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  • Análisis

¿Por qué los medicamentos psiquiátricos no son más efectivos?

  • David Aparicio
  • 23/10/2024

He traducido este artículo de Vox porque aborda un tema crucial en el campo de la salud mental: la efectividad de los medicamentos psiquiátricos. En un momento donde se habla más abiertamente sobre trastornos como la depresión, la ansiedad y la esquizofrenia, sigue habiendo muchas preguntas sobre por qué estos tratamientos no siempre funcionan como se espera. Compartir esta información es importante para reflexionar sobre las limitaciones de la neurociencia actual y considerar nuevas formas de entender y abordar los problemas de salud mental.

Es fundamental aclarar que, aunque este artículo aborda las limitaciones de los medicamentos psiquiátricos, bajo ninguna circunstancia se debe interrumpir el tratamiento sin antes consultar con un profesional de la salud mental. Dejar la medicación de manera abrupta puede tener graves consecuencias para tu bienestar. Si tienes dudas sobre la efectividad de tu tratamiento, es importante hablar con tu psiquiatra para explorar opciones que se adapten mejor a tus necesidades. Siempre busca tratamientos efectivos y personalizados con la guía de un especialista.

Ahora si vamos con el artículo:

Solo en 2023, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU. destinaron 1.25 mil millones de dólares a la investigación sobre cómo se manifiestan las enfermedades mentales en el cerebro. Hoy en día, se prescriben más medicamentos psiquiátricos que nunca, y hablar abiertamente sobre la depresión, la ansiedad y el TDAH no solo está siendo menos estigmatizado, sino que en línea, al menos, casi se ha vuelto algo “cool”.

A pesar de tener más acceso a medicación que nunca en los EE. UU., más de 50,000 estadounidenses murieron por suicidio el año pasado, el número más alto registrado hasta la fecha. El Cirujano General de los EE. UU. describe la salud mental como “la crisis de salud pública definitoria de nuestro tiempo”, pero estamos apenas un poco más cerca de entender la neurociencia de la salud mental de lo que estábamos hace 50 años.

A pesar de que las enfermedades mentales se enmarcan popularmente como causadas por desequilibrios electroquímicos en el cerebro, una gran cantidad de evidencia acumulada durante décadas sugiere que la realidad es mucho más complicada. Es el mayor secreto a voces en la neurociencia: los medicamentos psiquiátricos a menudo no funcionan.

Si los fármacos que alteran las señales químicas en el cerebro son capaces de silenciar alucinaciones auditivas y pensamientos suicidas, entonces la química cerebral debe explicar la enfermedad mental, al menos en parte. Sin embargo, mientras que medicamentos como los antidepresivos y antipsicóticos mejoran considerablemente el bienestar de muchas personas, a otras tantas —o incluso más— les dejan igual o peor. (Prescribir el medicamento adecuado para la condición adecuada es, en su mayor parte, una apuesta, y la coincidencia incorrecta puede hacer que alguien entre accidentalmente en un episodio maníaco, por ejemplo).

El cerebro es una de las máquinas más complejas del universo, compuesto por 86 mil millones de células conectadas por 100 billones de sinapsis. Para darte una idea de lo complicado que es, a los neurocientíficos les tomó más de cuatro años construir un mapa del cerebro de una simple mosca de la fruta, que solo contiene aproximadamente el 0.00003% de las neuronas de un cerebro humano. Y, aunque ese fue un gran logro científico, ni siquiera se acerca a explicar por completo el comportamiento de la mosca. Escalar ese proyecto en varios órdenes de magnitud para entender plenamente la química cerebral humana parece, francamente, imposible.

Es posible que la neurociencia simplemente no haya tenido suficiente tiempo para desarrollar terapias de salud mental verdaderamente efectivas para la mayoría de las condiciones. Es un campo relativamente joven, y los científicos solo han podido observar la actividad cerebral en vivo durante unas pocas décadas. El avance que necesita la psiquiatría podría estar a la vuelta de la esquina.

Pero también es posible que algunos de los mejores cuidados en salud mental se encuentren fuera de la psiquiatría occidental.

Quizás dos cosas pueden ser ciertas al mismo tiempo.

Los psiquiatras ya no creen que los desequilibrios químicos causen enfermedades mentales. ¿Por qué lo seguimos creyendo?

Durante miles de años, la enfermedad mental solo podía explicarse por fuerzas sobrenaturales o desviación moral. En la Europa de la Ilustración y sus territorios colonizados, las personas con trastornos psiquiátricos eran en su mayoría confinadas en manicomios, que luego fueron rebautizados como “hospitales psiquiátricos”, hasta la década de 1950.

A principios del siglo XX, Sigmund Freud y sus colegas popularizaron la psicoterapia, que ayudaba (y sigue ayudando) a las personas a manejar trastornos como la depresión y la ansiedad. Sin embargo, los médicos en los manicomios inicialmente se mostraban reacios a adoptarla, prefiriendo un enfoque “somático” para el tratamiento de la salud mental que consistía en estimular el cuerpo y el sistema nervioso para alterar la mente.

Los médicos líderes creían que los trastornos como la esquizofrenia eran causados por un sistema nervioso “vegetativo” subactivo, un término antiguo para referirse a las partes del cerebro que controlan funciones vitales básicas como la digestión y la respiración. Los primeros tratamientos psiquiátricos fueron diseñados para enviar una descarga lo suficientemente fuerte al cerebro, ya sea con electricidad, infección intencional de malaria o fármacos que inducían comas, para reactivar estos procesos supuestamente subactivos. Los psiquiatras que inventaron el tratamiento con malaria —usando el virus de la malaria para inducir una fiebre alta, con la esperanza de matar las bacterias causantes de la neurosífilis— y la lobotomía prefrontal ganaron el Premio Nobel de Medicina mientras los manicomios aún eran la norma en Europa.

