisis en diferentes escenarios. Para proporcionar una evaluación comparativa de la incidencia y el riesgo de secuelas neurológicas y psiquiátricas, comparamos nuestra cohorte primaria con cuatro cohortes de pacientes diagnosticados en el mismo período con eventos índice adicionales: infección de la piel, urolitiasis, fractura de un hueso grande y embolia pulmonar.

¿Qué encontraron?

Entre 236.379 pacientes diagnosticados con COVID-19, la incidencia estimada de un diagnóstico neurológico o psiquiátrico en los 6 meses siguientes fue de 33·62% (IC 95% 33·17–34·07), con 12·84% (12·36-13·33) recibiendo su primer diagnóstico de este tipo. Para los pacientes que habían sido admitidos en una UTI, la incidencia estimada de un diagnóstico fue del 46·42% (44·78–48·09) y para un primer diagnóstico fue del 25·79% (23·50–28·25). 

Con respecto a los diagnósticos individuales de los resultados del estudio, toda la cohorte de COVID-19 tenía incidencias estimadas de 0·56% (0·50–0·63) para hemorragia intracraneal, 2·10% (1·97-2·23) para accidente cerebrovascular, 0·11% (0·08–0·14) para el parkinsonismo, 0·67% (0·59–0·75) para la demencia, 17·39% (17·04–17·74) para el trastorno de ansiedad y 1·40% (1·30–1·51) para trastorno psicótico, entre otros. En el grupo con ingreso a la UTI, las incidencias estimadas fueron 2·66% (2·24-3·16) para hemorragia intracraneal, 6·92% (6·17–7·76) para accidente cerebrovascular isquémico, 0·26% (0·15–0·45) para parkinsonismo, 1·74% (1·31–2·30) para demencia, 19·15% (17·90–20·48) para trastorno de ansiedad y 2·77% (2·31-3·33) para el trastorno psicótico. 

La mayoría de las categorías de diagnóstico fueron más comunes en los pacientes que tenían COVID-19 que en los que tenían influenza (índice de riesgo 1·44, IC del 95%: 1·40–1·47, para cualquier diagnóstico; 1·78, 1·68–1·89, para cualquier primer diagnóstico) y aquellos que tenían otras infecciones del tracto respiratorio (1·16, 1·14–1·17, para cualquier diagnóstico; 1·32, 1·27–1·36, para cualquier primer diagnóstico). 

Al igual que con las incidencias, los IR fueron más altos en los pacientes que tenían COVID-19 más grave (por ejemplo, los ingresados ​​en la UTI en comparación con los que no lo eran: 1·58, 1·50–1·67, para cualquier diagnóstico; 2·87, 2·45–3·35, para cualquier primer diagnóstico). 

Los resultados fueron robustos ante varios análisis de sensibilidad y evaluación comparativa contra los cuatro eventos de salud índice adicionales.

¿Cómo se interpretan estos hallazgos?

Se han predicho e informado varios resultados neurológicos y psiquiátricos adversos después de COVID-19. Los datos presentados en este estudio, de una gran red de registros médicos electrónicos, respaldan estas predicciones y proporcionan estimaciones de la incidencia y el riesgo de estos resultados en pacientes que tenían COVID-19 en comparación con cohortes emparejadas de pacientes con otras afecciones de salud que ocurren simultáneamente con la pandemia de COVID-19.

El presente estudio proporciona evidencia de morbilidad neurológica y psiquiátrica sustancial en los 6 meses posteriores a la infección por COVID-19. 

La gravedad de COVID-19 tuvo un efecto claro en los diagnósticos neurológicos posteriores. En general, el COVID-19 se asoció con un mayor riesgo de resultados neurológicos y psiquiátricos, pero la incidencia y el índice de riesgo de estos fueron mayores en los pacientes que habían requerido hospitalización, y notablemente en aquellos que habían requerido ingreso a la UTI o habían desarrollado encefalopatía, incluso después de una extensa correspondencia de la puntuación de propensión para otros factores (como la edad o enfermedad cerebrovascular previa). Los posibles mecanismos para esta asociación incluyen la invasión viral del sistema nervioso central, estados de hipercoagulabilidad, y los efectos neuronales de la respuesta inmune. Sin embargo, la incidencia y el riesgo relativo de diagnósticos neurológicos y psiquiátricos también aumentaron incluso en pacientes con COVID-19 que no requirieron hospitalización.

