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La ciencia detrás de la fuerza de voluntad

  • Karemi Rodríguez Batista
  • 29/11/2016

Y, ¿qué no haríamos con suficiente fuerza de voluntad? Quizás dejaríamos de fumar, lograríamos bajar esos kilitos que tanto nos molestan, haríamos ejercicio, evitaríamos el consumo de drogas, de alcohol, haríamos eso que siempre postergamos… ¡Vamos, que lograríamos casi todo lo que quisiéramos! ¿verdad?…  O al menos, eso es lo que pensamos.

Cuando nos ha vencido la tentación parece que es el fin del mundo, que es un fracaso moral digno de castigo. Estudios recientes sugieren que hay prácticas para fortalecer nuestra fuerza de voluntad. Sin embargo, también hay estudios que demuestran que cuando la gente se resiste a la tentación, o bien sólo tiene ganancias a corto plazo o bien puede ser un fracaso rotundo.

Una encuesta reciente de la Universidad de Chicago concluyó que el 75 por ciento de los estadounidenses creían que la falta de fuerza de voluntad era una barrera para perder peso, a pesar de la evidencia científica que muestra más cruciales que la fuerza de voluntad misma, los factores genéticos y del medio ambiente (la educación alimentaria).

la gente se resiste a la tentación, o bien sólo tiene ganancias a corto plazo o bien puede ser un fracaso rotundo

Si dejaramos de “rendir culto” al autocontrol, tal vez podríamos empezar a ayudar a las personas a alcanzar sus metas de forma diferente, con más eficacia y menos esfuerzos.

En contra de la fuerza de voluntad

En el pensar colectivo tenemos incrustadas frases como “Querer es poder”, o “El que quiere azul celeste que le cueste”. Pero… y si, por ejemplo, el cambio que queremos hacer es comer menos dulces, y de pronto nos encontramos delante de un montón de galletas de chocolate, los investigadores dicen que la pila de galletas “ya  nos ha ganado la partida”.

Nuestro prototípico modelo de autocontrol se asemeja a tener un ángel por un lado y un demonio por otro, que constantemente luchan. Tendemos a pensar que las personas con gran fuerza de voluntad, serán capaces de ganar eficazmente esta batalla. La verdad es que las personas que realmente tienen buen autocontrol nunca tienen estas batallas en primer lugar. Es decir, son los que experimentan menos tentaciones en general los que más éxitos consiguen, no los que utilizan la fuerza de voluntad (que casi siempre suele agotar).

En 2012 se publicó un estudio en la revista Personality and Social Psychology. En éste se seguía la pista a 205 personas toda una semana en Alemania. A los participantes se les proporcionaba BlackBerrys que aleatoriamente les preguntaban sobre qué deseos, tentaciones y autocontrol experimentaban en el momento. El estudio tropezó con una paradoja: Las personas que se auto percibían con más autocontrol, informaron menos tentaciones a lo largo del período de estudio. En definitiva, las personas sobresalientes en autocontrol casi no lo utilizaban en absoluto.

Si vencer la tentación es una virtud, entonces a mayor resistencia debería producirse mayores logros, ¿verdad? Eso no es lo que concluyen los resultados, a la espera de su publicación en la revista Social Psychological and Personality Science.

Lo que podemos aprender sobre la  fuerza de voluntad

1) Las personas con mayor autocontrol disfrutan de actividades que algunos de nosotros resistimos, como comer sano, estudiar o hacer ejercicio.

Estas actividades, por lo tanto, ya no son vistas como tareas para ellos. Hay mayor probabilidad de obtener los objetivos desde el “quiero” que desde el “debo”. Es más fácil alcanzar las metas así, y uno se esfuerza menos.

Si haces ejercicio porque “tienes que” estar en forma, pero encuentras esta actividad pesada, horrible, etc., pues es más probable que no la continues. Pero si la actividad, sea la que sea, te gusta, entonces sí que se incrementan las probabilidades de volverla a hacer. Es decir, tenemos que hacernos “coco wash”, o el “cambio de gafas o posición” desde la que percibimos la actividad hasta encontrarle el atractivo, para que nos motivemos si es necesario.

2) Las personas que son buenas con el autocontrol han aprendido mejores hábitos

Los psicólogos Brian Galla y Angela Duckworth publicaron un artículo el año pasado, en la Revista de Personalidad y Psicología Social. En él dan cuenta de los resultado encontrados a través de seis estudios y más de 2.000 participantes. Afirman que las personas más autocontroladas tienden a tener buenos hábitos, como comer sano, hacer ejercicio regularmente, dormir bien y estudiar.

¿Os acordáis de la prueba clásica sobre el autocontrol, “La prueba del malvavisco” de Walter Mischel, en los años 60?

https://youtu.be/Yo4WF3cSd9Q

En esta prueba, sentaron a los peques enfrente de un malvavisco y se les dijo que se la podrían comer, o que si se esperaban entonces podrían comer dos. ¡Ay, pobretes!

Se encontró que la capacidad de resistencia (tolerancia a la frustración) correlaciona con todo tipo de resultados positivos en la vida. Los niños que evitaron comer el primer malvavisco encontraron formas para distraerse y no mirar el caramelo. Estos niños lograron mayor autocontrol debido a la aplicación estrategias más eficaces. El factor crucial para tolerar la frustración es la capacidad de cambiar la percepción del objeto o la acción que deseamos resistir.

las personas sobresalientes en autocontrol casi no lo utilizaban en absoluto

3) Algunas personas experimentan menos tentaciones

Hemos de tomar en cuenta las disposiciones personales y otros factores para entender que hay personas que, por ejemplo, tienen más tendencia al juego o a las compras, o por el contrario, que puntúan alto en el rasgo de personalidad “conciencia”, luego tienden a ser más cautos o poseer hábitos más saludables, y está claro que les irá mejor en esto del autocontrol.

