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Publicaciones por autor

Alejandra Alonso

640 Publicaciones
Licenciada en Psicología, editora y miembro fundador de Psyciencia.com. Master en Análisis de Conducta Aplicado.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

TDAH persistente en la adultez

  • 01/09/2020
  • Alejandra Alonso

Dado que estudios previos sugerían que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) puede continuar en la adultez y tener efectos adversos para las personas, un grupo de científicos consideró importante identificar factores que diferencian características de persistencia y remisión en personas con TDAH. Por eso, se propusieron analizar diferencias en las funciones ejecutivas (cambio, memoria de trabajo, inhibición y planificación), síntomas asociados al trastorno (inatención, hiperactividad, labilidad emocional y autoconcepto) y deterioros funcionales en adultos con TDAH persistente, TDAH en remisión y sin TDAH.

Porqué es importante: Porque según estudios previos, el trastorno tiende a continuar en la adultez y se hace crónico para muchas personas. Los autores del estudio nombran un metaanálisis reciente donde, aunque se encontraron pocos estudios estrictos sobre persistencia del TDAH, los que sí lo eran reportaban tasas de persistencia cercanas al 50%, que pueden subir hasta un 86.5% en presentación combinada.

Los adultos con TDAH sufren deterioros funcionales que afectan una amplia variedad de actividades académicas y laborales, presentan conductas de riesgo, problemas financieros, dependencia a ayudas públicas y riesgo de pobreza.

Metodología: Se trata de un estudio transversal descriptivo entre un grupo de adultos con TDAH (edades entre 18 y 24 años, el 95.1% eran hombres) y un grupo sin TDAH. Del estudio participaron 115 adultos, de ellos 61 tenían un diagnóstico de TDAH, (40 eran persistentes) y 54 tenían un desarrollo típico.

Se recolectaron auto reportes sobre funciones ejecutivas y síntomas asociados con el TDAH y deterioro funcional. Los tres grupos tenían sexo, edad y CI estimado similares.

Para evaluar síntomas de TDAH se utilizó la Escala Conners para adultos, usando las subescalas de hiperactividad/impulsividad e inatención del DSM IV, versión del observador y auto reporte. La persistencia encontrada en esta muestra fue del 65.6%.

Para evaluar funciones ejecutivas se utilizó el Inventario de Evaluación Conductual de las

Funciones Ejecutivas, versión adulta (BRIEF-A). Por último, el deterioro funcional se estimó utilizando la Escala Weiss de Deterioro Funcional auto reportado.

Resultados:

  1. El grupo con TDAH persistente mostró diferencias en todas las funciones ejecutivas medidas.
  2. El grupo en remisión sólo obtuvo puntajes medios de funciones ejecutivas significativamente peores que el grupo sin TDAH en la escala planificar/organizar.
  3. No hubo diferencias significativas entre los adultos con TDAH persistente y TDAH en remisión con respecto a las funciones ejecutivas de inhibición, cambio o planificar/organizar, aunque al comparar los dos grupos, se encontró un peor nivel en estas funciones en el grupo con TDAH persistente.
  4. El deterioro de la memoria de trabajo no se observó al mismo nivel en los dos grupos con TDAH. De hecho, fue la única de las cuatro funciones ejecutivas en las que el grupo con TDAH persistente se desempeñó peor que el grupo con TDAH en remisión, lo que sugiere que podría ser un factor relevante en la persistencia del trastorno en la edad adulta. En cualquier caso, el deterioro de la memoria de trabajo no puede considerarse una característica específica del TDAH y constituye un déficit transversal que comparte con otros trastornos del neurodesarrollo, como los trastornos del espectro autista, trastornos del aprendizaje o trastornos específicos del lenguaje.
  5. Los individuos con TDAH persistente, en comparación con los individuos sin TDAH, también mostraron mayor severidad en los comportamientos de inatención, hiperactividad, labilidad emocional y problemas de autoconcepto. Además, la alteración de la regulación emocional, que se ha propuesto como un componente esencial del TDAH, también mostró diferencias entre los dos grupos con TDAH. Los participantes con TDAH persistente refirieron una mayor tendencia a sentirse frustrados ante pequeñas dificultades, expresar irritabilidad y perder fácilmente la paciencia, lo que puede llevar a expresiones inapropiadas para las normas sociales y poco adecuadas al contexto. Los autores opinan que la labilidad emocional también podría considerarse un marcador presente en la persistencia del TDAH.

