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  • Psicología aplicada

Identidad étnica importa más a niños negros y mestizos que a los blancos

  • Rita Arosemena P.
  • 17/11/2016

Un estudio realizado por la Universidad de Washington ha explorado la percepción que los niños de 7 a 12 años tienen acerca de su propia identidad de género y etnia.

De acuerdo con los resultados de la investigación, en este rango de edad no sólo tiene lugar una reflexión respecto a quiénes somos sexualmente y como parte de un grupo étnico, también se explora el significado y la importancia de pertenecer a un género u otro o ser de una descendencia específica, un proceso que se ve impulsado e incluso influenciado por los medios de comunicación.

«Los niños son bombardeados con mensajes acerca de la etnia, el género y los estereotipos sociales. Estos mensajes implícitos y explícitos influencian rápidamente su autoconcepto y aspiraciones», explica Andrew Meltzoff, co fundador del laboratorio l-LABS y co autor del estudio.

La investigación fue publicada en el diario científico «Cultural Diversity & Ethnic Minority Psychology», y se basó en una serie de entrevistas realizadas a 222 niños entre el segundo y el sexto grado de educación elemental de escuelas públicas de la ciudad de Tacoma, en Washington. Ninguna de las instituciones educativas tenía más del 50% de un grupo racial concreto, y más del 75% de los estudiantes eran elegibles para educación gratuita o alimentación escolar a precio reducido.

Los investigadores pidieron a los niños que ordenaran una serie de tarjetas según su importancia, las cuales estaban etiquetadas con los conceptos de niño, niña, hijo, hija, estudiante, asiático, hispano, negro, blanco y atleta. También se pidió a los participantes que seleccionaran aquellas tarjetas que consideraban eran aplicables a una descripción de sí mismos.

Más adelante, se solicitó a los niños que expresaran su opinión acerca de lo que significaba ser un niño o una niña, negro, blanco o mestizo, y qué tan importante era para ellos la identidad de género y de etnia.

«El inconveniente no está en que seamos diferentes. Está en la jerarquía y en los valores que otorgamos a esas diferencias» (leoandra rogers)

Los resultados del estudio concluyeron que el factor familiar (ser un hijo o una hija) es el más importante para los niños, seguido de:

  • Ser un estudiante
  • Ser niño o niña (género)
  • Ser un atleta (estatus social)

La etnia fue el factor de identidad personal calificado como menos importante, sin embargo, los niños de etnia negra y mestiza mostraron una tendencia a ubicar este elemento en un escalón más importante que los niños de etnia blanca.

En cuanto a la preguntas abiertas, los niños de etnia negra y mestiza se refirieron a un sentir de orgullo étnico con mayor frecuencia que los niños de etnia blanca.

Por otro lado, la identidad familiar resultó ser más importante para los niños que para las niñas, mientras que los niños dieron más importancia a ser atletas que las niñas, especialmente los varones de etnia negra.

«De alguna manera, esto sugiere que los niños blancos y los niños de etnia negra están navegando en mundos muy diferentes cuando se trata de la raza y están pensando en la raza en términos muy diferentes», explica Leoandra O. Rogers, autora principal del estudio. «La mayoría de los niños blancos diría que no es importante, que no importa, pero los niños de etnia negra dirían: ‘Sí, la raza me importa'».

«Los niños son bombardeados con mensajes que influencian su autoconcepto y aspiraciones» (Andrew Meltzoff)

Si bien la equidad que los niños de etnia blanca demostraron al referirse a la identidad étnica es positiva, Rogers considera un tema de atención el hecho de que los niños de etnia negra y mestiza tengan otra perspectiva del asunto.

En términos generales, los niños catalogaron la identidad de género como un factor más importante que la identidad étnica. Esto tiene sentido para Rogers, quien considera que «los niños son clasificados en términos de niña o niño todo el tiempo». No obstante, esta podría ser también una señal de que el tema de la etnia está siendo silenciado, que los niños piensan que no está bien hablar de ello.

«El inconveniente no está en que seamos diferentes. Está en la jerarquía y en los valores que otorgamos a esas diferencias», dijo Rogers. «Realmente necesitamos más información y entender qué tipo de mensajes promueven justicia social y equidad y cuáles promueven ceguera, rechazo y silencio». 

