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¿Cómo son los hábitos de los niños en Internet?

  • Mauro Colombo
  • 21/11/2016

Ya sea por medio de computadoras personales, tablets o smartphones, y en muchos casos con todas las opciones a la vez, Internet hace ya tiempo que está al alcance de los niños. Pues bien, el navegar en la red puede ofrecer muchas utilidades, como el buscar información, conectarse con gente que uno conoce pero no está geográficamente cerca, o también conocer a nuevas personas. Al mismo tiempo, su uso por parte de los niños puede suponer peligros, como el materializar un encuentro con algún sujeto peligroso, ser víctimas de ciberbullyng, o incluso aprender conceptos erróneos sobre temas que investiguen.

A partir de una iniciativa de Unicef, la London School of Economics and Political Science y la UE; se desarrolló el Global Kids Online, un estudio piloto que busca conocer los hábitos de los menores en la red. Si bien los investigadores reconocen que los datos no son representativos de las sociedades estudiadas, los mismos son una primera aproximación para conocer tanto las oportunidades como los peligros a los cuales se ven expuestos los pequeños y adolescentes.

En el proyecto participan 33 países. De los primeros datos recogidos se ha elaborado un estudio piloto, con niños de entre 9 y 17 años de Serbia, Sudáfrica y Filipinas, y de entre 13 y 17 de Argentina.

Algunas de las conclusiones

Dentro de los datos que se pueden extraer del informe, se observa que la gran mayoría de los niños de los países mencionados (90% en Argentina, 62% en Serbia y Sudáfrica), acceden a Internet desde sus casas y, en general, en sus habitaciones.

Los niños prefieren utilizar dispositivos que les aseguren tener privacidad.

Para conectarse, prefieren aquellos dispositivos en los cuales posean mayor privacidad, por lo que el Smartphone suele ser el favorito. Según se desprende del estudio, estos dispositivos les ofrecen grandes ventajas en cuanto a flexibilidad, privacidad y beneficios personalizados, lo que a su vez supone un problema para que los padres puedan vigilar los hábitos de sus hijos en la red.

Dentro de los beneficios de contar con Internet, los niños dijeron que uno de ellos es la posibilidad de aprender cosas nuevas. Refirieron que suelen usar la red para buscar información, ya sea sobre salud, temas relacionados a sus estudios, o aspiraciones personales. En este punto, hay que tener en cuenta lo que señala Sonia Livingstone, la investigadora principal: “El problema de esto es que no sabemos si lo que encuentran es fiable o útil para ellos. ¡Hay mucho trabajo que hacer en este campo!”

Respecto de las cosas negativas que les suceden por la red, las primeras personas a las que acuden en estos casos son amigos, y sólo secundariamente a sus padres. No obstante, si al problema lo consideraran de verdadera gravedad, en ese caso sí son los padres los primeros en enterarse.

En referencia a sus profesores, muy pocos niños manifiestan tenerles confianza como para contarles sobre sus actividades en la red. Tampoco suelen recibir consejos suyos acerca de prácticas seguras en Internet, por lo que todo lo que saben proviene solamente de sus padres. Este es un dato para tener en cuenta, ya que por un lado los padres no siempre están con sus hijos, y por otro, en caso de que éstos no eduquen a los mismos con respecto a qué precauciones tomar con la web, los niños navegarían sin ningún tipo de guía.

Un porcentaje amplio de niños reconoció haber hablado al menos una vez con desconocidos.

El estudio también aborda la posibilidad de tener contacto con desconocidos. En este punto, los datos podrían ser preocupantes. En Filipinas, sólo el 19% de los niños reconoció haber tenido contacto con desconocidos al menos una vez. En contraposición, el 41% de Serbia y Sudáfrica respondieron afirmativamente ante esta pregunta. En el caso de Argentina, el 38% reconoció haberse encontrado en persona con alguien que conocieron por Internet, aunque afirmaron haber tenido precauciones al hacerlo.

En Argentina, cerca de un 70% de los padres desconoce las actividades de sus hijos en Internet.

Con respecto a Argentina en particular, el 70% de los niños encuestados reconoce que sus padres no saben nada o casi nada de sus actividades en la red. Sin embargo, reconocen que ante cualquier problema grave, a los primeros que recurrirían, sería a ellos.

Por último, uno de cada tres niños recibió mensajes desagradables en los últimos 12 meses, lo cual es un porcentaje amplio. Ante esto, el 65% dijo que bloqueó al usuario que lo molestaba, el 58% eliminó el mensaje, el 54% lo ignoró y solo el 10% dijo haberse vengado.

