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Los niños de barrios pobres muestran una activación anormal de los neurocircuitos motivacionales

  • Maria Fernanda Alonso
  • 08/10/2020

La desigualdad económica, la inseguridad laboral y la austeridad han sido asociadas constantemente por investigaciones con problemas de salud mental. Incluso se sostiene que la justicia social es más importante para la salud mental que la terapia y la medicación. Investigadores han resaltado que vivir en un ambiente coercitivo, violento y de desigualdad puede dejar marcas en la salud mental de los niños a largo plazo. De modo concordante, se encontró que independientemente de los factores genéticos, el entorno y el ambiente socioeconómico afectan la capacidad cognitiva y el desarrollo del cerebro durante la adolescencia.

Si bien este vínculo entre las desventajas socioeconómicas y la psicopatología ha sido estudiado y documentado ampliamente, ¿sabemos qué mecanismos del neurodesarrollo impulsan tal asociación?

Un equipo de investigadores planteó la siguiente hipótesis: los niños que crecen en áreas desfavorecidas tienen menos acceso a las recompensas y hay evidencia que sugiere que estos niños muestran anomalías en áreas del cerebro que se relacionan con la motivación de recompensa.  

¿Por qué es importante?

El comportamiento deteriorado motivado por la recompensa y los problemas de atención pueden tener consecuencias devastadoras a medida que los niños avanzan en la adolescencia y la edad adulta, tales como la criminalidad, o el abuso de sustancias, señalan los investigadores. Comprender los mecanismos que impulsan esta reacción es fundamental para el diseño y aplicación de tratamientos basados en la evidencia.

Metodología

Para explorar esta posibilidad, los investigadores analizaron datos de un estudio extenso sobre el desarrollo del cerebro, llamado “Desarrollo Cognitivo Cerebral Adolescente”, que incluyó una muestra representativa de niños estadounidenses.

Esta investigación cuenta con numerosas evaluaciones demográficas y clínicas, incluida la neuroimagen funcional. El estudio actual se centró en niños que habían completado una tarea de resonancia magnética funcional (IRMf) con retraso de incentivo monetario, una tarea que requiere reaccionar rápidamente a un estímulo para ganar o evitar perder una recompensa. Además, los investigadores analizaron los datos relacionados con la psicopatología (utilizando la lista de verificación de comportamiento infantil) y las privaciones del vecindario (utilizando datos del censo). La muestra final incluyó a 6.396 niños de entre 9 y 10 años.

Hallazgos

Los autores encontraron que las niñas y niños de barrios desfavorecidos tenían mayores problemas psicológicos internalizantes y externalizantes (Mullins et al., 2020).

Después de analizar la actividad de la resonancia magnética funcional durante la tarea con retraso del incentivo monetario, hallaron una asociación entre las privaciones del vecindario y la disminución de la activación en ciertas estructuras subcorticales del cerebro. Específicamente, los niños de áreas desfavorecidas mostraron una disminución de la activación del estriado ventral, la activación del estriado dorsal y la activación del pálido. Estas diferencias se observaron durante el segmento de anticipación de recompensas de la tarea.

Los autores interpretan que mayores privaciones en el vecindario predicen reacciones embotadas o de menor intensidad en los neurocircuitos emocionales (particularmente en el hemisferio derecho) durante la anticipación de la recompensa en comparación con las pruebas neutrales.

Siguiendo con el análisis, los investigadores señalan que sus resultados sugieren una asociación entre el reclutamiento del cuerpo estriado dorsal durante la anticipación de la recompensa y las puntuaciones de atención de los niños en la lista de verificación de comportamiento infantil. 

En muchas partes del mundo, atender las cuestiones de salud mental no es prioridad, a pesar de su alta prevalencia. Las niñas, niños y adolescentes suelen ser los más relegados, aún cuando se estima que 1 de cada 5 menores de 18 años padece un trastorno mental. Por lo tanto, es esencial detectar estas condiciones de manera oportuna y precisa, y garantizar el acceso a servicios de salud mental, a tratamientos basados en la evidencia, y a un seguimiento realizado por un profesional de la salud mental.

Referencia bibliográfica: Mullins, T. S., Campbell, E. M., & Hogeveen, J. (2020). Neighborhood Deprivation Shapes Motivational-Neurocircuit Recruitment in Children. Psychological Science, 31(7), 881-889. https://doi.org/10.1177/0956797620929299

Fuente: Psypost

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Instrumentos diagnósticos para niños y adolescentes: gratuitos y al alcance de todos

  • Martín Gomar
  • 07/10/2020

Artículo escrito por Facundo Torres y Martín Gomar.

Cuando hablamos del acceso a la salud mental, su cuidado y atención nos encontramos frente a todo un desafío en estos tiempos de pandemia y aislamiento. Por eso es necesario contar con la mayor cantidad de herramientas para facilitar el trabajo de evaluación sin perder la rigurosidad científica que se necesita para responder correctamente con las demandas de los pacientes. Ante esto se busca brindar un resumen del artículo de Becker-Haimes, Tabachnick, Last, Stewart, Hasan-Granier y Beidas(2020) en el cual se expresan las mejores escalas para el trabajo de evaluación en salud mental que no solamente tienen un excelente nivel aceptación y rigurosidad científica, sino que además son gratuitas y de accesibilidad universal.

Las evaluaciones basadas en la evidencia (EBE) constituyen una piedra angular de las prácticas de salud mental empíricamente validadas (Jensen-Doss, 2011; Youngstrom et al., 2017). Estas cumplen dos funciones claves en la clínica:

  1. Durante las primeras entrevistas, las EBE son esenciales para guiar la conceptualización del caso, identificar los objetivos del tratamiento y guiar a los clínicos en la selección de tratamientos y estrategias basadas en la evidencia (Youngstrom et al., 2015).
  2. Luego de la evaluación inicial, las EBE permiten monitorear los progresos del tratamiento e informar sobre las modificaciones que se requieren para personalizar y optimizar los resultados del tratamiento (Ng & Weisz, 2016).