Limitaciones: Los autores indican que (a) el tamaño de la muestra fue pequeño; (b) la muestra solo se compuso por individuos diagnosticados en la niñez a quienes se les dio seguimiento hasta la adultez, la mayor parte de los cuales eran hombres de entre 18 y 24 años, por lo cual los resultados no pueden generalizarse a personas mayores, mujeres o TDAH con características diferentes; ( c ) no se tomó en cuenta la presencia de discapacidad en el grupo con TDAH persistente; (d) solo se utilizaron auto reportes, lo que puede producir sesgos; (e) los resultados podrían haberse visto influidos por la superposición del contenido del BRIEF y el Conners; (f) por último, la contribución de las variables incluidas fue modesta, lo que podría indicar que hay otras variables interviniendo.

Referencias del estudio: Roselló, B., Berenguer, C., Baixauli, I. et al. Empirical examination of executive functioning, ADHD associated behaviors, and functional impairments in adults with persistent ADHD, remittent ADHD, and without ADHD. BMC Psychiatry 20, 134 (2020). https://doi.org/10.1186/s12888-020-02542-y

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Coronavirus: posible aumento de trastornos de ansiedad y estado de ánimo postparto

  • 12/08/2020
  • Alejandra Alonso

La depresión postparto y el amplio grupo de condiciones de salud mental materna, llamados trastornos de ansiedad y estado de ánimo perinatal, son causados por factores neurobiológicos y estresores ambientales. El embarazo y el período postparto de por sí son momentos de gran vulnerabilidad para las mujeres, debido en parte a fluctuaciones hormonales y privación de sueño. Actualmente, el miedo relacionado a la salud del bebé y las consecuencias de medidas preventivas, como el distanciamiento social o el riesgo de ir al supermercado a comprar las cosas del bebé, añaden más estrés a la situación.

Profesionales que trabajan con mujeres embarazadas o postparto han resaltado el aumento de preocupaciones, obsesiones, compulsiones, sentimientos de desesperanza e insomnio. Una ginecóloga escandinava resaltó que muchas mujeres embarazadas podrían pasar por estrés psicológico debido a la prolongación de la pandemia. Sumado a esto, un reporte de la universidad Zhejiang en China, detalla el caso de una mujer con un embarazo avanzado que contrajo covid-19 y desarrolló síntomas depresivos (que por cierto fue tratada con una intervención basada en DBT). También en Estados Unidos se ha descrito un incremento en pacientes con ansiedad.

Previamente a la pandemia, el 14% de las mujeres sufriría de ansiedad relacionada al embarazo, vinculada a miedos sobre la salud propia y del bebé durante el embarazo y el parto, y hasta el 20% de las mujeres experimentaba depresión postparto.

El aumento en los niveles de estrés incrementa también el riesgo de desarrollar trastornos clínicos, como los ya nombrados. En un grupo maternal de apoyo durante esta pandemia, Pooja Lakshmin, psiquiatra especialista en cuidados de la mujer durante el embarazo y postparto, recogió los siguientes miedos que expresan las personas: dar a luz sin una persona que le apoye, estar dentro del 15% de mujeres embarazadas que es asintomática para covid-19 y enfrentar una posible separación del bebé y recuperarse en el período postparto sin la ayuda de familiares y amigos que brinden apoyo. Muchas experimentan un duelo por la pérdida de la ilusión de celebrar el acontecimiento con los seres queridos.

Asimismo hay ciertas decisiones para las cuales no existen guías claras: ¿qué hago si tengo otros niños en casa y los únicos que pueden cuidarlos son abuelos que están en riesgo?¿qué precauciones debo tomar si mi pareja trabaja en salud? ¿es seguro mandar a mi hija/o a la guardería?

Como parte de su investigación sobre embarazo durante la pandemia (todavía en curso), la Universidad de Calgary ha estado examinando síntomas de depresión, ansiedad general, ansiedad relacionada al embarazo, niveles de sueño y apoyo social en mujeres que viven en Canadá, utilizando cuestionarios de autoreporte. Los primeros resultados, que todavía no han sido publicados ni revisados por pares, indican niveles mayores que los habituales en síntomas de depresión y ansiedad clínicamente significativos en el embarazo. Los científicos que trabajan en dicho estudio resaltan que la preocupación no es solo por la madre, sino también porque los problemas de salud mental podrían tener un impacto en el bebé.

Otros investigadores de la Universidad de Manitoba, han comenzado un estudio sobre crianza durante la pandemia donde, entre otras cosas, examinan cómo les va a las madres que están embarazadas y tienen que criar otros niños de hasta 8 años. Algunos resultados tempranos, que tampoco han sido publicados ni revisados por pares aún, sugieren un incremento en autoreportes de síntomas de depresión y ansiedad, en madres con hijos e hijas de todos los grupos etarios.

Se sabe que el apoyo social puede ser un factor protector para la depresión postparto. También sabemos que el distanciamiento físico será más duro para aquellas personas que tengan un historial de ansiedad o depresión. Algunos expertos opinan que intervenciones en salud pública deben dar seguimiento a familias donde había preocupaciones previas a la pandemia relacionadas a salud mental, para ver cómo les está yendo.