4) Es más fácil tener autocontrol cuando no eres pobre

Cuando la prueba de malvavisco de Mischel se repite en poblaciones de niños más pobres, hay una tendencia clara: tienen peor desempeño y parece que son menos capaces de resistirse. La razón de esto, según Elliot Berkman, neurólogo de la Universidad de Oregon, es que las personas que crecen en la pobreza son más propensas a centrarse más en las recompensas inmediatas que en las recompensas a largo plazo, ya que cuando eres pobre, el futuro es menos seguro.

Los investigadores quieren averiguar si el autocontrol se puede ejercer sin esfuerzo

«El autocontrol no es un músculo moral especial»,  afirma Galla. Es como cualquier decisión, y para mejorar la decisión, tenemos que mejorar el medio ambiente, y dar a la gente las habilidades necesarias para evitar la tentación en primer lugar.

Las nuevas investigaciones aún no son concluyente sobre si es realmente posible enseñar a las personas las habilidades necesarias para que se ejerza el autocontrol sin esfuerzo. Es necesario realizar más trabajo: diseñar intervenciones y evaluar sus resultados con el tiempo.

Ya para finalizar os traemos un informe elaborado por la Asociación Americana de Psicología, que nos explica más a fondo por qué el autocontrol triunfa o fracasa y nos da una serie de recomendaciones para saber utilizar la fuerza de voluntad a nuestro favor. Aquí puedes descargarlo.

Fuente: Vox

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  • Artículos de opinión (Op-ed)

Revelando los secretos para ganar botes progresivos

  • David Aparicio
  • 29/11/2016

Los juegos de azar son muy populares en los tiempos modernos. Esta forma de pasar el tiempo atrae la atención de los jugadores con una variada selección de interesantes máquinas tragamonedas y la oportunidad de ganar dinero real en un corto período de tiempo. https://www.brazino777.mx/ ofrece una gran selección de juegos entre los que ganarás cantidades reales, así como la oportunidad de llevarte el premio mayor. Para que la suerte esté de su lado y se acredite una gran suma de dinero en tu cuenta, debes seguir las recomendaciones de los jugadores experimentados. Los botes progresivos no son un mito. Hoy en día la probabilidad de ganar una gran cantidad de dinero es bastante alta.

Jackpot progresivo: características ganadoras

El bote progresivo es un tipo especial de recompensa. La acumulación de premios en metálico se lleva a cabo en el proceso de realización de apuestas en determinadas máquinas tragamonedas. Los montos del premio mayor pueden alcanzar tamaños inimaginables. Debido al atractivo de tal premio, cada vez son más los fanáticos que se esfuerzan por ganar el premio principal en efectivo.

Cabe señalar que para ganar el premio mayor es importante seguir ciertas estrategias. Y aunque las garantías de ganarlo no existan y las pérdidas financieras sean una consecuencia, también está latente la emoción de disfrutar del juego.

Cuáles son las principales características de las ganancias acumulativas:

  • El proceso principal del juego es la acumulación. El bote progresivo aumenta cuando un jugador realiza una apuesta en una máquina que tiene una función de “bote”. Un cierto porcentaje de la apuesta realizada por el participante se acredita al premio total, cuyo monto aumenta hasta que se otorga el premio principal en efectivo.
  • Cadena de premios mayores. Los botes progresivos a menudo se combinan en varios clubes en línea o máquinas tragamonedas de operadores específicos. En este caso, el fondo total de premios aumenta debido a las apuestas realizadas por jugadores de diferentes establecimientos de juego conectados por un premio mayor. El tamaño de dichas ganancias puede ser de varios millones.
  • El premio mayor puede ser de cierto nivel. Los botes progresivos pueden ser de diferentes niveles, por lo que la cantidad ganadora también puede variar. Estamos hablando de botes mini y maxi. Los jugadores ganan premios mínimos con mucha más frecuencia que recompensas grandes.
  • Posibilidades de ganar. La probabilidad de recibir el premio principal en efectivo es baja; además, muchos clientes de casinos en línea se esfuerzan no solo por ganar una pequeña cantidad de dinero, sino también por ganar el premio mayor. Todos los jugadores tienen las mismas posibilidades de ganar, por lo que el resultado del juego depende en gran medida de la suerte.

Los botes progresivos añaden entretenimiento extremo a los juegos de azar, porque la probabilidad de ganar es baja y las apuestas deben realizarse con dinero real. Todo jugador que quiera ganar un premio mayor debe ser consciente de que el éxito depende únicamente de la suerte y que es casi imposible influir en el resultado del juego.