Fuente: Science Daily

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  • Psicología clínica

“Cualquiera puede convertirse en víctima de un psicópata” – EFE Salud

  • Rita Arosemena P.
  • 17/11/2016
El diario EFE Salud ha publicado una entrevista al psicólogo Iñaki Piñuel, autor del libro «Amor Zero: Cómo sobrevivir a los amores con psicópatas», donde se habla del proceso y las repercusiones individuales de establecer una relación sentimental con una persona de conducta psicopática, una condición que, si bien no es reconocida como un desorden psicológico o psiquiátrico, se aborda dentro del Trastorno Antisocial de la Personalidad. Desde luego, el término psicopatía ha sido mal utilizado y, consecuentemente, mal entendido en gran medida por la influencia mediática, que ha difundido el estereotipo de villano perverso y de actitud demencial cuya vida transcurre en un devenir carcelario. Esta no es necesariamente una señal irrefutable de psicopatía, y de hecho, los expertos coinciden en que el psicópata que más daño psicológico puede ocasionar es el integrado, es decir: el que pasa completamente desapercibido. En su libro, Piñuel ofrece recomendaciones para quienes se han visto involucrados o atraviesan en este momento una relación estrecha con alguien que cumple en frecuencia e intensidad los rasgos más comunes asociados con la psicopatía y descritos por el psiquiatra Robert Hare en su lista de verificación, a saber:
  • Encanto superficial
  • Estimación grandiosa (exageradamente alta) de sí mismos
  • Necesidad de estimulación
  • Mentira patológica
  • Astucia y manipulación
  • Falta de remordimiento o culpa
  • Afecto superficial (respuesta emocional superficial)
  • Callosidad y falta de empatía
  • Estilo de vida parasitario
  • Controles de comportamiento deficientes
  • Promiscuidad sexual
  • Problemas de comportamiento temprano
  • Falta de objetivos realistas a largo plazo
  • Impulsividad
  • Irresponsabilidad
  • No aceptación de responsabilidad por acciones propias
  • Muchas relaciones matrimoniales a corto plazo
  • Delincuencia juvenil
  • Revocación de la libertad condicional
  • Versatilidad criminal
De acuerdo con Piñuel, los psicópatas integrados poseen «una sofisticadísima capacidad para el mal, son incapaces de ponerse en el lugar de sus parejas, sentir pena, lástima o compasión por ellas». No obstante y a pesar de estas características, resulta sumamente difícil identificarlos, ya que se ocultan bajo una máscara de encanto y bondad y suelen ser individuos intelectualmente bien dotados. Este factor dibuja una brecha diferencial entre la psicopatía y la sociopatía, dos términos a menudo confundidos o tomados como sinónimos: un sociópata que realiza un acto de crueldad aún cuenta con una conciencia moral que se lo reclama, mientras que un psicópata, simplemente, no tiene conciencia.
Un psicópata es incapaz de ponerse en el lugar de otra persona, sentir pena, lástima o compasión por ella

Vulnerabilidad personal: factor de riesgo que puede atraer a un psicópata

«Cualquiera puede convertirse en víctima de un psicópata», explica Piñuel, sin embargo, existe un factor que considera puede incrementar las probabilidades de ser elegido por un psicópata integrado, el cual describe como «una vulnerabilidad personal» que se ve determinada por un historial familiar de violencia física, verbal o psicológica, así como abuso de sustancias. Las personas que provienen de este tipo de ambiente son más vulnerables en la adultez porque «quieren creer que han encontrado el amor de sus vidas, aquel que les va a cuidar y curar sus heridas».

 «UN PSICÓPATA ES UN EXPERTO EN MANTENER RELACIONES SUPERFICIALES» (Iñaki Piñuel) 

Para Piñuel, la técnica de aplicación por excelencia para desvincularse de un psicópata es cortar por completo la comunicación, ya que la proximidad plantea riesgos para la víctima y la hace propensa a recaer en el ciclo tóxico incluso si ha habido un rompimiento de la relación. Algunas señales que Piñuel considera podrían ser indicio de una personalidad psicopática son:
  1. Almagelización temprana, que consiste en hacer creer a la víctima desde el inicio que se percibe una conexión trascendental con ella, que son «almas gemelas» o que están hechos el uno para el otro.
  2. Sexo instrumental, o sostener relaciones íntimas como una herramienta de control sobre el otro. Una vez consumado el acto, sin embargo, el sujeto se muestra frío y apático.
  3. Sensación de abandono por parte de la víctima, la cual deriva de una capacidad del individuo psicópata para forjar un vínculo de dependencia emocional que hace a su compañero sentirse necesitado de atención y compañía constante.
  4. Facilidad para detectar puntos vulnerables y aprovecharse de ellos. El psicópata posee una gran habilidad para identificar puntos débiles en los demás, realiza lecturas con gran precisión y saca provecho de aquello que aflige a los demás.
  5. Sentir de afectación psicológica, lo cual implica malestar, depresión o desbalance mental, incluso ideación suicida. La víctima de un psicópata percibe dentro de sí que su identidad ha sido vulnerada y eso le impide experimentar la vida con disfrute.
  6. Tono acusatorio hacia las ex parejas. El psicópata culpa a sus parejas anteriores de haber sido celosas o psicóticas y se victimiza a sí mismo.
  7. Comportamiento dual que impide al resto del mundo percibir las conductas dañinas que sufre la víctima. Las personas que sostienen una relación con un psicópata pueden ser tomadas por paranoicas o dementes al momento de describir el comportamiento de sus parejas a los demás, ya que el psicópata, explica Piñuel, «es un experto en mantener relaciones superficiales».
Fuente: EFE Salud