Aunque solo estamos comenzando a conocer la magnitud del efecto de este virus en las mujeres embarazadas y las nuevas mamás, algunos profesionales creen que debemos asumir que las personas con situaciones preexistentes probablemente estén peor.

Es importante que las mamás no demoren en buscar tratamiento psicológico. Es fácil descartar nuestros síntomas diciéndonos que es solo estrés, pero los síntomas de depresión y ansiedad vinculados al covid-19 no son menos importantes. Llama a tu ginecólogo/a o pediatra y pide una referencia.

Fuente: The New York Times

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Trastorno dismórfico corporal: vínculo con otros problemas de salud mental

  • 07/08/2020
  • Alejandra Alonso

Un estudio reciente examinó la prevalencia del trastorno dismórfico corporal (TDC) en una muestra de estudiantes universitarios y su asociación con correlatos de salud mental y física.

Por qué es importante: La persona con TDC se percibe con defectos y fallas en su apariencia, lo que le causa estrés significativo e incluso impedimentos. Sumado a esto, hay datos que sugieren que este trastorno se asocia a un riesgo elevado de intentos de suicidio. También se han reportado asociaciones con la depresión y la ansiedad en muestras no clínicas. Por último, se ha vinculado con peor autoestima y abuso de sustancias.

Este trastorno suele comenzar en la adolescencia y adultez temprana, por lo cual es importante conocer su impacto en esta población. Una mejor comprensión del impacto del TDC puede ayudar a identificar nuevas y mejores vías de tratamiento, así como el conocimiento de su relación con otras condiciones.

Metodología: Se trata de un estudio transversal donde se eligieron al azar 10.000 estudiantes de una universidad pública en Estados Unidos, de ellos 9.449 recibieron exitosamente el e-mail, donde se les presentaba un consentimiento informado y luego una encuesta que indagaba sobre datos demográficos e incluía preguntas de instrumentos validados de monitoreo en salud mental. De dicha muestra, 3459 personas completaron toda la encuesta.

La encuesta constaba de 156 preguntas y tomaba aproximadamente 30 minutos. Las preguntas evaluaban conducta sexual y logros académicos autoreportados, salud mental, abuso de sustancias, impulsividad, compulsividad. Además todos debían completar el Cuestionario del Trastorno Dismórfico Corporal (BDD-Q).

Resultados: Los autores publicaron los siguientes resultados:

  • La prevalencia de TDC en esta muestra de estudiantes fue de 1.7%, similar a la observada en muestras comunitarias.
  • El trastorno se asoció significativamente con el género masculino.
  • Aquellos con TDC eran más propensos a identificarse como transgénero o queer.
  • Los estudiantes con TDC eran significativamente más propensos a informar uso problemático de sustancias.
  • Se encontró también una asociación significativa con TEPT, depresión, TDAH, ansiedad generalizada y conducta sexual compulsiva. El vínculo con la ansiedad fue particularmente fuerte. Según los autores, es la primera vez que se reportan tasas elevadas de conducta sexual compulsiva relacionada a este trastorno.
  • Había una tendencia a que estas personas fueran solteras, aunque los números de parejas sexuales eran similares a los del grupo control.
  • Tanto la impulsividad como la conducta compulsiva estaban significativamente asociados con el trastorno dismórfico corporal. Los autores creen que los puntajes elevados en impulsividad pueden explicar en parte las altas tasas de intentos de suicidio en personas con este trastorno.

La hipótesis del grupo de investigadores es que las conductas sexuales compulsivas podrían ser en respuesta al trastorno, permitiéndole al individuo enfocarse momentáneamente en algo más que la parte del cuerpo que odia, que llevaría a sentirse menos adecuado.

Limitaciones: Entre las limitaciones, los autores mencionan que: (a) Se utilizó un instrumentos que permite monitorear posibles casos de trastorno dismórfico corporal pero no diagnosticar; (b) el diseño transversal del estudio no permite determinar causalidad; (c) las evaluaciones en línea tienen ciertas limitaciones, son menos precisas que las evaluaciones en persona.

Referencia original: Grant, J. E., Lust, K., & Chamberlain, S. R. (2019). Body Dysmorphic Disorder and Its relationship to Sexuality, Impulsivity, and Addiction. Psychiatry Research. doi:10.1016/j.psychres.2019.01.036

Fuente: PsyPost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Coronavirus: la memoria de trabajo podría predecir el cumplimiento de medidas de seguridad

  • 06/08/2020
  • Alejandra Alonso

Investigaciones preliminares sugieren que el no haber cumplido con el distanciamiento social durante la pandemia por COVID-19 podrían relacionarse con limitaciones en la capacidad mental para retener simultáneamente muchas piezas de información en la memoria de trabajo, que luego se involucra en la toma de decisiones racional y el cumplimiento del distanciamiento social.