El estudio original, Global Kids Online, puede visualizarse aquí.

Fuente: El País

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  • Psicología aplicada

Cuando el estrés nos vuelve irritables

  • Mauro Colombo
  • 21/11/2016
El estrés es una parte ineludible de nuestras vidas. Es un mecanismo adaptativo, tendiente a preparar a nuestros organismos para responder frente a las demandas del medio. Sin embargo, en forma crónica, afecta a la mente, al organismo e incluso nuestras relaciones sociales drásticamente. Aquí dejo un artículo publicado previamente, donde podrán releer los efectos que produce el estrés en nosotros.
Identifique esos momentos del día en que está más irritable
En esta ocasión, presento unos breves consejos, escritos por Holly Brown, terapeuta matrimonial y familiar de San Francisco, acerca de cómo afrontar en determinadas circunstancias el estrés. Las personas tienen todo tipo de reacción al estrés, y uno de los más reconocidos es la irritabilidad. Así que una vez que te das cuenta, ¿qué puedes hacer al respecto? 1) Familiarícese con sus propios patrones y disparadores. Usted puede ser más irritable en ciertas horas del día. Tal vez es cuando su nivel de azúcar en la sangre es bajo. O tal vez es cuando está llegando tarde y siempre llega tarde. Puede que se sienta como si saliera de la nada, pero una vez que reflexiona, el disparador es en realidad algo predecible. 2) Una vez que conozca sus patrones, tome la responsabilidad. Eso significa que ya no puede culpar a todo el mundo a su alrededor, aunque eso podría haberse sentido mejor, momentáneamente. En el panorama general, sin embargo, es mejor saber lo que es usted y que pueda ganar más control sobre eso que parece incontrolable. Siempre he dicho: Si eres parte del problema, tienes el poder de empezar a arreglarlo. 3) ¿Quién más es parte del problema, además de usted? Tal vez sus seres queridos están involuntariamente poniendo más estrés en usted. O tal vez lo están haciendo con acierto, y sólo esperando que no proteste. Si no son conscientes, ahora es el momento de señalarlo para que pueda llegar a un plan para reducir su estrés.
Si uno es parte del problema, significa que tiene el poder para comenzar a solucionarlo
Si sus seres queridos son conscientes, ahora es el momento de considerar el valor de la asertividad. Eso significa expresar directamente por qué algo le molesta y pedir claramente lo que le ayudaría. Es hora de hacerse oír, no de una manera enojada o resentida, sino buscando una conversación reflexiva y respetuosa. 4) Considere la ayuda externa. Si no es capaz de hacer frente a su propio estrés con la ayuda y el apoyo de sus seres queridos, podría ser el momento de buscar asesoramiento individual, de pareja o familiar. A veces su irritabilidad es signo de un problema más profundo en su vida, y quizás deba abordarlo con apoyo profesional. No es debilidad pedir ayuda. Se requiere sabiduría para saber cuándo la necesitas, y fuerza para pedirla. Para finalizar, me gustaría hacer hincapié en este último consejo. En caso de sentir que uno no puede hacerle frente a las demandas de su vida cotidiana, siempre es aconsejable consultar con un profesional especializado. Fuente: : PsychCentral

