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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Autismo: complejidad genética y riesgos para los padres de edad avanzada

  • 03/07/2012
  • Maria Fernanda Alonso

Un artículo presentado por la revista Time apunta cuatro estudios nuevos que toman la genética del autismo, encontrando nuevas pruebas de que los padres de edad avanzada corren un mayor riesgo de tener un hijo autista y sugieren que, en general, las raíces genéticas de la enfermedad son increíblemente complejas.

Tres de los estudios, que fueron publicados en la revista Nature, se enfocaron en las nuevas mutaciones genéticas, que no se heredan sino que ocurren espontáneamente en torno a la concepción de los niños autistas sin que sus hermanos se vean afectados. Los investigadores compararon a estos niños entre sí y en algunos casos también a sus padres, y encontraron cambios en seis genes candidatos, tres de los cuales no habían sido previamente asociados con el autismo.

«El descubrimiento básico es que las nuevas mutaciones presentes en las células sexuales conllevan un riesgo importante para el autismo», dice el Dr. Matthew State, profesor de psiquiatría en la Universidad de Yale, quien dirigió uno de los estudios.

El estudio que dirigió State encontró que el 15% de los casos de autismo en familias que no tienen otro niño autista estaban vinculados con las nuevas mutaciones, ya sea en el espermatozoide o el óvulo que se unieron durante la concepción. Los tres estudios en general confirman investigaciones anteriores que sugieren que los espermatozoides de padres de edad avanzadas son más propensos a llevar a estas mutaciones. En un estudio, investigadores de la Universidad de Washington en Seattle encontraron que las mutaciones tenían cuatro veces más probabilidades de ocurrir en los padres que en las madres, y el riesgo para los hombres comienza a aumentar a los 35 años de edad.

Eso puede ser porque los hombres son mayores, cuanto más tiempo sus células creadoras de espermatozoides tienen copiándose a sí mismas, y cada vez que una célula es copiada, existe la posibilidad de que una mutación se produzca. Estudios previos han encontrado que los hombres mayores de 50 años tienen el doble de riesgo de tener un niño con autismo, a comparación de aquellos menores de 30 años, y la probabilidad se incrementa cuatro veces más para las personas mayores de 55 años.

(Artículos relacionados: Buscar lo impensable. Hablemos de autismo, Temple Grandin y El éxito empresarial de los inadaptados)

En otro de los estudios de la revista Nature, investigadores de Harvard encontraron que las nuevas mutaciones fueron ligeramente superiores en personas con autismo que en la población en general. Los hallazgos podrían ayudar a explicar el reciente aumento en el autismo – un estudio reciente del gobierno estadounidense fijó la tasa de autismo en 1 de cada 88 niños en Estados Unidos – que se ha producido demasiado rápido como para ser explicado por la propagación de los genes hereditarios. Mientras que más de la mitad del riesgo de autismo se cree que es heredado – estudios encuentran, por ejemplo, que del 60% al 90% de los gemelos que son autistas, lo son a veces en diferentes grados – en al menos 70% de los casos de autismo, hay causas genéticas subyacentes que no pueden ser identificadas.

Los investigadores se centraron en las mutaciones que eran más propensas a interferir con la función de los genes – no las que la mayoría de las personas adquieren, pero que son inofensivos – reduciendo de ese modo sus investigaciones  a aquellas mutaciones que pueden ocurrir sólo en personas autistas. Luego, estrecharon aún más la investigación enfocándose en los genes que tenían al menos dos de estas mutaciones. Las probabilidades de que dos o más mutaciones que causan serios problemas con el ‘elaborador de proteínas’ en el mismo gen también se produzcan por casualidad en el autismo, son infinitesimales.

«Estos son como los rayos en el genoma», dice State, señalando que las técnicas utilizadas por los  investigadores para encontrarlos, debería permitirles llegar al punto de partida de los genes que son realmente importantes en el trastorno. «Estamos en condiciones de determinar cuál debe ser el umbral para denominar a algo como gen del autismo».

«Ahora tenemos un verdadero camino por delante», dice State, explicando que «a medida que uno empieza a acumular estos genes individuales que sabe que están relacionados, se empieza a abrir la puerta a la comprensión de la biología.» Una vez conocido el gen, se puede examinar la proteína que elabora. Entonces, incluso en personas que no tienen el gen dañado, añadir aquella proteína podría ayudar porque un déficit en esta proteína podría resultar en un nuevo camino hacia el autismo.

Sin embargo, a pesar de que algunos de los genes recientemente descubiertos pueden ser responsables de una gran parte del riesgo de autismo en ciertas personas, en general cada uno tiene sólo una pequeña influencia sobre si se desarrollará o no el autismo. State estima sobre los nuevos datos que de 500 a 1.000 genes pueden ser asociados con el autismo y que cada uno va a representar el 1% o menos del riesgo en la población.

El cuarto estudio, publicado en Science Translational Medicine, complica las cosas aún más:

Se encontró que los cambios en un gen que no codifica para la proteína también puede aumentar el riesgo de autismo. Los investigadores descubrieron que un gen no codificante denominado MSNP1AS reside cerca de un gen que elabora códigos de proteína. MSN1PAS interfiere con la función de ese gen, que produce una proteína importante para el desarrollo del cerebro llamada moesina.

Esencialmente, el gen no codificante se traduce en ARN que evita el funcionamiento del gen de la moesina.

La moesina juega un papel en el desarrollo de las conexiones entre las células cerebrales y en el modo en que las proyecciones enviadas de una célula a otra se mueven en su lugar. Sin ella, al menos en una placa de Petri, los axones de las células nerviosas y dendritas «colapsan», explica Daniel Campbell, profesor asistente de psiquiatría en la Universidad del Sur de California y autor principal del estudio.

Curiosamente, los ratones criados con carencia de moesina, exteriormente parecen normales, aunque nadie ha estudiado su comportamiento debido a que estos animales fueron criados específicamente para estudiar su sistema inmunológico. Campbell planea estudiar los cerebros de estos animales y el papel que juega la moesina en el desarrollo temprano.
«Estamos concibiendo la hipótesis de que en algún momento, durante un tiempo crítico en el desarrollo la balanza se desequilibra ya que no se fabrica suficiente proteína de moesina», dice Campbell. De hecho, su equipo encontró que los niveles de MSN1PAS eran casi 13 veces mayores de lo normal en la corteza de los adultos autistas examinados post mortem.

En general, los nuevos hallazgos darán a los investigadores del autismo mucho sobre qué trabajar, pero, por desgracia, no hay respuestas claras aún para las personas afectadas por el autismo.

Imagen:  Vesaiset

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El dolor crónico está, literalmente, en la cabeza

  • 02/07/2012
  • David Aparicio

¿Por qué algunas personas padecen dolores crónicos y otras pueden recuperarse exitosamente, habiendo sufrido lesiones similares? Según los resultados del primer estudio longitudinal que siguió las imágenes cerebrales de los sujetos que sufrían de una lesión en la espalda, el dolor crónico está literalmente en la cabeza.

La investigación

El estudio desarrollado por la facultad de medicina de la Universidad de Northwester y publicado en la sección de neurociencias de la reconocida revista Nature, demostró por primera vez que el dolor crónico se origina en dos áreas del cerebro relacionadas con la emoción y la conducta motivacional, y entre más se comuniquen estas dos áreas, mayores probabilidades hay de que el paciente desarrolle el trastorno de dolor crónico.

Basados en el nivel de interacción entre la corteza frontal y el núcleo accumbens, los investigadores fueron capaces de predecir al inicio del estudio, y con el 85% de precisión, qué participantes sufrirían de dolor crónico.

El núcleo accumbens es un centro importante para enseñarle al resto del cerebro como evaluar y reaccionar al mundo exterior, y esta región cerebral puede usar las señales del dolor y enseñarle al resto del cerebro a desarrollar dolor crónico.

