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  • Psicología aplicada

¿Qué factores sociales y conductuales están más asociados con la muerte?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 26/06/2020

Investigadores analizaron 57 factores sociales y de comportamiento con el objetivo de dilucidar cuáles se vinculan más estrechamente con la muerte. Los datos fueron recopilados de 13.611 adultos en los Estados Unidos, entre 1992 y 2008, y se identificaron qué factores se presentaron en aquellos que murieron entre 2008 y 2014 (Puterman et al., 2020).

La esperanza de vida en los Estados Unidos se ha estancado durante tres décadas en relación con otros países industrializados, lo que plantea dudas sobre qué factores podrían estar contribuyendo. Los factores biológicos y las condiciones médicas siempre están en la parte superior de la lista, por lo que este estudio excluyó intencionalmente a aquellos a favor de los factores sociales, psicológicos, económicos y de comportamiento.

Para comprender realmente la relación entre la salud y la mortalidad es necesario poder ver una porción importante de la vida de las personas, señala el autor principal de la investigación,Eli Puterman, profesor asistente de la escuela de kinesiología de la Universidad de Columbia Británica. «Por ejemplo, en lugar de solo preguntar si las personas están desempleadas, analizamos su historial de desempleo durante 16 años. Si estuvieron desempleados en algún momento, ¿fue eso un predictor de mortalidad? Es más que sólo un instante en la vida de las personas, donde algo podría pasarse por alto porque no ocurrió. Nuestro enfoque proporciona una mirada a los posibles impactos a largo plazo a través de una lente de ‘vida útil.’»

De los 57 factores analizados, los 10 más estrechamente asociados con la muerte, en orden de importancia, fueron:

  1. Ser fumador actual
  2. Historia del divorcio
  3. Historia de abuso de alcohol
  4. Dificultades financieras recientes
  5. Historia del desempleo
  6. Historia previa como fumador
  7. Baja satisfacción con la vida
  8. Nunca haberse casado
  9. Historia de uso de cupones de alimentos
  10. Afectividad negativa

Los datos provienen del Estudio de Salud y Jubilación de Estados Unidos, representativo a nivel nacional, cuyos participantes tenían entre 50 y 104 años, con una edad promedio de 69.3. Estas encuestas no capturaron todas las adversidades posibles, por ejemplo, no se abordó la inseguridad alimentaria ni el abuso doméstico, pero los nuevos hallazgos proporcionan una indicación acerca del punto en que se relacionan varios factores entre sí.

Los autores sostienen que esta investigación provee las bases para redirigir los esfuerzos en intervenciones y políticas públicas hacia factores que hasta el momento no han tenido gran atención, como la afectividad negativa (entendida como la tendencia a percibir y sentir las cosas más negativas en su vida). Y nos llaman a reflexionar: ¿podemos cambiar esto para tener un impacto en las tasas de mortalidad? ¿qué intervenciones podrían implementarse respecto de las personas desempleadas o con dificultades financieras para reducir su riesgo?

Referencia bibliográfica:

Puterman, E., Weiss, J., Hives, B. A., Gemmill, A., Karasek, D., Mendes, W. B., & Rehkopf, D. H. (2020). Predicting mortality from 57 economic, behavioral, social, and psychological factors. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America. https://doi.org/10.1073/pnas.1918455117

Fuente: Science Daily

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  • Psicología clínica

La depresión se percibe de manera diferente cuando se cree que es biológica

  • David Aparicio
  • 25/06/2020

Aun con todas las criticas y cuestionada evidencia, las explicaciones cerebrales de la depresión han calado hondo en la cultura general.

Las personas que creen fuertemente que la depresión se debe a factores biológicos opinan que la depresión será un trastorno severo y crónico, pero al mismo tiempo suelen ser más optimistas sobre los tratamientos. Así lo describe en un nuevo paper disponible en el Journal of Mental Health.

En la investigación encuestaron a 319 personas via online para evaluar sus creencias, actitudes y experiencias con la depresión y su tratamiento. Casi el 50% de ellos reportó haber sufrido depresión. A todos se les dio un documento que describía los síntomas de la depresión y luego se les preguntó si creían que habían sufrido de depresión en el pasado y si creían que su pareja, padres, familiares o algún amigo había tenido el mismo trastorno.

Las personas que reportaron haber tenido experiencia con la depresión, ya sea como diagnóstico propio o con otras personas cercanas a ellos, tenían menos actitudes negativas hacia la depresión y reportaban mayor aceptación. Dentro de este mismo grupo, aquellos que creían que la depresión se debía a causas biológicas, eran más comprensivos con las personas con ese diagnóstico.

En conclusión los autores sugieren que la atribución biológica de la depresión está inversamente relacionada con el estigma, especialmente en aquellas personas que han tenido una experiencia con la depresión.

Datos de diversos metanálisis también demuestra que las explicaciones biológicas pueden incrementar la aversión, la percepción de peligro y el pesimismo sobre la recuperación de los trastornos mentales. La investigación de la que se trata este artículo tomó en cuenta la historia previa de los participantes, una variable que es difícil de separar y que sin duda también afecta la compasión y empatía con las personas que pasan por el mismo sufrimiento.

Referencia del estudio original: Sarah L. Mann, Richard J. Contrada. Biological causal beliefs and depression stigma: the moderating effects of first- and second-hand experience with depression. Journal of Mental Health, 2020; 1 DOI: 10.1080/09638237.2020.1755018

Fuente: ScienceDaily

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  • Guías y recursos

Implementación del programa habilidades para la solución de problemas emocionales DBT STEPS-A en estudiantes universitarios

  • Equipo de Redacción
  • 25/06/2020

Abstract de la investigación:

DBT STEPS-A es una adaptación para implementación escolar derivada del grupo de entrenamiento de habilidades de la terapia dialéctica conductual estándar. En este estudio se evaluó su impacto en universitarios de una institución privada de la ciudad de Puebla, México.

Participaron 70 mujeres y 19 varones, entre 18 y 25 años distribuidos en cuatro grupos, TAU consistió en una materia de educación socioemocional no estandarizada que imparte la universidad; TAU+DBT STEPS-A, dicha materia más el programa DBT STEPS-A; DBT STEPS-A exclusivamente y un grupo control. Como medidas se aplicaron en tres momentos las escalas DERS-E, DASS 21 y GHQ-12. El análisis de datos se realizó por medio de las pruebas estadísticas Kruskal Wallis y Friedman. Se realizaron comparaciones intergrupales de los puntajes previos y posteriores a la aplicación de las intervenciones DASS 21 (X2(1)=6.25, p=.100), DERS-E (X2(1)=5.85, p=.119) y GHQ 12 (X2(1)=5.26, p=.154).