La utilización de EBE tanto al inicio como en el curso del tratamiento se ha asociado con una mejoría tanto en la adherencia (Klein et al., 2010; Pogge et al., 2001) como en la respuesta al tratamiento por parte de los jóvenes (Bickman et al., 2011; Eisen et al., 2000; Jensen-Doss & Weisz, 2008).

A pesar de las potenciales que brindan las EBE en el tratamiento de jóvenes, su uso es bajo (Jensen-Doss et al., 2018; Jensen-Doss & Hawley, 2010; Lyon et al., 2015). Si bien existen múltiples barreras para el uso de las EBE (Boswell et al., 2015), estudios realizados con clínicos demuestran que el tiempo y el costo que implica acceder a ellas y utilizarlas son los aspectos más prohibitivos (Kotte et al., 2016; Whiteside et al., 2016).

Por ese motivo resulta extremadamente valiosa la revisión sistemática de EBE breves, gratuitas y accesibles para el uso en tratamientos de salud mental con jóvenes recientemente llevada a cabo por Becker-Haimes et al. (2020). Los autores establecieron cuatro criterios para que los instrumentos diagnósticos sean elegibles: (a) que sean breves (tener un máximo de 50 ítems), (b) que sean gratuitos, (c) que sean accesibles (que se puedan obtener en internet) y (d) que dispongan de información sobre sus propiedades psicométricas.

Propiedades psicométricas

Siguiendo las recomendaciones de De Los Reyes y Langer (2018) cada escala fue revisada y clasificada como excelente, buena o adecuada, de acuerdo a sus propiedades psicométricas.

Se detallan a continuación las escalas que contaron con propiedades psicométricas excelentes, junto con sus enlaces de descarga gratuita. Si bien todas fueron desarrolladas y validadas originalmente en inglés, en algunos casos es posible acceder a versiones en español.

Salud mental general

Se identificaron 90 escalas que cumplian con los criterios de inclusión, y solo cuatro cuyas propiedades psicométricas mostraron ser excelentes: Young Person´ s Clinical Outcomes in Routine Evaluation (Twigg et al., 2009), el Inventario de Síntomas Pediátricos (Jellinek et al., 1988), el Cuestionario de Fortalezas y Debilidades (Goodman & Goodman, 2009) y las Escalas Ohio (Ogles et al., 2001).

Escalas de salud mental general disponibles para descargar:

  • Young Parson`s Clinical Outcomes in Routine Evaluation (Twigg et al, 2009). Descargar.
  • Pediatric Symptom Checklist (Jellinek et al., 1988). Descargar
  • Strength and Difficulties Questionnaire (Goodman and Goodman 2009). Descargar
  • Ohio Youth Problems, Functioning and Satisfaction Scales (Ogles et al., 2001). Descarga versión para padres. Descargar versión para jóvenes

Ansiedad

Once escalas cumplieron con los criterios de inclusión, y se hallaron propiedades psicométricas “excelentes” en tres de ellas: la Escala de Ansiedad Infantil de Spence (Spence, 1998), el reporte para desórdenes relacionados con la ansiedad en la infancia (Birmaher et al., 1999) y la Escala Revisada de Ansiedad y Depresión Infantil (Chorpita et al., 2005).

Escalas de ansiedad disponibles para descargar:

  • Spence Children’s Anxiety Scale (Spence 1998). Descargar
  • Screen for Child Anxiety-Related Emotional Disorders (Birmaher et al., 1999). Descargar versión para padres. Descargar versión para niños
  • Revised Child Anxiety and Depression Scale (Chorpita et al., 2005). Descargar versión para padres; Descargar versión para niños

Depresión

Trece escalas cumplieron con los criterios de inclusión, y se hallaron propiedades psicométricas “excelentes” en cuatro de ellas: el Cuestionario de Humor y Sentimientos (Ancold & Stephen, 1995) el Cuestionario de Salud del Paciente-9 (Johnson et al., 2002), la Escala de Afectos Positivos y Negativos para Niños (Laurent et al., 1999) y el RCADS (Chorpita et al., 2005).

Escalas de depresión disponibles para descargar:

  • Mood and Feelings Questionnaire (Angold et al., 1995). Descargar versión para padres;Descarga versión para jóvenes
  • Patient Health Questionnaire-9 (PHQ-9; Johnson, Harris, Spitzer, & Williams, 2002). Descargar
  • Positive and Negative Affect Scale for Children (Laurent et al., 1999). Descargar
  • Revised Child Anxiety and Depression Scale ( Chorpita et al., 2005). Descarga versión para padres; Descarga versión para niños

Comportamiento disruptivo

Doce escalas cumplieron con los criterios de inclusión, y se hallaron propiedades psicométricas “excelentes” en cuatro de ellas: la Escala IOWA de Conners (LONEY & P, 1982) , la Escala de Fortalezas y Debilidades de los Síntomas de TDAH (J. M. Swanson et al., 2012), la Escala de Swanson, Nolan y Pelham (Grañana et al., 2011; J. Swanson et al., 2001) y la versión para Maestros de la Escala Diagnóstica de TDAH de Vandervilt (VADTRS; Wolraich et al. 2003).

Escalas de comportamiento disruptivo disponibles para descargar:

  • IOWA Conners (Loney & Milich, 1982). Descargar
  • Swanson, Nolan, and Pelham Rating Scale (Swanson et al., 2001) Descargar
  • Vanderbilt ADHD Diagnostic Teacher Rating Scale ( Wolraich et al., 2003). Descargar

Situaciones traumáticas

Siete escalas cumplieron con los criterios de inclusión, y se hallaron propiedades psicométricas “excelentes” en solo una: el Inventario de Cogniciones Postraumáticas del Niño (Meiser-Stedman et al., 2009).

Escalas de situaciones traumáticas disponibles para descargar:

  • Child Post-Traumatic Cognitions Inventory ( Meiser-Stedman et al., 2009). Descargar (Inglés).