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  • Psicología aplicada

Un implante cerebral permite comunicarse a una mujer paralizada

  • Mauro Colombo
  • 16/11/2016
La Esclerosis Lateral Amiotrófica, es una dolencia neurodegenerativa, que paraliza progresivamente todos los músculos, dejando la mente intacta. El miedo de las personas a quedar encerrados en su propio cuerpo cumple un rol fundamental en la toma de decisiones, ya que, como dice Nick Ramsey, profesor de neurociencia cognitiva en el Centro Médico Universitario de Utrecht (Holanda): “La mayoría de los pacientes optan por no usar el respirador y deciden morir. Por un lado no quieren ser una carga para sus familias además tienen miedo de quedarse encerrados en su propio cuerpo”. En el caso de Hanneke de Bruijne, de 59 años, esta adversidad le hizo optar diferente. Cuando sus pulmones dejaron de tener movilidad propia, pidió que le implantaran una máquina de respiración asistida. Todo su cuerpo había quedado inmóvil, excepto sus ojos. Ella lograba comunicarse a través de sus ojos, una máquina seguía sus movimientos. Luego de presentarse como voluntaria en un estudio pionero, se sometió a una operación, que consistió en hacer unos pequeños orificios en el cráneo para introducir electrodos en la corteza cerebral. Cuando De Bruijne piensa en mover los dedos de la mano derecha, los implantes captan la señal cerebral y la traducen a un click de ratón en un ordenador. Un transmisor similar a un marcapasos implantado bajo su clavícula emite esas señales a un ordenador, lo que le permite manejar un teclado sin necesidad de mover ningún músculo. Los médicos del centro holandés han desarrollado la programación de la máquina, para que, por ejemplo, sea capaz de predecir qué palabra se desea escribir. La adaptación al sistema fue de siete meses, hasta que la paciente aprendió cómo manejarlo. Según ella manifiesta, el sistema le resulta igual de útil que el anterior, aunque es un poco más lento (le permite escribir dos letras por minuto). Sin embargo, a diferencia del sistema anterior, hoy por hoy logra comunicarse incluso fuera de su casa, algo que no sucedía antes. Otra de las ventajas de este procedimiento, es que no se ve afectado por las condiciones de iluminación, cosa que sí les sucede a los sistemas de reconocimiento visual, que se detienen al no haber una iluminación óptima. En el futuro con estas operaciones se podría mejorar la comunicación en pacientes totalmente paralizados. En palabras de Ramsey: “Nuestro objetivo final es que aquellos pacientes que deseen seguir viviendo tengan la posibilidad de comunicarse de forma independiente” El próximo año se realizará un estudio piloto con dos pacientes más y si cumple con las expectativas del proceso, se realizará una investigación más amplia con veinte personas en Estados Unidos, Francia, Japón y Holanda. Jesús Esteban, coordinador del grupo de Enfermedades neuromusculares de la Sociedad Española de Neurología, comenta:

“Los dispositivos que graban el movimiento de los ojos siguen siendo más versátiles como herramienta de comunicación para personas paralizadas. Pero estos nuevos implantes cerebrales abren un nuevo campo y permitirían realizar tareas sencillas como cambiar de canal en la televisión, llamar a alguien o controlar electrodomésticos”

El índice de diagnóstico solo en España de ELA es de 4.000 personas. Esto significa que una de cada 400 personas sufrirá esta enfermedad. Intervenciones de este tipo no sólo mejoran la calidad de vida de las personas que la padecen, sino también la de todo el círculo cercano y cuidadores. La investigación fue publicada en New England Journal of Medicine Fuente: El País

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  • Psicología aplicada

Revelan el mecanismo que incorpora las neuronas nuevas a la corteza cerebral

  • Mauro Colombo
  • 16/11/2016
Investigadores del CONICET y de la Fundación Instituto Leloir, en Argentina, identificaron el circuito que activa el crecimiento de las neuronas jóvenes que se fabrican en el hipocampo durante procesos de memoria y aprendizaje, y que las conectan con las redes neuronales del cerebro. Se conoce desde hace unas décadas atrás, que el cerebro, contrario a lo que se suponía anteriormente, continúa fabricando neuronas a lo largo de toda la vida, en un proceso que lleva el nombre de neurogénesis adulta. A su vez, se descubrió que estas neuronas se encargan de procesar información de eventos asociados al aprendizaje.

El cerebro fabrica neuronas durante toda la vida, en un proceso llamado neurogénesis adulta.

Lo que no se conocía hasta el momento, sin embargo, es el mecanismo encargado de «enchufar» estas nuevas neuronas, para participar de los procesos de aprendizaje. En modelos animales de laboratorio, los investigadores descubrieron que un circuito particular de células nerviosas, conocidas como “interneuronas gabaergicas”, es responsable de activar el desarrollo de las neuronas nuevas, captarlas e integrarlas en los circuitos del hipocampo donde contribuyen al aprendizaje. Si este circuito está activo, las neuronas nuevas se enganchan rápidamente. Pero si queda «apagado», esto no ocurre.

¿Cómo se hizo el descubrimiento?

Los investigadores separaron dos grupos de ratones, en dos cajas diferentes. La primera era una «caja aburrida», con un tapizado acolchado de viruta de madera, comida y todo lo que necesitaran para estar cómodos; y la otra era una especie de “miniparque de diversiones” donde tenían juguetes para explorar y jugar, esto es, distintos estímulos para la curiosidad. En palabras de Alejandro Schinder, investigador principal del CONICET en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET – Instituto Leloir) y jefe del Laboratorio de Plasticidad Neuronal del Leloir, quien lideró al equipo:

«Lo que vimos -mediante el empleo de técnicas avanzadas de microscopia- es que si al ratón lo pasamos de la jaula aburrida a la que está llena de estímulos durante un breve periodo (dos días), las neuronas nuevas que nacen en el hipocampo y que están más o menos en la mitad de su desarrollo crecen rápidamente y se conectan con las neuronas preexistentes de esta región del cerebro. Por el contrario, en un ratón aburrido, esas neuronas tardan bastante tiempo en desarrollarse y conectarse, al punto que pueden quedar desconectadas y ser eliminadas.»