Con el tiempo, sin embargo, los médicos comenzaron a reconocer que sus tratamientos somáticos no funcionaban muy bien. Eso, combinado con la observación de que los cerebros de personas con enfermedades mentales no parecían tener nada visiblemente mal en las autopsias, empezó a sacar de circulación estos tratamientos físicos.

Henri Laborit

Todo cambió en 1952, cuando el cirujano parisino Henri Laborit descubrió accidentalmente que la clorpromazina, un antihistamínico que utilizaba para reducir los riesgos de la anestesia, también era un potente antipsicótico. Cuando la clorpromazina salió al mercado en 1954, cambió la psiquiatría de la misma manera que el descubrimiento de la insulina cambió la diabetes. De repente, personas que habían estado crónicamente sujetas en hospitales psiquiátricos podían mantener conversaciones tranquilas con sus psiquiatras. En un año, los hospitales psiquiátricos públicos de los EE. UU. comenzaron a cerrar, ya que los responsables de formular políticas esperaban que los nuevos fármacos hicieran que la institucionalización fuera obsoleta.

Durante años, nadie sabía cómo funcionaban los fármacos como la clorpromazina, solo que lo hacían, aunque con efectos secundarios desagradables como somnolencia, aumento de peso y espasmos musculares incontrolables. Posteriormente, los neurocientíficos descubrieron que los antipsicóticos como la clorpromazina se unen a un tipo específico de receptor de dopamina en el cerebro, señalando a la dopamina, específicamente un exceso de ella, como la raíz biológica de la esquizofrenia.

La idea de que un desequilibrio químico podría cambiar los pensamientos, sentimientos y comportamientos de una persona se extendió rápidamente por la psiquiatría. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) como el Prozac, antidepresivos ampliamente utilizados introducidos en los años 80, bloquean que las neuronas reabsorban la serotonina sobrante después de que se envía una señal química. Teóricamente, si la falta de serotonina contribuye a la depresión, mantener más moléculas de serotonina disponibles debería hacer que las personas se sientan más felices.

Aproximadamente la mitad de las personas que toman ISRS se sienten mejor después de un par de meses. Sin embargo, el investigador de antidepresivos Alan Frazer dijo a NPR: “No creo que haya ningún cuerpo de datos convincente que haya encontrado que la depresión esté asociada en gran medida con la falta de serotonina”.

Culpar a la dopamina como causa de la esquizofrenia también está simplificado y es anticuado. Hoy, los investigadores creen que muchos neurotransmisores, además de otros factores genéticos, sociales y ambientales, influyen en la probabilidad de que alguien experimente enfermedades mentales.

Aunque los videos de autoayuda relacionados con la serotonina y la dopamina siguen circulando en TikTok, los neurocientíficos y psiquiatras han sido escépticos ante el tropo del “desequilibrio químico” durante décadas. Las interacciones electroquímicas, en la medida en que los científicos pueden entenderlas, no pueden explicar por completo, ni más importante aún, tratar las enfermedades mentales.

El futuro de la salud mental no pertenece solo a la neurociencia

Pensar en las enfermedades mentales como algo que la medicación puede resolver les brinda a las personas “una forma de establecer su sufrimiento como algo tangible y genuino, y ofrece una explicación simple y un pronóstico positivo para sus dificultades”, escribió el profesor de sociología Joseph Davis para Psyche. Si una persona afirma que su enfermedad mental es una enfermedad fuera de su control, como el cáncer, es más probable que los demás la vean como un ser humano digno de respeto y oportunidades.

Hace dos semanas, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. aprobó un nuevo fármaco antipsicótico que no se dirige a los receptores de dopamina, el primero desde que se introdujo la clorpromazina. El nuevo medicamento, llamado Cobenfy, se dirige a la acetilcolina, un neurotransmisor que, notablemente, no es dopamina, pero que puede afectar los niveles de dopamina indirectamente.

El hecho de que Cobenfy sea la primera opción nueva presentada en 70 años fue suficiente para aparecer en los titulares. Pero si realmente funciona mejor que las opciones existentes aún está por verse: ninguno de los tres ensayos clínicos del fármaco duró lo suficiente para saber si Cobenfy causará los mismos efectos secundarios a largo plazo —aumento de peso dramático, movimientos corporales repetitivos— que sus predecesores.

La introducción de Cobenfy captura mucho de lo que es preocupante, y lo que es esperanzador, sobre el papel de la neurociencia en el tratamiento de las enfermedades mentales. Claro, un nuevo tratamiento farmacológico puede aliviar los peores síntomas de la esquizofrenia con menos efectos secundarios que antes. Pero la introducción de un nuevo fármaco no puede eliminar la condición por completo ni cambiar radicalmente cómo las personas navegan la psicosis.

La Organización Mundial de la Salud recomienda la segunda estrategia: reconsiderar radicalmente cómo las comunidades cuidan a las personas con las enfermedades mentales más graves. En muchas culturas, los problemas de salud mental no se consideran problemas biomédicos, por lo que la gente generalmente no busca cosas como medicación. La atención en salud mental basada en la comunidad, donde personas con poca capacitación facilitan sesiones de terapia en sus propios vecindarios, puede funcionar tan bien como la atención psiquiátrica formal en muchos contextos, con o sin medicación.

Si bien los modelos comunitarios a menudo se discuten en el contexto de enfermedades mentales no psicóticas como la depresión, las opciones más allá de la psiquiatría también pueden ayudar a las personas que experimentan una psicosis más severa. La estratega de atención anticarcelaria y respondedora de crisis Stefanie Kaufman-Mthimkhulu cree que, ya sea que la causa raíz de la psicosis sean espíritus ancestrales, traumas infantiles, inflamación postviral o un delicado cambio en la neuroquímica, “es fundamental ofrecer a las personas múltiples formas de definir y darle sentido a nuestras experiencias”.