La muestra estuvo formada por 40 sujetos que no tenían historia de previas lesiones en la espalda y que habían tenido un episodio de dolor de espalda durante 4 a 16 semanas. Todos los sujetos fueron diagnosticados de dolor de espalda por un médico clínico y al iniciar el estudio se tomaron imágenes cerebrales de todos los participantes y luego 3 veces más por un año.

Vanin Apakarian, autora de la investigación y profesora de fisiología en la facultad de medicina de la Universidad de Northwestern, dijo: “Por primera vez pudimos explicar porqué algunas personas que tuvieron exactamente el mismo dolor inicial, fueron capaces de mejorarse o de sufrir de dolor crónico”. “La lesión en sí misma no es suficiente para explicar el curso del dolor, sino más bien es la relación entre la lesión y el estado del cerebro. Estos hallazgos son el resultado de 10 años de nuestra investigación”

Cuanto mayor es la reacción emocional del cerebro a la lesión, más probabilidades hay de que el dolor persista aún después de que la lesión se haya curado. Tal vez las áreas cerebrales de ciertos individuos relacionadas con el dolor crónico están más excitadas o, también puede deberse a la influencia genética o ambiental que a predispone estas regiones a interactuar en niveles de mayor excitación.

“Tenemos la esperanza de que a partir de estos resultados se desarrollen nuevas terapias para el tratamiento del dolor crónico”, añadió Apkarian.

El dolor crónico es una de las enfermedades más costosas, se estima que sólo en EE.UU se gastan alrededor de  600 billones de dólares anuales y todavía no existe una tratamientos científicos que puedan eliminar los síntomas, siendo el dolor de espalda el más común. Pero la psicología ofrece diferentes terapias que han demostrado ser efectivas y  ayudan a los pacientes a mejorar su funcionamiento, incrementando su flexibilidad psicológica y su habilidad para afrontar efectivamente la experiencia del dolor.

Algunas investigaciones que reflejan la eficacia en la reducción de la experiencia del dolor crónico:

  • Efectividad de la terapia cognitiva conducta para el dolor crónico de espalda
  • Revisión sistemática de ensayos controlados aleatorios de terapia psicológica para el dolor crónico en niños y adolescentes, con un subconjunto de meta-análisis de alivio del dolor
  • Terapia de la aceptación y compromiso para el dolor crónico 

Psicólogos, me gustaría saber cómo aprovecharían los resultados de esta investigaciónes y qué ideas tienen sobre ésto.

 Gracias a Fabian Maero y  Paula Jóse , por las investigaciones  relacionadas con la reducción  del dolor.

Imagen: fibromyalgiabodypain

  • Salud Mental y Tratamientos

La relevancia y actualidad de las técnicas conductuales

  • 01/07/2012
  • CETECIC

La discusión acerca de cuáles técnicas poseen mayor importancia en los tratamientos psicológicos, si las cognitivas o las conductuales, hoy se halla casi perimida. Quienes trabajamos desde la terapia cognitivo conductual defendemos la relevancia de ambos tipos a pesar del fuerte hincapié que se ha puesto en los últimos años en los aspectos “cognitivos puros”. Algunas teorizaciones se han alejado tanto de los datos que ya rozan la especulación. Por ello creemos importante recordar la eficacia de las técnicas conductuales que para algunos trastornos psicológicos representan incluso la primera línea de intervención.

El psiquismo humano es demasiado complejo como para reducirlo todo a explicaciones basadas en procesos de pensamiento, las acciones constituyen una parte inseparable integrante de la maquinaria para cuya modificación a veces no alcanza con los procedimientos cognitivos. Sobran los ejemplos en los cuales no se puede ni siquiera pensar en una intervención que no tenga carácter conductual. Veamos algunos:

En la eyaculación precoz del varón resulta inverosímil pretender aplicar sólo psicoeducación y modificar algunas creencias erróneas, las cuales seguramente el paciente sí tiene y, por qué no, también mantienen el problema. Pero definitivamente la modificación de los esquemas cognitivos distorsionados no llevará a la solución si esto no va acompañado de un entrenamiento conductual con alguna técnica como la de “parada y arranque” (stop-start, en la denominación en inglés) que ayude al control eyaculatorio.

En fobias específicas como a viajar en avión o a sacarse sangre nos quedaríamos definitivamente a mitad de camino si no efectuáramos simulacros de extracción o no practicáramos respiración abdominal frente a los estímulos relacionados con el vuelo. Como ya mencionamos en otro artículo de este número de la revista, los pacientes suelen ser hiperconscientes de la ausencia de peligro pero no pueden detener su temor. Así que necesitan exposición aparte de la reestructuración. Ni que hablar si estamos frente a un caso de trastorno obsesivo compulsivo que no deja de cerrar una y otra vez la puerta antes de salir de su casa.

¿Trabajaremos en este caso sus pensamientos automáticos? Sí, muy probablemente, pero únicamente con ello no sería suficiente, pues necesitamos recurrir a la exposición y prevención de la respuesta hasta que el paciente logre cerrar y verificar tan sólo una vez. Lo mismo podríamos argumentar respecto de un paciente que padece agorafobia, ¿salimos con él haciendo exposición en Vivo o simplemente modificamos sus creencias de que el mundo no es tan peligroso como cree y que por ende no le va a pasar nada en la calle? Tampoco en este caso sería suficiente el tratamiento puramente cognitivo como en general no lo es en ninguno de los trastornos de ansiedad. Como ya dijo Isaac Marks, cualquier tratamiento eficaz para la ansiedad patológica requiere en alguna medida un ingrediente de exposición.

Con esta introducción esperamos haber dejado en claro la permanente complementariedad e interacción entre cognición y conducta; de ahí que la mayoría de los cuadros no puedan tratarse obviando las técnicas conductuales. A continuación, realizaremos un recorrido por algunos problemas para cuyo abordaje se destaca su valor, aunque en ningún caso descartamos la aplicación de procedimientos de modificación de patrones de pensamiento irracional cuando estos aparecieran. No estamos negando la cognición como fenómeno psicológico sino que vamos a citar ejemplos en los cuales los psicólogos no podemos mostrarnos indiferentes a las herramientas conductuales, tanto por su practicidad como por su eficacia.

Tratamiento de tics y hábitos nerviosos

El abordaje de hábitos nerviosos tales como tics, tartamudeo, tricotilomanía o morderse la uñas requiere de dos procedimientos principales: técnicas de relajación y ensayos deInversión de hábito.

La inversión de hábito consiste en un procedimiento basado en el condicionamiento operante. Desde este tipo de aprendizaje, se plantea que una forma de disminuir la frecuencia de una conducta es ejecutando una segunda conducta opuesta a la primera. De este modo, si una persona padece un tic como morderse los labios con excesiva reiteración, durante varios segundos y en diferentes momentos del día, a ella se le indicaría que ejecute la conducta inversa de colocar los labios en posición natural, con la boca cerrada, sin ejercer ningún tipo de movimiento o presión entre ambos. Este ensayo de reversión de hábito debe efectuarse durante un período de tres minutos, focalizando la atención en el contacto entre los labios. También en ese momento resulta aconsejable pensar frases que refuercen la conducta adaptativa, tales como: “tengo los labios juntos, sin morderlos, así es mejor, los tengo que mantener así, muy bien”.

Los ensayos de inversión de hábito pueden ejecutarse en diferentes momentos del día. Asimismo, cada vez que el paciente identifique que ha hecho su tic (morderse los labios) debe efectuar la conducta opuesta (labios juntos) durante unos minutos. La práctica continuada del comportamiento adaptativo es necesaria para la consolidación del cambio conductual.