Consejos para ganar el bote progresivo

Como se mencionó anteriormente, no hay garantía para ganar un premio mayor progresivo, pero puede aumentar sus posibilidades si sigue las siguientes recomendaciones:

  • Cuidado al elegir el casino virtual donde planea jugar. La plataforma debe operar legalmente y tener una licencia para actividades de juego. Una de esas plataformas es https://www.brazino777.mx/. Hay una gran selección de tragamonedas con botes progresivos, que se encuentran en una sección separada. Hay varios sistemas de pago disponibles para los usuarios y también se ofrecen lucrativas ofertas de bonificación a los jugadores.
  • No tengas miedo de hacer apuestas máximas. Para aumentar las posibilidades de ganar el premio mayor, el jugador debe correr riesgos y realizar grandes apuestas. Si realizas apuestas pequeñas, la probabilidad de recibir una gran recompensa será mínima.
  • Estudia detenidamente las condiciones y reglas del juego. Para ganar un bote progresivo, debes cumplir estrictamente con todos los requisitos establecidos por el casino en línea y el proveedor.
  • Elije las máquinas tragamonedas más populares a las que juega una gran cantidad de jugadores. En estos juegos, la probabilidad de ganar el premio mayor es mucho mayor que en las máquinas tragamonedas tradicionales sin bonificaciones ni otras funciones avanzadas.
  • Establece un límite y no lo excedas si ganas.

Los generadores de números aleatorios son la base de las máquinas tragamonedas modernas. Las tragamonedas con jackpot progresivo tampoco son una excepción. Por eso no intentes encontrar una estrategia específica que te permita ganar el premio mayor. Sigue las recomendaciones anteriores y cuenta con la suerte.

Conclusión

Te recomendamos no tener miedo de probar suerte en las tragamonedas con botes progresivos. No excedas los límites, juega en plataformas probadas y ¡seguro que ganarás el premio mayor!

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  • Recomendados

Machismo a la mexicana

  • David Aparicio
  • 28/11/2016
Mónica Redondo escribió para Hipertextual un análisis de como el machismo se apoderó de los medios mexicanos. En especial de la sección del pronóstico del tiempo. El artículo de Redondo nos ofrece mucho para reflexionar sobre como los medios de comunicación siguen perpetuando ese machismo rancio que hace rato deberíamos haber eliminado. Pero claro, el machismo genera mucho dinero y los medios no están dispuestos a perder ni un centavo:

El pronóstico del tiempo nunca fue tan sensual. Mujeres jóvenes con tacones de infarto y vestidos apretados o minifaldas. Muchos espectadores desearán que hayan chubascos en el sur del país para que la presentadora se agache.

La sección del tiempo en los informativos del canal mexicano Televisaes el producto televisivo más rentable de toda la programación. Todo gracias a ellas, las chicas del tiempo, chicas jóvenes que no pasan de 30 años y que informan sobre el clima con looks que quitan el hipo.

¿Mujeres objeto? Para nada. Ellas se ven como profesionales y simplemente admiten que el físico es algo muy importante en televisión. «Yo me pongo en la piel de un espectador y si veo a alguien feo ¡pues le cambio!», explica Gabriela Lozoya, una de las presentadoras de Televisa en entrevista con El País.

https://youtu.be/mPRDIAPld48 Lee el artículo completo en Hipertextual.