La neurociencia solo puede llevarnos hasta cierto punto. En algún momento, nuestra disposición a encontrar valor en estados mentales más allá de los nuestros debe tomar el relevo.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Salud mental y atención sanitaria en adolescentes transgénero y no conformes con el género: Una revisión sistemática

  • David Aparicio
  • 22/10/2024
young women in casual wear standing in front of a truck

Resumen:

Cada vez son más los jóvenes transgénero que solicitan atención sanitaria para la afirmación del género. El objetivo de este trabajo es realizar una revisión sistemática sobre la salud mental de los adolescentes transgénero y la atención asistencial sanitaria, para la afirmación del género a la que tienen acceso. Esta revisión sistemática llevó a cabo una revisión de la literatura internacional siguiendo las directrices PRISMA, para revisiones sistemáticas científicas.

Las búsquedas se realizaron en las bases de datos MEDLINE, SciELO, Psicodoc, PsycINFO y PubMed. Un total de 24 artículos cumplieron con los criterios de inclusión. Los resultados indican que los adolescentes transgénero y de género no conforme, es una población especialmente vulnerable al manifestar altas tasas de problemas de salud mental en comparación con sus pares cisgénero. La terapia hormonal para la afirmación del género, apunta a posibles beneficios psicológicos en dicha población.

En conclusión, los adolescentes transgénero y de género no conforme, pueden presentar problemas de salud mental asociados a la discriminación, rechazo o acoso experimentado en el ámbito social, sanitario y educativo, por lo que urge la necesidad de un cambio social, que promueva la aceptación y normalización de las identidades y expresiones de género no normativas.

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Autores: Lorena Sánchez-Reyes , Rocío Anguita-Martínez y María José Castro-Alija

Referencia: Papeles del psicólogo

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Un nuevo estudio revela la conexión entre el trastorno de personalidad antisocial y los trastornos por uso de sustancias

  • David Aparicio
  • 16/10/2024

La relación entre el trastorno de personalidad antisocial (TPA) y los trastornos por uso de sustancias ha sido objeto de creciente interés en la investigación psiquiátrica. Un reciente estudio publicado en Translational Psychiatry revela que las personas con TPA son significativamente más propensas a enfrentar adicciones, especialmente al alcohol, cannabis y tabaco. Este estudio también destaca una fuerte asociación entre los rasgos antisociales y el uso peligroso de sustancias, lo que sugiere que estos individuos no solo tienen un mayor riesgo de desarrollar adicciones, sino que también tienden a experimentar una mayor gravedad en sus problemas de consumo. Estos hallazgos subrayan la importancia de comprender las interacciones entre el TPA y las adicciones para abordar de manera más efectiva el tratamiento y la prevención.

Contexto del trastorno

El trastorno de personalidad antisocial se caracteriza por rasgos como la manipulatividad, impulsividad, irritabilidad y falta de remordimiento. Aquellos que padecen este trastorno a menudo enfrentan una variedad de problemas de comportamiento, que incluyen trastornos por uso de sustancias, los cuales abarcan el uso problemático de sustancias como el alcohol, cannabis, tabaco, cocaína y opioides.

Investigación previa

Investigaciones anteriores han demostrado que las personas con trastornos por uso de sustancias tienen más probabilidades de padecer TPA, pero los detalles específicos de esta relación seguían siendo inciertos. Para abordar esta brecha, los investigadores examinaron si el TPA estaba relacionado con la gravedad de los diferentes trastornos por uso de sustancias y patrones específicos de comportamiento asociados con el abuso de sustancias.

El enfoque del estudio

El estudio, liderado por Renato Polimanti, profesor asociado de psiquiatría en la Universidad de Yale, analizó datos del cohorte Yale-Penn, que incluye una muestra extensa de individuos seleccionados para estudiar rasgos relacionados con la adicción. La muestra comprendía 1,660 participantes diagnosticados con TPA y 6,640 participantes de control sin el trastorno, emparejados según edad, sexo y raza/etnicidad.

Los investigadores se centraron en cinco trastornos específicos por uso de sustancias: alcohol, cannabis, cocaína, opioides y tabaco. Se analizaron tanto el diagnóstico (si un participante cumplía con los criterios del trastorno) como la gravedad (si el trastorno era leve, moderado o severo, según el número de criterios cumplidos).

Hallazgos clave

Los resultados mostraron que el TPA estaba relacionado tanto con el diagnóstico como con la gravedad de los trastornos por uso de alcohol, cannabis y tabaco. Los individuos con TPA eran casi el doble de propensos a ser diagnosticados con trastorno por uso de alcohol, más de dos veces más propensos a tener trastorno por uso de cannabis y una vez y media más propensos a padecer trastorno por uso de tabaco en comparación con el grupo de control.

Los investigadores también encontraron que la relación entre el TPA y los trastornos por uso de sustancias iba más allá del diagnóstico, abarcando comportamientos específicos asociados con estos trastornos. Un hallazgo notable fue que los individuos con TPA eran más propensos a participar en “uso peligroso” en todos los cinco trastornos por uso de sustancias analizados, lo que implica consumir sustancias en situaciones peligrosas, como conducir bajo la influencia o involucrarse en comportamientos de riesgo mientras están intoxicados.

Dificultades para dejar el uso de sustancias

Otro hallazgo interesante se relacionó con el criterio de “intentos de dejar”, particularmente en el trastorno por uso de cocaína. El estudio reveló que las personas con TPA eran menos propensas a reportar esfuerzos para dejar de usar cocaína, indicando que esta población podría enfrentar mayores dificultades en la motivación o capacidad para reducir o detener el consumo de cocaína. Este hallazgo fue específico para la cocaína y no se observó con otras sustancias estudiadas.

Diferencias de sexo

El estudio también destacó las diferencias de sexo en la relación entre el TPA y los trastornos por uso de sustancias. A pesar de que los investigadores emparejaron a los participantes por sexo, continuaron encontrando que el sexo desempeñaba un papel significativo en cómo el TPA se relacionaba con la gravedad de los trastornos por uso de sustancias y criterios específicos.