Disminución de la postergación

El problema de la postergación o procastinación cotidiana aparece con frecuencia en el ámbito clínico. Típicamente sucede que una conducta alternativa reemplaza a la que la persona debe ejecutar. Veamos el caso de un alumno universitario que presenta déficit en la emisión del comportamiento de estudio. Inicialmente, el paciente planifica estudiar durante un fin de semana largo pero el primer día del mismo, sábado, chatea en internet, ve televisión, escucha música y cuando se acerca la noche, sale con amigos. Obviamente, no estudia. Regresa de su salida el domingo a las 6 de la mañana, duerme y se despierta a las 14 hs. Mientras transcurre el domingo, luego de almorzar, piensa en que a las 18 hs., finalmente, se sentará a estudiar. Pero a las 17 la persona prende el televisor y empieza a ver una película que termina a las 19; en ese momento llama por teléfono a unos amigos que lo convencen de volver a salir. En su mente aparecen pensamientos como “ya pasó todo el domingo, mejor arranco mañana lunes, desde la mañana y listo”. El día lunes, el paciente se despierta a las 11 hs. y comienza a estudiar.

Como puede observarse, durante el sábado y el domingo el paciente ha perdido mucho tiempo ejecutando conductas diferentes a leer y resumir el material de la asignatura que debe rendir. En un caso como este podemos aplicar el principio de premack, una técnica apoyada en la idea de que una conducta de alta probabilidad de ocurrencia puede reforzar a otra conducta de baja probabilidad de ocurrencia emitida previamente. En el citado caso de nuestro estudiante postergador, deberíamos indicarle que primero estudie una hora y recién luego realice cualquiera de las actividades que lo refuerzan, sea ver una película, chatear o salir con amigos.

Para citar otro ejemplo más sencillo, si a una persona el médico le sugiere caminar diariamente durante una hora – conducta de baja probabilidad de ocurrencia – y luego va a un bar a tomar un café y leer el diario – conducta de alta probabilidad –, está implementando correctamente el principio de Premack. Para que la conducta de caminar se incremente es necesario que la conducta placentera (bar), se emita luego de haber hecho la caminata. A la inversa, la técnica no funciona pues la conducta placentera inhibirá la ejecución de la caminata. Esta secuencia, caminata-bar, debe repetirse en cada oportunidad que el paciente desee ir a un bar. Si el paciente va a bares en diferentes momentos de la semana sin antes efectuar al menos unos 30 minutos de caminata, el reforzador (ir al bar) irá perdiendo intensidad para estimular el caminar en posteriores oportunidades.

Como en tantos otros procedimientos comportamentales, el principio de Premack se basa en la asociación de respuestas. En este caso, la conducta meta (caminar) deberá verse reforzada por la conducta reforzante (ir al bar) para lo cual es menester repetir varias veces el orden de los elementos señalados. Una vez consolidado el hábito de caminar, entonces puede prescindirse de la conducta “ir al bar a leer el diario” porque la conducta de caminar ya se mantiene por reforzadores naturales tales como el bienestar experimentado luego de la actividad física, la disminución del peso y la mejora de la salud. En general, realizar primero la conducta pendiente y luego la deseada, disminuirá la conducta de postergación.

Tratamiento de conductas excesivas

Llamamos “conductas en exceso” a aquéllas cuyo carácter patológico radica en que se efectúan en demasía, por encima de parámetros de normalidad y salud. Las mismas conductas realizadas en una medida menor no atentan contra la salud, incluso en algunos casos son imperiosamente necesarias para vivir como, por ejemplo, comer. Ingerir alimentos, está claro, resulta de vital importancia; ahora bien, si perdemos el control con cada comida, tendremos entonces un trastorno alimentario. Nos referiremos a esto brevemente más abajo.

Para el tratamiento del gasto compulsivo es necesario que el paciente rompa o entregue a algún familiar su tarjeta de crédito. Esta indicación surge de la técnica control de estímulo precedente. La tarjeta de crédito funciona como estímulo que aumenta el deseo de consumo ya que su utilización se halla asociada a diferir las consecuencias negativas, esto es, abonar el objeto que se compra. Si la persona compra un televisor en 36 cuotas de $50, sentirá menor sensación aversiva que si paga al contado el importe total que asciende a $1800.

El hecho que las consecuencias negativas se difieran aumenta la probabilidad de consumo lo cual conduce a que el paciente con gasto compulsivo tenga mucha mayor tentación hacia una gran cantidad de productos. Si la persona no dispone de una tarjeta de crédito y debe abonar al contado, sentirá mayor malestar y esto puede disminuir la tendencia compulsiva a comprar productos.

El control de estímulo precedente también se aplica para el abordaje del juego patológico. La indicación consiste en que el que el paciente, durante varios meses, no salga a la calle con grandes sumas de dinero. Se sugiere pedir a algún familiar que administre el dinero del paciente y le entregue todas las mañanas el monto mínimo para que realice los gastos indispensables tales como viajar o comprar comida para el almuerzo.

El juego patológico se aborda también con otros procedimientos conductuales como el reforzamiento diferencial de conductas Incompatibles al juego, por ejemplo, la conducta de ahorrar. Con este recurso procuramos un aumento de la conducta opuesta a la conducta-problema. Así, si deseamos que el paciente disminuya hasta abandonar totalmente el hábito de apostar en juegos de azar (conducta-problema), podríamos incrementar la conducta de ahorro (conducta incompatible). A medida que el paciente vaya ahorrando también percibirá que tiene acceso a beneficios que en otro momento le eran vedados debido al juego, como por ejemplo, irse de vacaciones, comprar un auto o arreglar su casa. Tales placeres actuarán así como reforzadores naturales de la conducta de ahorrar, todo lo cual terminará disminuyendo el deseo y la probabilidad de que el paciente apueste en el casino.

Para la terapéutica de los trastornos alimentarios existen programas conductuales puntuales con pasos preestablecidos que el paciente debe cumplir para lograr los objetivos. Por ejemplo, para los pacientes con obesidad necesitamos implementar un programa de reforzamiento de intervalo fijo a fin de disminuir la “conducta de picoteo” (comer cualquier cosa en cualquier momento del día). Con este programa cambiamos no sólo la cantidad de comida que el paciente ingiere, sino también la forma tan irregular en que lo hace. El cumplimiento de horarios en las comidas reduce la impulsividad espontánea y aumenta la probabilidad de autocontrol.

Tratamiento del deseo sexual hipoactivo en la mujer

Es frecuente la consulta de pacientes mujeres que tienen poco deseo sexual. Muchas veces, la falta de deseo sexual no implica una crisis de pareja; la mujer está plenamente convencida de que ama a su marido y no se plantea en absoluto la separación. La falta de deseo sexual no suele ser efecto de distorsiones cognitivas sino que se origina más en factores como la ansiedad escénica durante las relaciones íntimas, las inhibiciones o, incluso, la falta de experiencia y aprendizaje. La ansiedad sexual se aborda con relajación y desensibilización, dos técnicas que no describiremos porque ya lo hemos hecho en otros números de esta revista. Sugerimos al lector consultarlos.

En otros casos, la mujer no presenta ansiedad, ni problemas de relación, ni inhibiciones, no obstante no siente deseos de tener relaciones sexuales. Para el tratamiento de este síndrome denominado deseo sexual hipoactivo contamos con tratamientos conductuales específicos. Uno de ellos ha sido detallado y manualizado por Lo Piccolo y tal abordaje se encuentra incluido en las guías de tratamientos eficaces.

El tratamiento propuesto por Lo Piccolo consta de cuatro componentes básicos: visualización de escenas, focalización de la atención en la respuesta sexual, aproximaciones graduales y autoestimulación mediante ejercicios de masturbación dirigida. En primera instancia, se le indica a la paciente que dedique un momento de su día a imaginar una escena no-erótica concentrándose en las sensaciones de placer de su cuerpo; por ejemplo, pensar en un paisaje relajante de unas vacaciones mientras atiende a las sensaciones placenteras. Ocasionalmente se sugiere que este ejercicio se lleve a cabo en estado de relajación.