Algunos diagnósticos neurológicos específicos merecen una mención individual. El riesgo de eventos cerebrovasculares (accidente cerebrovascular isquémico y hemorragia intracraneal) se elevó después del COVID-19, y la incidencia de accidente cerebrovascular isquémico aumentó a casi uno de cada diez (o tres de cada 100 para un primer accidente cerebrovascular) en pacientes con encefalopatía. Se ha informado un aumento similar del riesgo de accidente cerebrovascular en pacientes que tenían COVID-19 en comparación con aquellos que tenían influenza. Un estudio anterior informó evidencia preliminar de una asociación entre COVID-19 y demencia (Taquet et al., 2021). Los datos de este estudio apoyan tal asociación. Aunque la incidencia estimada fue modesta en toda la cohorte de COVID-19, el 2·66% de los pacientes mayores de 65 años y el 4·72% que tenían encefalopatía, recibieron un primer diagnóstico de demencia dentro de los 6 meses de haber tenido COVID-19. 

Las asociaciones entre COVID-19 y los diagnósticos cerebrovasculares y neurodegenerativos son preocupantes, y se requiere información sobre la gravedad y el curso posterior de estas enfermedades.

También se han planteado preocupaciones sobre los síndromes parkinsonianos posteriores al COVID-19, impulsados ​​por la epidemia de encefalitis letárgica que siguió a la pandemia de influenza de 1918.27 Nuestros datos apoyan esta posibilidad, aunque la incidencia fue baja y no todos los HR fueron significativos. El parkinsonismo puede ser un resultado tardío, en cuyo caso podría surgir una señal más clara con un seguimiento más prolongado.

Los hallazgos con respecto a la ansiedad y los trastornos del estado de ánimo fueron ampliamente consistentes con los de estudios anteriores y mostraron que el índice de riesgo permaneció elevado, aunque disminuyendo, en el período de seis meses. 

A diferencia del estudio anterior, y de acuerdo con las sugerencias previas, también observaron un riesgo significativamente mayor de trastornos psicóticos, probablemente reflejando el tamaño de muestra más grande y la duración más larga del seguimiento reportado. 

Los trastornos por uso de sustancias y el insomnio también fueron más comunes en los sobrevivientes de COVID-19 que en aquellos que tenían influenza u otras infecciones del tracto respiratorio (excepto por la incidencia de un primer diagnóstico de trastorno por uso de sustancias después del COVID-19 en comparación con otras infecciones del tracto respiratorio). Por lo tanto, al igual que con los resultados neurológicos, las secuelas psiquiátricas del COVID-19 parecen generalizadas y persisten hasta, y probablemente, más allá de los 6 meses. En comparación con los trastornos neurológicos, los trastornos psiquiátricos comunes (trastornos del estado de ánimo y de ansiedad) mostraron una relación más débil con los marcadores de gravedad del COVID-19 en términos de incidencia o índice de riesgo. Esto podría indicar que su aparición refleja, al menos en parte, las implicaciones psicológicas y de otro tipo de un diagnóstico de COVID-19 en lugar de ser una manifestación directa de la enfermedad.

Los índices de riesgo para la mayoría de los resultados neurológicos fueron constantes y, por lo tanto, los riesgos asociados con COVID-19 persistieron hasta el punto de tiempo de 6 meses. Se necesitan estudios a más largo plazo para determinar la duración del riesgo y la trayectoria de los diagnósticos individuales.

Precaución: análisis sobre encefalopatía (delirios y afecciones relacionadas)

Incluso entre los pacientes que fueron hospitalizados, solo alrededor del 11% recibió este diagnóstico, cuando se esperarían tasas mucho más altas. El subregistro del delirio durante la enfermedad aguda es bien conocido y probablemente significa que los casos diagnosticados tenían características prominentes o sostenidas; como tal, los resultados para este grupo no deben generalizarse a todos los pacientes con COVID-19 que experimentan delirio. 

Señalan también los investigadores que la encefalopatía no es solo un marcador de gravedad, sino un diagnóstico en sí mismo, que podría predisponer o ser un signo temprano de otros resultados neuropsiquiátricos o neurodegenerativos observados durante el seguimiento. 