Al controlar por trastornos de internalización, los investigadores pudieron explicar algunas de las diferencias de sexo observadas. Por ejemplo, al incluir estos trastornos en sus modelos de regresión, encontraron que el papel del sexo en la relación entre el TPA y los trastornos por uso de sustancias se atenuó. Esto sugiere que parte de las diferencias de sexo observadas en la relación entre el TPA y los trastornos por uso de sustancias podrían atribuirse a condiciones de internalización, que tienden a diferir entre hombres y mujeres.

Limitaciones y futuro de la investigación

El estudio añade a la creciente evidencia que sugiere que el TPA y los trastornos por uso de sustancias están estrechamente entrelazados. Sin embargo, hay limitaciones a considerar. Una de ellas es que la muestra del estudio fue seleccionada específicamente para incluir individuos con trastornos por uso de sustancias y rasgos relacionados, lo que significa que los hallazgos pueden no ser representativos de la población general.

Polimanti advirtió que “nuestro estudio se basa en un cohorte enriquecido de participantes con diagnósticos de trastornos por uso de sustancias a lo largo de la vida”. “Por ejemplo, el 64% y el 39% de nuestros participantes tienen diagnósticos de uso de cocaína y opioides, respectivamente. En los Estados Unidos, la prevalencia de estos trastornos es menos del 5%, por lo que los resultados observados en nuestro estudio pueden no ser generalizables a grupos poblacionales con características diferentes”.

Este estudio es parte de una investigación más amplia en la que se están investigando las trayectorias de comorbilidad entre los trastornos por uso de sustancias utilizando información longitudinal. Además, los investigadores evaluarán cómo los factores genéticos y epigenéticos contribuyen a las comorbilidades psiquiátricas entre los trastornos por uso de sustancias.

Referencias: Low, A., Stiltner, B., Nunez, Y.Z. et al. Association patterns of antisocial personality disorder across substance use disorders. Transl Psychiatry 14, 346 (2024). https://doi.org/10.1038/s41398-024-03054-z

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los hallazgos del estudio sugieren que los efectos negativos del castigo físico pueden estar exagerados

  • David Aparicio
  • 16/10/2024

Un nuevo estudio publicado en Marriage & Family Review ha reavivado el debate sobre los efectos del castigo físico, específicamente el “spanking”, en el desarrollo infantil. La investigación concluye que el castigo físico explica menos del 1% de los cambios en los resultados de los niños, lo que sugiere que sus efectos negativos pueden estar sobrestimados.

Contexto del estudio

  • La pregunta de si el castigo físico causa daño a los niños ha sido objeto de un intenso debate durante años. Aunque estudios previos han mostrado correlaciones fuertes entre el castigo físico y resultados negativos en la infancia, muchos no han considerado los problemas de comportamiento preexistentes en los niños, lo que dificulta establecer una relación de causa y efecto.
  • “He estado investigando durante 40 años para responder dos preguntas”, explicó el autor del estudio, Robert E. Larzelere, profesor en la Universidad Estatal de Oklahoma. “¿Cuáles son las respuestas disciplinarias más efectivas que el spanking y, aunque está claro que el spanking está correlacionado con resultados adversos, ¿realmente causa esos resultados?”

Metodología

  • El equipo de Larzelere realizó un análisis de meta utilizando datos de estudios longitudinales, controlando el comportamiento inicial de los niños. Esto permitió a los investigadores aislar los efectos del castigo físico y evitar atribuir problemas de comportamiento preexistentes al spanking.
  • La meta-análisis incluyó datos de 12,727 participantes de 47 estudios, analizando cuatro resultados clave: problemas externalizantes (como agresión), problemas internalizantes (como ansiedad), rendimiento cognitivo y competencia social.

Hallazgos clave

  • Después de controlar el comportamiento inicial, el estudio encontró que el spanking explicaba menos del 1% de la variación en los resultados infantiles.
  • Aunque se observaron efectos dañinos en el método beta, estos fueron triviales. Por ejemplo, el spanking solo explicó el 0.64% de la varianza en problemas externalizantes.
  • Por otro lado, el método de pendiente mostró efectos ligeramente más positivos, sugiriendo que el spanking podría estar asociado con una leve disminución en problemas externalizantes, aunque también con un impacto mínimo.

El impacto del “back-up spanking”

  • Se evaluó el “back-up spanking”, que consiste en dos golpes en la parte posterior, como método de disciplina en situaciones de desobediencia. Este enfoque fue más efectivo que permitir que los niños se retiraran del tiempo fuera sin consecuencias.
  • Los resultados indicaron que los niños que recibieron este tipo de disciplina eran más propensos a cumplir con las órdenes de sus padres, particularmente en términos de cooperación con el tiempo fuera.

Diferencias por edad

  • El estudio también encontró que el efecto del spanking variaba según la edad del niño. Para los niños de 2 a 6 años, el spanking mostró ligeras reducciones en comportamientos externalizantes. Sin embargo, para los niños mayores de 8 años, se asoció con resultados ligeramente peores.

Implicaciones y consideraciones finales

  • Larzelere advirtió que, aunque el spanking puede ser efectivo en circunstancias limitadas, su uso inapropiado o excesivo puede causar daños significativos. “El spanking puede tener efectos perjudiciales si se usa con demasiada frecuencia o severidad”, dijo.
  • El estudio destaca la necesidad de más investigaciones sobre las circunstancias específicas en las que el spanking puede ser perjudicial o beneficioso, sugiriendo que el contexto familiar y el temperamento del niño juegan un papel importante en cómo se perciben y se utilizan las técnicas disciplinarias.

Conclusión

Los hallazgos del estudio subrayan que el castigo físico, cuando se aplica de manera controlada y limitada, no causa un daño significativo, especialmente en niños más pequeños. Los resultados sugieren que, en ciertas circunstancias, el uso moderado del spanking puede ayudar a reforzar la disciplina y fomentar el cumplimiento en los niños, particularmente aquellos en la etapa temprana del desarrollo. Este enfoque puede ser visto como una herramienta útil dentro de un conjunto más amplio de estrategias de disciplina que los padres pueden emplear.