Porqué es importante: Todavía no contamos con vacunas u otras medidas de intervención, debido a esto la salud de la población depende del cumplimiento de las recomendaciones sobre distanciamiento social. Lo que involucra un proceso de decisión donde se consideren y prioricen los méritos del distanciamiento sobre sus costos. Todo esto puede depender de nuestra habilidad para comparar múltiples piezas de información sobre el distanciamiento social en nuestra la memoria de trabajo.

Metodología: Se realizaron dos experimentos donde participaron un total de 1.159 personas (551 de ellas mujeres) con una edad promedio de 28.5 años, que viven en Estados Unidos. Todos completaron encuestas para conocer datos demográficos, una tarea para evaluar memoria de trabajo y varios cuestionarios que evaluaban síntomas de ansiedad, depresión, diferencias en el cumplimiento del distanciamiento social y calidad de sueño. En el segundo estudio se incluyeron además medidas de variables de personalidad, inteligencia fluida, preguntas sobre la comprensión de costes y beneficios del distanciamiento físico y una tarea sobre toma de decisiones.

Resultados: Los científicos encontraron que el cumplimiento del distanciamiento físico en los momentos iniciales de la pandemia podía predecirse por diferencias individuales en la capacidad de la memoria de trabajo, en parte por mayor conciencia de beneficio sobre costo en participantes con mayor capacidad en la memoria de trabajo. La contribución de la memoria de trabajo en el cumplimiento de dicha medida no pudo explicarse por factores psicológicos y socioeconómicos.

Referencia de la investigación: Xie, W., Cmpbell, S. y Zhang. W. (2020). Working memory capacity predicts individual differences in social-distancing compliance during the COVID-19 pandemic in the United States. PNAS 117 (30) 17667-17674. DOI: https://doi.org/10.1073/pnas.2008868117

Fuente: PsyPost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Debo preocuparme por el tiempo que pasan frente a la pantalla?

  • 05/08/2020
  • Alejandra Alonso

Trabajar desde casa, con tus hijas e hijos allí es realmente difícil. La situación en muchos hogares hace que las personas esten desesperadas por algo de paz y silencio. El único remedio que algunas madres y padres han podido encontrar ha sido un pase libre en el consumo de videojuegos, redes sociales y televisión.

El año pasado, la OMS publicó una guía llamada “Directrices sobre la actividad física, el comportamiento sedentario y el sueño para menores de 5 años” que sugería límites estrictos en el uso de pantallas para esta población. Para infantes de 1 año o menos, no se recomendaba que permanecieran quietos frente a una pantalla. Para infantes de 2 a 4 años, se recomienda no pasar más de 1 hora frente a la pantalla y si lo hacen menos tiempo, mejor.

Aunque las investigaciones todavía deben aclarar muchas cosas sobre el impacto del uso de dispositivos electrónicos en nuestro desarrollo, siempre es recomendable ser moderados.

Pero la moderación está siendo cada vez más difícil durante la pandemia. Aparte del consumo de videojuegos, series, películas y redes sociales, tenemos estudiantes en clases virtuales. Sumado a esto, el distanciamiento físico hace que la única forma de conectarnos socialmente sea a través de las pantallas.

¿Deberías preocuparte por esto? No, siempre y cuando no permitas que los hábitos durante la pandemia se conviertan en hábitos que perduren más allá de esta.

Un problema que podría surgir es el hecho de prestarle excesiva atención a la pantalla en detrimento de otras conductas de aprendizaje. Una estudiante que mira YouTube en su teléfono en el salón o durante el tiempo de estudio, no está desarrollando otras habilidades como escritura o vocabulario. Los docentes deben considerar una forma de cultivar mayor atención a esas conductas.

De la misma forma, los papás y las mamás no deberían ver a las pantallas como enemigos, incluso siendo conscientes del posible impacto en la salud.

El uso excesivo de pantallas podría estar robando tiempo a conductas saludables que todos los niños necesitan. Ejercicio, juego, lectura, tiempo con los padres. Más que preocuparnos por el tiempo que los chicos pasan frente a las pantallas, debemos reflexionar en la posibilidad de que se esten formando hábitos que continúen luego de la pandemia. Hábitos que frenen el seguimiento de conductas saludables como el juego imaginativo o la lectura.

En estos tiempos que vivimos, las pantallas han permitido que muchos puedan seguir trabajando, aprendiendo y socializando. Los verdaderos enemigos para la salud no son las pantallas sino un estilo de vida sedentario, el aislamiento social y las distracciones antes nombradas. Las pantallas pueden contribuir a estos problemas, pero también pueden contrarrestarlos.