Trastornos alimentarios

Doce escalas cumplieron con los criterios de inclusión, y se hallaron propiedades psicométricas “excelentes” en dos de ellas: la Escala Diagnóstica de Trastornos Alimentarios (Henderson & Freeman, 1987).

Riesgo suicida

Seis escalas cumplieron con los criterios de inclusión, y se hallaron propiedades psicométricas “excelentes” en solo una: la Escala de Impulsos de Auto Injuria de Alexian Brothers (Washburn et al., 2010).

Escala de riesgo suicida disponibles para descargar:

  • Alexian Brothers Urge to Self- Injure Scale (Washburn et al., 2010). Descargar

Bipolaridad/manía

Seis escalas cumplieron con los criterios de inclusión, y se hallaron propiedades psicométricas “excelentes” en una: la Escala de Manía Infantil -Versión para Padres (CMRS-P; Pavuluri et al. 2006).

Escala de bipolaridad/mania disponible para descargar

  • Child Mania Rating Scale-Parent Version (Pavuluri et al., 2006). Descargar

Psicosis

Tres escalas cumplieron con los criterios de inclusión. En ninguna de ellas se hallaron propiedades psicométricas “excelentes”. Solo una obtuvo propiedades psicométricas “Buenas”: el Cuestionario Breve de Síntomas Prodrómicos (Loewy et al. 2011).

Escala de psicosis disponible para descargar:

  • Prodromal Questionnaire Brief (Loewy et al.,, 2011). Descargar (inglés)

Abuso de sustancias

Trece escalas cumplieron con los criterios de inclusión, y se hallaron propiedades psicométricas “excelentes” en una sola: la Lista de Verificación de Enganche a la Nicotina – The Hooked on Nicotine Checklist– (HONC; DiFranza et al. 2002).

Escala de abuso de sustancias disponible para descargar:

  • The Hooked on Nicotine Checklist (HONC; DiFranza et al. 2002). Descargar

Conclusión

La variabilidad de cuadros alcanzados por estas escalas, su universalidad y gratuidad hacen que sean un excelente recurso para la clínica diaria de los profesionales, si bien en muchos casos faltan baremos o validaciones en español, su utilización de manera cualitativa puede contribuir al diagnóstico y conceptualización de los casos, sabiendo que se están aplicando escalas estudiadas y con excelente validez empírica.

Lista de referencias:

  • Ancold, A., & Stephen, C. (1995). Development of a short questionnaire for use in epidemiological studies of depression in children and adolescents. Age, 6(11).
  • Becker-Haimes, E. M., Tabachnick, A. R., Last, B. S., Stewart, R. E., Hasan-Granier, A., & Beidas, R. S. (2020). Evidence Base Update for Brief, Free, and Accessible Youth Mental Health Measures. Journal of Clinical Child and Adolescent Psychology: The Official Journal for the Society of Clinical Child and Adolescent Psychology, American Psychological Association, Division 53, 49(1), 1–17.
  • Bickman, L., Kelley, S. D., Breda, C., de Andrade, A. R., & Riemer, M. (2011). Effects of routine feedback to clinicians on mental health outcomes of youths: results of a randomized trial. Psychiatric Services , 62(12), 1423–1429.
  • Birmaher, B., Brent, D. A., Chiappetta, L., Bridge, J., Monga, S., & Baugher, M. (1999). Psychometric properties of the Screen for Child Anxiety Related Emotional Disorders (SCARED): a replication study. Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, 38(10), 1230–1236.
  • Boswell, J. F., Kraus, D. R., Miller, S. D., & Lambert, M. J. (2015). Implementing routine outcome monitoring in clinical practice: benefits, challenges, and solutions. Psychotherapy Research: Journal of the Society for Psychotherapy Research, 25(1), 6–19.
  • Chorpita, B. F., Moffitt, C. E., & Gray, J. (2005). Psychometric properties of the Revised Child Anxiety and Depression Scale in a clinical sample. Behaviour Research and Therapy, 43(3), 309–322.
  • Eisen, S. V., Dickey, B., & Sederer, L. I. (2000). A self-report symptom and problem rating scale to increase inpatients’ involvement in treatment. Psychiatric Services , 51(3), 349–353.
  • Goodman, A., & Goodman, R. (2009). Strengths and difficulties questionnaire as a dimensional measure of child mental health. Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, 48(4), 400–403.
  • Grañana, N., Richaudeau, A., Gorriti, C. R., O’Flaherty, M., Scotti, M. E., Sixto, L., Allegri, R., & Fejerman, N. (2011). Evaluación de déficit de atención con hiperactividad: la escala SNAP IV adaptada a la Argentina. Revista panamericana de salud publica = Pan American journal of public health, 29, 344–349.
  • Feixas, G., Evans, C., Trujillo, A., Saúl, L. A., Botella, L., Corbella, S., González, E., Bados, A., GarciaGrau, E. y López-González, M. A. (2012). La versión española del CORE-OM: Clinical Outcomes in Routine Evaluation – Outcome Measure. Revista de Psicoterapia, 23(89), 109-135.
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  • Jellinek, M. S., Murphy, J. M., Robinson, J., Feins, A., Lamb, S., & Fenton, T. (1988). Pediatric Symptom Checklist: screening school-age children for psychosocial dysfunction. The Journal of Pediatrics, 112(2), 201–209.
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  • Kotte, A., Hill, K. A., Mah, A. C., Korathu-Larson, P. A., Au, J. R., Izmirian, S., Keir, S. S., Nakamura, B. J., & Higa-McMillan, C. K. (2016). Facilitators and Barriers of Implementing a Measurement Feedback System in Public Youth Mental Health. Administration and Policy in Mental Health, 43(6), 861–878.
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  • LONEY, & P, J. (1982). Hyperactivity, inattention and aggression in clinical practice. Advances in Behavioral Pediatrics, 2, 113–147.
  • Leiva, L., George, M., Guzmán, J., Squicciarini, A., Simonsohn, A., & Antivilo, A. (2015). Propiedades psicométricas del Teacher Observation of Classroom Adaptation (TOCA-RR) y Pediatric Symptom Checklist Scale (PSC) en una muestra de adolescentes escolarizados que participan en el Programa Nacional Habilidades para la Vida II. Manuscrito en preparación
  • Lyon, A. R., Dorsey, S., Pullmann, M., Silbaugh-Cowdin, J., & Berliner, L. (2015). Clinician use of standardized assessments following a common elements psychotherapy training and consultation program. Administration and Policy in Mental Health, 42(1), 47–60.
  • Meiser-Stedman, R., Smith, P., Bryant, R., Salmon, K., Yule, W., Dalgleish, T., & Nixon, R. D. V. (2009). Development and validation of the Child Post-Traumatic Cognitions Inventory (CPTCI). Journal of Child Psychology and Psychiatry, and Allied Disciplines, 50(4), 432–440.
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  • Pogge, D. L., Wayland-Smith, D., Zaccario, M., Borgaro, S., Stokes, J., & Harvey, P. D. (2001). Diagnosis of manic episodes in adolescent inpatients: structured diagnostic procedures compared to clinical chart diagnoses. Psychiatry Research, 101(1), 47–54.
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  • Spence, S. H. (1998). A measure of anxiety symptoms among children. Behaviour Research and Therapy, 36(5), 545–566.
  • Swanson, J., Deutsch, C., Cantwell, D., Posner, M., Kennedy, J. L., Barr, C. L., Moyzis, R., Schuck, S., Flodman, P., Anne Spence, M., & Wasdell, M. (2001). Genes and attention-deficit hyperactivity disorder. In Clinical Neuroscience Research (Vol. 1, Issue 3, pp. 207–216). https://doi.org/10.1016/s1566-2772(01)00007-x
  • Swanson, J. M., Schuck, S., Porter, M. M., Carlson, C., Hartman, C. A., Sergeant, J. A., Clevenger, W., Wasdell, M., McCleary, R., Lakes, K., & Wigal, T. (2012). Categorical and Dimensional Definitions and Evaluations of Symptoms of ADHD: History of the SNAP and the SWAN Rating Scales. The International Journal of Educational and Psychological Assessment, 10(1), 51–70.
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  • Washburn, J. J., Juzwin, K. R., Styer, D. M., & Aldridge, D. (2010). Measuring the urge to self-injure: preliminary data from a clinical sample. Psychiatry Research, 178(3), 540–544.
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  • Youngstrom, E. A., Van Meter, A., Frazier, T. W., Hunsley, J., Prinstein, M. J., Ong, M.-L., & Youngstrom, J. K. (2017). Evidence-Based Assessment as an Integrative Model for Applying Psychological Science to Guide the Voyage of Treatment. In Clinical Psychology: Science and Practice (Vol. 24, Issue 4, pp. 331–363). https://doi.org/10.1111/cpsp.12207