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  • Psicología aplicada

Niños en hogares de fumadores podrían desarrollar conducta antisocial

  • Rita Arosemena P.
  • 21/11/2016
La exposición al consumo de tabaco en el hogar durante la primera infancia podría influir en el desarrollo de conductas antisociales, problemas de conducta en el ambiente escolar y deserción a la edad de 12 años, según un estudio realizado por Linda Pagani, de la Escuela de Psicoeducación de la Universidad de Montreal. La investigación conllevó un estudio longitudinal de un cohorte de nacimiento longitudinal de niños de Quebec nacidos entre 1997 y 1998. Cada año, padres de 1,035 niños informaron a los investigadores si alguien fumaba en casa cuando sus hijos tenían entre 1,5 y 7,5 años. A la edad de 12 años, los niños auto-reportaron un comportamiento antisocial y características académicas problemáticas.
la relación entre el consumo de tabaco en el hogar y el comportamiento antisocial en los niños se debe a los efectos negativos que esta exposición tiene en el cerebro
En general, el 60 por ciento de las familias informaron nunca haber estado expuestas al humo del tabaco, el 27 por ciento informó exposición intermitente y el 13 por ciento informó exposición crónica. El equipo de Pagani analizó los datos para identificar si existía un vínculo significativo entre la exposición temprana al tabaco en el hogar y los signos posteriores de comportamiento antisocial, esto se hizo eliminando la influencia de factores de confusión tales como la exposición al humo del tabaco, las drogas y el alcohol durante el embarazo, así como otras características parentales y familiares que podrían haber explicado el vínculo observado entre el humo temprano en el hogar y la posterior conducta antisocial infantil. Según Pagani, la relación entre el consumo de tabaco en el hogar y el comportamiento antisocial en los niños se debe a los efectos negativos que esta exposición tiene en el cerebro. Estudios en animales han demostrado una repercusión tóxica en el crecimiento cerebral durante las primeras etapas de vida, que resultan crónicas y de gran vulnerabilidad a nivel orgánico. Para Pagani, estos resultados son clave para alentar a las organizaciones y entidades encargadas a impulsar reglamentos y programas de educación para hacer conscientes a los padres sobre el riesgo de exponer a los niños al humo del tabaco. «Los niños tienen muy poco control sobre la exposición al humo que se da en el hogar, el cual es considerado tóxico para el cerebro en un periodo en que este se encuentra en crecimiento exponencial», explica Pagani, quien hace énfasis en que la detección de este tipo de factores de acción temprana e influencia a largo plazo representa un conocimiento prioritario para garantizar la salud individual y comunitaria. Fuente: Science Daily

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  • Psicología clínica

La sensibilidad a lo desconocido podría ser la raíz de trastornos de ansiedad

  • Rita Arosemena P.
  • 21/11/2016
Un estudio realizado por la Universidad de Illinois en Chicago (UIC) y publicado en la reciente edición de noviembre del Journal of Abnormal Psychology, sugiere que altos niveles de sensibilidad hacia lo ambiguo, incierto o desconocido es la raíz de la mayoría de las condiciones clínicas (trastornos) relacionadas con el miedo. Los investigadores encontraron que un amplio espectro de trastornos de ansiedad (incluyendo el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad social y las fobias específicas) comparten una respuesta común generalizada de aprehensión y reactividad provocada por la impredecibilidad de amenazas ambiguas. Según los autores del estudio, esto indicaría que las personas que experimentan un trastorno internalizado con base en el miedo exhiben un respuesta de ansiedad anticipatoria exagerada ante amenazas inciertas. En palabras de Stephanie Gorka, psicóloga clínica del Colegio de Medicina de la UIC y parte del grupo de investigadores, la sensación que vivencian estas personas es similar a «no saber exactamente cuándo tu doctor va a llamar con los resultados de tus exámenes».
LA sensibilidad hacia lo ambiguo, incierto o desconocido es la raíz de la mayoría de LOS trastornos relacionadOs con el miedo
El estudio contó con la participación de individuos de entre 18 y 65 años, y consistió en medir la respuesta de parpadeo ante una descarga eléctrica predecible y una impredecible aplicada en la muñeca, para lo cual se utilizó un electrodo situado bajo los párpados de cada participante y tonos acústicos de corta duración que los participantes escuchaban a través de auriculares cada vez que una descarga era aplicada. Cuarenta y un (41) sujetos de control no habían sido previamente diagnosticados con ningún trastorno mental, veinticinco (25) sufría de desorden depresivo mayor, veintinueve (29) de trastorno de ansiedad generalizada; cuarenta y uno (41) de trastorno de ansiedad social, y veinticuatro (24) de alguna fobia específica. Los resultados indicaron que las personas diagnosticadas con trastorno de ansiedad social o fobia específica parpadeaban con mucha más fuerza durante las descargas impredecibles, mientras que las personas con depresión mayor o ansiedad generalizada parpadeaban con menor intensidad. Para Gorka, estos hallazgos ponen a disposición un nuevo horizonte de posibilidades para tratamientos de mayor eficacia, ya que sería posible abrir clínicas que se centren en tratar la neurobiología común subyacente de los síntomas de cada persona y desarrollar un tratamiento o conjunto de tratamientos centrados en la sensibilidad ante una amenaza incierta, lo cual podría resultar en una manera más efectiva de tratar una variedad de trastornos de ansiedad. Luan Phan, profesor de psiquiatría de la UIC y director del Programa de Investigación de Desórdenes del Ánimo y la Ansiedad concuerda con Gorka. «Clasificamos muchos tipos de trastornos del ánimo y la ansiedad, y cada uno sigue su propio lineamiento para recibir tratamiento, pero si inviertiéramos tiempo en atender sus características compartidas, podríamos obtener mejores resultados», explica Phan. Saber que un miedo exacerbado a lo desconocido guarda relación con las bases de los desórdenes de ansiedad sugiere que fármacos especialmente orientados a tratar esta sensibilidad podrían ayudar también al tratamiento de ciertos trastornos. Fuente: Science Daily  

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  • Psicología aplicada

¿Cómo afecta el trabajo del psicoterapeuta su vida personal?