Los datos obtenidos en el presente estudio, indican resultados positivos, en cuanto a la mejoría y/o reducción de los puntajes de algunas de las variables evaluadas. Ya que cuenta con beneficios relacionados con la mejoría de diversos factores relacionados con la salud mental de los jóvenes universitarios, ayudando a los participantes en el entrenamiento de diversas habilidades, las cuales son de utilidad para manejar diversos momentos de estrés, malestar emocional o necesidad de regular la emoción, dichos beneficios impactan de forma directa en la salud mental. Considerando que DBT-STEPS A. es una propuesta derivada de un tratamiento basado en evidencia científica que puede ser utilizado en las instituciones educativas del país como una herramienta de tipo universal para trabajar con una muestra de universitarios, la prevención de diversas temáticas relacionadas con la salud mental.

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Autores: Huerta-Hernández, J. N., Reyes-Ortega, M, A., Sotelo-González, C. E., Gil-Díaz, M. E., Lima-Téllez, Z., Gutiérrez-Cardona, C. R. R., Barrientos-García, M.T.

Fuente: ResearchGate

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  • Psicología aplicada

Programa online se muestra efectivo para tratar el insomnio en adolescentes y adultos jóvenes sobrevivientes de cáncer

  • Maria Fernanda Alonso
  • 25/06/2020
El insomnio suele ser un problema para los jóvenes que han sufrido cáncer, incluso mucho tiempo después de que finalizan el tratamiento. Un programa online desarrollado específicamente para adolescentes y jóvenes adultos sobrevivientes de cáncer aliviaría significativamente el insomnio y mejoraría su calidad de vida en general, según los hallazgos de un nuevo estudio (Zhou & Recklitis, 2020). Para atravesar los tratamientos intensivos contra el cáncer, los paciente suelen adoptar hábitos de sueño diferentes, pero esta herramienta puede convertirse en un obstáculo para volver a una rutina de sueño saludable a medida que los sobrevivientes pasan la etapa de tratamiento. El programa implementado en esta investigación consta de seis sesiones de 20-30 minutos, y su formato automatizado lo hace particularmente adecuado para el momento que atravesamos actualmente con la pandemia de COVID-19. «Las personas que sobrevivieron al cáncer cuando eran adolescentes o adultos jóvenes enfrentan una variedad de problemas relacionados con el sueño únicos para su grupo de edad», comentó el Dr. Zhou, coautor del estudio. «Estas incluyen las restricciones impuestas a los horarios de sueño por sus padres o compañeros de cuarto disruptivos. Los adolescentes y los adultos jóvenes también experimentan cambios normales en el desarrollo en el tiempo circadiano, y luego se acuestan más tarde y duermen más tarde que los niños más pequeños y los adultos mayores. Tratamientos contra el insomnio para adolescentes y jóvenes adultos los sobrevivientes de cáncer deben tener en cuenta estos factores, así como abordar sus problemas relacionados con el cáncer a largo plazo, como el dolor o la fatiga,» señaló el autor. La intervención de insomnio probada en el estudio se conoce como SHUTi (Sleep Healthy Using Internet). Fue desarrollada por investigadores de la Universidad de Virginia y adaptada para esta población de sobrevivientes de cáncer por Zhou y Recklitis. El programa interactivo utiliza texto, imágenes y video para explicar cómo se desarrolla el insomnio y cómo se puede superar. 22 sobrevivientes de cáncer, con una edad media de 20.4 años, con insomnio se inscribieron para usar el SHUTi especialmente adaptado. Como parte del programa, los participantes mantuvieron un diario de sueño, registraron cuándo dormían e ingresaron la información en SHUTi, el programa ajustó sus recomendaciones de sueño en consecuencia. A las ocho y 16 semanas después de comenzar a usar SHUTi, los participantes informaron una disminución significativa en la severidad del insomnio, la somnolencia diurna y la fatiga, y una mejora general en la calidad de vida. «Nuestros resultados demuestran que un programa de Terapia Cognitivo Conductual para el insomnio, en Internet dirigido a adolescentes y jóvenes adultos sobrevivientes de cáncer, redujo su insomnio y mejoró su calidad de vida», comentó Recklitis, coautor del estudio. «Notablemente, la severidad del insomnio de nuestros participantes continuó mejorando después de que la intervención terminó, lo que sugiere que continuaron tomando decisiones relacionadas con el sueño que les ayudaron a dormir incluso después de haber terminado de usar el programa.» El programa analiza cómo los comportamientos del sueño que ayudaron a los pacientes a resistir el tratamiento del cáncer pueden volverse inadaptados cuando vuelven a la vida normal. «Durante el tratamiento, las personas pueden quedarse en la cama porque no se sienten bien o no han dormido lo suficiente. Pueden tomar siestas y su sueño nocturno puede fragmentarse», dijo Zhou. A medida que las personas se recuperan, estos hábitos pueden dificultar la reanudación de patrones de sueño saludables. «SHUTi entrena a las personas para que recalibren su sueño, para que sus hábitos ya no aborden los problemas que experimentaron durante el tratamiento y, en cambio, se centren en mejorar el sueño a largo plazo,» explicó Zhou. Referencia bibliográfica: Zhou, E. S., & Recklitis, C. J. (2020). Internet‐delivered insomnia intervention improves sleep and quality of life for adolescent and young adult cancer survivors. En Pediatric Blood & Cancer. https://doi.org/10.1002/pbc.28506 Fuente: Science Daily

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  • Psicología clínica

Kit de tolerancia al malestar

  • David Aparicio
  • 24/06/2020

En el entrenamiento de habilidades de regulación emocional de DBT, los participantes aprenden que el dolor y el malestar forman parte de la vida, que no podemos evitarlos o removerlos por completo, y que intentar evitar el malestar a toda costa lleva a las personas a realizar conductas impulsivas que terminan siendo más perjudiciales.

Con las estrategias de tolerancia al malestar los participantes aprenden a sobrevivir las crisis sin hacer que la situación empeore. Aprenden a aceptar la realidad tal como es, reducen la sensación de estar estancados por el dolor, y que no tienen que responder a los impulsos cuando las emociones son demasiado intensas.