Sin embargo, es crucial destacar que esta conclusión no debe interpretarse como una aprobación general del spanking. El uso inadecuado o excesivo de castigos físicos puede tener efectos adversos profundos en el desarrollo emocional y psicológico de un niño. Cuando el spanking se aplica de manera inconsistente, excesiva o motivada por la frustración, puede convertirse en una forma de maltrato, creando un ambiente familiar caótico que afecta negativamente la relación entre padres e hijos. Por lo tanto, es fundamental que los padres sean conscientes de las diferencias individuales entre los niños y adapten su enfoque disciplinario a las necesidades específicas de cada uno.

Además, la investigación futura deberá centrarse en identificar situaciones específicas que afecten la efectividad del castigo físico. Esto incluye explorar factores como la edad del niño, el contexto emocional y la relación entre padres e hijos, así como las posibles consecuencias a largo plazo de las diversas formas de disciplina. Al hacerlo, se podrá establecer un marco más claro sobre cómo y cuándo el castigo físico puede ser efectivo, y cuáles son las alternativas más saludables.

La exploración de métodos disciplinarios alternativos es igualmente vital. Los padres pueden beneficiarse de estrategias que fomenten la comunicación abierta, el refuerzo positivo y la enseñanza de habilidades sociales como métodos más efectivos y menos controvertidos. La implementación de tácticas como el establecimiento de límites claros, la negociación y la resolución de conflictos puede resultar en un entorno familiar más armonioso y cooperativo.

En resumen, aunque el estudio proporciona evidencia que sugiere que el spanking puede no ser tan perjudicial en ciertas circunstancias, el contexto y la forma en que se aplica son críticos. La educación y la formación en técnicas de disciplina positiva son esenciales para guiar a los padres hacia prácticas que promuevan un desarrollo saludable y una relación constructiva con sus hijos. La comunidad científica y los educadores deben trabajar juntos para ofrecer recursos y apoyo a las familias, garantizando que se priorice el bienestar de los niños en todas las decisiones de crianza.

Referencia: Larzelere, R. E., Gunnoe, M. L., Pritsker, J., & Ferguson, C. J. (2024). Resolving the Contradictory Conclusions from Three Reviews of Controlled Longitudinal Studies of Physical Punishment: A Meta-Analysis. Marriage & Family Review, 60(7), 395–433. https://doi.org/10.1080/01494929.2024.2392672

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Celos y deseo: La doble cara de la atención no solicitada en las relaciones

  • David Aparicio
  • 16/10/2024

La forma en que percibimos a nuestras parejas puede cambiar drásticamente con la atención que reciben de otros. Esta dinámica es fascinante y compleja, ya que nuestras emociones y pensamientos sobre la relación están influenciados por factores externos. La atención no solicitada, ya sea en forma de miradas, halagos o coqueteos, puede activar un torrente de sentimientos que impactan nuestro deseo y nuestra inversión emocional en la relación.

Cuando vemos a nuestra pareja recibir atención de otras personas, podemos sentir un aumento en la atracción, como si ese interés externo validara su atractivo. Sin embargo, este mismo fenómeno puede despertar inseguridades y celos, haciendo que cuestionemos nuestra propia valía en la relación. La realidad es que la atención de otros puede actuar como un espejo, reflejando tanto lo positivo como lo negativo de nuestras emociones.

A continuación, exploramos hallazgos de investigaciones recientes que analizan este fenómeno y sus implicaciones en nuestras relaciones, desentrañando cómo la atención externa puede alterar nuestra percepción de lo que significa estar en una relación y cómo esto puede afectar nuestro compromiso y deseo a largo plazo.

Lo esencial

  • Atención externa: La atención de otros hacia una pareja puede impactar la percepción de su deseabilidad y el deseo en la relación.
  • Reacciones defensivas: La atención no deseada puede desencadenar sentimientos de celos y comportamientos de protección hacia la pareja.

Lo que dicen los estudios

1. Copia de elección de pareja: Gouda-Vossos et al. (2018) encontraron que la atención que recibe una pareja puede influir en su deseabilidad percibida, tanto en humanos como en animales. Este fenómeno, conocido como “copia de elección de pareja”, sugiere que la atracción aumenta cuando se observa que otros desean a la misma persona.

2. Efecto de primado reproductivo: Burch et al. (2021) analizaron cómo el interés de otros puede llevar a la confusión entre “robo de pareja” y “copia de pareja”, subrayando la complejidad del deseo humano en las relaciones.

3. Deseo sexual y valor percibido: Birnbaum et al. (2021) encontraron que el deseo sexual puede mediar los efectos positivos de la percepción del valor de la pareja. Esto indica que, cuando una pareja es vista como deseable por otros, puede incrementar la atracción sexual.

4. Impacto de la atención no solicitada: En un estudio en prensa, Birnbaum et al. examinan cómo el coqueteo hacia una pareja afecta la percepción de su valor y los esfuerzos por mantener la relación. La atención no deseada puede provocar un aumento en el deseo de proteger a la pareja de posibles rivales.

5. Inducción de celos románticos: Mattingly et al. (2012) desarrollaron escalas para medir la inducción de celos y los motivos detrás de estos comportamientos. Los resultados sugieren que los celos pueden ser una reacción natural a la atención no solicitada.

Contexto

La atención no solicitada hacia una pareja puede generar una mezcla de deseo y celos, alterando la dinámica de la relación. Estos estudios destacan la importancia de entender cómo la percepción de la pareja puede ser influenciada por factores externos y cómo esto puede impactar en la estabilidad de las relaciones.

La conclusion

La atención no solicitada puede ser un arma de doble filo en nuestras relaciones. Por un lado, recibir elogios o coqueteos hacia nuestra pareja puede despertar una chispa adicional de atracción y deseo. Es natural sentirse más atraído por alguien que es apreciado por otros; después de todo, el interés de los demás puede hacernos ver a nuestra pareja bajo una luz diferente, resaltando sus cualidades y haciéndolos aún más irresistibles.