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  • Guías y recursos

Protocolo para la detección y evaluación del alumnado con trastorno por déficit de atención e hiperactividad en el ámbito educativo

  • David Aparicio
  • 07/10/2020

Descripción de la guía:

La guía consta de dos partes bien diferenciadas. Una primera parte dirigida fundamentalmente a los y las profesionales de la orientación educativa en la que se describen ampliamente los procedimientos para la detección temprana, la evaluación y la intervención educativa con los alumnos y alumnas con TDAH, y se sugieren y proporcionan diversas herramientas para llevar a cabo esta labor. Y una segunda parte dirigida a todo el profesorado, en la que se facilitan estrategias que permitan ajustar la atención a las necesidades educativas que este alumnado presenta. Un lugar destacado va dirigido a las adaptaciones necesarias en el proceso de evaluación. Se tratan también aspectos esenciales a tener en cuenta para facilitar la colaboración entre la familia y el centro educativo.Se presenta esta guía como un documento abierto a las aportaciones de los y las profesionales del ámbito de la educación y de las familias del alumnado.

Descarga la guía completa en formato PDF.

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  • Psicología aplicada

1 de cada 3 personas en relaciones monogámicas tendría fantasías con relaciones abiertas

  • Maria Fernanda Alonso
  • 02/10/2020
En las relaciones consensualmente no monógamas las personas que las componen pueden tener más de una pareja sexual o romántica a la vez. Tras evaluar las consultas web anónimas de cientos de miles de usuarios de motores de búsqueda de Google durante un período de 10 años (2006-2015), investigadores encontraron que las búsquedas de palabras relacionadas con el poliamor y las relaciones abiertas han aumentado significativamente con el tiempo. Esta investigación destacó también que la magnitud de la correlación entre las consultas web de relaciones no monógamas consensuadas y el tiempo fue significativamente mayor que las consultas web populares durante el mismo período de tiempo, indicando un patrón único de gran interés en el poliamor y las relaciones abiertas (Moors, 2017). A estos datos se suman las crecientes representaciones en medios populares de la industria audiovisual, mayor cobertura de medios de comunicación, y la proliferación de libros y guías sobre cómo llevar adelante una relación no monógama consensuada. ¿De qué se tratan las relaciones no monógamas consensuadas? De manera muy breve, podemos decir que estos acuerdos incluyen, entre otras conductas, relaciones abiertas (los miembros de la pareja se permiten tener relaciones sexuales fuera de la pareja); poliamor, que implica tener relaciones íntimas con más de una pareja a la vez; voyeurismo en el que uno de los miembros de la pareja observa al otro cuando mantiene relaciones sexuales con otra persona. Recientemente, un equipo de investigadores quiso saber qué tan común puede ser fantasear con relaciones no monógamas consensuadas entre las personas que se encuentran en una relación monógama, qué fantasías de este estilo son más populares y quiénes están interesados en ellas. Metodología: para averiguarlo, llevaron a cabo una encuesta online de la que participaron 822 personas adultas, las cuales informaron encontrarse actualmente en una relación monógama. Se pidió a los participantes que describieran su fantasía sexual favorita. Las fantasías sexuales fueron definidas como «imágenes mentales que tienes mientras estás despierto y que encuentras sexualmente excitantes o eróticas». Posteriormente se les dio una lista de temas de fantasía sexual (por ejemplo, tener relaciones sexuales con más de una pareja al mismo tiempo, intentar algo prohibido o tabú, estar en una relación sexualmente abierta), y se les pidió que marcaran uno o más temas que sean sus fantasías sexuales favoritas. Además, los participantes respondieron una serie de preguntas sobre su deseo de llevar a cabo su fantasía sexual y si la habían discutido con su pareja actual. Finalmente, completaron evaluaciones de ansiedad y evitación del apego, erotofilia, búsqueda de sensaciones sexuales, satisfacción en la relación y el Inventario de las Cinco Grandes Personalidades. Resultados: tras analizar los datos el equipo encontró que el 33% de la muestra informó que su “fantasía sexual favorita de todos los tiempos” tenía que ver con pertenecer a algún tipo de relación sexualmente abierta. Además, el 80% de estos participantes indicó que quería llevar a cabo esta fantasía en el futuro (Lehmiller, 2020). Explican los autores que esto confirma la distinción entre “fantasía sexual” y “deseo sexual”, teniendo presente que no todas las personas querían actuar sobre su fantasía. Por otro lado, se encontró que identificarse como hombre o no binario se asoció con fantasías más frecuentes sobre relaciones no monógamas consensuadas, que identificarse como mujer; con la excepción de las fantasías