En el siguiente video, Florencia Rebaudi muestra un buen ejemplo de un kit de tolerancia al malestar, muy parecido a una caja de emergencia para afrontar las crisis. Es una excelente idea porque ayuda a las personas con desregulación emocional a tener un plan concreto con recursos útiles (el manual de entrenamiento y los handouts para participantes se incluye una completa lista de posibles artículos par el kit) para tener a mano cuando lleguen las crisis y evitar conductas peligrosas como el consumo de sustancias, atracones o autolesiones.

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  • Psicología aplicada

Oído musical: algunos bebés pueden diferenciar tonos musicales a los 6 meses

  • Maria Fernanda Alonso
  • 24/06/2020
“Nació con talento para la música.” No es raro escuchar esta frase cuando se hace referencia a una persona que despliega destrezas en el campo, pero, ¿puede alguien nacer realmente con habilidades para la música? Al parecer, sí: un nuevo estudio encontró que algunos bebés nacen con la capacidad de escuchar las notas mayores y menores de música (Adler et al., 2020). ¿Cómo lo descubrieron? Examinando la capacidad de los bebés de seis meses para discriminar entre una secuencia de tonos musicales mayor y menor con un método que utiliza movimientos oculares y un estímulo visual. Investigaciones previas con adultos han demostrado que aproximadamente el 30% puede realizar esta diferencia, pero el 70% no, independientemente del entrenamiento musical. Los investigadores descubrieron que los bebés de seis meses muestran exactamente el mismo porcentaje que los adultos. Scott Adler, autor del estudio, explica que más allá de que los infantes escuchen música desde el nacimiento, es muy raro que reciban capacitación musical a la edad de seis meses. Por esta razón, sugiere que la habilidad de distinguir entre tonos altos y bajos podría ser un mecanismo innato. En adultos, se demostró que la capacidad de discriminar entre tonos mayores y menores no se debe al nivel de entrenamiento musical o de exposición a la música (Mednicoff et al. 2018). El nuevo estudio extiende la existencia de esas diferentes poblaciones a los bebés, lo que sugiere que la fuente de esta diferencia podría ser genética, una capacidad con la que nacemos. Esto tendría implicaciones para desarrollar la apreciación del contenido emocional de la música, ya que son las notas mayores y menores las que le dan emoción a la música. El equipo de investigadores realizó ensayos con 30 bebés de seis meses de edad en los que escucharon una mezcla de tonos, una serie de notas cuya calidad (mayor vs menor) señalaba la ubicación (derecha vs izquierda) donde una imagen posterior (objetivo) aparecería. Los bebés tenían la tarea de determinar a qué lado mirar cuando escuchaban un sonido mayor o menor. Una vez que escucharon una serie de notas, una imagen aparecería a la derecha o a la izquierda dependiendo de si se trataba de una mezcla de tonos mayor o menor. En un segundo experimento, la mezcla de tonos no predijo de manera confiable la ubicación de las imágenes posteriores. «Lo que medimos con el tiempo fue cómo los bebés aprendieron la asociación entre qué tono escucharon y dónde se mostraría la imagen. Si pueden notar la diferencia en el tono, con el tiempo, cuando escuchan las notas principales, por ejemplo, harán un movimiento ocular hacia la ubicación de la imagen incluso antes de que aparezca, porque pueden predecir esto,” explicó Adler. Los investigadores encontraron que para el 33 por ciento, o un tercio de los bebés, estos movimientos oculares anticipatorios predijeron la ubicación de la imagen con una precisión casi perfecta; para el otro 67 por ciento, no estaban relacionados con la ubicación de la imagen. Estos resultados también pueden tener implicaciones para el desarrollo del lenguaje, que se basa en algunos de los mismos mecanismos y contenido auditivo que la música, dice Adler. «Existe una conexión entre la música, el procesamiento de la música y las habilidades matemáticas, así como el lenguaje, por lo que se desconoce si estas cosas se conectan con esas habilidades. Sin embargo, cuando las personas hablan con los bebés, cambian la entonación de su voz y el tono de su voz, de mayor a menor. En realidad, ese es un componente importante para que los bebés aprendan el idioma. Si no tiene la capacidad, de aprender el idioma,” reflexionó finalmente el autor. Referencias bibliográficas: Adler, S. A., Comishen, K. J., Wong-Kee-You, A. M. B., & Chubb, C. (2020). Sensitivity to major versus minor musical modes is bimodally distributed in young infants. En The Journal of the Acoustical Society of America (Vol. 147, Número 6, pp. 3758-3764). https://doi.org/10.1121/10.0001349 Mednicoff, S., Mejia, S., Rashid, J. A., & Chubb, C. (2018). Many listeners cannot discriminate major vs minor tone-scrambles regardless of presentation rate. En The Journal of the Acoustical Society of America (Vol. 144, Número 4, pp. 2242-2255). https://doi.org/10.1121/1.5055990 Fuente: Science Daily

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  • Psicología clínica

Diez tareas esenciales para el uso de la actividad física en el tratamiento de la depresión

  • Federico Lande
  • 24/06/2020

Estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2018) estiman que la depresión afecta a 300 millones de personas en todo el mundo y es considerada el “resfriado común” de los trastornos psiquiátricos (Aguado, Silberman & Manrique, 2005). Quienes han pasado por circunstancias vitales adversas como desempleo, duelo, traumatismos psicológicos tienen más probabilidades de sufrirla y es de 2 a 3 veces mayor en consultantes con enfermedades crónicas (Farinola, 2016).

Ya sea debido a una baja de la energía, de dolores musculares o fatiga, la depresión puede conducir a la disminución de la actividad física (AF, en adelante). Es evidente que las alteraciones emocionales y motivacionales asociadas al padecimiento que presentan personas con depresión dificultan su adherencia a los programas de AF, convirtiéndose en una dificultad añadida para su desarrollo (Márquez, 1995). De cualquier manera se entiende que el comportamiento sedentario y la disminución del movimiento puede ser un factor de mantenimiento de los síntomas depresivos.

Por otro lado se considera que la AF es un excelente complemento de otras medidas terapéuticas como la psicoterapia y la psicofarmacología. Las personas que practican AF dicen sentirse bien (o sentirse mejor), menos tensionadas y más concentradas después de la actividad. La AF se ha propuesto como una opción complementaria de bajo costo–beneficio e incluso puede ser útil como prevención (García & González-Jurado, 2017).

Vínculo entre actividad física y la salud

Las relaciones entre la AF y la salud comprenden un conjunto muy amplio y complejo de factores biológicos, personales y socioculturales (Airasca & Giardini, 2009). La importancia de la AF para el mantenimiento de una buena salud física es un hecho reconocido. Lo es, además, la apreciación de que la AF promueve el bienestar psicológico también en momentos de enfermedad, como se puede ver en el plan global para promoción de la AF presentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2009).