En la segunda fase, la paciente visualiza escenas agradables en presencia de su pareja, aunque aún dichas escenas no deben poseer contenido erótico. La mujer visualiza, por ejemplo, el contacto físico no-erótico con su marido en un lugar pacífico y agradable. También durante esta etapa la mujer debe focalizar su atención en las respuestas de excitación de su cuerpo. En una tercera etapa, la paciente visualiza escenas de contacto físico con su marido, en zonas “no-sexuales”. Finalmente, en una cuarta fase, las visualizaciones se van aproximando hacia la zona de los senos y los labios hasta alcanzar gradualmente vagina y clítoris. Una vez que la mujer ha podido implementar “la conciencia sensorial” de su cuerpo, se indica la masturbación.

En conjunto, el ejercicio descripto permite a la mujer un mejor conocimiento de las respuestas excitatorias. Posteriormente, de modo gradual, la pareja irá implementando “in vivo” los ejercicios que la mujer ha imaginado previamente. Como puede notarse, este abordaje incluye cuatro componentes conductuales: focalización sensorial, visualizaciones, aproximaciones graduales y autoestimulación.

Tal como ya hemos afirmado, no estamos desestimando el uso de las técnicas cognitivas para el abordaje de las Disfunciones Sexuales; lo que sí sostenemos es que en algunos casos debemos trabajar con herramientas conductuales pues no se detectan creencias irracionales o distorsiones cognitivas sobre el sexo.

Conclusiones

En los ejemplos narrados, el tratamiento con procedimientos exclusivamente cognitivos no es suficiente. Destacamos que por la naturaleza de los trastornos en cuestión, la modificación del pensamiento del paciente no logra necesariamente la modificación de la ejecución.

Si la psiquis humana incluye tan obviamente componentes de pensamiento y de acción, ambos, no debería entonces sonar extraño el recurrir a herramientas que apunten más a uno u otro de estos elementos. No podemos negar la existencia de procesos cognitivos complejos, tampoco pues las herramientas para su terapéutica. De manera similar, no podemos ignorar la existencia de la acción y la fisiología de las personas, por tanto, tampoco deberíamos desconocer las herramientas terapéuticas que operan directamente sobre tales aristas.

Insistiendo en la complejidad del comportamiento humano, no hay que olvidar de su apoyo neurobiológico. Lo cognitivo tiene una apoyatura cortical, de ahí que el nivel del pensamiento sea el que está en juego y ello responda a las técnicas cognitivas. Los planos de conducta fisiológico y motor se sustentan en el sistema límbico, la amígdala, la corteza neuromotora y el sistema de recompensa o núcleo accumbens; ¿cómo llegamos a modificar esos niveles de conducta sino fuera utilizando técnicas acordes a los mismos?

Efectivamente, necesitamos combinar técnicas, sólo así logramos abarcar completamente a la mente humana, entendida ésta como una función del sistema nervioso. Existe un permanente interjuego entre los diferentes planos del funcionamiento psicológico; pensamiento, fisiología y conducta se influyen recíprocamente de maneras múltiples y complejas. Los cambios en el pensamiento conducen a cambios neurales y estos a su vez modifican a la conducta; pero a su vez los cambios en las acciones de una persona acarrearán modificaciones en la arquitectura más fina del cerebro, lo que a su vez redundará en el pensamiento.

En suma, no podemos afirmar que ninguno de los tres niveles sea el primario ni el principal en lo que se refiere a generar un cambio. ¿Quién no ha cambiado su manera de pensar cuando afronta un supuesto peligro y luego corrobora que no lo era? Así avanzamos por la vida, aprendiendo por diferentes vías, no todo lo adquirimos por información y nuevas maneras de pensar; la acción misma, el ensayo y el error son elementos cruciales en el aprendizaje y en la formación de nuevas creencias.

Actualmente hay dos pilares de los tratamientos en psicología. Primero, operar sobre los pensamientos, creencias, supuestos y reglas. Segundo, trabajar sobre las acciones, lo cual se refiere tanto a “empezar a hacer” como a “dejar de hacer”, accionando de manera directa sobre las situaciones, los contextos reales y tangibles. Ni que hablar de las respuestas fisiológicas, tan presentes en los estados emocionales patológicos. Modificar estos últimos implica utilizar un buen número de técnicas de corte conductual.

Podemos entonces concluir que no podemos prescindir de técnicas conductuales para la modificación de hábitos y conductas problemáticas, ello sería como dejar al paciente a medio camino. Concretamente, hoy se trabaja informando al paciente, reestructurando sus ideas erróneas (ambas técnicas cognitivas) y luego entrenándolo en cómo modificar sus conductas, sus reacciones fisiológicas, enseñándole que muchas veces él mismo tiene que más accionar y menos pensar, logrando, insistimos, un equilibrio entre el pensamiento y la acción.

Los tratamientos aplicados a un amplio espectro de problemas psicológicos, como los trastornos de ansiedad y del estado de animo, dos frecuentes motivos de consultas en la actualidad, hoy se tratan con técnicas cognitivas y conductuales, sin poder afirmar cuáles de ellas son más importantes pues esto dependerá de qué factores sean preponderantes en el paciente que se presenta a consulta. Lo que sí resulta claro es que si se utilizan ambos tipos de técnicas, el tratamiento tiene muchas más probabilidades de éxito.

Las terapias psicológicas contemporáneas científicamente basadas no hacen caso de los gustos y preferencias personales de un autor o terapeuta en particular, tampoco se apoyan en ideas dogmáticas preestablecidas ni en modas o tendencias que se impongan sólo por ser novedosas. Contrariamente, las terapias psicológicas científicas sólo escuchan a las investigaciones empíricas. Y en este sentido, las evidencias nos indican que lo más efectivo consiste en una combinación variable de diferentes procedimientos técnicos según el caso, sin prescindir dogmáticamente de ninguna herramienta. La integración de ambos tipos de procedimientos, cognitivos y conductuales, resulta ser casi siempre la mejor opción.

Por: Lic. Carmela Rivadeneira, Lic. José Dahab y Lic. Ariel Minici

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El efecto de los vídeojuegos violentos en nuestro cerebro

  • 30/06/2012
  • David Aparicio

Las investigaciones han develado las repercusiones negativas en los adolescentes que juegan videojuegos violentos o ven programas de televisión del mismo contenido, pero 3 grandes preguntas se resumen como resultado de estas investigaciones: ¿cuál es la causa? ¿acaso los niños solamente copian lo que ven en televisión?, o ¿los videojuegos tienen un efecto más profundo en sus cerebros, afectando su conducta?

Analizaron qué pasaba en el cerebro de 28 estudiantes jóvenes

El Dr. Vincent Matthews y sus colegas de la Universidad de Indiana, exploraron estas preguntas a través de un estudio sobre la violencia en los videojuegos ,y analizaron qué pasaba en el cerebro de 28 estudiantes jóvenes (que no habían tenido experiencia en videojuegos). Los sujetos fueron asignados aleatoriamente a jugar videojuegos violentos de disparos en primera persona (first person shooter) y juegos no violentos, durante un día a la semana.

¿En qué consistió la investigación?

Los científicos utilizaron  imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para analizar la actividad cerebral de los participantes, mientras resolvían tareas de contenido emocional y no emocional. Después de haber jugado videojuegos violentos  por dos semanas, se volvió a escanear el cerebro de los sujetos mientras realizaban las mismas tareas.

Una de las tareas que los sujetos tenían que realizar, mientras se escaneaba su nivel de respuesta cerebral, consistía en presentarles palabras violentas (daño, golpe, matar, etc.) y no violentas (caminar, correr y hablar, etc.) en diferentes colores. Luego, se les pidió a los sujetos que identificaran el color correspondiente a cada palabra, en lugar de la palabra en si (esta prueba era una variación del conocido test psicológico Efecto Stroop: donde es esperable que haya una demora en la identificación del color, ya que nuestro cerebro tiende a procesar el significado de la palabra que leemos antes de notar el color en las letras).