  • Karemi Rodríguez Batista
  • 21/11/2016
Psicologo en Shutterstock
El ser psicoterapeuta es una desafío complejo, sin duda. Son muchas las historias de lucha, dolor, trauma, y también de amor y de sorprendentes recuperaciones que se escuchan a lo largo de la práctica. Cuando el psicoterapeuta se va a casa, estas historias se van con él. Pero, ¿hasta qué punto? ¿Cómo se ve afectado por todo esto? ¿Cómo se traduce en su vida y en la de sus seres queridos? Lo que los psicoterapeutas aprenden de sus clientes y cómo impacta en su vida personal y profesional ha sido una fuente de interés en los últimos años. Es curioso, mientras existe una gran investigación sobre la forma en que el cliente aprende del psicoterapeuta, hay en contrapartida muy poca literatura sobre lo que el terapeuta aprende de sus clientes. En un estudio exploratorio cualitativo realizado por el Dr.  Hatcher y sus colaboradores en el año 2012 se entrevistaron a 61 psicólogos de toda América del Norte con el objetivo de detectar lo que los psicoterapeutas pudieron haber aprendido y cómo se han visto afectados por sus clientes tanto personal como profesionalmente. Los participantes respondieron a nueve preguntas abiertas (puedes verlas en el enlace a la investigación de arriba) que daban cuenta de lo que habían aprendido con sus clientes y cómo aquello había influenciado las siguientes áreas de su vida personal y profesional: la toma de decisiones éticas, sus relaciones, el afrontamiento, las lecciones de vida, el valor, la sabiduría, la psicopatología, la personalidad, las diferencias culturales, el desarrollo de vida y más. Las respuestas se realizaron con mucho detalle, y se clasificaron temáticamente y por orden de frecuencia. Los terapeutas confesaron haber aprendido mucho y expresaron un profundo respeto por la resiliencia y coraje de sus clientes.

Cuando el psicoterapeuta se va a casa, las historias se van con él

Otra investigación realizada para la revista Professional Psychology Research and Practicen en el año 2000 por Radeke y Mahoney, basada en una encuesta a 276 psicólogos divididos en dos grupos (investigadores y practicantes), apunta que, aunque sí que se producen cambios en la persona del psicoterapeuta, no está claro si estos cambios son los mismos para psicólogos investigadores que para practicantes. Al contrario de los investigadores, los psicoterapeutas practicantes reportaron más ansiedad, depresión y cansancio emocional, aunque confesaban encontrarse más satisfechos con sus vidas y con más probabilidad de sentir que su trabajo les había influenciado para bien. Otra investigación más reciente, de la mano de Marit Râbu y sus colaboradores concluye que el trabajo como psicoterapeuta implica desarrollar más apertura, tolerancia y creatividad, pero también más vulnerabilidad a sentimientos de inadecuación, aislamiento y desesperación. Una respuesta recurrente dada por los psicoterapeutas entrevistados fue que había sido un privilegio estar cerca de la vida esas personas no solo para acompañarlas en su dolor y sufrimiento, sino en ver su capacidad, a veces notable, para hacer frente y adaptarse. Esto, agregaban los profesionales de la salud, les ayudó a enriquecer sus propias relaciones y vida en general.

ser psicoterapeuta implica mayor apertura, tolerancia y creatividad, pero también vulnerabilidad