A su vez, lo que observaron fue que la experiencia «divertida» activaba de manera simultánea neuronas gabaérgicas que promovían la integración de las neuronas nuevas. Para corroborar estos resultados, los investigadores realizaron otra prueba. Simularon el ambiente motivador, activando de manera artificial (mediante proteínas sintéticas) estas neuronas gabaergicas. Se obtuvo el mismo efecto que en el «parque de diversiones», las neuronas jóvenes se conectaron rápidamente.
En un ambiente de aprendizaje, las nuevas neuronas se integran rápidamente con las existentes.
Por último, realizaron el experimento opuesto. A los roedores del parque de diversiones les apagaron sus neuronas gabaergicas. El resultado fue que los animales se comportaron como en la caja aburrida, sin conectar rápidamente las neuronas nuevas a las preexistentes.

Implicancias y futuras investigaciones

Este descubrimiento abre nuevas perspectivas para desarrollar terapias que puedan contrarrestar los efectos de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, Parkinson e incluso diversos traumatismos. En referencia a las próximas lineas de investigación, comenta Schinder:

«En un próximo proyecto, que cuenta con colaboración de un laboratorio de Alemania, investigaremos si los estímulos descriptos en este trabajo pueden ser de utilidad en el diseño de estrategias de reparación en otras regiones del cerebro. Pero todavía hay un largo camino por recorrer en el campo de la ciencia básica para intentar lograr objetivos como la reparación de regiones del cerebro dañadas en un modo que permita recuperar la función original»

La investigación fue publicada en la revista Science. Fuente: CONICET

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Poner nuestra felicidad en manos de otros aumenta el riesgo de depresión

  • Rita Arosemena P.
  • 16/11/2016
La Asociación de Psicología Americana (APA) define la depresión como un estado caracterizado por falta de interés y de placer hacia las actividades cotidianas, pérdida o ganancia de peso considerable, insomnio o somnolencia, falta de energía, dificultad para concentrarse y un sensación de poca valía que conlleva pensamientos de muerte o suicidio. La depresión es mucho más que un mero estado de tristeza o desánimo. Para el psicólogo Andrew Solomon, quien experimentó en primera persona el trastorno durante cierta etapa de su vida, se trata de una enfermedad de la soledad. 
«Muchos de los depresivos no tratados carecen de amigos porque se resta la vitalidad que requiere la amistad y esto sumerge a las víctimas en un caparazón impenetrable, haciendo que sea difícil para ellos hablar o escuchar palabras de consuelo», describe Solomon. Las causas principales de depresión son diversas. Algunas incluyen:
  • Abuso sexual, emocional o físico
  • El uso de ciertos fármacos (como isotretinoína, antiviral interferón-alfa y corticosteroides)
  • Muerte de un ser querido o ruptura de una relación
  • Predisposición biológica (estudios han encontrado que el hipocampo de las personas que sufren de depresión es más pequeño que el de un individuo promedio, por lo cual hay un número menor de receptores de serotonina)
  • Situaciones de vida de un alto impacto emocional (especialmente en personas biológicamente vulnerables al desarrollo de la depresión)
  • Historial familiar de depresión
  • Enfermedades crónicas
  • Abuso de sustancias
La depresión es un fenómeno que comprende, por tanto, factores individuales, sociales y biológicos y puede manifestarse por razones distintas de un individuo a otro con base en experiencias personales y sistemas de creencias. Pero, ¿qué tanto influye el modo en que pensamos a diario en el desarrollo de la depresión? ¿Somos conscientes de lo dañinos que pueden llegar a ser nuestros pensamientos y de cómo se relacionan estos con una salud mental robusta o afectada?

«no podemos controlar cómo van a reaccionar o pensar los otros» (ELLEN HENDRIKSEN)

Un estudio publicado en 2009 en la revista científica «Cognitive Therapy and Research» destaca el rol determinante que juegan dos creencias particulares en el desarrollo de la depresión. La primera de ellas es la certeza de que estamos obligados a ser del agrado de todo el mundo, lo cual también implica una sobreestimación de la magnitud de las opiniones que los demás tienen sobre nosotros. Cuando esta creencia lidera nuestras vidas, enfocamos nuestros actos y decisiones en satisfacer las expectativas de los demás a expensas de nuestro propio bienestar emocional. Para la psicóloga Ellen Hendriksen, esto nos hace propensos a la depresión porque «pone nuestra felicidad en manos de los otros» y «no podemos controlar cómo van a reaccionar o pensar los otros, o si nos van a juzgar o no». Hendriksen recomienda ejercitar nuestra flexibilidad con un proceso llamado reestructuración cognitiva, el cual consiste en autocuestionarnos acerca de una creencia que está frenando nuestro crecimiento personal o afectando nuestra calidad de vida. «Nos preguntamos: ¿esto realmente es verdad?, y entonces adoptamos una creencia más acertada. No una creencia más feliz, porque el propósito no es embestir nuestra antigua creencia sino volver a trabajar en el modo en que adoptamos una creencia, que quede claro cómo y por qué lo hacemos para poder avanzar».
La segunda creencia vinculada con el desarrollo de la depresión es la obsesión con ser perfectos, la convicción de que no tenemos derecho a equivocarnos o que, si cometemos un error, somos un fracaso o carecemos de inteligencia. Una autoimagen basada en un sentir de inferioridad. Para Hendriksen, esta creencia se convierte en campo fértil para la depresión porque «nos hace pensar que nuestra valía personal depende de nuestro desempeño, y que si no nos desempeñamos perfectamente, no valemos nada».