El momento de los eventos índice fue tal que la mayoría de las infecciones por influenza y muchas de las otras infecciones del tracto respiratorio ocurrieron antes durante la pandemia, mientras que la incidencia de diagnósticos de COVID-19 aumentó con el tiempo. El efecto de estas diferencias temporales en las tasas observadas de secuelas no está claro pero, en todo caso, es probable que subestimen los índices de riesgo porque los casos de COVID-19 se diagnosticaron en un momento en que todos los demás diagnósticos se hicieron con una tasa más baja en la población. 

Además, es probable que algunos pacientes de las cohortes de comparación hayan tenido COVID-19 no diagnosticado; esto también tendería a subestimar los resultados del estudio. Una investigación de este tipo solo puede mostrar asociaciones; los esfuerzos para identificar los mecanismos y evaluar la causalidad requerirán estudios de cohortes prospectivos y diseños de estudios adicionales.

En síntesis

Haber padecido COVID-19 se asoció sólidamente con un mayor riesgo de trastornos neurológicos y psiquiátricos en los 6 meses posteriores al diagnóstico. Dado el tamaño de la pandemia y la cronicidad de muchos de los diagnósticos y sus consecuencias (como la demencia, el accidente cerebrovascular y la hemorragia intracraneal), es probable que se produzcan efectos sustanciales en los sistemas de atención sanitaria y social. Estos datos proporcionan evidencia importante que indica la escala y la naturaleza de los servicios que podrían ser necesarios. También destacan la necesidad de un mejor seguimiento neurológico de los pacientes que fueron admitidos en la UTI o que tuvieron encefalopatía durante su enfermedad por COVID-19.

Referencia bibliográfica:

  • Taquet, M., Geddes, J. R., Husain, M., Luciano, S., Harrison, P. J., (2021). 6-month neurological and psychiatric outcomes in 236 379 survivors of COVID-19: a retrospective cohort study using electronic health records. The Lancet Psychiatry. DOI:https://doi.org/10.1016/S2215-0366(21)00084-5
  • Taquet, M., Luciano, S., Geddes, J. R., & Harrison, P. J. (2021). Bidirectional associations between COVID-19 and psychiatric disorder: retrospective cohort studies of 62 354 COVID-19 cases in the USA. The Lancet. Psychiatry, 8(2), 130-140. https://doi.org/10.1016/S2215-0366(20)30462-4

Fuente: The Lancet

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Eficiencia de las terapias: ¿un paso más allá de la eficacia? Análisis crítico del modelo cognitivo-conductual (PDF)

  • Equipo de Redacción
  • 08/04/2021

Descripción:

La proliferación de la investigación de resultados ha colocado al modelo cognitivo-conductual como la terapia de elección para la mayoría de problemas psicológicos. Este tipo de investigación deja a un lado el análisis de los procesos de cambio conductual que subyacen al éxito de las diferentes técnicas de tratamiento, ya no sería importante saber qué es lo que hace que una técnica funcione siempre que ésta sea eficaz.

Como consecuencia, el modelo cognitivo-conductual ha perdido la reflexión teórica y la fundamentación experimental que caracterizaba a la modificación de conducta sobre la cual se sustentaba en sus orígenes. Desde nuestra perspectiva, la investigación de procesos sería un paso previo necesario a la investigación de resultados de forma que los primeros puedan explicar cómo y por qué funcionan los tratamientos psicológicos, evitando así que el clínico se limite a aplicar procedimientos descritos en manuales protocolizados.

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Autores: María Xesús Froxán-Parga, Jesús Alonso-Vega, Carolina Trujillo Sánchez y Víctor Estal Muñoz

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Cuando el paciente está fusionado con ideales religiosos

  • Equipo de Redacción
  • 08/04/2021

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Artículo publicado en Psychwire por el Dr. Russ Harris, profesor de ACT de renombre mundial y autor del bestseller La trampa de la felicidad.

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  • Salud Mental y Tratamientos

Síndrome de Rett: síntomas, causas y tratamiento

  • Laura Ruiz
  • 07/04/2021

El síndrome de Rett es una trastorno raro que afecta, aproximadamente, a 1 de cada 15.000 individuos. Se da en niños que tienen un desarrollo normal en los primeros meses de vida, pero que de repente, empiezan a perder habilidades previamente adquiridas. Conlleva, además, una discapacidad intelectual que puede ser de moderada a grave.

En este artículo te contamos en qué consiste este síndrome con más detalle, cuáles son sus síntomas y cómo se clasifica en los actuales manuales diagnósticos de salud mental. También hablamos de su posible causa y del tratamiento más indicado para él en la actualidad, eso es, un tratamiento multidisciplinar.