Recordemos que algunos datos sugieren que no todo tiempo frente a la pantalla es igual: no es lo mismo mirar dibujitos animados pasivamente que escribir una novela en Google Docs, hacer videoconferencia con la abuela o hacer geocaching. Como resalta el Dr. Dimitri Christakis (2014), interactuamos diferente con la televisión y con el iPad y, tal vez, esto podría marcar una diferencia con respecto a su efecto en la conducta y desarrollo en los niños y niñas.

De acuerdo a como lo vaya permitiendo el levantamiento de restricciones, los padres pueden ir cambiando las actividades para apoyar el sano desarrollo de sus hijas e hijos al animarlos a volver a conductas más sanas, ya sea frente a la pantalla o no.

Fuente: The Conversation

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los vegetarianos tienden a ser menos extravertidos

  • 30/07/2020
  • Alejandra Alonso

Una investigación alemana quiso conocer qué impacto tenían las dietas donde los productos de origen animal son restringidos, en la salud emocional. Más específicamente, su objetivo fue evaluar si una dieta vegana o vegetariana se relacionaba con menor peso, más síntomas depresivos y si las diferencias en rasgos de personalidad jugarían algún rol.

Porqué es importante: Los estudios sobre dietas veganas y vegetarianas han reportado tanto beneficios como riesgos para la salud. Algunos datos encuentran menores tasas de mortalidad (aunque otros estudios no han encontrado diferencias en este punto), menor prevalencia de enfermedades del corazón, pérdida de peso y disminución de síntomas de diabetes tipo 2. Sin embargo, algunos estudios epidemiológicos sugieren que podría haber una tendencia a problemas del estado de ánimo en la población con esta dieta, aunque también hay datos que sugieren lo contrario. Estudios previos no siempre han tenido en cuenta la compleja relación que podría haber entre la dieta, el peso y los síntomas depresivos.

Metodología: Los científicos contaron con la participación de 8943 adultos, aunque de ellos solo se evaluaron los rasgos de personalidad de 7906 personas. Se recolectaron datos desde agosto del 2011 hasta noviembre del 2014.

Se evaluaron el Índice de Masa Corporal (IMC), los rasgos de personalidad (con la versión alemana del NEOFFI-30), síntomas depresivos (utilizando la escala para depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos) y una escala para conocer la restricción en la dieta durante los últimos 12 meses.

Conclusiones: El menor consumo de productos de origen animal se asoció significativamente con un IMC más bajo, incluso al ajustar por edad, sexo y educación. No se encontraron asociaciones significativas entre la frecuencia en el consumo de productos de origen animal y síntomas depresivos. La frecuencia en el consumo de productos de origen animal se asoció con rasgos de personalidad, particularmente menor extraversión. No fue la dieta, sino los rasgos de personalidad los que se asociaron a los síntomas de depresión.

Entre las limitaciones se nombran:

  1. Diseño transversal, del que no pueden sacarse explicaciones causales.
  2. Los registros de comida eran autoreportados y no se preguntaba sobre la cantidad de comida ingerida.
  3. Se verificaron estados de ánimo deprimidos y síntomas depresivos pero no hubo diagnósticos de depresión.
  4.  No se contó con estadísticas étnicas.
  5. El nivel socioeconómico se determinó por el nivel de educación, no por los ingresos ni el estatus ocupacional. Además pareció haber una menor representación de personas con un estatus socioeconómico bajo y estilos de vida poco saludables.

Referencia del artículo original: Medawar, E.; Enzenbach, C.; Roehr, S.; Villringer, A.; Riedel-Heller, S.G.; Witte, A.V. Less Animal-Based Food, Better Weight Status: Associations of the Restriction of Animal-Based Product Intake with Body-Mass-Index, Depressive Symptoms and Personality in the General Population. Nutrients 2020, 12, 1492.

Fuente: PsychCentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cómo prevenir que el estrés se convierta en un problema en los niños

  • 29/07/2020
  • Alejandra Alonso

A esta altura hemos escuchado ya muchas veces a madres y padres que notan a sus hijos e hijas estresados por la pandemia y el confinamiento. Y pueden haber diversas razones: ausencia de rutina, desempleo parental, momentos económicos difíciles, enfermedades serias o muerte de alguien significativo.

Una de las cosas que es importante que los papás y las mamás sepan es que esta reacción es normal ante situaciones que nos dan miedo. El cuerpo responde liberando hormonas del estrés, las cuales a su vez activan la conocida respuesta de lucha o huida.

La pandemia del COVID-19 parece una tormenta perfecta para que el estrés vinculado a ella impacte negativamente en la conducta y salud mental y física de niñas y niños.

Sin embargo, a pesar de la incertidumbre, hay cosas que podemos hacer para ayudar a los niños y niñas a atravesar los momentos de estrés e incluso verlos como oportunidades de crecimiento.