Con respecto al dolor y sufrimiento, señalaron que la edad y experiencia los había hecho más sensibles en el transcurso de su carrera. De hecho, la mayoría coincide en que entre los desafíos más difíciles se encontraba el trabajo con clientes suicidas. Algunos señalaron el sentimiento abrumador de culpa por no haber podido proporcionar apoyo suficiente. En conclusión, investigaciones cualitativas de este orden producen un material muy rico para el análisis y la reflexión, pero inevitablemente a costa del control metodológico, haciendo difícil saber cuánto de estos hallazgos se pueden generalizar. Además, los investigadores advierten otros sesgos a tomar en cuenta como las orientaciones de los participantes (mayormente humanistas y relacionales) que pudieron haber influido en sus respuestas, así como el momento vital y profesional de los entrevistados. Sin embargo, con los puntos que sí podemos quedarnos son en relación al coste emocional que la práctica supone, con mucha responsabilidad y estrés por un lado, y llena de invaluable aprendizaje y riqueza por el otro. Por ello hemos de estar preparados y tomar precauciones a fin de preservar lo mejor de nuestro quehacer profesional; cultivando la compasión de uno mismo, protegiendo el propio espacio interior, cultivando otros intereses, socializando con otros ajenos a la profesión, pintando, tocando un instrumento, ejercitándose o conectándose con la naturaleza. Sin olvidar, por supuesto, los tres pilares básicos en nuestra práctica: la teoría, la supervisión y nuestra propia terapia personal (o trabajo personal). Fuentes: The Quality Report I The British Psychological Society

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  • Psicología aplicada

Una breve privación de la vista en los bebés, reorganiza el cerebro

  • Mauro Colombo
  • 18/11/2016
Una breve privación del sentido de la vista en bebés, reorganiza de forma permanente los cortex sensoriales, según un nuevo estudio publicado este mes en Current Biology. Pacientes operados a los 6 meses de vida de cataratas responden de forma más rápida y eficaz a estímulos auditivos que visuales, a diferencia de personas que no han sufrido ningún tipo de privación visual. En estos sujetos, el sentido auditivo se ha convertido en dominante, a pesar de no poseer en el presente ningún problema de vista.
Personas que fueron privadas de la vista de bebés, reconocen estímulos auditivos de forma más rápida y eficaz que los visuales.
El estudio, que fue realizado por investigadores de la Universidad Católica de Lovaina (UCL) y de la Universidad de Toronto, muestra hasta qué punto los primeros meses de vida son cruciales para la interacción de las regiones sensoriales. La investigación se basó en once sujetos que fueron observados durante 25 años. Todos ellos habían sido operados de cataratas a la edad de seis meses (de media). En la actualidad, los sujetos de la investigación no padecen ningún problema de visión, si bien presentan ligeros inconvenientes como la dificultad de percibir movimientos no biológicos (hacia la derecha o la izquierda) y una disminución de la capacidad de reconocer diferencias entre rostros. Durante la investigación, los sujetos tuvieron la tarea de reconocer estímulos visuales y auditivos que surgían de pronto, tanto por la derecha como por la izquierda. Aquellos sujetos que habían sido operados de pequeños, fueron más eficaces para responder a los estímulos auditivos que a los visuales, en comparación con el otro grupo, que no estuvo jamás en una situación de privación visual. Esto significa, según los investigadores, que su sentido del oído se ha refinado.

En quienes sufrieron cataratas de bebés, el sentido dominante es el auditivo.

Se estudió a su vez lo que se llama el costo de cambio de modalidad. Esto es, la dificultad que le causa a una persona reaccionar a dos informaciones de modalidades sensoriales diferentes, como puede ser un sonido (modalidad auditiva) y una luz (visual). En aquellas personas que jamás sufrieron problemas en su visión, el sentido dominante es el de la vista. Para ellos, resulta más fácil convertir un estímulo auditivo en visual, que al revés. Sin embargo, en aquellos sujetos que habían sido privados de la vista de bebés, el fenómeno era inverso. Como el dominio sensorial en estas personas se había reorganizado, para ellos resultaba más fácil convertir en auditiva una información visual, que al revés. El estudio demuestra la importancia para el desarrollo y la organización cerebral, de las primeras experiencias sensoriales. La corteza visual es una de las primeras zonas que se desarrolla en forma rápida. Las primeras experiencias visuales, por tanto, son vitales para el desarrollo de esta área. Al mismo tiempo, los datos indican que la misma se altera de forma permanente, en caso de ser privada de los estímulos necesarios. Pueden acceder a la investigación publicada en Current Biology aquí. Fuente: Tendencias de la Salud  

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  • Psicología clínica

¿Una aplicación para detectar autismo?

  • Mauro Colombo
  • 18/11/2016
Una reciente investigación sugiere que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) podría ser diagnosticado por medio de una aplicación para celulares, tablets y computadoras. El estudio, hecho por la Universidad de Buffalo y presentado en la conferencia IEEE Wireless Health durante el mes de octubre, abre perspectivas prometedoras para un diagnóstico temprano.

Una detección temprana del TEA mejora sensiblemente su evolución.