Sin embargo, este mismo fenómeno puede dar lugar a inseguridades y temores. La atención de otros puede hacer que surjan preguntas como: “¿Realmente soy suficiente?” o “¿Y si alguien más se lo lleva?” Estos pensamientos pueden crear un ambiente de desconfianza y ansiedad, lo que a menudo nos lleva a adoptar una postura defensiva. En lugar de disfrutar de la conexión con nuestra pareja, podemos sentirnos amenazados por la posibilidad de perder lo que tenemos.

Es crucial ser conscientes de cómo la atención externa afecta nuestra percepción de la relación. Este reconocimiento nos brinda la oportunidad de abordar nuestras inseguridades y comunicarnos abiertamente con nuestra pareja. Hablar sobre lo que sentimos, en lugar de dejar que la inseguridad nos consuma, puede fortalecer nuestra conexión. Al final del día, cultivar la confianza y el entendimiento mutuo es esencial para construir relaciones sanas y duraderas.

Cuando entendemos que la atención no solicitada no define el valor de nuestra relación, podemos enfocarnos en lo que realmente importa: el amor y el compromiso que compartimos. Así, en lugar de ver la atención de otros como una amenaza, podemos elegir ver nuestras relaciones como un espacio de crecimiento y conexión, donde el apoyo mutuo y la comunicación abierta son la clave para navegar por las complejidades del deseo y la atracción.

Referencias:

1. Gouda-Vossos, A., Nakagawa, S., Dixson, B. J., & Brooks, R. C. (2018). Mate choice copying in humans: A systematic review and meta-analysis. Adaptive Human Behavior and Physiology, 4, 364–386.

2. Burch, R. L., Moran, J. B., & Wade, T. J. (2021). The reproductive priming effect revisited: Mate poaching, mate copying, or both? Evolutionary Behavioral Sciences, 15(3), 251–264.

3. Birnbaum, G. E., Kanat-Maymon, Y., Slotter, E. B., & Luchies, L. B. (2021). Sexual desire mediates the relationship-promoting effects of perceived partner mate value. Archives of Sexual Behavior, 50, 3733–3755.

4. Birnbaum, G. E., Friedman, D., Zholtack, K., Gilad, N., Bergman, N., Pollak, D., & Reis, H. T. (in press). When your partner is being flirted with: The impact of unsolicited attention on perceived partner desirability and mate retention efforts. The Journal of Sex Research.

5. Mattingly, B. A., Whitson, D., & Mattingly, M. J. B. (2012). Development of the Romantic Jealousy-Induction Scale and the Motives for Inducing Romantic Jealousy Scale. Current Psychology, 31(3), 263–281.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología
  • Neurociencias

Cómo la adversidad infantil afecta el desarrollo cerebral

  • David Aparicio
  • 15/10/2024

Las adversidades en la infancia, como el abuso y el abandono, pueden tener efectos duraderos en el desarrollo cerebral, incluso en niños que no muestran signos de trastornos psiquiátricos. Un estudio reciente publicado en Psychological Medicine analizó escáneres cerebrales de casi 1,000 jóvenes y encontró que aquellos con mayores niveles de adversidad presentaban patrones de actividad cerebral distintivos, especialmente en áreas relacionadas con la autorreflexión y el procesamiento emocional.

Contexto

  • Desarrollo cerebral: El cerebro experimenta un crecimiento significativo durante la infancia, la adolescencia y la juventud. Experiencias negativas, como el abuso y la negligencia, pueden interrumpir este desarrollo típico, aumentando el riesgo de problemas de salud mental en el futuro.
  • Investigación anterior: Aunque se ha estudiado ampliamente cómo la adversidad afecta la salud mental, aún se comprende poco sobre su impacto en la arquitectura cerebral, especialmente en individuos sin diagnósticos psiquiátricos.

Hallazgos clave

  • Metodología: El estudio utilizó datos de fMRI en estado de reposo de 987 participantes del Consorcio sobre Vulnerabilidad a Trastornos Externos y Adicciones (cVEDA), que incluye cerca de 9,000 jóvenes de diversas regiones de India, expuestos a distintas formas de adversidad.
  • Técnica de análisis: Se aplicó la descomposición de modos dinámicos (DMD) para identificar patrones de actividad cerebral. Los investigadores clasificaron a los participantes en dos grupos: uno con patrones típicos de desarrollo cerebral y otro con patrones atípicos.

Resultados

  • Diferencias notables: El grupo con actividad cerebral atípica mostró una exposición significativamente mayor a la adversidad, destacando el abuso como el factor más fuerte asociado con un desarrollo cerebral inusual.
  • Efectos cognitivos: A pesar de las diferencias en la exposición a la adversidad, no hubo diferencias significativas en el rendimiento cognitivo entre los grupos. Esto sugiere que la adversidad temprana puede alterar el desarrollo cerebral sin afectar inmediatamente las capacidades cognitivas.

Perspectiva del experto

Rajan Kashyap, autor del estudio, enfatizó: “El hogar de un niño es el templo para el desarrollo de su cerebro. El abuso y la negligencia pueden alterar la arquitectura funcional del cerebro.” Los hallazgos indican que el entorno familiar juega un papel crucial en el desarrollo cerebral, independientemente de factores socioeconómicos.

Implicaciones

  • Desarrollo a lo largo del tiempo: Los investigadores notaron que la relación entre adversidad y actividad cerebral variaba según la edad. En niños, las alteraciones eran más prominentes en las regiones parietales, mientras que en adolescentes se trasladaban a las regiones frontales, involucradas en funciones ejecutivas.
  • Consistencia en el grupo típico: El grupo con desarrollo cerebral típico mostró una actividad cerebral estable en todas las edades, reflejando un trayecto de desarrollo predecible.