Síndrome de Rett: ¿qué es?

El síndrome de Rett es una condición neurológica severa de origen genético, según un artículo de revisión de Hernández-Flórez et al. (2018). Es considerada una enfermedad rara, que afecta sobre todo a las niñas. Las enfermedades raras son aquellas que afectan a 1 de cada 2.000 personas (en Europa), o a menos de 200.000 (en Estados Unidos). 

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen más de 5.000 enfermedades raras en todo el mundo, sin contar las enfermedades ultra raras (aquellas que afectan a menos de 5 personas por cada 100.000 habitantes).

Un trastorno del desarrollo neurológico infantil

El Síndrome de Rett consiste en un trastorno del desarrollo neurológico infantil, según el NIH (National Institute of Health), que se caracteriza por una evolución normal inicial en el desarrollo, a la que le sigue la pérdida de algunas habilidades (que se producen entre los 5 y los 48 meses de vida). Estas habilidades incluyen el uso voluntario de las manos o un uso adecuado de las habilidades sociales. Además, se produce una discapacidad intelectual, que puede ser moderada o grave. Otros síntomas propios del síndrome son un movimiento estereotipado de las manos y un crecimiento retardado del cerebro y de la cabeza.

Origen del síndrome

De este síndrome habló por primera vez el Dr. Andreas Rett (de ahí su nombre), que fue un médico austríaco. En 1966, Rett publica un artículo donde describe el trastorno. Sin embargo, no fue hasta la publicación de un segundo artículo, en 1983, cuando se catalogó (o reconoció) el síndrome como tal.

DSM-IV-TR y DSM-5

El síndrome de Rett está descrito en el DSM-IV-TR (Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales), pero desaparece en el DSM-5 con esta nomenclatura. 

Concretamente, en el DSM-IV-TR, se incluye como un trastorno profundo del desarrollo, junto a otros:

  • Trastorno generalizado del desarrollo (TGD).
  • Trastorno psicótico infantil.
  • Otros trastornos profundos del desarrollo.

En cambio, como decíamos, desaparece como tal en el DSM-5, y pasa a categorizarse como un posible trastorno del espectro del autismo (TEA). Así, el síndrome de Rett en el DSM-5 pasa a ser un posible TEA.

Síntomas

Podemos conocer los síntomas que propone el DSM-IV-TR para el síndrome de Rett a través de sus criterios diagnósticos:

Criterio A

El criterio A dice que deben darse tres condiciones para poder diagnosticarse un síndrome de Rett, siendo estas:

  • La existencia de un desarrollo pre y peri natal normales.
  • Un desarrollo psicomotor normal hasta los 5 meses de vida.
  • Una circunferencia craneal normal en el nacimiento.

Criterio B

El criterio B establece que, entre los 5 y los 48 meses de vida, debe cumplirse lo siguiente:

  • Desaceleración del crecimiento craneal.
  • Entre los 5 y los 30 meses de vida, pérdida de las habilidades manuales adquiridas.
  • Pérdida de la implicación social.
  • Ataxia de la marcha.
  • Grave alteración del lenguaje y del área psicomotora.

Como vemos a través de los síntomas descritos, se produce en el niño o la niña, una pérdida de funciones que ya se adquirieron. Este hecho provoca mucho malestar, incertidumbre y confusión en los padres.

Otros síntomas característicos

Otros síntomas típicos del síndrome de Rett, que no se mencionan de forma específica en el DSM-5, son: una masticación inadecuada, una sonrisa social “a través”, una discapacidad intelectual moderada, grave o profunda, dificultades para caminar, alteraciones cerebrales que aparecen electroencefalograma y la aparición de crisis epilépticas con convulsiones.

Por otro lado, es importante destacar la aparición de movimientos manuales estereotipados, ya mencionados, porque son muy característicos. Estos se traducen en un gesto similar al gesto de escribir, que se realiza de forma continuada. Otro tipo de movimiento que puede aparecer en este sentido es el siguiente: lavarse las manos con los brazos flexionados frente a la barbilla o frente al pecho.

Causas 

¿Cuáles son las causas del síndrome de Rett? La realidad es que la causa, en la actualidad, es desconocida (sigue estudiándose). 