La segunda creencia vinculada con el desarrollo de la depresión es la obsesión con ser perfectos

Un método útil para moderar el perfeccionismo y modificar estos patrones de pensamiento dañinos es reestructurar nuestros estándares, no de forma que nuestras metas sean mediocres, sino trazando un camino más flexible hacia el logro, replantearnos el modo en que definimos nuestra perfección. «Una forma de hacerlo es centrarnos en el proceso, no en el resultado. Por ejemplo, podríamos decir: <Estoy trabajando duro y haciendo un gran esfuerzo>, o <Estoy viviendo de acuerdo con mis valores>», explica Hendriksen.
Otra forma de lidiar con el perfeccionismo es rechazando la idea de una perfección rígida e incorporando pensamientos más saludables en nuestro día a día, como: «Soy valioso justo por ser quien soy». Hacer a un lado los intentos recurrentes por ser perfectos hace que dejemos de preocuparnos por nuestros defectos y que estemos más abiertos a apreciar nuestros puntos fuertes. Fuente: Scientific American

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  • Psicología clínica

Muerte a delincuentes en México: alegoría de la desesperanza aprendida

  • Rita Arosemena P.
  • 16/11/2016
La desesperanza aprendida o indefensión aprendida es un concepto psicológico que hace referencia a un estado de desmotivación donde el individuo se abstiene de emitir respuestas para evitar o escapar de un estímulo aversivo al cual ha sido previamente expuesto. El término fue utilizado en 1967 por los psicólogos Martin Seligman y Steven Maier para explicar la conducta de un grupo de perros sujeto a un experimento que consistía en aplicar descargas eléctricas idénticas en las patas de los animales a un ritmo de intervalos aleatorios. El grupo de control de perros podía desactivar o escapar de la descarga presionando un panel con la nariz, pero el grupo experimental no tenía ninguna opción de cese del dolor. Los investigadores hallaron, entonces, que muchos de los perros que no podían evitar el sufrimiento se mostraban menos activos, perdían el apetito y adoptaban algunos síntomas relacionados con la depresión. Se sentían, en efecto, desamparados. La desesperanza aprendida ha sido vinculado frecuentemente con un alto riesgo de conducta suicida, ya que inhibe las esperanzas del individuo para la consecución de metas y lo hace propenso a renunciar a toda posibilidad de que las cosas salgan bien, se resuelvan o mejoren.  Comúnmente, cuando se habla de desesperanza aprendida se interpreta el término en un contexto de falta de motivación por la certeza de la imposibilidad respecto al cumplimiento de un propósito, lo cual explica su relación inmediata con la ideación suicida. No obstante, la indefensión puede orientarse a la violencia social y no necesariamente a la autoagresión cuando las condiciones del entorno lo propician.

«La violencia no es producto de la pobreza, es producto de la mala distribución de la riqueza» (Feggy Ostrosky)

México ha sido un país afectado por la violencia y la injusticia social durante los últimos años. Recientemente, han sido notorios los casos de homicidio de delincuentes a mano de civiles que han adoptado el título representativo de «Justicieros». Para Feggy Ostrosky, doctora en Neuropsicología y directora del Laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiología de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), este fenómeno, si bien se ve determinado por factores de riesgo individuales, es el resultado de fuertes factores de riesgo sociales, como el hartazgo social. Según Ostrosky, la desesperanza aprendida se ha filtrado en la sociedad mexicana ante la incapacidad del gobierno para garantizar seguridad y una calidad de vida digna. «Continuamente hay asaltos y nadie hace nada, no sabemos muy bien si son incompetentes o están sobresaturados o ellos mismos son parte de los que asaltan (los policías). Lo que está pasando es lo que mucha gente siente, como que necesito yo defenderme y me voy a defender», explica Ostrosky, quien también hace mención a la teoría del Efecto Lucifer del psicólogo Philip Zimbardo.
«Si colocas buenas manzanas en una mala situación, obtendrás malas manzanas» (Phillip Zimbardo)
Zimbardo, reconocido por su experimento en la prisión de Stanford, abre en su libro «El Efecto Lucifer: Entendiendo Cómo La Gente Buena Se Vuelve Mala» un debate interesante: ¿cómo es posible que personas comunes, e incluso gente que frecuentemente realiza actos de bondad, se convierta en perpetradora de actos de crueldad extrema?

Para Feggy Ostrosky, el punto clave en el Efecto Lucifer es la profundidad de lo perversos que podemos llegar a ser, y no lo perversos que ya somos.

«Tendemos a abusar del poder, lo usamos para maltratar a los demás, a lo mejor para sentir que salvamos a los demás», dice Ostrosky. En el caso de los Justicieros anónimos, «se caracterizan como Robin Hood, que dice: Yo voy a tomar la ley en mis manos para poder defenderme a mí y a los que están alrededor. Estas personas sienten que les están haciendo daño y se ven como salvadores».  Hace poco, un pasajero disparó a dos delincuentes que abordaron un autobús de la ruta Valle de México con intenciones de asaltar a los viajeros. Ambos ladrones murieron, al igual que una mujer sentada junto al conductor que resultó herida en el suceso. El pasajero que actuó como justiciero anónimo bajó del autobús y abandonó la escena. Fuente: El Universal

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  • Psicología clínica

Una operación neuroquirúrgica como alternativa para combatir la anorexia

  • Mauro Colombo
  • 15/11/2016

La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario complejo que afecta generalmente a adolescentes y mujeres adultas. Las características propias del trastorno son alteraciones en la alimentación, rechazo a mantener un peso normal, miedo a incrementar el peso y  alteración en la imagen corporal. Actualmente se asocia a una serie de alteraciones neuroendocrinas, principalmente en la región del hipotálamo (Jaimes, Cabrera-Wrooman, Vilches, Guzmán, & Camacho-Arroyo; 2005).