Limitaciones y futuras investigaciones

  • Datos limitados: La investigación se basa en datos recopilados en un solo momento, lo que impide rastrear cambios a lo largo del tiempo. Estudios longitudinales son necesarios para entender mejor cómo la adversidad infantil impacta el desarrollo cerebral y su evolución hacia la adultez.
  • Población saludable: Al centrarse en una población relativamente sana sin condiciones psiquiátricas diagnosticadas, queda por explorar cómo estos patrones cerebrales se relacionan con trastornos mentales clínicos que puedan aparecer más adelante.

Conclusión

Este estudio destaca la importancia del entorno familiar en el desarrollo cerebral y sugiere que la adversidad infantil puede tener consecuencias duraderas, incluso en la ausencia de trastornos psiquiátricos. A medida que los investigadores continúan explorando estas conexiones, existe un potencial para desarrollar intervenciones que mitiguen los riesgos asociados con la adversidad temprana.

La comprensión de cómo la adversidad en la infancia impacta la salud mental y el desarrollo cerebral es crucial para la prevención y el tratamiento de futuros problemas de salud mental.

Referencia: Kashyap R, Holla B, Bhattacharjee S, et al. Childhood adversities characterize the heterogeneity in the brain pattern of individuals during neurodevelopment. Psychological Medicine. 2024;54(10):2599-2611. doi:10.1017/S0033291724000710

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Preferencia por lo dulce y su conexión con la depresión

  • David Aparicio
  • 15/10/2024

Un nuevo estudio revela que disfrutar de alimentos y bebidas dulces puede estar vinculado a un mayor riesgo de depresión. Publicado en el Journal of Translational Medicine, la investigación encontró que las personas con un “diente dulce” tienen un 31% más de probabilidades de experimentar depresión en comparación con quienes eligen opciones más saludables.

Lo que sabemos

  • Metodología: El estudio analizó datos del Biobanco del Reino Unido, que incluye información de salud y estilo de vida de más de 500,000 participantes de 40 a 69 años. Se centró en 180,000 individuos que completaron un cuestionario de preferencias alimentarias.
  • Categorías: Los participantes se agruparon en tres perfiles de preferencias alimentarias:
    • Saludable: Preferencia por frutas y verduras.
    • Omnívoros: Gusto por una variedad de alimentos.
    • Dientes dulces: Fuerte inclinación por alimentos azucarados.

Hallazgos clave

  • Riesgos de salud: Los individuos del grupo “dientes dulces” mostraron un riesgo significativamente mayor de depresión, diabetes y accidente cerebrovascular.
  • Diferencias metabólicas: El grupo saludable exhibió mejores resultados de salud, con niveles más bajos de marcadores inflamatorios y perfiles de colesterol más saludables.
  • Perspectiva de la investigación: “Es sorprendente que estos perfiles se identificaran sin depender de la ingesta real de alimentos, solo de las preferencias informadas por los participantes,” comentó Hana Navratilova, autora del estudio.

La perspectiva del experto

Nophar Geifman, profesor de salud en la Universidad de Surrey, advirtió que “aunque hay un vínculo entre lo que nos gusta comer y nuestra salud, no estamos condenados por nuestras preferencias alimentarias. Hay opciones que podemos tomar para mejorar nuestra salud.”

Limitaciones:

  • Los datos son autoinformados, lo que puede introducir sesgos.
  • El estudio es transversal, lo que significa que no puede establecer relaciones de causa y efecto.

Próximos pasos

Los autores sugieren que futuras investigaciones exploren si un asesoramiento nutricional personalizado basado en preferencias alimentarias puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas. También se plantean desarrollar herramientas basadas en IA para ofrecer recomendaciones dietéticas más efectivas.

Por qué importa: Este estudio aporta una nueva perspectiva sobre cómo las preferencias alimentarias pueden influir en la salud mental, lo que podría tener implicaciones importantes para la nutrición y la prevención de enfermedades.

Referencia: Navratilova, H.F., Whetton, A.D. & Geifman, N. Artificial intelligence driven definition of food preference endotypes in UK Biobank volunteers is associated with distinctive health outcomes and blood based metabolomic and proteomic profiles. J Transl Med 22, 881 (2024). https://doi.org/10.1186/s12967-024-05663-0

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El impacto del TDAH en niñas: efectos a largo plazo en la personalidad y la autopercepción

  • David Aparicio
  • 15/10/2024

Un estudio reciente publicado en Research on Child and Adolescent Psychopathology ha revelado que las niñas diagnosticadas con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en la infancia tienden a experimentar cambios significativos en su personalidad a medida que crecen. Este estudio longitudinal, que incluyó una muestra diversa en términos raciales y socioeconómicos, descubrió que estas niñas son propensas a volverse menos concienzudas, menos amables y menos estables emocionalmente al llegar a la adolescencia. Además, se observó que las niñas de familias con ingresos más altos describían sus personalidades de manera más negativa en comparación con sus pares de familias de menores ingresos.

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado típicamente por inatención, hiperactividad e impulsividad. Los síntomas suelen aparecer en la infancia, especialmente cuando los niños comienzan la escuela, y aunque estos síntomas pueden cambiar con la edad, el TDAH frecuentemente persiste hasta la adultez. Las personas con TDAH a menudo enfrentan dificultades como bajo rendimiento académico, problemas para mantenerse organizadas, dificultades en las relaciones y un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental.

Perspectivas del estudio

La autora principal, Laura J. Bell, y su equipo buscaron comprender cómo los síntomas principales del TDAH—inatención e hiperactividad en la infancia—se relacionan con los rasgos de personalidad durante la adolescencia. Los investigadores utilizaron datos del Berkeley Girls with ADHD Longitudinal Study, que siguió a un grupo de 228 niñas—140 de las cuales fueron diagnosticadas con TDAH—a lo largo de varios años. El estudio analizó cómo evolucionaron las personalidades de estas niñas, evaluadas a través del modelo de los cinco grandes rasgos de personalidad, a medida que ingresaban en la adolescencia.