Obsérvalos de cerca

La psicóloga Corinne Edwars resalta que cuando vemos a una niña o niño comportarse de forma inapropiada, debemos considerar que podría estar fuera de su ventana de tolerancia al estrés.

Tal vez una niña haya superado la etapa de berrinches o de mojar la cama hace años y sin embargo, volver a hacerlo ahora. Esto podría indicar una lucha interna. Debemos prestar atención a comportamientos que son inusuales y consultar a un profesional de la salud mental (recordemos que muchos están haciendo teleterapia).

Entiende los efectos de la adversidad en los chicos y chicas

Aquellos niños que ya habían experimentado adversidades antes de la pandemia (negligencia, abuso, etc.) están en mayor riesgo de enfrentar conflictos durante y después de la pandemia.

La Dra. Burke Harris resalta que “los mismos estresores no elicitarán igual respuesta en todos”. Los chicos que no estaban en riesgo antes del covid-19 podrían enfrentar nuevos problemas debido a la desaparición de redes de apoyo y aquellos que utilizaron redes de apoyo en el pasado podrían sentirse abrumados al no contar con ellas ahora.

Debemos prestar mucha atención a esos niños y niñas en mayor riesgo, para prevenir y ofrecer recursos.

Evita asumir

Es necesario reconocer que las circunstancias actuales podrían ser vistas como un regalo para muchas chicas y chicos.

Es tentador asumir que extrañan a sus amigas y amigos o la escuela, pero tal vez ellas/os aprecian pasar más tiempo en casa con mamá y papá. Incluso algunos que lidiaban con bullying o desafíos sociales en la escuela podrían sentirse aliviados de no ver a otros niños y niñas.

Identifica formas de apoyar que se adapten a tu familia particular

Es importante considerar qué pueden hacer las chicas y chicos y que podemos ofrecerles al enfrentar estrés.

Presta especial atención a cosas básicas de cuidado como lo son las relaciones positivas, el sueño, la nutrición y el ejercicio. Aunque son cosas sencillas, pueden ayudar a mantener el estrés bajo control.

Una buena forma de evitar los efectos dañinos del estrés en los niños es hablar con ellos sobre la pandemia, con el objetivo de que entiendan que hay cosas que pueden hacer para ayudar a otros (como quedarse en casa), lo que suele hacerles sentir muy bien.

No subestimes la importancia de mantener el contacto con familiares y amigos mediante videoconferencias, llamadas, chats e incluso cartas.

Finalmente, crea y mantén una rutina que le de estructura al día, con momentos de juego, higiene y actividad física.

Algunos niños mostrarán más dificultades que otros en esta pandemia y es probable que necesitan mas apoyo.

Lo mejor que pueden hacer las mamás y los papás es mostrar apoyo interactuando con ellos, conectándose como familia, enseñándoles a procesar esas emociones fuertes y recordándoles que no están solos.

Fuente: The New York Times

  • Salud Mental y Tratamientos

Coronavirus: Las tasas de suicidio podrían aumentar debido al desempleo

  • 17/07/2020
  • Alejandra Alonso

Dos nuevos estudios advierten que el desempleo generado por la situación con el COVID-19 podría coincidir con un pico en las tasas de suicidio. Aunque estas proyecciones fueron hechas para Estados Unidos y Canadá, sabemos que el desempleo es un para el suicidio.

El autor principal de ambos estudios, Roger McInyre, quien trabaja con personas con trastornos del estado de ánimo desde hace 20 años, opina que necesitamos trabajar en prevención de suicidio. El explica que es conocido el vínculo entre el desempleo, las consecuencias económicas y el suicidio. A esto se suman otros factores como el distanciamiento físico y la ansiedad por el virus.

Los autores de los estudios se basaron en datos previos para estimar el número de suicidios en exceso que podrían ocurrir. En Canadá estimaron entre 418 y 2114 suicidios en exceso y en Estados Unidos entre 3235 y 8164.

McIntyre resalta que el virus no solo amenaza la salud física, sino también la salud mental y que la estabilidad económica es clave para nuestra salud integral.

Las intervenciones de profesionales en salud mental podrían ayudar a prevenir los suicidios en exceso. Según el grupo de investigadores, sus proyecciones indican la importancia de proveer cuidados en salud mental y ayuda a las personas con necesidades para prevenir un pico en las tasas de suicidios.

Si bien las proyecciones de estos investigadores deben ser seriamente consideradas, hay que tener en cuenta los efectos inesperados que puede tener esta situación. En Japón, por ejemplo, la tasa de suicidios se redujo en abril un 20%. En dicho país el suicidio es un gran problema, los expertos creen que el hecho de hacer teletrabajo y pasar más tiempo con los seres queridos podría haber sido un factor que influyó en esa población.