Alrededor del 20% de las personas que padecen anorexia a largo plazo terminan perdiendo su vida, lo que convierte al trastorno en uno de los de mayor gravedad existente, y que obliga a su vez a profesionales e investigadores a desarrollar las alternativas terapéuticas más eficaces. Desde el lado de los tratamientos psicológicos, en el enlace podrán observar que entre los tratamientos terapéuticos más efectivos para la anorexia nerviosa se destacan la Terapia Psicodinámica Focalizada, la Terapia Cognitivo-Conductual específica y el Tratamiento Optimizado Usual.

Se colocarán electrodos en el cerebro, que inhiben las zonas disfuncionales, mejorando el estado de la persona.

Sin embargo, para aquellas personas que hayan agotado las alternativas terapéuticas sin éxito, se llevará a cabo un estudio, conducido por el Hospital del Mar de Barcelona, que consistirá en una operación neuroquirúrgica.

El procedimiento consiste en colocar electrodos en puntos claves del cerebro; que a través de impulsos eléctricos inhiban la zona disfuncional para mejorar el estado del paciente. En un inicio, el estudio comenzará aplicando esta técnica novedosa a 8 personas. Sin embargo, de darse los resultados que esperan los investigadores, puede ampliarse este número.
“La técnica ha presentado muy buenos resultados en seis pacientes canadienses y cuatro pacientes chinos. Este tipo de intervención, ajustable y reversible, se aplica en enfermos de Parkinson y ya está aprobada para las personas afectadas por trastornos obsesivos-compulsivos (TOC).”

El neurólogo Dick Swaab afirma:

“Todos los síntomas apuntan a que se trata de una enfermedad del hipotálamo Una serie de síntomas permanecen incluso después de que se recupere el peso perdido, como los trastornos de la glándula tiroides y la función de la glándula suprarrenal. Un último argumento a favor de la localización del proceso patológico en el hipotálamo es que todos los síntomas de la anorexia nerviosa pueden desencadenarse cuando hay un quiste, un tumor o cualquier otro defecto en el hipotálamo.”

Como se dejó en claro anteriormente, el estudio recién está en su fase inicial, sin embargo, el hecho de que este tipo de intervención haya dado resultados en sujetos con Parkinson y en TOC, abre interesantes perspectivas a futuro, para aquellas personas a las cuales no les han funcionado los mejores tratamientos psicológicos disponibles.

Para ver el artículo completo, pueden seguir el siguiente enlace. 

  Referencias Jaimes, L., Cabrera-Wrooman, A., Vilches, A., Guzmán, C., & Camacho-Arroyo, I. (2005). Péptidos anorexigénicos y su participación en la conducta alimentaria. Revista de Endocrinología y Nutrición, 13(2), 67-74.

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  • Psicología clínica

El estrés postraumático afecta a niños y niñas de manera diferente

  • Mauro Colombo
  • 15/11/2016

El trastorno por estrés postraumático (TEPT), afectaría de manera diferente los cerebros de niños y niñas, según un nuevo estudio de escaneo cerebral. El mismo halló diferencias estructurales en ambos sexos, en una parte de la ínsula, una región que detecta las señales del cuerpo y procesa emociones y empatía. A su vez, esta zona se encarga también de integrar sentimientos y acciones.

El autor principal del estudio, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento en Stanford, Victor Carrion, sostuvo que la ínsula parece desempeñar un papel clave en el desarrollo del TEPT, y que la diferencia observada entre los cerebros de niños y niñas que han sufrido trastorno por estrés postraumático, es importante porque puede ayudar a explicar diferencias en los síntomas de los traumas entre los sexos.

La ínsula parece desempeñar un papel clave en el desarrollo del TEPT

Entre las manifestaciones habituales del TEPT, se pueden experimentar flashbacks de los eventos traumáticos. Quienes lo padecen a menudo evitan lugares, personas y distintos elementos que les recuerden el trauma. Se manifiesta también por otra serie de problemas, por ejemplo aislamiento social o dificultades para dormir y concentrarse. Investigaciones previas han demostrado que las niñas que han sufrido trauma son más propensas a desarrollar TEPT que los niños que lo sufren, pero los científicos no han podido determinar por qué.

El equipo de investigadores realizó exploraciones de resonancia magnética en los cerebros de 59 participantes, todos jóvenes de entre 9 y 17 años de edad. De ellos, 30 (14 niñas y 16 niños) exhibían síntomas traumáticos. El grupo control, comprendido por 15 niñas y 14 niños, no los presentaban. Tanto los niños que sufrieron traumas como el grupo control, no poseían diferencias significativas en cuanto a edades y coeficientes intelectuales.

En niños que sufrían de estrés postraumático, la región de la ínsula era mayor que en el grupo control. A su vez, entre niñas y niños con TEPT diferían entre sí

Los resultados de las resonancias no evidenciaron diferencias en la estructura cerebral entre niños y niñas en el grupo control. No obstante, entre los grupos de niños y niñas que habían sufrido distintos traumas, se hallaron diferencias en una porción de la ínsula. Esta región del cerebro tenía un mayor volumen en los niños traumatizados que en los del grupo control. Además, el volumen y la superficie de la región fueron menores en las niñas con traumatismo que entre las niñas del grupo control.