En el año 2002, Harlem Brundtland, por entonces directora de la OMS, afirmaba:

Tenemos un remedio inmediato, seguro y confiable para algunos de los principales riesgos de salud relacionados con el consumo no saludable. Es gratis. Funciona para ricos y pobres, para hombres y mujeres, para jóvenes y mayores: es la actividad física.

Se han desarrollado pautas de AF relacionadas con la salud, que recomiendan que los adultos hagan al menos 30 minutos de AF moderada, todos o casi todos los días de la semana (American College of Sports Medicine , 2000). Estas directrices fueron desarrolladas para mejorar la salud de la población y para prevenir enfermedades como la diabetes tipo 2 y la hipertensión.

Algunos de los efectos que experimentan los consultantes son:

  • Sensación de control del cuerpo
  • Imagen corporal positiva
  • Confianza
  • Mejor rendimiento sexual y académico
  • Relajación
  • Concentración
  • Mejor alimentación
  • Mejor sueño

El valor del acompañamiento terapéutico

La realización de AF en situaciones de la vida cotidiana justifica la inclusión de acompañamiento terapéutico. Así, como dicen Tolosa y Jozami Nassif (2016), las tareas intersesiones con intervención cotidiana suponen la necesidad de un dispositivo terapéutico que siente las bases para un plan de tratamiento (técnico–estratégico) y que auspicie el diseño de las tareas intersesiones. En ese marco opera la función del acompañamiento terapéutico, germinando la meta de la terapia en la vida cotidiana del consultante, activando conductas, moldeando habilidades, modelando recursos de afrontamiento, teniendo como fin último la «generalización del comportamiento» de los cambios logrados en el proceso terapéutico, que puede ser definido como la capacidad del comportamiento de desplegarse en diversos contextos con el objetivo de reducir los síntomas de malestar, facilitar los cambios cognitivos, proporcionar una sensación de dominio, o un sentido de progreso hacia los objetivos del tratamiento. Una vez que esto se logra, la función de las tareas intersesiones se desvanece (Tolosa, 2015).

Activación conductual y depresión

Alejándose de la tradición cognitiva y aproximándose a los planteamientos del conductismo radical, la activación conductual (AC, en adelante) surge del estudio de Niel Jacobson de 1996 sobre el desmantelamiento de la terapia cognitiva de Beck para la depresión (Beck, Rush, Shaw y Emery,1979), en el que demuestra que el componente de programación de actividades es igualmente eficaz como el tratamiento multicomponente completo (Jacobson, 1996). A partir de estos datos, Jacobson planteó de forma más decidida la reincorporación de las técnicas comportamentales para formalizar, de nuevo, una terapia para la depresión basada exclusivamente en los planteamientos funcionales de la terapia de conducta. Con esto como visión, resurgió el interés en la programación de actividades como un tratamiento en sí mismo para la depresión (Maero y Quintero, 2016).

La AC es un protocolo estructurado que está dirigido a que los consultantes incrementen el valor de las conductas por medio de actividades que aumenten la posibilidad de acceder a contingencias medioambientales reforzantes. Esto es: ponerse en movimiento y luego ir trabajando las dificultades (emociones negativas, pensamientos, recuerdos, etc.) que surgen al avanzar en la dirección valorada. Como resultado del cumplimiento de estas actividades, los consultantes mejorarán su estado de ánimo (Pérez, 2012).

En suma, se trata de un abordaje con soporte empírico, sumamente interesante para el contexto socioeconómico latinoamericano, que hecha una nueva luz en el tratamiento de las personas que sufren de depresión (Maero y Quintero, 2016).

Foto por Geert Pieters en Unsplash

Diez tareas inter-sesión para la depresión

La AF en el tratamiento de la depresión puede tener efectos terapéuticos en el estado de ánimo en diferentes contextos clínicos con intervenciones adjuntas a tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos.

La guía NICE (2009) recomienda programas de AF supervisada para el tratamiento del trastorno depresivo, tanto subclínico como leve y moderado (Gyani, Pumphrey, Parker, Shafran y Rose, 2012). Estas recomendaciones se basan en la evidencia científica acumulada acerca de la mejoría clínica y adherencia al tratamiento de consultantes con depresión que practican AF (Stanton y Reaburn, 2013). Así, la supervisión y adaptación gradual a las posibilidades del consultante se ha destacado en el uso de la AF en personas mayores, y la falta de supervisión como factor de resultado negativo.

Los programas de ejercicios aeróbicos estructurados y supervisados, de frecuencia relativamente elevada (al menos 3 veces por semana), de 45 minutos a 1 hora de duración y en períodos de 10 a 12 semanas en personas con diagnóstico de depresión, en particular leve o moderada, tuvo un impacto clínico significativo en la mejoría de los síntomas depresivos (Subirats, E., Subirats, G. y Soteras, 2012). También se sugiere personalizar la dosis (tipo, intensidad, duración, frecuencia) para cada consultante y aumentarla, si es necesario, de forma escalonada, así como hacer un seguimiento de la práctica para mejorar la adherencia a largo plazo (Estévez-López, Tercedor y Delgado-Fernández, 2012).

Tarea N.º 1. Derivar a un profesional de la actividad física

Derivar al consultante a un especialista en medicina deportiva para evitar que se produzcan lesiones o complicaciones clínicas por una AF iniciada sin tomar en consideración el tipo o duración de la actividad y la condición física de la persona.

Tarea N.º 2. Contrato conductual

Un contrato conductual es un acuerdo que se formaliza por escrito o de forma digital, entre dos o más personas, y que especifica las conductas que ejecutará cada una de las partes. Existe evidencia que apoya la idea de que se mejora la adherencia cuando las metas son establecidas mediante un contrato o de común acuerdo (Prochaska y Bess, 1994). También se cree que, declarando las metas de manera pública, los consultantes las toman de forma más seria, incrementando por tanto su compromiso, y aumentando, por consiguiente, la probabilidad de cumplir sus planes. Asimismo, la disponibilidad para firmar un contrato resulta una información muy útil que el profesional puede utilizar para valorar la motivación del consultante. No es necesario que sean muy largos, ni tampoco complicados, cuanto más simples y comprensibles mejor.