Sin embargo, sí se sabe que, generalmente, el síndrome se produce por una alteración en un gen, concretamente el gen MECP2, localizado en el cromosoma X. Es por ello que se trata de un trastorno mucho más frecuente en niñas que en niños, ya que son las que tienen dos cromosomas X.

En cambio, los niños, al tener sus cromosomas XY, lo que sucede es que si se produce la alteración en el gen, esta aparece en la X (y los niños no tienen otra X sana). Esto hace que muchas veces se produzca un aborto espontáneo o una muerte prematura, y por ello haya menos casos del trastorno en niños.

Tratamiento

El síndrome de Rett es un trastorno que a día de hoy no tiene cura. Es por ello que el tratamiento se centra en abordar los síntomas del mismo y las posibles complicaciones derivadas.Un tratamiento multidisciplinar resulta lo ideal en estos casos, es decir, aquel que incluya una intervención psicológica, psicoeducativa para los padres, logopedia, médica y fisioterapéutica (esta última centrada en trabajar la rigidez muscular y otros aspectos).

Diferentes intervenciones

A través de la intervención psicológica se suelen emplear programas de estimulación cognitiva y sensorial, a fin de mantener y potenciar las habilidades preservadas. A nivel psicoeducativa, se ofrecen pautas para padres para mejorar su conocimiento del trastorno y qué estrategias pueden beneficiar a su hijo/a. 

A nivel médico se suelen emplear métodos para tratar ciertos síntomas, como por ejemplo el estreñimiento o el reflujo grastroesofágico. La fisioterapia suele resultar muy beneficiosa para prevenir problemas en las manos y en otras partes del cuerpo (una variante de la misma es la equinoterapia, que permite mejorar el tono muscular, el equilibrio y otros aspectos del niño a través de los caballos).

Por otro lado, se procuran ayudas para la alimentación y el cambio de pañales, y para cualquier área que pueda resultar afectada por el trastorno.

Una área especialmente importante para trabajar en estos niños es el área de la alimentación. Se suele optar por incluir suplementos en la dieta, con el objetivo de potenciar el crecimiento (que es lento). A veces se necesitan métodos complementarios, como el uso de una sonda. También se recurre a dietas ricas en calorías y grasas saludables, que permitan potenciar el peso y la estatura del niño.

Para tratar las convulsiones y crisis epilépticas en general, típicas del síndrome, con frecuencia se recurre a fármacos destinados a su prevención y mejora.

Referencias bibliográficas:

  • American Psychiatric Association -APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid. Panamericana.
  • American Psychiatric Association -APA- (2000). DSM-IV-TR. Diagnostic and statistical manual of mental disorders (4thEdition Reviewed). Washington, DC: Author.
  • Caballo, V. y Simón, M. A. (2002). Manual de Psicopatología Clínica Infantil y del adolescente. Trastornos generales. Pirámide: Madrid.
  • Hernández-Flórez, C. E. y Contreras-García, G.A. (2018). Síndrome de Rett: revisión de la literatura con primeros casos reportados en Colombia con caracterización clínica y molecular. Acta Neurol Colomb., 34(1): 2-15.
  • Rivero, Omar Hernández, Addys Pérez Fernández, Odalys Hernández Rivero.(2019). Síndrome de Rett. Informe de caso. Acta Médica del Centro 13(1): 84-88.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La distorsión de la percepción del cuerpo se manifiesta incluso de forma inconsciente en la anorexia nerviosa

  • Maria Fernanda Alonso
  • 07/04/2021

Las personas con anorexia nerviosa sobreestiman las dimensiones de su cuerpo. Esta característica del trastorno es entendida como una percepción distorsionada de la imagen corporal, esto es la parte consciente de la percepción corporal. Recientemente, un equipo de investigadores encontró que tal distorsión puede extenderse también a la percepción corporal inconsciente, es decir, al esquema corporal (Beckmann et al., 2020), una función que suele ser flexible y que se adapta a las dimensiones actuales de la persona (por eso es que normalmente no chocamos con cosas cuando llevamos una mochila o un sombrero).

¿Qué metodología usaron?

Los investigadores realizaron un experimento del que participaron 23 personas con anorexia nerviosa y 23 voluntarios sanos. Para no influir en los resultados, utilizaron una historia de portada de tal forma que se creyera que la investigación no tenía nada que ver con el propósito real del estudio. 