Una de las integrantes del equipo de investigación, Megan Klabunde afirmó: “nuestros hallazgos sugieren que es posible que los niños y niñas puedan presentar diferentes síntomas de trauma y que puedan beneficiarse de diferentes enfoques de tratamiento.” Con respecto a las jóvenes en particular, añadió: «hay algunos estudios que sugieren que altos niveles de estrés podrían contribuir a la pubertad temprana en las niñas».

Los investigadores también señalaron que su trabajo puede ayudar a los científicos a entender cómo experimentar el trauma podría jugar en diferencias entre los sexos en la regulación de las emociones. Al comprender mejor las diferencias sexuales en una región del cerebro involucrada en el procesamiento de la emoción, los clínicos y los científicos pueden ser capaces de desarrollar tratamientos de regulación de emociones y traumas específicos por sexo.

Para tener una mejor comprensión de los hallazgos, sin embargo, desde el equipo de investigación sugieren que se necesitan estudios longitudinales de jóvenes de ambos sexos con TEPT, para observar de manera diferencial los efectos del mismo a través del tiempo.

La investigación fue publicada en el Journal Depression and Anxiety.

Fuente: ScienceDaily

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  • Análisis

Antidepresivos en niños y adolescentes, ¿qué dice la evidencia?

  • Fabián Maero
  • 15/11/2016

Distintos antidepresivos son usados rutinariamente para el tratamiento de síntomas de depresión en niños y adolescentes. Si bien hay investigaciones sobre su eficacia tomados de manera aislada, hay poca evidencia que compare los distintos antidepresivos entre sí.

Esto es justamente lo que intentó responder un equipo compuesto por investigadores del Reino Unido, China, Estados Unidos, Australia, Alemania e Italia, que realizaron una revisión sistemática y un meta-análisis en red de todos los Ensayos Controlados Aleatorizados (ECA) a doble ciego disponibles sobre el tema, en un estudio que se publicó hace un par de meses (Cipriani et al., 2016).

Como sabrán, las revisiones sistemáticas y los meta-análisis son formas de investigación en las cuales se analizan y resumen los datos de muchas investigaciones para sintetizar lo que la evidencia sugiere. Lo que hicieron los investigadores fue buscar en todas las bases de datos disponibles por ECA’s en los cuales se comparase algún antidepresivo con placebo u otro antidepresivo, para el tratamiento de Trastorno Depresivo Mayor en fase aguda en niños o adolescentes (media de 9 a 18 años). Se encontraron 34 ECA’s que cumplían con dichos criterios, abarcando un total de 5260 pacientes, de los cuales 3106 fueron asignados a algún antidepresivo mientras que los 2154 restantes recibieron placebos. Los antidepresivos incluidos fueron 14:

  • Amitriptilina
  • Citalopram
  • Clomipramina
  • Desipramina
  • Duloxetina
  • Escitalopram
  • Fluoxetina
  • Imipramina
  • Mirtazapina
  • Nefazodona
  • Nortriptilina
  • Paroxetina
  • Sertralina
  • Venlafaxina

Como ya mencionamos, la idea del estudio era la siguiente: dado que no hay mucha evidencia sobre cuáles antidepresivos son mejores que otros en esta población, se revisaría toda la evidencia disponible sobre la eficacia de los antidepresivos en depresión en niños y adolescentes, para categorizar los distintos antidepresivos según su eficacia y así poder emitir recomendaciones clínicas; dicho de otro modo, pretendían hacer un ranking de antidepresivos para esa población. Sin embargo, se encontraron con una sorpresa.

Resultados

Cuando reunieron todos los datos comparando la eficacia de los distintos antidepresivos vs placebos, se encontraron con lo siguiente: sólo la fluoxetina fue más efectiva que el placebo, y no por mucho (un tamaño de efecto mediano).

Para los 13 antidepresivos restantes, no hubo diferencias entre placebo y antidepresivos, y no sólo eso, sino que la venlafaxina fue asociada con un mayor riesgo de ideación o conducta suicida -lo cual recuerda el tristemente célebre “Estudio 329”, que estableció que la paroxetina e imipramina aumentaban el riesgo suicida en adolescentes y llevó a que se prohibiera su uso en pacientes de menos de 18 años en el Reino Unido (Le Noury et al., 2015).

Vale la pena traducir las conclusiones de los autores:

Los hallazgos de este comprehensivo meta-análisis en red proveen alguna evidencia de que la fluoxetina debería reducir síntomas depresivos en niños y adolescentes con trastorno depresivo mayor, y que aún es incierto en qué grado esta reducción sería clínicamente significativa. A pesar de estos reparos, la fluoxetina debería considerarse como la mejor opción entre antidepresivos cuando se indica tratamiento farmacológico. Otros antidepresivos no parecen ser adecuados como opciones rutinarias de tratamiento. En el manejo clínico de personas jóvenes con trastorno depresivo mayor, las guías clínicas recomiendan psicoterapia (especialmente terapia cognitivo conductual o terapia interpersonal), como la primera línea de intervención, y la fluoxetina debería ser considerada sólo para pacientes con depresión moderada a severa que no tengan acceso a psicoterapia (por ejemplo, en países con bajos o medios ingresos), o que no hubieran respondido a intervenciones no-farmacológicas (p.9, Cipriani et al., 2016; el resaltado es nuestro).