¿Qué encontraron los investigadores?

Los investigadores  encontraron en los sujetos que no jugaron videojuegos violentos, un retraso normal en el test de Stroop y un incremento esperable en las áreas del cerebro relacionadas con la emoción. En cambio, los resultados de las imágenes cerebrales de los jugadores de juegos de videos violentos, develaron al inicio de la investigación una actividad cerebral normal, pero luego de 2 semanas de jugar videojuegos violentos, exhibieron  menos activación en las áreas cerebrales relacionadas con la emoción.

Tenían menos actividad en las áreas cerebrales responsables de la emoción, atención y la inhibición de sus impulsos

Los investigadores también diseñaron otra tarea para evaluar la atención y concentración de los participantes que consistió en presentarles en una pantalla los números 1,2 ó 3 repetidamente  y se les pidió que apretaran un botón, no cuando aparecía el numero en sí,  sino según la cantidad de veces que este aparecía. Los jugadores de juegos de video violentos, luego de una semana, mostraron un declive en la actividad en las áreas que regulan la atención y concentración .

¿Cuán duraderos son los cambios cerebrales?

No está claro cuán duraderos pueden ser los cambios en el cerebro. Cuando Mathtews y su equipo trajeron a sus participantes, después de semanas sin jugar videojuegos, su actividad cerebral había cambiado otra vez y mostraban rasgos más parecidos a los normales, pero esta actividad cerebral no era exactamente como al inicio de la investigación, antes de ser expuestos a los juegos de video violentos.

Con relación a los resultados del estudio Matthews dijo:

“Estudios comportamentales han demostrado un incremento en la conducta agresiva luego de que los sujetos jugaron videojuegos violentos y lo que nosotros mostramos es la explicación fisiológica de los resultados de los estudios conductuales”.

Para Matthews y su equipo, los cambios cerebrales develados en el estudio son similares  de los adolescentes con trastornos sociopáticos, y sus resultados sustentan los estudios previos que demostraron los efectos negativos de los videojuegos a corto plazo, que han sido utilizados en casos judiciales por padres y tutores para controlar los videojuegos violentos en adolescentes.

No está claro cuán duraderos pueden ser los cambios en el cerebro

“Los individuos y los padres de los chicos que eligen jugar videojuegos deben estar conscientes de los cambios que pueden producir en el cerebro y deben considerar si juegan o no esa clase de juegos”, sostuvo Matthews.

Este estudio es un avance significativo en la comprensión de cómo los jugadores jóvenes pueden ser afectados por esta clase de juegos y es nuestro deber como padres, tutores y profesionales de la salud mental alentar a la población, para que se tome las medidas de prevención pertinentes.

Si tienes alguna inquietud o deseas ampliar este tema, te invitamos a participar en nuestra sección de comentarios.

  • Salud Mental y Tratamientos

(Vídeo) ¿Por qué algunas personas se autolesionan? y que hacer para ayudarlos

  • 29/06/2012
  • David Aparicio

Para activar los subtítulos en español tienes que hacer clic en el icono “Subtitles/CC” del player de YouTube y seleccionar el idioma.

En este vídeo el reconocido terapeuta Daniel Tomasulo y la Dra. en educación Marie Hartwell-Walker debaten sobre por qué algunas personas recurren a las autolesiones, y qué se puede hacer para ayudarlos.

(Artículo relacionado: Autolesionarse en la adolescencia vinculado a problemas en salud mental en la adultez)

Las conductas de autolesión se mantienen como tema tabú, aún dentro del ámbito de la salud mental. Muchos profesionales tienen miedo de hablar sobre este tema con sus pacientes y los médicos de familia rara vez preguntan a sus pacientes jóvenes sobre estas tendencias (siendo los más propensos a involucrarse en estas conductas).

Para los expertos en el tema, las conductas y la tendencia de auto-lesión, se mantienen latentes en adolescentes y adultos jóvenes, lo cual puede ser muy peligroso si no cuentan con la ayuda de un terapeuta profesional, que les ofrezca herramientas para controlar los impulsos de auto-lesión.

  • Salud Mental y Tratamientos

La relación entre la diabetes y el deterioro cognitivo en adultos mayores

  • 28/06/2012
  • David Aparicio

La diabetes es una de las enfermedades crónicas con mayor prevalencia de los últimos 20 años. La Organización Mundial de la Salud estimó que para el año 2000 habrán 171 millones de diabéticos en el mundo y para el año 2030 habrán 370 millones, lo que supone un aumento del 114 %. Estudios norteamericanos estimaron que para el año 2000, 1 de cada 3 recién nacidos desarrollará diabetes a lo largo de su vida, por lo cual algunos investigadores sugieren que la diabetes se puede considerar como una epidemia.

Actualmente la diabetes se distribuye en todo el mundo, pero con mayor prevalencia en los países desarrollados.  Ya son conocidos los síntomas y repercusiones físicas de esta enfermedad, pero un nuevo estudio agrega evidencia de que las complicaciones con la diabetes se extienden hasta el cerebro, causando pérdida en la memoria, atención y otras funciones cognitivas.

“Lo que demostramos con este estudio es una clara asociación entre la diabetes y las funciones cognitivas” aseguró la Dra. Kristine Yaffe, profesora de psiquiatría y neurología en la Universidad de California, San Francisco.

La investigación

El estudio se realizó por casi una década y demostró que los hombres y mujeres mayores con diabetes (primariamente diabetes tipo 2, el tipo de diabetes relacionado con obesidad e inactividad) tienen mayores deficiencias en los puntajes de los tests cognitivos en comparación a las personas de la misma edad sin diabetes.

La Dr.a Yaffe directora del estudio y sus colegas, se asentaron en una extensiva de datos sobre la salud, el envejecimiento y sobre la composición del cuerpo humano. Los investigadores analizaron a 3.069 personas en sus años 70. Cuando el estudio inició, el 23 % de los sujetos tenían diabetes y  5% no tenía diabetes, pero durante el estudio también desarrollaron diabetes.

Mientras se desarrollaba el estudio, se les aplicó repetidamente diversos tests cognitivos, que evaluaban su memoria, coordinación, destreza y habilidad para concentrarse, así como también su salud mental. Al inicio del estudio, aquellos que ya tenían diabetes, mostraron en sus test puntuaciones ligeramente más bajas, en comparación a los sujetos que no tenían diabetes.

Pero 9 años más tarde, la brecha en los puntajes cognitivos se expandió aún más entre los que tienen diabetes y los que no. Las diferencias se mantuvieron aún después de que los investigadores ajustaron sus resultados según los efectos de la edad, raza, sexo y educación. Ellos también encontraron que los sujetos que no tenían diabetes al inicio de la investigación, pero que después la desarrollaron, tenían puntuación que caían entre el grupo de diabetes.

Estudios anteriores demostraron que la diabetes tipo 2 se correlaciona con un alto riesgo a desarrollar el mal de alzheimer y demencia en los adultos mayores, pero todavía no se comprende  como estas enfermedades se relacionan. Algunos científicos especulan que a través de los años la inflamación y el daño vascular producido por los altos niveles de azúcar en la sangre pueden ser los responsables, pero los resultados de las investigaciones han sido inconsistentes hasta ahora.

A causa de este interrogante, los investigadores se adentraron más allá y buscaron los efectos del poco control de glucosa de los sujetos, y  midieron la hemoglobina glicosilada. A diferencia de las tradicionales pruebas de azúcar que proveen una imagen momentánea de los niveles glucosa, la hemoglobina glicosilada provee una idea de cómo los niveles de glucosa en la sangre se han manejado en el curso de las semanas. Se considera una de las mejores maneras de evaluar el progreso del tratamiento para la diabetes. Los resultados arrojaron un pobre control de los niveles de glucosa, demostrando así ser los mejores predictores del descenso de las funciones cognitivas.