El experimento consistió en pedir a los sujetos que pasaran por marcos de puertas de diferentes anchos. La apertura se adaptó al ancho de los hombros de los sujetos y varió entre 0,9 y 1,45 veces este ancho. Luego, los investigadores observaron desde qué ancho de puerta giraban los participantes hacia los lados antes de pasar la puerta.

¿Qué encontraron?

Las personas con anorexia nerviosa giraban los hombros hacia un lado con puertas mucho más anchas que los sujetos de control (sanos). Explican los autores que esto se debe a que los pacientes con anorexia también evalúan inconscientemente que sus proporciones son más grandes de lo que realmente son. 

La tendencia a girar en puertas más anchas también estuvo acompañada de una evaluación negativa del propio cuerpo, estos hallazgos surgieron de varios cuestionarios aplicados por los investigadores. 

Tratamiento: realidad virtual y terapia cognitivo conductual

Para tener una influencia positiva en la percepción corporal inconsciente distorsionada y adaptar el esquema corporal posiblemente desactualizado de la persona a sus proporciones físicas actuales, los autores recomiendan utilizar la realidad virtual junto con la terapia cognitivo-conductual. Esto hace posible entrar virtualmente en el cuerpo de otra persona durante un cierto período de tiempo e influir en la representación del cuerpo. Otros investigadores señalan la necesidad de un abordaje amplio, ya que estos pacientes no suelen responder como se espera a los tratamientos estándares.

Referencia bibliográfica: Beckmann, N., Baumann, P., Herpertz, S., Trojan, J., & Diers, M. (2020). How the unconscious mind controls body movements: Body schema distortion in anorexia nervosa. The International Journal of Eating Disorders. https://doi.org/10.1002/eat.23451

Fuente: Eurekaalert

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Preguntas (y respuestas) frecuentes de sedentarios sobre la actividad física, en el consultorio psicológico

  • Federico Lande
  • 07/04/2021

El 6 de abril fue declarado por la Organización Mundial de la Salud como el Día Mundial de la Actividad Física (AF). La práctica regular de actividad física, conjuntamente con buenos hábitos alimenticios, pueden ayudar a evitar o retardar la manifestación de enfermedades cardiovasculares, diabetes, osteoporosis, cáncer de colon y las complicaciones asociadas con el sobrepeso y la obesidad. Así también como prevenir el impacto de la depresión, la ansiedad y el estrés.

Los profesionales de la salud que solemos recibir pacientes que, por iniciativa propia, prescripción médica o como parte de un tratamiento más amplio, se proponen reducir el sedentarismo, debemos explorar y valorar las circunstancias personales y contextuales que pueden influir positiva y negativamente en el abordaje; es decir, debemos explorar por qué surge ahora y no antes el iniciar ese tipo de actividad.

Traducir las complejas relaciones entre la actividad física y la Psicología en orientaciones concretas, implica descender un poco en la abstracción conceptual para acercar las investigaciones a los pacientes. En la dirección señalada, se debe tener especial cuidado cuando se trabaja con personas que consideran la práctica de actividad física como una situación muy estresante.

A continuación, les comparto algunas preguntas que suelo responder a mis pacientes y allegados que sirven de motivación para mantenerse activos físicamente.

Hace años que no me muevo con regularidad. ¿Puedo hacer actividad física?

Todos deberíamos hacer actividad física. La mayoría de las personas pueden empezar a hacer AF mínima y leve en su casa. Si piensa que no puede hacerla de manera segura por alguna razón, hable con su médico antes de empezar un nuevo programa. 

¿Qué tipo de actividad física debo hacer? 

Caminar es muy popular y no requiere ningún equipo en especial, pero elija una actividad que le guste, y que pueda empezar lentamente y aumentar gradualmente hasta que se haya acostumbrado.

¿Cuánto tiempo debería hacer actividad física?

Empiece haciendo actividad física y después vemos. Empiece con un minuto. Preste atención. ¿El minuto más largo de su vida? No lo creo. 

¿Hay algo que debería hacer antes y después de la actividad física?

Usted debe empezar una sesión de AF con un período de calentamiento gradual. Durante este tiempo (alrededor de 5 a 10 minutos), primero debe estirar lentamente los músculos y poco a poco aumentar su nivel de actividad. Por ejemplo, empiece caminando lentamente y luego suba la velocidad. Cuando haya terminado de hacer actividad física, hidrátese. Luego enfríe el cuerpo por unos 5 a 10 minutos. De nuevo, estire los músculos y deje que la velocidad de los latidos de su corazón disminuya gradualmente. Puede usar la misma actividad física de estiramiento que usó durante el período de calentamiento.