En la actualidad se sabe que una detección temprana mejora sensiblemente las perspectivas de evolución. El problema, es que muchas veces el diagnóstico no aparece sino hasta los 3 o 4 años, o incluso luego. “Aunque nunca es demasiado tarde para iniciar la terapia, la investigación demuestra que cuanto antes diagnosticamos, mejores serán nuestros resultados», dijo la Dra. Kathy Ralabate Doody, profesora asistente en el Departamento de Educación Excepcional de la Universidad Estatal de Buffalo y coautora del  estudio. La autora principal de la aplicación se llama Kun Woo Cho, una licenciada que se especializa en ciencias de la comunicación e ingeniería. El estudio incluyó a 32 niños, con edades comprendidas entre los dos y los diez años. La mitad de ellos habían sido previamente diagnosticados con autismo, según los criterios diagnósticos del DSM-V. La otra mitad no poseía TEA. En la investigación, la aplicación tuvo una eficacia en el diagnóstico del 93,96%.  La misma realiza un seguimiento de los movimientos oculares de los niños, que miran escenas sociales, en general con varias personas. Los movimientos oculares de alguien con TEA suelen diferir de los de una persona que no padece el trastorno.
La aplicación realiza un seguimiento de los movimientos oculares de los niños, mientras miran escenas sociales.
El análisis de datos encontró que las fotos de escenas sociales evocan diferencias en el movimiento ocular entre niños con y sin TEA. Los patrones de seguimiento de los ojos de los niños con autismo mirando las fotos están dispersos, en comparación con un patrón más enfocado de los niños sin TEA. «Especulamos que se debe a su falta de capacidad para interpretar y entender la relación representada en la escena social», dijo Cho. El uso de la aplicación demora poco menos de un minuto, lo que le da una ventaja importante frente a otros métodos más extensos, o que requieran mayores niveles de atención por parte de los niños. Luego de esta primera fase de investigación, una ampliación de la misma incluirá a unos 400 niños para evaluar, provenientes del Centro de Trastornos del Espectro Autista en el Hospital de Mujeres y Niños de Buffalo. Es de destacar que la investigación ha sido verdaderamente interdisciplinaria, ya que incluye conocimientos de tecnología informática, psicología y experiencia médica para la selección de estímulos y la detección de autismo. Por último, si bien se está recién en una fase de estudio, resultan de gran importancia estos avances en la detección temprana del TEA, ya que, como se mencionó anteriormente, significan una gran diferencia en la evolución del trastorno. El artículo original está publicado en la web de University at Buffalo Fuente: PsychCentral  

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  • Psicología aplicada

«Los closets son ventanas hacia nuestro Yo interior»

  • Rita Arosemena P.
  • 18/11/2016
Para la psicóloga Jennifer J. Baumgartner, autora del libro «You Are What You Wear» (Eres Lo Que Vistes), los closets son «ventanas hacia nuestro Yo interior» y no sólo un aspecto superficial de índole estética. La forma en que nos vestimos, dice Baumgartner, revela mucho acerca de nuestra identidad e incluso refleja posibles tendencias ansiosas y depresivas. ¿Pero qué hay del resto de cosas que hallamos al abrir de par en par nuestro armario o al explorar los rincones de una habitación? ¿Qué tanto dicen nuestros hábitos de acumulación de objetos de nuestra higiene mental? La acumulación patológica se reconoce como una condición clínica en el Trastorno por Acumulación (TA) así como un síntoma o subtipo del Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). Algunas características de los acumuladores patológicos son:
  1. Dificultad persistente para desechar posesiones personales, incluso aquellas que ya no son utilizadas o que carecen de valor práctico.
  2. Sentimientos de angustia o indecisión relacionados con la posibilidad de desechar estas pertenencias.
  3. Malestar clínicamente significativo (comportamiento disfuncional que afecta la vida privada y las relaciones sociales del individuo).

La acumulación se vincula con un apego emocional malsano

Las motivaciones asociadas con la acumulación suelen deberse al establecimiento de fuertes vínculos emocionales en torno a un objeto con base en experiencias o recuerdos, o bien a una certeza de utilidad potencial que hace creer al individuo que es conveniente conservar dichos artículos aunque no los use normalmente. La acumulación patológica, según los psicólogos Juan Antonio Becerra y Manuel Robles, puede considerarse egodistónica, es decir que comprende pensamientos, impulsos y conductas que no son característicos del Yo sino incongruentes con su personalidad.