No solo los pacientes con diabetes avanzada demostraron deterioro cognitivo

Las personas con diabetes con poco control de su enfermedad, demostraron mayor deterioro de las funciones cognitivas. Pero este desgaste no solo se observa en los pacientes con diabetes avanzada, los investigadores encontraron también que las personas que no tenían diabetes al inicio del estudio, pero que la desarrollaron después, también demostraron deterioro cognitivo.

Los resultados sugieren que enfoques más agresivos para el manejo y prevención de la diabetes en la mediana edad pueden ayudar a evitar una disminución cognitiva en grandes segmentos de la población. Pero la Dra. Yaffe, alerta a los doctores a que tengan precaución con disminuir demasiado los niveles de azúcar en la sangre, ya que los diabéticos son especialmente vulnerables a los efectos de la hipoglucemia.

“La idea que queremos plasmar es: cuanto mejor es el control de la glucosa, mejores son los resultados en el intento de reducir las complicaciones por la diabetes”, sostuvo Yaffe.

Como psicólogos podemos ayudar a las personas que padecen diabetes, a través de  planes eficaces que ayuden a los pacientes a mejorar su adherencia al tratamiento, reduciendo así las complicaciones físicas y cognitivas de los sujetos

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Pueden los doctores aprender a ser empáticos?

  • 28/06/2012
  • David Aparicio

Uno de los mejores ejemplos como introducción para este artículo, lo podemos encontrar en el mítico y conocidísimo programa de televisión Dr. House. Para quien no lo conozca, es una serie basada en el doctor Gregory House, un genio de la medicina, con una memoria eidética que, al mejor estilo de Sherlock Holmes, logra diagnosticar casos casi imposibles para otros médicos, ayudando a salvar a muchas personas. Pero ¿cuál es el problema? El Dr. House no tiene ni una pizca de empatía por sus pacientes, es extremadamente brusco, mal educado, arrogante y algunos dirían que hasta despiadado. Esto provoca una paradoja en el ámbito médico: ¿importa que el doctor sea empático, tolerante y explicativo con sus pacientes y considere otros factores psicológicos, sociales, ambientales (modelo biopsicosocial)? o ¿lo importante es ir directamente a la enfermedad, al tratamiento, a la cirugía, etc. (modelo biomédico)?

Las investigaciones aseguran que la empatía y el tratamiento compasivo juegan un rol importantísimo en el proceso de recuperación de los pacientes, ya que al sentirse respetados, tomados en cuenta, etc. (reduce los errores médicos, mejora los resultados de los pacientes, logra que se sientan más satisfechos, reduce los reclamos por mala-praxis e incrementa la felicidad en  los doctores)

¿Por qué algunos médicos no intentan ser más empáticos? 

Si la evidencia científica sustenta la importancia de la empatía en la recuperación del paciente ¿por qué algunos médicos no intentan ser más empáticos? Algunos sostienen que es algo muy arraigado a la personalidad y que es muy difícil de aprender.

Pero sobre la base de  un estudio publicado en el 2010 que demostró que los observadores empáticos tienen una actividad cerebral, ritmo cardíaco y el nivel de conductancia eléctrica de la piel, similar a los de la persona sometida a la experiencia emocional (observando a un amigo que era golpeado por la puerta de un auto). La Dr. Helen Riess, directora del Programa científico de Empatía y Relaciones en el departamento de psiquiatría en el Hospital de Massachusetts, creó una serie de módulos de entrenamiento de empatía destinado a médicos. Los módulos fueron diseñados para enseñar técnicas de reconocimiento de pistas no verbales y expresiones faciales, así como las estrategias para hacer frente a las respuestas fisiológicas propias, provocadas por encuentros emotivos.

Por ejemplo, en una de las clases los doctores participantes  vieron un vídeo de una tensa consulta de examinación  y se les mostraba un gráfico de cómo la frustración y la ira se evidenciaban por medio de la conductancia de la piel  en el paciente y el médico . Otra lección llevó a los médicos a través de una serie de imágenes de pacientes que expresaban ira, desprecio, felicidad, miedo, sorpresa, disgusto y tristeza.

Para evaluar la efectividad de las lecciones, el Dra. Riess y varios de sus colegas inscribieron a alrededor de 100 médicos en el entrenamiento, de los cuales 50 habían tomado una hora del entrenamiento de empatía y se les pidió a sus pacientes a que evaluaran la empatía, basados en la habilidad de los doctores de hacerlos sentir a gusto, de demostrar compasión y un completo entendimiento de las preocupaciones del paciente.

“Las  personas tienen la creencia de que nacemos empáticos o no, pero la empatía se puede enseñar y se puede mejorar”

Dos meses después los investigadores le pidieron a un grupo de pacientes que evaluaron a todos los médicos nuevamente. Los resultados señalaron que los médicos que tomaron el curso de empatía habían exhibido mejoras significativas  en su conducta empática, mientras que los médicos que no asistieron el curso de empatía empeoraron en su capacidad de empatizar con el paciente.

“Las personas tienen la creencia de que nacemos empáticos o no, pero la empatía se puede enseñar y se puede mejorar” dijo la Dra. Riess

Comparado con sus pares, los médicos que asistieron al curso de empatía, interrumpieron menos a sus pacientes, mantuvieron mayor contacto visual y mejoraron su comprensión cuando los pacientes se mostraban molestos, frustrados o enojados. También demostraron una notable resistencia a los “efectos deshumanizadores del entrenamiento médico”.

«Siento que me gusta mi trabajo, nuevamente” dijo uno de los médicos que tomó el curso de empatía y que había asegurado que sentía los efectos del Burnout (síndrome del quemado)

Las respuestas a este estudio han sido muy buenas, esto se debe en parte a que es el primer estudio que  utiliza las evaluaciones de los pacientes sobre la empatía de sus médicos, en comparación a las autoevaluaciones de los médicos.

“El punto principal de esta evaluación es saber si los pacientes creen que los médicos son empáticos, no si los médicos creen que son empáticos. Estamos en un momento especial de la historia de la medicina, tenemos los datos neurofisiológicos que validan y ayudan a la medicina a encaminarse en el balance entre la ciencia y el arte” sostuvo Dr. Riess

Imagen: wakeuptosleep

  • Salud Mental y Tratamientos

El éxito empresarial de los inadaptados

  • 28/06/2012
  • Alejandra Alonso

En la actualidad, la cultura geek ha tomado bastante importancia. Un ejemplo de esto es la famosa serie televisiva “The Big Bang Theory”, cuyo personaje principal es Sheldon Cooper, quien muestra claros síntomas de Asperger, entre ellos las compulsiones (tocar tres veces la puerta y decir el nombre de la persona que está adentro), sus estrictas rutinas diarias, su dificultades en lo relacionado a la socialización, la interpretación literal del lenguaje,etc. A pesar de todo esto, Sheldon tiene dos doctorados y un máster, trabaja como físico teórico y no vive con sus padres. Pero esto sólo pasa en la televisión…¿no?

Asperger

En 1956, William Whyte argumentó en su bestseller “The Organisation Man” (El hombre de las organizaciones), que las empresas estaban tan enamoradas de los ejecutivos “bien preparados” que peleaban una “batalla en contra de los genios”. Hoy en día, muchos sufren por el prejuicio contrario.  Las firmas de Software engullen a los geeks antisociales (personas fascinadas por la tecnología y la informática). Asimismo, los fondos de inversión quieren absorber a los excéntricos genios de las matemáticas. Hollywood se inclina hacia atrás para dar cabida a los caprichos de los creativos. Y los políticos miran a los empresarios romper las reglas para crear trabajo.  Al contrario que en el predio escolar, el ámbito del mercado es amable con los “inadaptados”.