Los contratos deben ser específicos, y deben incluir: quién (la persona que tiene que hacer la conducta), qué (la conducta específica y la consecuencia que se deriva), cuándo pasará, y las características tanto de la conducta como de la consecuencia (de intensidad, duración, personas involucradas, etc.). Hay que escribirlos en términos positivos, deben tener un inicio y un final claro. Evidentemente, pueden ser renegociados o agotados al final del periodo contractual.

Además, se debería cambiar una vez que se han establecido nuevas pautas de conducta y de reforzamiento. Uno de los objetivos debería ser disminuir la dependencia respecto del contrato y mantener las nuevas conductas y los nuevos refuerzos de una manera informal en el ambiente natural.

Tarea N.º 3. Planteo de metas y objetivos

La meta es el fin último al que se quiere llegar, mientras que los objetivos son los pasos que se quieren cumplir para poder alcanzar la meta. Los objetivos suelen ser un propósito más específico y estructurado que la meta, porque se pueden medir y observar los resultados. La meta es un estado deseado que puede ser más amplio y abstracto, y que no implica una sola acción específica para alcanzarlo. Las metas y los objetivos son logros que se quieren completar, aunque el objetivo exige mayor planificación para cumplirlo en un momento específico. Por otra parte, la meta no establece un tiempo específico para ser alcanzada.

Tabla 1

Metas y objetivos

 MetaObjetivo
DefiniciónAspiración o deseos que se quieren cumplir en el futuroPropósito concreto que se quiere realizar para alcanzar una meta
CaracterísticasEmotiva

 

Ambiciosa

Abstracta

No establece un tiempo específico para alcanzarla

Realista

 

Medible

Establece un tiempo determinado para su cumplimiento

En lo que refiere a la psicología de la AF es frecuente que los consultantes comiencen la práctica sin haber definido y ajustado previamente sus metas y objetivos, lo que hace que la probabilidad de dejar la actividad sea mayor.

Es conveniente, en estos casos, que el consultante exponga los objetivos que le gustaría conseguir a corto y largo plazo, cualesquiera que sean, y la fecha estimada para conseguirlos. Casi siempre serán ambiguos o poco específicos y necesitarán una redefinición en términos más operativos, algo que el consultante y el profesional pueden realizar conjuntamente, pero siempre deben quedar establecidos de forma clara.

Además, convendrá evaluar la viabilidad de los objetivos en la fecha prevista, pudiendo plantearse la necesidad de replantearlos. En general, la cercanía del objetivo debe prevalecer en el inicio de la intervención. Por un lado, se debe reducir el estrés potencial de una situación novedosa, difícil y de resultado incierto y, por otro, se ha de fortalecer la percepción de autoeficacia.

Cuando realizar ejercicio ya no resulte estresante, y el consultante perciba que es eficiente para afrontar los retos que la práctica le plantea, los objetivos, además de alcanzables, deberán ser más desafiantes.

Tarea N.º 4. Las preferencias del consultante en la elección de la AF a realizar

Una gran estrategia para establecer metas es aquella que es flexible y autoestablecida y no la que prefija solamente un profesional. La elección de la AF y la manera en que se llevará adelante permite valorar los gustos del consultante en cuanto al grado de conocimiento de la actividad (Lande, 2018).

Deben considerarse las posibles dificultades que perjudicarían el curso de la actividad, como las lesiones o dolores musculares y también los recursos que el consultante posee para ponerla en práctica, por ejemplo, los recursos materiales y sociales (instalaciones, ropa adecuada, apoyo social, profesores, etc.) y los recursos personales (económicos, habilidades, etc.). La elección de la actividad implica elegir aquella que sea muy accesible y lo más reforzante posible, teniendo en cuenta que ambas variables serán la clave para la adherencia a la actividad.

Decimos que una actividad es accesible cuando tiene una alta probabilidad de realizarse con continuidad, y que es reforzante cuando es divertida, relajante, desafiante y se sabe hacer. Si la accesibilidad es razonable, se podrá elegir una actividad previsiblemente muy reforzante, aunque no sea la más accesible. En el caso de que se prevean dificultades que puedan perjudicar la adherencia, la accesibilidad deberá primar en un principio sobre el aparente valor reforzante de la actividad.

Tarea N.º 5. Planificación del día

Es especialmente relevante elegir lugares de fácil acceso y momentos del día apropiados para la práctica. En general, parece conveniente que las conductas para realizar AF se asocien a situaciones que aumenten la probabilidad de ocurrencia y concurrencia, tales como: un mismo lugar y los mismos días de la semana. Por ejemplo, cuando la práctica se realice en lugares específicos, como gimnasios, éstos serán ya estímulos favorecedores de la práctica, y lo serán todavía más si se trata de una clase concreta, a una hora determinada y con la presencia de un profesor y de unos compañeros habituales (Abarca-Sos, Zaragoza, Generelo y Julián, 2010).

Sin embargo, cuando la persona practica por su cuenta, es probable que esté expuesta permanentemente a los estímulos en cuya presencia debe practicar (las calles, su casa, etc.) y resultará difícil asociar específicamente estos estímulos como antecedentes de la práctica de la AF. En estos casos, será necesario introducir estímulos claramente discriminativos y evitar la presencia de actividades cotidianas que sean incompatibles.

Tarea N.º 6. Pausas activas

Las pausas activas son breves descansos durante la jornada laboral que sirven para recuperar energía. Como parte de la rutina diaria, se recomienda realizar un receso o pausa activa cada 2 o 3 horas. Consiste en un conjunto de ejercicios físicos de corta duración (5 a 10 minutos).

Los ejercicios consisten en actividades tales como estiramientos, ya sea de pie o sentados; de fortalecimiento, o para disminuir la fatiga visual. Los ejercicios se realizan de manera suave, relajada y en ningún caso se debe exigir el cuerpo para no provocar lesiones.