«Tengo clientes que dicen que están angustiados con todo el desorden que tienen, y angustiados con la idea de deshacerse de él»

No es necesario experimentar la acumulación como condición clínica (trastorno) para vivir en primera persona los efectos negativos de conservar objetos que no necesitamos y que ya ni siquiera son útiles. No solo porque nuestro entorno físico resulta sobresaturado y esto, según las investigaciones, puede llegar a interferir con nuestra productividad, sino también porque sin siquiera saberlo podríamos estar afectando negativamente nuestra estabilidad emocional. «Tengo clientes que dicen que están angustiados con todo el desorden que tienen, y angustiados con la idea de deshacerse de él», dice Simon Rego, director de Formación de Psicología en el Centro Médico de Montefiore (Nueva York). El grado de angustia que experimentan algunas personas respecto a la posibilidad de desechar ciertas posesiones puede responder a un apego emocional malsano, de manera que la presencia del objeto en cuestión no sólo ocupa un espacio físico, también desempeña un rol importante como estímulo externo que podría promover esquemas de pensamiento perjudiciales para el individuo. Cuando la negación a deshacerse de un objeto se vincula con recuerdos tristes del pasado o memorias traumáticas, la acumulación se encuentra lejos de ser inofensiva.
Acumular objetos que ya no utilizamos puede afectar negativamente nuestro equilibrio emocional
Algunas recomendaciones para deshacerse de objetos acumulados de manera efectiva son:
  1. Empezar poco a poco. No es necesario desechar todo al mismo tiempo, en especial si se trata de artículos con una fuerte carga emocional (como las pertenencias de un ser querido fallecido o de una ex pareja).
  2. Dividir los objetos en utilizables e inutilizables, de manera que sea más fácil reconocer cuáles son aquellos que conservamos por vinculación emocional.
Referencias: WJS

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  • Psicología clínica

Hallazgos sobre la actividad física podrían ayudar al tratamiento del Alzheimer

  • Mauro Colombo
  • 17/11/2016
La actividad física produce múltiples beneficios para quien la realiza. También sucede esto a nivel mental; se sabe desde hace tiempo que es incluso un factor protector contra el deterioro cognitivo. Sin embargo, en el caso de los adultos mayores, a medida que envejecen y algunos experimentan deterioro cognitivo, tienden a ser menos activos físicamente. Amber Watts, profesora asistente de la Universidad de Kansas, afirma:
“La actividad física es muy importante para la función cerebral. Sabemos que para las personas que viven con enfermedad de Alzheimer (EA), la actividad física puede ayudarles a funcionar mejor, enlentecer el deterioro y ayudarles con síntomas como la agitación, la vagancia y el insomnio.”
Según Watts, se sabe muy poco acerca de los patrones de actividad de las personas que experimentan las primeras etapas de EA. Por ejemplo, se carece de datos sobre cómo la progresión de la enfermedad en sí juega un papel en la disminución de la actividad física diaria. Parte de este problema es que se supone que no son activos físicamente. Sin embargo, señala Watts, su investigación demuestra que en las primeras etapas de la enfermedad son capaces de ser activos, solamente necesitan ayuda.

La actividad física puede ayudar a quienes padecen Alzheimer a funcionar mejor, enlentecer el deterioro y combatir síntomas como la agitación, la vagancia y el insomnio.

Con un colega del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, Vijay R. Varma, estudiaron la actividad física diaria de 92 voluntarios, con y sin EA en el Centro de Enfermedad de Alzheimer de KU, en Kansas City. Los participantes llevaron acelerómetros Actigraph GT3X + durante una semana.
«Encontramos que las personas con EA tienen diferentes patrones diarios de actividad que las personas sin EA. Ellos pasan menos tiempo en actividad de intensidad moderada, pero tiene que ver con la hora del día, son mucho menos activos por la mañana, cuando la mayoría de las personas están en la cima de la actividad,  y eso puede influir en los cuidadores y las personas que están tratando de ayudar a las personas con demencia».
La mejor actividad para realizar es caminar, afirma Watts. Es de bajo riesgo, seguro, cualquier persona puede hacerlo, no requiere equipo específico, y se puede hacer en cualquier lugar.

La mejor actividad física es caminar. Es segura, no requiere equipo específico y se puede hacer en cualquier lugar.