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  • Psicología aplicada

Cerebro y procrastinación

  • Sergio Lotauro
  • 28/11/2016
Siempre me gusta decir que el cerebro es como una mamushka, ya que en su interior contiene otro cerebro más chico, conformado por una serie de núcleos que en su conjunto controlan y regulan aquellos aspectos más ligados a la vida instintiva, como la alimentación, la sexualidad y la búsqueda de seguridad y protección, que son los tres pilares de la supervivencia en el reino animal. Como luce el exterior del cerebro todo el mundo lo sabe. Es bastante parecido a una nuez, pero de un color rosáceo y consistencia viscosa. Pero en realidad, eso que podemos ver es solo la capa externa, llamada corteza cerebral. La corteza posee un espesor de varios milímetros, y envuelve a otras regiones con una morfología y una bioquímica completamente diferente, que en su totalidad reciben el nombre de cerebro paleomamífero, más comúnmente conocido como sistema límbico. Mientras las neuronas de la corteza cerebral están dispuestas en capas y se ocupan de dar soporte biológico a las funciones cognitivas más elaboradas del ser humano, como la personalidad, el pensamiento y el lenguaje; las neuronas del cerebro paleomamífero se encuentran apiñadas, dispuestas en grupos o conglomerados que constituyen núcleos cerebrales que cumplen diferentes tareas, más estrechamente vinculadas al metabolismo del cuerpo.
el cerebro es como una mamushka
No me voy a extender demasiado sobre las características anatómicas y funcionales de nuestros dos cerebros, pero es necesario que el lector sepa que la corteza cerebral es la sede de los procesos conscientes; es decir, gracias a ella podemos comprender y verbalizar aquella información que circula por nuestro cerebro. Pero no ocurre lo mismo con la información que circula por debajo de la corteza. Los núcleos que conforman el sistema límbico funcionan con relativa independencia del resto del cerebro. De hecho, las funciones cognitivas que residen en la corteza solo tienen una influencia muy limitada sobre las áreas subcorticales. Para acelerar un poco la cosa, quiero dejar establecido que mientras utilizamos la corteza para hacer un cálculo matemático, leer un libro, o elaborar una teoría científica; el sistema límbico regula nuestro bienestar psicológico y una gran parte de la fisiología del cuerpo, como el funcionamiento del corazón, la tensión arterial, el sistema endócrino, el sistema digestivo y el sistema inmunológico. Y mientras utilizamos la corteza de forma voluntaria, de acuerdo a nuestros intereses del momento, el sistema límbico, por el contrario, trabaja de forma automática, silenciosa, y más allá de nuestras intenciones. Por ejemplo, no necesitamos pensar que el corazón bombee sangre para que pueda hacerlo. Tampoco le damos conscientemente la orden a nuestros pulmones para que respiren el oxigeno que necesitamos para vivir, ni le pedimos al estómago que digiera los alimentos, ni al sistema inmunológico que nos defienda de posibles virus o bacterias que invaden nuestro organismo. En pocas palabras, no tenemos control ni registro consciente de lo que ocurre por debajo de nuestra corteza. Solo tenemos consciencia del resultado de estos procesos automáticos e invisibles. En todo caso, podemos escuchar a nuestro corazón latir, o sentir a nuestros pulmones respirar, pero no tenemos que proponernos nada de eso para conseguirlo. Que tengamos dos cerebros independientes e interrelacionados es la razón, probablemente, del porque nos cuesta tanto cambiar un habito o una costumbre fuertemente establecida. Cuando nos proponemos hacer una dieta para bajar de peso o inscribirnos en el gimnasio para llevar una vida más saludable y menos sedentaria, nos cuesta muchísimo llevarlo a la práctica. Muchas veces el resultado es la eterna postergación, la búsqueda infructuosa del “momento adecuado” para poder hacerlo. De esta manera, demoramos el paso a la acción de nuestra decisión, y cabe pensar que tal vez se deba a que no es suficiente con la determinación consciente; el cerebro necesita estar convencido en su conjunto. En casos como este, pareciera que estamos asistiendo a una lucha de poder entre las fuerzas conscientes del cerebro versus las inconscientes, en donde estas últimas claramente siempre tienen ventaja.
no tenemos control ni registro consciente de lo que ocurre por debajo de nuestra corteza
Aquí es donde se pone de manifiesto la necesidad de una decisión integral. Difícilmente alcance con nuestra corteza cerebral para doblegar los impulsos y las tendencias inconscientes que nacen en el sistema límbico. Así es, el cerebro es desidioso, y muchas veces se deja arrastrar por los beneficios inmediatos que proporciona determinada decisión (ir a la cafetería de la esquina a comer una porción de torta de chocolate, por ejemplo), ignorando beneficios futuros mayores de la elección contraria (ir al gimnasio a hacer una rutina de actividad cardiovascular). Esto es lo que se conoce como procrastinación, un mal que se ha extendido sobre la faz de la tierra como una pandemia y que afecta a casi todas las culturas por igual. Muchas veces nos comportamos de una manera completamente hedonista, como si no existiera un mañana, o en su defecto, como si en el futuro fuéramos a estar menos cansados o mejor predispuestos de lo que estamos hoy. El placer de saborear un helado de crema rusa nos proporciona una gratificación instantánea con la que no puede competir la valoración de un futuro en donde nos veamos más delgados, más apuestos, y probablemente más sanos. También, esa es parte de la razón por la cual, como sociedad, nos encontramos inmersos en un consumismo desenfrenado, donde las compras compulsivas son cada vez más frecuentes entre la población, socavando la posibilidad de ahorrar dinero para una mejor jubilación y pasar económico en el día de mañana.
el cerebro es desidioso, y muchas veces se deja arrastrar por los beneficios inmediatos que proporciona determinada decisión
Los objetivos loables a largo plazo los planifica nuestra corteza cerebral. Ella es completamente capaz de hacer minuciosos análisis de costos y  beneficios, de sopesar las ventajas y desventajas de, por ejemplo, hacer una oportuna visita al dentista. Sabe perfectamente que a largo plazo, la inversión en tiempo, dinero y sufrimiento personal, más el lucro cesante añadido como consecuencia de una simple caries en una muela, es sustancialmente mayor que el beneficio que reporta quedarse en casa durmiendo la siesta, o mirando la televisión mientras se bebe una cerveza. Pero entonces aparece el sistema límbico con esa fuerza arrolladora que todos alguna vez hemos experimentado y el abandono se impone. Optamos por la satisfacción inmediata que nos proporcione cualquier otra actividad trivial. Preferimos algo de placer ahora, aún sabiendo que el beneficio futuro es exponencialmente mayor. Sin duda, sabemos cuál es la mejor opción, la que nos favorece en el sentido más amplio posible, pero a una parte de nuestro cerebro no le gustan los sacrificios a corto plazo, y siempre tenemos a mano una buena razón para postergar lo indeseable, desde la dieta que empezaremos “sin falta” el lunes, hasta la catarata de buenas intenciones y objetivos que siempre nos proponemos todas las navidades para el inicio del año siguiente. Y es entonces cuando empezamos a justificar nuestra conducta poco deseable en base a toda clase de racionalizaciones. Las racionalizaciones se utilizan a menudo para reducir el malestar psicológico que provoca determinado comportamiento cuando no se ajusta a lo que creemos sobre nosotros o a nuestros valores. Por ejemplo, si pensamos que la utilización del castigo físico no es adecuada y hasta resulta nociva en la crianza de los niños, pero por otra parte usualmente apelamos a las nalgadas o peor aún, a los cachetazos cuando nuestro pequeño hijo nos desobedece, es inevitable que en algún momento nos demos cuenta de la contradicción y nos sintamos, en consecuencia, confundidos y culpables ante nuestro propio proceder. Con el propósito de reducir la tensión interna resultante, procuraremos entonces movernos en alguna dirección que alivie el malestar y ponga en congruencia nuestras acciones (pegarle a nuestros hijos) con nuestras creencias (no pegarle a nuestros hijos). Podemos, naturalmente, dejar de castigar a nuestro pequeño vástago del averno, pero también podemos suavizar nuestra forma de ver el problema introduciendo racionalizaciones en la ecuación, que nos ayuden a ganar consistencia interna. Podemos decirnos entonces: “Bueno, pero una nalgada de vez en cuando no le va a provocar ningún trauma psicológico”. O bien: “Mi propia madre de vez en cuando me pegaba y tan mal no creo haber salido”. Cuando quedamos atrapados en un conflicto de intereses, una buena racionalización resulta muchas veces más simple de poner en práctica que un cambio real y profundo de un hábito arraigado o una rutina enquistada, difícil de desmantelar. Hacia donde miremos nos vamos a encontrar con personas haciendo racionalizaciones. Todos sabemos, por ejemplo, que hay una correlación fuerte entre el tabaquismo y el cáncer de pulmón, y también todos conocemos a alguien que a sabiendas de esto, mientras enciende un cigarrillo se justifica diciendo: “Bueno, pero yo conozco a Fulano que a su vez conoce a Mengano, que tiene 98 años, una excelente salud y fumó toda su vida!” O argumenta algo más absurdo aún: “Si, está bien, pero el cigarrillo a mi no me afecta como a los demás”. Una buena racionalización puede dejar a salvo nuestra autoestima y ayudarnos a dormir con la conciencia tranquila durante la noche. Pero conviene tener presente que, en esencia no es otra cosa que un invento, una explicación falsa elucubrada por nuestra corteza cerebral para no admitir su derrota frente al imperativo hedonista del sistema límbico. Racionalizar es venderle el alma al diablo. Usted acaba de leer este artículo y ahora lo sabe. Se le acabaron las excusas. Artículo recomendado: El habito de postergar: técnicas comportamentales para su modificación