Sin embargo, ese mismo artículo resalta el carácter critico del factor económico y en ese país también se teme el impacto que pueda tener una recesión económica.

En conclusión, si bien debemos estar preparados para afrontar los problemas de salud mental que puedan surgir como consecuencia de la pandemia, el distanciamiento físico, el miedo por el virus, las noticas, etc., también debemos ser cautelosos y considerar que muchos efectos podrían sorprendernos.

Referencias originales de los estudios:

McIntyre, R.S. and Lee, Y. (2020), Preventing suicide in the context of the COVID ‐19 pandemic. World Psychiatry, 19: 250-251. doi:10.1002/wps.20767

McIntyre RS, Lee Y. Projected increases in suicide in Canada as a consequence of COVID-19 published online ahead of print, 2020 May 19. Psychiatry Res. 2020;290:113104. doi:10.1016/j.psychres.2020.113104

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Madres y padres primerizos con pensamientos intrusivos: cómo afrontarlos

  • 10/07/2020
  • Alejandra Alonso

Muchas madres y padres pueden experimentar pensamientos intrusivos muy incómodos del tipo: “Y si el bebé deja de respirar”, “y si siente demasiado calor”, ”y si se cae por la ventana”.

Estos pensamientos intrusivos, que no son bienvenidos por la persona y pueden tomar la forma de pensamientos o imágenes, parecen venir de la nada y son muy perturbadores.

Se sabe que todos los experimentamos ocasionalmente. Por ejemplo, puedes estar pasando por un puente y experimentar un pensamiento sobre un accidente allí. La mayoría de las veces no les ponemos mucha atención, pero cuando estamos muy estresados y sentimos el peso de las responsabilidades, puede que sea más difícil ignorarlos.

Sumado a esto, la pandemia ha hecho que muchas mamás y papás se sientan como padres primerizos de nuevo.

Aunque estos pensamientos intrusivos pueden ser señal de un trastorno perinatal del estado de ánimo, un estudio conducido por Jonathan Abramowitz (2006), donde participaron 43 madres y 42 padres desde el segundo trimestre de embarazo hasta tres meses después del parto, encontró que el 91% de las madres y el 88% de los padres experimentaba pensamientos intrusivos sobre el recién nacido.

Abramowitz expresa que no son poco comunes los pensamientos de que el bebé se cae de las escaleras, se atraganta o se ahoga. Cualquier madre o padre quedaría desconcertada/o con estos pensamientos y confundidas/os sobre su habilidad para cuidar de sus hijas e hijos.

Si bien estos pensamientos pueden ser aterradores, el mayor problema reside en la interpretación que hacemos de ellos. Cuando los etiquetamos como negativos el cerebro les da mas peso y es por eso que muchas veces se tiene problemas para dejarlos ir.

Tanto Abramowitz como la Dra. Nichole Fairbrother coinciden en que estos pensamientos suelen tener una función adaptativa (si te preocupa que el bebé se caiga por las escaleras, es probable que seas mucho más cuidadoso al acercarte a una). Sin embargo, hay estrategias que pueden ser utilizadas para relacionarnos de forma diferente con ellos y reducir la ansiedad que provocan.

Tomar distancia de las emociones

El famoso psicólogo Stefan Hofmann explica que una forma de desarmar los pensamientos intrusivos es reconocer que no te definen, que no dictan quien eres. Cantar el pensamiento con un ritmo inventado o poniéndole la música de una canción que conozcas, o repetir el pensamiento una y otra vez puede ayudar a que esos pensamientos pierdan fuerza.

Se trata de una técnica conductual para separar el pensamiento de las emociones, ayudando a la mente a cambiar la dirección. Al no ver los pensamientos como amenazas, podemos darnos cuenta que son solo eso, pensamientos.

Nota el estrés y déjalo ser

Tratar de ignorar los pensamientos y sentimientos no es efectivo y puede incluso empeorar la situación. La técnica de mindfulness o conciencia plena tiene muchos ejercicios que pueden ayudarte a relacionarte con ellos de forma diferente.

La dra. Carla Naumburg recomienda un ejercicio llamado “notar”, que se refiere a prestar atención a nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos: “”Estoy pensando en….” o ”mira esa preocupación que apareció”. Te puede ayudar a transformar los pensamientos intrusivos en algo que te de curiosidad. También puedes aprender mindfulness con aplicaciones como Headspace.

Busca apoyo de familiares y pares

El contenido de los pensamientos intrusivos puede hacer que muchas madre y padres sientan vergüenza de compartirlos con alguien. Sin embargo, nuestros seres queridos pueden ayudar mostrando empatía.

Un estudio encontró que el apoyo positivo de pares puede reforzar la competencia parental y facilitar la transición (Esmaelzadeh Saeieh, et al., 2017). Los grupos de apoyo en línea, formados durante la pandemia también pueden ser fuente de alivio.