voyeuristas, en las que no había diferencia de género. Otras asociaciones con las fantasías de relaciones no monógamas consensuadas fueron no ser heterosexual, ser mayor y puntuar alto en erotofilia, apertura y búsqueda de sensaciones. Aquellos con puntuaciones más bajas de neuroticismo y satisfacción sexual/de relación también eran más propensos a informar fantasías de relación no monógama consensuada. Señalan finalmente los autores que pocas personas (de las que informaron el deseo de realizar estas fantasías), las llevaron a cabo en la realidad, e interpretan que si se suma este dato al hallazgo de que el miedo y la falta de conocimiento se encuentran entre los mayores obstáculos percibidos para llevar a cabo este tipo de fantasías, podría ser importante la desestigmatización de tales conductas. Referencias:
  • Lehmiller, J. J. (2020). Fantasies About Consensual Nonmonogamy Among Persons in Monogamous Romantic Relationships. Archives of Sexual Behavior. https://doi.org/10.1007/s10508-020-01788-7
  • Moors, A. C. (2017). Has the American Public’s Interest in Information Related to Relationships Beyond «The Couple» Increased Over Time? En The Journal of Sex Research (Vol. 54, Número 6, pp. 677-684). https://doi.org/10.1080/00224499.2016.1178208
Fuente: Psypost

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  • Psicología aplicada

Ejercicio de meditación mindfulness sería beneficioso para la memoria visual a corto plazo

  • Maria Fernanda Alonso
  • 01/10/2020

La práctica de ejercicios de mindfulness y su posible impacto en el desempeño cognitivo, en la reducción de la angustia y mejora de habilidades de afrontamiento, en el tratamiento del trastorno bipolar, en la toma de decisiones, e incluso en la reducción de consumo de alcohol como respuesta al estrés, entre otras áreas, ha sido y sigue siendo objeto de numerosos estudios. Recientemente, un equipo de investigadores quiso saber si practicar ejercicios de mindfulness podría influir en la memoria a corto plazo respecto de la percepción de los rostros, dado que investigaciones anteriores sugieren que podría tener efectos sobre la memoria a corto plazo y de trabajo.

¿Por qué es importante? Apunta esta investigación a la posibilidad de obtener beneficios para la memoria a corto plazo a partir de la escucha de grabaciones breves. De este modo se resalta que el medio puede aplicarse fácilmente en sentido práctico para obtener estos beneficios, más allá de que sean necesarias más investigaciones para identificar el mecanismo subyacente que posibilita tal mejora.

Metodología: participaron del estudio 90 estudiantes de pregrado, los cuales fueron asignados al azar a sesiones de 8 minutos para:

  • escuchar el comienzo de «El Hobbit» de J.R.R. Tolkien;
  • escuchar un ejercicio guiado de «atención al cuerpo y la respiración»;
  • sentarse en silencio y ocupar su tiempo como lo desearan.

Antes y después de esta sesión de 8 minutos, los participantes completaron una tarea de reconocimiento facial para evaluar su memoria visual a corto plazo.

Hallazgos: encontraron los autores que las personas que escucharon el ejercicio de meditación mindfulness tendían a mejorar en la prueba de memoria visual, mientras que aquellos que escucharon un audiolibro u ocuparon su tiempo como desearon no lo hicieron (Youngs et al., 2020).

Explican los investigadores que la incapacidad para evitar distracciones visuales se ha relacionado con una mala memoria a corto plazo, y los ejercicios de meditación de atención plena pueden ayudar en la difícil tarea de ignorar la información irrelevante para la actividad que se procura realizar o reducir la ansiedad. Aunque esto no fue probado directamente en el estudio. Resta identificar el mecanismo que opera en la mejora de la memoria a corto plazo cuando se practica este ejercicio de atención plena, remarcan los autores. Señalan también que la mejora podría extenderse a otros estímulos más allá de lo que refiere a la percepción de imágenes faciales.

Referencia: Youngs, M. A., Lee, S. E., Mireku, M. O., Sharma, D., & Kramer, R. S. S. (2020). Mindfulness Meditation Improves Visual Short-Term Memory. Psychological Reports, 33294120926670. https://doi.org/10.1177/0033294120926670

Fuente: Psypost

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  • Psicología aplicada

Vivir en la calle con discapacidad intelectual

  • Maria Fernanda Alonso
  • 30/09/2020

Tener una vivienda digna es un derecho fundamental consagrado en numerosos tratados internacionales de Derechos Humanos. Sin embargo, ya en el año 2005 se estimaba que 100 millones de personas a lo largo del mundo no tenían hogar. Muchos duermen sin refugio por la noche, o lo hacen albergues transitorios. Según las investigaciones, del 30 al 40 por ciento de las personas sin hogar tienen un deterioro cognitivo, que incluye lesión cerebral traumática, dificultades de aprendizaje, discapacidades intelectuales, trastorno del espectro autista y trastorno por déficit de atención con hiperactividad.