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  • Psicología aplicada

La voz materna y su poder para moldear el cerebro del bebé

  • Maria Fernanda Alonso
  • 25/11/2016
Kate Fehlhaber, editora en jefe de Knowing Neurons y candidata doctoral en neurociencias en la Universidad de California, escribió para Aeon un interesante artículo reseñando algunos estudios sobre la influencia de la voz materna en los infantes, cuyo poder podría incluso dar forma al cerebro en desarrollo de su bebé. A continuación comparto con ustedes una traducción del artículo.

…

Desde el útero, las vías auditivas en desarrollo de un feto sienten los sonidos y vibraciones de su madre. Poco tiempo después de nacer, el bebé puede identificar la voz de su mamá y trabajará para oír mejor su voz que las voces de mujeres desconocidas. Un estudio del 2014 en bebés prematuros mostró que reproducir una grabación de la voz de la madre cuando los bebés usaban un chupete era suficiente para mejorar el desarrollo de las habilidades de alimentación oral y acortar su estadía en el hospital. La voz de la madre puede calmar al niño en situaciones estresantes, reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, e incrementar los niveles de oxitocina, la hormona de la vinculación social. Científicos incluso han rastreado el poder de la voz de la madre en los cerebros de los infantes: la voz de la madre activa la corteza prefrontal anterior y la región temporal posterior izquierda con más fuerza que una voz no familiar, preparando al niño para la tarea especializada de procesamiento del habla. Si bien intuitivamente tiene sentido que la voz de la madre tenga un poder especial sobre bebés y niños pequeños, ¿qué pasa a medida que los niños van creciendo? Daniel Abrams, neurobiólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, y su equipo de investigadores, expusieron la respuesta a este interrogante usando Imágenes de Resonancia Magnética funcional (IRMf), una técnica de neuroimagen que mide la actividad cerebral al detectar cambios metabólicos en el flujo sanguíneo. Los investigadores examinaron 24 niños de entre 7 y 12 años, que tenían CIs normales, no habían desarrollado trastornos, y fueron criados por sus madres biológicas. En la máquina de Resonancia Magnética, estos niños escucharon grabaciones de palabras sin sentido habladas por sus madres o por otras mujeres. Los investigadores eligieron especialmente palabras sin sentido a fin de no provocar circuitos cerebrales relacionados con la semántica. A pesar de ello, los niños fueron capaces de identificar precisamente las voces de sus madres más de un 97% de las veces en menos de un segundo. Pero, ¿qué pasó realmente cuando estos niños, más grandes, oyeron las voces de sus madres? El equipo hipotetizó que escuchar sus voces poduciría más actividad en las regiones cerebrales llamadas “selectivas de la voz”, implicadas en el reconocimiento de la voz y en el procesamiento del habla, a comparación de lo que ocurriría cuando oyeran voces femeninas no familiares.
La huella neuronal de la voz de la madre dentro del cerebro del niño puede predecir la habilidad de ese niño para comunicarse en la esfera social
La voz de la madre activó un amplio rango de estructuras cerebrales incluyendo la amígdala, que regula las emociones, el núcleo accumbens y la corteza prefrontal medial, que son parte de un importante circuito de recompensa, y el área de la cara fusiforme, que procesa información de la cara visual. Este patrón de actividad cerebral puede vincularse a una huella neuronal, en la que la voz de la madre provoca una actividad específica en el cerebro de su hijo. Por otro lado, el equipo encontró que cuantas más conexiones neuronales habían entre esas regiones cerebrales “selectivas de la voz” y aquellas relacionadas a estados de ánimo, procesamiento de recompensas y rostros, más habilidades de comunicación social tenía el niño. En otras palabras, la huella neuronal de la voz de la madre dentro del cerebro del niño puede predecir la habilidad de ese niño para comunicarse en la esfera social. Si esa huella neuronal es pensada como un biomarcador en el cerebro de un niño, entonces, ¿qué tan diferente luce en niños con trastornos de la función social, como el autismo? ¿Y cómo cambia la huella neuronal en la adolescencia y en la adultez? Aún no se conocen las respuestas a estas preguntas, pero ahora se ha probado científicamente que la mayoría de nosotros llevamos la voz de una madre en los patrones neuronales de nuestros cerebros: historias antes de dormir, conversaciones durante la cena y charlas que oímos antes de nacer nos identifican, de manera única, tanto como las huellas, permiten el desarrollo emocional y la comunicación social en la infancia y, probablemente, a lo largo de la vida. Fuente: Aeon