Algunos de los ejercicios que los consultantes pueden realizar:

  • Sentado o de pie, estirar lateralmente el cuello con ayuda de las manos. Este ejercicio se debe hacer durante un mínimo de 15 segundos hacia cada lado.
  • Entrelazando las manos por detrás de la cabeza, flexionar el cuello hacia el tórax sin mover el tronco. Este ejercicio se debe hacer durante un mínimo de 15 segundos. Posteriormente, se debe llevar la cabeza hacia atrás durante el mismo tiempo.
  • Llevar el brazo hacia atrás tratando de tocar la espalda, sosteniendo el codo con la otra mano. Mínimo, 15 segundos. Luego cambiar de brazo.
  • Entrelazar las manos con las palmas hacia adelante para estirar los brazos y las muñecas. Puede hacerse un par de veces durante 15 segundos por vez.
  • Entrelazar las manos y llevarlas hacia arriba durante 15 segundos.
  • Entrelazar las manos y mover las muñecas hacia arriba y hacia abajo.
  • Entrelazar las manos por detrás de la espalda, y llevar los hombros hacia atrás al mismo tiempo, durante 15 segundos como mínimo.
  • Encoja sus hombros hacia las orejas. Sostenga por diez segundos. Descanse y repítalo tres veces más.
  • Estando de pie, suba la rodilla derecha al pecho. Sosténgala con las manos por 10 segundos y cambie de pierna. Repita tres veces con cada extremidad.
  • Estando de pie, lleve sus manos a la cintura y sus hombros hacia atrás. Contraiga el abdomen y sostenga diez segundos. Repítalo tres veces.
  • Realizar movimientos circulares de tobillo hacia ambos lados con cada pie durante 5 segundos.
  • Beber agua y continuar con su ocupación.

Aclaración: si al hacer cualquiera de los ejercicios descritos, el consultante experimenta algún tipo de dolor o molestia acentuada, debe dejar de hacerlo, o no volver a intentarlo y, sin apuro alguno, consultarle a un médico deportivo sobre lo ocurrido.

Tarea N.º 7. Uso de podómetros

Las investigaciones indican que las recomendaciones de AF basadas en pasos suelen ser bien recibidas por las personas que no practican ningún ejercicio. Se observó que quienes medían sus pasos diarios estaban confiados en que el podómetro funcionaría como una buena herramienta, ya que conocían la efectividad de su uso.

Son cómodos, de bajo costo y fáciles de manejar: pueden usarse en la cintura o en la muñeca y, actualmente, los smartphones los incluyen o están disponibles como cualquier otra aplicación. Algunos proporcionan retroalimentación de la estimación de la distancia recorrida o las calorías perdidas. Pueden ser menos precisos para correr o caminar cuesta arriba, debido a los cambios en el paso, pero dan una buena idea de qué tan activo se es físicamente en el transcurso de un día.

Se han desarrollado diferentes dispositivos de diversas marcas y modelos y sus características varían considerablemente, existiendo importantes diferencias en cuanto a las funciones que poseen, su mecanismo interno y la fiabilidad de su medición.

Los podómetros han sido utilizados frecuentemente para mejorar los procesos de cambio en relación con la adherencia a la AF a largo plazo. El establecimiento de metas y el feedback inmediato que generan los resultados sobre el logro de esas metas, tienen relación con la percepción de la autoeficacia. El uso del podómetro puede incrementar la AF en torno a 2.000 pasos al día en adultos, y entre 2.071 a 4.141 pasos diarios en jóvenes. El feedback es la información que el practicante recibe sobre su propia ejecución o sus efectos, constituyendo una estrategia sumamente eficaz al a) proporcionar reforzamiento, b) aumentar el conocimiento del consultante sobre su progreso, c) incrementar su percepción de control sobre la situación de realizar ejercicio.

El conocimiento que aporta una información de este tipo puede ayudar a fortalecer la confianza en el ejercicio y la importancia que se le concede a éste en el conjunto de los intereses personales y de la actividad diaria.

El podómetro podría ser una herramienta útil para poner en práctica en los centros escolares, pues es un instrumento económico y eficaz para fomentar la AF en adolescentes y niños con sobrepeso y para diseñar programas con un número de pasos recomendados al día. Se puede orientar al consultante para que fije una nueva meta cada semana. Una forma es tomar el número máximo de pasos que haya caminado en un día y que use ese número de pasos como su meta diaria para la siguiente semana. Cada vez que aumente 2.000 pasos, agregar aproximadamente 1.5 km, o 20 minutos de caminata, a su rutina. Algunas de las actividades que puede implementar el consultante son estacionarse más lejos de lo acostumbrado de su lugar de trabajo, subir por las escaleras en lugar de usar el ascensor, recorrer a pie una distancia corta en lugar de hacerlo en auto.

Tarea N.º 8. Kinhin, meditar caminando

En el budismo zen, una de las formas de meditación que se hace, generalmente, luego de largos periodos de meditar sentado, es la que se conoce como zazen. El término proviene del Kanji kin ‘pasar a través’, como el hilo en un telar, con el Sutra como significado secundario y hin ‘caminar’. Pero es tomado literalmente como ‘caminar derecho atrás y adelante’, y puede ser traducido como ‘meditación caminada’ o ‘caminar meditando’.

Los consultantes pueden caminar en dirección de las agujas del reloj, alrededor de una habitación, mientras mantienen sus manos en shashu, con una mano cerrada, mientras la otra agarra o cubre la otra. Durante la meditación caminada cada paso es realizado luego de una completa respiración. El principio del kinhin es anunciado con dos campanadas (kinhinsho), y el final con una campanada (chukaisho, ‘el timbre para irse y desconectarse’). El paso realizado durante esta meditación puede ser lento (un paso lento por cada respiración), o ligero, casi al punto de un lento trote. Aquellos que lo practican piensan que Buda recorría de esta manera en el bosque, con el espíritu recogido, después de haber estado sentado meditando. Lo que se cultiva meditando sentado se aplica en la caminata. Sin preocuparse de un objeto en particular, la caminata incluye muchos elementos como la sensación de los pies sobre el suelo o la orientación en el espacio (la conciencia postural).

El kinhin se ubica entre caminar y permanecer de pie. La persona se mueve lentamente, muy lentamente, al ritmo de la respiración, de la inspiración y de la expiración.

Tarea N.º 9. Mindfulness o conciencia plena del momento

Mindfulness es una antigua técnica de meditación de la India, basada en la meditación vipassana, que consiste en «tomar conciencia del momento presente», «tomar conciencia de la realidad», «vivir el momento». Jon Kabat˗Zinn introduce y estructura este concepto en Occidente a través de un método bien definido: el mindfulness based stress reduction (MBSR) o reducción del estrés a través de la atención plena (Kabat˗Zinn, 2007).

Hoy se considera que el trabajo de mindfulness mejora la capacidad de regular las emociones, disminuye las disfunciones emocionales, mejora las pautas cognitivas y reduce la rumiación o exceso de pensamientos negativos que pueden ir asociados al depresión (Siegel, 2010).

Tarea N.º 10. Autocontrol del progreso

Existirá mayor adherencia si el consultante aprende a autocontrolar todo el proceso. En general, cuanto más «expertos» sean los consultantes, mayor será la motivación y mayor también la probabilidad de continuidad. El autocontrol facilita, asimismo, que el consultante pueda asumir responsabilidades más demandantes dentro de la AF, con lo cual puede fortalecerse la autoeficacia y también, por esta vía, la motivación por la actividad. La formación también propicia que la persona realice la actividad, previniendo los graves perjuicios que pueden derivarse del abuso o uso inapropiado del ejercicio.