Una revisión reciente encontró que las personas con discapacidad intelectual corren un mayor riesgo de quedarse sin hogar; pero con un sistema de apoyo coordinado, es posible ayudarlos a permanecer en una vivienda estable y, potencialmente, a salir de la falta de vivienda (Brown & McCann, 2020).

Metodología: se llevó a cabo una revisión sistemática de estudios que examinan la falta de vivienda entre las personas con discapacidad intelectual que utilizan las bases de datos CINAHL, MEDLINE, PsycINFO y Sociological Abstracts desde su inicio hasta noviembre de 2019.

Fueron hallados 259 artículos y, tras la selección, se incluyeron en la revisión un total de 13 artículos. Los temas identificados fueron 1) caminos hacia la falta de vivienda, 2) experimentar falta de vivienda y 3) rutas para salir de la falta de vivienda.

¿Qué datos surgen de la revisión?

  • Tener una discapacidad intelectual es un factor de riesgo para las personas sin hogar, y esto puede ser difícil de identificar.
  • Las personas sin hogar con discapacidad intelectual eran mayormente de raza negra y hombres.
  • Tenían más probabilidades de haber abandonado la escuela y de experimentar otros problemas relacionados con la falta de vivienda, incluido el abuso de sustancias y otros problemas de salud mental.
  • Los participantes con discapacidad intelectual fueron los únicos que informaron que querían quedarse sin hogar.
  • Los participantes con discapacidades intelectuales tenían menos probabilidades de recordar su domicilio original y menos probabilidades de reintegrarse con miembros de la familia.

Principales problemáticas y posibles soluciones

Las personas con discapacidad intelectual tienen más probabilidades de quedarse sin hogar a una edad avanzada debido a la ruptura de una relación o la muerte de un cuidador principal. Es más probable que tengan dificultades para acceder a los servicios de atención médica debido a sus discapacidades.

A esto se suma la probabilidad de que las personas con discapacidad intelectual no sepan o no puedan describir su discapacidad, lo que plantea desafíos adicionales para los proveedores de atención médica y aquellos que ofrecen apoyos de servicios sociales. Sostienen los investigadores que una solución simple a este problema es proporcionar exámenes de detección a las personas sin hogar cada vez que acceden a nuevos servicios.

Por otro lado, la revisión encontró que es posible evitar que las personas con discapacidad intelectual se queden sin hogar prestando especial atención a sus necesidades después de la muerte de un cuidador o un ser querido. Ofrecer atención médica y servicios sociales coordinados en este importante punto de inflexión podría ser determinante para mantenerles en una vivienda estable.

Un trabajo en conjunto desde las organizaciones sociales, órganos estatales encargados de proveer asistencia social, atención médica y vivienda, así como la colaboración de la justicia penal, es fundamental para brindar el apoyo necesario y prevenir la falta de vivienda entre las personas con discapacidades intelectuales, señalan los autores.

La identificación de personas con discapacidad intelectual dentro de los servicios para personas sin hogar y sus inquietudes sobre atención y apoyo sigue siendo un desafío, lo que impacta en la provisión de evaluaciones, intervenciones, atención y apoyo, necesarios para ayudarlos a salir de su situación de calle.

Referencia: Brown, M., & McCann, E. (2020). Homelessness and people with intellectual disabilities: A systematic review of the international research evidence. Journal of Applied Research in Intellectual Disabilities: JARID. https://doi.org/10.1111/jar.12815

Fuente: Psychology Today

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  • Análisis

¿Por qué compramos lo que compramos?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 30/09/2020

Mantener una vivienda, atención en salud, llevar comida a la mesa, estudiar… podemos decir que casi todo lo que hacemos requiere dinero. La cuestión toma otro color cuando pensamos en que además de los gastos realizados para cubrir necesidades básicas, académicas o profesionales, somos capaces de gastar un porcentaje importante de nuestros ingresos en compras impulsivas. En EEUU, por ejemplo, una persona gasta en promedio US$5400 por año en tales compras. ¿En qué se va ese dinero? Alimentos que no son realmente necesarios (helados, papas fritas saborizadas, entre otros); moda, artículos para el hogar y zapatos. Si reflexionamos sobre nuestra situación financiera personal y familiar, puede suceder que nos encontremos con que no podemos salir de nuestras deudas de tarjeta de crédito, o que tengamos gastos mensuales en artículos que no necesitábamos realmente y que terminan siendo una limitación cuando surge un imprevisto que necesita ser atendido o, incluso, a la hora de planificar ahorros.

Esta situación lleva a que nos preguntemos: ¿por qué compramos lo que compramos?

El Dr. David B. Feldman, profesor de psicología en la Universidad de Santa Clara, explica que, especialmente durante estos tiempos difíciles, ser capaces de satisfacer las necesidades básicas preocupa a muchas personas. Sin embargo, frecuentemente realizamos compras que no son necesarias ni racionales. El marketing y la publicidad son industrias psicológicamente avanzadas, con el objetivo de influir en nosotros, muchas veces de forma inconsciente, para que gastemos dinero. Matt Johnson y Prince Ghuman abordan esta temática en su libro Blindsight: The (Mostly) Hidden Ways Marketing Reshapes Our Brains, en el cual explican que cuando navegamos en el mundo consumidor tomamos decisiones que no siempre son conscientes respecto de cómo o por qué hacemos lo que hacemos.