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  • Psicología aplicada

El cerebro desarrolla nuevas estrategias cuando envejece

  • Mauro Colombo
  • 25/11/2016
Una reciente investigación de la Universidad de California analizó las conexiones cerebrales a lo largo de la vida, para averiguar si el cerebro de una persona joven funciona igual que el de un adulto mayor, al realizar trabajos de memoria. Para el estudio se utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf). Por medio de esta técnica, registraron la actividad cerebral de distintas personas durante tareas de memoria, atención y períodos de descanso. A partir de las imágenes obtenidas, los investigadores crearon una red de las regiones del cerebro implicadas en las tareas, con sus respectivas conexiones, para cada sujeto estudiado. Es decir que, por cada persona, se trazaron circuitos de activación cerebral específicos. Posteriormente, se evaluaron los distintos grupos de conexiones utilizados durante el tiempo que duró el experimento. Una de las cosas que hallaron, es que indistintamente de las actividades que estuvieran realizando las personas, esto es, tareas de memoria, atención o descanso; el grupo de conexiones utilizadas en el cerebro es consistente para esa persona. Sin embargo, estos grupos varían significativamente entre los distintos sujetos.

Personas más jóvenes presentan menos conexiones funcionales, aunque de mayor tamaño. Los adultos mayores presentan más conexiones, pero de menor tamaño.

A su vez, descubrieron que aunque el grupo de conexiones cerebrales varían de una persona a otra; en tareas de memoria, también varían entre las personas, pero en relación a la edad. Las personas más jóvenes presentan menos conexiones funcionales, aunque de mayor tamaño. Durante una actividad coordinada, estas conexiones concentran mayores zonas del cerebro, que en las personas mayores. escaneo-cerebral En el caso de los adultos mayores, los grupos de conexiones eran más pequeños, a la vez que más numerosos. Existe una pérdida de cohesión en la actividad cerebral, incluso en aquellos sujetos que no presentaban al momento del estudio problemas de memoria. Los investigadores afirmaron que para compensar esta pérdida de sincronización en el cerebro, los adultos mayores deben utilizan nuevas estrategias cerebrales para acudir a la memoria de una manera eficaz. Kimberly Schlesinger, una de las autoras de la investigación, explica que el estudio demuestra cómo las conexiones funcionales entre regiones del cerebro representan una red que evoluciona a lo largo de la vida, manteniendo su eficacia. Añade:
“Constatamos que la manera en que nuestro cerebro organiza sus comunicaciones cambia a medida que envejecemos. A pesar de que vimos diferentes patrones de actividad cerebral en las personas mayores, no vimos ningún cambio en el rendimiento de la memoria. Esto sugiere que mientras que las personas mayores tienen una comunicación menos sincronizada a través de sus cerebros, pueden compensar esto usando diferentes estrategias para recordar con éxito las cosas».
Luego del presente estudio, el equipo investigará la forma de identificar a partir de estas «huellas» individuales de cada cerebro, las diferencias entre aquellos que envejecen estando sanos, y los que presentan deficiencias relacionadas con la edad, como por ejemplo enfermedades neurodegenerativas. La investigación fue publicada en el Journal Plos Computational Biology. Fuente: Tendencias Científicas  

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  • Artículos de opinión (Op-ed)