¿Cuánto me debería esforzar cuando hago actividad física?

Hasta pequeñas cantidades de actividad física son mejores a no hacer ninguna. Empiece con una actividad con la que se sienta cómodo. 

¿Cómo puede evitar lesionarse?

La manera más segura de evitar lesiones durante la actividad física es no hacer demasiada al comienzo. Empiece con una actividad que sea fácil para usted, tal como caminar. Camine por unos minutos al día o varias veces al día. De allí, gradualmente aumente el tiempo y nivel de actividad. Por ejemplo, aumentar la rapidez con que camina en el espacio de varias semanas. Si se siente cansado o dolorido, baje un poco el nivel de actividad física, o descanse por un día. Hable con su médico si tiene alguna pregunta o piensa que se ha lesionado seriamente.

¿Y el entrenamiento de resistencia?

La mayoría de las actividades físicas ayudarán a su corazón y a sus otros músculos. El entrenamiento de resistencia es la actividad física que desarrolla la fortaleza de los grupos de músculos grandes del cuerpo. El levantar pesas es un ejemplo de este tipo de actividad física. Las máquinas de AF también pueden proveerle entrenamiento de resistencia. El profesional le puede dar más información sobre cómo hacerla de manera segura levantando pesas o trabajando con máquinas.

Estas preguntas y respuestas toman relevancia actualmente ya que gran parte de la población mundial pasa mucho más tiempo en casa y no pueden realizar deportes y/o actividad física en las condiciones de normalidad con que lo hacían habitualmente, ya sea al aire libre o en instalaciones deportivas.

Por último, recordar que la práctica de actividad física y deporte desde la niñez estimula el desarrollo motor, social, intelectual y emocional. Favorece el desarrollo de valores como la cooperación, la autonomía, el diálogo y la responsabilidad. 

¡Todos los días pueden ser el 6 de abril!

Recomendaciones más específicas:

  • Página web de la SAP, Consenso de Sedentarismo.
  • Organización Mundial de la Salud.
  • Manual Director de Actividad Física y Salud de la República Argentina (año 2012).

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

La oscura historia de las pruebas de cociente intelectual

  • Equipo de Redacción
  • 07/04/2021

Puedes activar la traducción automática de subtítulos en el reproductor de Youtube.

En 1905, los psicólogos Alfred Binet y Théodore Simon diseñaron una prueba para niños que tenían dificultades en la escuela en Francia. Diseñado para determinar qué niños requerían atención individualizada, su método formó la base de la prueba de cociente intelectual moderna. Entonces, ¿Cómo funcionan las pruebas de CI? ¿Son un verdadero reflejo de la inteligencia? En este video Stefan C. Dombrowski explora cómo se han utilizado las pruebas a lo largo de la historia.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Plantilla para registrar las historias clínicas de psicoterapia en formato online

  • David Aparicio
  • 06/04/2021

Mantener actualizadas y ordenadas las historias clínicas en papel no es mi fuerte. Así que, en vez de pelear contra la corriente, decidí preparar un sistema digital que me permitiera mantener toda la información de mis pacientes de forma organizada y que fuera fácil de revisar y mantener. He usado esta plantilla durante los últimos meses con muy buenos resultados y creo que es un buen momento para compartirla contigo. Espero que te sea útil.

La plantilla está creada en Notion, una aplicación de notas gratuita y muy potente que permite organizar cualquier tipo de información. Con esta plantilla podrás añadir toda la información de tus pacientes (desde datos básicos, hasta la medicación psiquiátrica que usa, los contactos de emergencia, las notas clínicas de cada sesión e incluso podrás agregar recursos, enlaces, PDFs y guías que quieres utilizar con cada paciente.

Puedes añadir los datos generales de tus pacientes.
Las diferentes categorías de información se muestran según tus necesidades.
Notas clínicas de cada sesión. Puedes añadir texto, tablas, imágenes y todo lo que necesites.
Puedes añadir cualquier tipo de recursos: PDF, manuales, imágenes, audios, etc.

Cómo usar la plantilla

Para descargar la plantilla debes hacer click aquí y luego click en duplicar. Con eso podrás utilizarla desde la aplicación de Notion en tu celular o computadora.