Podemos pensar, por ejemplo, que estamos eligiendo un alimento en particular del estante del supermercado porque sabe mejor, pero la realidad puede ser más complicada. En un estudio se realizó una prueba de sabor a ciegas de patés. Su metodología consistió en invitar a los participantes a degustar cinco patés que habían sido presentados de manera apetitosa con guarnición de perejil. Pero una de las muestras era comida para perros, que había sido molida hasta obtener una pasta fina en un procesador de alimentos para disfrazar su textura. Después de probar las cinco muestras, se pidió a los participantes que adivinaran cuál era en realidad la comida para perros. Los resultados fueron sorprendentes: su conjetura no fue mejor que el azar (Bohannon et al., 2010).

Otro grupo de investigadores le sirvió a los participantes de su estudio (estudiantes en formación para convertirse en sommeliers) vinos tintos y blancos, y se les pidió que describieran su sabor. Los investigadores descubrieron que cuando se agrega tinte rojo al vino blanco, los estudiantes a menudo no se dan cuenta de que algo no está bien: usaron palabras típicamente reservadas para vinos tintos para describir los sabores (Morrot et al., 2001).

Explica Johnson que muchas veces tomamos decisiones por razones diferentes a las que creemos. Sucede por ejemplo, cuando vamos a un restaurante elegante y gastamos mucho dinero para degustar platos deliciosos de comida, pero en realidad aquella “delicia” no proviene de lo que saboreamos a través de la boca sino que ocurre en el cerebro, y en este campo los especialistas en marketing tienen mucha influencia.

La presentación (empaque o “packaging”) y el reconocimiento de la marca son algunos de los factores principales que influyen en nuestras elecciones como consumidores. Para graficar mejor esto trae a colación el famoso “Pepsi Challenge,” un desafío de prueba del sabor, del cual destaca que aunque Coca-Cola supera constantemente en ventas a Pepsi, la mayoría de las personas prefiere el sabor de Pepsi. Según los hallazgos de este experimento, cuando las personas creían que la bebida que consumían era Coca Cola, reportaban disfrutarla más que si era Pepsi. Resalta el autor que, a pesar de contar con reconocimiento a nivel mundial, Coca-Cola aún invierte miles de millones de dólares anualmente en publicidad porque con cada anuncio puede, realmente, influenciar nuestras preferencias.

Para recuperar nuestro poder como consumidores y evitar ser influenciados tan fácilmente, Johnson y Ghuman señalan que, al darnos cuenta de la influencia que el marketing puede ejercer sobre nosotros, podemos tomar decisiones más sabias y deliberadas.

Su sugerencia fundamental implica comprar de una manera más consciente. En particular, exhortan a que no compremos si estamos emocionados, distraídos o hambrientos. Todas estas situaciones hacen que pensar sea más difícil.

Nuestros cerebros solo tienen una cierta cantidad de poder de procesamiento. Cuando una parte de nuestros recursos mentales está siendo ocupada por distracciones, simplemente nos queda menos poder cerebral para tomar buenas decisiones de compra. Del mismo modo, ya sea que estemos comprando alimentos o cualquier otro producto, cuando no hemos comido por un tiempo, nuestro cerebro no tiene la energía para tomar las mejores decisiones posibles. Eso significa que somos más susceptibles a realizar compras impulsivas.

Tener esto presente puede ayudarnos a estar mejor preparados para hacer frente a las estrategias del marketing. En tiempos de dificultades financieras para tantos debido a la pandemia de COVID, cualquier herramienta que nos ayude a tomar mejores decisiones como consumidores y ahorrar dinero es de gran valor.

Referencias:

  • Bohannon, J., Goldstein, R., & Herschkowitsch, A. (2010). Can people distinguish Pâté from dog food? En CHANCE (Vol. 23, Número 2, pp. 43-46). https://doi.org/10.1007/s00144-010-0022-1
  • Morrot, G., Brochet, F., & Dubourdieu, D. (2001). The Color of Odors. En Brain and Language (Vol. 79, Número 2, pp. 309-320). https://doi.org/10.1006/brln.2001.2493

Fuente: Psychology Today

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  • Guías y recursos

Traducción al español y validación de una medida breve de ansiedad por el COVID-19 en estudiantes de ciencias de la salud

  • David Aparicio
  • 30/09/2020
a man in red shirt covering his face

Introducción y Objetivos: El COVID-19 ha generado consecuencias negativas para la salud mental de las personas. Este es el caso del Perú, uno de los países latinoamericanos más afectados por la pandemia. En este sentido, el objetivo del estudio fue traducir y validar la Coronavirus Anxiety Scale (CAS) al español.

Material y Método: Los participantes fueron 704 estudiantes universitarios de ciencias de la salud (Medad = 23.39 años, DE = 3.45) a quienes se les administró el CAS en español, el Mental Health Inventory-5 y el Patient Health Questionnaire-2 item. El CAS se tradujo al español mediante el método hacia adelante y hacia atrás. Se examinaron la fiabilidad y las evidencias de validez basada en la estructura interna y relación con otras variables.

Resultados: El análisis factorial confirmó la estructura factorial unidimensional del CAS (χ2 = 7.62, gl = 5, p = .18, χ²/df = 1.52, CFI = .99, RMSEA = .03 90% CI .00, .06; SRMR = .02, WRMR = .52); además las cargas factoriales fueron grandes y significativas (de .68 a .87). Los cinco ítems del CAS mostraron correlaciones ítems test total corregido aceptables (de .64 a .74). La confiabilidad por consistencia interna fue buena (ω = 0.89; αordinal= 0.89). La evidencia de validez en base a la relación con otras variables del CAS fue respaldada por la correlación positiva con la depresión (r = .52, p <.01) y negativa con el bienestar subjetivo (r = -.50, p <.01). Además, la depresión media la relación entre la ansiedad por el COVID-19 y el bienestar subjetivo (valor bootstrap = – .24, IC 95% = – .28, – .20).

Conclusión: La versión en español del CAS posee evidencias de validez y confiabilidad para medir la ansiedad por el COVID-19 en una muestra de universitarios peruanos.

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Autores: TomásCaycho-Rodríguez, MiguelBarboza-Palomino, JoséVentura-León, CarlosCarbajal-León, MartínNoé-Grijlava, MiguelGallegos, MarioReyes-Bossio, AndreaVivanco-Vidal.