El consumismo del Black Friday: cuando la felicidad es enlatada

  • Rita Arosemena P.
  • 25/11/2016
EFE Salud ha publicado un artículo interesante en relación con las estrategias de publicidad que las empresas utilizan para potenciar sus ganancias en fechas «pro-consumistas», como el reconocido Black Friday o Viernes Negro. El black friday se ha convertido en una costumbre estadounidense que consiste en ofrecer productos de venta regular con un porcentaje significativo de descuento durante todo un día, una tentación que no solo conviene analizar desde el punto de vista económico y de estrategia de ventas de los comercios, sino también desde la perspectiva psicológica del marketing emocional y ejercitando un enfoque analítico del modo en que somos persuadidos para comprar cosas que, a veces, ni siquiera necesitamos. El psicólogo Antonio Tamayo, entrevistado por EFE Salud, atribuye la llave maestra del fenómeno consumista que ocurre en esta fecha a la habilidad de las compañías para vender sus productos como si en realidad estuviesen vendiendo felicidad. Las grandes marcas apuntan a diversos tipos de necesidades, entre ellas, las necesidades de carácter biológico; no obstante, el despunte del consumismo no se manifiesta en la compra compulsiva de alimentos, sino de objetos que vienen a suplir otra clase de necesidades: las de bienestar personal. Coca Cola ha sido durante décadas un ejemplo intocable del modo en que la publicidad puede crear asociaciones lucrativas entre una emoción y un producto. «Destapa la felicidad» y «Comparte la felicidad» son mucho más que un eslogan atractivo y simpático: es el resultado de la conformación de una identidad de marca que convence al cliente de que realmente está comprando felicidad embotellada, felicidad que puede consumir y compartir con quienes ama.
el despunte del consumismo se manifiesta en la compra compulsiva de objetos que vienen a suplir otra clase de necesidades: las de bienestar personal
En Marketing, se consideran diversas teorías del comportamiento del consumidor para explicar la decisión de compra. Una de ellas es el modelo biológico, el cual explica que las personas consumen un producto sencillamente porque lo necesitan. Este argumento es válido y explicativo cuando se trata de alimentos, fármacos o artículos básicos de cuidado personal, pero no cuando se busca comprender el proceso de decisión de compra de un cliente que reemplaza su teléfono celular cada tres meses para mantenerse a la moda. Cuando se trata de consumismo acérrimo, el enfoque psicológico y la producción de felicidad enlatada revelan el complejo, asombroso y ciertamente preocupante ingenio de las industrias para hacernos creer que necesitamos más de lo que tenemos. De acuerdo con Tamayo, las estrategias de publicidad y marketing de las empresas van encaminadas a «crear necesidades de lograr un mayor bienestar o felicidad personal comparándonos con otras personas, aparentemente felices, y a través del consumismo». No es un secreto que la industria del modelaje ha sido especialmente criticada por ser un foco de aparente respaldo a la anorexia y estilos de vida poco saludables, pero su rol como punto de referencia social de lo que resulta estéticamente aceptable es también un elemento en torno al cual conviene reflexionar.

La felicidad enlatada revela el preocupante ingenio de las industrias para hacernos creer que necesitamos más de lo que tenemos

La publicidad, más que ser una forma inofensiva de dar a conocer un producto y reponer los costos de inversión, se ha convertido en un magisterio poderosamente influenciado por la psicología y la sociología, y peligrosamente optimizado por el neuromarketing. Esta última disciplina ha permitido a las grandes compañías aproximarse a la intimidad del consumidor y descifrar procesos cognitivos importantes como la atención y la selección de estímulos, un conocimiento que, acertadamente procesado y aplicado, puede ser la base para el desarrollo de técnicas de persuasión cada vez más efectivas. En palabras de Tamayo, todo consiste en una trampa en la que el consumidor es susceptible de caer en el momento en que deja a un lado valores y necesidades vitales y enfoca la compra como un medio para alcanzar la felicidad, que — desde luego — se torna inalcanzable, puesto que las empresas sumergen al individuo en un estado de insatisfacción permanente a medida que desarrollan nuevos productos. Como resultado, el sujeto común se vuelve esclavo de aquello que la sociedad, por influencia determinante de la cultura mediática — ordenada por el poder de la industria — establece como una prioridad de consumo. Por supuesto, la mejor forma de evitar un patrón de consumismo es reconocer el motivo de la compra y definir si se trata de una necesidad auténtica o fabricada, de un intento por alcanzar la felicidad. Referencia: EFE Salud

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  • Psicología aplicada

Uso de redes sociales se asocia con un menor riesgo de mortalidad

  • Rita Arosemena P.
  • 25/11/2016
La interacción social en línea guardaría relación con una tasa de mortalidad reducida, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en Berkeley. Con base en una revisión de registros públicos de California, se efectuó una comparación entre 12 millones de usuarios de Facebook y no usuarios nacidos entre 1945 y 1989 para determinar de qué forma las interacciones sociales en línea (y también las actividades de interacción social fuera de línea) se asocian con la longevidad. Los investigadores encontraron que los usuarios de Facebook que aceptan más solicitudes de amistad y por ende cuentan con una red de amigos más extensa también presentan un riesgo de mortalidad reducido; sin embargo, no se encontró relación entre la longevidad y la acción de enviar solicitudes, es decir, de iniciar amistades en línea.
los usuarios de Facebook que aceptan más solicitudes de amistad presentan un riesgo de mortalidad reducido
El estudio también sugiere los siguientes puntos interesantes:
  • Que el riesgo de mortalidad es mucho menor en aquellas personas con altos niveles de actividad social fuera de línea y con niveles moderados de interacción social en línea.
  • Que las interacciones que incluyen actividad social cara a cara (como compartir una foto) se asocian especialmente con una mortalidad reducida.
  • Que las interacciones en línea que se limitan al intercambio de mensajes (chat) guardan una relación no lineal con una mortalidad reducida, mientras que un uso moderado se asocia con mortalidad reducida.
El riesgo de mortalidad se situó alrededor del 70% del promedio para quienes publican muchas fotos pero pocos estados. Estos resultados sugieren que las actividades sociales fuera de línea (ir a la montaña o salir con amigos) y no las actividades en línea (compartir actualizaciones de estado de otras personas, por ejemplo) impulsan la relación entre la actividad general de Facebook y un riesgo menor de mortalidad.
actividades sociales fuera de línea y no actividades en línea impulsan la relación entre Facebook y un riesgo menor de mortalidad
Para los investigadores, estos resultados apuntan a que el uso de las redes sociales influye en una disminución sustancial de un amplio espectro de problemas de salud debido a una motivación constante hacia el compromiso con estilos de vida saludables, en especial cuando se utilizan interacciones sociales en línea cara a cara, como el uso de fotografías.
De hecho, investigaciones anteriores sugieren que las etiquetas en las fotos son un fuerte predictor del modo en que dos personas mantienen una relación sana y beneficiosa.