Los reclutadores han notado que las cualidades mentales que hacen a un buen programador son semejantes a aquellas con las que te podrían diagnosticar el síndrome de Asperger: un interés obsesivo en temas concretos; pasión por los números, patrones y máquinas, adicción a tareas repetitivas y una falta de sensibilidad a las señales sociales.

Al contrario que en el predio escolar, el ámbito del mercado es amable con los “inadaptados”

Algunos bromean con que el internet fue creado por y para personas “en el espectro ”, como lo ponen en el Valley (the Silicon Valley, lugar ubicado en el norte de California, Estados Unidos, llamado así por su alta concentración de industrias relacionadas con los semiconductores y las computadoras). Online, puedes comunicarte sin la penosa experiencia de reunirte con gente.

La revista Wired en cierta ocasión lo llamo “el síndrome Geek”. Hablando de firmas de internet fundadas en la década pasada, Peter Thiel, uno de los primeros inversores de Facebook, dijo a The New Yorker: “La gente que los maneja son como autistas.” Yishan Wong, un ex empleado de Facebook, escribió que Mark Zuckerberg, el fundador, tiene “un toque de Asperger”, en el sentido de que “no provee mucha retroalimentación activa o confirmación de que te está escuchando.” Craig Newmark, el fundador de Craigslist, dice que encuentra a los síntomas de Asperger “incómodamente familiares”.

Rasgos similares son comunes en la parte alta de las finanzas. Los genios matemáticos han tomado el relevo de los  novatos recién graduados. Michael Burry, el héroe del libro “The Big Short” ( de Michael Lewis), un gestor de fondos de inversión,  es una persona solitaria que escribió un blog sobre el mercado de valores como pasatiempos mientras estudiaba para ser doctor. Atrajo tanto la atención de los administradores de fondos que dejó medicina para comenzar su propio fondo de inversión, Scion Capital. Luego de notar que había algo desviado en el mercado hipotecario, apostó una fortuna a que éste colapsaría. “El único hombre en el que podía confiar en medio de ésta crisis,” dijo el Sr. Lewis a National Public Radio (Radio Pública Nacional), “era este sujeto con Asperger y un ojo de vidrio.”

(Artículos relacionados: Temple Grandin y Buscar lo impensable. Hablemos de autismo.)

Dislexia

Los empresarios también exhiben un número llamativo de “rarezas mentales”. Julie Login de Cass Business School (la Escuela de Negocios Cass) encuestó a un grupo de empresarios y encontró que el 35% de ellos manifestó sufrir de dislexia, comparado con el 10% de la población en su conjunto y el 1% de los gerentes profesionales.

Ejemplos de prominentes disléxicos son: los fundadores de Ford, General Electric, IBM y IKEA, sin dejar de mencionar exitosos más recientes como Charles Schwab, Richard Branson (the Virgin Group), John Chambers (Cisco) y Steve Jobs (Apple).

Hay muchas explicaciones posibles para esto. Los disléxicos aprenden cómo delegar tareas tempranamente (teniendo a otras personas que les hacen su tarea, por ejemplo). Son atraídos por actividades que requieren pocas calificaciones formales y demandan escribir o leer poco.

(Artículo relacionado: Inteligencia y dislexia ¿están realmente relacionadas?)

Trastorno por Déficit de Atención

El trastorno por Déficit de Atención (TDA) es otra aflicción amiga de los empresarios: los individuos que no pueden concentrarse en una sola cosa por mucho tiempo pueden ser empleados desastrosos, pero también fuentes de nuevas ideas.

 “Mi cerebro con TDA busca naturalmente las mejores formas de hacer las cosas…”

Algunos estudios sugieren que las personas con TDA tienen 6 veces más probabilidades que el resto de la gente de terminar manejando su propio negocio.

David Neeleman, el fundador de JetBlue, una aerolínea de bajo coste, dice: “Mi cerebro con TDA busca naturalmente las mejores formas de hacer las cosas. Con la desorganización, postergación, inhabilidad para concentrarse y todas las cosas malas que vienen con el TDA, también viene la creatividad y la habilidad de tomar riesgos.” Paul Orfalea, el fundador de Kinko’s, tiene ambos, dislexia y TDA. “Me aburro fácilmente; eso es un gran motivador,” dijo una vez. “Creo que todos deberían tener dislexia y TDA.”

¿Dónde deja esto al hombre de empresa chapado a la antigua? Él estará bien. Cuanto más gente brillantes e inadaptada contraten las empresas, más necesitarán gerentes sensibles para mantener a la misma conectada a la tierra. Alguien debe asegurarse de que las tareas aburridas, pero necesarias, se hagan. Alguien tiene que atraer a los clientes. Esta tarea es mejor hecha por aquellos que no dan la impresión de que piensan que las personas normales son estúpidas (Sheryl Sandberg, la delegada del Sr. Zuckerberg, hace esto bien por Facebook). Muchos empresas nuevas son salvadas reemplazando a los fundadores por gerentes profesionales. Esos gerentes, por supuesto, deben aprender a trabajar con geeks.

Los genes Geek

La agrupación de gente con mentes inusuales está causando nuevos problemas. Las personas que trabajan para compañías inteligentes tienden a casarse con otras personas inteligentes. Simon Baron-Cohen de la Universidad de Cambridge argumenta que cuandos dos hiper-sistematizados se conocen y forman pareja, son más propensos a tener hijos que sufran de Asperger o, su primo más severo, el autismo. Él ha demostrado que, niños en Einghoven, un centro de tecnología en Países Bajos, son de dos a cuatro veces más proclives a ser diagnosticados con autismo que los niños de otras dos ciudades holandesas de tamaño similar. También ha mostrado que es más probable que los estudiantes de Cambridge que estudian matemáticas, física e ingeniería tengan parientes con autismo, comparados con los que estudian literatura inglesa.

¿Dónde deja esto al hombre de empresa chapado a la antigua?

Muchos empleadores se muestran recelosos de contratar personas con autismo severo, pero no todos. Specialist People, una firma danesa, empareja a los trabajadores con autismo con tareas que requieren buena memoria o alta tolerancia a la repetición.

Pero en general, el reemplazo del hombre de las organizaciones por el hombre desorganizado está cambiando el balance del poder. Estas personas pueden no pasarla bien en la escuela. Pueden sufrir burlas y ser ignorados en las fiestas. Pero en estos días, ninguna organización seria puede prosperar sin ellos. Como lo dice Kiran Malhotra, una trabajadora del Silicon Valley: “En realidad está bueno ser geek.”

Fuente: The Economist 
Imagen: Thehereandthere

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La comida chatarra es más atractiva para el cerebro cuando tenemos sueño

  • 27/06/2012
  • Maria Fernanda Alonso

Cualquier estudiante universitario o trabajador por turnos puede dar fe de que quedarse despierto toda la noche, o incluso sólo escatimar en horas de sueño, puede llevar a una persona a buscar satisfacción en alimentos llenos de calorías.

Un organismo de investigación emergente sugiere que la ansiedad relacionada con el sueño, el hambre y las comidas (que pueden contribuir al aumento de peso), es alimentada en parte por las hormonas intestinales involucradas en el apetito. Pero nuestro cerebro puede jugar también un papel importante.

Según dos pequeños estudios presentados en una reciente reunión de investigadores del sueño en Boston, la falta de sueño parecería aumentar la actividad en áreas del cerebro que buscan el placer, incluyendo el proporcionado por la comida chatarra. Para empeorar las cosas, la somnolencia también pueden frenar la actividad en otras regiones del cerebro que normalmente sirven como moderadores de este tipo de deseo.

En uno de los estudios, investigadores de la Universidad de Columbia utilizaron resonancias magnéticas funcionales (fMRI), rastreando el flujo sanguíneo en el cerebro, para comparar la actividad cerebral de 25 voluntarios después de una noche de sueño normal (unas ocho horas) y otranoche en la que el sueño fue limitado a sólo cuatro horas.