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Cómo incrementar la resiliencia y bienestar psicológico desde la psicología positiva

  • David Aparicio
  • 30/09/2020

La psicología positiva se define como: “el estudio científico de las fortalezas y virtudes humanas, las cuales permiten adoptar una perspectiva más abierta respecto al potencial humano, sus motivaciones y capacidades” (Sheldon y King, 2001). Durante los últimos años esta rama de la psicología se ha dedicado a explorar y determinar cómo potenciar la resiliencia, una capacidad humana sumamente necesaria para poder adaptarnos ante las adversidades que nos da la vida.

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  • Análisis

6 formas de incrementar la paciencia con el aprendizaje en casa

  • Maria Fernanda Alonso
  • 30/09/2020

“Lo que más extraño de la escuela son los recreos, y mis compañeros… Bueno, y las clases también” (Nahir, 9 años).

Compartir las 24 horas del día, todos los días, con otras personas es, por lo menos, desafiante. Si estas personas son niñas y niños que toleran hace meses medidas de restricción de circulación, el desafío se potencia. Madres, padres, cuidadores y personas encargadas de la crianza lo saben. Muchos de ellos se encuentran con la responsabilidad de velar por los cuidados precisos en virtud de la pandemia que vivimos, adaptarse a nuevas formas de trabajo (y, quizás, lidiar con inestabilidad económica), y acompañar a los más pequeños en sus clases virtuales y el cumplimiento de sus deberes.

Con esta situación presente, la Dra. Andrea Bonior, psicóloga clínica, nos presenta 6 formas de incrementar la paciencia con el aprendizaje a distancia. Empezar cada día desde cero, y tomar un día a la vez son las primeras recomendaciones que debemos recordar constantemente. Veamos las siguientes:

No tenés el deber de reproducir la experiencia escolar en persona

Puede ser que adolescentes no tengan la experiencia del “viaje de fin de año” con todos sus compañeros, o que niñas y niños no participen de una feria de ciencias que comparte con toda la escuela aquello que han aprendido y preparado durante el año. Sin embargo, puede suceder que estén aprendiendo a manejar conflictos con sus hermanos, a bañar y cortar el pelo a su perrito, a lidiar con la decepción. Quizás estén descubriendo cosas nuevas que no hubieran aprendido si esto no hubiera sucedido.

Esto no significa que debes sentirte agradecida o agradecido por estar viviendo lo que estamos viviendo. Reconocer que las lecciones de vida más profundas o la oportunidad de impulsar la inteligencia emocional pueden surgir incluso en las situaciones más difíciles, y esto es muy importante.

Buscá ayuda

No estás sola. Hay muchas madres y muchos padres lidiando con esta misma situación y, de hecho, es probable que hayan muchas personas que estén lidiando con correos electrónicos confusos, aplicativos que no responden y escasez de tiempo para resolver. Una herramienta que puede ser de utilidad es crear una comunidad, un grupo de WhatsApp, un perfil cerrado en Instagram, o el medio que resulte más práctico, en el que participan otras personas que están viviendo lo mismo (quizás, madres y padres de los compañeros de tus hijos). El apoyo social puede proporcionar un gran impulso a nuestra salud mental y física.

Mantené presentes tus valores

En los momentos en que las herramientas de la tecnología no responden, las tareas son confusas o demandan que tripliques los malabares que ya tenías que hacer y te sientas abrumada por una situación que te sobrepasa, respirá, da un paso atrás y procurar visualizar el panorama general. ¿Cuál es el propósito de todo esto? ¿Qué tipo de valores desea transmitir a su hijo? ¿Qué querés que vean en vos durante este tiempo y qué tipo de madre/padre querés ser? ¿Qué te gustaría ver cuando mires hacia atrás en este momento, algún día?

Podés tener un día (o una semana) en que todo va mal, pero enfocar la atención en tus valores, en tu propósito sobre la crianza durante este tiempo, y en el hecho de que tus hijos te buscan para que les orientes a través de la incertidumbre, puede ayudarte a recordar lo que es realmente importante, y no estancarte en aquello que no lo es.

Empatía, empatía, empatía

Todos nos sentimos cansados, agotados, desgastados. Puede ser difícil ser empáticos con otras personas porque nuestras reservas están vacías. Sin embargo, la empatía puede mejorar tu paciencia a la hora de hacer frente a las frustraciones que puede traer el aprendizaje online.

Empatía por la maestra que podría estar manejando su propio caos en casa, empatía por que su hijo extrañe a sus amigos y tenga que mirar una pantalla por mucho más tiempo de lo que usted hubiera querido que lo hiciera, y empatía por los administradores que tienen que tomar decisiones (nunca podría haberlo anticipado, todo está justificado y es importante).

Cuando puedas, encontrá humor

El humor puede ser muy importante para tu bienestar emocional, es capaz disminuir la presión arterial y romper la tensión para ayudar a que todo el cuerpo se sienta mejor.

¿Cuándo fue la última vez que reíste profundamente? ¿Y qué podrías hacer para conseguirlo de nuevo? Encontrá cosas con las que puedas reír junto a tus hijos: ya sea un programa de televisión que comparten, o soltarse con movimientos de baile tontos. Esto también puede ayudar a aumentar la conexión con ellos.

Basta de perfeccionismo

Es muy importante que ajustes tus expectativas en relación a la escolaridad de tus hijos y también en cuanto a tu propio rol como madre/padre. Muchas personas se sienten fracasadas porque no son tan pacientes como les gustaría ser con sus hijos, o no están preparando las comidas perfectamente saludables que ven en las redes sociales, o no sienten una gran conexión con sus hijos a pesar de todo el tiempo que pasan juntos.

¿Con qué vara te estás midiendo? Reflexioná sobre esto. Si sos perfeccionista, planteate cómo podés empezar a darte crédito solo por sobrellevar y sobrevivir (las actividades más productivas de todas) la etapa más desafiante en tu rol parental.

Fuente: Psychology Today

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