«Aunque se trata de un estudio de asociación, puede ser un paso importante para entender cómo, a una escala global, las redes sociales pueden ser adaptadas para mejorar la salud física y social de las poblaciones modernas», explican los autores del estudio.

La investigación analizó los perfiles de usuarios disponibles en el Departamento de Salud Pública de California; se utilizó un modelo estadístico longitudinal para establecer la relación entre el uso de redes sociales y una mayor expectativa de vida. Fuente: PNAS

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  • Psicología clínica

Dejar de fumar mejora los tratamientos de adicción a las drogas

  • Mauro Colombo
  • 24/11/2016
Una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Case Western Reserve, ha encontrado que los resultados del tratamiento de la adicción a drogas y alcohol en adolescentes, mejoraron cuando estos además dejaron de fumar. Los hallazgos tienen implicaciones importantes para el éxito en el tratamiento de la adicción, ya que hasta tres de cada cuatro personas con tales trastornos son fumadores (75%), una proporción significativamente mayor que la tasa nacional de tabaquismo de uno de cada cuatro estadounidenses (25%).

Un 75% de las personas que poseen alguna adicción a drogas o alcohol fuman, en comparación con el 25% de la población que no padece ninguna OTRA adicción.

El estudio encontró que los adolescentes que dejaron de fumar tuvieron menores antojos de alcohol y drogas, realizando dentro del tratamiento las mismas actividades que sus compañeros que fumaron. Estos últimos fueron dados de alta con antojos significativamente más altos de alcohol y drogas, un factor que se sabe aumenta los riesgos de recaídas. María Pagano PhD, profesora asociada en el departamento de psiquiatría en Case Western Reserve University School of Medicine, y autora principal del estudio, afirmó:
«Nuestros resultados sugieren que dejar de fumar se asocia con la disminución de los antojos de drogas y alcohol. (…) Sin embargo, las actividades de dejar de fumar no suelen incluirse en los programas de drogas y alcohol debido a las preocupaciones sobre la sobrecarga. La preocupación es que la adicción a las drogas y el alcohol ya es un desafío en sí mismo, como para tener que dejar de fumar al mismo tiempo. Nuestros resultados sugieren que esta perspectiva puede que tenga que ser modificada.»
Los resultados de la investigación se basan en las evaluaciones a lo largo de dos años de 195 jóvenes, de 14 a 18 años de edad, los cuales fueron referidos a un programa de tratamiento residencial de dos meses de duración.
Aquellos jóvenes que dejaron de fumar, tuvieron menos antojos de drogas y alcohol que quienes no dejaron.
Principalmente por prohibiciones propias del sitio, la mitad de los adolescentes no fumó durante el tratamiento. A su vez, algunos de ellos solicitaron y les fueron dados parches de nicotina. Sin embargo, aclaran los investigadores, el número fue pequeño como para analizar el peso que tuvo esta medida en el resultado de los tratamientos. Cada semana, los clientes pasaban un promedio de 20 horas en actividades terapéuticas en la comunidad local. Dentro de los resultados, se halló que aquellas personas con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) no experimentaron tasas de éxito similares al resto de los jóvenes. Estos tenían menos probabilidades de dejar de fumar, lo que tal vez pueda explicar los resultados más pobres en cuanto a los tratamientos por drogas y alcohol. Una de las razones de los mejores resultados de tratamiento en los clientes que dejaron de fumar, podría ser su mayor participación en las actividades de servicio en las reuniones de 12 pasos, como saludar a los recién llegados en la puerta, guardar sillas y ayudar con el café. La actividad de servicio se asocia con un menor riesgo de recaída y de ir a la cárcel en el año siguiente al tratamiento. Con respecto a aquellos sujetos con TDAH, Pagano sostuvo que tal vez necesiten aun de mayor cantidad de actividades como esas, que funcionen como distractores de los síntomas de abstinencia a la nicotina. A su vez, subrayó como importante el hecho de contar con parches de nicotina, para ser ofrecidos con regularidad a los adolescentes. De esta forma, estos parches puede reducir el malestar asociado a la abstinencia de nicotina, incrementando el número de personas que dejan con éxito de fumar, y ayudando a su vez a los tratamientos de adicción a las drogas y al alcohol. La investigación ha sido publicada en Journal of Substance Abuse Treatment. Fuente: ScienceDaily    

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  • Psicología clínica

(Vídeo) Cómo validar emociones

  • Mauro Colombo
  • 24/11/2016
  La validación puede ser definida como una práctica de aceptación profunda de las emociones de otro ser humano, sin juzgar, aconsejar, ni intentar cambiar nada de un momento determinado. Validar implica afirmar la importancia de lo que siente otra persona, tomándolo como algo legítimo. Esta práctica puede ser utilizada como herramienta terapéutica, como se da por ejemplo en Terapia Dialéctico Conductual (DBT). Pero también es una postura que puede adoptar cualquier persona frente al padecimiento de otro ser humano, sin necesidad de ser terapeuta. Para quienes estén interesados en leer una mejor y más completa explicación del concepto, este artículo previamente publicado les va a ser de gran utilidad. El presente video, mediante una breve animación, muestra la forma tanto de validar las emociones de una persona, como de invalidarlas. https://youtu.be/GhOyT7x8vfc    

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