La plantilla tiene varios niveles de complejidad y puedes utilizarlos según tus necesidades. En la primera página encontrarás una tabla muy simple que muestra el nombre del paciente, enlace de zoom (en caso de que atiendas online) y fechas de la próxima sesión. Esto te permitirá revisar rápidamente el trabajo que tienes por delante. Al hacer click en el nombre del paciente se abrirá otra página con los datos generales (nombre, fecha de cumpleaños, edad, dirección, etc.). Luego puedes hacer click en el ícono Notas clínicas y se abrirán los datos con la información de los medicamentos, motivo de consulta y plan de tratamiento y recursos clínicos.

Siéntete libre de usar la plantilla a tu gusto y modificarla según tus necesidades. Y si tienes alguna recomendación para mejorar esta plantilla envíame un email a [email protected] y con gusto lo revisaré.

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Cuaderno de ejercicios de estimulación cognitiva

  • Equipo de Redacción
  • 06/04/2021

Este cuaderno de estimulación cognitiva. Es un cuaderno de trabajo y está diseñado para hacer ejercicios que mejoren su memoria, atención, lenguaje, habilidades de cálculo y todas las demás funciones relacionadas con la inteligencia.

Se recomienda que le dedique tiempo, hacerlo con paciencia, sin prisas, intentando hacerlos bien, con gusto y dedicación. Recuerde también que requieren esfuerzo y constancia. Es un esfuerzo y una constancia que son para su beneficio, para mejorar su memoria, su atención, su lenguaje, etc.

Este cuaderno ha sido elaborado por los profesionales del Centro de Prevención del Deterioro Cognitivo que pertenece al Instituto de Salud Pública de Madrid Salud (Ayuntamiento de Madrid).

Descarga el cuaderno de ejercicios de estimulación cognitiva en formato PDF.

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  • Artículos Recomendados de la Web

Our World in Data, una web imprescindible para entender lo que pasa en el mundo

  • David Aparicio
  • 05/04/2021

Victor Millán publicó en Xataka Ciencia un estupendo reportaje sobre Our World in Data, una plataforma con datos y gráficos económicos, educativos, sociales y de salud de casi todos los países del mundo.

Editado por profesionales de la Universidad de Oxford, Our World in Data se ha erigido como la web de referencia para seguir la evolución de la enfermedad gracias a la ingente cantidad de datos, gráficas y comparativas entre países que en gran medida también nos ha sepultado informativamente en este tiempo. Un trabajo hecho y publicado bajo licencia Creative-Commons.

Y todo empezó para ellos con un PDF. Al menos en lo relativo a la COVID-19.

“Al inicio, en marzo de 2020, nos dimos cuenta por ejemplo que la OMS publicaba la información sobre la pandemia en archivos PDF imposibles de procesar y con algunas inconsistencias. Así que para los investigadores era muy difícil acceder a la información. También vimos que en el tema de datos sobre tests PCR había un vacío que nadie estaba llenando. Por ahí empezamos, y hemos seguido, ahora por ejemplo también con datos sobre vacunación”.

Quien habla es Esteban Ortiz-Ospina, economista colombiano de 37 años que desde 2016 es el Jefe de Operaciones de la publicación, que ha destacado por conseguir curar las diferencias de datos que ofrecen los distintos países y ofrecer así una información más comparable y nítida.

Los datos que presentan permiten cuestionar la narrativa pesimista que suelen presentar los medios de comunicación:

En el fondo, el origen de OWiD tuvo como misión ofrecer una visión de conjunto de la evolución de los problemas globales en contraposición a los medios, donde las noticias del día a día muchas veces opacan todo lo demás. 

En su web ponen un ejemplo bastante claro: “El número de personas que viven en la pobreza extrema se redujo de cerca de 2.000 millones en 1990 a 700 millones en 2015. En ningún día de este periodo de 25 años el titular de ningún periódico del mundo ha sido «El número de personas en situación de extrema pobreza se redujo en 137.000 desde ayer». Y ello a pesar de que -en promedio- este habría sido un titular acertado todos los días durante estos 25 años”.

Our World in Data es mi página favorita y la hemos utilizado varias veces en Psyciencia para presentar datos en nuestros artículos. Es realmente divertida y aprenderás mucho con los datos interactivos. Pruébala.

Lee el artículo completo en XatakaCiencia.

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