Conclusión

Como vimos, la depresión es uno de los trastornos afectivos más comunes y afecta a millones de personas en todo el mundo. Estos datos le plantean al sistema de salud que, para ser eficiente, construya nuevas estrategias de tratamiento que aumenten la efectividad y la rapidez en la resolución del episodio depresivo, y que disminuya las posibilidades de recurrencia del episodio en el futuro.

Se ha observado que personas con bajos niveles de AF ven aumentada la probabilidad de padecer síntomas depresivos, por lo que numerosos estudios han analizado esta relación, mostrando que la práctica de AF reduce los síntomas depresivos.

Sin embargo, aunque la efectividad de la práctica de AF ha sido ampliamente estudiada, se necesitan más estudios que analicen en profundidad cómo afecta en los distintos géneros, que tipo de actividad es más adecuada según grupos de edad y qué tipos de actividad reportan más beneficios, ya que el mecanismo por el que actúa la AF en la depresión sigue siendo controvertido y probablemente sea multifactorial (Stanton y Reaburn, 2013).

Referencias bibliográficas

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y patrones de actividad física en adolescentes. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, 40, 410-427.

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Airasca, D. y Giardini, H. A. (2009). Actividad física, salud y bienestar. Buenos Aires: Nobuko.

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García, C. M y González-Jurado, J. A. (2017). Impacto de la inactividad física en la mortalidad y los costos económicos por defunciones cardiovasculares: evidencia desde Argentina. Revista Panamericana de Salud Pública, 41, 92.

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Kabat-Zinn, J. (2007). La práctica de la atención plena. Barcelona: Kairós.

Jacobson, N. S., Dobson, K. S. Truax, P. A., Addis, M. E., Koerner, K., Gollan, J. K., Gortner, E. y Prince, S. E. (1996). A component analysis of cognitive-behavioral treatment for depression. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 64, 295-304.

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Maero, F. y Quintero, P. (2016). Tratamiento breve de activación conductual para la depresión. Buenos Aires, Argentina: Akadia.

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Organización Mundial de la Salud (2009). Riesgos para la salud mundial. Mortalidad y morbilidad atribuible a los principales factores de riesgo seleccionados. Ginebra: Ediciones OMS.

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Pérez, M. (2012). Third-Generation Therapies: Achievements and challenges. International Journal of Clinical and Health Psychology, 12, 291-310.

Prochaska, J. y Bess, M. (1994). The transtheoretical model; applications to exercise Advances in exercise adherence. Dishman, R. (edit). Nueva York: Human Kinetics Publishers.

Siegel, D. (2010). Cerebro y mindfulness. Barcelona: Paidós.

Stanton, R., y Reaburn, P. (2013). Exercise and the treatment of depression: A review of the exercise program variables. Journal of Science and Medicine in Sport. DOI: 10.1016/j.jsams.2013.03.010.

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Tolosa, D. (2015). Manual práctico del acompañamiento al auxiliar terapéutico. Bases conceptuales y clínicas de un modelo cognitivo integrativo. Ciudad de Buenos Aires, Argentina: Akadia.

Tolosa, D. y Jozami Nassif, M. (2016). Técnicas y estrategias de modificación de conducta para acompañantes terapéuticos. Ciudad de Buenos Aires, Argentina: Akadia.

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  • Recomendados

Psicólogos argentinos piden ser declarados esenciales durante la pandemia

  • David Aparicio
  • 24/06/2020

Anabella Gonzalez para el diario Perfil:

Jorge Biglieri, Decano de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, envió notas al Presidente de la Nación, Alberto Fernández, al Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y al Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, solicitándoles que se exceptúe del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio a la práctica. Propusieron además un protocolo sanitario, basado en las medidas que contempla el Ministerio de Salud.

Biglieri explicó en diálogo con PERFIL que, si bien en varias provincias -como Jujuy, Salta, San Luis, Entre Ríos, Mendoza- ya tienen incorporada la actividad como práctica esencial, en el Área Metropolitana de Buenos Aires aún no se permite. “Estamos preocupados porque mostramos datos empíricos de investigaciones, hechas con escalas validadas internacionalmente, que muestran el deterioro desde el punto de vista psicológico de la población, y los psicólogos siguen sin poder atender de manera presencial”, sostuvo ante la consulta de este medio. Las perspectivas a futuro, analizó, tampoco son favorables: “Todo indica que desde el punto de vista psicológico las condiciones de la gente van a empeorar”, dijo.

Sesgo biomédico:

Para el Decano, que es además director de la cátedra de Psicología Política, esta situación expone que la toma de decisiones del Gobierno “tiene un sesgo biomédico”: “Se prioriza una sola dimensión, que tiene que ver con enfermarse a partir del punto de vista físico, sin tomar en cuenta el problema psicológico y psicosocial que tiene que ver además con la respuesta sanitaria, que es el aislamiento y el encierro”, analizó.

Este sesgo, dijo, hace que no se tome en cuenta la importancia de la salud mental. “Creo que efectivamente el Presidente se está ocupando de la salud, pero de manera sesgada. Pensando que la enfermedad es solo contagiarse con el virus, y no toma en cuenta los factores psicológicos”, manifestó.

Lee el artículo completo en Perfil.

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  • Psicología aplicada

Técnicas de mindfulness mejorarían la atención y toma de decisiones en niños con autismo