Busca ayuda profesional si afectan la crianza

Para algunas mamás, los pensamientos intrusivos son tan intensos que parecen impulsos incontrolables, llevando a conductas compulsivas que mantienen esos pensamientos por más tiempo y generan sufrimiento. Dichos comportamientos pueden ser signo de un trastorno obsesivo compulsivo posparto. Aunque las madres que sufren de depresión posparto o ansiedad posparto, también pueden experimentar pensamientos intrusivos, éstos suelen ser severos y persistentes en el TOC.

Por supuesto, la pandemia puede empeorar los miedos y hacer que muchas madres se enfoquen en la contaminación al punto de sentirse incapacitadas. Si los pensamientos interfieren con la habilidad de una madre para cuidarse a sí misma o a su bebé, es momento de buscar ayuda profesional, que suele consistir de psicoterapia, grupos de apoyo y, de ser necesario, medicación.

Referencias bibliográficas:
Abramowitz JS, Khandker M, Nelson CA, Deacon BJ, Rygwall R. The role of cognitive factors in the pathogenesis of obsessive-compulsive symptoms: a prospective study. Behav Res Ther. 2006;44(9):1361-1374. doi:10.1016/j.brat.2005.09.011

Esmaelzadeh Saeieh, S., PhD, Rahimzadeh, M., PhD, Yazdkhasti, M., PhD, & Torkashvand, S., Ms. (2017). Perceived Social Support and Maternal Competence in Primipara Women during Pregnancy and After Childbirth. International Journal of Community Based Nursing and Midwifery, 5(4), 408-416. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29043286

Fuente:New York Times

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Por qué los olores disparan recuerdos

  • 07/07/2020
  • Alejandra Alonso

Hay aromas que nos conectan con recuerdos y emociones específicas. En mi caso, el olor a bloqueador solar me traslada a tiempos de relajación, calma, sol, mar y arena.

Pero no se trata simplemente de experiencias personales. Existen estudios que han apoyado esta evidencia anecdótica.

Rachel Hertz y su equipo (2004) encontraron que un grupo de cinco mujeres mostraron mayor actividad cerebral al oler un perfume que asociaban a recuerdos positivos, comparado con un perfume que nunca antes habían olido. Además, la actividad cerebral era mayor que la observada cuando las participantes simplemente veían la botella de perfume.

En 2013, Artin Arshamiam y colaboradores hallaron mayor actividad cerebral asociada a estímulos olfativos comparados con estímulos visuales. Otros estudios también encontraron un vínculo entre los olores y emociones intensas y difíciles, conexión que podría tener un rol clave en el trastorno por estrés postraumático (Vermetten y Bremner, 2003).

¿Por qué sucede esto?

El proceso a través del cual las moléculas en el aire son convertidas por nuestro cerebro en lo que interpretamos como olor, es complicado.

Cuando entramos en contacto con un olor, o molécula de sustancias volátiles en el aire, las neuronas que componen nuestras células receptoras envían una señal a una parte del cerebro llamada bulbo olfatorio. Richard Axel y Linda Buck, quienes ganaron un premio nobel por descifrar todo este proceso, encontraron que cerca de 1000 genes se involucraban en la codificación de diferentes tipos de receptores olfativos, cada uno de los cuales se enfoca en un pequeño grupo de olores. Esas señales pasan a microrregiones dentro del bulbo olfatorio donde, de nuevo, otras microrregiones diferentes se especializan en los distintos olores. Luego el bulbo olfatorio se encarga de interpretar esas señales como lo que percibimos como olores.

Tu bulbo olfatorio corre desde tu nariz hasta la base de tu cerebro y tiene conexión directa con la amígdala (que es responsable de procesar emociones) y el hipocampo (área vinculada a la memoria y la cognición). Los neurocientíficos creen que estas conexiones cercanas entre regiones cerebrales podrían explicar porque nuestro cerebro aprende a asociar olores con ciertas memorias emocionales.

Referencias de los bibliográfica:

Arshamian A, Iannilli E, Gerber JC, et al. The functional neuroanatomy of odor evoked autobiographical memories cued by odors and words. Neuropsychologia. 2013;51(1):123-131. doi:10.1016/j.neuropsychologia.2012.10.023

Herz RS, Eliassen J, Beland S, Souza T. Neuroimaging evidence for the emotional potency of odor-evoked memory. Neuropsychologia. 2004;42(3):371-378. doi:10.1016/j.neuropsychologia.2003.08.009

Vermetten E, Bremner JD. Olfaction as a traumatic reminder in posttraumatic stress disorder: case reports and review. J Clin Psychiatry. 2003;64(2):202-207. doi:10.4088/jcp.v64n0214

Fuente: Scientific American

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