Hay otras actividades como estiramiento, tai chi, las tareas del hogar, la jardinería, caminar alrededor del centro comercial. Las personas con EA no tienen que ir al gimnasio, solo necesitan hacer algo que los mantenga en movimiento y les impida estar sentados continuamente. Este estudio aporta información relevante para conocer los patrones de actividad de las personas en etapas iniciales de EA, y desarrollar estrategias específicas de intervención, que puedan optimizar por un lado la actividad física, y por otro mejorar otros aspectos de la vida en estos sujetos, como por ejemplo el sueño. La investigación actual se ampliará en una nueva en la que participarán voluntarios del Centro de Enfermedad de Alzheimer de KU. Los investigadores están interesados en entender cómo el sueño nocturno y los niveles de actividad interactúan y se influyen mutuamente. En The University of Kansas pueden acceder a la publicación original. Fuente: ScienceDaily

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  • Psicología clínica

Adolescentes víctimas de acoso: Un estudio revela tendencias inquietantes

  • Mauro Colombo
  • 17/11/2016
La conducta de acoso constituye un problema de salud pública ampliamente reconocido, del cual sin embargo, se posee poca información con respecto a la población adolescente. Durante este período de la vida, se terminan de consolidar las pautas de comportamiento emocional, sexual y social aceptables. Es por esto que es una etapa de gran importancia, no solo para la salud y el bienestar presente, sino también para el futuro.

Alrededor de un 14% de adolescentes sufre alguna clase de acoso

Un nuevo estudio publicado en el  American Journal of Preventive Medicine, entrevistó a 1.236 jóvenes de ambos sexos seleccionados al azar, y concluyó que cerca del 14% de las niñas y el 13% de los niños, eran víctimas de algún tipo de acoso. A su vez, el análisis determinó que dichos adolescentes eran más propensos a desarrollar síntomas relacionados con la depresión, como a mantener diversas conductas de riesgo. Los investigadores, a partir de los datos de la encuesta, los desglosaron en tres tipos de perfiles distintos: ·         Uno correspondiente a quienes no eran víctimas ·         Otra categoría de personas que tenían una exposición mínima a, y ·         La categoría de las víctimas Se considera que el acoso comprende una serie de comportamientos repetidos no deseados. Por esta razón, los investigadores usaron una lista de 19 indicadores de victimización por acoso, y vieron en que forma se repetían. Los sujetos se dividieron en los tres grupos, a partir de como respondieron a estos indicadores.  El tamaño de las clases fue similar en todos los casos. Un 50% de las niñas y un 53% de los niños, se incluyeron en la categoría de “no víctimas”. Seguido, el 36% de las jóvenes y el 34% de los varones, dentro de la que tenía un mínimo de exposición a conductas de acoso. Y por último, 14% de las mujeres y 13% de los varones, sí calificaban como víctimas de acoso. El investigador principal Dennis E. Reidy, sostuvo:

«Poco se sabe sobre las tasas y las consecuencias potenciales de la persecución y la victimización en el desarrollo de las poblaciones adolescentes (…) Identificar cómo estas diferentes tácticas de acecho se manifiestan en diferentes combinaciones es crítico porque diferentes perfiles de acoso probablemente confieren grados y formas de riesgo variables. Por ejemplo, una víctima que experimenta principalmente vigilancia por un acosador puede sufrir muchas menos consecuencias físicas, sociales y psicológicas que una víctima de un acosador que muestre más diversidad en este tipo de comportamiento”.

Una vez que los investigadores identificaron los tres tipos de categorías, determinaron aquellos factores potenciales de salud mental y de comportamiento asociados con ser víctima de este fenómeno. Junto con el seguimiento de los indicadores de acoso, la encuesta también preguntó a los adolescentes sobre síntomas psiquiátricos (trastornos del estado de ánimo, estrés postraumático, sentimientos de desesperanza) y conductas sexuales. Los datos revelaron que los adolescentes que estaban dentro de la categoría de víctimas tenían más probabilidades de reportar síntomas de trastornos del ánimo, además de comportamientos de riesgo y abuso de sustancias; en comparación con los otros dos grupos de jóvenes. Este estudio demuestra que un porcentaje considerable de adolescentes sufre un comportamiento que repercute negativamente en sus vidas, pudiendo afectar su salud mental no solo en el presente, sino también marcando de forma duradera la forma en la que establecerán relaciones en el futuro. Con respecto a esto último, es un problema que concierne también a quienes toman el papel de victimario, ya que al incorporar estos hábitos conductuales para con otros sujetos, es probable que los continúen repitiendo conforme pasa el tiempo. La investigación fue publicada en American Journal of Preventive Medicine Fuente: PsyPost

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