Varios estudios recientes han encontrado que las personas que restringen las horas de sueño tienden a picar más y consumir más calorías

En cada caso, los investigadores llevaron a cabo las exploraciones mientras se le mostraba a los voluntarios imágenes de alimentos no saludables mezclados con alimentos saludables, como frutas, verduras y avena. Redes cerebrales asociadas con la ansiedad y la recompensa eran más activas cuando los participantes fueron privados de sueño que cuando estaban bien descansados, sobre todo cuando veían las imágenes de alimentos poco saludables.

«Las partes del cerebro que buscan el placer fueron estimuladas después de que el individuo fue privado de sueño», dice la investigadora principal, Dra. Marie-Pierre St-Onge, investigadora asociada en el Centro de Estudios de Obesidad, de la Universidad de Nueva York. «Los participantes se decidieron por alimentos como pizza de pepperoni, hamburguesas con queso y tortas.»

St-Onge y otros investigadores que trabajan en este campo sospechan que las personas cansadas se ven atraídas por alimentos altos en calorías debido a que sus cuerpos y cerebros están buscando un impulso de energía extra para ayudarlos a llegar al final del día.

«Nuestra hipótesis es que cuando se restringe el sueño, el cerebro (ante el estímulo de la comida) reacciona como si hubiese sido restringido de los alimentos,” explica, St-Onge.

Estudios previos han establecido un vínculo entre la privación del sueño y la obesidad, aunque no queda claro cómo el sueño puede influir en el aumento de peso (o viceversa). En un esfuerzo por desentrañar la relación, los investigadores han comenzado a explorar cómo las insuficiencias de sueño influyen en las hormonas y en el apetito. Varios estudios recientes (incluyendo uno liderado por St-Onge) han encontrado que las personas que restringen las horas de sueño tienden a picar más y consumir más calorías.

Sin embargo, el hambre y los antojos pueden no ser los únicos factores. Un segundo estudio sugiere que las llamadas funciones de orden superior del cerebro (las que ayudan a balancear los pros y los contras, y a tomar decisiones complejas, incluyendo las que conciernen a nuestra alimentación) pueden verse comprometidas por la falta de sueño.

En un artículo publicado por la revista Time, el doctor Frank Hu, profesor de nutrición y epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Harvard presenta un estudio en el que se hace notar que el simple hecho de no dormir, o de no hacerlo en los horarios en que se debería, puede causar estragos en el metabolismo, elevando los niveles de la hormona ghrelina (la cual estimula el apetito) y suprimiendo la hormono leptina (inhibidora del apetito).

Nuestros relojes circadianos también regulan el peso corporal indirectamente, mediante el control de la temperatura corporal y los niveles de glucosa en sangre. «La conclusión es que hay probablemente varios mecanismos a través de los cuales los patrones de sueño interrumpido o trabajos nocturnos a largo plazo pueden influir en el riesgo de contraer diabetes de tipo 2«, dijo el Dr. Hu.

Fuente: Health
Imagen: Kindolalento

Sin categoría

El corte de los programas de televisión puede causar angustia en algunos espectadores

  • 26/06/2012
  • David Aparicio

Al final de mis series favoritas, Mad Men, Breaking Bad y The Office me pregunto ¿y ahora qué hago? A veces  bromeo con que estoy experimentando una crisis existencial por la salida de algún personaje o por la espera para el inicio de una nueva temporada. Es muy  posible que también te sientas identificado con esta situación y te preguntes  «¿por qué me sucede esto?» ¿Es probable que suframos de angustia por una serie de TV?  ¿Qué nos dicen las investigaciones al respecto?

El año pasado fue  publicado un estudio que examinó cómo los estudiantes universitarios reaccionaron cuando sus programas de televisión fueron pausados o cancelados durante la recordada huelga de guionistas en el 2007-08.

¿Cómo se desarrolló la investigación?

Emily Moyer-Gusé  y Julie Lather, realizaron la investigación con estudiantes de la Universidad del estado de Ohio y publicaron los resultados en el Journal Mass Communication and Society (Revista de Comunicación de las Masas y sociedad). El estudio involucró a 403 sujetos que, durante la huelga de los guionistas, habían completado un cuestionario online. Se les preguntó sobre cuán seguido veían televisión, cuán importante era para ellos y las razones para ver sus series favoritas.

También se diseñó un grupo de preguntas para determinar el nivel de cercanía que sentían los participantes con los personajes de sus series de televisión favoritas,  por ejemplo los sujetos tenían que elegir, en una escala del 1 al 5, en qué grado estaban de acuerdo con la siguiente declaración: “Mi personaje favorito me hace sentir cómodo, es como si fuera mi amigo”.

Así mismo se les formularon varias preguntas para evaluar el nivel de angustia que  sentían los sujetos, como resultado de la interrupción de su programa favorito. Los participantes debían elegir en la misma escala, el grado de acuerdo con la siguiente declaración: “ahora que mi programa de televisión está fuera de aire, me siento más solo.”
Y finalmente, se les preguntó qué actividades utilizaban para llenar el tiempo libre que había dejado su programa de TV.

¿Cuáles fueron los resultados?

Los resultados revelaron que los programas de televisión juegan un rol importante en la vida de algunos sujetos, particularmente aquellos que usan la televisión como compañera y aquellos que sienten una fuerte relación con alguno de los  personajes.

“El nivel de angustia que sintieron los participantes también depende del porque ellos miran televisión. Las personas que utilizan la televisión como compañía son las que más experimentan angustia cuando pierden sus programas de TV favoritos ”, aseguró Moyer-Gusé.

Un punto importante de los resultados fue que la mayoría de las personas no hicieron nada diferente con su tiempo libre en el momento que se les preguntó qué actividades incrementaron cuando la huelga empezó; el 50% de los sujetos dijo que verían las repeticiones de sus programas favoritos y el 40% dijo que pasarían más tiempo en Internet. Solo el 15% de los participantes sostuvo que pasaría más tiempo ejercitándose y el 18% dijo que pasaría más tiempo con sus amigos y familia.

Las personas que dijeron que miraban televisión para pasar el tiempo, no estaban tan molestos por la huelga en comparación a las personas que dijeron que utilizaban la televisión para relajarse, buscar compañía o escapar de algún problema.

¿Existen diferencias en los niveles de angustia y estilos de afrontamiento según el género de los televidentes?

Las mujeres en general reportaron relaciones más profundas con los personajes de sus series favoritas. Esto nos podría hacer pensar que las mujeres experimentaron más angustia que los hombres, pero los resultados demostraron que no existen diferencias de género en los niveles de angustia causados por la huelga de escritores.

Los resultados evidenciaron las diferencias en los estilos de afrontamiento. Las mujeres eran más propensas que los hombres a pasar más tiempo en actividades sociales, lo que podría ayudarlas a afrontar la angustia.

“Sabemos que las mujeres y los hombres afrontan diferente la ruptura de una relación y esa diferencia tal vez se traslade a las relaciones que mantienen con los personajes de televisión” , aseguró Moyer-Gusé.

La investigación sugiere que algunos televidentes mantienen una relación muy parecida entre los personajes de sus programas favoritos y sus amigos reales. Pero según los autores de la investigación esta analogía no debería ser llevada muy lejos.

Concluyó Moyer-Gusé:

“Mientras algunos participantes sintieron angustia al perder sus series de TV favoritas, esta angustia no es comparable con la angustia experimentada ante una verdadera pérdida”.

Una observación importante de la investigación es que la muestra estuvo compuesta sólo por estudiantes universitarios, quienes normalmente tienen muchas opciones de entretenimiento. Los niveles de angustia tal vez sean aún mayores para algunos grupos de personas, como los adultos mayores, quienes dependen más de la televisión para el entretenimiento y compañía.

Fuente : ResearchNews 
Imagen: Breaking Bad

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