El estudio tiene sus limitaciones, por supuesto. Los meta-análisis, como toda investigación, están expuestos a errores, ya sea porque los datos son incompletos, por un sesgo en la selección de los estudios, o porque la metodología de los estudios analizados puede no ser demasiado confiable (de hecho, fue el caso). Sin embargo, es cierto también que al compilar datos sería esperable encontrar un sesgo a favor de la eficacia de los antidepresivos, no en contra, por lo cual los hallazgos de este estudio valen la pena ser considerados muy de cerca.

Por ahora, la recomendación parece razonable: psicoterapia con soporte empírico como intervención de primera línea para depresión en niños y adolescentes. Si no funciona, o si no hay disponibilidad de tal psicoterapia, y si se trata de depresión moderada a severa (no depresión leve), sólo entonces prescribir fluoxetina, monitoreando muy de cerca conductas e ideación suicida y, como dice Jureidini en un comentario sobre esta investigación, también hay que considerar la posibilidad de no hacer nada como intervención (Jureidini, 2016).

Si entienden inglés, The Lancet realizó una breve entrevista a Andrea Cipriani (el primer autor), sobre esta investigación, pueden escucharla siguiendo este link.

Y como siempre les recordamos, si están tomando cualquier tipo de medicación psiquiátrica: esto es sólo un reporte de investigación, no hagan cambios en su medicación ni la discontinúen sin antes consultar con su psiquiatra.

Nos leemos la próxima!

Referencias

  • Cipriani, A., Zhou, X., Del Giovane, C., Hetrick, S. E., Qin, B., Whittington, C., … Xie, P. (2016). Comparative efficacy and tolerability of antidepressants for major depressive disorder in children and adolescents: a network meta-analysis. The Lancet, 388(10047), 881–890. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(16)30385-3
  • Jureidini, J. (2016). Antidepressants fail , but no cause for therapeutic gloom. The Lancet, 6736(16), 3–4. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(16)30585-2
  • Le Noury, J., Nardo, J. M., Healy, D., Jureidini, J., Raven, M., Tufanaru, C., & Abi-Jaoude, E. (2015). Restoring Study 329: efficacy and harms of paroxetine and imipramine in treatment of major depression in adolescence. BMJ, h4320. https://doi.org/10.1136/bmj.h4320

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  • Psicología aplicada

Ser altruista podría atraer más parejas sexuales

  • Rita Arosemena P.
  • 15/11/2016
Altruism en Shutterstock
Aunque la cultura mediática ha difundido el prototipo de hombre seductor como una mezcla entre un físico atractivo, encanto natural y patanería y el de mujer sensual como una suerte de femme fatale (mujer fatal), la atracción que algunas personas experimentan hacia «los malos» no garantiza necesariamente una vida sexual dinámica. De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford, el altruismo podría estar estrechamente vinculado con la selección de una pareja sexual, de hecho, aquellas personas que practican actos de bondad o solidaridad hacia otros de forma desinteresada podrían ser imanes de atracción sexual de mayor potencia que quienes solo buscan su propio beneficio. La teoría ha sido desarrollada principalmente por Mark Van Vught, profesor de Psicología Evolutiva de la Universidad Vrijie Amsterdan y la Universidad de Oxford, y publicada en la investigación «La psicología evolutiva de la prosocialidad humana: adaptaciones, subproductos y errores».  Según Van Vught y su equipo de colaboradores, el altruismo podría ser útil para transmitir a los demás el valor que tenemos como pareja, ya que se demuestra ampliamente la capacidad de preocuparse por otros y la disposición a cooperar con posibles compañeros sexuales o sentimentales en el futuro.

El altruismo se define como la práctica desinteresada de actos orientados al bienestar de los demás, incluso si ello supone un sacrificio para quien los realiza

Un estudio más reciente realizado por Steven Arnocky, director del Laboratorio de Evolución Humana de la Universidad Nipissing, y Pat Barclay, profesor de Psicología de la Universidad de Guelph, se propuso establecer una relación entre la personalidad altruista y el éxito en la vida sexual. Para ello, se pidió a hombres y mujeres universitarios completar un cuestionario de factores altruistas (con ítems como «Yo he donado sangre») a la par de una encuesta acerca de su vida sexual. Los participantes también completaron una prueba de personalidad para definir rasgos como la extroversión y la introversión. Los resultados del estudio indicaron que las personas con un alto índice de prácticas altruistas reportaban también sentirse más deseadas por el sexo opuesto, un mayor número de parejas sexuales, más encuentros sexuales casuales y más sexo dentro de una relación, en especial si la persona altruista es un hombre. Posteriormente, para obtener datos más precisos y reducir el margen de error en caso de que las personas hubiesen reportado una perspectiva inexacta tanto de su altruismo como de su vida sexual, los autores de la investigación llevaron a cabo un segundo estudio donde se entregaron a cada participante $100.00 dólares y se les dio la opción de elegir entre conservar el dinero para sí mismos o donarlo a la caridad. Una vez más, los participantes completaron una prueba de personalidad y brindaron detalles sobre su vida sexual. En este caso, los resultados mostraron que las personas que decidieron donar el dinero a la caridad reportaron un mayor número de parejas sexuales a lo largo de su vida y un mayor número de citas. Fuente:  Scientific American

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