  • Maria Fernanda Alonso
  • 24/06/2020
Dentro y fuera de un aula de clases, las personas con autismo enfrentan desafíos diferentes a los que pueden encontrar quienes no tienen esta condición. No obstante, pareciera que hay una herramienta capaz de ser de ayuda a unos y otros -probablemente con adaptaciones a cada caso concreto. Los programas escolares de mindfulness se muestran prometedores al enseñar a los niños con autismo a controlar mejor los impulsos, señalan los hallazgos de un nuevo estudio (Juliano et al., 2020). Podrían contribuir a la mejora de las habilidades de toma de decisiones, así como ayudar a los pequeños a enfocar la atención y reaccionar de forma menos impulsiva a través de ejercicios de respiración que les permiten reducir la ansiedad, explican los investigadores. La práctica de mindfulness capacita a las personas para centrar su atención en la conciencia del momento presente (en español, traducimos esta palabra como “atención plena”). ¿La mejor parte? Poner en práctica estas técnicas es gratis, están disponibles cuando se las necesita y no son un medicamento con efectos secundarios. Para esta investigación, el equipo dio un programa de atención plena de ocho semanas a 27 estudiantes con autismo de alto funcionamiento, de 10 a 17 años en Newmark, una escuela privada para niños con necesidades especiales en Nueva Jersey. Les enseñaron los principios básicos de mindfulness, y luego prácticas específicas como la respiración consciente o centrar la atención en el cuerpo, los pensamientos y las emociones. Los participantes fueron evaluados en su control de impulsos, atención y toma de decisiones antes y después del programa. Hallaron los investigadores que estas prácticas les enseñaron a los estudiantes a tomarse un momento para detenerse y respirar. «Descubrimos que los niños mejoraron sus funciones ejecutivas como controlar las emociones, mantener el autocontrol, enfocar la atención y ser flexibles para cambiar sus perspectivas», dijo la investigadora principal, Helen Genova. Esto redujo la impulsividad y les permitió tomar mejores decisiones, controlar las emociones, mantener el autocontrol, enfocar la atención y ser flexibles para cambiar sus perspectivas. Regina Peter, codirectora ejecutiva de Newmark, comentó finalmente que la escuela promueve la atención plena todas las mañanas y antes de las pruebas y los concursos. «Practicar mindfulness les enseña a nuestros estudiantes la importante habilidad de tratar el momento como algo que debe ser atendido y dejar que todo lo demás se vaya.» Referencia bibliográfica: Juliano, A. C., Alexander, A. O., DeLuca, J., & Genova, H. (2020). Feasibility of a school-based mindfulness program for improving inhibitory skills in children with autism spectrum disorder. Research in Developmental Disabilities, 101, 103641. https://doi.org/10.1016/j.ridd.2020.103641 Fuente: Science Daily

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  • Psicología aplicada

5 recomendaciones para no pasar todo el día sentado

  • The Conversation
  • 23/06/2020

La ciencia de sentarse: sentarse, una forma de comportamiento sedentario (junto con acostarse y reclinarse), es uno de los comportamientos más frecuentes, habituales e «invisibles» que realizamos. Nos sentamos en casi todos los aspectos de nuestras vidas, desde comer hasta viajar y trabajar, pasar tiempo frente a la pantalla y más.

Con las recomendaciones actuales de quedarse en casa el tiempo que las personas pasan sentadas se ha disparado. Netflix y otros servicios de streaming anunciaron recientemente aumentos significativos en el tráfico y número de suscriptores, mientras que las descargas de aplicaciones y el tiempo semanal dedicado a las aplicaciones también se han disparado en los últimos meses.

¿Pero por qué estás sentado tanto tiempo? Puede parecer inofensivo, pero los niveles excesivos de estar sentado se han asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, hipertensión e incluso algunos tipos de cáncer. Incluso entre los jóvenes, para quienes el riesgo de enfermedades crónicas no es tan preocupante de inmediato, estar sentado demasiado tiempo plantea un daño potencial a través de un mayor riesgo de depresión y ansiedad.

Quizás lo más preocupante es que estos riesgos son independientes de los niveles de actividad física, lo que significa que incluso si haces ejercicio regularmente, todavía tienes más riesgo de sufrir estas enfermedades si pasas demasiado tiempo sentado.

Recomendaciones para sentarse menos – Entonces, ¿qué se puede hacer para combatir toda la sesión que hacemos? En pocas palabras, ponte de pie. Simplemente ponte de pie o camina durante cinco minutos por cada 30 minutos de estar sentado puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, cáncer e incluso la muerte.

Lamentablemente, no es tan fácil como parece. Como investigador del comportamiento de la salud en la Western University, ayudo a las personas a desarrollar planes de acción para reducir su posición. Debido a que estamos tan acostumbrados a estar sentados en todas partes, todo el tiempo, generalmente no mencionamos estar sentados cuando describimos las actividades que estamos haciendo. Por ejemplo, pensamos en mirar televisión, no en sentarnos y mirar televisión.

Ya es bastante difícil cambiar un hábito o comportamiento cuando sabes que está sucediendo. Las cosas se ponen más difíciles cuando también consideras que casi todos los entornos están diseñados para sentarse: sofás, sillas, automóviles, oficinas, etc. Sin embargo, hay cosas que podemos hacer para que sea más fácil «sentarse menos». Aquí hay algunas estrategias prácticas que he encontrado útiles para que mis participantes te dejen en «buena posición»:

• 5 Da forma a su entorno: al igual que estar físicamente activo es más fácil con el equipo adecuado, modificar su espacio para estar de pie y moverse hará que sea más fácil hacerlo. Esto se puede hacer apilando algunos libros para crear un escritorio de pie o creando una ruta para en la casa mientras hablas por teléfono.

• 4 Recuerda que estás sentado: debido a que sentarse es tan habitual para la mayoría de nosotros, a menudo necesitamos un recordatorio para notarlo. Establece una alarma de 30 minutos cada vez que te sientas, o simplemente pon una nota adhesiva en la pantalla de su computadora o en el escritorio en el momento en que te sentaste, esto funcionará como un aviso útil de que estás sentado y te ayudará a levantarte con más frecuencia.

• 3 Combínalo: un descanso de estar sentado no significa un descanso de lo que estás haciendo, como trabajar o mirar televisión. Si pararte o moverte te distrae de la tarea que estás haciendo en ese momento, puedes combinarlo con otro comportamiento saludable como beber más agua. Levantarte para beber agua romperá el tiempo que pasas sentado, obtendrás los beneficios de tomar más agua y podrás volver a tu tarea.

• 2 Recorre la distancia: cuando se trata de romper el tiempo de estar sentado, cuanto más frecuentes sean los descansos, mejor. El movimiento incidental, el movimiento que hacemos mientras pasamos nuestros días, como lavar la ropa o los pasos que damos al caminar por nuestra casa, es una manera fácil de romper el tiempo de estar sentado. Intenta llevar un registro de tus pasos y establece una meta de pasos diarios (¡apunte a 2,000 más esta semana!). Puedes registrarlos con tu celular o un reloj inteligente de bajo costo.

• 1 Cuéntale a un amigo: Comparte tu registro de pasos diarios con un amigo, pareja o en las redes sociales. Esto ayudará a mantenerte motivado e iniciará una “competencia saludable” con tus amigos.

Artículo publicado originalmente en The Conversation por Wuyou Sui de Western University. Puedes leer el original aquí.

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