El modelo de los cinco grandes es un marco ampliamente aceptado para entender la personalidad mediante cinco rasgos: apertura a la experiencia, conciencia, extraversión, amabilidad y estabilidad emocional (o neuroticismo). Las niñas fueron evaluadas por síntomas de TDAH entre los 6 y 12 años, mientras que sus personalidades fueron evaluadas entre los 11 y 18 años. Los síntomas de TDAH se midieron a través de informes de padres y maestros, y los diagnósticos se establecieron utilizando la Entrevista Diagnóstica para Niños.

Resultados clave

El estudio reveló varias conclusiones importantes:

1. Menor conciencia, amabilidad y estabilidad emocional: Las niñas diagnosticadas con TDAH en la infancia eran más propensas a obtener puntuaciones más bajas en conciencia y amabilidad, y puntuaciones más altas en neuroticismo, lo que significa que eran menos diligentes, menos cooperativas y más inestables emocionalmente en la adolescencia.

2. Autopercepciones más negativas: Estas puntuaciones más bajas en los rasgos de personalidad se tradujeron en una autopercepción más negativa. El estudio desarrolló un indicador de autopercepción negativa en la adolescencia, que mostró que las niñas con TDAH tenían más probabilidades de describirse de manera negativa, basándose en sus puntuaciones más bajas en conciencia, amabilidad y estabilidad emocional.

3. Impacto del estatus socioeconómico: Uno de los hallazgos más destacados fue que el vínculo entre el TDAH y las autopercepciones negativas era más pronunciado en las niñas de familias con ingresos más altos. Los autores sugieren que esto puede deberse a una mayor presión familiar para tener éxito en entornos de mayores ingresos, lo que intensifica el impacto de los síntomas del TDAH en el desarrollo de la personalidad.

Implicaciones para el TDAH y el desarrollo de la personalidad

Bell y sus colegas sugieren que estos hallazgos apuntan a un posible mecanismo por el cual el TDAH puede contribuir a dificultades a largo plazo en la adultez. Proponen que las autopercepciones negativas formadas en la adolescencia podrían actuar como una “cicatriz” que perpetúa los problemas en la vida adulta, como las dificultades en las relaciones o en el ámbito profesional.

Sin embargo, también señalan que la personalidad, especialmente durante la adolescencia, es maleable. Esto significa que las intervenciones dirigidas a la autopercepción y al desarrollo de la personalidad podrían ser útiles para las personas jóvenes con TDAH. Técnicas como la psicoeducación, el desarrollo de habilidades y el fortalecimiento de sus puntos positivos podrían mitigar algunos de los efectos negativos a largo plazo del TDAH en la personalidad.

El estudio ofrece valiosas perspectivas sobre la relación entre el TDAH y el desarrollo de la personalidad en niñas, pero también resalta algunas complejidades. Por ejemplo, la inatención y la conciencia están estrechamente relacionadas, lo que hace que las asociaciones entre ellas sean algo predecibles. Además, la personalidad sigue desarrollándose hasta la adultez, por lo que estos hallazgos pueden no captar completamente los resultados a largo plazo.

Conclusión

Esta investigación arroja luz sobre la relación matizada entre el TDAH y la personalidad, particularmente en niñas. También subraya la importancia de abordar no solo los síntomas centrales del TDAH, sino también sus impactos psicológicos más amplios, incluyendo la autopercepción y el desarrollo de la personalidad, para ayudar a las personas con TDAH a llevar una vida más plena.

Referencia: Bell, L.J., John, O.P. & Hinshaw, S.P. ADHD Symptoms in Childhood and Big Five Personality Traits in Adolescence: A Five-Year Longitudinal Study in Girls. Res Child Adolesc Psychopathol 52, 1369–1382 (2024). https://doi.org/10.1007/s10802-024-01204-x

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Estamos produciendo millones de hombres y mujeres solitarios, adictos y sin propósito

  • David Aparicio
  • 08/10/2024

Aprendí muchísimo con este episodio de DOAC con el Dr. Alok Kanojia. Aunque el capítulo es un poco largo, casi 2 horas, es fascinante. Descubrí temas importantes como las diferencias en los problemas de salud mental entre hombres y mujeres, por qué a tantas personas les resulta difícil establecer relaciones íntimas, cómo el estrés impacta en la libido, los efectos del trauma y mucho más.

Es cierto que tiene algunas explicaciones un poco neurocentristas, pero aun así vale la pena escucharlo.

  • Artículos Recomendados de la Web

La esperanza de vida se desaceleró en los últimos 30 años

  • David Aparicio
  • 08/10/2024

Los avances en la calidad de vida y en la salud pública han generado un incremento significativo en la esperanza de vida. Durante un tiempo, los científicos pronosticaban que, gracias a estos progresos, podríamos superar los 100 años de vida. Sin embargo, en los últimos 30 años, este ritmo de crecimiento se ha desacelerado considerablemente. Aunque algunos podrían atribuir esta desaceleración a nuevos problemas de salud o a enfermedades crónicas como el cáncer, la realidad es diferente. Los investigadores que publicaron su estudio en la revista Nature Aging sugieren que la causa principal no son estas enfermedades, sino algo mucho más fundamental: el envejecimiento en sí mismo.

En Gizmodo compartieron la investigación:

(…) Jay Olshansky, principal autor del estudio, indicó que el mayor obstáculo ahora es el envejecimiento biológico. Mientras que los avances en la lucha contra enfermedades como el cáncer y las cardiovasculares han sido claves para la longevidad, el envejecimiento sigue siendo una barrera difícil de superar.

El estudio sugiere que la humanidad podría estar acercándose a un límite biológico en términos de esperanza de vida. Durante décadas, algunos investigadores han planteado la posibilidad de que el ser humano no pueda superar un techo natural de longevidad, establecido alrededor de los 85 años. Mientras que muchos esperaban que los avances en la medicina llevarían a la mayoría de las personas a alcanzar los 100 años, los resultados de este nuevo estudio parecen confirmar que dicho límite es difícil de superar.

Básicamente no le podemos ganar al envejecimiento (por ahora) y creo que eso esta bien.

Artículo completo en Gizmodo.

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